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EsCf.NAS DE. u. VID,\ DE. CRISTO (Tríptico)


Escuelo de las Islas. siglo XVII.

Manolis Jatsidakis**
Prólogo
No se encuentran muchos museos en el mundo dedicados exclusivamente al arte bizantino.
Se puede decir, además, que el Museo Bizantino de Atenas es el único. Sin embargo, el centro
del arte bizantino, durante más de diez siglos, fue la más grande ciudad del mundo medieval,
Constantinopla, en donde se creó y se propagó al mundo civilizado lo que mejor se considera-
ba en aquella época, en materia artística.
A pesar de este hecho, no es paradójico que el único museo dedicado a este arte m.edieval,
esencialmente griego y ortodoxo, se encuentre en Grecia; pues dentro de su actual espacio geo-
gráfico se hallan importantes ciudades bizantinas, como Salónica, que fue la segunda ciudad
del Imperio Bizantino, Tebas, Atenas, Corinto, Mistrá Y otras. Además, después de la caída del
Imperio Bizantino, en el aíio 1453, el helenismo pasó a ser el heredero directo y más impor-
tante del inmenso patrinwnio cultural que Biz.ancio había legado al mundo civilizado.
El pueblo helénico heredó de sus antepasados bizantinos la lengua griega en sus dos varia-
ciones, la académica y la popular, y ha sabido conservar todo lo que constituía el culto vivo de

** Arqueólogo, inspector general de antigüedades. Museo bizanri,w de Arenas. Grecia.


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la Iglesia Ortodoxa, tanto en sus manifesta- bergase los vesflgws del arte bizantino del
ciones litúrgicas, como en su formación mu- país. La historia del Museo Bizantino es rela-
sical, por no citar lo esencial: la substancia tivamente joven. Hacia.finales del siglo XIX, el
mística de esta religión. entusiasmo, más bien diletante, de algunos in-
La arquilectura y la pintura bizantinas, telectuales, condujo a la fundación de la So-
que han dejado 'monumentos de grari impor- ciedad Cristiana de Arqueología, que reunió
tancia en los países griegos, sirvieron a esta algunas colecciones de obras de arte, objetos
religión creando de culto o, también, sim-
los espacios ne- ples recuerdos de viajes.
cesarios para la En 1920 se fundó, por
ejecución de su Decreto de Estado, el
culto, así como Museo Bizantino en don-
para La expre- de se reunieron piezas
sión plástica de bizantinas dispersas en
su dogma metafí- diversos museos y luga-
sico. Incluso ha- res arqueológicos del
biendo cesado de país, a las cuales se aña-
existir el Imperio dieron las colecciones de
Bizantino, siguen la Sociedad Cristiana de
evolucionando Arqueología, así como
estas artes en los piezas eclesiásticas es-
países griegos, cogidas, traídas por los
de acuerdo con refugiados que vinieron
Las tradiciones • del Asia Merwr y de la
medievales, du- :;~C~~~
- Tracia Oriental, des-
rante el período pués del intercam-
de la dominación bio de poblacio-
turca. nes, en el año
En la misma 1923.
ciudad de Ate- E s t e
nas, que no era material en-
más que una ciu- riqu ec ido
dad de provin- Museo Bizantino, vista de c ontinua-
cia, un número Atenas desde Licabetos. mente por Los
Limitado de igle- hallazgos pro-
sias dentro de la ciudad y, especialmente, en cedentes de las
Los alrededores, todas ellas de los siglos XI y excavaciones, por
XII, demuestran incluso hoy en día el alto ni- las donaciones privadas y
vel de cultura y el gusto refinado de los ate- las compras y, recientemente, por los frescos
nienses bizantinos. desprendidos de las iglesias que están en rui-
Por Lo tanto, había suficientes rawnes pa- nas, se ha repartido y está expuesto en las
ra crear en Atenas un museo especial que al- tres alas del edificio del Museo Bizantino.
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El icono
El Imperio Bizantino, que dominó
inmensos territorios desde su fundación
(330) hasta la caída de Constantinopla
(1453), ejerció una influencia decisiva en
el mundo de su época, tanto en el campo
polílico como en el artístico. La pintura
bizantina fue durante siglos enteros el
ejemplo para la pintura del mundo cristia-
no. Fueron muchos los factores que con-
tribuyeron a que ocupase esta posición.
En primer lugar, la autenticidad de su ar-
te, desde el punto de vista dogmático, ya
que su continuidad desde los primeros si-
glos cristianos, es decir, desde los últimos
de la Antigüedad hasta el final, no fue
pue ta nunca en duda. Después, el arte bi-
zantino, como única heredera del arte an-
tiguo, continuó con las tradiciones técni-
cas y artísticas de la antigua pintura a un
alto nivel de perfección. Durante su evo-
lución lenta, pero orgánica, logró desa-
rrollar sus propias fuerzas creadoras e im-
poner sus propias leyes y su propia vi- LA MANO DE J ESUCRJSTO (detalle del cuadro) CRISTO, SABIDURIA
sión, sobrepasando las reglas y la visión DIVINA, Salónica, siglo XIV.

