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Tema 20

Identificación por el estudio de la dentadura. Estudio de la


especie, raza, sexo y edad. Diagnóstico de individualidad. La
ficha odontológica para la identificación forense.

IDENTIFICACIÓN POR EL ESTUDIO DE LA DENTADURA

I- DEFINICIÓN

La identificación dental el conjunto de técnicas desarrolladas


para la determinación de los signos dentales que diferencian a
un individuo de los demás, basadas en el estudio de su dentadura
y en la comparación entre los registros dentales efectuados antes
y después de la muerte. Se emplea en aquellos casos en los que
otras técnicas de identificación más sencillas, como el
reconocimiento visual o las huellas dactilares, no alcanzan
resultados.

II- HISTORIA

En la historia se encuentran múltiples ejemplos de cómo la


dentadura ha jugado un papel muy importante en la identificación
de las personas. Dos ejemplos:

Tácito, en los Anales describe cómo Agripina, la madre de Nerón,


y Popea, la amante de éste, decidieron matar a Lollia Paulina
celosas de su belleza. Cuando los sicarios trajeron la cabeza de
Lollia, estaba tan deformada que resultaba irreconocible. Aun
así, Agripina la identificó al mandar entreabrir sus labios y
observar un incisivo roto.

Carlos el Temerario, Duque de Borgoña, murió en la batalla de


Nancy en 1477. Su cadáver fue reconocido por los suyos debido a
la ausencia de los dientes superiores, que había perdido a
consecuencia de una caída del caballo.

Aunque los tratados clásicos de Medicina Legal recogen casos de


identificación por medio de los dientes, el comienzo de la
identificación dental como técnica moderna fue a fines del siglo
pasado en París. Allí, en el Bazar de la Charité, la alta
sociedad se había reunido para ofrecer sus donativos en una
fiesta benéfica; durante la misma se produjo un incendio que
causó ciento veintiséis víctimas, todas irreconocibles. Fue al
cónsul de Paraguay, Sr. Alberto Haus, a quien se le ocurrió la
idea de que se estudiasen las dentaduras de los cuerpos
carbonizados y comparar los datos obtenidos con los que aportasen
sus dentistas, pues dos compatriotas suyos habían muerto en el
incendio. Se encargó de esta tarea un odontólogo cubano afincado
en Francia llamado Oscar Amöedo, con éxito indiscutible. Amöedo
presentó su trabajo en el Congreso Médico Internacional de Rouen
de 1897, en el que concluía que era necesario establecer un
sistema internacional que uniformara los diagramas dentales y la
nomenclatura, y al año siguiente publicó su libro "L'art dentaire
en Médécine Légale", considerado como el inicio de la odontología
forense como ciencia.

Durante este siglo, los estudios de identificación dental


cobraron gran importancia por la Segunda Guerra Mundial, en que
hubo oportunidad de estudiar millones de dientes de los muertos
de ambos bandos que hubieron de ser identificados posteriormente;
otro factor impulsó estos estudios fueron los casos de
catástrofes aéreas, en aeronaves con capacidad de transportar
pasajeros cada vez mayor, en las que los cuerpos quedan
intensamente destrozados.

III- FUNDAMENTOS

La gran importancia que representan en la actualidad las técnicas


de identificación por medio de la dentadura dentro de las
técnicas de identificación médico-legal se deben a, por un lado,
la individualidad de la dentadura de una persona y, por otro, a
la resistencia de los dientes.

A- INDIVIDUALIDAD: Puede afirmarse que no existen dos personas


con la misma dentadura, dada la astronómica variedad de
características individualizadoras proporcionadas por los
dientes, tanto debidas a una naturaleza congénita como adquirida.

B- RESISTENCIA. Los dientes tienen una extraordinaria resistencia


a los agentes que ocasionan la destrucción de las partes blandas
del cuerpo: putrefacción, agentes físicos, agentes químicos, etc.
En cuerpos calcinados, putrefactos o accidentados con gran
violencia no es posible la obtención del dactilograma, e incluso
es posible que se intente ocultar en un homicidio la identidad
de la víctima mediante la mutilación de los dedos.

