Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
“EL CARMEN”
ASIGNATURA:
DOCENTE:
LANDY ESMERALDAS
DOCENTE TUTOR:
JOSE DEFAZ
CURSO:
PARALELO:
D
EL ROMANCE DEL MAFIOSO
DEDICATORIA
LA SIGUIENTE HISTORIA SE LA DEDICO A UNA PERSONA CON LA CUAL
NUNCA PUDE ESTAR, CLARAMENTE ALGUNAS PARTES DE ESTA HISTORIA NO
SON VERDAD PERO SE LE AGREGAN PARA DARLE EMOCION Y QUE SEA MAS
INTERESANTE PARA LOS LECTORES.
AGRADECIMIENTOS
AGRADEZCO A TODAS LAS PERSONAS QUE ME FUERON INCULCANDO DE
COMO TENER UNA BUENA ESCRITURA Y REDACCION PARA PODER ESCRIBIR
UN LIBRO QUE SEA DE AGRADO.
INDICE
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
SINOPSIS
Dos mundos diferentes, totalmente.
GENERO:
ROMANCE
LUGAR:
EL CARMEN MANABI
EXPOSICION:
UNIDAD EDUCATIVA
“ EL CARMEN”
CLIMA:
NUBLADO
LOCALIZACION:
Una vez limpia y vestida con una ropa decente para el trabajo, me agrego
un poco de maquillaje para las ojeras y un poco de color para las
mejillas <<Ésta piel tan blanca necesita un poco de color>>. Una vez lista y
con el cabello ya arreglado, salgo de mi habitación para la cocina, todo está
solitario ya que la loca de mi mejor amiga no llegó anoche al
departamento. Ruedo los ojos e ignoro eso, entro a la cocina a hacer mi
café de todas las mañanas para después marcharme.
—Si, estoy bien, gracias. —<<Claro que no, sentí que casi me iba al cielo con
Diosito>> pero al menos no me pasó nada.
—Que bueno que se encuentra bien. Para la próxima tenga más cuidado
al... —Iba a seguir pero una voz enfadada que venía desde el auto lo detuvo.
Evité rodar los ojos ante eso, la gente debería ser más alegre.
—Gracias... —Apenas alcancé a decir ya que tenía que moverme del centro
de la calle y seguir con mi recorrido hacia el trabajo.
Pero había algo de lo que no me había dado cuenta, la chica a la que casi el
idiota de Marc atropella, es una completa obra de arte, no sé lo que estoy
pensando pero es lo que quiero, y lo que quiero siempre lo consigo a toda
costa. Mi itinerario del día de hoy había dado un giro inesperado, pero no
me importa, la empresa y la mafia pueden esperar.
—Marc, cambio de planes. Quiero que sigas a esa chica, ahora. —Le ordené
decidido.
Me había fijado en esa chica, no sé por qué, pero hay algo en ella que había
llamado mi atención.
¿Cómo?
●●
Termino mi jornada laboral en la biblioteca, siempre termino a las doce del
mediodía. Me estoy dirigiendo a mi casa, cuando de pronto me siento
observada. Miro a todos los lados disimuladamente, pero no veo a nada ni
a nadie, pero eso no me amedrenta, sigo mi camino hasta que llego al
departamento que comparto con mi mejor amiga <<Espero que ya esté
aquí>> pienso, rezando para que sea así.
Cuando entro todo lo que escucho es silencio, lo que me hace pensar que la
muy tarada no se ha dignado a pasarse por aquí. Eso es lo que creo cuando
escucho algo proveniente de la habitación de mi amiga, esta tiene la puerta
entre abierta, por lo que puedo entrar con facilidad.
Mientras más me acerco escucho más aquellos sonidos <<¡Son ronquidos!
>>. Eso me da una respuesta clara de que sí se encuentra aquí, debe de
estar muy resacada, ya que Minenyaly jamás ronca.