artística que heredó de su antepasado .


De esta manera logró crear una personalidad tía conservar para iempre en los colores la
especial, es decir, un carácter propio. pureza y la intensidad originales. E te proce-
El icono portátil es la creación por exce- dimiento técnico, esta manera, es el más fre-
lencia de la pintura bizantina. Desde el punto cuente, aunque existen otros también.
de vista técnico, la creación del icono presen- Antes del movimiento de los iconoclastas
ta algunas caracterfsticas permanente en el (siglo VIII) era frecuente la utilización de los
largo curso de su existencia. E tá compue to colores a la cera (encáustica). Asimismo, se
por una tabla de madera recubierta con una fi- empleaban, aunque raramente, materias más
na capa de yeso. A veces se extendía, debajo preciosa como, por ejemplo, el mosaico con
de la capa de yeso, para reforzarla, una tela de taselas muy pequeñas, que ofrecía una super-
lino. El primer dibujo, que solía estar graba- ficie de mayor efecto luminoso. Solamente
do, se cubría con finas capas de colore den- en casos excepcionales e utilizaron plata,
sos, una especie de témpera, de materias te- oro y e malte para la fabricación de los ico-
rrosas y metálicas, que tenía como aglutinan- nos; así, por ejemplo, cuando se trataba de un
te el huevo. Esta forma de elaboración perrni- regalo para el Emperador.
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El origen del icono, imagen portátil de mo icono. Según una definición bizantina, que
devoción por excelencia, habrá que buscarlo tiene un carácter casi oficial, «el icono es una
en el campo del arte de la Antigüedad. En el representación que reproduce los rasgos ca-
arte del retrato, "oficial o privado" tal como racterísticos del prototipo y que al mismo
fue practicado en el mundo helenístico y ro- tiempo le diferencia de él». De ahí se despren-
mano, encontraron los antiguos pintores cris- de la esencia de la prosopogra:fÍa y, conse-
tianos los procedimientos técnjcos, los mate- cuentemente, la búsqueda de la verdad autén-
riales y la artesanía adecuados para realizar tica en las escenas representadas. Abordamos
las efigies de los santos personajes. Efectiva- aquí un punto esencial que, a pesar de su apa-
mente, lo que mejor conocemos de la antigua riencia especulativa, no libre de la influencia
pintura es el arte del retrato de la época ro- neoplatónica, no solamente explica la estética
mana posterior, especialmente gracias a las especial de la pintura de los iconos, sino ade-
nwnerosas representaciones funerarias de más el carácter del Arte Bizantino en general.
Fayum, en Egipto. Las huellas del origen ini- Pues en el espíritu conservador de la pintura
cial del retrato cristiano, que es el icono, se bizantina prevalece el principio de la semejan-
pueden seguir a lo largo de la evolución de la za con el prototipo representado, y este princi-
pintura bizantina, incluso en la época poste- pio refuerza la relación hacia los otros anti-
rior y en el período postbizantino. guos prototipos artísticos. Un verdadero ico-
no, es decir, un icono que se parece al auténti-
co prototipo, es
El icono en el una creación ben-
decida por la gra-
culto de la cia del santo per-
sonaje representa-
reli~ión ortodoxa do y, por lo tanto,
cada icono del
¿Cómo se puede aclarar, sin em-
mis mo debe ser
bargo. en este arte, que por su natu-
una copia fiel de
raleza no se interesa en imitar los
otro más antiguo,
rasgos exteriores, la insistencia en la
de manera que la
creación del retrato, de la verdadera
gracia sea «trans-
prosopografía? La respuesta se des-
mitida>> al nuevo
prende de la teología bizantina que
icono a través de
ha prestado al icono una atención es-
la semejanza. Sin
pecial. Limitémonos a indicar aquí
embargo, y esto es
que el parecido entre la imagen y el
lo asombroso, en
santo personaje que representa. es
contra de la opi-
un factor indispensable para que el
nión general, no
icono pueda justificar su papel de in-
es la insistencia en
termediario entre el mundo divino y
LA VIRGEN DE LA TERNURA, Constantinopla. la repetición de
el terrestre, para que ]a gracia divina siglo Xlll-XIV. Mosaico. 100x85 cm.s.
ciertos tipos hu-
de los justos sea transmitida al mis-
manos para cada
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santo, sino el hecho de que en ca-


