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Pero cuando escuchó que ella estaba buscando una aventura de una noche,
ese plan se vino abajo como arena seca.
No era raro que los de sangre noble se sintieran orgullosos de cumplir sus
deseos sexuales a través de medios oscuros. Pero el hecho de que
pretendiera ser un gigoló para acercarse a ella era más que ridículo.
Le ofreció una aventura de una noche a esta princesa que por fuera
aparentaba ser casta, pero que se comportaba de forma descarada. No tenía
experiencia, obviamente estaba asustada. Después de todo, era su primera
vez. Cuando Ishakan recordó la noche de su aventura, le vino a la mente su
pequeño susurro.
|Quiero morir|.
No fue una mentira. Ella ya se había decidido. Podía verlo en sus ojos
negros, aparentemente muertos.
Ishakan frunció el ceño, "Ella no se acuerda de mí."
Suha puso los ojos en blanco y abrió la boca, "Es cosa del pasado. Además,
has cambiado mucho desde entonces."
Él estaba en lo correcto. El actual Ishakan había cambiado más allá del
reconocimiento.
"Sí, así es. Pero primero..." Ishakan habló, haciendo un gesto de
apuñalamiento en el aire, como si quisiera matar a la noche.
En un tono mucho más serio y siniestro, preguntó, "¿Vamos a ver a la
princesa?"
***
Matrimonio Depredador - Capítulo
17
"¿Te dijo que está enamorado de ti?" preguntó, haciendo un mohín, lo que
hizo que Leah apretara su mandíbula, "¿Te dijo que te acostaras con él?"
Leah se obligó a mantener la boca cerrada.
Ella deseaba decirle que sí, pero sabía que no era lo correcto.
"No pasó nada entre nosotros," le dijo, "solo estaba interesado en mí porque
soy la prometida de Byun Gyongbaek."
Blain solo la miró en silencio, observándola para ver si mostraba algún
signo de deshonestidad. No confiaba en sus palabras, pero por ahora, lo
dejaría pasar.
A medida que Leah crecía, él la vio descubrir sus muchos talentos, siendo
cada vez más exitosa, necesitándolo cada vez menos. Y eso desgarró a
Blain, lo hizo sentirse poco apto para estar a su lado. Poco a poco, su
admiración se convirtió en celos. Su amor se convirtió en odio.
Todo lo que quería era que todo esto terminara. Estaba muy cansada.
***
Leah se detuvo ante la pregunta y dejó la taza de té sobre la mesa. Era muy
fácil mentir para salir de esto. Por eso, puso una expresión tranquila y una
sonrisa reconfortante.
La razón por la que Leah había llegado primero, era porque debía saludar a
los invitados y darles la bienvenida. También era una buena excusa. Era
mejor quedarse haciendo esto, que tener que mezclarse con Cerdina y
Blain.
Ella se detuvo por un momento, buscó rápidamente al Conde Valtein antes
de saludar a los demás invitados. Sabía que su mensaje había sido
transmitido con éxito, así que él ya debía estar esperándola.
Había muchos que estarían dispuestos a apoyar a Leah cuando llegara el
momento, y uno de ellos era el Conde Valtein. Él era el representante del
poder Pro-Princesa después de todo.
Aunque, según Leah, el poder era un poco exagerado. Después de todo, su
único uso consistía en ser una novia intercambiada al mejor postor. No
obstante, el Conde Valtein estaba bastante orgulloso de ser su confidente.
Incluso le servía de ojos y oídos.
Como a ella no se le permitía salir del palacio, no podía moverse como
quisiera en ningún sitio. Incluso a veces el Conde la visitaba en secreto,
para ayudarla a resolver problemas internos del palacio. También, era por
Conde, que ella podía escabullirse del palacio, especialmente cuando él
abría la irrigación no utilizada sólo por su bien.
Ella quería saber las últimas noticias por parte de él, sabiendo que cualquier
información que tuviera para ella, sería fiable. Después de todo, ella
necesitaría información, que ni siquiera el palacio o sus círculos sociales
más altos conocieran.
Leah revisó una vez más el salón, antes de que sus ojos finalmente se
posaran en el Conde Valtein, que se acercaba rápidamente como un niño
hacia un regalo. Prácticamente parecía que estaba a punto de saltar de
alegría si no fuera por los demás a su alrededor.
