INDICE

6 Dimensiones materiales e inmateriales

de las revistas culturales de mujeres
en Honduras (1932-1962)
Por: Gabriela Eunice Ardón Jiménez

La cerámica chichicaste y las

Revista Arte y Cultura

interacciones regionales prehis-
pánicas en el Este de Honduras
22
Julio – Diciembre 2022 Por: Eva L. Martínez
Vol. IX / N°2
ISSN 2520-9779

Publicación semestral del Centro de Arte y Cultura

de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras
36
De la botica a la mesa:
Producción dulcera tradicional
Dirección General: Por: Gloria Lara Pinto
Olga Joya

Comité editorial:
62
Olga Joya La idea de la
Marcio Matute profundidad de José
Ortega y Gasset en el
Corrección de estilo:
Olga Joya 77 Realismo Mágico de la
novela "La ciudad que
Los primeros vientos de libertad: borró sus huellas"
Diseño Gráfico:
bonapartismo y anti-hispanismo Por: Jelba Brooks
Bárbara Lavaire Cruz
en Honduras (1810-1812) Asencio
Por: José Manuel
Fotografía de portada:
Gonzales, J. (14 de mayo de 2012). Reunión de es- Cardona Amaya
critoras en San Pedro Sula. Aparecen Francisca Puig,
Mercedes Laínez de Blanco, Paca Navas y Trinidad del
Cid. 1950. Recuperado de: http://josegonzalezpare-
des.blogspot.com/2012/05/intelectualidad-y-femi-
nismo-en-honduras.html 92
El Modernismo como una crítica estética
en Latinoamérica: una reflexión desde

CENTRO DE ARTE Y CULTURA Walter Benjamín y José Ortega y Gasset.

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE HONDURAS Por: Rafael Antonio Zúniga Mejía
Edificio entre 2da y 3ra avenida de Comayagüela,
7ma calle, frente al Parque La Libertad.
Teléfono: (504) 2216-5100
EXT. 101005
cac@unah.edu.hn
www.cac.unah.edu.hn
Discurso político del Estado
hondureño, 1840-1876
Por: Ezel Obed Hernández Gamero
109
Todos los derechos reservados / 2023
 ISSN: 2520-9779
Ardón, Eunice
gabriela.ardon@unah.edu.hn
euniceardon@gmail.com

El presente artículo aborda las revistas culturales de mujeres en Honduras,

divulgadas entre 1932 a 1962. Cada una de las publicaciones es analizada en su
particularidad para observar aspectos en común y diferencias entre cada una.
Tomando en cuenta las dimensiones materiales e inmateriales, se hace referen-
cia a aspectos técnicos y de contenido, junto al conjunto de intelectuales que
fueron parte de las publicaciones como fundadoras, directoras, colaboradoras
y distribuidoras.
Palabras claves: revistas culturales de mujeres, dimensiones materiales e inma-
teriales, intelectuales.

1. Licenciada en Historia con Maestría en Historia social y cultural por la Universidad Nacional
Autónoma de Honduras.
 introducción para finales del siglo XIX, en la Costa Norte Navas de Miralda en La Ceiba, Pan América
pudo darse una mayor publicación de medios (1944-1962) de Olimpia Varela y Varela en
La participación de las mujeres en la cultura impresa latinoamericana inició en
impresos gracias al desarrollo económico Tegucigalpa, Atenea (1944-1948) de Cristina
el siglo XIX, los primeros ejemplares aparecieron en Argentina con La Voz de la
que tuvo la región por su vinculación a los Hernández de Gómez en El Progreso y Mujer
Mujer en 1880 y en México con Violetas de Anáhuac entre 1888 y 1889. En
puertos y las bananeras. Como da a conocer Americana (1947-1948) del Comité Hondure-
Centroamérica, Vicenta Laparra de la Cerda (1831-1905) fue la primera directora
Rafael Heliodo Valle (1981), en el índice de ño de la Comisión Interamericana de Mujeres
al publicar el periódico La Voz de la Mujer en 1885 (Barrancos, 2020). El precio
imprentas y periódicos que abarca los años en Tegucigalpa, con la dirección de María
cómodo y la facilidad de distribución permitió que una mayor cantidad de personas
de 1868-1954, había una mayor cantidad de Trinidad del Cid.
accedieran a la heterogeneidad de escritos y autores que se encuentran en este
tipografías ubicadas en la Costa Norte que En este artículo parte de una inves-
tipo de publicaciones. Al mismo tiempo, al ser directoras mujeres, la participación
en el resto del territorio nacional. tigación más amplia y como se muestra a
de la letra femenina desde la poesía, el editorialismo, los artículos de opinión y la
correspondencia personal se hicieron visibles. Una segunda etapa de la participación continuación, cada una de las publicaciones
de las mujeres inicia en las primeras décadas son analizadas en algunos aspectos mate-
En el caso hondureño, la primera publicación conocida y firmada por una
del siglo XX, donde se observan publicacio- riales e inmateriales. Los cuales son según
mujer corresponde a Sofía Seyers en 1847, seudónimo utilizado por el sacerdote,
nes propias de organizaciones de mujeres, Alexandra Pita y María del Carmen Grillo

“
José Trinidad Reyes, en un escrito donde hace mención de la intelectualidad sobre
los primeros boletines, revistas y periódicos (2015): “-dimensiones presentes e indisociables-,
las mujeres diciendo:
dirigidos por mujeres, junto a un grupo cre- a través del estudio de los aspectos técnicos, de
ciente de editoras y colaboradoras. Durante contenido y aquellos que hacen a la conformación
...Dios en la repartición de los dones intelectuales no ha hecho diferencia entre los sexos,
las primeras décadas del siglo XX los panfletos de la geografía humana que da origen y sustenta

”
dándolos tan grandes y poéticos a las Steales, Genlis y Avellanedas, como a los Dumas, Sues
o volantes eran los medios utilizados por las la vida de estas publicaciones” (p.1).
y Lamartines...
mujeres para comunicar sus demandas. Las Dichas autoras proponen tres variables
(Ideas de Sofía Seyers, 1971, p.23). mujeres organizadas en diferentes comités para el estudio de las revistas culturales. La
femeninos publicaban sus propios órganos de primera es la dimensión material, que toma
Las palabras del Padre Reyes muestran cómo en Honduras en la primera
difusión el caso del Comité Central Femenino en cuenta aspectos técnicos como: formato,
mitad del siglo XIX, por parte de la elite nacional se practicaba la lectura o se
Unionista “Juan Rafael Mora” presidido por impresión, lugar, cantidad de números y
conocían escritoras como Madame de Genlis (1746-1830), quien se dedicaba
la profesora Visitación Padilla, comité que etapas, precio, venta, tirada y zona de difu-
a la escritura de novelas y la poetisa cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda
público su propio órgano de divulgación titu- sión. La segunda es la dimensión material
(1814-1873).
lado Juan Rafael Mora y La liga Antialcohólica e inmaterial con aspectos de contenido:
El Liberalismo presentó bases para el auge de la participación de las muje- de Mujeres con su medio de comunicación título y subtítulo, manifiestos, programas
res en la cultura impresa hondureña. La Reforma Liberal (1876-1880), efectuada Regeneración y Prosperidad (Villars, 2001). y notas editoriales, temas y problemas,
durante el gobierno de Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa, estableció por medio
Así mismo, la profesora Visitación ornamentación, publicidad y novedades. En
del Código de Instrucción Pública (1882) la educación de las mujeres a nivel
Padilla (1882-1960) fue editora del Mentor tercer lugar, está la dimensión inmaterial,
primario y secundario. También fue instituida la libertad de imprenta, necesaria
Hondureño desde 1914. Es hasta la década de observando la geografía humana en cuanto
desde el punto de vista liberal, como un instrumento para la modernidad de los
los años treinta que encontramos la primera al director, comité editorial y administración,
pueblos. Ambos factores fueron fundamentales para permitir una mayor parti-
publicación comprendida como revista cul- colaboradores, corresponsales y distribuido-
cipación de las mujeres en la cultura impresa como lectoras y escritoras en una
tural, con el título Alma Latina: por Honduras res, así como lectores y subscriptores (Pita
primera etapa.
por la Raza (1932-1937), bajo la dirección de y Del Carmen Grillo, 2015). En el presente
La historiadora Leticia de Oyuela (2001) menciona tres mujeres que publi- Graciela Bográn en San Pedro Sula. Para artículo son tomadas en cuenta el conjunto
caron en medios impresos entre 1882 a 1889, ellas eran: Adela Beatriz de Viada los años cuarenta fueron publicadas otras de intelectuales que fueron parte de las
en El Eco del Norte (1882), Antonia Romero en El Atlántico (1889) y Teresa Madrid revistas fundadas y dirigidas por mujeres, publicaciones como: fundadoras, directoras,
en El Diario (1889). Como se observa, los tres medios aludidos muestran que, La Voz de Atlántida (1941-1953) de Paca colaboradoras y distribuidoras.

8 9
 1. Alma Latina
por honduras
por la raza
(1932-1937)
Al ser una revista de mujeres, las imá-
genes que en ella fueron impresas, en su
mayoría corresponden a damas distinguidas
de la sociedad hondureña durante los años
de 1932 a 1937.
Con el mismo título habían sido publi-
La mayoría de los editoriales fueron
escritos por Graciela Bográn y tratan una
gran diversidad de temas. Entre los títulos
de los artículos, desde el primer número,
se observa la presencia del feminismo a
través de Gregorio Martínez Sierra, escritor
español. También, en los primeros números,
cadas otras revistas culturales en La Habana,
Alma Latina fue una revista publicada en la ciudad de San Pedro las páginas sirvieron para das a conocer
Cuba; Puerto Rico y Lima, Perú. En el caso
Sula, era ilustrada y con contenido de publicidad. Su directora fue Gra- las ideas de escritoras hondureñas como
de Alma Latina: por Honduras por la raza, el
ciela Bográn Rodríguez (1892-1994), quien se graduó como maestra en Argentina Díaz Lozano (1909-1999) sobre
nombre hace referencia a la teosofía y el
la Escuela Normal de Señoritas, compartiendo los años de estudio con “la mujer moderna”. Entre otros temas tra-
vitalismo. Graciela Bográn al estar vinculada
Varela, Rafaela Aviles, Julia Tosta, hermana del general Vicente Tosta y tados se encuentra el sufragio, mostrando
a las redes intelectuales del salvadoreño
Olimpia Varela y Varela, quien más adelante dirigiría otra publicación de las opiniones de la directora y fundadora
Alberto Masferrer publicó una de las revistas
mujeres, Pan-América desde 1945 (Barahona, 2016). Graciela Bográn, junto a representantes de
teosóficas centroamericanas. En el editorial
El primer número de Alma Latina es divulgado el mismo año en que del primer número fueron expresados los la intelectualidad hondureña como Olimpia
el general Tiburcio Carias Andino asume la propósitos y anhelos de la publicación: Varela y Varela (1899-1986) y Lucila Gamero
presidencia de Honduras a través de elec- de Medina (1873-1964). El debate
ciones en 1932 y fue dejada de publicar presente en la revista sobre el sufra-
cuando la dictadura recrudeció. La revista
...Será un órgano de publicidad guiado por nobles gismo en Honduras es ya analizado
era quincenal, con un precio inicial de
principios; un mensajero de fraternidad que aspira a por Rina Villars (2001).
número suelto de 30 centavos de Lem-
poner su humilde contingente en el engrandecimien-
La revista contaba con espacios
pira y la suscripción mensual constaba
to de nuestra amada Honduras. Nuestro programa
publicitarios para su mantenimiento,
de 60 centavos de Lempira, las agentes
es de civismo, difusión de cultura, acompañada
los cuales eran comprados en su
tenían derecho a un ejemplar de la
por el mejoramiento de la condición social de la
mayoría por personas de diferentes
revista y al 20% de comisión sobre el
mujer y por la protección de la infancia. Ante los
ciudades de la Costa Norte. Para
valor recaudado por suscripción, las
hondos y dolorosos problemas de la Patria, nuestra
poder seguir en publicación, también
agencias estaban presentes en las
palabra será de aliento, de esperanza, de armonía y
era vendida en diferentes lugares,
principales ciudades del país.
de confraternidad. Haciendo justicia a su nombre,
donde la mayoría de distribuidoras
Alma Latina procurará también un mayor entendi-
Esta publicación pasó de ser de eran mujeres, quienes también
miento entre los pueblos de la raza nuestra, sin que
quincenal a mensual, la suscripción participaban como colaboradoras;
por ello denigre otras razas. Urge una vinculación
por mes era de 0.30 centavos de entre las que resaltan: Ángela Ochoa
mayor entre los múltiples eslabones del hispanismo
Lempira y por año 3.00 Lempiras. Velásquez (directora de la revista
indoamericano, tendiendo puentes de avanzada
Para el extranjero, la suscripción entre enero a junio de 1935), Paca
sociabilidad que propicien el conocimiento mutuo y
por año era de $1.50 (oro ame- Navas de Miralda, Cruz Guillen de
el estímulo sano. Nuestro aplauso estará presto para
ricano). El total de números es Peña, Adela de Acosta, María Carlo-
el extranjero que venga a nuestro suelo trayéndonos
de 60, el último número de la ta Contreras de Fack, Juanita Zelaya,
progreso y cultura, y nuestro estímulo será franco
revista que se encuentra en entre otras, y la profesora Visitación
para todos los valores nacionales...
la Hemeroteca del Archivo Padilla quien leía la revista y tuvo
Nacional de Honduras (ANH) (Bográn, 1932, p.3). deseos de compartir sus escritos.
es de febrero de 1937.

10 11
 2. La voz de
atlántida
revista panamericana
El contexto en el que publicaba dichas palabras era el de la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945), para Paca Navas de Miralda,
era necesario fomentar la buena vecindad internacional y la unión
panamericana. En el aniversario número nueve de la revista escribió:

...La guerra con su cohorte de horrores ha traído siempre innovaciones de todo orden
a la humanidad. En el nuevo mundo, si bien es cierto que desde hace más de cincuenta
años ya se laboraba por un panamericanismo de relevantes proyecciones futuras, el
(1941-1953) movimiento alrededor de dicho credo iniciado en los últimos cuatro años, del cual nos
En 1935, la escritora y profesora hondureña hemos venido enterando al margen de nuestra labor difusora, adquiere día a día mayores
Paca Navas de Miralda (1886-1971) fundó el visos de intensificación, tal lo demuestra el empeño visible de numerosas asociaciones
semanario titulado La Voz de Atlántida, en La Ceiba periodísticas cuya actuación tiende a un entendimiento de mayores alcances y trascen-
departamento de Atlántida en la Costa Norte. dencia para los días venideros...
Este tenía un total de ocho páginas y el tiraje era (Navas de Miralda, 1941, párr.5).
realizado en La Imprenta Renacimiento, propiedad
de su esposo Adolfo Miralda. En 1941, el semanario
Para el mantenimiento de esta revis-
pasó a revista mensual con el nuevo nombre de La
ta panamericana eran ofrecidos espacios
Voz de Atlántida: revista panamericana. El título hace
publicitarios de empresas y productos de
referencia en primer lugar al departamento de Atlán-
diferentes lugares del territorio nacional.
tida, lugar donde Paca Navas de Miralda se trasladó a
Cada número de La Voz de Atlántida tenía
vivir junto con su esposo a principios del siglo XX.
un valor de 2.00 dólares por suscripción
Fueron doce años en los que Paca Navas de
al año, la venta era realizada en diferentes
Miralda trabajó como editora y redactora de su propia revista, en la cual
ciudades del país y el extranjero. Por medio
publicaba sus propios escritos y los de otras intelectuales hondureñas.
de la correspondencia se puede conocer
El subtítulo estableció que era una revista panamericana, explicando
donde era leída, las cartas eran enviadas
en uno de los editoriales, que este era un movimiento presente desde
desde Perú, Argentina, Estados Unidos,
finales del siglo XIX para lograr la unidad entre los pueblos americanos
Cuba, México, Chile, Colombia, Costa Rica
(1943, párr.4). Paca Navas de Miralda buscaba dar a conocer los ideales
y Bolivia, evidenciando que la distribución
del panamericanismo en su revista, explicando que la finalidad del perio-
era muy amplia.
dista es guiar a las multitudes, como manifiesta en un editorial de 1941:
Las revistas Latinoamericanas tuvie-
ron una gran propagación y esto permitió la
...Campo muy amplio corresponde al asiduo batallar del maestro, el escritor, el periodis- formación de redes intelectuales, como es
ta. Y este último, signado a ejercer con mayor empuje su actitud de orientar multitudes, el caso de La Voz de Atlántida con escritores
debe martillar con sus frases enchinadas de vigor moral y espíritu de justicia, en el áni- panamericanistas y feministas norteameri-
mo de las sociedades atrofiadas, bien por razones de tradición o pobreza mental, bien canas y latinoamericanas. En lo que respecta al territorio nacional, Retrato de Paca Navas
ofuscadas por los fuegos fatuos de las pasiones sectaristas, que han venido disociado la revista y su directora fueron parte de redes de escritoras entre
de Miranda, Óleo de
Mario Castillo (s/f).
la familia humana, y eslabonando en ominosa carrera de intransigencia, su cadena de las que se encuentran Ángela Ochoa Velásquez, María Trinidad del Colección de la UNAH
odios y rencores a lo largo de muchos siglos y generaciones... Cid, Herlinda de Zelaya, Gohía Isabel López, Olimpia Varela y Varela,
(Navas de Miralda, 1941, párr.5). Lucila Gamero de Medina, entre otras.

12 13
 3. Pan-América:
revista cultural de
ideología panamericana
La encuadernación de la revista
cambió en los años de su publicación, el
tipo de papel fue satinado durante algún
tiempo. La portada contenía en su parte
superior el título y el subtítulo: Revista cultu-
ral de ideología panamericanista. Durante toda
su edición el diseño de la tapa era de color,
(1944-1962) con el título de la revista en la parte superior,
en la parte reversa de la tapa se incluyó el
sumario de cada número. El índice muestra que
Olimpia Varela y Varela (1899-
esta no estaba dividida en secciones específicas,
1986), publicó y dirigió Pan-América:
exceptuando la sección epistolar que aparece en
revista cultural de ideología panamericana
casi todos los números. El promedio de las páginas
desde 1944 a 1962, al igual que la revis-
era de 40, variando según cada número. En la pági-
ta de Paca Navas de Miralda, partía de
na siguiente a la portada se encuentra el índice de
los ideales panamericanistas y en sus
temas y a continuación una fotografía de una dama
páginas participaron diferentes escrito-
distinguida con una breve exposición biográfica.
ras hondureñas y latinoamericanas. La
profesora María Trinidad del Cid (1947) Pan América fue impresa mensualmente, prime-
describió en una carta a Pan-América y a ramente, en El Progreso Yoro el año de 1944 y después
su directora de la siguiente manera: de 1945 hasta 1962 en Tegucigalpa. La publicación fue
definida como cultural y de ideología panamericanista,
como una revista cultural interamericana y al servicio de
...tribuna desde la cual ha dado a conocer los la mujer americana. Es así como su segundo aniversario
valores intelectuales femeninos hondureños con coincidió con el 14 de abril de 1946, día de las Américas y
una amplitud de espíritu, digna de todo elogio. en un editorial, Varela y Varela mencionó:
Es escritora de altos vuelos y una delicada poeti-
sa, maestra distinguida, franca y leal amiga...
(p. 11).
...En la fecha que simboliza la solidaridad de las
De las tres revistas estudiadas, esta es
la que salió al público durante más tiempo,
Américas... Pan-América celebra su segundo ani-
entre los años de 1944 a 1962. El precio versario de vida en las letras patrias. Un hábito de
del ejemplar fue de 0.30 treinta centavos
optimismo y de júbilo impele el paso con que esta
de Lempira, con la cantidad aproximada de
1.000 tirajes, trabajo realizado en la Imprenta revista marca el segundo jalón de su campaña cul-
Calderón de Tegucigalpa. La revista se financiaba gracias a
tural interamerican...
los compradores y suscriptores, además de esto se incluía
publicidad de una gran diversidad de servicios. La venta (1946 párra.1).
era realizada en diferentes lugares del territorio nacional y
contaba con agencias en varios países centroamericanos.

14 15
 La publicación buscaba mantenerse alejada de “las luchas políticas
partidistas de cualquier sección de América, concretándonos a laborar por un
mejor ejercicio del derecho y la justicia en la universalidad de hondureños”.
(Varela y Varela, 1946, p.40). Sin conocer el manifiesto de la publicación
que probablemente se publicó en el primer número, se interpreta que
4. Atenea: revista de ideología cultural, de variedades e información
(1944-1948)
Otra de las publica-
ciones de la Costa Norte
los fines de la publicación eran los mismos de la Sociedad Femenina Pan fue Atenea: revista de ideo-
América, fundada por Varela y Varela en 1946. Los ideales del grupo era logía cultural, de variedades e
luchar con denuedo hasta lograr el mejoramiento integral de la mujer en información. Dirigida por la
todos los aspectos de la vida; además de esto, buscaban otros objetivos, profesora Cristina Hernán-
según expone Olimpia Varela y Varela (1946): dez de Gómez (1900-1993),
en El Progreso, Yoro, desde
1944 a 1948. Lugar donde
...Convertirnos en apóstoles de la cruzada de amor, oponiéndonos a las fuerzas residió junto a su esposo
el Dr. Concepción Gómez
del mal, desatadas por el odio de los hombres en afán de poderío y expansión,
Núñez y sus hijos, antes de
pasiones que desatan guerra, el exterminio de las más grandes creaciones de la
establecerse en Costa Rica.
cultura y de la sangre de nuestros hijos. Esta labor de profundo sentido humano
Cristina Hernández de
será desarrollada en la revista Pan-América, tributo de honor, de dignidad patria
Gómez, realizó estudios en
de la mujer hondureña sabrá demostrar en toda hora, el espíritu blanco que anima la Escuela Normal de Seño-
su ideología dentro de la fraternidad continental... ritas, y en su vida como
(p.40) educadora se dedicó a
instruir a mujeres al fundar
en El Progreso, la Escuela
La directiva de la Sociedad Femenina Pan América estaba presi-
de Corte y Confección
dida por Olimpia Varela y Varela; como vicepresidenta Herlinda Rubí
Creation, donde enseñaba
de Zelaya; como vocales: Ángela Ochoa Velásquez y María Carlota
labores domésticas.
Contreras de Falck; secretarias: Carmelina Rubí de Moncada y María
Trinidad del Cid. (Varela y Varela, 1946, p.40). Quienes al mismo tiempo La revista era men-
se encuentran entre las principales colaboradoras de la revista y tam- sual y contenía publicidad,
bién participaban en otros medios impresos hondureños. De las revistas su nombre hace referencia
mencionadas en este artículo, fue la única que contó con redactoras a la diosa griega de la sabi-
extranjeras, Magdalena Spínola (1896-1991) de Guatemala y Josefa duría, Atenea. El subtítulo
Toledo de Aguirre (18661962) de Nicaragua. muestra que el contenido
abarcaba múltiples temá-
Entre otras colaboradoras y distribuidoras estaban: Rafaela Avilés,
ticas con colaboraciones
María Cristina Leiva, Adela de Lobo, desde La Ceiba; Mercedes Blanco,
de diferentes personas. La
Graciela Bográn, Cruz G. Peña, de San Pedro Sula; Lucila Gamero de
directora y fundadora de
Medina, de Danlí; Cristina Gómez y Mélida Fiallos, de El Progreso;
la publicación utilizaba el
Góhia Isabel López, de Potrerillos Cortés; Carlota Membreño, Isabel
de Weitnauer, Herlinda de Zelaya, Gregoria Martha García, Consuelo seudónimo de El Cisne de
Escorcia, Ubaldina E. de Esguerra, Victoria Rodríguez, Jesús Ucles S. Miztagró para firmar sus
Filomena Carias G. Rosinta T. Sánchez y otras más de la capital. escritos literarios, así fue
con su primera novela
16
titulada: La Vida y el Destino de
una Mujer. Dicho escrito fue
publicado en fragmentos en
el primer año de la revista,
de la cual no se encuentran
los números en la Hemero-
teca del Archivo Nacional de
Honduras.
La novela, según se
observa en los comentarios
hechos por los lectores, era
conocida dentro y fuera del
territorio nacional, a uno de
sus fieles lectores, el cubano
A. Pereira Alves, Cristina Her-
nández le respondió:
...Con el mayor gusto compla-
ceré los deseos del señor Pereira
que también son los míos y el
de los míos, y haré un sacrificio
para imprimir en la Tipografía
Atenea, el primer ensayo que
estoy haciendo en estilo novela...
estoy pendiente de la crítica
indispensable de los entendidos
y experimentados en el estilo
novela para enmendar errores
de fondo, pues belleza literaria
no hay, porque eso no soy ni
pretendo serlo...
(1945, p.12)
La Tipografía Atenea,
era propiedad de Cristina
Hernández de Gómez, desde
donde imprimía su revista y
uno de sus libros titulado:
Método de Corte y Confección
“Creation”, dirigido a mujeres
que buscaran mejorar sus
condición social y econó-
mica al emprender en la
confección de ropa; este era
vendido en El Progreso a un
costo de L. 5.00; contenía las
indicaciones e ilustraciones
para el aprendizaje de pren-
das de vestir para la mujer.
Posteriormente, en 1946
inició a imprimir y vender su
primera novela en formato de
libro, el cual era anunciado
en la revista y distribuido en
todo el territorio nacional.
La revista y su direc-
tora estuvieron vinculadas
a redes de escritoras hon-
dureñas como Paca Navas
de Miralda, Olimpia Varela y
Varela, quienes brindaron su
soporte al compartir los mis-
mos intereses y ocuparse de
publicar revistas culturales.
Así también, se encuentran
entre sus colaboradoras
María Trinidad del Cid, Cruz
Guillen de Peña, Herlinda
de Zelaya, María Carlota
Contreras de Falck, Fausta
Ferrera, Lucila Gamero de
Medina, Mercedes Laínez
de Blanco, Carmelina Rubí
de Moncada, Mélida Fiallos,
Margarita Vidal, entre otras.
17
 Su directora fue María Trinidad del Cid (1899-1966), nació en el departamento de Inti-

Mujer
bucá, sus estudios de primario los hizo una parte en El Salvador y otra en Honduras. Cuando
tenía 16 años ingresó a la Escuela Normal de Señoritas, entonces dirigida por la educadora
chilena María Orfilia Lagunas Vargas. Desde su juventud, sus estudios predilectos fueron la

Americana: historia y la geografía, la escritora Lucila Gamero de Medina la describió como:

...la única escritora biógrafa hondureña con que cuenta nuestro

(1947-1948) país, sí puedo afirmar que es la primera...
(1947, p.7)
En Tegucigalpa fue publicada Mujer
Americana, revista de corta duración, estuvo Al graduarse como maestra, empezó a dar a cono-
siendo impresa durante marzo de 1947 a cer sus escritos en los periódicos La Tribuna y el Amigo del
enero de 1948. Era un órgano de comuni- Hogar, usando el seudónimo de María Teresa. Colaboró
cación del Comité Hondureño Dependiente en la revista Vida, Regeneración, Antorcha, Archivo de la
de la Comisión Interamericana de Mujeres, Biblioteca Nacional de la Sociedad de Geografía e Historia
con sede en Washington. En la revista eran de Honduras, Educación, Honduras Rotaria y Foro Hon-
divulgados los fines de la Comisión, la cual fue dureño. Publicó los libros Vida Ejemplar de doña María
fundada por el escritor guatemalteco, Máximo Guadalupe Reyes de Carias y Bodas de Cristal del Liceo
Soto Hall (1871-1943). La idea fue que las muje- Hondureño. Formó parte del Instituto Hondureño de
res colaboraran con la Unión Panamericana, Cultura Iberoamericana, la Sociedad de Geografía
instituida por resolución de la IV Conferencia e Historia de Honduras, y la Mesa Redonda Pana-
Interamericana de 1919 en Buenos Aires. mericana, siendo presidenta del Comité Femenino
La revista contenía una sección jurídica donde se Hondureño de la CIM. (Mujeres Hondureñas…
exponía el derecho al sufragio femenino, sección pedagógica 1946, pp.83-84)
y la mayoría de las páginas eran dedicadas la Comisión Inte- En el primer editorial de la revista Mujer
ramericana e informes sobre los viajes de las delegadas a los Americana María Trinidad del Cid (1947), escribió:
diferentes congresos (labor también realizada por Olimpia
Varela y Varela en las páginas de Pan-América). La CIM bus- ...Os ofrezco las columnas de Mujer Americana, para que esta revista sea la urna sagrada donde
caba entre sus fines alcanzar los derechos civiles y políticos se deposite vuestro sentir y vuestro pensar. Mujer hondureña, hermana mía, no me dejéis sola en
de las mujeres, la junta directiva hondureña manifestaba esta cruzada, necesito de vuestro aliento y de vuestro esfuerzo. Las páginas de Mujer Americana
querer que la mujer tenga iguales oportunidades para ins- blancas están esperando la cosecha de vuestro cerebro y de vuestro corazón...
truirse y educarse, señalando los siguiente:
(p.3)

Al llamado respondieron varias hondureñas, en la revista participaron por medio de sus

...estamos convencidas de que el sistema de gobierno en los pueblos está hecho según
escritos Lucila Gamero de Medina, con una reseña biográfica sobre María Trinidad del Cid y
el criterio de los hombres y deseamos integrarnos inteligentemente para que nuestro
otro sobre apuntes biográficos de varias escritoras hondureñas; la abogada Alba Alonzo de
concurso redunde en beneficio de las colectividades...
Quezada publicó un análisis sobre la situación jurídica de las mujeres en Honduras. Además de
(Respuesta al mensaje… 1947, p.14)
ellas, el Comité estaba formado por Carmelina Moncada, Olimpia Varela y Varela, Elvira de Diaz
Medina, Jesus Ucles Santos, Herlinda Zelaya, Juanita López Pineda, Ramona de Ponce, Estela
de Pineda y Alma Hernández (Directiva del Comité Femenino Hondureño, p.31. 1947, n.1)

18 19
 CONCLUSIÓN BIBLIOGRAFÍA
La participación de las mujeres Barahona, M. (2016) Mujeres, Ideas de Sofía Seyers (1971). Anales
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además eran distribuidas en el extranjero por suscripción. Honduras: Editorial Guaymuras.

