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El Dibujo de La Figura Humana en Ninos K
El Dibujo de La Figura Humana en Ninos K
DIBUJO DE
EL
LA FIGURA HUMANA
EN LOS NINOS
EDITORIAL GUADALUPE
EL DIBUJO DE LA FIGURA HUMANA
EN LOS NINOS
Evaluaci6n Psicolågica
BIBLIOTECA PEDAGOGICA
Secci6n: Problemåtica de la Educaci6n
EL DIBUJO DE
LA FIGURA HUMANA
EN LOS NINOS
Evaluaci6n Psic016gica
EDITORIAL GUADALUPE
Mansilla 3865 - 1425 Buenos Aires
Münsterberg Koppitz, Elizabeth
El dibujo de la figura humana en los niöos - 12a ed. 6a reimp. - Buenos Aires:
Guadalupe, 2006.
416 p.; 23 x 16 cm. (Biblioteca pedag6gica. Problemåtica de la educaciön)
Traducido por: Lic. Maria Julia Garcia - Prof. Marfa Rosa - Braile.
ISBN 950-500-023-5
1. Psicologfa Infantil. I. Maria Julia Garcia - Marfa Rosa Braile, trad. II. Titulo
CDD 155.4
12 edici6n
6a reimpresi6n: mayo de 2006
ISBN: 950-500-023-5
ISBN 13: 978-950-500-023-4
Editorial Guadalupe
Mansilla 3865
1425 Buenos Aires, Argentina
Tel/Fax: (011) 4826-8587
Internet: http://www.editorialguadalupe.com.ar
E-mail: ventas@editorialguadalupe.com.ar
Impreso en Argentina.
Elizabeth M. Koppitz
A Marjorie
y todos los otros ninos cuyos dibujos
me brindaron tanto placer
y tantas ensenanzas.
CONTENIDO
PREFACIO 13
1. INTRODUCCIÖN 15
ILUSTRACIONES 285
APÉNDICES 403
A. Manual de tabulaciön para los 30 item evolutivos
del DFH infantil 403
B. Item esperados y excepcionales en los DFH de varones
y nifias entre 5 y 12 afios 406
C. Interpretaci6n de los puntajes obtenidos 407
D. Cuartiles, medias y desviaciones standard en los DFH
de los nifios entre 5 y 12
con diferente nivel intelectua.l
afios, 407
E. Manual de tabulaci6n para los 30 indicadores emocionales
del DFH infantil 407
F. Lista de indicadores emocionales en los DFH infantiles 409
G. Signos de organicidad en los DFH varones entre 6 y 12 anos 410
Bibliografia 411
PREFACIO
Jamås albergué la menor duda que, entre todos los tests y técnicas
empleados por los psicölogos que trabajan con niüos, hay uno que es
mds significativo, mds interesante y mds agradable que todos los otros:
esta técnica es el dibujo, el simple dibujo con ldpiz y papa. Conozco de
primero mano el valor del dibujo, por haberlo usado tanto de niüa
como en la Vida adulta para ayudarme en periodos de crisis y conmo-
ci6n interior. El dibujopuede comprenderel "dibujo libre"de cualquier
cosa que el nifio desee mostrar, o la copia de modelos, o el dibujo de un
tema especifico a requerimiento del examinador, o la realizaciön de
dibujos de la figura humana (DFH). Aunque he observado a cientos y
cientos de niios mientras dibujaban, nunca me he aburrido y hasta el
dia de hoy Sigo maravillada por el modo en que los ninos pueden
expresarse y revelar sus actitudes a través de imdgenes gråficas.
Me encantan y disfruto con todos los dibujos infantiles, pero espe-
cialmente me sucede esto con los dibujos de la figura humana. Como
cualquierpersona enamorada de algo, considero que los méritos de los
dibujos son obvios y evidentes por si mismos. Pero, como sucede a
menudo, estos méritos no siempre son tan evidentes para otros. Al-
gunos psicölogos reconocen sölo los valores de ciertos aspectos limi-
tados de los dibujos, mientras que muchos clinicos no aprecian para
nada sus méritos. Algunos investigadores Ilegan a sostener que han
demostrado con sus investigaciones que los dibujos infantiles no son
vdlidos clinicamente.
Es deseable y necesario que se realicen muchas investigaciones
controladas para determinar la validez de los DFH
infantiles. Hasta
la fecha, dichos estudios han Sido mds bien desalentadores, y encuen-
tro a veces dificil el aceptar cuando los investigadores concluyen que los
dibujos no son clinicamente significativos simplemente porque sus
hallazgos son negativos. A1 fin y al cabo, los resultados negativos
pueden deberse a una falta de validez del DFH o a la manera en que
fue disenada y realizada la investigaciön, y como fueron seleccionados
los sujetos. Esta situaciön me recuerda a menudo el aforismo del
escritor y talento del siglo XVIII, Lichtenberg, cuando dijo que si un
libro y una cabeza chocan y suena a hueco, dicho ruido no necesa-
riamente emana del libro. De modo similar; la ausencia de hallazgos
significativos en una investigaciön no necesariamente se debe al DFH.
Hasta ahora los resultados de las investigaciones sobre los dibujos
13
infantiles no han Sido concluyentes. Pero, que yo sepa, nadie ha
efectuado hasta el presente una investigaciön exhaustiva y sistemåtica
de todos los diferentes aspectos del DFHy de sus mutuas relaciones. Y
sin embargo hay una real necesidad de la misma. El trabajo que
presentamos aqui es un intento de Ilenar esta Laguna.
En este libro se analizay tabula el DFHde ninos de 5 a 12 anos, como
de maduraciön mental, y como test proyectivo de las
test evolutivo
preocupaciones y actitudes interpersonales de los ninos. Se han dise-
nadoy estandarizado sistemas depuntuaciön para ambos enfoques del
DFH, en busca de los dibujos de 1.800 alumnos de escuelas püblicas.
Ademås se describe aqui un métodopara interpretar el contenido de los
dibujos dé la figura humana. Se dedican capitulos especiales a la
discusiön del dibujo de la familia, al uso del DFH
en el "despistaje"
(screening)* de alumnos que ingresan a la escuela, en el diagnöstico de
lesiön cerebral y
en la evaluaci6n del progreso del nino en terapia. Se
demuestra también cömo el DFH puede combinarse con otros tests
para aumentar su eficiencia predictiva. Finalmente se presentan diez
casos para ilustrar cömo pueden integrarse los diferentes aspectos del
DFH y aplicarlos a la practica clinica. Este libro fue escrito para
psicölogos clinicos y educacionales. Esperamos que contribuya a cla-
rificar tanto las posibiljdades como las limitaciones del DFH
infantil,
y que contribuya a que los psicölogos puedan utilizar el DFH de un
modo mds amplio y significativo. Ademås confiamos en que los
eStudios que incluimos aquiestimulen a una mds amplia investigaciön
en esta area.
E.M.K
14
INTRODUCCION
15
vamente a dibujos de la figura humana hechos a låpiz por nifios entre
5 y 12 afios.
Los dibujos de la figura humana (de aqui en adelante DFH) se han
convertido en una de las técnicas mås ampliamente usadas por Ios
psic610gos que trabajan con nifios. Pero varfan mucho los objetivos en
funci6n de los cuales se los administra. Actualmente existen dos
enfoques principales de la interpretaci6n del DFH. El primero es
utilizado por los clfnicos primordialmente, los cuales consideran el
DFH como una técnica proyectiva, y analizan los dibujos buscando
signos de necesidades inconscientes, conflictos y rasgos de persona-
Iidad. Los representantes de segunda escuela de pensamiento
la
enfocan el DFH como un maduraci6n mental. La
test evolutivo de
mayorfa de los psic610gos parecen adherirse casi exclusivamente a
uno u Otro método de interpretaci6n. No nos hemos sentido inclinados
a aceptar uno u Otro método con exclusi6n del otro. Afios de experiencia
clinica y de experimentaci6n me han convencido de que el test DFH es
una de las técnicas mås valiosas para evaluar a los nifios precisamente
porque puede ser empleado como un test de maduraci6n y como una
técnica proyectiva.
El representante més notable del enfoque evolutivo del DFH fue
Goodenough, cuyo libro "Measurement of Intelligence by Drawings"
(Medici6n de la inteligencia por medio del dibujo) (1926), se ha
convertido en un clåsico. Su test de la figura humana, bien estanda-
rizado y vålido, ha Sido ampliamente aceptado y aplicado, especial-
mente en las escuelas, y con fines de investigaci6n. Unos 35 afios
después, Harris (1963) trabaj6 exhaustivamente con el objeto de
revisar y extender dicho test, pero ha116 que el trabajo de Goodenough
estaba tan cuidadosamente disefiado y ejecutado, que se podia agregar
muy poco para mejorarlo. Harris cita numerosos estudios que muestran
una correlaci6n bastante alta entre los puntajes del Goodenough y los
puntajes de CI de 10s tests de inteligencia. Harris subraya especial-
mente que el test de Goodenough mide madurez mental, y que no es
un test de medici6n de rasgos•ni de dinåmica de la personalidad. No
hay duda que aquellos que estén interesados primordialmente en la
obtenci6n de una edad mental o un CI a partir de dibujos de la figura
humana, pueden emplear el método Goodenough-Harris de puntua-
ci6n con un grado razonable de confianza.
Un panorama diferente se les presenta a los psic610gos clfnicos
interesados en el uso del DFH como instrumento proyectivo. Los
exponentes mås destacados del enfoque proyectivo del DFH son
Machover (1949, 1953, 1960), Levy (1958), Hammer (1958) y Jolles
(1952). Estos clfnicos han estudiado extensamente dibujos de la figura
16
humana de adultos y adolescentes, pero han trabajado en un grado
limitado con dibujos de nifios en edad escolar. El libro de Machover
"Personality Projection in the Drawing of the Human Figure" (1949)
se ha convertido en el libro mås ampliamente citado en este campo, e
iguala al de Goodenough en significaci6n e influencia. Aunque el test
de Machover se basa en gran parte en su experiencia clinica con
pacientes varones, adolescentes y adultos, ha extendido sus resulta-
dos también a los nifios (1953, 1960). Machover ofrece con respecto a
signos en el DFH numerosas hip6tesis basadas en la teorfa psicoa-
nalftica, pero no brinda como base de sus afirmaciones ningün sistema
de tabulaci6n ni datos controlados a través de investigaciones.
Los estudios realizados hasta la fecha con dibujos infantiles para
verificar las hip6tesis deMachover, en el mejor de los casos, no han
Sido concluyentes. (Bennett, 1964; Bradfield, 1964; Brown y Tolor,
1957; Bruck y Bodwin, 1962; Butlery Marcuse, 1959; Craddick, 1963;
Kates y Harrington, 1952; McHugh, 1963, 1964 y 1966). Frecuente-
mente es diffcil evaluar y comparar los resultados de diferentes
investigaciones ya que läs variables a menudo estån mal definidas, y
se le asignan distintos significados a un mismo signo de DFH. La
mayorfa de los investigadores del DFH como prueba proyectiva
ignoran o minimizan los aspectos evolutivos del dibujo de figuras.
Harris por su parte, considera s610 Ios item evolutivos y duda de la
significaci6n proyectiva de 10 signos del DFH. Tanto Harris como
Machover consideran respectivamente algunos de los mismos item
como indicadores de madurez mental y de conflicto emocional. Esto es
muy desconcertante, ipues puede un mismo item ser interpretado de
ambas maneras?
Segün la experiencia del propio autor, realmente es posible para
algunos item tener una significaci6n tanto evolutiva como proyectiva,
pero no necesariamente ni para los mismos nifios ni para el mismo
nivel de edad. Por ejemplo, la omisi6n del cuello o los pies no es inusual
en nifios normales de 5 afios; desde un punto de vista evolutivo, uno
no puede o no deberfa esperar que estos ftem estén presentes en ese
nivel de edad. Consecuentemente, su ausencia no se puede considerar
que tenga significaci6n clfnica. Pero a los diez afios, uno deberfa
esperar normalmente que los nifios dibujen figuras con pies y cuello,
de tal modo que su omisi6n muy probablemente indique inmadurez o
problemas emocionales, convirtiéndose en clfnicamente significativa.
Por 10 tanto es evidente que una interpretaci6n significativa de los
DFH infantiles presupone un conocimiento exhaustivo tanto de los
indicadores emocionales y evolutivos en cada nivel de edad, como una
diferenciaci6n clara entre ambos.
17
Que sepamos, nadie ha intentado un estudio exhaustivo de los DFH
infantiles, tomando en cuenta todos sus aspectos y relacionåndolos
entre sf. El cuerpo de informaci6n existente sobre el DFH consiste
principalmente de estudios aislados, no correlacionados. El prop6sito
de este libro es presentar una investigaci6n sistemåtica del dibujo de
la figura humana por nifios de 5 a 12 afios, consideråndolo como test
de maduraci6n y prueba proyectiva. Se intentarå analizar objetiva-
mente los DFH en procura de signos y sfmbolos evolutivos y emocio-
nales, e interpretarlos clfnicamente en cuanto a dinåmica de la
personalidad. En este volumen se estudiarån en sucesivos niveles de
edad Ios DFH de alumnos de escuelas püblicas y los de nifios con
problemas. Y finalmente, se presentarån estudios de investigaci6n
controlada y numerosos historiales clfnicos para fundamentar las
hip6tesis y sugerencias que se adelantan en estas påginas. El trabajo
que aquf se presenta surgi6 de la necesidad que experimentamos en
nuestro trabajo clfnico, de contar con un método integrado y siste-
måtico de interpretar los DFH. Ninguno de los existentes parecfa
capaz de extraer toda la riqueza de los DFH. Asf, empezamos a
realizar nuestras propias exploraciones, que demostraron ser muy
ütiles para nosotros y para algunos de nuestros colegas, que me
impulsaron a que pusiera este material a disposici6n de otros psic6-
logos también. Este libro ha Sido escrito para los psic610gos que
trabajan con nifios en clfnicas, hospitales, escuelas, o en la pråctica
privada. Esperamos que este volumen contribuya a un anålisis e
interpretaci6n mås amplia y significativa de los DFH en la pråctica
clinica y la investigaci6n.
La clase de informaci6n y resultados que un investigador obtiene de
sus etudios depende en gran medida de las preguntas que se formula.
Y el tipo de preguntas que se plantea depende en gran parte de su
orientaci6n te6ricay de los prop6sitos de su investigaci6n. No es casual
que la mayorfa de los psic610gos psicoanalfticamente orientados
informen que los DFH reflejan primariamente las necesidades y
conflictos inconscientes del sujeto, sus mecanismos de defensa, su
desarrollo psicosexual y su identificaci6n sexual, ya que éstos son los
temas en -Ios que estån més interesados los clfnicos analfticamente
orientados.
Las investigaciones que se presentan aquf siguen Ifneas te6ricas
algo diferentes. Consideramos Ia teorfa de las relaciones interperso-
nales de Harry Stack Sullivan como la måB ütil para nuestro trabajo.
Por consiguiente, nos interesa en primer lugar explorar los estadios
evolutivos del nifio y sus actitudes interpersonales. En este volumen,
la hip6tesis båsica es que los DFH reflejan primordialmente el nivel
18
evolutivo del nifio y sus relaciones interpersonales, es decir, sus
actitudes hacia sf mismo y hacia las personas significativas en su Vida.
Ademås postulamos que los DFH pueden revelar las actitudes del nifio
hacia las tensiones y exigencias de la Vida y su modo de enfrentarlas;
Ios dibujos también pueden reflejar los intensos miedos y ansiedades
que pueden afectarlo consciente o inconscientemente en un momento
dado. Esto significa que la hip6tesis de la "imagen corporal", gene-
ralmente aceptada para los DFH, no es considerada necesariamente
vålida por nosotros. En los estudios que presentamos, el DFH no es
considerado como un retrato de los rasgos de personalidad båsicos y
permanentes del nifio, ni como una imagen de su apariencia real.
Consideramos en cambio, que los DFH reflejan el estadio actual de
desarrollo mental y las actitudes y preocupaciones en un momento
dado, todo 10 cual cambiarå con el tiempo debido a la maduraci6n y la
experiencia. El valor particular del DFH radica justamente en su
sensibilidad para detectar los cambios en el nifio, los cuales pueden ser
evolutivos y/o emocionales. Se contempla aquf al DFH como un retrato
del nifio interior en un momento dado.
19
EL TEST DEL DIBUJO
DE LA FIGURA HUMANA (DFH)
EL test DFH, tal como se 10 define aquf, requiere que el nifio dibuje
"una persona entera" a pedido del examinador, en su presencia. El
ültimo punto es importante, ya que un DFH deberfa ser siempre el
producto de una relaci6n interpersonal. El DFH representa una forma
gråfica de comunicaciön entre el nifio y el psic610go y en cuanto tal,
difiere del dibujo espontåneo que los nifios pueden realizar cuando
estån solos o con amigos. Las instrucciones dadas son significativas y
pueden influir en los resultados obtenidos. Goodenough le indicaba a
sus sujetos que dibujaran "un hombre". Machover pide a sus pacientes
que dibujen "una persona" y luego Otra persona del sexo opuesto;
Harris solicita el dibujo de un hombre, una mujer y un autorretrato.;
mientras que Hammer obtiene dibujos de un hombre y de una mujer
tanto a låpiz como con crayon. En las investigaciones que presentamos
aquf, a los nifios s610 se les pidi6 que dibujaran una persona entera.
Quedaba librado a cada nifio el determinar la edad y el sexo de la
figura que elegia representar.
Los estudios que presentamos en este volumen se basan en la
suposici6n de que el DFH de un nifio muestra tanto una estructura
båsica como un cierto estilo que es peculiar de ese nifio. Como observ6
Kellog (1959), la estructura del dibujo de un nifio pequefio estå
determinada por su edad y nivel de maduraci6n, mientras que el estilo
del dibujo refleja sus actitudes y aquellas preocupaciones que son més
importantes para él en ese momento. Si esta hip6tesis es correcta, el
dibujo de una persona deberfa ser suficiente en la mayorfa de los casos.
Y si se obtiene un solo dibujo, entonces parece razonable dejar que el
nifio decida qué clase de persona desea dibujar.
Coincidimos con Machover en que la consigna de dibujar "una
persona" permite obtener DFH mås ricos en material proyectivo que
los "auto-retratos" dibujados a pedido. Los prepüberes y adolescentes
21
tempranos conscientes de sf son a menudo renuentes a dibujarse a sf
mismos, mientras que los nifios pequefios tienden a centrarse en su
ropa y detalles triviales de su aspecto cuando tratan de dibujarse. A
menudo se deleitan copiando el estampado de sus ropas o pueden
dedicar la mayor parte de su energfa y del tiempo de que disponen a
dibujar sus zapatos nuevos o el guante de béisbol que le acaban de
regalar para su cumpleafios, ya que estas adquisiciones recientes son
de gran importancia para los nifios. La consigna ambigua de dibujar
"una persona entera" parece Ilevar al nifio a mirar dentro de sf mismo
y sus propios sentimientos en el in tento de capturar la esencia de "una
persona". La persona que un nifio conoce mejor es él mismo; su dibujo
de una persona se convierte por consiguiente en un retrato de su ser
interior, de sus actitudes.
En la pråctica clfnica, hay por supuesto ocasiones en la que es ütil
comparar varios dibujos de un mismo nifio. Pero para la detecci6n
(screening) de nifios que comienzan la escuela y para evaluaciones
råpidas o con fines de investigaci6n, parece ser suficiente obtener un
DFH de cada nifio. Para la mayorfa de los escolares mås pequefios, un
segundo DFH, del sexo opuesto raramente agrega suficiente informa-
ci6n adicional como parajustificar el tiempo y esfuerzo invertido en su
obtenci6n. Hichey (1965) inform6 que los DFH del mismo sexo del nifio
tienden a ser superiores en calidad que los del sexo opuesto. Dado que
la mayorfa de los nifios dibujan primero figuras de su mismo sexo,
consecuentemente la mayorfa de los DFH realizados en primera
instancia serin superiores a. los siguientes. El tiempo es uno de los
artfculos més caros que tiene que manejar el psic610go que trabaja en
clfnicas. Creemos que el tiempo ahorrado al omitir un segundo DFH
puede ser empleado més fructfferamente administrando Otra prueba
proyectiva breve como el Test Gueståltico Visomotor de Bender,
Koppitz (1964* o un conjunto de historias u oraciones incompletas. Si
,
22
mente son muy autoconscientes en 10 que respecta a su escasa
capacidad para el dibujo y 10 inadecuado de sus DFH. Y, si se los mira
objetivamente, sus dibujos son a menudo muy pobres en comparaci6n
con los de la mayorfa de los chicos de su edad. Los nifios atendidos en
clfnicas de orientaci6n o por los psic610gos educacionales general-
mente han experimentado tal monto de fracaso en la Vida, que estån
ansiosos de evitar nuevas dificultades y frustraciones. Frecuente-
mente, estos pequefios ofrecen entusiastamente dibujar autos o
aviones o flores, de hecho cualquier cosa que no sea una persona. Si el
DFH realmente presenta un autorretrato interior, no deberfa sor-
prender que algunos nifios, especialmente los que tienen problemas,
traten de evitar inconscientemente, y aun de manera consciente,
revelar su interior, y que no deseen enfrentarse con el pobre concepto
que tienen de sf mismos. Con una persuasi6n amable el psic610go
generalmente consigue que aun los reticentes dibujen una persona
entera, pero muchos nifios se resisten a dibujar mås de una persona,
y no hay realmente una raz6n para forzarlos a hacerlo.
23
grandes y mås inteligentes dibujan caricaturas estereotipadas o
figuras esquemåticas como una manera fåcil de salir del paso y asf
eludir la tarea y la necesidad de comprometerse personalmente. Las
caricaturas y las figuras esquemåticas no tienen ninguna utilidad
cuando se analizan los dibujos- como pruebas proyectivas. Para los
nifios pequefios que pueden no entender el significado de "persona", se
puede agregar: "puedes dibujar un hombre o una mujer, o un Chico, o
una chica, 10 que te guste dibujad'.
No hay tiempo lfmite en esta prueba. La mayorfa de los nifios
termina en menos de 10 minutos, algunos 10 completan en un minuto
o dos. En raras ocasiones la autora estuvo sentada 30 minutos o mås
mientras un nifio muy perfeccionistay compulsivo trabajaba en su
dibujo. El nifio es libre de borrar o cambiar su dibujo si 10 desea.
Sugerimos que el examinador observe cuidadosamente la conducta
del examinado mientras dibujay que tome notas de Ias caracterfsticas
inusuales. Se le debe prestar especial atenci6n a la secuencia en la cual
dibuja la figura, la actitud del sujeto y sus comentarios espontåneos,
la cantidad de tiempo que emplea, y la cantidad de papel que utiliza.
Si un pequefio se muestra insatisfecho con su dibujo, se le permite
empezar de nuevo en el reverso, o en una segunda hoja si 10 pide.
Algunos nifios inseguros buscan modelos para copiar en vez de
dibujar una figura de su propia invenci6n. Cuando se 10 administra
colectivamente se debe cuidar el sentar a los nifios tan separados como
sea posible, para disminuir la probabilidad de que se copien unos de
otros. Cuando el test se administra individualmente, se debe sentar al
sujeto de modo que esté fuera de su vista cualquier cuadro, libro o tapa
de revista que pudiera servirle de modelo. En ciertas ocasiones,
cuando se le solicita un DFH, el nifio decide dibujar al examinador.
Dependien do de la sensibilidad del examinado, esto debe desalentarse
absolutamente, de entrada, o aceptarlo sin mayor comentario; pero
cuando completa el mismo, se le pide nuevamente que haga "el dibujo
de una persona completa, sacada de tu propia cabeza". Si el nifio
dibuja una persona sin mirar al examinador pero luego declara que se
supone que es el examinador, se acepta el dibujo sin mås. Las
implicaciones de dibujar al psic610go se discuten mås extensamente
en el capftulo 5.
24
INTERPRETACION DEL TEST DEL DIBUJO
DE LA FIGURA HUMANA (DFH)
En el presente trabajo intentamos analizar los DFH segün varias
dimensiones distintas. Describimos métodos para evaluarlos objeti-
vamente y para efectuar interpretaciones clfnicas. Analizamos los
dibujos en funci6n de dos tipos diferentes de signos objetivos. Un
conjunto de signos se considera que estå primariamente relacionado
con la edad y el nivel de maduraci6n; a estos signos los denominamos
Item evolutivos. El segundo conjunto de signos se estima que estå
primariamente relacionado con las actitudes y preocupaciones del
nifio; a estos signos los denominamos Indicadores emocionales. En el
Apéndice se incluyen definiciones detalladas y manuales de evalua-
ci6n tanto para los item evolutivos como para los indicadores emocio-
nales. En los capftulos siguientes se van a discutir con algün detalle
los item evolutivos y los indicadores emocionales, se presentarån 10s
datos normativos y los estudios de validaci6n, y se ilustrarå su
aplicaci6n.
La interpretaci6n clinica de los DFH que se presenta en este
volumen estå en gran parte basada en la propia experiencia e intuici6n
de la autora, y en las conclusiones de otros psic610gos clfnicos. Nos
esforzaremos por integrar los distintos modos de interpretar los
dibujos y mostrar c6mo pueden combinarse con otros tests. La apli-
caci6n pråctica de los diferentes métodos de anålisis de los DFH se
demostrarå en el "despistaje" (screening) de los alumnos de primer
grado, en la predicci6n de desempefio escolar, y en el diagn6stico,
tratamiento y evaluaci6n del progreso de pacientes psiquiåtricos.
25
ITEM EVOLUTIVOS EN EL DFH
1. Cabeza 5. Nariz
2. Ojos 6. Fosas nasales
3. Pupilas 7. Boca
4. Cejas o pestafias 8. Dos labios
27
9. Oreja 20. Correcto nümero de dedos
10. Cabello o cabeza cubierta por 21. Piemas
sombrero 22. Piernas bidimensionales
11. cueilo 23. Rodillas
12. Cuerpo 24. Pies
13. Brazos 25. Pies bidimensionales
14. Brazos bidimensionales 26, Perfil
15. Brazos unidos a los hombros 27. Buena proporci6n
16. Brazos hacia abajo 28. Ropa: una prenda o ninguna
17. Codos 29. Ropa: dos o tres prendas
18. Manos 30. Ropa: cuatro o mås prendas
19. Dedos
28
ESTUDIO NORMATIVO DE LOS ITEM EVOLUTIVOS
DEL DFH
Efectuamos un estudio normativo para determinar la frecuencia
con que aparecen los 30 item evolutivos en los DFH de varones y nifias
entre 5 y 12 afios. Dicho estudio se basa en los DFH de 1.856 alumnos
de escuelas primarias püblicas, pertenecientes a 86 secciones de grado
completas, de jardfn de infantes a sexto grado, de 10 escuelas ele-
mentales diferentes. El 33 por ciento de los nifios asistfan a dos
escuelas ubicadas en zonas residenciales de una metr6polis del Medio
Oeste; el 54 por ciento concurrfan a Cinco escuelas situadas en tres
pequefias ciudades industriales de un estado oriental y de uno del
Medio Oeste; el restante 13 por ciento eran alumnos de tres escuelas
de pueblitos o de zonas rurales de dichos estados. Un tercio de los nifios
provenfan de comunidades con ingresos bajos e inclufa tanto nifios
blancos como de color, un tercio provenfa de comunidades de clase
media predominantemente blancas, y el ültimo tercio vivfa en zonas
de nivel socioecon6mico alto.
Las 86 secciones de grado inclufan 19 jardines de infantes, 11
primeros grados, 12 de segundo, de tercero y de cuarto grado, y 10 de
quinto y de sexto grado. Para evitar ditorsiones en la selecciön, se
incluy6 en la poblaciön normativa a todos los alumnos inscriptos en los
grados correspondientes, que estaban presentes en el dfa de la prueba,
siempre que tuvieran entre 5 afios 0 mesesy 12 afios 11 meses. Debido
a esto, el N para cada nivel varfa ligeramente. La Tabla 1 muestra la
distribuciön de la poblaci6n normativa por edad y sexo. No se disponfa
de informaci6n especffica sobre la capacidad mental de los sujetos,
pero puede suponerse que representan toda la extensi6n del potencial
inteléctual que se encuentra normalmente en una secci6n transversal
de las escuelas püblicas. Hasta donde podemos saber, no se incluyeron
entre los sujetos débiles mentales ni nifios con serios defectos ffsicos.
Cada maestro administr6 el test DFH a su clase colectivamente
siguiendo la consigna descripta en la pågina 21. S610 en el caso de los
alumnos de jardin de infantes los DFH fueron obtenidos individual-
mente por la autora. Posteriormente, la autora verific6 la presencia de
los 30 item evolutivos en la totalidad de los protocolos. Los resultados
se presentan en términos del porcentaje de nifios que revelaron la
presencia de cada item en cada nivel sucesivo de edad. Los porcentajes
se dividen en cuatro categorfas de frecuencia, que incluyen los item
esperados, los item comunes, los item bastante comunes y los item
excepcionales.
29
Tabla 1
Distribuci6n de la poblaci6n normativa por sexo y edad
30
Tabla 2
Porcentaje de varones que incluyen cada item evolutivo los DFH
31
Tabla 2 (continuaci6n)
32
DATOS NORMATIVOS PARA LOS ITEM EVOLUTIVOS
DE LOS DFH (varones)
La Tabla 2 muestra los datos normativos para los 30 item evoluti-
en los DFH de sujetos de sexo masculino. Puede observarse que la
frecuencia de ocurrencia de cada item aumenta en los sucesivos
niveles de edad hasta que el item estå presente en el 90 por ciento o
mås de los dibujos. nümero de item esperados aumenta constante-
El
mente, mientras que el nümero de item excepcionales decrece de afio
en afio hasta los 10; a partir de ahf no parece haber més cambios
evolutivos significativos en los DFH. Esto concuerda con los resul-
tados de Goodenough.
El siguiente es un resumen de los item evolutivos que quedan
incluidos en las categorfas de esperados, comunes, bastante comunes
y excepcionales en cada nivel de edad:
Se puede esperar de los varones de seis anos que dibujen los brazos
ademås de la cabeza, Ojos, nariz, boca, cuerpoy piernas. Entre los item
comunes se incluyen los pies, dedos, cabello y dos dimensiones en
brazos y piernas. Son bastante frecuentes los brazos hacia abajo,
cuello, manos, orejas, cejas, pupilas, pies bidimensionales y nümero
correcto de dedos. Los siguientes item son excepcionales: brazos
unidos a los hombros, buena proporci6n, orificios de la nariz, codos,
dos labios y rodillas. Es la excepci6n encontrar cuatro o mås prendas
de ropa en el DFH de un var6n de seis afios. Una o dos prendas es
comün, dos a tres item de vestimenta no es infrecuente.
Los niüos de 7 anos incluyen entre los item esperados de sus DFH,
cabeza, Ojos, nariz, boca, cuerpo, piernas, brazos, pies y dos dimensio-
nes en los brazos. Los ftem comunes son piernas bidimensionales,
33
cabello, brazos hacia abajo, cuello y dedos. No es raro encontrar
manos, oreja, cejas, pupilas, pies bidimensionales, nümero correcto de
dedos, brazos unidos a la altura del hombro y buena proporci6n.
Continüan como excepcionales los dibujos de perfil, Ias fosas nasales,
codos, dos labios y rodillas. En este nivel de edad no es infrecuente
encontrar desde ninguna prenda hasta cuatro o mås item de vestimen-
ta.
34
manos, orejas, pupilas, pies bidimensionales, brazos unidos a los
hombros, cejas y correcto numero de dedos. Los item 'bastante
comunes" son: buena proporci6n, perfil, fosas nasales, codos y dos
labios. S610 la rodilla es excepcional. Nuevamente, es bastante comün
encontrar desde cero hasta cuatro o mås prendas de vestir.
35
Tabla 3
Porcentaje de nifias que incluyen cada item evolutivo en los DFH
36
Tabla 3 (continuaci6n)
37
en la categorfa de comunes: dedos y dos dimensiones en brazos y
piernas. Los item bastante comunes comprenden: cuello, manos,
cejas, pupilas, brazos hacia abajo, orejas, correcto nümero de dedos y
pies bidimensionales. Siete item entraron en la categorfa de excepcio-
nales: buena proporci6n, fosas nasales, dos labios, codos, perfil, brazos
unidos al hombro y rodillas. Es excepcional encontrar cuatro o més
prendas de ropa en los DFH de nifias de 6 afios. Dos o tres prendas es
bastante comün, mientras que una o ninguna prenda es comün en este
nivel de edad.
39
alcanzan a las que a menudo las superan en calidad y en
nifias, sino
En todos los niveles de edad parece haber
los detalles del dibujo.
algunos item que son mås "masculinos" o "femeninos", que se dan con
mayor frecuencia en los protocolos de varones o de nifias respectiva-
mente. En el presente estudio, los ftem "masculinos" comprenden el
dibujo de perfil, rodillas y orejas, mientras que los item "femeninos"
fueron el cabello, pupilas, cejas, los labios y ropa. Resultados similares
han Sido obtenidos por otros investigadores. De hecho estas diferen-
cias particulares entre los DFH de varones y de nifias han Sido
comunicados tan a menudo, que no pueden atribuirse al azar, y deben
aceptarse como diferencias reales entre los dibujos de las nifias ylos
varones norteamericanos.
Los item evolutivos fueron definidos anteriormente como item que
estån primordialmente relacionados con la edad y la maduraci6n, y no
con el aprendizaje escolar. Es diffcil de creer que la diferencia de
frecuencia de ftem "masculinos" y 'femeninos" en los protocolos de
varones y de nifias esté bi016gicamente determinada o vinculada a los
genes sexuales. Estos item son evolutivos en cuanto estån positivamente
correlacionados con el incremento en la edad; pero al mismo tiempo, es
evidente que reflejan valores y actitudes que son generalmente acep-
tados y fomentados en nuestra cultura occidental de clase media.
Desde la infancia las nifias ven que sus madres hacen muchos
aspavientos con la vestimenta, el cabello y el mäquillaje. El interés de
una nifia pequefia por estas cosas es reforzado por su deseo natural de
imitar a su madre y de ganar la aprobaci6n parental mediante el
despliegue de su encanto femenino. Los dibujos de las nifias tienden
a reflejar su conciencia del atuendo y belleza femeninos y su interés
por los mismos. Por su parte, en nuestra sociedad se espera que los
varones sean mås independientes y extrovertidos que las nifias. El
dibujo de perfil se asocia a menudo con el alejamiento de los demås y
la büsqueda de independencia. También se alienta al var6n a que
participe en deportes activos y en actividades ffsicas que 10 Ilevan a
prestar atenci6n al movimiento corporal y a sus extremidades y
rodillas. Los varones tienden a dibujar figuras que estån realizando
actividades ffsicas mucho mås a menudo que las nifias. Y finalmente,
elpelo corto del nifio pequefio hace sus orejas mås conspicuas y hace
que centre su atenci6n en ellas. Las nifias, que estån més interesadas
en el dibujo del cabello, tienden a omitir las orejas en sus DFH,
especialmente cuando dibujan nifias o mujeres. S610 a los 5 aios,
cuando tanto los varones como las nifias raramente hacen mucha
distinci6n entre sus dibujos de figuras masculinas o femeninas,
aparecen las orejas en los protocolos con una frecuencia similar.
Consecuentemente uno podrfa concluir que los ftem especfficamen-
te "masculinos" y "femeninos" en los protocolos reflejan las actitudes
que los nifios han aprendido inconscientemente de su medio sociocul-
tural en la temprana infancia. El dibujo de item "masculinos" y
"femeninos" no se aprende ciertamente de un modo consciente, a la
manera en que un nifio aprende a leer y escribir en la escuela. Si es asf,
entonces puede suponerse que la frecuencia de ocurrencia de algunos
item "masculinos" y "femeninos" en los DFH diferirå en culturas
distintas con valores diferentes.
La medida en que el dibujo del cabello en los DFH
depende de
influencias culturales es evidente en la actualidad, en que muchos
nifios dibujan figuras masculinas de cabello largo en honor de sus
fdolos melenudos, los Beatles y Otros semejantes. Hace unos pocos
afios, muchos psic610gos clfnicos hubieran considerado el dibujo de un
hombre con cabello largo por parte de un nifio como un signo de mala
adaptaci6n sexual, o de confusi6n sexual y como un signo de identifi-
caci6n femenina. Pero en estos tiempos de conjuntos de rock and roll
y cantantes populares de cabello largo, cualquier nifio que dibuje un
hombre con melena debe considerarse que "estå en la onda", sinto-
nizado con su época y su generaci6n. Porque, como Dennis (1966) ha
sugerido, la mayorfa de los nifios normales y bien adaptados dibujan
las figuras de personas a quienes admiran y que representan los
valores culturales de su tiempo y lugar. Si muchos nifios de hoy
dibujan cantantes de pelo largo o astronautas, o a Batman, ayer
dibujaban a Elvis Presley con largas patillas, o a Daw Crockett con su
gorro de piel de zorro, o a Superman. La Ilustraciön 1 muestra tres
DFH de héroes culturales de las décadas del cincuenta y del sesenta
cuyos atuendos y aspecto general tuvo gran influencia en los estilos de
corte de pelo y en las gorras usadas por los nifios.
De manera semejante, las prendas de vestir que aparecen en los
DFH reflejan las modas vigentes en una cultura y un sitio dado. Hace
un tiempo las nifias tendfan a dibujar figuras con muchos més detalles
en la vestimenta que actualmente. Algunas de las nifias mås inteli-
gentes de 11 y 12 anos de la poblaci6n normativa realizaron figuras
ataviadas meramente con vestidos sencillos sin detalles ni accesorios,
justamente iguales a los que ellas mismas usan habitualmente. Tales
dibujos tienden a sacar puntajes muy bajos en los item referentes a
vestimenta; sin embargo los estilos que mostraban estaban mucho
mås de moda y eran mucho mås sofisticados que los vestidos mås
tradicionales con cinturones, bolsillos, pedrerfa, etcétera. Debido a
estas observaciones, parece aconsejable no atribuirle demasiada sig-
nificaci6n psic016gica a la presencia u omisi6n de item de vestimenta
41
o del cabello en los DFH. Ciertamente, un dibuj o infantil s610 puede ser
evaluado si el estilo de ropa y el peinado son conocidos en su
ambiente.
Es interesante notar que ninguno de los item "masculinos" o
"femeninos" figuran entre la categorfa de "esperados" en ninguno de
los niveles de edad entre los 5 y los 10 afios. Parece evidente que los
treinta item evolutivos que investigamos incluyen dos tipos diferen-
tes. El primero incluye los item båsicos y esenciales que estån casi
enteramente determinados por la edad y la maduraci6n y que parecen
estar muy poco influidos por factores culturales, mientras que el otro
tipo de item evolutivo es menos esencial y estå relacionado tanto con
la edad como con el tipo de experiencias socioculturales que ha tenido
el nifio.
42
ERECTO DEL INSTRUMENTO EMPLEADO
Y DE LA CONSIGNA DADA: COMPARACIÖN DE DIBUJOS
INFANTILES REALIZADOS CON LAPIZ Y CON CRAYON
Tabla 4
Comparaci6n de DFH realizados por nifios de jardfn de infantes
con Iåpiz y con cray6n
Varones Nihas
Cray6n Lipiz Cray6n Låpiz
44
empleado para dibujar ni por la consigna dada a los nifios. En varios
de IOS restantes item, hubo algunas diferencias entre los DFH de
varones y los de las nifias y entre los hechos a låpiz y con crayon.
Quince de los 23 item evolutivos aparecieron con mayor frecuencia
en Ios dibujos a cray6n de los varones que en los hechos a låpiz. En los
dibujos con cray6n hubo 15 item comunesy s610 uno excepcional (fosas
nasales). En a låpiz se dio la inversa. S610 hubo un item
los dibujos
cornün (pies) mientras que se dieron 6 item en la categorfa de
excepcionales. En consecuencia, parecerfa que el instrumento de
dibujo empleado y el tipo de consigna tiene un efecto definido en los
DFH de los varones entre 51/2 y 6 1/2 afios. Pareciera que los varones
pequefios acostumbrados a dibujar con crayones se desempefiaran
mejor en el DFH cuando se les permite usar crayon en lugar del låpiz,
con el que no estån familiarizados.
Las nifias estaban muy complacidas consigo mismas y con sus
tas
45
EFECTO DEL APRENDIZAJE Y LA MADURACION
EN LOS DFH
El prop6sito de este estudio era determinar si los cambios encontra-
dos en los DFH después de un perfodo de tiempo se debfan primor-
dialmente al crecimiento y maduraci6n del nifio o al aprendizaje. En
el estudio siguiente la autora compar6 los DFH de nifios, equiparados
en cuanto a edad, que habfan tenido o no un aio dejardfn de infantes.
Los sujetos para este estudio fueron 179 nifios, 89 varones y 90 nifias,
provenientes de ocho secciones completas de jardfn de infantes,
pertenecientes a una escuela primaria suburbana. El test fue admi-
nistrado durante la primera semana del afio lectivo. En ese momento
la media de edad de los nifios era de 5 afios 3 mes. Cuando fueron
reexaminados nueve meses después, al final del afio escolar, la media
de edad era de 6 afios 0 meses. No se disponfa de puntajes de tests de
inteligencia para estos sujetos, pero tanto las maestras como la autora
estimaban que la capacidad mental de los nifios iba desde el nivel
superior hasta el 'bordeline".
Las maestras administraron el DFH las dos veces, en forma
colectiva. Se le dio a cada nifio una hoja de papel de Manila tamafio
22,25 cm x 27,50 cm y una caja con ocho crayones. Se mostr6
anteriormente (påg. 43) que no hay diferencias significativas entre los
dibujos hechos a låpiz y con cray6n de los alumnos de jardfn de
infantes. De hecho, aün es preferible usar crayones en esta edad
debido a que los varones especialmente tienen dificultades en elma-
nejo de låpices delgados.
Se computaron s610 23 item evolutivos; debido a la edad de los
sujetos los item evolutivos mås diffciles (dos labios, codos, rodilla,
perfil y buenas proporciones) fueron omitidos y los 3 item de vestimen-
ta fueron reducidos a uno solo (dos o mås prendas de ropa). La
confiabilidad del puntaje asignado fue determinada con la ayuda de
Otra psic610ga clinica2. La Otra psic610ga y la autora tabularon inde-
pendientemente 206 item evolutivos en los 15 protocolos. En 199 de los
item evolutivos computados, hubo total acuerdQ, es decir, fueron
computados por ambas psic610gas, mientras que 11 item fueron
tabulados por s610 una de las dos examinadoras. Por consiguiente,
hubo un 95% de acuerdo entre ambas psic610gas en la puntuaci6n de
los item.
46
Todos los DFH• realizados al comienzo del afio lectivo fueron
comparados con los producidos al final del mismo. Los resultados de
esta comparaci6n se muestran en la Tabla 5. Se observ6 un progreso
considerable en los ültimos DFH con respecto a los tomados anterior-
mente. A1 final del ano lectivo 20 de los 23 item evolutivos se
encontraron mås a menudo de 10 que habfan aparecido al comienzo de
dicho aio. Los ünicos item que no aumentaron en frecuencia de
ocurrencia fueron la cabeza y los Ojos, que habfan estado presentes en
un 98-100% de los protocolos al comienzo del afio y que por consi-
guiente no podfan aparecer mås a menudo, y las orejas, que fueron
dibujadas con la misma frecuencia al principio y al final deljardfn de
infantes. El nümero de item en la categorfa de Esperados aument6 de
5 a 7 en el curso de un aio escolar, mientras que los item en la categorfa
de Excepcionales disminuyeron de 6 a 2. Estos resultados muestran
que hubo un marcado progreso en los DFH, pero no revelan si este
mejoramiento se debi6 a la maduraci6n o a un afio de entrenamiento
en eljardfn de infantes.