En resumen, puede afirmarse que la cavidad bucal y los dientes


contenidos en ella son, por su individualidad y resistencia, la
"caja negra" del organismo, como afirma el Profesor Reverte. De
la importancia de las técnicas de identificación dental puede dar
idea el hecho de que en ocho grandes catástrofes aéreas o
marítimas, con un total de 1289 víctimas, cerca del 70% fueron
identificadas por métodos exclusivamente odontológicos.

IV- TECNICAS

En general, las técnicas de identificación humana pueden


dividirse en dos grandes grupos:

A- Técnicas reconstructivas, que a partir del estudio de la


dentadura permiten afirmar características generales como
especie, raza, sexo y edad, y pueden, en casos favorables, dar
lugar a una identificación PROBABLE. Se emplean en los casos en
los que no es posible llegar a una identificación individual,
bien porque haya pocos dientes, o porque no existan registros
antemortem.

B- Técnicas comparativas, que a partir del cotejo de los


registros postmortem obtenidos a partir de la autopsia de la
cavidad bucal y el estudio de la dentadura y los registros
antemortem procedentes del fichero de un odontólogo, de modelos
de yeso, de radiografías, etc. Permiten una identificación
POSITIVA.

ESTUDIO DE LA ESPECIE , RAZA , SEXO Y EDAD

I- ESPECIE

El diagnóstico de la especie se plantea en casos de dientes


aislados; en general, se trata de establecer si un diente
pertenece o no a la especie humana. Se efectúa en primer lugar
un estudio morfológico del diente, que suele resultar fácil si
éste está completo. En los casos en los que el estudio
morfológico no pueda determinar con seguridad la especie de
procedencia, aunque puede recurrirse al examen microscópico del
mismo, suele acudirse al estudio serológico basado en las
reacciones antígeno-anticuerpo entre especies diferentes,
mediante: a) reacciones de precipitación por sueros antihumanos
como el test de Ouchterlony, b) inmunoelectroforesis, y c)
imunofluorescencia.

II- RAZA

La afirmación de la raza a partir del estudio dental es difícil,


ya que no hay ningún método de precisión para poder determinarla.
En una primera aproximación puede usarse la fórmula de Flower,
en la que se calcula el porcentaje que representa el espacio que
ocupan premolares y molares respecto de la longitud anterior de
la base del cráneo, es decir, del diámetro basion-nasion, que es
la distancia desde el punto craneométrico basion, el punto más
anterior del contorno del agujero occipital, a nasion, punto
donde el plano sagital corta la sutura naso frontal. Un
porcentaje menor de 42 se atribuye a la raza caucasiana, de 42
a 44 a la raza mongoloide y mayor de 44 a las razas africana y
australiana.

Existen una serie de variables no métricas asociadas a la raza,


como los incisivos en forma de pala asociada a la raza
mongoloide, el tubérculo de Carabelli, frecuente en la raza
caucásica, y las cúspides posteriores de los molares bien
marcadas de la raza africana. De gran valor es encontrar
mutilaciones dentales ornamentales de origen cultural, ya que
pueden resultar identificadoras de los individuos pertenecientes
a determinados grupos étnicos.

III- SEXO

Como regla general, la mujer tiene los dientes más pequeños y más
uniformes que los del varón; sin embargo, la variabilidad es tan
grande que puede resultar muy difícil distinguir el sexo. Con
esta salvedad, pueden mencionarse los siguientes rasgos
distintivos:
1.- Los incisivos centrales superiores son más voluminosos
en el hombre que en la mujer; por otra parte, la desigualdad
entre los incisivos superiores central y lateral es mayor en el
hombre.
2.- Algunos estudios indican que, en valor absoluto, la
dimensión dental que presenta un mayor dimorfismo sexual es el
diámetro mesio-distal del primer molar. Otros indican que la
pieza más fiable como discriminante sexual es el canino y que,
de todas sus medidas, el área es la que ofrece datos más fiables.
3.- Resulta útil el cálculo del índice mandibular del
canino, que es la razón entre el diámetro mesiodistal de la
corona del canino y la anchura del arco mandibular entre los dos
caninos; si es superior a 0,274 se trata de un hombre y en el
caso contrario de una mujer.

