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filosfico-en-la-cultura-mesoamericana

MESOAMÉRICA

Civilizaciones de México y Centroamérica estudiadas desde


1.400 A.C. Su periodo de mayor desarrollo data entre los años
292 hasta el 900 d. de C.. En este período las ciudades
crecieron.

1. Cultura Olmeca.

La palabra "olmeca" significa "habitantes de la región del hule" (caucho). Este nombre es derivado del nahuatl
OLLI y MECATL (mecate), por su traducción al español: región del hule o habitantes del país del hule y fue
utilizada por los mexicas para nombrar a varios pueblos, étnica y lingüísticamente diversos, que ocuparon la
región de Veracruz y Tabasco a través de los siglos. Esta cultura duró siete siglos y medio y pertenece al
horizonte preclásico (2 500 a. de N.E. a 200 d. de N.E.) del pasado mesoamericano. Este pueblo realizó obras de
canalización, centros ceremoniales, esculpió bajorrelieves, usaba un registro de calendario. Los olmecas se
adentraron en algunos conocimientos astronómicos, estudios de planetas y ciclos del calendario, y también, en
el ritual del juego de pelota. Hablaron una lengua diferente de los mayas y aztecas (no se sabe bien el origen), e
instituyeron el culto al jaguar.

La civilización Olmeca, poseía una capital con palacios, templos y monumentos, construidos sobre una enorme
plataforma de 50 m de altura y cerca de 1,6 Km. de longitud, ellos vivieron en la selva de la costa del golfo de
México y, a medida que fue disminuyendo su poder, en 400 a.C., aumentaron los establecimientos en las
montañas del interior.

Poco antes del comienzo de la era cristiana, la primera ciudad del México precolombino había alcanzado
dimensiones urbanas en Teotihuacán, en el valle de México. Esta ciudad tuvo un dominio comercial hasta el año
600, cuando surgió el reino Maya en el suroeste de México y el valle de Guatemala. Teotihuacán ocupaba unos
21 km2 con bloques de viviendas de varios pisos, mercados, multitud de pequeños talleres, templos sobre
plataformas y palacios cubiertos de murales.

Las principales expresiones artísticas de los olmecas fueron la escultura y la cerámica. De igual manera, se debió
a ellos, el inicio de un sistema de escritura y los cómputos matemáticos.

Presentan esculturas en grandes bloques de piedra de basalto y andesita, y finos trabajos de pequeñas hachas y
figuritas labradas en jade y obsidiana. Es un arte oficial, propio de una sociedad muy desarrollada, donde la
demanda de las élites ha fomentado la aparición de artesanos especializados.

La escultura monumental pertenece al ámbito de los centros ceremoniales. En éstos las cabezas de gran tamaño
de La Venta y Tres Zapotes, alcanzan 3 metros de altura por 3 de diámetro y hasta 65 toneladas de peso, y son
representaciones de hombres con nariz achatada y labios gruesos, cubiertos con una especie de casco circular.
Los altares son composiciones iconográficas labradas sobre bloques paralelepípedos de piedra, en uno de cuyos
lados aparece un nicho del que emerge una figura antropomorfa. Las estelas son bloques alargados tallados por
un lado con personajes de alto rango, en lugares como El Salvador, hay tallas de estilo olmeca. Además de estas
enormes esculturas, se encuentran hachas y estatuillas de jade, de formas muy diversas en las que predominan
las representaciones de la divinidad hombre-jaguar.

La cerámica se caracteriza por los vasos escultóricos cilíndricos, platos de fondo plano y ollas globulares de
cuello recto; decorados con motivos incisos o raspados, de figuras antropomorfas con cara de niño. Algunas
piezas son macizas y están modeladas a mano, a la manera del periodo formativo, y otras, de arcilla blanca,
están huecas y representan los rasgos faciales del llamado niño-jaguar.

Con los olmecas aparecen, desde el periodo preclásico medio (1200-900 A.C.). Los más antiguos centros
ceremoniales planificados que se conocen en Mesoamérica, los cuales están situados generalmente en islas (o
en elevaciones del terreno que se transforman en islas durante la temporada de lluvia). Los centros
ceremoniales de esta época consisten esencialmente en plataformas hechas de tierra compacta o, en algunos
casos, de adobe o bloques de arcilla secados al sol.

San Lorenzo, uno de los primeros de estos centros ceremoniales olmecas, fue construido en una meseta
levantada mediante una gigantesca labor de acarreo de tierra. Sus montículos artificiales se complementan con
numerosas lagunas de diversos tamaños que proveían de agua durante la temporada seca, y cuyo nivel podía
regularse por medio de una ingeniosa red de canales de desagüe, construidos con grandes bloques de basalto.
Los montículos muestran entre sí una simetría que hace evidente la existencia (en torno a un eje norte-sur), de
varios grupos de plataformas regulares, los cuales integran plazas en las que se dispone lo que parece, una de
las primeras canchas de juego de pelota o tlachtli. Se encuentra en este lugar, por primera vez, la planificación
que luego marcará las pautas para toda Mesoamérica: un eje central en torno al cual se disponían las plazas y los
edificios.

La arquitectura olmeca es el primer ejemplo mesoamericano de una distribución arquitectónica planificada. Sus
pedestales y plazas constituyen el primer intento de convertir las formas arquitectónicas en una visión cultural
del Universo, pero se desconoce el sentido exacto de la cosmovisión que los olmecas intentaron plasmar,
teniendo claro el carácter intencionado de su incipiente urbanismo.

2. Cultura Tolteca. Tolteca, (en náhuatl, “maestros constructores”).

Después de la caída de Teotihuacan hacia el año 700, hubo en Mesoamérica varios siglos de tinieblas y
concusión, cambió el índole de su civilización, las ciudades sin fortificaciones y gobernadas por sabios sacerdotes
se desmoronaron y dieron lugar a ciudades guerreras y a religiones más belicosas. Una de estas ciudades surge
hacia el año 950 Tula, la capital de los Toltecas.

Pueblo nativo de México que emigró desde el norte, tras la decadencia (en torno al año 700 D.C.) de la gran
ciudad de Teotihuacán, y que estableció un estado militar en Tula, en el siglo X D.C. Se pensó que su llegada
marcó el cenit del militarismo en Mesoamérica, puesto que el ejército tolteca empleó su mayor potencia para
dominar las sociedades vecinas. El pueblo tolteca creó una refinada cultura, que incluía conocimientos sobre la
fundición del metal, el trabajo de la piedra, la destilación y la astronomía. Su arquitectura y su arte reflejan
influencias de Teotihuacán y de la cultura olmeca. Los restos de Tula, incluyen tres templos piramidales, de los
cuales el más grande se cree que estaba dedicado a Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, deidad que los
toltecas adaptaron de culturas anteriores. Según la leyenda, un dios rival tolteca hizo que Quetzalcóatl y sus
seguidores abandonaran Tula en torno al año 1000 D.C., por lo que se desplazaron al sur y, posteriormente,
desarrollaron la ciudad maya de Chichén Itzá, convirtiéndola en su capital y en un importante centro religioso.

El nombre de Quetzalcóatl se compone de dos palabras de origen náhuatl: quetzal, que es un ave de hermoso
plumaje que habita la selva centroamericana, y cóatl, que significa “serpiente”, traducido por los españoles
como “serpiente emplumada”.El término “quetzalli“, en el caso de Quetzalcoatl, significa precioso debido al
plumaje reluciente del dragón. Recordemos que las plumas eran utilizadas por los pueblos americanos a manera
de joyas y las plumas del quetzal eran las más preciosas de todas. De ahí que el término haya pasado de
‘serpiente emplumada’ a ‘serpiente preciosa’ o ‘hermosa serpiente voladora’, que es un término más conceptual
y no una mera traducción literal.

La civilización tolteca decayó en el siglo XII, cuando fue absorbida por los mayas, a los que habían conquistado
anteriormente. Hacia el siglo XIII la caída de Tula y del poder tolteca abrió el camino para la ascensión de los
aztecas.

3. Cultura Azteca
Azteca o Mexica, fue el imperio de un pueblo que dominó el centro y sur del actual México, en Mesoamérica,
desde el siglo XIV hasta el siglo XVI, y que es famoso por su organización; finalmente destruido por los
conquistadores españoles y sus aliados tlaxcaltecas.

Tras la caída de la civilización tolteca que había florecido principalmente en Tula entre los siglos X y XI, oleadas
de inmigraciones inundaron la meseta central de México, alrededor del lago de Texcoco. Debido a su tardía
aparición en el lugar, los aztecas-mexicas se vieron obligados a ocupar la zona pantanosa situada al oeste del
lago. Estaban rodeados por enemigos poderosos que les exigían tributos, y la única tierra seca que ocupaban
eran los islotes del lago de Texcoco, rodeados de ciénagas.

El hecho de que, desde una base tan poco esperanzadora, los aztecas fueran capaces de consolidar un imperio
poderoso en sólo dos siglos, se debió en parte a su creencia en una leyenda, según la cual fundarían una gran
civilización en una zona pantanosa en la que vieran un nopal (cactus) sobre una roca y, sobre él, un águila
devorando una serpiente. Los sacerdotes afirmaron haber visto todo eso al llegar a esta zona; como reflejo de la
continuidad de esa tradición, hoy en día esa imagen representa el símbolo oficial de México que aparece, entre
otros, en los billetes y monedas.

