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Capítulo 1

La alarma de mi celular suena dándole inicio a un nuevo día para mí, me levanto con pesadez por
abandonar un curioso sueño que tenía, voy al baño casi sonámbulo y al salir me dirijo a la cocina
para preparar el café, siempre me queda amargo y por eso prefiero que lo haga mi papa pero aún
no se ha despertado y no quiero esperar.

Esperando a que hierva el agua me viene a la cabeza el sueño que tuve, estaba en el patio de una
escuela, una iglesia se erguía frente a mí, a la izquierda un terreno de tierra, a la derecha un pasillo
abierto, camino hacia el pasillo y me doy cuenta que un chico me está acompañando, parece de mi
edad, un poco más bajo que yo y con unos ojos gatunos azul eléctrico que podría jurar que brillan
en la oscuridad. Corremos por el pasillo y el chico me señala el otro lado del mismo, al lado del
pasillo hay un pequeño jardín y al otro extremo otro pasillo, el chico salta un pequeño cercado que
separa al jardín y yo lo sigo,- vamos Nataniel- dice el chico y saltamos el otro cercado, corremos
por el otro pasillo así la dirección contraria que antes mientras me cuestiono el como sabe mi
nombre y pasando por una puerta semi abierta en un salón aledaño al pasillo nos escondemos,
caminamos en penumbras hasta llegar a una puerta y abriéndola vemos el exterior. El café
comenzó a hervir así que me olvido del sueño por un momento para colar el café cuando recuerdo
otra escena, una chica con pelo del color del cobre se acerca a mi cara y con dulzura me besa
mientras con llorando me empuja con debilidad hacia una puerta detrás de mí, después la cierra
susurrándome – recuérdame.

-aah- digo en un grito ahogado mientras me doy cuenta que me cayo café hirviendo en el pie
izquierdo, por suerte no fue mucho y aguantando el dolor termino de colar el café. Ya despierto en
su totalidad voy al baño a peinarme. Mi pelo es negro, fácil de peinar pero difícil de mantener
(cualquier cosa me despeina), me peino hacia atrás y me encuentro con mis propios ojos llorando,
sorprendido parpadeo y al volver a ver están normal, marrones como siempre un poco húmedos
como si fuese a llorar pero sin hacerlo cosa normal en mí.

Pasa una hora con treinta minutos y mi papa ya está despierto, 6:30 am. Perfecto para irme de
excursión, me despido de él y le cuento a donde voy, tomo mi bolso ya preparado y me monto en
mi bicicleta.

30 minutos después estoy en la carretera que va hacia afuera de mi estado y me detengo para ver
cómo está el paisaje, salgo a andar en bici como ejercicio y pasatiempo y en ocasiones me detengo
a ver la naturaleza alejada de las ciudades. En eso la brisa del aire me roza el rostro de derecha a
izquierda, huele a un aroma conocido pero que no debería de estar ahí, volteo a la dirección de la
que vino y a lo lejos veo entre los arboles un muro, curioso como siempre empiezo a andar con mi
bici hacia la derecha saliéndome de la carretera dirigiéndome hacia el campo.

Al llegar veo que es el muro de unas ruinas, cosa rara en donde vivo, rodeo el muro y veo un claro
repleto de ruinas, no son antiguas, parece una ciudad que fue abandonada y luego reclamada por
la naturaleza lo cual me hace cuestionarme desde cuándo estarán estas ruinas aquí, camino entre
las calles y veo a lo lejos lo que parece una iglesia, al acercarme el corazón se me llena de
nostalgia, como si conociera este lugar aunque es primera vez que lo veo.

