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Lectura 2
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27.
Experimentos de crianza
SÓCRATES: Dime una cosa, Glaucón; veo que en tu casa hay perros
cazadores y gran cantidad de aves de raza. ¿Acaso, por Zeus, no prestas
atención a los apareamientos y crías de estos animales?
GLAUCÓN: ¿Cómo?
SÓCRATES: En primer lugar, ¿no hay entre ellos, aunque todos sean de
buena raza, algunos que son o resultan mejores que los demás?
GLAUCÓN: Los hay.
SÓCRATES: ¿Y tú te procuras crías de todos indistintamente o te preocupas
de que, en lo posible, nazcan de los mejores?
GLAUCÓN: De los mejores.
SÓCRATES: ¿Y qué? ¿De los más jóvenes o de los más viejos o de los que
están en la flor de la edad?
GLAUCÓN: De los que están en la flor.
SÓCRATES: Y si no nacen en estas condiciones, ¿crees que degenerarán
mucho las razas de tus aves y canes?
GLAUCÓN: Sí que lo creo.
—De lo convenido se desprende la necesidad de que los mejores La sociedad ideal de Platón es acusada a veces de poseer una naturaleza algo
cohabiten con las mejores tantas veces como sea posible, y los peores totalitaria. Es una acusación inmerecida. La sociedad de Platón es
con las peores al contrario; y si se quiere que el rebaño sea lo más «absolutamente» totalitaria. De hecho, para Platón, la propia rigidez de los
excelente posible, habrá que criar la prole de los primeros, pero no la controles constituye una virtud (a condición, claro está, de que sean los
de los segundos. Todo esto ha de ocurrir sin que nadie lo sepa, ilustrados y altruistas filósofos quienes implementen dichos controles). En
excepto los gobernantes, si se desea también que el rebaño de los este sentido, la reproducción no supone ninguna excepción. Después de todo,
guardianes permanezca lo más apartado posible de toda discordia. como ya advirtiera Sócrates a su amigo Glaucón, «sería un pecado permitir
que en una sociedad verdaderamente feliz el apareamiento, o cualquier otra
Pero bueno, ¿se puede saber cuál es el problema? ¿Acaso tiene algo de
actividad, no estuviera sometido a norma alguna».
malo que la ciencia se ocupe de una cuestión tan importante como es la
Algunos otros controles de carácter «médico» son los siguientes:
reproducción?
Se eliminará a los bebés débiles o enfermos.
Las personas que se dejen capturar serán consideradas «presas
legítimas» de sus captores, que podrán hacer con ellas lo que deseen
(la norma era convertirlas en esclavos).
Aquellas personas que padezcan una enfermedad crónica, o
simplemente sean demasiado ancianas, no recibirán tratamiento
médico.
Se educará colectivamente a los niños, manteniéndolos en la
ignorancia sobre sus padres naturales, y quedarán abolidas las
estructuras familiares.
Se desincentivará la propiedad privada (excepción hecha, es de
suponer, de la propiedad de esclavos).
Hace ya tiempo que los bebés de diseño son una realidad. Al fin y al cabo,
todo intento de «seleccionar» pareja incide de forma natural en la
configuración genética de los futuros bebés. Hoy en día, aquellos padres que
acuden a unas clínicas bastante parecidas a Bebépresto con objeto de elegir un
donante para la fertilización in vitro (FIV) pueden de hecho seleccionar las
características de sus hijos. Los anuncios que solicitan óvulos de mujeres
jóvenes e inteligentes, a cambio de sustanciosas cantidades de dinero dan
testimonio de que nos hallamos ante los primeros bebés de diseño. También
las parejas «corrientes» (aquellas que pueden tener hijos sin necesidad de
asistencia médica) pueden solicitar información, por ejemplo, sobre el sexo de
su bebé.
Otro tema que se ha debatido es si se debe o no permitir a los padres que
diseñen su próximo niño de tal forma que pueda servir como donante de
tejidos para otro de sus hijos. Parece una buena causa, pero lo cierto es que
acaba de un plumazo con el principio de que cada niño debe ser considerado
«un fin en sí mismo».
No obstante, hoy en día, las pruebas prenatales cubren una gama de
«defectos» cada vez más amplia y, en algunos casos, el aborto puede
considerarse obligatorio. Por otra parte, los últimos intentos de someter a un
«escaneo» a los bebés (así como a los embriones y los fetos) para buscar taras
de nacimiento parecen apuntar al inicio de una eugenesia muy parecida a la
que con tanta contundencia propugnaban Platón y muchos otros filósofos. A
este respecto, el papa Juan Pablo II pontificaba que las pruebas de detección
precoz de «malformaciones o enfermedades hereditarias no debían equivaler
en ningún caso a una sentencia de muerte».
En relación con este aspecto concreto, los filósofos tienden a dar por
sentado que ciertas cosas son «obviamente malas» mientras que otras son
«obviamente buenas». Así, por ejemplo, se considera que ser miope, apático
y, ya de paso, corto de luces, es «obviamente» peor que tener una vista de
Comentarios
En nuestra historia, si los padres consiguen que su primer hijo se salve, este
podrá tener en adelante una vida plena y feliz, mientras que de la otra manera El doctor Cataplasma tiene malas noticias para su paciente. Las pruebas que
no hubiera podido hacerlo. Como es natural, tanto este hijo como sus ha recibido del laboratorio indican claramente que doña Lívida padece el
progenitores lamentarán profundamente que el segundo vástago tenga que síndrome aplásico severo, una enfermedad potencialmente letal. Se trata de un
«sacrificarse» de ese modo, pero si son unos utilitaristas convencidos, síndrome muy raro, ya que solamente lo padecen una de cada 100 000
acabarán (en términos generales) sintiéndose considerablemente más felices. personas. Pero, según las pruebas, cuyo grado de fiabilidad alcanza un
Tal vez el destino de los seres humanos no sea otro que elegir entre contundente 95 %, eso es lo que padece doña Lívida. (Bueno,
opciones poco atractivas, pero, si es así, cada decisión habrá de tomarse de probablemente).
forma individual por las personas directamente afectadas, y nunca, por así El doctor Cataplasma le explica la situación con todo detalle: se trata de
decirlo, como si fuera la aplicación «automática» de una suerte de decreto una enfermedad que avanza de forma progresiva y que ha de ser tratada
oficial; y sobre todo, nunca según unas reglas como las de los Nadie. inmediatamente si se quiere tener alguna posibilidad de éxito. Ahora bien, el
tratamiento es peligroso y muy intrusivo, pues incluye la extirpación de los
riñones e incluso, en ocasiones, la del hígado. Aun cuando tuviera éxito,
tendría que estar sometida a un tratamiento y a una supervisión médica
permanentes.
Haciendo honor a su nombre, doña Lívida se pone… lívida. ¿Debe optar
por seguir ese tratamiento tan peligroso o elegir la opción, igualmente
peligrosa, de no seguir tratamiento alguno, con la esperanza de que haya un
error en las pruebas? Finalmente, decide pedirle su opinión al especialista.
El doctor Cataplasma, con gesto grave, asiente con la cabeza, y dice a
continuación:
—Me temo, doña Lívida, que solo hay un camino posible.
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