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ESCUELA NACIONAL SUPERION AUTÓNOMA DE BELLAS ARTES DEL PERU

ARTE BIZANTINO. ÁREA DE EXTENSIÓN Y

CRONOLOGIA. NACIMIENTO DE BIZANCIO

INVESTIGACIÓN MONOGRÁFICA PARA:

HISTORIA DEL ARTE III

DESARROLLADA POR:

ROCIO ESMERALDA SALAZAR ROJAS

LIMA – PERU

2008
INTRODUCCIÓN

La importancia cultural de Bizancio, la cual nace en un territorio rico, cruce


de culturas y civilizaciones, se basa en su capacidad para el sincretismo de
múltiples influencias, con un pasado griego que acaba por convertirse en una seña
de identidad, su presente romano, sus hábiles gobernantes, la religión cristiana,
las corrientes orientales que recoge, reelabora y transmite a amplias zonas de
Europa, Grecia, los Balcanes, Rusia, Italia que recibieron de forma directa su
cultura y, sobre todo, su arte que también llega al resto de occidente y al mundo
árabe que vio siempre en Constantinopla el espejo en el que mirarse, incluso se e
hablaba el griego, aunque de diferentes formas según se tratara de la zona
europea o la asiática, e incluso dentro de ciertas zonas se lo hablaba distinto de
otras, y si hablamos de razas, la diversidad era aún mayor, dado que en el Imperio
convivían griegos, eslavos, búlgaros, armenios, sirios y muchos otros pueblos, lo
que le daba un carácter multirracial y a la vez lo que lo caracteriza de manera mas
fuerte: un Imperio Universal para todos los habitantes de Bizancio, sean de la raza
que sean, siempre que acepten al emperador y a la iglesia

El Imperio Bizantino y sobre todo la ciudad de Constantinopla fueron


sinónimo para el resto de Europa de lujo y civilización a lo largo de toda la Edad
Media.

1
CAPITULO 1

ARTE BIZANTINO

Se llama arte bizantino al arte del Oriente cristiano desde que Bizancio se
convirtió en capital, en 330 después de Jesucristo hasta la toma de Constantinopla
y aún al posterior a esta fecha. Sus tres centros principales fueron: Roma, Rávena
y Constantinopla.

Al principio el arte cristiano no era hostil a las imágenes; sin embargo, no gustaba
de representar a Dios (1) y la imagen de Jesús crucificado no aparece antes del
siglo X. En general los cristianos sentían la aversión por la escultura en bulto
redondo debido a que los ídolos de los templos paganos eras estatuas.

Las catacumbas fueron decoradas, sobre todo, con pinturas y relieves en estuco.
Entre esas obras de arte, las hay que relatan episodios del antiguo y nuevo
testamento. También figuras alegóricas como la del Buen Pastor (Jesús), Orfeo en
medio de los animales, la del pez que simboliza a Jesús; la del pavo real que
simboliza la eternidad. Parece ser que el arte de las catacumbas no se distingue
del arte pagano, mas que por los motivos que escoge y por los que evita
(principalmente figuras desnudas).

(1) Salomón Reinach, miembro del Instituto de Francia y profesor en la Escuela del
Louvre
2
La pintura y escultura en relieve supieron aplicar una fórmula para edificar los
oratorios del culto nuevo. La iglesia cristiana es un lugar de reunión para los
fieles, a diferencia del templo pagano que es la morada de la divinidad. Por eso
las primeras iglesias tomaron por modelos los lugares de reunión cerrados
llamados basílicas.

Entre las basílicas representativas del arte bizantino, podemos citar a la de San
Pablo Extramuros, construida por Cosantino, se compone de una gran nave con
techo horizontal y dos naves laterales menos elevadas, recibiendo luz la nave
central por ventanas abiertas sobre las naves laterales. El ábside y el arco triunfal
están ricamente decorados con mosaicos de vidrio, de fondo azul y oro cuyo brillo
recuerda el de las obras de orfebrería esmaltada. Estos mosaicos adornan los
muros verticales y las bóvedas en vez de formar los pavimentos como en las
habitaciones romanas y los templos paganos.

Existen ejemplos de mosaicos de gran belleza de color y de un estilo grandioso,


sobre todo en Rávena, donde se estableció la corte romana desde 404. El resto de
basílicas presenta un interior de una majestad conmovedora, sin embargo su
aspecto exterior no es muy imponente.

Otro gran ejemplo es la gran iglesia de Bizancio, Santa Fofía, bajo Justiniano, por
Anthemio de Tralles e Isidoro de Mileto, arquitectos asiáticos, la cúpula ya era
conocida por los asirios; conservóse su tradición en Persia, de donde pasó a
Siria. Es indudable que no fue en el Panteón de Roma, sino en las iglesias
asiáticas, donde buscaron su inspiración los arquitectos de Santa Sofía.

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Aún hoy se siente el deslumbramiento que producen los muros revestidos de
placas de mármol, las columnas multicolores que soportan las galerías y el
centelleo de los cubos de mosaico de vidrio dorado.

El lujo del arte bizantino estriba en el brillo y en la profusión de los colores y de los
dorados. Este es un lujo verdaderamente asiático que buscaba sus modelos en la
Persia de los Sasánidas y que se inspiraba en los tapices orientales más bien
que en las obras severas del arte greco-romano. En la ornamentación escultórica,
de los capiteles y los frisos, la figura humana falta en absoluto, todo es puramente
decorativo y estilizado.

El arte en Bizancio sufrió una crisis terrible a consecuencia de la herejía ascética de


los destructores de imágenes llamados iconoclastas. El siglo VIII y parte del siglo
IX se llevó a cabo la destrucción por estos fanáticos, de gran cantidad de obras de
arte, tanto en Constantinopla como en las demás provincias del Imperio Bizantino.
Los escultores y mosaístas bizantinos viéronse obligados a expatriarse, y algunos
fueron a trabajar a Aquisgrán, en la Corte de Carlo Magno. El término de esta
herejía hacia el año 850 fue la señal de un renacimiento artístico que llenó todo el
siglo X y una parte del XI, época de prosperidad y gloria para el Imperio Bizantino.

