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Capitulo 1

EL VIDENTE

El viejo BMW de color negro, avanzaba a toda velocidad por el serpenteante


camino de tierra que conducía hacia la frontera con Estonia, el polvo que
levantaba, se mezclaba con la neblina de la noche, Yarik, sabía que por
ningún motivo podía detenerse... con cada kilómetro recorrido, sentía que se
alejaba más y más de aquella terrible experiencia a la que habían sido
sometidos él y su amigo de la infancia Sergey.
Ambos habían sido secuestrados por tres desconocidos a la salida de un pub,
en las afueras de la “ciudad de las aguas puras”, conocida como Pskov, una
antigua ciudad ubicada en el extremo occidental de Rusia muy cerca de la
frontera con Estonia. El rio Velikaya que la cruza y sus viejos muros fueron
aquel día, los únicos testigos del secuestro.

Aquella noche, Yarik y Sergey fueron reducidos por la fuerza, metidos en un


coche y llevados hasta el sótano de una vieja casona ubicada en las afueras de
la ciudad. La fuerte tormenta de lluvia, viento y granizo que afectó a la ciudad,
acalló cualquier grito de dolor causado por las reiteradas torturas y vejaciones a
las que ambos jóvenes eran sometidos...

Por fin una mañana, la tormenta se alejó, unos débiles rayos de sol
comenzaron a filtrarse atreves de la pequeña ventanilla del sótano, luces y
sombras parecían jugar con los desnudos cuerpos de ambos jóvenes que
yacían en el suelo, amordazados y atados de pies y manos...Sergey que
acababa de cumplir 20 años, de contextura débil y enfermo de asma, comenzó
a sufrir espasmos haciendo su respiración cada vez más difícil, las torturas, el
frio y los muros llenos de moho causaron un efecto mortal sobre él.... cada
intento que hacía para respirar, provocaba que sus músculos del cuello se
tornaran cada vez más tensos y el pecho contraído por el esfuerzo marcaba
sus costillas por la falta de oxígeno...

En el salón de la casona, los secuestradores tomaban un descanso, cantando y


bebiendo vodka no se percataban de lo que sucedía en el frio sótano...
Yarik, intentaba inútilmente zafarse de sus ataduras para socorrer a
Sergey...trataba de gritar pidiendo ayuda pero la mordaza ahogaba cualquier
grito y aunque lo hubiese logrado nadie le escucharía desde aquel lugar. Con el
rostro enrojecido por la desesperación, sabía que nada podía hacer para evitar
que la vida de Sergey fuese lentamente apagándose, sin embargo como pudo
intentó llegar hasta donde su amigo, arrastrándose por un suelo salpicado de
orina, vómitos y sangre...avanzó poco a poco, pero cuando estaba muy cerca
de dio cuenta que Sergey no hacía ningún esfuerzo por respirar... se quedó
observando por unos instantes aquel cuerpo inmóvil sobre las frías baldosas
del sótano con esa horrible expresión de asfixia en el rostro, ojos desorbitados
y tórax totalmente contraído...Yarik, gritó de dolor y rabia pero una vez más la
mordaza impedía que escapara cualquier sonido de su boca, sus lágrimas eran
el único testigo de aquel sufrimiento e impotencia, que sentía...su amado
Sergey estaba muerto...en ese momento el tiempo pareció detenerse,
invadiéndole una sensación de soledad muy profunda, deseaba que su
corazón dejase de latir, ya no tenía sentido vivir... poco a poco todo se fue
tornando cada vez más oscuro, al mismo tiempo y por instinto, su cuerpo fue
tomando la posición fetal como queriendo protegerse de todo aquella dolorosa
realidad y sin darse cuenta se fue quedando sumido en su propio mundo... allí,
inmóvil, desnudo, como un cuerpo sin vida.

