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YLADÉCADAPERDIDA
LAARGENTINAKIRCHNERISTA
ESTUDIOS DE ECONOMÍA POLÍTICA
Coordinador:
Martín Schorr
Colección
ESTUDIOS SOBRE
LA ARGENTINA
CONTEMPORÁNEA
Entre la década ganada y la década perdida. La
Argentina kirchnerista. Estudios de economía política
Martín Schorr (coordinador)
ISBN: 978-987-42-6375-9
Printed in Argentina
Impreso en Argentina, Marzo de 2018
ISBN 978-987-42-6375-9
PRÓLOGO
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L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
ción productiva y la inserción del país en la división internacional
del trabajo, el predominio del capital extranjero y la vigencia de
entornos normativos funcionales a su operatoria y su expansión en
el ámbito local, la “preferencia por la liquidez” de distintas
fracciones del poder económico y la problemática de la dependencia
tecnológica. Tampoco resulta trivial que estas posturas tiendan
sistemáticamente a omitir que varias de las políticas económicas de
la etapa se configuraron en el gobierno no electo de Eduardo
Duhalde (con algunos adelantos en el breve interinato tampoco
electo de Adolfo Rodríguez Saá), y que fue- ron continuadas por los
gobiernos siguientes, eludiendo así el carác- ter conflictivo de las
decisiones tomadas y su resolución en favor de ciertas fracciones de
clase.
Al finalizar la década de 2000, estos elementos estructurales se arti-
cularon con otros de carácter coyuntural y, en especial, con un viraje
marcado en el escenario global, lo que sentó las bases para el inicio de
otra fase de la economía argentina bajo el kirchnerismo. Como pro-
ducto de ello, al finalizar el segundo mandato presidencial de Cristina
Fernández de Kirchner la Argentina venía de alternar años de bajo
cre- cimiento con otros de estancamiento y de caída en el nivel de
actividad (en un cuadro de redefinición de los liderazgos sectoriales)
y, a la in- versa de los primeros años de gestión, la economía
presentaba varios desequilibrios macroeconómicos (restricción
externa, déficit fiscal, inflación elevada), así como una merma
ostensible en lo que respecta a la generación de empleos y la
capacidad de recomposición de los sala- rios, con las consecuentes
tensiones distributivas. Al mismo tiempo, se asistía a una renovada
presencia e incidencia del capital financiero.
En este contexto económico adverso, agravado a su vez por una
con- frontación cada vez más abierta del kirchnerismo con ciertos
segmen- tos del capital concentrado (muchos de los cuales venían
de interna- lizar ganancias elevadísimas y de reforzar con creces su
centralidad estructural), el gobierno procuró dilatar el ajuste. A
medida que éste se tornó inevitable, en el marco de políticas
aceptables por la coali- ción gobernante, se buscó conciliarlo con
cierta compensación sobre las clases populares afectadas por esa
misma medida. De conjunto, esto impuso un escenario de
contradicciones crecientes, no sólo en los resultados sino incluso en
las propias políticas públicas.
Con la asunción del gobierno de la alianza Cambiemos a fines
de 2015 esta lógica se abandona de modo decidido y se da paso a un
ajus- te que pivotea básicamente alrededor de un deterioro
considerable del poder adquisitivo de los salarios (con la consiguiente
regresividad distributiva) y, sobre esa base, una fuerte transferencia
de ingresos a diversos núcleos del poder económico (capital
financiero, grandes ex- portadores, oligopolio petrolero, prestatarias
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de servicios públicos y de
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PErDiDA”.
otros servicios, etc.). En otras palabras, a pesar de que el escenario
ac- tual difiere en numerosos aspectos del existente en la década de
1990, tanto el ajuste aplicado como el conjunto de reformas
promovidas por Cambiemos desde su llegada al gobierno se
inscriben en un intento de regreso al neoliberalismo en lo que alude a
la forma de la acumulación del capital en la Argentina, intentando
enfrentar las contradicciones y las tensiones del kirchnerismo en
favor de las fracciones más concentra- das del capital, pero en un
proceso no exento de contradicciones de diversa índole.
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PErDiDA”.
Si bien los cinco trabajos que integran el libro pueden ser leídos de
manera independiente, sugerimos al lector un repaso por el
conjunto de la obra. Ello, por dos razones fundamentales.
En primer lugar, por la indudable interrelación que tienen las
diver- sas problemáticas que se abordan como, entre las más
importantes, las especificidades del modo de acumulación bajo el
kirchnerismo y la dinámica de la correlación de fuerzas entre las
distintas clases sociales y fracciones de clase, la cambiante evolución
externa de la economía y su relación con la trayectoria de la
estructura productiva y el perfil de especialización e inserción
internacional, el comportamiento del poder económico local y sus
principales implicancias estructurales y el desenvolvimiento del
mercado de trabajo y de las políticas sociales y de ingresos.
En segundo lugar, porque todas las investigaciones poseen un
en- foque compartido que busca identificar las lógicas de
funcionamiento prevalecientes en diferentes momentos de la
economía nacional bajo el kirchnerismo y, por esa vía, tratar de salir
de la lamentable y empo- brecedora grieta analítica que suele
permear a muchos de los debates sobre el período. Se trata de
aportar algunos elementos de juicio para reflexionar sobre lo que se
“ganó” y lo que se “perdió” durante el ciclo de gobiernos
kirchneristas.
En definitiva, el libro busca afrontar este panorama eludiendo las
trampas de la unilateralidad, que son presentadas en cada capítulo.
Sin embargo, en el marco de nuestras propias limitaciones, es rele-
vante aclarar que aquí no se aborda la totalidad de los problemas de
economía política que sirven para un balance completo del período:
no se estudian en específico problemas de integración regional, del
desarrollo y rezago tecnológico, de la apropiación de la renta, de la
matriz energética o los múltiples debates de género. No obstante,
en- tendemos que el libro ofrece un recorrido útil para ordenar
debates, orientando las polémicas a un terreno fértil, incluso para las
discu- siones venideras sobre cómo podría orientarse un proyecto
socio-eco- nómico que apunte a resolver los problemas estructurales
centrales de nuestro país.
Octubre de 2017
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EL ORDEN SOCIAL KIRCHNERISTA
ENTRE LA ECONOMÍA Y LA POLÍTICA
Emiliano López y Francisco J Cantamutto
Introducción
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que proponemos -en el capítulo y en el libro- no se sitúa en esa
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PErDiDA”.
• Pesificación asimétrica: el gobierno transformó a pesos los
depósi- tos ($1,4 por dólar) y las deudas ($1 por dólar) con el
sistema financiero local (Decreto 214/02), actualizando ambos
montos por un índice de ajuste ligado a la inflación (el Coeficiente
de Estabilización de Refe- rencia). La pesificación buscaba destrabar
tanto la presión de los aho- rristas por retirar sus depósitos, como el
ahogo financiero de diversos sectores productivos, así como la falta
de dólares del propio sistema financiero. La asimetría resultó del
juego de presiones del momento, y los bancos fueron compensados
por esta diferencia (con BODEN), lo que constituyó una enorme
transferencia de fondos. Los ahorristas que querían optar por cobrar
en la moneda original, debían aceptar bono ad hoc con vencimiento
extendido.
• Pesificación de las tarifas de los servicios públicos: se acababa así
el privilegio de este sector, que indexaba por inflación
estadouniden- se sus precios durante la Convertibilidad. En la ley
de Emergencia se habló de una profunda revisión de los contratos -
laxos y aun así in- cumplidos-, que ante la presión de las empresas
con denuncias en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, convencieron al
presidente de enfocarse en evitar grandes subas (los decretos N° 120
y 146 otorgaron subas del 10% en electricidad y gas). Se congelaban
así las tarifas, lo que conte- nía parte de la angustia social, pero
sobre todo subsidiaba la tasa de ganancia de la industria, usuario
intensivo de estos servicios. A cam- bio, las privatizadas recibieron
transferencias económicas, cuyo peso crecería en las cuentas
fiscales.