La respuesta a esta pregunta se ha116 al comparar dos series de
DFH realizados en el lapso de un mes por 35 pares de sujetos
cuidadosamente equiparados en cuanto a sexo y edad. Los sujetos
equiparados inclufan 16 pares de varones y 19 pares de nifias. Un
conjunto de DFH provenfa de 35 nifios (Grupo A) que habfan Sido los
nifios mayores al comienzo del afio escolar. Sus dibujos se obtuvieron
al ingresaren la escuela, antes de que hubieran recibido ningün tipo
de entrenamiento en el jardfn de infantes. El segundo conjunto de
DFH se obtuvo de 35 nifios (Grupo B) que habfan Sido los menores al
comienzo del afio lectivo. Los DFH del Grupo B se tomaron a fin de afio,
luego que los nifios habfan completado un afio entero de entrena-
miento en jardfn de infantes. A esta altura, la edad del Grupo B era
igual a la del Grupo A al comienzo del afio. La edad tanto del Grupo
A como la del Grupo B comprendfa desde los 5 afios 6 meses hasta los
5 anos 10 meses, con una media de 5 afios 7 meses.
La Tabla 5 muetra los resultados de la comparaci6n en tre el Grupo
Ay el Grupo B. Los resultados muestran claramente una diferencia
muy pequefia en la frecuencia de ocurrencia de los item evolutivos de
los DFH de nifios que tenfan y que no tenfan un afio de experiencia en
jardin de infantes. La cabeza y los Ojos estaban presentes en el 100%
de ambos conjuntos de dibujos. De los otros 21 ftem evolutivos, uno de
ellos, dedos, se dio un nümero igual de veces en el Grupo A y en el
Grupo B. Nueve item se dieron mås a menudo en los DFH de los que
ingresaban en la escuela, mientras que 11 item se dieron con mayor
frecuencia en los protocolos de los que habfan completadoun ano en
Tabla 5
Comparaci6n de los DFH de alumnos con entrenamiento
en jardin de infantes y sin él
51
Tabla 7
Comparaci6n de los DFH de 24 pares de sujetos con CI de ejecuci6n alto y bajo
Cabeza 24 24
Ojos 24 24
Pupilas
Cejas 10 10
Nariz 24 19
Fosas nasales
Boca 21 24
Dos labios
Orejas
Cabello 17 21
Cuello 16 16
Cuerpo 23 22
Brazos 23 21
Brazos 2 dimensiones 22 20
Brazos hacia abajo 18 16
Brazos unidos a hombros 12
Codo
Manos 14 10
Dedos 15 13
5 dedos
Piernas 23 23
Piernas 2 dimensiones 20 21
Rodillas
Pies 20 17
Pies 2 dimensiones 11
Perfil
Buena proporci6n
Ropa: 0-1 item 11
Ropa: 2-3 ftem
Ropa: 4 6 mås ftem
52
DFH) podfan ser considerados significativos para el diagn6stico y que
muy probablemente reflejarfan inmadurez mental, mientras que la
presencia de item excepcionales (es decir, item que se dan en menos
del 16% de todos los DFH) fue considerado como un signo de madurez
mental superior al promedio. Consiguientemente, parecerfa seguirse
de esto que la presencia u omisi6n de los item esperados y los
excepcionales, respectivamente, deberfan ser relacionados con la
inteligencia y el nivel de madurez mental del nifio.
Se disefi6 un
estudio (Koppitz, 1967) para comprobar la siguiente
hip6tesis: los ftem esperados y excepcionales de los DFH pueden ser
utilizados para evaluar el nivel general de madurez mental de un nifio
aun cuando no se cuente con ningün puntaje definido de Cl. Se
construy6 para este estudio un método simple para tabular los item
esperados y excepcionales en los DFH. En el Apéndice B se muestra
3 una lista de los item esperados y excepcionales en cada nivel de edad
para los 1856 varones y nifias de la poblaci6n normativa. A cada item
esperado y excepcional se le asign6 un valor de 1 punto. La omisi6n de
un item esperado se design6 como -1, mientras que la presencia de un
item excepcional fue tabulada +1. Para evitar puntajes negativos, se
Ie sum6 un valor de 5 al total de los puntaj es positivos y de los puntajes
53
i
Este sistema de puntuaci6n fue aplicado a los DFH de 347 varones
y nifias, entre 5afios 11 mesesy 12 afios 11 meses, que sirvieron como
sujetos para el presente estudio. Todos los sujetos habfan Sido vistos
por la autora para hacerles la evaluaci6n psic016gica en la clinica de
orientaci6n infantil o en la escuela, circunstan cia en la que se les habfa
administrado el DFH. El wlsc (Wechsler, 1949) 0 la Escala de
Inteligencia Stanford-Binet (Terman y Merrill, 1960) habfa Sido
tomada a los sujetos por la autora u otros psic610gos competentes
dentro del afio en que fue tomado el DFH. Los nifios tenfan una gran
variedad de problemas de conducta y de aprendizaje, pero a ninguno
se le habfa hecho un diagn6stico médico de lesi6n cerebral, y ninguno
estaba incapacitado ffsicamente.
La Tabla 8 muestra la distribuci6n de los sujetos por edad y Cl. El
WISC habfa Sido administrado a 260 de los sujetos, mientras que a los
87 restantes se les aplic6 la Escala Stanford-Binet. Se tabularon en
cada protocolo los item esperados y excepcionales apropiados para el
respectivo sexo y nivel de edad (Apéndice B). Por ejemplo, al "Beatle"
de Eugene én la Ilustraciön 1 se le asignarfan 5 puntos, ya que dibuj6
todos los item que son esperados en los varones de 10 afios, pero ninguo
de los excepcionales para este nivel de edad. El "Davy Crockett" de
Andrew en la Ilustraciön 1 recibirfa un puntaje de 6 porque no s610
dibuj6 todos los item esperados en los varones de 7 afios sino que
también dibuj6 un item excepcional: muestra la figura de perfil.
Posteriormente, los puntajes de los DFH fueron correlacionados
con los puntajes de CI de la Escala Completa del WISC y los puntajes
de CI del Stanford-Binet. Se computaron para cada nivel de edad las
correlaciones producto de Ios momentos de Pearson. Se obtuvieron
Tabla 8
Distribuci6n de sujetos por edad y puntajes de CI
6y7 12 13 15 67
13 13 55
13 18 12 12
10 16 20 55
11 19 10 11 10 58
12 47
Total 21 34 74 74 73 57 347
también correlaciones entre los sujetos a los que se les habfa adminis-
trado el WISC y aquellos a los que se les habfa tomado la Escala
stanford-Binet. La Tabla 9 muestra los resultados de las diferentes
correlaciones. La significaci6n estadfstica de las correlaciones se
determin6 por medio de pruebas t. Los resultados indican que las
nueve correlaciones eran significativas al nivel del 0.01. Los resul-
tados de la Tabla 9 se comparan también muy favorablemente con las
correlaciones entre los puntajes del Goodenough y los puntajes de CI
publicados en la bibliograffa sobre nifios de edad escolar y pequefios
pacientes psiquiåtricos (Este y otros, 1961; Hanvick, 1953; Harris,
1963, pågs. 96-97; Thompson y Finley, 1963; Vane y Kessler, 1964).
Parecerfa en consecuencia, que los item esperados y excepcionales de
10s DFH pueden usarse con cierta confianza como un método råpido y
fåcil de evaluar el nivel de madurez mental de grupos de nifios.
Tabla 9
Correlaci6n entre los item esperados y excepcionales en los DFH
y los puntajes CI
23 Stanford-Binet y DPH
8-10 50 Stanford-Binet y DFH 55 *
Ily 12 14 Stanford-Binet y DFH
44 WISC y DFH
8 35 WISC y DFH
9 46 WISC y DFH
10 44 WISC y DFH
11 55 WISC y DFH O 57 *
,
12 36 Wisc y DFH
55
Tabla 10
Distribuci6n de los puntajes de los DFH y de CI en una muestra de 347
sujetos entre 6 y 12 afios de edad
59 y menos
60-69 21
70-79 34 13
80-89 74 19 25 18
90-99 74 18 38
100-109 73 10 47 12
110 y mås 57 12 31
Total 347 10 25 51 80 140 29
ellas.
ElApéndice D muestra las medias, desviaciones eståndar y cuarti-
les de los item esperados y excepcionales de los DFH en los distintos
niveles de Cl. Los datos para el Apéndice D se obtuvieron de los
protocolos de 375 nifios de 6 a 12 afios, que comprendfan tanto
pacientes psiquiåtricos como alumnos derivados al psic610go educa-
cional para evaluaci6n por tener problemas de aprendizaje o de
conducta. Entre los 375 sujetos habfa algunos con cierto grado de dafio
neur016gico, pero ninguno tenfa un deterioro motor serio. La muestra
utilizada en este estudio no puede considerarse representativa de la
asf llamada poblaci6n escolar "normal" o "promedio"; consecuente-
mente, los datos del Apéndice D no deberfan ser tomados como datos
normativos para los nifios como un todo. Desgraciadamente, es de 10
més diffcil para un investigador aislado obtener muestras grandes de
CI con el WISC o el Stanford-Binet de escolares no seleccionados que
nunca han Sido derivados a un psic610go para ser diagnosticados. Sin
embargo, es poco comün que los psic610gos clfnicos y educacionales
trabajen con muchos nifios de inteligencia normal y buen desempefio,
mientras que los sujetos usados en el presente estudio son muy
representativos de la poblaci6n vista en el ejercicio profesional por la
mayorfa de los psic610gos educacionales y clfnicos. Por esta raz6n, los
datos del Apéndice D pueden considerarse representativos de una
muestra clinica y utilizarse con confianza en el trabajo actual con los
nifios.
Los tres casos siguientes pueden ayudar a ilustrar las aplicaciones
pråcticas del sistema de tabulaci6n para los item esperados y excep-
cionales en los DFH. La Ilustraciön 2 muestra el DFH de Simon, de 7
afios. La figurita dibujada por Simon muestra 7 de los 9 item espera-
dos para los nifios de 7 afios (Apéndice B). Simon dibuj6: cabeza, Ojos,
nariz, boca, cuerpo, piernas y pies. Omiti6 los brazos y la bidimen-
sionalidad en los mismos. Esto significa que su puntaje es de -2+0+5=3
e indica que probablemente tenia una inteligencia normal baja, es
57
decir que posiblemente tenfa un CI entre 70 y 90. De hecho, Simon
obtuvo un CI de 82 en la escala Stanford-Binet.
El DFH de Max, otro nifio de 7 afios, se puede ver en lallustraciön
3. Max dibuj6 todos los item esperados para su edad, pero ninguno de
los item excepcinales. Por consiguiente su puntaje fue de -0+0+5=5,
indicando como mfnimo una inteligencia normal, es decir que proba-
blamente tenia un CI entre 85 y 135. Cuando posteriormente se le tom6
el Stanford-Binet, obtuvo un CI de 103. Por ültimo tenemos a Jim, de
9 afios, cuyo DFH se puede ver en la Ilustraciön 4. Jim dibuj6 los 10
item esperados para los varone de su edad: cabeza, Ojos, nariz, boca,
cuerpo, piernas, brazos, pies y brazos y piernas bidimensionales;
ademås dibuj6 su figura de perfil y una rodilla, dos item que se
califican como excepcionales en este nivel de edad. De modo que el
2
puntaje obtenido por Jim es de -0+2+5=7. Un puntaje de 7 indica una
inteligencia normal alta o superior, es decir que su CI probablemente
era de 110 0 mås. Una Ojeada a la historia clinica de Jim mostraba que
el CI logrado en el WISC correspondfa realmente al nivel superior.
58
ITEM EVOLUTIVOS EN EL DFH: RESUMEN
59
14
INDICADORES EMOCIONALES
EN EL DFH
61
I. Signos cualitativos
Trazos fragmentados, esquiciados.
Integraci6n pobre de las partes de la figura.
Sombreado de la cara o parte de la misma.
Sombreado del cuerpo y/o extremidades.
Sombreado de las manos y/o cuello.
Pronunciada asimetrfa de las extremidades.
Inclinaci6n de la figura en 15 grados o mås.
•Figura pequeöa, de 5 cm o menos de altura.
Figura grande, de 23 cm o mås de altura.
Transparencia.
Ill. Omisiones
Omisi6n de Ios Ojos.
Omisi6n de la nariz (varones, 6 aios - ninas, 5 afios).
Omisi6n de la boca.
Omisi6n del cuerpo.
Omisi6n de Ios brazos (varones, 6 afios - nifias, 5 afios).
Omisi6n de las piernas.
Omisi6n de los pies (varones, 9 anos - nifias, 7 anos).
Omisi6n del cuello (varones, 10 anos - nifias, 9 anos).
62
IOSitem esperados puede darse por supuesta, mientras que la ausen-
cia de tales item es rara y debe ser considerada como clfnicamente
significativa. Tales omisiones pueden reflejar inmadurez o un mal
funcionamiento debido a retraso mental y/o perturbaciones emociona-
les.
Los 38 item de la lista tentativa de indicadores emocionales fueron
definidos en detalle en un manual de tabulaci6n. Se les asign6 un valor
a los indicadores emocionales segün estuvieran presentes o ausentes
del mismo modo como se habfa hecho con item evolutivos. La
los
confiabilidad de la valoraci6n de los indicadores emocionales ya fue
mencionada en un capftulo anterior (påg. 28).
63
Tabla 11
Porcentaje de varones que muestran indicadores emocionales en sus DFH
Indicador
Edad 5 10 11 12
emocional Cantidad 128 131 134 138 134 109 105 52
Integraci6n pobre 16 15 11
Sombreado: cara
Sombreado: cuerpo, extremidades 30 19 12
Sombreado: manos, cuello 17 23 11
Asimetrfa de extremidades
Figura inclinada
Figura pequeöa
Figura grande 11 16 18 10 11 11 12
Transparencias
Cabeza pequefia
Cabeza grande ( * ) 18 30 23 14 18 11 14
Ojos vacfos ( * ) 25 12 17 14 15 14 25
Miradas laterales ( *)
Ojos bizcos
Dientes 11 10 15 12
Brazos cortos
Brazos largos
Brazos pegados 10
Manos grandes
Manos omitidas 10
Manos ocultas ( * )
Piernas juntas
Genitales,
Monstruo, figura grotesca
Tres figuras
Figura cortada (*)
Lfnea de base ( * ) 21 27 31 30 22 24 19 23
sol
Nubes, Iluvia
Omisidn de:
Ojos
Nariz 10
Boca
Cuerpo 11
Brazos
Piernas
Pies 10
Cuello 11
(* ) No cumpli6 con los criterios establecidos para los indicadores emocionales y por 10
tanto fue suprimido de la lista de indicadores emocionales.
Tabla 12
porcentaje de niias que muestran indicadores emocionales en sus DFH
Edad 5 10 11 12
Indicador
emocional Cantidad 128 133 125 130 134 108 112 55
Integraci6n pobre 16
Sombreado: cara
Sombreado: cuerpo, extremidades 25 20 11
Sombreado: manos, cuello 13 20
Asimetrfa de extremidades
Figura inclinada
Figura pequeöa
Figura grande 14 17 15 10 13
Transparencias
Cabeza pequeöa
Cabeza grande ( * ) 27 28 30 36 26 16 17 16
Ojos vacfos ( * ) 18 11 15 14 11
Miradas laterales (*) 11 10
Ojos bizcos
Dientes 11
Brazos cortos 10 10
Brazos largos
Brazos pegados
Manos grandes
Manos omitidas
Manos ocultas ( * ) 11
Piern as juntas 13
Genitales
Monstruo, figura grotesca
Tres figuras
Figura cortada (*)
Linea de base, pasto ( * ) 18 29 35 21 20 20 16 11
sol 10
Nubes, Iluvia
Omisi6n de:
Ojos
Nariz 10
Boca
Cuerpo
Brazos
Piernas
Pies 10
cueilo
( *) No cumpIi6 con los criterios establecidos para Ios indicadores emocionales y por 10
tanto fue suprimido de la lista de indicadores emocionales.
65
presentes tan a menudo en de varones como de
los protocolos tanto
nifias en la mayorfa de de edad, que no podfan calificarse
los niveles
como raros o inusuales en ningün momento. Por consiguiente fueron
eliminados de la lista de indicadores emocionales.
Se encontr6 que otros tres item aumentaban en frecuencia de ocurren-
cia en los DFH a medida que aumentaba la edad de los nifios. Asf, la
frecuencia de los "trazos fragmentados" no disminufa hasta convertirse
en inusuales en los dibujos de los varones de 11 y 12 afios, mientras que
"miradas laterales" y "manos ocultas" aumentaban marcadamente su
frecuencia de ocurrencia en los protocolos de las nifias preadolescentes.
Se pudo observar que estos ftem en particular se daban en algunos de los
dibujos mejores y mås maduros de la poblaci6n normativa. Por consi-
guiente, parece que "trazos fragmentados", "miradas laterales" y "manos
ocultas" estån mås relacionados con sofisticaci6n que con problemas
emocionales; consecuentemente, estos tres item también fueron supri-
midos de la lista de indicadores emocionales. Para una discusi6n mås
detallada de estos item se puede consultar la pig. 104 y siguientes.
Esto redujo a 32 el nümero de item en la lista provisoria de
indicadores emocionales. Veinticuatro de ellos parecfan poder cum-
plir con los dos criterios sefialados en todos los niveles de edad. Los
otros 8 item no se calificaban como indicadores emocionales hasta que
los nifios no tenfan 6 afios o mås. El cuadro siguiente muestra los 8
item y las edades a partir de las cuales se convierten en indicadores
emocionales para los varones y las nifias, respectivamente.
66
vALIDACION DE LOS INDICADORES EMOCIONALES
67
significativos al nivel del 0,05; y que otros 4 item mås (sombreado de
manos y/o cuello, asimetrfa de las extremidades, transparencias y
manos grandes) podfan discriminar los DFH del Grupo A y del Grupo
Tabla 13
Indicadores emocionales en los DFH de los pacientes clinicos (Grupo A)
y en los de Ios alumnos bien adaptados (Grupo B)
7.06 0.01
Integraci6n pobre
Sombreado: cara
Sombreado: cuerpo, extremidades 10 6.63 0.01
Sombreado: manos, cuello 3.36 0.10
Asimetrfa de extremidades 3.31 0.10
Brazos largos
Brazos pegados
Manos grandes 3.31 0.10
Manos omitidas 11 3.85 0.05
Piernas juntas
Genitales
Monstruo, figura grotesca
Tres figuras
sol
Nubes, Iluvia
Figura cortada por el borde de la hoja ( * ) 3
Omisi6n de:
Ojos
Nariz
Boca
Cuerpo
Brazos
Piernas
Pies
Cuello 5.36 0.02
68
B al nivel de significaci6n del 0, 10. Algunos de los indicadores
emocionales ocurrfan tan raramente en los dibujos que el anålisis
estadfstico no era posible ni significativo (sombreado de la cara,
omisi6n de los Ojos, cabeza pequefia, genitales).
Dieciséis de los item se daban exclusivamente en Ios DFH de los
pacientes clfnicos del Grupo A. Doce item estaban presentes en los
protocolos de ambos grupos, pero figuraban con mayor frecuencia en
i
IOS de los nifios con problemas emocionales. Dos item (Ojos bizcos y
omisi6n de piernas) no aparecieron en ningün protocolo. Estos dos
ftem son sumamente raros, pero, segün la experiencia de la autora,
cuando se dan, reflejan problemas emocionales. Un item (figura
cortada por el borde de la hoja) apareci6 con la misma frecuencia en
ambos grupos, mientras que el ültimo item —sol— se dio de hecho mås
a menudo en los dibujos de los alumnos sobresalientes que en los DFH
de los nifios perturbados. Dado que "figura interrumpida por el borde
de la hoja" y "sol" no pudieron cumplir con el criterio de validez clinica
(es decir, no podfan discriminar entre los DFH de los pacientes clfnicos
y los de los alumnos bien adaptados), fueron eliminados de la lista de
indicadores emocionales. Todas las discusiones subsiguientes sobre
los indicadores emocionales se basarån exclusivamente en estos 30
item. El manual de tabulaci6n para Ios 30 indicadores emocionales se
adjunta en el Apéndice E. El Apéndice F contiene la lista de los 30
.1
indicadores emocionales y en qué edades se vuelven clinicamente
vålidos para varones y nifias.
La significaci6n diagn6stica de los 30 indicadores emocionales se
acrecienta mucho cuando se toma efi cuenta el nümero total de dichos
signos en un protocolo dado en lugar de considerarlos separadamente.
La Tabla 14 muestra el nümero de sujetos del GrupoA y del Grupo B
que tuvieron 0, 1, 2, 3 6 4 indicadores emocionales en sus dibujos. Se
hallo que 58 de los 76 sujetos del Grupo B o sea tres cuartos del total
de alumnos bien adaptados, no presentaban indicadores emocionales
en sus protocolos. S610 7 de los pacientes del GrupoA dibujaron figuras
sin indicadores emocionales (chi-cuadrado 67, 19; P<O,OOI). Cin-
cuenta y Cinco, o tres cuartos de losnifios con problemas emocionales
del GrupoA inclufan dos o mås indicadores emocionales en sus DFH
frente a s610 cuatro sujetos en el Grupo B (chi-cuadrado 69,26;
69
Tabla 14
Nümero de indicadores emocionales en los DFH de pacientes (Grupo A) y
de alumnos bien adaptados (Grupo B)
Nimero de indicadores
emocionales Grupo A Grupo B
0 7 58
1 14 14
2 23 4
3 22
4 10
76 76
70
RELACION ENTRE LOS INDICADORES EMOCIONALES
DE LOS DFH Y SINTOMAS DE CONDUCTA
El estudio precedente mostr6 que los 30 indicadores emocionales de
10s DFH (Apéndice E) pueden discriminar entre los dibujos de los
pacientes y de los nifios bien adaptados. Los pacientes que sirvieron
como sujetos tenfan una amplia variedad de problemas emocionales
y sfntomas. Habfan Sido seleccionados del archivo clfnico de la autora
solamente sobre la base de su sexo, edad y CI para equipararlos con
10s alumnos bien adaptados. En el presente estudio, los sujetos fueron
elegidos sobre la base de su conducta y los sfntomas que presentaban.
El prop6sito de esta investigaci6n era descubrir si alguno de los 30
indicadores emocionales de los DFH estån relacionados con tipos
especfficos de conducta o de sfntomas en los nifios.
Creemos que los indicadores emocionales de los DFH reflejan las
actitudes y preocupaciones infantiles asf como su conducta mani-
fiesta y sus sfntomas revelan mucho de sus actitudes y ansiedades
subyacentes. Podemos suponer que un nifio con conductas agresivas
manifiestas es impulsivo, y estå frustrado y enojado, mientras que
frente a un nifio tfmido y retrafdo podemos suponer que le falta
confianza en sf mismo. Este ültimo probablemente es menos impul-
sivo que el abiertamente agresivo, pero es fåcil que sea ansioso, se
menosprecie y no pueda conectarse con los demås. Formulamos aquf
la hip6tesis de que el nifio que dirige su frustraciön y enojo hacia los
demås y es manifiestamente agresivo diferirå del retrafdo no s610 en
su conducta, sino también en el tipo de indicadores emocionales que
presente en su DFH. De manera similar, enunciamos la hip6tesis de
que los nifios que roban a los demås mostrarån en sus DFH indica-
dores emocionales distintos de los nifios que dirigen su hostilidad y
ansiedad contra sf mismos y desarrollan sfntomas psicosomåticos.
Los sujetos para este estudio fueron 114 pacientes psiquiåtricos (82
varones y 32 nifias) que tenfan alguno de los siguientes sfntomas: 1)
agresividad manifiesta hacia los demås, inclusive morder, patear, gol-
pear, etc.; 2) extremada timidez o depresi6n y retraimiento; 3) robo
neur6tico (no se incluyeron en este sentido los nifios que pasaban muchas
privaciones y robaban por necesidad ni aquellos que eran miembros de
la pandilla y robaban para conseguir la aprobaci6n de los compafieros),
y 4) una historia de enfermedades psicosomåticas (incluyendo trastor-
nos gastrointestinales, asma, dolores de cabeza; mareos, etcéteray tics).
La mayorfa de los nifios agresivosy los que robaban habfan Sido enviados
por la cortejuvenil a un centro de diagn6stico, donde fueron examinados
por la autora. La mayorfa de los nifios con trastornos psicosomåticos
71
habfan Sido pacientes de un hospital de pediatrfay fueron derivados a la
clinica de orientaci6n infantil para que se les hiciera una evaluaci6n
psic016gica luego que los médicos no habfan logrado encontrar ninguna
causa ffsica para los problemas del nifio. La mayorfa de los nifios tfmidos
tenfan dificultades en su hogar y en la escuela y fueron Ilevados por sus
padres a la clinica de orientaciön para que se les hiciera un diagn6stico
y se los tratara.
Las edades de los sujetos iban de los 5 afios 0 meses a los 12 afios
11 meses. Sus CI en el WISC y el Stanford-Binet iban desde un nivel
borderline hasta inteligencia superior. Ninguno tenfa un CI inferior a
70 ni defectos ffsicos serios. Los sujetos provenfan de medios socioeco-
n6micos muy variados e inclufan miembros de varios grupos raciales
y culturales.
En el grupo de 114 sujetos fue posible equiparar 31 pequefios que
eran tfmidos y retrafdos con otros 31 que eran manifiestamente
agresivos. Estos 31 pares de sujetos inclufan 20 pares de varones y 11
pares de nifias; fueron equiparados en edad, sexo y Cl. Otros 35
sujetos con antecedentes de robo fueron equiparados en edad, sexo y
CI con 35 nifios que sufrfan trastornos psicosomåticos. Los 35 pares de
sujetos equiparados inclufan 27 pares de varonesy 8 pares de mujeres.
Hubo cierta superposici6n entre los dos•conjuntos de pares equipa-
rados. Nueve de los nifios tfmidos también experimentaban enfer-
medades psicosomåticas, mientras que nueve de los agresivos tam-
bién estaban entre los que habfan robado.
La autora le habfa administrado el DFH individualmente a todos
los sujetos en la clinica de orientaci6n o en el centro de diagn6stico en
ocasi6n de su evaluaciön psic016gica. Para el presente estudio se
tomaron los DFH del archivo clfnico y se verific6 en ellos la presencia
de los 30 indicadores emocionales. Se computaron las chi-cuadrado
comparando el nümero de nifios tfmidos y agresivos que presentaban
cada indicador emocional en sus protocolos. Se efectu6 10 mismo con
los nifios con trastornos psicosomåticos y los que habfan robado.
72
todos los protocolos de un grupo. Por consiguiente, no puede decirse
que Ia ausencia de un indicador emocional en un DFH muestra que el
nifio no es tfmido o que no es agresivo. Sin embargo, algunos de los
indicadores emocionales aparecieron significativamente mås a me-
nudo en los dibujos de los nifios tfmidos o agresivos, respectivamente.
Estos indicadores en particular parecen reflejar las actitudes aso-
ciadas con estos tipos especfficos de conducta.
De acuerdo con los datos de la Tabla 15, los nifios tfmidos y depre-
sivos tienden mås a menudo a dibujar "figuras pequefias" que los
agresivos; también omiten con mayor frecuencia la boca, la nariz y los
Tabla 15
Indicadores emocionales en los DFH de nifios timidos y agresivos
Integraci6n pobre 10
Sombreado: cara
Sombreado: cuerpo, extremidades
Sombreado: manos, cuello
Asimetrfa de extremidades 4.61 0.05
Figura inclinada
Figura pequefia 2.10 0.10
Figura grande
Cabeza pequefia
Ojos bizcos
Dientes
Brazos cortos 4.61 0.05
Brazos largos
Brazos pegados al cuerpo 7.03 0.01
Manos grandes
Manos seccionadas 3.48 0.05
Piernas juntas 15 5.98 0.02
Genitales
Monstruo, figura grotesca 2.40 0.10
Tres figuras
Nu bes
Omisiön de:
Ojos
Nariz 2.10 0.10
Boca 3.48 0.05
Cuerpo
Brazos
Piernas
Pies
Cuello
73
mås a menudo "manos seccionadas" en sus protocolos.
Ojos y muestran
Estos hechos parecen ilustrar casi literalmente c6mo se siente de
pequefio e insignificante el nifio tfmido, y su dificultad para comuni-
carse con los demås verbalmente o a través del contacto ffsico. La falta
de manos en el DFH subraya el desvalimiento que tan a menudo se
observa en los pequefios tfmidos y deprimidos. Siguiendo la teorfa
psicoanalftica la omisi6n de la nariz en un dibujo se interpreta
comünmente como un signo de ansiedad de castraci6n. Esto puede ser
apropiado para algunos nifios, pero en muchos casos dicha omisi6n
parece indicar sobre todo retracci6n y miedo de "meter la nariz". El
nifio que omite la nariz de su DFH, que se refrena de "meter la nariz"
puede compararse con un caracol que retrae sus "antenas" y se refugia
en su propio caparazön. Cualquiera que sea el modo de interpretar la
omisi6n de la nariz que uno elija, parece reflejar ansiedad y un
sentimiento de inadecuaci6n. La Ilustraciön 5 muestra un ejemplo de
DFH realizado por un nifio tfmido.
Una vez mås debemos recalcar que no todos los sujetos tfmidos de
esta muestra dibujaron figuras pequefias, ni tampoco todos omitieron
la nariz y la boca o cortaron las manos. Y
no todos los nifios que
dibujaron figuras pequefias u omitieron las manos o la nariz eran
retrafdos todo el tiempo. Estos indicadores emocionales también se
encontraron en los protocolos de algunos sujetos agresivos, aunque
era infrecuente en este grupo. Los seres humanos raramente estån
motivados por s610 una actitud con exclusi6n de Otras; nunca actüan
de una finica manera, por ejemplo tfmida o agresivamente. Combinan,
en cambio, muchas actitudes y necesidades conflictivas contradicto-
rias que pueden reflejarse en sus DFH. Aun si una actitud prevalece
en un nifio en un momento dado, otras pueden persistir en el in-
consciente y no hacerse manifiestas hasta algün tiempo después. Un
nifio tfmido y retrafdo puede ser a veces muy agresivo y un nifio
abiertamente agresivo puede tener perfodos de retraimiento y de-
presi6n.
Lallustraciön 2 muestra el DFH de Simon, un nifio de 7 afios, muy
ansioso y habitualmente tfmido, un lesionado cerebral de inteligencia
normal baja. Simon era rechazado por sus coetåneos debido a un
defecto en el habla y a su torpeza y comportamiento impredictible. La
mayor parte del tiempo Simon se retiraba a un mundo de fantasia y
jugaba solo. Pero de vez en cuando trataba de conectarse con los
demås. La observaci6n de su conducta•y Otros tests proyectivos
mostraban claramente que Simon era muy ambivalente hacia los
Otros nifios. Se resentfa por el rechazo de los demås y envidiaba sus
logros; al mismo tiempo ansiaba desesperadamente que 10 aceptaran
74
y deseaba hacerse amigo de los otros. A veces Simon se sentfa
abrumado por sentimientos simultåneos de carifio y hostilidad que se
expresaban en acciones bastante agresivas de "amor" a los otros nifios.
En una de estas oportunidades Simon se acerc6 a Bobby, que estaba
rnuy confiado, y trat6 de "quererlo"; 10 abraz6, 10 bes6, le pellizc6 el
•f brazo hasta hacerlo sangrar y le dio un mordisco en la oreja sacåndole
un pedazo. La enfurecida madre de Bobby protest6 agriamente contra
ese nifio "maligno y agresivo" y no podia creerlo cuando le dijeron que
Simon no era violento, sino mås bien tfmido y retrafdo la mayor parte
del tiempo. Simon mismo no podfa comprender todo el lfo que habfa
armado, insistfa en que Bobby era su amigo y que s610 habfa querido
demostrarle "carifio".
Es necesario aclarar que Simon no fue incluido entre los sujetos de
este estudio debido a que mostraba una conducta tfmida y agresiva.
Todos los nifios que fueron incluidos en este estudio mostraban
claramente un tipo u Otro de conducta y no ambas. El DFH de Simon
se presenta aquf para ilustrar c6mo las actitudes conflictivas de
timidez y agresiön pueden reflejarse en un mismo dibujo. La Ilus-
traciön 2 muestra una figura pequefia, muy sombreada, que refleja
intensa ansiedad, sentimientos de inadecuaci6n y retraimiento.
También muestra una inclinaci6n marcada y una interpretaci6n
pobre que estån asociadas con la falta de equilibrio y la impulsividad
tfpica de muchos nifios agresivos. La figurita dibujada por Simon no
tiene brazos, un signo que se dio algo mås a menudo en los DFH de los
nifios agresivos que en los de los tfmidos. Se cree que la omisi6n de los
brazos refleja primariamente sentimientos de culpa y ansiedad con
relaci6n almal uso o al pobre desempefio con los brazos y manos.
La inclinaci6n de la figura y la omisi6n de los pies se encontraron
bastante a menudo en los DFH de los dos grupos estudiados, sugi-
riendo que ambos estån un poco "desequilibrados" y no andan con paso
firme. Sin embargo, integraci6n pobre de las partesy gruesa asimetrfa
de las extremidades se dieron mås a menudo en los dibujos de los nifios
agresivos. Estos dos signos indican impulsividad y coordinaci6n
deficiente.Puede ser significativo que todos los sujetos que mostraban
estos signos en sus DFH tenfan también una historia de disfunci6n
cortical que puede haber contribuido a su explosividad y agresividad.
Ninguno de los alumnos bien adaptados de la Tabla 13 mostraron
integraci6n pobre o asimetrfa pronunciada en sus protocolos. Se
estima que estos dos signos no reflejan hoetilidad o agresividad en
cuanto tales, sino que indican mås bien un individuo pobremente
integrado que puede volverse con facilidad abiertamente agresivo
cuando 10 frustran.
75
La Ilustraciön 6 muestra el DFH de un nifio agresivo que dibuj6
brazos largos y manos grandes. Dichos indicadores emocionales, asf
como los dientes, se dieron significativamente mås a menudo en los
protocolos de los nifios agresivos que en los de los nifios tfmidos. Estos
tres item parecen reflejar una conducta agresiva y actuadora. Ningu-
no de estos item estaban presentes en los protocolos de los nifios
tfmidos. Pero en la medida en que cierto grado de agresividad es
normal y a menudo deseable en nuestra sociedad competitiva, no es
sorprendente que algunos de los nifios bien adaptados y extrovertidos
también dibujaran figuras con dientes y brazos largos. (Tabla 13
Grupo B.) Estos item indudablemente revelan algün grado de agresi-
vidad, pero el monto de la misma y el tipo de conducta que el nifio
puede tener para expresarla pueden variar mucho y no pueden
detectarse mediante el DFH.
El dibujo de los genitales y las transparencias se dieron mås a
menudo en los dibujosde los nifios agresivos. La presencia de geni-
tales en los protocolos de estos nifios creemos que refleja primor-
dialmente impulsividad y ansiedad corporal. Las transparencias
pueden indicar o angustia frente al cuerpo o el tipo de concretismo que
se encuentra tan a menudo en los nifios pequefios o en aquellos que
tienen algün dafio neur016gico. Estos dos indicadores emocionales no
se consideran signos de agresividad per se, sino que bien pueden in-
dicar una impulsividad y angustia subyacente que pueden contribuir
a la frustraci6n y enojo del nifio, asociåndose asi con la agresi6n
manifiesta.
El nümero total de indicadores emocionales presentes en los DFH
de todos los sujetos agresivos superaba al de los nifios tfmidos. La
incidencia individual de indicadores emocionales en cada protocolo
también era mayor para los sujetos agresivos que para los tfmidos.
Trastornos
Indicadores emocionales psicosomåticos Robo
Integraci6n pobre 6
Sombreado: cara 1
Sombreado: cuerpo, extremidades 4 6
Sombreado: manos, cuello 3 6
Asimetrfa (extremidades) 2 2
Figura inclinada 5 8
Figura pequefia 6 6
2
Figura grande
Transparencias 1 3
Cabeza pequefia 3
Ojos bizcos 1 1
Dientes 2 2
Brazos cortos 10 3 4.12 0.05
Brazos largos 4 5
Brazos pegados 2 3
Manos grandes 5 3.45 0.05
Manos seccionadas 8 9
Piernas juntas 3 0
Genitales 0
Monstruo, figura grotesca 2 3
Tres o mås figuras 0
Nubes 4 0 2.39 0.10
Omisi6n de:
Ojos 2 1
Nariz 4 2.39 0.10
Boca 3 1
Cuerpo 0 3
Brazos 1 4
Piernas 0 1
Pies 4 3
Cuello 0 8 6.91 0.01
77
psicosomåticas se dieron mås a menudo los siguientes indicadores
emocionales: brazos cortos, piernas juntas, omisi6n de la nariz y la
boca y nubes. Por supuesto, ningün nifio present6 todos estos indi-
cadores en su protocolo. Pero tomados globalmente, estos Cinco indi-
cadores nos muestran gråficamente la clase de nifio que desarrolla
sfntomas psicosomåticos. Nos da la imagen de un ser coartado que se
retrajo dentro de sf mismo y "meti6 para adentro" sus brazos y nariz;
ha juntado sus piernas fuertemente en una postura de inmovilidad
defensiva y no puede o no desea comunicarse con los demås; se queda
parado debajo de una nube negra, es decir, se siente amenazado por
fuerzas poderosas provenientes del ambiente.
Los DFH de nifios con una historia de robo diferfan de los anteriores
en los siguientes indicadores emocionales:sombreado de manos y/o
cuello, cabeza pequefia, manos grandes, omisi6n del cuerpo, omisi6n
de los brazos y omisi6n del cuello. La cabeza pequefia parece indicar
que los nifios neur6ticos que roban tienden mås a menudo a sentirse
intelectualmente inadecuados, mientras que los otros indicadores
emocionales sugieren que experimentan mucha hostilidad, angustia
y culpa por su conducta. Veinticuatro de 10s 35 sujetos de este grupo
pusieron un énfasis especial en las manos de sus figuras sombreån-
dolas, cortåndolas, dibujåndolas grandes u omitiendo totalmente
brazos y manos. Todos estos signos son variaciones del mismo tema.
Es importante destacar que actitudes y ansiedades similares pueden
expresarse de varias maneras distintas en los DFH.
Los nifios que robaban mostraban una mayor incidencia de omisi6n
del cuerpo y del cuello en los protocolos. No creemos que estos dos ftem
estån relacionados con el robar en cuanto tal, sino que revelan
ansiedad corporal y un •control pobre de los impulsos. Los datos
obtenidos sugieren que los nifios con un control pobre de los impulsos
es mås probable que Ileguen a robar, mientras que los nifios menos
impulsivos pueden desarrollar sfntomas psicosomåticos cuando los
frustran y estån enojados.
79
Posteriormente se compararon los DFH de los sujetos con buenos
puntajes en el test de desempefio escolar y altas calificaciones de los
maestros, con los nifios con puntajes bajos en el Metropolitan y bajas
calificaciones de los maestros. Se computaron los chi-cuadrados de los
alumnos buenos y malos que presentaban cada uno de los indicadores
emocionales, y los del nümero total de indicadores emocionales cuyos
chi-cuadrados fueron estadfsticamente significativos y que conse-
cuentemente estaban relacionados con el desempefio escolar. Como en
este estudio se investigaron los DFH de tres grupos de alumnos de
primero y de segundo grado, la comparaciön de los datos de la Tabla
17 para los tres grupos puede servir como un estudio de validaci6n
cruzada. Los resultados pueden sintetizarse asf:
80
o o
n o
e
O d
81
Los DFH de aproximadamente la mitad de los malos alumnos presen-
taban dos o mås indicadores emocionales, mientras que s610 un quinto
de los buenos alumnos mostraba mås de uno de tales signos en sus
protocolos.
Tabla 18
Indicadores emocionales en los DFH de los alumnos de grados especiales
y de los buenos alumnos
Grado Buenos
Indicador emocional especial alumnos
Omisiön de:
Boca 6 2
Cuerpo 13 0 12.09 0.01
Brazos 12 1 8.39 0.01
Monstruo, figura grotesca 4 0 2.31 0.10
Tres figuras 3
Asimetrfa de extremidades 7 0 5.39 0.05
Figura pequefia 9 2 3.52 0.05
Brazos cortos 11 3 3.04 0.05
Manos grandes 5 3.31 0.05
Manos cortadas, omitidas 14 5 3.83 0.05
Omisi6n de nariz 11 3 3.84 0.05
84
emocionales; asimetrfa de las extremidades, figura pequefia, brazos
manos grandes, manos seccionadas y omisi6n de la nariz. Como
cortos,
estos ftemno diferenciaban entre los buenos y malos alumnos en los
grados comunes (Tabla 17), puede suponerse que no estån relacio-
nados con rendimiento académico sino que mås bien reflejan las
el
actitudes emocionales y problemas de los nifios. Por definici6n, los
alumnos de grados especiales tienen a la vez problemas de aprendi-
zajey de conducta. Por 10 tanto no es de sorprender que sus protocolos
revelen muchas clases diferentes de indicadores emocionales, algunos
de 10s cuales estån mås estrechamente relacionados con el rendi-
miento académico, mientras que otros 10 estån mås con desajustes
emocionales.
Los indicadores emocionales de los protocolos de los 78 alumnos de
clases especiales se parecen bastante estrechamente a los indicadores
emocionales de los dibujos de los pacientes psiquiåtricos presentados
anteriormente (Tabla 13). En ambos casos, los sujetos inclufan nifios
conuna variedad de problemas y sfntomas; es por eso que no resulta
inesperado que sus DFH revelen actitudes tanto de agresividad como
de retraimiento, y de impulsividad tanto como de timidez.
La Tabla 18 muestra que dos tercios de los 78 alumnos de grados
especiales presentaban dos o mås indicadores emocionales en sus
protocolos, mientras que menos de un sexto de los 78 buenos alumnos
revelaron mås de uno de tales indicadores en sus dibujos.
Cuando se analiz6 el nümero de indicadores emocionales en los
DFH de los 139 alumnos de grados especiales, se obtuvieron los
siguientes resultados:
Nfmero de
indicadores emocionales Nümero de alumnos de grados especiales
6 afios 7 afios 8 afios 9 afios 10 afios Total
061 10 12 9 8 46
26 mås 15 25 22 18 13 93
22 35 34 27 21 139
85
53% de los 133 alumnos malos de los grados comunes y el 19% de los
180 buenos alumnos. Se estima que dos o mås indicadores emociona-
les en un DFH indican la presencia de algån problema emocional.
Parecerfa en consecuencia que los problemas emocionales se dan en la
mayorfa de los pacientes clfnicos y los alumnos de grados especiales,
mientras que los alumnos de grados comunes con bajo rendimiento
pueden estar sufriendo desajustes emocionales o no. Alrededor de un
quinto del total de buenos alumnos puede también mostrar signos de
problemas emocionales.
Como se sefia16 anteriormente (påg. 69), un ünico indicador emocio-
nal en un DFH no es concluyente, a menos que sea uno de los siete
relacionados con desempefio escolar (Tabla 17). La mera presencia de
un signo de ansiedad o de agresividad en un protocolo no es por sf
misma una indicaci6n de perturbaci6n emocional. La ansiedad y la
agresividad en grados moderados pueden de hecho servir como
fuerzas motivadoras para un buen desempefio, mientras que una
ausencia total de ansiedad o de agresividad puede impedir el impulso
hacia el éxito y el rendimiento. S610 cuando la ansiedad y la agresi-
vidad son extremas, o de un monto mayor del que el nifio puede
manejar es que se vuelven paralizadoras e interfieren con el éxito
académico. En este orden de cosas, se observö que algunos signos de
ansiedad, por ejemplo sombreado de la figura o nubes, se daban hasta
cierto punto tanto en los DFH de los buenos como de los malos
alumnos. Lo mismo se daba en el caso de los indicadores de agresi-
vidad, p. ej., dientes. El valor diagnostico de cada indicador emocional
aumenta cuando se combina con uno o mås indicadores emocionales
diferentes en el mismo protocolo.
