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UNIDAD EDUCATIVA

“EL CARMEN”

NOMBRE DEL AUTOR:

VELEZ REYES MARYELI

ASIGNATURA:

ACOMPAÑAMIENTO AL PROYECTO DE LECTURA

DOCENTE:

LANDY ESMERALDAS

DOCENTE TUTOR:

JOSE DEFAZ

CURSO:

SEGUNDO DE BACHILLERATO GENERAL UNIFICADO

PARALELO:

D
EL ROMANCE DEL MAFIOSO

DEDICATORIA
LA SIGUIENTE HISTORIA SE LA DEDICO A UNA PERSONA CON LA CUAL
NUNCA PUDE ESTAR, CLARAMENTE ALGUNAS PARTES DE ESTA HISTORIA NO
SON VERDAD PERO SE LE AGREGAN PARA DARLE EMOCION Y QUE SEA MAS
INTERESANTE PARA LOS LECTORES.

AGRADECIMIENTOS
AGRADEZCO A TODAS LAS PERSONAS QUE ME FUERON INCULCANDO DE
COMO TENER UNA BUENA ESCRITURA Y REDACCION PARA PODER ESCRIBIR
UN LIBRO QUE SEA DE AGRADO.

INDICE
CAPITULO 1

CAPITULO 2

CAPITULO 3

CAPITULO 4

CAPITULO 5

CAPITULO 6

CAPITULO 7

CAPITULO 8

SINOPSIS
Dos mundos diferentes, totalmente.

Uno arrogante, frío y autoritario.

Otro dulce, inocente e inexperto.

Pasaría algo el día que esos dos mundos coincidieran.

El problema era uno:

Ninguno estaba preparado.


LIMITACIONES DE LA NARRACION:

GENERO:

ROMANCE

LUGAR:

EL CARMEN MANABI

EXPOSICION:

UNIDAD EDUCATIVA

“ EL CARMEN”

CLIMA:

NUBLADO

LOCALIZACION:

EL PARQUE DE LAS MADRES

EL ROMANCE DEL MAFIOSO


El comienzo de todo
●●

Estoy profundamente dormida, hasta que escucho el sonido horrible de mi


alarma, yo que estaba tan feliz soñando con Justin Bieber, ahora estoy de
mal humor, no pude terminar mi sueño. Hice un puchero de molestia.

De mala gana me levanto de mi hermosa camita tan cómoda <<Desearía


quedarme ahí todo el día>> pienso, pero las ocupaciones me llaman,
necesito apurarme o llegaré tarde al trabajo. Sin pensarlo dos veces me
dirijo al baño no sin antes hacerme un moño desordenado para no mojar
mi cabello, todavía no toca lavarlo.

Una vez limpia y vestida con una ropa decente para el trabajo, me agrego
un poco de maquillaje para las ojeras y un poco de color para las
mejillas <<Ésta piel tan blanca necesita un poco de color>>. Una vez lista y
con el cabello ya arreglado, salgo de mi habitación para la cocina, todo está
solitario ya que la loca de mi mejor amiga no llegó anoche al
departamento. Ruedo los ojos e ignoro eso, entro a la cocina a hacer mi
café de todas las mañanas para después marcharme.

El trabajo no me queda lejos, por lo que siempre voy caminando, además


de que puedo tomar aire fresco. Camino por las calles no tan concurridas
de Italia, pasando frente a locales y saludando personas a quienes estoy
acostumbrada a ver todas las mañanas. Crucé una calle sin mirar, ya que
nunca pasaban coches por esta, pero de lo que no me di cuenta es que uno
venía y juro que pensé que se estrellaría contra mi. Cuando no lo hizo, abrí
los ojos ya que los cerré esperando lo peor.

No pasan ni dos segundos cuando veo que el conductor del Rolls-


Royce Phantom 2022 que casi hace que pierda la vida se baja.

—¿Se encuentra bien, señorita? —Pregunta con preocupación.


Estaba en shock, las palabras no salían de mi boca, y mi corazón estaba a
mil por hora. Cuando por fin pude recomponerme, hablé.

—Si, estoy bien, gracias. —<<Claro que no, sentí que casi me iba al cielo con
Diosito>> pero al menos no me pasó nada.

—Que bueno que se encuentra bien. Para la próxima tenga más cuidado
al... —Iba a seguir pero una voz enfadada que venía desde el auto lo detuvo.

—¡Marc, apúrate, no tengo todo el día! —Vociferó aquella voz ronca y


enfadada <<Qué amargado>>. ¿La gente no puede tener un poco más de
alegría en esta vida?

Evité rodar los ojos ante eso, la gente debería ser más alegre.

—Perdone, señorita. Tenga más cuidado para la próxima —Habló, al


parecer Marc al escuchar a esa otra persona, mientras caminaba deprisa.

—Gracias... —Apenas alcancé a decir ya que tenía que moverme del centro
de la calle y seguir con mi recorrido hacia el trabajo.

Cuando llegué me disculpé con el señor Lombardi, ya que había llegado


tarde, a pesar de que me había planteado no hacerlo, odio llegar tarde,
normalmentesoy muy puntual. Comienzo mi jornada laboral en la
biblioteca, ordenando libros o ayudando a las personas con su selección.

Trabajo en una biblioteca, pero estudié. Estudié repostería, desde pequeña


me había apasionado eso de hornear, así que hice mi sueño realidad de ser
una repostera. Trabajar aquí es un hobby, ya que tenía una tienda de
repostería online, trabajo aquí sólo por las mañanas, ya que el resto del día
lo tengo libre para hacer pedidos y entregarlos.

Normalmente es Mine quien me entrega los pedidos de la mañana, pero la


muy vaga no volvió a la casa desde que se fue a una fiesta anoche, gracias a
Dios no habían pedidos para esta mañana, pero a esa niña le falta un poco
más de casa.
ZAID

Iba directo hacia el trabajo, revisando cosas que requerían de mi atención


en mi celular, el camino era tranquilo. Marc tomaba las calles solitarias
para llegar a tiempo y sin tener que atorarnos en el tráfico. Todo iba bien
hasta que el coche frena de golpe, haciendo que me remueva en el asiento
trasero de forma brusca, acción que me molestó en sobremanera. Antes de
que pudiera decirle algo a mi conductor, se bajó rápidamente del coche,
dejándome con la boca abierta por su falta tan grande de respeto, <<Lo
haré pedazos>> pensé.