• Masificación de la política social: además del plan de
Emergencia Alimentaria, se transformó al Plan Trabajar en el nuevo
Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, por el cual se pagaban $150
por mes a desocupa- dos/as con hijos/as a cargo, a cambio de una
contraprestación laboral o de formación. Pensado en un principio
como contención social por tres meses, su ampliación llegó a casi
dos millones de beneficiarios para fines de 2002. Sin ser un ingreso
universal -como había deman- dado el Frente Nacional contra la
Pobreza (FRENAPO) en 2001, se trató de una muy significativa
expansión de la política social.
• Mesas de Diálogo Social: se trató de la convocatoria a los secto-
res corporativos para la toma de decisiones de política pública con
ca- rácter vinculante, una forma muy novedosa de construir
legitimidad para un gobierno no electo por el voto. Esta vía de
canalización del diálogo fue promovida por el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y la Iglesia católica. Se incluían
organizaciones empresariales sindica- les, algunas pocas piqueteras
y ecuménicas, y de allí surgieron tanto las políticas referidas en el
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inciso anterior, como los acuerdos sobre
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aumentos de sueldos en 2002 y 2003.
• Represión: el gobierno combinó los mecanismos de diálogo
social y contención mediante política social con una intensificación
de la re- presión a la protesta. El punto más alto de esta escalada fue
la masacre de Puente Pueyrredón (en Avellaneda), donde se asesinó
a sangre fría a dos militantes de la Coordinadora de Trabajadores
Desocupados Aní- bal Verón, Maximiliano Kosteki y Darío
Santillán, en una manifesta- ción realizada el 26 de julio 2002. En
total, la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional
(CORREPI) calcula en 244 las muer- tes causadas por la represión
de fuerzas estatales durante los gobier- nos de Rodríguez Saá y
Duhalde. Esto expresa de manera contundente la limitación de los
presidentes no electos, y en los hechos, obligó a acelerar el llamado
a elecciones.
Como ha sido mencionado, el marco de emergencia de este nuevo
or- den ocurrió con una sucesión de gobiernos no elegidos por el
voto. La crisis del sistema político atravesaba todas las estructuras, y
de hecho, incluso con la creciente relevancia del peronismo en esos
años, ni el PJ pudo presentarse unificado en las elecciones
presidenciales de marzo de 2003, y llevó como candidatos en
diferentes partidos a Rodríguez Saá, Kirchner y Menem.
El último se impuso en primera vuelta (24,5% de los votos), con pro-
puestas de radicalización de la Convertibilidad -que incluían referen-
cias a la dolarización de la economía. A ello se suma, que la candida-
tura del ex ministro de la Alianza UCR-Frepaso López Murphy alcanzó
el 16,4% de los votos, lo cual muestra que dos quintos de la población
avalaban propuestas abiertamente conservadoras y liberales en su de-
manda de orden. Este dato sería central para el gobierno siguiente.
Rodríguez Saá y Kirchner, en cambio, presentaban un discurso de
continuidad respecto del giro nacional productivo iniciado con la pre-
sidencia interina del primero. Pero Kirchner contaba con algunas
ven- tajas: por un lado, su figura no era muy conocida en el
electorado de entonces (venía de gobernar la provincia de Santa Cruz,
la menos po- blada del país), apareciendo como un relativo outsider
político, pero por otro lado, era el candidato de Duhalde (tras la
negativa de Reutemann y De la Sota), compartiendo incluso parte
del equipo (Lavagna, Aní- bal Fernández, Ginés González, Daniel
Scioli y José Pampuro). En tal sentido, Kirchner presentaba la
continuidad de las políticas públicas recientemente aplicadas pero
con mayores chances de lograr gober- nabilidad: salió segundo,
con el 22,2% de los votos. Menem abando- nó la segunda vuelta,
sabiéndose perdedor de antemano, y dejando a Kirchner con un
difícil desafío de construir gobernabilidad con casi la mitad de los
votantes apoyando a través de la vía electoral otro modelo
-de continuidad al de la Convertibilidad- y una fuerte pérdida de legi-
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L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
derDcentroizquierda,
PE iDA”. pluralismo y democracia, contra-
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PErD sucesivos
iDA”. ministros de
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L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
etapa,
PE rDiDA”.que logró estructurar la reproducción de la sociedad bajo la
forma de sus propias características (que, veremos más adelante,
mantenían sus
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PErD esfuerzo
iDA”. era organizar
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elrprimer
PE DiDA”. Congreso Piquetero, y se distanciaban tam-
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lítica social, en ese orden).
El llamado“conflicto del campo” mostró que este sector del
empresa- riado lograba activar ciertos núcleos del sentido común
que le permi- tirían disputar la hegemonía neodesarrollista,
tomando como repre- sentante de la misma a su enunciador
privilegiado: la fuerza política devenida en kirchnerismo. Es sólo a
partir de esta confrontación que el kirchnerismo se convirtió de una
fuerza de gobierno en una identidad política que reactivaba algunas
de las fibras de la tradición nacional popular. Sin embargo,
debemos avanzar en el análisis de la dinámica socio-política por la
cual llegamos a la consolidación de dos bloques: uno oficialista y
otro opositor.
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luego de la decisión del gobierno de establecer el nuevo régimen tribu-
tario estuvo marcado por la creación de fronteras discursivas y lógicas
binarias, es decir, por discursos adversativos o lógicas propias de “lo
político”.
Por ello, resulta clave identificar, en segundo lugar, cuáles fueron
las posiciones políticas que adoptaron los sectores marginados políti-
camente del bloque hegemónico en torno a la decisión del gobierno
en el período más álgido del conflicto –que podemos ubicar entre
marzo y julio de 2008–. Por el lado de los actores colectivos del
sector agro- pecuario, la medida anunciada por el Ministro de
Economía provocó un rechazo inmediato, con líneas argumentales
similares a las que el sector venía desarrollando meses atrás, ligadas
a “lo confiscatorio” de la medida, el desincentivo que generaba la
decisión a la producción agropecuaria, el desconocimiento del aporte
del “campo” al conjunto de la sociedad. Lo que comienza a
consolidarse a partir de este mo- mento es un bloque formado por
las cuatro entidades más represen- tativas de los productores
(capitalistas) agropecuarios que se dio en llamar Mesa de Enlace
(ME).
De esta manera, la modificación en el esquema tributario para las
exportaciones del sector permitió a la SRA conducir la unificación
de los diferentes actores que representaban intereses heterogéneos
den- tro de la producción agropecuaria. Los actores subalternos
dentro del “bloque agrario” asumieron esta unidad en pos de lograr
una correla- ción positiva de fuerzas –en un principio en un nivel
netamente cor- porativo– frente al gobierno nacional. El gobierno
intentó desacredi- tar el paro convocado por las entidades
agropecuarias en los primeros días de protesta, apuntando a la
pérdida de legitimidad de la acción a medida que se notara una
escasez de productos en el comercio mino- rista. El gobierno
nacional señalaba el carácter particular, corporati- vo del reclamo,
que limitaría su capacidad de interpelación política a otros actores.
Esta apreciación fue rápidamente desacreditada por las acciones
directas que llevaron adelante los productores agropecuarios desde
el 14 de marzo. A esta altura, los canales de negociación para
tramitar una salida del conflicto y el nivel de politización del mismo
se tornaban evidentes.
