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Escultura maya en Museo de Copán Ruinas. Foto tomada por Nohemy Rivera, 2015.

CARRERA: Electiva para todas las carreras

ASIGNATURA: Arte Mesoamericano

CÓDIGO DE CLASE: AME-1416

NÚMERO DE MÓDULO Y TEMA A DESARROLLAR:


Módulo 7: Arte mesoamericano del Período Posclásico I

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UV: 3

Requisitos para cursar la asignatura: Ninguno

Objetivo general:
Identificar las principales características del arte mesoamericano del período
posclásico, específicamente de la cultura tolteca y maya.

Objetivo específico:
• Familiarizarse con el desarrollo histórico en el período posclásico,
especialmente en la región tolteca y maya.
• Distinguir las características del arte tolteca y maya en el periodo posclásico
mesoamericano.

Competencia a desarrollar.
El(la) estudiante será capaz de reconocer los elementos artísticos del período
posclásico, especialmente en la región tolteca y maya.

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Módulo 3: Arte mesoamericano del Período Posclásico I –
Toltecas y Mayas de Yucatán.

Mapa mental

Figura 1. Mapa mental del tema

1. Introducción
El último período abarca del año 900 a 1521 d.C., se divide en dos períodos, el
Posclásico temprano de 900 a 1200 d.C., y el Posclásico tardío de 1200 a 1521
(Ávila Aldapa, 2002). En esta etapa los Estados fueron más extensos, mayor
expansión bélica, migraciones de pueblos enteros que abandonan sus lugares
de origen en busca de mejores condiciones de vida y territorios más propicios
a sus intereses, desplazados por la guerra o en aventuras de conquista.

Hubo una tendencia hacia la militarización, proliferan las castas militares,


donde la carrera militar otorgaba prestigio y ascenso social. Se practica el culto
al dios Serpiente Emplumada, donde los gobernantes rendían honor a esta
deidad a través de llevar su nombre: Quetzalcóatl en el Centro de México,
Kukulcán en el norte de la Península de Yucatán y K’ucumatz en los Altos de
Guatemala.

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Se dan otras prácticas como la metalurgia, cultivo de chinampas, la adopción
del arco y la flecha como armas de guerra; aparecen las primeras fuentes
históricas, llamadas códices en el área del Altiplano Central y prolifera el
sacrificio humano.

La conquista española marca el final del período posclásico. Ese final inicia con
la caída de la ciudad de México- Tenochtitlán el 13 de agosto de 1521 (Ávila
Aldapa, 2002).

En este período, las expresiones artísticas y culturales también cambiaron


sensiblemente del Clásico al Posclásico. En el arte se aumenta el hieratismo y
las referencias a lo bélico, a la muerte y al sacrificio. Domina la Triple Alianza
buena parte del territorio mesoamericano (López Austin & López Luján, 2000),
compuesta por los pueblos de Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan, con
propósitos de conquistar y someter a otros señoríos y ciudades-estado en la
región, y establecen un sistema de tributos.

La escultura, especialmente la religiosa, perdió su exuberancia para volverse


hierática, marcial y severa, proliferando las representaciones de sacrificios
humanos. El mensaje era claramente militarista. Se labraron en los muros de
los templos las figuras de fieras – mamíferos o aves carnívoras – que devoraban
corazones; y rengleras de cabezas – trofeo conocidas con el nombre náhuatl
de tzompantli (Ávila Aldapa, 2002).

Figura 2. Tzompantli en el Templo Mayor.

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2. Los Toltecas y Tula
Tula, capital de los Toltecas, es el primer Estado en el Altiplano Central de
México que tiene muchos datos históricos sobre sus reyes, migraciones,
conquistas, conflictos políticos y religiosos. Del 900 y 1150 d.C., durante su fase
de expansión, la influencia cultural de Tula alcanzó muchas regiones de
Mesoamérica, hasta El Salvador y Chichén Itzá en el norte de Yucatán (Cobean,
2007).

La ciudad de Tula estaba ubicada en una ladera. Sus edificios fueron ubicados
en los cuatro costados de una enorme Plaza Central, cuyo centro es una
pirámide con su respectivo templo y escalinatas en sus cuatro lados. Los
templos más antiguos tenían la forma de un talud rematado por un tablero liso,
típicos del estilo de Xochicalco y El Tajín (Ávila Aldapa, 2002)

Hacia finales del siglo XIII d.C., se da la decadencia y colapso del Estado tolteca.
No se conocen las causas de ello; sin embargo, parece que se conjugó una serie
de factores internos y externos de naturaleza diversa que provocaron
conflictos y conmociones sociales que el Estado no pudo resolver. Para el siglo
XIV, la región estaba sujeta a los tepanecas de Azcapotzalco; había perdido su
importancia como centro de poder.