Estábamos a punto de atropellar al parecer una chica, desde donde estaba


podía ver a la chica, al parecer Marc le estará pidiendo disculpas o no sé
qué mierda, pero no tengo tiempo para esto.

—¡Marc, apúrate, no tengo todo el día! —Vociferé al bajar el vidrio


polarizado.

Pero había algo de lo que no me había dado cuenta, la chica a la que casi el
idiota de Marc atropella, es una completa obra de arte, no sé lo que estoy
pensando pero es lo que quiero, y lo que quiero siempre lo consigo a toda
costa. Mi itinerario del día de hoy había dado un giro inesperado, pero no
me importa, la empresa y la mafia pueden esperar.

—Marc, cambio de planes. Quiero que sigas a esa chica, ahora. —Le ordené
decidido.

Me había fijado en esa chica, no sé por qué, pero hay algo en ella que había
llamado mi atención.

¿Cómo?
●●
Termino mi jornada laboral en la biblioteca, siempre termino a las doce del
mediodía. Me estoy dirigiendo a mi casa, cuando de pronto me siento
observada. Miro a todos los lados disimuladamente, pero no veo a nada ni
a nadie, pero eso no me amedrenta, sigo mi camino hasta que llego al
departamento que comparto con mi mejor amiga <<Espero que ya esté
aquí>> pienso, rezando para que sea así.

Cuando entro todo lo que escucho es silencio, lo que me hace pensar que la
muy tarada no se ha dignado a pasarse por aquí. Eso es lo que creo cuando
escucho algo proveniente de la habitación de mi amiga, esta tiene la puerta
entre abierta, por lo que puedo entrar con facilidad.
Mientras más me acerco escucho más aquellos sonidos <<¡Son ronquidos!
>>. Eso me da una respuesta clara de que sí se encuentra aquí, debe de
estar muy resacada, ya que Minenyaly jamás ronca.

La muy loca no sabe medirse y menos cuando se trata del alcohol. Asomo
la cabeza por la puerta, la veo con un aspecto fatal y la misma ropa que
llevaba ayer pero muy desordenada. Termino por cerrar la puerta y dejar
que descanse hasta que quiera despertarse, supongo que hoy no irá a
trabajar, por lo que soy una buena amiga y pongo la excusa por ella. Sus
ocupaciones comienzan desde las una de la tarde hasta las seis de la tarde.

Le explico a su jefe su estado, claro que aunque no quiera ni me guste le


digo un poco de mentiras para que se oiga más creíble, no le puedo decir
toda la verdad, no la consideraría como excusa, sino como un acto de
irresponsabilidad de parte de la que yace sobre su cama en aquella
habitación que acabo de entrar.

Ya que no tengo nada que hacer salgo al pequeño balcón con el que cuenta
mi departamento, cuando lo hago siento la misma sensación de cuando iba
saliendo del trabajo: observada. Pero es lo mismo, no veo a nadie
mirándome, no hay nadie pasando por la calle que queda enfrente, pero
noto algo que me llama la atención; es una camioneta negra al otro lado de
la calle, que de casualidad se parece mucho a una que no se movía de
enfrente de la biblioteca esta mañana.

<<Mmm, tiene que ser una coincidencia>>

Sería absurdo pensar otra cosa. Lo dejé pasar y sólo me senté en una de las
sillas que se encontraban ahí, me relajé y cerré los ojos; pero no podía estar
en paz, esa sensación de estar siendo observada me estaba carcomiendo.
No me sentía segura afuera, así que entré, y cuando lo hice me encontré
con una Mine muy alterada saliendo de su habitación <<Hasta que por fin se
digna a despertar>>. Tenía el mismo aspecto, ni siquiera se ha bañado.

—¡Bri! Oh, Dios mío, mi jefe me va a matar. No le he avisado que no llegaría


hoy al trabajo y... —Exclama muy agitada sin dejar de moverse. La
interrumpo antes de que se vuelva loca.

—Mine, tranquila. Hace rato llamé a tu jefe y le dije que faltarías el día de
hoy. Cálmate, todo está resuelto. —Le digo, parecía que iba a explotar de la
desesperación.

Realmente mi mejor amiga es muy puntual y responsable, de hecho, es la


primera vez que falta al trabajo por ir a emborracharse. Por esa razón su
superior le dejó pasar esto hoy.

—Ay, que alivio —puede respirar con más tranquilidad después de escuchar
mis palabras—. Te amo Bri, qué haría sin ti... —Sé acercó y me estrechó en
sus brazos, lo sé, soy la mejor amiga de todas.

—Ya, loca. Ve a bañarte, mientras tanto yo preparo algo de comer, ¿si? —La
separé lentamente de mi.

Asintió y sin decir nada más se fue. En lo que hacía lo que le mandé,
preparaba el almuerzo. Hacía algo ligero, no quería que lo que hiciera le
haga daño a Mine, que seguramente tomó como loca anoche.
Yo jamás he ido a una fiesta, pero una vez me embriagué y casi saludo a
Dios, después de esa vez no he vuelto a tomar, tampoco es que sea de salir
todo el tiempo con mis amigos; hay algunas veces que Mine me invita a
alguna que otra salida con sus amigas y acepto, siempre y cuando no haya
gente fumando ni tomando. Algo que me caracteriza mucho es mi pasión
por leer, me encanta; es algo que amo hacer siempre que tengo tiempo
libre; en mi habitación tengo un estante lleno de libros. Normalmente
cuando no estoy leyendo estoy horneando para pedidos o para que Mine y
yo comamos un pequeño postre después de almorzar.

En lo que termino Mine aparece y entra a la cocina a tomar agua y luego se


sienta en el sofá con su celular.

Sirvo y comemos hablando sobre lo que mi mejor amiga hizo ayer en la


noche. Nos reímos de sus locuras, al parecer se divirtió mucho. Nos
pasamos la tarde viendo películas y comiendo mucho, no la dejo comer
muchos dulces ya que su estómago no puede estar recibiendo tanto, el
alcohol no le hace mucho bien que digamos.

