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UNIVERSIDAD TECNICA DE BABAHOYO

CENTRO DE ADMISION Y NIVELACION UNIVERSITARIA

INTEGRANTES:

HEIDY YAMILETH MORA ESCOBAR

LIMBER SAA CONTRERAS

KIARA MORAN CHANG

DOCENTE:
LCD. DANIEL VARGAS

ASIGNATURA:
PSICOLOGIA

CARRERA:
EDUCACION BASICA

CURSO:
MATUTINO “B”

PERIODO ACADEMICO:
NOVIEMBRE 2023-MARZO 2024
ORGANOS DE LOS SENTIDOS
El Olfato
Su Función:
El sistema olfatorio percibe las moléculas odoríferas. Transmitida por el aire. En el
ser humano los olores brindan información del medio ambiente, los alimentos,
animales que influyen sobre la conducta alimenticia social

El olfato es uno de los cinco sentidos principales y está relacionado con la


capacidad de percibir olores. Este sentido es posible gracias a la presencia de
células especializadas en la nariz llamadas receptores olfativos. Estos receptores
son sensibles a diversas moléculas en el aire que llevan consigo diferentes olores.

El proceso de la percepción del olor comienza cuando las moléculas odoríferas


ingresan a la nariz y entran en contacto con la mucosa olfativa. Estas moléculas
activan los receptores olfativos, desencadenando una señal nerviosa que viaja
hacia el bulbo olfativo en el cerebro. Desde allí, la información se procesa y se
envía a diversas áreas del cerebro asociadas con la memoria, las emociones y la
identificación de olores.

El olfato desempeña un papel crucial en la experiencia sensorial y puede influir en


el gusto. Muchos de los sabores que percibimos al comer también están
relacionados con lo que olemos. Además, el olfato está vinculado a la memoria y
las emociones, ya que ciertos olores pueden evocar recuerdos o desencadenar
respuestas emocionales.

La pérdida del sentido del olfato, conocida como anosmia, puede tener varias
causas, como infecciones, lesiones, trastornos neurológicos o incluso la edad. La
capacidad de oler es fundamental para disfrutar plenamente de la comida, así
como para detectar peligros, como alimentos en mal estado o sustancias químicas
nocivas.

El olfato es uno de los cinco sentidos principales y está relacionado con la


capacidad de percibir olores. Este sentido es posible gracias a la presencia de
células especializadas en la nariz llamadas receptores olfativos. Estos receptores
son sensibles a diversas moléculas en el aire que llevan consigo diferentes olores.

El proceso de la percepción del olor comienza cuando las moléculas odoríferas


ingresan a la nariz y entran en contacto con la mucosa olfativa. Estas moléculas
activan los receptores olfativos, desencadenando una señal nerviosa que viaja
hacia el bulbo olfativo en el cerebro. Desde allí, la información se procesa y se
envía a diversas áreas del cerebro asociadas con la memoria, las emociones y la
identificación de olores.

El olfato desempeña un papel crucial en la experiencia sensorial y puede influir en


el gusto. Muchos de los sabores que percibimos al comer también están
relacionados con lo que olemos. Además, el olfato está vinculado a la memoria y
las emociones, ya que ciertos olores pueden evocar recuerdos o desencadenar
respuestas emocionales.

La perdida del sentido del olfato, conocida como anosmia, puede tener varias
causas, como infecciones, lesiones, trastornos neurológicos o incluso la edad. La
capacidad de oler es fundamental para disfrutar plenamente de la comida, así
como para detectar peligros, como alimentos en mal estado o sustancias nocivas

El sentido del olfato es posible gracias a una estructura


especializada en la nariz llamada epitelio olfativo.

las partes estructurales clave relacionadas con el


sentido del olfato:
1. Epitelio olfativo: Esta es la capa interna de la nariz donde se
encuentran los receptores olfativos. Está formada por células
especializadas llamadas neuronas olfativas. Estas células tienen cilios
en su superficie que contienen los receptores olfativos responsables de
detectar las moléculas odoríferas.