IV - EDAD

Debe distinguirse entre población infantil y población adulta.

1.- POBLACION INFANTIL

Durante el periodo de erupción dental la determinación de la edad


puede hacerse de manera relativamente sencilla: se efectúa una
radiografía completa de ambas arcadas dentarias
(ortopantomografía) y se compara con estudios efectuados sobre
la población. Se tiene en cuenta para la comparación el inicio
de la mineralización del diente, el grado en que se encuentra la
erupción, el grado de calcificación de la corona y el grado de
mineralización de la raíz, con especial atención al cierre se sus
ápices. Este sistema permite una determinación de la edad con una
precisión en razón inversa a ésta, si bien siempre superior a la
población adulta. Deja de ser útil a partir de los quince a
dieciocho años.

2.- POBLACION ADULTA

Para establecer la edad en los adultos, GUSTAFSON ha establecido


un método basado en el análisis de seis fenómenos que la edad
produce en el diente:

1.- Abrasión de la superficie debida a la masticación.


2.- Periodontitis o afloramiento de la raíz del diente por
retracción gingival.
3.- Dentina secundaria; la cavidad de la pulpa se rellena
por un tejido duro que procede de la pared.
4.- Aposición de cemento en la raíz; el cemento aumenta en
densidad con los cambios de posición de los dientes.
5.- Reabsorción de la raíz por acciones mecánicas sobre el
diente.
6.- Transparencia de la raíz; con el tiempo los túbulos
dentinarios, canalículos que van de la pulpa a la periferia, se
rellenan de sustancias minerales y se hacen transparentes.

A cada uno de estos criterios se le asigna una puntuación de cero


a tres. Con la suma de todos ellos se obtiene una línea de
regresión en función de la edad, que permite estimar la edad con
un error de más o menos cinco años. De todos los criterios
empleados por este método se ha hallado que el más fiable es la
transparencia de la raíz.

DIAGNOSTICO DE INDIVIDUALIDAD

El estudio de la dentadura permite llegar a la identificación


positiva de un individuo, siempre que se cuente con datos
suficientes para ello. El método que se sigue en un diagnóstico
de individualidad a través del estudio dental consta de tres
pasos: la recogida de datos procedentes del cadáver no
identificado o datos postmortem, la recogida de datos del
individuo identificado o datos antemortem y el dictamen de
identidad propiamente dicho.

I. DATOS POSTMORTEM

Proceden de la autopsia de la cavidad bucal. Se registran


mediante su anotación cuidadosa en la ficha dental postmortem;
además, en ocasiones será útil la fotografía, la radiografía y
la toma de impresiones o modelos. Del estudio de la dentición de
un sujeto no identificado pueden obtenerse los siguientes datos:

1.- Número de dientes: puede variar en menos o en más. En el


primer caso la causa puede ser debida a extracciones
terapéuticas, a una pérdida natural, traumática o por ausencia
congénita; en el segundo se debe a la aparición de dientes
supernumerarios.

2.- Trabajos de restauración y prótesis: en estos trabajos se


debe anotar el tipo de material empleado (amalgama, silicatos,
composite) y el tipo de prótesis de que se trate. Del estudio de
la restauración efectuada se pueden extraer conclusiones acerca
del nivel socioeconómico del individuo, así como del tiempo y
lugar en que dichos trabajos fueron realizados.

3.- Patología dental: se debe detallar exactamente dónde se halla


la caries y la descripción de la misma, así como las fracturas
que existan. También debe anotarse el grado de abrasión de cada
diente y la presencia de enfermedad periodontal.

4.- Malposición y malrotación: el primer término se refiere a


anormalidades en el lugar que ocupa la pieza dental y el segundo
el giro del diente dentro de su espacio natural.

5.- Formas anómalas de los dientes: pueden deberse a factores


congénitos o adquiridos. Los dientes de Hutchinson son un ejemplo
de malformación congénita. Las formas adquiridas son debidas
generalmente a una causa ocupacional. El capítulo de este tipo
de alteraciones es muy extenso; pueden citarse, por ejemplo, el
desgaste selectivo de los incisivos en los músicos que tocan
instrumentos de viento; los cálculos, parodontosis y caries de
cuello típicas de los confiteros y panaderos debidas al polvo de
la harina; las tinciones gingivales en los trabajadores con
metales; el desgaste generalizado y cálculos en los trabajadores
con polvo abrasivo; etc.