La muy loca no sabe medirse y menos cuando se trata del alcohol. Asomo
la cabeza por la puerta, la veo con un aspecto fatal y la misma ropa que
llevaba ayer pero muy desordenada. Termino por cerrar la puerta y dejar
que descanse hasta que quiera despertarse, supongo que hoy no irá a
trabajar, por lo que soy una buena amiga y pongo la excusa por ella. Sus
ocupaciones comienzan desde las una de la tarde hasta las seis de la tarde.
Ya que no tengo nada que hacer salgo al pequeño balcón con el que cuenta
mi departamento, cuando lo hago siento la misma sensación de cuando iba
saliendo del trabajo: observada. Pero es lo mismo, no veo a nadie
mirándome, no hay nadie pasando por la calle que queda enfrente, pero
noto algo que me llama la atención; es una camioneta negra al otro lado de
la calle, que de casualidad se parece mucho a una que no se movía de
enfrente de la biblioteca esta mañana.
Sería absurdo pensar otra cosa. Lo dejé pasar y sólo me senté en una de las
sillas que se encontraban ahí, me relajé y cerré los ojos; pero no podía estar
en paz, esa sensación de estar siendo observada me estaba carcomiendo.
No me sentía segura afuera, así que entré, y cuando lo hice me encontré
con una Mine muy alterada saliendo de su habitación <<Hasta que por fin se
digna a despertar>>. Tenía el mismo aspecto, ni siquiera se ha bañado.
—Mine, tranquila. Hace rato llamé a tu jefe y le dije que faltarías el día de
hoy. Cálmate, todo está resuelto. —Le digo, parecía que iba a explotar de la
desesperación.
—Ay, que alivio —puede respirar con más tranquilidad después de escuchar
mis palabras—. Te amo Bri, qué haría sin ti... —Sé acercó y me estrechó en
sus brazos, lo sé, soy la mejor amiga de todas.
—Ya, loca. Ve a bañarte, mientras tanto yo preparo algo de comer, ¿si? —La
separé lentamente de mi.
Asintió y sin decir nada más se fue. En lo que hacía lo que le mandé,
preparaba el almuerzo. Hacía algo ligero, no quería que lo que hiciera le
haga daño a Mine, que seguramente tomó como loca anoche.
Yo jamás he ido a una fiesta, pero una vez me embriagué y casi saludo a
Dios, después de esa vez no he vuelto a tomar, tampoco es que sea de salir
todo el tiempo con mis amigos; hay algunas veces que Mine me invita a
alguna que otra salida con sus amigas y acepto, siempre y cuando no haya
gente fumando ni tomando. Algo que me caracteriza mucho es mi pasión
por leer, me encanta; es algo que amo hacer siempre que tengo tiempo
libre; en mi habitación tengo un estante lleno de libros. Normalmente
cuando no estoy leyendo estoy horneando para pedidos o para que Mine y
yo comamos un pequeño postre después de almorzar.
ZAID
●●
Días después...
—¿Qué tienes para mí? —Le pregunto una vez lo veo pasar, ni siquiera le di
tiempo a saludarme, pero eso no es lo que me interesa, quiero saber qué
tanto ha investigado.
—Bueno señor, al parecer no fue difícil descubrir lo más básico de ella. Se
llama Briella Roux, tiene veintitrés años, está soltera, vive con su mejor
amiga Minenyaly Dubois y trabaja en una biblioteca cerca de su
departamento. Estudió repostería en la universidad IFSE. Al parecer casi no
sale de su casa, nada más es de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, la
estuvimos vigilando de cerca como pidió y eso es lo que ha demostrado
hasta ahora, he mandado a uno de los espías a tomarle fotos de lo que
hace, y aquí están. Me pasa un sobre, el cual abro rápidamente y veo su
rostro otra vez, hay fotos de ella en la biblioteca donde trabaja, en el balcón
de su casa y caminando por la calle. La verdad me hicieron un buen trabajo.
Así que mi Briella es una chica buena y pasiva, vive con su mejor
amiga, mmm, interesante... En el papel que me dió Bastián dice que sólo
trabaja por las mañanas y que el resto del día se la pasa en casa, me gustan
los detalles. También dicen más cosas como su dirección y todo lo que
pudieron investigar, el papel junto con las fotos las guardé en el cajón de
mi escritorio y lo cerré con la llave, no sin antes llevarme una de las fotos de
recuerdo, ya la voy a necesitar después.