A partir de allí, la ME se constituyó en un enunciador privilegiado
en la política nacional. Esta nueva posición en el campo político se lo-
gró a través de la construcción de una serie de equivalencias explícitas
que le permitió trascender el simple reclamo corporativo para presen-
tarlo como una demanda universal, y al “campo” como el sujeto político
que encarna los intereses del conjunto de la nación. Estos dos elementos apa-
recen con toda claridad en el acto del 25 de mayo de 2008 en la ciudad
de Rosario que tuvo como principales oradores a los cuatro referentes
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consenso del gobierno nacional incluía referencias al republicanis-
mo, el federalismo, la democracia y el desarrollo. Estos elementos se
presentaron por lo general, más que en coyunturas anteriores, como
antagónicos respecto a las políticas del gobierno nacional. Las
lógicas binarias que el conflicto instaló en nuestro país, permitió
conformar un bloque opositor al gobierno con posiciones por lo
general liberal-re- publicanas, o bien conservadoras.
La tarea de expandir sus horizontes de interpelación fue retomada
por partidos de oposición (especialmente, PRO, ARI-CC y UCR),
que incorporaron un registro liberal-republicano como superficie de
ins- cripción para ordenar ese discurso. Los límites de esta
interpelación al interior del propio BeP obligaron a buscar acuerdos
mínimos sobre los que avanzar, entre los que la contención de las
demandas populares y la resolución del frente exterior estaban en
primer orden. El pedido de previsibilidad se enfrentó al propio
desacuerdo sobre las reglas a esta- blecer: el capital industrial
necesitaba de intervenciones que el capital agrario se negaba a
aceptar.
El proyecto con pretensión hegemónica del “campo” rápidamente
se instrumentó a través de canales institucionales-partidarios de
cara a las elecciones legislativas de junio de 2009. El mismo logró
nuclear a un arco opositor al gobierno, sobre todo a nivel de
referentes políti- co-partidarios. Por el lado de otras expresiones del
empresariado, fue precisamente el gran empresariado desgarrado del
bloque productivo el que apareció vinculado directamente al
proyecto liberal. AEA fue, en efecto, la expresión clave de un sector
que, sin encontrarse estric- tamente relacionado al agronegocio (al
menos en las actividades prin- cipales de las empresas que
conforman la entidad), sí encontró una oportunidad para
profundizar sus demandas corporativas y, al mis- mo tiempo,
avanzar en la conformación de una fuerza social y política que
consolide un nuevo proyecto hegemónico alternativo al del Frente
para la Victoria.
Las demandas corporativas de diferentes sectores del
empresaria- do se intensificaron en 2009 en el marco de la crisis
mundial, y es- pecialmente luego de las elecciones de junio. AEA
centraba, por un lado, sus demandas en el plano económico-
corporativo: la necesaria reducción de costos salariales, una reforma
tributaria que reduzca la presión fiscal sobre las empresas y un mayor
acceso al crédito. Por otro lado, abonaba a la construcción de una
alternativa liberal que tendía a poner en cuestión la forma en la que
el gobierno tramitó el conflicto con el sector agropecuario, y apeló a
desarrollar un “diálogo entre los argentinos”, enumerando
condiciones a través de las cuales este diá- logo permitiría “lograr el
desarrollo económico y social”. El coloquio de IDEA fue un foro
complementario en la misma dirección, donde
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cial. En lugar de negociar salarios por ramas de actividad (solo para
asalariados formales), la central conducida por Hugo Yasky propuso
en noviembre de 2007 una “gran paritaria social”, retomando los
plan- teos del FRENAPO. Algunas de las propuestas concretas de este
pacto social eran la creación de un Seguro de Empleo y Formación
para des- ocupados, una Asignación Universal por Hijo/a y una
reforma integral (progresiva) del sistema tributario. En febrero de
2008 la CTA logró re- unirse con la presidenta para presentarle su
programa e insistir con que se le entregue la personería gremial.
Aunque no hubo respuestas concretas, se valoró la apertura al
diálogo y el reconocimiento de la central como actor político.
Es decir, entre fines de 2007 y los primeros meses de 2008,
tanto desde el BeP como desde las clases populares, había una
disputa por instalar algunos temas de agenda, que ponían en tela de
juicio ciertos aspectos –hasta aquí de segundo orden– de la política
económica im- pulsada por el gobierno nacional, cuyas limitaciones
se tornaban de a poco más evidentes. Justo por ello, se hacía más
fácil instalar discur- sos políticos sobre estas limitaciones. Como
explicamos, al interior del BeP, la fracción industrial no lograba
instalar un esquema estable de políticas, que garantizara no solo
cierta previsibilidad –demandada por todo el BeP- sino también las
transferencias que requería para sos- tener su valorización. La
dificultad de consolidar este esquema prove- nía de la impugnación
de las patronales del agro, cuestionando así la hegemonía
neodesarrollista en ciernes. El contexto de mayor permea- bilidad del
conjunto de la sociedad argentina a estas demandas por
cuestiones económicas –las limitaciones del patrón de
reproducción del capital– y políticas –principalmente, el recambio
presidencial– fueron la base sobre que la que se asentó la
impugnación del “campo”.
El conflicto de 2008 tensó el escenario político, y los
“contendientes” forzaron un posicionamiento polar: campo o
gobierno. Hubo inclu- so algunas organizaciones sociales que
entendieron que se trataba de una revuelta popular que
desestabilizaba un régimen adverso, y por lo tanto había que
apoyarla. En cambio, el movimiento campesino alzó su voz haciendo
notar su total relegamiento en el conflicto. Otros sec- tores, en
particular, la mayor parte del trotskismo, no aceptó la pola- ridad,
enfatizando que se trataba de una disputa entre capitalistas, por lo
cual toda resolución terminaría en perjuicio de la clase trabaja- dora.
Pero para un conjunto amplio de organizaciones, y, sobre todo, para
amplios sectores de la población previamente no organizados, el
conflicto los interpeló a tomar una posición, y eligieron la defensa del
gobierno. Éste buscó resaltar el sesgo anti-democrático y anti-popular
del reclamo del capital agrario, basándose en el carácter
particular, corporativo, para afirmar su lugar nacional-popular, lo
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cual interpela-
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ba otros imaginarios fuertemente arraigados.
La aparición de intelectuales (surge el nucleamiento Carta
Abierta) y artistas expresando públicamente su apoyo al gobierno
agregó al con- flicto otra capa de complejidad, pues aparecía la
necesidad de aportar a la construcción de una identidad y un relato
que contenga los logros reconocidos hasta el momento de un modo
coherente, operando relec- turas de la historia y disputando con los
grandes medios de comuni- cación la interpretación de la
coyuntura. ¿Qué significa que la batalla fuera cultural? Lo que
definía era el ámbito de la disputa política, que excedía los límites
del Estado para dirimirse en las trincheras de la sociedad civil.
Frente a las entidades del agro y los medios masivos de
comunicación, era necesario dar una pelea que no se resolvía sólo
en los votos del Frente para la Victoria contra los de los partidos de
centro-derecha. El objetivo, podríamos decir, era reforzar y
promover ciertos valores e ideas, asociados en términos generales
con la tradi- ción nacional-popular y cierto progresismo de los
sectores medios ur- banos.
A raíz de esta pelea, y debido a la sesgada cobertura de los grandes
multimedios, el gobierno retomará un viejo proyecto de la comunica-
ción popular, para dar forma en 2009 a la nueva Ley de Medios Audio-
visuales (N° 26.522). El gobierno se esforzó por complementar y retroa-
limentar el proyecto de la disputa cultural. El canal estatal (antigua
ATC, luego TV pública) recibió un fuerte impulso político y
financiero, con un notable cambio en la calidad y proliferación de
producciones pro- pias de contenido. En 2010 se lanzó el Plan
Nacional de Telecomuni- cación «Argentina Conectada», que incluyó
la creación de nuevos ca- nales estatales: el infantil Pakapaka (2010),
el de cine principalmente nacional INCAA TV (2010), el educativo
Tecnopolis TV (2011) y el de de- portes DeporTV (2014), que se
sumaron al ya existente canal cultural Encuentro (2007). Desde
2010, el gobierno impulsó la distribución de decodificadores de TV
satelital con un paquete de 16 canales –incluyen- do señales privadas-
para ampliar la cobertura. Este enorme esfuerzo se acopla además a
la transmisión abierta desde fines de 2009 de los partidos de las
ligas nacionales de fútbol a través de Fútbol para todos, espacio que
fue ampliamente aprovechado por el gobierno para hacer
propaganda.
