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PUERPERIO FISIOLÓGICO
Integrantes:
Escalante Angélica
V-23.540.926
Escalante Ricardo
V-20.121.810
Narváez Jhorbed
V-24.775.339
Pérez Yessica
V-24.743.580
El puerperio es el periodo de tiempo que media entre la expulsión del feto y la placenta y
el retorno del organismo femenino a las condiciones normales anteriores del embarazo.
Durante el puerperio se produce una serie de cambios involutivos del aparato genital y de
todo el organismo femenino. Al mismo tiempo, se instaura una nueva función, la lactancia
materna, y, posteriormente, reaparecen la ovulación y la menstruación. Además, debe efectuarse
la adaptación de la madre y del recién nacido a las nuevas circunstancias y al entorno familiar.
- Puerperio clínico: dura de 5 a 7 días y durante esta fase se producen los fenómenos
involutivos más importantes.
1. Útero:
En un primer momento el esfuerzo orgánico, está destinado a lograr la hemostasia
uterina, en el alumbramiento, se produce el desprendimiento y expulsión de la placenta y
membranas ovulares, éste se produce a nivel del límite entre decidua compacta y esponjosa;
y queda en el útero un lecho esponjoso con vasos sangrantes la capa basal del endometrio
tiene una irrigación propia que evita los procesos necrobióticos que experimentan las capas
superiores.
La contracción permanente del útero produce una marcada compresión de los vasos
uterinos, la consecuencia más inmediata es la disminución del aporte sanguíneo al miometrio,
causa de la rápida disminución del volumen uterino en los días siguientes al parto, a los 10
días del mismo ya no es posible palpar el útero por encima de la sínfisis del pubis.
Su peso que en el momento del parto es de 1.500 a 1.700g, al final del puerperio es de
solo 50 a 70g. En la involución uterina intervienen, además de la contracción, otra serie de
factores, como la disminución del calibre de los vasos uterinos, la disminución del tamaño de
las fibras musculares y la pérdida de líquido tras el parto.
2. Regeneración endometrial:
Durante las primeras horas tras el parto, el sitio de inserción placentaria consta casi
siempre de numerosos vasos trombosados que son invadidos por fibroblastos para recanalizarse
posteriormente y formar vasos de menor calibre, hacia el término de la segunda semana, mide
entre 3 y 4 cm de diámetro.
Se describe como un proceso de exfoliación, que en gran parte se lleva a cabo por la
atenuación del sitio de la implantación gracias al crecimiento del tejido endometrial, por lo tanto,
la involución no transcurre por absorción in situ. La exfoliación consta tanto de extensión como
de “crecimiento a profundidad” del endometrio a partir de los bordes del sitio de inserción
placentaria, a la vez que de crecimiento de tejido endometrial desde las glándulas y el estroma
que quedan en la capa profunda de la decidua basal después de la separación placentaria la
exfoliación del sitio de inserción placentaria se debe al desprendimiento de los tejidos
superficiales infartados y necróticos seguido de un proceso de remodelación.
5. Trompas de Falopio: Los cambios puerperales en las trompas son histológicos. Las
células secretoras se reducen en número y tamaño y hacia la 6º semana ya han recuperado
los cilios retornando a la estructura epitelial de la fase folicular.
El epitelio vaginal empieza a proliferar entre las cuatro y seis semanas, por lo general
junto con el reinicio de la producción de estrógenos ováricos. Las laceraciones o la distensión del
perineo durante el parto pueden provocar relajación del introito vaginal. Puede ser inevitable la
lesión del piso pélvico y el parto predispone al prolapso uterino, así como la incontinencia
urinaria y anal.
1. Cambios hemodinámicos.
- Después de que se produce la salida del feto se origina un enlentecimiento cardiaco
por lo que en condiciones normales el pulso se hace con tendencia a la bradicardia
(60-70 lpm).
- El gasto cardiaco suele mantenerse elevado durante 24 a 48 h posparto y declina
hasta parámetros pregestacionales en 10 días. Los cambios de la frecuencia
cardiaca siguen ese mismo patrón.
- La resistencia vascular periférica sigue un patrón inverso, se mantiene en los
límites menores característicos del embarazo hasta los dos días posparto y después
empieza a aumentar de modo constante hasta las cifras pregestacionales normales.