Pasamos un día increíble en casa, hace mucho no nos divertíamos tanto.

ZAID
●●

Días después...

Espero sentado en mi estudio nuevas noticias sobre aquella chica que


tanto me llamó la atención, mandé a investigar sobre ella hace algunos
días y ya es hora de que me traigan algo nuevo. Tocan la puerta y dejo
pasar a Bastián, mi hombre de más confianza, a él lo he mandado a
investigar.

—¿Qué tienes para mí? —Le pregunto una vez lo veo pasar, ni siquiera le di
tiempo a saludarme, pero eso no es lo que me interesa, quiero saber qué
tanto ha investigado.
—Bueno señor, al parecer no fue difícil descubrir lo más básico de ella. Se
llama Briella Roux, tiene veintitrés años, está soltera, vive con su mejor
amiga Minenyaly Dubois y trabaja en una biblioteca cerca de su
departamento. Estudió repostería en la universidad IFSE. Al parecer casi no
sale de su casa, nada más es de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, la
estuvimos vigilando de cerca como pidió y eso es lo que ha demostrado
hasta ahora, he mandado a uno de los espías a tomarle fotos de lo que
hace, y aquí están. Me pasa un sobre, el cual abro rápidamente y veo su
rostro otra vez, hay fotos de ella en la biblioteca donde trabaja, en el balcón
de su casa y caminando por la calle. La verdad me hicieron un buen trabajo.

Le agradezco a Bastián por la información, se va, no sin antes darme un


papel con toda su información y algunas evidencias que tal vez necesite.

Así que mi Briella es una chica buena y pasiva, vive con su mejor
amiga, mmm, interesante... En el papel que me dió Bastián dice que sólo
trabaja por las mañanas y que el resto del día se la pasa en casa, me gustan
los detalles. También dicen más cosas como su dirección y todo lo que
pudieron investigar, el papel junto con las fotos las guardé en el cajón de
mi escritorio y lo cerré con la llave, no sin antes llevarme una de las fotos de
recuerdo, ya la voy a necesitar después.

Sonrío ante tal pensamiento y sigo con mi trabajo hasta que llega la noche.

●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●

Una vez llegada la noche me preparo para salir, no importa qué día sea casi
siempre voy a una de las mejores discotecas que puedan haber y me
consigo una que otra mujer para pasarla bien.

Una vez listo a las afueras de la mansión me espera mi equipo de


seguridad, tengo enemigos por todos lados, nunca se sabe cuándo están al
acecho para atacarme, siempre digo que hay que estar preparados para lo
que sea.
Abordo la camioneta con más detrás de la que voy; como siempre, es Marc
quien va conduciendo. Al llegar no está tan lleno, éste es un lugar
exclusivamente para gente adinerada o importante, incluyendo también a
los mafiosos.

Me dejan pasar a penas llegar y me dirijo al área VIP que se encuentra en la


parte superior, mi seguridad se separa y se colocan en lugares estratégicos,
Bastián es el único que se queda cerca. Hay una mesa enfrente de mi que
tiene varios tipos de bebidas, una chica se acerca a servirme whisky, mi
favorito. Desde donde estoy se puede ver todo el lugar; me quedo
observando hasta que veo algo que me hace voltear la mirada hacia
Bastián que me mira de vuelta viendo lo mismo que yo.

—¿¡Qué diablos hace ella aquí!? —Bramo, furioso. Paciencia, necesito


paciencia.

Bastián me mira confundido y les dice algo a los demás por el


intercomunicador. ¿Qué hacia Briella aquí?

BRIELLA
●●

—Vamos, no pongas esa cara, ven conmigo, enserió, te va a gustar. —Me


ruega Mine, pero no voy a acceder. No he ido a una discoteca en toda mi
vida, ¿para qué quiero ir a una ahora?

Me dijo que iría con unos amigos "poderosos y con dinero" y me quiere
invitar cuando muy bien sabe que no me gustan ese tipo de cosas ni me van
a gustar jamás. No voy a ir ni muerta.

—¡No! He dicho que no voy y punto. —Me niego, no quiero y no voy, esa es
mi última palabra.

●●
No sé cómo pasó, pero ahora Minenyaly y yo estamos en una discoteca al
parecer de mafiosos. No sé cómo nos dejarán pasar aquí.

Llevo un vestido rojo ceñido que me dijo Mine que me lo pusiera, ya que
acepté venir a éste lugar <<No sé cómo>> pues me puse el dichoso vestido,
ella misma me maquilló con algo cargado; sombras oscuras y un labial a
juego con el vestido; no estoy nada mal, pero no puedo negar que no me
agrada el ambiente de una discoteca o fiesta, aunque nunca he pisado
alguna.

Los amigos de Mine, no lo puedo negar, los dos están muy bonitos, se
llaman Axel y Joseph. No sé por qué, pero Axel <<Que es el más bonito, por
cierto>>, me mira todo el tiempo, eso me pone nerviosa. Ellos son los que
nos permiten entrar aquí, porque sino, no estaríamos aquí. Axel justo va
detrás de mi, siento su cuerpo demasiado pegado al mío, pero lo ignoro
aparentando que no me pongo a temblar.

Él es un hombre alto, con músculos bien trabajados, con ojos azules-


verdosos y con un aire imponente que pone de rodillas a cualquier mujer,
me mira mucho y eso me pone muy nerviosa. Una vez ingresamos al lugar
sin tanta gente y con música a un volumen no tan alto, yo busco con la
mirada un lugar donde sentarme, <<No pienso tomar ni un poquito>> mi
experiencia con el alcohol no ha sido la mejor, así que prefiero no
arriesgarme. Desde que encuentro uno tomo asiento y cruzo las piernas
con la espalda recta, varios hombres se me quedan mirando, pero los
ignoro, Mine me mira y hace lo mismo, ignorarme; ella sabía desde un
principio que no venía aquí porque quería, sólo por no hacerla sentir mal.

Axel hace lo mismo que yo, sólo que este se pide una bebida, me ofrece
pero me niego, luego de un rato trata de sacarme un poco de conversación.

—Y dime, ¿no tomas? —Me pregunta con esa voz ronca que tiene, que me
hace sentir extraña.
Yo sólo niego y no digo nada.