"¡Princesa!" Exclamó al verla. Honestamente, actuaba como si no se
hubieran visto en años. Ella asintió con la cabeza, permitiéndole calmarse,
antes de llevarlo a un rincón apartado en el salón de banquetes. Era un
espacio abierto, pero lo suficientemente privado para hablar.
"¿Qué sucede?" Preguntó y el Conde Valtein respiró aliviado...
"Casi muero ayer", se quejó.
"¿Qué?" Leah preguntó alarmada, antes de que el Conde Valtein se
enderezara y le sonriera.
"Conocí al Rey de los Kurkan."
Leah no sabía qué decir, observaba al Conde con una mirada atónita. Él se
comportaba como si se hubiera salvado de la trampa de un zorro por el
alboroto que hacía.
"El Rey me buscó primero, claro está", comenzó, "Como también quería
entrometerse en los asuntos internos de Estia, no traicioné ningún secreto,
por supuesto, fue absolutamente convincente e indudablemente
carismático", elogió.
'¡¿Buscó al Conde Valtein?!' Leah no esperaba que Ishakan tuviera las
agallas suficientes para hacer eso. No pudo evitar sentir el sudor goteando
por sus sienes cuanto más escuchaba al Conde Valtein contar su historia.
"¡Quería ganarse mi confianza, incluso me dio un regalo!"
"¿Un regalo?" Leah preguntó, antes de fruncir un poco el ceño, "¿Qué
regalo?"
"Diez rollos de seda", respondió en un tono abatido, y Leah lo miró
fijamente estrechando los ojoso. El Conde comenzó a tartamudear ante la
mirada no impresionada de ella, "¡No era una seda ordinaria, se lo aseguro!"
aclaró.
Observó sus alrededores, antes de acercarse a su oreja.
"Era seda púrpura", él susurró reverentemente, y Leah retrocedió con una
expresión de asombro.
Las sedas púrpuras tenían un valor incalculable, codiciadas por muchos,
incluso en Estia. Pero no había muchos que pudieran acceder fácilmente a
ella, aunque tuvieran la capacidad de conseguirla.
Matrimonio Depredador - Capítulo
35
En una ocasión normal, si hubiera escuchado sus palabras obscenas, tal vez
se habría sonrojado. Las palabras eróticas, por vergüenza, la habrían hecho
sentir disgustada. Sin embargo, actualmente Leah no podía reaccionar.
Sentía como si la abrumadora cantidad de placer del intenso ataque de
Ishakan hubiera adormecido su cerebro, convirtiéndolo en un pudín
aplastado. En su estado debilitado, sólo podía agarrar impotentemente el
dobladillo de su vestido con sus manos temblorosas.
Las huellas carmesíes de sus palmas adornaban sus pálidos e impotentes
muslos. Ishakan, aún sin asfixiarse, chupaba con fuerza entre sus labios,
dejando sólo otra marca deslumbrante.
El acto fue tan salvaje, que al mirar hacia abajo, se podía mirar sus muslos
marcados con sus huellas. Era un significado claro.
Tú eres mía.
Exhausta y completamente impotente, Leah se estremeció de repente.
Mientras estaba siendo atacada por Ishakan, su mirada se fijó
accidentalmente en eso. El rey bárbaro agarró lo que acababa de sacar de la
cintura de sus pantalones.
Con semejante monstruosidad, incluso en su estado de confusión inducida
por las dr#gas, se sintió incómoda, pensando que sería demasiado para ella,
incluso insoportable.
Su gruesa longitud tenía vasos sanguíneos abultados. En su estado, se
notaba que palpitaban. Decir que su tamaño era tan grande como la cabeza
de una joven bestia, no sería una exageración.
Los dedos de Ishakan frotaron sus pétalos y la cabeza de su monstruosidad
se golpeó contra su entrada. El acto, acercándolos, hizo que su corazón se
acelerara.
Con la poción en sus venas, le costaba hablar, su discurso se distorsionaba,
sus palabras se arrastraban sin control. Sin embargo, ella luchó contra el
peso de su lengua.
