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¿Qué siento en mi proyecto de tesis?

Cuando se planteó esta pregunta me encontraba en una situación compleja. Una


situación que me obligaba a reformular mi proyecto, no sin antes reorganizar mi
vida personal y mi economía. Algo que empezó como una advertencia
desencadenó en el término de mi anterior etapa laboral y la incertidumbre por la
interrupción abrupta de mis ingresos. Durante todo el primer semestre y desde que
decidí postular al magíster planifiqué aportar con mi tesis y mi proceso formativo al
trabajo que realizaba con comunidades de Frei-Bonn. En parte porque vi de cerca
el desalojo del campamento en 2019, apoyando a una de las directivas en sus
procesos de movilización, y porque a fines de 2021 se me presenta un trabajo de
acompañamiento social y comunitario a familias de los comités regulares de dicho
campamento.
Con mi ingreso al magíster este año vi la posibilidad de plantear alternativas y
métodos para abordar el cuidado de la salud mental desde un enfoque
comunitario, en el contexto del acompañamiento a personas del ex campamento.
Tras profundizar en redes cooperativas y solidarias de salud mental, conversando
con colectivos y agentes comunitarios, me hizo mucho sentido la rebeldía y la
seguridad con la que afirman el derecho a la locura, así como las prácticas de
cuidado, autoformación y activismo que realizan (Cea-Madrid, 2019). Sentí que es
importante proponer modelos de cuidado desde la experiencia local de grupos
comunitarios en Calama, porque el malestar y el desgaste es común en esta
localidad donde la floreciente actividad económica extractivista no refleja ninguna
mejora para nuestra calidad de vida en general.
Primera situación: quiebre laboral y disolución del contexto del proyecto
Hasta ese momento no podía menos que sentir orgullo y vocación por lo que
estaba haciendo. Tampoco tenía mucha claridad si efectivamente el próximo año
podría seguir trabajando con los mismos grupos, pero me motivaba la idea de
facilitar herramientas para construir bienestar en espacios colectivos. Esta
emoción ya no fue posible de sostener desde julio de este año en adelante, puesto
que todo mi contexto laboral y mi ingreso fueron interrumpidos de manera abrupta
por el caso convenios que involucra a Serviu y la ONG donde yo trabajaba. En
este contexto sentí primero incredulidad, luego confusión y una frustración que
duró varias semanas.
Segunda situación: desapego emocional del proyecto
Me encontraba en esta situación cuando retomamos el semestre y sentía que ya
no servía nada de lo que había hecho, y que yo soy la única persona realmente
interesada de que mi proyecto se lleve a cabo. Esta nueva situación se me
presenta difícil de resolver en el corto plazo, por lo que me desapegué
voluntariamente de mi tesis hasta resolver mi estabilidad laboral, financiera y el
pago de las cuotas del arancel. En este sentido la motivación que sentía se
convirtió en una vaga imagen que me provocaba nostalgia y resignación. Otras
emociones que me acompañaron fue la inseguridad y la vergüenza por no trabajar
los días de semana, y al mismo tiempo disminuí mis horas de sueño para elaborar
proyectos y postulaciones que me permitieran generar ingresos en el corto plazo.
Tercera situación: dificultad para asegurar un grupo fijo y prolongado en el
tiempo
El desarrollar y proponer proyectos para consultorías, fondos concursables y
nuevos espacios laborales me hizo reencontrarme con la propuesta que venía
desarrollando para mi proyecto, sólo que con nuevos grupos y en contextos
diferentes al de comunidades de campamento: comunidades educativas de
estudiantes universitarios/as de segundo año de psicología de la Universidad de
Antofagasta, y de estudiantes de establecimientos municipales de Calama que
reciben acompañamiento para su revinculación educativa tras presentar
absentismo o deserción. Ambos contextos plantean la posibilidad de aportar
herramientas desde el enfoque comunitario para facilitar procesos de
reflexión/acción sobre sus contextos, produciendo conocimiento experiencial y
prácticas para el cuidado común de su salud mental. No obstante, su continuidad y
permanencia en 2024 también es incierta puesto que ninguno de estos trabajos
está sujeto a un contrato, complejizando la posibilidad de definir un sujeto único de
intervención.
Algunas alternativas
Respecto al primer problema, sobre mi reciente quiebre laboral y la disolución del
contexto donde estaba planteado el proyecto, tome la decisión de proponer
rearticular un espacio de trabajo con el equipo de compañeras con quienes
trabajaba, para en algún futuro contar con el respaldo de nuestra propia entidad
mandante en la planificación de proyectos y propuestas de intervención desde una
perspectiva local y contextualizada territorialmente. En este sentido postulamos al
fondo Sercotec para la creación y conformación de cooperativas, y esta semana
estamos esperando resultados tras ser entrevistados/as por funcionarias del
Ministerio de Economía. Con esta alternativa me planteo aportar herramientas
para producir prácticas y saberes de cuidado común en salud mental, con
organizaciones comunitarias, empresas e instituciones de la comuna, bajo el
nombre de la Cooperativa de Ciencias Sociales Apacheta.
En cuanto al segundo y tercer problema, el desapego emocional de mi proyecto y
la dificultad de asegurar un grupo fijo, tomé la alternativa de asumir el tener que
reformular mi diseño y enfrenté la angustia de tener que recortar una parte
importante del mismo: decidí rescatar la experiencia y el material producido en los
dos encuentros de inicio que alcancé a realizar con comunidades de Frei Bonn, y
las enmarqué en el contexto más amplio de sistematizar prácticas y saberes con
comunidades de aprendizaje en Antofagasta y Calama. En este sentido comencé
a redactar nuevamente mi tesis, siguiendo la pauta de la última entrega del primer
semestre, conservé el desarrollo teórico y amplié la problematización del contexto
hacia la salud mental en la región de Antofagasta. Actualmente estoy
sistematizando experiencias de cuidado en salud mental con grupos motores de
arteterapia en el contexto de la docencia universitaria en Antofagasta, y de talleres
de cuidado de salud mental con estudiantes de establecimientos municipales de
Calama.
Me planteo reformular el objetivo como “comprender la experiencia sistematizada
de comunidades de aprendizaje en Antofagasta y Calama que participan de
talleres de arteterapia, organizados en torno al cuidado común de su salud
mental”, realizando un análisis cualitativo del contenido sistematizado en las
instancias donde me desenvuelvo laboralmente entre julio de 2023 y julio de 2024.
Resonancias con la exposición de Constanza Luco
La presentación de Constanza me resuena en la medida que plantea la posibilidad
de integrar lo visual, la expresión artística, las motivaciones y los deseos, en la
producción de conocimientos no necesariamente vinculados al productivismo y la
acumulación científica. Profundizar en prácticas cotidianas de comunidades
reales, como son las comunidades de dibujo y elaboración de fanzines, contribuye
a desenredar la visión fría y monolítica de las prácticas sociales que deviene de la
ciencia tradicional. Su trabajo me motiva a seguir incorporando el arte en el diseño
de mi proyecto, para contribuir no sólo a formas alternativas de cuidado en salud
mental, sino también a desarrollar formas alternativas de hacer arte y producir
estética desde las comunidades de la región de Antofagasta.

Referencias Bibliográficas
Cea-Madrid, J. (2019a). El derecho a la locura en América Latina. En Cea-Madrid,
J. (Ed.) Por el derecho a la locura. La reinvención de la salud mental en
América Latina. Santiago, Chile: Editorial Proyección.

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