La estatización del sistema previsional fue otro fuerte espaldarazo
en esta disputa simbólica, pues el sistema de reparto se rige por un
criterio de equidad distributiva en lugar del sistema de
capitalización de las AFJP basado en la rentabilidad de los aportes
personales. Este efecto económico beneficia, relativamente, a los
sectores de jubilados y pensionados con menores aportes al sistema.
Por otro lado, la ley N°
26.245 permitió la apropiación del fondo de garantías de las AFJP en
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PErD clave
iDA”.posmarxista propuesta por Laclau y reelaborada en diversos estudios sobre el período.
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PErDiDA”.
El desgaste de la hegemonía kirchnerista
El claro triunfo de 2011 validaría la estrategia de reforzar la identifi-
cación política con el gobierno, entendiendo que lograba eficacia en
la construcción de una mayoría electoral. Pero la ventaja no era solo
electoral, sino de capacidad de gobierno: a diferencia de la transver-
salidad, que admitió asociaciones “impuras”, esta nueva fase solo
pro- movería a propios, a convencidos, dispuestos a defender al
proyecto del gobierno sin cortapisas. Pero, como señalamos, esto
ponía severos límites a la incorporación de demandas de sectores –
incluso cercanos o afines-. Es decir, la nueva identidad política, que
retomó el impul- so en clave nacional-popular, impulsaba al mismo
tiempo un devenir especial respecto del polo opositor liberal-
republicano, tensionando incluso a los sectores populares.
Como mencionamos, el llamado “conflicto del campo” volvió a
mostrar el peso específico de la SRA y de AEA como expresiones
po- lítico-corporativas del gran empresariado local, y como
articuladores políticos de las iniciativas liberales. En especial después
de 2011, am- bas entidades avanzaron en consolidar una alternativa
política al kir- chnerismo. Aunque la explicación del desgaste de la
hegemonía po- see múltiples dimensiones, aquí sólo nos centramos
en una de ellas: el desplazamiento de los enunciadores
privilegiados dentro del BeP desde el bloque “productivo” (con la
UIA a la cabeza) hacia los secto- res desgarrados (con posiciones
neoliberales o conservadoras), dando cierto crédito a las hipótesis
sobre la lógica pendular de la burguesía industrial argentina.
En este sentido, desde el inicio del segundo mandato de Fernández,
la posición central de AEA y la SRA destacaba la necesaria construc-
ción de un consenso (pretendidamente) republicano para el “desarro-
llo del país”. Según esta lectura, el crecimiento económico y social de-
pendía crucialmente de este consenso. Esta es la posición que ambas
entidades adoptaron en temas de la agenda política que excedían por
lejos sus demandas corporativas. Así, en cada una de sus intervencio-
nes expresaron su vocación de aportar a un “cambio de etapa”, un
“dar vuelta la página”. En IDEA –otro foro comandado por estas
asociacio- nes- ya desde 2012 empiezan a definir esta estrategia,
como se puede evaluar en el documento “Aportes para una Agenda
Estratégica de la Argentina”. Será recién en 2015 que la propuesta
de estas entidades alcanzará a definirse en una opción partidaria
clara, de la mano del PRO y su figura, Mauricio Macri, en alianza
con el radicalismo y la Coalición Cívica, que abandonaron su previa
estrategia de diferencia- ción por centro-izquierda con el FAP.
Sin embargo, las posiciones de estas entidades no se distinguían
demasiado de su trayectoria histórica. Cabe preguntarnos entonces
54
EL ORDEN SOCiAL kircHNErisTA ENTrE LA ECONOMíA y LA POLíTic A
57
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
normas” y “la seguridad jurídica”, puntos de apoyo de los reclamos de
SRA y AEA.
El segundo tópico relevante para la UIA era la reducción de los
“cos- tos logísticos”. En particular, aquellos vinculados al transporte
de bie- nes intermedios y finales, que constituyen otra de las
variantes clave para atacar la caída de la competitividad
internacional y los márgenes de rentabilidad. Al igual que en el caso
del acceso a energía barata, este problema es directamente
vinculable a la política neoliberal con- solidada durante el
menemismo, época en la cual el ferrocarril sufrió un marcadísimo
retroceso.
Por último, el costo salarial era el último nodo sobre el cual se asen-
taron las articulaciones discursivas del plano económico-corporativo
entre la UIA y las demandas del sector que representan AEA y la SRA.
De acuerdo al sector más liberal al interior de la UIA, los costos salaria-
les eran el elemento clave, aunque reconocían que quizás también el
más delicado en términos políticos. En un intento de solucionar este
‘problema’ con cierta “cintura política”, la UIA demandaba la suba del
mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias como un meca-
nismo que permitiría un incremento salarial para la fuerza de trabajo
asumiendo ese costo el erario público. Las paritarias por rama de acti-
vidad permitían moderar las expectativas sindicales, sobre las cuales
el sector empresarial insistió en su vieja demanda de asociar variacio-
nes salariales a cambios en la productividad.
Estas posiciones en relación a la estructura de costos se fueron
acentuando, y a mediados de 2014 la entidad empezó a mostrar una
distancia considerable con los análisis oficiales sobre el crecimiento
industrial, la creación de empleos, los mercados de exportación y la
sustentabilidad del “modelo”. En el plano político-ideológico, ya
hacia fines de 2013 se produjo la diáspora de dirigentes de la UIA
hacia dife- rentes espacios político-partidarios: desde algunos
sectores más con- servadores al interior del propio Frente para la
Victoria, pasando por el Frente Renovador, hasta acercamientos al
PRO –y luego la alianza Cambiemos. Las dificultades para construir
una interpretación y un programa capaces de contener las
demandas del resto de las fraccio- nes del BeP ponía límites a la
hegemonía industrial –al menos, en su forma kirchnerista. En
definitiva, no dejaba de mostrar la debilidad estructural del sector
industrial ante un retroceso en el plano econó- mico. Mientras esto
ocurría, una parte no menor de las organizacio- nes de las clases
populares (y muchas representativas de las fracciones más débiles de
la burguesía local mercado internista) insistía con de- fender un
modelo “industrializador”, “productivo”, “creador de em- pleo”; un
modelo que su propio protagonista se rehusaba a defender.
En la construcción política de la dicotomía, a la diáspora industrial
58
EL ORDEN SOCiAL kircHNErisTA ENTrE LA ECONOMíA y LA POLíTic A
2
Asistieron referentes de diferentes ramas de actividad, nucleados en AEA y a la vez en
otras entidades empresariales: Luis Pagani (Arcor), Paolo Rocca (Techint), Héctor
Mag- netto (Grupo Clarín), Carlos Miguens (Grupo Miguens), Aldo Roggio (Grupo
Roggio), José Cartellone (Construcciones Civiles), Cristiano Rattazzi (FIAT Argentina);
Miguel Aceve- do (Aceitera General Deheza), Gustavo Grobocopatel (Los Grobo
59
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PE rDiDA”.
Agropecuaria), Federico Braun (La Anónima) y Enrique Cristofani (Santander Río).