Al aumentar en número, los aztecas establecieron organizaciones civiles y militares superiores. En 1325
fundaron la ciudad de Tenochtitlán (ubicada donde se encuentra la actual ciudad de México, capital del país).
Los aztecas convirtieron el lecho del lago, que era poco profundo, en chinampas (jardines muy fértiles). Se
hicieron calzadas y puentes para conectar la ciudad con tierra firme; se levantaron acueductos y se excavaron
canales por toda la ciudad para el transporte de mercancías y personas. Las construcciones religiosas
(gigantescas pirámides escalonadas recubiertas de piedra caliza y estuco de vivos colores, sobre las que se
construían los templos), dominaban el paisaje.

La ciudad floreció como resultado de su ubicación y del alto grado de organización. En la época en la que los
españoles, capitaneados por Hernán Cortés, comenzaron la conquista en 1519, el gran mercado de Tlatelolco
atraía a unas 60.000 personas diarias. Las mercancías llegaban a manos aztecas gracias a los acuerdos sobre
tributos establecidos con los territorios conquistados. Muchas de esas mercancías se exportaban a otras zonas
del Imperio azteca y de América Central.

Los aztecas-mexicas establecieron alianzas militares con otros grupos, logrando un imperio que se extendía
desde México central hasta la actual frontera con Guatemala. A principios del siglo XV Tenochtitlán gobernaba
conjuntamente con las ciudades de Texcoco y Tlacopan (más tarde conocida como Tacuba y -en la actualidad-
perteneciente a ciudad de México) bajo la denominación de la Triple Alianza. En un periodo de unos 100 años,
los aztecas lograron el poder total y, aunque las demás ciudades-estado continuaron llamándose reinos, se
convirtieron en meros títulos honoríficos.

Al final del reinado de Moctezuma II (emperador azteca), en 1520, se habían establecido 38 provincias
tributarias; sin embargo, algunos pueblos de la periferia del Imperio azteca luchaban encarnizadamente por
mantener su independencia. Estas divisiones y conflictos internos en el seno del Imperio azteca facilitaron su
derrota frente a Cortés en 1521, ya que muchos pueblos se aliaron con los españoles. Además de los problemas
internos que contribuyeron a su caída, el emperador Moctezuma había dado una bienvenida pacífica a Cortés y
lo instaló junto a sus capitanes en los mejores palacios, desde donde se hicieron con la ciudad. Es posible que la
interpretación de antiguos presagios sobre el regreso del dios Quetzalcóatl, indujera a Moctezuma a confundirlo
con Cortés, si bien lo que más interesaba al emperador era colmar de regalos a los españoles, para que se
retiraran.

La sociedad azteca estaba dividida en tres clases: esclavos, plebeyos y nobles. El estado de esclavo era similar al
de un criado contratado. Aunque los hijos de los pobres podían ser vendidos como esclavos, solía hacerse por un
periodo determinado. Los esclavos podían comprar su libertad y los que lograban escapar de sus amos y llegar
hasta el palacio real sin que los atraparan, obtenían la libertad inmediatamente. A los plebeyos o macehualtin se
les otorgaba la propiedad permanente de un terreno en el que construían su casa. Sin embargo, a las capas más
bajas de los Plebeyos (tlalmaitl), no se les permitía tener propiedades y eran campesinos en tierras arrendadas.
La nobleza estaba compuesta por los nobles de nacimiento, los sacerdotes y los que se habían ganado el
derecho a serlo (especialmente los guerreros).

Religión: En la religión azteca numerosos dioses regían la vida diaria, entre ellos Huitzilopochtli (deidad del Sol),
Coyolxauhqui (la diosa de la Luna que, según la mitología azteca, era asesinada por su hermano el dios del Sol),
Tláloc (deidad de la lluvia) y Quetzalcóatl (inventor de la escritura y el calendario, asociado con el planeta Venus
y con la resurrección).

Los sacrificios, humanos y de animales, eran parte integrante de la religión azteca. Para los guerreros el honor
máximo consistía en caer en la batalla u ofrecerse como voluntarios para el sacrificio en las ceremonias
importantes. Las mujeres que morían en el parto compartían el honor de los guerreros. También se realizaban
las llamadas “guerras floridas” con el fin de hacer prisioneros para el sacrificio. El sentido de la ofrenda de
sangre humana (y en menor medida de animales), era alimentar a las deidades solares para asegurarse la
continuidad de su aparición cada día y con ella, la permanencia de la vida humana, animal y vegetal sobre la
Tierra.

Escritura: Los aztecas utilizaban la escritura pictográfica grabada en papel o piel de animales. Todavía se
conservan alguno de estos escritos, llamados códices. También utilizaban un sistema de calendario que habían
desarrollado los antiguos mayas, el cual tenía 365 días, divididos en 18 meses de 20 días, a los que se añadían 5
días “huecos” que se creía que eran aciagos y traían mala suerte. Utilizaban igualmente un calendario de 260
días (20 meses de 13 días) que aplicaban exclusivamente para adivinaciones. La educación era muy estricta y se
impartía desde los primeros años. A las mujeres se les exhortaba a que fueran discretas y recatadas en sus
modales y en el vestir, y se les enseñaban todas las modalidades de los quehaceres domésticos que, además de
moler y preparar los alimentos, consistían en descarozar el algodón, hilar, tejer y confeccionar la ropa de la
familia. A los hombres se les inculcaba la vocación guerrera. Desde pequeños se les formaba para que fueran
fuertes, de modo que los bañaban con agua fría, los abrigaban con ropa ligera y dormían en el suelo. A la
manera de los atenienses de la Grecia clásica, se procuraba fortalecer el carácter de los niños mediante castigos
severos y el fomento de los valores primordiales como amor a la verdad, la justicia y el deber, respeto a los
padres y a los ancianos, rechazo a la mentira y al libertinaje, misericordia con los pobres y los desvalidos. Los
jóvenes aprendían música, bailes y cantos, además de religión, historia, matemáticas, interpretación de los
códices, artes marciales, escritura y conocimiento del calendario, entre otras disciplinas.

4. Cultura Maya
El pueblo maya ocupó un vasto territorio: 900 km de norte a sur, desde Yucatán hasta del Pacífico, y 500 km de
noreste a suroeste, entre la desembocadura el río Usumacinta y el Golfo de Honduras. Se distinguen, al menos,
tres grandes zonas, cada una de ellas caracterizada por formas culturales específicas y una trayectoria histórica
definida: Guatemala y El Salvador, actuales estados de Tabasco, Chiapas y Campeche y la actual península de
Yucatán.

Historia: La civilización maya comprende tres periodos: el periodo preclásico o formativo (1500 a.C.), el periodo
clásico (300 y el 900 d.C.) y el periodo posclásico, desde el 900 hasta la llegada de los españoles (principios del
siglo XVI).

Durante el periodo preclásico, la costa del Pacífico y las tierras altas desarrollaron la herencia olmeca. Los
contactos entre ambas culturas son evidentes en la construcción de grandes edificios al comienzo de su historia.
Sin embargo, fue en el periodo clásico cuando comenzó el esplendor y el progreso de esta civilización. Se
construyeron grandes centros ceremoniales como Uaxactún y Tikal (Guatemala); los mayas construyeron otras
ciudades como Palenque y Yaxchilán (Chiapas, México), Quiriguá (Guatemala) o Copán (Honduras). Estos centros
fueron abandonados por razones todavía no comprobadas a mediados del siglo IX, aunque se cree que fueron
factores de tipo cultural: riesgos de graves hambrunas, fragmentación política, interrupción de las redes
comerciales, guerras e invasiones; por lo que algunos de sus habitantes decidieron emigrar al norte de Yucatán.

Tulum, (México) fue una de las ciudades más imponentes de la civilización maya; emplazada en la costa noreste
de la península de Yucatán, México, está situada en un lugar bellísimo mirando al mar Caribe. Al parecer Tulum
fue ocupada durante el periodo clásico maya (VI D.C.) aunque otros factores datan su ocupación en el siglo XIII,
300 años antes de la conquista. Los antropólogos aún no saben cuáles fueron las verdaderas causas de la
decadencia de esta civilización. Sin embargo, ruinas de ciudades como Tulum revelan aspectos fascinantes de
esa cultura, que se extendió por el sur de México y América Central.

Se inició así el periodo posclásico, en el que a partir del siglo XI se hizo presente la influencia de los toltecas, una
influencia que afectaría especialmente al gran centro ritual de Chichén Itzá. Por entonces se consolidó la Liga de
Mayapán, alianza de los jefes de esta ciudad y los de Chichén Itzá y Uxmal, liga que dominaría la península de
Yucatán durante dos siglos. Algún tiempo perduró la paz, pero tras un periodo de guerra civil y de revolución, las
ciudades fueron de nuevo abandonadas. Sólo quedó Mayapán, que continuó ejerciendo una clara hegemonía
sobre los pequeños señoríos independientes que se habían formado.

Los primeros contactos de los mayas con los españoles tuvieron lugar en el año 1511, cuando desembarcó en
sus costas Jerónimo de Aguilar.