Sonrío ante tal pensamiento y sigo con mi trabajo hasta que llega la noche.
●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●
Una vez llegada la noche me preparo para salir, no importa qué día sea casi
siempre voy a una de las mejores discotecas que puedan haber y me
consigo una que otra mujer para pasarla bien.
BRIELLA
●●
Me dijo que iría con unos amigos "poderosos y con dinero" y me quiere
invitar cuando muy bien sabe que no me gustan ese tipo de cosas ni me van
a gustar jamás. No voy a ir ni muerta.
—¡No! He dicho que no voy y punto. —Me niego, no quiero y no voy, esa es
mi última palabra.
●●
No sé cómo pasó, pero ahora Minenyaly y yo estamos en una discoteca al
parecer de mafiosos. No sé cómo nos dejarán pasar aquí.
Llevo un vestido rojo ceñido que me dijo Mine que me lo pusiera, ya que
acepté venir a éste lugar <<No sé cómo>> pues me puse el dichoso vestido,
ella misma me maquilló con algo cargado; sombras oscuras y un labial a
juego con el vestido; no estoy nada mal, pero no puedo negar que no me
agrada el ambiente de una discoteca o fiesta, aunque nunca he pisado
alguna.
Los amigos de Mine, no lo puedo negar, los dos están muy bonitos, se
llaman Axel y Joseph. No sé por qué, pero Axel <<Que es el más bonito, por
cierto>>, me mira todo el tiempo, eso me pone nerviosa. Ellos son los que
nos permiten entrar aquí, porque sino, no estaríamos aquí. Axel justo va
detrás de mi, siento su cuerpo demasiado pegado al mío, pero lo ignoro
aparentando que no me pongo a temblar.
Axel hace lo mismo que yo, sólo que este se pide una bebida, me ofrece
pero me niego, luego de un rato trata de sacarme un poco de conversación.
—Y dime, ¿no tomas? —Me pregunta con esa voz ronca que tiene, que me
hace sentir extraña.
Yo sólo niego y no digo nada.
—¿Te comió la lengua el gato o qué? —Vuelve a preguntar burlón. Esta vez
decido hablar.
—No, sólo que no me gusta este lugar y no me dan muchas ganas de hablar.
—Es una excusa absurda, pero no voy a decirle que siento un cosquilleo
extraño en mi vientre bajo cuando hablo con él.
—Sólo porque no quería hacer sentir mal a Mine, es todo. —Me explico, la
verdad no me hace gracia estar aquí, y ella lo sabe.
—Ni aunque tenga la vida hecha nada, me atrevo a tomar una sola gota de
nada que contenga alcohol, nunca. —Sentencio, él parece un poco
sorprendido.
—Bueno, no voy a preguntar qué fue lo que te hizo la bebida para que
hables así, porque seguro no fue algo bonito. —<<Para nada>> pienso.
Después de eso no digo nada más. Pasa un rato y veo que no se mueve de
dónde está, pero no le digo nada. Siento cómo se va acercando a mi poco a
poco, me remuevo un poco incómoda en mi lugar, deseando que no se me
acerque más, pero sigue hasta encontrarse tan cerca de mí que siento el
calor que emana su cuerpo.
—No, tampoco pienso tener uno. —Le digo tratando de sonar firme, pero es
que su presencia tan cercana me ponía de verdad nerviosa.
—Mmm, te entiendo, en estos tiempos hay muy pocos hombres que sepan
valorar a una mujer. —Tiene razón, nunca he tenido un novio, no he
experimentado lo que es ser querida o amada por alguien que no sea de tu
familia.
Pero realmente eso es algo que no me llama la atención, si tiene que llegar
que lo haga, pero no es algo que necesite por ahora. No digo nada, pero él
se va acercando más y más a mi rostro, no sé por qué pero me dejó
llevar <<Dios, jamás me he besado con alguien>> ¿Qué me está pasando?