Cuando los secuestradores regresaron al sótano y descubrieron lo ocurrido, el


líder del grupo, Vlad, un hombre de mediana estatura y contextura gruesa,
comenzó a gritar culpando a sus ayudantes...sabía que tarde o temprano lo
ocurrido allí, podría tener graves consecuencias para el... qué explicación le
daría a Lobo? El jefe máximo de aquella banda era un asesino despiadado y
sin escrúpulos conocido como "Boлк ", (el Lobo). .
Y a Korney? el padre de Sergey! ...debía pensar algo y muy de prisa porque o
sino seguramente "Lobo" le mataría de un tiro en la cabeza si llegaba a
enterarse que el hijo de Korney estaba muerto...Korney el ex agente de la KGB
tenia negocios con el Lobo…
Vlad pertenecía a la Bratva o mafia rusa, formada por diversos grupos divididos
en zonas. Su grupo era conocido como "Псы люцифера", (los Perros de
Lucifer), delincuentes peligrosos, expertos en asesinatos, secuestros y tráfico
de drogas.
- Tengo que solucionar esto! pero cómo?...si ese puto cabrón no fuese hijo de
Korney, todo sería más fácil...-pensaba Vlad mientras se movía de un lado para
otro...

Korney, era un hombre rudo, de pensamiento obtuso, que contaba con cierto
poder en San Petersburgo y tenía muy buenos contactos con la mafia, que
cada día se hacía más poderosa.
Korney acudió a Lobo para que le ayudar a encontrar a su hijo Sergey, que
había huido desde su casa ubicada en la zona de Kirovsky, un par de meses
atrás, junto con Yarik, al descubrirles por casualidad besándose en el
dormitorio semidesnudos. El ex KGB reaccionó como un loco lanzándoles
cualesquier objeto que encontraba a su paso y jurando matar a ese amigo
pervertido que tenía su hijo…... completamente fuera de sí, fue hasta otra
habitación para buscar un revolver y así cumplir con sus amenazas, pero
durante este descuido ambos jóvenes lograron huir, corriendo a toda prisa
hasta alcanzar un bosque cercano poniéndose a salvo mientras varios disparos
se escuchaban a lo lejos.

Sergey y Yarik, abandonaron rápidamente San Petersburgo. Pensaron ir a


Pskov pero finalmente decidieron refugiarse en Ostrov, donde una amiga de
Yarik, ésta les acogió y les permitió quedarse hasta que ellos decidieran que
hacer.

El padre de Sergey estaba obsesionado y decidido a encontrar a los dos


jóvenes, pagó sesenta mil euros a "Lobo", para que les encontrase, una vez
hecho esto, "los perros de Lucifer" debían torturarles física y psicológicamente,
ya que el ex KGB estaba convencido que mediante el dolor físico y psicológico,
la homosexualidad de su hijo desaparecería, además pidió a Lobo un favor
especial, asesinar y después descuartizar a Yarik delante de Sergey,
prometiendo pagar otros sesenta mil euros cuando viese los restos de Yarik y a
su hijo convertido en todo un hombre después de vivir esa experiencia.

.Vlad estaba muy preocupado y nervioso, miraba el inerte cuerpo de Sergey


retorcido y desnudo, su mente se esforzaba por encontrar una solución... de
pronto se le ocurrió un plan...incinerar el cuerpo de Sergey y posteriormente
hacer pasar las cenizas de este como si fuesen las de Yarik, de ésta manera le
diría a Lobo que había cumplido con la orden de eliminar a Yarik...tendría la
excusa de decir que el cuerpo lo había incinerado para no dejar evidencias y
en cuanto a Sergey le diría que lamentablemente había logrado escapar,
prometiendo que lo buscaría hasta encontrarle.

Con esta mentira Vlad ganaría tiempo y seguramente Korney poco a poco se
olvidaría de buscar a su hijo. Ahora solo faltaba deshacerse de Yarik pero no
sin antes sacar algún provecho extra de toda ésta situación.
Decidió venderlo a la mafia albanesa, allí tenía un amigo especialista en
comprar jóvenes para extraer los órganos y venderlos, otras veces vendía
jóvenes como esclavos sexuales. Sería un plan perfecto, porque si Korney
rehusaba pagar el resto del dinero a Lobo, debido al supuesto "escape" de
Sergey, Vlad obtendría con la venta de Yarik lo suficiente como para
compensar a Lobo, y así librarse de pagar con su vida.

Rápidamente contactó por teléfono a Gjergj un poderoso jefe de la mafia


albanesa, quedaron de reunirse en Pechory, una ciudad muy cerca de la
frontera con Estonia, Vlad estaba seguro que Gjergj le daría un buen dinero por
Yarik, al ser un joven sano y muy atractivo.