Organización política, económica y social: La agricultura constituyó la base de la economía maya desde la época
precolombina y el maíz es su principal cultivo. Sus técnicas combinaban formas muy arcaicas con otras muy
elaboradas, como la irrigación y el drenaje. Los mayas cultivaban también algodón, fríjol, chile, tomate, camote
(batata), yuca, cacao y otras especies comestibles. Las técnicas del hilado del algodón y la lana, además del tinte
y el tejido, consiguieron un elevado grado de perfección. Los mayas utilizaban telares como el de estacas y a
través de los motivos de los tejidos, las mujeres mayas transmitían mitos y símbolos de sus respectivos pueblos.
Como unidad de cambio utilizaban las semillas de cacao y las campanillas de cobre, material que empleaban
también en los trabajos ornamentales, al igual que el oro, la plata, el jade, las conchas de mar y las plumas de
colores.

Organización social: Los mayas formaban una sociedad muy jerarquizada. Estaban gobernados por una
autoridad política o jefe supremo, cuya dignidad era hereditaria por línea masculina, y el sumo sacerdote. El jefe
supremo delegaba la autoridad sobre las comunidades de poblados a jefes locales, capataces de explotación
agrícola que cumplían funciones civiles, militares y religiosas. La unidad mínima de producción era la familia
campesina, que cultivaba una milpa, parcela desbrozada sin la tala de árboles, ya que para los mayas los árboles,
en especial la ceiba, eran sagrados.

Arte y Arquitectura: La cultura maya produjo una arquitectura monumental, de la que se conservan ruinas en
Palenque, Uxmal, Mayapán, Copán, Tikal, Uaxactún, Quiriguá, Bonampak y Chichén Itzá. En estos grandes
recintos o ciudades, que eran importantes centros ceremoniales, conviven varios estilos arquitectónicos, entre
los que destacan las pequeñas columnas adosadas, cruces añadidas a los mascarones (representaciones) de las
fachadas y las obras en paramento y mosaico en la parte superior de las fachadas, con características de
ingeniería y ornamentación.

La distribución de las ciudades consistía en una serie de estructuras piramidales, la mayoría de las veces
coronadas por templos o cresterías labradas, agrupadas alrededor de plazas abiertas. Las pirámides escalonadas
estaban recubiertas con bloques de piedra pulida y, por lo general, llevaban tallada una escalinata en una o
varias de sus caras. La infraestructura de las pirámides estaba formada habitualmente por tierra y piedras, pero
a veces se utilizaban bloques de piedra unidos con mortero.
Aunque en la actualidad representa una excepción, se cree que el templo de las Inscripciones de Palenque, que
aloja la tumba del rey Pacal, puede no ser el único monumento de uso funerario que se construyó en la cultura
Maya. El tipo más común de construcción consiste en un núcleo de escombros o piedra caliza partida, mezclada
con hormigón o cemento, y recubierta con piedra pulida o estuco. Las paredes de piedra se edificaban, por lo
general, sin mortero.

La madera se utilizaba para los dinteles de las puertas y para las esculturas. Su gran hallazgo técnico fue el
sistema de la falsa bóveda por aproximación de filas de bloques de piedra, para cubrir espacios alargados o
estrechos. Las ventanas eran poco frecuentes, muy pequeñas y estrechas, y en cuanto a los muros interiores y
exteriores, se pintaban con colores vivos, en especial el azul y el rojo. Se dedicaba especial atención a los
exteriores y se decoraban profusamente con esculturas pintadas, dinteles tallados, molduras de estuco y
mosaicos de piedra. Las decoraciones se disponían generalmente en amplios frisos que contrastaban con franjas
de ladrillos lisos.

Escritura y literatura: Los pueblos mayas desarrollaron un método de notación jeroglífica y registraron su
mitología, historia y rituales en inscripciones grabadas y pintadas en estelas, en los dinteles y escalinatas, y en
otros elementos arquitectónicos. Los escritos de los antiguos mayas se realizaban también en códices de papel
amate (corteza de árbol) o en pergaminos de piel de venado curtida. Sólo existen tres muestras de estos
códices: el Códice de Dresde, a través del cual es posible conocer la astronomía y la religión de los antiguos
mayas; el Códice Peresiano, también llamado Códice de París por encontrarse en la Biblioteca Nacional de la
capital francesa, también de carácter astronómico; y el Códice Tro-cortesiano, de carácter mágico-religioso, que
consta de dos fragmentos diferentes que estuvieron separados durante siglos; hoy se encuentra en el Museo de
América de Madrid.

A partir del siglo XVI se realizaron numerosas compilaciones en la lengua maya, pero con alfabeto latino, ya que
los nobles mayas lo aprendieron desde los primeros años de la conquista española. En los códices y las
inscripciones de monumentos mayas hay expresiones de contenido religioso e histórico. Se conservan además
transcripciones con el alfabeto latino en lenguas mayenses, como el maya yucateco, el quiché y el cakchiquel. En
la primera de estas lenguas se escribió el libro sagrado de Chilam Balam, en la segunda el Popol Vuh o Libro del
Consejo, considerado como una Biblia americana, y en la tercera existen varios anales que abarcan desde
aconteceres prehistóricos, hasta los años que siguieron a la conquista española.

Astronomía y matemáticas: El calendario maya, aunque muy complejo, era el más exacto de los conocidos hasta
la aparición del calendario gregoriano en el siglo XVI. El año solar (haab) tenía 18 meses de 20 días cada uno y
otro más de sólo cinco días. A lo largo de los siglos la evolución de la religión y la mitología maya hizo referencia
al mundo de los poderes, a los que se rendía culto. Durante los periodos preclásico y clásico se centraba el culto
en un gran número de dioses de las fuerzas de la naturaleza y a los cuerpos celestes. Algunas de sus deidades
supremas eran: Kukulcán, dios de los vientos, la guerra, la muerte repentina y los sacrificios humanos, versión
maya del dios azteca Quetzalcóatl; Chac, dios de la lluvia; Itzamná, dios de los cielos y el saber; Ixchel, esposa de
Itzamná (representado en forma de reptil o iguana), diosa de la luna y protectora de las parturientas; Hunab Ku,
deidad única; Ixtab, diosa del suicidio, y Ah Puch, dios de la muerte.
Durante el periodo posclásico, con el advenimiento de Mayapán, las imágenes adquirieron personalidad física y
el panteón se jerarquizó. Característico de los mayas era su total confianza en el control de los dioses respecto
de determinadas unidades de tiempo y de todas las actividades del pueblo durante dichos periodos. El sumo
sacerdote desempeñaba un papel fundamental; asimismo, los encargados de los cálculos calendáricos.

Uno de los rituales mayas más importantes era el juego de pelota, practicado en un recinto que se edificaba en
la mayoría de los centros ceremoniales. Este juego reproducía el movimiento anual de los cuerpos celestes, en
especial el Sol. Utilizaban un sistema de numeración vigesimal posicional. También tenían un signo para
representar el cero, y así poder realizar operaciones matemáticas complejas. El punto tiene un valor numérico
de 1, y la raya de 5. Así podían contar hasta 19. Para hacer números mayores tenían que colocar esos signos en
determinadas posiciones. Al ser un sistema vigesimal, o sea, que considera el 20 como unidad básica para la
cuenta, cada espacio que se avanza en el número representa 20 veces más que el espacio anterior.
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http://sextofima2013.blogspot.com.co/2013/04/cultura-inca.html

5. CULTURA INCA

Inca (del quechua, inka, ‘rey’ o ‘príncipe’), nombre


genérico de los gobernantes, con equivalencia a
soberano, quienes establecieron un vasto imperio en
los Andes en el siglo XV, muy poco antes de la
conquista del Nuevo Mundo por los españoles. El
nombre también se aplica por extensión, a todos los
súbditos del Imperio incaico o Incanato. Inca es,
arqueológicamente, el nombre de una cultura y un
periodo prehispánico.

Historia: Los incas no eran un grupo étnico natural del


Cuzco, región que después sería su área central, se
trataba de una población que emigró hacia el año 1100
D.C., probablemente desde el Altiplano, hacia el valle de Cusco o Cuzco, donde durante casi trescientos años
llevaron a cabo incursiones y alianzas con los pueblos de la zona.

Cuenta la leyenda que eran años en que gobernaba el Inca Viracocha, cuando aparecieron rodeando la ciudad
del Cuzco los chancas, un pueblo muy belicoso de la sierra central, quienes atacaron y destruyeron la ciudad,
tras de lo cual Viracocha huyó. Frente a las ruinas del viejo templo solar, el Inticancha, el general Yupanqui
imploró su ayuda al dios Sol, el cual convirtió a las piedras que rodeaban la ciudad en soldados (conocidos como
pururaucas), y éstos derrotaron a los enemigos. La gente entonces aclamó a Yupanqui como su nuevo inca y éste
asumió el cargo con el nombre de Pachacutec (“el que transforma el mundo”). Con el nuevo inca, el sector
militar se vio fortalecido y la expansión adquirió importancia. Hacia 1525, el territorio bajo control inca se
extendía por la zona más meridional de la actual Colombia, por Ecuador, Perú y Bolivia, y por zonas de lo que
hoy en día es el norte de Argentina y Chile, abarcando un área de más de 3.500 Km. de norte a sur, y de 805 Km.
de este a oeste. Los investigadores estiman que esta inmensa región estuvo habitada por una población de entre
3,5 y 16 millones de personas de distintas culturas andinas.

