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VAZQUEZ, María Ángeles

1 El primer encuentro
Camacho viejo y plumero, me acaban de liberar hacía apenas un instante, había nacido
en jaula y no sabía que era volar y Yaco, loro gris africano y exótico.

2 Un regalo único
Llego ella, tenía un par de alas tatuadas en el brazo izquierdo, la vi pagarle a mi humano
abrió la puerta de la jaula abrí mis alas y volé, luego se levantó y se marchó, la jaula la dejo en
el banco y mi antiguo dueño corrió a recuperarla, ¿Y usted?, la misma historia, hoy vino ella, le
pago a mi dueño, abrió la puerta de la jaula y yo volé.

3 ¿Cómo sigue la vida?


¿Y ahora amigo Yaco?, no te diste cuenta Camacho, somos los únicos, no vuelan pájaros
por este cielo, no compañeros, abrir las puertas de las jaulas.

4 Dos pobres y patéticas aves


Paso el domingo y la chica de las alas no regreso, ¿De dónde viene usted?, pregunto
Camacho, yo no sabía, Camacho tampoco sabía, tengo otra misión, averiguar de dónde venimos.

5 La chica de las alas


Era otra vez viernes, en la plaza estaban instalando los primeros puestos, volvió la chica
de las alas, desee que no liberara a ninguna cotorra, recorrió toda la feria y regreso al punto de
partida, y señalo mi jaula, entre abrió la puerta y el pájaro voló de la jaula.

6 El carnicero
Intentamos ubicar el paradero del nuevo pájaro liberado,
tiene bandas negras que le atraviesan los ojos que lo hacen
interesante, como un asesino con antifaz. ¿usted cree que la chica
sabia?, ¿Qué estaba liberando al carnicero?, no sabe ni medio
sobre pájaros y libera a cualquiera, que le parece si encontramos la
manera de sobrevivir, es un alcaudón, sabemos que le gusta comer
carne, son feroces, es su naturaleza, tienen que alimentarse,
supongo que en cuanto tenga hambre vendrá por nosotros, miré, ese arbusto de espinas, y veo
al cenicero, nos está mirando.

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VAZQUEZ, María Ángeles

7 El arte del mimetismo


Desde ese momento entendimos que nuestras vidas dependían de lo bien que
supiéramos ocultarnos y de nuestro talento para no ser comidos. Nos habíamos distraído
conversando y al carnicero, no lo veíamos por ningún lado.

8 Espina, bicho muerto


Camacho vigilaba el lado derecho y yo el lado izquierdo, pero algo me rozó el lado la pata
izquierda, una gata peluda, pero un pico negro y ganchudo surgió de la oscuridad, picoteo la gata
peluda y se la llevó, esa noche no dormimos, debíamos mantenernos juntos y atentos, Camacho
alguien debería advertirle a la chica sobre los pájaros, pero ella humana, yo ave entonces, yaco,
usted puede hablar, es un loro, puede imitar cualquier idioma, entonces llego la chica de las alas.

9 Un loro inflado y enorme


La chica emprendió su paseo y regreso al lugar de partida, ella eligió una jaula se dirigió
al banco, la abrió, que es esa cosa, la conozco, dijo Camacho, es una kakapo, el sol ya se había
ido, el carnicero ceno libélula y de la kakapo ni noticias. Voy a aprender a hablar en humano,
¿yaco como lo hará?, ni idea.

10 Que tipo macanudo


Yo cerré los ojos, pero los volví a abrir, el alcaudón planeaba de un lado a otro, ¿qué
estaba haciendo?, nos está diciendo que mejor no pasemos de ahí, el carnicero se retiró a su
arbusto un rato después, yaco, me dijo Camacho, algunas ramas llegan hasta las ventanas de
los edificios, ¿y cómo llegamos?, paso a paso Yaco.

11 El aparato hablador
Fuimos rodeando el eucaliptus hasta los edificios, mire amigo yaco, dijo Camacho, hay que
escuchar para hablar ese lenguaje, escuche esa cosa que usted la llama televisión, di un paso y
me fui acercando a la tele, Camacho saltando enloquecido queriendo decirme algo: hay problemas.

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12 Muertos loros vivos


Una mujer mayor se dirigió a la ventana y la cerró, la mujer acomodada en su sillón, se
dedicaba a la televisión, la mujer se durmió, se levantó y abrió la ventana, no piensa salir, me
apuro Camacho desde el lado de afuera de la ventana, necesito otra noche más, Camacho
extendió sus alas, se acercó un poco más, y me empujó hacia el árbol, volamos, volamos a
nuestras vidas reales.