2.1. Arte en Tula


2.1.1. Arquitectura
En Tula, fueron hábiles arquitectos. Alrededor del siglo IX, los toltecas
revolucionaron muchas normas arquitectónicas de Mesoamérica. Su mayor
aportación fue un nuevo concepto del “espacio interior” mediante el uso de
numerosos soportes aislados (columnas) creando amplias salas. Aunque,
algunos edificios fueron construidos con base de adobe. Y posteriormente, los
constructores colocaron postes verticales de madera empotrados dentro de
los muros, a manera de castillos, soportando las vigas maestras de la
techumbre (Ávila Aldapa, 2002).

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Figura 3. Pirámide B de Tula y columnas al frente.

La arquitectura en Tula es majestuosa, pero realización mediocre. El núcleo de


los monumentos está hecho con capas de piedra, sin tierra; hasta que tenían
el volumen deseado. Luego, levantaban muros de contención en talud con
piedras y barro para dar mayor estabilidad. Sobre éstos se colocó un tablero
sobre talud, decorado con losas esculpidas con representaciones de dioses y
animales sagrados (Ávila Aldapa, 2002).

En Tula, los soportes aislados tuvieron una base en forma de una enorme
piedra plana rectangular o circular, que era el doble de ancho que el pilar que
iba a soportar, lo que daba estabilidad a la pieza que se levantaba encima. Y
otro valioso exponente es un basamento semicircular compuesto de una base
rectangular escalonada, que tienen adosada otra circular en la parte media,
también escalonada.

Se nota la influencia teotihuacana en sus elementos decorativos, como el uso


del tablero y talud, el uso de tigres en procesión, pájaros, mariposas,
serpientes, águilas. Los tigres de Tula siempre llevan al cuello un collar que
está vinculado con el dios Xipe Tótec (Ávila Aldapa, 2002).

2.1.2. Escultura
En la escultura los toltecas aportaron mayor número de innovaciones como las
columnas en forma de serpientes emplumadas, los atlantes, los
portaestandartes y los chac-moles (Figura 4). Se crearon grandes cantidades

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de esculturas, pero hay muchas de poca calidad artística, debido que fueron
ejecutadas en serie.

Figura 4. Atlantes de la Pirámide B en Tula (Fuente: Lisandro Linares, 2013).

Los Atlantes y pilares, de 4.6 m de altura, fueron esculpidas en cuatro


secciones y colocados uno encima del otro. Las losas no fueron talladas in situ
en los edificios, sino fuera de ellos y después colocados en los lugares que les
correspondían. Las esculturas de mayor tamaño fueron talladas en piedra
basáltica, de gran dureza; mientras que las losas y almenas son de piedras
calizas, sumamente blandas fáciles de trabajar.

Las esculturas en bajorrelieves como en bulto eran policromadas, y en muchos


casos conservan todavía su colorido original. Los muros interiores de los
aposentos estuvieron también pintados en la parte inferior con múltiples
franjas horizontales de diferentes colores y en la parte superior había
complicadas escenas con representaciones humanas.

Los atlantes son ejemplo de las representaciones de guerreros que proliferan


en el arte de Tula; los guerreros toltecas portaban una gruesa capa de algodón
acolchado en su brazo izquierdo como defensa contra las flechas y un escudo
redondo sobre sus espaldas; con frecuencia sus sandalias estaban decoradas
con serpientes emplumadas y su tocado. Los atlantes llevan era una especie de
sombrero cilíndrico, coronado con plumas de quetzal y con un pájaro en
actitud de descender en el frente. En su pecho, estos guerreros toltecas portan
el emblema de la mariposa.

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Además, existen columnas que tienen la forma de serpientes con la cabeza
hacia abajo y los crótalos sirviendo de capitel. Particularmente interesantes
son las esculturas de figuras humanas representadas en posición sedente y
también yacente, a las que se les ha dado el nombre de Chac Mol.

Figura 5. Representaciones de serpientes a la izquierda y un Chac Mol a la derecha.

2.1.3. Cerámica
La cerámica típica es una alfarería
roja sobre bayo poco atractiva,
alfarería conocida como
anaranjada pulida, que es más
burda (Ávila Aldapa, 2002).

2.1.4. Lapidaria
Existen dos preciosas placas de
jade, una con la representación de
un sacerdote esculpido en
bajorrelieve; y la otra placa de
concha incompleta esculpida en Figura 6. Cerámica tolteca.

forma de la cabeza de un
personaje visto de perfil (Ávila Aldapa, 2002).