La muerte de Huayna Cápac en 1525, antes de que pudiera designar a su sucesor, provocó la división del
Imperio. Sus dos hijos, los hermanastros Huáscar y Atahualpa, aspiraban al trono. La consiguiente y encarnizada
lucha entre ambos, que finalizó en 1532 con la captura de Huáscar, debilitó seriamente al Imperio. En este
crítico momento el conquistador español Francisco Pizarro desembarcó en la costa con una fuerza de unos 180
hombres dotados de armas de fuego. Pizarro, apoyado por distintos grupos de indígenas descontentos por la
dominación inca, logró controlar el Imperio, altamente centralizado, haciendo prisionero a su jefe, Atahualpa.
Temeroso de que Pizarro pudiera ordenar su destitución en favor de Huáscar, Atahualpa dio la orden de ejecutar
a su antiguo rival, lo que sería una de las causas de su propia condena en el proceso al que le sometieron los
españoles un año después. El 26 de julio de 1533, cuando todavía se estaba acumulando un enorme depósito de
ornamentos de oro procedentes de todos los rincones del Imperio, Pizarro ejecutó al garrote a Atahualpa.
Cultura y organización social: Los incas fueron gobernantes que recopilaron y dieron gran extensión a una serie
de costumbres que ancestralmente existían en los Andes. Su valor no se halla tanto en su capacidad creativa,
sino en su habilidad para difundir, ordenar y administrar el sistema andino en un amplio territorio. La base de la
cultura y la organización andina se encuentra en el parentesco, es decir, en el `ayllu`, un conjunto de personas
que se consideran parientes pues creían descender de un antepasado común.

Éstos están a su vez unidos por vínculos de reciprocidad, es decir, están comprometidos a ayudarse
mutuamente en las labores cotidianas. También tienen la obligación de trabajar juntos para el beneficio de todo
el ayllu: este trabajo se conoce como `minca`. Los miembros de un `ayllu` responden a la autoridad de sus
curacas (caciques), que son los encargados de regular las relaciones sociales, ejecutar las fiestas, almacenar
recursos, repartir las tierras entre su gente y disponer de la mano de obra. La economía inca no conoció ni la
moneda, ni el mercado, por lo tanto los intercambios y la fuerza laboral se obtenían a través de lazos de
parentesco o por reciprocidad. Entre parientes existía un intercambio de energía constante, pero también se
daba trabajo para la autoridad, conocido como `mita`. El inca pedía como tributo exclusivamente mano de obra,
que era enviada a trabajar sus tierras, hacer cerámica y construir andenes o grandes obras arquitectónicas. A
cambio, el inca devolvía estos servicios organizando rituales, manteniendo los caminos, repartiendo bienes en
caso de necesidad o en fiestas; esta relación por la cual el inca devolvía el trabajo del `ayllu` se conoce como
redistribución.

En el cenit de su poderío, los incas habían desarrollado un sistema político y administrativo no superado por
ningún otro pueblo nativo de América. El Imperio incaico era una teocracia basada en la agricultura y en el
sistema de ayllus, o grupos de parentesco, dominada por el inca, que era adorado como un dios viviente. Por
debajo de los incas, se encontraban las familias de los antiguos incas, las cuales formaban grupos de parentesco
conocidos como `panacas` (familia noble), quienes se encargaban de mantener el recuerdo del inca fallecido, de
realizar ceremonias en su nombre y de cuidar de sus bienes y alianzas hechas en vida. Las panacas tenían gran
influencia en la decisión del nombramiento de los sucesores al cargo de inca. El siguiente nivel de autoridad lo
constituían los curacas, jefes de los ayllus. La gente común estaba agrupada en la categoría de `hatun runa`, se
trataba de campesinos miembros de un ayllu, éstos tenían la obligación de ir a la mita (trabajo por turnos) para
el Estado inca. Finalmente, cabe mencionar a los yanaconas, los cuales eran separados definitivamente de su
ayllu y pasaban a depender directamente del inca, para quien desempeñaban una labor especializada.

Fue el inca un pueblo de agricultores avanzados. Para cada zona desarrollaron una estrategia que permitía
obtener el máximo provecho, utilizando andenes o terrazas de cultivo para aprovechar las laderas de los cerros.
Los cultivos más importantes fueron la papa y el maíz, además del ají, la chirimoya, la papaya, el tomate y el
fríjol. Las principales manufacturas incas fueron la cerámica, los tejidos, los ornamentos metálicos y las armas
con bellas ornamentaciones. A pesar de no contar con caballos, ni vehículos de ruedas, ni un sistema de
escritura, las autoridades de Cuzco lograron mantenerse en estrecho contacto con todas las partes del Imperio,
a través de una compleja red de caminos empedrados que conectaban las diversas zonas de las regiones, los
cuales permitían esta comunicación con mensajeros entrenados (chasquis), quienes actuaban en relevos, y
corrían 402 Km. al día a lo largo de esos caminos. Los registros de tropas, suministros, datos de población e
inventarios generales se llevaban a cabo mediante los `quipus`, juegos de cintas de diferentes colores anudados
según un sistema codificado, que les permitía llevar la contabilidad. Botes construidos con madera de balsa
constituían un modo de transporte veloz a través de ríos y arroyos.
Arte y Arquitectura: Entre las expresiones artísticas más impresionantes de la civilización inca se hallan los
templos, los palacios, las obras públicas y las fortalezas estratégicamente emplazadas, como Machu Picchu.
Enormes edificios de mampostería encajada cuidadosamente sin argamasa, como el Templo del Sol en Cuzco,
fueron edificados con un mínimo de equipamiento de ingeniería. Otros logros destacables incluyen la
construcción de puentes colgantes a base de sogas (algunos de casi cien metros de longitud), de canales para
regadío y de acueductos. El bronce se usó ampliamente para herramientas y ornamentos.

Al margen de las obras agrícolas, los incas desplegaron una intensa actividad constructiva que perseguía
objetivos políticos, de conquista y de unificación.

La arquitectura inca fue fundamentalmente lítica, pero con su pragmatismo se adaptaron en la costa a las
formas tradicionales de la construcción con adobe. Los paramentos de piedra se diferencian según la finalidad
de la construcción y el tipo de material empleado. Por ejemplo, los muros de corrales y de habitaciones
campesinas se realizaban con piedra sin trabajar, superpuestas y ajustadas con piedrecillas, y se cubrían con
techos a dos aguas de ichu, la hierba dura de la puna, sostenidos por un armazón de palos.

Los palacios y edificios religiosos se hacían con piedras regulares, colocadas en perfectas hiladas horizontales
que presentaban siempre un aspecto completamente liso al exterior. En los muros curvos, el ajuste y la
colocación de las piedras seguían siendo perfectos, sin haber el menor resquicio entre las mismas. El acabado
final se conseguía por frotamiento de arena humedecida que, bajo la dura luz del altiplano, produce un
interesante efecto visual. Los edificios incaicos tienen una de las características peculiares que le confieren un
estilo inconfundible: los muros se hacían siempre con un ligero talud, que proporciona un cierto aspecto macizo.

El urbanismo inca encuentra su mejor ejemplo en su capital: el Cuzco, remodelada por Pachacutec Inca
Yupanqui a mediados del siglo XV. La ciudad se estructura sobre la base de dos diagonales que se cruzan en la
plaza central, formando así cuatro barrios. Del centro de la ciudad partían las rutas que conducían a las cuatro
regiones del Imperio.

El otro gran ejemplo fue la ciudad de Machu Picchu, quizá la que ha generado más literatura. Ésta se adhiere a
una escarpada cima montañosa bajo la protección de un elevado pico, el Huayna Picchu. Se encuentra situada
en una curva del río Urubamba, rodeada de precipicios que caen verticalmente. Terrazas, palacios, recintos
sagrados, habitaciones, forman un impresionante conjunto. Como ejemplo de urbanismo, que se conjuga con un
imponente escenario natural, es el de las andenerías de Pisac formando un gigantesco conjunto de terrazas
colgantes a gran altura, junto con palacios, fortificaciones, reservorios de agua y templos con elementos
decorativos en relieve de pumas y serpientes.

La arquitectura religiosa está representa da por la huaca del Sol o Coricancha, a la cual se le han atribuido
funciones astronómicas, pero parece más bien que poseía carácter mágico-religioso por el que, a través del
sacrificio, se ponía en relación la divinidad solar con los seres humanos. El Coricancha era también el mausoleo
de los soberanos incas, y allí se guardaban las momias a las que su linaje rendía culto. Parece que en el exterior
hubo un jardín artificial de oro en el que, según las descripciones españolas, los terrenos eran de oro fino, así
como las mazorcas de maíz, el ganado e incluso los pastores que lo guardaban. En la actualidad, el antiguo
Coricancha se ha convertido en la iglesia de Santo Domingo.
La arquitectura militar está representada por el Sacsahuamán. Esta antigua fortaleza estuvo formada por una
serie de edificaciones de las que no quedan más que los cimientos, pero de la que todavía permanecen tres
enormes murallas que, de forma escalonada y siguiendo tres niveles, se enlazan armoniosamente formando una
imponente obra de defensa. Sus edificios revelan todo tipo de funciones, desde palaciegas hasta defensivas,
pasando por las de almacenamiento.