- Hay que vestir a este maricón que me lo llevo de paseo - dijo Vlad con una
sonrisa, mientras observaba a Yarik que seguía inconsciente-
- Después terminen con el puto hijo de Korney...yo les esperaré en Pechory
dentro de un par de días.
Rápidamente los delincuentes vistieron a Yarik y le llevaron hasta al viejo
automóvil recostándolo en el asiento trasero, pero como aún estaba
inconsciente, no le ataron fuertemente las manos ni los pies.

Mientras Vlad conducía el viejo BMW por una abandonada carretera hacia
Pechory, Yarik tumbado en el asiento trasero, comenzó a recobrar el
conocimiento... lentamente abrió sus ojos y aunque todo era bastante oscuro
en el interior se dio cuenta que en el automóvil viajaba solo él y Vlad...a donde
le llevaría?- pensó Yarik- probablemente a un lugar abandonado para
asesinarle...un escalofrío recorrió todo su cuerpo, hizo un esfuerzo para soltar
sus ataduras, sin llamar la atención de Vlad...lo intentó una y otra vez hasta
que por fin pudo lograrlo... Una vez libre de ataduras, lo primero que pensó fue
en lanzarse sobre Vlad, pero era muy arriesgado y cambio de idea...mejor sería
quedarse tranquilo haciéndose el inconsciente esperando una mejor
oportunidad para poder escapar...mientras tanto Vlad conducía por aquella
oscura carretera moviendo la cabeza e intentando cantar de vez en cuando una
vieja canción rusa que sonaba en la radio..
La oportunidad llegó para el joven, cuando Vlad cometió el error de detenerse y
bajar del automóvil dejando el motor en marcha...lentamente levantó su
cabeza para mirar por la ventanilla y observó que Vlad estaba orinando, ahora
lo único que tenía que hacer era saltar al asiento delantero y ponerse al volante
para escapar. Por un momento tuvo dudas pero al final se atrevió...lo más
rápido que pudo saltó de un brinco al asiento delantero aceleró a fondo y huyó
a toda velocidad, Vlad nada pudo hacer...atónito no tuvo tiempo de
reaccionar... disparó unas cuantas veces pero de nada sirvió en la oscura
carretera.

Yarik conocía muy bien aquellos caminos con sus atajos y bosques, ya que
acostumbraba a ir por ahí todos los veranos para visitar a su tía Valeria que
vivía en Tartu
Mientras conducía, no podía dejar de pensar en Sergey, al mismo tiempo le era
imposible evitar en su mente una cantidad de imágenes que iban y venían
recordándole esos horribles momentos vividos en aquel sótano. Recordaba
cómo les mantuvieron atados y amordazados durante días, desnudos,
sometidos a reiteradas torturas, les sodomizaron con diferentes objetos para
después orinar sobre ellos, incluso en una ocasión Vlad les obligó a comer de
sus propias heces y vómitos....

Detuvo el automóvil bruscamente en un intento por evitar estos recuerdos, se


quedó por unos instantes con la cabeza apoyada sobre el volante...luego se dio
cuenta que no podía detenerse, tenía que llegar lo más pronto posible a un
bosque que estaba justo pasando la línea fronteriza entre Rusia y Estonia, él
conocía muy bien su ubicación...allí podría descansar y recobrar un poco de
fuerzas.

Una vez en territorio de Estonia, se adentró en el bosque dejando el automóvil


lo más cerca posible de la orilla de un pequeño riachuelo, salió del automóvil,
lavó un poco sus heridas y bebió agua. Cuando regresó al viejo BMW, repasó
con su mirada el interior del vehículo...de pronto algo de metal y que brillaba
con la luz de la luna llamó su atención, parecía una bala de grueso calibre, lo
cogió para observarla y se dio cuenta que era un antiguo mechero ruso, quitó la
punta y estuvo un rato encendiéndolo y apagándolo a la vez que observaba los
grandes Abetos que le rodeaban y como la luna intentaba abrirse paso para
dejarse ver entre ellos. Sintió frio, salió del viejo automóvil para hacer una
fogata y calentarse un poco, buscó ramas secas que con el silencio de la noche
parecían quejarse al romperlas...

