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SERIE CULTURAV1

Dirigida por Néstor García Canclini

Se ha vuelto necesano estudiar la cultura en nuevos terrítonos.


La mdustnalización y la globalización de los procesos culturales,
además de modificar el papel de intelectuales y artistas, provoca que
se interesen en este campo empresarios y economistas, gobernantes
y animadores de la comunicación y participación social.
LOS JÓVENES
La presente colección dará a conocer estudios sobre estas nuevas
escenas, así como enfoques interdisciplinarios de las áreas clásicas:
Y LAS PANTALLAS
Nuevas formas de sociabilidad
las artes y la literatura, la cultura popular, los conflictos fronterizos,
los desafíos culturales del desarrollo y la ciudadanía.
Daremos preferencia a estudios en español y en otras lenguas
que están renovando tanto el trabajo de las disciplinas «dedicadas»
a la cultura -antropología, historia y comunicación- como los campos
que se abren para estos temas en la economía, la tecnología
Roxana Morduchowicz ( coord.)
y la gestión sociopolítica.
Jesús Martín-Barbero, Roxana Morduchowicz,
TERESA PIRES Ciudad de muros Dominique Pasquier, Manuel Pinto,
Do Rio CALDEIRA Agustín García Matilla, Alejandra Walzer
RE.NATO ÜRTIZ Mundialización: saberes y Javier Calleja
y creencias
ÉTIENNE BALIBAR Violencias, ideniidades
y civilidad
Para una cultura política global
JOOST SMIERS Un mundo sin copyright
Artes y medios en la globalización
ALEJANDRO GRIMSON La nación en sus límites
Contrabandistas y exiliados en la
frontera Argentina-Brasil
GEORGE YúDICE Política cultural
Y TOBY MlLLER
GUSTAVO LINS Postimperialismo
RlBEIRO Cultura y política
en el mundo contemporáneo
Scorr MICHAELSEN Teoría de la frontera
y DAVID E. }OHNSON Los límites de la política cultural
ÍNDICE

© Los autores
© Roxana Morduchowicz. 2008

Introducción. los jóvenes y las pantallas:


nuevas formas de sociabilidad,
Traducción (cap. 5): Luciana Fle1schman Roxana Morduchowicz .............................. . 9

1. El cambio en la percepción de los jóvenes. Socialidades,


Imagen de cubierta: Taller de maquetación Editonal Gedisa tecnicidades y subjetividades,
Jesús Martín-Barbero .............................. . 25

2. la relación de los jóvenes y Las pantallas,


Roxana Morduchowicz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

3. la televisión como experiencia colectiva: un estudio de


Derechos reservados para todas las ediciones en castellano recepción,
Domínique Pasquier ............................... . 69
© Editorial Gedisa. S.A.
Avda. Tibidabo 12, 3° 4. la pantalla para jóvenes,
08022 Barcelona (España) Alejandra Walzer, Javier Calleja, Agustín García Matilla 89
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Fax 93 253 09 OS 5. Información, acción, conocimiento y ciudadanía.
Correo electróníco: gedisa@gedisa.com la educación escolar como espacio de interrogación
http ://www.gedisa.co m y de construcción de sentido,
Manuel Pinto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101

ISBN: 978-84-9784-269-3

Impreso en Argentina
Printed in Argentina

Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión,


en forma idéntica. extractada o modificada. de esta versión en castellano de la obra.
INTRODUCCIÓN.
LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS: NUEVAS FORMAS DE SOCIABILIDAD

Roxana Morduchowicz

Para la mayoría de los jóvenes, la cultura popular -entendida


en este libro como la cultura audiovisual y mediática en general- es
hoy el lugar desde el cual dan sentido a su identidad. Los adoles-
centes modelan en ella sus identidades individuales y colectivas y
aprenden a hablar de sí mismos en relación con los otros.
Los jóvenes, cuyas identidades se trazan en la intersección del
texto escrito, la imagen electrónica y la cultura popular, viven una
experiencia cultural distinta, nuevas maneras de percibir, de sentir,
de escuchar y de ver (Giroux, 1997). Los centros comerciales, los
cafés, la televisión, los recitales de música y las nuevas tecnologías
modifican la percepción que los jóvenes tienen de la realidad y el
modo en que conciben el mundo.
Si las identidades de los jóvenes se definen no solo en el libro
que leen sino, y fundamentalmente, en los programas de televi-
sión que miran, en el texto multimedia por el que navegan, en la
música que escuchan y en la película que eligen, será necesario
entonces analizar la manera en que los jóvenes se relacionan con
los bienes culturales.
En los estudios sobre jóvenes se reconocen tres grandes ejes
(R~g_!:lillo, 2000). El primero es el análisis del grupo juvenil y las di-
ferentes maneras de entender y nombrar su constitución (identi-
dad). El segundo es el que se centra en la alteridad: los «Otros» en
relación con el proyecto identitario juvenil. El tercer tipo de estu-
dios busca explorar las diferentes prácticas juveniles y formas de
acción.
Además están los estudios en torno a los jóvenes que transitan
por las rutas «predecibles». Aquí, el obieto de estudio puede ser, por
ejemplo: el aparato escolar, los grupos religiosos, las fábricas, o los
sindicatos. Los jóvenes, entonces, aparecen en su rol de «estudian-
tes», «empleados», «creyentes» y «obreros».
Un tipo de estudios que se constituye como punto de equilibrio
entre estos enfoques es el que se ocupa de los consumos culturales
INTRODUCCIÓN / 11
1Q / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS

J1::t]!_eniles: la relación con los bienes culturales como lugar de nego- En principio, digamos que las investigaciones sobre jóvenes y
ciación-tens-ion con los significados sociales; el consumo cultural cultura popular pueden centrarse o bien en las audiencias o bien en
como forma de identificación-diferenciación social y la consolida- los medios de ~omunicación. Este último enfoque, frecu~nternente
ción de una cultura-mundo que repercute en los modos de vida, en llamado «rned1océntrico» (Livingstone, 2003), suele fundamentar-
los patrones socioculturales, en el aprendizaje y, fundamentalmen- ~~ en los des.arro!los tecnológicos. Son los estudios que definen a los
te, en la interacción social (Reguillo, 2000). io;enes de la decada de 1960 corno «la generación de la televí-
Ahora bien, ¿por qué «jóvenes y cultura popular»? En primer s10n»; a los de la de 1970 como «la generación del vídeo»· a los de
lugar, porque los jóvenes son sus mayores usuarios. Los hogares lc:s años ochenta como «la generación Nintendo» y a l~s de los
en los que viven los jóvenes son los más equipados tecnológica y anos noventa como «la generación Internet».
culturalmente (Pasquier, 2005), tanto sea por la demanda explíci- Veamos dos ejemplos que, aunque en posiciones completa-
ta de los jóvenes por estos bienes y equipamiento, como por las mente opuestas, proponen un abordaje mediocéntrico para anali-
expectativas educativas que los padres depositan en los bienes cul- zar la rel~ción entre los jóvenes y la cultura popular.
turales y las tecnologías como un apoyo a la escolaridad y al futu- El J?~Imero est~ ejemplificado por los estudios que suelen res-
ro de sus hijos. P_~nsabihzar es~ecialmente a la televisión respecto de la «acelera-
En segundo lugar, porque --como dijimos al inicio- la cultura c10n» que sufrieron los niños y jóvenes en sus vidas (Postman
popular es uno de los pocos escenarios que les pertenece y- es el lu- 1983). '
gar desde el cual los jóvenes se definen a sí mismos. Los jóvenes se Los me~ios electrónicos, desde su mera aparición -dice Post-
encuentran en plena construcción de su identidad, buscando su man-, contnbuyen a la «desaparición de la infancia», precisamente
pertenencia entre diferentes grupos sociales y explorando conti- P_~rqu_e los n0-os y jóvenes acceden a cualquier mensaje e informa-
nuamente nuevos significados en su entorno. La cultura popular c10n sir: n~ces1da~ de ninguna alfabetización previa. La prensa escri-
cumple un papel esencial en -ambas búsquedas. ta -segun el- hab1a creado y ayudado a construir la noción de infan-
En tercer lugar, porque los medios de comunicación y las cia. La propia ~~c~ela ~abía nacido con Gutenberg. El niño no podía
nuevas tecnologías -como se vera a lo largo de este libro- SQn de- entender el penodico sm un mvel mínimo de alfabetización. Los más
cisivos en la configuración de las nuevas forrn~ de sociabilidad jó~enes no accedían, no conocían ni participaban de cierta informa-
juvenil. La cultura popular está fuertemente implicada en las ne- c1on, que estaba reservada solo a los adultos (que sabían leer).
gociaciones intergeneracionales (padres e hijos), ya sea por las di- Con la pan~alla, los _niños no precisan ya de competencias inte-
ferencias en las práct:cas mediáticas (y los conflictos que estas lectuales -de mvel med10 o alto, proporcionadas por la escuela-
diferentes concepciones plantean en la familia), corno por las dis- para ver y entender los noticieros u otros géneros. Al simplificar el
tintas significaciones que cada generación otorga a los bienes cul- acceso a la mformación, la televisión introduce a los más jóvenes en
turales y tecnológicos. Con el ingreso en el hogar de un medio situac10-:1es an_tes reservadas solo a los adultos, especialmente esce-
nuevo, suele resurgir cierta «amnesia histórica» y los adultos sue- n~3 de v10lencia y sexo. El problema -dicen estos autores- es que los
len revivir los mismos miedos (incluso aquellos ya superados) nm?s se exponen así a experiencias de la vida adulta mucho antes
que tenían respecto de medios de comunicación anteriores (Li- de que estén emocionalmente preparados para enfrentarlaú En vir-
vingstone, 2003 ). tud de ello, en la era de la imprenta, los adultos podían ejercer un
Ahora bien, los estudios centrados en los jóvenes y la cultura control del _entorr:o cultural y simbólico de los más jóvenes, algo
popular no son homogéneos ni van todos en la misma dirección. que resulta imposible asumir en la era de las pantallas.
Cada uno de ellos puede proponer abordajes diferentes. Por eso, y _, En algún punto -dice Postman-, las experiencias de los niños,
aunque investigaciones muy diversas coincidan en hablar de los jó- ¡ovenes y adultos se han homogeneizado, lo cual lleva a los adultos
venes y la cultura popular, su objeto de estudio e interés puede ser a tratar a los más pequeños como si fuesen más grandes de lo que
muy distinto e, incluso, opuesto. son.
- . :-:-~
12 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS INTRODUCCIÓN i 13