Debió ser un centro de poder desde el que el Inca, rodeado de una esplendorosa majestad, impartía órdenes a
todos los confines del Imperio. Constituía el símbolo más importante del poder militar de los incas siendo,
además, un lugar muy propicio para refugiarse en caso de rebelión o invasión.

Arte: Los tejidos conocieron un desarrollo espectacular. En primer lugar se daba a las fibras (lana y algodón) un
tinte con colorantes naturales, para -a continuación- ser hiladas con la ayuda de ruecas y después tejidas en
diversos tipos de telares rudimentarios. Las técnicas conocidas eran muy variadas, pero para producir tejidos
destinados a fines ceremoniales se utilizaba el brocado, el bordado y la tapicería, siendo las piezas salidas de los
talleres de Paracas las más apreciadas. Estas magníficas telas podían alcanzar hasta 20 metros de longitud y
estaban decoradas con una perfecta maestría y buen gusto, con motivos zoomorfos policromos, marcando, sin
duda, uno de los más brillantes momentos del arte universal del tejido. Además de estas piezas, de clara
inspiración foránea, los incas dieron paso a un variado universo propio con vistosos diseños geométricos de gran
colorido. Dividen el espacio en franjas y cuadrados donde expresan un complejo mundo de símbolos, presidido
por la disposición geométrica. Durante este periodo la producción textil adquirió un carácter masivo, siendo los
templos del Sol los lugares destinados al abastecimiento del Inca y su corte.

La tradición orfebre, muy antigua en la costa peruana, ocupó un capítulo muy importante dentro de su ajuar. Los
objetos de metal constituyen, sin duda, la realización más llamativa de todas cuantas llevaron a cabo los incas.
La tradición orfebre, muy antigua en la costa peruana, ocupó un capítulo muy importante dentro de su ajuar.
Trabajaron el cobre, el bronce, la plata y el oro, siendo el repujado y calado de láminas el procedimiento más
utilizado. Las decoraciones son eminentemente geométricas, aunque los motivos antropomorfos y zoomorfos
-representados frontalmente conforme a los principios de hieratismo (majestad) y simetría axial-, son bastante
frecuentes. Los alfileres y prendedores para sujetar las prendas de vestir, tupu en lengua quechua, fueron
elementos muy corrientes, aunque de tipología poco variada. El remate solía ser una lámina muy desarrollada,
de forma variable, que -en el caso poco habitual de ir decorada-, presentaba motivos geométricos muy simples
dispuestos en bandas o cenefas. El alfiler de cabeza laminar o circular fue el modelo cuzqueño que alcanzó más
difusión y popularidad. Otras culturas del periodo intermedio tardío desarrollaron un arte figurativo muy rico,
conformado por prendedores rematados con figuras humanas o zoomorfas. Colgantes, collares, aretes, anillos,
brazaletes y pulseras son otros tantos objetos fabricados según las técnicas descritas. Los vistosos y ricos
tocados que adornaban las cabezas de reyes y nobles (donde confluían materiales como el tejido, la plumería y
los metales preciosos), son otros tantos ejemplos de la riquísima orfebrería inca. Encontramos también objetos
rituales, utilizados como amuletos u ofrendas, que representan animales y figuras humanas, de bulto redondo,
entre los que merece la pena destacar las figuras antropomorfas desnudas, con una estilización y
geometrización muy señalada, y los modelos más comunes de llamas y vicuñas. Los objetos de metal se
encontraban a menudo incrustados de piedras preciosas o semipreciosas. A veces se coloreaban con un ácido
natural que bruñía el cobre haciendo salir, de este modo, el brillo del oro o la plata con que estaba aleado. La
producción se orientó hacia fines ornamentales. El Inca, la corte y los dignatarios del Estado iban ataviados con
pectorales, brazaletes y collares, que ponían de manifiesto su inmenso poder.

En cuanto a la cerámica, la ausencia del torno hacía que el alfarero tuviera que modelar la vasija a mano, y la
pasta, presentada generalmente en forma de rulos alargados, se enroscaba sobre sí misma para construir las
paredes de la pieza. Además de esta antigua técnica andina, la utilización del molde, permitió la fabricación en
serie, de tal forma que la producción se incrementó notablemente. Debemos distinguir entre el menaje
doméstico y la vajilla de uso ritual. Mientras que en el primer caso las formas y tamaños derivaban de las
necesidades cotidianas, en el segundo, su desarrollo estuvo directamente condicionado por el mundo de las
creencias en las que no sólo se plasmaba sobre sus paredes una rica iconografía, sino que las piezas mismas eran
colocadas como ofrendas en las sepulturas.

Los alfareros incas no inventaron ninguna técnica que fuera desconocida en épocas anteriores y su cerámica se
caracterizó, fundamentalmente por formas equilibradas, un pulimento notable y la preponderancia de los
motivos geométricos. Los tipos más característicos y propios fueron el `aríbalo`, una vasija globular de base
cónica, cuello cilíndrico con un apéndice zoomorfo en la base del cuello y dos asas en forma de lazo; el `kero`, un
vaso de uso ceremonial utilizado por el Inca y la nobleza. Los keros merecen una mención especial. Realizados a
partir de maderas muy duras y utilizados para tragos rituales a la tierra, se ornamentaban mediante incisiones o
decoración labrada, sobre las que luego se aplicaban pastas resinosas coloreadas. Los temas solían ser escenas
figurativas dispuestas en franjas o frisos horizontales que proporcionan una riquísima información sobre la vida
incaica, tanto en época prehispánica como en tiempos de la conquista española. Estas tipologías siguieron
vigentes durante la época colonial, aunque incorporando en sus composiciones numerosos elementos
ornamentales de raíz hispana, y mayores dosis de dinamismo y profusión decorativa.

La escultura inca se caracterizó por la sobriedad, la geometría y la síntesis. Los trabajos realizados en piedra
constituyen el otro gran conjunto de realizaciones que merece la pena destacar. Suele limitarse a
representaciones zoomorfas de llamas y vicuñas; fitomorfas (mazorcas de maíz), y a numerosos cuencos y
recipientes llamados popularmente morteros.

Entroncados en las tradiciones artísticas andinas, los incas supieron imprimir un carácter propio y original a sus
obras, que se basó en una simplificación de las formas por medio de volúmenes geométricos sencillos, y una
esquematización de los motivos decorativos muy próxima a una concepción estética, geometrizante y cubista. El
arte inca se caracterizó por la sobriedad, la geometría y la síntesis, tendiendo más a lo práctico y funcional, que a
lo formal.

Religión: Tuvo un carácter de gran formalidad. El dios supremo de los incas era Viracocha, creador y señor de
todas las cosas vivientes. Las ceremonias y rituales incas eran numerosos y complejos, relacionados con
cuestiones agrícolas y de salud, en particular, con el cultivo y la recolección de la cosecha y la curación de
diversas enfermedades. En las ceremonias más importantes se sacrificaban animales vivos, y raramente se exigía
la realización de sacrificios humanos como ofrenda a los dioses. Los incas produjeron una abundante
recopilación de folclore y música, de la cual sólo perviven algunos fragmentos.
6. COLOMBIA PRECOLOMBINA

La historia colombiana se encuentra repleta de creación artística desde la época indígena antes de la llegada de
los españoles, en la cual la actividad de ceramistas, orfebres y escultores proporcionó registros magistrales en la
estética del país. Al romperse el proceso cultural nativo en Colombia, que sí alcanzó a desarrollarse en otros
pueblos de América, la concepción de arte sufrió un cambio radical, entregando manifestaciones diferentes y
fusiones que no en todos los casos fueron afortunados.

El desarrollo alcanzado por las culturas en Colombia y algunas características específicas se muestran a
continuación.

Culturas de la Región Central. San Agustín:

El arte prehispánico de San Agustín se extiende hasta el año 1.100 o 1.400, según los hallazgos. San Agustín está
situado en el Macizo Colombiano, que -a su vez- está formado por las cordilleras Centro-Oriental y Occidental,
con estribaciones que alcanzan los 1600 y 1800 m sobre el nivel del mar, en el alto Magdalena departamento del
Huila. Estas estribaciones andinas son de pisos templados, fértiles y abundantes en agua y en piedra. La cultura
prehispánica que allí se dio está caracterizada por una copiosa producción de esculturas y relieves trabajados en
piedra volcánica. Si la flora es abundante, la fauna le corresponde con animales que enriquecieron la dieta
humana y otros que inspiraron mitos y símbolos religiosos, como el puma, la serpiente y el águila.

Los primeros datos que se tienen de San Agustín fueron los del viajero buscador de “guacas” fray Juan de Santa
Gertrudis, alrededor de 1758. En 1779 el colombiano Francisco José de Caldas visita la zona, y más adelante, lo
hace el valiente soldado y excelente dibujante José María Espinosa. Pero el más ilustre de los investigadores de
las ruinas de San Agustín, fue el profesor alemán K. Th. Preuss, en cuya obra “Arte Monumental Prehistórico”, se
hace especial énfasis en los valores artísticos de la cultura material del Alto Magdalena. Este documento es la
obra clásica de San Agustín. Después de ella, y con datos cada vez más novedosos y científicos, se conocen,
entre otros libros los de José Pérez de Barradas, Gerardo Reichel-Dalmatoff y Luis Duque Gómez, dedicados
todos ellos a los aspectos arqueológicos.