86
que no existe una relaci6n univoca entre ningån signo aislado del DFH
y un rasgo determinado de personalidad o conducta por parte del
var6n o la nifia que hace el dibujo. Las ansiedades, los conflictos o las
actitudes pueden ser expresados en el DFH de distintas maneras por
nifios diferentes, o por un mismo nifio en momentos distintos. Esta
autora s610 puede subrayar 10 que otros han enfatizado una y Otra vez:
no es posible efectuar un diagn6stico o una evaluaci6n significativa de
la conducta o dificultades de un nifio sobre la base de un signo aislado
del DFH. El dibujo total y la combinaci6n de varios signos e indica-
dores deberfa ser considerado siempre y luego deberfa analizarse
tomando en cuenta la edad, maduraci6n, estado emocional, nivel
sociocultural, y luego evaluarlo relacionåndolo con los datos disponi-
bles de otros tests.
La discusi6n que sigue sobre el significado de cada indicador
emocional no con stituye un esfuerzo para crear Otro c6modo "manual
de recetas de cocina" para la interpretaci6n de los dibujos. Conside-
ramos deplorable el enfoque tipo "recetario de cocina" para el anålisis
de dibujos, ya que a menudo es empleado mecånicamente por los
psic610gos deficientemente entrenados o con menos experiencia. Con
este método de "recetario de cocina" uno consulta el significado de cada
signo y sale con un diagn6stico "listo para Ilevar" sin considerar la
figura total ni tomar en cuenta la edad y el sexo del nifio, su
inteligencia ni su contexto sociocultural. También se ignoran las
circunstancias en las que se realizö el dibujo.
La Tabla 19 sintetiza los resultados de los distintos estudios sobre
los indicadores emocionales que presentamos anteriormente en este
volumen asf como los resultados de una investigaci6n sobre los DFH
de nifios con lesi6n cerebral que sigue mås adelante (påg. 238). Una
Ojeada a 10s datos de la Tabla 19 muestra claramente que algunos de
los indicadores emocionales tienen mayor valor diagn6stico que otros.
En esta secci6n discutiremos cada indicador emocional por separado.
La integraciön pobre de las partes de la figura (ilustraciones 2, 6,14)
es un fen6meno comün en los DFH de los nifios pequefios e inmaduros.
Se estableci6 que este signo no es un indicador emocional vålido antes
de los 7 anos para los varones y de los 6 afios para las nifias. A partir
de esta edad, la integraci6n pobre se dio frecuentemente en los DFH
de los pacientes clfnicos, nifios manifiestamente agresivos, malos
alumnos de primer grado, alumnos de grados especiales y muy
especialmente en los dibujos de los lesionados cerebrales. No se dio en
los protocolos de ninguno de los nifios bien adaptados ni de los buenos
alumnos. Este indicador parece estar asociado con uno o varios de los
siguientes factores: inestabilidad, una personalidad pobremente in-
87
Tabha 19
Resumen de los resultados sobre indicadores emocionales
en los DFH infantiles
Integraci6n o o o x x x
Sombreado: cara o
Sombreado: cuerpo x o o
Sombreado: manos x o
Asimetrfa x x x x
Fig. inclinada x O x x x
Fig. pequefia x x x x
Fig. grande x o o
Transparencia x O o x
Cabeza pequefia o o
Ojos bizcos o x
Dientes x o x 32
Brazos cortos O x x
Brazos largos
Brazos pegados x x
Manos grandes x x x x
Manos seccionad. o o x x
Piernas juntas O x
Genitales o
Monstruo o o x
Tres figuras O x x o
Nu bes o
Omisi6n de:
Ojos
Nariz o x x x
Boca O x O o O
Cuerpo o o x x x
Brazos o o o x x
Piernas
Pies o
Cuello x x x
X: Este ftem se da significativamente més a menudo en los DFH del grupo indicado.
O: Este ftem se da mås a menudo en los DFH del grupo indicado.
88
Sible determinar cuål de ellos estå implicado en un caso dado basån-
dose exclusivamente en este indicador emocional.
Los resultados que presentamos aquf coinciden con las conclusio-
nes de otros investigadores que trabajaron con dibujos de pacientes
adultos. Reznikoff y Tomblen (1956) encontraron que la integraci6n
pobre de las figuras se asociaba con organicidad en los adultos.
Hammer atribuye la sfntesis deficiente de los DFH a perturbaciones
emocionales, mientras que Machover afirma que se debe a organici-
dad o a retraso mental.
El sombreado en los DFH, segün todos los expertos, es una mani-
festaci6n de angustia, y el grado de sombreado se estima que estå
relacionado con la intensidad de la angustia que experimenta el nifio.
Nuestros datos coinciden con la observaci6n de Machover de que el
sombreado del DFH es normal en los nifios pequefios y no necesa-
riamente indica un problema psicopat016gico. Pero a medida que los
nifios crecen, el sombreado de la figura humana adquiere una consi-
derable significaci6n diagn6stica. La ünica excepci6n a esta regla es el
sombreado de la cara, que es altamente significativo en todas las
edades.
El sombreado de la cara es muy inusual en cualquier nivel de edad
y, por 10 tanto, es un indicador emocional vålido para todos los nifios
entre 5 y 12 afios. Este item se observ6 mås a menudo en los dibujos
de los pacientes clfnicos y en algunos DFH de nifios manifiestamente
agresivos y que robaban. Se notaron dos tipos diferentes de som-
breado. El primer tipo consistfa en el sombreado de la cara entera
En algunos casos, el sombreado era tan espeso,
(ilustraciones 28y 96).
que habfan desaparecido todas las facciones (Ilustraciön 25 c). Este
tipo de sombreado siempre fue efectuado por nifios seriamente per-
turbados, dominados por la ansiedad y que tenfan un concepto muy
pobre de sf mismos.
En segundo tipo de sombreado, éste estaba reducido a s610 una
el
parte de la cara (p. ej. la boca, nariz, Ojos). Los nifios que hacfan este
tipo de sombreado en sus dibujos generalmente estaban menos per-
turbados que los anteriores. El sombreado parcial de la cara parece
reflejar ansiedades especfficas referidas a los rasgos que han Sido
sombreados, o a sus funciones. La Ilustraciön 3 muestra el DFH de
Max, de 7 afios, un nifio de inteligencia normal. Max era el hijo ünico
de una madre dominadora y ambiciosa que 10 abrumaba de carifio y 10
agobiaba con sus exigencias. Max era un pequefio muy inmaduro y
dependiente con su ceceo infantil. Cada vez que Max abrfa la boca para
hablar, la madre le corregfa Ia pronunciaci6n. Debido a esto, Max se
volvi6 muy sensible con relaci6n a su lenguaje y comenz6 a tartamu-
89
dear. El espeso sombreado de la porci6n inferior de la cara en el dibujo
de la Ilustraciön 3 muestra claramente la preocupaciön del nifio por
su lenguaje.
Se obtuvieron dibujos similares de otros nifios con dificultades de
lenguaje, que se sentfan ansiosos por este problema, Los nifios con
defectos de lenguaje que no se sentfan especialmente preocupados por
elmismo no sombreaban el {rea de la boca en sus DFH. Estos datos
concuerdan con la observaci6n de Hammer de que el sombreado de la
cara en el DFH indica descontento con uno mismo.
El sombreado del cuerpo y/o extremidades (ilustraciones 6, 9, 15,
28) es comün en las nifias hasta los 7 afios y en los varones hasta Ios
8. No se 10 considera un indicador emocional vålido hasta los 8 y 9 afios,
res.
Los resultados de nuestras investigaciones también confirmaron
las observaciones de Machover referentes al sombreado del cuello en
el DFH. Todos los nifios que sombrearon el cuello en sus dibujos
91
Ios que robaban. Este item no parece estar.asociado con ningün tipo
especffico de conducta o de sfntoma; mås bien sugiere una inestabi-
Iidad y falta de equilibrio general. Similares observaciones fueron
realizadas por Machover, quien afirm6 que una figura inclinada
refleja un sentimiento de desequilibrio mental y una personalidad que
se estå trastornando. Hammer encontr6 este indicador en los dibujos
de los pacientes adultos pre-esquizofrénicos. En nuestros estudios se
10 observ6 en los DFH de nifios que sufrfan desde una leve pertur-
baci6n hasta un trastorno profundo. No creemos que en el caso de los
nifios este item indique conducta pre-esquizoide o necesariamente
una perturbaci6n seria. En los dibujos infantiles parece indicar un
sistema nervioso inestable o una personalidad låbil; sobre todo su-
giere que al nifio le falta una base firme.
La figura pequena (ilustraciones 2, 4 y 5) se encontr6 en los proto-
colos de los pacientes clinicos, alumnos de clases especiales y los nifios
tfmidos. S610 raramente se dio en los dibujos de los nifios manifies-
tamente agresivos. Este indicador emocional parece reflejar extrema
inseguridad, retraimiento y depresi6n. Si bien no todos los nifios
deprimidos e inseguros necesariamente dibujan figuras pequefias,
puede preasumirse con bastante seguridad que los nifios que 10 hacen
son tfmidos, retrafdos y probablemente deprimidos. Pero el dibujo no
revelarå la extensi6n de-la timidez y la depresi6n. Algunos nifios
tfmidos pueden pasarla bastante bien, mientras que Otros se depri-
men o retraen demasiado como para poder funcionar adecuadamente
en su casa o en la escuela.
Nuestros resultados concuerdan con las observaciones de otros
investigadores. Machover, Jolles, Levy y Lewinson (1964) coinciden
en que las figuras pequefias indican sentimientos de inadecuaci6n, un
yo inhibido, preocupaci6n por las relaciones con el ambiente y, sobre
todo, depresi6n.
La figura grande, de 23 cm o mds de altura (ilustraciones 16, 29 y
37), ocurre frecuentemente en los DFH de los nifios pequefios y no
adquiere significaci6n clinica hasta los 8 afios (ambos sexos). En ese
nivel de edad y en los posteriores se dio mås a menudo en los dibujos
de los pacientes clfnicos, y especialmente en los DFH de nifios
agresivos y que robaban. Las figuras grandes aparecen asociadas con
expansividad, inmadurez y controles internos deficientes.
Machover postula la hip6tesis de que los dibujos grandes, en el caso
de pacientes adultos, reflejan sentimientos narcisistas e ilusiones
paranoides de grandiosidad que encubren sentimientos de inade-
cuaci6n. Se ha dicho también que los dibujos grandes y vacfos con una
sfntesis pobre revelan tendencias psicopåticas u organicidad. Los
92
datos obtenidos por nosotros sugieren que el dibujo de figuras grandes
es menos pat016gico en los nifios de 10 que parece ser en los adultos. Sin
embargo, se observ6 que varios de los nifios que produjeron figuras de
gran tamafio eran muy inmaduros y tenfan una historia de disfunci6n
cortical. Esto abonarfa la hip6tesis de Machover de que las figuras
93
pulsivos, inmaduros, de pensamiento concreto y en los que padecen de
disfunci6n cortical.Machover sugiere ademås que el dibujo de los dedos
en el bosquejo de un pie o un zapato indica agresividad pat016gica. Este
tipo de transparencia parece ser mås significativo para los pacientes
adultos que en el caso de escolares. Nuestros datos no confirman la
hip6tesis de Machover. Ninguno de los nifios con agresividad manifiesta
dibujaron los dedos de los pies en sus figuras, y ninguno de los escasos
nifios pertenecientes a los restantes grupos que 10 hicieron, pudo ser
considerado como pat016gicamente agresivo. Sus historias clfnicas
mostraban mås bien que se trataba de impulsivos con pensamiento
concreto que presentaban evidencias de disfunci6n cortical. Las trans-
parencias en los pies no parecen ser diferentes de las demås transpa-
misma manera.
rencias y pueden ser interpretadas de la
Podemos afirmar categ6ricamente que las transparencias de {reas
corporales especfficas no son normales en los DFH de los nifios en edad
escolar. Generalmente indican angustia, conflicto o miedo agudo, por
10comün con respecto a 10 sexual, el nacimiento o mutilaci6n corporal.
Con mucha frecuencia, los nifios que dibujan tales transparencias
especfficas estån en efecto pidiendo informaci6n o que los tranquilicen
respecto de sus impulsos o sus experiencias.Creemos que este tipo de
transparencias en los DFH no deberfa ser ignorado, ya que muy a
menudo representa un pedido de ayuda por parte de nifios incapaces
de poner en palabras sus ansiedades y preguntas.
La cabeza pequena (ilustraciones 36, 46 y 50) se dio raramente en
los DFH obtenidos en los estudios que presentamos aquf. Pero cuando
este indicador emocional se dio, fue exclusivamente en los dibujos de
los pacientes clinicos y en los nifios inadaptados. Ninguno de los
buenos alumnos ni de los bien adaptados dibuj6 cabezas pequefias en
sus figuras. La presencia de este item parece indicar sentimientos
intensos de inadecuaci6n intelectual.
Nuestros datos no parecen confirmar la hip6tesis de Machover
sobre el dibujo de cabezas pequefias por parte de los pacientes adultos.
Esta autora afirmö que una cabeza pequefia representa el deseo
consciente de personas obsesivo-compulsivas que procuran ignorar el
control de su cerebro y buscan seguir el dictado de sus impulsos. Segün
nuestros estudios, los nifios que dibujaron cabezas pequefias no eran
obsesivos.
Los Ojos bizcos (ilustraciones 16 y 107) se dieron escasamente ys610
en los dibujos de algunos pacientes clfnicqs. Parece que los Ojos bizcos
s610 son dibujados por nifios muy hostiles hacia los demås. Este tipo
de dibujo se interpreta como un reflejo de ira y rebeldfa. En contraste,
el dibujo de una mirada lateral de ambos Ojos (Ilustraciones 5, 13b, c)
94
no se estableci6 que fuera un indicador emocional clfnicamente vålido
en IOS DFH infantiles. Para una discusi6n mås amplia del significado
de la mirada, ver la påg. 105. Cuando un nifio dibuja una figura bizca
parece significar que las cosas estån fuera de foco para él, que no ve el
mundo de la misma manera que los demås. Esté "tan chiflado que no
puede ver al derecho". No puede o no quiere ajustarse a los modos
esperados de comportarse.
Los dientes (ilustraciones 35, 60 y 61) se dieron en alguna medida
en 10s protocolos de los alumnos bien adaptados y los mal adaptados
y en algunos dibujos de todos los grupos de pacientes clfnicos con una
sola excepci6n. La excepci6n fueron los nifios tfmidos; ninguno de ellos
le dibuj6 dientes a sus figuras. En la medida en que la presencia de
dientes se da en los DFH con relativa amplitud, no se la puede
considerar como un signo de seria psicopatologfa. Pero dado que
ocurri6 mås a menudo en los protocolos de los nifios manifiestamente
agresiVOS yno se dio en absoluto en los dibujos de los nifios retrafdos,
debe concluirse que los dientes son un signo de agresividad, y no s610
de agresividad oral. Por supuesto, admitimos que no toda agresividad
es perjudicial. En los nifios un cierto monto de agresividad es normal
y aün necesaria para ser lfderes y realizarse. Por consiguiente, la
presencia de dientes en un protocolo no puede considerarse como un
signo de perturbaci6n emocional si no hay otros indicadores emocio-
nales en el protocolo. Pero si se dan junto con otros indicadores,
entonces se vuelven significativos para el diagn6stico y contribuyen a
la interpretaci6n global del DFH.
Los dientes parecen tener implicaciones mås serias en los dibujos
de pacientes adultos que en los DFH infantiles. Hammer sugiere que
la presencia de dientes puede indicar no s610 agresiön oral, sino
también tendencias sådicas. Machover afirm6 que el dibujo de dientes
revela agresi6n oral infantil y que se encuentra frecuentemente en los
dibujos de esquizofrénicos simples, histéricos adultos emocional-
mente superficiales y deficientes profundos. No se pudo establecer la
validez de estas hip6tesis para los dibujos infantiles.
Los brazos cortos (ilustraciones 15, 34 y 56) se dieron significati-
vamente mås a menudo en los protocolos de pacientes clfnicos, nifios
con enfermedades psicosomåticas, alumnos de grados especiales y
nifios tfmidos. No estuvieron totalmente ausentes en los dibujos de los
buenos alumnos. Este indicador emocional parece reflejar la dificul-
tad del nifio para conectarse con el mundo circundante y con las Otras
personas. Parece estar asociado con la tendencia al retraimiento, al
encerrarse dentro de sf y a la inhibici6n de los impulsos. Los nifios que
dibujan brazos cortos tienden a ser bien educados; de hecho, a veces
95
son demasiado bien educados para su propio bien. Los brazos cortos en
DFH infantiles no pueden interpretarse como un signo de falta de
los
ambici6n como afirmaba Machover. Pueden indicar timidez y falta de
agresividad y quizå de liderazgo, pero no necesariamente una falta de
deseos de progresar y triunfar. Estos resultados coinciden con los de
McHugh (1964), que encontr6 que los nifios de alto y bajo rendimiento
no difieren en este item.
Los pacientes clinicos dibujaron brazos largos (ilustraciones 6, 29y
32) mås a menudo que los alumnos bien adaptados. Las figuras
humanas con brazos largos se dieron con frecuencia entre los nifios
manifiestamente agresivos y, en cambio, no se dieron en ningün nifio
tfmido. Por 10 tanto, parece que los brazos largos en el DFH estån
asociados con una inclusi6n agresiva en el ambiente. Estas conclu-
siones concuerdan con las de Hammer y Levy. Estos observaron que
los brazos largos reflejan necesidades agresivas dirigidas hacia
afuera. Machover, por Otra parte, pensaba que este item refleja
ambici6n de logros y adquisiciones, incluyendo la büsqueda de amor
y de afecto. Nuestros datos no permiten confirmar las hip6tesis
especfficas de Machover. Pero todos los investigadores parecen con-
cordar en un punto: los brazos largos en el DFH estån asociados con
la conexi6n con los demås en contraste con la tendencia al retrai-
miento que revelan los brazos cortos.
Los brazos pegados a los costados del cuerpo (ilustraciones 16, 40 y
56) ocurrieron raramente en los DFH infantiles reunidos en los
estudios presentados aquf. Pero cuando se dio, por 10 comün —aunque
no exclusivamente— se trataba de pacientes clfnicos. Este indicador
no demostr6 estar asociado con ninguno de los tipos especfficos de
conductas estudiados. Parece que los brazos adheridos al cuerpo
reflejan un control interno bastante rfgido y una dificultad de co-
nectarse con los demås. Los historiales clfnicos de los nifios que
dibujaron los brazos de este modo revelaban que carecfan de flexibi-
Iidad y que sus relaciones interpersonales eran pobres. Cuando en un
protocolo se encuentra ünicamente este indicador emocional, no
puede considerårselo como un signo de psicopatologfa severa, pero
cuando aparece junto con otros, entonces adquiere significaci6n clf-
nica.
98
prehist6ricos (Ilustraciön 72) omiembros de grupos minoritarios de
10sque ellos no son integrantes (Ilustraciön 47), se sienten como si
fueran extrafios que no estån plenamente integrados en la sociedad en
la que viven.
El dibujo de figuras grotescas se da en todos los niveles de edad y
con cualquier nivel de inteligencia, desde borderline hasta nifios con
capacidad superior. Un chico inteligente se puede sentir tan inferior
en comparaci6n con un hermano mayor brillante, como un nifio
retardado con respecto a una hermana de inteligencia normal baja.
Los dibujos de rnönstruos o figuras grotescas pueden ser intrincados
y bien ejecutados (Ilustraciön 68) o tosco y muy inmaduro (Ilustraciön
58). Los resultados nuestros no corroboran la observaciön de Harris
figuras grotescas.
Los administradores de la prueba explicarån a veces el dibujo de un
monstruo o un payaso por el hecho de que el nifio fue hace poco al circo
o acaba de ver un monstruo en la televisi6n. Tal explicaci6n pasa por
alto el hecho de que el nifio vio también muchas figuras hermosas o
heroicas en el circo que pudo haber dibujado, y que las obras de
televisi6n generalmente incluyen un héroe tanto como un villano. De
hecho, la mayorfa de los nifios dibujan figuras positivas. La Ilustra-
ciön 1 muestra los DFH de tres buenos alumnos que eligieron para
dibujar tres de los 'héroes culturales" de su época: Davy Crockett,
Elvis Presley y un Beatle. En la extensa colecci6n de dibujos infantiles
de la autora, Superman es dibujado probablemente mås a menudo que
cualquier Otro personaje real o de la ficci6n. (Ilustraciön 33).
Parece obvio que el nifio refleja experiencias recientes en sus
dibujos. Pero siempre es muy significativo cuåles de sus muchas
experien cias decide reproducir y son las que le preocupan. A través de
los afios, los nombres y caras de los héroes y villanos de la radio, la
televisi6n y las historietas pueden cambiar, pero los valores y cuali-
dades que reflejan raramente varfan. El significado ligado a mons-
truos y payasos continüa siendo el mismo. Los presentes datos
confirman la observaci6n de Levy de que una persona que dibuja
payasos, historietas o figuras de aspecto tonto refleja desprecio y
hostilidad hacia sfmismo.
El dibujo espontåneo de tres o mås figuras (ilustraciones 7, 8 y 105)
se dieron significativamente més a menudo en los DFH de estudiantes
de bajo rendimiento y alumnos de clases especiales que en los de los
buenos alumnos y nifios bien adaptados. Muchos nifios dibujan
espontåneamente dos figuras, un var6n y una nifia (Ilustraciön 104)
o un hombre y una mujer, pero el dibujo de tres o mås figuras es la
99
excepci6n. En la experiencia clinica de la autora, este tipo de DFH
siempre esti asociado con bajo rendimiento escolar. Este indicador
emocional se encuentra casi exclusivamente en los dibujos de nifios de
capacidad limitada provenientes de familias grandes y con privaci6n
cultural y/o lesionados cerebrales.
Si un nifio dibuja espontåneamente muchas figuras en respuesta a
un requerimiento de dibujar "una persona completa", exhibe una
forma de perseveraci6n que no es infrecuente en los preescolares muy
pequefios e inmaduros, y entre los nifios con dafio neur016gico. Tal
perseveraci6n va a interferir necesariamente el trabajo escolar. Se
observ6 también que algunos de los nifios que dibujan figuras mül-
tiples carecen de un sentimiento de identidad o de ser una persona.
Frecuentemente en la realidad son uno del mont6n de nifios de la
casa y nunca han recibido mucha atenci6n individual. Estos nifios
tienden a quedarse perdidos en la escuela ya que nunca aprendieron
a funcionar independientemente. Los nifios que dibujan mås de tres
figuras habitualmente requieren una ayuda especial en la escuela
para poder convertirse en seres humanos individualizados.
Las nubes, Iluviay nieve (ilustraciones 19, 36 y 108) aparecieron
—con s610 una excepci6n— en los DFH de los pacientes clfnicos y
alumnos escasamente adaptados. Las nubes se encontraron espe-
cialmente en los dibujos de nifios muy ansiosos con dolencias psico-
somåticas y en ninguno de los dibujos de los nifios con agresividad
manifiesta. Pareciera que las nubes son dibujadas por los nifios que no
se atreven a golpear a otros y que en cambio dirigen la agresi6n contra
sf mismos. Nuestra hip6tesis es que el agregado espontåneo de nubes
en un DFH indica que el nifio se siente amenazado por el mundo
adulto, especialmente por los padres. En efecto, el nifio esti ubicado
bajo una nube, bajo presi6n desde arriba.
La omisi.ön de Ojos en los DFH (ilustraciones 7, 12 y 18) es un fe-
n6meno raro. Habitualmente los Ojos son el primer detalle que agrega
un nifio después de h aber dibujado la cabeza. La omisi6n de los Ojos (no
la omisiön de las pupilas, o sea, Ojos que no ven) jamås debe ser
considerada como un descuido; siempre tiene importancia clinica. En
el presente estudio, este signo s610 fue encontrado en los dibujos de
100
Laomisiön de la nariz (ilustraciones, 5, 15 y 34) se dio en la presente
investigaci6n significativamente més a menudo en los DFH de los
alumnos de clases especiales, los nifios tfmidos, los pacientes clfnicos
y 10s enfermos psicosomåticos. En consecuencia, la conclusi6n es que
la omisi6n de la nariz en los DFH estå asociada con conducta timida
y retrafda y con la ausencia de agresividad manifiesta. La omisi6n de
la nariz esti asociada con escaso interés social segün Stone y Ans-
bacher. Tradicionalmente, la nariz ha Sido identificada como un
sfmbolo fålico, y en consecuencia su omisi6n ha Sido interpretada por
Machover y otros como un signo de culpa por la masturbaci6n o
angustia de castraci6n. Este puede ser el caso de la mayorfa de los
pacientes adultos que dibujan figuras sin nariz, pero no es necesaria-
mente vålido para los nifios. En los estudios efectuados por mf, muy
pocos de los nifios que exhibfan este indicador emocional en sus
dibujos, padecfan angustia de castraci6n. Para la mayorfa de los nifios
que omitfan la nariz, ésta no parecfa ser primariamente un sfmbolo
fålico, sino un sfmbolo de empuje e independencia. "Metemos la nariz"
cuando nos aventuramos en el mundo. Cuando un nifio omite la nariz
en su dibujo, puede estar expresando un sentimiento de inmovilidad
e indefensi6n, una incapacidad de progresar, avanzar con aplomo. La
omisi6n de la nariz parece reflejar mås a menudo una tendencia a
retraerse y a la timidez, pero a veces puede también sugerir angustia
por el cuerpo y culpa por la masturbaci6n.
La omisiön de la boca (jlustraciones 5, 18 y 46) se encontr6 més a
menudo en los DFH de los pacientes clfnicos, los alumnos de clases
especiales, los alumnos mediocres y los enfermos psicosomåticos.
También diferenciaba significativamente entre los j6venes tfmidos y
los agresivos. La omisi6n de este rasgo es siempre clfnicamente
significativa. Refleja sentimientos de angustia, inseguridad y re-
traimiento, inclusive resistencia pasiva. Este indicador emocional
revela o la incapacidad del sujeto o su rechazo a comunicarse con los
demås. Los historiales de los nifios que omitieron la boca mostraron
una alta incidencia de miedo, angustia, perfeccionismo y depresi6n.
Estos resultados concuerdan con la observacidn de Machover de que
algunos pacientes deprimidos de edad adulta omitfan la boca en sus
dibujos. También sugiere que este signo se da en los dibujos de
asmåticos. La presente investigaci6n no incluy6 suficiente nümero de
nifios asmåticos como para confirmar o rechazar la hip6tesis.
La omisiön del cuerpo (ilustraciones 50, 97 y 101 a) ocurri6 signi-
ficativamente mås a menudo en los DFH de los pacientes clfnicos, los
lesionados cerebrales, los estudiantes mediocres, los alumnos de
clases especiales y los que robaban. Es normal para alumnos de
101
guarderfas dibujar el "renacuajo", esto es, dibujar figuras sin cuerpos
que consisten meramente en una cabeza de la que salen los brazos y
las piernas ('Ilustraciön 105). Cuando los nifios de jardfn de infantes
no pueden hacer cuerpos en sus DFH, pude suponerse que son todavfa
inmaduros como los nifios de cuatro afios y que estån funcionando a
este nivel. En Jardfn, esta omisi6n puede representar un grado de
maduraci6n esencialmente normal, aunque algo lento, o puede ser un
signo de retraso y/o dafio neur016gico. Entre los nifios de edad escolar,
la omisi6n del cuerpo es invariablemente un signo serio de psicopato-
logfay puede reflejar cualquiera de las siguientes condiciones: retraso
mental, disfunci6n cortical, inmadurez severa debida a retraso evo-
lutivo, o perturbaci6n emocional con aguda ansiedad por el cuerpo y
angustia de castraci6n. No es posible establecer a partir de un solo
DFH cuäl de estos factores es la causa de la omisi6n del cuerpo y si dos
o mås de estos factores inciden conjuntamente. Si un nifio incluye el
cuerpo en el dibujo de una mujer, pero 10 omite en el de un hombre
(Ilustraciön 104) entonces parece probable la presencia de problemas
emocionales. El nifio retardado o el lesionado cerebral que no estå
emocionalmente perturbado es mås probable que omita el cuerpo
tanto en las figuras masculinas como femeninas.
La omisiön de los brazos (ilustraciones 2, 27 y 55) se ha116 signifi-
cativamente més a menudo en los DFH de los pacientes clfnicos, los
estudiantes mediocres y los alumnos de las clases especiales. Se
estableci6 también que los nifios agresivos y los que roban omitfan los
brazos mucho mås a menudo que los tfmidos y aquellos con enfer-
medades psicosomåticas. Por consiguiente, parece que la omisi6n de
los brazos en el DFH refleja ansiedad y culpa por conductas sociales
inaceptables que implican los brazos o las manos. Estos resultados
concuerdan con la observaciön de Machover de que la omisi6n de los
brazos en un dibujo refleja culpa por la hostilidad o la sexualidad. Pero
la presente investigaci6n no corrobor6 la hip6tesis de Levy y Mach over
en el sentido de que este tipo de omisi6n estå asociada con depresi6n
y retracci6n de la gente y del mundo de los objetos. Esta hipötesis
puede ser vålida para pacientes adultos, pero no se cumpliö en los
DFH infantiles. La omisi6n de los brazos fue extremadamente rara en
los dibujos de los nifios deprimidos y retrafdos. En el ünico caso en que
un var6n tfmido y deprimido omiti6 los brazos en su DFH, también
tenfa una historia de robos. Creemos que la omisi6n de los brazos
mås que su depresi6n.
reflejaba su culpa y angustia por los robo•s
Los DFH son particularmente valiosos porque pueden reflejar
tendencias y actitudes conflictivas. La clasificaci6n de los nifios en
grupos o categorfas diagn6sticas o de conducta es, cuando mås,
102
egg
arbitraria, y aquf se hace solo con fines de investigaciön. En la Vida
real, los nifios que vienen a la consulta del psic610go casi nunca son
exclusivamente deprimidos y retrafdos o sölo agresivos. Habitual-
mente muestran una variedad de sfntomas y problemas de conducta
que varfan de tiempo en tiempo y en diferentes estadios evolutivos y
aun en situaciones distintas, p. ej., en el hogar y en la escuela.
La omisiön de las piernas (ilustraciones 10, 16 y 65) es extrema-
damente rara y se dio s610 en los dibujos de unos pocos pacientes
clfnicos y alumnos mediocres. Las piernas figuran generalmente
entre Ios primeros rasgos que produce un nifio preescolar. Tienden a
aparecer en la secuencia evolutiva del dibujo después de la cabeza y
10s Ojos, aün antes de que empiece a dibujar el cuerpo y los brazos. Por
consiguiente, puede suponerse que la omisi6n de las piernas en el DFH
nunca es accidental. Machover postula la hip6tesis de que la ausencia
de piernas revela conflictos en este årea. En el presente estudio este
indicador emocional parecfa reflejar intensa angustia e inseguridad.
Las implicaciones especfficas de este signo parecfan estar relaciona-
das con el modo particular en que las piernas eran omitidas.
Lanustraciön 10 muestra el dibujo de Nick, un nifio de 7 afios, con
distrofia muscular. Para Nick era diffcil caminar y correr. Se le habfa
brindado gran cantidad de atenci6n y cuidados a sus piernas a 10 largo
de los afios. Por consiguiente, no es sorprendente que las haya omitido
totalmente, indicando asf su extrema preocupaci6n por las mismas.
Shirley, una nifia de 9 afios, de tamafio diminuto (påg. 141), hizo un
DFH tan enorme que la porci6n inferior de la figura, incluyendo las
piernas, quedaba interrumpida por el borde inferior de la hoja
(Ilustraciön 16). En este caso, la omisi6n de las piernas estå direc-
tamente relacionada con el tamafio del dibujo y parece reflejar la
intensa preocupaci6n y ansiedad de la nifia por su pequefia estatura
y sus piernas cortas.
Las ilustraciones 11 y 12 muestran los DFH de dos pequefios gra-
vemente perturbados y retrafdos. En ambos casos, las figuras estån
dibujadas de tal manera que las piernas quedan ocultas. Este tipo de
omisi6n de las piernas parece mostrar la falta de interés o la inca-
pacidad del nifio para "plantarse y hacerse ver", valga la expresi6n.
Los dos varones que hicieron los dibujos eran tan inseguros y ansiosos
que buscaban refugio en la fantasia. En efecto, sus piernas eran
soportes demasiado débiles; todo 10 que podfan hacer era ocultarse o
yacer y sumergirse en suefios diurnos.
En la presente investigaci6n el nümero total de nifios que mostr6
omisiön de las piernas en sus DFH era demasiado pequefio como para
permitir generalizagiones amplias o efectuar cömputos estadfsticos
103
significativos. Las interpretaciones de los diferentes modos de presen-
tar la omisi6n de piernas deben considerarse, por consiguiente, solo
como sugerencias que requieren ser sometidas especfficamente a
comprobaci6n y confirmaciön.
La omisiön de los pies (ilustraciones 9, 27 y 68) no fueron clinica-
mente significativas hasta los 7 afios en las nifias y los 9 en los varones;
esto es, hasta que los nifios Ilegan a unä edad en que comienzan a ten er
més confianza en sf mismos y "pararse sobre sus propios pies". En el
presente estudio, la omisi6n de los pies se ha116 mås a menudo en los
DFH de los pacientes clfnicos y de los nifios muy tfmidos. Parece que
esta omisi6n no estå asociada cop ningün tipo especffico de conducta
o sfntoma; en cambio, parece reflejar un sentido general de insegu- : Ofe,"
i
104
para los mismos (Tabla 11). Sin embargo, como en la literatura hay
abundantes referencias a la significaci6n proyectiva de los mismos,
serån discutidos brevemente aquf en términos de los resultados
obtenidos en la presente investigaciön.
La cabeza grande en el DFH (ilustraciones 5, 14 y 34) ha Sido aso-
ciada con esfuerzo intelectual, enfermedad cerebral y lesi6n cerebral,
inadecuaci6n intelectual, inmadurez, agresi6n, retardo mental, mi-
grafiay preocupaci6n por el rendimiento escolar. Es muy probable que
todas estas interpretaciones sean correctas en un momento o en Otro.
puede suponerse que una cabeza grande en el DFH refleja inquietud
o preocupaci6n por algün aspecto de la adecuaci6n y funcionamiento
mental. Pero sobre la base del DFH sölo no es posible determinar cuål
de Ios muchos aspectos posibles estå implicado. No todas las asocia-
ciones conuna cabeza grande son necesariamente negativas o patolö-
gicas. Muchos nifios ambiciosos y tesoneros con alto rendimiento
escolar muestran este item en sus dibujos (Ilustracjön 13 c). En la
presente investigaci6n se encontr6 que no era nada inusual encontrar
una cabeza grande tanto en los DFH de nifios adaptados, como en los
de los alumnos escasamente adaptados y los pacientes clfnicos. Estå
presente con tanta frecuencia en nifios de todas las edades y de ambos
sexos que o puede ser considerado raro o necesariamente significativo
desde el punto de vista clfnico.
Los Ojos vacios u Ojos que no ven (ilustraciones 2, 10 y 13a) han Sido
descriptos por una parte como un signo normal en los DFH infantiles,
y por otro han Sido asociados con sentimientos de culpa por tendencias
voyeurisrtas, con una vaga percepci6n del mundo, con inmadurez
emocional, egocentrismo, dependencia, falta de discriminaci6n y de-
presi6n. En nuestro estudio se dieron tan frecuentemente en los DFH
de nifias y varones en todos los niveles de edad, que este signo no
podrfa ser considerado un indicador emocional raro. Es muy posible
que las in terpretaciones mencionadas mås arriba sean correctas para
pacientes adultos, pero no se las puede considerar de significaci6n
clinica en el caso de los nifios. Los escolares mås pequefios son
normalmente egocéntricos, emocionalmente inmaduros y depen-
dientes. Los nifios tienen inevitablemente una vaga percepci6n del
mundo y tienen curiosidad por los acontecimientos, sexuales o de otro
tipo. Es normal que exploren las diferencias y las funciones corpo-
rales. Ninguna de estas tendencias puede ser considerada como
particularmente pat016gica en los nifios, ni tampoco el dibujar los Ojos
vacfos en los DFH.
Se ha sostenido que la mirada de reojo en los DFH (Ilustraciones 5,
13b y c) es un signo de suspicacia y tendencias paranoides. Los
105
resultados del presente estudio confirman Ia observaci6n de Harris
(1963) de que este tratamiento de los Ojos en los DFH aumenta en
frecuencia de ocurrencia a medida que aumenta la edad de los nifios.
Se dio muy a menudo en los protocolos de los nifios de 10, 11 y 12 afios,
tanto en los bien adaptados (Ilustraci6n 13 b) como en los pacientes
clfnicos. No es seguro si la mirada de los Ojos refleja la autoconciencia
y el sentimiento de incomodidad normales en el preadolescente, o si
corresponde a una preocupaci6n femenina por los detalles faciales y el
maquillaje de los Ojos, o si es simplemente una muestra de habilidad
para dibujar. En algunos casos parece ser algo més que un signo de
timidez (Ilustraciön 13 c), mientras que en unos pocos casos puede
ciertamente indicar suspicacia y temor (Ilustraciön 5). Un examen del
protocolo como totalidad y el anålisis de los indicadores emocionales
presentes o ausentes permitirå al examinador determinar cuål de
estas interpretaciones es vålida en un caso dado. Se observ6 que los
nifios més inteligentes dibujaban mås a menudo miradas de soslayo
y que este item no discriminaba significativamente entre pequefios
bien adaptados y aquéllos con mala adaptaci6n. En vista de esto, la
presencia de la mirada de reojo no puede ser considerada signo
pat016gico en los protocolos infantiles.
Las manos ocultas en los DFH (ilustraciones 13 a, 39y 95) han Sido
asociadas con dificultad en el contacto, evasividad, sentimientos de
culpa, necesidad de controlar la agresiön y renuencia a afrontar una
situaci6n. En la poblaci6n estudiada por nosotros las manos ocultas
aumentan en frecuencia de ocurrencia a medida que aumenta la edad
de los sujetos. Este item no es nada inusual en los dibujos de los
preadolescentes, tanto varones como mujeres. El mismo no diferencia
losDFH de los pacientes clfnicos de los pertenecientes a nifios bien
adaptados. Estos resultados concuerdan con los obtenidos por Woods
y Cook (1954), los cuales informaron que muchos de los nifios rnås
brillantes y mejor dotados artfsticamente dibujaban figuras con las
manos ocultas.
Durante la administraci6n del DFH, varios nifios (Ilustraciön 13 a)
entrevistador que no podfan dibujar las manos y eligieron
le dijeron al
eludir el problema ocultando las manos detrås de la figura o cu-
briéndolas con otro objeto. Estos nifios no mostraban ningün signo de
ansiedad o sentimientos de culpa excesivos, ya sea en los dibujos o en
su conducta. Més bien mostraban un modo deliberado y socialmente
adaptable de evitar una tarea diffcil, a la que, por 10 pronto, no le
encontraban ninguna utilidad. Tal conducta no puede ser considerada
pat016gica; mås bien revela buen juicio. En varios casos, el oculta-
miento de las manos mostraba que el nifio efectüa una evaluaci6n
106
realista de sucapacidad limitada para dibujar y de su imposibilidad
de responder a sus exigentes criterios. Objetivamente, el dibujo de las
manos es diffcil, y los nifios mås inteligentes y con mayor discerni-
miento rara vez pueden dibujar las manos de manera satisfactoria
para sf mismos. S610 los nifios menos sofisticados quedan conformes
con sus dibujos torpes y mal hechos, de las manos.
El ocultamiento de las manos en el DFH es ciertamente un signo de
evasividad, pero cierto grado de evasividad es normal en los preado-
lescentes. Hubo, sin embargo, casos —especialmente entre los nifios
pequefios— en los que éste era un signo muy claramente conectado con
retraimiento extremo, ansiedad y sentimientos de culpa (Ilustraciön
95). Pero en cada instancia en que se dio esto, habfa por 10 menos otros
dos o mås indicadores emocionales vålidos en el protocolo, p. ej.,
ornisi6n de los pies, figura inclinada, sombreado, etcétera. Estos otros
indicadores revelaban claramente el problema del nifio, de modo que
no se necesitaba el signo adicional de las manos ocultas para efectuar
un anålisis significativo del DFH.
La figura interrumpidapor el borde de la hoja (ilustraciones 16, 19
y 103) ha Sido considerada por algunos investigadores como un signo
de seudoconfianza en sf mismo hasta un grado agresivo, de ostenta-
ci6n como un intento de compensar y ocultar su debilidad, y como un
reflejo de frustraci6n con el ambiente. En el presente estudio, este
signo no discriminö los DFH de los distintos grupos de nifios que
componfan la poblaci6n estudiada. Una Ojeada a los historiales de los
nifios que exhibfan este tipo de dibujo no reve16 ningün denominador
comün. Mostraban gran variedad de problemas, sfntomas de conducta
y medio ambiente. También abarcaban niveles de edad, puntajes de CI
y calificaciones de rendimiento escolar muy variados.
Parecerfa que el significado de la figura cortada depende por 10
menos hasta cierto punto de cuål parte de la figura ha Sido seccionada.
En los dibujos donde las piernas fueron cortadasjusto por encima de
los tobillos, las implicaciones parecieron ser similares a las de los DFH
sin pies (påg. 104). El corte de las piernas enteras parecfa reflejar
inseguridad y falta de una base de apoyo segura, del mismo modo que
la omisi6n de las piernas, ya analizada en la påg. 103. Cuando la
porci6n inferior de los brazos qued6 cortada por el borde lateral de la
hoja, el dibujo se parecfa a un DFH con las manos omitidas y deberfa
interpretarse de la misma manera (påg. 97). En algunos dibujos muy
grandes, la figura se desparramaba por los hordes de la hoja en varios
lados (ilustraciön 103). En estos casos no parecfa haber ningtln intento
consciente o inconsciente de cortar parte de la figura: mås bien se
observaba que el nifio era completamente inmaduro e impulsivo. El
107
dibujo mostraba sobre todo una mala coordinaci6n, débil control
interiory juicio pobre.
También se dio el caso de dos nifios muy perturbados, con conducta
esquizoide y tendencia a retraerse en un mundo de fantasia, que
dibujaron figuras con cabezas grandes interrumpidas en la parte
superior por el borde de la hoja. Este tipo de dibujo es muy raro y debe
ser considerado totalmente pat016gico. Por consiguiente, parece
quedar Claro que cada DFH debe ser considerado separadamente y
que el significado de una figura interrumpida o seccionada, depende
de la parte que es cortada. No puede haber interpretaciones generales
de este signo que puedan ser aplicadas a todos los DFH.
