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2.1. El comercio
Las teorías mercantilistas piensan en cómo atraer metal para sanear la hacienda y que
haya más ingresos que gastos. Para conseguir más ingresos se recurre al comercio,
circuito que se basa en el intercambio de productos: se exporta más que se importa, por
lo que se favorecen las exportaciones y se limitan las importaciones (Proteccionismo) que
hacen competencia. Por lo tanto, el mercantilismo trata de aplicar las fórmulas que
posibiliten una balanza de comercio favorable. Se intentan fomentar los mercados de
manufacturas textiles, que son las derivadas de la lana y las del lino. El gran mercado es
el de la lana.
Lo más importante era aumentar el comercio exterior, el cual quería que se hiciera con
barcos franceses, ya que la mayoría se hacía con barcos holandeses. Para evitar los
intermediarios y ahorrar en costes, fomentó la construcción naval con primas a los
armadores y fomentando el desarrollo de las compañías comerciales privilegiadas. Se crea
la compañía de las Indias Orientales para el comercio en el Índico y las tierras de las
especias; la compañía de las Indias Occidentales para la explotación de las islas
azucareras; la compañía del Norte para el comercio con el Báltico; la compañía del
Levante para el comercio con el Mediterráneo Oriental. S intención es tener un monopolio
similar al español con Sevilla y América.
2.2. Medidas
Como primera medida tenemos la reducción de la deuda pública, equilibrar gastos e
ingresos. Va a introducir un sistema de control de las rentas, como un sistema contable
para así controlar la contabilidad y que el rey pudiera saber en todo momento el estado
de las arcas. Para ello lleva un registro de los ingresos y gastos, supervisados por el rey.
También realiza un presupuesto anual, introduciendo la idea de “presupuesto”.
Como medidas administrativas tenemos la disminución de cargos militares, ventas
vitalicias y la elevación de impuestos, reducir las cargas del estado, el rescate de cargos
venales. Venta de cargos públicos, no compran el cargo si no la renta vitalicia del cargo,
en muchos casos cargos venales, se vuelven a comprar el cargo por el precio que se ha
vendido usualmente.
Realizó medidas que aliviaron las cargas directas sobre los no privilegiados: disminuyó
la talla (impuesto directo). Los nobles estaban exentos de pagar impuestos y su inflación
era muy grande, por lo que un poner en marcha un proceso para saber quién era noble
realmente y así asegurarse de que todos los no privilegiados pagasen impuestos. También
aumentó los impuestos indirectos. Intentó que el clero pagase más mediante las
donaciones gratuitas, por lo que es excomulgado porque tocaba los privilegios y la
inmunidad de la iglesia. La más importante, sistema de recaudación propio, que controlen
a la perfección los impuestos, sistema descarga en el arrendamiento de los
impuestos.Tendremos la figura de los recaudadores de impuestos para el cobro de estos.
Como resultado de estas medidas, los ingresos del rey se duplican entre 1661 y 1671, es
decir, sin hacer grandes reformas los ingresos subieron mucho. A partir de 1671 los
ingresos siguen aumentando, pero el déficit aumenta mucho, es decir, han aumentado los
gastos, por las guerras principalmente. La necesidad de dinero para mantener la guerra va
a echar hacia atrás algunas de las medidas de Colbert en el arrendamiento de impuestos.
Las urgencias de la guerra hacen que a partir de 1680 se vuelva al arrendamiento de
impuestos.
3.- Fines y medios: diplomacia, ejército, marina
3.1. La diplomacia
A partir de 1672 se impulsa una política muy agresiva y para ello se sirve de la
diplomacia, el ejército, la marina y los factores de producción que lo permiten. La
política exterior en el antiguo régimen es propia de los soberanos, eran los únicos que
podían declarar la guerra o firmar la paz. La diplomacia evoluciona de una temporal a
una permanente que comienza en Italia en el siglo XV y luego se generaliza en toda
Europa. Representaban e informaban. Los primeros que organizan un sistema
diplomático fuerte tras los italianos fue Fernando el católico y el sistema de
representación de los Austrias. Esa presencia dominante va a ir retrocediendo conforme
va retrocediendo la potencia de los Habsburgo. Francia comienza a conformarse como
potencia y toma el relevo. La diplomacia en Europa en el siglo XVI es en español y en
el siglo XVII es en francés, es el idioma culto y en el siglo XVIII es el inglés.