"Es demasiado grande...eso, eso, eso no entrará..." Las palabras se
escaparon de sus labios tartamudeando.
La risa de Ishakan, que sonaba distante, le rozaba los oídos. "No funcionó la
última vez. ¿Ya lo has olvidado?"
Al contrario de lo que acababa de decir, no había forma de que ella pudiera
olvidar su acalorado encuentro. ¿Cómo podría? Había sido la experiencia
más impactante de la vida de Leah. Sin embargo, viendo su falta de
respuesta, Ishakan concluyó por sí mismo que ella, de hecho, lo había
olvidado.
Un bajo gruñido salió de su garganta, y se rió maliciosamente. "Tendré que
hacerlo a menudo entonces, para que no lo olvides."
Antes de que Leah pudiera pronunciar algo en respuesta, Ishakan se metió
dentro de ella.Ella no pudo evitar gritar, tan pronto como su gruesa
monstruosidad entró; el inmenso placer y el inevitable dolor que lo
acompañaba, era abrumador.
Eso no era algo que su cuerpo pudiera soportar fácilmente. Aunque la había
relajado diligentemente con sus dedos, su parte inferior apretaba
fuertemente, un débil intento de empujar hacia afuera el objeto extraño.
Su estómago se sentía lleno hasta el borde, y se podía observar un ligero
abultamiento. Sus lágrimas mezcladas con saliva llegaban a su barbilla.
Fue entonces cuando él comenzó a mover su cintura hacia atrás y hacia
adelante, luego agarró la cintura de Leah con fuerza y la embistió,
empujando el resto dentro de ella en un movimiento sin piedad. Su cintura,
que se precipitó hacia ella sin previo aviso, de repente la golpeó en su parte
más cercana.
Esta vez, ni siquiera pudo gritar. Leah sólo podía temblar mientras soltaba
breves jadeos y gritos. Sus partes internas húmedas y pegajosas,
convulsionaron, masticando al gran intruso.
"Joder, Leah..." Dijo Ishakan.
Su manzana de Adán se movió, y una voz furiosa salió temblorosa.
"Ugh... estás apretando tan fuerte..."
Los pies de Leah, que estaban tambaleándose indefensos en el aire, casi
tocaron el suelo. Ishakan la agarró por los tobillos y la levantó.
"Ten cuidado con tus pies."
Sólo entonces ella recordó que tenía heridas en las plantas de los pies. Su
unión la había hecho delirar. Estaba demasiado borracha de estimulación
como para sentir el dolor. Ishakan posó la pierna de Leah sobre su hombro.
Al levantar sus caderas, su cintura se dobló hacia atrás permitiendo que su
vestido bajara libremente, revelando su piel aún más.
Ishakan frunció el ceño, tal vez era porque el vestido resultaba demasiado
engorroso, que incluso cuando lo sostenía con las manos, seguía
estorbando. No tuvo la paciencia de desatar finamente cada una de las
complicadas cintas y nudos del vestido. Necesitaba desatarlo
completamente de la manera más rápida posible.
Las venas de sus manos mostraban lo tenso que estaba por deshacerse de la
ropa molesta. Sus dedos se engancharon a la suave seda, y con poco
esfuerzo, le arrancaron completamente sus prendas.
Un destello de preocupación cruzó su mente al escuchar el sonido de la tela
rasgándose. Sin embargo, esa preocupación duró poco, se desvaneció tan
rápido como llegó. Ishakan la sostuvo por la parte trasera de sus muslos,
levantándola. Sus piernas colgaban en el aire mientras su cuerpo se
inclinaba.
Los músculos se apretaron firmemente con fuerza. Ella pensó que iba a
ceder, cuando de repente, él presionó con todo su peso en un movimiento
brusco. Desde arriba, empezó a golpearla sin piedad.
Los rápidos e intensos movimientos que hizo al entrar y salir de ella, la
presionaban contra el suelo. Lía abrió bien los ojos y las lágrimas brotaron
de su rostro ante su feroz ataque.
En este punto, su cuerpo no era suyo. En sincronía con Ishakan, ella seguía
su rápido ritmo, mientras la punta pesada le atravesaba el vientre. Ella no
podía respirar y sus ojos parpadeaban con frenesí.
"¡Ah! ¡Ah!..."
