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EXP. N.

º 04587-2009-PA/TC
LIMA
ESTEBAN MARINO AVELINO
SÁNCHEZ

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 4 de diciembre de 2009

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Esteban Marino


Avelino Sánchez contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de
la Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 34 (cuaderno correspondiente a
esa instancia), su fecha 27 de mayo de 2009, que declaró improcedente la demanda de
autos; y,

ATENDIENDO A
1. Que con fecha 5 de noviembre de 2008 el recurrente interpone demanda de amparo
contra los vocales integrantes de la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima, con el objeto que se declare nula la resolución N.º 4, del 8 de junio
de 2008, emitida por la Sala emplazada en el Exp. N.º 789-08 (incidente de
apelación), en los seguidos por el Banco de Crédito con Fidel A. Llaury S.A. Agente
de Aduanas, que declara improcedente la nulidad deducida; solicita entonces que no
se vulnere su derecho al debido proceso, se le permita el uso de la palabra a su
abogado defensor y se disponga el cese de la violación a su derecho de defensa.

Los hechos expuestos por el demandante están relacionados con el pago de sus
servicios como perito judicial en el expediente precitado.

La motivación de las resoluciones judiciales


2. Que el artículo 139º, inciso 3, de la Constitución establece que son principios y
derechos de la función jurisdiccional la observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional; en consecuencia, cuando el órgano jurisdiccional administra justicia
está obligado a observar los principios, derechos y garantías que la Norma Suprema
establece como límites del ejercicio de las funciones asignadas.

3. Que la necesidad de que las resoluciones judiciales sean motivadas es un principio


que informa el ejercicio de la función jurisdiccional, y es al mismo tiempo un
derecho constitucional de los justiciables. Mediante la motivación, por un lado, se
garantiza que la administración de justicia se lleve a cabo de conformidad con la
Constitución y las leyes (artículos 45º y 138º de la Constitución) y, por otro, que los
justiciables puedan ejercer de manera efectiva su derecho de defensa.

4. Que adicionalmente este Tribunal ha precisado que “[l]a Constitución no garantiza


una determinada extensión de la motivación, por lo que su contenido esencial se
respeta siempre que exista fundamentación jurídica, congruencia entre lo pedido y lo
resuelto, y que, por sí misma, exprese una suficiente justificación de la decisión
adoptada, aun si ésta es breve o concisa(...)” (STC N.º 1291-2000-AA/TC,
fundamento 2).

La presunta violación del derecho de defensa


5. Que la Constitución reconoce el derecho a la defensa en el inciso 14), artículo 139.°,
estableciendo: ‘‘El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún
estado del proceso. Toda persona será informada inmediatamente y por escrito de la
causa o las razones de su detención. Tiene derecho a comunicarse personalmente
con un defensor de su elección y a ser asesorada por éste desde que es citada o
detenida por cualquier autoridad’’. Así, en virtud de dicho derecho se garantiza que
los justiciables, en la protección de sus derechos y obligaciones, cualquiera que sea
su naturaleza (civil, mercantil, penal, laboral, etc.), no queden en estado de
indefensión. El contenido constitucionalmente protegido del derecho de defensa
queda afectado cuando, en el seno de un proceso judicial, cualquiera de las partes
resulta impedida, por concretos actos de los órganos judiciales, de ejercer los medios
necesarios, suficientes y eficaces para defender sus derechos e intereses legítimos.

6. Que de la lectura de dicho artículo se desprende una doble obligación por parte de
los órganos judiciales. La primera se plasma en la obligatoriedad de que toda persona
sea informada inmediata, adecuadamente y por escrito de la causa o las razones de su
detención, así como de los fundamentos jurídico-fácticos por los cuales se le emite
auto de enjuiciamiento y se le procesa. Solo de esta manera puede garantizarse que el
acusado pueda estructurar y planificar su defensa en forma efectiva para poder
afrontar el debate contradictorio. La segunda exigencia se plasma en el derecho de
todo justiciable de comunicarse personalmente con un defensor de su elección y a ser
asesorado por éste desde que es citado o detenido por cualquier autoridad, con lo que
se garantiza que la persona tenga pleno conocimiento de los aspectos jurídicos que
conforman el principio acusatorio y que pueda organizar eficiente y oportunamente
su defensa.

7. Que la Convención Americana de Derechos Humanos no es ajena a este derecho


fundamental. Así, en el apartado b) del inciso 2 del artículo 8.º, se establece
que ‘‘Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a una
comunicación previa y detallada de la acusación formulada’’. En esa línea, los
apartados a) y b) del párrafo 3 del artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos establecen que durante el proceso toda persona acusada de un
delito tendrá derecho, en plena igualdad, a ser informada sin demora, en un idioma
que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y las causas de la acusación
formulada contra ella; a disponer del tiempo y de los medios adecuados para la
preparación de su defensa y a comunicarse con un defensor de su elección.

Análisis del caso


8. Que en relación a la presunta afectación al derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales, se tiene que la resolución impugnada precisa que al
demandante se le asignó como honorario profesional por su participación la suma de
S/. 350.00 nuevos soles, monto fijado por el juez tomando en cuenta la naturaleza y
el grado de complejidad del servicio pericial prestado, el cual fue rechazado por
dicha persona, invocando para tal efecto la Tabla de Honorarios Mínimos del
Colegio de Contadores Públicos del Perú, aprobado en el XVIII Congreso Nacional
de Contadores Públicos del Perú. En vía de apelación, la Sala emplazada precisó que
si bien dicha tabla establece los honorarios, le corresponde al juez de la causa fijarlas
de conformidad con el artículo 271º del Código Procesal Civil.

En consecuencia, se advierte que dicha resolución cumple con el requisito de la


motivación en los términos previstos por la Constitución.

9. Que respecto a la alegada violación del derecho de defensa, no se advierte que se


hubiese afectado, toda vez que la parte pudo participar en el proceso sin que se le
haya causado indefensión o se le hubiese impedido de acceder a las instancias
jurisdiccionales pertinentes.

Respecto a que no se le concedió la posibilidad a que su abogado informe oralmente,


ello ocurrió porque conforme sé comunicó al actor en la resolución del 12 de junio de
2008 (f. 69), ello no estaba previsto para las apelaciones concedidas con un efecto
distinto al suspensivo; de otro lado, el actor cuestiona objetivamente dicha situación
sin exponer de qué forma la intervención de su abogado patrocinador podía haber
cambiado el resultado de lo resuelto.

Entonces, cabe desestimar la presunta violación del derecho a la igualdad, porque el


parámetro que se ofrece para determinar su existencia está vinculado a la actuación
de una Sala Penal, distinta de la Sala emplazada que es una de competencia civil, que
regula actuaciones y diligencias procesales distintas.

10. Que el artículo 5º, inciso 1 del Código Procesal Constitucional establece que no
proceden los procesos constitucionales cuando: “[l]os hechos y el petitorio de la
demanda no están referidos en forma directa al contenido constitucionalmente
protegido del derecho invocado”. En el presente caso de la revisión del expediente
este Colegiado advierte que los hechos y el petitorio de la demanda no están
referidos al contenido constitucional protegido de los derechos invocados.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

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