—¿Te comió la lengua el gato o qué? —Vuelve a preguntar burlón. Esta vez
decido hablar.

—No, sólo que no me gusta este lugar y no me dan muchas ganas de hablar.
—Es una excusa absurda, pero no voy a decirle que siento un cosquilleo
extraño en mi vientre bajo cuando hablo con él.

—¿Para qué viniste, entonces? —Me cuestiona.

—Sólo porque no quería hacer sentir mal a Mine, es todo. —Me explico, la
verdad no me hace gracia estar aquí, y ella lo sabe.

—Te entiendo, al principio tampoco me gustaban las fiestas y el alcohol,


pero ahora que tengo tantas responsabilidades necesito algo para
desestresarme.

—Ni aunque tenga la vida hecha nada, me atrevo a tomar una sola gota de
nada que contenga alcohol, nunca. —Sentencio, él parece un poco
sorprendido.

—Bueno, no voy a preguntar qué fue lo que te hizo la bebida para que
hables así, porque seguro no fue algo bonito. —<<Para nada>> pienso.

Después de eso no digo nada más. Pasa un rato y veo que no se mueve de
dónde está, pero no le digo nada. Siento cómo se va acercando a mi poco a
poco, me remuevo un poco incómoda en mi lugar, deseando que no se me
acerque más, pero sigue hasta encontrarse tan cerca de mí que siento el
calor que emana su cuerpo.

—¿Tienes novio, Briella? —Pregunta muy cerca de mí oído. Dios, la forma en


la que dice mi nombre hace que me ponga más nerviosa de la cuenta.

—No, tampoco pienso tener uno. —Le digo tratando de sonar firme, pero es
que su presencia tan cercana me ponía de verdad nerviosa.
—Mmm, te entiendo, en estos tiempos hay muy pocos hombres que sepan
valorar a una mujer. —Tiene razón, nunca he tenido un novio, no he
experimentado lo que es ser querida o amada por alguien que no sea de tu
familia.

Pero realmente eso es algo que no me llama la atención, si tiene que llegar
que lo haga, pero no es algo que necesite por ahora. No digo nada, pero él
se va acercando más y más a mi rostro, no sé por qué pero me dejó
llevar <<Dios, jamás me he besado con alguien>> ¿Qué me está pasando?

Antes de que suceda algo de lo que me lamente, me separé de él. Su


cercanía me ponía incómoda y nerviosa, no quiero cometer una locura. Su
voz no tardó en hacerse presente.

—Mmm, terca, ¿eh? Me gusta. —Murmuró cerca de mi oído.

Quería separarme de él, pero no sabía cómo. En ese momento veo que
Mine se acerca hacia mi, creo que sé para qué.

—A ver, sé que me vas decir que no, pero ven a bailar al menos una canción
conmigo —Hace un pequeño puchero y no lo dudo dos veces. Quería
alejarme de Axel y esa era una buena excusa.

—Claro, vamos. —Me levanté del sofá en el que estaba sentada y jalo su
brazo para acercarnos a la pista de baile. Ella parece sorprendida, pero no
le digo nada más y avanza conmigo.

Aunque esté sorprendida, no me dice nada y aprovecha el momento de


bailar conmigo, que de los años que tenemos de ser amigas nunca he
bailado con ella en una discoteca, porque nunca me cansaré de repetir que
odio las fiestas y tomaderas de alcohol. Vamos a la pista
y I feel like I'm drowning de Two Feet estaba sonando en los altavoces, la
conozco muy bien, es una de las canciones que más escucho.

+
You keep dreamin' and dark schemin'
Yeah, you do

You're a poison and I know that, it's the truth

All yours friends think you're vicious


And they say you're suspicious

You keep dreamin' and dark schemin'


Yeah, you do

I feel like I'm drowning


(I'm drowning)

You're holdin' me down and


(Holdin' me down)

And killin' me slow


(So slow, oh no)

I feel like I'm drowning


(I'm drowning)

Por primera vez en mucho tiempo me dejé llevar por la música, mi cuerpo
iba con el beat de la canción lentamente, pasaba las manos por mi cabello
y disfrutaba sin importarme nada. De un momento a otro sentí una mirada
penetrante sobre mí, miré hacia Axel, pero él ya ni se encontraba ahí. Seguí
contoneando mis caderas al ritmo de la música, cerré mis ojos y disfruté de
la canción hasta que terminó. Al final terminé sudada y con la respiración
agitada, Mine y yo nos miramos y reímos.

—¡Te luciste, amiga! Hace tiempo no te veía disfrutar así, te hace falta un
poco más de diversión —Sugirió Mine, hablando fuerte para poderla
escuchar por encima de la música.

—Nunca me había divertido de esta forma, me gustó esta vez. —Le dije de
la misma forma. Hay muchas personas que creen que la diversión siempre
se encuentra en el alcohol, las drogas y relaciones sexuales; pero la verdad
es que podemos encontrar diversión en otro tipo de cosas, yo me divertí
sólo bailando sin tomar.

—¿Quieres bailar otra? —Me pregunta, a lo que acepto.

Y así pasamos toda la noche. Sorprendentemente Mine no tomó hasta


embriagarse, simplemente se quedó la mayoría de tiempo bailando
conmigo y aprovechando la oportunidad, porque esto no se ve todos los
días.

ZAID
●●

Al parecer la maldita se divertía, bailaba y reía con su amiga, hombres las


miraban y eso no les importaba. Si fuera mía la azotaría hasta que me
pidiera con lágrimas en los ojos que parase.

Hice las manos puños y alejé esos pensamientos. Pero no negaba que me
encantó verla bailando las canciones lentas, cómo se meneaba y se pasaba
las manos sensualmente por el cabello, sonreía y se agitaba. Pasaron casi
toda la noche bailando; ella no tomó alcohol, algo que me sorprendió ya
que es una discoteca, cómo no iba a tomar. Supongo que eso no le gusta.