Se sentó lo más cerca del fuego, con los ojos llenos de lágrimas, recordó a su
amado Sergey y en todo lo que habían pasado juntos...poco a poco el
cansancio fue apoderándose de sus fuerzas...necesitaba dormir...apagó la
fogata y entró en el automóvil, puso seguro en todas las puertas, como
temiendo que aparecieran sus secuestradores, se recostó en el asiento
trasero... sintiéndose algo más seguro y protegido por el espeso bosque, se
quedó dormido.
Al día siguiente, muy temprano, el canto de los pájaros le despertó, con
hambre pero con más ánimo, continuo su camino dirigiéndose hacia el norte
para ir hasta Tartu, una ciudad que está a unos 200 km. al sur de Tallin. Allí
vivía su Tía Valeria la cual le quería como a un hijo.
Antes de llegar a su destino, por seguridad decidió ir a pié los últimos
kilómetros abandonando el viejo automóvil en Ülenurme Parish, un pequeño
pueblo rural a 10km de Tartu.

Llevaba aproximadamente una media hora de camino, cuando de pronto unos


metros más adelante, se detuvo un automóvil, Yarik siguió su camino
pero cuando pasaba muy cerca del vehículo no pudo evitar mirar al
conductor...era un señor de unos 65 años aproximadamente, de aspecto
bonachón...

- Vas a Tartu? preguntó el hombre en ruso pero con acento Estoniano


- Sí señor, - contestó Yarik - mi tía vive cerca del ayuntamiento -
- Y por qué vas caminando? Has tenido algún un accidente? ...lo digo por tu
rostro, veo que tienes moretones y heridas, además tu ropa está bastante
sucia...
- Fui de excursión al parque Meeksi - dijo Yarik intentando ser muy
convincente- pero me caí por un barranco, al caer perdí mi mochila, como
pude salí a la carretera y un camionero que pasaba me dejó en Kurepalu, el
resto me animé a hacerlo caminando, - dijo Yarik con una leve sonrisa en su
rostro.
- Sube! que te llevo hasta Tartu, - exclamó aquel hombre.
- Gracias! - contestó Yarik
- Mi nombre es Jaan
- Yo soy Yarik, mucho gusto -
Ambos estrecharon sus manos, Jaan se quedó por unos segundos como
hechizado por aquellos hermosos e intensos ojos de color ámbar que poseía
Yarik

En Tartu, Valeria Petrovna, era una señora viuda de unos 45 años, hermana de
la madre de Yarik, vivía con su criada y un viejo perro.
Las cosas en Estonia le habían ido bastante bien, su esposo había sido un
respetable banquero de Tartu, lo que le permitía llevar una vida bastante
cómoda y sin penurias, no tenía hijos y esto influyó para volcar todo su cariño
hacía su único sobrino, al que además le ayudaba económicamente.
Durante muchos años Yarik y su madre, Irina, viajaban a Tartu para pasar las
vacaciones en casa de Valeria, pero los últimos años ya no le visitaban debido
a que la salud de Irina estaba muy deteriorada y no tenía fuerzas para realizar
viajes, así que ninguna de las dos se volvieron a ver. Por otra parte la salud de
Valeria tampoco era muy buena, sufría de dolores en sus articulaciones y
espalda, por lo que viajar se convertía en un verdadero suplicio...esto tampoco
le permitió asistir al funeral de su hermana.

Irina se agravó muchísimo el último año de vida, Yarik tuvo que abandonar su
trabajo en el museo de arte y fotografía de San Petersburgo para regresar a
Pskov y cuidar de ella hasta su muerte ocurrida unos seis meses atrás.
Irina y Valeria, provenían de una familia de la clase obrera, el padre fue un
minero que falleció cuando Irina tenía 15 años y Valeria 17. Duros años les
tocó vivir tras la muerte de su padre pero Valeria se casó un par de años más
tarde, mudándose inmediatamente a Estonia con su esposo, Nikolai un
banquero originario de Tartu.

Cuando Irina contaba con unos 17 años, ingresó al Instituto de enfermería en


Pskov. Todo iba muy bien, pero a finales del primer año de instituto, un
embarazo estuvo a punto de arruinarle los estudios, nunca se supo quién era el
padre, Irina jamás lo quiso decir, pero se sospechaba que era un profesor que
al poco tiempo se marchó a otra Universidad.
Contando ya tres meses de embarazo, la joven sabía que todo sería muy
complicado, sobre todo viviendo en un pueblo culturalmente lleno de prejuicios
morales hacia las madres solteras o los homosexuales.