La linea de base opasto (ilustraciones 12, 19y 48) en los DFH ha Sido
interpretada como un signo de inseguridad, de necesidad de apoyo y
de necesidad de un punto de referencia. Estas hip6tesis pueden ser
correctas, pero los nifios pequefios, que viven en un mundo de adultos
"grandotes" y dominantes, son —en virtud de su edad y tamafio—
naturalmente inseguros y necesitados de apoyo. Esto no puede ser
considerado pat016gico en los nifios pequefios. Por consiguiente, no es
sorprendente que la presente investigaci6n haya encontrado una alta
incidencia de Ifneas de base en los protocolos de varones y nifias de
todas las edades. Este item no discrimin6 los dibujos de los nifios bien
adaptados (Ilustraciön 44) y los escasamente adaptados (Ilustraciön
42). La presencia de la linea de base o pasto no puede considerarse un
indicador clfnicamente significativo de perturbaci6n emocional entre
de edad escolar.
los nifios
El sol o la luna en los DFH (ilustraciones 12, 19 y 108) ha Sido
asociado con amor y apoyo parental, y con la existencia de una
autoridad adulta controladora. Estas dos actitudes parentales no son,
por supuesto, mutuamente excluyentes. Nuestros resultados parecen
abonar ambas hip6tesis. Mås nifios bien adaptados que pacientes
clfnicos dibujaron soles en sus DFH. Se observ6 que particularmente
los nifios con problemas psicosomåticos agregaban soles a sus dibujos.
Los padres de estos nifios a menudo era realmente carifiosos y se
ocupaban de sus hijos, siendo al mismo tiempo muy controladores. Los
nifios, a su vez, parecfan sentir gran ambivalencia hacia sus padres.
Pero podfan expresar abiertamente s610 las actitudes positivas, y no
se atrevfan a revelar sus actitudes negativas.
Cuando se compararon los DFH de los buenos y los malos alumnos,
se encontr6 que era mayor la cantidad de alumnos con altas califica-
ciones que hacfan soles en sus dibujos. Estos resultados concuerdan
con el estudio de Koppitz, Sullivan, Blyth y Shelton (1959). La
presencia del sol parece estar positivamente relacionada con el rendi-
108
miento en los grados primarios y se estima que refleja la conciencia
que el nifio tiene del interés de los padres y su presi6n para que rinda
en el colegio. Esta presi6n, dentro de ciertos lfmites razonables, puede
ser muy deseable, y puede servir como factor motivador para que el
nifio se esfuerce en la escuela. La preocupaci6n de los padres por el
rendimiento de sus hijos s610 es dafiina si es extremada; y si los padres
esperan del nifio mås de 10 que éste puede lograr (Ilustraciön 108). Por
consiguiente, no se puede afirmar que la presencia del sol en un
protocolo es necesariamente un buen signo o, por el contrario, que
invariablemente es un signo de psicopatologfa o de una relaci6n
paterno-filial perturbada. S610 se puede efectuar una interpretaci6n
significativa de un sol cuando ya se ha analizado el DFH integra-
mente, y luego de contar con informaciön adicional sobre el nifio y los
padres.
Las lineas fragmentadas o esquiciadas (ilustraciones 1 a, 13 ay 20)
en Ios DFH han Sido asociadas con temor, inseguridad, sentimientos
de inadecuaci6n, ansiedad, terquedad y negativismo. Los presentes
estudios revelaron un incremento regular en el empleo de Ifneas
fragmentadas a medida que los nifios eran mayores. Esto coincide con
Ia observaci6n de Harris (1963) de que las Ifneas esquiciadas no son
raras en los DFH de los nifios mayores. Se podrfa argüir que los
preadolescentes como grupo tienden a ser inseguros y ansiosos, y que
esto se refleja en el empleo de trazos fragmentarios. Pero se comprob6
que muchos nifios bien adaptados y seguros de sf mismos usaban
trazos interrumpidos en sus dibujos. De hecho, muchos de los nifios
mås inteligentes y mås dotados artisticamente 10 hacfan (ilustracio-
nes 1 ay 13 a).
Ademås, se observ6 que algunos de los lesionados cerebrales di-
bujan figuras con trazos esquiciados (Ilustraciön 98 a). Esto ha Sido
también observado por otros investigadores. En la mayorfa de los
casos no era diffcil distinguir las Ifneas esquiciadas de un pequefio con
talento, de los trazos interrumpidos de un nifio con dafio neur016gico.
Pero habfa algunos casos fronterizos donde la diferencia no era
aparente. En estos dibujos, la fragmentaci6n de la Ifnea era minima,
o tan leve que no se podfan ver diferencias entre ambos tipos de
dibujos. En consecuencia, no consideramos este rasgo como un signo
Claro de psicopatologfa.
109
INTERPRETACION CLINICA
DE LOS DIBUJOS INFANTILES
111
aunque se les pida que 10 hagan. S610 el joven realmente con talento
e inclinaci6n artfsticas, continuarå dibujando y pintando por su
cuenta a medida que crece.
Sin embargo, aun los nifios mayores sin inclinaci6n artistica volve-
rån al lenguaje del dibujo y la imagen gråfica cuando estån muy
turbados y son incapaces de expresar con palabras sus ansiedades y
conflictos, conscientes o inconscientes. La autora ha observado que
muchas veces, nifios que acudfan a la clinica para psicoterapia, a
menudo no podfan verbalizar sus problemas ni nada referente a sf
mismos, pero frecuentemente se mostraban con muchos deseos de
dibujar y pintar. A medida que estos nifios aumentaban la confianza
en sf mismos y mostraban una mejorfa en su conducta, generalmente
dejaban de dibujar y pintar. Empezaban entonces a dramatizar sus
problemas con la ayuda de mufiecas y juguetes y Ilegaban a la
comunicaci6n verbal indirecta por medio de tfteres o un teléfono de
juguete. Solamente cuando estaban muy adelantados en su trata-
miento, los nifios podfan hablar libremente con su terapeuta y escu-
char sin excesiva ansiedad sus propias verbalizaciones a través de un
grabador. Pero siempre que el nifio retrocedfa o mostraba regresi6n en
su conducta volvfa a medios de comunicaci6n no verbales en la sesi6n
terapéutica, y una vez mås empezaba a dibujar y pintar. De acuerdo
con esto parece evidente que el dibujo es més significativo para los
nifios pequefios y para los que sufren serios problemas emocionales.
A1 tratar de analizar los DFH infantiles desde un punto de vista
clfnico, la autora se formu16 tres preguntas: 1) äCömo dibujaba el nifio
su figura o figuras?; 2) iA quién dibujaba en su dibujo?, y 3) iQué
estaba tratando de decir? Para descubrir la respuesta a estas pre-
guntas, la investigadora estudi6 los dibujos de cientos de nifios que
conocfa bien y confront6 sus interpretaciones de los DFH con la
conducta infantil real y su historia clfnica. Consideramos que un
anålisis significativo de los dibujos infantiles presupone en el psic6-
logo clfnico, no s610 el conocimiento de la edad del nifio y de su sexo,
sino también de su familia y medio ambiente. Todas las interpreta-
ciones clfnicas de los dibujos son mera especulaci6n, a menos que
puedan ser verificadas y confirmadas por la historia del nifio y Otros
datos clfnicos.
112
no sean DFH, tal como han Sido definidos en este volumen (pågina 15).
Los tres principios se detallan a continuaci6n:
119
personalmente por la autora; y en la mayorfa de los casos una cantidad
considerable de informaci6n ambiental y datos de tests psic016gicos
adicionales estuvieron también a su disposici6n.
120
mås y la tarea los abrume. El DFH de la Ilustraciön 17 fue dibujado
por Carl, un muchacho de once afios de inteligencia superior. Sus
ambiciosos padres establecieron altas metas para él. Podemos ver, por
su dibujo, que percibe las tareas como un desaffo, como una empinada
montafia que quiere y puede ascender. El dibujo es técnicamente
imperfecto y anat6micamente incorrecto, pero no cabe duda de que el
muchacho dibujado estå firmemente agarrado a la roca, con ambas
manos y pies; su expresi6n muestra confianza en su habilidad para
alcanzar finalmente Ia cumbre de la montafia. La tarea que tiene por
delante no estå presentada como fåcil, sino como algo que tiene que ser
superado. Como se podia esperar, Carl era un alumno estudioso y a
quien le iba bien en la escuela.
La Ilustraciön 18 muestra un contraste bastante grande con la
Ilustraciön 17. Este DFH fue hecho por Bill, un muchacho de alto nivel
intelectual de diez afios y medio. Los padres de Bill eran muy
ambiciosos, y exigfan de su hijo mås de 10 que él podia dar, aunque se
esforzara para complacerlos. Cuando su tarea escolar no complacfa las
expectativas paternas, éstos comenzaban a presionarlo hasta que Bill
mostraba signos de abandono y desarrollaba enuresis e inexplicables
dolores de est6mago. El padre insistfa en que Bill podia realizar la
tarea y que simplemente era haragån. El DFH de Bill, en la Ilus-
traciön 18, nos dice algo diferente: Aquf vemos a un escalador de
montafia que ha Ilegado a un atolladero imposible; estå colgando
desesperadamente de la punta de los dedos, de un borde de la
montafia, y no se puede mover en ninguna direcci6n. La soga, en-
roscada en la roca, no estå fija al escalador y no le ofrece ninguna
ayuda. El estå completamente solo, aislado del resto del mundo; no
vale la pena ni siquiera pedir socorro. La situaci6n es tan sobreco-
gedora que ya no la puede enfrentar mås, y por eso Bill omite los Ojos
y la boca de la figura en su dibujo. También en la.vida real Bill dej6 de
hablar y de comunicarse con los demås; se ais16 y dirigi6 sus frus-
traciones e infelicidad hacia sf mismo; trat6 desesperadamente de
sostenerse a pesar de la desconformidad de sus padres. Era mås infeliz
todavfa porque querfa que le fuera bien, pero no podia. El dibujo de la
Ilustraciön 18 convenci6 hasta al padre, de que Bill no era un simple
'haragån", sino que necesitaba ayuda y apoyo para recuperar la
confianza en sf mismo.
El DFH de la ilustraciön 19 fue realizado por David, un nifio de once
afios, de inteligencia normal y con buena adaptaci6n social. Pero
David estaba pasando por un perfodo de poca atenci6n, distracci6n y
un serio déficit de la memoria en cuanto a sonidos y sfmbolos; debido
a esto no podia leer. A pesar de varios afios de fracaso escolar, David
121
no habfa desistido; querfa aprender a leer y estaba dispuesto a
cualquier sacrificio para lograr su prop6sito. David dibuj6 una figura
diminuta parada debajo de nubes oscuras, revelando sus intensos
sentimientos de inadecuaci6n y ansiedad por su fracaso escolar.
Estaba vivamente consciente de la importancia que sus padres y la
sociedad otorgaban a la capacidad de leer y 10 sentfa como una presi6n
continua. David cont6 la siguiente historia de su DFH: "El muchacho
le dijo a otro nifio que pasarfa la montafia y cuando la pas6, la montafia
dijo: iHurra!" La manera en que fue dibujada la figura muestra el
pobre concepto que de sf tenfa David, pero la historia sobre la figura,
revela su ambici6n. Su deseo es "pasar la montafia", aprender a leer
y solucionar su problema; aün no ha abandonado la esperanza y
triunfarå.
208).
123
esfuerzo por controlar su impulsividad; sin embargo, no tenfa mucho
éxito en controlarla. O bien se evadfa completamente o se rebélaba de
manera abierta. Jim dibuj6 un nifio "corriendo", para mostrar que él
trataba de resolver sus dificultades evitando situaciones dificiles.
Una evaluaci6n psic016gica completa de Jim, reve16 que sufrfa de
marcada deficiencia auditiva y tenfa un déficit de memoria que inter.
ferfa negativamente en el rendimiento escolar. Pero estos problemas no
habfan Sido reconocidos antes. La continua frustraci6n se habfa con-
vertido en desånimo, rebeli6n y finalmente retiro pasivo y escape por la
fantasfa. El DFH ayud6 al examinador a entender mejor la conducta de
Jim y abri6 mås caminos de investigaci6n y tratamiento.
La Ilustraciön 11 fue dibujada por Jack. Deterioro neur016gico y
una infancia traumåtica, habfan dejado sus huellas en este nifio
hipersensible y extremadamente vulnerable e inestable de 8 anos de
edad y nivel intelectual normal bajo. Su tolerancia frente a la frus-
traci6n era pråcticamente nula. En toda oportunidad que Jack pen-
saba que no podia realizar una tarea o cuando algo imprevisto pasaba,
salfa corriendo de la habitaci6n o se escondfa debajo de una mesa.
A1 ser atendido en la clinica de orientaci6n, Jack se mostr6 bastante
tenso e intranquilo. A pedido del examinador, comenz6 a dibujar una
persona. Hizo tres cfrculos para la cabeza y el cuerpo, después empez6
a sombrear el cuerpo. Mien tras trabaj aba, Jack aument6 su ansiedad
y frustraci6n; fruncfa el cefio intensamente y ocultaba su dibujo con su
mano. Después empez6 a dibujar, casi compulsivamente, més y mås
cfrculos. Jack anunci6: "El nifio estå mirando sobre un cerco de
piedra". El DFH de la ilustraciön 11 es admirable en muchos sentidos.
Refleja claramente los propios patrones de Jack para abordar proble-
mas. A1 principio desea ardientemente emprender una tarea; pero en
pocos minutos, su ansiedady frustraci6n se tornan tan fuertes, que
da por vencido y se esconde o se retira a una posici6n segura. La pared
de piedra del dibujo refleja dos actitudes conflictivas en Jack: su deseo
de escapar y su anhelo de participar en actividades sociales. La pared
cubre al nifio de modo que Jack no tiene que terminar la diffcil tarea
de dibujar una figura entera; evita el problema. Por otro lado, la pared
es un lugar seguro desde donde puede observar todo 10 que pasa a su
alrededor. Jack es un nifio despierto y observador, que entiende
correctamente las situaciones sociales, aun cuando no pueda parti-
cipar de ellas. Estaba dolorosamente consciente de sus inadecuacio-
nes, 10 que aumentaba su desdicha y su deseo de ocultarse y escapar.
La ilustracjön 12 muestra el DFH de Jerome, un nifio compulsivo de
8 afios con serios problemas emocionales. A pesar de su inteligencia
superior, Jerome era muy mal alumno y pasaba la mayor parte de su
124
tiempo en la escuela sofiando despierto y fantaseando. Los nifios de la
edad de Jerome pueden completar un DFH en diez minutos o menos.
Jerome estuvo casi una hora entera haciendo el dibujo de lanustraciön
12. Hubiera tardado aün mås si la autora no 10 hubiera apremiado para
que completara su obra de arte. Jerome hablaba incesantemente
mientras dibujaba, explicando con grandes detalles cada piedra y cada
flor que dibujabay describiendo minuciosamente el dibujo de la parte de
adentro del parasol. En realidad, se concentr6 en todo, excepto en la
figura humana, a la que pensaba omitir por completo, y que s610 dibuj6
de mala gana, al final, cuando la autora le record6 que se
le habfa pedido
que dibujara "una persona entera". El dibujo de Jerome es una vfvida
ilustraci6n de su enfoque vital: era un nifio muy sensible, con apreciacio-
nes de belleza, colores y disefios, casi femeninas, pero no podia arreglarse
con los problemas diarios. Estaba compulsivamente preocupado por
detalles irrelevantes y minuciosos. De continuo dilataba el tiempo para
evitar enfrentar tareas diffciles y a sf mismo. Las interacciones sociales
eran muy para Jerome; preferfa escapar pasivamente a un
diffciles
mundo de fantasia. La figura reclinada en la hamaca, en la ilustraciön
12, es una no-persona, desprovista de Ojos, nariz, boca, manos y piernas;
carece de medios para comunicarse con otras personas y no puede
realizar ninguna actividad ni moverse. A1 igual que su figura en el DFH,
Jerome habfa "abandonado el campo" y se habfa retirado del mundo real
de la gente y de la acci6n para refugiarse en el mundo creado por su
propia fantasia.
125
COMO SE REFLEJAN EN LOS DIBUJOS
LOS ACONTECIMIENTOS FELICES
127
normal lerda, que tenfa una larga historia de enfermedad, hospitali-
zaci6n y dificultades emocionales. Ademås de sus muchos problemas
orgånicos y de conducta, tenfa una apariencia extrafia. Debido a un
desequilibrio muscular en sus Ojos, Frankie tenfa que inclinar su
cabeza hacia atrås y hacia un costado para poder ver. La posici6n
ladeada de su cabeza le vali6, no s610 burlas y mfmicas de sus
compafieros, sino también el castigo de una maestra que pens6 que
estaba copiando de sus compafieros, cuando Frankie s610 estaba
tratando de mirar su propio deber.
Finalmente se decidi6 que Frankie fuera operado para corregir el
desequilibrio muscular de sus Ojos. El dfa antes de ingresar al hospital
para la operaci6n, Frankie vino a la clinica de orientaci6n para su
sesi6n regular de terapia con la autora. Sus padres 10 habfan prepa-
rado para la operaci6n, pero Frankie estaba aün mås tenso y pertur-
bado que de costumbre. No tenfa ganas de hablar; en cambio chas-
queaba la lengua y querfa dibujar. La Ilustraciön 25 c muestra uno de
los dibujos espontåneos que Frankie hizo en esta ocasi6n. Muestra un
"paracaidista con una måscara de aire". El dibujo es tosco y primitivo,
pero sumamente expresivo. Revela la aguda ansiedad de Frankie por
su cara y la operaci6n ocular. Se sentfa "en el aire", suspendido entre
la esperanzay el miedo, solo, sin seguridad de poder volver a aterrizar
a salvo. La cara de la figura estå cubierta con una måscara, como si
Frankie estuviera buscando protecci6n contra el ataque furioso que se
iba a cometer contra ella. El hecho de que los Ojos, la nariz y la boca
estén completamente cubiertos por la espesamente sombreada mås-
cara, refleja el intenso temor de Frankie, su aislamiento y su deseo de
cerrar la puerta al mundo real. Los brazos y manos del paracaidista
se alzan como pidiendo ayuda. La Ilustraciön 25 c es un vfvido retrato
de un pequefio sumamente ansioso, temeroso y perturbado que estå
viviendo por anticipado una operaci6n traumåtica.
Un dibujo aün mås primitivo, pero igualmente expresivo aparece
en la Ilustraciön 26. Fue hecho por Mickey, un nifio retardado, per-
turbado emocionalmente y con lesi6n cerebral, de 6 afios, que con-
currfa a una clase especial para nifios con dificultades mültiples.
Generalmente, Mickey estaba •inquieto pero alegre. No podia seguir
indicaciones, ni participar en actividades estructuradas, pero solfa
jugar solo largo tiempo, y le gustaba especialmente dibujar y contar
cuentos de adultos. Un dfa, Mickey Ileg6 a la escuela seriamente
perturbado. No podia hablar ni quedarse quieto. Corrfa por el aula
haciendo ruidos raros y desorganizando todas las actividades de su
clase. Todos los esfuerzos por parte de la maestra y de la autora en
descubrir qué habfa trastornado a Mickey fracasaron. Se presumfa
128
que algo habfa ocurrido en su hogar, que habfa perturbado a Mickey,
pero no se podia Ilegar hasta los padres para confirmarlo.
Como ültimo recurso, la autora sent6 a Mickey en su falda, suave
pero firmemente, le dio låpiz y papel y le pidi6 que hiciera un dibujo
de su familia. Mickey obedeci6 y dibuj6 el cuadro de la Ilustraciön 26.
Identific6 las figuras a medida que las dibujaba, y se agit6 notable-
mente al garabatear muchas Ifneas negras en el cuerpo de su padre,
llamåndolas "sangre". Una vez mås Mickey volvi6 a hacer sus ruidos
particulares y no pudo quedarse quieto. El dibujo hecho en pocos
segundos, aport6 la respuesta que la autora buscaba. En el dibujo era
Claro que algo le habfa sucedido al padre de Mickey y ésta era la causa
de su perturbaci6n. El dibujo ayudö a la autora a obtener cierto
conocimiento de su problema para poder darle un poco de tranquilidad
y apoyo. A1 dfa Mickey habfa Sido
siguiente, se supo que el padre de
y como Mickey 10 adoraba
Ilevado al hospital con ülceras sangrantes,
la reacci6n frente a su enfermedad era comprensible. Mickey pudo
expresar en su dibujo 10 que no habfa podido expresar con palabras.
131
de su madre y al nacimiento de su hermanita. El dibujo completo de
la Ilustraciön 30, sugiere que Dorothy quiere ocupar el lugar de su
madre, que le tiene envidiay que se siente muy feliz de tener una
nueva bebita en la familia.
Para Henry, el nacimiento de un nuevo bebé en la familia, signi-
ficaba desplazamiento y desdicha. Uno de los dibujos mås desgarra-
dores de la colecci6n de dibujos infantiles de la autora, es el de la
Ilustraci6n 31. Fue dibujado por Henry, un nifio de 9 afios, de inte-
ligencia normal, que tenfa una historia de deterioro neur016gico y que
habfa sufrido a causa de descuido ffsico, privaciones y mucha ines-
tabilidad en el hogar. Henry tenfa violentos arrebatos de mal genio
que 10 hacfan intratable. El factor positivo de su Vida habfa Sido el calor
y afecto que su madre le habfa mostrado a pesar de sus serias
deficiencias como administradoray proveedora. El padre, alcoh61ico y
abusador, habfa abandonado a la familia algunos afios atrås. Henry
era el menor de seis hermanos y el favorito de su madre. Hasta este
momento, habfa estado seguro del amor de su madre, que se reflejaba
en su caråcter alegre y cordial. Andaba siempre sucio y con el pelo
largo; su conducta era irregular y a veces explosiva; pero a pesar de
todo eso, los maestros 10 querfan porque siempre tenfa una sonrisa a
flor de labios, y era receptivo y afectuoso.
Un dfa, Henry perdi6 su sonrisa y se torn6 mås agresivo e intrata-
ble. Las innumerables preguntas que se le formularon no pudieron
resolver la causa de este cambio repentino. Los cambios bruscos en la
conducta infantil, generalmente estån relacionados con aconteci-
mientos en el cfrculo familiar; por eso, la autora le pidi6 a Henry que
dibujara a su familia. Hizo el dibujo de lallustraciön 31. Es un dibujo
primitivo y crudo, pero sumamente expresivo. Primero dibuj6 una
figura y dijo: "Ese soy yo; estoy gritando porque el bebé me quit6 mi
chupetfn". Después agreg6 una segunda figura mås pequefia, con un
chupetfn en la mano y anunci6: "Esta es mi hermanita, estå gritando
también, porque su papå le peg6". Finalmente, hizo una casa y
comenz6 a dibujar Otra figura en una ventana, pero se detuvo. "El resto
de la familia estå en la casa", dijo.
Hay varios signos dignos de atenci6n en el dibujo de la Ilustraciön
31. Para empezar, Henry no tenia una hermanita. Pero al averiguar,
se supo que su hermana casada habfa tenido una bebita unos dfas
antes. De modo que éste era el motivo del cambio brusco en la conducta
de Henry; habfa dejado de ser él el bebé, el favorecido miembro de la
familia. "El bebé le quit6 su chupetfn". El chupetfn simboliza aquf, 10
mås dulce en la Vida de un nifio, el amor y afecto maternos. La madre
de Henry adoraba a los nifios pequefios, pero mostaba poco afecto y
132
comprensi6n cuando éstos dejaban de ser lindos y fåciles de abrazar.
Ya habfa comenzado a perder interés en Henry, a medida que éste
crecfa, y 10 mismo habfa hecho con sus otros hijos. Ahora la madre
habfa encontrado en su nieta, un nuevo objeto para su afecto. Se
pasaba todo el dia en la casa de su hija arrullando a la bebita, y
abandonaba a Henry mås que antes. El se las tenfa que arreglar solo
y a la salida de la escuela, debfa prepararse la comida.
Henry querfa demasiado a su madre para expresar su resenti-
miento hacia ella de forma abierta. Por eso dio salida a su rabia y
frustraci6n en la nueva bebita. La historia que cont6 con respecto a su
dibujo representa su anhelo: la nena recibe una paliza de su padre. La
nena es castigada por usurpar su posici6n privilegiada. Henry expres6
que el padre realiz6 el castigo. Esto es de interés; puede reflejar la
hostilidad de Henry hacia su propio padre que 10 castig6 al abando-
narlo. Henry omiti6 todo rasgo facial en el dibujo de la bebita, como si
estuviera tratando de borrarla y de negar su existencia. No explic6
quién era la figura en la ventana; ésta también carece de cara y no se
estå comunicando con Henry. Serfa diffcil representar mås vivamente
el impacto de un nuevo bebé en la Vida de un nifio mås grande, que 10
que Henry hizo con unos pocos trazos de låpiz y algunos breves
comentarios sobre el dibujo.
135
ACTITUDES DE LOS NIfios CON RESPECTO
A Sl MISMOS REFLEJADAS EN LOS DFH
Es dificil, si no imposible, entender la conducta de un nifio, sin
entender la percepci6n que el nifio tiene de sf. El observador casual,
y aun los adultos que conocen bien al nifio, pueden verlo de una
manera bien diferente de la forma en que el nifio se ve a sf mismo. Asf,
un nifio que otros consideran atractivo, inteligente y de buena con-
ducta, se puede ver a sf mismo feo, estüpido y "malo", y puede actuar
de acuerdo con ello. Mientras que un nifio mås bien feo y lerdo, puede
creerse elegante e inteligente. Los tests y las mediciones psic016gicas
objetivas comparan a un nifio con Otros y con cierto mitico "nifio
normal", pero el nifio no tiene tales bases para comparar; él forma sus
actitudes hacia sf mismo, de acuerdo con la manera en que 10 tratan
los adultos que significan algo en su Vida. Si en el primer perfodo de
su Vida, sus padres 10 han tratado como si fuera un nifio hermoso, él
aprenderå a creerse asf; pero si se le ha dado a entender que no Ilena
las expectativas paternas, se sentirå inadecuado.
Para un maestro o un psic610go clfnico, es a menudo diffcil com-
prender por qué un nifio agradable y capaz, se desprecia y carece de
confianza en sf mismo, hasta que conocen a los padres perfeccionistas,
que nunca estån conformes o satisfechos con nada de 10 que haga el
nifio y constantemente 10 comparan con su sobresaliente hermano o
hermana mayor. Por Otro lado, la autora se ha admirado, a menudo,
de la seguridad emocional y propia aceptaci6n de algunos nifios con
serios defectos ffsicos y mentales. Estos nifios han recibido tanto amor
y aceptaci6n de sus padres que aprendieron a creerse aceptables y
suficientes. La actitud de un nifio hacia sf mismo, depende de la
actitud de los padres hacia él y no de ninguna medici6n objetiva de
belleza o inteligencia. Y el tratamiento de un nifio con problemas
emocionales debe ser armado sobre su propia imagen, y no sobre la
imagen que el terapeuta tenga del nifio.
Una de las mejores maneras de descubrir c6mo siente un nifio sobre
sf mismo, es pedirle que haga un DFH. Como se mencionara antes
(påg. 113), un DFH es un retrato del nifio interior, de sus actitudes
hacia sfmismo. Este retrato puede corresponder o no a su apariencia
ffsica real. Si el DFH de un nifio fuera nada rnås que una reproducci6n
realistica de sf mismo, entonces serfa de poco valor clfnico. El hecho de
que algunos DFH muestran poco o nada de parecido con la imagen
ffsica del nifio, los carga con mayor significado clfnico. Como Loewen-
feld (1939) y Machover sefialaran, un nifio enfatizarå y exagerarå en
sus dibujos aquellas partes de la figura que tienen especial signifi-
136
caci6n para él. Cambiarå y distorsionarå una figura humana hasta
aün era feliz. El DFH de Tommy indica que él se acerca a los problemas
vitales aislåndose y escapando en su fantasia a un perfodo anterior y
mås feliz en su Vida.
El nifio normal y sano lucha por la madurez y la adultez. A medida
que los nifios se acercan a la adolescencia, puede esperarse que
138
dibujen figuras ideales de sf mismos, de edad un poco mayor; muy a
menudo, esas figuras aparecen en uniforme o vestido de noche, o en
alguna vestimenta que dé status. Las imågenes dibujadas son, ge-
neralmente, figuras positivas, de conformidad con los valores y cos-
tumbres sociales de la cultura en la que vive el nifio. (Dennis, 1966.)
pero de vez en cuando, un nifio dibujarå un anti-héroe, una persona
mayor, que se revela contra la sociedad, tal como él la conoce. Este tipo
de dibujos, generalmente son producidos por nifios hostiles e ira-
cundos, que gozan poco de la nifiez y afioran escaparse de la casa y de
Ia escuela; suefian ser grandes, independientes y poderosos.
Eric (Ilustraciön 35) pertenecfa a este grupo dej6venes negativista
y hostil. Anhelaba escapar de la nifiez. Eric y Tommy (Ilustraciön 34)
tenfan casi la misma edad; ambos tenfan un CI de WISC de 103, ambos
tenfan problemas de aprendizaje y relaciones deficientes con sus
compafieros. Pero ahf termina la semejanza. Mientras que Tommy
provenfa de un medio socio-econ6mico alto y estaba expuesto a
excesiva presi6n y preocupaci6n paterna, la familia de Eric Ilevaba
una existencia marginal e inestable, en un {rea pobre. Eric habfa
sufrido considerable descuido ffsico y emocional durante su Vida y
desde entonces habfa aprendido a valerse por sf mismo. Pasaba la
mayor parte de su tiempo libre rondando esquinas con muchachos
mås grandes. Para él era una cuesti6n vital ser un duro y buen
luchador. Pero aun un excelente luchador se siente bastante pequefio
e indefenso en un mundo adolescente cuando s610 tiene 10 afios de
edad. De modo que era natural que Eric sofiara con tener 18 6 20 afios
y ser un mejor luchador y un muchacho mås duro de 10 que era
entonces. La nifiez y la escuela le habfan brindado pocas satisfaccio-
nes y como su padre y hermanos mayores no sabfan leer ni escribir,
Eric no estaba muy perturbado por su fracaso escolar. Sus condiscf-
pulos eran demasiado inmaduros e infantiles para que los encontrara
interesantes.
Eric mostraba su desprecio hacia la escuela, con frecuentes co-
mentarios peyorativos en clase o no participando en las actividades de
la clase. Fue natural que la maestra de Eric encontrara diffcil
interesarlo en el programa de cuarto grado. Los verdaderos intereses
e ideales de Eric estån hermosamente ilustrados en su DFH de la
Ilustraci6n 35. El contenido del dibujo revela la imagen ideal de Eric;
anhela ser un muchacho completamente desarrollado, que pueda
fanfarronear dentro y fuera de los bares y deambular por todas partes.
Los Indicadores Emocionales del dibujo, los dientes, la omisi6n del
cuello y los brazos largos y poderosos, reflejan la impulsividad,
hostilidad y actitud agresiva de Eric hacia sf mismo y hacia el mundo.
139
Jonathan, de 7 afios y 9 meses de edad, también tenia problemas de
aprendizaje y deseaba escaparse de la escuela y de la presi6n paterna
por un mejor rendimiento. Jonathan también querfa ser mayor, pero
en contraste con Eric, tenfa un modelo positivo al que aspirar. Cuando
se le pidi6 que hiciera un DFH, Jonathan realiz6 el dibujo de la
Ilustraciön 36; representa a un primo mayor, a quien admiraba
enormemente. Explic6 que querfa ser "un hombre grande como mi
primo, él no fue a la universidad... trabaja". La ambici6n de Jonathan
por crecer y trabajar con sus manos en vez de ir a la universidad era
realista y impuls6 a sus padres para que apoyaran esta ambici6n.
se
Tommy, Ericy Jonathan (ilustraciones 34, 35 y 36) eran tres insa-
tisfechos con su estado y edad presentes. Sus DFH muestran c6mo uno
de los tres deseaba escapar del presente, regresando a una edad
anterior y mås feliz, mientras que Ios otros dos querfan librarse de los
confines de la nifiez adquiriendo la libertad e independencia de los
adultos.
141
habfa Sido una nifia normal, a la que le gustaba salir y estaba bien
adaptada socialmente. Pero luego, se habfa vuelto hurafia y desdi-
chada.
Cuando se le pidi6 que hiciera un DFH, Laura hizo la diminuta
figura de la Ilustraci6n 38. El tamafio y la inclinaci6n de la figura
reflejan su inseguridad e intensa preocupaci6n por su estatura. La
figura parece como si alguien hubiera hundido la cabeza en el cuerpo
para acortarlo. La cabeza, brazos y piernas guardan proporci6n entre
sf, s610 el cuerpo estå comprimido y el cuello fue omitido. El DFH
parece mostrar 10 que Laura desearfa hacer consigo misma, entre sus
compafieros.
143
dibujo, presenta un cabello tan alborotado y desarreglado, como la
figura de Dorothy. Si no se supiera més respecto de la nifia, se podrfa
crecer que este tratamiento del cabello refleja precocidad sexual. Pero
la autora siempre se inclina a buscar la explicaci6n mås obvia y simple
de los signos del dibujo, antes de hacer interpretaciones simb61icas
mås profundas a partir de ellos. En el caso de Dorothy, 10 mås obvio
era mirar a la propia nifia. Sin duda, el rasgo fisico mås destacado de
Dorothy era su cabello. Tenfa una masa de pelo extremadamente
pesado, enrulado, y rebelde. Ademås, Dorothy era descuidada con su
apariencia general; le hacfan falta un bafio, ropas limpias, lavadas de
cabeza, un corte de pelo o simplemente cierto acicalamiento. Pero
Dorothy era demasiado pequefia y no estaba preparada para cuidarse
a sf misma, y su madre inmadura e inestable, era incapaz de cuidar
debidamente a sus hijos.
Dorothy era muy sensible con respecto a su pelo, especialmente
porque sus compafieros no la dejaban jugar con ellos y, entre Otras
cosas, la llamaban "pelo de estopa". Alrededor de una semana después
de que Dorothy dibujara la Ilustraciön 30, se le pidi6 que completara
Oraciones Inconclusas. Entre las oraciones que complement6 estaban
las siguientes:
A veces, yo me detesto a mf misma.
Los otros nifios ...... me odian, no les gusta mi cabello.
La gente piensa que yo soy terrible debido a mi pelo, y a mi
conducta.
Necesito ...... cabello nuevo.
De este modo, descubrimos la bien fundamentada preocupaci6n de
Dorothy por su cabel 10, expresada tanto en el dibuj o de su familia como
en las Oraciones Inconclusas. No puede haber duda, por 10 tanto, con
respecto al significado del tratamiento exagerado del pelo del dibujo.
En vista a los fuertes sentimientos que tenia Dorothy sobre su cabello,
se iniciaron medidas para ensefiarle a cuidarlo, que resultaron en un
gran mejoramiento de su apariencia y en un cambio gradual de su
propio concepto.
Mientras que Dorothy era desdichada porque tenia demasiado
cabello, Odetta (Ilustraciön 40), una nifia de color de 10 afios, de
inteligencia normal, era muy tfmida porque no tenfa suficiente pelo.
El cabello de Odetta era extremadamente corto, y no crecfa a pesar de
los tratamientos con aceites y cremas. Ella trataba de alisarlo y
estirarlo con mucho trabajo. Sus relaciones interpersonales eran muy
deficientes y tenfa una larga historia de problemas de conducta y
emocionales. Atribufa muchos de sus problemas a su propia "fealdad",
especialmente a su pelo corto. Esta era, por supuesto, una simplifica-
144
ci6n y distorsi6n, excesivas, de su situaci6n real; pero para Odetta, era
verdadera y se odiaba a sf misma, a su apariencia y sobre todo a su
cabello.Cuando se le requiri6 que hiciera un DFH, pidi6 permiso para
usar crayones. La Ilustraciön 40 muestra el DFH que hizo con los
crayones. Dibuj6 con el mayor cuidado una nifia de pelo largo, lacio y
rubio, de grandes Ojos azules. iEste era su suefio! Ella anhelaba ser
rubia y de Ojos azules, con pelo largo, hermoso y sedoso, que pudiera
usar en una cola de caballo.
Desgraciadamente, Odetta no era la ünica. No es raro que los hijos
de negros rechacen su propia apariencia. Dennis (1966) refiere que
casi todos los dibujos que hace varios afios obtuvo de nifios negros de
Mississippi y Brooklyn, Nueva York, representaban hombres blancos
con cabello propio de los blancos. S610 un pequefio porcentaje dibuj6
figuras con rasgos y cabello negroides. Dennis propuso la hip6tesis de
que los nifios dibujan a las personas que admiran. Interpreta sus
comprobaciones como un rechazo, por parte de losj6venes negros, de
su identidad racial y su aparienciay de su deseo de parecerse a la gente
blanca.
Las propias experiencias de la autora con nifios negros, varios afios
atrås, en Tennessee, en Ohio y en el estado de Nueva York, fueron
similares a las de Dennis. Hace Cinco o diez afios, era raro que un nifio
de color dibujara a un negro en su DFH. Sin embargo, en la actualidad,
La autora, recientemente recogi6
la situaci6n parece estar cambiando.
varios cientos de DFH, en
dos escuelas con alumnos negros en su
mayorfa y un nümero considerable de ellos revelaban sin error,
figuras con rasgos y pelo negroides. Casi todas estas figuras estaban
presentadas de una manera positiva de aceptaci6n, sin negativa. La
Ilustraciön 41, muestra los DFH de tres nifias de color, de inteligencia
normal, que dibujaron figuras de nifias negras. En estos dibujos el
tratamiento del cabello es particularmente interesante. Los tres
peinados retratados, representan los peinados verdaderos de las
nifias y de sus hermanas mayores. Uno de los dibujos, muestra un
batido exagerado, de los que se logran con la ayuda de postizo. Este
peinado podrå parecer mås bien grotesco a un adulto formal y de edad
madura, pero era considerado la ültima moda de la sofisticaci6n entre
las j6venes. Los tres DFH de la Ilustraciön 41, representan figuras y
peinados a los que las nifias podfan aspirar, y no son una imagen de
ensuefio irreal, como la que hizo Odetta en la Ilustraciön 40.
Esta mayor aceptaci6n de los nifios negros de sf mismos y de su
apariencia, tal como se refleja en los DFH, probablemente sea re-
sultado directo de su reciente orgullo por los nacientes estados
africanos y por el movimiento por los derechos civiles en este pafs. Por
145
supuesto, es imposible saber si este cambio en el concepto propio se
encuentra extendido entre los nifios negros, puesto que la experiencia
de la autora se limit6 a los dibujos de nifios en una pequefia ciudad
industrial del norte.
147
piel. Era tratado por sus compafieros, como si en realidad tuviera el
"sarampi6n", como si fuera alguien a quien hay que evitar. Quizås Keith
deseaba que su color oscuro se desvaneciera como las rojas ronchas del
sarampi6n desaparecen a su debido tiempo. El dibujo de Keith mostraba
claramente, que necesitaba consejo y orientaci6n para lograr una mayor
aceptaci6n de sf mismo. A1 mismo tiempo, en colaboraci6n con Ia
maestra, se pusieron en pråctica planes para lograr mayor tolerancia y
cooperaci6n entre los distintos alumnos de la clase.
Danny, de 11 afios, era otro nifio negro, preocupado por el color de
su La Ilustraciön 76 muestra su DFH. Hizo a Frankenstein y al
piel.
Hombre Mono. Sombre6 la cara del Hombre Mono con trazos cortos
que probablemente significan pelo, pero el efecto general es el de un
muchacho negro, y refleja, sin lugar a dudas, su propia preocupaci6n
con respecto a su piel oscura.
Los DFH de las ilustraciones 14, 27, 40, 56, 65 y 66, fueron dibujados
en su totalidad, por nifios negros, con serios problemas emocionales;
pero ninguno de esos dibujos revela una particular preocupaci6n por
el color de la piel. Esto no quiere decir que esos nifios fueran indiferen-
148
Preocupaci6n por la fortaleza ffsica. Cualquiera que trabaja
con varones en crecimiento, deberå pasarse muchas horas anuales
sintiendo y admirando los biceps en desarrollo de los j6venes "super-
hombres", ansiosos por exhibir y probar el primer signo visible de su
fuerza ffsica. Este pequefio müsculo saliente, representa mucho mås
que la habilidad par aporrear al compafiero mås pr6ximo; es casi un
sfmbolo de status entre los alumnos de tercer y cuarto grados, y
simboliza hombrfa e independencia florecientes. Pobre del nifio que se
atrasa en su desarrollo ffsico, cuyo brazo delgado es el signo mås obvio
de su debilidad e insignificancia. Por 10 menos, asf le parecfa a Philip,
de 8 afios, cuyo DFH aparece en la Ilustracjön 45.
Philip era un nifio pequefio, hipersensible y ansioso, que se sentfa
abrumado por su medio ambiente. Sus padres eran luchadores y
esperaban mucho de sus Cinco hijos, y todos, excepto Philip, sobre-
salfan en la escuela y en la comunidad. Philip estaba continuamente
expuesto a la presiön paterna para un rendimiento mayor, mientras
que sus hermanos mayores se ensefioreaban sobre él y 10 hacfan sentir
completamen te pequefio y sin importancia. La ünica més pequefia que
él en la familia, era su hermana menor, que resultaba la favorita de
todos. Ella recibfa més afecto y atenci6n que el resto de los nifios.
Philip se sentfa un "nadie" en la escuela y en su casa. Sus torpes
esfuerzos para ganarse un lugar entre sus compafieros, generalmente
terminaban cuando éstos 10 golpeaban y 10 rechazaban de modo
directo. Es que los enojaba con su conducta tonta y desordenada.
El DFH de la Ilustraciön 45, revela al mismo tiempo, el pobre
concepto que tenfa Philip de sf y su imagen ideal. Los delgados brazos
y piernas, pobremente integrados, y la cabeza pequefia con la sonrisa
tonta, reflejan los sentimientos de debilidad e insuficiencia de Philip,
mientras que el contenido del dibujo, muestra su deseo de ser un
hombre fuerte, con müsculos salientes, que puedan levantar grandes
pesos con una sola mano. Philip enfatiz6 los müsculos tanto en forma
como en sombreado. El gran tamafio de los müsculos expresa su deseo
de fuerza ffsica y hombrfa, mientras que el sombreado indica su
ansiedad por su propia falta de müsculos y fortaleza. Estas dos
actitudes estaban también presentes en sus comentarios espontåneos
sobre su DFH: "Este es un hombre fuerte... es feliz, puede pegarle a
todos, aun a Albert, que es el mås fuerte de nuestra clase... yo soy el
mås débil".
149
PREOCUPACIONES POR INCAPACIDADES ESPECIFICAs
REFLEJADA EN LOS DFH
veces por semana, y ejercitaba su pierna varias horas, todos los dfas.
Pero la madre tenia que esforzarse para hacer esto. Inevitablemente
transferfa parte de su propia ansiedad y temores por las limitaciones
de Dennis al nifio. El carecfa de confianza en sf mismo y pronto
evidenci6 resistencia activa a ir al centro de tratamiento.
Dennis fue atendido en la clinica de orientaci6n a los 6 afios. El DFH
que hizo entonces, aparece en la Ilustraciön 520. La cara de la figura,
espesamente sombreada, carece de rasgos, mientras que las manos,
dedos y pies estån toscamente distorsionados y también sombreados.
La asimetrfa y tamafio de las manos revela la preocupaci6n de Dennis
por ellas. Su intensa ansiedad e inseguridad, fueron también verba-
lizadas mientras dibujaba. A cada rato preguntaba: "iLo estoy ha-
ciendo bien?" Ansiaba ser tranquilizado y ayudado. Cuando termin6
su dibujo, pregunt6 si se 10 podia Ilevar a su papå. Ni una sola vez
mencion6 a su madre. El dibujo de la Ilustraciön 52a revela la aguda
ansiedad e inquietud de Dennis por su impedimento ffsico y una
marcada falta de confianza y aceptaci6n propias.