Una chica con tetas y culo grandes se me acercó; permití que me tocara,
sólo que no mucho. Notó la erección que llevaba dentro de los pantalones
gracias a la pequeña chica que se divertía ahí abajo y que tenía una vista
perfecta de ella. Desde que levantó a bailar la primera canción se me puso
dura de sólo ver cómo contoneaba esas caderas. Me la tocó por encima del
pantalón, aquí ofrecían un servicio exclusivo en la sona VIP, habían chicas
lindas dispuestas a satisfacer tus necesidades, y eso me gustaba, pero no
quiero eso ahora.

Dejé que me tocara un poco más y la alejé con sólo el movimiento de mi


mano. De inmediato se fue y yo disfruté un rato más de ver cómo aquella
chica que había captado mi atención se movía; al rato divisé cómo se iba, a
lo que yo me levanté. Con una mirada le dije a Bastián que era suficiente.
Salí de allí con varios de mis hombres detrás y delante de mí, a lo lejos
podía ver a la castaña que reía con su amiga; pero no estaba borracha.

Una vez salgo, recibo el aire frío de la madrugada. Perdí de vista a Briella y
su amiga, supongo que ya se fue.

Eso es lo que pienso hasta que veo cómo un estúpido se le acerca en contra
de su voluntad, ya que se puede oír cómo claramente le dice que se aleje de
forma amable. Insiste y ella se siente más incómoda.

<<No estoy para aguantar estas cosas>>

Le digo a Bastián que espere y me acerco a donde están la castaña y el tipo


que parece que está borracho.

—Vamos preciosa, yo sé que quieres. —Insiste, pero ella sigue diciendo que
no. Me voy acercando muy lentamente.

—No, enserió, aléjate de mi por favor —Su voz es suave, <<Hermosa>> pero
firme. Él la tiene acorralada, no puede hacer nada.

—No te hagas la... —Iba a seguir, pero lo interrumpí con una voz fuerte.

—Te ha dicho que te alejes de ella. No te lo quiero volver a repetir. —Dije,


amenazante.

—¿Y tú, quién diablos eres? —Me pregunta en italiano.

—Una persona que no repite lo que ordena. Así que aléjate de ella de una
buena vez si no quieres que te vuele los putos sesos. —Le contesto en el
mismo idioma.

El tipo parece ceder cuando me le acerco, le doblo el tamaño, lo que hace


que se vaya de una buena vez. Levanté la mirada hacia la chica que me
miraba asustada.
—¿Estás bien? —Me acerco un poco más a ella, a lo que se encoge contra la
pared, lo que me hace detenerme.

—Emmm... Si, creo. —Su voz se hace un poco más aguda, al parecer le doy
miedo.

—¿No te hizo nada ese cretino? —Le pregunté con un poco de enojo
pensando en el simple hecho de que quiso tocarla.

—No. Gracias por eso, un poco más y me desmayaba. —Habló mientras su


voz temblaba.

—¿Segura que estás bien? —<<¿Por qué me preocupaba tanto? Era sólo
defenderla, no hacerle un interrogatorio>>

—Si, pero no sé a donde se fue mi amiga. Iré a buscarla. Gracias otra vez por
eso. —Dijo mientras caminaba por la acera, pero la detuve con mi voz.

—No creo que sea muy seguro para ti caminar a esta hora, sola. —Recalqué.

Ella tarda un poco en responderme.

—Lo sé, creo que pediré un Uber y me iré a casa. —Eso tampoco sería tan
seguro a estas horas. <<No sé qué estoy a punto de hacer>>.

No lo pienso mucho y lo suelto antes de arrepentirme.

—Puedo llevarte si quieres. Sé que soy un desconocido, pero puedo


asegurarte que no te haré nada malo. —<<Dios, no sé qué acabo de decir>>.

Ella parece pensarlo, piensa tanto que creo que va a negarse, abre la boca.
Me preparo para recibir una negación por respuesta, sin embargo, escucho
todo lo contrario.

—Está bien. —Acepta sin más, algo que me sorprende. <<Espero que con
otros hombres no sea así de fácil>>.
Sin decir nada le doy la espalda y comienzo a caminar para que me persiga.
Segundos después se coloca a mi lado. Abordamos una de las tres
camionetas negras con vidrios polarizados, ella con un poco de vergüenza
ya que la dejo entrar primero. Al final lo hace, Bastián me echa una mirada
de complicidad y yo sólo sonrío, entro a la camioneta detrás de ella y mi
chófer cierra mi puerta.

Ella da su dirección y luego de ahí no habla más. Todo el trayecto se la pasó


pegada a la puerta de su lado como si quería lanzarse. Me la pasé casi todo
el camino apreciando su perfil, ella no me miraba y sólo apreciaba la vista
de la ciudad iluminada con las luces de la calle. En un momento voltea a
verme pero gira su cabeza de inmediato al notar que la estaba mirando
desde antes. Yo suelto una pequeña carcajada y puedo notar un poco de su
sonrojo.

La camioneta se detiene frente a su departamento y ella no se baja sin


antes hablar.

—Gracias... —Hace una pausa esperando escuchar mi nombre.

—Zaid. Me llamo Zaid —Me presento por fin.

—Muchas gracias Zaid. —hace otra pausa pensando en decir algo más—
¿Cuándo te volveré a ver? —Pregunta tímidamente, casi arrepentida de sus
palabras.

Yo sonrío ladinamente y contesto a su pregunta.

—Pronto, muñeca. —Se sonroja otra vez antes de bajarse por completo.

—Hasta pronto, Zaid —Se despide.

—Hasta pronto, Briella. —Pronuncio su nombre y se sorprende, mas para


este punto ella ya había cerrado la puerta y la camioneta ya estaba en
marcha.

<<Muy pronto>> pienso.


BRIELLA
●●

<<¿Qué acaba de pasar?>>

Es lo único que me pregunto al cerrar la puerta de mi departamento.

Ese tal Zaid sabía mi nombre

Pero...

¿Cómo?

"Zaid"
●●

<<Zaid, Zaid...>>

Se repetía en mi mente mientras ordenaba libros en los estantes, su


nombre, su apariencia y todo él se llevaba por completo toda mi atención.
No sé de dónde me salió el impulso de preguntarle si le volvería a ver. Pero
es que de alguna manera siento que es así, que en algún momento
volveríamos a chocar.