60
EL ORDEN SOCiAL kircHNErisTA ENTrE LA ECONOMíA y LA POLíTic A
COMENTARIOS FINALES
61
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
BeP, entre aquellas que estaban disputas a pagar el costo de
legitimar la acumulación, y aquellas que entendían que esto no era
necesario. Pero incluso estas primeras fracciones tenían reparos en
su desacuer- do con las segundas: elevar esta disputa equivalía a
radicalizar sus demandas, asociándose con las clases populares ya
no como subalter- nas, algo que escapaba a su horizonte ideológico
y político.
Las debilidades de la industria como conjunto frente al poder
es- tructural de los capitales más transnacionalizados, ubicados en
ramas asociadas a ventajas comparativas (e incluyendo ciertos
segmentos in- dustriales asociados) pusieron límites a su
estrategia de dirigencia. Estas fracciones, que llamamos
desgarradas, se dieron a la lenta cons- trucción de una opción
política capaz de oponerse no solo desde los reclamos corporativos,
sino capaz de envolver en su propio redil insa- tisfacciones ajenas. El
discurso liberal-republicano funcionó como eje para esta tarea,
finalmente victorioso con la elección presidencial en 2015 de la mano
de la alianza Cambiemos. Este nuevo gobierno elimi- nó las
contradicciones del kirchnerismo, que durante años buscó con-
vencer a las clases dominantes que –apropiadamente reeducadas en
su responsabilidad social- podrían gobernar más tiempo sin
recurrentes crisis sociales y políticas. Las clases dominantes
entendieron rápida- mente que, en un mundo en crisis, el
capitalismo nacional e inclusivo es una utopía demasiado costosa.
Bibliografía
- Bonnet, A. (2008): La hegemonía menemista. El neoconservadurismo en Argentina, 1989-
2001, Prometeo, Buenos Aires.
- Cantamutto, F. J. y Wainer, A. (2013): Economía política de la Convertibilidad. Disputa de
inte- reses y cambio de régimen, Capital Intelectual, Buenos Aires.
Féliz, M. y López, E. (2012): Proyecto neodesarrollista en la Argentina. ¿Modelo nacional-popular o
nueva etapa en el desarrollo capitalista?, Herramienta-El Colectivo, Buenos Aires.
- López, E. (2015): Los años post-neoliberales. De la crisis a la consolidación de un nuevo modo
de desarrollo, Miño y Dávila, Buenos Aires.
- Vilas, C. (2017): “Política, Estado y clases en el kirchnerismo: una interpretación”, en Realidad
Eco- nómica, N° 305, Buenos Aires.
62
¿LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ?
LA RESTRICCIÓN EXTERNA EN EL
KIRCHNERISMO
Andrés Wainer y Paula Belloni
Introducción 3
53
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
nos kirchneristas fueron el resultado de factores estructurales vincu-
lados al carácter del bloque de clases dominante en la Argentina
que no fueron resueltos bajo las administraciones kirchneristas y
que se agravaron al confluir con otros de índole coyuntural en un
escenario mundial en crisis.
Para arribar a estas conclusiones el artículo recorre la siguiente
tra- yectoria. En un primer apartado se aborda el vínculo entre las
fases de crecimiento que se sucedieron durante los años de gobierno
del kirch- nerismo y la trayectoria que siguió el sector externo. En
los dos apar- tados siguientes se analizan los principales elementos
que explican la reaparición de la “restricción externa al
crecimiento”: en el primero de ellos se realiza una aproximación a la
coyuntura nacional e inter- nacional, mientras que en el segundo de
estos apartados se analizan los factores estructurales que
determinaron el deterioro de la perfor- mance del sector externo.
Finalmente, el artículo cierra con unas re- flexiones finales que
incorporan el peso de los actores sociales en el resurgimiento del
estrangulamiento externo y los desafíos pendientes para su
resolución.
54
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
90.000 20.000
80.000
70.000 15.000
60.000
50.000 10.000
40.000
5.000
30.000
20.000
-
10.000
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
-
-5.000
Saldo (eje der.) Exportaciones
Importaciones
4
Cabe señalar que la etapa 2008-2015 encierra dos años de fuerte expansión económica
(2010 y 2011), tres de crecimiento moderado (2012, 2013 y 2015) y dos de recesión (2009 y
2014).
5
La mayor parte de los servicios computó en forma predominante saldos negativos en
la última década, entre los que se destacan los fletes, los viajes por turismo y los pagos
55
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErD por
iDAregalías.
”.
56
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
20000 800.000
15000 700.000
10000 600.000
5000 500.000
0 400.000
-5000
- 300.000
-10000 200.000
-
-15000 100.000
-
-20000 0
2015
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Variación de Reservas Internacionale Cuenta Corriente Cuenta capital y financier PBI 2004 (eje der.)
Fuente: elaboración propia en base a INDEC y Banco Central de la República Argentina (BCRA).
57
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
minuyendo paulatinamente en los años finales de la convertibilidad6.
De manera inversa, en cuanto la economía comenzó a mostrar signos
de recuperación hacia fines de 2002, las compras externas volvieron
a incrementarse, e inclusive lo hicieron a un ritmo mayor que las ex-
portaciones.
Si bien la expansión de la Argentina, beneficiada por la franca
mejoría de los términos de intercambio, fue compartida por la
periferia en gene- ral, y la región latinoamericana en particular7, esta
primera lectura se queda en la puerta del análisis, tal como lo hace la
fórmula del “viento de cola”. La especificidad nacional indica que
debieron operar políticas económicas en una coyuntura concreta que
permitieran aprovechar este marco y dar lugar a las altas tasas de
crecimiento que tuvo el país.
En el marco de una economía caracterizada por un aparato producti-
vo con una amplia capacidad ociosa (producto de la recesión y profunda
crisis que atravesó el país entre 1998 y 2002), salarios reales muy
reduci- dos (con una caída del 30% de los mismos solo en 2002),
elevados niveles de desempleo y precios internacionales de los
principales productos de exportación en alza, las políticas
macroeconómicas aplicadas en 2002 y su continuidad en los años
siguientes (ver capítulo 1) junto al sosteni- miento y ampliación en
ciertas políticas sociales, laborales y de ingresos (ver capítulo 5)
permitieron un notable incremento del PBI y una mejora significativa
en el mercado de trabajo local.
Sin embargo, durante la segunda mitad del primer mandato y todo el
segundo gobierno de Fernández de Kirchner, el PBI creció a un ritmo
no- toriamente inferior al primer ciclo de gobiernos kirchneristas,
contando incluso con tres años de contracción económica (2009, 2012 y
2014) y un paulatino pero sostenido deterioro de la posición externa del
país. Esto último fue, sin dudas, el eje de las dificultades que exhibió
la economía argentina para seguir mostrando altos niveles de
crecimiento.
Desde el gobierno se atribuyó los problemas en el frente externo al
cambio en el contexto internacional derivado de la crisis financiera
6
La devaluación de la moneda en 2002 disparó un proceso inflacionario que implicó una
contracción del salario real del orden del 35% en dicho año, descendiendo de esta manera
al nivel alcanzado con la hiperinflación de 1989, el mínimo de la historia reciente. En ese
escenario, la participación de la masa salarial en el ingreso declinó alrededor de 7 puntos
porcentuales (Cantamutto y Wainer, 2013 y López, 2015).
7
La expansión de la inversión extranjera directa hacia los países periféricos y el
boom del precio de los commodities que benefició a una porción significativa de estos
derivó en que buena parte de los mismos, para evitar una mayor apreciación en el tipo
de cambio, acumulasen reservas internacionales. Asimismo, la mayor parte de los
países subdesa- rrollados recurrieron a la acumulación de reservas en este período de
manera preventiva ante la extrema volatilidad de los flujos internacionales de capital, en
tanto se constituyó como un instrumento válido para hacer frente a posibles ataques
58
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
especulativos contra sus monedas. Al respecto consultar Arceo (2011).