La estatuaria no tuvo mucho éxito debido a los prejuicios religiosos contra los
ídolos; pero se conservan mosaicos, bajo relieves en marfil y en metal, esmaltes
pinturas sobre pergamino y obras de orfebrería y ciincelado que están ejecutados
con una gran habilidad técnica y en un estilo que no carece de grandeza.

El arte bizantino posee en sumo grado el sentimiento del estilo monumental, y


desde la época de Justiniano tiende a crear tipos y fórmulas inalterables. Esto se
revela aún más claramente en el momento del nuevo florecimiento del arte bajo
los Paleólogos (siglo XIV) época a la que sin embargo, pertenecen los hermosos
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mosaicos de Kahria-Djami, en Constantinopla. Esto significaría que no hubo
decadencia profunda del arte bizantino después del siglo XI; aún después de la
caída de Constantinopla (1453). Al comenzar el siglo XVI, las pinturas de los
conventos ddel monte Athos, atribuídas al moje Panselinos, el “Rafael del Athos”,
atestiguan un nuevo desarrollo de la misma escuela, con su amalgama de nobles
cualidades y de vicios incurables (falta de expresión, burda gravedad). A fines del
siglo XVI, los vicios se sobreponen; el arte bizantino, estacionado por fórmulas,
convertido en una industria de recetas artísticas fijas, se duerme en un sueño del
que aún no ha despertado, sin que por ello haya dejado de dominar en todos los
países en los que ha triunfado el cisma griego.

Bizancio con su riqueza, su extenso comercio y sus monumentos brillantes de oro y


vidrio, los marfiles, los esmaltes y los bordados de los bizantinos, se extendieron
por todos los países de Europa, donde fueron imitados. El arte bizantino, fue
objeto de la admiración y de la envidia de los occidentales, hasta los primeros
albores del Renacimiento en Italia.

Pero la historia del arte bizantino no acaba en el 1453 con la caída de


Constantinopla en poder de los Otomanos. Las herederas de esta tradición, las
comunidades cristianas ortodoxas sobrevivieron tanto fuera como dentro de las
fronteras del imperio turco. Así es como Servia, Bulgaria, Rumania y Rusia
continuaron la tradición bizantina.

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CAPITULO 2

AREA DE EXTENSIÓN DEL IMPERIO BIZANTINO

Consecuencia del progresivo desplazamiento que el Imperio Romano había ido


manifestando hacia Oriente al establecerse la capital primero en Spalato y más
tarde en Constantinopla, el Imperio Bizantino vino a constituirse en heredero
político y cultural de Roma a partir del siglo V y hasta su extinción tras la toma de
Constantinopla por los turcos en 1453. paso a paso, Bizancio fue extendiendo su
dominación a un amplio territorio, abarcando ya durante la llamada primera Edad
de Oro (siglos V – VIII) todo lo que había sido el Imperio Romano de Oriente,
incluyendo el sur de Italia, norte de Africa, Siria, Palestina y la actual Bulgaria.
Pero entre los siglos IX – XII, y tras el paréntesis de la etapa iconoclasta (726-
843), buena parte de su territorio paso a manos de los árabes, si bien la pérdida
fue compensada por los emperadores macedónicos y la dinastía de los Comnenos
con la incorporación de Grecia y el sur de Rusia, territorio en los que subsistiría el
mundo bizantino hasta su desaparición en el siglo XV, configurando una Tercera
Edad de Oro bajo el poder de los Paleólogos

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CAPITULO 3

CRONOLOGÍA DEL IMPERIO BIZANTINO

AÑO ACONTECIMIENTO

313 EDICTO DE MILAN: LIBERTAD DE CULTOS


319-322 CONSTRUCCION DE LA BASÍLICA DE SAN PEDRO DEL VATICANO
325 CONCILIO DE NICEA
378 BATALLA DE ADRIANÓPOLIS
330 CONSTANTINO ESTABLECE EN BIZANCIO LA CAPITAL DEL
IMPERIO (11 DE MAYO)
379-395 TEODOSIO I
381 CONCILIO DE CONSTANTINOPLA
395 DIVISION DEL IMPERIO
395-408 ARCADIO
406 INVASIÓN DEL IMPERIO DE OCCIDENTE
409 SUEVOS, VÁNDALOS Y ALANOS EN HISPANIA
410 SAQUEO DE ROMA POR LOS GODOS
422 BASILICA DE SANTA SABINA
431 CONCILIO DE EFESO
434 DERROTA DE ATILA EN LOS CAMPOS CATALÁUNICOS
453 IGLESIA DE SAN JUAN STUDIOS
476 FIN DEL IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE
497 BAUTISMO DE CLODOVEO
527-565 REINADO DEL EMPERADOR JUSTINIANO
531-537 SANTA SOFÍA DE CONSTANTINOPLA 7
533-550 BASILICA DE SAN APOLINAR IN CLASSE (RAVENA)
587 BAUTISMO DE RECAREDO
610-641 HERACLIO
631 GRIEGO, LENGUA OFICIAL DEL IMPERIO
685-695 JUSTINIANO II
691 CÚPULA DE LA ROCA
705-707 GRAN MEZQUITA
726-843 ROHIBLE EL CULTO A LAS IMÁGENES
741-775 CONSTANTINO V
780-815 INTERMEDIO EN QUE LOS EMPERADORES ICONODULOS
VOLVIERON A OCUPAR EL TRONO
787 II CONCILIO DE NICEA
842-867 MIGUEL III
843 RESTAURACION DE LA ORTODOXIA
867-886 BASILIO I
886-912 LEON VI
880 CONSAGRACION DE LA NEA EKKLESIA
829-842 TEÓFILO
913-959 CONSTANTINO VII
963-969 NICÉFORO II FOCAS
976 BASILIO II. AUGE DEL PODERÍO BIZANTINO
1006 IGLESIA SANTA BARBARA
1042-1054 CONSTANTINO IX MONÓMACO
1054 CISMA ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE
1081-1118 ALEJO I COMNENO
1118-1143 JUAN II COMNENO
1122 ALEJO COMNENO ES PROCLAMADO COEMPERADOR
1204 ENTRADA DE LOS CRUZADOS EN CONSTANTINOPLA
1453 TOMA DE CONSTANTINOPLA POR LOS TURCOS
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CAPITULO 4

NACIMIENTO DE BIZANCIO

4. 1. ANTECEDENTES POLITICOS

Para asegurar el control del Imperio Romano y hacer más eficiente su


administración, Diocleciano, a finales del siglo III, instituyó el régimen de gobierno
conocido como tetrarquía, dividiendo el imperio en dos mitades, gobernadas por
dos emperadores (augustos), cada uno de los cuales llevaba asociado un "vice-
emperador" y futuro heredero (césar). Tras la abdicación de Diocleciano el sistema
perdió su vigencia, y se abrió un período de guerras civiles que no concluyó hasta
324, cuando Constantino unificó ambas partes del Imperio.