Leah temblaba, sacudida hasta el punto de no poder moverse ni un
centímetro. Sus fuertes gemidos que sonaban constantemente eran música
para los oídos de Ishakan.
Empujó a Leah hasta el límite de lo posible para que no pensara en contener
sus escandalosos gemidos, aunque estuvieran al aire libre.
Matrimonio Depredador - Capítulo
44
Capítulo 215. Té
Cerdina Miraba a la mujer que tenía delante con ojos fríos. Una mujer rubia
lloraba tanto que su pañuelo estaba empapado de lágrimas. Sollozaba
repitiendo las mismas palabras desde hace un rato.
"Su Alteza, hick, cómo pudo Su Alteza hacerme esto... cómo pudo pasar
esto..."
Cerdina, que miraba fijamente a la Dama Mirael que estaba llorando
desconsoladamente, frunció el ceño irritada. Ella permitió que se acercara a
Blain porque era bonita y estúpida. Pero a veces hacía cosas
incomprensibles.
Pero cuando la Dama Mirael levantó la mirada después de limpiarse las
lágrimas, Cerdina sonrió amablemente ocultando su expresión. El rostro de
la Dama Mirael se iluminó. Susurró en voz baja con los ojos enrojecidos.
"¿Me ayudarás...?"
"Por supuesto."
Seldina le tocó la mejilla como si se tratara de una adorable mascota.
"Hablaré con Blain."
La Dama Mirael soltó una exclamación de alegría. Cerdina sonrió
débilmente.
Ella no odiaba a la gente honesta con sus deseos. De hecho, le gustaban. La
vida era corta, así que el deseo de darlo todo por la gloria y la riqueza
simbolizaba la llama más magnífica y hermosa.... incluso si fuera fugaz.
"Espero que sigas sirviéndome diligentemente."
"¡Sí! ¡Sí...!"
La Dama Mirael sonrió satisfecha. Después de decir que a partir de hoy se
esforzaría más en cuidar a su Majestad y calentar su dormitorio, la Dama
Mirael se marchó. Cerdina estalló en risas mientras veía desaparecer su
carruaje a la distancia.
Sintió un placer indescriptible al escuchar que la Dama Mirael, quien
recibía el favor de Blain, había sido agarrada por el cabello y tirada al suelo.
Cerdina quería que Blain dispusiera de las mujeres como si fueran objetos.
A lo largo de la historia, innumerables monarcas absolutos han caído por
culpa del amor. Ella no quería que su hijo colapsara por culpa de una mujer.
Pero a diferencia de las demás mujeres, Blain siempre fue suave con Leah.
Incluso el otro día no le había hecho caso y esperó a Leah bajo la lluvia.
Eso fue muy doloroso. Cerdina apenas pudo reprimir el impulso de matar a
Leah ese día.
Se suponía que se la entregaría a Byun Gyeongbaek para obtener ciertos
beneficios como tenía previsto desde el principio, pero eso se estropeó
debido a la obsesión de Blain.
Se quedó mirando los árboles marchitos del jardín desde la ventana del
salón. Caían algunas de las pocas hojas secas que aún colgaban de las ramas
de los árboles.
Al principio pensaba que si convertía a todos los nobles en muñecos,
tendría que preocuparse por los asuntos de Estado. No obstante, hizo que
Leah se ocupara de todo ese trabajo, así que ella resultó muy útil en muchos
sentidos. Blain estuvo de acuerdo con la idea porque no le gustaba hacer ese
trabajo.
De repente, Cerdina se rió retorcidamente mientras apoyaba la mano en el
alféizar de la ventana.
"...Engreída."
Desde que lanzó el primer hechizo, supo que Leah tenía un fuerte ego. No
sería fácil romperlo y destruirlo.
Por lo tanto, infundió el hechizo más poderoso en la poción de amor que
consumió Leah. La poción estaba hecha con una mezcla de hebras de
cabello de Leah y Blain.
Pero el efecto se redujo a la mitad. A pesar de haber perdido la memoria,
Leah no le había entregado por completo su corazón a Blain.
Increíblemente, por si acaso consideró seriamente la posibilidad de que
estuviera embarazada.