- La tensión arterial debe mantenerse en cifras normales.
2. Cambios hematológicos.
- En el puerperio se produce una disminución de la volemia, originada por la pérdida
de hasta 500 ml de sangre, lo cual se considera fisiológico. Las pérdidas
sanguíneas del parto y la reabsorción de líquidos intersticiales al espacio
intravascular ocasionan una anemia por dilución en los primeros días postparto. La
cifra media de hemoglobina es de 12 g/dL y la del hematocrito del 35%, estos
niveles son, por lo general, bien tolerados por las puérperas.
- Tras el estrés del parto, se produce una leucocitosis de hasta 20- 30.000
leucocitos/mL con predominio de granulocitos, y se acompaña de linfopenia
relativa y eosinopenia absoluta, que se normaliza a la semana.
- Debido a los procesos hemostáticos desencadenados durante el parto, desciende el
recuento plaquetario y se activan los sistemas fibrinolíticos, pero se reestablecen en
poco tiempo los principales factores de la coagulación. Hay tendencia a la
hipercoagulabilidad, con aumento de los tiempos de coagulación y de los productos
de degradación del fibrinógeno.
4. Metabolismo:
- El metabolismo basal que esta aumentado, vuelve lentamente a la normalidad.
- El balance proteico vuelve a la normalidad durante el puerperio.
- La excreción de creatinina, que se encontraba elevada a final del embarazo se
mantiene así al comienzo del puerperio. La úrea en sangre desciende, el nitrógeno
residual es normal, en el cociente albúmina/globulina, disminuye la fracción
globulina.
- El aumento de los lípidos durante el embarazo desaparece rápidamente. Al cabo de
2 días, se normaliza las cifras de ácidos grasos no esterificados, el colesterol y los
triglicéridos disminuyen rápidamente hasta alcanzar valores normales.
- El metabolismo de los hidratos de carbono se normaliza pronto. Sin embargo, al
comienzo del puerperio estará disminuida la tolerancia a la glucosa, se puede
originar un incremento de la glicemia (hiperglicemia > 6,2 mmol/mL), apareciendo
glucosuria alimentaria y lactosuria como consecuencia de la absorción de lactosa
durante la lactancia.
5. Sistema endocrino:
- ACTH, CRH y b-endorfinas disminuyen con rapidez luego del parto y regresan a
valores normales luego en 24 horas.
6. Sistema respiratorio.
7. Sistema digestivo.
- Se produce una rápida distensión intestinal tras la reducción del volumen uterino
que sumado a la disminución de la motilidad intestinal favorece el estreñimiento y
la aparición de espasmos cólicos por excitación del sistema parasimpático. La
deambulación y la alimentación temprana pueden ayudar a prevenir este problema.
La administración de leche de magnesia (15 a 20 ml) por vía oral en la noche por lo
general estimula la evacuación por la mañana, de no ocurrir la evacuación otra
alternativa rápida sería la estimulación rectal mediante supositorios rectales de
glicerina o la aplicación de un enema, posteriormente se puede ayudar la actividad
intestinal con una dieta rica en fibra y/o laxantes hidrofílicos.
- Es frecuente que las hemorroides formadas durante el embarazo aumenten y se
hagan dolorosas. Generalmente su manejo es conservador mediante la aplicación de
supositorios, baños de asiento con agua fría y medidas generales para evitar el
estreñimiento (dieta rica en fibra, abundantes líquidos orales, deambulación y
laxantes).
8. Sistema urinario.
- Los uréteres y las pelvis renales dilatadas se restablecen en un lapso de dos a ocho
semanas después del parto. Por lo tanto, las infecciones urinarias durante esta etapa
constituyen una inquietud de consideración, puesto que la orina residual y la
bacteriuria en una vejiga traumatizada, combinadas con la dilatación de las pelvis
renales y los uréteres, conducen a la infección.
- Después del parto debe vigilarse el vaciamiento vesical, si la paciente no presenta
diuresis espontánea dentro de las primeras 6 horas posparto debemos sospechar de
retención urinaria, en casi de haber establecido el diagnóstico de retención es
necesario evacuar la vejiga mediante la colocación de sonda, la cual debe ser
permanente hasta que los factores causales se resuelvan.