Richelieu y Mazarino construyen un sistema diplomático fuerte en su lucha contra los
Habsburgo, Luis XIV se encuentra con un sistema diplomático bien estructurado ya.
Las relaciones entre soberanos están jerarquizadas: en el siglo XVI, los embajadores
importantes eran los de Carlos V y Felipe II; tras 1661 los importantes eran los de Luis
XIV; esto representa un cambio de realidad política. El cuerpo diplomático depende de
3 ministros sucesivos: Hugues de Lionne (1663-1671), Simon Arnaud de Pomponne
(1671-1679) y Colbert.
3.2. El Ejército
Los ejércitos son reales y hay una parte que es permanente, regimientos reales, pero, en
caso de conflicto, la mayoría son mercenarios. Las monarquías europeas tienen un cuerpo
permanente y mercenarios, por lo que la capacidad de pagar es muy importante a la hora
de constituir ejércitos numerosos. En la segunda mitad del siglo XVII, Luis XIV hace del
ejército uno de los mayores de Europa. Es el que va a tener una capacidad de mantener
en pie durante más tiempo ejércitos numerosos. Los grandes arquitectos del ejército
francés son el mariscal-general Turena y Michael le Tellier y su hijo el conde de Louvois,
que son los encargados de la reorganización del ejército.
3.3. La marina
Hay que distinguir entre lo que es marina de guerra y la mercante. Hay una paulatina
especialización. Las naves que hacen las rutas con América son de carga y de guerra. Se
irá generando una marina de guerra que se llama navíos de línea, es decir, hay buques
diseñados sólo para la guerra que escoltan a los barcos de carga.
Richelieu reconstruyó la marina, pero Mazarino la descuidó y el rey también. No obstante,
apoyó a Colbert y a su hijo para dotar al reino de una marina de guerra importante.
Comenzó con 18 barcos y terminó con 250 y con una flota auxiliar de corsarios, a la
muerte de Colbert. Este esfuerzo militar hace que las guerras posteriores sean entre
Francia e Inglaterra en el siglo XVII y XVIII.
También se encarga de poner en acondicionar los tres puertos más importantes: el de
Brest, Rochefort y Toulon, cuyos astilleros se encargaban de construir los barcos y sus
dársenas serían de puertos de amarre para las dos flotas. Las escuadras francesas
combatieron en todas partes y, hasta 1692, obtuvieron grandes victorias sobre las
escuadras holandesas e inglesas.
Algo muy importante es la obediencia: cuando hay un conflicto, ¿A quién tiene que
obedecer la iglesia, al Papa o al rey?, por lo que se generan tensiones. No obstante, no
hay ruptura con la Iglesia. Los reyes intentarán controlar lo máximo posible la religión de
sus reinos. Otro de los elementos esenciales son los temas relacionados con la
organización eclesiástica: Una tendencia vertical y otra que tendrá como referentes el
parlamento general de la iglesia (concilio) y las iglesias nacionales. En la concepción
horizontal/conciliarista, el poder de dios se ha dado al pueblo/fieles, los cuales delegan
en un rey/institución y es el que ejerce el poder para garantizar los derechos del pueblo,
y de ahí se deriva que el pueblo tiene derecho a deponer al rey cuando se convierte en un
tirano (Tiranicidio). En la concepción vertical, el Papa lo es por la gracia de Dios, al igual
que el rey, por lo que justifica su posición elevada y que pueda mandar sobre el resto. Es
decir, Dios concede el poder a un rey y a los súbditos, limitados por el derecho natural.
4.1. Galicanismo
El galicanismo tiene dos vertientes: el galicanismo político y el galicanismo religioso.
El primero consiste en la defensa que hace el rey de sus prerrogativas sobre la
administración de los bienes eclesiásticos, es decir, los derechos del rey sobre el clero.
Esto se debe a que, para los juristas de la alta administración monárquica, el rey era el
dueño absoluto de los súbditos y los bienes del reino, por lo que tenía la potestad de
intervenir en los asuntos de la Iglesia, además de tener la potestad de negarse a acatar las
decisiones de Roma si atentaban contras las “libertades de la Iglesia galicana”. No
obstante, esto no afectará a temas doctrinales, sino a temas de administración eclesiástica,
como la imposición de impuestos, quién administra los bienes de los obispados vacantes,
quién provee los beneficios eclesiásticos (rentas de una parroquia) de un obispado
vacante, etc., lo que generará tensiones porque enfrentará las potestades del rey con los
privilegios del clero. La clave del galicanismo político es que el rey y los teóricos ya no
van a concebir que esos derechos que está esgrimiendo el rey tienen que ser negociados,
tienen que pedir la aprobación a la iglesia, sino que dependen de la propia autoridad del
rey, son derechos reales y no tienen que pedir permiso. Las medidas no se presentaban
como concesiones papales, el rey dice lo que va a hacer y ya está, no pide permiso.