La iglesia estaba rodeada de una cerca de alambres, a la izquierda de la iglesia el alambrado está
destrozado y da comienzo a un patio lleno de tierra, entrando por el patio veo que delante del ahí
una gran mesa y un patio, a los extremos habían unos aros de basquetbol caídos, más adelante
había un montón de estructuras destruidas al ver que no hay nada más que ver ahí me subo por
un alambrado que separa la iglesia del patio y con curiosidad me paro enfrente de la entrada de la
iglesia, en eso recuerdo el sueño que tuve y volteando a ver la derecha de la iglesia veo que
efectivamente habían dos pasillos paralelos, el jardín se había extendido por todas partes y al
asomarme por el pasillo vi que cubría toda la paren de la iglesia y la pared de la estructura que se
encontraba al otro lado. Pase el cercado que separaba al jardín, salte al otro pasillo y entre por lo
que antes debió de ser la puerta de mi sueño, adentro había una gran oscuridad, sentí un gran
dolor en el pecho, recordé un fragmento de lo que parecía un sueño, pude ver por donde era el
camino para salir al otro lado y efectivamente vi una puerta que daba al otro lado de la estructura
donde estaba.

El exterior me dejo segado, estaba al aire libre otra vez y aun no me acostumbraba a la luz del sol,
después de un momento pude ver a mi alrededor. La puerta daba a un patio con los restos de dos
arquerías de futbol, había dos edificios, uno a mi derecha y otro enfrente de mí, ambos estaban
cubiertos de vegetación, viejos pero aun así estaban completos.

Sentí un aroma conocido, no sé de dónde lo había olido pero me daba un fuerte dolor en el pecho,
comencé a ver oscuro, me agache para intentar respirar más tranquilo y en eso me desmaye
Capítulo 2

La luz entraba atraves de la ventana a mi derecha, había tela cayendo del techo de la habitación,
estaba en una cama con postes que llegaban al techo, un techo de tela cubría la cama y caía por
los lados dejando un hueco al frente.

Sentía el mismo aroma que antes pero el dolor no estaba, había una puerta a la izquierda de la
habitación y de ella salió una chica, no la había visto antes pero sentía que la conocía, se dirigió a
la cama y me abrazo con fuerza

-perdón - susurro la chica a mi oído, estaba llorando.

Al separarnos vi como con ojos llorosos me sonreía, nunca olvidaría esa sonrisa, era tan tierna
pero tan desconsoladora a la vez, no entendía lo que sucedía pero me invadió una gran tristeza.

Comencé a ver y sentir todo lejano y para cuando me di cuenta estaba otra vez despierto.

Me desperté por la alarma de mi teléfono, ya era hora de prepararme para ir a clases. Aturdido me
levante y dure un rato procesando lo que había sucedido, en eso sentí un gran temor al lugar
donde estaba.

Rápidamente hui de ahí, me monte en mi bici y me dirigí a mi casa, antes de llegar casa decidí dar
unas vueltas a la manzana mientras me tranquilizaba, aun no terminaba de procesar lo que había
visto y mi corazón apenas comenzaba a calmarse, al parecer había soñado el lugar donde por
casualidad había llegado. La chica, lo que dijo, el dolor, la iglesia, lo que ahora pensando debió de
ser una escuela. Todo había pasado muy rápido y por alguna razón esos sueños que tuve se
sentían muy reales.

Iba pensando en eso cuando una brisa me rozo la nuca, en contra del resto del viento, fijándome
más en mi alrededor vi una cabellera rojiza en el porche de una casa, una chica con el pelo
idéntico a la de mi sueño, al verla me dio un vuelco el corazón y mi estómago amenazo con
vomitar, pero antes de poder ver su cara se fue adentro de su casa, continúe rodando pero algo
que estaba en la calle perdí el equilibrio de la bici y caí de cara al suelo, me levante y cuando fui a
ver con lo que había tropezado vi un collar con un pequeño muñeco de cerámica colgando, el
muñeco estaba descolorido y una pequeña grieta se empezaba a formar, lo tome y me fui a casa.

El resto del día lo pase procesando lo sucedido en la mañana, todo fue normal, regrese de clases
pase por la casa donde había visto a la chica pero no la vi, al menos sabía que la casa estaba ahí y
si estaba habitada ya que oí ruido proveniente de ella, en la noche antes de acostarme repase
todo lo sucedido intentando explicármelo pero no di con una respuesta que me convenciera.
Capítulo 3

Esa noche la pase mal, me despertaba a cada rato, sentía que algo me faltaba. Al amanecer me
sentía como si hubiese recorrido un maratón ayer, no pude aguantar y me dormí después de
apagar la alarma.