9. Piel y mucosas. Las estrías cutáneas rojo-azuladas adquieren tonalidad nacarada. Las
petequias faciales y las hemorragias capilares y subconjuntivales por los esfuerzos durante
el parto desaparecen en pocos días. Las zonas de hiperpigmentación (areolas, línea alba,
cloasma gravídico) palidecen lentamente. Las pacientes suelen presentar hiperhidrosis
durante la primera semana.
10. Psiquismo: la puérpera presenta un estado de euforia y relajación muy evidente, tras los
esfuerzos realizados. Sin embargo, hay mujeres que acusan una tendencia a la tristeza y a
la depresión sin que existan motivos para ello. Esto puede ser manifiesto entre el 4º a 5º día
del parto.
- Estado general: La fatiga es habitual durante algunas horas e incluso días después, sin
embargo se procede al levantamiento precoz, lo que permite conseguir una recuperación más
rápida de la puérpera. Esta simple medida ha conseguido disminuir las cifras de trombosis
venosa puerperal y mejora la función vesical e intestinal. Durante la primera deambulación debe
estar presente un acompañante para ayudar a evitar lesiones si la paciente padeciera un sincope.
- Peso: Después del parto, el peso materno se reduce aproximadamente en 8kg debido a:
- Pulso: Después que se produce la salida del feto se origina un enlentecimiento cardiaco, por lo
que en condiciones normales el pulso se hace bradicardico (60/70 latidos/min). Este fenomeno
que se considera normal es debido a una reaccion del organismo. Por tanto, ante una paciente que
presente taquicardia, se considerara como un elemento patológico y nos obligará a pensar en
aquellas entidades que lo puedan provocar como son: infeccion, anemia y enfermedad cardiaca.
- Temperatura: Inmediatamente después del parto la mujer sufre un escalofrío más o menos
intenso cuyo origen no está claro, pero que se atribuye a la pérdida de calor como consecuencia
del esfuerzo muscular y la expulsión del feto y sus anejos. Después del parto y hasta pasado 96
horas (4to día) debe producirse un incremento de la temperatura de carácter fisiológico hasta 1ºC
que no debe sobrepasar los 38ºC en ausencia de infección, este fenómeno está dado por dos
razones:
1. El paso al torrente sanguíneo de pequeñas cantidades (mínimas) de vérmix caseosa,
fragmentos microscópicos de membranas o mínima cantidad de líquido amniótico,
que se traslada a través del lecho placentario hasta el torrente sanguíneo.
2. Debido a la presencia de toxinas que son emitidas por gérmenes que se encuentran en
el útero y que durante su involución pasan a la sangre.
- Dolor:
Exploración
Loquios: se comprobará su aspecto y olor, acercando nuestro guante a la nariz después del
tacto vaginal. Si se sospecha de involución uterina, acompañada o no de loquios
malolientes, se debe descartar la retención de componentes ovulares y la presencia de
endometritis si hay fiebre. También se debe descartar si se ha realizado una extracción
manual de placenta y si ésta ha salido desgarrada o incompleta. En todos estos casos se
debe realizar una ecografía.
Tacto vaginal: realizar siempre al menos antes del alta, de forma cuidadosa, para descartar
la presencia de hematomas en vagina o compresas olvidadas.
CUIDADOS EN EL PUERPERIO
Durante las dos primeras horas del puerperio inmediato, es importante controlar al menos
en tres ocasiones la tensión arterial, pulso, temperatura, sangrado, involución uterina y diuresis,
así como dar inicio a la lactancia materna cuando sea posible. Cuando se realice la visita médica,
en primer lugar se debe hacer un repaso de la historia clínica, prestando atención especialmente
en los antecedentes personales y obstétricos, las complicaciones de la gestación actual, el
partograma, el puerperio inmediato, la fecha y el tipo de parto, si han existido desgarros, atonías,
fiebre, retención de membranas, el estado del recién nacido y si se ha iniciado la lactancia
materna. No se debe olvidar comprobar si se ha administrado la inmunoglobulina anti-D en los
casos en que esté indicado. A continuación se debe evaluar el estado general de la puérpera, que
debe tener un nivel normal de conciencia y no debe encontrarse postrada por dolor o fiebre. Se
debe prestar atención a su coloración, estado de hidratación y estado de ánimo.