Respecto al segundo, los galicanistas reconocían la primacía honoraria del Papa, pero
consideran que sólo tenía la plenitud del poder apostólico junto con los obispos. Según
las ideas del galicanismo, cada iglesia nacional debía tener la posibilidad de disponer de
sus propios ingresos y disfrutar de una amplia autonomía en cuando a la disciplina.
Además, la Iglesia de Francia pretendía defenderse contra las intrusiones del monarca y
afirmar su independencia respecto al poder temporal. No obstante, esto no se consiguió
debido al concordato de 1516 por el cual el rey tenía la potestad de nombrar a los obispos.
En el caso de Francia, Luis XIV no tendrá problemas de temporalidades hasta después de
la guerra con Holanda debido al problema de la Regalía, por la cual el monarca
administraba las rentas de los obispados vacantes y nombraba privilegios. Tras esta
guerra, aumentan los gastos, se retrasa elegir obispos en los obispados vacantes, el rey
vende beneficios eclesiásticos… En 1673, Luis XIV decide extender este derecho a todas
las diócesis, protestando sólo dos obispos por sus jansenistas. Estas medidas van a llevar
a un enfrentamiento directo entre Luis XIV e Inocencio XI, que amenaza con excomulgar
al rey. Debido a las tensiones de Roma, Luis XIV convoca la Asamblea del Clero, una
reunión de la jerarquía eclesiástica francesa de donde la declaración del clero galicano en
1682:
•La independencia de los soberanos frente a la autoridad papal en materias temporales.
•La supremacía el papado en materias espirituales.
•El respeto a la tradición de la iglesia de Francia en la aplicación de los decretos papales
servía de límite a las decisiones espirituales contrarias a la tradición de la iglesia de
Francia. Si el papa hace decretos contrarios a la tradición de la iglesia de Francia, no se
podrán llevar a cabo. Esto es, por lo tanto, una crítica al absolutismo del clero.
Inocencio XI anula las decisiones de la Asamblea, pero no condena a Luis XIV para evitar
agravar todavía más la situación. Lo que hace es negarse a investir canónicamente a los
nuevos obispos nombrados por el rey. De esta forma, aunque ninguno cede, no se llega a
una ruptura. En 1687 el conflicto se agravó por el asunto de las Franquicias: el rey era el
único soberano de Europa que no quería renunciar al derecho de asilo del que disfrutaban
las sedes de las embajadas, por lo que el Papa excomulga al embajador francés.
Finalmente, el rey se retracta en 1693 porque no tenía dinero y el emperador había
vencido a los turcos, por lo que Luis XIV tiene que defenderse por no haber ayudado
contra los turcos.
4.2. Jansenismo
El jansenismo fue un movimiento religioso iniciado por el teólogo y obispo Cornelius
Von Jansen (1585-1638) Es muy importante hasta la revolución francesa. Tiene diferentes
dimensiones: jansenismo teológico y doctrinal y jansenismo político.
El jansenismo doctrinal afecta a una concepción teológica, doctrinal y de la
organización de la iglesia, las cuales tienen una lectura política también. En este plano,
se refiere a cuestiones: si debe prevalecer la gracia y la predestinación frente al libre
albedrío. Tiene una dimensión de comportamiento moral, se define como una doctrina
vinculada al rigorismo moral. También tiene que ver con la práctica de la religiosidad, se
le atribuye la defensa de una religión intimista que se contrapone a las prácticas religiosas
externas. Sobre todo, está vinculada a una defensa y organización eclesiástica de tipo
conciliarista frente a una concepción más autoritaria de la iglesia con primacía del papa.
Además, tiene dos grandes cuerpos enfrentados: los jansenistas considerarán como sus
peores enemigos a los jesuitas (Brazo militar y político del papa). Lo que provocará un
enfrentamiento a lo largo del siglo XVII y XVIII.