Sacudí mi cabeza para alejar esa idea, no sé qué hago pensando en un


hombre que apenas conozco su nombre y que sólo me defendió y se
ofreció a llevarme. Él es altísimo de ojos color... sus ojos son
indescriptibles, tiene un color verde muy claro, que aún con la oscuridad de
la noche logré descifrar su color. Él en sí es muy lindo, y se siente un aura
poderosa en él. Pude notar que tiene seguridad y personal, ¿será él una
persona famosa?. Bueno, por algo se encontraba en esa discoteca aquella
noche, era exclusivamente para personas que se vean como él.

No niego que, últimamente, ha sido el dueño de mis pensamientos. Casi no


me concentro en el trabajo y en casa me la paso como una zombie. Mine
me tiene la vida de cuadritos nada más preguntando qué es lo que me
pasa, no pienso decirle ya que fue algo muy simple y que no volverá a
pasar. Aunque, es mi mejor amiga, debería contarle todo lo que me sucede,
por algo somos amigas desde que estábamos en el jardín de niños. Al
volvernos adultas no sabíamos cómo íbamos a separar nuestros caminos,
fue entonces que nos mudamos juntas aquí y ahora mantenemos una vida
unidas.

Somos inseparables

Sonrío ante esos recuerdos y pensamientos. Es así que decido decirle, qué
más da, no es algo del otro mundo.

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—¿¡Que, qué!? ¿Y cuándo pensabas decírmelo? —Exclamó una molesta


Mine al contarle todo lo que había pasado con ese tal Zaid.

—Pues... te lo estoy contando ahora, ¿qué más deseas? Además, todo eso
sucedió anoche. —Me excusé.
—Bueno... me lo tuviste que decir desde que llegaste ayer. —Se cruzó de
brazos.

—¡Eres demasiado complicada Mine! —Hice un puchero, ya molesta.

—Ya, ya. Está bien, te entiendo, pero me da curiosidad de por qué no me lo


habías dicho en la mañana antes de irte.

—Porque no tuve tiempo, pero te lo estoy diciendo justo ahora.

Se quedó unos segundos callada, como si estuviera pensando en algo,


momentos después me habla.

—¿No has pensado en buscar su Instagram? —La pregunta me toma por


sorpresa. Aunque no tanto, a Mine le gusta hacer ese tipo de cosas. Lo de
buscar a personas en la Web le luce.

—Pues la verdad, no. No me sé su nombre completo, así que creo que será
inútil. —Digo, desanimada.

—Eso no es impedimento para la gran Minenyaly Dubois. Lo consigo porque


lo consigo amiga, pásame tu celular. —Extiende la mano y le paso el
aparato, ella lo desbloquea y rápidamente se pone en acción como dice
ella.

Paso exactamente un minuto, hasta que saltó en la cama y yo me asusté


por un segundo.

—Lo encontré, no fue muy difícil. La cantidad de seguidores que tiene me


hace más fácil el trabajo. —Sonrió orgullosa y me pasó mi celular con su
perfil de Instagram abierto.

Sí que era buena. Yo no podría hacer eso, ni por más fácil que fuera, no soy
buena stalkeando gente.

—Disfruta a tu hombre en Instagram, ya me tengo que ir —habla mientras


se levanta del colchón y abre la puerta de la habitación—. Nos vemos.
Se despide y yo hago lo mismo, momentos después oigo la puerta del
departamento abrirse y cerrarse. Mientras tanto yo me pongo a revisar su
perfil de Instagram.

Dios, sí que estaba bueno.

Sus fotos sin camisa me lo corroboraban; posaba de una forma en las fotos
que; no sé por qué me atraía tanto y me dejaba tan embobada. Cuando me
doy cuenta de todo comportamiento sacudo la cabeza varias veces para
alejar todos esos pensamientos de mi cabeza.

¿Qué me está pasando?

Salgo rápidamente de ese perfil tan tentador, a la misma vez salgo de la


aplicación y bloqueo el celular. El tal Zaid se había llevado un poquito me
mi atención, no lo iba a negar. No sé por qué me sentía extraña, la verdad
nunca me había puesto a pensar en un hombre de esta manera, siendo
sincera creo que jamás me había agradado un hombre, es que ninguno en
específico había llamado mi atención de esa forma. Tengo gustos muy
específicos, que no todos los hombres pueden satisfacer; y es que hay
tantos hombres en este mundo que no saben cómo tratar bien a una mujer
que mejor me quedo como estoy para siempre.

Y es que de eso se trata, de que un hombre sepa realmente cómo tratarme,


de que tenga esa personalidad exacta con la que pueda llevarme a otro
mundo sin tener que salir de este, que lo lleve en su naturaleza, que no
cambie por mí, que le salga del corazón tratarme bien. Pero dudo mucho
que existan hombres así en estos tiempos. No he conocido al primero ni
creo que vaya a conocer alguno en algún momento.

Dejo de pensar en mis gustos de hombre extravagantes y me levanto de mi


cama a sacarme la ropa, ya que desde que llegué del trabajo sólo me
dediqué a charlar con mi mejor amiga. Mientras me deshacía de mis
prendas sentía otra vez esa bendita sensación de que me están
observando.

Creo que me estoy volviendo paranoica.

No comprendo por qué hace días me estoy sintiendo de esta forma, cada
vez que miro a mi alrededor no hay nadie, y normalmente sucede cuando
estoy fuera de casa o en el balcón. En mi habitación hay un balcón al igual
que en la sala, y este tenía las cortinas de las puertas corredizas hacia los
lados. Con mi blusa me tapé la parte superior de mi cuerpo y asomé la
cabeza hacia afuera, para ver si alguien me observaba de verdad o sólo
eran cosas mías.

Pero siempre era lo mismo...

Nada, nadie.

Terminé por ignorar eso y me liberé de todo lo que llevaba puesto. Luego
de eso me di un baño en la tina; hace mucho no me relajaba en el baño. En
las tardes tengo muchas cosas que hacer, ya no es la escuela ni la
universidad, ahora es mi segundo trabajo que, –por cierto– es el que más
me divierte, pues para eso estudié, pero es que también tengo una pasión
por los libros que... madre mía. No sabía cuál de los dos elegir, así que me
hice las cosas más fáciles y elegí los dos.