Cuando la madre de Dennis integr6 un grupo terapéutico en la
clinica, gradualmente comenz6 a cambiar su actitud hacia Dennis. En
vez de tenerse låstima a sf misma, empezö a ver a su hijo como una
persona por derecho propio, y a darse cuenta de 10 que su condici6n
significaba para él. Este cambio en la actitud materna, al poco tiempo,
155
provoc6 un cambio en Dennis; se volvi6 mås feliz y libre. Mientras que
antes se habfa resistido a ir a la terapia ffsica, ahora, anhelaba las
sesiones en el centro de tratamiento. Su apariencia completa cambi6
y comenz6 a desarrollar una actitud mås positiva consigo mismo. Dej6
de enfurrufiarse y fruncir el cefio la mayor parte del tiempo, y en
cambio, aprendi6 a sonrefr.
Cuatro meses después de realizar el primer DFH, se le pidi6 a
Dennis que dibujara a Otra persona completa. Este segundo DFH
aparece en la Ilustraciön 52b. La diferencia entre los dos dibujos es
notable. No habfa transcurrido suficiente tiempo entre uno y Otro
DFH para atribuir el mejoramiento, primeramente, a una mayor edad
y madurez. Lo que habfa cambiado de manera considerable en estos
cuatro meses, era la actitud materna hacia Dennis y la actitud de
Dennis hacia sf mismo. El segundo DFH es completo, con Ojos, nariz,
boca, pelo y orejas. La figura tiene cuerpo y piernas con pies. S610 le
faltan los brazos. El dibujo, en general, sugiere mucha menos ansie-
dad y un mejor concepto propio que en el DFH anterior. La omisi6n de
los brazos probablemente refleja la prolongada preocupaci6n de
Dennis por su incapacidad para usar las manos. Pero, puesto que su
edad mental era s610 de Cinco afios, cuando dibuj6 la figura de la
Ilustraciön 52b, la omisi6n puede, también, ser un signo de su in-
madurez general y leve retardaci6n. No es raro que los nifios lerdos de
5 afios, omitan los brazos de sus dibujos. Cualquiera que sea la
interpretaci6n que uno prefiera, no puede haber duda, de que el
segundo dibujo de Dennis revela un marcado cambio y mejoramiento
en su actitud hacia él mismo y hacia su incapacidad. En el primer
DFH, Dennis se retrata como a una no-persona, mientras que en el
segundo dibujo, se presenta como un ser humano, aunque incompleto.
159
decir, Kenneth ha aprendido, por experiencia, que la clase especial no
es un lugar donde se castiga a los nifios, sino un lugar seguro y a salvo,
donde él encuentra protecci6n y amparo durante la "guerra" que ruge
afuera. Parecerfa que Kenneth estuviera diciendo que quiere que el
ejército (es decir, la maestray los psic610cos clfnicos) peleen por él para
hacerles entender su problema a sus padres. La "guerra" entre
Kenneth y la escuela, por un lado, y sus padres, por el otro, sigui6 casi
todo el afio escolar, hsta que finalmente se pudo convencer a los padres
de que Kenneth no era "estüpido", ni "haragån", ni "loco", sino un nifio
de inteligencia normal, que no podfa aprender a leer y escribir porque
tenfa una lesi6n cerebral que afectaba su percepci6n auditiva y
visomotora, y que interferfa en su memoria de sonidos y sfmbolos.
Jonathan (Ilustraciön 36), de 7 afios y 9 meses, estaba repitiendo el
primer grado, pero todavfa estaba atrasado en su rendimiento. Sus
padres eran profesionales universitarios y daban por sentado que
Jonathan irfa a la universidad. Su madre le compr6 libros especiales,
y trabajaba con él todos los dias después de la escuela; pero a pesar de
su esfuerzo, Jonathan no progresaba. Su extremo desasosiego, dis-
tracci6n y un serio problema perceptivo, interferfan con su trabajo
escolar. Su conceptualizaciön también era pobre.
A1 pedfrsele que hiciera un DFH, Jonathan realiz6 el dibujo de la
Ilustraciön 36. La cabeza diminuta refleja la aguda preocupaci6n de
Jonathan por su capacidad mental o por su falta de ella. Las nubes
sobre la figura indican que se siente presionado por los padres, 10 que
intensifica su ansiedad y sentimiento de fracaso. La historia que el
nifio cont6 acerca de su dibujo, revela su deseo. El DFH representa su
héroe, un primo que él admira profundamente y cuyas huellas quiere
Es grande. No fue a la universidad.
seguir: "Voy a ser igual a mi primo.
Trabaja en la casa, estå soldando... Me gusta 10 que le gusta a mi
primo". Mås adelante, Jonathan agreg6: "Me gusta la escuela, pero no
mucho, quiero tener 19 afios como mi primo y trabajar, él no fue a la
universidad".
La Ilustraciön 36, de este modo, revela al mismo tiempo la pre-
ocupaci6n de Jonathan por su bajo rendimiento, y su deseo de ser
adulto (pig. 140), escapar de la escuela y trabajar como su primo. En
realidad, la apreciaci6n hecha por Jonathan, sobre su capacidad y
metas para el futuro era bastante realistica. Les cabfa, ahora, al
psic610go escolar y a la maestra, ayudar a los padres a reajustar sus
expectivas con respecto a Jonathan, paras que pudiera ser él mismo,
sin sentirse ansioso o culpable.
160
PREOCUPACION POR LA CONDUCTA
REFLEJADA EN LOS DFH
Dos nifios pueden entregarse a la misma actividad y, sin embargo,
tener motivaciones y reacciones diferentes ante su conducta. Hacerse
la rabona, por ejemplo, puede ser una cuesti6n de prestigio y de status
para un mientras que en Otro, pude ser signo de una seria
nifio,
perturbaci6n, de depresiön y retraimiento. No se da una relaci6n
univoca entre una actividad determinada y las actitudes infantiles
frente a la misma. Pero siempre que un nifio se entrega a una actividad
que le provoca ansiedad y preocupaci6n, esa actividad se reflejarå en
sus dibujos. Los DFH pueden ser de gran valor para ayudar a los
terapeutas y a los psic610gos clinicos a entender c6mo se siente un nifio
en sus actividades. Porque, el que roba y revela intensos sentimientos
de culpa y ansiedades, requerirå un tipo de tratamiento distinto del
que roba pero no muestra indicio de preocupaciön o culpa.
161
cuando la situaci6n se vuelve intolerable. La figura parece tensa y
No habiendo tenido
cautelosa, lista para huir en cualquier momento.
nunca seguridad emocional y afecto, Carla habfa sustituido el amor
por objetos y comida, y robaba estas cosas cuando sentfa que la
abandonaban o la dejaban de lado.
Otro caso es el de Jeff, cuyo DFH aparece en la Ilustraciön 57. Jeff
era un nifio de 10 afios, de bajo nivel intelectual y con una personalidad
psicopåtica. En la superficie parecfa amistoso y alegre, pero emocio-
nalmente era ch ato. Negaba tener problemas. Jeffhabfa sufrido serias
carencias y mültiples cambios de hogar antes de los 5 afios, cuando él
y su hermana fueron ubicados en su actual hogar adoptivo. La madre
adoptiva preferfa a la hermana. Jeff era impulsivo, agresivo y tenia
una historia de robos e incendios. Habfa dificultades escolares desde
su ingreso al jardfn de infantes. EI DFH de Jeff (Ilustraciön 57),
evidencia una extremadamente pobre integraci6n de las partes,
marcada asimetrfa de las extremidades, y transparencias, todo 10 cual
se encuentra, con frecuencia, en los dibujos de nifios con mal funcio-
namiento cortical. No se conocfa 10 suficiente de su primera infancia
e historia médica, para confirmar un diagn6stico de lesi6n cerebral.
Sin embargo, su conducta no era incompatible con tal diagn6stico.
Jeff dibuj6 una nifia, que bien puede representar a su privilegiada
hermana, pero la expresi6n que le dio a la figura y la sonrisa tonta de
la cara, se corresponden con su blanda alegrfa y su negativa a
reconocer que tenfa problemas. Los brazos débiles, cortos y pegados al
cuerpo, sugieren un sentimiento de indefensi6n y un intento de
controlar rfgidamente sus impulsos. Jeff encara sus problemas su-
primiéndolos de su conciencia y actuando sus conflictos con una
conducta socialmente inaceptable. Su figura de la Ilustraciön 57 estå
desconectada, las partes superior e inferior de la nifia no estån unidas.
Este signo en el dibujo, parece reflejar la disociaci6n de sus impulsos
hostiles y agresivos de su conocimiento consciente y su control inte-
lectual. Su dibujo carece de indicaciones de sombras u omisiones que
revelen ansiedad o culpa. La ausencia de estos indicadores hacen que
el pron6stico para Jeff, sea menos positivo, y el éxito en el tratamiento
mås diffcil.
162
También en la realidad, Jeff negaba alegremente tener problemas,
aunque al mismo tiempo incendiaba su casa. No hay nada en su dibujo
que esté especfficamente relacionado con preocupaci6n por tendencia
incendiaria. En general, este DFH muestra muchos signos de inadap-
taci6n; es indicador de una personalidad pobremente integrada,
inmadura y blanda, con tendencias psicopåticas.
Mel (Ilustraciön 58), un nifio de 5 afios, de alto nivel intelectual,
presenta un cuadro muy diferente del de Jeff. Los padres de Mel se
separaron antes de su nacimiento. Sufri6 mucha inseguridad e
inestabilidad durante los primeros afios de su Vida y estaba amar-
gamente resentido por el nuevo casamiento de su madre y el naci-
miento de otros dos nifios en la familia. Mel expres6 sus celos hacia su
padrastro y medio hermanos, incendiando la camita del bebé. Su
exasperada madre trat6 de corregirlo equivocadamente, quemando
sus manos y cuello con un cuchillo al rojo vivo. Este tratamiento
punitivo y brutal, s610 acrecent6 los sentimientos de rechazo, culpa y
ansiedad de Mel.
La Ilustraciön 58, presenta su DFH. Mientras dibujaba coment6:
"Es un indio con dos plumas - y las manos". El tamafio reducido del
dibujo refleja su inseguridad y su aguda ansiedad. Las manos gran des
indican, al mismo tiempo, hostilidad y culpa por sus acciones. A1 hacer
su figura como un indio, Mel revela sus sentimientos de no pertenecer
a la familia, de ser un extrafio (påg. 177). Pero igual que un indio bravo,
él estå dispuesto a luchar, si es necesrio, por su lugar en la sociedad.
163
dibujando. En el retrato de su familia, Timothy dibuj6 en cada uno de
losmiembros masculinos, pantalones con bolsillos y objetos oblongos
debajo de los bolsillos. Podrfamos suponer que estos objetos son las
rodillas, sino conociéramos la conducta de Timothy. En la escuela se
pasaba las horas con su mano en el bolsillo masturbåndose. La forma
y posici6n de los objetos oblongos del dibujo, con toda probabilidad, son
sfmbolos fålicos. La presencia de dos falos en cada figura masculina
enfatiza la importancia que Timothy les atribufa, y la intensidad de
su temor de castraci6n. Otra manera de revelar su culpa y ansiedad
por masturbarse, era su preocupaci6n por los elefantes y sus trompas;
hacfa innumerables dibujos de estos animales.
Philip (Ilustraciön 59), un nifio de 8 afios, de inteligencia normal,
era también un masturbador compulsivo. Su constante masturbaci6n
parecfa ser un esfuerzo para asegurarse que él estaba todo allf y para
aliviar sus tensiones y sentimientos de culpa. Philip era muy desdi-
chado y estaba emocionalmente perturbado. La Ilustraciön 59,
muestra su DFH. Philip inform6 a la examinadora que su tosco y
primitivo dibujo representaba "un muchacho sosteniendo una pipa".
Este dibujo es una directa y franca afirmaci6n de su ansiedad de
castraci6n y su culpa por masturbarse. La "pipa" en la mano del nifio
se ha separado del cuerpo. Philip tenfa muchos problemas; la ansiedad
de masturbaciön era s610 una de esas dificultades. D aba la casualidad
de que este problema particular predominaba en su mente cuando
hizo el DFH de lallustraciön 59, de ahf que la culpa de la masturbaci6n
y el miedo, resultaron el tema dominante. En un dibujo anterior, que
aparece en la Ilustraciön 45, Philip expres6 claramente, sentimien-
tosde debilidad mental y ffsica e inadecuaci6n (påg. 149). En ese DFH,
habfa dibujado una imagen ideal: un superhombre. Una mirada
atenta del superhombre muestra una pequefia Ifnea garabateada
debajo del cintur6n. Esto podrfa ser un garabateo casual, pero en vista
de los håbitos y la ansiedad de Philip, en realidad, puede significar un
sfmbolo fålico. Esta impresi6n estå acrecentada por el sombreado de
la mano del superhombre, Otro signo de ansiedad y culpa, que gene-
ralmente se asocia con masturbaci6n. De este modo, se clasificaron las
dos afirmaciones de Philip en su dibujo de la Ilustraciön 45, uno re-
ferido a sus sentimientos de inadecuaci6n y a su deseo de ser fuerte,
y el otro a su culpa y ansiedad por la masturbaci6n; por supuesto, las
dos estån interrelacionadas.
Doris (Ilustraciön 60) tenia 5 afios cuando fue trafda a la clinica de
orientaci6n para una evaluaci6n. Desde el nacimiento de su hermana,
Doris se habfa entregado a una excesiva masturbaci6n y manipula-
ci6n del cuerpo, 10 que era muy desconcertante para los padres.
164
Cuando se le pidi6que dibujara una persona entera, Doris realiz6 el
DFH de la Ilustraciön 60.A medida que dibujaba coment6 espontå-
neamente: "Mi hermana, éstos son sus dientes... hay una ventana a su
lado, la va a abrir cuando tenga ganas". Sin estas explicaciones, el
dibujo podrfa ser considerado como cualquier dibujo primitivo de un
nifioan sioso de 5 afios. El objeto rectangular podrfa haber Sido tomado
err6neamente, por una caj a o una casa. A1 analizar los DFH infantiles,
en su estructura solamente, no tiene importancia conocer el signifi-
cado de todos los objetos del dibujo. Pero es arriesgado tratar de
interpretar DFH infantiles, desde un punto de vista clfnico, sin
conocimiento de qué estaba tratando de dibujar el nifio o de cuåles
eran sus intenciones. Habrfa Sido muy diffcil, por ejemplo, atribuir
significado clfnico al dibujo de Doris de la Ilustraciön 60, sin sus ex-
plicaciones. Pero con estos comentarios, el significado aparece claro.
Doris dibuj6 a su hermana, que es su principal objeto de preocupaci6n
y celos. Pero la manera de dibujar la figura de su hermana, refleja las
actitudes propias de Doris. Los dientes muestran su resentimiento y
enojo. El cuerpo estå omitido; en cambio, Doris coloca un sombreado
espeso y amorfo en el {rea donde deberfa haber estado el cuerpo,
revelando con eso intensa ansiedad corporal, lejos, en exceso, de 10 que
es normal en nifias de 5 afios (påg. 89). La omisi6n de la nariz enfatiza,
aün mås, su ansiedad, y que esa an•siedad se relaciona con su
masturbaci6n aparece claro, si interpretamos que la "ventana" del
dibujo es una represen taci 6n simb61ica de la abertura vaginal, que ella
"abre cuando tiene ganas". Este dibujo muestra que la principal
preocupaci6n y problema de Doris es la rivalidad con su hermana,
mientras que la masturbaci6n es s610 un sfntoma secundario, ar que
se entrega como consuelo, pero que a su vez le produce mås ansiedad
Y culpa.
Burt (ilustraciones 61 a 64) era un nifio de 11 afios, de inteligencia
normal. Fue enviado a la clinica de salud mental por conducta
caprichosa e inapropiada en la escuela y en su casa. La primera vez
que 10 vimos, Burt hizo la figura grotesca de la Ilustraciön 61. La fi-
gura inclinada, de cuerpo encogido, tiene una cabeza enorme, soste-
nida por un largo cuello como de una serpiente, del que sobresale una
gran nuez de Adån, espesamente sombreada, con un gusano. Burt
dijo: "Ese es un hombre con un gusano que sale de su nuez de Adån".
166
escuelay en la casa. Tanto los padres como la maestra informaron que,
de nuevo, Burt podia concentrarse y terminar sus deberes; su conduc-
ta habfa dejado de ser destructiva y caprichosa y, en general, parecfa
feliz. Sus relaciones sociales también habfan mejorado mucho. El
168
temente tenfa miedo de que él también tuviera que renunciar a su
masculinidad para poder ir a vivir a la casa de su madre. Mucha de su
actividad sexual con nifias parecfa ser un intento de clarificar el
misterio de las nifias y las mujeres, a quienes vefa como criaturas
privilegiadas y amenazantes.
Cuando se le pidi6 que dijera algo de su dibujo, Juliån respondi6:
"Estå cantando: iNo es ella dulce?" Es un ama de casa y tiene un hijo
y una hijay un esposo". Una vez mås encontramos que el dibujo revela
las ansiedades infantiles, mientras que la historia que el nifio relata
sobre el dibujo, representa su deseo. Juliån no quiere nada mås que
una madre, que sea una cornün ama de casa, que cuide de su familia,
formada por un padre, un nifio (él mismo) y una nifia.
Odetta, cuyo DFH aparece en la Ilustraciön 40, era una nifia de 10
afios, de inteligencia normal con intensos sentimientos de inadecua-
ci6n. Habfa sufrido serias carencias y descuidos cuando era muy
pequefia, y habfa Sido ubicada en numerosos hogares durante su Vida.
Odetta nunca habfa experimentado el cålido afecto de una madre
amante, de un hogar estable. Como resultado no habfa aprendido a
aceptarse a sf misma como una persona de valor, digna de ser amada;
se odiaba y culpaba a su apariencia de estas dificultades (pig. 144).
Como estaba hambrienta de atenci6n y reconocimiento, habfa permi-
tido que un hombre mayor jugara con ella sexualmente, a cambio de
dinero y caramelos.
La Ilustraciön 40 muestra una nifia muy femenina y atractiva que
representa el ideal de Odetta. Pero el tratamiento de los brazos y
piernas muestra sus dificultdes en las relaciones interpresonales, y su
ansiedad y sentimientos de culpa. Los brazos rfgidos, pegados al
cuerpo, revelan su incapacidad para comunicarse con los demås; las
piernas se aprietan tiesamente entre sf y no estån desplazadas; no
soportan el cuerpo y reflejan la inseguridad y falta de estabilidad de
Odetta. La postura tiesa de los pies parece indicar desasosiego por sus
actividades sexuales y un esfuerzo para detener insinuaciones sexua-
les.
170
estaba influenciado por la estaci6n, sino por los propios sentimientos
de Sammy hacia sf mismo. En la colecci6n de la autora hay varios DFH
que muestran espantapåjaros. Uno de ellos fue dibujado por una nifia
retardada de 16 afios, que diferfa de Sammy en todo, con una sola
excepci6n: ella también se consideraba "algo" absurdo, menos que
humano.
Los titeres y las marionetas son juguetes populares. La mayorfa de
los nifios los ha tenido o los ha visto en la televisi6n o en el teatro. La
experiencia de ver tfteres es compartida por muchos pequefios, pero
s610 excepcionalmente, un nifio se identificarå con un tftere. Muy
pocos nifios dibujan tfteres cuando se les pide que hagan un DFH. Jay
(Ilustraciön 67), un nifio de 11 afios, de inteligencia normal, dibuj6
uno. Jay era hijo de padres extremadamente rfgidos y dominantes que
practicaban estrictamente una religi6n puritana. Mientras Jay era
pequeno y d6cil, todo fue bien. Pero a medida que creci6 y comenz6 a
desarrollar pensamientos propios, surgieron las dificultades entre él
y sus padres. Estos no podfan tolerar ningün signo de rebeli6n o
independencia de parte del hijo, y le negaban permiso para compartir
actividades con sus compafieros. A medida que aumentaban su
frustraci6n y rabia, Jay busc6 alivio descargando la tensi6n acumu-
lada en la escuela. Comenz6 a desarrollar serios problemas de con-
ducta y fue enviado al psic610go escolar.
Cuando se le pidi6 que hiciera un DFH, Jay dibuj6 el tftere de la
Ilustraciön 67. El tamafio pequefio de la figura y la omisi6n de la boca,
reflejan sus sentimientos de desamparo e inadecuaci6n, y su ten-
dencia a aislarse en su casa cuando se enfrentaba con el poder
abrumador de sus padres. No se atrevfa a hablar abiertamente. Su
DFH transmite de manera muy eficaz, que se sentfa atrapado, que no
se vefa como un ser humano libre e independiente, sino como un tftere,
un juguete, que estaba completamente a merced de sus padres. Ellos
tiraban de los hilos, y el tftere tenia que saltar como 10 dispusieran.
Mientras dibujaba. Jay coment6: "Es un marinero, un marinero de
C016n —pero no 10 parece—". Mientras el dibujo refleja su actitud
hacia sf mismo, el contenido enunciado revela su ideal. A Jay le
gustarfa ser un marinero y abandonar su casa; le gustarfa emprender
un viaje para descubrir nuevos mundos, donde pudiera liberarse del
dominio y la restricci6n paternas. El hecho de que dijera que el
marinero era "de C016n", s610 subraya su deseo de rebelarse y escapar
de su casa a algün lugar lejano.
Los robots han fascinado a nifios de todas las edades por largo
tiempo. En su imaginaci6n, los nifios suefian, generalmente, con
construir robots a los que puedan controlar y hacerles hacer 10 que
171
ellos desean. S610 los nifios muy desdichados, que se sienten abruma-
dos por padres dominantes y generalmente desaprobadores, se
identificarån con el robot y no con su creador. Se sentirån como si en
realidad fueran una måquina, un robot, que no tiene identidad propia
y que funciona segün el capricho de su duefio y seior.
La Ilustraciön 68 muestra el robot dibujado por Joe, un nifio de 11
afios, con habilidad verbal pobre y con dificultades de aprendizaje. Joe
era un jovencito muy inseguro y seriamente perturbado, que se
resentfa amargamente por los castigos de su severo padre. Pero Joe no
podia expresar su rabia en su casa; entonces la desplazaba en hosti-
Iidad y frustraci6n frente a sus hermanos y compafieros. Desafiaba a
la autoridad escolar y molestaba a los otros nifios, que 10 rechazaban.
Joe tenfa relaciones interpersonales extremadamente deficientes y se
movfa en un mundo propio. A menudo, sus compafieros comentaban
que no parecfa un ser humano; se referfan a él como al "zombi". Joe
parecfa compartir sus sentimientos, pues cuando se le requiri6 que
hicieraun DFH, no dibuj6 un ser humano, sino un robot. Es signifi-
cativo que el robot no tenga pies. La omisi6n de los pies en un DFH de
un nifio de 11 afios de inteligencia normal, es muy rara, y clfnicamente
estå cargada de significado. Refleja no s610 inseguridad, sino muy
probablemente, intensa angustia de castraci6n.
La Ilustraciön 71 presenta Otro robot. Este fue dibujado por Eliot,
un nifio de 8 afios con habilidad verbal superior pero serfa disfunci6n
en el {rea visomotora. Eliot tenfa un padre muy estricto, que habfa
fijado altas metas para su hijo ünico. Cuando su rendimiento no
conformaba las expectativas paternas, el padre ejerci6 considerable
presi6n sobre Elioty 10 ridiculiz6 por su torpeza y dificultad de lectura.
Ya que Eliot no se atrevfa a expresar abiertamente su resentimiento
hacia su padre, actuaba sus frustraciones en ataques agresivos hacia
sus hermanos y compafieros, o se refugiaba en la fantasia. Pasaba
muchas horas del dfa sofiando acerca de un robot que destrufa a su
duefio y volaba el universo. Cuando se le pidi6 que hiciera un DFH,
Eliot obedeci6 dibujando un robot, el héroe de sus suefios. La manera
en que 10 dibuj6 refleja sus sentimientos hacia sf mismo. La diminuta
cabeza revela su preocupaci6n por su escaso progreso escolar, mien-
tras que los brazos largos y las poderosas manos-pinzas muestran su
forma agresiva de comunicarse con el mundo que se movfa a su
alrededor. Eliot se sentfa como un paria en su familia, como alguien
que no era miembro de la raza humana. Después procedi6 a contar una
vfvida historia acerca de la destrucci6n que el robot estaba por infligir
al mundo y a los seres humanos que 10 rechazaban. Esta historia, por
supuesto, es su suefio; esto es 10 que él desearfa hacer.
172
preocupaci6n por sentirse no enteramente humano. Los tf-
teres, los espantapåjaros y los robots son artefactos hechos por
humanos; no tienen existencia real propia. Se mueven, hablan y
actüan solo bajo el mandato de otros y estån a merced de sus duefios.
perofi en el reino de los mitos, la ciencia ficci6n y la fantasfa, hay
muchas criaturas que estån vivas, y tienen algunas caracterfsticas
humanas, pero sin embargo, no son del todo humanas. Generalmente
estas criaturas son asociales o antisociales. Muchos ninos que se
sienten extrafios y que no se consideran a sf mismos enteramente
humanos, se identificarån con estas criaturas asociales o antisociales,
y las dibujarån en sus DFH.
Kevin (Ilustraciön 74), un nifio de 10 afios, de bajo nivel intelectual,
habfa estado mostrando una conducta desorganizada, que iba en
aumento, antes de venir a la clinica de orientaci6n infantil, para una
evaluaci6n. Kevin habfa correteado las calles desde los 8 afios, y tenfa
un largo historial por escapadas, robos y vandalismo. Vivia con su
madre, inmadura, inestable y mentalmente limitada, en "una at-
m6sfera de inmoralidad e irresponsabilidad", de acuerdo con el in-
forme del trabajador social. Kevin habfa sufrido serias carencias
emocionales y descuido ffsico toda su Vida. Puesto que no tenia Vida de
hogar en su casa, buscaba aceptaci6n y apoyo en sus compafieros, pero
éstos se le burlaban por su extrafia apariencia. Kevin era excepcio-
nalmente feo. Tenfa una cabeza desproporcionada, dientes de conejo
salientes, Ojos apagados y cabello color rat6n, duro y rebelde. A1 ser
despreciado y rechazado por sus compafieros Kevin se replegaba en sf
mismo. Exteriormente, era sumiso y retrafdo, mientras en su interior
bullfa de rabia y frustraci6n. La mayor parte del tiempo, se abando-
naba a fantasias agresivas y murmuraba para sf. Cuando las frus-
traciones 10 abrumaban, las actuaba (acted them out) robando o
destruyendo cosas. A veces tenfa dificultad en separar la realidad de
la fantasia.
La Ilustraciön 74 muestra el grotesco DFH realizado por Kevin.
Representa a una criatura que es "medio robot y medio gigante",
reflejando con ello sus conflictos y desorganizaci6n interior. El sentfa
que no era todo de una pieza. Vefa una parte de sf mismo como si
estuviera muerta, mientras la Otra era algo menos que humana. Kevin
sentfa que no tenia un total control sobre sf y sus acciones, ya que la
mitad robot era controlada por fuerzas externas a él. Pero consideraba
a su Otra mitad tan grande y fuerte como.un gigante. Esta parte
actuaba (acted out) su rabiay deseaba fervientemente vengarse de los
compafieros que 10 rechazaban. Las manos inmensas y los brazos del
monstruo, muestran su hostilidad y agresividad, mientras que Ia
173
deficiente integraci6n de los brazos y la omisi6n del cuello revelan su
impulsividad y una personalidad pobremente integrada.
Chuck dibuj6 el "hombre-lobo" que aparece en la Ilustraci6n 75.
Chuck era un nifio de 7 afios, con lesi6n cerebral e inteligencia
superior, exageradamente torpe y con escasa coordinaci6n. También
padecfa de seria disfunci6n de la percepci6n visomotoray su tolerancia
de la frustraci6n era minima. Cada vez que los otros nifios se burlaban
de él o le ponfan apodos, se encolerizaba. Era excesivamente terco y
querfa hacer siempre su voluntad. Estaba librando una lucha de poder
con sus padres. Chuck era un pequefio muy iracundo y frustrado, que
habfa conseguido hacerle la Vida diffcil a su familia, sus maestras, sus
compafieros y a sf mismo.
Cuando se le requiri6 un DFH, hizo el dibujo que aparece en la
Ilustraciön 75. Coment6 espontåneamente: "Es un hombre-lobo, es
una mala persona". El dibujo revela la actitud de Chuck hacia sf
mismo: Se vefa como un monstruo malo y no del todo humano. EI
sombreado del cuerpo y la omisi6n de la nariz sugieren intensa
an siedad y retraimiento; la asimetrfa de 10s brazos refleja su impul-
sividad, mientras que el cuello largo, espesamente sombreado indica
su inütil esfuerzo por controlar sus impulsos. El dibujo del hombre-
lobo, grande y atrevido, también sugiere desaffo y el deseo de vengarse
de sus padres y maestros; si los otros no 10 aceptaban, Chuck les iba
a mostrar qué "malo" era realmente, y los iba a asustar con su
conducta.
Danny (Ilustraciön 76) era Otro nifio que no se Ilevaba bien con el
mundo que 10 rodeaba. Su madre habfa muerto siendo él muy pequefio.
Su padre se cas6 unos afios después, pero su madrastra nunca acept6
completamente a Danny. Desde que ingres6 a la escuela, comenz6 a
vagabundear por las calles con nifios més grandes. Danny tenfa una
larga historia por escapadas, robo y por molestar a Otros nifios. Era un
nifio muy desdichado y hostil de inteligencia fronteriza. A los 11 afios
fue ubicado en un hogar infantil y trafdo al centro de diagn6stico para
una evaluaci6n. La Ilustraciön 76 muestra su DFH.
Danny dibuj6 "Frankenstein y el Hombre-Mono". Como muchos
Otros nifiosDanny estaba fascinado por las pelfculas de Frankenstein.
Pero la mayorfa de los nifios no se identifica con Frankenstein; se ven
a sf mismos como los buenos; se identifican con Superhombre (Ilus-
traci6n 33) y con David Crocket (ilustraciones 1 y 29) o con Batman, o
con quienquiera que sea el héroe del dia. Segün la experiencia de la
autora, s610 el nifio hostil y desdichado dibujarå a Frankenstein y a
personajes similares, al realizar su propio retrato interior. En el caso
de Danny, parecfa que se identificaba mås con el papel del Hombre-
174
Mono que con el de Frankenstein. Danny era muy dependiente y rara
vez actuaba solo. Se juntaba con nifios mayores que él y obedecfa sus
6rdenes. Admiraba y temfa a estos nifios, que eran su Frankenstein.
La manera en que Danny dibuj6 sus figuras revela su actitud hacia
si mismo. Tanto Frankenstein como el Hombre-Mono tienen expre-
siones tristes, y sus caras estån acentuadas por una cicatriz en un
caso, y por un espeso sombreado en el otro. En realidad, ambas se
parecen a la propia cara de Danny, y reflejan su sensibilidad con
respecto a su apariencia. Danny era un negro de piel muy oscura con
una expresi6n lügubre y una gran cicatriz en la frente, consecuencia
de un accidente. Ambas figuras tienen brazos sin manos ni dedos, 10
que indica sus sentimientos de inadecuaci6n y culpa; la omisi6n del
cuello revela su impulsividad. A1 hacer a Frankenstein tan grande y
alHombre-Mono tan pequefio, Danny muestra su propia depen dencia
de Ios muchachos mayores. Las dos figuras simbolizan agresividad y
poder destructivo y reflejan el deseo de Danny de ser poderoso para
vengarse del mundo hostil en que vivfa.
Burt (Ilustraciön 62), era un nifio muy perturbado de 11 afios e
inteligencia normal, agobiado por su sentimiento de maldad. Cuando
se le pidi6 que hiciera un dibujo de sf mismo, dibuj6 el diablo de la
Ilustraci6n 62. Burt no era abiertamente agresivo como Chuck y
Danny, y no dibuj6 monstruos hostiles o destructivos como los otros
nifios. Burt tenia una crianza religiosa estricta y un fuerte sentido del
bien y el mal. Estaba convencido de que sus malos pensamientos y
acciones 10 convertfan en algo menos que humano, y de que era
perverso como el diablo. Burt luchaba con sus problemas de culpa y
ansiedad en su interior y dirigfa sus sentimentos hacia sf mismo. Para
una exposici6n mås detallada del caso de Burt, ver påg. 165.
176
siempre pierde y es muerto en la televisi6n y en las pelfculas. En la
Vida real, se 10 trata como ciudadano de segunda, y a menudo vive
restringido en tierras nacionales reservadas por el gobierno y se 10
trata como a un extrafio en su tierra natal. Este no es un status
deseable al que aspirar. Sin embargo, no es raro que los nifios se
identifiquen con los indios, especialmente si se sienten perdedores y
no son completamente aceptados por los demås.
La nustraciön 58 muestra un indio bravo dibujado por Mel de 5
afios de edad (påg. 163). Se sentfa como un extrafio en su propio hogar
cuando fue desplazado por su nuevo padrastro y dos mediohermanos.
EI dibujo del indio revela que Mel se vefa como un proscripto pero que
también estå pronto a luchar por un lugar en su hogar. Sin embargo,
el tamafio diminuto de la figura hecha por Mel, parece mostrar que
tenfa poca confianza en su capacidad para triunfar contra las diferen-
cias abrumadoras que tenia que enfrentar.
La Ilustraci6n 47 presenta un indio muy trabajado con una carpa,
que fue dibujado por Sammy, un nifio afåsico de 8 afios, con lenguaje
ininteligible (påg. 151). Parece bastante incongruente que el indio
bravo, con todas sus armas y gorro de guerra, esté sentado a la vez que
dispara su arco y su flecha. Parecerfa que Sammy no cree, realmente,
en la capacidad para la lucha de su indio ni en la suya propia. El
disparo de la flecha es tan s610 una pose o un gesto vacfo. En realidad,
el indio es demasiado débil para levantarse y luchar; se ha dado por
vencido. Esto refleja, con bastante precisi6n, la propia actitud de
Sammy en ese momento. Estaba hostil, resentido y frustrado, pero se
sentfa incapaz de luchar o de hacer algo por su status de minorfa en
el grupo de sus compafieros. Estaba afuera; no se podia comunicar con
177
que actüa totalmente, para que Otra gente se rfa de él. Todo el mundo
quiere al payaso, pero nadie 10 toma en serio. Bastante a menudo, el
nifio se sentirå como un payaso, porque los adultos se rfen de él y no
10 respetan ni 10 escuchan realmente. El nifio que se siente ridiculo
como un payaso e indigno de respeto se verå como un extrafio. Algunos
nifios, que son descuidados e •ignorados en sus casas, pueden asumir
el papel de payaso s610 para recibir mås atenci6n de los demås. Pero
el payaso del circo que hace refr a los demås, nunca se rfe; es, en
realidad, una figura triste, y el nifio que trata de ganar atenciön
comportåndose tontamente, tiende a ser un nifio solo y desdichado.
Cuando a Scotty (Ilustraciön 80), un nifio de 8 afios, de inteligencia
normal, se le pidi6 que hiciera un DFH, pregunt6: "iPuedo hacer un
payaso?" Después hizo el dibujo de la Ilustraciön 80. "Es un payaso
vestido de vagabundo", explic6. Scotty tenia buenas razones para
sentirse ridfculo; era un inadaptado social. Era exageradamente alto
y pesado para su edad, y parecfa tener 10 u 11 afios mås que 8. Sin
emargo, emocionalmente, era bastante inmaduro y parecfa de 6 6 7
afios. Sus padres y maestros siempre esperaban mås de 10 que él podia
hacer, y se desilusionaban cuando no actuaba con la madurez que
aparentaba. Cuando Scotty jugaba con nifios de su propia edad, se 10
acusaba de fanfarr6n, por ser més grande y fuerte que los demås.
Scotty era torpe y escasamente coordinado; cuando tocaba las cosas,
generalmente se rompfan, y cuando jugaba con nifios, los lastimaba
sin querer. Tenia problemas continuamente, y los padres de los Otros
nifios no 10 dejaban jugar con sus pequefios. A Scotty se le hizo sentir
que era diferente; era un desajustado en cualquier grupo de nifios.
Ademås, tenfa serios problemas de aprendizaje y no podia leer ni
escribir como la mayorfa de los nifios de 6 afios, que eran bastante mås
bajos que él. Todo esto contribufa a su sentimiento de ridfculo. Cuando
sus frustraciones y hostilidades crecieron, daba salida a su rabia en
Otros nifios de la escuela, 10 que s610 conducfa a mayores dificultades.
Scotty era un nifio muy desdichado que necesitaba ayuda psiquiå-
trica. Su DFH refleja claramente la pobre opini6n que tenfa de sf
mismo y su rabia hacia los demås. La Ilustraciön 80 muestra un
"payaso vagabundo", que de tan grotesco resulta gracioso; es un vago,
un paria, alguien que hace refr a la gente.
Frankie, de 8 afios, (Ilustraciön 25) era otro pequefio que se sentfa
ridfculo. Los nifios se refan de él y 10 imitaban. Frankie sostenfa su
cabeza en ångulo, para ver mejor, porque sufrfa un desequilibrio
muscular en sus Ojos. También tenfa tics nerviosos que 10 hacfan
"diferente". La Ilustraciön 25b muestra un "payaso haciendo mala-
barismo". En su DFH, Frankie revela vividamente sus sentimientos
178
hacia sf mismo. Se dibuja como un payaso malabarista, que trata
desesperadamente de colgarse de sus pelotas, es decir, estaba tratan-
do de retener su punto de apoyo con la realidad, que amenazaba
perderse en cualquier momento (påg. 208). Frankie hizo este dibujo
cuando estaba en un estado de gran agitaci6n y perturbaci6n emo-
cional. Un payaso y un malabarista pueden distraer a otros, pero no
es una experiencia feliz sentirse como un payaso que estå haciendo
malabarismo con pelotas.
Ernie (Ilustraciön 65) de 10 afios, sentfa que su familia y compa-
fieros se refan de él. Todos sus esfuerzos para demostrar su hombrfa,
eran ridiculizados por éstos. Enfrent6 el fracaso en su hogar, en la
escuelay en la comunidad. Era una figura ridfcula, que nadie tomaba
en serio; no era nada mås que un tonto. Por eso, cuando se le requiri6
que hiciera un DFH, Ernie dibujå el payaso de la Ilustraciön 65. Una
exposici6n mås detallada del dibujo de Ernie se da en la påg. 167.
Anthony (Ilustraciön 98b), cuyo historial aparece en la pig. 238,
también dibuj6 un payaso.
179
ACTITUDES DE LOS NINos HACIA SU
FAMILIA REFLEJADAS EN LOS DIBUJOS
3
181
y nombres por el estilo; mientras que aquél que solamente habla de
el tiene una actitud negativa hacia el padre. Lo mismo sucede
cuando el nifio omite el mencionar a su padre o madre completamente
aunque se le haya preguntado especfficamente por ellos.
Pero si bien los nifios no quieren, o no pueden, expresar sus
actitudes hostiles hacia sus padres con palabras, pueden —y 10
hacen— expresarlas fåcilmente en los dibujos. En un dibujo, u nifio
puede revelar, inconscientemente, actitudes negativas hacia su fa-
milia, disfazando las formas de sus padres y hermanos y usando
signos y sfmbolos de los que no es consciente. A menudo, los dibujos
pueden ofrecer una comprensi6n de las relaciones interpersonales de
un nifio, que otras técnicas y métodos psic016gicos no proporcionan.
Hay tres clases diferentes de dibujo que revelan las actitudes positivas
y negativas del nifio hacia su familia. Son: a) los dibujos espontåneos;
b) los DFH, y c) los dibujos de la familia. En las secciones siguientes,
se tratarå e ilustrarå cada una de estas clases de dibujos.
185
ha armado para estar seguro en caso de encontrarla. A1 mismo tiempo,
la serpiente estå "sacando la cabeza de su casa", no se esconde, Sino
que mås bien se pone en una posici6n en la que puede ser vista y
hallada. Las armas que Ileva el cazador, el rev61ver, el rifle y el cuchillo
generalmente son considerados sfmbolos fålicos. En este caso en
particular, pueden tener un doble significado; pueden significar
protecci6n y seguridad, y también identificaci6n masculina. Como
Christopher se siente amenazado y rechazado por su padrastro,
quizås estå buscando a su padre verdadero para identificarse con él.
Matthew (Ilustraci6n 82), un nifio de 8 afios de inteligencia normal,
también reve16 sus actitudes hacia su familia en su DFH. Una vez
mås, es necesario conocer la situaci6n familiar de Matthew para
comprender completamente el significado del dibujo de la Ilustraciön
82. Matthew era un pequefio con deterioro neur016gico, hiperlocuaz,
distrafdo y bastante inmaduro. Padecfa de una seria disfunci6n
perceptiva y tenfa coordinaci6n muy pobre. Su progreso escolar era
mfnimo y sus relaciones interpersonales deficientes. Su finica her-
mana de 9 afios, sobresalfa en todo: era atractiva, socialmente popular
y una alumna excelente. La rivalidad entre ambos era intensa.
Matthew sentfa un resentimiento profundo hacia su hermana y en
gran parte la acusaba de sus dificultades. Los padres eran individuos
inconsecuentes e inestables, con demasiados problemas propios para
poder darle a Matthew el apoyo que necesitaba.
8,
Con este conocimiento, el significado del DFH de la Ilustraciön 82
se aclara.Matthew dibuj6 una escena debajo del agua, que se extendfa
en dos hojas de papel, con un barco hundido y una nifia atacada por un
pez. Acompafi6 el dibujo con el siguiente relato: "Este es un pez
comiendo a una nifia de 9 afios, también un torpedo* y el bote que ellos
hundieron. Todos los capitanes y la tripulaci6n estån muertos". La
nifia de 9 afios del relato, por supuesto, es su hermana, aunque la
manera en que estå dibujada refleja la impulsividad e inestabilidad
propias de Matthew. En el dibujo, Matthew estå disfrazado del pez
espada", que ataca a la hermana. El bote hundido probablemente es ,if'g
* N.T.: En el inglés el nino utiliza la palabra tinfish, literalmente "pez Iata". Este
término designa en inglés: 1) un tipo de pez que cuenta con un aparato de descargas
eléctricas para atontar o matar a su presa; 2) en la jerga marinera se llama asf a los
torpedos.
186
(padres y maestros) exigentes, desaprobadores y amenazadores y a los
"tripulantes" (compafieros). En la Vida real, Matthew era demasiado
pasivo y tfmido para expresar su resentimiento y hostilidad hacia los
demås abierta y directamente, pero en su DFH, logr6 mostrar sus
actitudes de manera indirecta.
Una forma aün mås sutil e indirecta de revelar rivalidad fraterna
es el DFH de Benjie (påg. 146) que aparece en la Ilustraciön 42. Pri-
mero dijo que estaba dibujando a "David Crockett", pero después
decidi6 que su figura, en realidad, representaba a "Jackie Gleason",
porque "es tan gordo". Pero ademås de la figura humana, Benjie dibuj6
un diminuto autito de carrera, aparentemente de juguete, e hizo el
siguiente comentario: "Viene un autito tocando bocina. Salgo del
camino porque creo que es un auto grande". Podrfa parecer arriesgado
interpretar el significado del autito y el comentario de Benjie, si uno
no supiera que Benjie tenfa un hermano menor que sobresalfa en
todas las {reas en las que Benjie tenfa problemas. A la autora no le
cabe duda que el autito representa a su hermano que viene de atrås
y que 10 estå pasando. El hermano puede ser menor, pero él 10
considera un "auto grande", por 10 tanto se hace a un costado. Benjie
se rinde, no es un luchador. En cambio internaliza sus problemas:
come en exceso, padece dolores de cabeza debido a la tensi6n y Ilora
mucho en su casa y en la escuela cuando las frustraciones se vuelven
muy grandes.