.Nluchas investigaciones sobre íóvenes y cultura popular -en Así, o bien se desvalorizan las pantallas declarándolas enemi-
coincidencia con Postman- proponen, entonces, analizar los efec- gas de la cultura, o se las exalta calificándolas como la salvación de
tos negativos, en especial de las pantallas, sobre los niños. Estas in- las personas.
vestigaciones suelen medir la manera en que la violencia, el consu- Pese a sus diferencias ideológicas, ambos enfoques tienen algo
mo y el sexo, representados en los medios de comunicación, se en común: toman a los medios y a las tecnologías de la mformación
reflejan luego en los comportamientos de las audiencias juveniles. y comunicación, e incluso a los propios niños y jóvenes, como va-
El peso de estos estudios está puesto -como se ve- en los medios de riables independientes, autónomas, capaces por sí mismas de trans-
comunicación y las nuevas tecnologías para analizar su influencia formar el entorno social. Las pantallas pueden tan pronto provocar
(generalmente nociva) en los niños y jóvenes. Esta corriente basa «la desaparición de la infancia», como solucionar todos los proble-
sus trabajos en la teoría de los efectos, y en un enfoque centralmen- mas, desde el fracaso escolar hasta la incomunicación familiar. Y los
te normativo. niños son tan pronto víctimas inocentes como jóvenes competentes
En el extremo opuesto, pero con el mismo abordaje mediocén- y «sabios». El análisis de la relación entre los jóvenes y las pantallas
trico, otros autores (Papert, 1995) expresan una fuerte idealización no es, ciertamente, tan simple.
y absoluto optimismo respecto de las nuevas tecnologías. Para Pa- Lo que sucede con ambos abordajes es que ignoran o minimi-
pert, los efectos sociales del ordenador sólo pueden ser positívos: zan el contexto social, el entorno en el que se dan los usos y prác- '..
transforma en excelentes alumnos a quienes tienen dificultades en el ticas mediáticas. Si las transformaciones -incluso las tecnológicas-
aprendizaje, promueve la comunicación en familias incomunicadas son soci¡;¿les, el enfoque de los jóvenes y la cultura popular debe ser
y ofrece nuevas oportunidades para la enseñanza a los docentes. siempre en contexto y teniendo en cuenta el universo de las audien-
Todo ello gracias al mero desarrollo tecnológico. Papert llama a los cias (familiar, escolar, social, económico, cultural, etcétera).
niños y jóvenes de hoy «la generación del ordenador». Habla de la - Los medios no pueden tomarse independientemente de los
sabiduría natural de las nuevas generaciones respecto de las tecno- contextos de recepción. El hecho de que jóvenes de sectores socia-
logías, un saber intuitivo que no reconoce inequidades económicas les diferentes enciendan la televisión para ver el mismo programa
ni diferencias sociales entre los usuarios. no supone de ninguna manera una comunión y uniformidad en las
Los dos enfoques que acabamos de presentar son, sin duda, prácticas y las formas de recepción (Morduchowicz, 2001 ).
diametralmente opuestos: el primero -en palabras" de Eco- apoca- ¿Podemos ubicar en un pie de estricta igualdad a quien ve un
líptico; el segundo integrado. Entre estos abordajes se han movido programa de televisión por falta de otra actividad recreativa, y a
la gran mayoría de los estudios e investigaciones sobre niños, jóve- quien lo deja como sonido de fondo, mientras ¡uega con juguetes
nes y cultura popular. Los problemas y riesgos de ambos enfoques electrónicos en su habitación? (.~fariet, 1993 ).
no son pocos. Las recientes transformaciones tecnológicas -entre ellas la inte-
En primer lugar, estos abordajes oscilan entre dos visiones de- ractividad- son sin duda claves para comprender el mundo actual.
masiado extremas, tanto respecto de los niños y jóvenes, como con La lectura no lineal, no secuencial, hipertextual, es una de las trans-
relación a la cultura popular. El primer enfoque propone una ima- formaciones más importantes que ha generado Internet. Sin embar-
gen de los jóvenes como víctimas inocentes y completamente vul- go, y en forma simultánea con estas innovaciones tecnológicas, los
nerables a ia influencia de la cultura popular, en una concepción contextos sociales y familiares en relación con los medios de comu-
que toma a los niños como audiencias absolutamente pasivas y nicación y las nuevas tecnologías también han vivido importantes
manipulables. El segundo enfoque se centra en una visión senti- cambios. Y con ellos también se han modificado los usos y signifi-
mental y completamente idealizada respecto del poder de las nue- cados de la cultura popular. Es imposible analizar las transforma-
vas tecnologías y supone una concepción romántica de la infancia ciones tecnológicas sin tener en cuenta los cambios sociales y fami-
y la juventud: sofisticada, naturalmente competente y crítica (Buc- liares que se han vivido en las últimas décadas en relación con la
kingham, 2000). cultura popular.
INTRODUCCIÓN f 15
14 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS

De esta manera, por ejemplo, la tradicional noción de «la fa- llones, el problema es ser incluidos, llegar a conectarse, sin que se
milia unida frente a la televisión» se vuelve hoy obsoleta, a la luz atropelle su diferencia ni se los condene a la desigualdad. En suma,
de la creciente «privatización» y personalización de los bienes cul- ser ciudadanos en sentido intercultural (García Canclini, 2004). Y
turales y tecnológicos en los hogares. estas brechas deben formar parte del análisis sobre jóvenes y cultu-
Aparece así un segundo tipo de estudios sobre ióvenes y cultu- ra popular.
ra popular que ya no son mediocéntricos, y que proponen enton- ¿Qué ven, leen y escuchan los jóvenes? ¿Por qué seleccionan
ces estudiar a las audiencias en sus contextos de recepción. Explo- determinados consumos culturales y no otros? ¿Cómo se apropian
ran las motivaciones personales de los jóvenes para la elección de de ellos y de qué manera los utilizan? ¿Qué significado dan a los
sus consumos culturales y analizan las prácticas y usos que hacen mensajes e informaciones que reciben? ¿Cuál es la relación que los
las nuevas generaciones de estos bienes en un contexto social, po- jóvenes establecen con la cultura popular y de qué manera contri-
lítico, cultural y económico determinado. buye a la conformación de su identidad? ¿Qué mensajes están reci-
Estos estudios se centran en las audiencias y analizan los gus- biendo los jóvenes y cómo los resignifican? ¿Cómo se inserta la
tos y prácticas mediático-culturales de las nuevas generaciones: los cultura juvenil en la vida cotidiana (sociabilidades, aprendizajes,
programas de televisión que eligen, las notas del diario que leen, participación social, etc.) y en las esferas en las que interactúan (fa-
las emisiones de radio que escuchan, las revistas que compran, la milia, escuela, clubes, esfera públia, etc.)? ¿De qué manera inciden
música que prefieren, los usos que hacen del ordenador e Inter- las desigualdades socioeconómicas en la relación de los jóvenes
net ... Y todo ello, en contexto. con las pantallas? Este tipo de investigaciones, como se ve, propo-
La inserción de las pantallas en una sociedad -una vez más- no ne un abordaje más sociológico y político, en estrecha relación con
puede aislarse del contexto social y político. ¿Cómo reducir solo a la configuración de las identidades juveniles. ·.
una fascinación la relación de las mavorías con la televisión ' en un - Esta perspectiva es, precisamente, la que enfoca el presente li- -
;

país en el que la esquizofrenia Gultural y la ausencia de espacios de ex- bro. En estos estudios se muestra al joven como un actor posício-
presión política potencian desproporcionadamente la escena de los hado socioculturalmente, lo que significa que hay una preocupa-
medios y, especialmente, de la televisión? (Nlartín-Barbero, 2003b). ción por comprender las interrelaciones entre los distintos ámbitos
Es preciso, por lo tanto, desplazarse de las vari;;i.bles individua- de pertenencia del joven (la familia, la-escuela y el grupo de pares),
les y aisladas hacia un análisis de contexto en el que se tomen en al tiempo que se enfatiza el sentido otorgado por los jóven~s a la
cuenta las transformaciones sociales. grupalización (Reguillo, 2000).
La relación de los jóvenes y las pantallas -como se verá a lo La cultura aparece hoy como un espacio al que se han subor-
largo del libro- no puede analizarse independientemente de pre- dinado las demás esferas constitutivas de las identidades juveniles.
guntas más amplias, como el lugar que tienen los jóvenes en la so- Se trabaja, se va a la escuela, se participa en algunas causas, pero
ciedad, su estatus político y ciudadano, su visibilidad social y su in- los constitutivos identitarios entre los jóvenes no pasan ya por la
clusión (o exclusión) de la agenda de las políticas públicas. fábrica, la escuela o el partido. La identidad está en otra parte. Es
La relación de los jóvenes y las pantallas no puede tampoco en el ámbito de las expresiones culturales donde los jóvenes se
abordarse sin tomar en cuenta las brechas sociales que existen en- vuelven visibles como actores sociales. Los vínculos de los jóvenes
· . tre los jóvenes «conectados» y los «desiguales y desconectados». con la cultura popular permiten entender las distintas configura-
Los incluidos son quienes están conectados. Y sus otros son los ex- ciones del mundo que ellos construyen (Reguillo, 1998).
cluidos, quienes ven rotos sus vínculos al quedarse sin trabajo, sin Los jóvenes de hoy son la primera generación que ha conocido
casa, sin conexión. Estar marginado es estar desconectado. El desde su infancia un uníverso mediático extremadamente diversifi-
mundo se encuentra dividido entre quienes tienen domicilio fijo, cado: la radio (AM y FM), canales de TV (abiertos y por cable),
documentos de identidad y de crédito, acceso a la información, di- videojuegos, videocasete, DVD, Ipod, reproductores de MP3 y
nero y, por otro lado, los que carecen de tales conexiones. Para mi- MP4, teléfonos celulares, Internet. ..
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16 f LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS INTRODUCCIÓN f 17

La distinción entre medios nuevos y medios tradicionales no instante. Chateos simultáneos en Internet, videoclips y música a
tiene para las nuevas generaciones ningún sentido. Son los adultos todo volumen en las discotecas, en el automóvil, en la soledad de
quien~s sienten las rupturas tecnológicas, los nuevos aprendizajes los reproductores portátiles ... La hiperrealidad de lo instantáneo,
que deben emprender y los nuevos usos sociales de los medios que la fugacidad de los discos que hay que escuchar esta semana, la
deben ejercer. Las nuevas sensibilidades de los jóvenes y los modos velocidad de la información, y la comunicación que propicia el ol-
en que perciben el mundo son, posiblemente, la primera marca de vido (García Canclini, 2004).
la cultura popular en la construcción de la identidad juvenil. En suma, esta nueva relación de los jóvenes con la cultura po-
Los adolescentes experimentan una nueva sensibilidad que, en pular e Internet define de algún modo una nueva manera de hacer
muchos aspectos, choca y rompe con la sensibilidad de los adultos. y de ser, una cultura diferente y una forma particular de encarar la
Un ejemplo de ello es la particular percepción de la velocidad y la realidad.
sonoridad. No solo la velocidad de los automóviles sino la de las La generación que tiene menos de 20 años -como dijimos- es
imágénés, la del discurso televisivo, la de la publicidad y la de los la primera en haber conocido, desde que nació, un panorama me-
videoclips (Martín-Barbero, 2003a). - --- diático muy diversificado. Su nacimiento coincidió con la gran re-
La sensibilidad juvenil es diferente porque la manera en que la volución audiovisual. -
cultura popular se ofrece también ha cambiado. Si con Guttenberg, Los jóvenes de hoy disponen de una cultura común, propia y
en el siglo xv, se habló del paso de la cultura oral a la escrita y a muy prolífica: música, programas de televisión y de radio, publica-
mediados del siglo XX hablábamos del lugar que cedió la cultura de ciones, videoiuegos y sitios en Internet. Los adolescentes tienen a
la palabra a fo cultura de la imagen, hoy, en el siglo XXI, somo_s tes- disposición productos culturales específicamente dirigidos a ellos.
tigos de la manera en que la lectura lineal dio paso a la percepción Son sin duda los mayores usuarios de videojuegos y la publicidad
simultánea (Morduchowicz, 2004). · de celulares está cada vez más dirigida a las audiencias juveniles.
Los adolescentes, en contacto permanente con las pantallas (de Una de las dimensiones más interesantes en la relación de los jó-
televisión, de cine, de teléfonos celulares y de ordenador), están venes con la cultura popular, y con las pantallas en particular, es que
acostumbrados a relacionar, a asociar y a comparar. Pero todo ello, permite conocer sus nuevas formas de sociabilidad. Los nuevos víncu-
con mucha mayor rapidez, inmediatez y fragmentación. los que, a partir de los medios de comunicación y las nuevas tecnolo-
Los jóvenes que miran televisión, escuchan racl.io, usan repro- gías, se establecen entre las generaciones.
ductores de .tv1P3 y MP4, se entretienen durante horas con un Sus prácticas con los medios explican las nuevas dmámzcas fa-
videojuego, exploran un multimedia nuevo o navegan por Internet miliares. Lo que hacen juntos, lo que no, las negociaciones, las
se mueven en un universo diferente, de múltiples lenguajes, diná- elecciones, las alianzas, los conflictos, las discusiones, y los espa-
mico, fragmentado y de continua estimulacíón. El zapping ha deja- cios y los tiempos en los que se escucha radio o ve televisión, son
do de ser -para ellos- una actitud ante el televisor para convertirse interacciones imprescindibles para analizar las relaciones familia-
en una actitud ante la vida. Los medios de comunicación y las nue- res. Y aun el aislamiento del adolescente en su habitación también
vas tecnologías han desarrollado una atención flotante, disconti- es -para él- una manera de construir su identidad (Pasquier, 2005).
nua y dispersa, que genera cierta incapacidad de mantenerse mu- Los niños y jóvenes se contrastan y se comparan con sus mayo-
cho tiempo concentrado en una misma realidad (Ferrés, 2000). res, los enfrentan y a la vez negocian. Pero es difícil que los adultos
Por ello, precisamente, en los estudios sobre consumo y recep- actúen significativamente en relación con ellos, sr no toman en serio
ción encontramos que la mayoría de los jóvenes prefiere las pelícu- las radicales diferencias y la mayor autonomía con que hoy los niños
las de acción y se aburre con aquellas que trabajan en largos pla- y 1óvenes desarrollan sus vidas (García Canclini, 2006).
nos la subjetividad o los procesos íntimos. Es posible interpretar La relación con la cultura popular también permite compren-
que, ante las dificultades de saber qué hacer con el pasado y con el der las nuevas formas de sociabilidad entre pares. Los íóvenes han
futuro, las culturas jóvenes consagran el presente, se consagran al aprendido al mismo tiempo a utilizar un control remoto, un relé-
18 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS INTRODUCCIÓN / 19