da época, y a pesar de los prin-
cipios religiosos de limitación
que impiden la exteriorización
de la personalidad del artista,
la sensibilidad de los pintores
sabía encontrar diferentes ma-
neras expresivas para los mis-
mos temas, respondiendo a los
gustos estéticos y a las tenden-
cias artísticas de cada época,
frecuentemente de cada perío-
do y, no pocas veces, de cada
importante artista.
Por otra parte, la defini-
ción bizantina antes citada,
habla también de diferencias
con el arquetipo. Al examinar
los efeclos de este tipo de
ideas sobre las obras de arte.
se podrían interpretar estas di-
ferencias como cierto aleja-
miento de la naturaleza física
que estaría, sin embargo, supe-
ditado a algunos principios de
orden e tilístico: «las leyes de
un ritmo discretamente im-
puesto en el movimiento de
las línea , el efeclo suge tivo, a
veces austero, del arabe co en
la composición, la indiferencia a EL ARCANGEL MJGUEI~ Constantinopla, siglo XIV. l 00x80 cms.

las proporciones dadas por la anatomía,


la resolución, no naturalista, de la luz, del co- tan en e l arte de los iconos la transustancia-
lor y del espacio, etc. Las formas de la natura- ción de los sere y de las cosas en formas de
leza se ven así subordinadas a las exigencias u~ mundo se_mejante al nuestro a la vez que
todopoderosas de un estilo, es decir, a las le- diferente de el. De este modo, la emejanza y
yes del e píritu, leyes estimulada por una fe la no semejanza constituyen una antinomia
profunda, ardiente mucha vece , y universal- dialéctica inherente al icono bizantino, le con-
mente introducida en el dominio religio o, lo fieren un valor e piritual que le embarga y que
que repre enta la misión e piritual de la obra hace de él un interce or místico entre el mun-
de arte. Estos son los presupuesto que su ci- do inteligible y el mundo ensible.
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La historia del icono Después de la caída de la capital en po-


der de los francos, los artistas empezaron a
La época bizantina emigrar, no solamente hacia las regiones que
seguían siendo griegas y a las pequeñas cor-
Del primer período paleocristiano (siglos tes que se habían formado en ellas, sino tam-
IV a Vll) subsiste solamente un número limita- bién hacia los países vecinos ortodoxos, Ser-
do de iconos en Sinaí y en Roma; algunos de via, Bulgaria, e incluso a Georgia y Armenia.
ellos pueden ser considerados como obras de Por ello se podría afirmar que la desapari-
primera categoría. Mucho mayor es el número ción de Constantinopla, como centro cultu-
de iconos que se han ral, contribuyó a de-
salvado de los siglos bilitar la fuerza de la
IX a Xll, pero en Gre- tradición y permitió
cia, que ha sufrido tan- ciertas tentativas de
tas calamidades, las emancipación.
obras de este período Estos intentos tar-
son muy raras. daron en manifestarse
Puede parecer cu- a lo largo del siglo
rioso, pero es cie1to XIII, que conserva,
que los iconos perte- durante muchos años,
necientes al período un gran apego a los
de la dominación fran- principios que preva-
ca (1204 en adelante) lecieron durante el si-
son bastante numero- glo XII: la afición por
so . La conquista de lo monumental, tanto
Constantinopla por los en las figuras aisladas
Cruzados, en 1204, no como en las composi-
ha constituido una ca- ciones que e expresan
tástrofe total, al me- por el estilo lineal y las
nos, desde el punto de grandes figuras que
vista artístico. El Im- rellenan los espacios.
perio fue desmembra- En ciertos iconos de
do y, junto a los Prin- gran calidad, el interés
cipados francos, sur- psicológico de los per-
gieron varios Estados sonajes representados
griegos, de los cuales se acentuará por un
uno, el de Nicea, ter- gesto familiar, por una
CRISTO, SABIDURIA DNINA, Sa/611ica, siglo XIV.
minó por reconquistar l 55.x99 cms. expresión apenas es-
Constantinopla en bozada por la profun-
1260. La ciudad de Arta fue designada capital da humanidad de la mirada. La pintura monu-
del Gobierno despótico de Epiro, Trebisonda mental del siglo XII había osado, en monu-
la del reino del mismo nombre, y Mistrá la del mentos de la segunda mitad del siglo, erigidos
Gobierno despótico del Pelopone o. en Nerezi y en Kastoriá, pronunciarse con