El llenado vesical después del parto es variable. En la mayor parte de los hospitales se
administran líquidos intravenosos durante el trabajo de parto y durante una hora después del
parto. Después de la expulsión de la placenta se administra también oxitocina a dosis que posee
un efecto antidiurético. Como resultado de los líquidos y la suspensión repentina del efecto
antidiurético de la oxitocina a menudo se produce un llenado vesical rápido. Además, tanto la
sensibilidad vesical como su capacidad para vaciarla espontáneamente se encuentran reducidas
por la anestesia. Por lo tanto no es sorprendente observar retención urinaria con distensión
vesical excesiva constituya una complicación frecuente del puerperio temprano. Para evitar la
distención excesiva es necesario mantener a la mujer bajo observación después del parto para
cerciorarse de que la vejiga no se llena de manera excesiva y que con cada micción se vacía
correctamente. Si la mujer no orina en las primeras 4 horas después del parto es probable que no
consiga hacerlo. En caso de distención vesical excesiva se coloca una sonda a permanencia hasta
que se resuelva los problemas causales. Incluso en ausencia de una causa evidente conviene dejar
la sonda cuando menos 24 horas o hasta que la vejiga se vacié por completo, permitiendo la
recuperación del tono y la sensibilidad vesical.
Higiene general:
- Ducha diaria.
- Es importante instruir a la mujer a que limpie la vulva de la porción anterior a la posterior
(de la vulva hacia el ano). La colocación de una bolsa fría en el perineo reduce el edema
y el dolor durante las primeras horas después de la episiotomía.
- Evitar las relaciones sexuales durante el periodo de cicatrización y sangrado ya que
pueden ser traumáticas.
Valoración del estado emocional: Hasta el 80% de las puérperas experimentan el llamado
“baby blues”, que se resuelve espontáneamente, pero la depresión postparto afecta al 10-20%
de las puérperas y requiere tratamiento. La depresión posparto es probable que sea producto
de diferentes factores:
Vacunación: Las mujeres que no son inmunes a la rubéola o al sarampión son candidatos
excelentes para recibir la vacuna combinada de sarampión, parotiditis, rubeola antes del alta
del hospital. Ante un Rh negativo materno, Rh positivo del neonato y test de Coombs
negativo para el factor D, se deben administrar 300 μg de inmunoglobulina anti-D IM a la
madre en las primeras 72 horas del puerperio.
6. Siempre que sea posible, el recién nacido permanecerá con la madre, promoviendo el
método “piel con piel” y la lactancia precoz, antes de que la madre abandone la sala de
partos.
7. La madre recibirá por parte del personal de hospitalización soporte para conseguir una
lactancia efectiva (posturas, frecuencia) e información y asesoramiento ante los
problemas más frecuentes del puerperio y los motivos de alarma (fiebre, dolor, sangrado,
loquios malolientes, tristeza profunda, dolor en extremidades)
Cuidados de la herida:
ALTA HOSPITALARIA:
2. Alta precoz (entre las 24 y las 48 horas después del parto): En los casos en que el
embarazo y el parto no han tenido ninguna complicación, puede darse el alta precoz,
siempre haciendo una esmerada valoración del estado físico y emocional de la madre, así
como de factores psicosociales que requieren un control más grande: madres
drogodependientes, antecedentes de maltrato infantil o negligencia, historia de violencia
familiar, particularmente durante el embarazo actual, enfermedad mental del padre o la
madre, madres adolescentes, inexistencia de domicilio, etc.
3. Alta hiperprecoz (menos de 24 horas después del parto): Siempre de tipo voluntario.
Tiene que seguirse los mismos criterios que en el grupo anterior. Sin embargo, es
necesario en este caso un examen pediátrico del recién nacido, dentro de las primeras 48
horas después del alta.
