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-Presta atención, amigo Glaucón, al símil que te presentaré sobre la humana naturaleza y en el que
se compara la educación y a la ciencia con la ignorancia o la falta de aquellas. Imagina una cueva
debajo de la tierra donde entra la claridad y en la que se encuentran personas que, desde su
nacimiento, tienen encadenadas las manos, el cuello y las piernas.
-Además, hay un muro, como en el que titiriteros ocultan a los espectadores, ubicado detrás y a la
altura de los hombros de los encadenados; el mismo es escarpado, ascendente y, por encima,
pasan caminantes con objetos e imágenes humanas y de animales hechas de piedra y madera.
Sombras de estas cosas reflejadas en el fondo de la caverna es que los encadenados ven, gracias a
un fuego que está atrás. A veces, los caminantes se detienen y dialogan o simplemente continúan,
llegándose a creer que el eco son voces de las sombras.
- Exacto. Ahora, si un encadenado es liberado, le dolerían las piernas, las manos y el cuello; y, si ve
el fuego, le molestarían los ojos. Empujado a salir, le molestaría la claridad del sol y debe
acostumbrarse a las sombras, a su rostro y otras imágenes reflejadas en el agua, a los objetos
mismos y a los otros hombres; luego miraría al cielo, la Luna, las estrellas y al sol. Así, razonará que
éste produce las estaciones del año e ilumina la caverna y todo lo visible.
- Por esta vía conocería la sabiduría y se alegraría por la ciencia que domina. Si regresa a la cueva,
le dolerían los ojos por pasar de la luz a la oscuridad y los demás encadenados se reirían por creer
que quedó ciego, por lo que llamarían locura el abandonar el antro, más si oyen que habla de las
cosas que están afuera, motivándose a matar si los obligan a salir.
- Es precisamente lo que sucede, mi querido amigo Glaucón, con la vida humana. Observa la
siguiente explicación: La caverna es este mundo en que vivimos y el fuego es el sol; el prisionero
que sale es el alma que se eleva al mundo inteligible, donde conoce la idea del bien. Razonando,
se da cuenta que ésta es el origen de todo lo bello y de todo bueno que existe en el universo, por
lo que es el principio hacedor de la luz -incluso del astro rey que gobierna el mundo visible- y la
dueña absoluta del mundo inteligible que produce inteligencia, verdad y conocimiento. Por ende,
si quieres vivir sabiamente, guiarte del bien.
Indudablemente, quien alcanza este grado no se interesa por cosas materiales ni por los negocios,
más porque al razonar verdaderamente concluirá que el paso de la sombra a la luz o de la
iluminación a la oscuridad son las dos causas que en sí confunden a la vida humana. Así, si el
cuerpo ve que el alma se ofusca al diferenciar ciertas cosas, no se burla, sino que observa si ha
descendido de un nivel más lúcido o si, por el contrario, ha transitado de la oscura ignorancia al
mundo inteligible. Si la causa es la primera, no dudará en congratularla por su confusión; pero si la
causa es la segunda, no compartirá su desdicha. Claro, si el cuerpo se ríe del alma, se burla no será
tan ridícula si se ve que desciende del mundo de la luz.
Lo cierto es que, hay que guiarla a distinguido amigo, a través del alma humana viene la ciencia,
por lo que la contemplación de la luz, que es el bien, el cual penetra las cosas mis más. De por sí, la
verdad es que se ha de guiar cada órgano por el camino correcto y no por la mala dirección que
imponen los sentidos. Así que debemos motivar al alma para que se eleve por encima de las cosas
y penetre, gracias a la razón, el mundo verdadero de las ideas
Así como mediante el cuerpo se aprende la cultura y la educación, de igual modo mediante el alma
se adquiere la sabiduría. Y, como el alma es de origen divino, el conocimiento beneficia o perjudica
según es conducido el órgano y el alma misma. Por ende, no encauces mal al alma tal cual como
hacen los bribones, sino libérala de lo sensorial o carnal para que no te esclavizan a las cosas del
cuerpo... es cómo distinguirás con pericia las cosas divinas.