i:Xi:n4
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acentos dramáticos, expresando un agudo sen- latinos y sobre todo de Palestina y Chipre. La
tido del dolor. Al mismo tiempo se apreciaba expresión de los sentimientos se volvió más
una clara tendencia hacia el lineamiento lleva- libre y se puede apreciar una cierta tendencia
do al maximo, que conseguía rendir una expre- hacia una técnica menos lineal, más relajada
sión tremendamente turbada, tanto en el sem- y más pictórica. De todas formas, los lazos
blante como en los pliegues de los vestidos. La que unen al icono con la pintura monumen-
pintura de caballete había desarrollado estos tal siguieron siendo muy estrechos.
mismos temas con más discreción y elegancia. Después de la liberación de Constantino-
En los iconos del siglo XIII, las figuras pla ( 1261) por Miguel Paleologos, la gran
tomaron un aire más sosegado y el drapeado capital volvió a ser, de nuevo, el centro artís-
se hizo más amplio. La búsqueda hacia la tico preponderante, y el arte del icono, libe-
profundización psicológica y hacia una espe- rado de las influencias extranjeras, siguió la
cie de realismo se hizo más patente. Además, evolución de la cultura monumental tal y co-
lo que fue una novedad es la aparición de in- mo la conocemos por los mosaicos y las pin-
fluencias occidentales que emanaban, proba- turas murales del monasterio de Chora (Ka-
blemente, de las regiones ocupadas por los riyé Djami) y por otras composiciones en Sa-
lónica y en Yugoslavia. En gene-
ral, se podría decir que se sacrifi-
có el acento dramático en prove-
cho de la nobleza y de la grave-
dad, volviendo a las fuentes del
arte helenístico, lo que proporcio-
na, a menudo, un refinamiento ex-
tremado en el empleo de los colo-
res y en la elegancia de las for-
mas. Con frecuencia, se buscó lo
pintoresco y lo fantástico en los
trajes y en las formas arquitectó-
nicas, así como la graciosa ternu-
ra en las actitudes y el lirismo en
el paisaje.
No es fácil distinguir entre las
características específicas de la es-
cuela de Salónica del siglo XIV y
las de Constantinopla de esta mis-
ma época. Sin embargo, los iconos
que provienen de aquella ciudad de
Macedonia -y el Museo Bizantino
posee buen número de ello - tie-
nen un carácter más realista, gozan
LA ENTRADA EN JERUSALÉN, Grecia
Central. siglo XV-XVI, 39x3/ cms.
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de más libertad en las formas y demuestran a) Primero, la importancia que adquieren las
poco interés por la elegancia. A pesar de todo, fundaciones monásticas, y sobre todo los
la relación del arte de esta ciudad con el de la conventos de Athos y de los Meteoros,
capital es manifiesto. Las imágenes con los que se convierten, gracias a las abundan-
bustos de los santos llegaron a ser verdaderos tes donaciones de los prelados griegos y
retratos con miradas profundas y melancóli- de los príncipes-moldavos, en centros flo-
cas. No obstante, los iconos destinados al cul- recientes de la ortodoxia, conservando así