59
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
mundial. Si bien la mutación en el contexto exterior tuvo
repercusio- nes importantes en el país, creemos que así como antes
el buen des- empeño de la economía argentina no podía explicarse
únicamente por el “viento de cola”, las dificultades posteriores
tampoco pueden ser atribuidas exclusivamente al “viento de
frente”. Es por ello que es ne- cesario distinguir entre los factores de
carácter exógeno o coyuntural que afectaron el desempeño
económico de la Argentina, de aquellos que constituyen
problemáticas endógenas o de carácter estructural.
8
Se trata de una crisis diferente a la ocurrida en los años setenta del siglo XX, ya que se
dio en un contexto de dominio financiero, tendencia ascendente de la tasa de ganancia,
caída de la tasa de inversión, estancamiento de los salarios y profundización de la
regresión dis- tributiva que llevaron a un modo de acumulación basado en la
sobreacumulación finan- ciera y productiva y de desproporcionalidad comercial. A su
vez, su sostenimiento en el tiempo deja ver que no expresa solo el agotamiento de la
60
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
acumulación capitalista mundial con eje en la financiarización, sino que se combina con
elementos de orden geopolítico y ambiental (Katz, 2010).
61
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
sis internacional (el “viento de frente”) fueron interpretados por
estos como la causa principal de todos los males que empezó a
manifestar la economía argentina (el menor crecimiento y/o
estancamiento de la producción, la retracción de las inversiones, el
deterioro de los supe- rávit gemelos, etc.). Si bien con el gran avance
de la globalización en las últimas décadas el contexto internacional
resulta imprescindible para comprender la dinámica de las
economías locales, dichas pers- pectivas ancladas en el “viento de
cola” o “viento de frente” ignoran que la forma en la que el contexto
mundial influye en estas depende de las estructuras productivas
internas vis a vis la correlación de fuerzas sociales.
Al respecto, dado que como consecuencia del default de fines de 2001
la Argentina se encontraba virtualmente fuera de los mercados finan-
cieros internacionales, el impacto de la crisis mundial se dio funda-
mentalmente a través del canal comercial y producto de la
acentuación del giro de utilidades de las empresas extranjeras a sus
casas matrices, en el marco de una economía local altamente
extranjerizada. Aunque este último aspecto, como se abordará en la
siguiente sección, ya se desarrollaba en gran magnitud durante la
primera fase de los gobier- nos del kirchnerismo.
El canal vinculado al comercio exterior operó fundamentalmente
a través de dos vías: a) la merma en la demanda externa de algunos
pro- ductos de exportación a partir del impacto que la crisis tuvo en
dos de los principales destinos de exportaciones del país: Brasil y
China y;
b) la baja de los precios internacionales, siendo que hasta entonces la
evolución de los términos de intercambio habían sido favorables
para el país9.
9
En 2008 el índice de términos de intercambio había mejorado un 30,2% respecto a los
precios vigentes en 2003, mientras que para 2015 dicha mejora se había recortado a solo
un 4,6%.
62
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
15,0
200,0
10,0
5,0 150,0
0,0
100,0
-5,0
-10,0
50,0
-15,0
-20,0 0,0
2014 (*)
2015 (*)
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
Fuente: elaboración propia en base a INDEC.
10
Luego de crecer al 1,8% promedio anual entre 2012 y 2014 la economía brasilera se
sumer- gió en una recesión del -3,6% en 2015 y -3,8% en 2016. Por su parte, China perforó
63
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
el rpiso
PE del 10,0% de crecimiento en 2012 y a partir de allí tuvo una notable
DiDA”.
desaceleración de la actividad, entre ese año y 2015 creció al 7,9% promedio anual.
64
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
65
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
FACTORES ENDÓGENOS QUE PERMITEN ENTENDER LA
REAPARICIÓN DE LA “RESTRICCIÓN EXTERNA”
66
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
recientes se encuentran
67
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
las cuantiosas compras externas del sector energético, dadas por las
restricciones productivas existentes que desde 2011 desembocaron en
un déficit cada vez más pronunciado de la balanza comercial del
sector (Gráfico 4)11.
8.000
6.000
4.000
2.000
-2.000
-4.000
-6.000
-8.000
2002 2005 2007 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
11
Desde fines de la década de 1990 –sobre todo tras la privatización total de YPF- las princi-
pales firmas petroleras del país desplegaron una estrategia económica que consistió en la
subexploración de nuevos yacimientos y la sobreexplotación de los existentes, conducien-
do a un descenso de la producción de petróleo a partir de 1999 y de gas a partir de 2004. Al
respecto consultar Barrera (2013).
68
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
12
Del orden del 5% para los trabajadores registrados del sector privado (CIFRA, 2015).
13
Si bien en 2009 el sector registró nuevamente superávit en su comercio exterior, esto se
debió fundamentalmente al impacto de la crisis mundial en la economía doméstica, con
una importante retracción de las compras externas de bienes industriales y, en
menor
69
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Gráfico 5. Argentina. Evolución de las exportaciones, las importaciones y
el saldo comercial de productos industriales, 2002-2015 (millones de dólares)
70.000
10.000
60.000
5.000
50.000
40.000 0
30.000
-5.000
20.000
-10.000
10.000
0 -15.000
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
14
Un análisis de las formas que asumió la “sustitución inversa” en los cuatro ámbitos
ma- nufactureros mencionados se puede encontrar, respectivamente, en Castells,
Ferreira, Inchauspe y Schorr (2014), Castells y Schorr (2013 y 2015), Schorr y Porcelli (2014)
y Schorr, Barrera, Kennedy y Palermo (2015). Para una perspectiva más abarcadora del
estilo prio- rizado en el “fomento productivo” durante la fase kirchnerista, consúltese
Gorenstein (2012), Lavarello y Sarabia (2015) y Kulfas (2016).
71
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Cuadro 1. Argentina. Saldo comercial según actividad industrial, 2007, 2011
y 2015 (millones de dólares)
72
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
Transferencias al exterior
Si bien las transferencias corrientes que influyen en el sector exter-
no son varias, aquí nos centraremos en las dos de mayor
importancia vinculadas a rentas de inversión: la remisión de
utilidades y dividen- dos y el pago de intereses de la deuda
externa15, las cuales se derivan de la importancia que históricamente
adquirieron los capitales extran- jeros en las economías
dependientes como la argentina a través del endeudamiento externo
y la inversión extranjera directa (IED).
La dinámica de la remisión de utilidades al exterior en las últimas
dos décadas está directamente relacionada con el intenso proceso de
extranjerización de la economía argentina desarrollado durante la dé-
cada de 1990, el cual se profundizó con la crisis de la convertibilidad
(Burachik, 2010, Gaggero, Schorr y Wainer, 2014 y Kulfas, Porta y Ra-
mos, 2002). En efecto, durante la crisis, y especialmente en 2002, el
capital extranjero incrementó aún más su presencia entre las grandes
firmas del país (Azpiazu, Manzanelli y Schorr, 2011 y Wainer, 2011), lo
cual consolidó el rol central de esta fracción del capital en la economía
argentina.
En ese contexto, si bien la reducción de los costos laborales que trajo
aparejada la “salida devaluatoria” de la convertibilidad y la posterior
reactivación económica a partir de 2003 beneficiaron al conjunto del
capital (en particular a los estamentos oligopólicos), debido a sus me-
jores condiciones productivas y financieras (al operar con tecnologías
más modernas, menores costos de producción y mayor acceso al
fi- nanciamiento) las empresas extranjeras fueron las que obtuvieron
las tasas de ganancia más elevadas (Azpiazu, Manzanelli y Schorr,
2011). Esa mayor rentabilidad media, junto al incremento del stock
de IED, determinó que las utilidades devengadas por las compañías
foráneas hayan crecido notablemente en el período analizado,
superando con creces los guarismos de la década anterior.