El arte agustiniano perteneció al Clásico Temprano (mitos y símbolos), mostrando una cultura básicamente lítica
(estatuaria y monumentos), aunque no alcanzó el desarrollo de otras culturas de América.

San Agustín parece ser aceptado universalmente, como un centro ceremonial, un lugar de peregrinación donde
acudían gentes venidas de diferentes y distantes regiones, con el fin de rendir culto a los dioses, o también para
enterrar, junto a la imagen de los ídolos tutelares, a los jerarcas de las tribus, razones todas para comprender
que San Agustín se convirtió también en un centro artístico, y en un inmenso taller de arte religioso. En el lugar
se encuentran estatuas dedicadas a la vida y al cosmos, así como también monumentos funerarios, vestigios de
cerámica utilitaria y rastros alimenticios de origen doméstico.

Los Agustinianos no fueron un pueblo y las tribus que hoy habitan en esos lugares son los paeces, quienes no
tienen ninguna relación con la cultura Agustiniana.
Se vincula a la imagen de su cultura el significado del río Magdalena, siendo llamado “El Río de las Tumbas”. Los
artistas Agustinianos no trasladaban o movían las piedras para esculpirlas, pues lo hacían en el sitio. Entre los
lugares que muestran este tipo de obras se encuentran:

 Alto de Lavapatas

 Alto de los Ídolos

 Alto del Aguacate

En la cultura Agustiniana existe una recurrencia de mitos y símbolos similares o comunes a las de otras culturas
como el felino, la serpiente emplumada, el símbolo de fecundidad, lo infrahumano y el águila devorando la
serpiente (mito azteca). Las deidades de la cultura agustiniana son el Sol, símbolo de lo masculino y lo seco; se
relaciona con lo felino representado en los rostros macrocefálicos como símbolo de seres ultramundanos, cuya
cabeza tiene más significado de máscara y rostro bisimétrico. Los miembros inferiores apenas están insinuados,
algunos (los más antiguos), tienen un solo lito (piedra) o columna. El cordón fálico atado al mismo erecto en
cuanto a deidad solar, se refiere a la presencia de un dios apropiado del jerarca. La Luna es el símbolo femenino
de fertilidad del suelo y de los hombres, de los ciclos de las cosechas y de la humedad.

Los conceptos de vida y muerte conviven como elementos de la cultura agustiniana.

El `doble yo` es un mito centroamericano y significa un ser protector o guardián (los guerreros), es la aparición
de los poderes de otro y el espíritu de otro. Esto no es ajeno a otras culturas; el `doble yo` está asociado al de un
animal protector, del cual se desprende el amuleto. Otro elemento que comparte el Agustiniano con otras
culturas, es el dolmen para sacrificio y funeraria (también periodo neolítico). Las costumbres funerarias en San
Agustín varían no sólo de acuerdo con el periodo o fase cultural, sino también -y de manera principal-, en
relación con el destino o finalidad de la sepultura. Enterraban a sus muertos (dice el arqueólogo Luis Duque
Gómez) en tumbas cuya construcción difería según la categoría social o jerarquía político-religiosa de los
difuntos; desde el sepulcro revestido de grandes losas de piedra (dólmenes), el sarcófago monolítico debajo de
un montículo artificial, hasta la simple fosa, de poca profundidad y de construcción simple. Los sepulcros
dolménicos se relacionan también con la cultura de Tambomachai. Los sarcófagos en piedra refieren un tipo de
enterramiento compuesto de tapas con formas de animales y saurios, mostrando una tendencia naturalista.

Tenían el lugar de purificación de vida y de muerte, el lavapatas, por medio del cual utilizaban el agua y, en las
rocas o piedras del mismo, se encuentran incisas deidades del agua y saurios asociados con guerreros. En la
cultura agustiniana se da la polimorfia (imagen mixta de animal y hombre) con poderes sobrenaturales y aspecto
mágico en su significado, relacionado con un ritualismo religioso.

Se analizan en esta cultura varias fases:

 Fase columnar con alusiones antropomorfas

 Fase naturalista con representaciones de animales tal como existen en la naturaleza: ranas, saurios, micos,
algunas imágenes biomorfas y algunas femeninas.
 Fase abstraccionista donde los artistas trabajan un marcado geometrismo planimétrico más que volumétrico,
con elementos parecidos a los de la cultura olmeca, pero siendo algo más simples y abstractos.

Es importante anotar que no se encuentra el ‘ojo que mira’ como es costumbre en las culturas simbólicas. La
agustiniana se puede catalogar como una cultura hierática (que reproduce en escultura religiosa las formas
tradicionales).

Tierradentro:

En territorio de Tierradentro, en el departamento del Cauca, fue llamado así desde la época de la Conquista
Española por ser un lugar de difícil acceso, tanto por la complicada topografía como por el carácter rebelde y
hostil de sus habitantes indígenas, los paeces; aunque éstos no tienen ninguna relación con las culturas que se
observan en los hallazgos arqueológicos.

Esta región se caracteriza por ser lugar funerario, teniendo como elementos importantes, tanto desde el punto
de vista arqueológico como artístico, los hipogeos o tumbas subterráneas, únicas en su género en América;
algunos de ellos de grandes dimensiones y completamente decorados. Dentro del ámbito americano, sólo en
Tierradentro se encuentra este tipo de construcción.

En los hipogeos se efectuaban los entierros secundarios, que consistían en que, luego del entierro primario
(sepulturas o tumbas donde no se da ninguna construcción especial, sólo el pozo en tierra y el cadáver con su
ajuar, en posición fetal o recostado de pie sobre la tumba), y después de un tiempo adecuado, los restos óseos
eran calcinados o sometidos a limpieza, pintados de rojo, colocados en una urna y depositados en los nichos de
los hipogeos. Estos no eran tumbas individuales, sino colectivas; podían ser panteones familiares enterrados por
rangos sociales: guerreros, gobernantes, etc.

Los grupos más importantes descubiertos hasta hoy, han ocupado varios sitios dispersos, los cuales se
denominan:

 Alto de San Andrés

 Segovia

 El Duende

 Alto del Aguacate

La forma de los hipogeos es de un pozo oval, al cual se accede por una escalera en caracol y cuyas paredes
pueden ser lisas o contener nichos a lo largo de su perímetro. Estos nichos están excavados en el muro y
separados entre sí por columnas adosadas, las cuales en la parte superior tienen esculpidas o pintadas caras
humanas. El tipo de decoración interior es geométrica, con predominio de los colores rojo, blanco y negro.
Aparecen algunos elementos figurativos como máscaras antropomorfas, saurios, serpientes, ranas, lunas y soles
(la misma iconografía de San Agustín).
Rinden culto al cosmos con la representación de la lagartija o el saurio, en cuyo alrededor se encuentran nueve
lunas y nueve soles para formar su propio calendario, y aunque no llegaron a los niveles de los Aztecas, con él se
podían guiar en cuanto a cosechas y lluvias.

Calima:

Los calimas llegaron al formativo tardío. Fueron extraordinarios ceramistas con características diferentes a los de
Tumaco. Su arte se refiere más a un mundo cotidiano y a una actividad de intercambio con otras culturas, siendo
un pueblo eminentemente comercial.

El oro para los indígenas, como metal precioso, poseyó valor secundario. Sólo el objeto ya elaborado, la materia
artística, la insignia que distinguía a los guerreros o a los caciques y que acompañaba a los muertos, merecía
especial atención. En esos aspectos, la diferencia de apreciación entre el hombre europeo y el indígena es
radical; mientras aquel fue seducido por el material, éste exaltaba el objeto; mientras el uno reducía a lingotes
las joyas, el otro las utilizaba como adorno o como símbolo jerárquico; mientras el occidental pensaba, el
indígena fundía, martillaba y creaba arte.

El comercio de productos fue general en todo el mundo indígena y el carácter comercial de los calimas fue
especializado y particular. Los famosos canasteros son figuras cerámicas con rasgos negroides, que tienen en la
parte de atrás un recipiente o canasta que le da el nombre y en el que se transportan las mercancías del
intercambio.

Otro aspecto importante del arte calima es la técnica de la pintura negativa (cubrir con cera los espacios que no
llevan pintura), con decoraciones geométricas incisas.

La orfebrería es también de gran importancia utilizando el sistema de la cera perdida, que consistía en lo
siguiente:

Se trabaja tomando como base un núcleo de arcilla mezclada con carbón vegetal; se recubre el núcleo con una
película de cera, y sobre el mismo que contiene la figura deseada, modelada en él se coloca la pasta de arcilla
refractaria, con el fin de formar el molde de aquella imagen; suelen hacerse dos tapas o partes divididas del
molde, las que juntas integran la figura. Puesto al fuego, el objeto así formado, la cera derretida sale por los
orificios previamente abiertos en los extremos del molde, de manera que el negativo ha quedado impreso en la
arcilla, sirviendo de matriz para fundir el metal, esto requiere paciente labor artesanal y amplia experiencia.