Desperté cuando ya eran las 10:00 am, estaba alunado cuando mi mama entro a mi cuarto
despertándome a la fuerza, ya era tarde para pararme, desayune, fui a clases, me bañe, hice todo
en modo automático ese día hasta que en el bus regresando a casa vi un destello rojizo en la calle,
me asome y vi a lo lejos el pelo rojizo de la chica entre los árboles, sin poder hacer nada me quede
viendo a lo lejos la espalda y cabello de ella intentando descubrir quién era y por qué había soñado
con ella, cuando ya no la pude ver fue que me di cuenta que tenía el corazón muy acelerado como
si hubiese estado corriendo.

Llegue a casa con una sensación de vacío, cene con mis padres, ya que no dejaron tarea en la
escuela me fui a dormir, apenas cerré los ojos me quede dormido.

Estaba en un claro de bosque, la chica de pelo rojizo estaba debajo del árbol más cercano y el
chico de ojos azules estaba acostado a mi lado.

-quisiera que pudieras quedarte aquí- dijo el chico que mirándome sonrió tristemente -enserio te
extrañaremos cuando te vayas- Solo me quede viéndolo intentando entender este extraño sueño.

-aún nos queda un poco de tiempo-dije aunque no entendía el significado de estas palabras.

-lo sé, pero se siente raro el darse cuenta de lo rápido que pasa el tiempo.

-ni me lo digas, tenía la esperanza de que si me le declaraba podría detener el tiempo- lo dije
mientras miraba a la chica. En realidad no controlaba lo que decía, era como si viera todo desde
mis ojos pero sin que yo controlara mi cuerpo- le dije que me iría en dos años, aun así ella acepto y
mírame ahora, dos años después dolido por que debo decirle adiós.

- pero pueden tener una relación a distancia-sugirió el chico.

-no podre, sería un dolor más grande verla pero no poderla tocar, como si estuviéramos en dos
realidades diferentes.

Me desperté después de estas palabras, estas últimas quedaron rondando en mi cabeza durante
un rato
4 capitulo

No me lograba sacar esa idea de la cabeza, “como si estuviéramos en dos realidades diferentes”, y
si era así?, que haría?, y si ella no ha tenido esas visiones?, Pase toda la mañana del sábado
pensando en eso, pero cuestionarme todas esas cosas no serviría de nada.

Iba a tomar un baño para relajarme cuando sentí la necesidad de dar un paseo, como si algo me
llamara, no lo pensé mucho y Salí corriendo por la puerta de mi casa.

Corrí sin dirección, solo me deje llevar por el instinto, sentía que debía estar en algún lugar, de
tanto correr comenzó a dolerme el pecho más aun así continúe, no quería perder ni un segundo
en llegar a donde fuera que me dirigiera.

No tenía ni idea de porque había seguido esa corazonada y recapacitando comencé a buscar como
volver a casa, entonces me fije en mi alrededor, Había llegado a una calle muy transitada, los
carros iban de un lado al otro. Reconocí el lugar, era la carretera que recorría la ciudad, tranquilo
ya que sabía dónde estaba comencé a caminar hacia mi casa cuando se nublo mi vista.

Estaba caminando por la acera, me devolvía de la casa de un amigo, iba distraído cuando vi un
carro fuera de control acelerando en mi dirección, corrí hacia un lado pero no había logrado
esquivar el carro, al siguiente segundo estaba en un hospital, estaba en una cama, mis dos piernas
estaban enyesadas y un gran dolor salía de ellas. En eso se abrió la puerta y vi como mi madre
entraba llorando, mi padre entro después y la calmo mientras se sentaba a mi lado y me explicaba
lo que había pasado.

Un hombre borracho me habían atropellado, por poco había muerto pero afortunadamente o
desgraciadamente solo me había roto ambas piernas, sin saber si podría volver a caminar, sentí
una desesperación horrible, mi vida sería marcada por un accidente así, por un borracho
insensatos que chocándome se llevó mis piernas.