fono celular y una computadora. Por eso, precisamente, las con- que legitima la cultura escolar. Los adolescentes viven en una cul-
versaciones con amigos sobre un programa televisivo se alternan tura de lo simultáneo, pero se encuentran con un aula que solo pri-
con las charlas sobre el último videojuego, la música que escu- vilegia lo lineal.
chan, una revista, un sitío en Internet o el chateo. Estos conteni- La institución escolar permanece, en términos generales, al
dos y consumos son parte esencial de las nuevas formas de socía- margen de los procesos de configuración sociocultural de las iden-
bilidad juvenil. tidades juveniles, y sigue pensando al «joven» como el ideal que de
¿Cuáles son los signos sociales de los jóvenes hoy? Las marcas él aparece en los libros de texto, que debe cubrir ciertas etapas y
juveniles parecen claras: salir en grupo, tener una sociabilidad de expresar ciertos comportamientos.
banda, divertirse, conocer lo último en música, mirar los progra- Desde sus orígenes, la escuela moderna fue concebida dentro
mas de televisión que ven los demás, recibir llamados en el teléfo- del universo que Marshall McLuhan llamó «la galaxia Guten-
no celular y navegar por Internet (especialmente jugar y chatear). berg». Un mundo en el que prevalece la lógica del libro, la lineali-
En suma, tal com_o dicen los jóvenes franceses (Pasquier, 2005), dad Y el orden secuencial y que halló en la escuela la garantía de
«para ser uno mismo entre los otros, hay que ser y hacer como los transmisión y reproducción de la cultura de la letra impresa. La es-
otros»: conocer los mismos cantantes, los mismos programas tele- cuela siguió transcurriendo por el camino de la escritura, la pala-
visivos, la misma música, los mismos sitios web, los mismos filmes. bra y el manual. Y a menudo desconoció las culturas que comen-
Es posible que los jóvenes de hoy miren algo en televisión aunque zaban a surgir y convivir con ella fuera del aula: primero, la que
no les guste, solo para poder charlar con los otros por teléfono, pa- propuso el cine; luego, la televisión y más recientemente, las nue-
ra poder chatear ese mismo día, o hablar personalmente de ello al vas tecnologías.
día siguiente en la escuela. Así como decir que no ven un programa Buena parte del mundo adulto, y especialmente el académico,
televisivo y que en realidad sean espectadores frecuentes de él. Es- carga en los medíos audiovisuales la causalidad de la crisis de la
tas son, ciertamente, algunas de las nuevas formas de sociabilidad lectura y del empobrecimiento cultural en general. Mientras el li-
juvenil. bro es declarado espacio propio de la razón y el argumento, del
Frente a esta realidad cultural, de nada sirve alarmarse o reac- cákulo y la reflexión, el mundo de la imagen masiva es reducido a
cionar defensivamente. Lo que la sociedad y especialmente la es- espacios de las identificaciones primarias y las proyecciones irra-
cuela deberá hacer es analizar la manera en que se acerca (o no) a cionales de las manipulaciones consumisrns ... Y si en la prensa es-
la cultura juvenil. crita se gestó el espacio público, en la imagen televisiva se engen-
Si aceptamos que los jóvenes forman su capital cultural tam- dra hoy la más masificada homogeneización y el repliegue hacia lo
bién fuera de las aulas, y aun en espacios propios, relativamente privado (.i\llartín-Barbero, 2003 b).
autónomos, la escuela ya no puede concebirse como único lugar le- En virtud de ello, las pantallas fueron desvalorizadas por la es-
gítimo para transmitir un capital simbólico preestablecido (García cuela. Nacida de la letra impresa, la institución escolar consideró
Canclini, 2006). al cine y a la televisión influencias negativas que amenazaban la
Lo que hay de nuevo en la juventud es la percepción de una cultura. El «poder de corrupción» de las pantallas alcanzaba espe-
reorganización profunda en los modelos de socialización: ni los pa- cialmente a los niños y jóvenes, sobre quienes ejercía sus máximos
dres constituyen el patrón eje de las conductas, ni la escuela es el efectos. El auge del lenguaje audiovisual fue para muchos, el inicio
único lugar legitimado del saber, ni el libro es el centro que articula de una degradación cultural. Durante décadas los docentes dedica-
la cultura (Martín-Barbero, 1998). ron sus es{uerzos a defenderse de «la amenaza» que representaban
La escuela, sin embargo, no siempre parece advertirlo. Y lo ], las pantallas para la cultura.
que resulta de este desconocimiento es un desencuentro y divorcio " La tdevisión, enérgicamente cuestionada, había nacido corno
entre la cultura escolar y la cultura juvenil. Los jóvenes se mueven un medio de evasión, por oposición a la disciplina, al esfuerzo y a
en un universo regido por unos parámetros distintos de aquellos la austeridad con fas que se asociaba a la escuela y a la alta cultu-
20 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS INTRODUCCIÓN ( 21

ra. Más dedicada a divertir, se vinculaba la televisión a la distrac- gitímados socialmente para la di~tribucíón y el aprendizaje de la
ción a la irrealidad y a la ficción (Pérez Tornero, 1994). información y el conocimiento. El saber escolar debe convivir co-n
De esta manera, la escuela vela y escamotea su conflicto con la saberes sin lugar propio, en un aprendizaje que se ha desligado de
cultura audiovisual reduciéndolo a sus efectos morales, es decir las fronteras que marca la edad, para tornarse continuo. Es un
traduciéndolo al discurso de las lamentaciones sobre unos medios aprendizaje que trasciende el aula, que se vive a toda hora y que se
-especialmente la televisión, el reproductor de música portátil y los extiende a lo largo de toda la vida.
videojuegos- que roban el tiempo libre de los jóvenes, manipulan Una parte importante de estos saberes y aprendizajes circula
su ingenuidad e idealismo, inoculan superficialidad y conformis- por los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, que se
mo, haciéndolos reacios a cualquier tarea seria. Obsesionados con constituyen hoy en referentes importantes para conceptualizar el
el poder maléfico de los medios, los educadores acaban olvidándo- mundo. Casi todo lo que conocemos del universo proviene de los
se de la complejidad del mundo adolescente o juvenil (Martín-Bar- medios, que construyen una imagen de él, a partir ~de la cual cada
bero, 2003b). uno de nosotros construye la propia (Fontcuberta, 1993 ).
Así, durante años (y en muchos casos, aún hoy) las pantallas po- El libro sigue siendo, sin duda, clave pues nos abre a la «prime-
dían ser legítimamente ignoradas o bien fuertemente resistidas, para ra» alfabetización, la que posibilita el acceso no solo a la cultura
contrarrestar sus influencias negativas, ya que se oponían a la esen- escrita, sino a las múltiples escrituras que hoy conforman el mun-
cia educadora de la escuela, máxima «protectora de la cultura». do de la informática y el audiovisual.
La escuela propuso, entonces, una pedagogía paternalista y de- El desafío para la escuela, sin embargo, es enseñar a leer libros
fensiva, cuyos objetivos esenciales eran o bien ignorar a los medios como punto de partida para segundas y terceras alfabetizaciones. Y
audiovisuales por sus efectos negativos en los niños y jóvenes; o en formar a un ciudadano que no solo sepa leer libros, smo también
su defecto utilizarlos en la clase para desenmascarar su poder, ex- noticieros de televisión, periódicos, videoclips e hipertextos informá-
plicitando las diferencias con las propuestas culturales elevadas ticos. La escuela debe convertirse en el centro de confluencia en el
que proponía la educación formal. que pueda converger la cultura oral, escrita, audiovisual e hipertex-
Los desencuentros entre la escuela y las pantallas continúan tual. Lo que el ciudadano necesita del sistema educativo es que lo
-como dijimos- aún hoy. Con frecuencia la escuela desconoce que c~pacite para poder tener acceso a la multiplicidad de escrituras y
frente al maestro hay un alumno que absorbe""diariamente otros discursos en los que se producen las decisiones que tanto lo afectan
lenguajes, discursos y escrituras que circulan en la sociedad. Los en los planos laboral, familiar, político y económico (rv1artín-Barbe-
jóvenes (y los adultos) viven en una cultura de lo simultáneo. Pero ro, 2003a).
las nuevas generaciones sufren intensamente una escisión: reciben La pedagogía, entendida como práctica y política cultural ( Gi-
informaciones de una cultura mosaico, pero en la escuela deben roux, 1997), debe abnr nuevos espacios en los que los alumnos
enfrentarse con una cultura oficial que se caracteriza por la lineali- puedan experimentar qué significa ser productores culturales. La
dad y la secuencialidad, por lo verbal y lo abstracto, por lo analíti- educación debe revalorizar la cultura de origen de los jóvenes, sus
co y lo racional (Ferrés, 2000). experiencias cotidianas, su vida en el barrio y sus consumos cultu-
Dos cambios se han producido en las últimas décadas en torno rales. Debe preguntarse por lo que los alumnos aprenden dentro de
a la difusión y circulación del saber que la escuela no puede igno- la escuela y, no menos importante, fuera de ella.
rar: el descentramiento y la-destemporalizacíón (Martín-Barbero, Al ser capaces de escuchar las voces de sus alumnos, los docen-
2003a). tes se convierten en cruzadores de fronteras (Giroux, 1997) que
Descentramiento significa que el saber sale del límite exclusivo cuestionan las fronteras culturales existentes, que configuran otras
de los libros y de la escuela, para comenzar a circular también por nuevas y que permiten que sus alumnos participen en su continua
otras esferas. Destemporalización implica que los saberes no solo resignificación y recreación.
escapan a los espacios tradicionales, sino también a los tiempos le-
22 / LOS JÓVENES y LAS PANTALLAS !NTRODUCCTÓN I 23