El oro trabajado era Tumbaga o Caracolí, es decir, una mezcla de cobre y oro: 70% cobre y 30% oro, para
obtener el punto de fusión adecuado y facilitar la labor de los orfebres, logrando así gran destreza. El oropel
consistía en oro falso, es decir, un compuesto de cobre con algunas plantas cuya mezcla toma el aspecto de oro.
Uno de los métodos de los indígenas para obtener oro era el sistema de lavado de arenas de los ríos auríferos,
en el cual -utilizando una batea- se extraía la arcilla de los ríos en épocas secas, y la mecían, sistema éste que se
denomina mazamorreo. El oro de venta tiene también aleación con plata y es lo que se llama galena, es decir, la
supervivencia de la plata en la veta y su aleación con el oro.

En resumen, la orfebrería calima es muy avanzada, donde se practicaba, además de las mencionadas técnicas, la
del martillado y la de la filigrana, la cual requiere una alta dosis de cobre. Las principales muestras son los
abalorios con fines religiosos, representativos de poder y ornamentales. Por ser incorruptibles, significan
eternidad e inmortalidad y se usaban para rituales religiosos y de significado social. De ellos se tienen los
pectorales, las figuras biomórficas y zoomórficas, las narigueras, los torzales, los brazaletes y uno de los mejores
aportes: los alfileres.

Quimbaya:

Vivieron en lo que hoy son los departamentos del Quindío, Risaralda, Caldas, parte del Valle y parte de
Antioquia.

El trabajo de la orfebrería Quimbaya es superior, inclusive, al tesoro peruano. Los orfebres Quimbayas fueron
artistas talentosos de excelente calidad, caracterizados por el sentido económico, lineal, exacto, directo y
objetivo que demostraron en la elaboración de joyas y objetos de oro. Los perfiles de las piezas y las líneas del
contorno se cortan con austera limpieza y seguro dibujo, y las superficies van pulidas y lisas proporcionando
formas hermosas de dinámica concepción.

Los poporos son los de mayor significado y pueden ser calabazas o recipientes para mambear (volver masa la
coca revuelta con la cal, en la boca). Estos recipientes se elaboraron en oro con tres representaciones: los
sedentes, los antropomorfos y los de pie.

Otros elementos en oro son importantes: los pectorales, los cascos, las pinzas para el pelo y los punzones para
los poporos. El oro era para ellos eminentemente ceremonial. Eran dueños de las minas de Marmato (Caldas) y
de los ríos. Dueños también de las salinas de la Cristalina, zona rica de la Tebaida (Quindío). Los atavíos en oro se
utilizaban para ir a la guerra, razón por la que ese metal tenía carácter ceremonial y bélico.

En cuanto a la cerámica manejaron la pintura negativa y la decoración incisa. Lo más importante en este aspecto
lo constituyen la serie de figuras antropomorfas con cuerpos huecos, de paredes delgadas, con pintura negativa
de varios tonos y diversos diseños o simplemente con baño total de engobe rojizo. En general manejaron un
sentido del diseño que no se observa en otras culturas. Por una parte su tendencia era naturalista y en otras
ocasiones abstracta. Referente al naturalismo, se tienen los retablos, figuras sedentes masculinas y femeninas
presentadas en parejas. Sus cabezas son cuadrangulares esquemáticas y planas, pero el cuerpo tiene
movimiento mostrando diversas posiciones. El retablo es una figura repetitiva Quimbaya.

Los vasos ceremoniales que se llaman gazofiláceos, eran figuras -por lo general- biomorfas esquemáticas y sin
extremidades inferiores; en cuanto a las superiores, se presentan raquíticas. De la misma manera contaban con
una bandeja ceremonial, el comal con dos usos: uno para ofrendas y otro como incensario.

Tolima:

Tolimas -> PANCHES – GUANES – PIJAOS

Se cree que esta cultura del Magdalena estuvo situada en lo que hoy es el departamento del Tolima y norte del
Huila, aunque incursionaron en otras regiones del país; pueblo seminómada, rebelde y bélico que se
alimentaban no solamente de raíces y frutas, sino también de carne humana.
Realizaron obras de gran belleza en cuanto a la calidad de los diseños. Trabajaron el oro puro martillado y
repujado, no se detenían mucho en su manejo pues sus actividades bélicas no se los permitían.

En sus obras artísticas asumen la forma de ancla, siendo ésta una correspondencia con el tumis (elemento inca
para trepanar el cráneo con intención médica y a veces ritual). Para los tolimas era un elemento ritual.

Las características que identifican el estilo de los orfebres tolimas se puede asumir así:

 Esquematismo planimétrico con marcada vocación geométrica

 Calados en lámina, a base de líneas paralelas Recorte de perfiles siguiendo líneas rectas, salvo las bases que
suelen ser alunadas o en forma de ancla (tumis).

 Motivos antropomorfos y zoomorfos, con cabezas en cuadro.

 Pendientes, dijes, collares con motivos geométricos zoomorfos y figuras esquemáticas de murciélagos.

 Piezas grandes y pesadas como los pectorales con decoración sobria.

Además de las características mencionadas se puede anotar que la orfebrería Tolima es trabajada con oro de
altos quilates, y por el sistema de fundición.

Las manifestaciones cerámicas se pueden concretar en las siguientes:

 Representaciones antropomorfas

 Asientos de arcilla

 Urnas funerarias

Las urnas funerarias eran elaboradas en forma de momia arropada, y se usaron para entierros secundarios o
como parte de ajuares funerarios. Elaboraban los aríbalos, recipientes cerámicos que utilizaban para guardar
alimentos y carecían de base; se construían de forma alargada y los colocaban en trípodes. Los aríbalos vienen
del griego y sirven para guardar líquidos y bebidas fermentadas.

Muisca:

Las tribus Chibchas, como los MOXCAS o MUISCAS que significa “persona” o “gente” como referencia a la
sociedad indígena, se radicaron en las mesetas y sabanas de Cundinamarca y Boyacá. Ellos, fueron uno de los
grupos indígenas que recibieron a los conquistadores, no dejaron vestigios de construcciones en piedra pero -en
cambio- fueron buenos constructores de viviendas en madera.

La organización social de los Muiscas estaba representada en una teocracia basada en la repartición de la tierra.
Dos eran los principales gobernantes de los Muiscas: uno llamado Zipa situado en Bogotá y representaba el
poder político, y el otro llamado Zaque, quien ejercía en Hunza o Tunja y representaba el poder religioso.

Este pueblo evolucionó en el manejo de la tierra cuyo alimento principal era el maíz, siendo un pueblo bien
nutrido. De la misma manera desarrollaron la artesanía y el comercio.
Fueron un grupo poderoso por ser dueños de la sal, las esmeraldas y la lana, monopolizando el comercio en
estos tres productos. Adolecían de oro, pero cambiaban la sal o las esmeraldas por el metal que necesitaban
para elaborar los atavíos que empleaban en las ceremonias; piezas éstas que hoy se conocen como la tan
nombrada y reconocida `Balsa de Oro`, en la cual se escenifica al cacique dorado y su inmersión en las aguas
sagradas de Guatavita. Cuando el señor se sumergía, se le lanzaban a las aguas objetos de oro así como los
Tunjos (figuras planas con características femeninas y masculinas para formular peticiones de fecundidad).

Las deidades fueron:

 SUE -> Sol

 CHÏA -> Luna

 BOCHICA -> Héroe y dios protector enviado por el dios creador Chimichagua, para llevar la cultura a los
chibchas.

 IGUAQUÉ y BACHUÉ -> Pareja incestuosa que dió origen al género humano. (Bachué -en chibcha-significa
grandes pechos).

 CHIBCHACUN -> Dios de los borrachos

En cuanto a la cerámica, una de las vasijas más conocidas es la múcura en la cual guardaban la chicha. Algunas
de las características de estos recipientes y, en general de la cerámica, son los ojos en forma de granos de café.
Las extremidades superiores son pegadas al cuerpo y delgadas, casi raquíticas como en el caso de la cerámica
Tairona y Quimbaya. Su cerámica es simbólica y esquemática con ausencia de elementos naturales.

El oro Muisca es de baja ley y con alta aleación de cobre. Esto les permitió trabajar la filigrana, realizando piezas
muy especiales como las balsas ceremoniales, los pectorales y los tunjos o figuras votivas con significado
ceremonial, para invocar la fertilidad.

Culturas de la región Sur

Tumaco:

Artísticamente este pueblo se quedó en el periodo formativo y pertenece a la cultura Tolita (límites entre
Ecuador y Nariño). Su legado artístico fue destruido por los misioneros españoles por contener demostraciones
eróticas y de gran belleza.

Muestran un arte naturalista por la reproducción de realidades externas. El arte tumaqueño es la exaltación de
la vida, en parte -tal vez- por su posición geográfica a orillas del mar, mostrando un cierto hedonismo (exaltación
de los sentidos) en la figura humana.

Involucran también la parte mágica con rituales de la fertilidad, acompañados de máscaras fálicas, collares
fálicos y representaciones eróticas.
Aparecen las vasijas utilitarias, entre ellas la que se repiten en todas las culturas: la alcarraza, que consiste en
una cerámica de doble boca y cogedera. Los Tumacos la adornaban utilizando el pastillaje (arcilla de otro color
adosada por medio de una doble cocción), procedimiento poco común en otras culturas.