20 21
 Aunque la cerámica del oriente de Honduras ha sido descrita en ocasiones
como notablemente homogénea en toda la región, investigaciones recientes
señalan variaciones intrarregionales en cuanto a los conjuntos cerámicos y lo que
representan en términos de interacciones intra e interregionales. La identificación
del grupo cerámico conocido como Chichicaste ha contribuido a señalar una mayor
diversidad de tradiciones cerámicas en el oriente de Honduras, así como a reco-
nocer más matices en las interacciones intrarregionales. Nuestro análisis cerámico
del Valle de Jamastrán, en el sureste de Honduras, señala la importancia de seguir
buscando una comprensión más fina del rol de la cerámica Chichicaste en términos
de interacciones dentro del oriente de Honduras y otras áreas vecinas.

1. Eva Martínez es Licenciada en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Master en
Autora: Eva L. Martínez
1 Antropología con especialidad en Arqueología por Northern Illinois University y Doctora en Antropología con
especialidad en Arqueología por la University of Pittsburgh actualmente se desempeña como coordinadora de la
carrera de Antropología de la UNAH.

ISSN: 2520-9779
Martínez, Eva. UNAH
emartinez@unah.edu.hn

22 23
 J
El Polícromo Chichicaste: Beaudry-Corbett (1995)
características y distribución ha identificado cuatro grupos

El Valle de diferentes que comprenden los

amastrán
El valle de Jamastrán está alimentado por el drenaje de
Guayambre, formado por los ríos El Hato y San Francisco, que fluyen
hacia el norte, y el río Los Almendros, que fluye hacia el sur. El río
Guayambre se une al Guayape, formando el río Patuca, el segundo
más largo del país, que atraviesa el este de Honduras conectando
el valle de Jamastrán con las regiones de Olancho y La Mosquitia.
Al este, el valle colinda con parte del centro-norte de Nicaragua.
En el norte-centro de Nicaragua, la amplia distribución de cerámica
relacionada con Usulután y el Grupo Sulaco y las altas cantidades
de obsidiana de Güinope muestran una conexión muy cercana con
el centro y sureste de Honduras (Sheets et al. 1990, Salgado 1996).
(Mapa 1: Valle de Jamastrán)
Mapa 1: Valle de Jamastrán. (Sheets et al. 1990, Salgado 1996).
Un total de 239 unidades de recolección
Polícromos Chichicaste: Lineales;
sistemática fueron registradas a través del estu-
Zonados, Pintados e Incisos; Rojo
dio regional. En esas colecciones sistemáticas, la
Granate (Bícromo y Trícromo); y
cerámica y la obsidiana fueron los materiales más
Grupo Geométrico. Basándonos
comunes; aunque se recuperaron otros artefac-
en el tratamiento de la superficie,
tos líticos. De 114 unidades de recolección, que
las formas y los atributos de la
equivalen a 49 asentamientos prehispánicos, se
pasta, identificamos los grupos
obtuvo información que permitió conocer su
Rojo Granate y Geométrico de
ubicación cronológica; sólo estas colecciones se
nuestra muestra (Fotos 2 y 3:
incorporaron a nuestro análisis (Martínez 2016,
Chichicaste, tiestos recuperados
2018, 2019).
en prospección arqueológica
Con el fin de identificar los tipos cerámi- Valle de Jamastrán). Debido a la
cos y obtener dataciones relativas para nuestras presencia de tiestos altamente
unidades de recolección, los artefactos recupe- erosionados, en la mayoría de los
rados en el Valle de Jamastrán se compararon casos tuvimos que basarnos en la
con cronologías bien establecidas para diferen- identificación de las formas para
tes regiones. Se prestó particular atención a las lograr una clasificación.
tipologías desarrolladas para la cerámica del este
Las características de los
de Honduras (Véliz 1966, 1978, Healy 1993,
grupos Chichicaste identificados
Viel y Begley 1992, Beaudry-Corbett 1995).
en el Valle de Jamastrán fueron
Nuestro análisis siguió el sistema estándar de
las siguientes1:
tipo-variedad-modo ampliamente usado para
estudiar la cerámica en Honduras (Henderson y
Beaudry-Corbett 1993).
El análisis de laboratorio confirmó lo que
habíamos observado durante el trabajo de cam-
po; es decir, una proporción significativa (28%)
de las cerámicas recuperadas en Jamastrán
forman parte del, relativamente, recientemente
identificado Policromo Chichicaste (Foto 1:
Polícromo Chichicaste). Comparamos nuestras
muestras con las colecciones analizadas por
Beaudry-Corbett (1995) y usamos su clasifica-
ción como base para la nuestra con respecto al
material Chichicaste.
Cerámica Chichicaste. Colección
IHAH Fotografía Unidad de Regis-
tro y Control, IHAH.
1. Descripciones con base a Beaudry-Corbett 1995

24 25
 ROJO GRANATE: (Bícromo y Trícromo)
• Forma con soportes: Cuencos poco profundos.
• Formas sin soportes: cuencos (bordes ligeramen-
te curvados a muy estrechos), jarras globulares
(cuello alto y recto).
• Soportes: cónicos huecos-grandes
• Diseños: motivos geométricos simples y más
complejos, motivos de representación (pájaros y
murciélagos), diseños geométricos complejos en
las bases interiores.
• Técnica: pintura naranja y rojo oscuro sobre engo-
2.
be naranja, uso de puntos rojos en el exterior de
la banda naranja ondulante, diseño rojo rectilíneo
con relleno de naranja.
• Comparación estilística: Este grupo parece repre-
sentar una tradición estilística que se extiende
desde el occidente de Honduras (Cancique
Bícromo y Polícromo), Nicaragua (Caucalí Rojo
sobre Naranja) y El Salvador (Machacal Pintado
Morado).
GRUPO GEOMÉTRICO:
• Formas: todas las representadas en el Grupo Rojo
Granate con excepción de los platos sin soporte.
• Decoración: motivos tanto geométricos como
representativos.
• Comparación estilística: Grupo Sulaco (distribui-
do por el bajo valle de Ulúa, Comayagua, lago de
Yojoa y la región Sulaco-El Cajón).
El Grupo Geométrico Chichicaste ha sido
clasificado como parte del Grupo Cerámico Sulaco.
3.
El Grupo Sulaco (anteriormente conocido como
Bold Geometric) junto con los Polícromos Ulúa son
dos de las tradiciones cerámicas más conocidas
del centro de Honduras, que inician alrededor del
Foto 2 y 3: Chichicaste, 400-600 d.C. Este es un período de reconocida
tiestos recuperados en intensificación de las interacciones interregionales
prospección arqueológica
en Honduras, especialmente entre las comunidades
Valle de Jamastrán.
26
del centro y occidente del país. Entre el 600
y alrededor del 1000 d.C., los policromos
Sulaco y Ulúa se convirtieron en bienes con
un consumo aún más extendido.
Aunque los “equivalentes” del Grupo
Sulaco, incluido el Grupo Chichicaste han
sido identificados en Honduras, diferentes
líneas de evidencia indican que se trata de
una tradición cerámica local (Beaudry-Cor-
bett 1995). Beaudry-Corbett (1995, 1997)
ha descrito ampliamente las diferencias
fundamentales entre los Grupos Sulaco y
Chichicaste en términos de composición,
“design program” (diseño del programa esti-
lístico) y repertorio de formas. La colección
Chichicaste analizada por Beaudry-Corbett
sugiere que estos polícromos comparten
características formales, como los motivos
decorativos y el uso del espacio pictórico, con
tradiciones cerámicas de regiones vecinas
del sur y del norte; sin embargo, Chichicaste
es una tradición desarrollada localmente que
“aceptó influencias de culturas foráneas y adaptó
estas formas representacionales de acuerdo con
sus propios requerimientos” (Beaudry-Corbett
et al. 1997: 58).
Se han recuperado policromos Chichi-
caste del sitio arqueológico Aldea de Talgua,
en el valle de Olancho, al este de Honduras.
La aldea de Talgua parece haber tenido un
único período de ocupación, fechado en
el período Clásico Tardío, basándose en el
análisis estilístico de la cerámica. La datación
absoluta confirma la ubicación cronológica,
proporcionando una fecha radiocarbónica
calibrada de 780-885 d.C. En el Valle de
Culmí, Olancho, Begley (1999) reportó la
presencia de tiestos altamente erosionados
con una textura de pasta “chalky” (caliza o
calcárea). La pasta calcárea es similar a la
cerámica erosionada de los Policromos Chi-
chicaste (Gómez comunicación personal en
Begley 1999:127). Según Begley (1999:154),
los tiestos “chalky” son tan “similares en todo
su rango (desde el Valle del Aguán cerca de
Trujillo, hasta Chichicaste, hasta el Valle de
Culmí) que se puede sugerir un área de manufac-
tura más pequeña” dentro de la región oriental
del país. La comparación de diferentes episo-
dios de erosión de tiestos, de colecciones del
Polícromo Chichicaste del este de Honduras
y Jamastrán, vis a vis formas identificables de
Chichicaste (específicamente soportes) nos
llevó a confirmar la identificación de tiestos
“chalky” como parte de los Grupos Rojo Gra-
nate y Geométrico.
En el norte de Nicaragua, los “equi-
valentes” del Grupo Sulaco han sido
identificados como Caucalí Rojo sobre
Naranja y Las Tapias Trícromo; sin embargo,
es probable que estos tipos puedan ser parte
del Policromo Chichicaste. Esta afirmación se
basa en el análisis fotográfico y la descripción
de la pasta (Espinoza et al. 1996:91-93), por
lo que es necesario un análisis comprehen-
sivo de estos tipos cerámicos para confirmar
esta propuesta. Verificar la identificación de
Polícromos Chichicaste nos permitiría reexa-
minar las interacciones interregionales entre
el centro y el este de Honduras, así como la
relación entre las comunidades del este de
Honduras y el norte de Nicaragua.
Tanto Caucalí Rojo como Las Tapias
Trícromo han sido recuperados en excavacio-
nes en la región de Las Segovias y fechados
entre 600 y 800 d.C. aproximadamente.
No hay evidencia de producción cerámica
local de esos tipos cerámicos en el norte de
Nicaragua, según las publicaciones conocidas
sobre la región (Espinoza et al. 1996).
27
 La Cerámica Importada
del Valle de Jamastrán
La cerámica recuperada durante la
prospección sistemática del Valle de Jamas-
trán se utilizó fundamentalmente como
marcador temporal e indicador de contactos
externos. La mayor parte, alrededor del
71%, del material cerámico registrado es de
fabricación local mientras que el resto es
importado (Mapa 2: Comunidades con más
de 25% de cerámica importada en el Valle
de Jasmastrán). De la cerámica importada,
el 99% pertenece al Grupo Chichicaste y el
1% del Polícromo de Ulúa. Las variedades
identificadas de policromos Chichicaste en
el Valle de Jamastrán son: Rojo Granate y
Geométrico, las cuales han sido fechadas
entre 600-900 d.C. El Rojo Granate com-
parte similitudes estilísticas con el Grupo
Cancique del centro de Honduras y el
Geométrico también está estrechamente
relacionado con las cerámicas del drenaje
del rio Sulaco (región de El Cajón) en el cen-
tro de Honduras.
Según Beaudry-Corbett (1995:5-12)
aunque los polícromos de Chichicaste
han sido relacionados con las tradiciones
cerámicas del centro de Honduras, estos
constituyen un desarrollo local, conclusión
sugerida por su análisis formal e iconográ-
fico. Una característica de los polícromos
Chichicaste es que la imagen pictórica
principal está pintada en el interior de las
vasijas, una disposición espacial compartida
con las tradiciones cerámicas de Costa Rica
y la cerámica maya del Clásico Tardío. Las
28
imágenes antropomorfas y zoomorfas, en
particular los motivos saurios, se asemejan
a las de tradiciones contemporáneas de
Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Honduras
central y occidental. Por otra parte, los
polícromos Chichicaste presentan similitu-
des en las formas de las vasijas con algunos
ejemplos del Ulúa Polícromo. Sin embargo,
la composición de los motivos y sus usos
para formas cerámicas particulares, indica
una tradición local con “sus propias reglas
internas, estructura narrativa y contenido”
(Beaudry-Corbett 1995:14). Otras líneas
de evidencia, como la presencia de hornos,
cerámica descartada y otros desechos de
producción, indican que los policromos
Chichicaste fueron manufacturados en el
sitio de Chichicaste, en el Valle de Telica,
Olancho (Beaudry-Corbett 1995.
Como se ha señalado, otro marcador
cerámico importante recuperado en el Valle
de Jamastrán es el Policromo Ulúa (Beau-
dry-Corbett y Henderson 1993, Joyce 1986,
1991), registrándose tiestos pertenecientes
al Grupo Rojo. Este Grupo cerámico se
produjo por primera vez en el Valle de Ulúa
alrededor del 500-600 d.C., ampliando su
ámbito de distribución alrededor del 1000
d.C. La evidencia del Valle de Culmí en el este
de Honduras y la región de Las Segovias indi-
ca que este tipo de cerámica se recupera de
contextos que datan de alrededor del 600-
800 d.C. (Begley 1999, Espinoza et al. 1996).
Cronología cerámica del
Valle de Jamastrán
Mediante la prospección arqueológica en el Valle de Jamastrán también
se registró cerámica con motivos puntuados e incisos (.7% de la muestra). Los
tipos cerámicos puntuados e incisos recuperados en el valle son similares a
los tipos recuperados en el norte de Nicaragua y otras áreas de la antigua
Honduras; especialmente a Guiguilisca Inciso, que comparte similitudes
estilísticas con Masica Inciso. En el norte de Nicaragua Guiguilisca Inciso
está fechado para la fase Casa Blanca (600-800 d.C.), y Masica Inciso en la
región de El Cajón ha sido fechado para la fase Sulaco Medio (600-800 d.C.).
Nuestro análisis sugiere que los tiestos puntuados e incisos recuperados en
Jamastrán son de manufactura local.
El análisis del material cerámico encontrado en el Valle de Jamastrán
indica que la ocupación prehispánica tuvo lugar entre los años 600-900/1000
d.C. Esta ocupación relativamente tardía y corta es paralela a la historia de
ocupación observada en el valle de Culmí y el drenaje de Talgua (Begley 1999,
Beaudry-Corbett 1995), así como en la región de Las Segovias en el norte de
Nicaragua (Espinoza et al. 1996).
Cerámica Chichi-
caste. Colección
IHAH Fotografía
Unidad de Re-
gistro y Control,
IHAH.
29
 Interacción interregional en
la Honduras prehispánica
La amplia distribución de materias
primas y artículos terminados en el registro
arqueológico de la Honduras prehispánica ha
estimulado el interés académico en diferentes
aspectos de las redes e interacciones comer-
ciales interregionales; de hecho, explorar la
naturaleza y operación de las interacciones
interregionales ha sido uno de los principales
objetivos de investigación en el país (e.g.,
Baudez 1973, Henderson 1977, 1978, 1988,
Healy 1984, 1992, Joyce 1986, Schortman et
al. 1986, Ashmore 1987, Schortman y Urban
1987; Dixon 1989, Schortman y Urban 1991,
Hirth 1992, Begley 1999).
Cerámica Chichicaste. Colección La investigación arqueológica en el
IHAH Fotografía Unidad de Registro
oriente de Honduras sugiere que las socie-
y Control, IHAH.
dades prehispánicas participaron en redes
de intercambio inter e intrarregionales
(Healy 1974, 1978, 1992, Hasemann 1992,
Beaudy-Corbett 1995, Begley 1999, Den-
nett 2007, Winemiller y Ochoa-Winemiller
2009). La cerámica ha sido el indicador
más confiable para el análisis de la
interacción social en el oriente
de Honduras. Aunque esta
se ha descrito como nota-
blemente homogénea
en toda la región (Begley
1999:152), investigaciones
recientes apuntan a varia-
ciones intrarregionales con
respecto a los conjuntos cerá-
micos y lo que representan en
términos de interacciones intra-
rregionales (Beaudry-Corbett
1995, Begley 1999, Winemiller y
Ochoa-Winemiller 2009).
30
Los datos derivados de la investigación arqueológica en los sitios de
Chichicaste y Dos Quebradas (Beaudry-Corbett 1995, Gómez Zúñiga 1995,
Winemiller y Ochoa-Winemiller 2009), han proporcionado más información
sobre la producción y el intercambio de bienes, a saber, la cerámica, en algu-
nas zonas del este de Honduras. El sitio de Chichicaste muestra evidencia de
producción de policromos Chichicaste, distribuidos ampliamente en el este
del país, como lo indica la evidencia recuperada en diferentes asentamientos
prehispánicos en el Valle de Culmí (Begley 1999), en el drenaje de Talgua
(Beaudry-Corbett 1995), el sitio de Dos Quebradas en el Valle de Telica
(Winemiller y Ochoa-Winemiller 2009) y del 80% de los asentamientos en el
Valle de Jamastrán.
La relación entre la comunidad productora de cerámica de Chichicaste
y el asentamiento central de Dos Quebradas necesita ser analizado para para
explorar los procesos de producción y distribución de los policromos Chi-
chicaste en otras áreas del este de Honduras. ¿Las élites de Dos Quebradas
controlando la producción y/o distribución de policromos Chichicaste? ¿Los
policromos Chichicaste constituyen símbolos de la “elite etiquette” (etiqueta
de la élite) de algunas áreas del oriente de Honduras? Sólo una mayor investi-
gación en el Valle de Telica y el oriente del país podrá ayudarnos a responder
estas preguntas.
Basándose en la distribución de la cerámica Chichicaste en la región
de Olancho y en el análisis formal de estas policromías, Beaudry-Corbett y
otros arqueólogos (Beaudry-Corbett et al. 1997:58) señalan que la sociedad
que producía e intercambiaba la cerámica Chichicaste pudo haber sido una
“entidad política independiente que tuvo conexiones a largo plazo, probablemente
de naturaleza económica, con culturas extranjeras de Mesoamérica y la Baja Amé-
rica Central”.
Si los policromos Chichicaste fuesen de hecho evidencia de intercambio
entre élites en el este de Honduras, es probable que algunos aspirantes a líderes
locales en el Valle de Jamastrán estuvieran participando en tales interacciones
con el fin de reforzar su estatus político o ganar prestigio social. Del mismo
modo, la presencia de policromos Chichicaste en el valle de Jamastrán podría
reflejar la presencia de estrategias de prestigio de las élites de Dos Quebradas.
La leve correlación positiva (r=.531, p=.003) entre tamaño de los asentamientos
y la proporción de cerámica Chichicaste en Jamastrán podría ser el resultado
de una combinación de estrategias de aprovisionamiento que podrían incluir la
redistribución de cerámica importada de los asentamientos más grandes a las
comunidades vecinas más pequeñas, o el acceso relativamente directo de la
mayoría de las comunidades del valle a la cerámica Chichicaste.
31
 Conclusiones:
La evidencia cerámica de Jamastrán
indica que los habitantes del valle estaban
involucrados en interacciones con comu-
nidades del valle de Telica en Olancho.
Consideramos que las distribuciones dife-
renciales de cerámica importada en el valle
indican un acceso correspondientemente
diferencial a interacciones e intercambios
externos. Es probable que la variada distri-
bución de cerámica Chichicaste en el valle
pudiera ser el resultado de una combinación
de estrategias de aprovisionamiento en el
valle, actuando independientemente, pero
operando de manera simultánea en la región.
Algunos arqueólogos han señalado que
tanto en el noreste como en el este de Hon-
duras no se movilizaron grandes cantidades
de productos a través de intercambios inte-
rregionales con el centro-oeste de Honduras
(Healy 1992, Begley 1999). También se ha
sugerido que, en el noreste de Honduras, al
igual que en Olancho, el intercambio inte-
rregional de mercancías con las sociedades
del centro-occidente de Honduras no fue
un factor determinante en el desarrollo de la
complejidad sociopolítica de la región.
Las investigaciones arqueológicas en
Dos Quebradas y Chichicaste apuntan a un
mayor grado de intercambio de mercancías
con el occidente y centro de Honduras que
lo observado para otras áreas del oriente
hondureño. Las investigaciones en el Valle
de Telica sugieren que la obsidiana era una
mercancía importante en la región, y que
los habitantes de Dos Quebradas tenían
acceso a obsidiana de fuentes distantes del
32
occidente de Honduras, Guatemala y el Alti-
plano Central Mexicano. Los resultados de
la investigación en Dos Quebradas no han
enfatizado el papel de las interacciones inte-
rregionales en términos de contribuir a la
complejidad social en la región (Winemiller y
Ochoa Winemiller 2009). Más investigación
en el Valle de Telica contribuirá a nuestra
comprensión del papel de la producción
artesanal y la participación de las élites en
su distribución. Nuestros datos del Valle
de Jamastrán sugieren que la interacción
con esa región fue directa y aparentemente
constante.
Mientras que los lugares centrales
emergentes en el noreste de Honduras y el
Valle de Culmí participaron de manera más
bien marginal en las bien establecidas redes
de intercambio de mercancías del occidente
y centro de Honduras, los centros emer-
gentes en el Valle de Telica parecen haber
estado más directamente involucrados
en esas redes. Nuestros datos actuales no
apoyan la idea de que las interacciones inte-
rregionales entre comunidades jerárquicas
nacientes en el Valle de Telica y cacicazgos
bien establecidos del centro-oeste de
Honduras proporcionaron la base para la
formación de la complejidad social en
áreas del este de Honduras. Sin embargo,
la interrupción de las redes de intercambio
en el centro-oeste de Honduras, debido a
los cambios políticos, pudo haber tenido un
impacto en la dinámica social local del Valle
de Telica y otras áreas del este de Honduras,
incluyendo el Valle de Jamastrán.
Es probable que los procesos de des-
centralización sociopolítica observados en
áreas del centro-occidente de Honduras alre-
dedor del 800-1000 d.C. afectaran el paisaje
económico y político de áreas del oriente de
Honduras donde el contacto interregional
era más constante y directo. El abandono
de centros en el Valle de Telica y el Valle
de Jamastrán podría estar relacionado con
un proceso más generalizado de segmen-
tación económica y dispersión poblacional
vinculado a reordenamientos sociopolíticos
panregionales. Por otro lado, esta crisis
política en el centro-occidente de Honduras
tuvo un impacto mínimo en el noreste de
Honduras, donde las comunidades mantuvie-
ron una interacción marginal con los sistemas
políticos del centro-occidente.
La ocupación tardía del valle de
Jamastrán coincide con otras regiones del
oriente de Honduras (los valles de Culmí y
Telica, el drenaje de Talgua y el noreste de
Honduras). Visto dentro de esta región más
amplia, las incipientes diferencias sociales
encontradas entre las comunidades del
Valle de Jamastrán parecen tener sentido
si se entienden como parte de un sistema
político y económico más amplio, que pudo
haber tenido su centro en el Valle de Telica.
Solamente el avance de las investigaciones
arqueológicas en el oriente de Honduras
nos permitirá abordar estas inquietudes.
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35
 ISSN: 2520-9779
Lara Pinto, Gloria. UPNFM
larapinto2003@yahoo.com

Autora: Gloria Lara Pinto1

El registro del patrimonio intangible, En este trabajo se hace un somero recorrido

específicamente de la tradición oral de
Tegucigalpa y Comayagüela, es una tarea
pendiente que tiene que ver con usos sociales
en el ámbito de las celebraciones religiosas,
producción artesanal, la gastronomía y, en
general, la organización de la vida cotidiana.
La generación de capitalinos y avecindados
de la segunda mitad del siglo XX aún mantie-
ne la memoria de estos saberes y prácticas
y, en algunos casos, la trasmisión ha sido
efectiva tal cual sucede con el gusto por los
dulces tradicionales, en especial del “dulce
de leche” en sus variadas recetas, al natural
o combinadas con otros ingredientes que le
agregan sabor, color o forma característica.
que inicia con las evidencias de la milenaria
domesticación de la caña de azúcar, las
estrategias utilizadas para implantarla en las
colonias españolas americanas, el registro
histórico regional y local sobre su cultivo y
la pervivencia de la tradición dulcera en el
imaginario colectivo basada en la afectividad
y el gusto desarrollado por estos postres
básicamente de elaboración casera. Queda
claro también que falta mucho por escudri-
ñar y que habrá que recurrir a los archivos
para profundizar sobre el tema.
Palabras clave: Patrimonio intangible, dulcería
tradicional, producción artesanal, imaginario
colectivo.