6.- Endodoncia: el estudio radiológico de tales dientes puede


aportar datos específicos de cómo se realizó la endodoncia y su
comparación con las radiografías hechas antes de la muerte es de
gran valor.

7.- Prótesis completas: una dentadura postiza puede ser


reconocida por el odontólogo o protésico que la realizó.

8.- Tipo de mordida: debe ser anotada y debe señalarse si existe


protusión de la mandíbula o del maxilar.

9.- Patología oral: las variaciones de la configuración anatómica


normal de las estructuras orales, ya sea del tejido óseo o del
tejido blando, pueden ser decisivas en algunos casos. Pueden
citarse entre otras las siguientes: torus mandibular o palatino,
anormalidades de color y forma de la lengua, hiperplasia o
coloración anormal de las encías, quistes óseos, fístulas,
hipoplasia del esmalte, etc.

10.- Patrón óseo: la esponjosa de los maxilares posee unas


características que le son propias y que persisten durante el
tiempo. Mediante su estudio radiológico y su comparación con las
radiografías obtenidas en vida se puede conseguir establecer la
identidad de un individuo.

11.- Estudio histológico: las estrías de Retzius del esmalte


humano presentan al microscopio óptico la misma configuración
para los diferentes dientes de un mismo individuo, por lo que
puede llegarse a una identificación mediante su estudio.

12.- Estudio genético: como en cualquier otro tejido del cuerpo


humano, en el diente puede extraerse ADN para su cotejo e
individualización.

II- DATOS ANTEMORTEM

Para llegar a una identificación positiva resulta imprescindible


la búsqueda de los datos dentales del individuo o datos
antemortem. Deben solicitarse los registros dentales originales
a los odontólogos y protésicos dentales del sujeto, aunque
también puede ser de utilidad solicitarlos a hospitales; también
a las Fuerzas Armadas o a las Compañías Aéreas en el caso de
pilotos, ya que pueden tener registrados dichos datos. Cuando sea
posible, tales registros deben incluir, además de la ficha
dental:

- Radiografías; de gran valor identificador, en


contrapartida pueden no ser guardadas por los profesionales mucho
tiempo. Aparte del odontólogo del sujeto, pueden guardar
radiografías del mismo ortodoncistas, endodoncistas,
periodoncistas y cirujanos maxilofaciales. Además, es posible que
existan radiografías de cráneo que incluyan el área dental en
consultas de Traumatología, Reumatología, hospitales e incluso
en consultas generales.

- Modelos: son empleados profusamente por los ortodoncistas


para construir los aparatos y además son conservados por un largo
periodo de tiempo. También pueden encontrarse en las consultas
de odontología general en aquellos casos en que se haya realizado
una prótesis o bien en el laboratorio del protésico dental que
la haya fabricado; no es infrecuente que los tengan en su propia
casa los pacientes.

- Prótesis: los puentes fijos y las prótesis removibles


pueden contener la información suficiente para identificar a un
sujeto. Cuando se consigue una prótesis que podría pertenecer a
un desconocido que porta otra, es posible basar la identificación
en los aspectos comparables de ambas, por ejemplo en las rugas
palatinas, que son individuales e inmutables.

- Otros registros médicos: pueden existir indicaciones sobre


la salud dental en historias clínicas hechas por otro motivo, e
incluso una ficha dental, tal vez no muy exacta, pero suficiente
ayudar en la identificación.

- Fotografías: pueden ser dentales, efectuadas por el


odontólogo antes de un tratamiento o tras el mismo, y pueden
llegar a ser suficientes para los propósitos identificadores.
También pueden ser no dentales, por ejemplo una fotografía
familiar en la que el sujeto sonría ampliamente y muestre su
dentadura; en tal fotografía podrían observarse dientes perdidos,
malposiciones, diastemas, abrasiones, prótesis, etc. que se
hallen o no en los restos a identificar.