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3. Los Mayas de Yucatán en el Posclásico
Recordando lo estudiado en el módulo anterior sobre el área maya, podemos
mencionar que esta zona cultural involucra el territorio de México, Guatemala,
Belice, oeste de Honduras y
parte de El Salvador. Además,
el área maya se divide en tres
áreas naturales: las tierras
altas se localizan al sur del área
maya; las tierras bajas del sur
están al centro; y las tierras
bajas del norte se extienden en
las llanuras semiáridas de
Yucatán (Ávila Aldapa, 2002).

Hacia el fin del período clásico,


dio comienzo importantes
cambios en el área maya: la
construcción de grandes
estructuras monumentales en
las ciudades se interrumpe; se
dejan de elaborar objetos
Figura 7. Área maya y divisiones de las tierras bajas y tierras suntuarios y se abandona la
altas.
conmemoración y registro de
eventos sociales y naturales en estelas, altares y monumentos grabados con
inscripciones jeroglíficas; y desaparece el uso de los algunos calendarios. En la
religión, se enfoca en deidades como el dios de la lluvia Chac, la diosa de la
Luna Ixel y el dios Itzamná (Ávila Aldapa, 2002).

Ocurren importantes migraciones de los grupos dirigentes de las tierras bajas


del sur hacia la península de Yucatán. El arribo de otras influencias de filiación
tolteca, provenientes del Altiplano Central, provocó nuevas transformaciones
en las pautas culturales de la región. Esta presencia tolteca se hace más
evidente en la zona de Chichén Itzá, entre los años 1000 a 1200 d.C.

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Durante el Posclásico temprano, la ciudad de Chichen Itzá, es controlada por
un agresivo grupo maya – el putún o chontal – que dominó Yucatán a nivel
militar y comercial (Penalva, 2002).

Luego, el posclásico Tardío inicia con la caída de Chichen Itzá y el ascenso de la


ciudad de Mayapán, entre 1194 – 1441 d.C. El comercio de este periodo se
realiza especialmente por la costa.

De este periodo se conserva una considerable cantidad de textos, escritos con


caracteres latinos, en las lenguas mayenses y otros fueron escritos en español.
Se conocen aproximadamente veinte manuscritos llamados Chilam Balam, de
Maní, de Tizimín, de Chuyamel, que llevan el nombre del lugar donde fueron
encontrados. Hay otros escritos en lengua quiché y cakchiqueles: el Popol Vuh
y Libro de los quichés. El Popol Vuh, escrito entre 1554 y 1558 por un dirigente
del linaje Cawek y descubierto por Francisco Ximénez en 1701. Este escrito, de
naturaleza mítica, es de gran importancia para reconstruir la historia social y
las creencias religiosas del grupo de los quichés. Existen otros textos como el
título de los señores de Totonicapán (geografía política del estado quiché del
siglo XVI y sus dinastías); Anales de los Cakchiqueles, Rabinal Achí (drama épico
del Rabinal) y otra buena cantidad de títulos presentados por los líderes
indígenas con el objeto de reclamar o preservar sus territorios (Ávila Aldapa,
2002).

Los textos españoles proporcionan una amplia documentación, destacando


los escritos por los propios conquistadores, como las Cartas de Relación de
Hernán Cortés y de Pedro de Alvarado; y por los religiosos como Bartolomé de
las Casas y Diego de Landa. También son de gran valor las Relaciones
Geográficas y los diccionarios que contienen muchos datos de interés
etnológico para intentar la reconstrucción de los rasgos de la cultura maya. Las
obras de Antonio de Remesal, Antonio Fuentes y Guzmán y Francisco Jiménez,
son de gran relevancia.

El conocimiento de la cultura maya se fundamenta en la arqueología, en las


inscripciones en piedra y en los códices manuscritos.

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3.1. Arte maya en el Período Posclásico
3.1.1. Arquitectura de Chichen Itzá
Chichen Itzá es una ciudad que fue fundada en un terreno en el que abundaban
las cavernas, simas, pozas y corrientes subterráneas, a principios del siglo VI,
por los indios itzaes, que más tarde serían invadidos por los toltecas en el 950
d.C. Alcanzó su apogeo durante los siglos XI a. XIV. En 1441, en plena
descomposición de la cultura maya, los habitantes huyeron a Tuyasol, donde
serían sometidos por los españoles en 1697.

Figura 8. Chichen Itzá en la Península de Yucatán, área norte.