to siguieron conservando una cierta austeridad un prestigio espiritual innegable entre to-
hierática. das las naciones de esta religión.
En todo el arte del siglo XIV hay que
ver, ante todo, el producto de una cultura b) Además, la diferenciación de los griegos
humanista extremadamente cuidada, fiel a entre súbditos del Imperio turco y súbdi-
una gran tradición artística milenaria; son tos de la Serenísima República de Vene-
las imágenes de una sociedad que no cree cia, hasta mediados del siglo XVII. Estos
ya en la estabilidad de las cosas de este últimos -nos referimos sobre todo a los
mundo, pero que, aun cultivando el gusto cretenses- eran l!JS privilegiados ya que,
por la Antigüedad sabe escoger los modelos por mediación de Venecia, estaban en con-
que más convienen a su deseo de elegancia tacto más o menos estrecho y continuo
y de profunda religiosidad rayando en el con la Europa occidental, disfrutando al
misticismo. mismo tiempo de una cierta libertad espi-
Durante el siglo XV siguen vigentes las ritual, mientras que el resto de los griegos,
tradiciones del XIV, pero concluyen rápida- sometidos al yugo de un conquistador, di-
mente en una especie de eclecticismo y de gamos indiferente, si no hostil a cualquier
academicismo. Las formas repetidas se vuel- forma de vida intelectual, prolongaban
ven más áridas, están trazadas por una mano con más facilidad el espíritu de la Edad
demasiado tajante, a veces. Asimismo, las Media hasta los tiempos modernos. Esta
escenas y los personajes se multiplican a ex- situación favorecía una cierta diferencia-
pensas, muchas veces, de la unidad y de la ción de las concepciones artísticas. Sin
nitidez de la composición. embargo, por una parte, el prestigio de los
pintores cretenses y por otra, la facilidad
de desplazamiento de los artistas de una
La dominación turca zona a otra, así como el envío de iconos
desde algunos lugares a todos los países
En 1453 el Imperio Bizantino se hundió griegos, favorecía la expansión de los me-
bajo la presión de los ejércitos ttircos. Esta dios comunes de expresión artística así
fecha marca el principio del nuevo período. como la formación de una cierta unidad de
La producción artística de esta nueva época, gustos para un cierto género de pintura, al
que no finaliza en realidad hasta la forma- menos, en los círculos de elevado nivel.
ción del moderno Estado griego ( 1830), fue
dictada por ciertos factores desconocidos c) Por último, y sobre todo, las nuevas condi-
hasta el momento, que exponemos a conti- ciones materiales y morales de la nación
nuación de forma resumida: sometida encontraban su expresión artística
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en un conservadurismo exacerbado
-con todos sus matices- que se ex-
presaba en una faJta de voluntad ha-
cia cualquier cambio radical y, por
consiguiente, mostraba una reserva
consciente y obstinada re pecto aJ
arte de Europa occidental, tanto la
católica como la prote tante.