Quería separarme de él, pero no sabía cómo. En ese momento veo que
Mine se acerca hacia mi, creo que sé para qué.
—A ver, sé que me vas decir que no, pero ven a bailar al menos una canción
conmigo —Hace un pequeño puchero y no lo dudo dos veces. Quería
alejarme de Axel y esa era una buena excusa.
—Claro, vamos. —Me levanté del sofá en el que estaba sentada y jalo su
brazo para acercarnos a la pista de baile. Ella parece sorprendida, pero no
le digo nada más y avanza conmigo.
+
You keep dreamin' and dark schemin'
Yeah, you do
Por primera vez en mucho tiempo me dejé llevar por la música, mi cuerpo
iba con el beat de la canción lentamente, pasaba las manos por mi cabello
y disfrutaba sin importarme nada. De un momento a otro sentí una mirada
penetrante sobre mí, miré hacia Axel, pero él ya ni se encontraba ahí. Seguí
contoneando mis caderas al ritmo de la música, cerré mis ojos y disfruté de
la canción hasta que terminó. Al final terminé sudada y con la respiración
agitada, Mine y yo nos miramos y reímos.
—¡Te luciste, amiga! Hace tiempo no te veía disfrutar así, te hace falta un
poco más de diversión —Sugirió Mine, hablando fuerte para poderla
escuchar por encima de la música.
—Nunca me había divertido de esta forma, me gustó esta vez. —Le dije de
la misma forma. Hay muchas personas que creen que la diversión siempre
se encuentra en el alcohol, las drogas y relaciones sexuales; pero la verdad
es que podemos encontrar diversión en otro tipo de cosas, yo me divertí
sólo bailando sin tomar.
ZAID
●●
Hice las manos puños y alejé esos pensamientos. Pero no negaba que me
encantó verla bailando las canciones lentas, cómo se meneaba y se pasaba
las manos sensualmente por el cabello, sonreía y se agitaba. Pasaron casi
toda la noche bailando; ella no tomó alcohol, algo que me sorprendió ya
que es una discoteca, cómo no iba a tomar. Supongo que eso no le gusta.
Una chica con tetas y culo grandes se me acercó; permití que me tocara,
sólo que no mucho. Notó la erección que llevaba dentro de los pantalones
gracias a la pequeña chica que se divertía ahí abajo y que tenía una vista
perfecta de ella. Desde que levantó a bailar la primera canción se me puso
dura de sólo ver cómo contoneaba esas caderas. Me la tocó por encima del
pantalón, aquí ofrecían un servicio exclusivo en la sona VIP, habían chicas
lindas dispuestas a satisfacer tus necesidades, y eso me gustaba, pero no
quiero eso ahora.
Una vez salgo, recibo el aire frío de la madrugada. Perdí de vista a Briella y
su amiga, supongo que ya se fue.
Eso es lo que pienso hasta que veo cómo un estúpido se le acerca en contra
de su voluntad, ya que se puede oír cómo claramente le dice que se aleje de
forma amable. Insiste y ella se siente más incómoda.
—Vamos preciosa, yo sé que quieres. —Insiste, pero ella sigue diciendo que
no. Me voy acercando muy lentamente.
—No, enserió, aléjate de mi por favor —Su voz es suave, <<Hermosa>> pero
firme. Él la tiene acorralada, no puede hacer nada.
—No te hagas la... —Iba a seguir, pero lo interrumpí con una voz fuerte.
—Una persona que no repite lo que ordena. Así que aléjate de ella de una
buena vez si no quieres que te vuele los putos sesos. —Le contesto en el
mismo idioma.
—Emmm... Si, creo. —Su voz se hace un poco más aguda, al parecer le doy
miedo.
—¿No te hizo nada ese cretino? —Le pregunté con un poco de enojo
pensando en el simple hecho de que quiso tocarla.
—¿Segura que estás bien? —<<¿Por qué me preocupaba tanto? Era sólo
defenderla, no hacerle un interrogatorio>>
—Si, pero no sé a donde se fue mi amiga. Iré a buscarla. Gracias otra vez por
eso. —Dijo mientras caminaba por la acera, pero la detuve con mi voz.