Constantino reconstruyó la ciudad de Bizancio como nueva capital en 330. La llamó


"Nueva Roma" pero se le conoció popularmente como Constantinopla (en Griego
Κωνσταντινούπολις, Constantinoúpolis). La nueva administración tuvo su centro en
la ciudad, que gozaba de una envidiable situación estratégica y estaba situada en
el nudo de las más importantes rutas comerciales del Mediterráneo oriental.

Constantino fue también el primer emperador en adoptar el cristianismo, religión


que fue incrementando su influencia a lo largo del siglo IV y terminó por ser
proclamada por el emperador Teodosio I, a finales de dicha centuria, religión
oficial del Imperio.

A la muerte del emperador Teodosio, en 395, el Imperio se dividió definitivamente:


Honorio, su hijo mayor, heredó la mitad occidental, con capital en Roma, mientras
que a su otro hijo Arcadio le correspondió la oriental, con capital en

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Constantinopla. Para la mayoría de los autores, es a partir de este momento
cuando comienza propiamente la historia del Imperio Bizantino. Mientras que la
historia del Imperio Romano de Occidente concluyó en 476, cuando fue depuesto
Rómulo Augústulo, la historia del Imperio Bizantino se prolongará durante casi un
milenio.

4. 2. ANTECEDENTES Y FUNDAMENTOS HISTÓRICOS

La historia de la aparición y desarrollo del espíritu cristiano en el Arte


resulta verdaderamente fascinadora, por cuanto es algo que resulta aún
incompleto, la historia del cristianismo en Roma es una historia de persecución y
de intento de supresión. En Persia y en Siria, no obstante la nueva doctrina fue
tolerada y ya en el siglo II, el evangelio había sido aceptado como religión de
estado de manera suficiente para permitir que se levantasen iglesias en la ciudad
de Adiabena, al otro lado del Tigris.

En el siglo III, los cristianos poseían un estado eclesiástico, con capital en Edesa y
habían fundado una escuela de Teología en Nisibe, en la frontera meridional de
Armenia. Nos queda como prueba un baptisterio que fue construido allí el año
359 en honor del apóstol Santiago. Este baptisterio nos muestra una cúpula que
descansa sobre un cuadrado, según vimos en las construcciones de los antiguos
palacios asirios y persas.

Aunque la persecución romana que tuvo lugar en tiempo del emperador Decio y
que duró del 250 al 258, hizo mártires a los obispos de Jerusalén, Antioquia, Roma
y Cartago, el mensaje cristiano había penetrado de tal suerte en las inteligencias
de las masas del Imperio, que la mayoría de los emperadores siguientes adoptaron
una política de contemporización que culminó en Milán, el año 313 con el edicto de

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tolerancia de Constantino. Durante los cien años siguientes, los cristianos
absorbieron inconscientemente algo de las prácticas religiosas del Imperio. Fue la
época de los grandes concilios y de la definición del dogma.

El Concilio de Nicea, año 325, promulgó un credo en el que se declaraba a Jesús


“Hijo de Dios, substancia del Padre y consubstancial con Él, engendrado, no
nacido, eterno como el Padre, e inmutable por naturaleza.” El concilio de
Constantinopla, en 381, proclamó que el Espíritu Santo, simbolizado por una
paloma, era la tercera persona de la Santísima Trinidad. Todo ello sugiere la idea
de Platón del alma como un triángulo, las creencias cretenses y la paoloma, que
era el símbolo de la Diosa Madre entre los paganos, parece evocar una familia
normal. En 431, el Concilio de Efeso, declaró que la Virgen María era en sí misma
divina, puesto que, como madre de Jesucristo por una definición anterior
proclamado Dios, era madre de Dios, y por lo tanto divina. Los griegos la
adoraron como Hagia Sofía, Sabiduría Sagrada. De esta suerte, el miembro
femenino, que por naturaleza es social e institucional, fue dominando
gradualmente en la religión cristiana, al elemento masculino (1)

Nestorio, un patriarca de Constantinopla, seguidor de Arrio, mostró su


disconformidad con el Concilio de Efeso y sostuvo que la Virgen María no era más
que la madre de Jesucristo, desde el punto de vista terreno. Fue despreciado,
pero sus seguidores hallaron acogida en Persia y Armenia y no dejaron de ejercer
su influenza en la cristianización de los godos. Luego fueron avanzando hacia
Oriente, fundando monasterios en el Turquestán y finalmente llegaron a la China,
donde, en el siglo VII consiguieron persuadir al Emperador para que les
construyese iglesias.
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(1) A su vez se manifiesta la creencia de que la verdadera religión cristiana existía desde los
comienzos de la raza humana, pero que sólo después de haberse encanado Jesucristo comenzó a
ser llamada por su nombre. Esta creencia aceptada por la Iglesia medieval, hizo posible el uso de

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elementos, no sólo de los relatos del viejo estamento, sino tambien de muchos símbolos de los
cultos orientales. .- LIBER DE VERA RELIGIONES, VOL. X SAN AGUSTÍN

En Egipto, donde florecían entonces las ciencias religiosas, los cristianos llamados
mas tarde “coptos”, fundaron comunidades monásticas en el desierto. Tales
comunidades eran verdaderos centros de filosofía religiosa, que la Iglesia católica,
cuyas tendencias legalistas se iban acentuando, tuvo que combatir. Los coptos
sostuvieron, en la tesis llamada “monofisismo”, que Jesucristo no poseía más que
una sola naturaleza y que en ella se mezclaban el elemento humano con el divino.
El Concilio de Efeso, en cambio, declaró que Jesucristo era enteramente divino.
Un monje llamado Pelagio, que se supone nacido en Bretaña y que probablemente
estuvo en contacto con los monofisistas en la comunidad cristiana de Cartago,
afirmó que la raza humana no podía haber sido condenada por Adán. Sus
seguidores se mostraron activos en la tarea de cristianizar a Inglaterra e Irlanda,
antes de la venida de San Patricio, que representaba la iglesia romana.