2. Mucosa olfativa: Es la capa de moco que cubre el epitelio olfativo. Este


moco ayuda a atrapar y disolver las moléculas odoríferas, facilitando
así su interacción con los receptores olfativos.

3. Bulbos olfativos: Están ubicados en la base del cerebro, en la región


llamada rinencéfalo. Aquí, las neuronas olfativas envían sus señales al
procesar la información sobre los olores detectados. Los bulbos
olfativos son esenciales para la percepción del olfato.

4. Tracto olfativo: Son las conexiones nerviosas que transmiten la


información olfativa desde los bulbos olfativos hasta varias áreas del
cerebro, como el hipotálamo y la corteza olfativa. Estas conexiones son
cruciales para la interpretación y el procesamiento cerebral de los
olores.
5. Corteza olfativa: Es la región del cerebro responsable de interpretar y
dar significado a los estímulos olfativos. La información olfativa se
integra aquí para crear una experiencia consciente del olor.

6. Bulbos olfatorios: Estas estructuras están ubicadas en la parte inferior


del lóbulo frontal del cerebro y están involucradas en la percepción y
procesamiento de olores.

7. Cuerpos mamilares: Se encuentran en el hipotálamo y están


conectados al sistema límbico. El sistema límbico desempeña un papel
importante en las respuestas emocionales y en la formación de
memorias asociadas con los olores.

Lóbulos cerebrales que implican el olfato

El sentido del olfato está principalmente asociado con la parte del cerebro
conocida como el sistema límbico, que incluye varias estructuras cerebrales.
Sin embargo, los lóbulos cerebrales específicos que están directamente
involucrados en el procesamiento del olfato son los bulbos olfatorios y la
corteza olfatoria primaria.

Bulbos Olfatorios: Son estructuras ubicadas en la base del cerebro, en la


parte anterior del lóbulo frontal. Estos bulbos son esenciales para el
procesamiento inicial de las señales olfativas. Las células receptoras del olfato
en la nariz envían señales al bulbo olfatorio, donde se lleva a cabo el primer
procesamiento de la información olfativa.

Corteza Olfatoria Primaria: Después de que la información es procesada en


los bulbos olfatorios, las señales se transmiten a la corteza olfatoria primaria.
Esta región se encuentra en el lóbulo temporal, específicamente en el área
llamada giro recto. La corteza olfatoria primaria está involucrada en la
interpretación y el reconocimiento de los olores.

los trastornos del olfato

También conocidos como disfunción olfativa, pueden afectar la


capacidad de una persona para percibir olores.
Anosmia: La anosmia es la pérdida total del sentido del olfato. Puede
ser causada por infecciones respiratorias, traumatismos craneales,
pólipos nasales, sinusitis crónica, entre otras condiciones.

Hiposmia: La hiposmia es una disminución parcial del sentido del


olfato. Puede ser causada por diversas razones, como resfriados,
alergias, sinusitis, pólipos nasales o el envejecimiento natural.

Parosmia: La parosmia implica la distorsión en la percepción de


olores familiares. Por ejemplo, una persona con parosmia puede
percibir un olor agradable como desagradable o viceversa. Esta
condición puede estar relacionada con infecciones, lesiones o
exposición a sustancias tóxicas.

Fantosmia: La fantosmia implica la percepción de olores que no están


presentes. Las personas con fantosmia pueden oler cosas que no
existen en su entorno. Las causas pueden incluir migrañas, epilepsia,
lesiones en la cabeza o incluso trastornos psiquiátricos.

Ageusia: Aunque más relacionada con el sentido del gusto, la ageusia


implica la pérdida total del sentido del gusto, lo cual puede afectar la
percepción del sabor de los alimentos y bebidas.
Disosmia: Este término se utiliza para describir cualquier alteración en
la percepción de los olores, ya sea por distorsión, pérdida o
percepción incorrecta.

Las causas de los trastornos del olfato pueden variar y van desde
infecciones, traumatismos, problemas neurológicos hasta
enfermedades crónicas. En algunos casos, los trastornos del olfato
pueden ser síntomas de condiciones médicas subyacentes, como la
enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer o trastornos
metabólicos.

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