Y amo mi vida, también porque no hay ningún hombre al que deba rendirle
cuentas ni mucho menos. No hay gente que me controle y que critique todo
lo que hago o no. No es que tenga una vida extravagante ni alocada, eso
desde que era pequeña no me ha llamado la atención, además, la cantidad
de gente que muere por ese estilo de vida sin control, sin una rutina en
específico, sólo de fiesta en fiesta y alcohol, drogas y mucho más. Eso es
horrible, mejor morir por vejez a morir por ser una estúpida.

Después de unos largos minutos en la tina, salgo y vacío el agua; me


envuelvo en mi toalla y me pongo ropa cómoda, luego de lavar mis dientes
y hacer mi rutina con mi piel. Luego de ponerme cómoda me siento en mi
cama a leer un libro, me ha gustado mucho, trata de un amor perfecto, de
esos que sabes que jamás te sucederán en la vida real, y esos que cuando
terminas el libro te atreves a leerlo una y otra vez, recordándote que nunca
jamás vas a experimentar eso. Martillándote la cabeza con ese tipo de
cosas que en el fondo sabes que te haven daño emocional por saber cómo
de perfectos pueden ser los hombres: ficticios.

¿Triste, verdad?

Después de leer algunos diez o doce capítulos me levanto de mi cama a la


cocina, desde hace rato me ha dado un poco de hambre, pero el libro está
tan bueno que he decidido quedarme pegada, al final el hambre ha podido
conmigo. Me dirijo hacia el refrigerador, sin embargo, está más vacío que
mi corazón. Eso es mucho decir.

Bueno, supongo que tendré que cambiarme otra vez para ir a la tienda.

Por suerte la tienda no me quedaba lejos, vivir en esta zona no es malo,


después de todo.

Me tomó algunos minutos ponerme ropa decente para salir. No muy


producida, ya que solo compraría algunas cosas, las compras para todo el
mes las haría después con Mine. Salgo del departamento, bajo por el
ascensor y lo primero que recibo es el aire de la calle, las personas de aquí
para allá haciendo sus asuntos y mi vecindario que no es nada nuevo ni
extravagante.

La tienda donde normalmente compro mis snacks y cosas necesarias me


quedo solamente a dos cuadras, así que sólo caminos por unos quince
minutos y ya me encuentro allí. Pero noto algo raro: frente a las puertas hay
dos hombres grandes y fuertes con traje. Están, al parecer, custodiando la
entrada; es algo extraño, vengo seguido acá pero nunca había visto esto.
Y lo que más me descoloca es que, cuando estoy a punto de entrar uno de
los hombres susurra mi nombre, lo miré pero él no volteó a mirarme, se
removió en su lugar sin decir nada más.

Esto es raro, muy raro.

Hago como que eso no me importó y me adentro en el lugar, los empleados


me conocen por lo que los saludo a todos muy amablemente. Me dirijo
hace el pasillo de las frutas y vegetales, en la cocina hacen falta así que los
pongo en la canasta que había tomado previamente. Tomé todo lo que
necesitaba, me adentré a otro pasillo para buscar mis antojos de cada vez
que leo o quiero picar algo.

Iba muy concentrada buscando todo lo que se me provocaba, hasta que


tuve que chocar con una persona. Era un pecho grande, fuerte y duro; me
dolió cuando impactamos.

Mire hacia arriba y me encontré con la persona que menos me imaginaba


que fuera.

Zaid.

ZAID
●●

Mi madre a veces es fastidiosa, como me encontraba fuera de casa me pidió


que le llevara chocolate porque no había y ella quería hacer no sé qué con
eso. El tema es que le pedí a Marc que se detuviera en la tienda más
cercana a la que estuviéramos y ahora estoy aquí, decidí bajarme yo mismo
a buscarle el chocolate.

Iba por un pasillo buscando el dichoso chocolate que mamá necesitaba.


Creo que es el correcto ya que veo dulces y chucherías . Según me dijo lo
necesitaba para derretirlo, así que me concentro en buscar uno que sea de
calidad.
Todo andaba bien hasta que choco con algo.

O mejor dicho: alguien.

Era un cuerpo pequeño, el contacto fue poco pero sentí que iba a caerse
con sólo impactar con mi anatomía. Miro a la persona con la que tuve el
pequeño encuentro, preparado para ser grosero, como siempre lo he
hecho; pero todo se viene abajo cuando la veo a ella.

Llevaba puesto un vestido corto blanco de flores amarillas, su cabello


estaba recogido en una coleta y no llevaba maquillaje.

Se veía hermosa.

Briella se encontraba frente a mi arrugando su nariz, como si estuviera


molesta. Ella igual sube la mirada y me divisa; al hacerlo se quedó
embobada por algunos segundos.

—Hola, Briella. —Saludé con un todo de voz profundo.

—Zaid —pronunció mi nombre inconscientemente.

Me dio un poco de ternura su gesto, parece una pequeña niña. Eso me saca
una pequeña sonrisa.

Ella sacudió levemente su cabeza y volvió a hablar.

—Eeh... hola —Murmuró, tímida.

—¿Cómo estás? —Pregunté, sin pensar.

—Mm... bien. Sólo pasaba por aquí buscando algunas cosas que necesitaba
—Explicó, riendo nerviosa, aún cuando no le había pedido explicación.

—Ya veo —Observé la pequeña canasta que llevaba en las manos, parecía
que se divertiría.

—Si... —calló por unos momentos y luego habló nuevamente— Bueno, fue
un gusto volver a encontrarte, Zaid. Adiós.
Quizá avanzar, sin embargo, la detuve tomándola de su brazo izquierdo. Me
sentí nervioso por un momento, algo muy raro en mí.

Jamás me sentía nervioso.

—Espera, quiero proponerte algo. ¿Qué tal si vamos un día y nos tomamos
algo? ¿Te gustaría? —En ese momento me sentí más nervioso, no
comprendía lo que sentía.

Ella pareció pensarlo, se había quedado en su lugar sin mirarme; creo que
considerando la idea. Al pasar unos minutos, por fin pronunció palabra.

—E-está bien. Tú sólo dime cuál día y podemos vernos.

—Perfecto, ¿qué te parece hoy a la noche? Puedo ir a recogerte a tu


departamento y dejarte también, si quieres. —Espero y acepte, me gustaría
mucho llevarla a cenar. Sé que es muy pronto pero de verdad me
encantaría.