A lo largo de esta introducción nos hemos referido precisa- tenta analizar el complejo e interesante vínculo de los jóvenes y las
mente a los tres ejes que en relación con los ;óvenes y las pantallas pantallas.
explorarán las páginas de este libro: los consumos ~ulturales d~
las nuevas generaciones, las nuevas formas de sociabzlz~ad 7uvenzl
y el lugar de la escuela ante este particular y nuevo umverso cul- Bibliografía
tural.
Entre otros interrogantes, nos interesa analizar de qué manera Buckingham David (2000), After the Death of Childhood, Cam-
se apropian los jóvenes de los bit~nes cultu~ales 9ue circ~lan en la bridge, Politi Press.
sociedad para conformar su propia cultura iuveml; de que modo la Ferrés, Joan (2000), Educar en una cultura del espectáculo, Barce-
cultura popular, y en especial las pantallas, definen y median la re- lona, Paidós.
lación de los jóvenes con los otros (familia y amigos); cuáles son Fontcuberta, Mar (1993), La noticia, Barcelona, Paidós.
los contenidos que las pantallas ofrecen a estas audiencias y, final- García Canclini, Néstor (2004), Diferentes, desiguales y desconec-
mente, cuál es (y debería ser) la respuesta de la escuela ante e.s,ta tados, Barcelona, Gedisa.
cultura juvenil. Los medios de comunicación, para esta generac1on - (2006), «La modernidad en duda», inédito.
de íóvenes más' que para ninguna otra, son soportes de su sociabi- Giroux, Henry (1997), Cruzando límites, Barcelona, Paidós.
lidad. Livíngstone, Sonia (2003 ), Young People and New Media, Lon-
Los autores que participan de este libro han enfocado, cada dres, Sage.
uno de ellos y desde una realidad diferente, el vínculo de las nuevas Mariet, Franc;ois (1993), Déjenlos ver la televisión, Barcelona,
Urano.
aeneraciones con las pantallas. Jesús Martín-Barbero (Colombia),
Martín-Barbero, Jesús (1998), «Des-orden cultural y palimpsestos
Roxana Nlorduchowicz (Argentina), Dominique Pasquier (Fran-
de identidad», en Viviendo a toda, Bogotá, Universidad Cen-
cia), Alejandra Walzer, Javíei; Calleja y Agustín García Matilla (Es-
tral, DIUC.
paña) y Manuel Pinto (Portugal) son investigadores de amplia tra-
- (2003a), «Retos culturales de la comunicación a la educación.
yectoria en este campo en sus países. Sus textos están apoyados en Elementos para una reflexión que está por comenzar», en
investigaciones empíricas que reflejan una variedjd de situaciones Roxana Nlorduchowicz, Comunicación, medios y educación:
comunicacionales y educativas. un debate para la democracia, Barcelona, Octaedro.
Jesús Nlartín-Barbero enfoca el lugar de los medios audiovi- - (2003b), La educación desde la comunicación, Buenos Aíres,
suales y las nuevas tecnologías en la configuración de imaginar:os Grupo Editorial Norma.
y en los modos juveniles de estar juntos. Roxana Morduchow1cz Morduchowicz, Roxana (2001), A mí la tele me enseña muchas
basa su texto sobre la relación de los jóvenes y las pantallas (de te- cosas, Buenos Aires, Paidós.
levisión, vídeo, cine y ordenador) y las nuevas maneras de sociabi- - (2004), El capital cultural de los jóvenes, Buenos Aires, Fondo
lidad juvenil, en un reciente estudio cuantitativo entre adolescentes de Cultura Económica.
argentinos. Dominique Pasquier describe e interpreta la relación de Papert, Seymour (1995), La máquina de los niños, Buenos Aires,
los adolescentes con la ficción televisiva: qué aprenden y cómo se Paidós.
apropian de este género en particular. La investigación a cargo de Pasquier, Dominique (1999), «Les jeunes et la culture de l'écran.
Walzer, Calleja y García Nlatilla se sitúa desde la pantalla televisi- Enquere nationale auprés des 6-17 ans», Revue Reseaux, Pa-
va para analizar empíricamente cuál es la oferta que tienen para el rís.
público infantil y adolescente. El último capítulo, a cargo de Ma- ~ (2005), Cultures Lycéennes. La tyranie de la majorité, París,
nuel Pinto, analiza cuál es el nuevo rol de la escuela. Éditions Autrement.
En suma, desde diferentes ópticas, contextos sociales, realida- Pérez Tornero, José Manuel (1994), El desafío educativo de la te-
des políticas y metodologías de investigación, el presente libro in- levisión, Barcelona, Paidós.
f[
i'.:

24 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS

1. EL CAMBIO EN LA PERCEPCIÓN DE LOS JÓVENES.


Postman, Neil (1983 ), The Disappearance of Childhood, Londres, SOCIALIDADES, TECNICIDADES Y SUBJETIVIDADES
W.H. Allen.
Reguillo, Rossana (1998), «El año dos mil, ética, política y estéti- Jesús Martín-Barbero
cas: imaginarios, descripciones y prácticas ¡uveniles. El caso
mexicano», en Viviendo a toda, Bogotá, Universidad Central,
DIUC.
- (2000), Emergencias de las culturas juveniles. Estrategias del
desencanto. Buenos Aires, Norma.
«Las imágenes de los jóvenes como perpetradores de violen-
cia son las que, irónicamente, dieron principio a su visibilidad y
las que les abrieron una forma de participación en la sociedad a
través de espectaculares representaciones mediáticas y de la ne-
gociación de acuerdos de paz.»
Pilar Riaño

Escribiendo desde Colombia, no puedo soslayar lo que ese lu-


gar de enunciación implica al haber sido el país en el que por prime-
ra vez se adoptó la palabra desechables para nombrar a los jóvenes
sicarios que el narcotráfico instrumentalizó para su guerra contra el
Estado colombiano. Pero también donde el primer libro dedicado al
estudio de esos jóvenes colocó en su título No nacimos pa' semilla
(Salazar, 1990), la mejor réplica latinoamericana al europeo No fu-
turo. Y en el que su joven autor, Alonso Salazar, se arriesgó por pri-
mera vez a investigar el mundo de las pandillas juveniles urbanas
desde la cultura. Crítico con respecto a la reducción de la violencia
juvenil a efecto de la injusticia social, la violencia política y la faci-
lidad de dinero que ofrecía el narcotráfico, la investigación narrada
de Salazar no ignoraba esas realidades, pero nos demostró que la
violencia juvenil se inscribe en un contexto más ancho y de más lar-
ga duración: el del comple¡o y delicado tejido sociocultural del que
están hechas las violencias que atraviesan por entero la vida cotidia-
na de la gente en Colombia y de la sociedad antioqueña en particu-
lar. Se ponía así al descubierto la complejidad y el espesor cultural
de los rituales de violencia y muerte de los jóvenes, en su articula-
ción con rituales de solidaridad y de expresividad estética, recons-
truyendo el tejido desde el que esos jóvenes viven y sueñan: las me-
morias del ancestro paisa con su afán de lucro, su fuerte religiosidad
y la retaliación familiar, pero también los imaginarios de la ciudad
:•¡ moderna, con sus ruidos, sus sonidos, sus velocidades y su visuali-
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2. LA RELACIÓN DE LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS

Roxana Morduchowicz

Este artículo busca analizar el lugar que tienen las pantallas


-en especial teleVlSlon y ordenador- en Ia vida delos adolescentes
h?Y· No solo ens~ceso y-exposición~ sino por las consecuencias
que esta relación genera en las dinámicas familiares y la sociabili-
g_a,fl. ~~re pares. El artÍcuio_a.na11za también-la rela~ión entre los
medios. ¿"Ef'Pc-C!esplazó a la TV? ¿La pantalla desplazó al libro?
¿Cómo es el vínculo entre las pantallas y la palabra impresa? Para
responder todos estos interrogantes, se recurrió a la Primera En-
cuesta Nacional de Consumos Culturales realizada por el Ministe-
rio de Educación de la Argentina entre 3.300 jóvenes de 11 a 17
años, en el año 2006.

Introducción

L1_c:ulttJ,ra P.ºPl11ª!" es uno de los poc9s esceparios _que, .~n la


propía p.ercepción de los niños y jóvenes, les pertenece y en el cuai
y
sienten que.sé hab~~ efe elfos a ellos. La cultúrá. populái le~ per-
mite entender quiénes son, cóm_o se los define socialmente y cómo
es y funciona la so~iedad en la que viven.
La cultura popular está tan estrechamente ligada a la cultura ju-
venil que, en la actualidad, el joven se configura comq tal a partir de z -~~'
la frecuentación, el consumo y efacceso a un cierto tipo de bienes .
simbólicos y productos culturales específicos. Es en e1?.!11~i!q 9e los
proc!1:!-ctos culturales donde el joven despliega su visibilidad como ac- ,,
torsoc1al. Precisamente por ello es que adquiere particular impor- ;:.
rancia preguntarse por los consumos culturales de los jóvenes. Su::-_
análisis permite entender las distintas configuraciones del mundo -
que, de manera contradictoria y compleja, los jóvenes construyen a
partir de sus vírn:::~lo.~:c9ri. las industrias culturales (Reguillo, 2000).
Antes, los jóvenes se emancipaban a través del trabajo, el estu-
dio y el matrimonio. Ahora, para muchos, las vías preferentes son
48 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS
LA RELACIÓN DE LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS / 49

la conectividad y el consumo. Estos nuevos medios de independen- Las pantallas forman parte de la vida de los adolescentes en
cia de la familia se articulan con los anteriores y anticipan, desde la todo el mundo. En México, el PC, el teléfono celular, la agenda elec-
primera adolescencia, un horizonte ajeno a los padres (García Can- trónica y los videojuegos están incorporados en los hábitos del
clini, 2006). 50% al 80% de los jóvenes.
¿Por qué hablamos de consumos culturales? No existe u_n <l~t() La posesión de estos bienes es mayor en los niveles económicos
de consumo que no lleve implícito un universo cie"seiiiid.ós," que altos-Y-medíos, pero, tanto en Argentina como en México, los jó-
cambian de una cultura a otra e incluso de un grupo social a otr9. venes de menores recursos también están familiarizados con los <·-' .-,
En las prácticas de consumo cultural se construyen los nueV()S_se_n- avances tecnológicos, a través de los 19,cutorios, los _cibercafés, la i;-! ,~r.
tídos de la ciudadanía. escuela y la sociabilidad generacional/En Argentina y en México,
C::ult-ll.ra es-la frlstanci~:i;:i_La_que_cada_grup_o organiza su iden- quienes dicen que saben usar los equipos tecnológicos son más del
tidad (García Canclini, 2005). Y es precisaIJ1ente por.esta.estre.c::ha aoble de los que los tienen. En Argentina, el 30% tiene ordenador
reGción entre consumos culturales e identidad que nos interesa e;x- en su casa, pero el 85 % lo utiliza. En !\/léxico, el 32,2 % de fos
plo~a~--la m;nera en que las pantallas son apropiadas y resignifica- hombres tiene computadora y dice manejarla el 74%. La relación
das por los jóvenes. en las-mujeres es de 34, 7% a 65) % . ·-
Los adolescentes, cuyas identidades se trazan en la intersección ,~l ac_c~; por lo, t~nto, es_mmo~ d~sigual que la. p~se_?iém_dei
del texto escrito, la imagen electrónica y_h;1_ cu] tura popular, viven eqmpa1rrrento tecnologico, aunque sabemos que tener ordenador e
una experiencia cultural distinta, nuevas maneras de percibir, de Internet en Ta éásase ásOC:ia con una utilización más fluida e inten-
sentir, de escuchar y de ver. s!:i_a_E~J . recurso. (El riia.yor~:i:üvel- ecf;lllómi<;:Q_ fa_IJJ.iliª--r-~stá ligado
Los jóvenes que hoy tienen menos de 18 años son la primera también a d'~st_i:-Ú.as~y capital culturalp~-@___emplear en forma más
generación que ha conocido desde su infancia un universo mediá- productiva y diversificaaa--=ta.:leS.:iiú;;ü-rsós-:/(De-- Gara-y, 2.-663T- - ·-
tico extremadamente diversificado: canales de TV abiertos y por Por eso, precisamente, los jóvenes éfe menores recursos en Ar-
cable,cine, videojuegos, videocasete, DVD, teléfonos celulares e In- gentina -entre quienes solo un 10% tiene ordenador en su casa-
- ternet. Este entorno tan variado encuentra un protagonista: las utilizan el PC casi exclusivamente para jugar y chatear. Sus pares
panta_lla$:- de sectores medios y altos lo utilizan además para hacer la tarea,
Las casas argentinas tienen más pantallas que..,.libros y diarios. escuchar música y buscar información. El uso del ordenador entre
Todas tienen televisión. El 60% tiene más de dos televisores. Más los sectores populares es más esporádico y también menos diver-
de la mitad tiene teléfonos celulares. Algo menos tiene ordenador. sificado.
~en_f!S_l:!s.q_71__ p_g7J.Jªllas todo$_los_c!Jas. Porque aun cuandQ_ solo
un 30% tiene ordenador en su casa, casi un 90% delos jóvenes lo
utiliza frecuentemente, la mayoría en locutorios y cibercafés. Uso
__...._.........del ordenador por nivel
'.
socioeconómico
,,...._,__...._.,,-,_ ... ·-·.- ·.....--......- ....... ,,,,,..,... ___

