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INDEPENDENCIA JUDICIAL

Como contribución a la discusión pública actual, quisiera reflexionar sobre la


situación de la independencia judicial, en el Estado de Guatemala, en particular
sobre las garantías mínimas que abarca como pilar angular del Estado de derecho
y democracia.

Actualmente preocupa que en el Estado de Guatemala esté en riesgo esta


independencia por los constantes ataques contra jueces, magistrados por el
trabajo que realizan en el marco de sus funciones.

La independencia judicial en el Estado de Guatemala, se encuentra regulado en el


principio constitucional de independencia judicial, como lo manifiesta Vásquez
Semerilli, Gabriela Judith, e su obra Independencia y Carrera Judicial en
Guatemala, (pag. 16)

“No hay duda en la ciencia y la dogmática jurídica que los jueces al resolver
solo están sometidos al derecho objetivo, y en consecuencia sus acciones
no deben estar sujetas a prestaciones, injerencias, compromisos o temores
e ninguna naturaleza. Al aplicar la ley no debe existir subordinación,
superioridad o inferioridad entre los jueces y magistrados.”

La independencia judicial no consiste en un privilegio del magistrado o del juez,


sino de una garantía constitucional de los derechos regulados en la Constitución
Politica, que tiene que funcionar en contra de los tres poderes del Estado,
Legislativo, Judicial y Ejecutivo, debido que el Juez requiere externar
independencia para impartir justicia, desde el punto de vista del reconocimiento
del reconocimiento del poder judicial que le regula, que la administración de el
estado de derecho tiene una clara expresión de su contenido en el Artículo 16 de
la Declaración francesa de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789,
cuando afirma: “Toda Sociedad en la cual la garantía de estos derechos (los
derechos del hombre) no está asegurada y la separación de poderes determinada,
no tiene Constitución”. A decir del autor José Manuel Bandrés “El estado de
derecho supone pues, fundamentalmente, la limitación del poder del Estado por el
derecho y la construcción del poder judicial se descubre ya como inexcusable. La
legitimación del juez es una legitimación por el origen, es la que verdaderamente
tiene importancia y constituye el fin último del orden judicial, porque independencia
no pude existir sin el Juez responsable de la administración de justicia. A través
de la independencia judicial se permite el derecho a ser juzgado por un órgano
jurisdiccional, con autonomía para resolver la situación jurídica, conforme lo regula
el artículo doce de la constitución Política de la República de Guatemala, el
Derecho de Defensa que regula. La Defensa de la persona y sus derechos son
inviolables. Nadie podrá ser condenado, ni privado de sus derechos, sin haber
sido citado, oído y vencido en proceso leal ante juez o tribunal competente y
preestablecido. Lo que determina que ninguna persona puede ser juzgada por
Tribunales Especiales o Secretos ni por procedimiento que no estén
preestablecidos plenamente.

La independencia judicial es fundamental para dotar del espacios de resolver de


conformidad con la ley y fundamentado en la norma jurídica penal guatemalteca, y
dotar al juez contralor de la investigación garantías formales y legales suficientes
para resolver la situación jurídica de la persona.

En el Estado de Guatemala, existe la garantía fundamental de inamovilidad de


Jueces, que permite que la administración de Justicia en Guatemala, sea eficaz,
debido que los jueces su función principal es de juzgar y el cumplimiento de la
administración de justicia.

El maestro Albero Binder manifiesta que la obligación de administrar justicia es el


Juez, con competencia, que le han brindado legalmente requisitos para resolver
justicia, quien manifiesta que el Estado es el responsable de brindar justicia, lo
cual no se cumple, debido a la anomalía que el estado ha adquirido manifestado
que el Juez como funcionario de resolver los conflictos es el único responsable de
brindar la solución jurídica, lo que es equivocado, debido que la Ley del
Organismo Judicial, el decreto dos guion ochenta y nueve del Congresos de la
República de Guatemala, regula que la administración de Justicia le corresponde
al Organismo Judicial a través de sus Jueces y Magistrados quienes tienen la
potestad de administrar justicia.

Los problemas de concreción del principio de independencia judicial tienen


diferentes motivaciones, entre las que es necesario destacar la resistencia a
perder espacios partidarios, de poder, o de influencias, así como también la
tentación constante de imponer visiones, intereses y valores.

La Constitución Política de la República de Guatemala establece la independencia


judicial, en congruencia con el Artículo 209 referente a la carrera judicial, que
supone la inamovilidad y el ascenso por antigüedad.

El Artículo 203 de la Constitución Política de la República de Guatemala regula:


“Independencia del Organismo Judicial y potestad de juzgar. La justicia se imparte
de conformidad con la Constitución y las leyes de la República. Corresponde a los
tribunales de justicia la potestad de juzgar y promover la ejecución de lo juzgado.