—No creo que sea muy seguro para ti caminar a esta hora, sola. —Recalqué.
—Lo sé, creo que pediré un Uber y me iré a casa. —Eso tampoco sería tan
seguro a estas horas. <<No sé qué estoy a punto de hacer>>.
Ella parece pensarlo, piensa tanto que creo que va a negarse, abre la boca.
Me preparo para recibir una negación por respuesta, sin embargo, escucho
todo lo contrario.
—Está bien. —Acepta sin más, algo que me sorprende. <<Espero que con
otros hombres no sea así de fácil>>.
Sin decir nada le doy la espalda y comienzo a caminar para que me persiga.
Segundos después se coloca a mi lado. Abordamos una de las tres
camionetas negras con vidrios polarizados, ella con un poco de vergüenza
ya que la dejo entrar primero. Al final lo hace, Bastián me echa una mirada
de complicidad y yo sólo sonrío, entro a la camioneta detrás de ella y mi
chófer cierra mi puerta.
—Muchas gracias Zaid. —hace otra pausa pensando en decir algo más—
¿Cuándo te volveré a ver? —Pregunta tímidamente, casi arrepentida de sus
palabras.
—Pronto, muñeca. —Se sonroja otra vez antes de bajarse por completo.
Pero...
¿Cómo?
"Zaid"
●●
<<Zaid, Zaid...>>
Somos inseparables
Sonrío ante esos recuerdos y pensamientos. Es así que decido decirle, qué
más da, no es algo del otro mundo.
●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●
—Pues... te lo estoy contando ahora, ¿qué más deseas? Además, todo eso
sucedió anoche. —Me excusé.
—Bueno... me lo tuviste que decir desde que llegaste ayer. —Se cruzó de
brazos.
—Pues la verdad, no. No me sé su nombre completo, así que creo que será
inútil. —Digo, desanimada.
Sí que era buena. Yo no podría hacer eso, ni por más fácil que fuera, no soy
buena stalkeando gente.
Sus fotos sin camisa me lo corroboraban; posaba de una forma en las fotos
que; no sé por qué me atraía tanto y me dejaba tan embobada. Cuando me
doy cuenta de todo comportamiento sacudo la cabeza varias veces para
alejar todos esos pensamientos de mi cabeza.
No comprendo por qué hace días me estoy sintiendo de esta forma, cada
vez que miro a mi alrededor no hay nadie, y normalmente sucede cuando
estoy fuera de casa o en el balcón. En mi habitación hay un balcón al igual
que en la sala, y este tenía las cortinas de las puertas corredizas hacia los
lados. Con mi blusa me tapé la parte superior de mi cuerpo y asomé la
cabeza hacia afuera, para ver si alguien me observaba de verdad o sólo
eran cosas mías.
Nada, nadie.
Terminé por ignorar eso y me liberé de todo lo que llevaba puesto. Luego
de eso me di un baño en la tina; hace mucho no me relajaba en el baño. En
las tardes tengo muchas cosas que hacer, ya no es la escuela ni la
universidad, ahora es mi segundo trabajo que, –por cierto– es el que más
me divierte, pues para eso estudié, pero es que también tengo una pasión
por los libros que... madre mía. No sabía cuál de los dos elegir, así que me
hice las cosas más fáciles y elegí los dos.
Y amo mi vida, también porque no hay ningún hombre al que deba rendirle
cuentas ni mucho menos. No hay gente que me controle y que critique todo
lo que hago o no. No es que tenga una vida extravagante ni alocada, eso
desde que era pequeña no me ha llamado la atención, además, la cantidad
de gente que muere por ese estilo de vida sin control, sin una rutina en
específico, sólo de fiesta en fiesta y alcohol, drogas y mucho más. Eso es
horrible, mejor morir por vejez a morir por ser una estúpida.
¿Triste, verdad?
Bueno, supongo que tendré que cambiarme otra vez para ir a la tienda.
Zaid.
