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El documento discute cómo el autoconocimiento ha sido una noción primitiva y fundamental para la humanidad desde tiempos antiguos, permitiendo entender la existencia más allá del instinto de supervivencia. Explica que la capacidad de comprenderse a uno mismo permite desarrollar pensamientos y emociones más allá de la mera supervivencia, orientando las acciones hacia los propios ideales e intereses. También señala que desde Sócrates, la pregunta sobre la identidad propia ha seguido siendo relevante, aunque las ciencias modernas han
El documento discute cómo el autoconocimiento ha sido una noción primitiva y fundamental para la humanidad desde tiempos antiguos, permitiendo entender la existencia más allá del instinto de supervivencia. Explica que la capacidad de comprenderse a uno mismo permite desarrollar pensamientos y emociones más allá de la mera supervivencia, orientando las acciones hacia los propios ideales e intereses. También señala que desde Sócrates, la pregunta sobre la identidad propia ha seguido siendo relevante, aunque las ciencias modernas han
El documento discute cómo el autoconocimiento ha sido una noción primitiva y fundamental para la humanidad desde tiempos antiguos, permitiendo entender la existencia más allá del instinto de supervivencia. Explica que la capacidad de comprenderse a uno mismo permite desarrollar pensamientos y emociones más allá de la mera supervivencia, orientando las acciones hacia los propios ideales e intereses. También señala que desde Sócrates, la pregunta sobre la identidad propia ha seguido siendo relevante, aunque las ciencias modernas han
Antes de la comprensión de la filosofía tal y como se conoce hoy en
día, o antes de que se formularan ideas científicas del ser y su
forma de pensar, la idea del autoconocimiento se remonta a tiempos arcaicos de la humanidad hallándose como una noción primitiva que permitía entender la existencia y permanencia, ya no solo centrándose en el instinto de supervivencia, si no desarrollando una psique consciente capaz de entender la realidad y el entorno que la rodea. De esta manera, la capacidad de entenderse a uno mismo permite la materialización de pensamientos, sentimientos y emociones que hacen la diferencia entre una mente viva pero nesciente y una que discierne en la aptitud de entender y procesar, es decir, la diferencia está en que el desarrollo en un sistema inteligente que se comprende y conoce sus ideales no sobrevivirá solo en base a sus aprendizajes o experiencias, si no, también basara sus acciones en sus ideales propios y los objetivos que se crean al conocer estos. Hace siglos, después de que Sócrates introdujo el problema del conocimiento del hombre, la pertinencia de la pregunta ¿Quién soy? continua siendo actual. El progreso cuantitativo y cualitativo de las ciencias modernas alteró significativamente el conocimiento que el hombre tenía de sí mismo.
Las reflexiones científicas respecto del hombre siguen en pauta,
continúan figurando en las diversas pesquisas y debates. Diferentes corrientes teóricas como el marxismo o el psicoanálisis, proporcionaron, cada uno a su modo, condiciones y posibilidades de comprender lo humano y ofrecen puntos de vista posibles. De acuerdo con Nagaoka y sus colaboradores (2014), los jóvenes que desarrollan una identidad integral en base al autoconcimiento, son capaces de establecer metas relevantes y congruentes con sus valores, tienen un sentido de agencia que les permite orientar sus capacidades y conocimientos para lograr lo que se proponen. Son jóvenes que se conciben y actúan como los arquitectos de su propio destino. Es decir, la base del desarrollo de una identidad integral es el autoconocimiento.