Los centros artísticos


1. Creta

Es evidente que durante el período


comprendido entre los años J500 a
1700, existe un centro activo que se nos
manifiesta con plenitud de medios y
con ideas muy sólidas, tanto en su eje-
cución técnica como en la iconografía
y en la fonna artística. Todavía no esta-
mo en situación de poder seguir paso
a paso todas las estaciones de la fom1a-
ción gradual de e ta e cuela cretense en
el transcurso de la segunda mitad del
siglo XV y principio del XVI. Induda- LA CRtXIFIXIÓ,\ '. Escuela Crete1Lse, siglo XVI.
blemente pintores procedentes de IO/x82cms.
Constantinopla (Nicolas Filantropinós
en 1419, Alexis Apokafk:os en 1421 ) o pinto- parentesco, han sido erróneamente denomina-
res cretenses que viajaban a menudo a esa ciu- das «pinturas cretenses»).
dad (Anguelos Akotantos, 1436) traían a la is- No obstante, ciertos rasgos caracteriLan
la, todavía un poco provinciana, el arte «mo- la fisonomía propia de la pintura cretense del
derno» y, antes y después de la caída de Cons- siglo XVI que, al parecer, representaba el
tantinopla, se refugiaron en ella artistas que ideal estético para el sector más cultivado de
venían de las zonas altas. De esta fonna e po- la nación ubyugada. En general, esta pintu-
dría explicar, por una parte, el elevado nivel ra es mucho más obria, más recatada, más
artístico de esta escuela, y, por otra, el apego serena, más equilibrada, incluso más dinámi-
de la mi ma [sic] a la tradiciones del arte de ca, a veces, en la compo ición; la figuras
los Paleólogos y, particularmente, a la pintura tienen un aire de nobleza pero sin rebusca-
de Con tantinopla, que conocemos, por ejem- miento de gracia, en ocasiones exagerada. El
plo, a través de las obras de Prerivleptos (siglo conjunto se extiende sobre un plano y las
XIV), de Pantanasa (siglo XV) y de Mistrá formas de lo personajes están nítidamente
Gustaniente las que, a cau a de e te e trecho definidas por superficies de luz reducidas.
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Por tanto, el arte del pintor cretense con- nima y durante el siglo XVII, es nula, mien-
trasta con las tendencias románticas de la tras que en la Grecia continental, una larga se-
pintura de los Paleólogos que. sin embargo, rie de conjuntos pictóricos murales demue tra
sigue y evoluciona, hecho que prueba una la intensa actividad de esta escuela. Las obras
actitud artística definida. Además, cier- de la misma [sicl se hallan concentradas prin-
tas influencias italiar1as aparecen cipalmente en el Monte Athos (por lo
tempranamente. Los pintores de menos dieciséis grandes grupos de
iconos de la segunda mitad del pinturas murales comprendidas en-
siglo XV - Andreas Ritsos, tre 1535 y 1568) y en los Meteoros
Andreas Pavias y otros- uti- (unos cinco grupos del 1527 al
lizan algunos te- \ 1573 ), lo cual
mas secundarios permite clasifi-
o motivos deco- car una «escuela
rativos de los ve- de pintura del
necianos de los Monte Athos».
siglos XIV y XV; La denomina-
pero los pintores ción no es exac-
de frescos del si- ta, pero hay que
glo XVI utilizan hacer constar
especialmente te- que lo pintores
mas de grabados cretenses tuvie-
italianos para en- ron ocasión de
riquecer algunas pennanecer du-
escenas secunda- rante mucho
rias. Aparte de tiempo en aquel
esta copia neta- lugar (por ejem-
mente temática, plo, Teofanis, de
se podría atribuir 1535 a 1559) y
al mismo contac- de ejercitar allí
to cualidades más sus facultades
importantes: una creadoras en
ligera tendencia . 1 XVII múltiples esce-
U.E Df.L TRfPTICO). Escuela Cretense, s1g o •
realista en los re- El N,1c1M1wro ( DE.TA nas que debe-
tratos de los san- rían después reproducir en las paredes y
tos y, más aún, la conexión de e te arte repo- cúpulas de la grandes igle ias de Athos de
sado y equilibrado con el espíritu clásico del amplio nártex, enriqueciéndolas con elemen-
italiano de la misma época. tos tomados, obre todo, de los venerables
Los pintores cretenses de este período monumentos del lugar, del Protaton, de Vato-