13 Hablando con un pájaro


Alrededor y contaba el dinero que llevaba en su billetera, con la decisión tomada, había
elegido un pájaro, lo acompañaría, lo llevaría hasta el gomero, abriría la jaula y lo invitaría a volar,
me acerqué a ella y, sin que ella me viera, intente comunicarme, la chica delas alas dijo: ¿me
estás hablando?, sos el loro que compre, no sabía que podas hablar, por ahora solo hablo pájaro
y humano, pero me gustaría hablar otro idioma. Me estoy volviendo loca, estoy hablando con un
pájaro. Soy Yaco.

14 Amanda
A Amanda no le parecía mal que las personas tengan mascotas, pero los pájaros están
hechos para el cielo, Yaco y Camacho estaban aprendiendo a amar la libertad. No sé si estoy de
acuerdo sobre el alcaudón, este no era el lugar adecuado para liberarlo, dijo ella: entiendo y voy
a ayudar, la chica inicio su caminata por la feria, me ofreció su hombro derecho, el puestero la
vio venir, era mi humano el que me había cuidado, ¿qué paso?,¿no quiso volar?, Amanda, nos
hicimos amigos, el puestero no pareció conforme, un loro así no está hecho para vivir solo, ¿qué
quiere decir?, se ve que no sabe mucho de loros grises africanos, tendría que estudiar antes de
dejar libre a cualquiera, es el rey de los loros, se me hinchó de orgullo que de pronto me sentí un
gigante, un súper pájaro, y entonces paso a mi lado el carnicero, tan rápido que no lo vi, el
puestero y Amanda me auxiliaron.

15 El libertador
Al final hice ta- te- ti entre 3 jaulas y salió elegido un lorito, el lorito no quiere salir, el ave
se defendió, pero por fin logramos sacarlo de la jaula, planeo hacia el gomero y, a medio camino,
el alcaudón se le vino encima, Amanda salió corriendo a salvar al lorito, me dijo, vos vas a cuidar
al lorito. Por supuesto.

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16 Un día lleno de aventuras


Amanda me dejó en mi árbol con promeses de reencuentro, esperábamos que en algún
momento apareciera Aga, pero no sucedió. Llego el sábado y habíamos llego al puesto de los loros
y la chica de las alas grito, yo compre ese pájaro ayer, ¿Usted volvió a atraparlo?, ese pájaro
regreso por su cuenta, señorita. Hoy cuando arme el puesto, el Agaporni regreso, voy a liberarlo
de nuevo, dijo Amanda. Usted ayer lo libero, para que fuera pájaro libre, o sea que cuando regresó
a la jaula, n era suyo ni de nadie, pero como regreso a mi jaula y soy yo quien lo cuida, bueno,
vuelve a ser mío. Abra otra vez la jaula, veamos si el loro quiere quedarse o no. El loro no voló.

17 Una segunda oportunidad


No entiendo, dijo Amanda, ¿Por qué regresaría a la jaula?, lo voy a comprar de nuevo,
dijo Amanda, ese pájaro se merece una segunda oportunidad, Amanda regreso al puesto, pago
por el lorito, regreso al banco y abrió la puerta de la jaula. Aga dio unos saltitos, abrió sus alas y
voló. El alcaudón, al verlo, voló hacia él, el lorito hizo un giro impresionante y paso por debajo
del carnicero. El puestero abrió la puerta de la jaula. Me doy por vencida, dijo Amanda, el lorito,
que le pasa que regresa siempre a la jaula, dijo Amanda, ¿Qué podemos hacer?, a Camacho se
le ocurrió una idea, que tal si lo seguimos al Aga, para Camacho esta ‘’EL CARNICERO’’, se me
acaba de ocurrir otra idea, engañar al alcaudón, que él no se dé cuenta de que uno de nosotros
ha volado del árbol. Aquí es donde entra usted y su capacidad para imitar voces. Mientras yo
sigo la jaula, usted se queda imitando mi voz. La camioneta de los loros está en marcha, dijo el,
y voló, solo en la plaza, me puse a hablar, y así seguí un buen rato.

19 Pum al corazón
En algún momento me dormí. Pero Camacho volvió, Camacho me miraba con un gesto
molesto, Yaco por esta noche no quiero hablar más con usted, ay Camacho, le rogué, perdóname,
y por fin él me contó la historia del Aga. El Agaporni no conocía otra manera de alimentarse. El
domingo Amanda regreso, Yaco, me llamo Amanda, estudie sobre los Apaporis, que significa lorito
de amor, y estoy segura, de que nuestro loro regreso a la jaula porque no podía irse solo el Aga
tiene compañera y dos pichones, sufría cada vez que lo llevaban solo a la feria, su temor a que lo
compraran y lo separara de su familia cuando termine de contar, Amanda le caían lagrimones,
hicieron algo bueno, dijo ella, eso no se olvida, pero no sabía si sería suficiente.