Su arquitectura es muy diferente a la de las restantes ciudades mayas, por su


influencia tolteca. En el conjunto arqueológico norte destaca el Castillo, el
Templo de los Guerreros, el Juego de Pelota, el Templo de las Águilas, el
Templo de Venus, el Tzompantli y el Osario (Figura 8). Más alejados se
encuentran el Templo de los Tableros y el llamado “Caracol”.

A la izquierda de la figura 8, se observa el enorme Juego de Pelota de Chichen


Itzá, que presenta la clásica forma en doble T, limitada al este y al oeste por
altos muros.

El Castillo o Templo de Kukulcán1 es una pirámide escalonada de nueve cuerpos


que alcanzan 24 m de altura. Tienen cuatro escalinatas con un total de 365
escalones. Esas escalinatas están bordeadas por anchas alfardas y en su base
figuran dos grandes cabezas de serpientes. Durante los equinoccios de

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Nombre maya de Quetzalcoatl.

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primavera y otoño, se crea una sombra que aparenta una serpiente (Figura 9).
Se dice que es el descenso del dios serpiente Kukulkán a la Tierra.

Figura 9. La pirámide El Castillo a la izquierda y la estructura Caracol a la derecha.

El Caracol es una torre circular de 12.5 m de altura, que ha tomado su nombre


por la escalera interior que asciende en espiral, se le ha considerado como
observatorio astronómico porque sus ventanas y puertas están alineados con
posiciones relevantes del Sol y el planeta Venus.

Figura 10. El Templo de los Guerreros.

El Templo de los Guerreros, unido al llamado “Grupo de las Mil Columnas”, es


una de las construcciones más recientes de la ciudad (1000-1250). El edificio se
levanta sobre una plataforma a 12 m del suelo y está compuesto por dos
salones rectangulares con pilares que sostienen las vigas de madera que sirven
de apoyo a las bóvedas. La Plaza cuadrangular de grandes dimensiones, se
encuentra compuesta por galerías y templos conformados por columnas que
sostenían grandes bóvedas. Los edificios que se distinguen en este espacio son

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el Mercado, el Templo de las Columnas Esculpidas y el Templo de las Pequeñas
Mesas. El Palacio de las Columnas Esculpidas destaca por su trabajo de
bajorrelieves en jambas y columnas. Sus características arquitectónicas
denotan una función cívico-religiosa (INAH).

También hay que resaltar la Casa Colorada, la Casa de la Escritura Oscura, y en


especial, la Casa de las Monjas, considerado uno de los edificios más bello de
la ciudad) La Casa de las Monjas tiene tres pisos en los que se combinan el estilo
maya-tolteca y el Puuc. En el segundo piso se ven largas inscripciones en los
dinteles y está ricamente decorado con pintura mural y mosaicos de piedra de
estilo Puuc tardío.

Figura 11. La Casa Colorada a la izquierda y la Casa de las Monjas a la derecha, Chichen Itzá.

3.1.2. Escultura
En Chichen Itzá se han
encontrado esculturas de
influencia tolteca: las
estatuas de los Atlantes,
los Chac Mol, figuras de
portaestandartes, etc.
Frente a la entrada del
Templo de los Guerreros
se situaba un Chac Mool o
el enviado de los dioses, Figura 12. Chac Mol en Chichen Itzá.
figura característica de la
cultura tolteca. Su función es polémica, pero se considera que formaba parte

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del mobiliario ritual y se ha sugerido que se empleaba como piedra para
sacrificios (INAH).

Chichén Itzá es el primer lugar conocido de Mesoamérica donde se han


encontrado tzompantlis, que son relieves labrados de craneos. Los elementos
más distintivos del tzompantli de Chichén Itzá son las calaveras labradas de
perfil, que cubren las paredes del cabezal. El cúmulo de cabezas representadas
(alrededor de 2 400) varía de manera notable, lo que indica probablemente
que son obra de varios artistas o que se trata de retratos de individuos
particulares. Se les representa ensartadas verticalmente en postes. Hay cuatro
hileras de cráneos, la de hasta arriba y la de más abajo forman molduras (Miller
V. , 2017).

Figura 13. Tzompantli en Chichen Itzá

También dominaron el grabado sobre madera, donde los mejores conservados


son los realizados en la puerta interior del Templo de los Jaguares, en Chichen
Itzá.