Iviayores recursos Menores recursos


La casa de un joven de 11 a 17 años ... Chatear 65% 75%
Jugar 70%7__ 8,5%
Televisión: 100% Radio: 95% Hacer la tarea 70% 4ii 30%
Libros (muchosi: 65% Teléfono de línea: 60% Buscar mformacíón 60%4 35%
Diarios: 60% Revistas: 55% Escuchar música 50%~ 35%
Equipo reproductor de CD: 55% Teléfono celular: 55%
Videocasete: 40 % Ordenador: 30%
DVD: 35% Videojuegos: 20%
Internet: 15% Un _a.~scen_!=~de 11 a 1 7 años en !\rg~DJi.D-ª-P<J;S;:], __ S:_?.S_~~é.'.~s_!?_o­
ras con los rñealos 0ecom-üriicací6n, especialmente con la tdey_i-
50 /LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS
LA RELACIÓN DE LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS / 51

sión la radio y el ordenador. Los sectores más favorecidos econ?- La habitación de un joven de 11 a 17 años
mic~mente- pasan siete horas con los medios (una más q~e la media
nacional) porque tienen computadora en sus casas. Prec:s~mente el Libros: 65%
ordenador es, después de la televisión, el medio más utilizado i::or Teléfono celular: 40%
los jóvenes de mayores recursos. Así, unjoven de sectores medios Revistas: 40%
puede pasar un día de semana ent_re dos y tres horas con la televi- Radio: 40%
s-.lón, una hora y media con la rad10 y dos horas con el ordenador. Televisión: 40%
Equípo reproductor de CD: 20%
Videojuegos: 15%
Un joven de 11 a 17 años ... Ordenador: 10%
Internet: 5 %
Ve entre dos y tres horas de televisión por día (un 30% de cuatro a seis
horas).
Escucha entre dos y tres horas de música por día (radio/CD). Este equipamiento ha fortalecido lo que se dio en llamar «la
Ve entre uno y tres vídeos por mes (20% no ve vídeos}. cultura de la habitación» (Livingstone, 2003). En los últimos años
Usa el ordenador de uno a tres días por semana (15% no usa). se ha producido un desplazamiento del espacio cultural de los ni-
Está conectado a Internet entre media y una hora. ños y jóvenes, especialmente con la aparición gradual de las panta-
Lee uno a tres libros por año (70%). llas. La televisión y el videocasete primero y el ordenador después
Lee el periódico una vez por semana (50%). han concentrado el universo cultural de los jóvenes en la habita-
Ve de una a cuatro películas en el cine por año (8 O%). ción.
No va al teatro (85%). Si la frontera hasta hace un.a_ década era la puerta de la casa
-que separaba- el afuera (la callel del adentro Ua casal-:_~ en l~s últ1- -
mos anos apareció una nueva frontera: fa pÚer~a -de la bczhítqci..ón,
que separa_ el espacio colectivq_ del. indi_vidual, de11t:ro del hogar.
Un joven de 11 a 17 años ... por nivel socioeconómico
El equipamiento de medios en la- habitación no solo se vincula
Mayores I'vlenores con el ingreso económico de la familia, sino también con la edad de
recursos recursos loShi~_y,_ci~ I!!Gl~Iii_i:,9-rt::J.Ate.-:-c~i¡qefcqpital culturdi de los padres. _ '""''") '\
20% 50% La tendencia universal es que los jóvenes van hacia consumos -~'-ª1"-' ·---
Ve más de tres horas de TV por día
Lee más de tres libros por año 45% 10% culturales cada vez más individuales y personalizados, no solo por -
Va tres/cuatro veces al cine por año 70% 30% e}"i~9_u.ip<lrniento de la halJ_ltadón, sino también por la variedad en
Escucha música en la radio 30% 90% LLofeJtª de contenidos especialmente dirigidos a ellos.
Escucha música en PC 70% 30% Los dos fenómenos (más tiempo en la casa, pero más solos en
Usa PC de cuatro a siete días por semana 70% 15% la habitación) parecen superponerse e, incluso, contradecirse. Por
un lado, la inseguridad de las calles provoca que los jóvenes perma-
nezcan en sus casas, pero m1::1.ch<lsJ;;m:ülia.?. parecen más separadas
Las habitaciones de los jóvenes también están equipadas tec- que antes, por consumos culturales cada vez má-s personalizados.
nológicamente: casi la mitad cuenta con teléfonos celulares, y algo - L_~_ «priyatización» no es nueva. Se inició con la llegada de la
menos tiene TV y equipos reproductores de CD. Este equipamien~o televi~ión_, lo cual provocó un repiiegue de la familia e:n el hogar.
es suficiente para que c_g_aJ;rn__d<:! cad~__d_iez ad_ol~?Ce!)-tes p_ase.n_mas Ciertamente, se ha intensificad0 en-la última década con la instala-
d<:_la m~ta_q_Q_~Ui~_II1Pº libre en sus habitacione~~ ~asi siempre en ción de múltiples espácios (habitaciones) en los que cada miembro
compañía de panta)la..;;. de la familia tiene su propio medio, para ver telev1síón -vídeq; e§- o
52 / LOS JOVENES Y LAS PANTALLAS LA RELACIÓN DE LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS / 53

cuchar música, haQ.lar por teléfono y -en algunos casos- escribir y madre» o «del padre». En las últimas décadas, el dilema de la fa-
jugaren eíordenaa-0·r-. - . ---- milia de sectores medios parece haber dejado de ser si tener o no te-
El espacio doméstíco se ha transformado y las dinámicas fami- ner televisión, para convertirse en cuántas comprar y dónde ubi-
liare5;raillb1e·n..· Eii-üña-casa, especialmente de seC:tores medios, los carlas.
espaCIOS se dividen entre familiares/colectivos y personales/indivi- Esta multiplicación mediática dentro de la casa fue favorecida
duales. Cuando la familia adquiere un medio de comunicación y por la masificación y popularización de los medios (ab~ratam1ento
_ .,· ~i).~i\:::-~aecide dónde--übicarfo, adscribe a uno u otro modefo (colectivo o de costos), el c~ás:l.~!:..J2.<:)r,tátil de algunos de ellos (teléfonos celula-
q · f "·f/ fodividual). La tendencia en todo el mundo es que la familia se des- res, discman y reproductores de MP3) y la continua diversificación
· · x::-\ place de la cultura del comedor a la de la habitación. y des~Q_t:_eC!lQl_Qgi.<;::_Q,_ q-¡j_(; promueve la necesicl-~dde C~~biar un
meCfio por otro más avanzado~- quedando el «viejo» para los más
Como consecuencia, l~e_c;Iios s<: h;:m _di$pe:rsacio en el espa-
cio y en el tiempo. Ocupan más lugares en la casa (comedor y va- pequeños. Así, los fc)venes comienzan a ser dueños de televisión, ví-
rías habitaciones) y más tiempo de consumo a lo largo del dfa. Ya de?~.E~~~9_s2__~q~~Ps>.~.i¿productores.¿e e~,; teléfo10ºS. celulare~ y,
no hay un solo lugar para ver tefevisi6n, ni un momento específico. mas rec1~~1:.~~e._s~~2 ~e. _o_rcienadores::( Lo~_Jovene.s .viven en hab1ta-
Se ve televisión en simultáneo, en diferentes ambientes del hogar y c10nes meaiáticamente ricasj; especialmente quienes provienen de
-· .. <l' -~--~- ....·~·--~--··-- ··-···· "'" . .. . .

ef!:_ momentos distintos, según la decisión 9ecada integrante. sectores e may()res mgresos;
Tradicionalmente, la televisión fue considerada como un me- . - EJreécíri:-ía-oC!eun-medio en una casa, sin embargo, varía se-
dio fundamentalmente social, en torno del que la familia, en lasa- gún los contextos y realidades. En Argentina, las habitaciones de
la de la casa, se reunía para ver un programa. En la década de los jóvenes de sectores sociales más favorecidos económicamente
1950, la familia compraba un solo aparato de televisión, que se están más equipadas en todos los medzos sin excepción. Y las
instalaba en el comedor para un visionado compartido. Era la épo- brechas entre niveles socioeconómicos son, además, muy impor-
ca en que se hacía necesario .negociar lo que se veía entre todos. tantes.
. E~_}§! __~ctualidad estamos lejos de la imagen de la familia fren-
/ te a la televl'síóñ,''feüiiida enla sala prinéipafpara ver
{untos el mis-
Equipamiento en la habitación por nivel socioeconómico
mó programa. Ese modelo ha cambiado: hay más _receptores en las
~asaiJ'.: las prácticas s°-<:_~ªles son diferentes. Lg_s_prQgrarnas de tele-
Mayores recursos Menores recursos
\Ti~i§n_y~_r:ig_se:_ negocian, noseºC:omen_tany-cada espectador elige lo
propio, en su prop-ía habitación. ··· ·· Libros -35~¡~ 55%
TV 50% JÓ%
E_l <::spacío cufrural se ha desplazado del comedor a la habita-
Teléfono celular 50_% 30%
ción. Los _medios· de comunicación parecen tener un recorrido es- PC 25% so/o
tablecido cuando ingresan en una casa: empiezan por el salÓn ..co- Equípo reproductor de CD 30% 15%
medor y se multiplican luego hacia la habitación. Con el tiempo, Videojuegos 20% 5%
incluso, se insertan tan «naturalmente» en la casa, que regulan Internet 10% 0%
agendas y actividades diarias. 1:~ TV, por ejemplo, forma parte Vídeo 7% 2%
_de las com_idas, r~gula el momento aelifarea-esC:oEii:_y_lá.Eoia-de
dormir.
· El desplazamiento de un medio dentro de la casa_~<:_de.bió_a la En Europa, las habitaciones de los jóvenes de sectores popula-
~~tjpg<:élción y Ciíve-rsífü::aeión de ·m.e-díoseñ..efhogar, lo cl!.aJ.J?.ro- res tienen más medios audiovisuales (televisión, videocasete y
vocó tam5ién i:I"án_sforma_,siones en fos vín~Y,1<2~-fiimíffores-y en la videojuegos) que las de sus pares de sectores más favorecidos eco-
pr<_:>piedad de los mediosfE~to~ ..~l_~j§l.!:2..f1 de ser «de la familia>~_,.__Qara nómicamente.
pasar
-···--··
a-···'ser «del hijo mayor»,
' -
«del ,. ""'·-..... _
hijo menor», «de ia..,.,,....hija»,
-···---·-- -. __ ... ..
_.,.._....
«deTa....
~____,_.~--- ,_.---~~,;--.·,·
LA RELACIÓN DE LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS f 55
54 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS

El_,Ü~gipo y las prácticas de los medios en una familia no son - ·


Francia: Equipamiento audiovisual en la habitación neutrales. Siempre existen, detrás de estos usos, decisiones y elec-
por nivel socioeconómico ciones: usos cómpartidos o individuales, usos familiares o persona-
les. Todo ello plantea un nuevo equilibrio en la familia, en las prá_c-
Mayores recursos Menores recursos ticas y en la definición de espacios familiares y personales en las
TV 19% 34%
17% 29%
relaciones con los medios.
Video juegos

Las pantallas y Las dinámicas familiares


Reino Unido: Equipamiento audiovisual en la habitación
La televisión en familia
por nivel socioeconómico