En el siglo V, el Cristianismo, en una u otra forma, había sido aceptado por un


gran número de pueblos, desde Irlanda al Turquestán chino, y desde Etiopía a las
estepas de Rusia. En el interín, la Roma de Oriente – Constantinopla o Bizancio-
habíase convertido en el centro artístico más influyente. A esta ciudad afluyeron
todas las creaciones artísticas del mundo antiguo. Y allí formaron el estilo
bizantino, que permaneció impenetrable a las influencias exteriores hasta el siglo
XV. Durante casi diez siglos, Bizancio envió a los países del occidente de Europa
su versión del arte de la Antigüedad. Con el triunfo final de la iglesia romana, el
arte humanista de la Antigüedad, cristianizado, se convirtió en el estilo dominante
en la Europa meridional

4. 3. ANTECEDENTES Y FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS


El Cristianismo juntó los ideales democráticos de los griegos y la piedad de los
hebreos con la ciudadanía del mundo de los romanos, pues todo ello aparece
unificado en la personalidad de Jesucristo, que elevó a los hombres a su propia
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excelencia diciéndoles: “Sois mis hermanos; todos vosotros sois los hijos de mi
Padre”. Este mensaje fue desarrollado en forma escrita por los Padres de la
Iglesia, siendo el más importante de ellos, San Agustín. (1)

San Agustín vivió como un perfecto pagano hasta que ocupó el cargo de profesor
de retórica en la escuela de leyes de Milán. Allí fue bautizado por San Ambrosio,
en 387. ocho años más tarde fue nombrado obispo de Hipona, en el norte de
Africa, donde vivió, amado y respetado por todos, los restantes treinta años de su
vida. En este largo y fructífero periodo de su existencia, Agustín formuló una serie
de definiciones teológicas que ayudaron a procurar a la cristiandad, la victoria en
su lucha con diferentes interpretaciones cismáticas. Fue Agustín quien formuló la
doctrina de la predestinación, que significa, en suma que Dios determina toda
acción, que todo efecto viene precedido de una causa predeterminada. En su
benevolencia sugirió la doctrina de la “gracia irresistible” que significa una final
salvación para toda la humanidad y la doctrina de la “perseverancia final”, que
expresa cómo la voluntad de Dios finalmente prevalece. Aunque dejaban estas
doctrinas poco espacio para el libre albedrío y la predilección personal, procuraban
al ortodoxo un sentimiento básico de seguridad en tiempos tan inestables. Los
seguidores de Manes y de Pelagio (2) no poseyeron una certidumbre semejante.

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(1) San Agustín nación en sagasta, cerca de Cartago, al norte de África, el año 354.
habiendo seguido sus estudios en Cartago, sus primeras actividades religiosas fueron
como discípulo de Manes, un profeta místico oriental que fundó la secta de los
maniqueos.

(2) Pelagio, fundó el Pelagianismo, que así se llamó esta doctrina, tenía una visión
racionalista, que tendía a minimizar el papel de la gracia, y profesaba en cambio un radical

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optimismo en la naturaleza humana y en la capacidad de ésta para, por sus propias
fuerzas, evitar el pecado y obrar el bien.- “APUNTES PARA CONOCER LA FE VERADERA”
SAN VICENTE DE LERINS

El concepto romano tardío de una ley univiersal, expuesto por San Agustín en su
famoso libro “La Ciudad de Dios”, permitió a la iglesia actuar de árbitro sobre el
destino de las naciones. Después del siglo X, la filosofía política de San Agustín
sirvió de base para que primero la Iglesia católica, y luego el Sacro Impero
Romano, representasen un papel decisivo en la historia europea.

4.4 FILOSOFIA DE SAN AGUSTÍN

No conocía yo entonces estas verdades, y amaba las


bellezas inferiores y me estaba hundiendo en lo más
bajo. Les decía a mis amigos: “¿Es que amamos algo
que no sea bello? ¿Pero, qué es la belleza? ¿Qué es lo
bello? ¿Qué es lo que nos atrae y aficiona a las cosas
que amamos? Si no hubiese en ellas gracia y atractivo,
no nos inducirían a quererlas”. Y vine a notar y a
percibir que en los propios cuerpos existe una belleza en
el hecho de constituir una especie de todo y otra aún en
el hecho de adaptarse y corresponderse mutuamente,
como una parte de un cuerpo con su todo, como un
zapato con un pie, o como en cosas semejantes. Y esta
consideración surgió en mi mente, de lo más íntimo de
mi corazón y escribí “Sobre lo bello y lo útil”, según creo
dos o tres libros

SAN AGUSTIN, Las Confesiones


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San Agustín heredó el sentido artístico de un Platón, la reveladora


introspección de un Sócrates y la mentalidad de estudioso, metódica y
científica de un Aristóteles. Ocupa el lugar, quizá, de primer ciudadano del
mundo, del primer hombre con una visión cristiana de la unidad de las
naciones. La amplitud de su visión no era debida a una simple actitud
mística, según se atribuye de ordinario a los primeros cristianos. En sus
“Confesiones”, que es el primer ejemplo conocido de una autobiografía
psicológica, San Agustín retrocedió a las raíces de sus propios deseos
personales.