—Sí, me parece bien. Entonces dime a qué hora debo estar lista.

—Siete en punto. A esa hora estaré pasando por ti. —Aseguré.

—Bien. Pues nos vemos hoy a la noche, Zaid. —Me dió una última mirada y
pasando por mi lado, desapareció de mi vista.

Luego de eso, encontré lo que buscaba y me fui de aquel lugar lleno de


paparazzi, pensando solamente en que Briella había aceptado salir
conmigo a la noche, y que estaba ansioso por volver a verla.

B R I E LLA
●●

¿Por qué había aceptado su propuesta?

Ni siquiera sabía por qué había estado tan segura cuando acepté, ahora voy
a tener que ir porque se ofreció a recogerme, y no podía dejarlo plantado.
Verifiqué la hora en mi celular, tres de la tarde, quería decir que tenía
cuatro horas para ver qué hacía con mi cara, mi cabello —que estaba hecho
un desastre, por cierto—, mis uñas y la ropa.

Eso quería decir que no tendría tiempo para leer, ya tenía cosas que hacer.

Deposité lo que había comprado encima de la encimera de la cocina y con


lo mismo que llevaba puesto salí del apartamento, no sin antes dejarle una
nota a Mine diciéndole que tenía cosas que hacer y que probablemente no
me vería en la casa cuando llegara, aunque espero que sí esté ahí.

Donde primero fui, fue al salón de belleza y luego al centro de uñas. Luego
de todo eso fui al centro comercial a comprar un vestido bonito para ésta
noche, en este tipo de situaciones siempre recorro a Mine para que me
ayude, si embargo no puede, así que lo tuve que hacer sola teniendo en
cuenta los consejos que ella siempre me da.

Vi muchas opciones, pero al final me decidí por un vestido ceñido al


cuerpo, color rojo, de tirantes y con dos dedos por encima de la rodilla.

Ya con todo listo tomé un taxi hacia mi departamento, eran justo las seis de
la tarde

Tengo una hora justamente para estar lista.

Al llegar me metí a la ducha y allí me aseé todo lo que necesitaba. Al salir


me coloqué la ropa que había comprado y los zapatos a juego que ya los
tenía. En ese momento oigo la puerta principal abrirse y luego volver a
cerrarse, eso quería decir que Mine había llegado. Avisó su llegada y luego
entró a mi habitación.

No la dejé saludarme y hablé.

—En el momento justo para pedirte un gran favor —Me acerqué a ella y la
abracé cariñosamente.

—Yo estoy bien, ¿y tú? —Habló con sarcasmo, haciendo referencia a que no
la dejé ni hablar.
—Perdón, pero de verdad necesito tu ayuda. —Le pedí haciendo un mohín.

—Bueno, ¿para qué soy buena? Mmm, creo que ya sé —Me observó de
arriba hacia abajo con los brazos cruzados y una ceja alzada.

—Si, por fis —Le sonreí inocentemente.

—¡Claro amiga! Para eso estoy, pero primero me cuentas por qué estás así
vestida y para dónde vas —Habló mientras caminaba hacia donde
guardaba todos mis productos faciales, incluyendo mi maquillaje.

Mientras ella me maquillaba yo le contaba el inesperado encuentro con


Zaid en la tienda y su propuesta que yo por estar de tonta acepté. No sé
cómo debo sentirme ahora mismo, porque literalmente es alguien que no
conozco, pero por algún razón acepté salir con él.

Tardó unos largos minutos con el maquillaje, pero había valido la pena, el
maquillaje que me había hecho era hermoso; no era cargado ni muy suave,
perfecto para la ocasión.

Tomé un pequeño bolso negro donde metí mi celular y otras cosas


necesarias. Mine me había dicho que llevara un lápiz labial por si acaso, sin
embargo no creo que lo vaya a necesitar. Justo a las siete en punto,
mientras me encontraba en el balcón recibiendo aire, pude divisar que
abajo se estacionaba un Lamborghini Aventador de este último año, de
color negro. Luego de unos momentos puedo ver cómo Zaid se bajaba de
ese auto tan lujoso; elevó su mirada hacia donde yo estaba, y en ese
preciso momento me moví de allí para dirigirme a la puerta principal para
salir.

Salí de mi departamento, no sin antes enviarle mi dirección en tiempo real


a Mine, "por seguridad" como dice ella. También quedamos que le enviaría
un mensaje cada cierto tiempo para ella saber que estoy bien.
Bajo por el ascensor ansiosa y sobre todo nerviosa, aún no puedo creer que
voy a salir con un hombre al que apenas conozco. Es algo muy raro en mí,
pero siento algo en él que me inspira confianza, pero hay algo también que
me deja inquieta. El poder y la autoridad que él emana de alguna forma me
atrae, es algo bastante extraño que no puedo entender de mí misma.

Al bajar lo primero que veo es a él, en un traje que se veía muy costoso, a
pesar de que la distancia que nos separaba era considerable, podía sentir el
olor de su perfume masculino, muy fuerte y de marca cara. Al verme se
queda pasmado, se queda totalmente quieto, observándome. De alguna
manera su mirada me pone nerviosa, no sé qué tengo mal.

Me voy acercando lentamente hacia él, y decido ser yo la primera en


saludar.

—Buenas noches, Zaid. —Saludo, y detengo mi andar cuando nos


encontramos frente a frente. Él parece reaccionar.

—Buenas noches, Briella. Déjame decirte que te ves preciosa esta noche. —
Espeta mientras mantiene la vista fija en mi cuerpo, aún no me ha mirado a
los ojos.

—Gracias, déjame decirte que también te ves muy bien —Solté sintiéndome
tímida, ahora me observaba de arriba hacia abajo sin disimulo.

Agradecí cuando paró de hacerlo y me extendió su mano para que ya nos


fuéramos.

—¿Vamos? —Murmuró, a lo que yo acepté su mano y caminamos juntos


hacia su lujoso auto. Me abrió la puerta de este, lo que le agradecí en voz
baja y me adentré.

No sabía lo que pasaría esta noche, pero espero sea algo bueno.

Dios, los nervios me matan.


ANEXOS

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