3.1.3. Códices
Los códices son textos indígenas, que recogen una realidad que abarca desde
los inicios del Posclásico. Generalmente son de carácter mítico-épico, y
resultan de enorme utilidad para reconstruir la organización sociopolítica, la
ideología y la historia de los grupos mayas prehispánicos (Ávila Aldapa, 2002).
Son los libros que elaboraban las antiguas élites que sabían leer y escribir.
Estos libros básicamente estaban asociados con la religión, el sacerdocio y el
culto politeísta, y contienen escenas figurativas, pinturas generalmente de sus

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dioses y textos jeroglíficos; contienen almanaques de 260 días, de carácter
adivinatorio; y las llamadas tablas astronómicas; es decir que la información
que contienen los códices mayas es básicamente religiosa y astronómica.

Solo existen cuatro códices mayas: el Códice Dresden, Códice Madrid (TRo-
Cortesiano), el Códice París y el Códice Maya de México. Estos documentos
están hechos de corteza de árbol recubierta con una capa de cal, sobre la cual
están pintados los jeroglíficos y figuras coloreadas. Según los especialistas, el
Códice Maya de México es el más antiguo de los cuatro, pues data del
Posclásico Temprano (1000-1200), mientras que el Dresde, Madrid y París son
posteriores a 1350 d.C. En un poco más de detalle sobre los códices mayas
(UNAM):

• Códice de Dresde: contiene tablas adivinatorias del calendario de 260 días;


los temas eran la agricultura, la cacería, la diosa de la luna, las lluvias, la
sequía y tablas astronómicas de eclipses y de Venus. Además, está
integrado por secciones que hablan sobre los mitos de creación del
calendario y tablas relacionadas con los fenómenos meteorológicos.
Algunos investigadores opinan que procede de Chichen Itzá y data de 1200
– 1500 d.C. Está elaborado en papel de amate, en una tira que mide 3.54 m
doblada en forma de biombo, Consta de 39 hojas que están pintadas a
ambos lados.
• Códice de Madrid: el más largo de todos, con 112 páginas. Los temas son
agricultura, cacería, siembra, la crianza de las abejas y la extracción de la
miel. Se conserva actualmente en el Museo de América en Madrid, España.
Está elaborado también en papel amate, en una tira que mide 6.82 m,
doblada en forma de biombo contiene 56 hojas pintadas por ambos lados.
Los expertos opinan que debió confeccionarse en las tierras bajas del
sureste mexicano y Guatemala, señalan el siglo XIV como la época de su
elaboración.
• Códice de París: sus textos escritos contienen muchos jeroglifos no
descifrados. Contiene augurios de los k’atunes, que son los periodos de 20
años de 360 días cada uno, en los cuales dividían el calendario; y un
almanaque que probablemente representa el zodiaco maya. Se conserva
en la Biblioteca Nacional de París, también está confeccionado en una tira

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de papel amate que mide más o menos 145 cm, doblado en forma de bimbo
y compuesto por 12 hojas. Eric Thompson lo relaciona con la pintura de
Tulum y Mayapan y ubica su confección entre los siglos XIII y XIV.

Figura 14. Códice de Dresde, Códice de Madrid y Códice de París.

• Códice Maya de México: antes llamado Códice Grolier, es un registro del


movimiento del planeta Venus, con sus fases de estrella matutina, estrella
vespertina y los pronósticos de estas apariciones y desapariciones de Venus
que los mayas asociaban con muerte, enfermedad, guerra y hambre.

Figura 15. Códice Maya de México

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Datos de interés

Los toltecas revolucionaron muchas normas arquitectónicas de Mesoamérica. Su mayor


aportación fue un nuevo concepto del “espacio interior” mediante el uso de numerosos
soportes aislados (columnas) creando amplias salas.

La arquitectura de Chichen Itzá es muy diferente a la de las restantes ciudades mayas, por su
influencia tolteca.

Conceptos técnicos

Sima: sima es una cavidad, normalmente en roca calcárea, que se abre al exterior mediante un
pozo, conducto vertical o en pronunciada pendiente.

Lecturas complementarias

Miller, M. E. (2012). The art of Mesoamerica. London: Thames & Hudson.

4. Bibliografía
Ávila Aldapa, R. (2002). Pueblos mesoamericanos. México DF: Instituto Politécnico Nacional.

Cobean, R. (2007). Los toltecas y Tula. Arqueología Mexicana.

López Austin, A., & López Luján, L. (2000). La periodización de la historia mesoamericana.
Arqueología Mexicana, 14-23.

Miller, M. E. (2012). The art of Mesoamerica. London: Thames & Hudson.

Miller, V. (2017). Tzompantlis. Un espejo en el arte maya. Arqueologia mexicana, 40-45.

Penalva, V. (2002). México. Simbolismo y arqueología. Madrid: Editorial N.A.

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