RECOMENDACIONES GENERALES:
Información a la mujer en el momento del alta puerperal: Antes del alta, se darán las
recomendaciones pertinentes para los cuidados domiciliarios maternos y del recién
nacido. Durante la estancia hospitalaria se debe hacer lo posible por informar a la
paciente y a su pareja sobre la planificación familiar. Cuando la mujer no amamanta la
menstruación se restablece en un periodo de seis a ocho semanas. Sin embargo es difícil
asignar una fecha específica para el primer periodo menstrual después del parto. Unas
cuantas mujeres sangran intermitentemente, empezando poco después del parto.
LACTANCIA MATERNA
La leche materna es la principal fuente de nutrición para la mayor parte de los recién
nacidos. La OMS destaca los beneficios de la lactancia materna para la salud del niño. La leche
materna es el alimento más completo para el recién nacido, puesto que contiene sustancias
específicas que potencian su valor energético y nutritivo. Entre dichas sustancias están la
lactoferrina, y algunas enzimas, vitaminas y oligoelementos. Recientemente se han identificado
también algunas hormonas y sustancias, como los factores de crecimiento epidérmico y neural,
con efecto sobre el crecimiento del niño. Se han comprobado las propiedades antiinfecciosas de
la leche materna, que incluso pueden potenciarse al proporcionar a la madre determinadas
vacunas. También se ha demostrado que la leche materna tiene propiedades antialérgicas.
Otra de las ventajas de la lactancia materna señalada por la OMS es el efecto que tiene
sobre el espaciamiento de los embarazos, sobre todo en países en desarrollo, debido al efecto
anticonceptivo de la lactancia. Una consecuencia del espaciamiento de los embarazos es la
disminución de las cifras de morbilidad y mortalidad infantil.
Fisiología de la lactancia:
Tanto las mujeres que dan lactancia como las que no amamantan a sus hijos presentan
una disminución gradual de los niveles basales de prolactina durante las 3 ó 4 semanas siguientes
al parto, aunque se mantienen en una cantidad superior a la habitual del embarazo. Los niveles
elevados de prolactina presentes inmediatamente después del parto retornan a los valores previos
al embarazo hacia la 4ta semana del puerperio. Sin embargo, se observa una oleada en la
producción y liberación de prolactina cuando el lactante inicia la succión, si bien su intensidad
disminuye a medida que transcurre el tiempo desde el momento del parto. La respuesta de la
prolactina a la succión sirve para mantener la lactancia. A su vez es muy probable que la
prolactina en el hipotálamo la secreción de GnRH, lo que explica la amenorrea que generalmente
acompaña a la lactancia. La prolactina se segrega en el lóbulo anterior de la hipófisis y su acción
es controlada por un neurotransmisor hipotalámico, conocido de antiguo como factor inhibidor
de la prolactina (PIF), actualmente identificado con la dopamina. Desde la propia mama se
establece un feedback (retroacción) sobre el hipotálamo, donde el sistema tubero-infundibular
dopaminérgico segrega dopamina, que se vierte al sistema porta para inhibir la liberación (y
también la síntesis) de prolactina por la hipófisis anterior.
La galactopoyesis consiste en la producción ininterrumpida de leche durante la lactancia.
Al principio responde a los niveles relativamente elevados de prolactinemia durante el puerperio,
y después al hecho de que al poner el niño al pecho se provoca de forma refleja una brusca
subida de la liberación de prolactina hipofisiaria. La comprobación de que la succión del pecho
por el lactante incrementa los niveles de TSH (hormona tiroestimulante) sugiere que la TRH
(hormona liberadora de TSH) puede desempeñar un papel en la liberación de la prolactina.
La leche es segregada en el interior de la luz del alvéolo por acción de la prolactina, con
la colaboración de hormonas tiroideas y suprarrenales. Estas hormonas, in vitro, provocan la
formación de un ARNm específico para la síntesis de caseína. La progesterona, por el contrario,
inhibe este fenómeno en un grado que depende de la dosis. Los estrógenos, si se administran
inmediatamente después del parto, pueden inhibir transitoriamente la lactancia.