Mayores recursos Menores recursos El acceso a los medios suele ser analizado, por lo general, en
TV 54% 71% términos de difusión. Sin embargo, la extensión en el uso de un
Video juegos 27% 39% medio no interesa solo por su masificación, sino por lo que puede
Vídeo 14% 26% generar en términos de signíficados; por los nuevos usos sociales
Libros 73% 58% que produce el medio al incorporarse en el hogar y por las nuevas
dinámicas familiares q)J.e.el acceso a ese medio genera entre padres
e hijos.
'§Et_§,.llf,9.-Eª' la dimensión «capital cultural g~__JQ.~L12ª-dr~5» es_ · Cuando deciden la compra de un medio o un bien cultural, las
e~~r:icial _pa~ª-.8:~8:~~~ar el ~ql1ipa~~ento en la habitación. Los ingre- familias no solo piensan en la adquisición del objeto, sino que es-
sos económicos no predicen necesariamente la inclusión de un me- tán tomando decisiones más amplias sobre el tipo de hogar en el
dio, especialmente los audiovisuales, en el cuarto de los jóvenes. que desean vivir, sobre su posición frente a las nuevas tecnologías
Mientras los sectores de mayor capital cultural en Europa privile- y a los medios audiovisuales, sobre su visión del tiempo libre de los
gian los medíos gráficos (libros, diarios y revist<tS), los de menor jóvenes y sobre su formación.
capital cuitural eligen los medios audiovisuales (TV y videojuegos). El acceso permite entender no solo el nivel de extensión y difu-
Los factores culturales son, en estos casos, más importantes que los sión de los medios en una sociedad, sino también las prioridades
económicos. Por eso, m):lchas casa~ son ricas en equipamiento me- familiares en relación con ellos. Una familia que adquiere más me-
diático y tecnológico, pero las habitaciones de los jóvenes son po- dios audiovisuales -TV, videocasete, DVD, videojuegos- que gráfi-
bres en medios audiovisuales. La razón de esta decisión es más cul- cos -libros, periódicos y revistas- tiene una determinada posición
tural que económica: la familia privilegia medios gráfiéos y un uso frente ,.al uso del tiempo libre y expectativas de formación de los
compartido de las pantallas. niños. 1En Argentina, como dijimos al comienzo, más familias tie-
EI!_Argentina esta diferenciación no existe: las familias de ma- nen TV-que libros y diarios y esto es un indicador de las prioridades
Y:O.Ees recurs-os y mayor capital cultur~J s_o·i)·-tamhién las -más-.eOui- culturales. Mientras el 95% de las familias tiene televisión, el 60%
padas en todos los medios, ya -
sea~ ~udi;-;,¡_-;~-;:1e;·;·¡;_1;~máti~¿~s e» compra el periódico y el .65% tiene muchos libros que no son para
la escuela (un 35% tiene pocos o ninguno)-:'
gráfiCQS. Las brechas sociales son tang~andes parclfos medios im-
presos como para los audiovisuales. - - · - · -- Del mismo modo, no ~s tampoco neutral la ubicación de un
La «cultura de b--fíab!~~c_@~}~_y.e!_equipamiento de los cuartos medio en una casa. Esta decisión influve sobre la relación que los
f6veries tendrán con ese medio. Así, lo~ que fierren televisi6ñ ·;ñ~su
._. j

-~ t!ªÍ~!.?E2 ~:11:. ~od_()_el rnun_sfg, dos consecuencias importaAfes--ffi-fos


'""·';<.·.~\ cuarto, ven sus programas más en soledad que quienes tienen la TV
..r'j C()I1text()S d_e consumo:_r;tina_mayor .'.3-utonom_ía de los jóvenes y-~n
--~"
consumo más solitario e individuaU - -- - - - en la sala. -·
• o.•-_, ... ·~·•··· d- ,-----.- .-• ••..• ···----- J~¡:
56 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS
LA RELACIÓN DE LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS / 57

El 50% de los hijos de familias más favorecidas económica- ¿Qué mejoraría el uso de la televisión entre los niños y jóvenes?
mente tiene TV en la habitación (un 30% de los jóvenes de meno-
res recursosi. Esa decisión tiene consecuencias para el visionado y Total
para la dinámica familiar. En primer lugar, el 65% de los que tie- Más regulación y control sobre los contenidos de la TV 52 %
nen TV en la habitación ven sus programas siempre solos. Para Crear más programas de TV para níños y ¡óvenes 41 %
quienes no la tienen en su cuarto, el porcentaje disminuye al 30%. Más oríentación a los niños desde la escuela 35%
Del mismo modo, quienes tienen TV en su habitac:i§11, pasa11 __rpjs Más control sobre lo que ven los niños desde la familia 28%
de la mitad del tiempo libre allí: son el 50% de los jóvenes (frep.te Más información a los padres de cómo acompañar a los niños 22 %
Ver TV juntos 5%
aJ 40% de la f!1edia nacional y el 35% de quienes no tienen_zy~n
su cuarto).
La ubicación del medio en una casa refleja las expectativas que
Es interesante analizar el bajo porcentaje de padres que eligen
la familia tiene respecto de él y de su utilización. Al ubicar la tele-
«ver juntos televisión», una dimensión más vinculada con el diálo-
visión en el cuarto de los jóvenes la familia da prioridad a un visio-
go y el consumo cultural compartido.
nado individual, más solitario, exento de presencia adulta. J;;l acce-
La TV es, también, el consumo cultural que más debaten padres
S() y l_a ubicación de la pantalla en una casa genera diferentes
e hijos (el ordenador es menos controlado). Los mayores controles
dinámicas familiares y expectativas de uso para ese medio ª~-co­
de los adultos a los jóvenes son, justamente el uso de la televisión
mu~ü:aci.ó_n.
(horas que ven y contenido que eligen) y del teléfono (tiempo de
{ La relación ~Q__f!___gs_ p_§lntallas permite co.11gcer entonces las
uso). El control de la TV decrece con la edad y con el menor nivel
nuev~s.Jg,gg_~2..__Q<::.,~Q.5=i.ªJ;ii1i_clª~~:_a:~Jos--.jó_ye-nes. ~µs-::Dii~0.fg§_son la
socioeconómico.
t~Iév-ísfón, el ordenador e Internet explican las nuevas dinárn1cas
fa_milt_~~es, elecciones, alianzas., rnnJlictos y gjscusiones qlJ.ej~_ge­
neran.JJ
.....
..,~··· ~
¿De qué discutes con tu familia?
Los medios son objeto de arbitraje y negociación entre padres
e hijos. Marcan la autonomía de estos últimos y jefinen el grado Las salidas: 50%
de lo que pueden y no pueden hacer (Pasquier, 2005). El lugar que La TV (tiempo de uso y contenído): 40%
ocupa un medio como tema de conversación y discusión entre El tíempo que dedico a la tarea: 25%
adultos y jóvenes depende de la intensidad de su consumo y del El PC (tiempo de uso y contenido): 20%
contexto de utilización. La televisión es, sin duda, el medio que con
mayor frecuencia se convierte en ob¡eto de debate familiar.
Existen tres actitudes posibles de los padres en la relación de
¿Qué prohíben los padres?
los jóvenes con la televisión: de visionado compartido, de inter-
cambio y recomendación, y de control y prohibición. Dicho de Ver aigunos programas de TV: 70%
otro modo, los padres pueden solo mirar televisión junto a los hi- Ver más de tres horas de TV: 60%
jos, o bien pueden -en un paso más- recomendar e incitar el visio- Jugar a los vídeojuegos: 50%
nado de ciertos programas, y/o controlar y prohibir el consumo de Usar Internet para chatear: 40%
algunos contenidos. Visitar algunas páginas web: 40%
En la Argentina, más padres se inclinan por el control y la re-
gulación que por el visionado compartido.
Los padres de mayores recursos tienden a prohibir más los
contenidos de la TV que los sectores populares:
-:-.·. '
LA RELACIÓN DE LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS / 59
58 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS

¿Qué actividades compartes con tu familia?


¿Qué le prohíbe a sus hijos? Por nivel socioeconómico
Ver televisión: 86%
Mayores recursos Menores recursos Cenar/desayunar: 65%
Mirar algunos programas 55% 25%
Escuchar radio: 50%
Hablar de lo que me pasa: 35%
Hacer la tarea: 34%
Los sectores populares ejercen menor control televisivo en la
medida en que ver televisión es una actividad más compartida y
más valorada que en los familias de mayores recursos. En efecto, En segundo lugar, un 60% de los padres considera que está
los jóvenes de sectores populares ven más la televisión en familia bien tener televisión en la habitación, aunque eso significa que los
que sus pares de sectores medios. hijos vean más programas solos y pasen más tiempo en sus cuartos.
Finalmente, aun cuando un 35% de los jóvenes ve televisión
siempre en soledad, el 60% disfrutaría más sí la viera siempre "º'
acompañado. La TV es para los jóvenes, en oposición al supuesto ·~
Mayores recursos Nler:íÓ~es recursos efecto de soledád;una acúvidadsocial. Retomaremos la dimensión -
Sí, siempre 30% \,, 55% ) sÓcial de los medios más adelante.

El ordenador en familia
Este hecho tiene una explicación. Ún~c;a activi~fo.dxe.cr.eatiy_g_ de
que disponen, los sectores populares tienen un visionado de te_l~vi­
¿Qué sucede con el ordenador en relación con los vínculos fa-
sión sin culpabilidad, y es para ellos una actividad cien por cie11_to
miliares? De menor inserción en las casas (solo u,n 30% de t_odos
gratificante. La_TV es, en los hogares de menores recursos, mo_t;_iyo
los jóvenes tiene PC), el impacto en las dinámicas familiares es tam-
de encuentro familiar y de diálogo colectivo. Para estos jóvene§.,_la
bíén inferior al de la televisión.
televisión cumple una función de compensación Sücial: de amiga
Su uso es el m4s,_indi.vidu.aL y__ solitario de_ todos los medios.
que acompaña, de puente con un mundo cerrado al que no Ji_é:pen
Mientras qÜeu;;: 35% de jóvenes dice ver televisión siempre acom-
acceso, de información y formación, en suma, de fuente de apren-
pafíado, solo un 20% dice estar acompañado siempre cuando na-
dizaje (Morduchowicz, 2004 ). Por ello, entonces, el porcentaje de
vega por Internet.
jóvenes de menores recursos que ven TV acompañados casi duplica
al de jóvenes de mayores recursos.
La yid;a en familia, en suma, es!?- signada por reglas y__n~g9cia - 1 ¿Navegas por Internet acompañado?
ciones-en torno de Ia pantalla teTevisiva~ar·a-fos padres, los con-
trol~-;¡ so-bre
'1~ ni SOrl un~ n:ianera de ejercer autoridad y cumplir el Sí, siempre: 20% .
papel de «buen padre». Para los hijos es el límite de su autonomía. :t'io,_giirica/casí nunca: _80%
Desafiar los controles es signo de su independencia.
La relación con la televisión en el ámbito familiar es muy com-
pleja y está impregnada de no pocas contradicciones. La primera 1 Esto no significa, sin embargo, que la computadora aísle a
reside en que, pese a la percepción negativa que tienen los padres los jóvenes. Aunque la _u.tfü~en en sol('!d;aci, la pqncipéJ.l fonc_i?i: de
1
respecto de la pantalla chica, es la actividad que más comparten en la computadora-pa_r_a.éllos, es el «chat»: la comunicacióninstan-
1
familia, antes que comer, hablar y hacer la tarea. tá'nea co~ amigos. Por eso, aun,q1:1~ el US() sea individual, }a fun-

l
60 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS LA RELACIÓN DE LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS ( 6l

' '\
cíón es básicamente socíal: mteractuar./ton •..otros, generalmente
........ __ :· -.. __ . ___ _...,.,.,
-~~---·---··----···-··
¿Quién sabe más de computación?
pare_s.
Yo/mis hermanos: 70%
Padres: 15%
¿Para qué usas el ordenador?