Esto tiene implicaciones políticas sobre el poder y la organización de la iglesia. Los
jesuitas se consideraban el brazo armado del papa por su cuarto voto. Habrá intelectuales
franceses que se convertirán en defensores de las doctrinas jansenistas como Antoine
Arnaud (1622-1694) y Blaise Pascal (1665). Se oponían al poder pontificio y al poder
real porque los jesuitas están vinculados a los confesionarios reales, a la nobleza, por ser
laxistas y porque manejaban las conciencias de aristócratas a través de la enseñanza. Luis
XIV consideró que los jansenistas eran gente próxima a los planteamientos filo-
protestantes, a los ideales republicanos frente a los monárquicos, a los protestantes
holandeses y a los heterodoxos: hugonotes. Además, formaba parte clase media ligada a
profesiones liberales, industriales y un parte de la nobleza.
El problema del jansenismo será religioso y de política interna, por lo que Luis XIV va
apoyando las tesis anti-jansenistas. Defendían una iglesia más conciliarista frente al papa,
unos ideales más próximos a los protestantes que al absolutismo monárquico. No fue
considerado herejía porque era una concepción diferente, pero no iba por completo contra
la iglesia. En general, está vinculado a una concepción no vertical del poder, más
participativa, más conciliarista, etc.
Tras la muerte de Mazarino, Luis XIV se volvió muy reacio a los planteamientos
jansenistas, puesto que dudaba de su lealdad, por lo que trata de destruir esta corriente de
pensamiento y disolver las comunidades donde se fomenta. Esta política comenzó en
1661 con un decreto del Consejo que obliga a firmarlo a todos los clérigos, religiosas y
religiosos. También hubo oposición dentro del episcopado por parte de cuatro obispos, lo
que, no sólo molestó enormemente al Papa, sino también al monarca, puesto que las
intervenciones de Roma se multiplicaron. Finalmente, los cuatro obispos firmaron el
decreto, aunque con algunas condiciones, lo que permite hablar de una paz en 1668. No
obstante, esta distención fue provisional, ya que no se resolvió el problema por completo,
se trata de una mera tregua. Esto es un punto de inflexión dentro de la política religiosa
de Francia, ya que permitió el cese de la controversia durante más de treinta años, durante
los cuales el jansenismo se consolidó en la provincia de París entre la nobleza, la
burguesía parlamentaria, el bajo clero y algunas órdenes religiosas.
1. Caracteres generales
La principal idea de Luis XIV es la exaltación de su propia gloria, convertirse en el rey
más importante y poderoso de Europa: política de reputación. Esto se consigue con el
fortalecimiento diplomático y la expansión territorial. Un tercer elemento que será la
creciente importancia que empezará a tomar la disputa colonia, el dominio de espacios
coloniales, donde Francia no es una potencia colonial, pero sí tiene dos espacios
destacados: unas islas en las Antillas, unos territorios en Canadá y Luisiana. Otro
elemento motriz es la competencia comercial y económica, que dará lugar a los conflictos
entre Inglaterra, Holanda y Francia.
La tercera fase es la guerra de Francia contra todos, que aparece con la Guerra de
Sucesión Española (1700-1713/14).
La guerra de devolución está motivada por las aspiraciones de Luis XIV a los países bajos
españoles y al Franco Condado, aprovechando la debilidad de los Habsburgo. Está
pensando en hacerse cargo de una posible sucesión a la corona de España basada en que
él está casado con una infanta española. El nombre de esta guerra se debe a que, en las
capitulaciones del matrimonio entre Luis XIV y la infanta española, está que, a cambio
de la dote, se renunciaba los posibles derechos de sucesión de la infanta, pero la dote no
se pagó, por lo que los Borbones reclaman la devolución que compensarán el impago de
la dote. Como la dote no se pagó, Luis XIV esgrimió en 1663 los territorios de las
Provincias Unidas y del Franco condado. La mujer de Luis XIV era hija del primer
matrimonio de Felipe IV, pero Carlos II era hijo del segundo matrimonio, por lo que los
juristas belgas y franceses dicen que ella debería haber sido reina. La intención real era
hacerse cargos con los territorios españoles, por lo que se alega todo esto.