Sentía ira e impotencia, ni siquiera se dignaron en aparecer. En eso oí ruidos fuera del cuarto, se
volvió a abrir la puerta y paso un grupo de personas, un hombre, una mujer y dos jóvenes,
lloraban, confundido mire a mi padre que se había levantado para sacar a los intrusos.

-gracias-la mujer se acercó y tomo mis manos-gracias por salvarlos, mis hijos, muchas gracias.

No entendía que pasaba y la medicina que me habían dado no ayudaba, me sentía flotando en el
mar, no podía prestar atención a lo que sucedía.

El resto fue confuso, dijeron cosas que no llegue a oír y oí a mi padre hablando con ellos, después
me dormí.

Al despertar se habían ido los adultos, solo estaba mi mama y los dos jóvenes, uno era un chico
que parecía mayor que yo, la otra era una chica, parecía de mi edad, ambos voltearon a verme
cuando me moví acomodándome en la cama.
-mama?-susurre exigiendo una explicación-que pasa?

Ella se levantó y acerco a mi cama, ya no lloraba pero aún se veía inquieta-ellos vinieron a
agradecerte.

Eso no me explico nada pero al menos sabía que no era nada malo.

La chica se levantó y se acercó-muchas gracias, si no fuera por ti habría muerto-tenía los ojos
hinchados por llorar pero pude ver que tenían un color marrón claro, como la miel, se acomodó un
mechón de pelo colocándolo detrás de su oreja y en eso me fije, su cabello era como el cobre, un
castaño rojizo.

Seguidamente el chico se levantó y se puso al lado de la chica-enserio gracias, si no me hubieras


empujado no estaría aquí, aunque quizás pudiste haberlo hecho más suavemente-tenía el pelo de
un negro muy oscuro y se veía que no era amigo del peine, no me miraba a la cara pero por un
segundo levanto la cabeza y vi que sus ojos eran de un azul muy intenso, parecía un rayo con
forma circular.

-no entiendo-logre decir, aun tenía el cuerpo adormilado y estaba agradecido por eso, sino estaría
muriéndome del dolor en mis piernas.

-cuando el carro acelero y se dirigió a la acera tu corriste y me empujaste, yo choque con mi


hermanita, si no hubiera sido por ti el carro nos habría chocado a los tres-no sabía que decir, no lo
había hecho apropósito, solo corrí para salvarme.

-yo no lo hice con esa intensión, solo huía del carro-si no hubiera abierto la boca hubiera quedado
como un héroe pero sentí la necesidad de aclararlo

-aun así gracias-la chica se acercó más y tomo mis manos, eran cálidas-aunque no lo hicieras para
salvarnos, lo hiciste así que eres nuestro héroe-un héroe, no me sentía como uno, un héroe
hubiera salido ileso, yo quede en silla de ruedas.

El sueño habia terminado y me di cuenta que estaba acostado en la calle, me había desmayado,
enserio nadie ayuda a un chico que se desmaya en medio de una acera?, cuando me levante solo
vi a la gente viéndome con curiosidad, ninguna se preocupó en ver si estaba vivo.

Me dio un escalofrió en la espalda, estaba justo en el lugar donde el carro había chocado en mi
sueño, me aleje sintiendo que estaba pisando una equis señalando la trampa, corrí hasta llegar a
mi casa, no entendía que se supone que querían decir estos sueños, pase toda la tarde pensando
en que podían significar cuando en la noche se me ocurrió una explicación.

Quizás eran visiones de algo que iba a pasar, no quería partirme las piernas pero también quería
conocer a esa chica, era algo difícil de decidir, si el dolor era como el que había sentido en el sueño
ni loco me expondría a repetir eso, pero y si era el destino?, y si esa era la forma de conocerla?
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Pase una semana preparándome psicológicamente, había aceptado mi destino, como Jesús
aceptando su cruz, yo aceptaría la ruptura de mis piernas, pase mis días imaginando como sería mi
vida, vivir con ella, casarme, como llamaría a mis hijos, intentando no pensar en el dolor que
tendría que soportar, “solo sería durante un tiempo” ese pensamiento me calmaba.