Chatear: 65%
Buscar información: 50% ¿Existen diferencias sociales en la manera en que el ordenador
Jugar: 50% afecta las dinámicas familiares?
Correoekctrónko:45% Para los jóvenes de sectores rioriulares el acceso al ordenador
- - - - · · - - - · ......... ··-------~.-~---·----·-·-···-- ~.,~----t'!.-., ____ ,_ .....) ...... ·····---···· -·-----·-··-· ---- ---- ------·
Bajar y escuchar música: 45% en.Ja.: c8:s_a_~$_muy bajq_(sqlo ui:i .10% cuenta con ella). Su uso es
Hacer la tarea de la escuela: 40 % ce~t_r_~lmente en locutorios o cibercafés (80o/o-d~ los jóvenes), exen-
to ª<:
toa:a-presencia familiar. El control de los adultos en los hoga-
r_~s_de menos recursos es prácticamellte nulo y las conversaciones
¿El ordenador es tema de conversación con los padres? Solo pa- c9_n._Jos pa9res sobre el PC casi no existen. Solo un 3% de los
ra el 20% de los jóvenes. Esto quizá se explique por tres motivos. jóvenes de sectores populares reconoce a los padres como autori-
En primer lugar, solo el 20% de los padres acompaña a sus hi- dad e interlocutores en este tema. El uso del PC en sectores popula-
jos en la utilización del ordenador. Por ello, las conversaciones y res está prácticamente exento de presencia adulta. Por ello, entre
discusiones que suele generar la televisión -el medio más presente los medios, solamente la televisión es motivo de encuentro familiar
en la vida de los hijos y el más controversial para los padres- casi y objeto de diálogo en los hogares más desfavorecidos económica-
no existen en el caso del ordenador. -... mente.
En segundo lugar, .la percepcióp} que~ los _paclres tienen <;le la
computadora e Internet:~~a:-ltamoot~ positiva, a diferencia de L:i._gue
tienen con respecto a la televisión. Ei 65% de los padres considera ¿Quién sabe más de computación?
que Internet ayuda a los jóvenes con la tarea de la ~cuela, mientras
que el mismo porcentaje de padres piensa que la .TV interfiere con el Ivlayores recursos Ivlenores recursos
estudio. Yo/Hermano 60% 85%
Mis padres 30% 3%

¿Qué opinan los padres de Internet?


E~ el caso de los se::,to~_ey__~e _r:zaygres recursos, la computado-
70% cree que es importante para no quedar exciuído r~ :s.ta en el 75º/o de las casas. Sin embargo, aunque el uso que ha-
70% asegura que descubre cosas interesantes c~n)os jóvenes cie_ella es másfrecuente (cuatro a siete días por se-
65% piensa que ayuda con la tarea mana) y IBás pi.-olorigado (dos horas por día), e:¿jgJ.1.;:11._q~Jn.dividz,~al
(el 80% está solo). También en los sectores más favorecidos pocos
niños (30%) reconocen a los padres como interlocutores más capa-
Finalmente, en la percepción de los hijos, solo un 15% cree Cit~os ~ue e~los en temas de computación. _7
que los padres saben más que ellos de computación. Para los (( Eg_smtes)s, los sectores de 1JJ.ªYQf.?.~_r.?_cursos ven la televisión ~?­
jóvenes, entonces, resulta natural que el principal interlocutor rp,~~._sglos (porque tienen la TV en su habitació:;;:)-~rá~-~ás~~-;m- ·:z~,
para temas informáticos sean los amigos o, en algunos casos, los p_gña~cl9$ <;uando usan-eToí-CleñaCf6~r-(pc»i-q ue tíeneii ;:e:e:e;0-~ ~ú~ en /
hermanos. ~~s¿:asa_~,-~_eneralmente eI1 la S9-la). Lo_s..i<2'1.~~-~~ <J.~3-~_C.tQ.I.e~p_gpJ:~fg:_. '
62 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS LA RELACIÓN DE LOS JOVENES Y LAS PANTALLAS/ 63

_'7 res ven má:; acompañados la televisión (ubicada en la_salaJpe_rn es- socíabilidad. lJ]] _90% de los jóvenes habla de sus consumos cultu-
- ' tán'filiis solos en' el uso del ordenador (porque acceden a él ~I1 lo- rales con sus padres o amigos. .
cutoríosj. Aunque un 40% de los jóvenes tiene televisión en la habitación
Al igual que sucede con la televisión, también es diferente el y mira sus programas en soledad, al 60% le gustaría ver los pro-
significado que una familia le asigna al ordenador sí la ubica en el gramas siempre acompañado. Mirar TV es, como dijimos, la activi-
escritorio del padre, en la ha bítacíón del hijo, en el cuarto de la hi- dad más compartida en familia y sobre la que más conversan pa-
ja o en la sala. Las dimensiones ocio/traba10, uso individual/com- dres e hijos. Todos los jóvenes h.ª-bl~H! c9n sus anügos de lo gue ven :;
partido; masculino/femenino, están implícitas en esta decisión. e!!_ TV y, la mayorí~ de lo que hacen con ~L ordenador. Y si bie_u,.el 2,
¿Cuántos jóvenes tienen ordenador en sus cuartos? Aunque s~o~a_lq_~ª~ e!i_~'QJ_é_g-ªQ,_Ja)iiñ:c:10n:-q:üe II}ás_~]e~~~nesT;_-~~º~~~ic:a- _.
son muy pocos (10% del total), un 25% de los jóvenes de mayores frua ( «chat» ). -
ingresos tiene un ordenador en la habitación. -Los medios, y en especial las nuevas tecnologías, han generado
nuev;:i.:; formas.de_integración, atípicas respecto de lo que- el sistema
jurldico-formal proclarrn~.. Estas formqs de SQ<::fa_b_fü_sf_~d segrgani-
¿Tienes ordenador en la habitación? :et~ en la ré!q_~OmO C_QID_Ul}iga,des virtuales de juegos, tareas escola-
res, información sobre prácticas deportivas y consumos, solidari-
Sí dad con causas ecológicas, de derechos humanos u otras. Muchos
l\!layores recursos 25%
l\!1enores recursos 5% í?,vene~J?ª!~.i~ip;an e11 estas rede~_ P8:J:'ª _cori~~-g~!_:_t~~b.aj_<?1 __~~J:
los bí~g~,s.._que __qµíeI'l=I1 c_9_ns,J,1mir, estar c;on amigos, acceder a men-
sajes qg~Jos hagan sentir conectados y para reducir su vulllerabili-
dad (García Cancliní, 2006).
De cualquier modo, muchas familias de sectores populares de-
Las nuevas tecnologías constituyen, a los ojos del adolescente,
ciden la inclusión del ordenador en la habitación de los hijos. La
un medio privilegiado para construir una esfera de autonomía re-
explicación es clara: los padres de sectores populares no saben de
computación y sus hijos los han superado ya en su escolaridad. El lacional respecto de la familia, en beneficio de su sociabilidad ho-
PC tiene entonces más sentido en el cuarto de los hijos que en lasa-
rizontal, con amigos (Metton, 2004).
la. La ubicación del medio en la casa como dijimos, no es neutral. Internet permite a los adolescentes construir una relación con el
Por eso, al situar el ordenador en la habitación de los hijos, los pa- otro -sus pares- C:I1_!-1_1:1: ~sp_<l~~[<i_i:P~iÜkr~ p~¡; h~bf~~ de temas-q-ue
dres de sectores populares expresan las altas expectativas que tie- de otra manera no abordarían. El chateo es un espacio propicio
nen respecto del uso del PC de sus hijos, muy diferentes de las que para compartir secretos y confidencias difíciles de expresar en la es-
tienen de la televisión, ubicada generalmente en la sala. cuela. La_ mediación elec~i::,<2@.c:?-, __ lg _ ª.l!!?-~.Q~ÜL.<i_e gp<:igen__ físic:a_ y_ l_a
Digamos, finalmente, q-\1e ~l m~dig IJJ,~_s__ sg<:üi.Lp_9-rª tqqos los a_gula_s:i9!Ldt;! Ji~1ñ-i~ü~TS:fo__ ~g_rp:o_i_aJ-pei,:mite a los adolescentes h~ -
íó\'ef1_es es _el _c;ine: ~L 10_0,%Jdj_<;:~ que.Ve .la_s:películas acompañado. ~l?r de sí _rn_ismos con mayor autenticidad, evitando él cara a cara y
1-:e sigue luego el vídeo: el 80%;dice que lo ve CQn_glg_i.üen... La tel~.­ iliJkÍ_cío y_al()r~~ivo _4t:. ~1:1_S_ pa,_r(;!s_y:JamiU_a.
yisión y el ordenador 6-cupan los últimos Íugares (3510 y 20% res- ( Est9._ª-j_§ve1!es son la primera generación que a,rtic;ulª_y ~()mple­
pectivamente). - · ------ --"--~>·' · · mehta el uso defteTéJoño;Tós 'iúensajes dé texto y el chateo 12_ara co-
municarsé___coii-amigos: E:s la primera generación 'qüe'"cf!:;tÚ1gÚe -da- - .,,.,
i:i!T!.~nte_pa.:!-ª~qué_ l1sar c:¡:i.d¡:i.:r.nec\io en_ su funcíón comunicatiY:a_. ];L--- ·
Las pantallas y la sociabilidad de Los jóvenes tema de conversación,_rµá,s aJlá sl~lo~ ~o portes es, en la mayoría de_
lo'"s casos, '"ace-rca--de -sus consumos culturales)
El supuesto efecto de soledad o aislamiento provocado por los - --Tos jóvenes expresan su-deseodé-inc-orporar los medios en su
sociabilidad. Están lejos de convertirlos en barreras de aislamien-

l
medios no parece tal. Los medios han generado nuevas formas de
- ----,.._....__,,..,_ __ , ____ ~·-·--·-· ,---·~, .. -- -
LA RELACIÓN DE LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS f 65
64 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS

~or-Ai8: let_!n_ ~Ee.~_.fü?J."Q_s_pQ,r añ,9: el. mism.o porcentaje que ql1ie-


to. Prefieren salir con amigos, pero aun cuando no se reúnan espe- nes miran una hora de- ., -televisión.
cialmente para ver televisión o usar el ordenador, Llu-ªmª~l~s
. .•. ·-···' -- ..
••+-·,~- -~· ., .

son a la luz de este estudio, un frecU('!I}~é! te111;:i _<:_l~__ S:Q_!_1Ver~_g.c10n


eñt;eeTlos-.---········ .._______ .. _ ........... .,
Lectura de libros por año y horas de TV
/ ·Los medios son, por lo tanto, punto.de encuentro y d1aJogQ,_?e
~ discusiones y negociaciones, de reuniones. y charlas._ ,En ng1gun 1 o 2 libros 3 o 4 libros 5 libros o más
.. caso de aislamiento. Las pantallas no marginan a los JOYé:n¡::s:g_or Cuatro a seis horas por día 48% 26% 26%
'el contrario, son sopo;~es p<:ra s_1:1 socia~i1~dad. Dos a tres horas por día 47% 29% 24%
Una hora o menos por día 46% 2.7% 27%