Como se visualiza en el Cuadro 2, las utilidades del capital extranje-
ro radicado en el país pasaron de un promedio anual de 2.379 millones
de dólares entre 1992 y 2000 a 7.434 millones en 2003-2015, con un va-
15
Además de las mencionadas, también suelen vincularse a la operatoria de las firmas
transnacionales buena parte de los pagos realizados en concepto de royalties y honorarios.
73
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
lor máximo de 11.970 millones de dólares en 201116.
16
Para evitar distorsiones en el análisis, del cálculo de los promedios anuales de la con-
vertibilidad y la posconvertibilidad se decidió excluir los registros correspondientes a los
críticos años 2001 y 2002.
17
Del trabajo de Gaggero y Schorr (2016) surge que en 2001 las empresas transnacionales
explicaban alrededor del 55% de las ventas totales de la cúpula empresaria del país (las 200
firmas de mayores dimensiones), porcentual que en 2014 se ubicó en el orden del 51% (y de
algo más del 63% en el ámbito industrial).
74
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
18
Con los pocos datos existentes resulta dificultoso estimar la magnitud de este tipo de
transferencias que realizan las filiales de las empresas transnacionales a sus casas matri-
ces y/o a otras firmas vinculadas en el exterior. En otros trabajos hemos estimado que los
pagos de intereses intra-corporación entre 2002 y 2015 no deben haber sido inferiores a los
861 millones de dólares anuales (Schorr y Wainer, 2017). Asimismo, las remesas al
exterior en concepto de pago de regalías y honorarios profesionales pasaron de 960
millones de dólares en 2002 a 4.973 millones en 2015, de los cuales una parte significativa
corresponde a erogaciones realizadas por capitales extranjeros. Tal como ha sido
mencionado, a todo ello debería añadírsele otras transferencias realizadas por empresas
transnacionales bajo diversas maniobras como la subfacturación de exportaciones o la
sobrefacturación de im- portaciones, las cuales, si bien son de difícil estimación, suelen
ser relevantes. Sobre el particular, véase Arelovich (2011), Grondona (2014) y Grondona y
Burgos (2015).
19
El hecho de que las corporaciones foráneas no hayan podido remitir utilidades no
signi- fica necesariamente que esos flujos se hayan transformado en formación de
capital dentro del país. En este sentido, la reinversión de utilidades es calculada de
manera residual al considerar la diferencia entre las utilidades devengadas y las
distribuidas, por lo cual una parte de esa inversión puede haber tenido diversos
destinos como, por caso, la compra de títulos públicos nominados en moneda
extranjera, el mercado paralelo de divisas y/o la realización de inversiones de carácter
financiero en la plaza doméstica.
20
La renacionalización del 51% de las acciones de YPF en manos de Repsol (mayo de 2012)
implicó una mayor reinversión y una menor distribución de dividendos entre los accionis-
tas de la empresa más grande del país. De acuerdo a las estimaciones del Banco Central,
el sector petrolero fue el que más utilidades y dividendos remitió bajo el kirchnerismo,
75
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
pero
PE rDdescendió
iDA”. significativamente con la renacionalización: en 2014 la participación del
76
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
sector petrolero en la remisión total de utilidades fue del 12% (en 2012 fue del 18% y en años
anteriores llegó a significar más del 30%).
21
Desde diferentes perspectivas analíticas, la escasa “vocación inversora” y la
77
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErD “preferencia
iDA”. por la liquidez” de las empresas transnacionales en la fase actual del
capitalismo son abor- dadas por Arceo (2011), Manzanelli (2016) y Pérez Ártica (2013).
78
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
do los pagos bajo dicho concepto. De esta manera, mientras que en-
tre 2003 y 2005 se pagaron, en promedio, poco más de 3.000 millones
de dólares anuales, entre 2006 y 2010 dicha cifra había alcanzado los
4.870 millones (un incremento del 62%), en tanto el promedio de los
intereses pagados el período 2011-2015 (6.742 millones) fue más del do-
ble que el del primer período (Gráfico 6).
9000
Prom. 2003 -2005: USD 3.010
8000 Prom. 2006 -2010: USD 4.870
-
Prom. 2011 2015: USD 6.742
7000
6000
5000
4000
3000
2000
1000
0
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
79
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
que decantaron en la reaparición de la restricción externa terminaron
por manifestar uno de los históricos elementos de la dependencia que
había permanecido latente: la necesidad de acudir al endeudamien-
to externo para impulsar el ciclo de acumulación del capital. A partir
de allí, el gobierno de Cristina Fernández buscó resolver el persistente
deterioro de la cuenta corriente con un cambio de eje desde el de “des-
endeudamiento”22 a un “re-endeudamiento” selectivo23. Sin embargo,
el conflicto con los “fondos buitre” tras el revés judicial de la
Argentina en las cortes norteamericanas lo impidió, lo cual derivó en
una acele- rada pérdida de reservas internacionales hasta fines de ese
año.
22
El llamado “proceso de desendeudamiento” seguido por el gobierno ha sido objeto de
discusión. El mismo alude centralmente a la reducción del ratio deuda/PBI, lo cual se de-
bió a tres factores concomitantes: la quita obtenida en los canjes, los pagos netos de ca-
pital realizados por el gobierno y el fuerte crecimiento del producto. Asimismo, hubo un
cambio en la composición de la deuda con un incremento de la denominada en moneda
nacional y un aumento de la deuda intra-estatal en detrimento de aquella contraída con
el sector privado. De todas maneras, al final del mandato de Fernández de Kirchner la
deuda pública en términos absolutos ostentaba el nivel más alto de su historia. Sobre este
tema consultar Basualdo, Manzanelli, Barrera, Wainer y Bona (2015), De Lucchi (2014) y
Selva (2014).
23
Para poder acceder a los mercados internacionales de crédito primero se acordó el pago
de la deuda con el Club de París defaulteada en 2001, con un importante componente de
intereses punitorios, y se resolvieron distintos litigios pendientes ante el CIADI –el más
resonante fue el de Repsol, por el cual el gobierno argentino le pagó a la firma española
una compensación por 5.000 millones de dólares en títulos de deuda argentina por la es-
80
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
tatización de su paquete accionario en YPF.
81
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
ro, 2013). De acuerdo a la información suministrada por el Gráfico 7,
entre 2007 y 2008 (en especial en el último año cuando confluyen la
crisis mundial y el conflicto con las patronales agropecuarias) se pro-
dujo un primer hito en la fuga de capitales locales al exterior durante
el período kirchnerista, el que acarreó la salida del país de casi 32.800
millones de dólares e impactó directamente sobre el resultado de
la balanza de pagos.
Sobre la base de la fuga de divisas de 2009 y 2010 (25.300 millones de
dólares acumulados), en 2011 se verificó un nuevo pico, que compro-
metió más de 21.500 millones de dólares y generó, en conjunción con
otros factores ya mencionados, una pérdida sumamente pronunciada
de reservas internacionales por parte del Banco Central, sentando las
bases para la instrumentación de controles a la adquisición de
divisas.
20.000
15.000
10.000
5.000
-5.000
-10.000
-15.000
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
24
Con la rehabilitación de compra de divisas para ahorro se estableció un límite máxi-
mo de un quinto del ingreso declarado en la Administración Federal de Ingresos Públicos
82
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
(AFIP) hasta el tope absoluto de 2.000 dólares mensuales. Además, se gravó la operación
con percepción impositiva del 20% del monto involucrado.
83
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
empresarial y en amplias capas de los sectores medios y altos de
la Argentina, los propietarios de los grupos económicos tuvieron un
rol destacado en la formación de activos externos en los años
recientes (como lo habían tenido en el período 1976-2001). La
información al res- pecto es escasa y fragmentaria, pero puede
afirmarse que los grandes empresarios locales explican una
proporción considerable de la fuga de capitales que se dio en 2008 y
2011.