Discute su primera educación, según le había sido referida por su madre y


nodriza, procurando aquilatar los elementos que habían ayudado o
entorpecido el desarrollo de su carácter. Habla de su amor por una persona
que no era su esposa y de su amistad con los jóvenes troneras de la ciudad,
en los tiempos de sus calaveradas. Finalmente discute sus experiencias
religiosas con los maniqueos. En su condición de profesor de retórica, llegó
a un perfecto conocimiento de la doctrina de Aristóteles y en sus
argumentaciones con los sacerdotes maniqueos descubrió que esta gente
no procedía con lógica, ni poseía espíritu científico y esta conclusión le
inclinó al Cristianismo.

En la vida de San Agustín queda bien manifiesto que la idea de Platón sobre
el “Último Bien” –una trinidad del espíritu, la inteligencia y el cuerpo- puesta
al servicio de un gran ideal, convirtió al Santo en un hombre eficiente y feliz.
Existe un sólido núcleo de la filosofía de San Agustín en la idea educativa
de nuestra democracia cristiana, donde sus enseñanzas iban a conseguir el
máximo alcance.
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Porque era Agustín un hombre que había lcanzado madurez y que podía
tornar visible la “Ciudad de Dios”, sus escritos fueron para el desarrollo
del arte cristiano lo mismo que los relatos homéricos de los dioses
para los griegos.

En su ciudad celestial, el monarca era Dios; más abajo como intercesores se


hallaban, primero, Jesucristo y después la virgen María, luego los ángeles,
los santos, el cuerpo de los fieles cristianos, los que no habían sido
redimidos, los animales, y finalmente el espíritu de las tinieblas, que en
último término, obedecía también las leyes de Dios. La Ciudad de Dios
resultaba algo semejante al ideal de una Roma vasta como el mundo, con
Dios como emperador y Jesucristo y la virgen como intercesores en un juicio
final

El análisis de la belleza por San Agustín, consideraba la belleza suprema


como una misma cosa con la suprema bondad. Dentro del plan de la
Gracia, procedente de la fuente de toda bondad, admitía San Agustín varios
estadios de belleza; entre ellos mencionaba el de la belleza de los cuerpos
en sí mismos, aunque no concedía a esta belleza tanta importancia como a
la que hace del cuerpo parte del todo.

En otras palabras, la belleza individualista, tal como la hallamos en


la última época griega tenía a sus ojos menos valor que la belleza
como parte de una equilibrada estructura. Esta estética dominó el
arte cristiano hasta los tiempos del Renacimiento

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4.5. COMO SE GENERÓ EL SIMBOLISMO EN EL ARTE BIZANTINO

Cuando los cristianos pretendían simbolizar estos abstractos conceptos,


unos cuantos símbolos místicos eran lo que mejor servía a sus propósitos.
el monograma de Jesucristo, el Xi-rho ( X ρ) era un o de tales símbolos.
Más tarde, aparece como la línea principal de composición, sobre
la que se basa la creación artística.

Otro símbolo fue el pez, que representaba la palabra mística


Iesous Xristos THeou Víos Soter (“Jesucristo, Hijo de Dios,
Salvador”). Tomando las primeras letras de esas palabras se
puede formar la palabra griega ( X θυç), que significa pez. Se
usaba también la cruz como símbolo de bautismo.

El cristianismo, que poseía una nueva idea central, que parecía


proclamar la existencia del tipo más elevado de religión que se
había conocido, tomaba de los más vigorosos de los antiguos
cultos, los edificios, las formas de pensamiento y los símbolos que
habían resultado más eficientes para iluminar el camino de la
humanidad

Esto se manifiesta también en las catacumbas o ciudades funerarias


subterráneas del mundo romano, encontramos muchas tumbas decoradas,
algunas de miembros paganos, otras de cristianos. Los ciudadanos más
ricos podían emplear los mejores artífices para embellecer los muros de las
bóvedas de sus sepulcros de familia con dibujos sobre estuco o escenas

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pintadas similares a las que hallamos en las casas romanas. Los cristianos,
que al principio fueron gente de las clases inferiores, adornaron sus tumbas
solamente con algunos bien pobres símbolos. Entre tales símbolos
encontramos el áncora como símbolo de esperanza y la corona, que
representaba la victoria en el otro mundo.

En los siglos II, y III, las tumbas cristianas fueron adornadas por primera
vez con escenas que fueron ya en mayor grado imágenes de
representación, por lo general, escenas del viejo y del nuevo testamento.
Una pintura de este tipo, con el milagro de los panes y los peces fue hallada
en lo muros de la catacumba de San Calixto en Roma. En ella vemos
representados los panes y los peces eucarísticos y siete comensales, que
están comiendo a la manera de los romanos. La actitud del hombre de la
derecha que esta inclinado hacia la comida, sirve para indicar que los otros
seis, de los cuales sólo aparecen cabezas y hombros, se hallan también en
una actitud semejante.

Esta representación extremadamente esquemática de un banquete


ritual, especialmente adecuada para una tumba, se convirtió en
uno del los símbolos más frecuentes usados en Bizancio , el banquete
de amor (ágape), que se convirtió en Ultima Cena, es decir la ceremonia
mística de la misa, la unión del celebrante con Dios al recibir su cuerpo y su
sangre. Estudiando semejantes representaciones a través de los tiempos,
se nos revela la habilidad de los artistas en tratar este tema en los
diferentes estilos que se fueron sucediendo.

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Esto se reflejó en la ornamentación de las iglesias, las más originales


estaban en Oriente, incluso en la forma de cruz con un ábside, fue el tipo
constante de iglesia cristiana. El Hauran, región cercana a Tierra Santa,
muy rica en ruinas de características iglesias con simbología cristiana, nos
procura una serie de ejemplos de ellas, cuya estructura y decoración
estaban llamadas a representar un papel muy importante en la construcción
de iglesias orientales del siglo VI al XII. Allí y en Siria, los dinastas
sasánidas construyeron los palacios de Ctesifonte, Sarvistán y Firuzabad en
los primeros siglos de nuestra era. Algunos detalles de decoración sasánida,
así como la construcción en cúpula de aquellos palacios, no solamente
influyó sobre la arquitectura bizantina, sino sobre toda la arquitectura
musulmana.