1. Gloria Lara Pinto es antropóloga y realizó sus estudios en la Universidad de Hamburgo en donde obtuvo su
doctorado en 1980. Ha trabajado para el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (1980-1994) y la
Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán desde 1984 en el Departamento de Ciencias Sociales; es
Fotografía de Grecia Osorio.
fundadora de ICOMOS Honduras y actualmente presidenta de la Comisión Ciudadana para el Centro Histórico
del Distrito Central.
36 37
 Introducción
El registro del patrimonio intangi-
ble de nuestro país, en general, muestra
muchos y serios vacíos e igual suerte corre
la capital, o en términos más modernos el
Distrito Central, constituido por dos anti-
guos asentamientos prehispánicos, que a
partir de mediados del siglo XVI separaron
sus vocaciones, uno para continuar siendo
un pueblo de indígenas hasta bien entrado el
siglo XIX -Comayagüela- y las tierras de pan
llevar y el otro para convertirse en el punto
de anclaje de la explotación minera española
y posterior sede administrativa –Tegucigalpa
(ver Lara Pinto 2011). Los viajeros del siglo
XIX aportaron algunas imágenes de la vida
cotidiana de este poblado que reflejan el
magnetismo ejercido por el río Grande o
Choluteca (ver Wells 1960), pero que nos
dejan con el deseo de ver más a través de
los ojos de estos testigos oculares. Algunos
esfuerzos modernos se han realizado para
documentar la memoria oral de la ciudad
capital (ver Becerra 2004), muchas de cuyas
prácticas están asociadas con el santoral
católico (ver Oyuela 1995), razón por la
cual han sobrevivido el último siglo. Sin
embargo, otros usos sociales y las técnicas
artesanales tradicionales, más allá del ámbito
constructivo, han sido mantenidos más bien
precariamente por la tradición oral aún viva
en la generación nacida a mediados del siglo
XX. En el campo de la gastronomía tradicio-
nal se cuenta con algunas contribuciones de
cobertura general (Valle 2002; Lara Pinto
2014), pero falta explorar los postres caseros,
en especial los dulces, los que son ejemplo
de una tradición que ha salido del ámbito
Fotografía de Grecia Osorio.
doméstico –incluyendo aquí- la dulcería de
38
venta callejera que también ha sido elabo-
rada por mujeres en sus propias cocinas- al
comercial de partida (venta masiva en cruces
de calle), también ofrecido en los pequeños
comercios de barrio o pulperías, a la oferta
de estantería (en pequeños locales o vitrinas
en centros comerciales). La venta comercial
ha dejado de lado los postres de consistencia
suave de difícil conservación o manipulación,
con lo cual algunos están corriendo el riesgo
de caer por completo en el olvido. Por cierto,
se hace necesaria una aclaración sobre el
vocablo “postre”, que al decir de la Real Aca-
demia Española es fruta o dulce servido al final
de una comida, no obstante, algunos postres
incluyen algún tipo de masa de trigo, arroz o
maíz, por lo que se hará un esfuerzo en este
escrito de centrar la discusión en aquellos en
que los derivados de la caña de azúcar son
un componente esencial.
Cabe aquí repetir la definición patri-
monio intangible de la Convención para la
Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial de
la UNESCO (París, 2003) en referencia a los
“usos, representaciones, expresiones, conoci-
mientos y técnicas -junto con los instrumentos,
objetos, artefactos y espacios culturales que les
son inherentes- que las comunidades, los grupos
y en algunos casos los individuos reconozcan
como parte integrante de su patrimonio cultu-
ral”. Sin embargo, para “reconocer” primero
hay que “conocer” y en el caso de la gastro-
nomía, aplicada aquí a la producción dulcera
tradicional se requiere al primer mordisco
saborear el perfecto balance entre azúcar y
leche o fruta más las especias (canela, clavo
de olor, pimienta gorda, anís) que aromati-
zan un dulce en particular.
39
 Brevísima historia de la fuerza animal, cuyo lugar de invención

caña de azúcar
es incierta (Pérez Vidal 1973:64-65),
aun cuando se ha popularizado que
fuera en Sicilia a mediados del silgo XV
(Deers 1949 en Ruskanda y Ridwan
De la caña de azúcar se decía en el Siglo XVIII que crecía en 1994:142; ver también Azcoytia 2011).
lugares inundados de una y otra India y en España se cultivaba en los El azúcar hecho del jugo de caña llegó
territorios de Gandía, Valencia, Málaga, Motril y otras partes de Andalucía; a Inglaterra en pequeñas cantidades
en cuanto a sus propiedades, se agregaba que la sal esencial de esta a partir del año 1100 d.C., pero no se
planta llamada azúcar es saponácea, edulcorante, relaxante, pectoral, volvió común hasta a partir de 1650 y
vulneraria, antiséptica y nutritiva (Linneo 1784:338). De ahí que su para 1900 era parte de la dieta de las
nombre científico -Saccharum officinarum- refleje su uso medicinal familias trabajadoras (Mintz 1996:13
para cataplasmas (vulneraria); relajante; para aliviar la tos y las moles- y 27). Así, hasta mediados de 1800 el
tias del pecho (pectoral); prevención de las infecciones (antiséptico); azúcar en bruto no centrifugado fue el
además de sus propiedades jabonosas (saponácea) o como medio principal endulzante comercial cuando
para dar sabor dulce a los alimentos (edulcorante). De lo anterior se se introdujeron nuevos equipos y
desprende que el azúcar fue utilizado en las boticas, antecedentes métodos y para finales del siglo XIX el
de las modernas farmacias, en donde se preparaban medicamentos azúcar crudo había perdido su valor de
artesanalmente. comercio, quedando confinado a las
Se ha establecido que la caña de azúcar fue domesticada en operaciones en pequeña escala y de
Nueva Guinea alrededor del 8000 a.C. e inició su migración hacia poca inversión de capital (Ruskanda y
el este hace unos 6000 a.C. a través de Micronesia hasta Hawai Ridwan 1994:142), propio de las socie-
y, al mismo tiempo, en dirección oeste hacia la India y luego hacia dades rurales de la época. Todavía hoy,
China, Persia, el Medio Oriente hasta alcanzar el Mediterráneo la forma más rudimentaria de proveer
(Artschwager y Brandes 1958 en Ruskanda y Ridwan 1994:141). En un endulzante es la “rapadura”, “pane-
efecto, de las seis especies conocidas del género Saccharum, cuatro la” o “tapa de dulce”, como se le llama
parecen haber sido domesticadas, siendo Saccharum officinarum L. la en Honduras a los panes o pilones
más importante (Artschwager y Brandes 1958 en Mintz 1996:47). En elaborados directamente del jugo her-
la más antigua gramática del sánscrito se menciona el uso del azúcar vido de la caña de azúcar. Por último,
en diferentes alimentos entre el 400-350 a.C., mientras que el mundo la centrifugación del azúcar en bruto
romano conoció el azúcar alrededor del año 100 d.C. (Forbes 1957 en permitió la separación de las mieles,
Ruskanda y Ridwan 1994:141). Dados estos antecedentes, no es de mejor conocidas como “melaza”, la
extrañar que las raíces etimológicas de la palabra azúcar se remonten materia prima para la producción de
al vocablo sánscrito sarkara, que significa “grava” o “polvo” (Mintz destilados o bebidas alcohólicas (ver
1996:49). Pero en realidad fue la expansión árabe de los siglos VII y Campoamor 1993).
VIII la que difundió el cultivo, la tecnología de producción y el gusto
por los alimentos endulzados con azúcar en el Mediterráneo, Sicilia,
Chipre, Malta, Rodos, Marruecos y España. Se trataba, al parecer, de
una producción artesanal para el consumo local que fue revolucionada
Elaboración de rapadura.
con la invención del molino vertical de tres rodillos movido por agua o
Iguala, Santa Rosa de Copán.
Fotografía de Bárbara Lavaire, 2021.
40 41
 La transferencia del
cultivo de caña de azúcar a la
América Española
Por el historiador andalusí Áhmad ibn
Muhámmad al-Razi (887-955), mejor conoci-
do como al-Tariji o el cronista, se sabe que ya
en el siglo X el cultivo de la caña de azúcar
estaba arraigado en las actuales provincias de
Málaga y Granada y en el siglo XIII lo confir-
ma el geógrafo Yakut al-Rumi en el Libro de los
Países como uno de los elementos más carac-
terísticos del paisaje agrario del río Guadalfeo,
en las vegas que forma en las localidades de
Motril y Salobreña. La posterior “aduana de
azúcar” que existía en Motril en el siglo XV
confirma el auge de este cultivo (Milenio
Reino de Granada 2013). A finales del siglo
XV inician también las plantaciones de caña
en las Islas Canarias, especialmente en Gran
Canaria, procedentes de la isla de la Made-
ra o Madeira junto con muchos maestros
portugueses especializados en las diversas
tareas (Díaz Hernández 1982:44). La caña de
azúcar fue traída a Madeira por Enrique el
Navegante (1394-1460), convirtiéndose en la
primera “isla azucarera” y de aquí pasó a las
Azores, Cabo Verde y las Canarias (Braudel
1949 en Díaz Hernández 1999:11). Así, para
1514, había en Gran Canaria más de 20 inge-
nios y de esta época procede la descripción
de un ingenio típico, compuesto de “casas
de prensa de madera” o molino, “casas de
calderas” u horno donde se cocía el melado
y se depositaba la miel liquida en las formas
y, por último, las “casas de purgar” en donde
se cristalizaba el azúcar contenido en las
formas (Gambín García 2008). La zafra (del
42
árabe hispánico záfra) o cosecha de la caña y
fabricación del azúcar (RAE 2014) solía durar
de enero a junio y para la compleja tarea
se contaba con especialistas: templadores,
mayordomos, almocrebes o contratistas
del transporte (dueños de bestias de carga),
refinadores, cocedores, moledores, lealdado-
res (inspectores), purgadores y espumeros.
La mano de obra en estas plantaciones era
esclava proveída por traficantes castellanos
y portugueses desde el continente africano
(Díaz Hernández 1982:25 y 26), como lo ha
conformado recientemente el hallazgo de
enterramientos en Gran Canaria (Santana et
al. 2016).
El traslado del cultivo de la caña de azú-
car por los mismos empresarios canarios a
las Antillas provocó el derrumbe del negocio
azucarero para finales del siglo XVI, aunque
no todos los ingenios desaparecieron de
inmediato en las Islas Canarias, puesto que
algunos prolongaron su producción hasta el
siglo XVII (Díaz Hernández 1982:39-40).
Ya en el segundo viaje de Colón, en
1493, se llevaron desde las Canarias las pri-
meras cañas a La Española, pero no parecen
haber dado los resultados esperados, por
lo que en 1501 Pedro de Atienza hace un
nuevo intento y, en asociación con Miguel
Ballester, establece el primer trapiche ubi-
cado en la localidad de La Vega, en la parte
central de la isla. Sin embargo, la producción
no era suficiente para llenar las necesidades
locales y no fue hasta 1514 que se instalaron
ingenios en la costa, siendo el más sobresa-
liente el de Gonzalo de Vellosa, a quién para
1518 se le consideraba el pionero de este
tipo de emprendimientos. Si bien el negocio
era lucrativo, exigía una fuerte inversión y,
por tanto, se requirió del apoyo de la corona
con aportaciones pecuniarias y de concesión
de encomiendas del orden de 100 a 150
indígenas. Así, para 1519 se registran 40
ingenios que ya en 1526 proveían las colo-
nias en tierra firme y lo harán a lo largo del
siglo XVI (Iglesias Gómez 1999:194-197). El
cultivo de azúcar se extendió a Cuba, Puer-
to Rico y Jamaica. Es más, en Puerto Rico,
para mediados del siglo XVI se decía que por
falta de los naturales ai negros y mulatos libres
en cantidad de dos mil en trapiches, hatos de
ganado y otros cultivos (Vásquez de Espino-
za 1948 en Iglesias Gómez 1999:199).
Un dato curioso tiene que ver con Sevi-
lla la Nueva, fundada en Jamaica en 1509,
por orden de Diego Colón, en donde por
1513 se inició el cultivo de caña de azúcar
y dos años después, en 1515, se construyó
el primer ingenio de la isla que se puso en
marcha con mano de obra taina. Esto ha sido
corroborado por el hallazgo en excavacio-
nes arqueológicas de una gran cantidad de
fragmentos de hojas afiladas de piedra en
la vecindad de la instalación del ingenio y
asimismo planchas de piedra que sugiere que
los hombres indígenas estaban cortando y
procesando la caña y las mujeres preparando
cazabe. Sin embargo, la disminución de la
población indígena redujo las expectativas y
para 1534 la mayor parte de los colonizado-
res habían abandonado Jamaica en busca de
más propicios destinos. De tal manera que la
producción de azúcar no despegó hasta en
1655 cuando los ingleses ocuparon la isla y
establecieron un sistema de plantación en
gran escala con esclavos africanos. De hecho,
para finales del siglo XVIII por cada europeo
vivían en Jamaica diez esclavos africanos o
sus descendientes (Pringle 2010).
Los ingenios en Cuba no florecieron
hasta en la segunda mitad del siglo XVI,
coincidiendo con el declive de aquellos en
La Española por la sobreexplotación de las
tierras, la escasez de mano de obra debido
al aniquilamiento de los indígenas, la necesi-
dad de aprovisionamiento constante de leña
y animales de carga y tiro (Iglesias Gómez
1999:200).
En la Nueva España fue Hernán Cortés
quien introdujo la caña de azúcar, instalando
un trapiche en Tuxtla en 1526 y luego se
construyeron otros en Cuernavaca y Vera-
cruz. El cultivo continuó su expansión hacia
Centroamérica a mediados del siglo XVI y
de Guatemala se decía: La ciudad es abundan-
tissima, y varata de todo genero de sustento, vna
hanega de trigo vale de ordinario dos tostones,
que son ocho Reales; vna de garuanços cinco,
vna gallina un real 16 libras de vaca vn Real vna
arroba de açucar 16 y todo a este respeto, tiene
en el distrito grandes crías de ganado mayor, de
serda y menor, cantidad de cauallos, y de mulas,
ricos ingenios de açucar (Vázquez de Espinosa,
1948 en Iglesias Gómez 1999:203).
Las regulaciones u ordenanzas sobre
la producción de azúcar y sus derivados
se trasladaron a las colonias españolas de
Madeira, Azores y Canarias, entre otros, y
así en las más antiguas ordenanzas en Cuba
de la época del primer gobernador entre
1511 y 1524 se dice de los confiteros:
43
 “Que el diputado haga todas las posturas y cuales dere-
chos haya de llevar por las del vino, frutas secas, jabón
y confites; Item que a los confiteros les ponga posturas
de los confites que aquí hicieren dándole a todos los
dichos ganancia moderada, y que se les ponga dos veces
cada año y no más; y si hicieren muchos géneros de con-
fitura y conservas, que a todas les ponga postura, pero
que no pueda llevar, aunque sea mucho género, más
de una libra de confites por todas las dichas postura."
(Viña Brito 2013:405)

Si bien en Lisboa, Granada y Canarias se promulgaron desde inicios

del siglo XVI ordenanzas para regular el oficio de confitero y las Orde-
nanzas Viejas de Tenerife obligaban a realizar los productos con un único
azúcar y una única masa, sin mezclar unas camisas con otras, al igual que en
Madeira, no hay indicios de tal rigurosidad para el siglo XVI en la Améri-
ca española. Además, en Tenerife se ordenaba que los expendedores de
azúcar fueran los confiteros, mientras que en La Palma se estableció que
en las tiendas de mercería se vendiera azúcar por menudo (Viña Brito
2013:420).
En resumen, del procesamiento de la caña de azúcar se extraían los
siguientes productos: a) panes de azúcar (blanca, entreverada blanca y
mediana, y prieta); b) pedacería o polvo; c) panocha, panela o piloncillo, el
jugo oscuro de la caña sin impurezas que se concentraba en las calderas
y se vaciaba en pequeños moldes cónicos o cuadrados, se denominaba
panocha blanca y de claros según la calidad del caldo y d) miel, sien-
do la principal la de claros. Como baldado se conocía el azúcar blanco,
entreverado o prieto y como mascabado el azúcar sin cristalizar, luego
venían las espumas o postreros, como la panela o piloncillo. A partir de
mediados del siglo XVI, la caña de azúcar se convirtió en uno de los más
importantes cultivos americanos, no sólo por la variedad de subproduc-
tos, sino porque el bagazo seco se utilizaba como combustible y la ceniza
de la broza quemada como abono (Aguilar Rivera 2010:95)

Un señor extrae el caldo de dulce caliente. Iguala, Santa Rosa de Copán.

Fotografía de Bárbara Lavaire, 2021.

44 45
 El oficio de que los canelones de sidra, ó canela,
La Confitería
avellanas, ó anis liso ó labrado,
culantro liso ó labrado, almendra
pelada ó raída y entera, y piñones y
grajeas, á todo esto sea y se haga de
Una definición amplia del oficio de confitero se un azúcar blanco, de arriba á abajo,
refiere a elaborar dulces, confituras, bizcochuelos y sin otra mistura, so pena de dos
conservas (González Cala 2017). Ya en el siglo XV eran mil maravedís por la primera vez…
habituales en la península “la carne de membrillo” o ate de (Chaves y Nogales 1904:59).
membrillo, los confites de anís y valencianos (¿?), diacitrón Estas ordenanzas fueron confir-
o acitrón (cidra confitada), mazapán (pasta de almendras madas y reconfirmadas a lo largo
molidas y azúcar pulverizado), piñonados (piñones cara- del siglo XVII y luego en el siglo
melizados), las suplicaciones (especie de bizcochos fritos XVIII (1723). Es curioso que en
y glaseados) y los canutillos (rollitos de milhojas rellenos las confiterías sevillanas no se
de crema). Los confites y el diacitrón se vendían por cajas, colocaban los dulces en mos-
siendo este último el de mayor precio. Para la elaboración tradores, sino que se sacaban
de estos dulces se utilizaban tres tipos de azúcar: candé a solicitud del cliente, mientras
(también candi o perlado, cristales duros de color blanco los almibares y conservas se
opaco); portugués (azúcar mascabado no refinado) y colocaban en estantes (Chaves y
valenciano (azúcar blanco refinado) más frutos secos, fru- Nogales 1904:59-60).
tas, miel y especias como canela y anís (Vegas Sobrino y En Guatemala existió un
Viñas Torres; RAE 2014). Faltaría incorporar los turrones gremio de confiteros, cuando
y polvorones en auge desde el siglo XVI (Villena 2017). menos, desde 1613, que sin duda
En las ordenanzas para los confiteros de 1606 pre- siguió la tradición peninsular con
vistas para Sevilla, Felipe III se expresa así: Nos fue hecha las innovaciones propias de las
relación que el trato y confituría en [Sevilla] era muy grueso… nuevas tierras, así han llegado
Porque siendo las conservas y confituras, regalos de enfermos y hasta el presente yemitas, nué-
para personas ricas, convenía que la dicha obra fueses buena… gados (también en Honduras,
y se hiciese con buenos azúcares, y no echando otras mez- pero muéganos en México),
clas… y no se vendiesen cosas malas y falsa. Y continuaba: cocadas, mazapanes, canillas de
…ninguna persona de cualquier estado o condición que sea, leche (dulce de leche en forma
pueda tener tienda pública ni secreta sin que primero haya de de palitos), colochos de guayaba,
preceder y preceda examen de dicho oficio, el cual examen se melcochas, batidas, frutas crista-
ha de hacer ante los veedores del dicho oficio de confiteros… lizadas, huevos chimbos (huevos
ordenamos que ningún oficial de confituría sea osado a mezclar quimbos en Argentina o reales
la confitura que hiciese con almidón, harina ni otras misturas, en México), zapotillos, rosario de
so pena de pérdida de la dicha colación y de seis mil maravedís hojas de maíz (bolas de azúcar
por la primera vez… La segunda era penada con suspensión envueltos en cadena, en tusa de
del oficio por seis meses y que no se le permitiera tener colores, como los que se venden
tienda. Pero las ordenanzas iban al detalle: …ordenamos todavía en Esquipulas y algunos
46
lugares del occidente de Hondu-
ras), tartaritas (pequeñas galletas
hondas con relleno cocido de
leche, azúcar, arroz y canela),
quiebra dientes, pepitoria,
suspiros, paciencias, africanos,
besitos… (Introducción s.f.:3).
Un dulce muy popular son los
nuégados (bolitas de masa de
harina de trigo, fritas y cubiertas
con un glaseado especial de
azúcar), los cuales se ofrecen
presentados en forma de racimo
(Introducción s.f.: 157-158). Su
descripción hace pensar en las
“suplicaciones” sevillanas y los
buñuelos hondureños, con la
diferencia que éstos son de masa
de yuca. Los dulces más famosos
de Guatemala se encuentran en
La Antigua en la tienda de Doña
María Gordillo en la cuarta gene-
ración, establecida hace más de
un siglo; se ha conservado la
tradición sobre que la fundadora
hizo su aprendizaje en 1872 con
una monja de claustro. Hoy en
día se preparan más de cuarenta
dulces distintos en este estable-
cimiento (Introducción s.f.:8-9).
Para profundizar en el
estudio de la confitería está dis-
ponible en el Archivo General de
Centroamérica una sección dedi-
cada a los Gremios de Artesanos,
entre los que se encuentran
los confiteros para el período
comprendido entre 1654 y 1752
(Gordillo s.f.:159).
Panela, azúcar de pilón
y aguardiente
A lo largo de la época colonial, la diferencia entre un
ingenio y un trapiche (entendiéndose aquí no la maquinaria
sino el lugar de producción) fue una cuestión de escala,
entre más industrializado el establecimiento mayor fue el
énfasis en la producción de azúcar refinada para la expor-
tación, sin descartar la elaboración adicional de panela o
piloncillo, mieles y aguardiente. Un trapiche tradicional, en
cambio, se restringió a la elaboración de panela o piloncillo,
mieles y aguardiente con un número bajo de operarios y
costos (Murrieta Flores 2008:95-96). En Honduras, los
trapiches tradicionales se encuentran a lo largo y ancho
del país y se perfilan como emprendimientos familiares,
pero se carece de estudios arqueológicos y etnohistóri-
cos y hasta etnográficos, sobre los mismos que permitan
contrastar los cambios que se han introducido, como ha
sido el caso en otros países, por medio de los cuales se
ha corroborado la persistencia de la organización laboral,
el uso de cierta tecnología, materiales y productos (ver
Molina 2010; Murrieta Flores 2008). Quizá San Francisco
del Valle Chucuyuco, en el valle de Sensenti, ofrezca las
condiciones para indagaciones arqueológicas, pues la
tradición oral ha rescatado que, a principios del siglo XX,
Jesús Pineda Rodezno introdujo el primer trapiche de
hierro en su hacienda El Suntulín (tal vez en relación con
el río del mismo nombre), que por esa razón más tarde fue
conocida como La Máquina (San Francisco del Valle s.f.).
Sin embargo, el cultivo de caña de azúcar se estima
anterior a esta fecha en consideración a la existencia en
el mismo espacio geográfico de la floreciente mina de
Coloal –hoy una aldea de San Francisco del Valle- que se
explotó entre 1830 y 1880 (Squier 2004:164), puesto que
se ha guardado la tradición de la existencia de moliendas
(trapiches) donde se producía azúcar de pilón y de una des-
tilería de aguardiente (Valle Pineda 2010). Por cierto, esta
mina es mucho más antigua y corresponde al nombre San
47
 Andrés (de Zaragoza) de Coloal (MacLeod 1979 en Chapman 1966:43). También en
el municipio vecino de La Labor, se ha conservado una localidad con el conspicuo
nombre de El Ingenio y una fotografía histórica (Foto 1) permite poner las cosas en
mejor perspectiva.

Foto 1. Carreta de bueyes carga-

da de caña de azúcar. Sin fecha.
Publicada el 20 de enero 2016.
https://www.facebook.com/
El-ingenio-La-labor-Ocote-
peque-1718356395059453/

La innovación tecnológica representada por el trapiche de hierro se debe a

que fue común en las colonias españolas utilizar para los rodillos maderas duras
reforzadas con aros de hierro y por ello la riqueza se demostraba, por ejemplo,
en el Perú, en el siglo XVIII construyendo de bronce las mazas principales que
exprimían las cañas (Pérez Vidal 1973:66). Se dispone para mediados del Siglo
XIX de la descripción de un ingenio y trapiche en el camino a Cantarranas, cuyo
dueño operaba una destilería "con varias máquinas inglesas traídas a lomo de mula…
desde la Bahía de Fonseca… un pequeño trapiche hecho en el país, consistía en una serie
de cilindros de caoba… por entre los cuales se hacen pasar las cañas… Las calderas eran
de cobre." (Wells 1978:192-193). Este mismo viajero aseguraba que en Honduras la
caña de azúcar crecía sin resembrar por veinte años consecutivos.
En el antiguo departamento de Comayagua había comenzado a prosperar des-
de la década de 1850 el cultivo de añil, cochinilla y caña de azúcar. Con éste último
floreció la producción de panela o rapadura para la exportación, al igual que azúcar
y melaza, puesto que para 1900 llegó a ser la actividad más importante en Olancho,
mientras en Santa Bárbara se mantuvo el énfasis en el suministro local, por ejemplo,
para la fabricación de aguardiente con licencia del gobierno central, una importante
fuente de ingresos dado el monopolio que mantenía sobre su compra y distribución
(Guevara Escudero 2007:43, 44, 156, 236 y 241; para profundizar en la producción
de aguardiente en Honduras ver Henríquez et al. 2013). Dados estos antecedentes,
no es de extrañar que en 1882 la mayoría de las 180 dulceras registradas en el país
residieran en Olancho (57) y Santa Bárbara (53), seguidas de largo de Tegucigalpa
(20) y Comayagua (15) y muchas menos en Choluteca (8) Gracias y El Paraíso (6
respectivamente), Yoro (4), Copán (3) y por último Colón (1); en Islas de la Bahía no
se registró ninguna en este oficio considerado de mujeres (Vallejo 1893:145).
Fotografía de Mario Urrutia 2023
48 49
 Azúcar y
chocolate
Sin entrar en los pormenores del ori- se forma al batirse la mezcla con el molinillo y
gen y uso del cacao (Theobroma cacao) en el punto que le dan la canela, el clavo de olor
tiempos prehispánicos (ver McNeil 2009), y la pimienta gorda. Otro ingrediente aún
cabe mencionar que la mezcla original indí- más difícil de detectar es el achiote que le da
gena amarga, espumosa con achiote y chile a la mezcla un color rojizo y cuya proporción
no parece haber sido muy apreciada por los varia si se prepara en el Pacífico nicaragüen-
colonizadores españoles y, siguiendo una se –también conocido como pinolillo- en el
tradición mexicana se debe a unas monjas suroccidente de Honduras o en Guatemala.
oaxaqueñas la sustitución del chile por azúcar Nuestro viajero de marras, sin embargo, ha
en el chocolate, es decir en la bebida hecha dejado registro de los postres al final de una
de cacao. El primer cargamento de cacao fue comida familiar en Tegucigalpa:
llevado a España en 1585 desde Veracruz y
pronto pasó de ser una simple bebida calien-
te, a ser considerada medicinal y afrodisíaca ...Después de comer
(Azcoytia 2011). La primera fábrica de cho-
colates funcionó en Barcelona hacia 1780
viene el café, las jaleas
para ser seguida pronto por otras; el choco-
late se vendía en polvo hasta que en 1828 un
o las frutas en conserva
confitero holandés de apellido Van Houten y una variedad de con-
descubrió la llamada manteca de cacao; en
1867 la firma británica Fry and Sons produjo fituras azucaradas..."
el primer chocolate sólido en tabletas (Nord
(Wells 1978:167).
1994:363). En Centroamérica fue la bebida
caliente de acompañamiento del desayuno, De interés es
la merienda y la cena (Wells 1978:48) hasta que, al parecer. Hon-
que fue siendo paulatinamente desplazada duras era reconocido
por café a lo largo de la segunda mitad del en Europa como pro-
siglo XIX. La versión fría representada por el ductor y exportador de
“tiste” la degustó Wells en la zona fronteriza cacao (ver Figura 2). Al
con Nicaragua, de la cual decía que era una fin que ya lo era antes
mezcla de cacao con azúcar y maíz tostado de la conquista espa-
molido disuelta en agua: "Con un molinillo, ñola (Sheptak 2004;
curiosa y finamente labrado, se revuelve todo y la Gómez Zúñiga 2003;
jícara… se coloca sobre una servilleta enrollada… Bergmann 1969).
y así se brinda al visitante" (Wells 1978:79). Se
Figura 2. Memoria Gráfica de Honduras, 2012.
le escapó al viajero mencionar la espuma que http://fotosantiguashonduras.blogspot.com/2012/ Fotografía de Grecia Osorio.