son ante todo conocidos por la obra que eje- pedi, de Chilandari, y, a veces, de lo graba-
cutaron fuera de su isla natal. En efecto, en dos italiano . De todo esto e deduce que el
Creta, la cantidad de iglesia decoradas con arte creado por los cretenses en el Monte At-
pinturas murale durante el siglo XVI e mí- hos contiene varios elementos cuyo origen se
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debe a las condiciones especiales de la pro- estéticas. Esta escuela tuvo una difusión ex-
ducción artística en la Montaña Sagrada. traordinaria. ya que artistas y obras circularon
Además, esta pintura, por su gran calidad ar- intensamente por un amplio sector geográfi-
tística así como por su pureza dogmática, re- co, de forma que la constitución de escuelas
valorizada gracias al prestigio infundido por locales carece de sentido. El Monte Athos, los
el Monte Athos, se convierte, de esta forma, Meteoros, Venecia, las Islas Jónicas, el con-
en el arte oficial, fiel a las tradiciones griegas vento de Sinaí no son, en realidad, más que
y ortodoxas en dogma y en estilo. una especie de jalones para estos artistas.
La actividad de los artistas lejos de la isla
no implica obligatoriamente su alejamiento de 2. Otros centros
los círculos artísticos de Creta, ya que las obras
de los pintores que permanecieron en ella no Sería difícil reseñar, en este período de la
dejaron jamás de tener una estrecha similitud historia griega, la existencia de otro centro
con las de sus compatriotas en el extranjero. artístico tan importante como el anterior. Se
Sabemos ahora que estos últimos volvían a podrían señalar algunos centros regbnales
menudo a su país en donde encontraban un nu- como los de la región noroeste (Épiro y Ma-
trido grupo de colegas: por las actas de un so- cedonia occidental), insuficientemente ex-
lo notario, y únicamente en Candia, conoce- plorados todavía, donde algunos artistas lo-
mos los nombres de unos cuarenta pintores re- cales se entregaron a una asombrosa activi-
gistrados entre los años 1538 a 1578. Estos ar- dad. trabajando según las tradiciones del si-
tistas debían ser, al menos en parte, pintores de glo xv aunque empobrecidas. A veces, se re-
iconos cuyas obras viajaban tanto al Monte Si- conocen en sus obras rasgos del arte monu-
naí como a muchos otros lugares. Tenemos in- mental cretense, pero el espíritu que las ani-
cluso pruebas de que los mismos pintores que ma y su calidad son diferentes.
ejecutaban frescos murales en el Monte Athos, Quedan por señalar otros centros meno-
pintaban también allí iconos. Sabemos asimis- res en Tesalia (Kalabaka, Trikala), en el Pe-
mo que estos artistas viajaban mucho y que in- loponeso (Nauplia), en Athenas, en las islas
cluso algunos se instalaban en el extranjero, en y en Chipre. Casi siempre. el estilo de estos
Venecia, en Otranto, en Sicilia, en Dalmacia, centros regionales derivaba del de la escuela
donde ejercían su profesión sobre todo, para cretense. Y esto se explica. o bien por el he-
una clientela católica; se les ponía entonces el cho de que haya en la región uno o varios
apodo de «Madoneri». Casos como Doménico monumentos que servían de modelo (Veltsis-
Teotocópulos -el Greco- son excepcionales. ta, Kalabaka). o bien porque muy a menudo,
De estos hechos se desprende una conclu- los artistas fueron alumnos de los cretenses,
sión suficientemente firme: el núcleo princi- en el Monte Athos o en otra parte. Final-
pal de esta escuela estaba constituido por las mente. las características cretenses, producto
ciudades de Creta donde, hasta 1669, se for- de una cultura de cierto nivel, trataron de ser
maron numerosos y excelentes artistas, si- rebajadas a la categoría de pintura regional,
guiendo las normas austeras de un arte com- por lo cual, el estilo que de ello resulta es
pleto en cuanto a las fórmulas técnicas, a los completamente distinto. Se podría incluso
principios dogmáticos y a las concepciones reducir esta diferencia, en última instancia, a
170