La prolactina se une de forma específica a la membrana de las células alveolares y parece
que se produce una translocación en el interior de la membrana sin sobrepasarla. Desde aquí
provocaría la concentración enzimática necesaria para la actividad secretora del citoplasma. La
prolactina produce un aumento de la biosíntesis y secreción de α-lactoalbúmina, grasas lácteas y
lactosa. En realidad, la secreción de la leche requiere varias horas. Las proteínas lácteas se
sintetizan en los ribosomas del retículo endoplásmico y, a continuación, son transportadas hasta
el aparato de Golgi, donde se concentran dentro de vacuolas que posteriormente se desprenden,
se trasladan y se funden con la membrana plasmática, para verter su contenido en la luz alveolar.
La síntesis de lactosa requiere dos proteínas, la galactosil-transferasa y la a-
lactoalbúmina, que interactúan con la uridín-fosfofalactosa y la glucosa para formar un complejo
que se disocia antes de que se secrete el producto. La grasa llega al tejido mamario a partir de
quilomicrones séricos de origen digestivo y de lipoproteínas endógenas de baja densidad. El agua
es el principal componente de la leche materna y su cantidad parece estar regulada por la lactosa,
principal compuesto activo desde el punto de vista osmótico de la leche.
Eyección láctea: la eyección láctea ocurre como resultado de la presión negativa generada
por la succión. La succión además estimula la liberación de oxitocina por medio de un reflejo
nervioso que actúa sobre la hipófisis posterior. La oxitocina actúa por vía hemática sobre las
células mioepiteliales, tanto de los alvéolos como de los conductos galactóforos, lo que
provoca el vaciamiento alveolar y la salida de la leche. La liberación de oxitocina puede
obedecer al estímulo táctil en el momento de la succión, pero también a un estímulo psíquico
(presencia del niño, llanto, etc.). En realidad se requiere muy poca fuerza de succión por
parte del lactante para el amamantamiento. Para la secreción continua de la leche, que
sustituye a la expelida, debe disponerse de prolactina en cantidad suficiente.
1. Posición de la madre: la que le resulte más cómoda, evitando aquellas que puedan
dañar su espalda (con la espalda doblada o sin apoyar).
2. Posición del niño: frente a la madre, se le acerca al pecho sujetado por la espalda y la
cabeza, manteniéndolo cómodo y evitándole giros.
3. Pinzar el pecho con el segundo y tercer dedo en forma de tijera para que el niño
acceda al pezón sin que su nariz quede ocluida.
4. Introducir tanto el pezón como gran parte de la areola, con los labios evertidos.
Medicación y lactancia:
Supresión de la lactancia:
La lactancia puede estar contraindicada por afecciones maternas como agalactia, pezón
invertido u otras enfermedades de la mama; por enfermedades del recién nacido como labio
leporino o paladar hendido que impiden la succión; o en caso de enfermedades maternas
potencialmente transmisibles al neonato. La supresión se logra interrumpiendo su mecanismo de
producción en la mama, la hipófisis o el hipotálamo. El método más sencillo consiste en suprimir
el estímulo de la secreción láctea, suprimiendo la succión, disminuyendo así el reflejo de
vaciamiento de la leche y reduciendo la estimulación sobre la prolactina que mantiene el ciclo,
sin embargo se produce ingurgitación mamaria que puede ser muy dolorosa, por lo que puede
emplearse el vendaje de ambas mamas o el uso de sujetadores ajustados, lo cual solo es eficaz si
se hace de manera precoz. La supresión también puede lograrse utilizando esteroides sexuales
como estrógenos naturales y sintéticos solos o combinados con andrógenos, incluso sustancias de
acción antiestrogénica como clomifeno y tamoxifeno, también inhiben la lactancia, sin embargo
las dosis altas a utilizar de estrógenos como supresores de lactancia pueden presumir un riesgo
importante de trombosis venosa y aumentar el riesgo de cáncer de mama. Los fármacos
actualmente más empleados son los agonistas de la dopamina (bromocriptina, lisurida,
cabergolina) que incluso son los utilizados en el tratamiento de hiperprolactinemias patológicas,
sin embargo su uso como supresores de lactancia no está aprobado por la FDA.
BIBLIOGRAFÍA
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Madrid, España. 2012
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Española de Ginecología y obstetricia. 2da Edición. Editorial Panamericana. México 2013.
4. J. Guadalupe Panduro, José Orozco Muñiz. Obstetricia. 3era Edición. Editorial Solución
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