La sangre de los bárbaros tenía mucha resistencia a los hechizos. Si ella
hubiera concebido, su bebé podría haber interferido con la poción.
Por supuesto, eso prácticamente era imposible porque Leah había quedado
infértil después de haber recibido hechizos durante mucho tiempo. Sin
embargo, para eliminar hasta la más mínima posibilidad, hizo que se le
diera un té que provocaría un @borto espontáneo.
Un té elaborado con un efecto supresor del apetito porque últimamente no
podía controlar el régimen alimenticio del palacio de la princesa debido a
Blain. Para que Leah estuviera al lado de Blain, por lo menos debía estar
impecable.
"......"
Tardíamente Cerdina se dio cuenta de que se estaba mordiendo el labio
inferior. Tragándose la sangre que tenía en el labio, golpeó ansiosamente
con un dedo el alféizar de la ventana.
Creía que tenía que crear un nuevo hechizo para dominarla completamente.
Ha escuchado que los bárbaros unen su alma con su pareja mediante una
ceremonia. Ella no pretendía atar el alma Leah con Blain, pero podría hacer
un hechizo restrictivo más sólido durante la boda.
—Por favor, mantén tu promesa. Madre.
La voz de Blain sonó en su cabeza. Cerdina apretó sus manos temblorosas y
dijo nerviosamente.
"Soy un Dios. Dios..."
Así que no había nada que ella no pudiera hacer.
***
Matrimonio Depredador - Capítulo
216
Este capítulo tiene escenas que pueden resultar sensibles para algunos
lectores
Capítulo 222. Suspenso (2)
Haban, que le había roto el cuello al otro, se acercó con las manos
manchadas de sangre. Mura extendió su pie hacia él.
Haban colocó el pie sobre su propia rodilla para atar los cordones sueltos
del calzado de Mura. Ella se encogió de hombros ligeramente mientras
Haban ataba los cordones con fuerza.
"Es mucho más divertido cocinar contigo."
"Yo también pienso lo mismo, Mura."
Mura sonrió ante la rápida respuesta de Haban. Con los cordones del
calzado finalmente atados, comenzó a caminar mientras Haban la seguía.
Los Kurkan se habían alborotado cuando supieron que se encontrarían con
Leah. Mura también entusiasmada le pidió a Ishakan que permitiera que lo
siguiera. Ishakan terminó eligiendo a Mura porque ella le dijo que haría
comida deliciosa.
La Reina había adelgazado mucho como si no hubiera podido comer
adecuadamente últimamente. Teniendo en cuenta lo mucho que ella
disfrutaba de la comida Kurkan, Mura empacó varias comidas que cocinó.
Ella llegó al lugar con las manos ocupadas y con Haban cargando más cosas
en un saco a sus espaldas... Pero la expectante Mura fue recibida por unos
inescrupulosos hombres encapuchados.
La casa del huerto estaba en silencio puesto que los caballeros y las damas
de compañía estaban durmiendo. Cuando vio a los hombres encapuchados
irrumpiendo en secreto, Mura se enfadó hasta la médula. La Reina comería
comida fría por culpa de estos hombres.
Así que mientras Ishakan se dirigía hacia Leah, Mura tuvo que limpiar la
zona con Haban y Genin, mostrando sus capacidades por primera vez en
mucho tiempo. Ella rompió la cabeza de los intrusos como si fueran
sandías.
"¿Dónde está Genin?"
"'Decidió limpiar el otro lado... probablemente haya terminado a estas
alturas."
Justo en ese momento, Genin se acercaba caminando desde la distancia
mientras fumaba un puro. Había terminado su tarea.
Cuando Mura miró hacia atrás donde estaba Haban, éste había encendido
un puro antes de que se lo pidiera. Mura lo besó en la mejilla después de
agarrar el puro que le entregó.
"Gracias."
"......"
Haban no dijo nada, su cara se puso roja. Dejando solo al avergonzado
Haban, Mura se acercó a Genin.
"¿Has terminado, Genin?"
"Los he matado a todos."
Mura sonrió fríamente ante su respuesta. Ellos irrumpieron sabiendo
claramente que habían caballeros custodiando. Obviamente alguien lo había
ordenado.