Ya habían pasado 2 semanas cuando un amigo me invito a su casa, sentí mariposas en el estómago
cuando lo dijo, obviamente acepte.

Íbamos a estudiar pero yo tenía la cabeza en otra cosa, tenía muchos nervios, pero ya estaba ahí,
no podía echarme atrás.

Salí de su casa e intente caminar naturalmente a mi casa, como siempre, caminaría 2 cuadras y
después cruzaría a la derecha, después caminaría otras 5 cuadras y llegaría a la carretera principal,
pasaría la carretera principal normalmente y el resto sería historia.

Cuando llegue a la carretera me di cuenta que estaba temblando, era como si me estuviera
enfrentando a la muerte, sabía que no moriría pero aun así tenía mucho miedo.

me maldije por no recordar el color del carro, cada vez que pasaba una se me aceleraba el
corazón, había mucha gente en la acera, “okey, ellos deben estar un poco delante de mi” pensé
“ellos estarán delante de mí y yo correré, empujare al chico y de esa forma los salvaría” fácil, solo
corre y empuja, corre y empuja, corre y empuja, no, no era fácil, se veía fácil en el sueño, es decir
ni me había dado cuenta que había empujado al muchacho, pero ahora que ya lo sabía no me
sentía siquiera capaz de caminar.

Camine temblando y viendo los carros pasar hasta que llegue donde iba a chocar el carro, me
quede parado unos momentos como en el sueño, trague saliva y me prepare para correr.

No pasó nada, quede en una pose rara esperando un carro que nunca llego, me había
equivocado?, no era imposible, como podría soñar algo tan raro y realista a la vez?, eso era una
visión del futuro, estaba seguro.

Mire a mi alrededor, mis oídos palpitaban de lo fuerte que mi corazón bombeaba sangre, no
entendía, mira a la multitud intentando encontrar a los dos chicos pero no estaban.

Me quede parado, esperando el carro, esperando el accidente. Era irónico, antes no estaba seguro
de querer estar ahí, pero ahora deseaba que ese tonto borracho me chocara.

Estuve esperando hasta que se hizo de noche, espere un poco más, me sentía como si me
hubieran dejado plantado, mi madre me llamo preguntando donde estaba y decepcionado me
dirigí a casa.
6 capitulo

Esta noche no soñé nada, solo me dormí triste y desperté triste, sin entender que había pasado
ayer, parecía una broma tanto estrés para resultar que no habría un accidente, volvía a como
estaba al principio, sin saber el porqué de los sueños, sin conocer a la chica.

Hoy iría de viajes con mis padres a la ciudad vecina, donde Vivian mis primos.

Salimos temprano para pasar todo el día allá, el viaje fue aburrido, ver la como salíamos de la
ciudad y nos metíamos en el campo, a mí me gusta el campo pero estando dentro de un carro con
las ventanas subidas, no podía disfrutar adecuadamente del paisaje ni sentir el viento en la cara.

Llegamos a la casa de mis primos, entramos y me senté en la sala desperezándome.

-cómo estás?-dijo esteban, él era más alto que yo aunque solo fuera unos meses mayor y parecía
haber crecido aún más desde la última vez que lo vi, era muy divertido estar con él, perfecto para
alegrarme los ánimos del día anterior.

-pues bieeeeeeeeeeeen-estaba estirándome mientras lo dije, aun no me había despertado por


completo cuando ya estábamos en el carro.

-qué bueno, quieres jugar?-dijo mientras señalaba a su cuarto donde estaba esperándonos su
computadora llena de juegos.

- ¡claro¡-dije quitándome la pereza al instante.

Jugamos toda la mañana, -cuidado ¡ven a ayudarme¡ no me dispares¡- era básicamente nuestra
conversación mientras jugábamos.

Al medio día salimos a almorzar y volvimos a jugar.

Cuando eran las 3 pm mi padre me llamo, ya nos íbamos, debíamos volver temprano.