Los persas conocían el procedimiento de construir cúpulas de ladrillo sobre


plantas cuadradas. El procedimiento revela un ingenio mucho mayor que el
que muestran los romanos al construir el Panteón. Los primeros intentos
fueron realizados en madera y antes cabe afirmar que recuerdan las khivas
de los indios en el palacio de Sarvistán, probablemente construído en el
siglo IV, podemos ver como la transición del cuadrado a la cúpula se
establece trazando arcos a través de los ángulos. Esto arcos se hallaban
dispuestos de suerte que cada uno rebasaba al anterior. Cuando se alcanza
el arco onceno, su superficie interna coincidía con la planta de un octágono,
sobre este octágono se levanta la cúpula mediante losas sobre los ángulos,
constituyendo así una figura de dieciséis lados.

En las primeras iglesias sirias se adoptó este sistema de cubrir las grandes
plantas cuadradas centrales. En el caso de la iglesia de San Jorge de Ezra,
la planta cuadrada fue hecha en forma que determinase en su parte interior
una sección central octagonal sostenida sobre pilares. Los ángulos del

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cuadrado eran nichos de ladrillería relativamente sólida. Finalmente sobre


el octágono se levantaba un clerestorio con ventanas llamado tambor. Los
ángulos del octágono podían hacer el oficio de pechinas plantas de sostén.

Ambos expedientes resultaban antiestéticos porque la transición de la parte


inferior a la parte superior de la cúpula quedaba poco agradable.

En Siria o Transjordania, siglo II hacia el siglo III, los arquitectos


comenzaron a construir un tipo de cúpula combinada, llamada cúpula sobre
pechinas, que se encuentra con pechinas de sillares en los baños de Gerash.

En el mundo Occidental sólo existen tres grandes estilos arquitectónicos: el


estilo Clásico, el estilo Bizantino y el estilo Gótico. El clásico busca sus
efectos en la relación de la columna con el arquitrabe. El bizantino halla su
principal fundamento constructivo en la cúpula sobre pechinas que consigue
una transición agradable del cuadrado al espacio esférico.

En el tránsito al nacimiento de Bizancio, también se fabricaron amuletos,


que eran tenidos como objetos milagrosos, estos amuletos pintados sobre
vidrio, representaban mayormente a los apóstoles cristianos en forma
realista, en estas pinturas encontramos las luces y sombras, la delineación y
la perfección de los retratos realistas.

Dado el sufrimiento de la cristiandad por la divergencia de los puntos de


vista sobre la naturaleza de Jesucristo, es muy natural que comparando los
diversos grupos cristianos, hallemos también puntos de vista diversos sobre
la naturaleza del arte, como lo abstracto del simbolismo y lo realista de
amuletos, probablemente cada una se dirigía a tipos cristianos distintos.
20

Los amuletos y medallas nos muestran la incorporación al arte de


un nuevo elemento estético, que se mostró especialmente vigoroso
a lo largo de la historia del arte bizantino, es lo que podríamos
llamar como valor estético en asociación con el material artístico
empleado. en este proceso de gestación del Bizantino observamos la
relación que hay con las incrustaciones de cerámica en colores y oro de los
egipcios y de las figuras crisoelefantinas de los griegos, que los materiales
preciosos, tal como el oro o el marfil, poseedores de un brillo, una pureza y
un refinamiento llenos de seducción, sugieren a causa de su rareza un valor
adicional que se añade a las cualidades estéticas de la obra de arte.

Desde el punto de vista objetivo nos sentimos inclinados a separar este


elemento e asociación de los otros valores, pero a fin nos percatamos de
que, de manera semejante a los elementos simbólicos, se halla tan
íntimamente enlazado con la obra tomada en conjunto, que sin él ésta
quedaría un tanto alterada. La mente humana esta formada de tal manera
que inconscientemente asocia el merito con la rareza.

A medida que un hombre iba tornándose más cultivado, la fina capa de una
hoja de oro o un fondo de yeso imitando marfil, podía determinar la calidad
de las cosas y esta sugestión procuraba un valor estético superior al valor
intrínseco del material. La gente que concede demasiada importancia a la
realidad del material, puede terminar interesándose más por los valores
monetarios que por los espirituales.

El arte cada vez más elaborado se hacía cada vez más admirable, de
acuerdo con las ideas de San Agustín, su valor más elevado no debe ser su
inherente belleza, sino su importancia decorativa como parate de la acción
dirigida a convencer a los cristianos que Jesucristo, la virgen los apóstoles,
habían vivido y se hallaban ahora, como en un sagrario, en aquel material

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en forma permanente. A través del tiempo, al contemplar los fieles estas


imágenes podían alcanzar fácilmente una sensación de fe inquebrantable
que les unía con el santo, quien hallaba su propia belleza en la estructura de
la comunidad cristiana.

Así pues estas imágenes, iconos y pinturas sacras precedentes,


realizadas mayormente sobre vidrio, al tomar forma de grandes
decoraciones murales, se convirtieron en los mosaicos bizantinos
y sobre fondos dorados, en los iconos bizantinos y rusos.

4.6. PROCESO DE CREACIÓN DE LA DECORACIÓN MURAL

La decoración mural bizantina es una condensación de todos los recursos de


las técnicas artísticas egipcia, griega y árabe, así como sus tipos de
composición. Los mosaístas a quienes les fueron concedidos especiales
privilegios, pasaron de sus tareas en los palacios imperiales y en las casas
de los ricos, al adorno de los nuevos templos comunales que se
dedicaban ahora a la nueva Divinidad, a Jesucristo, y a la Virgen
María, con el nacimiento de una nueva religión nación un gusto en
la decoración mural apropiado a aquella.
Se empezó a detener la fabricación de obras como el mosaico de Alejandro,
en el suelo, a manera de pavimento, para que la gente pasase por encima.
Se podía caminar impunemente sobre la representación del rostro de un

emperador o de un dictador, pero no era posible hacerlo sobre la imagen de


la Divinidad
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4.7 ORIGEN DE LA TECNICA DEL MOSAICO BIZANTINO

El proceso de gestación para la elaboración del arte mosaísta se halla


íntimamente relacionado con los egipcios, que ya desde sus primeras
dinastías realizaron ensayos con vidrios de varios colores que fundían unos
junto a otros. A medida que fue progresando la orfebrería egipcia, fueron
usando cubitos de pasta de vidrio o piedras preciosas, que engarzaban en
una armazón de oro de cloisonné.