La materia básica del arte tumaqueño es la arcilla, trabajándola con figuras en las cuales se ha utilizado un
molde que forma parte de ellas, y en cuya terminación se emplea el modelado de la pasta cruda. El tipo de
arcilla en los Tumacos era peculiar, de aspecto blanco y con características distintas de composición.

La arqueología ha descubierto indicios que permiten presumir el rito de la decapitación. Evidencia de ello son las
tumbas donde se encontraron cráneos desprendidos de otros vestigios óseos, que en un principio se creían
destrozados en el proceso de descubrimiento o excavación, pero que realmente formaban parte de un ritual
sangriento en representación o retrato del muerto, efectuado después del fallecimiento. Esto es una
antropofagia ritual simbólica.

Son frecuentes las representaciones de animales, especialmente de aves; así como las representaciones de las
enfermedades y sus razones: promiscuidad, la vivencia en la selva, problemas hereditarios, etc. El incesto se
tomaba en un sentido mítico y las deformidades físicas ocasionadas por este motivo se convirtieron en
expresiones cerámicas, mostrándolas como voluntad de los dioses, y los personajes que las tenían eran casi
divinidades portadoras de magia. La sodomía (concúbito de dos personas del mismo sexo) era una forma de
control natal.

Quillacinga:

En el departamento de Nariño se encontró una cultura con características diferentes de las de otros sectores de
lo que hoy es Colinfluencia de la mezcla de Inca y Tolita, esta última dada entre Ecuador y Colombia, y la primera
en Perú.

En las piezas Quillacinga se encuentran magistralmente bien manejado el color, la decoración y la forma.

El legado consiste básicamente en vasijas que muestran gaometrismo y naturalismo.

Es importante destacar también en la cultura Quillacinga, el manejo de lo cóncavo y lo convexo, conceptos que
no tenían en otras regiones del país. En general es una cultura establecida dentro del contexto ecuatoriano y
peruano.

Culturas de la región Norte

Tairona:

Una compleja organización sociopolítica y un avanzado conocimiento de la ingeniería y la arquitectura, se refleja


en los restos de grandes obras líticas, plantas de habitación, caminos, muros de contención, escaleras y puentes.

En la zona Tairona aparecen tres tipos de cerámica:

La cerámica roja trabajada con técnica de espiral, de forma globular, subglobular y cilíndrica, decoración de
caras humanas y representaciones biomorfas.
La cerámica negra con desgrasante de arena fina y mica, recubierta con un engobe rico en hierro. Son
características de este grupo las vasijas globulares, vasos de cuello alto, jarras con asa central y vertedera,
alcarrazas, platos, recipientes tetrápodos y ocarinas antropomorfas y zoomorfas.

La cerámica crema decorada con finas líneas incisas formando rejillas; aparecen copas de pata alta, recipientes
tetrápodos, vasos cilíndricos, jarras con vertedera y asa central.

Son frecuentes los rodillos y pintaderas que reproducen improntas de aspecto mítico, con diseños geométricos,
posiblemente aplicados a una industria textil.

Los vestigios arqueológicos muestran que los Taironas sí llegaron al clásico temprano. Existen restos de
viviendas llamados Ciudad Perdida, los cuales son enclavamientos en la Sierra Nevada de Santa Marta como
BURITICÁ, TAYRONACA, BINDA y POSIHUECA.

Dentro de los hallazgos pertenecientes a esta cultura se encontraron:

Terrazas. Por la topografía e inclinación del terreno debieron adaptar a través de considerables cortes y rellenos
hasta de tres metros de altura, sostenidos por medio de muros de contención en piedra.

Muros de Contención. Utilizados para formar las terrazas, para construir tramos elevados de caminos y, en
algunas ocasiones, para regular el cauce de los arroyos.

Caminos. Construidos para enlazar entre sí todas las casas del poblado.

Escaleras. Las irregularidades del terreno obligaron a construir terrazas de diferentes niveles, lo cual tuvo como
consecuencia, la construcción de escaleras que eran levantadas con el mismo material de los caminos: granito
tallado o lajas de pizarra.

Puentes. Sobre la gran cantidad de quebradas y arroyos construyeron puentes para el paso de los caminos.

Canales. Consistentes en muros de piedra a lado y lado de los cursos de agua, con el fin de evitar la erosión de
las riberas, ya que las lluvias en la zona son abundantes y frecuentes.

Alcantarillados. Tenían toda una comunicación construida en lajas, formando zanjas de distintos tamaños.

Los Taironas fueron un pueblo más avanzado. Tuvieron una cosmología que hoy se conserva indicando que hay
supervivencia de un pueblo a través de sus mitos y leyendas, dando a conocer en ellas las dificultades que
atravesaron para mantenerse y no dejarse penetrar de otras religiones.

Los Taironas se consideran descendientes directos de los Mayas y hoy son un pueblo débil y enfermo.

Chimila:

La cerámica que se asocia comúnmente como perteneciente a la cultura Chimila es conveniente clasificarla,
teniendo en cuenta el Complejo de la Mesa, sitio que fue excavado por Reichel-Dolmatoff (1959). Él la considera
como Estilo Tairona Asociado y la ubica en la parte sur oriental de la Sierra Nevada de Santa Marta, cerca de
Valledupar. Las urnas de entierro secundario son la característica principal, donde las tapas, generalmente, son
la cabeza del personaje, con el rostro modelado, y la parte inferior de la vasija, representa el cuerpo de éste.
Presentan además adornos: grandes aretes, collares y pulseras.

Sinú:

Los Sinúes se ubicaron en el departamento de Córdoba y el río San Jorge, límite con el departamento de
Antioquia, zona de abundante agua; razón ésta por la que se conocen los vestigios arqueológicos de un
sofisticado sistema de canales que cubrió 500.000 hectáreas de suelo cenagoso; sus ejes fueron las vías que
conducen al río Magdalena. Los canales perpendiculares a los ejes dirigían el agua hacia las zonas bajas, evitando
las inundaciones. Estos sistemas de regadío son similares a los de los egipcios en el río Nilo. En su técnica de
cultivo utilizaban islotes circundados de agua. Hoy se usa el mismo diseño de carillones y canales para el regadío.

Esta cultura logró un excepcional desarrollo en lo referente al comercio. Dueños del oro de los ríos y también de
las vetas, eran tal vez los más poderosos en cuanto a posesión del valioso metal se refiere, y esto se manifestaba
en la calidad de la orfebrería (siendo muy similar a la Quimbaya).

Manejaron la filigrana por medio de la cera perdida. Su trabajo en oro está básicamente orientado o relacionado
con la parte ritual y bélica; los motivos o representaciones eran antropomorfos, zoomorfos y decorativos de tipo
geométrico. Como ejemplo de los implementos relacionados con la parte bélica, están los atavíos cubiertos con
falos o estuches fálicos en oro.

En cuanto a la cerámica, se puede decir que es una de las más interesantes, con representaciones de seres
míticos o rituales haciendo parte de una casta sacerdotal.

En relación con la cerámica de diferentes usos, se anota que las de mayor interés estético son las vasijas
globulares con figuras humanas modeladas. Utilizaron los colores negro y rojo sobre fondo natural blanco,
diseñando motivos geométricos. Existe una gran similitud en la cerámica Sinú con la Quimbaya a pesar de estar
en zonas bien distintas unas de otras.
Bibliografía:

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2003. ISBN 84-8156-347-1

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http://mexico.udg.mx/historia/precolombinas/maya/escultura.html

Liberti, Juan Carlos. Arteamericas: La feria de arte latinoamericano, Marzo de 2004, COCONUT GROVE
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Mejía de Millán, Beatriz Amelia. El Arte Colombiano en el siglo XX. Primera Edición, Pereira, Colección
Universidad Tecnológica de Pereira: Serie Humanística, 1988.

Página Web Universes in Universe. América Latina y Caribe, 2004. http://www.universes-in-


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Miller, Mary Ellen (1996). “El arte de Mesoamérica”. Barcelona, Ediciones Destino, S.A.

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1. Colección Museo de Antropología de Xalapa:

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MUSEOS:

http://www.inah.gob.mx/es/museos

Restauración del Museo Nacional de las Culturas…..MEXICO:

https://www.youtube.com/watch?v=aT0ZUFNcqN8

dTodo - Museo Nacional de las Culturas (12/11/2013)…MEXICO:

https://www.youtube.com/watch?v=Go5dl46YtGE

El Museo Nacional de Colombia cumple 190 años:

https://www.youtube.com/watch?v=LKnbjx1HNc8

MUSEO NACIONAL DE COLOMBIA:

https://www.youtube.com/watch?v=mpDP6i1UEBA
Panóptico de Cárcel a Museo_Part 1/3

https://www.youtube.com/watch?v=nWhLuvyE4cQ

Del oro al papel: origami en el Museo del Oro:

https://www.youtube.com/watch?v=hwGkmuhS52s

NOTA TELEREVISTA HOY ESPECIAL MUSEO DEL ORO BOGOTA:

https://www.youtube.com/watch?v=x16d7GnPnik

Imagen Henry Moore:

https://hebearte.wordpress.com/2014/04/17/henry-moore-un-paseo-por-sus-esculturas/

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