Los intrusos sólo hicieron que las damas de compañía y los caballeros se
durmieran. Tal vez tampoco matarían a Leah.
En Estia, la pureza de la novia se consideraba tan importante como la vida,
por lo que probablemente habrían planeado viol@rla en grupo. O por lo
menos, cometer un acto tan degradante como ese.
Pero muy pocas cosas se podían hacer que fueran peores a que le quiten la
virg!nidad. De esa manera sería muy fácil crear una cruel pesadilla que
nunca desaparecería.
Además, Leah tendría dificultades para hablar de lo sucedido. Era la
Princesa de Estia que estaba a punto de casarse.
Teniendo en cuenta su estatus y sus circunstancias, Leah elegiría el silencio
antes que la difusión de un escándalo s3xual. Podría incluso hallarse en una
situación en la que tuviera que encubrir a los criminales con sus propias
manos.
Fue un plan malvado. No sabía quién estaba detrás de esto, pero no saldría
ileso. Mura dijo frunciendo el ceño ligeramente.
"¡No te escaparás...!"
Le resultaba difícil contener la locura que se había duplicado en su interior.
Estaba intentando reunir toda su paciencia para calmarse.
Mura exhalaba humo con nerviosismo mientras golpeaba su pie contra el
suelo repetidamente. Haban que estaba a su lado intentó tranquilizarla.
"Atraparemos al responsable, lo prometo."
Viendo como Haban se comportaba, Genin reflexionó sobre sí misma por
un momento, preguntándose si trataba de esta manera a su pareja. Fue
entonces cuando llegó a la conclusión de que debía tratarlo mejor.
"¡......!"
De repente, Haban, Mura y Genin, giraron la cabeza. Los Kurkan se
quedaron paralizados mirando hacia el mismo sitio. Pronto comenzaron a
correr al mismo tiempo.
Corrieron a una velocidad que habría aterrorizado a cualquier humano
normal hasta encontrarse con Ishakan que tenía a Leah entre sus brazos.
Ishakan miró lentamente hacia ellos. Sus ojos dorados temblaban de forma
inestable como si fuera a colapsar en cualquier momento. Dijo con voz
temblorosa.
"Morga… Morga..."
Haban se marchó inmediatamente para llamar a Morga. Mura y Genin se
acercaron apresuradamente a Ishakan.
Leah estaba inconsciente entre sus brazos. Hoy se veía más delgada y débil
que nunca. Estaba tan blanca que parecía que desaparecería pronto. Mura
que la observó con preocupación dejó escapar un grito.
La prenda inferior de Leah estaba empapada de sangre.
Matrimonio Depredador - Capítulo
223
Este capítulo tiene escenas que pueden resultar sensibles para algunos
lectores
Capítulo 228. Advertencia (2)
Los hechiceros creían que comiendo un corazón podían obtener poder
espiritual. Por lo tanto, cuando necesitaban realizar un hechizo difícil
consumían el corazón de un animal.
Sin embargo, los hechizos que se hacían de esa manera estaban llenos de
poder espiritual negativo. Este método incluso lo podían utilizar los Tomari.
En parte a Morga no le agradaba este método porque le ocasionaba malestar
estomacal.
Pero esta vez no tenía otra opción. No había otra manera de realizar un
hechizo poderoso rápidamente.
"......"
Morga miró el contenido del plato con una expresión de aborrecimiento. Se
trataba de un corazón de vaca negra de color rojo que Mura había
condimentado con varias especias según había pedido.
Pero no importaba cuántas especias se hubieran usado, seguía teniendo el
mismo aspecto. No se podía cocinar porque había que comerlo crudo.
Después de mucho tiempo observando el corazón, Morga finalmente
sostuvo el cuchillo y el tenedor. No podía comérselo directamente, así que
lo cortaría en trozos. Morga intentó distraer sus pensamientos mientras se
comía el corazón en trozos.
Habían ocurrido dos milagros. El primero fue la concepción de un bebé en
un cuerpo que debería haber sido infértil, y el segundo fue la preservación
de un bebé que pudo haber sido abortado.
Por lo tanto no se podían esperar más milagros. Sabía que desde ahora
habría que hacer todo lo posible.