-chao-dije mientras movía mi mano despidiéndome de estaban.

-vuelve pronto-respondió, siempre quedábamos con ganas de jugar más.

Nos devolvimos a casa, pero cuando llegamos a la ciudad nos desviamos, íbamos a visitar el
cementerio de nuestra ciudad, llegamos, caminamos hasta las tumbas de mis hermanas y
rezamos, después de mí, mi madre había tenido 2 hijas, pero ambas murieron poco después de
nacer.

Después caminamos hasta las tumbas de mis abuelos y rezamos también, dejamos unas flores en
las tumbas y nos fuimos.

En casa, me bañe, comí y me fui a dormir.

Esta vez sí soñé.


Estaba en el centro de la ciudad, iba cojeando, pero al menos caminaba, el chico de ojos azules iba
a mi lado, la chica pelirroja estaba delante de nosotros, cada vez volteaba a vernos, sonriendo. que
sonrisa tan hermosa, si hubiera podido detener el tiempo en ese mismo instante.

-no te duelen las piernas? -dijo el chico a mi lado, era más alto que yo, me sacaba unos 15
centímetros

-tranquilo no me duelen, ya puedo correr-dije, en realidad si me dolían pero no mucho, era como
si tuviera unas agujas en las rodillas y tobillos, del resto estaba completamente bien.

-enserio canta? -le susurre al chico, desviando el tema de conversación.

-Emilie canta, confía en mí, aunque no se puede decir lo mismo del bailar-se estaba riendo, no
daba mucha confianza, con que la chica se llama Emilie. Íbamos a una academia de canto donde
Emilie cantaba, quería mostrarme que si era verdad, ya que yo no le creía.

-llegamos-dijo Emilie deteniéndose frente a una edificio.

Entramos y me senté en el primer asiento que vi, aun me cansaba con facilidad, mis músculos se
habían vuelto débiles con tanto tiempo sin usarlos. Estábamos en un gran teatro, yo estaba en la
última fila de asientos

-siéntate adelante por favor-dijo Emilie halándome del brazo, hice un esfuerzo por caminar un
poco más, ya estaba agotado de caminar pero el cansancio se apaciguo con la sensación de Emilie
tocando mi brazo

Ahora estaba en la primera fila, el hermano de Emilie se sentó a mi derecha y Emilie se fue por una
puerta a la izquierda.

Dure un rato hablando con el chico cuando Emilie salió al escenario, solo estábamos nosotros dos
y tres adultos que parecían ser los profesores de Emilie.

Ella comenzó a cantar. Era hermoso, su voz era angelical, como si el paraíso se hubiera vuelto
canción.

La canción era triste y con Emilie cantando fue imposible no llorar, estaba hecho un mar de
lágrimas, a mi lado su hermano estaba llorando también, debíamos de parecer unos idiotas, 2
chicos de 17 años llorando por una canción.

Cuando Emilie termino se bajó por unas escaleras que estaban al borde del escenario, yo me
levante y la abrace, necesitaba hacerlo, esa canción me había despertado muchos sentimientos,
algunos hacia ella.

Me desperté, estaba llorando, en la vida real quiero decir, había llenado mi almohada de lágrimas.

Cuando me calme comencé a analizar el sueño, la chica se llamaba Emilie, yo me había recuperado
del accidente y al parecer me había vuelto amigo de ellos, aun no sabía el nombre del chico pero
lentamente todo comenzaba a aclararse, aunque no era muy esperanzadora la conclusión a la que
estaba llegando.
7 capitulo

Pase el resto de la noche despierto, me había despertado a las 3 am y no quería volver a dormir,
tenía miedo de volver a soñar con ellos.

Quería saber si mi teoría estaba en lo cierto pero también tenía miedo de que así fuera.

El amanecer tardo en llegar, mientras tanto pensé en los sueños, ¿cuán probable era que todo
fuera invención de mi mente, un montón de sueños raros, que todo fuera invención de mi cabeza?

Al fin amaneció y no tenía ánimos de siquiera ir al baño, tanto pensar me había quitado las ganas
de ir a clases.

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