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En comportamiento social, la discriminación (del latín discriminatĭo, -ōnis) es el trato desigual hacia una persona o

colectividad por motivos raciales, religiosos, diferencias físicas, políticas, de sexo, de edad, de condición física o
mental, orientación sexual, etc.1 En filosofía moral se ha definido a la discriminación como un trato o
consideración «desventajosa». Esta definición es comparativa: una persona no tiene que ser dañada para ser
discriminada, simplemente tiene que ser tratada «peor» que otras por razones arbitrarias.2 La reacción o
interacción inicial que le sucede un grupo influencia el comportamiento real del individuo hacia el propio grupo o a
su líder, restringe a miembros de un grupo de privilegios u oportunidades disponibles para otro grupo, lo que
conduce a la exclusión del individuo o a entidades basadas en una toma de decisiones ilógica o irracional.

La mayor parte de las personas afectadas por la discriminación son individuos pertenecientes a las denominadas
minorías, pequeños grupos dentro de una sociedad, aunque hay muchos casos en los que estos grupos no son
pequeños.34

Existen tradiciones, políticas, ideas, prácticas y leyes discriminatorias en muchos países e instituciones en todas
partes del mundo, incluso en territorios donde la discriminación está mal vista. En algunos lugares se ha intentado
beneficiar a quienes habían sido tradicionalmente víctimas de discriminación a través de mecanismos de
discriminación positiva, como el establecimiento de leyes de cuotas para favorecer el acceso de la mujer a los
cargos de representación o para favorecer la contratación de personas con discapacidad.

Toda discriminación empieza con el uso de la facultad para señalar a un individuo, las etiquetas ya sean para bien
o para mal , son parte de la discriminación.

Solo los actos evidenciados dan validez de los mismos, ya que es muy sencillo señalar a alguien, cuando se es más
de uno quienes comparten el ideal de discriminar.

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Una de las principales fuentes de la desigualdad es la discriminación. Según César Rodríguez, en su texto titulado
Derecho a la igualdad, «los ingresos, la clase social y la raza, factores tales como el género, el origen étnico, la
nacionalidad, la afiliación religiosa o la ideología política» dan lugar a las formas de discriminación.

Existieron ciertos grupos minoritarios que no están efectivamente incorporados en la sociedad. Estos grupos están
discriminando y se encuentran en una posición de «subordinación perpetua» (expresión tomada de Derecho y grupos
desaventajados de Gargarella), lo cual se ve reflejado en la economía (clases menos favorecidas), en la política (estos
grupos no tienen representación política) y en la vida social. Este tipo de discriminación es la más evidente, pues es la
que se ve en el día a día; por ejemplo, la violencia física racial entre pandillas que se da en los Estados Unidos o en
Europa.

El derecho (sistema judicial) ha sido utilizado como elemento de control por parte de los grupos predominantes, con
objeto de mantener el statu quo. La discriminación ha sido una de las principales fuentes de desigualdad, debido a
que, como ciertos grupos están marginados de las decisiones, se les priva de ciertos derechos fundamentales, tales
como la salud, la seguridad social y la educación, entre otros muchos.

En las diferentes lenguas abundan términos que son utilizados con connotaciones racistas, clasistas o nacionalistas.
También se utilizan las palabras para crear y mantener estereotipos. Existen muchas frases que expresan
discriminación a las que estamos tan acostumbrados que no nos damos cuenta. Por todo esto, podemos decir que el
lenguaje es una forma de discriminación y que hace que estas actitudes se vayan permeando por la sociedad que
utiliza el lenguaje.

Sin embargo, se han hecho esfuerzos para parar la discriminación y asegurarle a estos grupos el respeto a sus
derechos a través del mismo ejercicio del derecho. Un ejemplo de esto fueron las reformas jurídicas de la década de
1970, en las que se operó de forma tal que sirvieran de «obstáculos contra la discriminación» (expresión tomada del
libro Emancipación social y violencia en Colombia, escrito por Rodrigo Uprimny y Mauricio García Villegas). En el caso
colombiano podemos ver cómo la Corte Constitucional ha tenido un papel protagónico a través de sus decisiones,
permitiendo que algunos de los grupos antes discriminados obtengan ahora representación y el respeto de sus
derechos fundamentales (ejemplos de esto son los indígenas, los sindicatos y los homosexuales, entre otros muchos).

Otras personas que pueden también ser objeto de discriminación son quienes poseen una condición de discapacidad,
sea física, intelectual, sensorial o relacionada con algún trastorno mental crónico (o cronificado). En estos casos la
discriminación se manifiesta en diversas áreas como el derecho, la educación, el urbanismo, la cultura, la
administración, la economía, el empleo, etc. Estas barreras que encuentran las personas con alguna de estas
características son analizadas desde el llamado enfoque social de la discapacidad.

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