Olga, la madre de Irina, decidió enviarla a Tartu donde su otra hija, Valeria,
para que allí diera a luz alejada de todos los curiosos, una vez que el bebé
naciera lo entregaría en adopción, así Irina podría volver a Pskov y continuar
con sus estudios.
En Tartu, Valeria y Nikolai, cooperaban con un prestigioso centro de
adopciones, especialistas en "ofrecer" niños de Europa del Este.
Faltando pocos días para que Irina diese a luz, Valeria y Nikolai se acercaron a
la joven madre para comunicarle que el centro de adopciones ya tenía una
muy buena familia que vivía en Suecia y que les aseguraban cuidado y cariño
para el bebé

- Cuando vendrán a recogerlo? Pregunto angustiada


- Si todo va bien, una o dos semanas después de que haya nacido...- contesto
apresuradamente Valeria-
Irina se incorporó en la cama posando una mano en su vientre con una
expresión de dolor y tristeza se lamentó...
- no podre amamantarle? acariciarlo?...
- no harás nada cariño, - dijo Valeria acariciándole una mejilla- cuando nazca el
bebé, le llevarán a una sala donde le cuidaran hasta que esté en condiciones
de viajar a Estocolmo, así no tendrás tiempo de crear lazos afectivos que
después podrían atormentar tu corazón.
- Así es mejor Irina, ya verás- interrumpió Nikolai.
Sumida en la tristeza, la joven madre volvió a recostarse muy lentamente,
aceptando lo que tenía que pasar.

Eran casi las tres de la madrugada, cuando los gritos de parto alertaron a las
enfermeras, que acudieron de prisa mientras Valeria que se encontraba junto a
Irina, le animaba intentando que su hermana respirara tranquila y
profundamente...después de muchos esfuerzos y pujar algunas veces Irina
daba a luz a un niño sano y hermoso, pero tal cual como su hermana le
advirtió, apenas alcanzo a darle un beso en la frente y acariciarlo, una
enfermera tomo al niño para llevarlo hasta otra sala... Irina rompió a llorar
desconsoladamente...Valeria le acariciaba como una madre.
Irina nunca más volvió a saber de su hijo y nunca sospecho que esta decisión
regresaría a atormentarla antes de morir.

Un mes después, la joven regresaba a Pskov, intentando llevar una vida


normal, continuó sus estudios de enfermería, graduándose un par de años más
tarde para posteriormente trabajar en el Hospital de la ciudad.

Llevaba un par de meses trabajando como enfermera, su vida era muy


tranquila, no acudía a fiestas ni tenía amigos solo del trabajo a casa donde
compartía con su madre. Un fin de semana una compañera de trabajo le
convenció para que se fuesen a bailar a una discoteca de Võruy, una ciudad de
Estonia que está a unos noventa kilómetros de Pskov, fue allí donde conoció
a Gregoriy Volkov, un joven delgado, alto y con mucho éxito entre las mujeres,
aunque era un fracasado en los estudios y en el trabajo, Irina se enamoró y
comenzaron una relación.
Olga, su madre, nunca estuvo de acuerdo, intentando muchas veces que
su hija se apartara de aquel joven, pero a pesar de todo Irina
terminó casándose con él.

La joven pareja se mudó a casa de Irina, allí su madre les tuvo que acoger no
muy contenta. Gregoriy intentaba trabajar en lo que saliera e incluso participó
más de alguna vez en algún robo de poca monta, aunque Irina ignoraba esto
último, se dejó embarazar y un año más tarde nacía Yarik.
Cuando el niño cumplía casi un año de edad, Gregoriy abandonó a su familia,
desapareciendo sin dejar ni siquiera una nota, solo había cogido su ropa
largándose sin más.
Irina sufrió mucho, pero ante los demás trataba de ocultarlo, lloraba por las
noches en silencio lamentándose de su mala suerte en el amor y de no haberle
hecho caso a su madre...pero al final el tiempo poco a poco fue venciendo su
amargura y con la ayuda de Olga se dedicó a su hijo con todo su
amor, intentando suplir lo mejor que pudo la falta del padre a Yarik, criándole
con mucho amor alegría. Lamentablemente cuando Yarik tenía unos dos años
falleció su abuela Olga, esto les afectó mucho, haciendo que madre e hijo
crearan lazos afectivos muchos más fuertes.