Felipe IV muere en 1665 y sólo queda Carlos II, que es menor de edad y su madre se hace
cargo de la regencia. Aprovechando la minoría de edad de Carlos II, las tropas francesas,
iniciaron una ofensiva sobre los países bajos. Se conquistan muchas plazas en 1667. Esta
ofensiva de Luis XIV se hizo porque, además de reclamar los territorios por devolución,
Felipe IV había hecho testamento en favor de Carlos II, excluyendo a su hija y cerrando
la puerta a una implantación de los Borbones.
En 1668 Carlos II está muy enfermo, por lo que se firma un acuerdo secreto de repartición
entre los Austrias y los Borbones pensando que hacer si no hay una sucesión directa: que
toda la herencia fuera para Viena o para un Borbón, o repartirse el territorio. Cada vez
que Luis XIV intenta ampliar sus territorios, el resto contrataca y se forma la primera
alianza de La Haya. En el tratado de 1668 (Aix-la-Chapelle) Francia devuelve el Franco
Condado y se queda con muchos otros territorios que marcan la frontera con los Países
Bajos y que tienen mucho poder, por lo que la primera derrota no es tan mala.
La segunda parte es la guerra contra Holanda, contra los que ya ha tenido un primer
enfrentamiento. En 1672 se produce una de las grandes ofensivas de Luis XIV, cuya
intención es conquistar a los holandeses para acabar con Holanda como potencia
mercantil. Este conflicto afecta los Habsburgo. Esto le da la posibilidad a Guillermo de
Orange de aumentar su poder y, es en este momento, cuando Holanda se convierte en una
potencia comercial.
La guerra de los países bajos no había sido definitiva porque muchos territorios no
cambian. Además, Inglaterra abandona a Luis XIV tras 1677 porque se va a aliar con los
holandeses por un matrimonio. Se vuelve a la situación anterior con el imperio. De esta
forma, la gran perjudicada es España, con Carlos II como rey, el gobierno en manos de
validos con golpes de estado. Por lo que España necesita la paz y cede el Franco Condado
a Francia. Los objetivos de la política de Luis XIV se van cumpliendo, a pesar de las
dificultades, va consolidando su poder en Europa.
Uno de los elementos fundamentales de Francia es la aspiración a los países bajos. Esta
política quería reunir territorios mediante conquista directa, pero también es una política
basada en la amenaza. Se intenta irritar a los príncipes del imperio y la monarquía
española, lo cual hizo mediante derechos territoriales, es decir, los territorios vasallos de
una ciudad ocupada por Francia pasaban a ser vasallos de Francia también. quería
redondear, fortalecer las fronteras del rey en la parte de los países bajos y en la frontera
con el imperio.
La política de uniones fue efectiva durante algunos años en los Países Bajos y en algunos
territorios pequeños de los países bajos. En función de las circunstancias políticas, las
respuestas a las actuaciones de Luis XIV se van acentuando porque esta política
perturbaba los acuerdos de la paz de Nimega. Una de las anexiones más polémicas fue la
ciudad de Estrasburgo, una posesión española bajo tutela del imperio que Francia toma.
Esto provoca una guerra con España, pero también el emperador Leopoldo trata de poner
freno a esto. Aquí se produce una paz, Luis XIV, el emperador Leopoldo y Carlos II
firman la tregua de Ratisbona (1684), se comprometen a no entrar en guerra durante 20
años, Francia se queda con lo que tenía, pero no podía incorporar más territorios. Esto
significa la cumbre de la extensión francesa en Europa, a partir de ahí empezará una nueva
etapa.
5. Europa contra Luis XIV. La Guerra de los Nueve Años (1688-1697) y la Guerra de
Sucesión (1701-1713)
La Guerra de los Nueve Años es un prólogo de lo que será la guerra de sucesión. Francia
ha estado llevando una política de supremacía y agresión en Europa, se ha enfrentado a
las potencias europeas. Se va gestando una coalición de potencias para frenar la política
de Luis XIV. Esta alianza se debe a que las circunstancias políticas en Europa van a
cambiar. Las condiciones políticas en Francia cambian: en la política interior en Francia
se revoca el edicto de Nantes, lo que tuvo un gran peso de opinión en los países
protestantes. Hay un cambio y se presenta a Luis XIV como el tirano que quiere dominar
Europa.