50 51
 La tradición dulcera
del siglo XX
Al parecer, en Tegucigalpa a principios del siglo XX la
manufactura casera de dulces competía ya con la producción
industrial, como lo indica la existencia de La Colmena, fábrica
de dulces y galletas, situada en la boca del puente, se asumiría
que se trata del puente Mallol (ver Figura 3).
Pero, a los ojos de una niña peregrina en Esquipulas a
finales de la década de 1950 el recuerdo más imperecedero se
relaciona con las pequeñas figuras inmaculadas de las colaciones
ofertadas en múltiples formas, a veces con bordes de colores,
y adornos de papelillo. La autora hizo el viaje de Tegucigalpa a
Esquipulas con sus tías abuelas a pagar una promesa; el abor-
daje del bus a las 3 a.m. se hacía frente a cada puerta, como era
común en Tegucigalpa de la época, es decir que el transporte
recogiera individualmente a cada desvelado pasajero en su
casa. En el occidente de Honduras, las colaciones y las tabletas
de coco teñidas de brillantes colores eran la principal oferta de
las dulceras, mujeres que elaboraban el producto y recorrían
las ferias de los pueblos del occidente del país en un circuito
que iniciaba en Antigua Ocotepeque pasando por Santa Rosa
y culminaba en Gracias (Comunicación personal de Gloria Edith
Pinto Erazo, nacida en Antigua Ocotepeque en 1932) y que
quizá incluía Belen Gualcho, Quezailica, Cucuyagua, Corquín,
San Francisco del Valle.
En el presente, las colaciones de azúcar
glas (azúcar refinada y maicena pulverizada) se
pueden admirar en la feria cercana de la Virgen
de Suyapa (Turcios 2012) o en Comayagua, en
donde todavía vive una dulcera, hoy de más
de 80 años, que ha mantenido la receta de su
madre y conserva los moldes de madera. Así
continua con la tradición de mezclar azúcar glas
con jugo de limón y con la pasta resultante pre-
parar diversas figuras cuyo costo por unidad es
de L. 5.00; también confecciona africanos (azú-
car glas, canela y yema de huevo) a L.3.00 la
52
Figura 3: Anuncio comercial
en un periódico. Colección El
Diario de Honduras (fundado
en 1891 ver Bahr 2010).
Archivo Nacional. Tomado de
Henríquez et al. 2013:134.
unidad. Se elaboran de encargo, puesto que
requiere tiempo de preparación decorar las
“En las moliendas toma horas
figuras y colocarlas en un palillo largo forrado
de papelillo (Díaz 2014). preparar la melcocha, una vez tibia
Entre los dulces elaborados con azú- la miel de la caña, con una tempe-
car glas se encuentra también el alfeñique,
ratura que no queme las manos, los
“golosina en forma de barra que se elabora
con azúcar cocida” (RAE 2014). Una receta empleados van formando una masa
común es mezclar la miel con la esencia de elástica que colocan en un gancho o
vainilla y la clara de huevo y agregar el azú-
car glas y luego amasar para darle la forma
“garabato” que cuelga de un horcón
deseada, es decir no siempre barras, tal es el de madera del trapiche y comien-
caso de las calaveras o ataúdes propios de la
zan a enrollar la miel y a estirarla
celebración del Día de Muertos en México.
Es más, puede llegar a turrón si se le agregan y frotarla hasta blanquearla por
almendras. más de una hora. Mientras estiran
Otro gran placer al paladar de la niñez
la miel, le colocan jugo de limón u
hace medio siglo fueron las melcochas
suaves, recién estiradas y enrolladas, pre- otros" elementos como ralladura
gonadas en bandejas sobre trocitos de hojas de limón, vainilla, leche en polvo,
de plátano en el mercado San Miguel, El
Guanacaste, La Plazuela, La Hoya, La Ronda.
anís, para darle sabores originales."
Sin duda la conserva de coco en todas Nuestros Dulces y Atoles s.f.).
sus variaciones recorre todos los caminos
de Honduras, pero la cumbre de la dulcería
tradicional está coronada por el sencillo
Foto 3. Elaboración de melcocha. Tomado de "Nuestros
“dulce de leche”. Por cierto, existen muchas Dulces y Atoles". http://nuestrosdulcesyatoles-sv.blogspot.
variaciones y formas de comercializar el com/2009/11/melcocha.html
dulce de leche a lo ancho y largo de América
Latina y en algunas recetas se prefiere la
vainilla como aromatizante y colorante o
pasas para adornarlo; otras recetas llevan
maicena, otras dejan atrás el embrollo de
mover y remover y parten de latas de leche
condensada en baño maría, en México se
le ha añadido leche de cabra y el resultado
ha sido la cajeta, declarado el Postre del
Bicentenario… Pero el dulce de leche hecho
en casa en Tegucigalpa parte de una base de
53
 leche entera de vaca con igual proporción
de azúcar y muchas rajas de canela. A esto
se añade mucha paciencia para mover y
remover la mezcla que debe llevarse a her-
vor sin que se bote, se pegue o se ahúme y,
por tanto, no se pude perder de vista ni un
minuto del buen tiempo (1½ a 2 horas para
dos litros de leche y dos libras de azúcar)
que toma el caldo en espesar y adquirir
consistencia y color de blanco a dorado…
el resultado compensa todo el trabajo al
momento de la degustación. Si se le añade
coco, la preferencia casera es el rallado
en lascas gruesas para diferenciar en cada
bocado la combinación de sabores.
El origen del dulce de leche es aún
motivo de controversia, Argentina intentó
declararlo patrimonio de la humanidad en
el 2003 ante la protesta de Uruguay que
propone una declaración de patrimonio
gastronómico de la región del Río de la Plata
(Bodegas Garzón 2016; Llorente 2016).
UNESCO se mantiene sin opinión aparente
hasta el momento y quizá se deba a que cada
país latinoamericano tendría suficientes
argumentos para declarar su versión digna
de tal mérito. De hecho, el dulce de leche
se viste de distintos apelativos según el país,
arequipe en Colombia y Venezuela, bollo de
leche o dulce de leche en Nicaragua, fan-
guito en Cuba cuando queda más suave que
espeso, manjar en Chile y manjar de leche en
Ecuador. También es conocido como manjar
blanco en Bolivia, Colombia, Panamá y Perú;
duce de leite en Portugal y Brasil; confiture de
lait en Francia y aquí hay una versión menos
caramelizada que la argentina en Bretaña,
Normandía y Saboya y, por último, milk cara-
mel en Estados Unidos (ver Llorente 2016).
54
La verdad es que alrededor del origen
del dulce de leche hay más leyendas que
datos concretos, tal es el caso en la Argenti-
na en donde su supuesta invención, como en
Francia, ha sido atribuida a un descuido del o
la cocinera entre 1804 y1814 respectivamen-
te. Sin embargo, recientemente un acucioso
investigador de la gastronomía argentina ha
puesto las cosas en perspectiva declarando
que el dulce de leche habría sido inventado
en Indonesia de donde habría pasado en
el siglo VI a las Filipinas (Balmaceda 2016;
Llorente 2016). Baste recordar, para hacer
la conexión con el continente americano,
que las Islas Filipinas fueron colonizadas por
españoles a partir de 1564 y que la ocupa-
ción se prolongó hasta 1898, por tanto, la
fórmula del dulce de leche, blanco al decir de
los conocedores (Llorente 2016), y si acaso
aromatizado con canela, habría llegado por
esa vía a México, a lo mejor, en la segunda
mitad del siglo XVI, aquí se le habría agregado
la vainilla (Vainilla planifolia), dado que ésta es
una planta nativa de México cuyo extracto
no fue incorporado a la cocina europea hasta
entrado el siglo XVI. Lo cierto es que hoy en
día se sigue consumiendo un dulce de leche
en Filipinas cuya consistencia caramelizada
responde más a la receta argentina que a la
mexicana (Marcandoelpolo 2014). Un detalle
importante es que la caramelización se logra
más efectivamente agregando un punto de
bicarbonato de sodio (Llorente 2016).
Pues bien, en la receta hondureña, en
general, y en la tegucigalpense de la niñez
de la autora, reina la canela y no hay ni una
pizca de bicarbonato, y así ha continuado
preparándolo a lo largo de los últimos cin-
cuenta años. Sin duda, sería necesario hacer
una búsqueda más exhaustiva para ahondar
en los secretos y registrar los cambios suti-
les acaecidos en la preparación casera y los
aportados por la comercialización. ¿Será el
dulce de leche hondureño tan antiguo como
la segunda mitad del siglo XVI? La memoria
oral apenas permite retroceder a mediados
del siglo XIX cuando aproximadamente
nació en Antigua Ocotepeque una dulcera
de nombre Martina, cuyas hijas, de su matri-
monio con Wenceslao Erazo, Francisca,
Nicolasa, Carmen y Rosario aprendieron con
su madre el oficio y se dedicaron a confec-
cionar dulces -entre los que no podía faltar
el dulce de leche- que transportaban en
cajones a lomo de mula para su venta en las
ferias de la región. Es más, Andrea, la esposa
de José, el segundo hermano varón, también
fue dulcera mientras el hermano mayor,
Gregorio, ejerció como chalán (domador de
caballos) y barbero (Comunicación personal
de Gloria Edith Pinto Erazo 2018).
Se acepte o no que el dulce de leche o
su receta llegó a México después de 1565,
año en que hace el primer viaje el afamado
Galeón de Manila, lo cierto es que su éxito
fue rotundo y no ha pasado de moda y, ade-
más, ha hecho un regreso triunfal al Viejo
Mundo desde la Argentina, país en donde
desde 1995 se celebra el 11 de octubre el
“Día del Dulce de Leche”. En esta fórmula
el dulce de leche se importaba antaño a
España, ahora emprendedores argentinos
lo producen ahí mismo en variadas pre-
sentaciones que se comercializan en un
sinnúmero de países: clásico, gourmet, light,
alfajorero, pastelero, heladero y topping para
aderezar postres (Rivas Moreno 2015). Se
podría aseverar que el dulce de leche es para
América Latina como el flan para España o
la creme brulee para Francia, por cierto, el
toque especial en ambos postres es el azú-
car caramelizado, radicando la diferencia en
que en el primero se sirve sobre el caramelo
líquido y el segundo está recubierto de una
capa de caramelo endurecida.
El futuro
de los dulces
tradicionales
Mover y remover dos litros de leche
entera con dos libras de azúcar y rajas de
canela al gusto durante casi dos horas, no es
un asunto que se concibe como parte de la
vida de hoy por inigualablemente delicioso
que sea el resultado. Esto ha excluido de la
elaboración casera de postres al dulce de
leche y, por extensión, al de coco, pero dada
la añoranza por ellos, han surgido pequeñas
empresas dedicadas a producirlos, junto con
otra serie de dulces apetecidos, unos más
y otros menos, en la geografía hondureña.
Así Coconut Honey vende en los mercados de
San Pedro Sula y coloca producto en Santa
Rosa, Comayagua y Tegucigalpa (Redacción
2013); Dulces Gisell distribuye a nivel nacio-
nal desde Cantarranas espumillas, paletas,
minirapaduras, dulce de leche y semillas
garapiñadas (Canales 2015); Lorendiana
en Gracias elabora más de 30 sabores de
paletas de leche y también de cachaza, ade-
más de frutas en almíbar y jaleas, dulce de
leche con canela, cacahuate, coco o vainilla,
entre otros (Turcios 2014). Por su parte, la
dulcería y pastelería Delicias Gastronómicas
Anyoli en Tegucigalpa elabora zapotillos,
dulce de coco, coco horneado, coco con
55

piña, dulce de naranja, dulce de
leche con canela, con ron y pasas,
con vainilla, enrollados de guayaba,
confites de mantequilla y panela en
papelillo. Mucho de estos manjares
se encuentran también en otros
países centroamericanos (Alas
2016), pero las ligeras variantes
en la confección, la proporción de
los ingredientes y la presentación
dan su sello especial a los dulces
hondureños.
Apenas hemos tocado la
superficie de la historia dulcera de
nuestro país con esta reseña, se
quedan en el tintero descripciones
y explicaciones sobre la provenien-
cia de recetas y el arraigo de los
gustos. Sin ir más lejos al mencionar
antes el almíbar, una solución de
agua azucarada ligeramente espesa
resultado del cocimiento de las
frutas, no se puede dejar caer en el
olvido su origen del árabe al-maiba,
un jarabe a base de membrillo (RAE
2014). En verdad, muchos des-
cubrimientos quedan por hacer y
mientras tanto nos queda soñar con
las melcochas suaves que se pegan
en los dientes, mientras damos una
mordida al inmortal dulce de leche.
Fotografía de Grecia Osorio.
56
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61
 ISSN: 2520-9779
Brooks Asencio, Jelba.
UNAH
jelbabrooks@gmail.com

Autora: Jelba Brooks Asencio1

RESUMEN

El presente escrito configura la manera en cómo entender

la nueva narrativa del movimiento realismo mágicos, tomando
como referente "La ciudad que borró sus huellas" novela hondu-
reña del escritor, José Winston Pacheco, el cual posibilitará
identificar la manera en la que se desarrolla el ambiente creado,
entendido desde el perspectivismo de José Ortega y Gasset. Lo
que se quiere con la propuesta del escritor español, es encontrar
la manera de poder establecer la relación entre la existencia y
el fenómeno –la novela-, abordado desde la estética, porque se
considera como parte del globo intelectual entre el comprender
y el mero saber del arte. Por eso es que se toman los conceptos
de virtualidad y de profundidad, ya que para entenderle hay
que estar atentos desde la autopsia del relato.
Palabras clave: realismo mágico, novela hondureña, profundi-
dad, virtualidad.

1. Jelba Brooks Asencio, Licenciada en Filosofía por la UNAH (Universidad

Nacional Autónoma de Honduras); Maestrante en Filosofía por la UFPI
(Universidad Federal de Piauí, Brasil) en la línea de investigación "Lengua-
je, conocimiento y mundo".
62 63
 ABSTRAC
The present writing configures the way in which to understand the new narrative of
magical realism movement, taking as a reference “The City that Erased its Traces”, a Hon-
duran novel by the writer ,José Winston Pacheco, which will make it possible to identify
the way in which develops the environment created, understood from the perspectivism
of José Ortega y Gasset. What is wanted with the Spanish proposal is to find a way to
be able to establish the relationship between existence and phenomenon –the novel-,
approached from aesthetics, because it is considered as part of the intellectual globe
between understanding and mere knowing of art. For this reason, it is that the concepts
of virtuality and depth are taken, since to understand it you have to be attentive from the
autopsy of the story.
Keywords: magical realism, Honduran novel, depth, virtuality.
INTRODUCCIÓN
El contexto del poder militar en Latinoamérica, hizo explotar nuevas
maneras de manifestarse desde la literatura, por eso la necesidad de una nueva
narrativa para expresar las ideas delatando la fragmentación de las relaciones
sociales. La Honduras de los años setentas a los ochentas del siglo XX, fue
una época donde imperó la desvalorización de la humanidad desde las alianzas
políticas y por ello traemos a colación los escritos de José Winston Pacheco,
quien empezó a escribir por entregas en el diario El Heraldo las secciones de lo
que hoy es la novela completa llamada, La Ciudad que Borró sus Huellas. Debido
a la represión de esa época el movimiento del realismo mágico cobró vida en la
región, mismo que da a entender que va contra la realidad presentada, debido a
que este arte joven buscaba la capacidad de transmitir los valores puros del arte.
Este escrito plantea los argumentos de José Ortega y Gasset en relación
al análisis dedicado a la estética cuando explica la categoría de profundidad tie-
ne que ver con la frase del texto, Meditaciones del Quijote (1914) :“Yo soy yo y mis
circunstancias, y si no las salvo a ellas no me salvo yo”; de ahí parte su propuesta, de
un perspectivismo basado en la razón vital. Por esa razón es que analizamos la
novela hondureña de Pacheco, como parte de la explicación de los elementos
expuestos en el ensayo “La Deshumanización del Arte, ensayo de Estética a manera
de Prólogo, Meditación del Pueblo Joven e Ideas sobre la Novela”, entre otros textos
complementarios de sus Obras Completas. Se concluye que las circunstancias
de la existencia es lo que permite hacer análisis desde la estética enfocándose
en la forma en la que se manifiesta porque en el caso de la novela, el ethos es el
que envuelve la esencia, es la percepción propiamente humana.
64
1. CONTEXTO DE LA
NOVELA
HONDUREÑA
José Winston Pacheco nació en La Esperanza, Intibucá en
1943, se dedicó a la literatura, fue docente en el instituto “León
Alvarado” en la ciudad de Comayagua y columnista del diario La Tri-
buna en los años setentas y falleció el 4 de agosto del 2020. Según la
escritora Helen Umaña (2003), las personas nacidas entre 1924-1953
son clasificadas en literatura hondureña como "la generación del 54",
donde se encuentra la vanguardia y el realismo social. En relación a
esta vanguardia menciona que:
“...hacia 1930, en Hispanoamérica, van surgiendo nuevas corrientes expresivas...
se orienta en la indagación del yo estimuladas por los descubrimientos de la psicología
moderna con la importancia dada del subconsciente por el psicoanálisis y por corrientes
filosóficas que, como el existencialismo, analizan la situación del ser humano en un
mundo absurdo y angustiante...".
(Umaña, 2003, pág. 243).
En ese sentido, Umaña (2003) ubica a José Winston Pacheco
(1943-2020), en la misma generación de otros escritores hondu-
reños como Longino Becerra (1932-2018), Julio Escoto (1944) y
Roberto Castillo (1959-2008). Lo que figuró a estos autores en esta
corriente, fue la estructura novedosa que detecta el gran afán por
experimentar las alteraciones producidas por el lenguaje, porque “…
se da expresión a los problemas intelectuales del ser humano y se escudri-
ña la infraconciencia humana…” (ibíd.). En ese sentido, los literatos de
ese momento, tuvieron influencia del realismo mágico2, surgen como
la propuesta de una realidad diaria de un modo objetivo, estático
y ultra preciso que llevan consigo elementos de la tradición folcló-
2. Realismo mágico: se acuñó para la pintura post-expresionista alemana y que de ello se acredita a Franz Roh.
Al ser traducido su libro por la Revista de Occidente en 1927, el subtítulo de “realismo mágico” en la edición
alemana pasó a título principal de la española. Se presume que este accidente, junto al influjo indiscutible de la
Revista de Occidente hizo que el término pasara a la literatura hispanoamericana. Pero en realidad, era un tér-
mino que “estaba en el aire” y que surgió independientemente en varios momentos y lugares. (Camayd-Freixas,
1998, pág. 32).
65
 rica. La ciudad que borró sus huellas" ha sido
una novela que en sus inicios fue publicada
por entregas, no obstante, con el tiempo
se ha encontrado en el proceso de revisión
hasta llegar a la sexta edición del 2013.
Umaña valora esta novela como “...corta de
marchamo realista cuyo personaje central es
Opame Chago, pequeño pueblo que sufre un
lento proceso de transformación y aculturación
(…) un ameno recuento de hechos sobresalientes
en la vida cotidiana de la localidad…” (Umaña,
2003, pág. 308). Lo que lleva a definir mejor
a este proceso es el de “transculturación”
entendida como la transformación de las
formas de contacto cultural . 3
Por esa razón Pacheco (1943-2022),
argumentaba que parte de la creciente cri-
minalidad tiene que ver con la pérdida de:
“...Los valores morales –el respeto, el
decoro, la solidaridad como forma de convivencia
humana- tienden a desaparecer para siempre
en una sociedad que ha asumido como valores
nuevos de la ambición de poder, la codicia de
riquezas y toda la gama de satisfacciones...".
(Pacheco, 1995, pág. 43).
Lo que mueve a Pacheco para escribir
La Ciudad que Borró sus Huellas (2013),
fueron las ideas comunes en cuanto al regio-
nalismo propio del vanguardismo4 para que
el lector reconozca como normal la fantasía
propuesta por el autor, al menos de esa
manera se describe desde la literatura. No
obstante, parece que esta nueva narrativa
posibilita examinar los contenidos de la
conciencia como los reales, los ideales y los
imaginarios. Asunto que es de interés para
José Ortega y Gasset cuando en Ideas sobre
la novela, deja manifiesto la importancia de
la forma porque los contenidos ya están
agotados, entonces la innovación del relato
es la invitación del orden estético incitado
por la novela pero que pasan desapercibidas
por la inmediatez del cual estamos ligados, a
causa de que: “…Todo el arte joven es impopu-
lar, y no por caso y accidente, sino en virtud de
un destino esencial…” (Ortega y Gasset, 1954,
pág. 354). Por esa razón es que se detecta el
problema desde la sensibilidad del público.
Los estilos responden a buscar otras
maneras de manifestarse desde un arte joven,
por eso Ortega y Gasset (1964) desarrolla la
idea de que las nuevas vanguardias artísticas
surgen en los movimientos literarios, como
un signo opuesto al naturalismo que apare-
cieron desde el modernismo en adelante; así
es el caso del estilo atraído por la fantasía. En
la generación de literatos hondureños del 54
rastreado por Umaña (2003) encontramos
que su estilo estaba influenciado por la nue-
va narrativa Hispanoamericana del realismo
mágico, tomando fuerza entre 1960-19705
con la dictadura militar que restringió la
libertad de expresión, y de ahí fue cobrando
sentido el boom literario latinoamericano.
En esa época, el pueblo de Honduras
evidenció situaciones de impacto social
relacionado con el poder de las Fuerzas
Armadas y un ejemplo de ello fue cuando el
general Oswaldo López Arellano6, ejerció la
doble función de Presidente Constitucional
de Honduras y jefe de las Fuerzas Armadas,
(1965-1971); en 1971 se llevaron a cabo
elecciones generales, quedando como pre-
sidente electo Ramón Ernesto Cruz Uclés.
En 1972 Oswaldo Lopez Arellano dio golpe
de Estado al recién electo presidente, Ramón
Cruz Uclés7, continuando en la presidencia
hasta 1975.
“...Los partidos tradicionales aceptaron el
Pacto de Unidad Nacional, mismo que suscribieron
el 17 de enero de 1971, rechazando sólo la forma
de elección del nuevo presidente, ya que ellos se
inclinaron por la votación directa y secreta.
Un día antes de los comicios, que estaban
fijados para el 21 de marzo de 1971, se reúnen
las cúpulas de los partidos tradicionales para fijar
una serie de “reglamento” del Pacto de Unidad
Nacional y, que, en la práctica, no era más que la
repartición mecánica de los puestos públicos. Este
entendimiento fue conocido popularmente con el
nombre de “el pactito”..."
(Funes, 2000, págs. 263-264).
Ese fue el inicio de una cadena de
sucesos que fueron dejando al país en una
situación caótica y en la que los escritores
hondureños del vanguardismo, estuvieron en
sincronía con otros escritores latinoamerica-
nos. Shaw (1985) mencionó que el realismo
mágico tiene que ver con, cómo devela la
realidad, su pretensión es buscar su identi-
dad en la denuncia social vigente. En tanto,
el género de la novela propicia la desinte-
gración del mundo aparente, posibilita la
ruptura de la narrativa tradicional desafian-
do al escritor mismo con su genio creador y
al lector para expandir sus horizontes:
“...Postula la existencia de varias
realidades parciales de las que nosotros esco-
gemos una para instalarnos cómodamente en
ella y no pensar más. Su ideal es superar la
fragmentación, fusionar los diversos aspectos
de la realidad: lo racional y lo intuitivo, lo
«real», lo fantástico, lo científico y lo poético
en una sola realidad auténtica...".
(Shaw, 1985, pág. 94).
Consecuentemente, la aspiración del
lector es alcanzar la visión de una nueva reali-
dad a la vez mágica y más humana, queriendo
lograr la comprensión de la novela y notar en
qué punto consigue producirle interés y de
esa manera fíjar la virtualidad8 para identificar
la superficialidad y la profundidad.

3. Transculturación: este proceso “implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente,
de lo que pudiera decirse una parcial desculturación, y, además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos
culturales que pudieran denominarse de neoculturación” (Szurmuk, Mckee Irwin, & al., 2009, pág. 277).
4. Estética: los movimientos del modernismo y el vanguardismo que incluyeron muchos elementos europeos, pero
que tuvieron el propósito de establecer una estética propiamente latinoamericana (Pacheco, Ibid.101).
5. La literatura en la década de los setenta, salta al plano universal con el surgimiento y consolidación del “boom”:
Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa. Con estos y otros nombres asistimos al alzamiento de
la novelística latinoamericana, en pie de igualdad, con las demás literaturas del mundo (Umaña, 2003, pág. 243).
6. Oswaldo Enrique López Arellano nació el 30 de junio de 1921 en la ciudad de Danlí y falleció el 16 de mayo de
2010 en Tegucigalpa. Extraído de: https://lilkaya.unah.edu.hn/index.php/l-pez-arellano-oswaldo.
7. Político hondureño, presidente del país entre el 6 de junio de 1971 y el 4 de diciembre de 1972 (…) En diciembre
de 1972 fue depuesto por un nuevo golpe de estado de López Arellano. Tras abandonar la presidencia, siguió
ligado a las actividades diplomáticas y políticas del país, pero desde un segundo plano. Extraído de: https://
www.biografiasyvidas.com/biografia/c/cruz_ucles.htm.
8. Virtualidad que por medio de la voluntad busca el dominio espiritual de la conciencia: “…lejanía parecen los hechos
esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad...” (Ortega
y Gasset, Obras completas Tomo III, 1954, pág. 49).

66 67
 2. AUTOPSIA DE
LA CIUDAD QUE
BORRÓ SUS HUELLAS
Dentro del realismo mágico como
estilo se identifica particularmente la afir-
mación de la multiplicidad de ambientes
con el propósito de definir las exigencias
del pensamiento y puedan ser interpretados
partiendo de la autopsia9. Esta novela hon-
dureña que absorbió de la narrativa, parte
de la fantasía y comienza con el pueblito
“Opame Chago” retratado como:
“...húmedo, helado, triste. El frío
calaba desde siempre los huesos de los
hombres, y éstos habían aprendido desde
niños a beber el fermento de maíz, la chi-
cha, que mataba la tristeza y trastornaba
los caminos del destino...”
(Pacheco, 2013, pág. 10).
Esta novela en su sentido esquemático
evidencia un ethos10 del cual se va mostrando
a través de cada capa, propio de este estilo
“…surge inevitablemente de la necesidad en que
hay en el novelista de tapar el mundo real con su
mundo imaginario. Para que dejemos de ver una
cosa, para taparla, tenemos que ver otra, la que
tapa…” (Ortega y Gasset, 1954, pág. 414).
Cuando Pacheco (2013) ilustra el
cementerio llamado “Opamane Chago” lo
que muestra es la evidencia de los logros
9. Ideas sobre la Novela: El imperativo de la novela es la autopsia. Nada de referirnos lo que un personaje es: hace
falta que lo veamos con nuestros propios ojos (Ortega y Gasset, 1954, pág. 391).
10. Ethos o comportamiento espontáneo capaz de integrarlo como inmediatamente aceptable, como la base
Detalle de la obra Detrás del Poder. Otoniel Sabillón, 2013. Colección UNAH de la “armonía” usual y segura de la vida cotidiana (Echeverría, 2018, pág. 168).
68
y las desdichas que conforman la memoria,
donde las luchas reflejan los sacrificios
impulsados por aquellos que buscaban sólo
los bienes materiales. En la medida que se va
creando el ethos va posibilitando una con-
fianza ontológica a través de la coexistencia
entre los personajes y sus circunstancias.
Entendiendo las circunstancias como:
“...muy cerca de nosotros levantan sus
tácitas fisonomías con un gesto de humildad y
de anhelo, como menestoras de que aceptemos
su ofrenda y a la par avergonzadas por la sim-
plicidad aparente de su donativo...”
(Ortega y Gasset, 1914, pág. 35).
Esto significa que, para conocer más
sobre el modo de vivir de los chagueños,
debe ser visto desde varias perspectivas:
como modelos cotidianos que, por ejemplo,
muestran al personaje de Don Cupertino
relatando a su nieto, Emiliano, las noveda-
des del pueblo:
“...Este no es el mismo pueblo que
dejaste cuando te marchaste muchacho. Hoy
aquí todo es una vaina que no va a terminar
en nada bueno. Yo pienso que estamos peor
que en los tiempos de Gilbertón “el hereje”
69
cuando vos todavía no nacías. Aquellos eran
tiempos perros. En cuanto entraba al pue-
blo una partida de bandidos, aparecía otra
bandera contraria, pero todos igualmente
desalmados. Por ahí se rumora que en medio
de los maizales y los frijolares han sembrado
no sé qué monte dañino, que en otros luga-
res se los pagan a precio de oro. Para mí que
este pueblon ya perdió inocencia. Muchos que
antes han aparecido ahora dueños de buenas
casas y con lujos que aquí no conocemos, y
aseguran que es con la venta de esa vaina, y
que el que los denuncie seguro deja el pellejo
en cualquier hondonada ¡Dios nos ampare!
Para ello, indagar sobre la razón vital de los Por esa razón, hay que estar atentos con lo que existe y lo que se manifiesta
personajes, permitirá diferenciar la superfi- en la novela alrededor del realismo mágico porque:
cialidad y la profundidad desde lo sensible,
“...En vez de definir el personaje o el sentimiento debe, pues, el autor evo-
por eso que “…La obra de arte no tiene menos
que las restantes formas del espíritu, esta misión
carlos, a fin de que su presencia intercepte la visión de nuestro contorno. Ahora
bien: yo no columbro que esto pueda conseguirse de otra manera que mediante
esclarecedora, si se quiere luciferina…” (Ortega
una generosa plenitud de detalles. Para aislar al lector no hay otro medio que
y Gasset, 1914, pág. 125). De ello depende
someterlo a un denso cerco de menudencias claramente..."
dejar por fuera las posibles cualidades que
existe en la totalidad de la novela, ya que de (Ortega y Gasset, 1954, pág. 414).
eso trata el sacar a la luz.
Sobrepasar lo espontáneo de la actitud natural es la referencia hacia “…el
mundo un universo de lo [existente] en sí, pero tiene que ampliarse y referirse "idealmente"
a todo lo existente "en sí" frente a "nosotros", que sin duda está ahí para nosotros por obra
de espontaneidades …” (Husserl, 1962, págs. 449-450). Lo que significa ver las cosas
3. LA VIRTUALIDAD COMO como individuales, saber que están ahí, pero sin aprehenderlas, pues con la nove-

PERCEPCIÓN
-Pero, este pueblo abuelo, tan sano que la este tipo de actitud puede ser superada mediante la virtualidad. Como cuando
ha sido –replicó Emiliano con preocupación- el narrador omnisciente presentado en la novela de Pacheco, va dando su punto

DINÁMICA
Y las autoridades, ¿qué hacen? de vista sobre las situaciones que acaecen en Opame Chago, como una forma de
-De esas no se habla aquí, muchacho, captar el interés del lector y pueda sacar a la “sacar a la luz”, la generalidad de la
por lo menos con los desconocidos. Entre novela. Por eso la evocación tiene que ver con “…el espectáculo de un hombre agitado
Es un equívoco pedirle a lo profundo
amigos o familiares lamentamos la situación. por el vivo afán de comprender…” (Ortega y Gasset, 1914, pág. 20), lo que implica un
que se manifieste como superficial, al menos
¿Cómo no se van a dar cuenta las autorida- fuerte compromiso de la percepción porque exige de las creencias generadas, su
es lo que Ortega y Gasset (1914) manifiesta
justificación en la experiencia al igual que la representación de la palabra en tanto
des de lo que está sucediendo? Pero se dice desde el perspectivismo en Meditaciones del
esté vinculada a la idea. De esa manera la tarea del narrador objetivo es el medio
que hay pisto de por medio, de eso ni duda Quijote, traduciendo lo esencial12 como lo
que presenta el horizonte de la ley vital, por ejemplo:
cabe, el pisto lo arregla todo..." profundo. Por lo mismo, se oculta detrás de la
(Pacheco, 2013, pág. 26). superficie y se presenta sólo a través de ella, “...Tuvo que abrirse paso haciendo unos disparos al aire. Le llevó bastante
porque es el único camino que le permite tiempo retornar a la fábrica, y cuando lo logró, notó que las calles de acceso
Este hecho creado en la fantasía de latir bajo ella. La novela trata de potencializar estaban extrañamente despejadas y silenciosas. Sin embargo, en un sitio poco
la novela responde al horizonte de Pacheco una experiencia como acto intencional, “...lo alejado yacía Agustín malherido, rodeado de un disperso grupo de protestantes
como respuesta a la idea de los cambios de profundo y latente ha de existir para nosotros, que trataban de asistirlo en medio de expresiones de furia y temor. Sin meditarlo,
valores11
que se dan en un pueblo, porque habrá de presentársenos y al presentársenos ha Federico bajó del coche y se acercó al herido...”
muchas veces tiene que ver con la imposición de ser en tal forma que no pierda su calidad de (Pacheco, 2013, pág. 45).
extranjera latente de algunas sociedades. profundidad y latencia” (ibíd., pág. 75).
La característica del narrador dirige nuestra mente para permanecer en esta-
do de vigilia, porque las actividades de los personajes pueden ser reconocidas, pero
11. La manera en que se someten a un principio de conducta, que obedecen o resisten a una prescripción o hay que aprehenderlas en compartir la experiencia de ser parte de esta narrativa.
prohibición; las modalidades en que el sujeto da forma a cierta parte de sí como materia prima de una
“…Hay en los grandes estilos como un ambiente estelar o de alta sierra en que la vida se
conducta moral (Szurmuk, Mckee Irwin, & al., 2009, pág. 213).
refracta vencida y superada, transida de claridad…” (Ortega y Gasset, 1954, pág. 125).
12. La esencia de la correlación entre el cogito y el objeto intencional, estriba en “conseguir una mirada
reflexiva la posibilidad en principio de una vuelta "reflexiva" de la mirada, naturalmente en la forma de Mediante el ambiente presentado se puede evocar algún tipo de recuerdo como
una nueva cogitatio que se dirige a ella en el modo de una simple aprehensión (Husserl, 1962, pág. 85). parte de la comprobación de sí mismo y descubrir la esencia de la novela.