Las pantallas y la palabra impresa

Uno de losresulta.do,s más interesantes. de esta. investigacióv es Los estudios internacis:ina!_e~ cy~_pgnibles (Livingstone, 2003)
la relació-n. entre
~ ...
los medios,
- - . -- --
- - '
en especial, entre las parga_lla_s Y !a pa-
- señalan que la TV JE.~.!_<:l_~_sol;n:~.J-ª__l_e~tura de hi_stg_riet<:[S 1 _ pero no
labra impresa. . _ . . _ sobreTas· fi6ros. .-l:i. .t.el~yisión -dicen estas investigaciones- ti(;!Q._<ie
El análisis de los datos permite refutar el vie¡o _p_~eJ_1:1~cio -~ue acresplaÚ~ .§.Qfo__ª__lo§.__rg_edios .que_cumpJen_s.ir:nilares fopcicmes
la teleV!SíOn y masrec1entemente-el ordenador-~orispira!J,_C_~~j_[a la q~e-~lla- (el _¡;:irte, las J:l.isJ:9.r:i.etas). Los estudiosincli<::q_ri q_tle?_c_<:>~­
lectura. La interacción entre medios que experimentan los ¡avenes trariamerite a l.() qu~rn1Jchos creen, la televisión estimula la l_e_s;.tu-
hoy es mucho más compleja de lo que el tradicional PE~~-~mcepto zª_de llbros, sobre.todo.de aquellos que_se transforman en pelícu-
suele afirmar. - -···· · ··------~ '; .
Los medios no se desplazan f!_n__tr~ s[: se__<;_?!1!:.tl~m_erJ:~Cl,_1J. La.,idea
las ~ se proyectan en televisión, de los libros que reciben _más
publicidad en la pagqi.lla y de aquellos cuyos autores son entre-
de que-TaT\í sustituyó a la lectura, o de que e.1.ordenad·or afecto ne- vistad6s en fa iv.
gativamente a la televisión es :-ªla luz de est~~- resi:!tados- erra-ª~· Otras investigaciones (Detrez, 2003) señalan que en relación
No hay antinomias entre medios ,g9rq11eJautrnzacion de un fI1ed10 con la lectura,Jª tek_y_i;l!Qn_y_.el cinetien.~JLJ;LD...!IÜt:.t.o_g.r_i:tl'!J.!:f}_CJ!.Ú!O
no excluye la utilización de otrO: se suma:.·., ~ . , en una doble dirección. Por un lado, los jóvenes queleen poco, son
Por eso, precisamente, en los sectores más favorecidos econo-
micamente la hora y media diaria con el ordenador _se suma al
.
ram-6~!i_l29-~c:>_-.iii~'ª~iº.s de-·iv.,_de-m.úslciy-de.i.>E]:5elillISrr16-ffió<lü,
b~Je.<;;tQg2__~is_as_iduos de libros no abandonan el consumo telev1-
consumo de televisión y de música . .rv.g_entra_s_ la__ _!.Il~d1a nacional ~vo. ~~
del tiempo que pasa un joven de 11 a 17 añ~s con todosJ~_µie­ -- Muchos adolescentes que no leen libros (que no sean para la ~,,.\.}
dios es de aproximadamente seis horas, 18: cifra aumentª a_ §i_ete escuela) leyeron obras que vieron previamente en el cine o la tele-
horas e incluso a siete horas y media para los sectores de mayores visión. Tal es el caso de Romeo y Julieta y El Señor de los Anillos.
recursos, que tienen acc:_eso al PC en su casa. Los medios qo_ se De hecho, lQ,?)ibros__qµe más leyeron y disfrutaron los niños -
reemplazan, se suman. ·, . argentinos en el año 2005 fueron Harr.y Potter y Las_ crónicas de ~i'F
Una de las polémicas más instaladas en la sociedad respecto de Narriia~-ambos lievados al cine y la TV. . .¿:.::''J~f"
las sustituciones entre medios es la que se refiere a la relación entre ·---·· Alg-·o similar sucede ént.í:é el ordenador y los libros. Los mayo- ~:--,­
la TV y la lectura. l:a i<:lea ya trad~ciof1:al e,sque la pantalla de~,r:~a­
za a los libros. La investigación prueba que las horas de televis1on
res usúarws- ae· rc -(c~atro ª--siete días por seriiañ-a·y--Cl.üs Eüia:~;c:aaá - .
vez) Ieenla misma cantidad de libros que quienes utilizan el orde-
no inciden sobre la lectura de libros. nador una vez por semaná.
- .L_os jóvenes que veñ-
e~tre CuatrÓ
y seis horas de TV por día}~en - Eñv1rtudde que el 65% de los jóvenes usa el PC para el «chat»,
la misma cantidad de librQ$,,q1Ae quienes ven solo una hora_ diana un 50% para buscar información y un 40% para hacer la tarea, la
cre;·t:eiez;fsTóñ-:rür_é.so ~i 26% <le los que ven cuatro a seis horas de
"'"· ,_ - -···----~
66 /LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS LA RELACIÓN DE LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS / 67

escritura y la lectura aparecen como acciones muy ligadas al orde- sión. Por el contrario, la may()ría de quienes navegan por Inte~net
nador. Antes que disminuirlas, este parece promoverlas .. dos horas diarias ven más de tres horas de televisión por día. Inter-
De hecho, los jóvenes que usan el re para estas funciones ibus- net, una vez más, no desplaza a la pantalla televisiva.
car información y hacer la tarea) son mayores lectores ..El 60 Yo ¿e Cada nuevo medio, antes que desplazar al anterior, se agrega.
quienes leen más de tres libros (que no son para la escuela) por ano En muchos casos, cuanto mayor es el tiempo que el chico pasa con
usa el ordenador para buscar información y para hacer la tarea. El un medio, más es ei tiempo que pasa con otros (efecto acumulati-
90% de los ¡óvenes que no leen libros, usa el PC pnnc1palmente vo). Por ello, quienes más usan Internet, son también quienes más
para jugar. ven televisión. _
1
lJ.Il segl:ifíao aspecto de esta convivencia armoniosa entre me--:::::::.
dios es su prdctica siriz¡4táne_a.: La_generación joven, también- lla- -:·
Lectura de libros por año y uso del ordenador mada'«generación multime_gia», no solo es i:al por la variedaa de
iiieC!losa-StiCfisposíclóil;--sino por utilizarlos en forma si~ultá'nea.-
Leen más de tres libros 60% hacen la tarea La.s.jo_yene·s-íitifiiañ-los medios al mismo tiempo. .
No leen libros 90% principalmente juegan 1
Mientras veri. la_te_l~yisi§n, hacen la tarea, escuchan músíca
(CD/radio), u.san e_l .9:fd~nél99f, le('!n y hablan por teléfono'. En efec-
to, los jóvenes de h()y no ?e c;Iedican a un medio en exclusivíd~d. ·
En estos casos -parece claro- resulta más importante el ~s? Los tiempos <:9.n los II1ed,ios son compartidos y nunca excluyentes.
que hacen del ordenador, que las horas q~e pas.an c?n él. .La utili- 1 U_::ia característica que támbién define a esta generacíón.
zación diversificada del re (excluyendo el iuego) esta asociada a la
lectura, más allá de las horas de uso.
La. relación _t::ntre J?-~ pa,:g._t_'!,llas 1:_<:iI11_P._9.~9 se ve afectada~ _E.Lor- ¿Mientras ves TV haces alguna otra cosa?
denado~-;;:c;-5li-¿1:ituyó §1 la televisión. Los jóve11es que usan el~Ps:;_t_o­
dos los días y aquellos que lo utilizan un día por semana II_1_1r~~Ja Hace la tarea: 5 O%
iriiSiiia cantidad. dé horas de televisión por día. El 26% de_J~s Escucha música: 30%
jóve"f1es que usan el ordenador de 'cinco a siete días ve de c~ati:_o_ a Usa el PC: 10%
seis horas de televisión. Y aunque podría esperarse que la cifra.-_ de Lee: 10%
aquellos que consumen más televisión aumente si bajar~ el uso 9.el Habla por teléfono: 10%
ordenador, el porcentaje de quienes ven de cuatro ~ seis horas _de
TV solo sube al 28% para quienes usan el PC un d1a por semana.
Quizá por esta simultaneidad en las prácticas mediáticas, los li-
bros no resulten el bien cultural más atractivo para esta generacíón.
Frecuencia de uso de PC por horas de TV por día Los adolescentes explican que «los libros son demasiado largos,
exigen mucho esfuerzo, hay mucho que esperar para que pase algo,
5 a 7 días de PC 2 a 4 días de PC 1 día de PC la acción es muy lenta, y no tienen imágenes» (Livingstone, 2003 ).
TV: cuatro a seis horas 26% 28% 30% Son las pantallas, en,_J¿p~fi_<!JJª_tekyisió_IL}:'. el_Q_i;__clenadQI,_.l_as
que ocu p_~~-~!J11ga.r má;; irn portante en la vida. delos _jÓy<;_n_~s. Son_
los medios que más ut_ilizan y, enel caso_del P.C, se trata de un uso
Dicho de otra manera, qu~i:!:_~--~ªQ_.JJl_!JY- po_co__eLo_~d_e_:n_<i,dor ercc011s1ante-creCiillientü. -
(un día por semana) no_~_g__!Il:;l§ horas.~e tekvi~iQn2Ql drn., --·-SlñTiñEargo, los medios no compitep _é'.!ltre s[.ri.i ge~p@~)?·-~iL
Algo similar ocurre con la conex1on ,ª Internet. Los 1oven~s otros mecfios o bienes culturales. Ta:r:npqco sqg __~jgg_Iflmº-.s!.~-~~}~:
qii.~__1:1tilj~aJL.IDásJnJ~_r_net (d~~ ~-º~~~-E<?!...?ial_~?.. ~e~_r:r:ieno_s t_<:lev1- miento-nisoied~d. N_i-~iquiéra S?n la primera opción de lo~_J_?.:"~?~-s-'~--.
68 / LOS JÓVENES Y LAS PANTALLAS

3. LA TELEVISIÓN COMO EXPERIENCIA COLECTIVA:


cuando pueden eleg_i_r_~_th_?,<:er con su tiempo libr~. De he..~~.°>.~~Cl:i:1- UN ESTUDIO DE RECEPCIÓN
düdeflnen.quTes-un día divertido, el 65% elige salir con amigos y ~o­
lo un 15% elige mirar televisión. Es interesante destacar que «ver TV» Dominique Pasquier
sube a ·un 40% éuancfo fos jóvenes definen qué es un día abumdo.

¿Qué es un día divertido?


____ ._. __,_... ~..,,,,

Salir con amigos: 65.% · La televisión nunca es una experiencia de orden individual, es
Hacer deportes: 40% una experiencia que anticipa y produce dinámicas colectivas. No
Escuchar música: 35% cabe duda de que los primeros trabajos sobre la recepción basados
Mirar televisión: 15% en el análisis del par texto/lector no tuvieron debidamente en cuen-
ta las dimensiones sociales y temporales del proceso. La recepción
se produce en una serie de interacciones que dirigen los modos de
Má~_deLtiemp.o_que.pasan.conJas p.antalias, losj óveu~s. de atención y de compenetración que se confieren a un programa.
hoy eligen el afuera con amigos, ant_es qu<=!.~l.gder,ztr<? con los me,_qios. Está estructurada por un trabajo de presentación de sí y subordina-
da a un juego social de figuración: al hablar de la televisión, uno
deja ver el tipo de persona que es y la posición que ocupa en el es-
Bibliografia pacio social. Independientemente de las estrategias y las retóricas
De Garay, Adrián (2003 ), «Las prácticas sociales de los í.óvenes utilizadas en el espacio social, ese trabajo de puesta en escena está
universitarios de la Universidad Autónoma Metropolitana», íntimamente ligado a la posición misma del espectador.
tesis de doctorado en Ciencias Antropológicas, Universidad Quisiera examinar aquí esas dimensiones performativas de la
Autónoma Metropolitana Iztapalapa. recepción televisiva a partir de un caso preciso: el de las series para
Detrez, Christine (2003 ), Vues a la télé: Cosette, Jtana, ]uliette, et adolescentes. En efecto, esas series parecen haber formado en Fran-
cia, como en otros lugares probablemente, un campo privilegiado.
les autres .. . , París, Reseau.
···~ García Canclini, Néstor (2005), Diferentes, desiguales y desconec- En primer lugar, porque son un ob1eto común: a la tarde, después
tados. Mapas de la mterculturalidad, Barcelona, Gedisa. de la escuela, continúa la vída con los compañeros escolares. Pero,
- (2006), «La modernidad en duda», inédito. evidentemente, esa experiencia compartida de mirar la televisión no
Livingstone, Sonia (2003), Young People and New Media, Lon- puede ponerse en escena de la misma manera para todo el mundo.
dres, Sage. . Dos personas pueden mirar el mismo programa, pero definiéndose
Metton, Céline (2004 }, Les usages de !'Internet par les collegzens, como públicos totalmente diferentes. La misma seríe puede dar lu-
París, Reseau. gar a comunidades sociales muy disímiles, aunque estén definidas
=° ~~% Morduchowicz, Roxana (2004), El capital cultural de los ¡óvenes, por un objeto común que las constituye como público. Por lo de-
...,) ·· Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica. más, los trabajos de Roger Chartier sobre la historia de las prácti-
Octobre, Sylvie (2004), Les loisirs culturels des 6-14 ans, París, cas de lectura han mostrado que el mismo fenómeno existe en rela-
.tviinistere de la Culture et de la Comunication. ción con el libro: la obra tiene la capacidad de crear varias clases de
Pasquier, Dominique, (2005), Cultures Lycéennes. La tyranie de la públicos, ninguno de los cuales podría reducirse a una categoría so-
majorité, París, Editions Autrement. cial «pre-recortada» (Chartier, 1996 y 1998).
(;-liJ Reguillo, Rossana (2000), Emergencias de las culturas juveniles. Las senes para adolescentes también forman una suerte de re-
;:::¡ 1/ Estrategias del desencanto, Buenos Aires, Norma. pertorio de situaciones y personajes, a partir de los cuales es posible

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