- Por esto, tengo que decirte que a los gobernantes les convienen personas que vivan en la
ignorancia o que no tengan educación debido a que no saben hacia dónde van, de mismo modo
les convienen también personas que estudian o hacen ciencia puesto que adquieren
conocimiento, buscan la sabiduría, viven en la verdad y no bajo el yugo de la ignorancia.
En efecto, nosotros, los creadores de una república, tenemos que procurar hombres de ciencias,
que busquen el conocimiento, que traten de alcanzar la sabiduría, que solo quieran cultivar el
intelecto... pero, claro está, con la única finalidad que iluminen con la verdad.
-Por consiguiente, a dichos hombres debemos obligarlos a que no se queden en ese mundo
inteligible, y muy lejos de la realidad de la cueva, sino que deben ser parte de las labores y
situaciones que acarrean los prisioneros, quienes no pueden escapar de su vida cavernaria.
- Porque hay que pensar en todos los ciudadanos y no en un grupo. De aquí que todo legislador
tiene que procurar la felicidad de todos los seres humanos, especialmente por ser éste el objetivo
de la sociedad y al cual deben todas las personas colaborar para que realmente se pueda
conseguir. En este orden, sea por la persuasión o por la autoridad, todos y cada uno de los
ciudadanos tienen el deber, la obligación y la responsabilidad de contribuir al bien social. En si,
pues, lo certero es que la finalidad de todos aquellos que poseen el conocimiento es precisamente
servir al bien del Estado; esto es, al bien de todos los demás.
- En base a todo lo expuesto en nuestro diálogo, estimado amigo Glaucón, date cuenta que la
autoridad debe descansar en quienes no tienen ansias de poder, por lo que lo más mejor es
depositar el mando en quienes aspiran a cosas grandes, a cosas del alma...
* Hermenéutica de la lectura:
3.- ¿Consideras que el filósofo debe gobernar el mundo o el gobernante saber Filosofía?
4.- ¿El acontecer humano se da al azar, por el destino, por otros humanos o por lo divino?
5.- Si hay tantos avances cognitivos, ¿por qué la vida humana no es mucho más mejor?
El Símil de la Caverna: Una Profunda Reflexión sobre la Realidad y el
Conocimiento
1. La comparación:
2. La visión teleológica:
Platón defiende la idea de que los filósofos deben ser los gobernantes ideales.
Solo aquellos que han alcanzado la sabiduría y el conocimiento del Bien pueden
tomar decisiones justas y sabias para el bienestar de la sociedad. Sin embargo,
también reconoce que esto no es una tarea fácil, ya que requiere una formación
intelectual y moral rigurosa. Por otro lado, un gobernante que no tenga
conocimiento de la verdad y del Bien estará propenso a tomar decisiones erróneas
que solo benefician a sí mismo o a un grupo particular.
A pesar de los avances cognitivos y científicos que hemos logrado, la vida humana
no ha experimentado una mejora significativa en términos de bienestar y felicidad.
Esto se debe a que el conocimiento no es suficiente para resolver todos los
problemas del mundo. También se necesitan otros factores como la ética, la
justicia y la compasión para construir una sociedad mejor. Además, los avances
tecnológicos pueden tener consecuencias negativas, como la desigualdad social o
la degradación del medio ambiente.
Reflexiones adicionales:
Espero que este análisis te haya sido útil. Si tienes alguna otra pregunta o
comentario, no dudes en preguntar.
Hagamos una hermenéutica de la lectura:
3. **El papel del filósofo y del gobernante**: Platón argumenta que los filósofos,
debido a su búsqueda de la verdad y su comprensión del bien, son los más aptos
para gobernar. Sin embargo, también reconoce la importancia de que los
gobernantes tengan conocimientos filosóficos para tomar decisiones informadas y
justas. Idealmente, el filósofo sería el gobernante, pero si eso no es posible, el
gobernante debe tener al menos una comprensión de la filosofía para guiar
sabiamente.
4. **Determinismo**: Platón no aborda directamente la cuestión del determinismo
en este pasaje, pero su filosofía tiende a enfatizar el papel del conocimiento y la
razón en la vida humana. Si bien reconoce que existen fuerzas externas que
pueden influir en nuestras vidas, como otros seres humanos o lo divino, sugiere
que el conocimiento y la sabiduría son herramientas poderosas para superar las
limitaciones impuestas por estas fuerzas.