70 71
 4. LA MEMORIA COMO REFLEJO DE LAS
GENERACIONES
La ciudad que borró sus huellas dirige al pueblo hacia su
intensa contextualización histórica a partir de memorias , 13
es a lo que Ortega y Gasset (2005) llama las variaciones que
sobrevienen al espíritu humano desde la “sensibilidad vital”
que busca comprender los fenómenos que se presentan.
Por ejemplo, en Opame Chago, se relata un suceso dado en
una taberna14 y el personaje nombrado, Narciso Florencia-
no, es el encargado del lugar. Tiene la descripción de labioso
y servil ante las autoridades como el sargento Maximiliano,
que se siente con la confianza de disponer del lugar y lo que
hay adentro:
“...-No te chorries, cabrón, oíme... y estas cipotas que tenés
aquí trabajando no querrán... no están del todo feas las jodidas.
-Pero mi sargento, estas son muchachas de casa, ellas me han
dicho que sólo se entregarán a su marido y a nadie más.
-¡Pendejeretas! Les damos unos pesos y ya. Vos tenés cuartos
adentro, verdá.
-Si... y bueno, por riales tal vez quieran. Voy a poner música en
la rockola y después les voy hablar a las cipotas, pero eso sí, dígale al
comandante Villaverde que quiero garantías... ¿Oiga?
-¡Eso, mero, Floren!... Y nomás fíjate quienes te respaldan, mi
comandante Villaverde, Fofo el juez, y para qué seguir hablando.
Estás parado, pendejo..."
(Pacheco, 2013, pág. 61).
13. Memoria: desde los antiguos postulados aristotélicos y platónicos a
los estudios fenomenológicos, hermenéuticos y existencialistas con-
temporáneos, la filosofía planteó la polaridad entre memoria-imagen,
entre memoria-rememoración o recuerdo, entre memoria-repre-
sentación, como múltiples maneras de mediatizar la oposición del
binomio memoria-olvido (Szurmuk, Mckee Irwin, & al., 2009, pág.
173).
14. La Taberna: era un antro convenientemente disimulado, instalado en
el pueblo gracias a las influencias de su propietario de su propietar-
io con los poderosos. Era propiedad de un extranjero que llegó a
Opame Chago después de graves acontecimientos políticos ocurrido
en su país, le obliga a tomar el camino del destierro (Pacheco, 2013,
pág. 60).
72
Esta situación muestra tres diferentes circunstancias, la del sargento
lujurioso, la del permisivo cantinero y el estupor de las jóvenes. Pacheco
no expone la circunstancia explícita de las jóvenes, es en este momento
que el lector debe estar atento, en la construcción del lenguaje mediado
entre el recuerdo del ego –yo-, con el contexto presentado. Para Husserl
(1992) la reflexión se hace patente haciéndole partícipe de algún tipo de
vivencia captadas en la conciencia. Dicho de otro modo, es lo que empatiza
cuando el recuerdo se presenta bien sea de una situación similar –amenaza
sexual-, lo que lleva a la afirmación o negación de valoraciones morales. Lo
explícito es el comportamiento de Maximiliano y Florencio acomodados
en la seguridad de sus influencias, tomando la decisión de no consultar a
las muchachas sobre sus planes libidinosos e hicieron de ellas lo que se les
antojo. La familia de una de las afectadas se informa de lo ocurrido:
“...Eulogio García, padre de Olegaria Rosa, demandó justicia ante el vil ultraje
de que fue objeto su hija. Su queja elevó airada, recorriendo todas las instancias, sin
obtener respuesta. Aquel hecho provocó indignación en el pueblo... Eulogio emitió
un alarido extraño, que rememoró –para quienes lo escucharon- el grito de guerra
de sus antepasados. Luego, sin mediar palabra, acometió a los hombres en forma
sorpresiva hiriéndolos de muerte, hasta verlos derrumbarse como haces de paja por
el suelo.
La noticia se esparció por el pueblo con celeridad inusitada. Patrullas armadas
fueron destacadas por Villaverde en persecución del victimario. Sin embargo, acos-
tumbrado Elogio a abrirse paso por las veredas más intrincadas de Opame Chago,
pronto se internó en las espesas faldas del cerro Adormidero..."
(Pacheco, 2013, págs. 62-63).
El hecho suscitado por Eulogio fue consecuencia de la angustia latente
de los actos provocados por la “autoridad del pueblo” que claramente, Olega-
ria Rosa y las demás afectadas, hacen meditar sobre la vulnerabilidad y el
arrebato, donde no hay cabida a la esperanza de abogar por sus derechos.
Tal circunstancia transgrede con los principios morales que arruinan la vida
de las víctimas.
"...La situación se encarga de decir lo que nuestra habla silencia. Pero la
situación no es el lenguaje, la situación es la realidad misma de la vida, es la
circunstancia que varía con el instante y con el lugar. Y, sin embargo, es ella quien
pone todo lo que se supone, quien dice sin hablar todo lo que nuestro decir calla..."
(Ortega y Gasset, 1965, pág. 393).
73
 Para llegar a la profundidad hay que
traducir las circunstancias, pensarlas y
estar atentos a lo que nuestra conciencia
recuerda “…porque la experiencia a toda hora
nos hace ver la mala interpretación o, por lo
menos, la insuficiente interpretación que el
prójimo da a nuestros más llanos decires…”
(ibíd.). La tarea de interpretar se refiere al
modo de juzgarlos, originando el problema
social de las generaciones que comprende
la coexistencia de tres tiempos vitales: la
juventud, la persona madura y el anciano.
Estas vivencias se traducen en “…tres sig-
nificados diferentes y, a la vez, abarca los tres:
es la unidad de un tiempo histórico de tres
edades distintas. Todos somos contemporáneos,
vivimos en el mismo tiempo y atmósfera, pero
contribuimos a formarnos en tiempo diferente…”
(Ortega y Gasset, 1964, pág. 290). A pesar
de compartir la misma atmósfera que los
contemporáneos, la formación entre ellos es
de diferente tiempo, pero no pasa lo mismo
con los coetáneos, ya que ellos comparten
el mismo tiempo vital. La representación de
acontecimientos pasados, articula el devenir
de la historia en la pluralidad de interpreta-
ciones expresando el valor que adquieren
los actos reflexivos para sobrepasar el ape-
go de la espontaneidad de la vida. Entonces,
el problema de la traducción transcurre
en todos los entes debido a la correlación
entre actos y objeto que le concede el cri-
terio para emitir juicio. Como consecuencia,
queda la estructura de referencia que cada
ser humano comprende y, a la vez, Husserl
(1992) constata que el interés conduce a la
formación de las comunidades en las cuales
se transmite de generación en generación,
pues de ahí surge la estructura interior. Por
ello, las verdades históricas según Ortega y
74
Gasset (1965), se centran en la palabra, aún
la menos equívoca por sí misma, cambia
de significado constantemente, tiene otro
matiz de sentido según sea quien la dice y
según sea quien la oye o lea:
“La realidad del lenguaje no es la figura
abstracta y desnuda que de él nos dan... sino
esa novedad constante, esa variación perma-
nente que experimenta una misma palabra en
el diálogo del hombre a hombre, en el viaje
siempre nuevo de tal labio a tal oído"
(Ortega y Gasset, 1965, pág. 394).
El lenguaje está diseñado para poder
comunicar al prójimo desde la extensión
que lo lleva a la generalización del concepto,
como la estructura de posibilidad llevados a
la conciencia de ego. Posibilitando abstraer
el carácter que forma el contenido de cada
fenómeno, en este caso, es el de la cultura
como parte inherente de los seres humanos,
porque el valor reflexivo de los actos se
encuentra en la tradición mostrada desde el
perspectivismo como una forma de comuni-
car las verdades.
5. CONCLUSIONES
1. José Winston Pacheco (1943-2020),
vivió la época entre la dictadura militar
de Oswaldo López Arrellana y el primer
presidente civil registrado conforme a la
Constitución de Honduras el 27 de enero
1982 con el Doctor Roberto Suazo Córdoba
(1927-2018). A pesar de ello, el poder de las
Fuerzas Armadas no cesó y se afianzó con
las relaciones de los militares estadouniden-
ses como parte de una estrategia política. En
ese sentido, el contexto hondureño reprimía
la libre expresión o ideas relacionadas con el
izquierdismo, situaciones que fueron viven-
cias del autor. De ahí surgió la necesidad de
una nueva narrativa que le permitiese a los
escritores hondureños de la generación del
54 comunicar a través del realismo mágico,
situaciones que lograron captar del sentido
de la vida, desde su retina literaria. Por eso
en la novela La ciudad que borró sus huellas,
se encuentra el estilo desde el cual el autor
evoca algún tipo de experiencia estética, ya
que es la manera de develar el contenido
vital expuesto a través de las circunstancias
en el ambiente recreado.
2. El estilo tiene que ver con la con-
fianza que el lector pueda vivenciar. En el
caso de la novela de Pacheco se encuentra
la figura del narrador objetivo, el cual es el
encargado de mostrar el ambiente dando
apertura a los diálogos de los personajes
reflejados con un lenguaje coloquial. En
ese sentido, Ortega y Gasset parte de que
lo primero es mostrar el horizonte, pero es
preciso hacer una autopsia desde la virtuali-
dad, porque esta le permite sacar a la luz lo
que el autor no dice, pero sus circunstancias
delatan. Es lo que pasa con Opame Chago,
porque el lugar se va recomponiendo de
los recuerdos reflejando el modo de ser de
los pobladores y los acontecimientos que
conforman una existencia de la cual el lector
puede valorarlas desde la reflexión.
3. Lograr la diferencia del horizonte de
la superficialidad con la profundidad consiste
en ejecutar la percepción dinámica movida
por lo que está oculto, “la esencia”. El efecto
narrativo de mostrar ciertos escenarios va
teniendo sentido en la medida que son cap-
tados de manera individual, como el ejemplo
de Olegaria Rosa, la joven afectada por el
abuso sexual de las autoridades, mismas que
debían velar por la seguridad del pueblo.
Encontramos un tema del cual nos da una
referencia vivencial en la conciencia desde la
memoria, que permite meditar sobre situa-
ciones similares o al menos que ya poseen la
facultad para ir desarrollando valoraciones
de lo vivido. Por eso, La ciudad que borró sus
huellas tiene la variación de la sensibilidad
vital, porque retrata tanto las ideas influen-
ciadas por las vivencias del autor debido al
contexto social hondureño como con el de
Opame Chago. Su crítica gira en torno a los
procesos de transculturación que se dan
en las sociedades de ir dejando las viejas
costumbres e ir adoptando nuevas por la lle-
gada de extranjeros, por el poder imperante
que no permite valorar la vida de los demás.
Todos poseemos algún tipo de conciencia, la
pregunta es: ¿qué tipo de consciencia? Con
Ortega y Gasset, se quiere llegar a la profun-
didad, porque es la encargada de despertar
el espíritu humano, sin embargo se advierte
el problema de la traducción de los hechos,
con qué circunstancias, con qué personajes
se empatiza y por qué. Pues el efecto de
esta narrativa es mostrar escenarios que
aparentan estar aislados del momento, pero
al final exige su sello de una identidad –la
latinoamericana- impulsadas por las críticas
ante el quebrantamiento social reflejados
en los hechos históricos. Por lo tanto, el
ser humano es el único que puede poseer
conciencia, capaz de transmitir cultura a
través de las memorias para lograr entender
la nueva sensibilidad vital, ya que descubrir
los grandes ritmos históricos es parte de la
traducción de los hechos con las ideas.
75
 ISSN: 2520-9779
Cardona, Manuel. UNAH
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Madrid: Revista de Occidente.
Autor: José Manuel Cardona Amaya1
Ortega y Gasset, J. (1964). Obras
Completas Tomo VI (Sexta ed.).
Madrid: Revista de Occidente.
1. Máster en Historia Social y Cultural y Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de Hondu-
ras. Ha publicado artículos sobre el teatro en Honduras, la piratería, el proceso jurídico penal, la aplicación de la
legislación regia, las casas de corrección de menores y las epidemias entre campesinos e indígenas.

76 77
 Resumen
Los años finales del dominio español en Honduras estuvieron
marcados por una intensa persecución política. Entre mayor era la
crisis del Imperio Español, más se empeñaban las autoridades en
perseguir a los disidentes. En este artículo se discuten dos casos
de habitantes de la provincia de Honduras que se manifestaron
a favor del triunfo de Napoleón Bonaparte en su guerra contra
España (1808-1814). A partir de esos dos expedientes se explora
el patriotismo hispánico, la represión mediante herramientas jurí-
dicas y el deseo por el cambio político en la Honduras de la época.
También se discute la postura oficial de las autoridades políticas,
analizando el acta de rechazo al gobierno napoleónico y la jura de
fidelidad a Fernando VII. Igualmente, se añade un marco jurídico
para comprender en qué leyes se basaban las autoridades para
suprimir las voces disidentes.
Palabras claves: independencia, Napoleón, América, leyes, bona-
partismo
Abstract
The final years of Spanish rule in Honduras were marked by
intense political persecution. The greater the crisis of the Spanish
Empire, the more the authorities insisted on persecuting political
dissidents. This article discusses two cases of two inhabitants of
Honduras who demonstrated in favor of the triumph of Napoleon
Bonaparte in his war against Spain (1808-1814). From these two
files, Hispanic patriotism, repression through legal tools and the
desire for political change in the Honduras of the time are explored.
The official position of the political authorities is also discussed,
analyzing the act of rejection of the Napoleonic government and
the pledge of allegiance to Ferdinand VII. Likewise, a legal fra-
mework is added to understand what laws the authorities relied on
to suppress dissenting voices.
Keywords: independence, Napoleon, America, laws, Bonapartism
78
1. introducción
La influencia de Napoleón Bonaparte en el escenario histórico
trascendió su campo de acción inmediato. En la América Hispana,
su invasión y consecuente guerra con España se considera uno de
los puntos de partida de los movimientos independentistas que,
desde entonces, se batieron contra la monarquía española por su
libertad. Ciertamente, surgieron partidarios del gobierno español,
que a partir de juntas de gobierno mantuvieron la continuidad del
régimen imperial, pero, también aparecieron partidarios de los
franceses, que aclamaban el fin del restrictivo sistema político y
económico de los Borbones. Estos bonapartistas no gozaron de
mucha suerte, pues las autoridades fieles a los españoles movili-
zaron todo el aparato jurídico en su contra para apagar cualquier
indicio de rebelión.
En Honduras, la postura oficial adoptada por el Gobernador
Intendente y la Junta Central fue la fidelidad absoluta a Fernando
VII y el rechazo a cualquier disposición emanada de Napoleón.
A pesar de esto, las autoridades no podían controlar la opinión
popular y en corto tiempo fueron surgiendo voces disidentes, que
apelaban por el triunfo de las armas francesas por sobre España.
Estos bonapartistas pueden considerarse antecesores de los
independentistas que, en 1821, finalmente lograron la tan ansiada
libertad. Si bien es cierto que estas personas no promulgaban una
independencia, también lo es que añoraban un cambio de gobierno
y habían puesto sus esperanzas en la modernidad napoleónica.
En este artículo se discuten dos casos en los cuales los
acusados se manifestaron a favor del triunfo napoleónico en la
guerra y fueron procesados por las autoridades españolas. Estos
expedientes ofrecen valiosa información sobre la persecución
política en la Honduras previo a la independencia, además de
demostrar el choque entre el patriotismo hispano y los que
deseaban un cambio de gobierno. Adicionalmente, se explora
la postura oficial del gobierno de Honduras en cuanto al Rey y
Napoleón y se ofrece un marco jurídico para comprender qué
leyes respaldaban la supresión de los disidentes.
79

2. La invasión de Napoleón
a España y la independencia
de las colonias americanas
Napoleón Bonaparte había sido uno
de los héroes de la revolución francesa, al
comandar las armas de la nación gala en
contra de los invasores extranjeros que bus-
caban reimponer la monarquía borbónica
(Lyons, 1994). No obstante la admiración que
le expresaban los republicanos europeos
(Vega, 2018), Bonaparte decidió declararse
Emperador en 1804, restableciendo así una
monarquía en su país e iniciando un periodo
de agresiva expansión militar en Europa. El
plan de Napoleón era apaciguar con guerra
a los vecinos de Francia e imponer su mode-
lo jurídico, el Código Napoleónico en esas
naciones, con el propósito de alcanzar una
paz forzada (Lyons, 1994).
La entrada de Napoleón en España
se gestó por un error de cálculo de Manuel
Godoy, ministro de Carlos IV, quien decidió
pactar una alianza con los franceses para que
estos asistieran en una planeada invasión a
Portugal (Sánchez, 2014). Para Napoleón
esta alianza era en exceso ventajosa porque
los portugueses eran aliados de los ingle-
ses, acérrimos enemigos de la Francia de
la época y un golpe a los lusos significaba
un debilitamiento de los británicos. El 27
de octubre de 1827 se firmó el tratado de
Fontaineblue, en el cual España permitía
que los ejércitos franceses marcharan por
sus tierras y se dirigieran a Portugal con el
objetivo de ocupar aquella nación, tras lo
cual, ese territorio se dividiría en tres partes
(Perrupato, 2015).
80
Rápidamente, las tropas francesas
fueron ingresando al territorio español, sin
embargo, no se concentraron en la frontera
con Portugal, sino que ocuparon sitios clave
en toda la península. Pronto, la presencia de
tropas francesas causó tensiones entre la
población local hispánica y los sentimientos
de ira fueron dirigidos a Manuel Godoy, el
hombre que había facilitado tal situación.
El 17 de marzo de 1808 estalló el motín
de Aranjuez, un hecho que se considera
como el punto de partida de la caída del
"antiguo régimen" en España (Calvo, 2012).
Ese día, un grupo de funcionarios de la
nobleza asaltó el palacio de Aranjuez, en
donde vivía Godoy y por tres días sitiaron
ese local, hasta que el 19 de marzo abdicó
Carlos IV y ascendió su hijo, Fernando VII
al trono (Calvo, 2012). Aunque España con-
taba con nuevo monarca, el control francés
en el territorio había aumentado. El 2 de
mayo estalló la rebelión de la comunidad de
Madrid en contra de los franceses, la cual se
propagó por el resto de territorios ibéricos
(García, 2007). Con deseos de apaciguar la
situación, Napoleón forzó al antiguo Carlos
IV y a Fernando VII abdicar a sus derechos
al trono en 5 y 6 de mayo y a cedérselos a
él, lo que condujo al nombramiento de José
de Bonaparte como nuevo Rey de España
(Parra, 2010). Esto atizó los fuegos de la
revolución aún más. España se sumió en una
guerra que duró seis años, de 1808 a 1814,
y que devastó las poblaciones del territorio
pero también, redujo su gobernabilidad en
sus colonias americanas.
La influencia que esta guerra tuvo en
la América hispana fue inmensa y puede
considerarse como el hecho político que
condujo a la independencia de la mayoría
de colonias. Desde un punto de vista polí-
tico las posesiones españolas en América
lograron cierto grado de autonomía pues,
al romperse la cadena de mando, se nom-
braron las "Juntas de gobierno" que operaban
de una manera análoga a los antiguos fun-
cionarios regios (Bonilla, 2008). Cuando en
España se logró un nivel de normalidad la
corte en exilio, conocida como "Las Cortes de
Cádiz", fue capaz de enviar órdenes directas
a América, pero las acciones de gobierno
seguían dependiendo de la voluntad local de
las juntas. Las provincias americanas vieron
su oportunidad para emanciparse y España,
demasiado preocupada por sobrevivir ante
Francia no tenía el poder para evitar su
independencia. Jara (2011) argumenta que
estos primeros movimientos independen-
tistas surgidos a partir de la invasión con
Napoleón no vieron enfrentarse ejércitos
regios contra criollos americanos, sino
que se trató de una lucha entre dos polos
ideológicos entre los mismos habitantes del
Nuevo Mundo:
“…Países como México, las
Provincias de la Plata, la Gran Colombia,
Chile o Venezuela aparecerían desde 1810
como nuevos centros independientes para
relacionarse con los países que quisieran.
Sin embargo, para ello debieron llevar
a cabo guerras para poder distanciarse
de España que trató de impedir de
todas maneras que sus posesiones
dejaran de pertenecerle. Esas guerras de
la Independencia americana, significaron
más allá de combates entre americanos
y españoles, luchas sin descanso entre
habitantes de América pero pertenecientes
a diferentes bandos: que apoyaban la
causa independentista (patriotas), o los
que amantes de la continuidad, seguían
pensando que las autoridades peninsulares
debían seguir manejando los destinos
de sus países a la espera de la vuelta
al poder de Fernando VII (realistas). Se
puede hablar entonces que se produjeron
verdaderas guerras civiles entre los otrora
herederos de España…” (Jara, 2011, p.69).
Las Cortés de Cádiz buscaron alcanzar
un punto medio entre realistas e insurrectos:
redactaron una constitución que convertiría
a la monarquía hispánica en un aparato polí-
tico moderno. El documento resultante se
tituló "Constitución de la Monarquía Española"
y fue promulgado el 19 de marzo de 1812.
Entre sus innovaciones más relevantes lla-
maba al nombramiento de representantes de
cada una de las provincias, quienes ejerce-
rían en la corte española bajo la designación
de "diputados" (Rodríguez, 2009). Además
de esto, el texto aclaraba que "españoles"
eran todos aquellos nacidos dentro de las
posesiones de la Corona y, por lo tanto,
ponía fin a la distinción de costumbre que se
había adoptado entre criollos y europeos. El
caso de la promulgación de la Constitución
de la Monarquía es uno complicado, sobre
todo, por su abolición en 1814 y restitución
en 1820. La Constitución trajo a América
la idea de participación dentro del gobier-
no imperial español, no obstante, poco
después, el Rey apagó estas esperanzas al
reinstituir el absolutismo. Cuando la Cons-
81
 titución entró en vigencia una vez más, fue “…La Francia o mas bien el Emperador de los franceses después de haber
demasiado tarde: las colonias americanas ya bañado de sangre humana mucha parte de la Europa, la Asia y África, despojando a
habían decidido decantarse por la libertad. sus legítimos soberanos para introducir en el trono a sus parientes, intentó extender
su dominio a esta parte del Nuevo Mundo. Temió sin duda el valor y lealtad de los
Españoles. Temió, y con razón nuestra fidelidad incontrastable. Desconfió del poder
de sus armas y conducido de su ambición remitió el éxito de la empresa al fraude y

3. Honduras
al engaño. Arrancó por medios inicuos de las manos de nuestro legitimo Rey, y de su
mismo infante y de la renuncia de la Corona de Castilla de quien son inseparables

durante la invasión los vastos Imperios de las Indias…” (Junta General de Honduras, 1808, p.1).

napoleónica de Es claro que, desde un inicio, las autoridades de Honduras entendían la

España situación en España y el devenir de los hechos, lo que demuestra que no recibían
información adulterada. De especial atención es que hayan reconocido que Napo-
león había logrado infiltrarse en territorio español mediante una treta diplomática
Al momento de la ocupación de la península
y que las abdicaciones de Bayona habían sido forzadas. A este desprecio a las
Ibérica por Napoleón lo que hoy en día es el Estado
acciones del Emperador francés, las autoridades españolas añadieron su lealtad a
de Honduras era conocido como la Intendencia de
la Corona:
Comayagua, categoría política que había adquirido
“…Uniformemente dijeron, que no reconocen, ni reconocerán en tiempo
desde la reconfiguración territorial de 1788 (Tarace-
alguno los actos de renuncia que le expresan, teniendo como los tienen por
na,1998). La Intendencia comprendía los antiguos territorios de la Gobernación de
desunidos de toda autoridad, y fuerza extrínseca, y por violentos ilegales y nulos
Honduras y de la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa y tenía su cabecera de gobierno
por otro: y en su consecuencia renovaron todos el juramento de fidelidad a nuestro
en la ciudad de Comayagua en donde residía su máximo magistrado, el Intenden-
legítimo soberano y a las leyes que actualmente nos rigen; guardando toda unión
te (Taracena, 1998). Este funcionario manejaba las diversas divisiones políticas
y conformidad con los magistrados para que se conserve ilesa nuestra sagrada
llamadas "subdelegaciones" mediante subdelegados de intendentes. Este sistema
Religión, y se mantenga el bueno orden y fragilidad pública; y protestando no admitir
político había generado oposición desde su concepción porque el territorio de la
jamás ninguna autoridad extranjera…” (Junta General de Honduras, 1808, p.2).
Alcaldía Mayor de Tegucigalpa estaba acostumbrada a la autonomía de gobier-
no desde su creación en el siglo XVI, cuando todos sus asuntos eran resueltos
A este acto de lealtad le siguieron otros, por ejemplo, el pronunciamiento de
ya sea por la autoridad local o por el presidente de la Audiencia de Guatemala
un discurso realista por el regidor Joaquín Fernández Lindo, que reafirmó la adhe-
(Navarrete, 2017). Ahora los vecinos de Tegucigalpa veían una nueva traba buro-
sión de la Intendencia de Comayagua al gobierno español un año después (Lindo,
crática, al tener que dirigir sus quejas al Intendente en Comayagua antes que a los
1809). Todo lo anterior demuestra que la política oficial de las autoridades hondu-
togados en Guatemala. En consecuencia, los vecinos de la antigua jurisdicción de
reñas era oponerse al bonapartismo y apoyar a España en la guerra que se libraba
la Alcaldía Mayor albergaban un resentimiento hacia las autoridades políticas de
en la península. No obstante la postura oficialista, lo cierto es que la invasión
la Intendencia en Comayagua (Navarrete, 2017).
de Napoleón a España despertó en ciertos hondureños un deseo de separación
En Honduras se recibió la noticia que Napoleón había iniciado una guerra del gobierno español. Los casos expuestos en este artículo son evidencia de tal
con España en septiembre de 1808. Casi de inmediato el Intendente convocó a sentimiento y también, demuestran que la postura oficial de las autoridades los
una junta de las autoridades políticas y, reunidas en sesión en Comayagua el día condujo a perseguir judicialmente a los disidentes. Como se demostrará en los
8 de ese mes, declararon su lealtad a Fernando VII. Las actas que se levantaron próximos apartados, la guerra en la península Ibérica había sembrado la semilla de
ese día dejaron expresas dos cosas: el repudio hacia la abdicación forzada del la libertad en ciertos pobladores de Honduras y el gobierno de la Intendencia se
monarca y el juramento de fidelidad al Rey. En el siguiente pasaje la Junta General dio la tarea de aplastarla.
expresó su opinión sobre Napoleón:

82 83

4. Leyes que apoyaban la persecución
de disidentes políticos
Si bien el patriotismo hispánico se
exaltó al momento de la invasión francesa
a España, se debe de indicar que desde el
reinado de Carlos III se contaba con una
legislación en exceso represiva en contra de
los disidentes políticos. Este marco jurídico se
conformó entorno a la transición vivida por la
monarquía hispánica, que pasó de una insti-
tución poli-sinodal con los Habsburgo a un
ente absolutista con los Borbones (Bernardo,
2008). Comprender las leyes que perseguían
la persecución política se vuelve esencial
al momento de estudiar los respaldos con
84
los que contaba la autoridad para apresar a
todos aquellos que expresaran opiniones en
contra de la Corona.
En este campo la legislación más rele-
vante es la Real Pragmática del 17 de abril de
1774, expedida en Aranjuez por Carlos III y
que posteriormente se codificó en la Novísima
Recopilación de las Leyes de España como la Ley
V del Título XI. El texto de la legislación incluía
veinte puntos cuyos aspectos más relevantes
eran los siguientes: se suprimía el privilegio
de fueros en los casos de conmoción popu-
lar; las autoridades debían de deshacerse
de cualquier pasquín sedicioso y perseguir a
sus autores; aquellas personas que copiasen,
leyesen o escuchasen el contenido de estos
papeles serían considerados cómplices del
delito; los transeúntes debían retirarse a sus
casas mientras durase el tumulto; los milita-
res se retirarían a sus cuarteles y aguardarían
órdenes de las autoridades políticas y; cual-
quier resistencia sería contrarrestada con la
fuerza (Novísima Recopilación de las Leyes de
España, 1805, pp.339-341). Como se aprecia,
antes de la crisis causada por la guerra con
Francia, los dominios españoles ya habían
movilizado un aparato represivo temible,
las restricciones eran vastas hasta llegar al
punto de considerar a un inocente lector de
un pasquín como un cómplice en la rebelión.
La legislación en cuanto a persecución
de los disidentes no mejoró con la llegada de
la Constitución de la Monarquía Española de
1812. Aunque esa Carta Magna introdujo
una seria de contrapesos al poder del Rey, su
figura propiamente se hizo intocable, median-
te el artículo 168 del capítulo I del Título IV,
que exponía: "…La persona del Rey es sagrada
e inviolable, y no está sujeta a responsabilidad…"
(Constitución Política de la Monarquía
Española, 1812, p.63). En consecuencia se
estableció constitucionalmente como delito
cualquier ofensa a la persona del Rey y, por
extensión, a su mandato. De esta manera, la
llegada de la Constitución no redujo la perse-
cución política hacia los disidentes, sino que
la justificó.
5. Bonapartismo
y anti-hispanismo
en Honduras
El primer caso a discutir tiene sus
orígenes en 1810, con la llegada de un
personaje francés a Nacaome. Las voces
populares corrieron el rumor que el francés
era un emisario de Napoleón Bonaparte y
que como respaldo portaba un pasaporte
con la estampa de un águila rosada. Según
los reportes, este visitante ultramarino iba
de poblado en poblado, preguntando las
leguas de distancia entre los pueblos y qué
bienes de comercio se producían, todo lo
cual apuntaba en un pequeño diario (Ramos,
1811). Este extranjero fue acogido en la casa
del Teniente de Intendente, José Vela, quien
manifestó que su intención era desenmas-
carar al francés y mostrarlo como un espía
en los territorios hispanos (Ramos, 1811).
Según el mismo José Vela, para lograr este
propósito, convidó al francés expresándose
positivamente de Napoleón y vaticinando el
éxito de su guerra contra España. No obs-
tante, los presentes no percibieron en las
palabras del Teniente de Intendente dobles
intenciones, sino que lo consideraron un
bonapartista insurrecto.
Un año después, en 1811, Joaquín de
San Martín, uno de los hombres que estuvo
presente en la conversación entre el francés
y José Vela, puso una denuncia contra este
último por el delito de sedición. San Martín
declaró que su acusación se realizaba por "…
mi lealtad y patriótico amor a nuestra sagrada
religión, a nuestro soberano Augusto Fernando
85
 Séptimo y a nuestra nación española…" (Lindo,
1811, p.2), lo que no debe de extrañar, por-
que en esos momentos España se batía en
una guerra que amenazaba con extinguirla
y, por consiguiente, los sentimientos a favor
y en contra de su causa tendían hacia los
extremos del espectro de opinión. El acu-
sador alegó que José Vela había dicho lo
siguiente:
“…El héroe talentoso e ingenioso
Bonaparte será memorable y laudable
sobre todas las historias de las testas
coronadas y que conquistará con sus
formidables ejércitos la España y sus
dominios y será Rey y señor de ella: que las
noticias por gacetas de España que refieren
hechos favorables a ella son imposturas
falsas para que los de América manden
dinero para invertirlo en sus comercios
o particulares utilidades desprendidas
de la guerra…" (Lindo, 1811, p.3).
Hay en ese pasaje, dos opiniones
notorias que es necesario discutir: primero,
la excepcionalidad napoleónica y segundo,
la desconfianza en las instituciones españo-
las. Ciertamente, la fama de Napoleón había
llegado a la América hispana antes de su
invasión a la península Ibérica, en donde era
considerado un genio militar y reformador
de las instituciones estatales. Una vez los
ejércitos franceses marcharon sobre Espa-
ña, parte de la población lo consideró un
libertador que traería consigo la modernidad
del aparato político francés y los libraría de
las políticas restrictivas de los Borbones. En
el pasaje anterior se aprecia esta postura, al
considerar José Vela que Napoleón Bona-
parte era una de esas figuras que marcaban
la historia y que, con sus excepcionales
dotes, podría hacerse con la conquista de
86
España con facilidad. Por otro lado, la
desconfianza a las instituciones españolas
quedó patente, cuando el acusado afirmó
que el dinero que se enviaba a la península
para financiar la guerra era malversado. Por
sí sola, esta segunda postura demuestra la
pérdida de reputación del gobierno español
en Honduras y se debe de asumir, que José
Vela no era el único habitante de la provincia
que ostentaba estas ideas.
Resulta que José Vela, no solamente
profería palabras en contra de España, sino
que los vecinos de Nacaome sospechaban
que estaba planeando una insurrección.
Según el acusador, este no denunció inme-
diatamente a Vela, sino que prefirió dejar
pasar sus expresiones y vigilarlo por algu-
nas semanas. Después de varios días de
pesquisas, este concluyó que Vela era un
bonapartista basándose en las evidencias
expresadas en el siguiente pasaje:
“…Es un partidario Bonapartista
pues esta prostituido y entregado
abiertamente al vicio del aguardiente de
modo que diariamente la toma y se ebria
no cumple ha muchos años con el sacra-
mento de la penitencia de la caristia vive
amancebado con escandalo de las gentes.
Es usurero y ventajosísimo esta acostum-
brado a la fascinación introduce cismas
en los pueblos contra el juez territorial de
este partido, con falsas imposturas, mucha
arrogancia, y desvergüenza se opone a las
sabias, y bien medidas providencias de V.S.
aborrece a los españoles de este vecindario
y los insulta con dicterios. Y últimamente,
esta sublevando a los mulatos e indios
para que los aclamen por teniente de
este partido…” (Lindo, 1811, pp.5-6).
Aparentemente, José Vela había
pasado de los sentimientos a las acciones
concretas. Este caso expone los extremos a
los que había llegado la polarización social:
Joaquín de San Martín, el acusador, era un
acérrimo españolista, mientras que José
Vela, el indiciado, era un bonapartista
entregado. Si bien, Vela deseaba el triunfo
de Napoleón y el fin de las imposiciones
fiscales borbónicas, este no hablaba de
independencia ni de separación de las colo-
nias hispánicas, sino de tener a Bonaparte
como nuevo Rey. Sin embargo este deseo de
libertad del dominio imperial hispánico, es el
germen que en años posteriores engendra-
ría la idea de independencia propiamente.
Vela se defendió ante las autoridades,
utilizando el alegato que solamente había
vertido opiniones sediciosas para ganarse la
confianza del francés y provocar que este se
pronunciara como un enviado de Bonaparte.
Para mala suerte del acusado cuando las jus-
ticias realizaron las averiguaciones debidas,
los testigos afirmaron que Vela y el francés
habían conversado cosas adicionales sin que
nadie los haya escuchado y que los dichos
del acusado tenían todo tinte de sinceridad
(Ramos, 1811). Las acusaciones en su contra
llevaron a que las autoridades españolas
decomisaran sus bienes y lo pusieran en
prisión (Ramos, 1811). A finales del año
de 1811, Vela seguía encarcelado y no se
encontraron expedientes que siguieran su
causa, por lo que se desconoce su destino.
El siguiente caso se desarrolló en
1812, cuando la guerra en la península había
tomado un giro positivo para los españoles.
El 15 de noviembre de ese año se recibió en
Tegucigalpa la noticia que España triunfaba
por sobre Napoleón (Iribarren, 1812), muy
probablemente refiriéndose a la victoria en
la Batalla de Arapiles del 22 de julio, a la
liberación de Madrid del 12 de agosto o a
la toma de Sevilla del 27 de ese mismo mes.
Al llegar las noticias a la ciudad se envió a
un grupo musical a recorrer las calles y
comunicar los sucesos y aquellos fieles al
Rey, fueron sobrepuestos por la emoción y
comenzaron a salir de sus casas en celebra-
ción y gritar "vivas" al monarca. Entre este
jolgorio se levantó una voz disidente que
llamaba a la caída del España y al triunfo
francés, como lo revela el siguiente pasaje:
“…La noche del 15 del corriente
en la concurrencia de la música con que
se celebraban las plausibles noticias de
la península y la victoria de las armas
Españolas y las expresiones con que se
produjo Juan Antonio Duarte o Garay
entre las vivas y aclamaciones generales
dijo el subteniente de Cayetano Benítez
que es tan cierto haberse producido el
expresado Duarte con las infames voces
de Viva Francia y muera España que el
sargento que mandaba la patrulla indigna-
do de oírlo le pego un bofetón y el mismo
que habla le pego un latigazo con el sable,
pero que habiéndose agolpado la gente se
les confundió entre ella y no lo pudieron
prender…” (Iribarren, 1812, p.8).
Quizá, el dato más curioso que otorga
el anterior pasaje es la idea que, al elevarse
una voz disidente entre la multitud, este
fue castigado a golpes inmediatamente.
Este no es un hecho trivial porque condu-
ce a pensar que cualquier otro opositor al
régimen callaría sus protestas por el miedo
a enfrentar un mismo tormento y, por lo
tanto, la hegemonía patriótica que los
españoles promulgaban no era más que
87
 una ilusión sostenida por la violencia. Ya
que el acusado de insultar a la monarquía
se había fugado, las justicias iniciaron un
proceso para capturarle y comprobar los
hechos. En los interrogatorios, se presentó
una variación de la acusación diciendo unos
que el acusado había dicho "…mueran todos
los hijos de puta de España…" (Iribarren, 1812,
p.8) y otros que el indiciado se dirigió direc-
tamente a una autoridad española y le dijo
"…primero morirás tu por hijo de puta que los de
España…" (Iribarren, 1812, p.8). Finalmente
otro testigo añadió que Duarte se expresó
con "…Viva Francia y muera todo hijo de puta
de España añadió y todo Europeo también…"
(Iribarren, 1812, p.16).
El ambiente político estaba tan exal-
tado que las autoridades locales juzgaron
prudente enviar el informe a Comayagua, en
donde se encontraba el licenciado José San-
tiago Milla, asesor legal, para que este diera
su opinión. La opinión experta pronunciada
por Milla demostró el temor que los españo-
les tenían a un brote independentista local y
fortalece la hipótesis que el dominio hispá-
nico en la región se mantenía solamente por
la fuerza y no por un consenso general de la
opinión pública. El pasaje más relevante de
la opinión de Milla es el siguiente:
“…El asesor opina que a este
fanático lo agita alguna mano oculta,
o más propiamente que su voz ha sido
el órgano por donde ha descubierto un
veneno el fuego mal apagado en aquella
villa que es urgente ya descubrirlo en
su origen y sofocarlo enteramente
con castigos ejemplares, y capaces de
imponer…” (Iribarren, 1812, p.12).
88
El temor de Milla no era infundado,
el primero de enero de 1812 se había dado
un pequeño motín en Tegucigalpa por pro-
blemas con la elección de las autoridades;
este hecho fue abordado de una manera
errónea por los políticos y creció de modo
que se tuvo movilizar una fuerza armada
para apaciguar la villa (Soriano, 2013). Para
el asesor legal, las palabras de Juan Antonio
Duarte eran un remanente de esta rebeldía
y si no se suprimían podían llegar a encen-
der un movimiento armado en contra de
España. Las justicias se tomaron en serio
estas palabras del asesor y en su interroga-
torio a las personas de interés, añadieron
la siguiente pregunta: "…Si sabe o ha oído
decir que Duarte en conversaciones particu-
lares anteriores a cita ocurrencia haya vertido
proposiciones igualmente escandalosas o que
manifiesten aborrecimiento a los europeos u
otras ideas contrarias a la tranquilidad y sosiego
de la sociedad…" (Iribarren, 1812, p.16).
A pesar de la indignación de las auto-
ridades ante las expresiones de Duarte y de
la diligencia con la cual se condujo su pro-
ceso, los españoles no lograron la condena
del acusado. El mismo Duarte se defendió
alegando que se encontraba ebrio cuando
vertió las expresiones sediciosas y su
defensor aprovechó este testimonio para
convocar a varios testigos de la villa que
conocían al acusado. Estos allegados comu-
nicaron que Duarte tenía una enfermedad
de "hombre loco" (Iribarren, 1812, p.50)
y que por momentos desvariaba y decía
"disparates" (Iribarren, 1812, p.50) y que
era extraño que este estuviera en sus caba-
les. Nada pudo hacer el tribunal, más que
declarar nula la causa contra Duarte por su
estado mental.
Estos dos casos revelan que la guerra de Napoleón contra Espa-
ña motivó, en algunos sectores de la población, el deseo por el fin del
gobierno español en Honduras. Resulta elocuente que las personas
procesadas en estos casos no hayan sido intelectuales ni altos funcio-
narios, al contrario, se trató de figuras menores dentro de la vida de la
Honduras colonial. Esto muestra que el desprecio a las medidas de los
Borbones no era algo exclusivo a los círculos de discusión académicos,
sino que también entre la gente común iba surgiendo la idea de que
una separación con España era la mejorar alternativa para el futuro de
la provincia.
conclusiones
La Independencia de Centroamérica fue un largo y complejo
proceso, cuyas raíces pueden encontrarse en los cambios introducidos
por los Borbones en el aparato imperial en la segunda mitad del siglo
XVIII. En ese vasto cuadro histórico, la invasión de Napoleón a España
jugó un papel clave en impulsar a las colonias americanas a buscar
su libertad. El debilitamiento de la monarquía hispánica, sumado a la
autonomía de las Juntas de Gobierno que se conformaron en América,
gestaron el ambiente propicio para el surgimiento de los movimientos
independentistas. Aún con estas condiciones, el proceso se vio retar-
dado por la fiera persecución política y jurídica desatada por aquellos
que le eran fieles a Fernando VII.
En Honduras, la figura de Napoleón encontró simpatizantes
entre los pobladores que estaban resentidos con las políticas restric-
tivas del régimen Borbón. Estos bonapartistas fueron reprimidos por
las autoridades políticas quienes, utilizando la legislación existente de
la época, les hicieron cargo de sedición, es decir, traición al Rey. Tal
demostración de poder de los funcionarios españoles disuadió a otros
de demostrar su apoyo al derrocamiento de los Borbones pero tam-
bién desprestigio al gobierno colonial ante los ojos de los locales. Una
vez terminó la guerra y España salió victoriosa, Fernando VII traicionó
a aquellos súbditos que le habían sido leales y abolió la Constitución
de la Monarquía. Este hecho significó la pérdida del último gramo de fe
que tenían los americanos en ese monarca y desató la siguiente oleada
de independencias en América, entre las cuales se contó Honduras, en
su calidad de provincia del Reino de Guatemala, en 1821.
89
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http://hdl.handle.net/10550/69352
91
 ISSN: 2520-9779
Zuñiga, Rafael. UNAH
razuniga7@gmail.com
RESUMEN:
La nueva propuesta literaria hispanoamericana de finales
del siglo XIX resalta a los escritores del modernismo como la
manifestación cultural de una nueva sensibilidad estética que
le permitió adquirir plenitud y autonomía. En ese sentido, para
poder comprender el desarrollo histórico y filosófico del moder-
nismo como movimiento literario, se analizan algunas ideas del
pensamiento de Walter Benjamín al referirse a las circunstan-
cias y condiciones materiales del poeta Charles Baudelaire al
comenzar una nueva escena poética en Francia, influyendo de
sobremanera a los poetas del modernismo latinoamericano.
Además, en la filosofía de José Ortega y Gasset, se analiza la
contraposición entre el arte nuevo y el estancamiento en valores
tradicionales en la cultura española durante el siglo XIX, lo que
impide que una nueva sensibilidad artística y política se logre
desarrollar, situación que le resta para continuar como centro
cultural de la América Hispana, porque permite identificar valo-
res orientados al antiimperialismo y lo decolonial.
Palabras clave: Estética, modernismo, arte nuevo, decolonial, Lati-
noamérica.

Autor:
Rafael Antonio Zúniga Mejía1
1. Rafael Zúniga es Licenciado en filosofia UNAH. Máster en Filosofía con
línea de investigación en Estética, Etica y Filosofía Política en la Universidad
Federal de Pará, Brasil. Doctor en Letras con línea de investigación en
Literatura Comparada en la Universidad Federal de Ceará, Brasil. Actual-
mente es profesor en el Departamento de Filosofía en la UNAH.
ABSTRACT:
The new proposal Hispanic American literary of the late of
the Twenty Century stand out a modernism´s writers as the cultural
manifestation of a cultural new aesthetic sensibility that allow it to
acquire fullness and autonomy. In this sense, in order to understand
the historical and philosophical development of modernism as literary
movement, analyze some ideas of the thought of Walter Benjamin
about the circumstances and material conditions from which the
poet Charles Baudelaire begins a new poetic scene in France greatly
influencing these writers. Also, from the philosophy of José Ortega
y Gasset, the new art is analyzed, as opposed to the stagnation of
values in tradition by Spanish culture during the nineteenth century,
which prevents a new artistic and political sensibility from taking
place managed to develop, a situation that remains to continue as the
cultural center of Hispanic America, because allows to identify values
oriented to decoloniality and anti-imperialism.
Keywords: Aesthetics, modernism, new art, decolonial, latin America.

92 93

INTRODUCCIÓN
L
os países latinoamericanos tienen un pasado común de
subyugación cultural y los intereses de los Estados se han encaminado
en reproducir una nueva forma de ser, orientada a las creencias religiosas
y científicas que se desarrollaron en la cultura de conquista. Es común
escuchar en el imaginario colectivo la tesis sobre las circunstancias que
ayudaron a la conquista de los pueblos americanos, es decir, la predispo-
sición que tuvieron estos pueblos pre hispánicos de esperar a una deidad
extranjera mencionada en sus creencias como parte de sus relatos pro-
féticos. La conquista europea significo la muerte de la cultura originaria
casi en su totalidad, en ese sentido, la siguiente reflexión se refiere a la
estética que sugirió una propuesta antimperialista en Latinoamérica, con
una literatura renovada, que apareció por la necesidad de un cambio en los
valores culturales tradicionales, encargados de reproducir la institucionali-
dad durante la conquista.
La reflexión es sobre los supuestos estéticos de la literatura del
modernismo de finales del siglo XIX, del modo de ser y de representar una
nueva estética como un complejo entramado de propuestas que buscan
nuevos valores promovidos en la "Belle Époque" europea. El movimiento del
modernismo surge en una época donde los supuestos creativos utilizados
entran en conflicto entre la tradición y las nuevas formas de
comprender la fluidez cultural dando continuidad al cambio,
reaccionando a lo establecido y manifestando un pensamien-
to de libertad con un nuevo lenguaje en las artes literarias:
en la poesía, la prosa, el ensayo y la crónica periodística.
Los escritores del modernismo latinoamericano se
identificaron con la nueva estética parisina de mediados
del siglo XIX, con la moda y toda una cultura que se
oponía a la hegemonía establecida por el romanticis-
mo, movimiento cultural que tuvo su mayor auge
en Alemania y que se multiplicó por Europa. Este
supuesto de cambio en los valores estéticos sirve
para poder realizar un acercamiento teórico-fi-
losófico del contexto social y cultural del texto
escrito por Walter Benjamín titulado El Paris
de Baudelaire (2012) logrando analizar ciertas
relaciones necesarias dentro de la nueva
poesía surgida en París.
94
En dicho texto Benjamín expone
ciertas circunstancias que llevan al poeta
Charles Baudelaire a cambiar su sentido
estético desde la misma existencia por su
insatisfacción a la burguesía, situación que
sobrepasa las limitantes de una revisión
solamente histórica del personaje y pro-
pone desde la crítica, descifrar la poesía
“como una figura del espíritu absoluto, tal
como correspondía a la sociedad productora de
mercancías hacia la mitad del siglo XIX y que se
volvió expresión de la alienación en que aquella
mantiene a los hombres” (Benjamín, 2012,
pág. 12). Baudelaire realizó su poesía con un
lenguaje alegórico que se refiere a las mer-
cancías y a las relaciones existentes con los
medios de producción, donde la devaluación
Detalle de portada
de lo espiritual es un producto directo de
del libro: El país de las mercancías, siendo estas, la base de la
baudelaire de Walter devaluación del entorno humano.
Benamin, (2012).
Lo que interesa mostrar a Walter
Benjamín es cómo desde una crítica de la
economía política se logra interpretar la ale-
goría utilizada por Baudelaire identificando
las representaciones de las apariencias de
las cosas como mercancías. Por lo tanto, lo
alegórico está constituido de fenómenos
donde “la desvalorización específica del mundo
presente en la mercancía es el fundamento de la
intención alegórica de Baudelaire” (Benjamín,
2012, pág. 29). Es así que se logran las
condiciones de los primeros antecedentes
del modernismo considerando las relaciones
sociales de producción existentes en la pri-
mera mitad del siglo XIX en París, como lo
problematiza Benjamín (2012) al decir que
era una ciudad que atraía a los extranjeros
por sus mercancías y escaparates, por lo
novedoso de su arquitectura, la iluminación
artificial generada por lámparas de gas, las
vías locomotoras y demás situaciones que
hacen tangible un nuevo cambio social.
No es casual que Víctor Hugo promulgue
su manifiesto “A los pueblos de Europa” en la
exposición Universal de 1867, situación que
“hace posible la fantasmagoría de la cultura
capitalista y París se manifiesta como capital del
lujo y de las modas” (Benjamín, 2012, pág. 54).
En ese sentido, comienza todo un ritual de
adoración hacia el fetichismo y la mercancía,
percibiéndose una idea de progreso dirigida
hacia lo novedoso, por lo que Benjamín la
problematiza realizando una desvalorización
de la historia ya que se vuelve un tedio del
eterno retorno, lo que confirma a los pro-
cesos de producción e intercambio compra/
venta como la base donde se ha fetichizado
la producción artística “lo siempre igual, lo
mortuorio de la alegoría en Baudelaire está
basado en la historia sin signo histórico alguno”
(Benjamín, 2012, pág. 33). Esta situación
denota la filosofía de la historia de este
autor como un estado de detención donde
se pueden analizar los bienes culturales.
El análisis comienza tomando en cuen-
ta el trasfondo socioeconómico del Segundo
Imperio (primera mitad del siglo XIX), donde
la lucha del proletariado quedó relegada
por dos décadas luego que “Blanqui, su líder
más sobresaliente, ya había sido puesto fuera
de juego después de las manifestaciones del 15
de mayo de 1848” (Benjamín, 2012, pág. 35).
También por el impacto de la industria del
Estado bonapartista la forma de intercambio
del arte se dio como parte de la devaluación
de lo humano, desde una economía donde
lo novedoso forma parte de un sistema
económico que está determinado por el
intercambio de mercancías.
95
 Esta propuesta de un análisis crítico del contexto económico e "...Por otra parte, estoy tan acostumbrado
histórico de la alegoría utilizada por Baudelaire, descubre la experiencia a los sufrimientos físicos, sé tan bien cómo
alienada del trabajo explotado en el sistema capitalista. Es así que el pre- ajustar dos camisas bajo un pantalón y una
cio de las mercancías se establece desde lo irracional “y queda reflejado en
chaqueta rasgada que el viento atraviesa; soy
la relación de la alegoría con aquello que va representando en cada caso y que se
tan hábil en adaptar las suelas de paja o hasta
la atribuye cada vez como significado” (Benjamín, 2012, pág. 30). La moda es
aquello que hace que la alegoría se vuelva una mercancía, por eso Benja- de papel bajo los zapatos, que casi ya no siento
mín relaciona la mudanza de los significados alegóricos con lo novedoso. más que los dolores morales. Sin embargo,
Lo alegórico se convierte “en una reflexión del carácter fetiche del mundo de hay que reconocerlo, he llegado al punto en
la mercancía: a la idealización engañosa del mundo de la mercancía se opone su que ya no me atrevo a hacer movimientos
adulteración en la alegoría. La mercancía trata de mirarse a sí misma a la cara”
bruscos ni caminar demasiado por miedo
(Benjamín, 2012, pág. 31). Y al mirarse a sí misma como una mercancía,
a destrozar mis cosas antes de tiempo..."
posibilita la libertad espiritual del poeta en su visión de identificar una
realidad esperanzadora. (Benjamín, 2012, pág. 144).

Además de lo anterior, hay dos cosas interesantes que Benjamín

toma en cuenta en su texto El París de Baudelaire (2012). La primera,
cuando se refiere a la forma de cómo el paisaje de la ciudad -París- se Entonces la idea del héroe sirve para explicar la constitución Charles Baudelaire, 1869.
del sujeto desde un ethos moderno sirviendo para comprender la Edouard Manet (French,
convierte en fuente de inspiración dentro de la poética de Baudelaire 1832–1883). Etching; The
con la mirada de un alienado, de un Flâneur1, un caminante observador individualidad del artista que se orienta hacia la búsqueda de un
Cleveland Museum of Art,
que retrata la ciudad desde el recurso literario de la fisiología, realizando posible comprador que lo convierte en un bohème3. Entonces, los Gift of The Print Club of
antecedentes que logra rastrear Walter Benjamín cuando analiza la Cleveland 1981.93. https://
descripciones que se refieren a las situaciones muy propias en las cuales
archive.org/details/clevela
escribe el poeta. Pero la imagen del Flâneur también busca identificar figura de Baudelaire, sirven como supuestos para comprender las
art-1981.93-charles-
cómo se estaba concibiendo un mercado de la poesía, donde el poeta, nuevas formas poéticas y las propuestas de creación literaria en baudelaire

se sumerge dentro del mundo del intercambio mercantil. Desde luego,
Baudelaire no se ajustará a esta situación de encajar desde su poesía, es
decir, encajar con el mercado y la moda, situación que retrata como un
gesto de prostitución literaria2. La segunda, es la constitución necesaria
de la figura del héroe que glorifica las pasiones y la fuerza, del héroe que
rivaliza con lo establecido alejado de lo material como un desposeído. La
idea de un poeta alejado de situaciones del mundo, de lo banal, de los
bienes materiales, expuesto casi a la intemperie, lo expresa Baudelaire en
una carta enviada a su madre el 26 de diciembre de 1853:
1. Puntualmente, Walter Benjamín se da cuenta que, sin las fisionomías literarias, la figura del Flâneur entendido
como el caminante que se siente en casa en las calles de la ciudad y “cuya inteligencia se dirige al mercado”
(Benjamín, 2012, pág. 57) no puede demostrar su sentir y poética.
2. En la poesía Bendición del libro de Baudelaire Las flores del mal (1982) utiliza la metáfora del oficio del
poeta aludiendo a la prostitución cuando en uno de sus versos dice: "Por las calles y plazas su mujer va
pregonando: Ya que tan hermosa le parezco y mucho me adora. Desempeñaré el oficio de los ídolos antiguos,
y quiero que como a ellos, de oro se me cubra” (Baudelaire, 1982, pág. 12). El poeta es entendido como
vendedor de su inspiración a cambio de una incorporación en el mercado de la poesía.
América Latina. Personajes como José Martí, Rubén Darío, Manuel
Gutiérrez Nájera, Amado Nervo, José Rodó, Leopoldo Lugones,
José Santos Chocano, Froylan Turcios, Juan Ramón Molina, Luis
Andrés Zúñiga, Gabriela Mistral, Lucila Gamero de Medina por
mencionar algunos, forman parte de este grupo de escritores del
modernismo. Lograr una comprensión del nuevo sentido estético
que surgió en Latinoamérica debido a la decadencia de las formas
culturales de España, es el problema central de este escrito. Es por
ello, que se revisarán algunas ideas propuestas por José Ortega y
Detalle de portada del
Gasset ayudando a comprender de mejor forma el desface cultural,
libro: El tema de nuestro
sobre el arte nuevo, estableciendo relaciones desde la cultura, la tiempo de Ortega y Gasset,
historia y la sociología del arte. Madrid (1923).
3. Se refiere a la denominación que hace Marx en el Die Neue Zeit 4 (1866) p. 555 a los conspiradores de
profesión, los cuales su condición de vida determinan su carácter “su existencia vacilante, que más dependía
de la casualidad que de sus propias actividades, su vida sin reglas, cuyas únicas estaciones son las posadas de los
comerciantes de vino” (Benjamín, 2012, pág. 68).

