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El lenguaje es definido como la facultad del ser humano de expresarse y comunicarse con los
demás por medio del sonido articulado o de otros sistemas de signos. La Dra. Montessori
hablaba de esta capacidad como un elemento producto de una inteligencia colectiva
consciente que constituía una de las bases de la civilización.
El niño es capaz de codificar y decodificar los signos, gracias a su potencial innato y al
componente genético, para hacerlo utiliza su mente absorbente y se apoya en el periodosensitivo
que lleva el mismo nombre. Esto permite que el niño lo haga parte de sí mismo de manera natural
y sin esfuerzo.
Periodo de absorción
Desde antes de nacer, el oído comienza a funcionar. No solo escucha la voz de la madre,
sino muchos de los sonidos del ambiente. Al nacer, el niño es capaz de escuchar e
interesarse en los sonidos que lo rodean y se comunica principalmente a través del llanto.
Alrededor del tercer mes de vida, el niño fija su atención en el movimiento de los labios del
adulto y, comienza a realizar sonidos vocálicos intenta imitarlo, se inicia así una preparación
para el movimiento del aparato fono-articulador. Entre los seis y los diez meses de edad se
presenta repentinamente el balbuceo y se desarrolla conjuntamente un repertorio gestual
que le ayuda a comunicarse, esto marca el inicio de la producción de sonidos silábicos
“pa..pa..ma”.
Entre los diez y los doce meses el niño descubre la intención comunicativa, lo hace al
percatarse de que hay palabras de ternura que están dirigidas a él, esto le lleva a
comprender que lo que se dice tiene un fin determinado. Esto da paso a la creación de su
propio lenguaje y al entendimiento de la naturaleza comunicativa del mismo. En ese periodo
aún balbucea, pero de esto surge su primera palabra intencional, comienza así a
manifestarse la inteligencia consciente, en la que el niño se percata “de que el lenguaje se
refiere al ambiente que le rodea, y se forja el deseo siempre mayor de llegar al dominio
consciente del mismo”. 2
La Dra. Montessori, mencionaba que este es “El periodo en que la inteligencia tiene muchas
ideas y comprende que podría comunicarlas, pero no puede expresarlas por falta del
lenguaje, es un periodo dramático de la vida del niño y proporciona sus primeras
desilusiones”. El esfuerzo que el niño hace para salir exitoso de esta situación, le permite
“conquistar el lenguaje”, por esto es importante hablarle atendiendo las reglas de la
gramática, evitando el uso de un lenguaje falso que sólo obstaculizará el proceso y un
desarrollo inteligente del lenguaje; debemos ser conscientes y sensibles a este esfuerzo y
entender que, si se ve obstaculizado, es posible que el niño se sienta frustrado y exprese su
enojo. A pesar de ello el niño no renuncia en su tarea y poco a poco aparecen las palabras.
Al año y medio, aproximadamente, el niño descubre que cada objeto tiene un nombre, ahora
existe para él un mundo de objetos que son definidos por palabras, y entonces se expresa
conuna sola palabra para englobar a otras, a esto se le conoce como “la etapa de las palabras
difusas” o “frases de una sola palabra”, por ejemplo, el niño puede decir “bu” en vez de
perro, “ma - pa” en vez de quiero sopa.
A los 3 años el lenguaje es más amplio, complejo y fluido, pero continuará desarrollándose
como una adquisición interna, el vocabulario aumentará y mejorará el estilo y la gramática.
El niño será capaz de expresar sus emociones, deseos y necesidades por medio del lenguaje,
y comenzará a hablar de sí mismo en primera persona, comienza a utilizar el pronombre:
YO. Este es un gran paso hacia la independencia, es cuando sucede la segunda explosión, “la
explosión de pensamientos”. Durante este proceso el niño se encuentra en una constante
construcción interna, en donde la elaboración del lenguaje se ve favorecida por el periodo
sensitivo del orden que sienta las bases para la construcción del mismo.