Provoca aün mås ansiedad en un nifio, reconocer y expresar
sentimientos hostiles hacia su padre o madre que hacia un hermano.
Sheilah (Ilustraciön 83), una nifia de 12 afios de alto nivel inte-
lectual, sentfa gran resentimiento y hostilidad hacia su madre, do-
minante, restrictiva y coercitiva. Se sentfa especialmente perturbada
por el constante rezongo hacia el padre, débil e ineficaz. Pero Sheilah
tenfa miedo de expresar sus sentimientos, ya que era una nifia buena
y pensaba que no estaba bien que un nifio se enojara con su madre, y
porque también temfa al castigo y a la lengua mordaz de su madre. De
modo que Sheilah suprimfa su hostilidad y seguardaba sus senti-
mientos. Como resultado, sufrfa severos dolores de cabeza y otras
perturbaciones psicosomåticas. Cuando los médicos no pudieron en-
contrar ninguna base ffsica para la enfermedad de Sheilah, la man-
daron a la clinica de orientaci6n, donde fue vista por la autora para
terapia (päg. 213).
A1 comienzo de la terapia, Sheilah era bastante evasiva en sus
verbalizaciones y en sus dibujos (Ilustraciön 830). Después de Cinco
meses de tratamiento se le pidi6 que hiciera otro DFH. El resultado
aparece en la Ilustraciön 83b. Sheilah dibuj6 una bruja con una es-
187
coba, que a primera vista parece un dibujo tradicional de la Fiesta de
Todos los Santos. Si este dibujo hubiera Sido hecho en octubre, no se
le hubiera podido atribuir un significado especial. Pero el DFH fue
hecho en marzo, cuando se respiraba la primavera, y cuando la
mayorfa de las nifias de 12 6 13 afios estaban dibujando figuras de
muchachos y muchachas atractivos; por 10 tanto el contenido de este
DFH debe ser considerado como altamente significativo. Mientras
dibujaba, Sheilah coment6: "Es una Vieja bruja realmente mala, que
persigue a la gente todo el tiempo y la aterroriza". No puede caber
duda de que el dibujo revela la actitud de Sheilah hacia su madre; asf,
representa un significativo logro clfnico de su parte. Por primera
Sheilah pudo expresar su resentimiento hacia su madre, aunque
indirectamente a través de un DFH. No es una coincidencia que 10s
sfntomas ffsicos de Sheilah hubieran desaparecido cuando hizo el
dibujo de la Ilustraciön 83b, y de que hubiera progresado en su re
cuperaci6n. Una semana después de haber dibujado a la bruja con la
escoba, pudo conversar directamente con la terapeuta sobre sus
sentimientos hacia su madre.
Alfred (Ilustraciön 84) tenia una larga historia de problemas de
conducta y aprendizaje. Era un nifio de 9 afios, extremadamente
hiperactivo, impulsivo, distrafdo y de bajo nivel intelectual. Alfred
habfa sufrido convulsiones desde muy pequefio, y también tenfa una
leve pérdida auditiva y muchas alergias. Provenfa de una familia
social y economicamente marginada, dominada por un padre muy
punitivo e irrazonable. La madre era d6cil y apacible; estaba com-
pletamente agobiada por sus seis hijos y su abusivo esposo. Toda la
disciplina familiar estaba en manos del padre.
Cuando se le pidi6 que hiciera un DFH, Alfred realiz6 la figura de
la Ilustraciön 84, que revela la actitud hacia sf mismo y la preocu-
paci6n por su padre. En realidad, Alfred dibuj6 a su padre y agreg6 un
letrero a la figura: "Mi papå tiene 38 afios". Después hizo un Ian en
la mano del padre y dijo: "Este es el cintur6n, él casca a los chicos".
Alfred se refiri6 a esto como a un hecho dado, simplemente informaba
con respecto a la conducta comün en su hogar. Sin embargo, el que
hubiera dibujado a su padre y el cintur6n, muestra que a él no le
gustaba el tratamiento que estaba recibiendo y que estaba preocupado
y temeroso de su padre. Alfred no podia, o no querfa, hablar de su padre
directamente, pero el dibujo parecfa ser, en efecto, una süplica
indirecta dirigida a la examinadora para que hiciera el favor de
impedir que el padre castigara a los nifios.
La manera en que Alfred dibuj6 la figura es interesante; muestra
un contorno continuo del cuerpo y las extremidades. La autora ha
188
encontrado contornos continuos en los DFH de nifios con lesiones
cerebrales (Ilustraciön 98c) o en nifios que estån tratando desespera-
damente de controlarse e intentando poner un lfmite a su personali-
dad dispersa y pobremente integrada. A1 dibujar un contorno conti-
nuo, los nifios procuran establecerse lfmites firmes para ellos mismos,
y esperan con eso evitar una desorganizaci6n o un deterioro comple-
tos. La omisi6n de los Ojos y los brazos muy cortos revelan su dificultad
para conectarse y comunicarse con los demås.
192
es mi hermana mayor, tiene 14 afios". La manera en que Shirley dibuj6
las figuras es significativa. Comenz6 dibujando las piernas, después
agreg6 los cuerpos y los brazos, y finalmente complet6 las figuras con
las cabezas. Se ha descubierto que los nifios que dibujan figuras
humanas en esta secuencia, tienen dificultad en sus relaciones in-
terpersonales. Shirley dedicö mucho tiempo a los vestidos; copi6 en
detalle su propio vestido, incluyendo el disefio del bolsillo. Las cabezas
de las dos nifias, en cambio, fueron dibujadas de manera bastante
råpida, mecånica y estereotipada, como si estuviera dibujando mu-
fiecas y no individuos.
Lo mås interesante del dibujo de Shirley es la gente representada.
En la Vida real, Shirley no tenia ni hermanito menor ni hermana
mayor. Asf, encontramos que el dibujo de la familia contiene dos
miembros inexistentes y Shirley, mientras que su familia verdadera
ha Sido omitida. Este dibujo nos dice mucho acerca de la actitud de
Shirley hacia sus padres y su hermana menor. Cuando se le pregunt6
sobre las personas del dibujo, Shirley insisti6 en que ella realmente
tenia un hermanito y una hermana mayor. No habfa nada que
indicara que Shirley estabä fuera de contacto con la realidad o de que
estaba confundiendo realidad con fantasia; no tenfa alucinaciones. Lo
que finalmente surgi6 fue que sus vecinos tenfan un bebé y permitfan
a Shirley que 10 tuviera en sus brazos y 10 alimentra en algunas
ocasiones. Por 10 tanto, ella 10 habfa "adoptado", en su propia mente,
como a un hermano. También se supo que Shirley estaba muy
encarifiada con una adolescente de la comunidad a quien deseaba
intensamente tener por hermana. Su dibujo muestra, por 10 tanto, su
ideal, la familia que le gustarfa tener. Como no se sentfa querida en
su familia, la habfa sustituido por una hermana mayor que era cålida
y maternal, y un hermano menor que era tan pequefio que no
presentaba amen aza o competencia, alguien a quien ella podia cuidar
y que la respetaba.
Este dibujo indica una seria perturbaci6n en la relaci6n entre
Shirley y sus padres y hermana. Se hicieron esfuerzos para cambiar
la situaci6n. Se persuadi6 a sus padres que participaran en un grupo
terapéutico para ser orientados en cuanto a entender mejor a su hija
y aceptarla. Tanto Shirley como sus padres se beneficiaron con esta
experiencia. Alrededor de un afio mås tarde, se le volviö a pedir a
Shirley que dibujara a su familia completa. A esa altura, parecfa
mucho mås feliz y extrovertida que antes. Su segundo dibujo de la
familia aparece en la Ilustraciön 87. El contraste entre las Ilustra-
ciones 86 y 87 es sorprendente. En vez de dibujar miembros sustitutos
de la familia, realiz6 un preciso dibujo de su propia familia: madre,
193
padre, hermana menor y ella misma. En esta ilustraci6n, la madre
todavfa estå un poco separada de los demås, que se estån dando las
manos, pero estå presente y es aceptada. Las dos hermanas aparecen
con vestidos iguales, tomadas de la mano, juntas como mellizas y no
como rivales o enemigas. Shirley estaba, en realidad, comenzando a
interactuar y ajugar con su hermana, y estaba descubriendo que ésta
no era tan mala, después de todo. Por primera vez en su Vida quizås,
se vefa a sf misma, como parte integrada de un grupo familiar. En el
dibujo, expres6, principalmente, actitudes positivas hacia su familia
y hacia misma. En gran parte, este cambio en las actitudes de
sf
195
particular. Bastante a menudo, un nifio no tendrå dificultad al dibujar
a un progenitor o hermano. Cuando esto ocurre, es una buena
indicaci6n de su hostilidad hacia ese pariente. Aveces, el nifio trata de
hacer un dibujo de la familia pero no puede completar ninguna figura;
por suerte, esto es raro porque, invariablemente, es un signo de serias
perturbaciones en la relaci6n del nifio y su familia.
Cuando se le pidi6 a Douglas, un nifio de 8 afios e inteligencia
normal, que hiciera un dibujo de su familia, dud6 y se ofreci6 a dibujar
un auto en cambio. Después que el examinador 10 instara amable-
mente, Douglas trat6 de cumplir con el requerimiento. "Debo dibujar
a cada uno de mi familia, también a mi perro y a mi gato?", pregunt6.
Se le respondi6 que podia dibujar a su familia de la manera que
quisiera. Douglas anunci6: "Voy a dibujar a mi padre, él es el mås
grande". Comenz6 dibujando un par de botas de cowboy, con espuelas,
después agreg6 las piernas y el cuerpo. Tuvo dificultad al dibujar los
brazos, borr6 varias veces, y decidi6 que en realidad, estaba dibujando
a su hermano. De nuevo no estuvo satisfecho y borr6 casi toda la figura
y dijo que estaba dibujando al padre después de todo. Entonces trat6
de dibujar la cabeza de nuevo, sin éxito. Durante todo este tiempo
mostraba aguda ansiedad y mucha frustraci6n. Después de borrar y
volver a dibujar la figura o partes de ella cuatro veces, se dio por
vencido: "No puedo dibujar a mi padre, pero puedo dibujar a mi madre
realmente bien". Dicho 10 cual, comenz6 a dibujar una cabeza de mujer
sobre los remanentes de la figura masculina, mas como no le gust6
volvi6 a borrar todo de nuevo. Finalmente decidi6 comenzar por el
principio con la figura de su madre. Dibuj6 una falda femenina, un
sweater de cuello alto y una pierna, y eso fue todo 10 que pudo hacer.
Por mås que trat6, no pudo completar la cabeza ni la Otra pierna.
Muchos de los nifios mås brillantes y mejor adaptados borran
partes de sus dibujos para corregirlos. El borrar no es necesariamente
un signo negativo en los dibujos infantiles. Pero borrar en exceso y la
incapacidad de mejorar o completar una figura de un dibujo son,
invariablemente, un signo de intensa ansiedad y revela hostilidad
hacia la persona que se estå dibujando. En el caso de Douglas, era
obvio que la relaci6n con sus padres estaba seriamente perturbada y
que él no podia enfrentarla. El examinador le sugiri6, por 10 tanto, que
dejara de dibujar a su familia y que hiciera, en una nueva hoja de
papel, "una persona entera", "cualquier persona que quieras dibuj ar".
"Oh, eso es fåcil", exclam6 Douglas, "yo puedo dibujar cualquier
persona". Comenz6 inmediatamente y realiz6 una figura muy dimi-
nuta, pero completa. Alentado por este éxito, dibuj6 una segunda
figura, que era levemente mås alta, aunque todavfa muy pequefia.
196
Después de estudiar el dibujo anunci6: "Ese soy yo, estoy Ilevando a mi
hermanito Ted a dar una vuelta, él tiene dos afios".
Del dibujo incompleto de la familia, era evidente que Douglas era
un nifio muy inseguro y ansioso que sentfa mucha hostilidad hacia sus
padres y hacia el hermano que le segufa. En el segundo dibujo,
Douglas muestra que se sentfa c6modo s610 con un miembro de su
familia: su hermano menor. Parece que los nifios nunca tienen
dificultad en dibujar a la gente que les gustat El tamafio pequefio de
sus figuras descubre, una vez mås, su extrema inseguridad y senti-
miento de inadecuaci6n.
En una entrevista posterior con Ia madre de Douglas, se supo que
sus padres se habfan separado recientemente, y que la madre no podia
aceptar a su hijo mayor de la misma manera que a sus Otros hijos.
Douglas era ffsicamente parecido a su irresponsable e inmaduro
padre y siempre le recordaba a su suegra. La madre admiti6 libre-
mente que "no podia soportar al nifio". También se quej6 de que
Douglas estaba constantemente peleando con su hermano Peppy, que,
evidentemente, era el preferido de la madre. En vista de estas
relaciones familiares, no sorprende que Douglas no pudiera dibujar a
su familia completa.
EI nifio que es feliz dentro de su grupo familiar, tiene tendencia a
dibujar a todos los miembros de su familia, mås o menos en el orden
de su edad y cada cual con su tamafio correcto. Pero la mayorfa de los
nifioscon problemas emocionales son ambivalentes hacia sus padres
y hermanos; tienen fuertes sentimientos positivos y negativos hacia
ellos. Esta ambivalencia se muestra a menudo, por un cambio en el
tamafio y la posici6n de los miembros de la familia.
La Ilustraciön 30 muestra el dibujo de la familia de Dorothy, una
nifia Su historial fue presentado en
de 9 afios de inteligencia normal.
detalle en la påg. 131. Dorothy se dibuj6 a sf misma tan grande como
el padre y se ubic6 justo a su lado. En este dibujo, Dorothy ocupa el
lugar a que tiene derecho la madre, mientras que ésta aparece
separada del resto de la familia, en el extremo opuesto del papel. La
madre fue dibuj ada al final y mås pequeüa que los otros miembros de
la familia. Como se dijo antes, este dibujo de la familia fue hecho poco
después del nacimiento de la hermanita de Dorothy, Kathy. Dorothy
estaba encantada con la nueva hermanita y decfa que Kathy era "su
beba". La ubicaci6n y el tamafio de las figuras revelan su actitud hacia
su familia. Dorothy se sentfa muy cerca de su padre y adoraba a la
bebita. Se ubic6 a sf misma entre ellos, compitiendo de esta manera,
por la posici6n de la madre en la familia. Dorothy toleraba a su
hermano, él fue incluido en el "cfrculo familiar fntimo". Sölo la madre
197
estå separada de los demås; esto muestra la fuerte ambivalencia de
Dorothy hacia ella. Su actitud era positiva y negativa en un alto grado;
si hubiera sentido s610 hostilidad hacia la madre, probablemente la
hubiera omitido del todo del dibujo.
Joel (Ilustraciön 32), un nifio de 11 afios de inteligencia superior,
estuvo muy perturbado cuando sus padres se separaron. Siempre
habfa Sido muy apegado al padre y se atorment6 con sentimientos
ambivalentes cuando éste abandon6 el hogar. El retrato familiar de
Joel, que aparece en la Ilustraciön 32, fue tratado con mås detalles en
la påg. 134. Basta seialar aquf c6mo la ubicaci6n de Joel y su padre
en el dibujo revela la relaci6n especial entre los dos: aparecen en los
extremos opuestos del grupo familiar, como para enfatizar la distan-
cia que se ha interpuesto entre ellos. El padre se aleja con una sonrisa,
Joel, pequefio, triste y mutilado, camina en la direcci6n opuesta, y
dåndose vuelta para mirar al padre con tristeza. El sombreado espeso
del cuello del padre parece reflejar el esfuerzo de Joel para controlar
sus actitudes e impulsos conflictivos. El resto de los miembros de la
familia, es presentado en vista frontal sin signos de indebido compro-
miso emocional; Joel los acepta sin mucha ambivalencia o reserva.
Una familia es mucho més que un nümero de personas que estån
emparentadas y que viven bajo el mismo techo. Una familia es una
unidad, un grupo de individuos ligados los unos a los otros, con fuertes
lazos emocionales y lealtades, que se quieren y se comunican e
interactüan entre sf. Pero no todos los padres e hijos que viven juntos
forman una unidad familiar en este sentido de la palabra. Homer, un
nifio de 9 afios e inteligencia superior, era hijo ünico. Vivfa con sus
padres, que eran emocionalmente inestables, y desde que el nifio
habfa nacido se entregaban a peleas y violentas discordias. Los padres
estaban demasiado interesados en sus propios problemas para pres-
tarle mucha atenci6n a Homer, que era un nifio solitario y triste y con
un concepto en extremo pobre de sf mismo. No podia Ilevarse bien con
otros nifios y era un aislado social. Cuando se le pidi6 que hiciera un
dibujo de la familia, Homer dibuj6 grotescas caricaturas de "mi mamå
Frankenstein", "mi loco papå monstruo" y de él mismo como "el
Vampiro Batman". Insisti6 en dibujar a la madre de un lado del papel,
al padre del Otro lado, y a él en una segunda hoja de papel. Estos
dibujos muestran claramente, que Homer no vefa a su familia como a
una unidad, sino mås bien como a tres grotescas caricaturas que
estaban separadas y aisladas las unas de las otras. Cada miembro de
la familia fue ubicado en un lado separado del papel, 10 mismo que en
el mundo real, la madre, el padre y Homer vivfan en mundos separa-
dos. No se podfan ni relacionar ni comunicarse entre sf.
198
Duane (Ilustraci6n 90), de 11 afios, vivfa en la misma casa con sus
padres, sus dos hermanos y sus dos hermanas. Pero no vivfa en una
unidad familiar cålida y unida. Para el observador casual, la familia
de Duane parecfa ideal. Todos los nifios era atractivos y sanos y bien
cuidados ffsicamente. Los padres era ciudadanos trabajadores y
respetados en la comunidad. Pero faltaba algo. Se envi6 a Duane al
psic610go escolar por letargo en el aula, una completa falta de interés
en las actividades escolares, incapacidad para completar sus tareas y
para relacionarse con los otros nifios. La maestra cuestionaba su
adecuaci6n intelectual. Los tests psic016gicos revelaron que Duane
tenfa una inteligencia normal, pero que habfa sufrido disfunci6n
perceptiva, que podia explicar, al menos en parte, sus dificultades de
aprendizaje. Pero esto no explicaba completamente sus deficientes
relaciones interpersonales y su completa falta de espontaneidad y
entusiasmo.
La Ilustraciön 90 muestra el dibujo de la familia de Duane; es un
dibujo que espanta, Muestra un grupo de siete personas alineadas de
acuerdo al tamafio pero sin diferenciaci6n entre varones y mujeres ni
entre adultos y nifios. Ninguna de las figuras tiene rasgos faciales ni
pies para apoyarse. Sin Ojos, narices o bocas, no pueden verse o
comunicarse entre sf. Duane dibuj6 una familia de "zombis". Estas
figuras tienen forma humana pero carecen de espfritu o personalidad
humanas. En este dibujo, Duane indic6 de manera bastante dramå-
tica, que no se percibfa a sf mismo como miembro de una familia
verdadera y que se consideraba a él y a sus padres y hermanos algo
menos que humanos; simples cosas o nümeros. Present6 a sus fami-
liares como criaturas sin nombre, sexo ni cara, no-seres, nadies. En su
dibujo, Duane no mostr6 ni afecto, ni hostilidad, ni rabia hacia su
familia; reve16 una marcada ausencia de sentimientos. Reflej6 su
propio aislamiento dentro de un grupo de personas que no se rela-
cionaban. Y como nunca aprendi6 a expresar afecto y rabia dentro del
cfrculo familiar, también fracas6 en mostrar esas actitudes hacia
Otras personas en la comunidad y en la escuela.
En una entrevista, la madre de Duane inform6 que él era el mayor
de Cinco hijos tan seguidos unos a Otros que entre Duane y el menor no
mediaban siete afios. La madre nunca tenfa oportunidad de dedicar
cierto tiempo a un nifio en forma individual, El padre era un oficial del
ejército, retirado, muy estricto y autoritario. Ordenaba a su familia
como si fuera un sargento, con poca consideräci6n de las diferencias o
capacidades individuales. La madre, frågil y delicada, no tenia buena
salud; apenas se las arreglaba para mantener sus hijos vestidos y
alimentados; simplemente no tenfa energfa para mås. Mucho antes
199
que Duane pudiera hacerlo, se le encarg6 que cuidara a sus hermanos
menores. Era demasiado inmaduro e inseguro para rebelarse contra
la dura autoridad paternay contra las pesadas responsabilidades que
se le habfan impuesto, por 10 tanto se dio por vencido y se convirti6 en
un nadie.
El panorama hogarefio de Michael (Ilustraciön 78) diferfa radi-
calmente del de Duane. Habfa demasiada interacci6n y compromiso
emocional entre los miembros de la familia. Su madre, una mujer
imaginativay cålida, dedicada gran parte de su tiempo y energfa a sus
hijos. Michael y su hermana mayor M6nica se querfan mucho y habfan
Sido inseparables hasta hacfa poco. La nifia, de 9 afios, estaba
empezando a preferir la compafifa de sus amigas y a veces exclufa a su
hermanito cuando se reunfa con ellas. Michael sentfa mucha amar-
gura ante este hecho. Su padre esperaba mucho de él, y a veces se
impacientaba por su inmadurez, lento progreso escolar y torpeza. No
podia caber duda del verdadero interés y afecto para su familia aun
cuando era muy autoritario y no toleraba signos de desaffo o agresi6n.
Como a Michael se le rehusaron las normales expresiones de hosti-
Iidad y rabia, con frecuencia se sentfa frustrado y buscaba alivio en la
fantasia agresiva. Por momentos se entregaba tan completamente a
su mundo imaginario que perdfa todo contacto con la realidad (påg.
176). Entonces fue enviado a la clinica de orientaci6n.
Michael fue atendido por la autora en sesiones regulares de terapia
dejuego. Se pasaba casi todo el tiempo dibujandoy pintando. Amedida
que •entraba en confianza sus dibujos se hacfan mås libres. La
Ilustraciön 78 muestra un dibujo de la familia hecho por Michael a
pedido de la terapeuta cuando tenia 7 afios. Michael pudo hacer este
delicioso dibujo solo porque se sentfa completamente c6modo en
presencia de la autora y porque querfa compartir sus sentimientos con
ella. El dibujo revela mucho carifio por la madre, y fuerte ambiva-
200
terapeuta le pregunt6 si él era un ångel o un diablo. Michael respondi6
con veracidad: "Estoy en el medio", dibuj6 un halo y cuernos sobre su
figuray agreg6, "pero papå es el diablo mås grande, estå encendiendo
un f6sforo con mi pie". Adorn6 a su padre con algunos cuernos e hizo
que le diera "un pie encendido".
Este dibujo expresa libre y certeramente su afecto por su madre;
tanto el carifio como la rabia hacia la hermana que estå tratando de
excluirlo de sus grupos sociales, y su resentimiento hacia el padre que
10 maltrata. En el dibujo, Michael se convierte en un general de cuatro
estrellas para que todos los demås tengan que obedecerlo. Este es su
deseo; en realidad, él tiene que obedecer los deseos del padre, de la
madre y de la hermana, puesto que es el menor. Reduce el tamafio del
padre para poder darle 6rdenes. Este dibujo muestra claramente que
Michael se estå divirtiendo y entregåndose consecuentemente a una
fantasia; puede distinguir la realidad de la fantasia y ya no estå mås
"en el aire" fuera de la realidad como cuando hizo el dibujo de la
Ilustraciön 77. Con mucha precisi6n se describe como ni totalmente
bueno ni totalmente malo. La calidad del dibujo sugiere considerable
calidez y afecto aun hacia el padre por quien tiene resentimiento y
admiraci6n. Todas las figuras de la Ilustraciön 78 sonrfen; éste es,
båsicamente, el dibujo de un grupo familiar unido. En la Ilustraciön
79 se puede ver un mayor crecimiento y desarrollo de las actitudes de
Michael hacia su familia y su capacidad para expresarlas. Los co-
3,
201
PSICOTERAPIA Y
DIBUJOS INFANTILES
203
alcance de este libro. La autora no ha podido encontrar Otra técnica o
método (por ej., casa de mufiecas y familia de mufiecas, tfteres,
dibujos, etc.) que parezca apropiado para el tratamiento de todos los
nifios enviados a la terapia. Por 10 tanto, ha tratado de ofrecer a sus
pacientes una amplia gama de materiales y modos de expresi6n
propia, para que éstos puedan seleccionar la técnica que se adapte
mejor a sus necesidades particulares en un momento dado. Inevita-
blemente, hay nifios que, de modo espontåneo, eligen dibujar con
låpices o crayones como medio preferido de comunicaci6n en algunas
o en lamayorfa de sus sesiones de tratamiento.
Se descubri6 que dos grupos diferentes de nifios en sus sesiones
terapéuticas, si se le permite la libre elecciön de actividades prefieren
el dibujo.Un grupo estå formado por los muy pequefios y/o retardados,
que no hablan, para quienes el dibujo es el medio natural de expresi6n.
El otro grupo incluye a nifios seriamente perturbados que pueden
expresarse a través de signos y sfmbolos gråficos, en un momento en
que la acci6n directa y la comunicaci6n verbal todavfa representan
una amenaza. Casi todos los nifios que se trataron con la autora
tuvieron entrevistas de diagnöstico primero, en las que se les pidi6 que
hicieran un DFH. A menudo, es diffcil decir d6nde termina el diag-
n6stico y d6nde empieza la terapia... Porque obviamente un buen
procedimiento de diagnöstico debe ser y es, también terapéutico. Es
bastante posible y aun probable, que la experiencia de realizar un
DFH en la sesiön inicial sirva como motivaci6n para que algunos nifios
deseen hacer mås dibujos a låpiz en sesiones terapéuticas subsiguien-
tes. Estos nifios han descubierto que hacer un DFH es divertido y no
terapéutica.
La historia de Burt, un nifio esquizoide de 11 anos e inteligencia
normal, se trat6 con anterioridad (påg. 165). Cuando Burt fue enviado
a la clinica de orientaci6n, su conducta habfa sufrido una regresi6n a
un nivel infantil; el nifio gateaba en el Piso del aula, hacfa ruidos
extrafios y manifestaba una conducta inapropiada. Las Ilustraciones
61 y 62 muestran los DFH que hizo durante su entrevista inicial. Las
figuras presentadas son bastante grotescas y reflejan serias pertur-
baciones emocionales. Burt volviö a la clinica para sesiones tera-
péuticas semanales. Durante las tres primeras sesiones s610 deseaba
204
dibujar. Espontåneamente realizaba una figura grotesca atrås de
Otra; cada vez, acompafiaba sus dibujos con risitas y estallidos verba-
les y mucho compromiso emocional. A1 principio de la cuarta sesi6n,
comenz6 a dibujar de nuevo, pero esta vez, su figura fue mucho menos
grotesca y pronto perdi6 interés, dej6 de dibujar y se dedicö a la casa
de mufiecas. En sesiones subsiguientes, a medida que su conducta
mejoraba en la escuela, usö juguetes, tfteres y el grabador; no volvi6
a dibujar espontåneamente. En una ocasi6n, sufri6 una crisis tempo-
raria y moströ regresi6n en su conducta; durante este tiempo, pint6 y
us6 arcilla en su sesi6n de terapia. Esto dur6 s610 una semana.
Era evidente que el dibujo habfa Sido una gran ayuda para Burt, al
principio de la terapia. Pero a medida que recuperaba un nivel de
funcionamiento mås maduro, dej6 de dibujar en favor de la acci6n
directa y la verbalizaci6n. Asf, el restablecimiento de Burt sigui6 la
secuencia de desarrollo normal para un nifio: el nifio inmaduro dibuja
hasta que alcanza la pre-adolescencia, luego cambia la expresi6n
gråfica indirecta por modos verbales de comunicaciön y por la acci6n.
Butch (ilustraciones 91 a 93) era muy diferente a Burt. Era un nifio
de 9 afios, con lesi6n cerebral e inteligencia fronteriza que tenia
coordinaci6n muy pobre y era hipersensible. Generalmente se mos-
traba alegre y extrovertido, pero si ocurrfa algo inesperado o in usual
respondfa con una fuerte reacciön gastrointestinal. Butch era un nifio
que no hablaba, le resultaba diffcil expresar sus pensamientos y
sentimientos con palabras. Cuando estaba de buen talante, le divertfa
mantener conversaciones corteses con los adultos, que realizaba
repitiendo unas pocas frases estereotipadas que habfa aprendido.
Pero cuando estaba alterado, no podfa articular palabra.
Un dfa, la maestra de Butch le pidi6 al psic610go escolar que 10 viera,
pues el pequefio parecfa excepcionalmente perturbado. Habfa vomi-
tado en el Omnibus escolar y habfa estado descompuesto del est6mago
a intervalos, toda la mafiana. La enfermera escolar no habfa podido
ponerse en contacto con la madre, pero crefa que Butch no estaba
enfermo ffsicamente. No tenia fiebre ni dolores, en cambio, era obvio
que estaba muy perturbado emocionalmente. Butch no podia decir
qué le molestaba. De buena gana acompafi6 a la autora a su oficina,
tratando de sonrefr débilmente pero sin hablar. Cuando sele dio låpiz
y papel, comenz6 a dibujar de inmediato. El resultado aparece en la
Ilustraciön 91. Butch dibuj6 dos casas de lado y explic6 con mucha
agitaci6n, sonrojo y compromiso emocional que el dibujo representa-
ba: "Dos casas pegadas, una vfbora sale de una de ellas y las ata
juntas". Este dibujo altamente sugestivo fue aceptado como cosa
normal por la autora, que luego le pregunt6 a Butch quién vivia en las
205
casas. El nifiono respondi6 y en cambio hizo un segundo dibujo, que
aparece en la Ilustraciön 92. Una vez mås Butch explic6 este dibujo
con gran ansiedad y excitaci6n: "Dos personas, un hombre y una
mujer, acostados uno arriba del Otro, se estån tocando, estån pe-
leando". Después de esto Butch dio un salto y estuvo a punto de salir
corriendo de la oficina, pero entonces la autora 10 agarr6 y le sugiri6
que él le podrfa colgar sus dibujos en la pared de la oficina. Butch hizo
esto con satisfacci6n, suspir6 profundamente, como si estuviera muy
aliviado y regres6 al aula.
El significado de los dibujos es bastante obvio, pero sentimos que en
ese momento Butch estaba demasiado alterado para poder tolerar
cualquier interpretaci6n de su dibujo. A1 dia siguiente, Butch estaba
esperando a la autora en de la escuela. Le pidiö que le per-
el hall
mitiera ir con ella. Con el permiso de la maestra, Butch regres6 a la
oficina de la psic610ga ese dfay los ocho dfas escolares siguientes. Cada
vez s610 se quedaba 10, 15 minutos. Primero admiraba los dibujos de
la pared, después hacfa espontåneamente mås dibujos. Butch hizo
una serie de dibujos de "submarinos patas arriba", 'hombre y mujer
luchando", "muchacho con cuchillo en su pie", o simplemente "cuchi-
Ilos grandes". No cabfa duda que Butch habfa observado o habfa
estado expuesto a un acto de relaciön sexual, que él percibfa como un
acto de violencia y que 10 asustaba mucho. Sin embargo, aun la
sugerencia, por parte de la autora, de una interpretaci6n o conver-
saciön sobre los dibujos le producfa pänico, de modo que todos los
esfuerzos en ese sentido se abandonaron. Sobre todo, Butch parecfa
querer dibujar, deseaba la oportunidad de expresar sus pensamientos
y temores en la presencia de un adulto que aceptara. Cada vez que
completaba un dibujo, miraba a la autora como para que ésta 10
tranquilizara y respiraba profundamente antes de dejar la oficina.
Era como si el proceso de dibujar frente a un testigo le hubiera quitado
un peso de encima. La maestra inform6 que cuando regresaba al aula
estaba completamente relajado.
El décimo dia que concurri6 a la oficina de la psic610ga, Butch hizo
un dibujo sobre "perros en la qama", que aparece en la Ilustraciön 93.
Después dibuj6 un inmenso cuchillo, que cubrfa todo el papel y
coment6 espontåneamente: "Él toma un cuchillo y se 10 clava a Otro
perro una y Otra vez, 10 corta en pedazos". Dijo esto con mucha
determinaci6n; no pidi6 volver. De acuerdo con la maestra, no habfa
vuelto a mostrar ansiedad indebida en la clase ni habfa tenido
descomposturas de est6mago después de la primera sesi6n con la
Es posible que un nifio hipersensible como Butch tenga
psic61Qga.
numerosas perturbaciones emocionales en el curso de su Vida, pero
206
por el momento, parecfa estar bastante c6modo y no habfa necesidad
de continuar viéndolo regularmente. De alguna manera habfa re-
suelto su problema. La autora nunca pudo descubrir exactamente qué
habfa pasado, en realidad, para ocasionar su perturbaci6n; s610 pudo
adivinar que habfa tenido una experiencia sexual traumåtica. No hay
certeza, tampoco, que el dibujo por sf mismo fuera la causa principal
de su råpida recuperaci6n. En este caso, el dibujo sirvi6 como un medio
por el cual Butch se pudo comunicar con la autora; a través de sus
dibujos pudo compartir sus ansiedades y temores y de ahf reducirlos,
aunque no le diera ninguna interpretaci6n o explicaciön. Las pocas
verbalizaciones que se hicieron durante estas breves sesiones provi-
nieron de Butch. La autora ha notado a menudo, que las interpreta-
ciones no siempre son necesarias o sirven de ayuda en el tratamiento
de nifios pequefios. Los dibujos pueden servir de medios de comuni-
caci6n no verbal, entre el nifio y el terapeuta, y pueden resultar mås
significativos y tranquilizadores que el uso de las palabras.
paciente.
Con respecto a la mejorfa del nifio en terapia, es importante adoptar
un criterio de largo alcance, para que las leves fluctuaciones diarias en
la conducta y estados de ånimo del pequefio, no conduzcan a conclu-
209
por anticipado con respecto a la operaciön. Se hicieron todos IOS
esfuerzos para tranquilizarlo y brindarle apoyo en este momento.
La operaci6n fue un éxito completo y mejorö ampliamente la visi6n
y apariencia de Frankie. Tanto él como sus padres estaban muy
satisfechos con el cambio. Tres meses después de la operaci6n Frankie
dibujö el alegre hombrecito de lanustraciön 25 d. El tamafio del dibujo
y la ausencia de manos, indican que Frankie era, todavfa, algo
inseguro y tfmido mientras que el caråcter primitivo del dibujo refleja,
primordialmente, su deterioro neur016gico, que, por supuesto, per-
sistfa. Pero a pesar de estas caracterfsticas, el dibujo es bastante
positivo. El sombreado de las extremidades es comün en los DFH de
varones de 8 afios, y no puede ser considerado un signo de patologfa
(påg. 88), mientras que el sombreado de la cara del DFH anterior
(Ilustraciön 25 c) era muy inusual y un signo de seria perturbaci6n. La
figura de la Ilustraciön 25 d muestra considerable progreso de parte
de Frankie y presenta, por primera vez, un ser humano bien integrado
y alegre. Frankie habfa mejorado ciertamente, aunque sus dibujos
todavfa reflejaban evidencia de ansiedad. En realidad, Frankie pro-
gres6 tanto, que la terapia fue suspendida después de seis meses.
Eliot (ilustraciones 71-73) y Joe (ilustraciones 68-70) tenfan mucho
en comün: ambos eran de inteligencia superior, sin embargo sufrfan
serios problemas debido a disfunciön cortical. Los dos provenfan de
familias s61idas, luchadoras, de clase media, con madres cålidas y
padres ambiciosos, trabajadores y exigentes que emocionalmente
eran frfos y distantes. Sus respectivos padres eran muy crfticos y
punitivos en las actitudes hacia sus hijos. En ambos casos favorecfan
a los hermanos que tenfan éxito escolar y social en desmedro de los
nifios aqui tratados. Eliot y Joe estaban tan intimidados por ellos que
eran por completo incapaces de expresar su resentimiento y hostilidad
abiertamente. En cambio, dirigfan su rabia y frustraci6n contra sus
hermanos y compafieros. Ambos nifios, tristes y perturbados, fueron
vistos para terapia en el centro de orientaci6n. En los dos casos, las
madres colaboraron en los tratamientos de sus hijos, mientras que los
padres se negaron a comprometerse.
La Ilustraciön 71 muestra el DFH inicial de Eliot, que hizo a los 8
afios. Eliot se present6 como una criatura no humana, un robot. El
significado de un robot en un DFH, fue tratado en detalle en la päg.
171. El dibujo indica qué Eliot se vefa a sf mismo como un ser diferente,
no como un individuo independiente, sino més bien una cosa mecånica
manipulada y controlada por otros. Se le dieron clases correctivas de
lectura y sesiones individuales de terapia de juego. Después de ocho
meses de tratamiento mostr6 marcado progreso en su conducta en la
210
escuela y en su casa. La ilustraciön 72 muestra el DFH que realiz6 en
esa oportunidad. Revela que Eliot ya no se vefa como un artefacto no
humano, sino mås bien como un ser humano, aunque extrafio, y en las
fronteras de la sociedad. Dibuj6 un "hombre de las cavernas" antes que
un miembro de una comunidad civilizada (påg. 176). No puede caber
duda que este ültimo dibujo demuestra un cambio y una mejorfa
considerables en el concepto propio de Eliot, comparado con el dibujo
anterior. Pero también muestra que faltaba mucho para que Eliot
pudiera ser considerado un nifio bien adaptado. Durante los diez
meses siguientes, continu6 progresando en todas las åreas. Cuando
tenia diez afi os se le pidi6 que realizara otro DFH. Este dibujo aparece
en la Ilustraciön 73. A primera vista, la figura, diminuta y muy
borrada, parece contradecir la observaci6n de que Eliot progresö en su
tratamiento. Un examen més cuidadoso resulta tranquilizador.
Mientras dibujaba Eliot comentö: "El nifio estå leyendo un libro". El
hecho de que Eliot dibujara "un nifio" y no un roboto un hombre de las
cavernas como antes, es una indicaci6n de que a esta altura se
consideraba no s610 humano sino un miembro del mundo real y de la
sociedad actual. Acepta sus propias limitaciones y posici6n; es un nifio
pequefio. Que Eliott dibujara un nifio que estå leyendo refleja consi-
derable crecimiento de su parte. La primera vez que Eliot vino a la
clinica no lefa, se apartaba de toda clase de librosy material de lectura.
Ahora, se enorgullecfa de su habilidad para leer libros simples, y 10
enfatizaba en su dibujo. La Ilustraci.ön 73 no presenta los deseos de
Elliott sino que registra un hecho; no es una narraciön sino una
descripci6n: él es un nifio que puede leer. Sin embargo, el tamafio del
dibujo y la omisi6n de los rasgos faciales dejan ver inseguridad
continuada y vulnerabilidad. La relaci6n con su padre, aunque me-
3 jorada, era todavfa precaria y las relaciones con sus compafieros
distaban de ser buenas. El dibujo mostraba claramente que Eliot,
aunque muy mejorado, todavfa necesitarfa terapia de apoyo por un
tiempo. Pero en vista de su buen progreso escolar y su adelanto
general hasta ese m omen to, habfa motivo para creer que su pronöstico
a largo plazo era bueno.
Joe también dibuj6 un robot la primera vez que fue visto en la
clfnica. Su DFH aparece en la Ilustraciön 68 y fue tratado en detalle
en la påg. 170. Después de seis meses de tratamiento, Joe mostr6
considerable mejorfa en su conducta y actitudes. Una vez mås se le
pidi6 que hiciera un DFH. Este dibujo se muestra en la Ilustraciön 69.
A1 igual que Eliot, Joe revelaba en su segundo dibujo, que ya no se
consideraba mås un artefacto no humano, sino un ser humano que era
un extrafio que no Ilegaba a ser miembro pleno de su comunidad. Joe
211
dibuj6 un "francés", un extranjero. El hombre de las éavernas de Eliot,
estaba socialmente mås alejado de la sociedad americana que el
francés de Joe. Pero el hombre de las cavernas de Eliot estaba
completo e intacto, mientras que el dibujo de Joe muestra una figura
malamente castrada y mutilada.
Durante los seis meses siguientes de terapia, Joe sigui6 manifes-
tando progreso en la escuela y en la casa, aunque continu6 siendo un
aislado social y un extrafio. A los doce afios Joe hizo Otro DFH. Dibuj6
otro "francés" que se reproduce en la Ilustraciön 70. Este dibujo
muestra al mismo tiempo, un mejorado concepto propio y el senti-
miento de ser diferente de los demås y de no ser totalmente aceptado.
Pero en contraste con el francés de la Ilustraci.ön 69, el segundo
francés estå bien integrado.
Todavfa es evidente en este dibujo, cierta preocupaciön por im-
pulsos en desarrollo, pero esta preocupaci6n no es extrema, y con
moderaci6n, es comün entre pre-adolescentes. El dibujo refleja, con
bastante precisi6n, la situaci6n actual de Joe. Se habfa convertido en
un jovencito que funcionaba bien pero que era impul sivo y perman ecfa
apartado de los demås. No todos los nifios americanos estån desti-
nados a ser populares entre los compafieros, animosos y jugadores de
fütbol. Hay lugar en nuestra sociedad para los tranquilos y los lobos
solitarios, siempre que funcionen eficazmente dentro del marco de su
comunidad y no perturben a Otros indebidamente ni se hieran de-
masiado. Joe habfa alcanzado este punto; se las podia arreglar de
alguna manera. Decidi6 por sf mismo suspender la terapia. La ültima
vez que ofmos de él, era todavfa un nifio aislado que se mantenfa a sf
mismo valientemente en los lfmites de su grupo de compafieros.
La historia de Jennifer, una nifia de 11 anos con una colostomfa, se
trat6 con cierta extensi6n en las påginas 156 a 158. Sus dos dibujos,
que aparecen en las ilustraciones 53 y 54 son otros ejemplos de c6mo
el progreso de la terapia de un nifio se refleja en sus DFH. A1 comienzo
y esto podia ser brindado mejor por otros que compartfan sus dificul-
lades.
El cambio de actitud y el progreso en el tratamiento de un nifio, se
puede manifestar de distintas maneras en los DFH. Generalmente,
estos cambios se evidencian a través de los cambios observables en los
dibujos que el nifio hace de sf mismo. Pero en el caso de Sheilah, el
progreso en la terapia se reflej6 en el cambio de la persona que
represent6 en su DFH (Ilustraciön 83). Cuando Sheila, de 12 afios,
vino por primera vez a la clinica de orientaci6n, se dibujö a sf misma
(Ilustraciön 83a) con su cabeza vuelta como si estuviera tratando de
evitar enfrentar a otros. Los brazos de la figura son delgados, débiles
y torpes. Este dibujo refleja vivamente el enfoque de sus conflictos y
ansiedades. Negaba su hostilidad hacia su madre, regafiadora y
dominante; volvfa su cabeza a los hechos e internalizaba sus senti-
mientos de modo que su rabia y frustraciones solo podfan encontrar
expresi6n a través de enfermedades psicosomåticas.
Pero Sheilah era una muchachita inteligente que querfa ayuda;
una vez que tom6 conocimiento de sus problemas se mostr6 deseosa de
superarlos. Después de Cinco meses de tratamiento, los sfntomas
ffsicos de Sheilah, practicamente habfan desaparecido. Sus actitudes
hacia sf misma y su familia cambiaron poco a poco. Cuando se le pidiö
que hiciera otro DFH, Sheilah realiz6 la brujæde la Ilustraciön 83 b,
y coment6 espontåneamente: "Es una bruja realmente mala que
persigue a la gente todo el tiempo y la aterroriza" (påg. 187). No le
resultö diffcil descubrir la verdadera identidad de su bruja. El h echo
213
de que pudiera expresar sus sentimientos hacia su madre en la imagen
de la bruja mostraba el alcance de su progreso. Cuando Sheilah pudo
revelar sus sentimientos en el dibujo, también pudo hablar de la
ambivalencia hacia su madre abiertamente en las sesiones siguientes.