- Declaraciones: los testimonios de las personas que


conocieron al sujeto son importantes para orientar hacia los
registros antemortem. Sólo secundariamente y en contados casos
pueden ser considerados como elementos suficientes para basar una
identificación, en el caso de que un conjunto de circunstancias
apuntaran a una persona concreta cuya dentadura fuera lo
suficientemente notable como para ser recordada por testigos.

III- DICTAMEN DE IDENTIDAD

El dictamen de identidad se efectúa mediante la comparación entre


los datos antemortem recogidos de un sujeto identificado y los
datos postmortem recogidos de un cadáver a identificar. En caso
de desastre de masas, se suelen emplear unos formularios
establecidos para registrar los datos antemortem y postmortem que
facilitan el cotejo.

Debe tenerse en cuenta que entre los datos antemortem y los


postmortem puede haber una discordancia a veces notable, debido
a que haya pasado un plazo de tiempo en el que la acción de la
edad, de nuevas enfermedades o de odontólogos de los que no se
tenga noticia hayan dejado su impronta en la dentadura. El cotejo
debe regirse por las reglas de la congruencia; por ejemplo, no
en incongruente encontrar una obturación no recogida en una ficha
dental de hace años, pero sí que lo es la presencia de un diente
que, según la misma ficha, había sido extraído. Por otro lado,
no deben descartarse en absoluto la presencia de errores en los
datos recogidos, a veces en condiciones difíciles.

En general se requiere un número suficiente de coincidencias para


identificar a una persona, que serían como los puntos
característicos de un dactilograma. Sin embargo, no se admite el
dogmatismo en esta materia, ya que no todas los hallazgos
coincidentes tienen el mismo valor. Por el contrario, con un solo
punto discordante se excluye la identificación.

LA FICHA ODONTOLÓGICA PARA LA IDENTIFICACIÓN FORENSE

I- FICHA DENTAL

Las fichas dentales son los registros en los que los


profesionales de la salud dental describen la historia clínica
de un paciente. La variedad de fichas dentales es extrema, así
como de las notaciones tanto de las piezas dentarias como de las
enfermedades padecidas y de los tratamientos efectuados.

Muchas de ellas combinan una representación gráfica de la


dentadura o diagrama junto con un espacio para los comentarios
escritos; dentro de los diagramas dentales los hay de tipo
anatómico, que reproducen la forma de los dientes, y de tipo
esquemático, que los representan en cuadrados o círculos. Hay
también profesionales que utilizan exclusivamente la letra
escrita; no obstante, para comparar datos antemortem y
postmortem, son mejores los diagramas.

Existe una amplia variedad en los datos y observaciones que se


recogen en las fichas dentales. Hay fichas dentales detalladas
y precisas, pero en otros casos los datos recogidos son escasos
y poco detallados. La información típica recogida en la fichas
incluye:

- fecha de los tratamientos.


- dientes tratados
- superficies restauradas
- material utilizado
- estado de cuentas económicas

Normalmente también se recoge la construcción de prótesis,


parciales o totales, así como el número de piezas de un puente.
Habitualmente se incluye el estado anterior, como son las
restauraciones realizadas por otros profesionales y los dientes
extraídos previamente, aunque esta información suele ser de forma
somera.
II- NOTACION DEL DIENTE

Se utilizan numerosos sistemas diferentes de notación dental. El


recomendado por la INTERPOL es el adoptado por la FDI (Federación
Dental Internacional), pero al ser posible el recibir una ficha
dental de cualquier parte del mundo, por ejemplo en un caso de
desastre aéreo, se enumeran a continuación los odontogramas más
extendidos en la práctica clínica:

A.-Sistema FDI (aprobado por la Federación Dental Internacional),


también llamado sistema de dos dígitos o dígito-dos. Se utiliza
ampliamente en Europa. El diente se representa por dos dígitos:
el primero, del 1 al 4, corresponde al cuadrante; y el segundo,
del 1 al 8, corresponde al tipo de diente, numerado desde el
centro al extremo de la hemiarcada. Por ejemplo, el 26 es el
primer molar superior izquierdo.