96 97

LA SITUACIÓN CULTURAL DE ESPAÑA
L a estrecha relación cultural
que existe entre España y Latinoamérica ha
manifestado cambios en la política, la moral y
los valores culturales que han sido necesarios
para el reconocimiento de ciertas circuns-
tancias históricas. Entre estas circunstancias,
por ejemplo, se hace necesario mencionar el
cambio del rumbo político que se produjo en
el principio del siglo XIX en las colonias his-
pánicas, la intromisión de los ingleses y luego
la de los Estados Unidos de América con la
intención de lograr desplegar en el territorio
caribeño sus intereses mercantiles y tales
conflictos determinarían a los nuevos Estados
latinoamericanos que pasarían a ser parte del
menú imperialista. El crecimiento económico
y el progreso industrial de Norte América, lo
llevará a convertirse en Emporio del capitalis-
mo, trayendo consigo los procesos ligados a
políticas de extracción de recursos naturales
como lo sucedido en
los enclave bananeros
que se establecieron
en Honduras, Costa
Rica y Ecuador por
mencionar algunos.
La modernización
de los Estados
Latinoamericano
no fue del todo
satisfactoria,
ya que la
mayor parte
de las pro-
mesas no
98
EN EL PENSAMIENTO CRÍTICO
DE JOSÉ ORTEGA Y GASSET
se cumplieron por la complicidad, ambición y
malas decisiones tomadas por los grupos de
poder; por una generación de políticos que
acrecentaron sus cuentas bancarias persona-
les por medio de sobornos e injusticias.
Bajo este contexto, en Latinoamérica
comienza a forjarse una nueva forma de
expresión literaria con un nuevo espíritu de
creación, dirigido al reconocimiento de los
acontecimientos que se refieren al porvenir
de la región, a la reflexión sobre la identidad
y al modo de ser propio con la propuesta de
divulgación y de apertura cosmopolita. Esta
nueva actitud hacia los asuntos culturales
es lo que se ha problematizado con la inten-
ción de comprender a esta generación de
creadores que demarcaron una diferencia
estética, dirigida hacia un nuevo sentido
literario. Para ello, se identifican algunas
situaciones culturales de España en el pen-
samiento del filósofo José Ortega y Gasset
que impidieron comprender las nuevas
formas de creación literaria.
En su texto El tema de nuestro tiempo
(2005) reconoce a la historia como un cuerpo
con una anatomía perfecta que, si se logra
establecer de forma correcta, ayuda para la
comprensión de las variaciones del espíritu
humano. Entonces ¿Cómo surge el pensa-
miento de una época? Ortega y Gasset dice
en este texto que todo pensamiento humano
se dirige al conocimiento verdadero, logrando
viabilidad de verdad, construyendo sus pre-
supuestos científicos desde el pensamiento
pasado, es decir, el nuevo conocimiento los que marcan el devenir histórico, pero
surge de las relaciones, análisis del pensa- solamente si tienen un reconocimiento y una
miento pasado y los nuevos supuestos. Logra reacción en los individuos de su época. El
identificar dos grupos en los cuales se divide pensamiento vitalista orteguiano reconoce
la colectividad intelectual: la gran masa
mayoritaria de los que insisten en la ideo-
logía establecida y, el otro grupo, la escasa
minoría de corazones de vanguardia “de almas
cómo la historia se asemeja a un ser vivo, en
donde se dan relaciones desde lo existencial
con los individuos de una misma generación.
alertas, que vislumbran a lo lejos zonas de piel
aún intactas” (Ortega Y Gasset, 2005, pág. 6). "...Una generación es una
Esta minoría será la que no es correctamente variedad humana, en el sentido
interpretada y, por lo tanto, es incomprensi-
riguroso que dan a este término
ble por la masa que se acomoda a situaciones
los naturalistas. Los miembros de
mercantilistas en el arte.
ella vienen al mundo dotados de
Ortega y Gasset señala a una mayoría
ciertos carácteres típicos, que les
de individuos que se enmarcan dentro de una
prestan una fisionomía común,
época pacifica o apegada a las tradiciones y,
otro grupo que promueve una época belige- diferenciándolos de la generación
rante y de cambios a favor de la renovación anterior. Dentro de ese marco de
de la tradición. Dichos cambios, se dan en identidad pueden ser los individuos
los valores estéticos y morales, reconocidos
del más diverso temple, hasta el
como la base de las ideologías por denotar
punto de que, habiendo de vivir
el modo de pensar y sentir desde la sensi-
los unos junto a los otros, a fuer
bilidad vital, categoría considerada como el
fenómeno primario de la historia. Algo intere- de contemporáneos, se sienten
sante del pensamiento orteguiano es lo que a veces como antagonistas..."
entiende por sustantividad histórica, es decir, (Ortega Y Gasset,
la interpretación colectivista e individualista: 2005, pág. 7).
la primera, se manifiesta en las masas de
forma más patente en su receptividad y, la
segunda, se manifiesta desde la lejanía de
la masa. Esta dualidad esencial del proceso
histórico permite que “la humanidad, en todos
los estadios de su evolución, ha sido siempre una
estructura funcional, en que los hombres más
enérgicos – cualquiera que sea la forma de esa
energía – han operado sobre las masas, dándoles
una determinada configuración” (Ortega Y
Gasset, 2005, pág. 7). Estos son los hombres
con espíritu enérgico y de cierta forma son
Ignacio Zuloaga, Retrato de
José Ortega y Gasset
99
 Entonces una generación es la rela-
ción que tienen los individuos dentro de
un determinado momento histórico, donde
existen individuos que forman parte de una
masa común, que son pasivos y con valores
tradicionales y, existe otro tipo de individuos
que son los protagonistas históricos, enérgi-
cos y dispuestos a realizar cambios que se
alejan de la tradición en la búsqueda de lo
novedoso. Estos dos grupos de individuos,
por mucho que logren establecer diferen-
cias, son hombres de su tiempo y, por lo
tanto, tienen más cosas en común que dife-
rencias. El antagonismo que pueda resultar
sobre estos dos grupos de individuos, se da
por el “pro” o estar a favor de algo y, el “anti”
o no aceptar algo. Esto es determinante
para distinguir a los individuos selectos de
los vulgares, dependiendo de la sensibilidad
espontánea y del grado de comprensión que
esta puede tener. Esta situación marca el
nivel de altitud vital dentro de una genera-
ción, considerando que la suma de todas las
generaciones de un pueblo son su momento
de vitalidad y potencialidad histórica, reci-
biendo como parte de la vida el impulso de
la generación anterior (ideas, valoraciones,
instituciones etc.).
Existen dos formas de conocimiento:
el que ha sido acumulado en el devenir
histórico de un pueblo y otro que parte
desde “nuestra sensibilidad espontánea, lo que
vamos pensando y sintiendo de nuestro propio
peculio, no se nos presenta nunca concluido,
completo y rígido, como una cosa definitiva, sino
que es una fluencia intima de materia menos
resistente” (Ortega Y Gasset, 2005, pág. 8).
Es esa sensibilidad espontanea natural la
que el poeta Baudelaire utilizó en su crea-
ción literaria, alejado de lo institucionalizado
100
por la cultura europea del siglo XIX, una
manera diferente de realizar poesía, lo que
causa revuelo en los poetas del modernismo
latinoamericano. Se puede concluir, que los
poetas del modernismo, fundan una época
“eliminatoria y polémica, en donde no se trata
de preservar y acumular, sino de arrumbar y sus-
tituir, los viejos quedan barridos por los mozos.
Son tiempos de jóvenes, edades de iniciación y
beligerancia constructiva” (Ortega Y Gasset,
2005, pág. 9).
Ortega y Gasset va a criticar a la cul-
tura de España porque quedó enfrascada en
la tradición, en una época cumulativa y peor
aún, ha estado dirigida por generaciones que
han faltado a su vocación y han sido infieles
a sí mismas porque “defraudan la intención
histórica depositada en ellas […] sordas a las
urgentes apelaciones de su vocación, prefieren
sestear alejadas en ideas, instituciones, placeres
creados por las anteriores, y que carecen de
afinidad con su temperamento” (Ortega Y
Gasset, 2005, pág. 9). Consecuencia de esto
es el alejamiento “tan característico de nuestro
tiempo; por ejemplo, en política y arte. Nuestras
instituciones como nuestros espectáculos, son
residuos anquilosados de otra edad” (Ortega Y
Gasset, 2005, pág. 10). Por lo tanto, existen
razones por las que este pensador realiza
valoraciones limitantes sobre la cultura
española.
También en el texto Meditaciones del
Quijote (1914) Ortega y Gasset realiza un
estudio sobre su cultura y características
que dan un sentido disuasivo con relación
al dinamismo histórico que aconteció en
el resto de los países de Europa a finales
del siglo XIX. La denominación que realiza
sobre España como tierra de antepasados es
una invitación para reflexionar sobre cómo
entiende su pasado histórico, asumido como un modo de
vida, sintiendo el pasado desde la vitalidad del presente,
condenándolo. Es inmoral, piensa Ortega y Gasset, una
moral que no está dispuesta a realizar cambios y reformas,
correcciones y aumentos del ideal ético, presumiendo una
intención de apertura moral con antipatía hacia lo nuevo.
Ortega reniega que en la época de la restauración Detalle de portada del
libro: Meditaciones del
española no se ha reconocido la profundidad del Quijote, Quijote de Ortega y
por tanto, significa la detención de lo enérgico cultural y Gasset, Madrid (1924)
de la aceptación de lo que se manifiesta superficialmente,
situación que y según Ortega y Gasset (1914) inicia:
"...Hacia el año 1854 – que es
en donde lo soterraño inicia la
restauración -, comienzan a apagarse
sobre este haz triste de España
los esplendores de aquel incendio
de energías; los dinamismos van
viniendo luego a tierra como proyectiles
que han cumplido su parábola; la vida
española se repliega sobre sí misma, se
hace hueco de sí misma. Este vivir el hueco
de la propia vida fue la Restauración..."
(pág. 85).
Es así, que esta generación de hombres españoles,
desde la época de la restauración, no tuvieron conciencia
alguna para dirigirse hacia la profundidad y se abastecieron
de lo puramente patente, impidiendo un dinamismo cultu-
ral con sensibilidad hacia lo plenario y profundo. Entonces,
se puede dimensionar el problema por querer salir del
abyecto cultural mediante las nuevas poéticas que estaban
surgiendo, siendo esto lo que se reconoce como arte joven
y que servirá para poder dimensionar los elementos esté-
ticos del modernismo latinoamericano de finales del siglo
XIX e inicios del siglo XX.
101
 EL MODERNISMO EN LATINOAMÉRICA: "[…] cómo era la aspiración de todo escritor de la época, para ir al encuentro de la gran meca cultural del
momento, la ciudad deseada: París. En el caso de Darío, su escala en Chile fue fundamental para empa-
UNA NUEVA PROPUESTA ESTÉTICA
parse de la cultura francesa, en un país que reproducía básicamente los modelos culturales de Francia."

L
(Funes, 2006, pág. 52).

os poetas del modernismo

establecer un nuevo lenguaje de creación, reconocien-
lograron

do situaciones muy propias de la región con un fondo de

pensamiento antiimperialista donde el aparato expre-
A lgo importante por seña-
lar es que el provincianismo de la región,
no permitió que existiera una realidad
sivo adquiere forma exponiendo situaciones políticas, socioeconómica moderna, pero algunos de
económicas, culturales, de conquista y de opresión con los poetas del modernismo conocieron el
un alto sentido lírico que denota su originalidad. Ahora estilo de vida de París, logrando participar
será el literato el encargado de “despertar la atención de en revistas con sentido cosmopolita como
los desatentos, hostigar la modorra de la conciencia popular ser la revista Mundial Magazine, editada
con palabras agudas e imágenes tomadas a ese mismo pueblo por Rubén Darío cuando fue diplomático
para que ninguna simiente quede vana” (Ortega Y Gasset, radicado en París a principios del siglo XX.
1966, pág. 38). En Latinoamérica según Borda (1986) Esto permitió un cierto rechazo de parte
fue con Ismaelillo de José Martí, que comienza un nuevo de los literatos españoles hacia esta poesía
sentimiento libertario, pero es con la segunda genera- nueva latinoamericana, poe-
ción de escritores del modernismo que este adquiere sía incomprensible y, por lo
un sentido cosmopolita con personajes de la altura de tanto, no popularizada por las
Rubén Darío, Juan Ramón Molina y Leopoldo Lugones. burguesías. Por ejemplo, “los
La autonomía de la literatura hispanoamericana entró en ataques virulentos y cargados
un momento de fluidez “dejando atrás una España amura- de ironía de que eran objeto
llada de tradición y, según las palabras de Darío, los países de Rubén Darío y sus seguidores a
lengua española no pudieron considerarse más como zonas través de personales anónimos en
marginales de la literatura mundial” (Borda, 1986, pág. 41). revistas y periódicos, sobre todo
A este nuevo espíritu de creación Ortega y Gasset llama entre los años de 1892 1899”
arte joven que alcanza de forma tardía su popularidad. (Funes, 2006, pág. 58). Esto lo
Por eso desde una sociología del arte, lo reconoce como comenta el escrito hondureño
un arte no comprendido. El arte popular es comprendi- José Antonio Funes cuando se
do por las masas y el arte joven es impopular porque no refiere a que el escritor espa-
es comprendido por ellas. ñol antimodernista Leopoldo Alas “Clarín”
En Centro América, debido al cambio geopolítico despreció el extranjerismo del modernismo,
mundial fue determinante considerar nuevas formas cul- pero terminó aceptándolo con cierta tole-
turales alternativas y fue así que una nueva generación rancia como una genialidad poética.
de literatos, lograron conocer las nuevas propuestas Esta nueva sensibilidad del moder-
que se desarrollaban en Francia. Es así, como el nicara- nismo puede considerarse como lo que
güense Rubén Darío y el guatemalteco Gómez Carrillo Ortega y Gasset llama una sensibilidad
logran salir de las latitudes centroamericanas y: artística desde lo vital, siendo esta una con-
sideración que permite pensar en una cierta
purificación del arte, como una tendencia
que se aleja de la producción artística del
romanticismo. En consecuencia, esta pro-
puesta será la de un arte deshumanizado,
que solo podrá ser percibido y entendido
por quien posea el don de la sensibilidad
artística. Bajo esta concepción, se puede
decir que los poetas del modernismo se
alejaron del realismo tradicional que se
manifestó en la cultura española después
de la época de la restauración, ya que “tanto
en arte como en moral, hay
que aceptar el imperativo de
trabajo que nuestra época nos
impone” (Ortega Y Gasset,
2007, pág. 15). Ha sido por
el agotamiento temporal de
los estilos que el artista va
en contra de lo sensible de
la realidad y “se ha propuesto
denodadamente deformarla,
romper su aspecto humano”
(Ortega Y Gasset, 2007,
pág. 19). Estos son senti-
mientos verdaderamente
estéticos y el placer estético del arte nuevo
radica en el triunfo sobre lo humano, de lo
aparente. Este alejamiento de lo aparente
puede relacionarse con los escritores del
modernismo, porque promovieron el interés
por una experiencia poética personal desde
el prosaísmo, la dicción coloquial y la eficaz
sugerencia del simbolismo.

102 103
 Esta nueva sensibilidad del modernis-
mo puede considerarse como lo que Ortega
y Gasset llama una sensibilidad artística
desde lo vital, siendo esta una consideración
que permite pensar en una cierta purifica-
ción del arte, como una tendencia que se
aleja de la producción artística del romanti-
cismo. En consecuencia, esta propuesta será
la de un arte deshumanizado, que solo podrá
ser percibido y entendido por quien posea
el don de la sensibilidad artística. Bajo esta
concepción, se puede decir que los poetas
del modernismo se alejaron del realismo
tradicional que se manifestó en la cultura
española después de la época de la restaura-
ción, ya que “tanto en arte como en moral, hay
que aceptar el imperativo de trabajo que nuestra
época nos impone” (Ortega Y Gasset, 2007,
pág. 15). Ha sido por el agotamiento tempo-
ral de los estilos que el artista va en contra
de lo sensible de la realidad y “se ha propuesto
denodadamente deformarla, romper su aspecto
humano” (Ortega Y Gasset, 2007, pág. 19).
Estos son sentimientos verdaderamente
estéticos y el placer estético del arte nuevo
radica en el triunfo sobre lo humano, de lo
aparente. Este alejamiento de lo aparente
puede relacionarse con los escritores del
modernismo, porque promovieron el interés
por una experiencia poética personal desde
el prosaísmo, la dicción coloquial y la eficaz
sugerencia del simbolismo.
Además, se puede identificar en los
escritores del modernismo, una poética que
utiliza la alegoría con exaltación de lo provin-
ciano, de lo propio y de cierta manera, esto
potencializó la popularidad y la comprensión
del significado de su propuesta poética a
nivel de toda Latinoamérica y Europa. Es así
que el arte queda supeditado a la moda y lo
104
nuevo es su valor principal, situación que se
consideró para la reproducción de revistas
en donde “la prensa organiza el mercado de los
valores espirituales, donde en un principio cotizan
en alza” (Benjamín, 2012, pág. 59). Esta nueva
forma de llegar a la masa desde la publicación
de periódicos y revistas posibilito difundir el
comportamiento de los autores al momento
de ganarse un nombre ante los lectores y
“para el escritor, no fue extraño utilizar su fama y
sus medios combinándolos: se le abrió así la carre-
ra política casi automáticamente” (Benjamín,
2012, pág. 91). En el caso latinoamericano se
desarrolló esta forma de llegar a los lectores,
promoviendo revistas y periódicos para dar
a conocer su pensamiento referente al sentir
de la enajenación ante las injusticias sociales
que sucedían en la región y con un alto nivel
literario. Entonces en “el prestigio logrado en
la actividad periodística, el escritor también se
convertía en un personaje público, apetecido
tanto por los políticos como por los caudillos revo-
lucionarios” (Funes, 2006, pág. 52). Ejemplo
de ello fue La Revista Nueva considerada por
Medardo Mejía como "la primera publicación
modernista que apareció en Honduras y quizás en
Centroamérica” (Funes, 2006, pág. 84). Apare-
ció en 1901 y fue dirigida por Froylan Turcios
impulsando la idea del libre desarrollo de las
letras dando la oportunidad de publicar a los
escritores hondureños. Según Funes (2006)
en ella colaboraron Timoteo Miranda, Juan
Ramón Molina, Lucila Gamero Moncada y
Luis Andrés Zúñiga. Algo muy peculiar de La
Revista Nueva fue su propuesta apolítica y su
lejanía de polémicas literarias convirtiéndola
en un espacio dirigido a lo estético y cuando
se refiere a la selección y promoción de los
textos que realizaba el director de la revista:
"...iba a ser muy escogida la producción extranjera, el
hondureño define muy bien sus gustos literarios, y algunos de
los autores que difunde: Nietzsche, D´Annunzio, Silva y Valencia
llegarán a influir considerablemente en su obra. Con la literatura
de estos autores Turcios pretende en su revista, como
bien señala Medardo Mejía, impartir toda una catedra de
literatura moderna, en un medio en donde solo se conocían
las ramplonerías de los románticos de agua dulce. En este
sentido, los textos dados a conocer de autores extranjeros
son verdaderamente emblemáticos dentro de la estética
modernista. De Rémy de Gourmont publica El Simbolismo,
donde el francés da a conocer todos los principios de
esta escuela: de D´Anunnunzio reproduce el verso, una
definición, a manera de poética, del significado de este arte..."
(Funes, 2006, pág. 85).
Pero también, Turcios apoyó a Manuel Bonilla en su lucha
contra Juan Ángel Arias quien asume la presidencia de la República.
Cuatro años después asume la presidencia Miguel R. Dávila (1907–
1911) y autoriza la creación del diario independiente El Heraldo,
pero fue a raíz de una cita del escrito de Medardo Mejía titulado
Froylan Turcios en los campos de la estética y el civismo que surge
un distanciamiento. Esto enfureció a Dávila e hizo que Turcios
buscara exilio en Nicaragua para unirse a las filas revoluciona-
rias del ex presidente Bonilla. En 1913 Bonilla muere y en el
Gobierno comandado por Francisco Bertrand le es asignada
la Dirección de la Tipografía Nacional a Turcios y logra la
creación de la Revista Esfinge. La intención de dicha revista
fue la de difundir el buen gusto literario y publicar traba-
jos inéditos de distinguidos literatos hondureños.
Para algunos escritores del modernismo fue necesa-
rio divulgar un pensamiento político debido a situaciones que tienen
que ver con las repetidas injusticias cometidas por establecer negocios
con las grandes potencias mundiales. Esto hace que el discurso de
Turcios sea antiimperialista y en el artículo titulado ¡Infelices pueblos
Centroamericanos: ¡Alerta! Se evidencia cuando dice que:
105
 O
"...Vendrán sobre nosotros los americanos del Norte como aves
de rapiña, y nos arrancarán de las manos todo lo que nos pertenece,
nuestras propiedades, nuestra religión y nuestras costumbres, nuestra tro escritor hondureño muchos teóricos literarios, como los pione-
independencia, nuestra soberanía y nuestras instituciones; y hasta nuestra de trascendencia en dicho movimiento ros en legitimar un nuevo sentido literario
honra tratarán de arrancárnosla con la vida. Es en el cuadro sombrío que literario, fue Juan Ramón Molina quien, a en Latinoamérica.
se nos presenta a los centroamericanos con la irrupción de los yanquis..." sus 18 años de edad, fue enviado por su
familia a estudiar en la Universidad de San CONCLUSIÓN
(Funes, 2006, pág. 100).
Carlos de Borromeo en la Ciudad de Gua-
Los escritores del modernismo
temala y “edita el periódico El Bien Público
comienzan una nueva sensibilidad que
y colabora con los prestigiosos periódicos La
Este fervor patriótico se percibe en se aleja de lo tradicional, enmarcándose
Ilustración Guatemala y Diario de Centroa-
otra revista de importancia, dirigida también como una demostración del nivel cultural
mérica. Cuando regresa a Honduras en 1897
por Turcios titulada Revista Hispano-américa que existía en los países Hispano hablan-
es ya un poeta y periodista reconocido […] se
teniendo su primera edición en 1922 donde tes a finales del siglo XIX. Las relaciones
la intención se orientó hacia: convierte en el editor de los diarios El Cronista que se establecen entre Baudelaire y el
y Diario de Honduras” (Funes, 2006, pág. 67). modernismo latinoamericano se refieren
Además, Molina colaboró con la Revista en dos sentidos: primero, el análisis que
"...la más efectiva unión de Ariel y “emprende fundamentalmente con realiza Walter Benjamín en el texto El
los pueblos de habla española tres niveles de conciencia centroamericana: el París de Baudelaire (2012) que presenta la
en nuestro continente contra clericalismo, la mala literatura y los Estados imagen del poeta como un hombre privado,
las amenazas cada vez más Unidos” (Funes, 2006, pág. 71). Es así que individualista en la búsqueda de su glori-
violentas del imperialismo puede demostrarse el compromiso político ficación del alma solitaria, potencializa el
yanqui […] incluyó en sus páginas que tuvieron estos escritores latinoame- refugio del arte en lo alegórico, haciendo
los siguientes temas: La unión ricanos, logrando la comprensión de su de la ciudad su principal objeto lírico. En
centroamericana, la oposición propia realidad y marcando de cierta forma
con su egoísmo amenaza a Ariel, siendo este el caso de Latinoamérica los escritores del
raza latina-raza anglosajona, el devenir histórico. Esto es importante
sentido metafórico lo que fundamenta el modernismo logran publicaciones donde
la ocupación norteamericana porque posibilita una renovación del pasa-
rechazo de la raza anglosajona para esta difunden sus escritos a nivel internacio-
de Nicaragua y la crítica de los do indígena de Latinoamérica y del sentido
generación de escritores. Esta representa- nal, como lo fueron las Revistas Mundial
Tratados de Washington..." de conquista, identificando una temática
ción de Rodó sirvió como título de La Revista Magazine y la Revista Hispano américa. En
(Funes, 2006, pág. 102). Ariel que fue por antonomasia de corte anti- de novedad por lo americano, ampliando el segundo lugar, la utilización de la fisionomía
imperialista. Otro documento fue El Boletín español literario, con una búsqueda hacia literaria, el alejamiento del romanticismo
de la defensa Nacional contra la ocupación la belleza diferente a lo establecido por la y lo tradicional por parte de Baudelaire,
Es crucial reconocer el sentido ontoló- norteamericana donde Froylan Turcios se burguesía criolla que, en su intento de ser afirma la personalidad de los escritores
gico que denota el escritqor uruguayo José declara totalmente en contra de las órdenes reconocida como clase, adoptó lo tradi- del modernismo latinoamericano, porque
Enrique Rodó en su poesía titulada Ariel para del embajador Morales porque “200 marines cional como norma cultural. No se puede de igual forma consideraron romper con
esta generación de escritores latinoame- desembarcaron en el puerto de Amapala, en la negar que el modernismo latinoamericano ciertos cánones estéticos tradicionales.
ricanos, asociando a Caliban, personaje de costa del pacífico, y ocuparon Tegucigalpa el 19 fue un movimiento cultural que se interesó Además, se reconoce que a pesar que la
su relato, como símbolo del utilitarismo de de marzo” (Funes, 2006, pág. 116). Es así que por manifestar la liberación de los pueblos, mayoría de los nuevos Estados latinoa-
los Estados Unidos y a Ariel, como lo espi- desde la postura metafórica de Ariel se logra desde escritores y poetas que lograron mericanos no parten desde una realidad
ritual de la belleza y sabiduría latina. Lo que resaltar la lucha de la raza latinoamericana un reconocimiento en la cultura mundial, social moderna, algunos escritores de este
sucede en el relato de Rodó es que Caliban en pro de la defensa nacional. siendo comprendidos y considerados por grupo conocieron el estilo de vida de París