Los magistrados y jueces son independientes en el ejercicio de sus funciones y


únicamente están sujetos a la Constitución de la República y a las leyes. A
quienes atentaren contra la independencia del Organismo Judicial, además de
imponérseles las penas por el Código Penal, se les inhabilitará para ejercer
cualquier cargo público

La función jurisdiccional ejerce, con exclusividad absoluta, por la Corte Suprema


de Justicia y por los demás tribunales que la ley establezca.

El Artículo 209 de la Constitución Política de la República de Guatemala regula:


“Nombramiento de jueces y personal auxiliar. Los jueces, secretarios y personal
auxiliar serán nombrados por la Corte Suprema de Justicia.

La independencia Judicial en Guatemala la ejercen conforme normativa jurídica


guatemalteca los jueces y magistrados durarán en sus funciones un término de
cinco años, o sea, que la continuidad en el cargo se encuentra bajo la
dependencia de las circunstancias ajenas a la conducta que tenga el juez, lo cual
genera condiciones de dependencia, ya que quienes quieran quedarse en el cargo
tienen que ser de la simpatía de quien ostenta el poder.
La independencia judicial solamente puede ser alcanzada cuando los ingresos al
cargo del juez o magistrado se llevan a cabo mediante concursos públicos y
transparentes, de oposición y méritos, y cuando los ascensos son por antigüedad
y en igualdad de oportunidades. Esa en la única forma que permite resolver la
problemática de conformidad con la Constitución Política de la República y las
leyes, o sea con independencia de todo y con sujeción total y exclusiva al derecho
objetivo.

El ordenamiento jurídico guatemalteco a través de sus normas jurídicas establece


la garantía de la independencia judicial de los Jueces, como lo manifiesta el
maestro Alberto Binder, que el encargado de la impartición de justicia son los
Jueces y Magistrado, quienes tienen la potestad de impartir justicia a través del
principio construccional de independencia judicial regulado en la constitución
Política de la República de Guatemala y la Ley del Organismo Judicial.

El Artículo doscientos tres (203) de la Constitución Política de la República de


Guatemala regula que la exclusividad absoluta que la Constitución confiere a los
jueces respecto a la potestad de juzgar y promover la ejecución de lo juzgado,
hace honor al principio de separación de poderes e implica negativamente la
inadmisibilidad de su atribución a otras autoridades públicas, ya sean del
Congreso de la República o del Organismo Ejecutivo.

Conviene aquí señalar que esa independencia tiene como contrapeso la


responsabilidad y el estricto acantonamiento de los jueces y magistrados en su
función jurisdiccional. En cuanto a la responsabilidad, debe estarse a lo
preceptuado por el Artículo ciento cincuenta y cuatro (154) de la Constitución
Política de la República de Guatemala, en lo conducente establece que: “Los
funcionarios son depositarios de la autoridad, responsables legalmente por su
conducta oficial, sujetos a la ley y jamás superiores a ella […]”.

Es decir, como expresa Bandrés, que la exclusividad se predica pues del conjunto
de órganos judiciales, pero se distribuye y concreta en cada juzgado o tribunal
según las leyes procesales, de tal modo que solo el juez competente está
autorizado por la ley para ejercer la jurisdicción en un proceso determinado11.
Debe en este punto agregarse que la Constitución también acoge el principio de
unidad jurisdiccional, que no solamente guarda relación con la organización de los
juzgados y tribunales, sino también afecta a la misma independencia de los
órganos judiciales; lo anterior, tomando en consideración que la última parte del
Artículo 12 constitucional tajantemente establece que: “Ninguna persona puede
ser juzgada por Tribunales Especiales o secretos […]”.

La independencia del Poder Judicial es reafirmada por el Artículo 205


constitucional, el cual expresamente prescribe que: “[s]e instituyen como garantías
del Organismo Judicial, las siguientes: a) La independencia funcional; b) La
independencia económica; c) La no remoción de los magistrados y jueces de
primera instancia, salvo los casos establecidos por la ley; y d) La selección de
personal”.

El principio de independencia judicial consagrado en los instrumentos


internacionales de derechos humanos y en la Constitución Política de la
República, constituye uno de los pilares fundamentales para la construcción de un
sistema de justicia democrático y la consolidación de un verdadero Estado de
Derecho en Guatemala.

El principio de independencia judicial no es solamente una prerrogativa de los


jueces y magistrados sino que constituye una garantía para los ciudadanos
guatemaltecos, ya que, en un Estado de Derecho, solamente la independencia de
los jueces asegura eficazmente los derechos de los ciudadanos que se
encuentren afectados por los posibles excesos en el ejercicio del poder.

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