Cuando se comió el corazón de la vaca completamente, Morga dejó escapar
un profundo suspiro. Luego se sentó encima de un patrón mágico dibujado
previamente mirando hacia delante.
Frente a Morga había docenas de Kurkan. Sus ojos brillaban en la oscuridad
exaltados antes de la acción. Parecían aterradores.
Un humo negro brotó cuando activó el patrón mágico con su poder
espiritual. El humo fluyó hacia los Kurkan y los impregnó. Morga habló
tranquilamente, limpiándose las comisuras de su boca manchada de sangre
con un pañuelo.
"Funcionará hasta que salga el sol de la mañana."
Genin, que estaba parada en la parte delantera, respondió asintiendo con la
cabeza.
"Es suficiente."
Se trataba de un hechizo que ocultaba temporalmente a los Kurkans de los
ojos de la Reina. Cuando estuvo seguro de que todos los preparativos
estaban terminados, Haban fue a buscar a Ishakan.
"¡Ishakan!"
Ishakan estaba fumando un puro apoyando su espalda en una pared. A pesar
de que estaba fumando sus ojos brillaban intensamente. Pronto asintió
tirando el puro hacia el suelo.
No se necesitaban órdenes. Los Kurkan sabían lo que quería el Rey. Los
seres no humanos se movieron en la oscuridad de la noche.
***
En una lujosa mansión en la ubicación más exclusiva de la capital de Estia,
la dueña que la había comprado con un soborno recibido por ocupar la
posición de consorte del Rey, estaba acostada sobre la cama borracha y
sonriente.
Ella estuvo en otra mansión cenando con otros nobles. Había bebido mucho
alcohol, pero no le pareció suficiente. Por lo que se bebió sola otra botella
de vino cuando regresó a su mansión.
Estaba tan contenta que sentía la necesidad de beber alcohol. La Dama
Mirael se rió incontrolablemente.
"Esa mujer se ha comportado hasta ahora como si fuera muy digna,
recobrará la compostura después de que esos bastardos la hagan sufrir."
Se sentía emocionada imaginando a la Princesa llorando mientras temblaba.
Sobre todo sabiendo que a pesar del sufrimiento que experimentaría ella no
lo denunciaría. Seguramente optaría por encubrir el hecho por su propia
voluntad.
Tal vez mañana debería visitar a la Princesa. Sonrió pensando cómo la
lastimaría y la ridiculizaría cuando se encontraran.
"......"
De repente la expresión de su rostro cambió. Fue porque la invadió una
sensación inquietante que no entendía.
Ella cubrió su cuerpo con una manta porque le parecía que hacía un poco
más de frío. Luego se levantó de la cama y agitó frenéticamente la pequeña
campana del dormitorio. Cuando las sorprendidas sirvientas llegaron, les
gritó.
"¡¡Traigan a todos los caballeros!!"
Las sirvientas salieron corriendo a toda prisa. La Dama Mirael llamaba
caballeros a los prisioneros y mercenarios que compraba para que vigilaran
su mansión. Los hombres que había enviado al huerto de melocotones
también formaban parte de ellos.
Sus habilidades eran buenas aunque no fueran excepcionales. Deambuló
ansiosamente por el dormitorio a la espera de los caballeros hasta que se
detuvo de repente.
'¿Por qué está tan tranquilo?'
Ella se había hecho un escándalo, por lo que debería haber mucho ruido en
la mansión. La edificación donde se alojaban los caballeros no estaba lejos.
A estas alturas deberían escucharse pasos por el pasillo… pero estaba
silencioso. La Dama Mriael abrió cautelosamente la puerta.
"¡¡Ahhh!!"
La Dama Mirael, que se cayó sobre su trasero, retrocedió asustada. El
pasillo estaba lleno de cadáveres. Los cadáveres sin cabeza pertenecían a
los caballeros que había estado esperando ansiosamente. Incapaz de
soportar la cruel escena, ella se desmayó.
Haban se acercó para meter su cuerpo en un gran saco. Genin tomó el saco
y lo cargó sobre su hombro. De pie en medio del silencioso pasillo, Ishakan
se llevó a la boca un puro encendido con la mano manchada de sangre. Dijo
después de exhalar una bocanada de humo.
"...El primero."
Matrimonio Depredador - Capítulo
229