ZAID
●●
Era un cuerpo pequeño, el contacto fue poco pero sentí que iba a caerse
con sólo impactar con mi anatomía. Miro a la persona con la que tuve el
pequeño encuentro, preparado para ser grosero, como siempre lo he
hecho; pero todo se viene abajo cuando la veo a ella.
Se veía hermosa.
Me dio un poco de ternura su gesto, parece una pequeña niña. Eso me saca
una pequeña sonrisa.
—Mm... bien. Sólo pasaba por aquí buscando algunas cosas que necesitaba
—Explicó, riendo nerviosa, aún cuando no le había pedido explicación.
—Ya veo —Observé la pequeña canasta que llevaba en las manos, parecía
que se divertiría.
—Si... —calló por unos momentos y luego habló nuevamente— Bueno, fue
un gusto volver a encontrarte, Zaid. Adiós.
Quizá avanzar, sin embargo, la detuve tomándola de su brazo izquierdo. Me
sentí nervioso por un momento, algo muy raro en mí.
—Espera, quiero proponerte algo. ¿Qué tal si vamos un día y nos tomamos
algo? ¿Te gustaría? —En ese momento me sentí más nervioso, no
comprendía lo que sentía.
Ella pareció pensarlo, se había quedado en su lugar sin mirarme; creo que
considerando la idea. Al pasar unos minutos, por fin pronunció palabra.
—Sí, me parece bien. Entonces dime a qué hora debo estar lista.
—Bien. Pues nos vemos hoy a la noche, Zaid. —Me dió una última mirada y
pasando por mi lado, desapareció de mi vista.
B R I E LLA
●●
Ni siquiera sabía por qué había estado tan segura cuando acepté, ahora voy
a tener que ir porque se ofreció a recogerme, y no podía dejarlo plantado.
Verifiqué la hora en mi celular, tres de la tarde, quería decir que tenía
cuatro horas para ver qué hacía con mi cara, mi cabello —que estaba hecho
un desastre, por cierto—, mis uñas y la ropa.
Eso quería decir que no tendría tiempo para leer, ya tenía cosas que hacer.
Donde primero fui, fue al salón de belleza y luego al centro de uñas. Luego
de todo eso fui al centro comercial a comprar un vestido bonito para ésta
noche, en este tipo de situaciones siempre recorro a Mine para que me
ayude, si embargo no puede, así que lo tuve que hacer sola teniendo en
cuenta los consejos que ella siempre me da.
Ya con todo listo tomé un taxi hacia mi departamento, eran justo las seis de
la tarde
—En el momento justo para pedirte un gran favor —Me acerqué a ella y la
abracé cariñosamente.
—Yo estoy bien, ¿y tú? —Habló con sarcasmo, haciendo referencia a que no
la dejé ni hablar.
—Perdón, pero de verdad necesito tu ayuda. —Le pedí haciendo un mohín.
—Bueno, ¿para qué soy buena? Mmm, creo que ya sé —Me observó de
arriba hacia abajo con los brazos cruzados y una ceja alzada.
—¡Claro amiga! Para eso estoy, pero primero me cuentas por qué estás así
vestida y para dónde vas —Habló mientras caminaba hacia donde
guardaba todos mis productos faciales, incluyendo mi maquillaje.
Tardó unos largos minutos con el maquillaje, pero había valido la pena, el
maquillaje que me había hecho era hermoso; no era cargado ni muy suave,
perfecto para la ocasión.
Al bajar lo primero que veo es a él, en un traje que se veía muy costoso, a
pesar de que la distancia que nos separaba era considerable, podía sentir el
olor de su perfume masculino, muy fuerte y de marca cara. Al verme se
queda pasmado, se queda totalmente quieto, observándome. De alguna
manera su mirada me pone nerviosa, no sé qué tengo mal.
—Buenas noches, Briella. Déjame decirte que te ves preciosa esta noche. —
Espeta mientras mantiene la vista fija en mi cuerpo, aún no me ha mirado a
los ojos.
—Gracias, déjame decirte que también te ves muy bien —Solté sintiéndome
tímida, ahora me observaba de arriba hacia abajo sin disimulo.
No sabía lo que pasaría esta noche, pero espero sea algo bueno.