Después del dibujo de la bruja, Sheilah sigui6 mejorando con tanta
rapidez que al poco tiempo se suspendi6 la terapia.
Los seis niöos tratados hasta ahora en este capftulo, fueron vistos
en terapia individual y todos mostraron mejorfa en el transcurso del
tratamiento. Pero por desgracia no necesariamente se da una mejorfa
en terapia, y cuando se da no siempre es duradera, puede ser s610
temporaria. Demasiado a menudo, factores mås allå del control del
terapeuta, afectan la Vida de un nifio, e impiden que se produzcan
cambios positivos o borran cualquier beneficio que se haya logrado
hasta ese momento. Aün més frustrante es la situaci6n que con
frecuencia tienen que enfrentar los psic610gos escolares. Ellos pueden
reconocer serios problemas en un nifio pero a veces no pueden obtener
el tipo de ayuda que éste necesita. En tales casos, el psic610go no puede
214
para detener un ataque sexual o un dafio corporal. Las serpientes,
habitualmente asociadas con masculinidad y potencia, aquf son ve-
nenosas y peligrosas; causan mutilaci6n y posiblemente la muerte. Se
supone que el dibujo representa un policfa, una figura de autoridad
que ofrece control y protecci6n, pero que también castiga la maldad.
Se podrfa suponer que el policfa representa la necesidad y el deseo de
George de controlar sus impulsos y ansiedad, y el sentimiento de que
deberfa ser castigado por su maldad. En los demås tests proyectivos
mostr6, una y Otra vez, una sensaci6n de ser malo, intensos senti-
mientos de culpa y angustia de castraci6n.
Una revisi6n de la historia social de George mostr6 que el nifio tenia
una madre muy inestable y emocionalmente perturbada, que habfa
estado intermitentemente hospitalizada. Su padre habfa estado sir-
viendo en las fuerzas armadas destinadas en ultramar durante varios
anos, en la temprana infancia de George. El nacimiento de una
hermanita menor habfa coincidido con el comienzo de los problemas
mås serios de George y, sin duda, habfa contribuido a su angustia de
castraci6n y tendencias paranoides. Pero George también tenia una
larga historia de enfermedades ffsicas y siempre habfa Sido un nifio
vulnerable y låbil. La asistencia escolar habfa Sido tan irregular que
tuvo que repetir un grado. Habfa raz6n para creer que George habfa
estado envuelto en actividades sexuales con muchachos mayores. En
vista de todos estos factores negativos en su Vida, no es sorprendente
que el progreso en la terapia fuera lento y desparejo. Tenfa unos dias
buenos y otros malos. Por un tiempo, casi parecfa que se estaban
dando un desarrollo y una mejorfa lentos pero firmes. Pero esto quizås
fue tan solo la expresiön de una creencia movida por los deseos de la
terapeuta.
Cuando George regres6 a la clinica después de una ausencia de dos
semanas, debida a una enfermedad, no podia caber duda que todo
progreso, si habfa habido alguno, se habfa perdido. George estaba mås
perturbado que nunca, le resultaba imposible sentarse quieto mås de
unos pocos segundos. Sus acciones y su lenguaje eran bastante
bizarros y habfa indicaciones de que tenfa alucinaciones. Con persua-
si6n fue posible conseguir que George hiciera un DFH. El resultado
aparece en lallustraciön 95. Este dibujo fue hecho tres meses después
del primero (Ilustraciön 94). En el primer dibujo, George expresaba
libremente sus temores y ansiedades; representaba un pedido vehe-
mente de ayuda. El dibujo de la Ilustraciön 95 revela retraimiento y
un desesperado esfuerzo para controlar sus impulsos y mantener el
equilibrio. La figura de este dibujo estå por venirse abajo; los brazos
estån estrecha y rfgidamente pegados al cuerpo, las manos ocultas, las
215
pierno.$ apretadas entre sf. La figura aparece tensa y constrefiida; a
216
Varias semanas mås tuvieron que pasar hasta que el lento proceso
de derivaci6n y ubicaciön, se pusieran finalmente en movimiento. Se
le dieron sesiones de terapia de apoyo con la mayor frecuencia posible
30
querido por sus compafieros, quienes 10 protegfan. Tenia un amigo, en
especial, que era adicto a él y que 10 podia entender mejor que nadie.
La Ilustraciön 46 muestra el DFH que Sammy hizo al ingresar al
grado especial. La omisiön de la boca y el pequefio tamafio de la figura
reflejan su preocupaciön por sus dificultades de lenguaje y comuni-
caci6n (påg. 151). Pero el dibujo también revela que Sammy se
considera un miembro de la sociedad, un ser humano„ aunque débil e
indefenso.
Un afio después, Sammy mostraba escaso progreso escolar, emo-
cional o social. La él y sus compafieros habfa au-
diferencia entre
mentado notablemente. Su lenguaje no habfa mejorado y no logr6
ningün adelanto en la escuela, aunque su capacidad de razonamiento
era buena. Sammy era incapaz de leer o escribir. Gradualmente
perdi6 su alegrfa y se frustr6 mås y mås a medida que la comunicaci6n
con los maestros y los compafieros se hacfa mås diffcil. Fue un dia muy
triste para Sammy cuando su fntimo amigo se mud6 a Otra localidad.
217
la lucha, igual que Sammy. Sammy rode6 a su indio con "cereal indio"
como si fuera una pared; 10 ais16 del resto. El indio esti separado de
los demis 10 mismo que Sammy. La diminuta figura de la Ilustraciön
46 muestra un concepto de sf mismo mås sano que el intruso solitario,
el indio derrotado de la Ilustraciön 47.
Apesar de los esfuerzos de los maestros y el fonoaudi610go durante
el afio siguiente,Sammy no progres6 ni en la escuela ni en su terapia.
Los primeros afios habfa tenido la ventaja de contar con una madre
comprensiva y tolerante que le dedicaba mucho tiempo. Pero cuando
tenia 9 afios, su padre se enferm6 seriamente y la madre tuvo que ir
a trabajar para sostener a la familia. Sammy fue dejado solo la mayor
parte del tiempo sin hermanos ni compafieros para jugar. Se volvi6
mås malhumorado y triste. Expres6 sus frustraciones en rabietas,
obstinaciön y escapadas. Cuando tenia 10 afios, se le pidiö que hiciera
un DFH. El resultado aparece en la Ilustraciön 48. Esta vez Sammy
dibuj6 un espantapåjaros. Ahora se vefa a sf mismo como un artefacto
ridiculo que s610 era una imitaci6n de una persona pero no un verdadero
ser humano; hasta los påjaros se refan de él. Para un tratamiento més
detallado de la Ilustraci.ön 48 ver påg. 170.
En los tres dibujos de Sammy (ilustracioneg 46, 47 y 48), vemos el
firme deterioro del concepto de sf mismo de ud nifio inteligente, pero
con un serio déficit, cuyas necesidades no han Sido satisfechas por el
medio ambiente. A los 7 anos Sammy todavfa se sentfa como un
miembro pleno de la sociedad; a los 8, se vefa como un extrafio y a los
10, habfa dejado de considerarse un ser humano; se dibujö como una
simple cosa, un objeto ridiculo de poco valor.
218
DFH Y LESION CEREBRAL
219
trumento vålido para lograr tal objetivo. Muchos psicölogos clfnicos
experimentados pueden apoyar su afirmaci6n en evidencias evoluti-
vas, sociales y médicas de lesi6n cerebral en estos pacientes. La
interpretaci6n de los dibujos como "orgånicos" se basa frecuentemente
en la intuici6n clfnica. S610 se cuenta para respaldarla con un nümero
limitado de datos basados en investigaciones. Los escasos estudios
controlados con DFH de sujetos lesionados que figuran en la litera-
tura, corresponden en gran parte a pacientes adultos. En el mejor de
los casos, los resultados no son concluyentes.
Berrien (1935) estudi6 los dibujos de pacientes post-encefalfticos y
los encontrö primitivos e inconsistentes en cuanto a la cualidad. Buck
(1948) y Yolles (1952) postularon hip6tesis de signos "orgånicos" en el
test HTP*. Pero estas hip6tesis no pudieron ser corroboradas por los
estudios de Michal-Smith (1953) y Bieliauskas y Kirkham (1958).
Michal-Smith inform6 que s610 la "cualidad de la Ifnea" discriminaba
los dibujos de los pacientes orgånicos de los no orgänicos. Bieliauskas
y Kirkham no pudieron encontrar signos significativos en los dibujos
de sus pacientes. Los indicadores "orgånicos" del DFH citados con mås
frecuencia fueron postulados por Machover (1949). Observ6 que los
dibujos de los pacientes con lesi6n cerebral eran a menudo "grandes,
vacfos, mal proporcionados y débilmente sintetizados" y que con
frecuencia mostraban "Ifneas recargadas y una cabeza despropor-
cionadamente grande". Pero Machover declar6 que estos signos
aparecen tanto en los dibujos de los pacientes orgånicos como en los de
los mentalmente retardados. Esta autora no afirma que estos signos
se dan en los DFH de todos los orgånicos ni tampoco que aparecen
exclusivamente en los lesionados cerebrales. No hace ninguna men-
ci6n de si estos signos "orgånicos" los considera vålidos s610 para los
dibujos de pacientes adultos o si 10 extiende también a los nifios con
lesi6n cerebral.
Reznikoffy Tomblen (1956), en un estudio cuidadosamente dise-
fiado y bien ejecutado, sometieron a verificaci6n catorce de las hip6-
tesisde Machover (1949) y de Vernier (1952) sobre signos "orgånicos"
en DFH. Hallaron que ninguno de estos signos se dio exclusiva-
los
mente en los DFH de sus pacientes orgånicos, pero que Cinco de ellos
permitfan discriminar significativamente los dibujos de los pacientes
orgånicos, de los neur6ticos, y entre los orgånicos y los esquizofrénicos.
Estos Cinco item eran: sfntesis débil, parte omitida, brazos y piernas
* Test I-ITP: se le pide al sujeto que dibuje una casa, un årbol y una persona. (N. T.)
220
encogidas, partes (distintas de la cabeza o extremidades) distorsio-
nadas y dedos en forma de pétalos o garabatos. Como Reznikoff y
Tomblen emplearon pacientes adultos como sujetos, no puede asumir-
se que sus resultados también se aplican automåticamente a los DFH
infantiles. Por 10 tanto, parece procedente una cuidadosa investiga-
ci6n de la relaci6n entre el DFH y la lesi6n cerebral en nifios.
Una Ojeada casual a los DFH de algunos nifios lesionados cerebra-
les de nivel mental normal o casi normal muestra una sorprendente
variedad de tipos y estilos. Precisamente se puede demostrar cuån
diferentes pueden ser los DFH de un mismo nifio con disfunci6n
cerebral, con los cuatro dibujos de las ilustraciones 98 y 99. Fueron
realizados por Anthony, un var6n de inteligencia normal. Este nifio
habfa padecido a los 4 afios un caso grave de sarampi6n seguido de
encefalitis que dej6 como secuela una patologfa cerebral claramente
diagnosticada por los médicos. Los cuatro DFH de Anthony difieren
mucho entre sf, aunque fueron realizados en un perfodo relativamente
corto de tiempo. Cada uno de los cuatro dibujos tiene una cualidad
"orgånica" diferente pero Clara, y es de algün modo inapropiada o
inusual en nifios de 7 a 9 afios de inteligencia normal. En la påg. 238
se incluye un anålisis detallado de estos dibujos.
La Ilustraciön 25 muestra cuatro DFH de Frankie, cuyo dafio
cerebral puede remontarse a un nacimiento muy diffcil. Pero ademås
Frankie sufriö en su infancia temprana varias enfermedades serias
con fiebre alta y convulsiones que probablemente contribuyeron a su
deterioro neur016gico. Los cuatro dibujos difieren mucho unos de
Otros; no s610 reflejan "organicidad", sino también inestabilidad y
perturbaciones emocionales (påg. 208).
Antonhy y Frankie eran pequefios sen sibles y låbiles cuya con ducta
y desempefio variaba tanto como sus dibujos. Pero si bien la variabi-
Iidad en la conducta es tfpica de algunos nifios con LC, otros se
caracterizan por una rigidez y perseveraci6n del pensamiento y la
conducta que interfiere de modo pronunciado en su desarrollo y
evoluciön. La Ilustraciön 100 muestra seis DFH realizados por Leo-
nard, un var6n de inteligencia normal baja que sufri6 una lesi6n
cerebral al nacer. La figura a la hizo cuando tenia siete afios y dos
meses, y lafigura fcuando tenia 9 afios y 8 meses. Esto significa que
los seis pequefios y burdos dibujos fueron realizados en el perfodo de
dos afios y medio.en el cual la mayorfa de los nifios muestran el mayor
progreso y maduraci6n en sus DFH. Es llamativo el grado mfnimo de
desarrollo y cambio en los dibujos de Leonard, y refleja gråficamente
su personalidad y conducta perseverativa.
34
221
En contraste con los dibujos de Leonard, los de Gordon en la
Ilustraciön 101 muestran un progreso constante entre la figura a,
efectuada a los 6 afios, y lafigura c, dibujada a los 8. Este nifio habfa
sufrido una herida en la cabeza a los 3 afios. Posteriormente se le
reve16 una epilepsia del tipo gran mal, y experiment6 serias dificul_
tades de aprendizaje. Los CI obtenidos en el WISC 10 ubicaban en el
rango Normal Bajo. Patrick, un lesionado cerebral de inteligencia
normal, también mostraba un progreso continuo en sus DFH. La
Ilustraci6n 102 muestra cuatro de sus dibujos, realizados entre Ios 11
y 13 afios. El ültimo es tan adecuado, salvo una leve asimetrfa y la
omisi6n de un dedo, que no es fåcil de reconocer como el protocolo de
un lesionado cerebral. Esto es aün mås aplicable a los DFH que se
muestran en las ilustraciones 35 y 70, los cuales fueron producidos por
nifios de buena inteligencia con una diagn6stico médico de lesi6n
cerebral. Eric (Ilustraciön 35) sufri6 un dafio cerebral prenatal cuando
su madre padeciö una toxemia en el ültimo mes del embarazo. Joe
(Ilustraciön 70) fue atropellado por un auto a los 7 afios. Sufri6 fractura
de cråneo y conmoci6n que le dejar.on como secuela patologfa cerebral
y un cambio en la personalidad.
A través de los ejemplos citados, puede verse que es diffcil y
complejo diagnosticar lesi6n cerebral sobre la base del DFH. La
mayorfa de los dibujos llamados "orgånicos" son producidos por nifios
de capacidad mental limitada o con un deterioro neur016gico tan
evidente que casi no es necesario un diagn6stico diferencial para
comprender los problemas que tienen. Mucho més diffcil es el caso del
nifio con la llamada "lesi6n cerebral minima". Algunos nifios dete-
riorados neur016gicos, como por ej emplo Eric (Ilustraciön 35), realizan
DFH que no revelan ningün signo "orgånico". Esto puede Ilevar al
error de diagnosticar que el nifio no es un lesionado cerebral. Este tipo
de conclusi6n puede ser muy perjudicial para el nifio, pues se pueden
tener con él exigencias no realistas y pasar por alto sfntomas menos
obvios como mala percepciön auditiva o déficit de memoria; los
problemas de aprendizaje se pueden atribuir incorrectamente a
'bloqueos emocionales" o problemas neuröticos. Nunca es seguro
descartar la posibilidad de dafio cerebral en un nifio simplemente
porque su DFH no parece "orgånico".
La autora disefi6 varios estudios para explorar objetivamente la
relaci6n entre los DFH y el dafio cerebral en los nifios de 6 a 12 afios.
Mås especfficamente, se intent6 descubrir si los item evolutivos
(Apéndice A) y los indicadores emocionales (Apéndice E) podfan dis-
criminar entre nifios lesionados y no lesionados.
222
SUJETOS
Los clfnicos a menudo no se ponen de acuerdo sobre si un nifio tiene
o no un deterioro neur016gico. Muchos tienen una historia evolutiva
despareja y lenta, exhiben una conducta tfpica de nifios lesionados,
tienen problemas de aprendizaje y perceptuales, y en las pruebas
Zeg psic016gicas tienen un desempefio que habitualmente estå asociado
con disfunci6n cerebral; sin embargo, a pesar de todo esto, no mues-
tran signos positivos en el examen neurolögico ni tampoco ninguna
anormalidad en el EEG. Muchos médicos reconocen que las obser-
vaciones de conducta, la historia evolutiva y los resultados de las
pruebas psic016gicas pueden ser empleados con efectividad para
demostrar la probable existencia de dafio neur016gico en los nifios, aun
cuando esto no sea aparente en los exämenes médicos. Otros insisten
en la evidencia médica antes de diagnosticar lesi6n cerebral en un
nifio. El psic610go puede meramente formular hip6tesis y sugerir que
un nifio padece un deterioro neur016gico, pero como la lesi6n cerebral
es un diagn6stico médico, s610 puede ser efectuado por médicos. Por
esta causa, los sujetos para estas investigaciones fueron exclusiva-
mente nifios que habfan Sido diagnosticados como lesionados cere-
brales por un neur610go y/o psiquiatra infantil.
La muestra inclufa 231 lesionados cerebrales (LC) de 6 a 12 afios y
un CI de 42 a 138. Ninguno tenia un deterioro motor grosero. Las
historias clfnicas de estos 231 nifios mostraban una variedad de
factores que muy probablemente habfan contribuido a su disfunci6n
neur016gica. Como era de esperar, algunos mostraban varios acon-
tecimientos en sus vidas que podrfan haberle ocasionado la lesi6n
cerebral, o habérsela intensificado. Por ejemplo, un nifio puede haber
sufrido algün trauma prenatal y en el parto, asi como varias enfer-
medades serias con fiebre alta en la temprana infancia;. muy a
menudo es el lesionado cerebral hiperactivo el que se cae y se golpea
la cabeza, o el que sale corriendo por donde estå por pasar un auto y
sufre una fractura de cråneo o conmociön que puede aumentar la
patologfa cerebral existente.
A continuaci6n se incluye una lista de algunos de los factores que
revelaban los historiales clfnicos de los 231 nifios LC y que proba-
blemente contribuyeron a su deterioro neur016gico. La mayorfa de
estos factores no son mutuamente excluyentes y cualquiera de los
nifios puede haber experimentado dos o mås•de ellos:
223
Hecho traumåtico N % de SS. Lc
Madre enferma durante el embarazo (sarampi6n, toxemia,
hemorragias severas) 44 19
Parto prematuro (peso al nacer inferior a 2 1/2 kg y tiempo
en incubadora) 10
Parto diffcil, lesi6n al nacer, hematomas en la cabeza 64 28
Anormalidades congénitas (hidrocéfalos o microcéfalos 4;
mongoloides 4; cuadri- o hemipléjicos leves, 15; bebés RH,
bebés azules; afasia con lenguaje ininteligible o sin habla, 5) 33 14
Enfermcdad congénita (sffilis prenatal, ictericia congénita,
hipotiroidismo) 8 3
Enfermedad grave con fiebre alta en la infancia (neumonfa,
sarampi6n, escarlatina, etc.) 37 16
Fiebra alta con convnflsiones en la temprana infåncia e infancia 29 12
Encefalitis o meningitis 16 7
Herida en la cabeza por alguna cafda 26 11
Fractura de cråneo en accidente automovilfstico 12 5
Conmoci6n, coma, perfodo largo de inconsciencia 9 4
Hematoma, intervenci6n quirürgica en cerebro o cråneo 12 5
Epilepsia (gran mal o petit mad) 14 6
La autora agradece al Dr. David D. Blyth el aporte de varios DFH de ninos LC como
material para Ia presente investigaci6n.
224
kie a los 8 afios, pero s610 la 25 d fue incluida en este estudio. Fue
seleccionada ésta en particular porque reflejaba la capacidad poten-
Cial de Frankie, mientras que las 25b y 25 c, efectuadas en un periodo
de crisis (påg. 208), reflejan sobre todo las perturbaciones emociona-
les.
225
Tabla 20
Distribuci6n de 388 sujetos LC por edad, sexo y CI
6 O 0 7 1 12 2 O 0 1 5 o 31 4
7 9 1 10 3 17 2 13 6 8 I 9 o 66 13
8 5 3 8 3 21 1 14 o 11 2 9 0 68 9
9 4 I 8 5 19 3 15 o 11 2 9 O 66 11
10 3 2 6 4 11 4 II 0 4 1 6 42 11
11 2 1 3 1 8 3 6 O 6 3 5 1 30 9
12 4 O 6 0 4 1 4 1 5 o 2 1 25 3
Total 27 8 49 17 92 16 63 7 52 10 45 2 328 60
35 66 108 70 62 47 388
Total gral.
226
puntos o cfrculos. Pero a partir de los 7 afios muchos rnås varones
sanos dibujaron Ojos con pupilas de 10 que 10 hicieron los nifios LC. En
todos los niveles de edad la mayorfa de los varones LC realizaron
presentaciones inmaduras de los Ojos (Ilustraciones 98 a a c, 100 a a
f, 101 a y b)
El cuello se dio —aunque raramente— en los DFH de los varones
de 6 afios tanto lesionados como no lesionados. Pero a los 7 afios, la
mayorfa de los sujetos de control produjeron figuras con cuellos
cläramente definidos. Los varones lesionados de 7 afios o mås, con-
tinuaron omitiendo el cuello significativamente mås a menudo. A los
10, el cuello ya es un item esperado en los DFH de los varones, pero s610
Ia mitad de 10s sujetos lesionados los realizaron en sus dibujos, aün a
los 11 y 12 afios, s610 dos tercios de los lesionados dibujaron cuellos
(ilustraciones 99, 100 a, a f, 101 b y c).
Los brazos en dos dimensiones fueron dibujados por dos tercios de
los sujetos de 6 afios del grupo de control. A los 7 afios éste es un item
esperado. En todos los niveles de edad, los lesionados cerebrales
tienden a persistir significativamente més a menudo en el dibujo de
brazos inmaduros, esquemåticos (ilustraciones 100 a a c, 101 a a c).
Los brazos hacia abajo discriminaban los DFH de varones LC y no
lesionados en todos los niveles de edad. A los 7 afios, mås de Ia mitad
de los varones no lesionados dibujaron los brazos hacia abajo, y a los
10, es ya un item esperado. En todos los niveles de edad, los varones
LC persisten en el dibujo de los brazos horizontales o hacia arriba, 10
cuäl es caracterfstico de los nifios muy pequefios o muy inmaduros
(ilustraciones 98 b, 100 a a f, 101 a a c, 102 a y b).
Los brazos correctamente unidos at hombro discriminaban los DFH
de los lesionados cerebrales y los controles en todas las edades. El
dibujo de este item requiere un grado considerable de madurez mental
y capacidad integradora. A los 6 y 7 afios se da raramente en los nifios
no legionados. Hasta los 9 afios no Ileg6 a ser un ftem comün para éstos.
Los lesionados de 6 a 8 afios casi nunca lograron dibujar los brazos en
pos1ci6n correcta con respecto al hombro. No era raro ver, aün entre
los de 9 a 12 afios, brazos incorrectamente dibujados (Ilustraciones 98
227
.8
00
00
00
00
00
oo
00
oo
00
228
El nümero correcto de dedos se dio raramente en los nifios de 6 afios
de ambos grupos. Pero a partir de los 7 anos un nümero significati-
vamente mayor de nifios no lesionados dibuj6 figuras con Cinco dedos
en cada mano. En cada nivel de edad, mås de la mitad de los sujetos
de este grupo realiz6 el nümero correcto de dedos en sus DFH
comparado con s610 un tercio de los varones lesionados. En los dibujos
de los varones LC, no era raro encontrar manos con dedos de mås o de
menos (ilustraciones 98 a y b, 99, 100 a a c).
Las piernas bidimensionales se dieron significativamente mås a
menudo en los DFH de los varones no lesionados en todos los niveles
de edad. Las piernas hechas con un palote eran extremadamente
raras en los sujetos de control a partir de los 8 afios, mientras que mås
de la mitad de los varones lesionados de 6 a 8 afios dibujaron piernas
unidimensionales. Muchos de los nifios més grandes del grupo tam-
bién persistieron en este tipo primitivo de presentaci6n de las piernas
en el DFH (Ilustraciones 100 a, c, e, f; 101, 102).
El dibujar una prenda de ropa o ninguna es comün en los nifios de
6 afios de ambos grupos. Pero a partir de los 7 afios, este item
discriminaba significativamente entre ambos grupos de sujetos. La
gran mayorfa de los sujetos de control dibujaba mås de una prenda de
ropa a Ios 7 afios, mientras que la omisi6n de vestimenta persistfa en
los dibujos de la mayorfa de los varones LC hasta los 10 afios y no era
infrecuente en la edad siguiente (Ilustraciones 98, 100 a a f, 101 a a c).
Es muy raro encontrar cuatro o mds prendas de ropa en los DFH de
los nifios de 6 afios en ambos grupos. Para los lesionados cerebrales
continüa siendo excepcional en todos los niveles de edad. Para los
sujetos de control, este item aumentaba en frecuencia de ocurrencia
a mediäa que los nifios eran mayores; a los 12 afios la m.itad dibujaba
cuatro o mås prendas en sus DFH.
Obviamente, ningün nifio LC tomado individualmente va a pre-
sentar en su dibujo todos los item que discriminan entre este grupo y
elde los no lesionados. Pero la mayorfa de ellos presentarå uno o mås
de estos item en sus protocolos. Un representante tfpico de los sujetos
LC considerados en este estudio es Leonard, cuyos seis dibujos se
muestran en la Ilustraciön 100. Leonard estaba entre los 6 y 9 afios
cuando hizo estos dibujos, y su CI era de alrededor de 80. Todos los
DFH de Leonard presentan una ausencia total de item de vestimenta
y la omisi6n del cuello. Cinco de las figuras tienen s610 puntos o
redondeles vacfos a modo de Ojos y no hay pu•pilas. Las figuras a, b y
c tienen brazos unidimensionales y todas, excepto lafigura d, tienen
también piernas hechas con palotes. En uno de los seis dibujos los
brazos estån unidos correctamente al hombro, y en ninguno estån
229
dirigidos hacia abajo.En las figuras a, b y c las manos estån omitidas
y nümero de dedos es incorrecto. Por consiguiente, cada uno de IOS
el
lesionados y no lesionados.
Cada uno de los cuatro dibujos de Anthony de las Ilustraciones 98
y 99 revelan algunos ftem que son caracterfsticos de los varones LC,
pero estos item difieren en cada uno de los dibujos. La figura a en la
Ilustraciön 98 carece de pupilas, tiene un nümero incorrecto de dedos
y tiene s610 una prenda de ropa. Lafigura 98 b presenta omisi6n de Ias
pupilas, los brazos se extienden mås bien hacia arriba, estån unidos
al cuerpo incorrectamente, y faltan algunos dedos. En la figura 98 c
falta un cuello claramente definido, asf como las pupilas y las prendas
de ropa. El DFH de lallustraciön 99 muestra un progreso considerable
con respecto a las tres anteriores. Pero aquf también falta el cuello,
varios dedos y los brazos estån unidos incorrectamente al cuerpo.
Una vez mås debemos recalcar que en los protocolos de cada nifio
lesionado no se dan todos los item evolutivos que discriminan entre
varones LC y no lesionados y tampoco se dan exclusivamente en los
DFH de los lesionados cerebrales. En consecuencia, no es posible
hacer un diagn6stico de lesi6n cerebral sobre la sola base de los item
evolutivos. Sin embargo, si se le estå haciendo el estudio diagnöstico
a un chico por un posible compromiso orgånico, y si su historia
evolutiva y los resultados de las pruebas psic016gicas y neurolögicas
sugieren la existencia de daffo cerebral, entonces la presencia o
ausencia de los item evolutivos significativos puede darle mayor peso
a un diagn6stico positivo. El DFH deberfa emplearse como parte de
una baterfa de tests cuando se estå efectuando un diagn6stico diferen-
ci al.
68 WISC DFH
y .56 .005
6y7 47 S-B y DFH .50 .005
8 a 10 165 WISC y DFH .51 .005
8 a 10 S-B y DFH .57 .005
11 y 12 67 (WISC y S-B) .35 .005
y DFH
231
del DFH y de CI de los sujetos no lesionados que se muestra en la tabla
9. Estos resultados confirman la hip6tesis sometida a verificaci6n e
indican que los item esperados y excepcionales pueden ser empleados
como medida aproximada de madurez mental con igual confianza, ya
se trate de nifios con lesi6n cerebral o sin ella. El Apéndice muestra D
los cuartiles, medias y desviaciones eståndar para todos los nifios de
5 a 12 afios, sean LC o no. La interpretaci6n de los puntajes individua-
les en el DFH es la misma para todos los nifios, tengan dafio neur016-
gico o no (Apéndice C).
La tabla 22 ilustra sobre c6mo serfan tabulados los item esperados
y excepcionales en los protocolos de cuatro varones LC cuyos dibujos
se muestran en las ilustraciones 98 a 102. También se muestra a qué
niveles de madurez mental corresponden los puntajes obtenidos en el
DFH y los puntajes de CI total obtenidos en el WISC por estos cuatro
nifios. La tabulaci6n de la mayorfa de los DFH de las Ilustraciones 98
Tabla 22
Comparaci6n de los puntajes obtenidos en el DFH
y en WISC por varones LC
232
les asigna un puntaje de -0+0+5=5. Cuando faltan uno a dos de los ftem
esperados y no hay ningün item excepcional, los puntåjes son 4 6 3,
respectivamente. S610 la figura c de la Ilustraciön 98 presenta una
situaci6n algo inusual. Este DFH presenta tres omisiones de item
esperados para los varones de 8 afios (brazos, brazos bidimensionales,
pies); almismo tiempo, este dibujo presenta dos item excepcionales
para este nivel de edad (dibujo de perfil y rodilla). Por con siguiente, el
puntaje de la figura 98 c es: -3+2+5=4.
Salvo dos excepciones, todos los puntajes en el DFH de los sujetos
LC incluidos en la tabla 22 estån comprendidos en el mismo nivel de
madurez mental que el indicado por los CI obtenidos en el WISC. Una
de Ias excepciones es la Ilustraciön 102 a. El puntaje de Patrick en el
DFH es de s610 3, o sea normal bajo (le falta: piernas bidimensionales
y brazos hacia abajo), mientras que su CI en el WISC es de 98 0 normal.
Sin embargo, cuando Patrick hizo otro DFH un afio después, mostr6
una apreciable mejorfa. La Ilustraciön 102 b revela la ausencia de un
solo item esperado (brazos hacia abajo) y obtuvo un puntaje de cuatro.
Lallustraciön 102 c no presentaba ninguna omisi6n de item esperados
y obtuvo 5 puntos. Ests aumento en el puntaje de los DFH refleja
exactamente el progreso de Patrick como resultado de la terapia. A1
comienzo de su tratamiento Patrick no podia funcionar en un nivel
normal, a pesar de su Cl. Un aio después, su rendimiento escolar
habfa mejorado mucho y su conducta era mucho mås madura.
Se observ6 que los nifios LC con una discrepancia marcada entre el
puntaje obtenido en el DFH y el CI logrado en el WISC o el Stanford-
Binet, generalmente funcionaban en el nivel més retrasado indicado
por su puntaje en el DFH, y no en el nivel superior que mostaba su Cl.
Este ültimo indice puede revelar el potencial intelectual del n.ifio, pero
muchos nifios con lesi6n cerebral y emocionalmente perturbados no
pueden o de hecho no se desempefian de acuerdo con su potencial
intelectual.
INDICADORES EMOCIONALES
DEL DFH Y LC EN LOS NINOS
Se efectu6 un estudio para determinar si los 30 indicadores emo-
cionales del DFH (Apéndice E) podfan diferenciar los dibujos de va-
rones lesiones y no lesionados de 6 a 12 afios; Los 282 sujetos LC y los
803 controles empleados en el estudio anterior sobre ftem evolutivos
en los DFH de nifios LC, sirvieron también com sujetos para esta
investigaci6n. Se computaron las chi-cuadrado para los sujetos LC y
233
de control que en cada nivel de edad presentaban cada indicador
emocional en el DFH.
Como era de esperar, ninguno de los indicadores emocionales se dio
exclusivamente en los DFH de los sujetos LC, y tampoco ninguno de
ellos se dio en todos los dibujos de los varones LC. Pero ocho de IOS
indicadores fueron encontrados significativamente mås a menudo en
los nifios con dafio neur016gico, en uno o mås niveles de edad. La tabla
23 muestra los resultados de este estudio. A continuaci6n enumera-
mos los ocho indicadores emocionales que estaban asociados signifi-
cativamente con lesi6n cerebral en los nifios:
1) La mala integraciön de las partes de la figura no es un signo
inusual a los 6 afios, tanto en los varones LC como en los no lesionados.
Pero de los 7 afios en adelante, este indicador emocional discriminaba
significativamente los DFH de los sujetos LC y de no lesionados. Se 10
encontr6 en el 44 por ciento de los dibujos de los varones LC de 7 a 12
afios, contra s610 5% de los protocolos del grupo de control. Estos
resultados concuerdan con los de Machover (1949) y Reznikoff y
Tomblen (1956), quienes comunicaron la presencia de "sfntesis
débil"en los dibujos de sus pacientes con lesi6n cerebral. La mala
integraci6n de las partes de la figura parece reflejar poca capacidad de
integraci6n, inmadurez, impulsividad y/o pobre coordinaci6n, todo 10
cual es muy comün en nifios con dafio neur016gico (ilustraciones 98 a
y b, 100 y 101).
2) Grosera asimetriade las extremidades: sedio mésa menudo en los
DFH de nifios muy
inmaduros. Este ftem discriminaba significativa-
mente los de los varones LC a los 6 y 7 afios. A los 8 afios, y
DFH
posteriormente, este item no se dio con la frecuencia minima necesaria
para poder hacer c6mputos estadfsticos significativos, aunque apareciö
consistentemente mås a menudo en los dibujos de los lesionados cere-
brales. Ocho por ciento del total de dibujos pertenecientes a los sujetos
LC presentaron grosera asimetrfa de las extremidades, contra un dos
por ciento en el grupo de control. Un anålisis detallado de los dibujos de
este dos por ciento del grupo de control da pie para sospechar que estos
nifios también sufrfan algün tipo de disfunci6n cortical; sus dibujos eran
muy parecidos a los realizados por los nifios LC. Esta sospecha no pudo
ser verificada, pues no se disponfa de informaci6n adicional sobre los
sujetos de control. Sin embargo, es razonable suponer que cualquier
grupo grande de escolares no seleccionados incluirå un pequefio nümero
de nifios con dafio neur016gico, que pueden llamar la atenci6n o no, del
psic610go escolar. Este item parece reflejar un individuo desequilibrado,
impulsivo, escasamente coordinado. Este indicador emocional parece
ser affn a las "extremidades contrafdas" que Reznikoffy Tomblen (1956)
00
00
+2
235
encontraron asociadas con lesi6n cerebral en sus pacientes(ilustraciones
14, 74 y 75).
3) La inclinaciön de la figura en 152 0 mås se dio en mås del 11%
de los DFH de los sujetos LC y s610 en el 2% de los dibujos del grupo
de control. Aunque este item estaba presente mås a menudo en 10s
dibujos de los varones LC en todos los niveles de edad, esta diferencia
en la frecuencia de ocurrencia fue estadfsticamente significativa s610
a los 7, 10 y 11 afios. No estå Claro si la inclinaci6n de la figura es el
resultado de la mala coordinaci6n o si refleja sobre todo una falta de
equilibrio emocional, o ambas cosas. Las figuras inclinadas parecen
darse mås frecuentemente en los nifios inseguros e inestables (ilus-
traciones 2, 98 a y 102 b).
4) Las transparencias se encontraron significativamente mås a
menudo en los DFH de los varones LC de 7 afios y mayores. Pero esta
diferencia fue estadfsticamente significativa solamente en los niveles
de 8 y 11-12 afios. A los 6 afios no diferfan los varones LC y no
el nümero de transparencias que presentaban en sus
lesionados en
DFH. Un 11% del total de varones LC y un 4% de los controles exhibfa
transparencias en sus dibujos. Los sujetos LC revelaban primaria-
mente ese tipo primitivo de transparencia en la cual el nifio dibuja
primero un monigote o figura esquemåtica y luego la reviste de un
cuerpo y ropa. Este tipo de transparencia es habitualmente asociada
con inmadurez y pen samiento concreto, 10 cual es, por supuesto, tfpico
de much os nifios con dafio neur016gico (ilustraciones 98 a y b, 100 d,
102 a a c).
5) Lasfiguraspequenas (menos de 5 cm de alto) se encontraronen
12% de los dibujos pertenecientes a sujetos LC y s610 en 3% de los
controles. En todos los niveles de edad este item se dio mås a menudo
en los dibujos de los LC; esta diferencia fue estadfsticamente signi-
ficativa de los 6 a 8 afios, y a los 11-12, sin embargo, no hay nada que
sugiera que el dibujo de figuras pequefias sea un signo de dafio
neur016gico como tal, o que refleje actitudes especfficamente rela-
cionadas con lesi6n cerebral. Un estudio anterior (påg. 72) mostraba
que el tamafio pequefio de la figura en el DFH indica una actitud de
timidez, retraimiento y depresi6n. Se cree que la incidencia relati-
vamente alta de figuras pequefias en los protocolos de los sujetos LC
es una expresi6n de su reacci6n frente al problema neur016gico que
padecen. Como la mayorfa de los nifios LC experimentan considera-
bles dificultades y frustraciones en la escuela y en la casa, tienden a
sentirse inadecuados y tfmidos, y muchos iresentan signos de de-
presi6n. Algunos recurren al retraimiento como un medio de controlar
su propia impulsividad. Simon, del que se hab16 en påginas anteriores
236
un ejemplo apropiado. En la Ilustraciön 2 se muestra su
(påg. 74), es
DFH. Se pueden ver otros ejemplos de figuras pequefias en la Ilus-
traciön 100. Cinco de las seis figuras de Leonard (Ilustraciön 100)
tienen menos de 5 centfmetros de altura.
6) Las manos omitidas —brazos sin manos ni dedos— diferencia-
ban significativamente los DFH
de los varones lesionados y no
lesionados en todos los niveles de edad. Este ftem se dio en el 17% de
237
damente impulsivos y muestran una perturbaci6n en el funciona-
miento de los controles internos, no es sorprendente que tantos sujetos
lesionados omitan el cuello de sus dibujos (ilustraciones 35 y 70).
239
extrafio sino mås bien un miembro de la familia, aunque muy débil e
indefenso. La nifia del DFH representa a la hermana de Anthony, pero
el modo en que estå dibujada refleja su actitud hacia sf mismo. El
sentimiento de angustia e indefensi6n de Anthony se expresa en la
y pies de la figura, y por el hecho de que la nifia estå
falta de brazos
sentada, como si fuera muy débil para estar parada sobre sus pies. El
dibujo estå de perfil, sugiriendo asf que Anthony se estå retrayendo,
apartåndose de los demås. La Ifnea continua muestra el intento de
Anthony de controlar sus impulsos hostiles (påg. 188).
El tratamiento de Anthony prosiguiö durante todo el afio siguiente.
Progresö lenta pero firmemente en su adaptaciön emocional y en la
escuela. A los 9 afios se le pidi6 que hiciera otro DFH. La Ilustraciön
99 muestra el dibujo que realiz6 en esa oportunidad. Dijo que era "un
hombre caminando en una cuerda de acr6bata". Un acr6bata estå,
cuando mucho, en una posiciön precariay tiene un apoyo incierto. Este
tipo de figura es dibujadageneralmente por nifios muy inseguros que
estån tratando con ahfnco de mantener su equilibrio o adquirir control
sobre sf mismos. En el caso de Anthony, el DFH reflejaba su intenso
esfuerzo y motivaci6n para recuperar su estabilidad. También reve-
laba su persistente sentimiento de angustia e inseguridad en cuanto
a su adecuaci6n. Es un signo de progreso que el acröbata de Anthony
sea de sexo masculino y que esté bien integrado. No le faltan ni los
brazos ni los pies y encara los problemas de frente sin evadirse. A este
protocolo se le puede computar un solo indicador emocional: "figura
grotesca". Un acröbata es un actor de circo y como tal, es afin con los
payasos; los dibujos de acr6batas se interpretan de modo similar a los
dibujos de payasos. Pero los acr6batas entretienén exhibiendo su
habilidad, mientras que los payasos se hacen ridiculos para entrete-
ner. Por consiguiente, el primero sugiere un concepto mäs adecuado de
sf que este ültimo. También fue evidente un cambio en la actitud de
241
Figura pequefia: menos de 5 cm.
Manos cortadas.
242
EMPLEO DEL DFH EN COMBINACION
CON OTRAS PRUEBAS PSICOLOGICAS
243
desde los 5 afios 9 meses hasta los 6 afios 11 meses. Ninguno de los nifios
repetfa el grado. Durante el primer mes de clase, un psic610go le
administrö Bender a cada nifio en forma individual. Pero realmente
el
no hay razones por las cuales este test no podrfa haber Sido tomado en
forma colectiva, como 10 demostraron Keogh y Smith (1961) y Ruckhaber
(1964). Los maestros respectivos tomaron colectivamente el DFH a sus
alumnos. A1 final del afio lectivo los mismos maestros les tomaron el test
Metropolitan de Rendimiento, Baterfa I Primaria, Forma R (Hildreth,
1946), siendo tabulado por psic610gos. Todos los protocolos del Bender
fueron tabulados por la autora aplicando el sistema Koppitz (1964) al
mismo tiempo que se verific6 la presencia de los ocho item excepcionales
para los seis afios (Apéndice B) y los seis indicadores emocionales que
estån relacionados con rendimiento escolar en primer grado (påg. 79).
Estos seis item son: figura inclinada, omisiön de la boca, del cuerpo, de
monstruo o figura grotesca y tres o mås figuras dibujadas
los brazos,
espontåneamente. Los ocho item excepcionales inclufan: fosas nasales,
dos labios, perfil, codo, rodilla, buena proporci6n, brazos correctamente
unidos al hombro y cuatro o mås prendas de ropa. Se estim6 que Ia
presencia de cualquiera de los item excepcionales en un DFH indicaba
inteligencia superior al promedio y que la presencia de cualquiera de los
seis indicadores emocionales reflejaba problemas emocionales que po-
dfan interferir con el rendimiento escolar.
Se dividiö a los sujetos en Cinco grupos segün los resultados que
obtuvieron en el Metropolitan. Todos aquellos con un puntaje de ren-
dimiento promedio de 2.8 0 mås fueron considerados alumnos sobresa-
que obtuvieron un nivel de rendimiento entre 2.4 y 2.7 fueron
lientes; los
denominados buenos alumnos; los que tenfan entre 1.8 y 2.3 fueron
llamados alumnospromedio; se estim6 como malo un resultado entre 1.5
y 1.7, mientras que un puntaje inferior a 1.4 fue considerado muy malo.
Los puntajes obtenidos en el Benderfueron divididos en Cinco categorfas:
Bueno (puntajes a mås ede una desviaci6n eståndar por debajo de la
media), Normal Alto (puntajes comprendidos entre la media y menos
una desviaciön eständar), Normal Bajo (puntajes comprendidos ente la
media y mås una desviaci6n eståndar), Malo (puntajes entre +1 y +2
desviaciones eståndar) y Muy Malo (puntajes a mås de dos desvia-
ciones eståndar por encima de la media). Los puntajes medios del
Bender y las desviaciones eståndar se obtuvieron de los datos nor-
mativos incluidos en El testguestältico visomotorpara niüos (Koppitz,
1964. Traducci6n espafiola: Buenos Aires, Editorial Guadalupe, 1968,
påg. 231). La tabla 24 muestra los puntajes de Bender para cada nivel
de edad en las Cinco categorfas empleadas en ésta y en las siguientes
investigaciones.