Un trabajo semejante, por su calidad de labor preciosa, sugiere riqueza.


Una simple enumeración de las tesserae de piedra que encontró sir Arthur
Evans en el pequeño palacio de Cnoso, en el nivel del primer estilo minoico
–preparados para pasar a manos del operario- estimularía la imaginación de
cualquier colorista. Había allí cristal de roca, amatista, berilo y laislázuli.
Otro descubrimiento de mosaicos de pequeños guijarros en Olinto, indica
que los griegos sintieron también predilección por combinar piedras de
diversos colores.

Los artífices del mosaico, aprendieron a aplicar una masa de vidrio de un


determinado tiente, sobre una ligera capa de hoja de oro, sometiéndolo
luego a la temperatura conveniente para que la hoja se adhiera al vidrio y
vertiendo finalmente sobre la capa de oro, vidrio fundido de color oscuro
que tenía que servir como fondo. El conjunto era luego aplanado por
laminación cuando estaba aún blando, puesto nuevamente al fuego, y

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dejado enfriar lentamente. De este dorado espejo de vidrio plano eran


cortados los pequeños dados, fijados luego, sobre una ligera capa de
cemento que cubría un ladrillo o la superficie de un muro. Era difícil que
dos de estas preparaciones de vidrio tuviesen el mismo tinte, y cunando las
teseras eran mezcladas resaltaban al muro, que parecía con fondo de oro,
una contextura especial realzada por la ligera desigualdad del muro, ya que,
cuando la luz del sol, reflejándose en los pavimentos de mármol, caía sobre
la superficie de tales mosaicos, era reflejada nuevamente por mil pequeños
espejos de oro, cambiando continuamente a causa de los ángulos de
reflexión, diferentes a cada instante. Cuando la figura humana, luciendo
ricas y recamadas vestiduras de vidrios de colores y mostrando un rostro
delicadamente modelado en policromos mármoles, constituye una parte del
diseño, en conjunto resulta de una suntuosidad indescriptible.

Contribuyó para la elaboración del la técnica del Mosaico Bizantino, también


Roma, en la parte posterior del peristilo de muchas casas de Pompeya y de
Ostia encontramos fuentes dentro de nichos decorados también con
mosaicos. Ello sugiere que el principio que aparece más tarde de decorar
los ábsides de las iglesias cristianas con mosaicos, proviene de los mosaistas
que adornaron estructuras semejantes en las casas romanas.

En Roma, el mosaico fue empleado en la Casa Áurea de Nerón y se ha


sugerido que tal edificio tomó aquel nombre de unos mosaicos dorados que
había bajo el pórtico. En algunas catacumbas bizantinas encontramos
mosaicos con temas romanos muy simples como la paloma y la corona.
En la propia tumba de Constancia, la hermana del emperador Constantino,
en su Mausoleo la iglesia circular de Santa Constanza, se puede apreciar en
el interior de este edificio de cúpula con su anillo abovedado, que en su
tiempo estuvo completamente cubierto con plafones de mármol y mosaicos.
Estos mosaicos, que se conservan aún en la bóveda del anillo circular son
de temas decisivamente paganos, ya que aparecen compuestos de escenas
24
representando cupidos o amorini, psiques, pájaros y flores.

Algunas de estas escenas, las cuales llegaron a sugerir a los primeros


arqueólogos que las estudiaron, que aquel edificio podía haber sido un
templo dedicado a Baco, dios del vino, ya que se desarrolla todo el proceso
de una vendimia. Otra de un gusto muy influenciado, reproduce los restos
de un banquete romano, tal como pudieron haber quedado esparcidos por
el suelo.

En otros lugares la composición es más adecuada para un techo y nos


presenta cuadrados, hexágonos y cruces combinados en una tracería
geométrica. Estas secciones, las de un sentido decorativo más notable, son
aparentemente un modelo sirio.

Temas semejantes aparecen en los azulejos persas, así como en algunos


edificios de Amida destinados a palacio

También encontramos claramente la influencia de Antioquia en una obra


que presenta los mismos motivos de una alfombra Persa, la figura central
que e lugar de ser el árbol de la vida, es un cazador victorioso con los
animales que le rodean. Similar a Gilgamesh, el semidios cazador. En cada
uno de los cuatro ángulos aparecen escenas bien caracterizadas. Es muy
significativo para el desarrollo del mosaico cristiano la combinación de
árboles de formas abstractas y pequeñas laderas con rocas y maleza,
simbolizando el paisaje. Estos motivos son de un estilo semejante a los del
rollo de Josué (manuscrito con relatos del antiguo testamento). Estos
mosaicos son un tesoro arqueológico de muy elevado valor de información,

25

cuando los vemos en un museo, en la decoración de las basílicas etc, la


armonía de sus tonos, de sus mármoles de colores, sus relieves, resulta
verdaderamente fascinante.

Las escenas que representaban sobre los muros para la decoración de las
iglesias, eran tomadas de manuscritos, muchos de los cuales eran de
origen oriental . en Jerusalén una donación realizada por Constantino
hizo posible decorar el atrio de la iglesia del Santo Sepulcro también con
escenas en mosaicos. La iglesia de la Natividad en Belén tiene una fachada
en la cual riquísimos mosaicos refirieron antaño entre otras escenas, “La
adoración de los reyes magos” como Jerusalén era el centro de
peregrinación de todo el mundo romano, aquellos mosaicos debieron
ejercer una gran influencia en el arte de todo el Imperio

En la ciudad de Roma, el ábside de la iglesia de Santa Pudenciana, se dice


que fue realizado por mosaístas que trabajaban sobre modelos
orientales. Allí vemos a Jesucristo en su trono rodeado por la ciudad
celestial, entre sus discípulos y otras personas, que pueden ser los
miembros de la familia del senador Pudens. Este acaudalado romano
entregó su palacio a la iglesia para lugar de reunión de los cristianos.
Muchos de los mosaicos que vemos aún en la iglesia de Santa María la
Mayor, muestran visibles conexiones con manuscritos romanos de las cuales
fueron sacadas las escenas que vemos reproducidas.