Hasta este momento, el emperador ha tenido muchos problemas con los turcos, han sitiado
Viena. La política también había molestado mucho a los príncipes alemanes porque la
veían como una provocación a sus derechos. También se va a producir una guerra civil
en Inglaterra, en 1688 tiene lugar la revolución gloriosa de Inglaterra, por la que el rey
Estuardo es depuesto y los nuevos monarcas van a ser una hija protestante del anterior
rey (Carlos II) y un Guillermo de Orange, enemigo tradicional de Francia. También hay
una guerra entre España y el imperio contra Francia.
Esta segunda revolución en Inglaterra cambia el panorama político porque, en 1686, el
emperador había hecho un germen de alianza: la liga de Augsburgo, en la que se
empezaban a reunir los principales enemigos de Francia: el emperador, España, Suecia y
príncipes alemanes.
5.1. La Guerra de los Nueva Años (1688-1697)
En la guerra de los 9 años, las principales potencias ya están coaligadas contra Francia.
A la anterior liga se unen Holanda, Saboya, Inglaterra y Brandemburgo y se hablará de la
gran alianza de la Haya, que es la que va a mantener todo el esfuerzo del a guerra de
sucesión contra Francia.
En la segunda mitad de la década de 1680, se crea una gran oposición contra Francia por
la derrota turca de 1683, la revocación del Edicto de Nantes y la Revolución Gloriosa
(1688-1689). El pretexto para la guerra fue la sucesión del obispado de Colonia y el
Palatinado. La guerra tuvo varios escenarios: Irlanda, los Países Bajos españoles, el norte
de Italia, Cataluña y el Imperio, además de sus extensiones en América, África y las
Indias. En el transcurso de la guerra, Francia tuvo serias dificultades económicas y
humanas, lo que generó un gran malestar social que llegó al límite con las hambrunas de
1693-1694.
A partir de 1693, comienzan las conversaciones en busca de una paz. No obstante, Luis
XIV acababa de reconciliarse con el Papa, por lo que se niega a reconocer a Guillermo
III como rey de Inglaterra. Esto hace que la guerra se reanude en 1694, pero estando los
Estados mucho más debilitados. Finalmente, en 29 de agosto de 1696 se firma el Tratado
de Turín por el cual Luis XIV devuelve los territorios italianos conquistados a Víctor
Amadeo II. Al año siguiente, ante la situación de la guerra, Holanda, Inglaterra y España
deciden firmar también la paz, la cual ya había sido negociada; al mes siguiente, el
emperador decide firmar también.
Los tratados de Riswick muestran la primera interrupción en la política expansionista de
Luis XIV. Francia aceptó restituir todas las “uniones” de 1679-1689 y devolvió los
territorios conquistados del emperador y los príncipes alemanes, y los de España. De esta
forma, Francia recuperó, más o menos, las fronteras de Nimega.
5.2. La Guerra de Sucesión (1701-1713)
A la muerte de Carlos II (1700), toda su herencia recayó en el duque Felipe de Anjou, que
subió al trono como Felipe V de Borbón. Pero Luis XIV puso en marcha toda una serie
de acciones para reencaminar la situación en su provecho. Proclamó los derechos de
Felipe de Anjou al trono francés. Envió tropas a los Países Bajos españoles y expulsó a
las guarniciones neerlandesas establecidas en virtud de la Paz de Ryswick de 1697.
Logró la concesión a una compañía francesa del monopolio del comercio de esclavos con
las colonias españolas. Estas acciones alertaron a Inglaterra y Holanda, que constituyeron
la Gran Alianza de La Haya (1701), última gran alianza europea contra Luis XIV. La
Gran Alianza reconoció a Carlos III de Austria como rey de España.
Con la constitución Luis XIV respondió reconociendo a Jacobo III Estuardo como rey de
Inglaterra y Escocia. En 1702, la Gran Alianza declaró la guerra a Francia, estallando así
la Guerra de Sucesión española (1702-1714). La guerra afectó a buena parte de Europa,
dividida en dos bandos: los Aliados (Inglaterra y Holanda, a quienes se unieron Saboya,
Portugal y la mayoría de los príncipes alemanes) y los Borbones (Francia y España, a
quienes solo apoyaron los electores de Baviera y Colonia). La entrada de Portugal en la
guerra derivó del Tratado de Methuen entre Inglaterra y Portugal (1703), alianza
comercial que marcó la relación política entre ambos países durante el siglo XVIII. El
conflicto tuvo una dimensión internacional de guerra europea (favorable a los Aliados) y
una dimensión interna de guerra civil (favorable a los Borbones).