la carencia del hálito humanista, heredado de deliberada de fealdad, incluso para los perso-
Bizancio y reanimado por el Renacimiento, najes más sagrados, que da como resultado
que caracteriza a la pintura cretense. Fre- una especie de expresionismo, desconocido
cuentemente, en estas obras -sobre todo en para la pintura cretense, pero familiar a la
las del noroeste-, se advierte una búsqueda pintura de los países vecinos.

SAN J UAN EJ. TEÓLOGO DICTANDO A PROJOROS. Escuela de Las Islas, siglos XVII-XVIII. 43x33 cms.

iEXiEIIA
171

Los artistas (1560) y otros, son los alumnos más o menos


fieles de Teofanis y constituyen una escuela.
De los pintores del siglo XVI, Teofanis Una personalidad, que no es cretense, se
Strelitzas, llamado Bathas (fallecido en distingue por su talento y, al mismo tiempo,
1559, es el máximo representante de la es- por una cierta originalidad. Se trata de Frangos
cuela cretense, Castelanos, oriundo de Tebas, pintor cu-
ya que es el pri- yos frescos poseen un colorido lleno de
mero y el más sutilidad (obras de 1548 a 1560). Alum-
importante de no, probablemente de los cretenses, des-
los pintores que taca por el carácter de sus composicio-
aparecen y que nes, alejado del clasici mo. y por el agi-
trabajan en e l tado movimiento de sus figuras. Estos
Monte Athos y rasgos se explican, en parte, por su fide-
en los Meteoros. lidad a los prototipos de la pintura de los
Cristalizan ea su Paleólogos, y, en parte, por su conoci-
arte las princi- miento del arte italiano que empieza,
pales caracterís- también, a alejarse del clasicismo.
ticas (tanto las En el domi-
virtudes corno nio de la pintura
los defectos) de de iconos en-
la escuela ere- contraremos al-
tense en su pe- gunas persona-
ríodo floreciente lidades impor-
de Ja pintura tantes. Conoce-
mural, entre mos al religioso
1525 y 1550. Eufrosinos so-
CRISTO EN El. TRONO. 166./
Es impor- Manuel T::.anes (1610-1690). lamente por
tante señalar que 106x66 cms. cinco iconos
todas las com- (1542) de pri-
posiciones creadas por él, como la Matan- merísima cate-
za de los Inocentes o Adán en el Paraíso goría. Más ade-
con los animales, tendrán un largo recorri- lante, en el últi-
do a través de todas las escuelas. Teofanis mo cuarto del
ha sabido alcanzar, para su obra, el valor siglo XVI, Mi-
de «arquetipo», lo que constituye el mayor guel Damask.i-
mérito para un pintor de la buena tradición nós se distingue
LA VIRGEN CON EL NIÑO EN EL TRONO. por la riqueza
ortodoxa. Otros como Tzortzis, en el Mo- 1664. Manuel T::.anes ( 1610- 1690),
nasterio de Dionisio (1547), Antonio Y de su obra y al
106x66 cms.
otro Teofanis en el Monasterio de Xenofón mismo tiempo
(1563), los autores anónimos de Iviron, de por la variedad de las fórmulas empleadas, lo
Kutlumusi (1540), de Dojiariu (1568), del que imprime a su producción un sello eclécti-
Gran Meteoro ( 1544), así como el de Rusaau co correspondiente a la diversidad de gustos de
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su clientela. Gozaba de un renombre poco co- En resumen, a lo largo de este vasto do-
mún, ya que le requerían, tanto de la Cofradía minio que representa la pintura postbizanti-
griega de Venecia para decorar la nueva igle- na, cuya evolución se efectúa en condiciones
sia (1574-1582), como de la comunidad cató- poco favorables para la aparición de un arte
lica de Bari, en Corfú y en otros muchos luga- verdaderamente creador, aparecen, de vez en
res. Una serie de artistas de menor importancia cuando. individualidades artísticas de cierta
trataron de imitar su arte hasta finales del siglo importancia, quienes, con su obra y ejemplo,
XVIII. Pintores como M. Lambardos, M. Tza- y con su fe religiosa en la tradición artística
nes, Víctor y otros siguen, lo mejor posible, de la Edad Media, lograron mantener vivo,
los cánones tradicionalistas hasta del siglo hasta finales del siglo XV 111, el arte griego
XVII, cada uno con su estilo propio que le dis- de la Ortodoxia.
tingue de sus colegas. En el siglo
XVI 11, los pintores del noroeste
de Grecia constituyen el centro ar-
tístico más importante, después de
la desaparición de la escuela cre-
tense, aunque pertenecen a una di-
ferente sociedad: Ya no se trata de
ciudadanos, como los cretenses, si-
no de aldeanos. Es fácil adivinar el
cambio que aporta esta condición
social en la estructura intelectual
de su oficio. Tanto la pintura reli-
giosa como la profana tienden por
el artesanado. Ya no habrá más in-
dividualidades artísticas para des-
tacar como maestros. Se puede ha-
cer extensiva esta afirmación a to-
do el siglo XVIII y a todo el país.
Asimismo, en las Islas Jónicas, so-
lamente artistas como Doxarás y
su hijo Nicolaos se distinguen más
que nada por su veleidad en hacer
algo nuevo y no por su calidad de
artistas. Los demás continúan tra-
bajando, bajo la égida de la tradi-
ción cretense, de una forma cada
vez más influenciada por el arte
CABEZA DE VIEJO ASCCTA. Athos, siglo XV, Fresco, 34x28 cms. Proviene
italiano. del monasterio de Filoteo11, en el Monte Atlws.

* Tomado del libro ICONOS del Museo Bizantino de Atenas. Editorial Apolo.

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