Apreciamos la influencia de Grecia al apreciar los muros de San Apolinar,


que llegan a conseguir una consistencia muy semejante a la de la
ordenación escultórica del Partenón. El suelo, enlosado con mármoles
rojos y blancos, refleja un tono cálido sobre las columnas de mármol gris,
que sostienen capiteles como de encaje. Estos capiteles muestran impostas
decoradas que enlazan los diversos arcos de la arquería.

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En San Apolinar, la zona más elevada está formada por representaciones de


autores del Antiguo y Nuevo Testamento, figuras que quedan entre las
ventanas, en una disposición como en plafones, semejantes a la de las
estatuas del sarcófago de Sidamara. Estas figuras realistas cada una en
su hornacina, parecen ser un eco final en el mosaico, del estilo neoático.

Escenas de la vida y la pasión de Jesucristo llenan los espacios, a manera de


plafones, encima, encima de las ventanas, pero las de la vida, quedan todas
a la izquierda, y las de la pasión, a la derecha. A excepción del color, todas
estas escenas son my parecidas a las pinturas en las catacumbas o a
fragmentos de manuscritos como el rollo de Josué. Los colores empleados
son ricos azules, púrpuras y rojos, como las de los manuscritos sirios y
armenios, a las que añadían un vivo verde esmeralda.

4.8 LA FORMACIÓN DEL ICONO

En la mayor parte de las culturas que generaron el Imperio Bizantino, la


figura de Dios como rey llegó a tener un poder que finalmente se hizo
extensivo en las pinturas y representaciones, las que se atribuían también
grandes virtudes. Estas pintura o representaciones milagrosas fueron
llamados “iconos” su función no era narrativa, sino de amuletos u objetos
milagrosos
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CONCLUSIONES

Durante la decadencia del Imperio romano, un nuevo estilo artístico, que


reflejaba con mucha claridad la fuerza con la que crecía la nueva religión cristiana,
evolucionó a partir de prototipos grecorromanos, africanos y sirios. Este estilo, el
bizantino, no obstante su origen basado en el antiguo arte clásico, representa el
aspecto de una nueva corriente dentro del arte

El arte bizantino es resultado de muchas influencias importantes de todos


los países que pertenecieron a este imperio, países que lejos de perder su
identidad, la aportaron y contribuyeron a la formación de este impresionante arte
que duró un milenio

De los talleres de los pintores sobre vidrio, decoradores y mosaístas del


mundo antiguo, fue formándose, en las catacumbas primero y más tarde en las
iglesias basilicales, un nuevo estilo monumental de decoración de muros, el
mosaico de vidrio. Este nuevo arte aparece caracterizado por una composición
entretejida y geométrica de ricos y brilantes colores y por el diseño de figuras
humanas con ropajes ordenados en rígidas formas hieráticas que nos recuerdan
las pinturas arcaicas de Grecia y de Egipto.

En este nuevo estilo mural de decoración, los mármoles preciosos y las


brillantes superficies ponen en valor el tema reproducido, el cual nos sugiere el
carácter místico de la nueva religión, que ahora aparecía imponente como algo que
el imperio garantizaba.

El tiempo que duró Bizancio, es decir Constantinopla, punto de confluencia


de las influencias del Oriente y Occidente, mantuvo viva una gran parte de la
actitud mental abierta a la filosofía y a la ilustración de los antiguos griegos, al
tiempo que formulaba la nueva y trascendental religión de Jesucristo
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ANEXOS

ALGUNOS EJEMPLOS DEL ESPLENDOR DEL ARTE BIZANTINO

Figura Nº 1

Interior de la Basilica de
Santa Sofía, símbolo del
apogeo del Imperio Bizantino.
Lla cúpula que se encuentra
en el techo tiene 32 metros
de diámetro y 56 de altura
Figura Nº 2

Detalle de un panteón,
decorado bellísimos
mosaicos bizantinos.

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Figura Nº 3
Mosaico en el interior
de Santa Sofía, figura
de Jesucristo, uno de
los más importantes
íconos bizantinos
30 Figura Nº 4

Este gran mosaico


representa al
emperador bizantino
Justiniano I rodeado
de su corte y forma
parte de una serie de
grandes mosaicos que
decoran la iglesia de
San Vitale en Ravena
que, junto con la
basílica de San
Apollinare in Classe,
posee algunos de los
mosaicos más
importantes de
principios del periodo
Bizantino

30

Bibliografía

Salomón Reinach, “Apolo, Historia General de las Artes Plásticas” Editora


Nacional, Edinal, S. de R. L., Mexico, D.F. 1958

Francisco Portela, Trinidad de Antonio, Carlos Pérez, “Historia del Arte”,


Ediciones SM, General Tabanera 39, Madrid-25

Enciclopedia de Historia Universal del Arte, volumen 6, Editorial Rombo –


Barcelona España 1994

Camilo Semenzato, “El Mundo del Arte” volumen 1, Editorial Grijalbo –


Barcelona, 1978
Andrés Gambra Gutierrez, ¿Sabes ver el Arte?, Editado por Fomento de
Bibliotecas S.A.. España 1979

Enric Juan Redal, Enciclopedia del Estudiante, Historia del Arte– Editorial
Santillana, Lima, Perú 2006

J. F. Rafols, “ Historia del Arte”, Editorial Ramón Sopena, S.A. Provenza 95,
Barcelona, España 1966

Raymond S. Stites “Las Artes y el Hombre”, Editorial Labor, S.A., Barcelona,


España 1951

31

Índice

Introducción ............................................................................ 1

Capitulo I Arte Bizantino ...................................................... 2

Capitulo 2 Area de Extensión del Imperio Bizantino................................ 6

Capítulo 3 Cronología del Imperio Bizantino ................................ 7

Capitulo 4 Nacimiento de Bizancio ........................................... 9

Conclusiones .................................................................................. 28

Anexos ....................................................................................... 29
Bibliografía ....................................................................................... 31

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