B.- Sistema Universal o sistema THOMPSON. Se ha aceptado como


método de notación por la American Dental Association (ADA) y se
utiliza y enseña en los Estados Unidos. Se numeran los dientes
del 1 al 32, desde el tercer molar superior derecho hasta el
tercer molar inferior derecho, como si se mirara la dentadura del
sujeto y en el sentido de las agujas del reloj; por ejemplo, el
14 es el primer molar superior izquierdo.

C.- Sistema PALMER. Se ha utilizado en todo el mundo hasta el año


1955; es un precedente del sistema FDI. Como en éste, los dientes
de cada hemiarcada superior o inferior se numeran
correlativamente del 1 al 8 desde el centro al lateral, o desde
mesial a distal; para determinar el lado y la arcada se sitúa el
número en el interior de un ángulo recto, abierto análogamente
según la arcada que se trate, siempre representada como si se
mirara la dentadura del sujeto. Por ejemplo, en el caso del
primer molar superior izquierdo, se escribiría un 6 dentro de un
ángulo recto abierto hacia arriba y a la derecha del que escribe.
Se ha dejado de emplear por su incompatibilidad con la escritura
mecánica.

D.- Sistema HADERUP. Se ha usado en paises escandinavos. Utiliza


la numeración del sistema Palmer; se coloca un signo matemático
"más" si es un diente superior y un signo matemático "menos" si
es un diente inferior; además, la posición del signo a la derecha
del número indica un diente derecho, y a la izquierda, uno
izquierdo. Así, "+6" indica el primer molar superior izquierdo.

E.- Sistema antropológico. Extensamente usado en los estudios


antropológicos, es el más sencillo de recordar. Se emplea la
inicial del grupo de diente en mayúscula, acompañada del número
de orden dentro del grupo: I1 e I2 para los incisivos central y
lateral, respectivamente; C para el canino; P3 y P4 para el
primer y segundo premolares, ya que resulta que los dos
premolares que posee el hombre actual son el tercero y el cuarto
del mamífero primitivo, porque en la evolución filogenética de
la especie humana han desaparecido los dos primeros; y M1, M2 y
M3 para el primero, segundo y tercer molares. El guarismo
acompaña a la inicial como exponente si es un diente superior y
como subíndice si es un diente inferior. Para indicar el lado
derecho o izquierdo, se indica con las iniciales D e I; en los
paises anglosajones se emplea R (right, derecho) y L (left,
izquierdo). Los dientes caducos se anotan en minúscula o con una
"d" minúscula delante, de deciduo.

III- NOTACION DE ANOMALIAS Y TRATAMIENTOS

Si existe una cierta complicación a la hora de anotar el diente


de que se trata, ésta es mucho mayor a la hora de anotar
anomalías y tratamientos, de manera que puede decirse que cada
odontólogo parece tener su fórmula propia de anotar estos datos.
El procedimiento más habitual que emplean los odontólogos en
España en sus consultas es el siguiente: lo realizado previamente
por otros profesionales se marca en azul, si es una extracción,
con el signo matemático "igual"; lo realizado por el propio
odontólogo se marca en rojo, si es una extracción, con un aspa.

A este respecto, las recomendaciones de INTERPOL a la hora de


registrar los datos en los formularios antemortem y postmortem
son las siguientes:

1.- Indicar las caras del diente exclusivamente con las


siguientes mayúsculas: M, mesial; D, distal; O, oclusal; V,
vestibular; y L, lingual.

2.- Indicar los trabajos de restauración con el siguiente código


de colores:
Negro: amalgama.
Rojo: oro.
Verde: materiales del color del diente.
3.- Los dientes perdidos antemortem, con una aspa grande sobre
el diente; los perdidos postmortem, con un círculo sobre el
diente.

BIBLIOGRAFIA

Cameron JM, Sims BG. Forensic Dentistry. Churchill Livingstone.


1973.

Gisbert Calabuig JA, Medicina Legal y Toxicología. 4ª edición.


Salvat. 1991.

Moya V, Roldán B, Sánchez JA. Odontología Legal y Forense.


Masson. 1994.

Reverte JM. Antropología Forense. Ministerio de Justicia. 1991.

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