244
Tabla 24
Distribuci6n de los puntajes del Bender en los distintos niveles de edad
promedio.
Los resultados de este estudio muestran claramente que el Bender
y el DFH utilizados de manera combinada predicep mucho mejor el
rendimiento de los nifios que ingresan a la escuela que si se toma uno
solo de ellos. En general se puede predecir con bastante seguridad que
los nifios que ingresan a la escuela serån alumnos promedio o supe-
riores al término medio si muestran en el DFH un item excepcional,
ausencia de los seis indicadores emocionales significativos y como
mfnimo un puntaje normal bajo en el Bender. Los que presentan uno
o varios de los seis indicadores emocionales tienen posibilidades de ser
alumnos promedio, pero 10 mås probable es que estån en el rango
normal bajo. Los que presentan en el Bender un puntaje normal bap
o malo junto con uno de los seis indicadores emocionales en el DFH se
puede esperar que sean malos alumnos. Se ha116 que los que omiten
el cuerpo en sus dibujos o que realizan tres o més figuras espontå-
neamente, son malos alumnos, cualquiera que sea el puntaje obtenido
en el Bender.
246
torn6 el Bender y el DFH al comienzo del afio lectivo. Solamente que
ahora se computaron los seis item excepcionales que son vålidos para
10s nifios de siete afios (fosas nasales, dos labios, perfil, codo, rodilla y
buenas proporciones) y los siete indicadores emocionales que se rela-
cionan con rendimiento escolar en segundo grado (pobre integraci6n
de Ias partes, figura inclinada, omisi6n del cuerpo, omisi6n de la boca,
omisi6n de los brazos, monstruo o figura grotesca, tres o mås figuras
dibujadas espontåneamente). A la lista para alumnos de segundo
grado se le agreg6 pobre integraci6n de las partes, que no es vålido en
10s varones antes de los siete afios. Como tercer test se agreg6 el
subtest de Informaci6n del WISC, para tener alguna medida de la
capacidad verbal del sujeto. Un psic610go administrö individualmente
a cada nifio este test y el Bender. Se eligi6 el subtest de Informaci6n
porque se correlaciona bien con el CI Verbal total del WISC y es fåcil
y råpido tanto para administrar como para tabular. Se estim6 que
todos los sujetos que obtuvieron un puntaje bruto de 10 0 mås en el
subtest de Informaci6n tenfan una capacidad verbal superior al
promedio. Un puntaje bruto de 10 es equivalente a una edad de test
de ocho anos y medio, o sea un afio mayor que la edad promedio de los
alumnos de segundo grado.
A1 final del afio lectivo se administr6 nuevamente el test Metro-
politan de Rendimiento. Se consider6 que los nifios cuyo puntaje
promedio en elMetropolitan era de 3.8 0 mås, eran alumnos sobre-
salientes; los que obtuvieron entre 3.4 y 3.7 fueron incluidos en la
categorfa de buenos alumnos; a los comprendidos entre 2.8 y 3.3 se los
consider6 alumnos promedio; los que tenfan un rendimiento de 2.5 a
2.7 se los design6 alumnos malos, y muy malos a los que habfan ob-
tenido 2.4 0 menos.
Los resultados de este estudio se muestran en el Cuadro 2. Los
mismos no difieren de los obtenidos en el estudio anterior. La mayorfa
de los alumnos sobresalientes y buenos revelaron buena capacidad
verbal (10 0més puntos en Informaci6n) y/o inteligencia superior al
promedio (un item excepcional en el DFH); su desempefio en el Bender
era, como mfnimo, normal bajo, y con mayor frecuencia normal alto o
superior. Sus DFH tendfan a estar libres de indicadores emocionales,
mostrando asf que su rendimiento escolar no estaba interferido por
problemas emocionales.
Los alumnos promedio nuevamente exhibieron una gran variedad
de puntajes en el Bender. Algunos mostraron un rendimiento muy
deficiente, pero parecfan poder compensar su inamdurez en la per-
cepci6n visomotora en virtud de su buen nivel intelectual (un item
excepcional en el DFH) o su buena capacidad verbal (puntaje alto en
247
Puntajes de los tests de rendimiento, DFH y Bender
en 128 alumnos de F
grado
Sobresaliente
SSA
ooo S
RQCPO
A 3FÅ B
ROOO
Malo o bajo 13
20 0 0 QQQQQ
BM 3F SS M B B 3F
Muy malo
ROR
M ar 3F
16
29 46 37
S: Figura inclinada
M: Omisi6n de la boca
B: Omisi6n del cuerpo
A: Omisi6n de brazos
G: Figura grotesca
3F: 3 figuras
el subtest de Informaci6n). La mayorfa de los alumnos de este grupo
no mostr6 ninguno de los siete indicadores emocionales en sus DFH.
Los alumnos malos y muy malos nuevamente mostraron una alta
incidencia de disfunci6n o inmadurez en la percepci6n visomotora
(puntaje normal bajo o malo en el Bender), asf como problemas
emocionales (indicadores emocionales en el DFH) con ausencia de
inteligencia superior al promedio (ningün item excepcional en el DFH)
o buena capacidad verbal (sin puntajes altos en el subtest de Informa-
249
Puntajes de Ios test de rendimiento, DFH y Verbal
en 113 alumnos de grado
8886b 0000
Sobresaliente
29
boobo
00
Bueno
22
Promedio 30
o
11
Malo o bajo 9
O
Muy malo A S
URQOO
11
11
+000 s
0000
i s
23
poooo
s
o
1 21 42 38
I: Integraci6n
S:
Figura inclinada
M: Omisi6n de la boca
B: Omisi6n del cuerpo
A: Omisi6n de brazos
G: Figura p•otesca
3F: 3 figuras
250
nos. Los sujetos cuyo puntaje en Informaci6n no fue sobresaliente
exhibieron una amplia gama de puntajes de rendimiento, desde
excelente hasta muy malo.
251
buenos alumnos de segundo grado, pero no a los malos. Para el
presente estudio se necesitaba un test verbal que pusiera de mani_
fiesto las dificultades existentes en el {rea verbal. Se sabfa que
muchos alumnos de clases especiales padecfan algün grado de déficit
en la percepci6n auditiva; por 10 tanto, se decidi6 emplear el test de
Wepman de discriminaci6n auditiva (Wepman, 1958) como tercer
test.
252
Patrones de puntajes obtenidos en los tests
por los 139 alumnos de clases especiales
6 afros 22
7 anos A1 ASIGi
RRO 35
RRRR?
3FIB3FAIA
RRR?
8 afios
RRRRR
ASAI
• 34
2RRRQ 0000
AM 11 S 1rws
27
9 afios
QQO
10 aios bRRRR RQQOO RRRRRIO
13 F GI1 S
21
47 38 39 14
Integraci6n pobre
I:
Figura inclinada
S:
M: Omisi6n de la boca
B: Omisi6n del cuerpo
A: Omisi6n de brazos
G: Figura grotesca
3F: 3 figuras
253
Desempefio en el test Mm. de sujetos
1. Bender: percepci6n visomotora mala o muy mala 85 61
2. Bender: percepci6n visomotora inmadura o baja 39 29
3. Wepman: percepci6n auditiva deficiente
y 1 hipoacüstico)
(incluye 3 afåsicos 32 23
4. DFH: dos o mås de los 30 indicadores emocionales 93 70
5. DFH: un indicador emocional relacionado
con bajo rendimiento escolar 75 54
NÜm. de sujetos %
Percepci6n visomotora mala o inmadura y percepci6n
auditiva deficiente y problemas emocionales 21 15
Percepci6n visomotora mala o inmadura y percepci6n
auditiva deficiente
5
Percepci6n visomotora mala o inmadura y problemas emocionales 78 56
Percepci6n auditiva deficiente y problemas emocionales 1 1
S610 percepci6n visomotora mala o inmadura 18 13
S610 percepci6n auditiva deficiente 3 2
S610 problemas emocionales 5
Sin problemas perceptivos ni emocionales 4 3
Total 139 100
Esto significa que el rendimiento en los tests del 77% de los alumnos
de gfados especiales revelaba dos o mås signos de problemas per-
ceptuales y/o emocionales; 20% de los sujetos exhibi6 signos positivos
en por 10 menos uno de los tres tests empleados, mientras que s610 3%
o sea 4 de los 139 casos no mostr6 ningün indicador significativo de
disfunci6n perceptual o perturbaci6n emocional.
Doce de los sujetos dibujaron item excepcionales en sus DFH. Estö
no es sorprendente ya que muchos de los alumnos de grados especiales
eran de inteligencia normal alta o superior. Sin embargo todos los
nifios inteligentes —salvo una excepci6n— con item excepcionales en
sus dibujos, mostraron también signos de disfunci6n perceptual y/o
problemas emocionales. Debido a esto, no podfan progresar satisfac-
toriamente en la escuela a pesar de su buena capacidad mental. Asf,
el buen potencial intelectual por sf solo no es suficiente para asegurar
un buen rendimiento académico. Se requiere la ausencia de proble-
mas perceptuales y perturbaciones emocionales, o la capacidad para
superarlos, para que el nifio pueda comenzar a rendir de äcuerdo con
su potencial.
Los resultados de este estudio muestran que la mayorfa de 10s
alumnos de grados especiales sufren mültiples problemas. Algunos
educadores y clfnicos todavfa son partidarios de que los nifios emocio-
254
nalmente perturbados y los lesionados cerebrales sean separados en
grados diferentes. Sin embargo cualquier separaci6n de este tipo es
arbitraria como mfnimo, ya que la mayorfa de los alumnos de grados
especiales exhiben simultåneamente dafios neur016gicos y problemas
emocionales en distinto grado. A menudo es diffcil establecer cuåndo
termina una y comienza el Otro. La autora propugna enérgicamente
que los alumnos de clases especiales sean agrupados de acuerdo con
su edad, estatura, nivel de maduraci6n y sobre todo, de acuerdo con su
funcionamiento mental y social, y no de acuerdo con etiquetas diag-
n6sticas. Este estudio muestra que el DFH utilizado juntamente con
el Bender y el Wepman puede ser valioso en el proceso de despistaje
255
APLICACION PRACTICA DE LOS
DESCUBRIMIENTOS DE LOS DFH
257
10 menos normal. Cuando JoAnn fue entrevistada por primera vez en
y 2 meses. Era una nifia muy atractiva, bien
la clfnica tenfa 6 afios
desarrollada y de cabello ondulado, que parecfa ansiosa por obtener
atenci6n y el visto bueno de los demås. Parecfa estar c6moda y hablaba
libremente. JoAnn cooper6 mucho durante la sesi6n diagnostica. De
buena gana realiz6 el DFH (de la nustraciön 103) y convers6 espon_
tåneamente mientras dibujaba: "Esta es una adolescente, yo quiero
ser una adolescente, no quiero ser mås una nifiita".
El siguiente es un anålisis detallado del DFH de JoAnn de Ia
Ilustraciön 103:
258
Interpretaciön clinica del DFH. JoAnn hizo una adolescente en su
dibujo, indicando con eso que no estaba satisfecha con su situaci6n
pasada, ni con la presente. Querfa escapar de su casa y de su situaci6n
dependiente y desvalida. Querfa crecer. "No quiero ser més nifiita", dijo.
Para JoAnn, ser una nifiita no le brin daba ninguna satisfacci6n se puede
;
259
ofrecerle apoyo y aceptaci6n cålida, por eso JoAnn registraba su
infelicidad e insatisfacci6n en su conducta rebelde. Claramente, el
problema estaba en las relaciones familiares y no en JoAnn como tal.
Se hicieron arreglos para que la madre y la abuela se hicieran
entrevistas peri6dicas de orientaci6n. Se las ayud6 a ponerse de
acuerdo en c6mo tratar a JoAnn. Se le dio a la nifia mås libertad y
responsabilidad dentro de lfmites precisos. Se la trat6 con respeto,
como a un ser humano inteligente e independiente, que a su vez, debfa
amoldarse a las reglas de la familia. En un tiempo relativamente
corto, JoAnn respondi6 a las acciones firmes y coherentes de su madre
y abuela y cambi6 su actitud y conducta; dej6 de mojar la cama y
cooperaba mås en la escuela y en la casa. Parecfa mås feliz, y su trabajo
escolar mejor6 notablemente. Como consecuencia, su madre pudo
admitir que, ahora, por primera vez podia disfrutar de su hija.
260
Items Esperadosy Excepcionales (Apéndice B). Jake dibuj6 dos figuras
que difieren mucho entre sf. Para el puntaje de los Item Esperados y
Excepcionales, se eligi6 la mås adecuada de las dos figuras, para
reflejar el nivel måximo de capacidad mental de Jake en ese momento.
Como la figura de la nifia es mås completa que la del var6n, se hizo el
puntaje sobre la primera. La misma no mostraba ninguno de los Item
Excepcionales y revelaba la ausencia de un Item Esperado (dos
dimensiones en los brazos). El puntaje del DFH es por 10 tanto
-1+0+5=4. Esto significaba que Jake tenfa probablemente un nivel
intelectual entre normal bajo y normal (Apéndice C), 10 que concuerda
con el CI de 86 por ciento en el WISC.
262
confirmado, con posterioridad, por un psiquiatra infantil, que coinci-
di6 con las impresiones extrafdas del DFH.
lögico.
264
Resumen del andlisis del DFH de la ilustraciön 105. El DFH de
Craig Ileva a suponer que era un nifio mentalmente retardado, con
lesi6n cerebral y problemas emocionales, que de ninguna manera
estaba preparado para el trabajo escolar formal. Parecfa estar bas-
tante mal ubicado en primer grado.
La hip6tesis expresada arriba fue corroborada por otras pruebas
psicolögicas y la informaci6n obtenida del legajo de Craig. Se supo que
éstehabfa pasado la mayor parte de su afio de jardfn de infantes en el
hospital con un tumor cerebral y que habfa Sido intervenido quirürgi-
camente a causa de él. El historial clfnico indicaba que Craig era
probablemente de inteligencia normal antes de la aparici6n del tumor.
Cuando se le administr6 el WISC, obtuvo un CI Verbal de 72, un CI de
Ejecuci6n de menos de 44, y un CI total de 55. Habfa una considerable
dispersi6n de puntajes en el WISC. La mayorfa de los puntajes
obtenidos en los subtests estaban en el nivel deficiente, pero el puntaje
ponderado del subtest de Comprensi6n fue 11, o normal, confirmando
con ello la afirmaciön de que Craig probablemente habfa Sido de
inteligencia normal antes de su enfermedad cerebral. Parecfa que
habfa retenido el sentido comün, la capacidad de razonamiento
cotidiano que tenfa con anterioridad, mientras que los procesos
mentales superiores de conceptualizaci6n, memoria y percepci6n
habfan resultado afectados y se habfan deteriorado. No habfa duda de
que Craig h abfa sufrido un considerable dafio cerebral como resultado
de su operaciön y de que en este momento estaba funcionando a nivel
de debilidad mental. No era posible predecir si con el tiempo podrfa
recobrar su capacidad mental anterior, y en caso afirmativo, en qué
proporci6n. Era obvio que, en este momento, no correspondfa a una
clase de primer grado.
La maestra de Craig informö que su falta de discernim.iento y su
incapacidad para cumplir 6rdenes 10 convertfan en una especie de
extrafio entre sus compafieros. Como Craig era un nifio tranquilo y
nada amenazador, no molestaban; 10 toleraban de buen modo 0 10
10
265
Caso 4: Hubert, 8 afios
266
Signos orgånicos en el DFH (Apéndice G). El DFH de la Ilustraci6n
106 muestra seis signos que aparecieron significativamente mås a
menudo en los dibujos de varones de 8 afios con lesi6n cerebral. Estos
signos son: omisi6n de las pupilas, brazos horizontales, brazos unidos
alcuerpo incorrectamente, piernas esquemåticas, s610 una prenda de
vestir e integraci6npobre de las partes. En vista del gran nümero de
signos orgånicos en este dibujo no se podia descartar la posibilidad de
una disfunci6n cortical y parecfa indicado realizar exåmenes com-
plementarios para verificarlo.
267
y posible desorganizaciön de la personalidad y deterioro neur016gico.
Se predijo que su rendimiento escolar serfa pobre.
Las impresiones obtenidas del DFH fueron confirmadas por 10s
registros social y clfnico de Hubert. El nifio estaba tan perturbado en
el momento de hacer la prueba, que el puntaje de CI obtenido entonces
no puede ser considerado como vålido. Su puntaje en la Escala
Stanford-Binet fue s610 70. Una semana después, se le administr6 el
Raven. En este test, obtuvo un CI de 81. Nuestra impresi6n es que el
verdadero CI de Hubert estaba probablemente alrededor de 80 0 el
rango normal bajo.
Los padres manifestaron que habfan adoptado a Hubert cuando
tenfa alrededor de diez meses, luego de haber Sido encontrado aban-
donado en una playa de estacionamiento. En ese momento habfa
evidenciado muchos signos de haber sufrido falta de cuidados y de
privaciön, y estaba seriamente desnutrido. Los padres adoptivos eran
cålidos y estables, le proporcionaron a Hubert un hogar confortable y
le ofrecieron muchas ventajas culturales y sociales. Los padres adop-
tivos eran gente religiosa muy devota, que crefan firmemente que el
amor y la plegaria podfan sobreponer todos los malos efectos de la Vida
temprana de Hubert. Este siempre habfa Sido pequefio para su edad,
pero después de un afio de cuidado amoroso y tierno, parecfa ser un
nifio feliz y normal. Sin embargo, cuando comenz6 la escuela se hizo
obvio que no podia defenderse bien de los otros nifios del vecindario.
El promedio de CI de los alumnos de la escuela a la que asistfa Hubert
era bastante superior al promedio. Por mås que se esforzara no podia
cumplir con las demandas de la escuela. A pesar de que no mostraba
evidencia médica de lesi6n cerebral y un EEG negativo, su conducta
y sus dificultades de aprendizaje sugerfan deterioro neur016gico. Es
bastante posible que las serias carencias sufridas en sus primeras
semanas de Vida, hubieran dejado como secuela cierta disfunci6n
cortical permanente. Hubert era un nifio bueno que querfa complacer
a sus padres, pero que no podia triunfar en la escuela. A medida que
crecfan sus frustraciones se habfa vuelto més y mås agresivo y
perturbado. Era evidente que Hubert estaba muy mal ubicado en esa
escuela, donde se esperaba de él mucho rnås de 10 que podia realizar.
Se recomend6 terapia de juego y su traslado a una clase especial para
nifios con problemas emocionales o a una escuela privada con menores
exigencias académicas.
268
Caso 5: Juan, 9 afios
271
presentes en el DFH sugieren retraimiento, indefensi6n, ansiedad
agudä y culpa, y un sentimiento de severa presi6n (desde arriba).
273
Caso 7: Roger, 10 afios
y regenteado por sus Cinco hermanas mayores que, por su parte, eran
mås competentes. El padre y la madre, con frecuencia 10 comparaban
desfavorablemente con sus hermanas, todas las cuales eran alumnas
sobresalientes en la escuela. Roger no sobresalfa en nada, con la
posible excepciön de inventar historias y sofiar despierto.
Desgraciadamente, en la escuela no se sabfa nada acerca de la
temprana infancia y desarrollo de Roger, excepto que habfa tenido
varias enfermedades serias. La hip6tesis de lesi6n cerebral no pudo
ser confirmada, ya que no se contaba con informes médicos. Pero su
conducta y sus respuestas en los tests psicolögicos dejaron poca duda
de que Roger padecfa de alguna clase de difusi6n cortical, ademås de
sus dificultades emocionales. Se recomend6, por 10 tanto, que fuera
tratado en la escuela como si fuera un lesionado cerebral con pro-
blemas perceptuales y emocionales, aunque no se contaba con un
diagn6stico oficial. Ademås, se recomend6 que se le hiciera a Roger un
examen neur016gico y un EEG.
276
tratar. Cuando Susan tenfa 10 afiosy 9 meses, su madre renovö el
contacto con la clinica y solicit6 una reevaluaciön de su hija.
Susan fue literalmente arrastrada a la clinica por su madre. Una
vez allf, se mostr6 muy
renuente a acompafiar a la autora a su
consultorio. Después de una firme pero suave persuasi6n, entr6 a la
oficina arrastrando los pies y se dej6 caer pesadamente en una Silla.
Mir6 con rabia a la examinadora, coloc6 su mandl%ula en forma
desafiante y se neg6 a decir una palabra. Luego se colocö de mal humor
frente a la pared en blanco e hizo saber que no iba a cooperar. Estaba
completamente negativista y no querfa saber nada con la entrevis-
tadora hasta que ésta le pidiö que hiciera un DFH. Con bastante mala
gana, satisfizo este pedido y realiz6 el dibujo de la Ilustraciön 110 a.
Cuando se le solicit6 que comentara su dibujo no respondi6. La
psic610ga procedi6 a adivinar a quién podrfa representar esa figura,
pero Susan no contest6 hasta que se le preguntö: "iEres tü?" A1 punto
respondi6 abruptamente: "No soy yo", y se neg6 a articular Otra
palabra. Dadas estas circuntancias parecfa no tener sentido tratar de
seguir examinando a Susan. Después de explicar a la niöa el prop6sito
de su visita a la clinica y la funci6n de los tests, la sesi6n fue
interrumpida.
Una semana mås tarde, Susan concurriö nuevamente a la clinica.
Esta vez parecfa estar de mejor humor; se mostr6 cooperativa y
conversadora. Una vez mås se le pidi6 que hiciera un DFH. Su segundo
dibujo aparece en la Ilustraciön 110 b. Las similitudes y el contraste
entre los dibujos de la Ilustraciön 110 son llamativos. El siguiente es
un anälisis de los mismos:
277
taba disminuido por la actitud negativa de Susan. Parece que 10s
rasgos båsicos y esenciales de sus dibujos no fueron grandemente
alterados por su estado emocional temporario.
278
Interpretaciön clinica del DFH. Susan expres6 que el primer dibuj o no
Su segundo dibujo fue espontåneamente designa-
Ia representaba a ella.
do como "Mi hermana Sally. Tiene seis afios y pelo rubio ondulado. No
se parece a mf'. A través de este dibujo Susan reve16 claramente la
intensa rivalidad con su hermana menor, que era rnås atractiva que ella.
A1 enfatizar que su hermana, de ondulada cabellera, "no se parece a mf',
Susan mostraba que estaba dolorosamente consciente de su falta de
atractivos y de su cabello duro, lacio y de color rat6n. El concepto que
tenfa de sf misma era extremadamente pobre. Las manos inmensas y los
brazos largos de las figuras reflejan su agresividad y actitudes hostiles,
mientras que la ausencia del cuello revela su impulsividad y controles
La ubicaci6n de los dibujos en el papel, mås aün,
interiores deficientes.
sugiere que estaba "en el aire" y que carecfa de base segura y de
estabilidad emocional. La omisi6n de la boca es, por supuesto, un signo
de extremo negativismo y una negativa a comunicarse con otros. Esto,
a su vez, refleja sus pobres relaciones interpersonales.
Resumen del anå.lisis del DFHde la Ilustraciön 110. De los dos DFH
de Susan se infiri6 que tenia. inteligencia borderline o normal baja.
Parecfa ser una nifia agresiva, hostil, impulsiva y negativista con un
mal concepto de sf misma. Aparentemente experimentaba una inten-
sa rivalidad con su hermana menor. Sus dibujos no son incompatibles
con un diagnostico de lesi6n cerebral. En vista de su aparente capa-
cidad mental limitada, sus problemas emocionales y deficiente fun-
cion amien to perceptual (como 10 mostr6 en el Bender y en el Wepman),
se puede predecir que Susan tendrå considerables dificultades con su
rendimiento escolar. No se puede esperar que ande bien con otras
nifias de10 afios de inteligencia normal.
El legajo de la clinica de orientaci6n consignaba que Susan habfa
Sido una beba normal nacida a término, que habfa sufrido dos ataques
de neumonfa con fiebre alta y convulsiones en su temprana infancia,
los que podfan haber provocado deterioro neur016gico. Su desarrollo
en todas las {reas habia Sido lento. A los 7 afios, su EEG habfa Sido
anormal y habfasele diagnosticado lesi6n cerebral. También se des-
cubri6 que Susan estaba constantemente peleando con su hermana
mås atractiva y capaz, la cual era, indisputablemente, la
De este modo se confirmaron con el historial de
favorita de la familia.
Susan, las impresiones obtenidas de los DFH. Se concluy6 que Susan
estaba bien ubicada en la clase de aprendizaje lento, pero que podia
mejorar con un perfodo de terapia de apoyo en la clfnica.
279
Caso 9: Cathy, 11 afios
(Apéndice C).
280
ilustraci6n tiene 6 afios, pero parece mayor. La edad de la figura refleja
el propio deseo de Cathy de retornar a una edad cuando ella era mås
pequefia y no se tenia que preocupar por los varones o un deseo que los
varones tuvieran s610 6 afios, una edad en la que no son ni amenazadores
ni perturbadores.
Cathy afirm6 que el nifio de su dibujo estaba "yendo al bafio",
justificando la ausencia de pantalon es y la posici6n de las manos. El nifio
del dibujo estå protegiendo cuidadosamente su pene, y con este gesto,
atrayendo la atenci6n a su regi6n genital. El dibujo sugiere que Cathy,
unafloreciente adolescente, estaba en ese momento muypreocupada con
Ia sexualidad masculina. S610 se puede conjeturar que podia haber
estado expuesta a actividades sexuales o a informaci6n sexual que la
habfa perturbado. A la edad de Cathy era muy natural que estuviera
interesada en asuntos sexuales, pero parecfa que ella estaba abrumada
por tales pensamientos hasta el punto de excluir todo otro asunto de su
mente.
281
Caso 10: Gus, 11 afios
285
tal designaci6nno significa necesariamente que los nifios no tuvieran
dafio neur016gico.En muchos casos no se habfan hecho los exämenes
médicos de modo tal que se pudiera Ilegar a efectuar un diagn6stico
positivo de lesi6n cerebral. La sigla "pe" designa la presencia de
problemas emocionales que pueden manifestarse a través de miedos,
ansiedades, depresi6n, crisis de llanto, retraimiento, enfermedades
psicomåticas, manierismos nerviosos, etc. "pc" significa que el nifio ha
;
286
LISTA DE LUSTRACIONES
Las ilustraciones estån aqui reducidas fotogråficamente con respecto a los
originales, cuyo tamafio era de 21,60 cm por 27,94 cm, excepto las ilustraciones
37 y 82, cuyos originales eran de 21,60 cm por 55,68 cm.
Nüm. de Nombre Nivel Rendim.
ilustraci6n del niöo Edad escolar Problemas Påginas
287
Nåm. de Nombre Nivel Rendim.
ilustraci6n del niio Edad escolar Problemas Påginas
288
Nüm. de Nombre Nivel Rend im.
ilustraci6n del niöo Edad escolar Problemas Påginas
289
Nåmø de Nombre Nivel Rendim.
ilustraci6n del nido Edad escolar Problemas Påginas
290
(c) "Davy Crockett" (1955)
1965)
nustr. 1
(a) EC 10.3
Eugene,
(b) EC 11.8
Jean,
(c) Andrew, EC 1.2
291
nustr. 2: Simon, EC 7.0
Indicadores emocionales:
—figura inclinada
—integraci6n pobre
—figura pequefia
—omisi6n de los brazos
292
nustr. 3: Max, EC 1.5
Indicadores emocionales:
—sombreado: cara
—figura inclinada
—manos cortadas
293
nustr. 4: Jim, EC 7.5
Indicadores emocionales:
—figura pequefia
—sombreado: cuello
294
Ilustr. 5: Ann, EC 7.2
Indicadores emocionales:
—figura inclinada
—figura pequefia
—omisi6n de la boca
—omisi6n de la nariz
295
nustr. 6: Edie, EC 9.0
Indicadores emocionales:
—integraci6n pobre
—sombreado: cuerpo, extremidades
—sombreado: cuello
—figura inclinada
—brazos largos
—manos grandes
296
(3)
297
(3)
(0 (6)
Indicadores emocionales:
—6 figuras dibujadas espontåneamente
298
.iß?i'äi
9: Connie, EC 10.0
Indicadores emocionales:
—sombreado: cuerpo y extremidades
—figura inclinada
—transparencias
—omisi6n de los pies
299
nustr. 10: Nick, EC 7.5
Indicadores emocionales:
—-integraci6n pobre
—omisi6n de las piernas
300
nustr. 11: Jack, EC 8.11
Indicadores emocionales:
—figura pequefia
—integraci6n pobre
—omisi6n de los brazos
—omisi6n de las piernas
301
09
0
0
00
0
QQD
302
303
nustr. 14: Edith, EC 7.0
Indicadores emocionales:
—integraci6n pobre
—asimetrfa
—omisi6n de los pies
nustr. 15: Shirley, EC 9.1
Indicadores emocionales:
—integraci6n pobre
—sombreado: cuerpo
—brazos cortos
—omisi6n de la nariz
305
nustr. 16: Shirley, EC 9.1
Indicadores emocionales:
—figura grande
—Ojos bizcos
—bruos adheridos al cuerpo
—manos cortadas
—omisi6n de las piernas
306
Ilustr. 17: Carl, EC 11.5
307
nustr. 18: Bill, EC 10.11
Indicadores emocionales:
—omisi6n de los Ojos
—omisi6n de la boca
—omici6n del cuello
308
Ilustr. 19: David, EC 11.11
Indicadores emocionales:
—figura pequefia
—nubes
309
Ilustr. 20: Jerry, EC 12 9
310
nustr. 21: Taneil, EC 4.10
311
nustr. 22: Richard, EC 7.11
312
313
nustr. 24: Marjorie, EC 5.5
od 06 od
315
316
nustr. 27: John W., EC 10.6
Indicadores emocionales:
—figura grande
—omisi6n de los brazos
—omisi6n de los pies
—omisi6n del cuello
——genitales
—transparencia
317
nustr. 28: Stephen, EC 10.5
Indicadores emocionales:
—sombreado de la cara
—sombreado del cuerpo
—figura inclinada
—transparencias
—figura grande
(Davy Crockett)
320
321
Ilustr. 32: Joel, EC 11.8
"Familia"
322
323
nustr. 34: Tommy, Ec 10.1
Indicadores emocionales:
—sombreado del cuerpo
—omisi6n de la nariz
—brazos cortos
Ilustr. 35: Eric, EC 10 0
325
nustr. 36: Jonathan, EC 7.9
326
nustr. 37: Peter, EC 8.4
327
nustr. 38: Laura, EC 10.5
328
Ilustr. 39: Debrah, EC 11.8
329
Ilustr. 40: Odetta, EC 10.8
330
3 9
331
nustr. 42: Benjie, EC 9.0
Indicadores emocionales:
—integraci6n pobre
—manos cortadas
332
nustr. 43: Keith, EC 7.2
Indicadores emocionales:
—sombreado de la cara
—transparencias
333
nustr. 44: Manuel, EC 6.3
334
0
too
335
Ilustr. 46: Sammy, EC 7.7
336
juJdoe
337
4
338
nustr. 49: Donald, EC 7.9
339
Am tee
dedeeo
(a) EC 6.1
(b) EC 6.5
342
nustr. 53.• Jennifer, EC 11.9
343
nustr. 54: Jennifer, EC 7.5
344
nustr. 55: Kenneth, EC 7.5
345
nustr. 56: Carla, EC 9.6
346
Ilustr. 57: Jeff, EC 10.3
347
2
349
nustr. 60: Doris, EC 5.6
350
nustr. 61: Burt, EC 11.3
351
neck
352
Ilustr. 63: Burt, EC 11.7
353
nustr. 64: Burt, EC 11.11
354
nustr. 65: Ernie, EC 10.2
355
Ilustr. 66: Juliän, EC 9.1
356
Ilustr. 67: Jay, EC 11.2
357
Rob
359
Ilustr. 70: Joe, EC 12.7
360
nustr.&l.• Eliot, EC 8.10 361
362
nustr. 73: Eliot, EC 10.4
363
nustr. 75: Chuck, EC 7.10
365
Y j40h)bve
366
nustr. 77: Michael, EC 6.6
367
nustr. 78: Michael, EC 7.3
"Familia"
368
369
nustr. 80: Scotty, EC 8.7
370
371
372
(b)
(a)
(a) EC 12.6
(b) EC 12.11
373
38
a c.a.å.ca„ "
"Familia"
379
380
nustr. 91: Butch, EC 9.0
381
Ilustr. 92: Butch, EC 9.0
382
(9
383
Ilustr. 94: George, EC 9.10
384
nustr. 95: George, EC 10.1
385
Ilustr. 96: George, EC 10.2
386
nustr. 97: George, EC 10.3
387
Ilustr. 99: Anthony, EC 9.5
389
(b)
(a)
(d)
(a) EC 7.2
(b) EC 7.10
(c) EC 8.3
(d) EC 8.10
(e) EC 9.3
(f) EC 9.8
390
(a)
(b)
(a) EC 6.10
(b) EC 7.10
(c) EC 8.2
391
(a)
(a) EC 11.8
(b) EC 12.6
(c) EC 12.10
(d) EC 13.4
392
nustr. 103: JoAnn, EC 6.2
393
i,
394
395
nustr. 106: Hubert, EC 8.2
396
[4
397
Itustr. 108: Mary, EC 9.5
398
nustr. 109: EC 10.9
399
(a)
400
nustr. 111: Cathy, EC 11.3
Ilustr. 112: Gus, EC 11.3
402
APENDICES
404
mediante mås de una Ifnea. (Ilustraciones 3; 4; 6; 9; 13a, b, c; 14;
15 y 17.)
23. Rodilla: un ångulo neto en una o ambas piernas (presentaci6n
lateral) o dibujo de la r6tula (presentaci6n de frente). (Ilustra-
ciones 4; 20; 28; 41b; 73; 98c y 109); no se computa cuando hay s610
una curva en la pierna (ilustraciones 17 y 47).
24. Pies: cualquier representaci6n (Ilustraciones 2; 5; 6; 13a, b, c; 15;
17; 18; 19).
25. Pies bidimensionales: pies que se extienden en una direcci6n a
partir de los talones (presentaci6n lateral) y mostrando mayor
largo que ancho, o pies dibujados en perspectiva (presentaci6n de
frente). (Ilustraciones 3; 4; 13a, b, c; 15; 17; 19; 37 y 38.)
26. Perfil: cabeza dibujada de perfil, aunque el resto de la figura no
esté fntegramente de perfil. (Ilustraciones 4; 17; 18; 29; 39; 40;
41a•, 42; 53 y 57.)
27. Ropa: una prenda o ninguna: ninguna prenda indicada, o s610
sombrero, botones o cinturön, o bosquejo de vestimenta sin de-
talles. (Ilustraciones 2; 4; 5; 13c; 14; 19; 28; 42; 43 y 55.)
28. Ropa: dos o tres prendas: se computan como ropa los siguientes
item: pantalones o calzones, faldas, camisa o blusa (la parte
superior de un vestido, separada por un cinturön es computada
como blusa), saco, sombrero, casco, cintur6n, corbata, cinta de
cabello o vincha, hebilla o broche para sujetar el cabello, collar,
reloj, anillo, pulsera, pipa, cigarrillo, paraguas, bastön, arma de
fuego, rastrillo, zapatos, calcetines, libro de bolsillo, malet6n o
portafolios, bate (de beisbol), guantes, etcétera. (Ilustraciones 3;
8; 9; 20; 25a, b; 29; 37; 41b, c.)
29. Ropa: cuatro item o mäs: cuatro o mås de los item citados ante-
riormente. (Ilustraciones 13a, b; 15; 16; 34; 35; 39; 40; 41a y 45.)
30. Buenas proporciones: la figura "estå bien", aun cuando no sea
enteramente correcta desde el punto de vista anat6mico. (Ilustra-
ciones 13a•, 18; 20; 40; 44; 54; 67; 70; 80 y 81.)
e 00
406
Apéndice C. Interpretaci6n de los puntajes obtenidos
Signos cualitativos
1. Integracidn pobre de las partes (Varones, 7 afios; nihas, 6): una o mås partes no
estån unidas al resto de la figura, una de las partes s610 estå unida por una raya,
o apenas se toca con el resto (Ilustraci6n 2, 6, 10, 14, 15, 29, 36, 42, 52, 55, 96).
2. Sombreadode lacara: sombreado deliberado detoda la carao departe delamisma,
inclusive "pecas", "sarampi6n", etc.; un sombreado suave y pareja de la cara y las
407
manos para representar el color de la piel no se computa. (Ilustraciones 3, 25c. 28,
44 (no computada).
43, 50, 52a, 76, 96; ilustraci6n
3. Sombreado del cuerpo y/o extremidades: (Varones, 9 anos; ninas, 8): sombreado
del cuerpo y/o extremidades (Ilustraciones 6, 9, 15, 28, 29, 34, 56, 81, 95, 100e).
4. Sombreado de las manos y /o cuello: (Vamnes, 8 anos, nifias, 7): (Ilustraciones 4,
6, 45, 59).
5. Asimetrtagrosera de Ias extremidades: un brazo o pierna difiere marcadamente de
la Otra en laforma. Este item no se computa si los brazos o las piernas tienen forma
parecida, pero son un poco desparejos en el Camano (Ilustraciones 7, 14, 25a, 52a,
57, 58, 74, 75, 82, 98a; no se computan: ilustraciones, 6, 28, 106).
6. Figuras inclinadas: el eje verticalde la figura tiene una inclinaci6n de 150 0 mås
con respecto a Ia perpendicular (Ilustraciones 2, 3, 5, 6, 9, 28, 38, 61, 82, 95).
7. Figura pequena: la figura tiene 5 cm o menos de altura (Ilustraciones 2, 4, 5, 19,
25d, 38, 49, 58, 60, 67).
8. Figura grande: (Desde los 8 anos, tanto en nifias como en 10s varones): figuras de
23 cm o mås de altura (Ilustraciones 16, 27, 28, 29, 36, 37, 39, 65, 69, 96).
9. fransparencias: se computan Ias transparencias que comprenden las porciones
mayores del cucrpo o las extremidades (Ilustraciones 9, 27, 28, 43, 53, 57, 82, 98a,
b, 102a, b, c).No se computan las rayas o cu ando las Ifneas de los brazos atraviesan
Detalles especiales
10. Cabeza pequeüa: la altura de la cabeza es menos de un décimo de la figura total
(Ilustraciones 36, 46, 50, 77).
11. Ojos bizcos o desviados: ambos Ojos vueltos hacia adentro o desviados hacia afuera
(Ilustraciones 16, 107); miradas de reojo no se computan (Ilu straciones 5, 13b, c).
12. Dientes: cualquier representaci6n de uno o mås dientes (Ilustraciones 35, 60, 61,
62, 80, 96, 98b, 101a, 107, 109).
13. Brazos cortos: apéndices cortos a modo de brazos, brazos que no Ilegan a la cintura
(Ilustraciones 15, 34, 56, 66, 76, 84, 97, 104, 109, 112).
14. Brazos largos: brazos excesivamente largos, por su longitud pueden Ilegar debajo
de las rodillas, o donde éstas deberfan estar (Ilustraciones 6, 25b, 29, 36, 58, 71, 73,
110).
15. Brazos pegados al cuerpo: no hay espacio entre el cuerpo y los brazos (Ilu straciones
16, 40, 56, 57, 95, 107, 112).
16. Manos grandes: manos de un tamaüo igual o mayor al de la cara (Ilustraciones 6,
46, 52, 58, 71, 74).
17. Manos omitidas: brazos sin ma nos ni dedos (Ilustraciones 3, 16, 25d, 42, 49, 50, 56,
76, 96, 97); no se computan las manos ocultas detrås de la figura o en los bolsillos
(Ilustraciones 12, 13a, 39, 95).
18. Piernas juntas: las piernas estån pegadas, sin ningün espacio entre sf; en los
dibujos de perfil se muestra s610 una pierna (Ilustraciones 40, 54, 66, 94, 95, 96,
108).
19. Genitales: representaci6n realista o inconfundiblemente simb61ica de los genitales
(Ilustraciones 27, 59, 77).
20. Monstruo ofiguragrotesca: figu ra que representa una persona ridfcula, degradada
o no humana; 10 grotesco de la figura debe ser buscado deliberadamente por el nifio,
y no el resultado de su inmadurez o falta de habilidad para el dibujo (Ilustraciones
26b, 47, 48, 61, 62, 65, 67, 68, 71, 74; no se computan: Ilustraciones 27, 28, 50, 106,
109).
21. Dibujo espontdneo de tres o mds figuras: varias figuras que no estån interrela-
cionadas o realizando una actividad significativa; dibujo repetido de figuras
cuando se le solicit6 s610 "una" persona (Ilustraciones 7, 8, 105); no se computa el
dibujo de un var6n y una nifia, o el dc la familia del examinado (Ilustraciones 51,
104).
22. Nubes: cualquier representaci6n de nubes, Iluvia, nieve o påjaros volando (Ilustra-
ciones 19, 36, 108).
23. Omisiön de los Ojos: ausencia total de qjos (Ilustraciones 7, 12, 18, 25c, 52a, 73, 84);
Ojos cerrados o vacfos no se computan (Ilustracioncs 10, 13a, 25b).
24. Omisi(5n de la nariz: (Varones, 6 anos; niüas, 5): (Ilustraciones 5, 7, 12, 15, 25c, 34,
55, 60, 73, 75).
25. Omisiön de la boca: (Ilustraciones 5, 7, 12, 18, 25c, 46, 55, 67, 73, 77).
26 Omisi(5n del cuerpo: (Ilustraciones 50, 97, 101a, 104, 105).
27. Omisiön de los brazos: (Varones, 6 anos; niöas, 5): (Ilustraciones 2, 11, 27; 52b, 55,
65, 94, 98c, 108).
28. Omisiön de las piernas: (Ilustraciones 1(), 11, 16, 65).
29. Omisi(5n de los pies: (Vamnes, 9 afios; niöas, 7): (Ilustraciones 9, 14, 27, 65, 68, 69,
74, 96).
30. Omisiön del cuel.lo: (Varones, 10 anos; nifias, 9): (Ilustraciones 18, 27, 38, 68, 74,
76, 96, 109, 110).
contrario.)
Signos cualitativos
Sombreado de la cara.
Sombreado del cuerpo y/o extrcmidades (varones, 9 anos; nifias, 8).
Detalles especiales
Cabeza pcquefia: la cabeza es menos de un décimo de la altura de la figura total.
Ojos bizcos, ambos Ojos desviados hacia adentro o hacia afuera.
Dientes.
Brazos cortos: no Ilegan a la Ifnea de la cintura.
Brazos largos: Ilegan a la linea de la rodilla.
Brazos pegados a Ios costados del cuerpo.
Manos grandes: de un tamafio igual a la cara de la figura.
Manos omitidas: brazos sin manos o dedos. (No se computan las manos ocultas.)
Piernas juntas.
Genitales.
409
Monstruo o figura grotesca.
Tres o mås figuras espontåneamente dibujadas.
Nubes, Iluvia, nieve.
Omisiones:
De los Ojos.
De Ia nariz (varones, 6 afios; nifias, 5).
De la boca.
Del cuerpo.
De los brazos (varones, 6 anos; nifias, 5).
Dc las piernas.
De los pies (varones, 9 anos; niüas, 7).
Del cuello (varones, 10 afios; nifias, 9).
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Seccién: Metodologia
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