20 Un día Yaco
Aunque me cueste todos mis ahorros, hoy voy a comprar a el Aga la familia del Aga, dijo
Amanda. El Aga le dijo a Camacho que, mientras ´´EL CARNICERO´´ dijo la chica de las alas.
Pero ¿Qué podíamos hacer? ¿enjaular al carnicero para liberar a los demás pájaros? Tengo un
par de ideas, agrego Amanda, ya vuelvo, Amanda volvió, conto que había solicitado al puestero
que trajera a la familia del Aga, hoy por la tarde. También hice un par de llamados, tengo una
idea, le dije a Camacho, es no tenerle miedo y se cómo acercarme a él y atraparlo. El día se hizo
largo. Para ponernos en acción, debíamos esperar a que termine la feria, estoy lista, dijo la chica,
estoy listo, dijo Camacho, empecemos, dije, primero Amanda compro la jaula con el Aga y la Aga
y otra con os pichones del Aga. Amanda dejo las jaulas bajo el eucaliptus, cubiertas por unas
ramas. Nosotros también queremos pelear, gritaron mamá y papá Aga, Amanda los libero y se
refugió detrás del gomero. Ahora o nunca, grite.

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21 La gran Kaka
Camacho y los Aga volaron directo hacia el Carnicero, yo me fui acercando por detrás,
entonando una canción alcaudonita, al instante el carnicero era una ternurita, moviéndome de
rama en rama logré que el carnicero terminara en el suelo, rodeado de todas esas horrendas
espinas, tenemos rodeado al alcaudón, somos cuatro contra uno, si nos metemos ahí, ¡vamos a
terminar, en ensartados ¡, pensar me desconcentro y un acorde me salió desafinado, se alegró
de descubrirnos, de la nada salió la gran Kaka y se plantó frente el Carnicero, con destreza, la
kaka Hundió la cabeza, y rodo sobre el alcaudon, le hizo la llave en el cuello que lo inmovilizó, el
Carnicero había sido derrotado, llego Amanda acompañada de varios humanos.

22 Vuelo libre
Los otros humanos, son parte de un grupo, que se ocupan de devolver aves liberadas a
la naturaleza, dijo Amanda, yo solo abrí las puertas de las jaulas, pero nunca me preocupé por
lo que después les pasaría a ustedes, esta gente en cambio sabe qué hacer, la kaka es u ave
en peligro de extinción, su venta está prohibida, por lo que el puestero tendrá graves problemas,
Amanda y yo vimos pasar al alcaudón en manos de uso de los tipos, los Aga preferían que los
dejaran en tigre que tiene un montón de loros y palmeras, es un lugar perfecto para ellos,
Camacho y yo elegimos quedarnos en nuestro árbol. Escuche hablar, dijo Camacho, que muy
cerca, viven una colonia de camachos. ¿Cuándo te vas?, deje Yaco, solo era una idea nomas.
Cambiando de tema por un rato Camacho y yo conversamos, esa noche tuvimos lindos sueños.

23 Sin despedidas
Me despertó Amanda, ¿cómo andan las cosas?, pregunto Amanda, ¡Formidable¡,
exclamé, Camacho encontró a los suyos y se va en unos minutos, Yaco, ¿adónde va usted?,
Vuelvo a África, la chica de las alas puso los ojos en blanco, Amanda había entendido todo,
Camacho se preparó para volar, mire alejarse a mi amigo, ‘’Que tengas una gran vida’’.

24 Picotacitos
Yaco no sé cómo decirte esto, pero los de vuelo libre no pueden levarte a África, Ya lo
sé, ¿Entonces porque se lo dijiste a Camacho?, para que se fuera con los suyos, ¿Y ahora?,
quiso saber, Hay mucho para hacer acá, Yaco, empezó ella, me encantaría que vinieras a vivir
a vivir conmigo, ¿En una jaula…?, le pregunte, No, claro que no, la ventana siempre abierta,
queda muy cerca de la plaza, así que podrás venir cuando quieras y encontrarte con el
Camachuelo, claro, en las paredes pinte paisajes de las selva africana y otros loros grises, ahí
tienes agua, semilla y frutas, Amanda salió por un momento, abrí mis alas y di varias vueltas por
mi selva verde, y salí del edificio y volví, ah lindo día para volar.

Fin

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