106 107
 y ciertos valores literarios que ayudaron
a sus nuevas propuestas. Por tanto, este
grupo de escritores logran abrir espacios
para denunciar las injusticias de la política
Nacional, logrando popularidad dentro de
círculos de intelectuales que se vincularon
con los procesos revolucionarios.
También, se pueden analizar los ele-
mentos significativos para el desarrollo de
una nueva sensibilidad, desde una altitud
vital. Como lo considera Ortega y Gasset
el cambio generacional se justifica en la
comprensión de nuevas formas artísticas,
es así como fluyen los valores morales y
culturales en la historia. Además, la división
de una sociología del arte realizada, ayuda
a comprender la situación política-cultu-
ral de España luego de 1854, época de
la restauración y del estancamiento de
valores, calificando a esta generación de
infiel al compromiso histórico por aceptar
solamente como verdaderos los preceptos
de la tradición. Desde luego, los escritores
del modernismo latinoamericano, lograron
distanciarse de la decadencia cultural y
del derrumbamiento espiritual de España,
siendo identificados como una generación
protagonista que participa activamente,
proponiendo un nuevo sentido estético.
Esto se demuestra en los escritos de calidad
que escribieron en periódicos, revistas y
libros, demostrando el compromiso que
existió por desarrollar nuevos supuestos en
pro de la defensa política por la soberanía
del territorio latinoamericano y la situa-
ción de injusticia social. Esto les permitió
expresar desde la prosa, la lírica y la poesía,
situaciones que tienen que ver con el res-
cate del indigenismo y que, en cierta forma,
había sido olvidado y no tomado en cuenta
108
como parte de la cultura de la región. En ese
sentido, con la figura de Ariel de la poesía
del escritor uruguayo José Enrique Rodó,
se crea el supuesto metafísico de la espiri-
tualidad latina, de la exaltación de la belleza
del espíritu y de la riqueza de los países de
nuestra América que se distinguen de la
actitud utilitarista representada por Caliban,
alegoría que se refiere a las potencias impe-
rialistas. Para finalizar, se puede considerar
al modernismo dentro de la literatura mun-
dial como un movimiento literario que surge
en una época regeneradora de la cultura y
de la renovación literaria hispanoamericana,
manifestándose con un sincretismo que
permitió la maduración literaria en América
latina y posibilito una nueva partida hacia las
posturas filosóficas con un original sentido,
situación que permite un desgarramiento
espiritual e intelectual, moral y científico, es
decir, la idea del pensamiento decolonial en
la conciencia de nuestros pueblos.
REFERENCIAS
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Benjamín, W. (2012). El París de ISSN: 2520-9779
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Autor:
El Modernismo. Litografía López.
Molina, J. R. (2004). Obra Completa.
Ezel Obed Hernández Gamero1
Versos y prosas. Iberoamericana.
Ortega Y Gasset, J. (1914). Meditaciones
del Quijote. Imprenta Clásica Española.
1. Ezel Obed Hernández Gamero es licenciado en Historia y Máster
Ortega Y Gasset, J. (1966). Obras Com- en Ciencia Política y Gestión Pública, actualmente es docente del
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Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
Ortega Y Gasset, J. (2005). El Tema
de Nuestro Tiempo. Porrúa.
Grabado de Francisco Morazán. En:
Ortega Y Gasset, J. (2007). La
Wells, W. V. (1857). Explorations
Dehumanización del Arte. Porrúa.
and adventures in Honduras. New-
York: Harper & Bros.
109
 Resumen
Este escrito se dedica al estudio de
algunos discursos de tomas de posesión
presidencial y otros conmemorativos a la
independencia centroamericana, pronuncia-
dos por los órganos oficiales y semioficiales
de gobierno, con el objetivo identificar los
principales conceptos políticos modernos y
su uso en la configuración de un imaginario
institucional del Estado hondureño entre
1840 y 1876. Si bien, son muchos los con-
ceptos modernos que articulan el discurso
político, en las siguientes líneas se presta
atención especial a independencia, felicidad,
progreso, patria, estado-nación y república.
En un primer apartado la voz independencia
se entiende como disparador de felicidad y
progreso; en el segundo este papel lo toma
el concepto patria para con estado-nación
y república; se concluye rescatando la
importancia del estudio conceptual en la
configuración estatal.
Palabras clave: Discurso, Independencia, Patria,
Estado, Honduras
110
ABSTRACT
This essay is dedicated to the study of
some speeches of presidential inaugurations
and others commemorating to the Central
American independence, pronounced by the
official and semi-official organs of the gover-
nment, which objective is to identify the main
modern political concepts and their use in the
formation of an institutional imaginaries of
the Honduran State between 1840 and 1876.
Although there are many modern concepts
that articulate the political discourse, in the
following, there are special attention to inde-
pendence, happiness, progress, homeland,
nation-state and republic. In the first section,
independence is understood as a happiness
and progress indicator; in the second section,
this role is taken by the homeland concept in
relation to nation-state and republic; as conclu-
sion it is important to highlight the conceptual
study in the configuration of the state.
Keywords: Speech, Independence, Homeland,
State, Honduras.Palabras clave: Discurso, Inde-
pendencia, Patria, Estado, Honduras
Int roducción
Las provincias del Reino de Guatemala
se unieron a la independencia que proclamó
el Ayuntamiento de Guatemala en septiem-
bre de 1821. El gobernador de la provincia
de Comayagua, Don Josef Tinoco (1821a),
el 28 de septiembre manifestó en el Acta de
Adhesión que, “…no se oponía a la independen-
cia, atendidas las circunstancias en que se halla
que externasen sus votos la Exma diputación
Provincial, noble Ayuntamiento, corporaciones
y pueblo…” (p. 701). La adhesión a la inde-
pendencia no significó que las provincias
continuaran políticamente adscritas al Reino
de Guatemala ahora independiente; en la
proclama del 13 de octubre del mismo año
del Gobernador Tinoco (1821b), reafirmó que
la provincia de Comayagua había tomado “…
posesión de sus derechos usurpados […] constitu-
yendo un Provincial Superior en ella hasta que el
Congreso Soberano que se establezca el Supremo
que ha de perpetuar…” (p. 703). Así, la provincia
se independizó en doble vía: de la corona
española y del Reino de Guatemala. Tiempo
después de la proclama de Tinoco, la provin-
cia se adhirió al gobierno centroamericano
y mexicano, pero es en 1821 que Honduras
inició la construcción provincial-estatal
tomando como base la institucional de la
recién acabada colonia española.
El presente ensayo aborda algunos
de los principales conceptos políticos
modernos y su uso en la configuración
de un imaginario institucional del Estado
hondureño entre 1840 y 1876. El cambio
institucional se ha abordado a nivel político
desde tres enfoques denominados institu-
cionalismos: racional, histórico y sociológico;
no obstante en la visión de Adolfo Garcé
(2015) no se cumplen las condiciones
explicativas del cambio. El institucionalismo
discursivo es un cuarto enfoque postulado
por Vivien Schmidt (2008) que representa
un modelo alternativo y abarcador de los
tres anteriores, en el que éste toma las ideas
como principal recurso para analizar el cam-
bio institucional. Desde tal planteamiento,
en las siguientes líneas se estudian algunos
discursos de tomas de posesión presidencial
y otros conmemorativos de la independen-
cia centroamericana del 15 de septiembre,
pronunciados por los órganos oficiales y
semioficiales de gobierno, nacional y local
entre 1840 y 1876. La bibliografía nacional
apunta que después de la ruptura del pacto
federal en 1840, Honduras vivió un periodo
caracterizado por convulsiones políticas
y militares y sin interés por estructurar un
Estado nacional hasta 1876, con la reforma
liberal impulsada por Marco Aurelio Soto.
Sin embargo, a través de esta radiografía del
discurso político, se observa que sí existen
nociones incipientes propias para construir
un Estado, pensando las instituciones como
normas que se construyen y reconstruyen
por lo que, desde los planteamientos de
Schmidt (2008, pp. 303-326), las ideas de
los oradores juegan un papel esencial en la
formación de los Estados nacionales. En ese
sentido, este trabajo tiene como objetivo
comprender la dinámica oficial discursiva
como parte del proceso de construcción del
Estado hondureño en el periodo señalado.
En este periodo el discurso político esta
articulado por una diversidad de conceptos
modernos y en este ensayo se presta aten-
ción especial a los conceptos recurrentes de
111
 independencia, felicidad, progreso, patria, estado-nación y república. La voz
independencia se entiende como disparador de felicidad y progreso; en
un segundo momento este papel lo toma el concepto patria para con
estado-nación y república; y se concluye rescatando la importancia del
estudio conceptual en la configuración estatal.
Independencia, FELICIDAD y progreso
David Díaz (2014) afirma que “…ante el acta de Guatemala reac-
cionaron las diferentes gobernaciones reproduciendo, con insistencia las
definiciones de la voz independencia…” haciendo referencia a la felicidad,
progreso e igualdad (p.133). Dichas manifestaciones se dieron a niveles
de gobernaciones, regiones y ciudades; en el caso del gobernador de
Comayagua, Josef Tinoco (1821b), en una proclama del 13 de octubre
de 1821 confirmó lo expresado por Díaz: “…El hecho de haber jurado
la independencia del gobierno español no fue con otro objeto que, adquirir
la libertad de esta provincia, y procurar por su prosperidad y felicidad…" (p.
703). El fin principal de la independencia fue la búsqueda de la felicidad
de los pueblos de la provincia de Comayagua, la felicidad que podría
disfrutarse en la convivencia pacífica proporcionada por la indepen-
dencia y la conservación de la institucionalidad política a las luces
del progreso. La Constitución de la Federación Centroamericana de
noviembre de 1824, en su artículo 10 señala que “…cada uno de los esta-
dos que la componen es libre e independiente en su gobierno y administración
interior…”. En este orden de cosas, cada Estado acogió la variación de la
voz independencia que más se adaptó a su necesidad en sus marchas
separadas por erigirse un aparato institucional estatal y, más adelante,
republicano. El General José Santos Guardiola (1856) en su discurso de
toma de posesión del Ejecutivo en febrero de 1856 expresó que “…así
como estoy dispuesto a observar inalterable esta conducta [de paz] protesto,
no consentir jamás en que se ultraje el decoro nacional y en que se pierda
nuestra independencia” (p. 346). Dos aspectos son relevantes aquí. En
primer lugar, es visible que la paz se coloca como un elemento de igual
importancia que la soberanía nacional y la independencia política. La
paz es un estado de cosas fruto de la independencia y que provee de
los espacios necesarios para el orden y por tanto, del tan anhelado
progreso moderno. En esta lógica, conservando la paz en el Estado se
aseguran todos los demás bienes y, por supuesto, la felicidad. En segun-
do lugar es notorio que para mediados del siglo la voz independencia ya
112
abandonó el sentido centroamericanista por
el que se distinguía durante el periodo federal
y tomó una forma estatal, más a tono con la
necesidad de perfilar, en el caso de Honduras,
como un ente totalmente autónomo que debía
competir con las ya denominadas repúblicas de
Guatemala (1847), Costa Rica (1849) y Nicara-
gua (1854) (Rojas & Herrera, 2014).
En el accionar político los discursos
juegan un papel fundamental; ya señaló
Michel Certeau que “…los relatos marchan por
delante de las prácticas para abrirles territorio…”
(Rosanvallon & Mayer, 2003, p. 47). La nueva
realidad centroamericana un año después
del discurso inaugural del General Guardiola
requirió un cambio semántico momentáneo
replanteado hacia la búsqueda de la unidad
centroamericana para la defensa armada
del territorio, cuando William Walker
amenazaba con colonizar la región (Díaz,
2014). No es nuestro interés ahondar al
respecto, pues su uso centroamericanista
se limitó al periodo de gestión de la crisis
filibustera de Walker, así como a otros
momentos de la historia del siglo en que se
dieron intentos gubernamentales por volver
a la unión centroamericana. Así pues, el uso
del término independencia se utilizó para
el aseguramiento de la libertad, la paz, el
progreso y la felicidad nacional y regional.
La década de 1860 presenció aportes
significativos para la vida política de Hon-
duras, como el cambio de denominación
constitucional de Estado a república, en
1865. El gobernador político de Tegucigalpa
en su discurso conmemorativo a la inde-
pendencia en septiembre de 1867 señaló
que “…solo ella [la independencia] civiliza,
solo ella cría derechos, solo ella abre la senda
de la felicidad y del progreso y solo ella activa la
frente al cielo, y contempla a su Dios y le pide y
le ruega sus bendiciones a su divina fuerza…” (p.
2). La cita refiere dos puntos importantes: el
primero indica que el Gobernador utiliza la
palabra independencia con una significación
de personalización divina, utilizando una
figura que intercede ante una divinidad
mayor para que provea felicidad, progreso,
luz y todas las demás bendiciones que
necesita una república de apenas dos años,
como lo era Honduras. El segundo punto
indica que, si bien la voz independencia con-
serva como fundamental la búsqueda de la
felicidad y el progreso, es notorio el despla-
zamiento conceptual hacia la integración de
aspectos republicanos como la generación
de espacios en los que se difunden las ideas
modernas de las luces y el progreso y la
formulación y respeto de los derechos civi-
les, aspecto fundamental en la formulación
de un concepto de ciudadanía que, como
señala Rolando Sierra (2002), deja de ser
por la descendencia común y se erige desde
la noción de comunidad política.
Arturo Taracena (1995) señala que el
proyecto federal de nación utilizó elementos
del republicanismo francés para crear “…una
religión republicana, con su fiesta nacional, su
bandera, su escudo y su panteón de mártires…”
(p. 47). También se afirma que la iniciativa
que promovió el General José María Medina
(1826-1878) desde 1862 para constituir a
Honduras como una república identificada
con una bandera y un escudo nacional, y
más tarde Marco Aurelio Soto (1846-1908)
con la creación del panteón de héroes de
la patria, fue parte de un proyecto estatal
nacional tan bien articulado, que se llevó a
la práctica.
113
 Como se ha visto hasta aquí, la voz
independencia a lo largo del siglo se empleó
como concepto central en la construcción
de un imaginario social y político que debía
asegurar la institucionalización y asegura-
miento de la libertad, la paz, la felicidad, el
orden y el progreso en dos espacios prin-
cipales: el estatal hondureño y el regional
centroamericano, según lo requirieron las
circunstancias. La variación en la voz no
viene a ser por falta de secuencia de un
proyecto nacional, sino un útil aprovecha-
miento conceptual para solventar diversas
desviaciones que pudo tener el proyecto
nacional hondureño.
PATRIA
Est ado - nación,
república
En el antiguo Reino de Guatemala el
vocablo patria tuvo una renovación de signi-
ficado después de 1808 con la llegada de los
Bonaparte al trono español. El sector menos
allegado a España y más liberal reflexiona-
ba sobre una patria, la de Guatemala. Sin
embargo, como bien lo escribe Douglas
Sullivan (2014), “…estos primeros líderes de Cen-
troamérica siguieron viendo a la patria como una
tierra natal en términos tanto emocionales como
políticos…" (p. 242). Guatemala era su tierra
natal a la cual debían mayor respeto y con la
cual tenían más responsabilidades, es decir,
lo que cambia es la referencia geográfica, la
patria ahora es sinónimo de Guatemala. Al
igual que sucedió con la voz independencia,
igual sucedió con el concepto de patria con
la salida de Honduras de la Federación, pues
tuvo un cambio geográfico sustantivo. Patria
114
y nación son voces que tienen una orienta-
ción de carácter emocional, por lo que no
resulta extraño que ambos sean la eferves-
cencia del movimiento romanticista europeo
y americano del siglo XIX. El sentimiento
romántico por excelencia es el amor, y no
cualquier amor, sino el que se tiene por un
ser tangible o intangible por el cual se puede
ofrendar la vida en sacrificio en la búsqueda
de su bienestar. Sierra (2002) aporta otro
elemento a esta idea cuando, tomando a José
Cecilio del Valle, asegura que "…la patria es
amor a la libertad, aplicándose el término patria
a la tierra de hombres libres y, por tanto, felices…"
(p. 17). El hombre romántico busca la libertad
como ser individual y como colectivo unido
a un territorio y sus instituciones: un Estado
nacional. En la búsqueda de la libertad, ima-
ginar la patria y la nación es una obligación
(Anderson, 2013).
En un discurso de agradecimiento al
pueblo hondureño por favorecerle con la
dirección del Poder Ejecutivo, Juan Lindo
(1847) (1790-1857) declaró: “…os correspon-
deré procurando del modo que esté a mi alcance,
llenar vuestros patrióticos deseos y sosteniendo
vuestras sabias deliberaciones con mi vida si fuese
necesario…” (p. 422). Lindo identifica que los
hondureños conocen que los sentimientos
patrióticos consisten en el deseo de procurar
lo mejor para la tierra donde nacieron y que
él como primer patriota debe garantizar la
realización material de esos deseos aunque
el costo sea su vida. La tierra donde se nace
se denomina como nación y está constituida
por todos los miembros de esa comunidad
política a la que Lindo promete ofrendar su
vida por el bienestar general.
El General Guardiola (1856) fue más allá
y le dio un carácter divino a los asuntos de
la patria cuando expresó: “…defenderé cons-
tantemente estos derechos sagrados porque
así lo previene mi deber y lo demandan el
honor y la conservación de la patria…” (p. 347).
Además del sentido sagrado de los derechos
ciudadanos adquiridos en la patria hondureña,
esta se personifica y demanda honor y res-
ponsabilidad de todos los ciudadanos para su
conservación, pero demanda un mayor deber
presidencial, considerado como el padre de la
patria. Las acciones ciudadanas por el bien de
la patria requieren, como lo expresó el General
Enrique Gutiérrez (1878), conmemorando la
independencia en septiembre 1878, “…nues-
tra abnegación y el sacrificio de nuestras
discordias…” (p. 416), tomando así una línea
semántica de hermandad o fraternidad. Esta
acepción fue una de las más representativas
para la búsqueda de la unidad social y política,
sea a nivel local, estatal o centroamericana y,
por tanto, utilizada en diversos espacios con
distintas motivaciones, por ejemplo, la patria
chica que refiere a Honduras y la patria gran-
de a la nación centroamericana.
Ya se ha visto que patria y nación
son voces que se fusionan por su esencia
sentimental. No sucede con la misma
magnitud con los pares patria-estado y
patria-república. Tanto patria como nación
fueron enunciadas como auxiliar para gene-
rar la idea de unidad al interior del territorio
institucional del Estado y de la república. El
decreto de cómo celebrar la independencia
emitido en 1848 reza en uno de sus con-
siderandos: “…es necesario solemnizar el día
de la patria en todos los pueblos del Estado…”
(Gobierno Supremo del Estado de Hondu-
ras, 1848, p. 400).
El dúo patria-estado tiene acá dos
direcciones, no contradictorias pero sí sepa-
radas. En la primera, tal como lo formuló el
considerando, los pueblos -de la nación-, la
ciudadanía o la comunidad política, que habi-
tan en el territorio delimitado y soberano del
Estado, se deben a causas no solo políticas,
sino también a algunas sentimentales como
la de traer a la memoria los actos dignos de
admiración de los héroes que trabajaron
por la independencia, de celebrar y hacer
renovación de votos de lealtad por el día en
que inició su camino de institución política
independiente, misma que garantizó la exis-
tencia política de una nación, de una patria.
En la otra dirección, de la manera que ase-
vera Martín Barbero (1987): “…quien dicta las
normas de la Nación es el Estado, él monopoliza
el sentimiento histórico y el patrocinio del arte y
la cultura…" (p. 170). Aunque Barbero utiliza
el vocablo nación se puede ver como patria,
el aparato institucional del Estado delimita
el accionar de la patria emitiendo decretos
sobre cómo celebrar el principal ritual patrió-
tico que sentó las bases institucionales y que
sirve de guía para esa comunidad política, al
mismo que tiempo que se define el Estado
nacional. Siguiendo la lógica del reconoci-
miento del concepto de república por parte
de los ciudadanos, la expresión patria jugó
un papel importante en el imaginario nacio-
nal que escuchaban y utilizaban. En 1868,
tres años después de proclamarse consti-
tucionalmente la república hondureña, un
ciudadano de Corquín, antiguo departamen-
to de Gracias, en su discurso de festejo por la
independencia formuló una proposición que
tenía como finalidad educar la población con
breves rasgos sobre lo que debe ser la recién
república:
115
 “El cielo, pues Se rescatan tres aspectos de esta cita: el primero tiene que ver con
la protección divina que tiene el General Medina por ser el fundador de la
conserve al que ha república hondureña, lo cual ofrece este carácter divino a su creación repu-

comenzado la obra blicana; el segundo es el progreso como la característica primordial por la

que debe transitar la república, y el tercero es la consecuencia patriótica
y debe concluirla de felicidad que provocará a toda la república. Es decir, una patria viva y
fuerte. Este juego de palabras confirma en resumen, que las voces patria
[General Medina]; y república se sirven interdependientemente no solo a nivel semántico
discursivo, sino también en la determinación política del Estado nacional y
uniendo nuestros republicano hondureño.

sentimientos, eleve- No se puede negar pues, el rol formador cívico-estatal que han juga-
do los discursos a lo largo de esta etapa de formación o construcción de los
mos hacia el Eterno Estados centroamericanos (Acuña & Rodríguez Lozano, 2014). Retomando

nuestras plegarias en a Certeau, se afirma que esta enorme carga conceptual en el discurso
político de mediados de siglo abrió camino a las prácticas que poco a poco
su favor, hoy que es el configuraron la vida política moderna de Honduras a diferencia de lo soste-
nido por Marvin Barahona (1995) cuando escribe que el Estado hondureño
gran día de la Patria, entre 1839 y 1876 carecía “…de la voluntad y el interés necesarios para crear

el día de nuestra una comunidad nacional articulada por procesos cívicos participativos según los
ideales del republicanismo” (p. 97).

emancipación política,
el día en fin de nuestra Conclusiones
libertad para que La falta de madurez política de los líderes y ciudadanos así como el

conservando la paz y arrastre de instituciones coloniales viciadas fueron dos principales causas
para que los Estados centroamericanos tuvieran sus primeros años de vida
haciendo marchar la con serios problemas de inestabilidad política. El arribo de copias del acta
que el Ayuntamiento de Guatemala emitió para independizarse produjo
República por las sen- revuelo en todas las provincias. El germen de la inestabilidad subsiguiente
a la independencia y a la federación no fue por romper la conexión con
das del progreso venga España, sino por el cambio brusco de un sistema de gobierno colonial a uno

el día venturoso en que estatal y, en seguida, uno federal. Los centroamericanos no tenían ninguna
experiencia en regímenes políticos modernos, por lo tanto, se vieron en la
la posteridad llena de tarea de construir uno propio con fragmentos de ideales suramericanos,
estadounidenses y europeos. Aun teniendo la mayoría de la población sin
reconocimiento diga: saber leer y escribir la gran tarea de difusión y deliberación de ideas políticas

¡viva la Patria!" se realizó a través del periódico. Lo que Vivien Schmidt llama hoy institu-
cionalismo discursivo fue el curso utilizado para iniciar una nueva educación
Morazán de Álvaro Canales
(S. N., 1868, p. 3).
cívica, formación de identidad, sentimientos patrióticos e instituciones. Los
(1976). Colección UNAH.

116 117
 ideales más potentes para el Estado estaban por donde se tenía que dirigir el proyecto
en los de intelectuales y políticos que tenían de construcción y consolidación del Estado Garcé, A. “El institucio- Sullivan-González, D. Guardiola, J. (1856), “Dis-
cargos en los gobiernos centrales o locales; nacional. La adopción de esos vocablos y nalismo discursivo como (2014). Patria. En J. Dym, S. curso Toma de posesión”
el discurso de estos ideales publicado en su manejo con tanta semejanza al modelo oportunidad. La ciencia A. Herrera y J. Fernández RABN, 1907, No. 11.
política latinoamericana Sebastián (Eds.), Centroamé-
los periódicos oficiales y semioficiales fue europeo significa que sí existe un Estado Gutiérrez, E. (1878),
y el estado del arte en rica durante las revoluciones
la manera más efectiva de llegar a mayor nacional en proyecto. La discontinuidad “Discurso leído por el
la literatura sobre el atlánticas. El vocabulario
población y con la cual establecer una espe- notoria del sentido de estos vocablos a lo General don Enrique
poder político de las político, 1750-1850. [San
cie de contrato en el que aceptarían vivir en largo de los años no es sinónimo de rom- Gutiérrez, en la velada dada
ideas”, Política y Gobierno, Salvador, El Salvador]:
un régimen estatal moderno. pimiento del proyecto estatista, sino de por el Presidente, el 15
2015, Vol. XXII, No. 1. IEESFORD Editores.
salvaguardar el proyecto ante las diversas de septiembre de 1878”,
Estudiar el discurso político de las
vicisitudes externas e internas. Rolando Martín-Barbero, J. (1987). Taracena, A. (1995). Nación RABN, 1908, Vol. 4, No. 11.
primeras etapas de formación del Estado
Sierra inició en el país la línea de trabajo De los medios a las mediacio- y república (1824-1865).
hondureño es visualizar la forma primigenia, Lindo, J. (1847), “Alocución
de la historia conceptual; este pequeño nes: Comunicación, cultura y En A. Taracena Arriola y J.
es observar los primeros rasgosinstituciona- que el señor Don Juan
hegemonía. Barcelona: GG. Piel (Eds.), Colección Istmo.
les que figuraron en el recién nacido Estado. escrito presentó un panorama y abordaje Lindo, dirigió a la cámara
Identidades nacionales y
Las voces independencia, libertad, felicidad, muy general de algunos de los principales Rojas, X. A. y Herrera, S. A. Legislativa, en el momento
estado moderno en Centro-
progreso, Estado, patria, nación, república, conceptos políticos modernos del siglo XIX. (2014). Estado. En J. Dym, que se hacía cargo de los
américa (1a ed.). San José
representaron un señalamiento del camino S. A. Herrera y J. Fernández destinos del país”, RABN,
Costa Rica: Editorial de la
Sebastián (Eds.), Centroamé- 1906, Vol. 2, No. 14.
Universidad de Costa Rica.
rica durante las revoluciones
Schmidt, V. (2008) Dis-
Referencias atlánticas. El vocabulario
político, 1750-1850. [San
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Fondo de Cultura Económica. Salvador, El Salvador]: el Desarrollo (PNUD). “Proclama” RABN,
IEESFORD Editores. 1905, Vol. 1, No. 23.

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 Normas para publicación en la revista “Arte y Cultura”
del Centro de Arte y Cultura de la UNAH
Frecuencia de publicación:
La revista “Arte y Cultura” es una publicación
semestral y sus números se publicarán en el mes
de Junio y en el mes de Diciembre.
Enfoque y alcance:
Su propósito fundamental es publicar y divulgar
resultados de investigaciones académicas del
ámbito de las artes y la cultura en general, así
como documentos inéditos relacionados, con la
finalidad de generar y promover el conocimiento
en esta área específica. La revista publicará
igualmente curadurías de obras de arte visual,
informes, partituras, dramaturgia, etc, y fuentes
inéditas, para hacerlas disponibles de ese modo
a las y los diversos investigadores en el campo
de las artes.
Normas y requisito de estilo:
La presentación de los artículos debe regirse por
las siguientes normas:
• Los artículos deben redactarse con los están-
dares de las investigaciones académicas.
Deben ser inéditos y proveer nuevo conoci-
miento.
• Se utilizará el modelo de citación APA (Ver-
sión: American Psychological Association,
2010)
• Los artículos deben enviarse en una versión
en formato digital apta para procesador de
texto ya sea “Word”, o “Writer” de “Open
Office”; etiquetados con el nombre de el (la)
autor (a), síntesis de sus créditos académicos
que no sobrepase 4 líneas y correo electróni-
co. Deberá enviarse a la siguiente dirección:
cacunahpublicaciones@gmail.com
• Los textos deben tener un mínimo de 10
páginas y máximo 20 páginas incluyendo
cuadros gráficos, ilustraciones, fotografías,
referencias y bibliografías.
• El tipo de letra debe ser ARIAL, 12 puntos,
Morazán, Dante Lazaroni. con interlineado a espacio y medio.
120
• Título: Los artículos deben ser encabezados
por un título, el cual debe expresar concisa-
mente la idea central del texto.
• Autor (es)/a (as) y filiación institucional:
Inmediatamente después del título debe
consignarse el (los) nombre (s) de (los) / la (las)
autor (es) / a (s) y su filiación institucional.
• Resumen: Los artículos han de incluír un
resumen de no más de 200 palabras y una
traducción de éste en inglés. El resumen ha
de ser una sinopsis concisa y comprensiva
de los contenidos del artículo y se incluirán
a continuación las palabras claves del mismo.
Normas y requisitos de citado
Citación directa de las fuentes: consiste en la
reproducción palabra por palabra del material
citado directamente de la obra de otro autor (a) o
de su propio trabajo publicado anteriormente. La
cita debe incorporarse en el texto entre comillas
dobles y en cursiva.
Formato de citas y referencias: si el apellido del
autor (a) aparece como parte del cuerpo del texto,
cite solamente el año de publicación entre parén-
tesis. De lo contrario, coloque el apellido y el año,
separados por una coma, entre paréntesis.
Notas a pie de página: las notas se incluirán al final
del texto, solo deben utilizarse para asultos aclara-
torios o para agregar información pertinente.
Los trabajos deben ser acompañados por su
respectivo material gráfico o ilustraciones. Es
responsabilidad de los autores (as) obtener los
permisos de reproducción de las imágenes y de
cualqueir otro material que así lo necesite. Las
imágenes deben tener buena calidad en formato
JPG a 300 DPI, con sus respectivos pie de fotos.
Las imágenes NO DEBEN presentarse incrustadas
en presentaciones “Power Point”, documentos en
“Word” ni otro procesador de texto.
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