Cuando Irina enfermó gravemente, Yarik cuidó de su madre hasta el último


momento preocupándose de ella hasta en los más mínimos detalles, incluso se
despertaba por las noches al oírla llorar...él se acercaba hasta ella para
consolarle con caricias y palabras de amor, en más de una ocasión Yarik le
pregunto a Irina porque lloraba, pero ella siempre repetía lo mismo...

- Esta enfermedad es un castigo de Dios...no he sido buena Yarik!


- No te entiendo! ...porque dices eso? - preguntaba Yarik intrigado...para mi
eres la mejor madre del mundo! Ella solo le miraba con mucho amor...pero no
le daba respuesta...nunca quiso contar lo que había hecho con su primer hijo.
Ahora el cáncer se había extendido por gran parte del cuerpo causándole
mucho dolor, Yarik, pensaba siempre que las cosas que decía eran delirios
productos de la enfermedad...
Por fin Yarik, estaba frente a la puerta de la hermosa casa de su tía, al llamar
abrió la puerta, Galia, la criada, que le conocía y mimaba desde pequeño...al
verle allí de pié con ese aspecto tan deteriorado, se asustó mucho, pero a la
vez llena de emoción, le abrazó y le hizo pasar al mismo tiempo corría hacía el
salón para avisar casi gritando a la señora Valeria...

- Señora, es Yarik! -
- Yarik!! Tu? Que sorpresa! pero que te ha ocurrido? No sabía que vendrías... -
le saludó su tía sorprendida -
-Hola tía, no te preocupes he tenido un pequeño accidente cuando venía a
visitarte...-
- un accidente? Donde ¿cómo? Estas herido?
- no tía no es nada grave -
-Ven, ven aquí hijo, siéntate- voy a darte un vaso de vodka mientras Galia
calienta un poco de café -
- Vamos a ver, cuéntame que te pasó -
- Tía, ahora no soy capaz...necesito descansar, estoy muy débil, pero te
prometo que mañana te contaré lo sucedido y responderé a todas tus
preguntas-
-Como quieras hijo - replicó su tía, -voy a decirle a Galia que prepare tu
habitación y te lleve algo de comer así descansas. Ya sabes que en tu cuarto
hay ropa limpia y no te preocupes ya hablaremos mañana - dijo Valeria
mientras acariciaba el cabello de su sobrino.

Yarik abrazó por un largo instante a su tía, los ojos del joven volvieron a
humedecerse, le besó y subió hasta su cuarto para quitarse la ropa, darse un
baño y descansar.
Una vez tumbado en la cama, por fin se sentía a salvo de todo el horror que
había sufrido, suspiro profundamente pero el recuerdo de Pskov no podía
desaparecer de su mente, volvió a llorar como un niño, últimamente la vida le
parecía cruel...le habían arrebatado a su único amor verdadero, le habían
torturado y vejado solo por el hecho de ser homosexual...por momentos se
sentía tan angustiado que rondaba en su cabeza la idea del suicidio, pero
después se retractaba preguntándose porque a pesar de todo había
sobrevivido? Faltaba algo por hacer en su vida?

Recordó aquel día cuando tenía aproximadamente unos doce años, caer de un
árbol y permanecer inconsciente un par de horas, con el tiempo una extraña
capacidad mental se fue desarrollando en su mente. Podía tomar objetos,
concentrarse en ellos durante algunos minutos y así visualizar imágenes de los
actos relacionados por personas que habían estado en contacto con esos
objetos...cualquier objeto podía servir para ejecutar esta capacidad
extrasensorial conocida como "psicoscopía".
Para él, los objetos eran como una grabadora de imágenes y éstas se
guardaban en algún lugar del universo convirtiendo el objeto en una especie de
puente que le permitía ver estas imágenes....Yarik trataba de evitar realizar
esta facultad extrasensorial, porque para él tenía algunas desagradables
consecuencias...siempre cuando terminaba con las visiones sufría fuertes
dolores de cabeza e incluso algunas veces hasta vómitos, a pesar de esto una
que otra vez usó esta capacidad para divertir a su familia.

Ahora tenía entre sus manos el mechero con forma de bala que encontró en el
viejo BMW, lo observó cuidadosamente, por un lado había una extraña cruz
negra que terminaba con un circulo sin cerrar en la base, al otro lado del
mechero se podían distinguir las iniciales: ГВ.
Por un momento tuvo dudas pero la curiosidad fue mayor...cerró los ojos y se
concentró...al cabo de un instante comenzaron a desfilar imágenes por su
mente, imágenes de asesinatos, dinero y sexo, pero había una imagen que se
repetía muchas veces y que llamó su atención, era el rostro de un hombre... no
era Vlad, era un hombre de unos 50 años, con una cicatriz desde el ojo
derecho hasta el labio superior, de mirada maléfica y fría, que además de
asesinar a hombres y mujeres, violaba a jóvenes de ambos sexos....Siguió
visualizando hasta que de pronto comenzó a ver como torturaban a
Sergey...soltó el mechero de una vez dejándolo caer al suelo...no quiso
continuar...Su corazón latía muy de prisa, intentó calmarse llevando a su mente
recuerdos de tiempos felices...
Con un fuerte dolor de cabeza, procuró relajarse, hasta que sin darse cuenta y
de un momento a otro, se quedó dormido al calor de la ropa de cama.

A la mañana siguiente, cuando despertó miró el relojito sobre la mesa que


estaba al lado de la cama marcaba más de medio día, se vistió para bajar al
salón, ya de mejor ánimo, saludó a Galia que estaba en la cocina preparando
algo de comer, después se acercó donde su tía que estaba sentada en la otra
sala junto al fuego de la chimenea.

- Buenos días - le saludó Yarik con un beso


- ¿hola hijo, como estas hoy?
- mejor que ayer, gracias, necesitaba mucho descansar...aunque creo que,
después de comer algo´...volveré a la cama
- sí, sí, vete a la cama y descansa, pero antes me gustaría que me contaras lo
que te ha sucedido...
Yarik la miró con ternura, sabía que talvez ella era la única persona en la tierra
que le quería y en la cual podía confiar...
- Bueno, es complicado, pero intentare resumir los hechos, quizás cuando
termine me des algún consejo porque ahora no sé qué hacer, tengo miedo y
estoy perdido...
- Tranquilo hijo, cierra la puerta y siéntate a mi lado...
Yarik narró lo sucedido, omitiendo algunos detalles que a su parecer eran
innecesarios de mencionar, pero no pudo evitar que fluyeran sus lágrimas al
recordar una vez más todo lo sucedido.
Cuando hubo terminado, Valeria le abrazo con ternura, prometiéndole que
saldría adelante, después bebieron café y Valeria le propuso que se marcharse
a Londres, donde vivía hacía muchos años un viejo amigo de la familia,
Vladimir Leskov, ella estaba segura que él ayudaría a su sobrino.

- Gracias tía, talvez sea lo mejor...aunque no estoy seguro del todo


- Yarik, escúchame, Londres es una ciudad maravillosa y con muchas
oportunidades - dijo Valeria convincente- además Vladimir te conoce, aunque
tú eras bastante pequeño cuando él nos visitaba...
- Lo único que recuerdo de él son sus peculiares bigotes - dijo Yarik riéndose a
carcajadas -
- Si, son muy llamativos - exclamó Valeria para después reír
- Tia, te prometo que lo pensaré pero ahora déjame disfrutar de tu compañía
un par de semanas.'
- Puedes quedarte cuanto desees, ya sabes que esta es tu casa
Ambos sonrieron y se volvieron a abrazar...
- Sírvanse! están deliciosas...- interrumpió Galia al entrar en el salón y
ofrecerles lo que había preparado-
- Mmm… Rastegay! Son mis preferidas- exclamo Yarik, acercándose a Galia
para darle un beso - seguro son deliciosas porque eres la mejor cocinera!
- Gracias mi niño...

Mientras comían las deliciosas rastegay Yarik pensaba sobre lo afortunado


que era al tener a su tía y de alguna manera olvidar por unos momentos lo
ocurrido en Pskov.

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