En cuanto a este último episodio, con los datos sistematizados por
Zaiat (2012) resulta posible comprobar que en el listado de los princi-
pales compradores de divisas para atesoramiento (personas
físicas) figuran directivos de varios conglomerados empresarios y/o
grandes compañías locales que, por diversos motivos, se
expandieron fuerte- mente tras la “salida devaluatoria” de la
convertibilidad: Bagó, Fráve- ga, IRSA, Ledesma, Macro, Olmedo,
Pampa Holding y Petersen, entre otros. A su vez, cuando la
indagación se focaliza en el universo de las personas jurídicas se
constata la existencia de firmas pertenecientes a holdings relevantes
como, por caso, Arcor, BGH, Eurnekián, La Nación, Madanes,
Roemmers, Techint y Urquía.
La continuidad de la fuga de capitales en tiempos del kirchnerismo
no debería hacer perder de vista la existencia de algunas modificacio-
nes en ese proceso de internacionalización. Bajo el esquema conver-
tible la fuga realizada por el gran empresariado estuvo
relacionada básicamente con el despliegue de diferentes estrategias
de “valoriza- ción financiera” del capital, así como con la salida al
exterior de bue- na parte de los recursos generados por la venta de
muchas empresas y grupos nacionales al capital extranjero. En los
años analizados, si bien algunos de estos elementos también
estuvieron presentes (como la remesa de recursos generados por la
desnacionalización de algunas compañías oligopólicas), lo que
parece haber primado es el envío al exterior de las abultadas
ganancias corrientes internalizadas por esta fracción del poder
económico en un escenario de “reticencia inverso- ra” por parte del
capital concentrado interno (Manzanelli, 2016).
A este comportamiento de los grandes grupos empresarios debe
agregársele un elemento que es propio de una estructura
productiva como la argentina, donde las exportaciones dependen
en buena medi- da de medios de producción irreproducibles (tierra)
que se encuentran en manos privadas y que, por lo tanto, apropian
renta. En este caso, una proporción considerable del excedente
generado en estas activida- des, especialmente en la agropecuaria y
la minera, no es reinvertido en la esfera productiva. En la medida
en que la moneda doméstica no constituye una reserva de valor, y
en un contexto de tasa de interés real baja o negativa, la renta
apropiada tiende a impulsar la demanda de divisas para su fuga
84
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
posterior. De esta manera, gran parte de los
85
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
beneficios que se obtienen por el lado de la cuenta corriente a través
de las exportaciones tienden a erosionarse por el lado de la cuenta
capital de la balanza de pagos.
86
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
87
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErD cambio
iDA”. estructural sino la lógica del ajuste y la transferencia de
excedente desde la esfera productiva hacia la esfera de la
circulación
88
¿Lo quE EL ViENTO SE LLEVÓ? L A rESTriccióN Ex TErNA EN EL kircHNErisMO
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89
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
iDA”. reciente. La expansión de la actividad y el capital extranjero”, en Basualdo, F.,
Ar-rDgentina
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93
LA ESTRUCTURA ECONÓMICA
DURANTE EL KIRCHNERISMO:
¿REPRIMARIZACIÓN
O REINDUSTRIALIZACIÓN?
Agostina Costantino
Introducción
85
reproducción económica du-
86
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
87
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
500.000
450.000
PBI Industria
Millones
400.000
350.000
300.000
250.000
200.000
150.000
100.000
50.000
87
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
del 2005, debiendo entonces referir a un proceso inversor genuino. Su
importancia es clave, además, en la generación de empleo formal pri-
vado (ver capítulo 5).
De esta forma, uno de los principales cambios que se habría dado en
la estructura económica se refiere al sector industrial, que habría cre-
cido por encima del conjunto de la economía y que además, el
mismo, habría modificado su estructura interna cobrando
importancia las ramas productoras de maquinarias, relegando
aquellas más livianas como las procesadoras de alimentos. Existe
una fuerte impronta de concepción modernizadora de la industria,
ligada a los procesos his- tóricos de desarrollo de otros países. Pero
detrás de estos argumentos, acicateada por la versión gubernamental
de los hechos, hay también una suerte de hipótesis confabuladora y
centrada en el espacio nacio- nal, por la cual la etapa de
industrialización en Argentina habría sido interrumpida
exógenamente (por acción de la dictadura cívico-mili- tar), y el
proceso en ciernes pudiera ser retomado en caso de haber
voluntad política. Esto último es lo que habría ocurrido desde 2002.
Frente a esta interpretación, se erige otra que cuestiona la novedad
y los alcances de estos cambios, resaltando algunas continuidades es-
tructurales. En este sentido, se duda tanto sobre el carácter anómalo
del crecimiento, como de la composición sectorial que lo impulsa. En
el gráfico 2 SE utiliza la misma serie de PBI del gráfico 1 (en
dólares constantes de 2010) pero ahora deflactada por un índice de
términos de intercambio, poniendo ambos en base 100 para el año
2001. Lo que se observa es que, considerando la mejora de precios
que obtuvo el país en su intercambio con el mundo, el crecimiento
no fue particu- larmente vigoroso: más bien, lo que se observa es que
el PBI acompañó esa mejoría externa25. Detrás de esta forma de
presentar la cuestión, está la idea de que el país no habría
modificado su inserción externa, dependiendo básicamente de la
producción primaria.
25
La discusión detallada de este argumento, expresado como “viento de cola”, se puede
revisar en el capítulo de Andrés Wainer y Paula Belloni.
88
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
180
PBI compensado por Industria/PBI
160 TDI
140
120
100
80
60
40
20
89
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Gráfico 3. Valor agregado agricultura e industria, 1976=100
250
Industria Agricultura
200
150
100
50
0
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
2012
2014
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
90
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
91
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErD iDA”.
Convertibilidad.
92
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
94
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
27
Los aspectos ligados al mercado de trabajo son analizados en el capítulo de Pablo Pérez
y Facundo Barrera.
95
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
3. ANÁLISIS SECTORIAL DE LA ECONOMÍA ENTRE 2002 Y 2015
SECTORES PRODUCTORES
GANADORES
DE SERVICIOS
SECTORES PRODUCTORES
PERDEDORES DE BIENES
SECTORES PRODUCTORES
GANADORES DE SERVICIOS
SECTORES PRODUCTORES
PERDEDORES DE BIENES
28
Para un análisis más profundo de las posiciones dentro del bloque en el poder puede
consultarse el capítulo de López y Cantamutto en este mismo libro.
96
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
TENDENCIA
GRÁFICA
Servicios Sociales y de Salud , , , , , , , , , , , , , , ,
Administración Pública y Defensa;
Planes de Seguridad Social de , , , , , , , , , , , ,
,
,
Afiliación Obligatoria
,
Enseñanza , , ,
, , , , , , , , , , ,
,
Construcción , , , , , , , , , , , ,
, ,
GANADORES Hoteles y Restaurantes , , , , , ,
,
, , , , , ,
,
Hogares Privados con Servicios , ,
Domésticos , , , , , , , , , , , ,
,
, ,
Intermediación financiera , , , , , , , , , , ,
, , , ,
Comercio mayorista y minorista
y reparaciones
, , , , , , , , ,
,
, , , , ,
Pesca , , , , , , , , , ,
,
, , , ,
Transporte, almacenamiento
y comunicaciones
, , , , , , , , , , ,
, , , ,
Actividades inmobiliarias,
, , , , , , , , , ,
, , , , ,
PERDEDORES empresariales y de alquiler
Industria manufacturera , , , , , , , , , ,
, , , , ,
Explotación de minas y canteras , , , , , , , , , , , , , , ,
Agricultura, ganadería, caza
, , , ,
, , , , , , , , , , ,
y silvicultura
Suministro de electricidad,
, , , , , , , , , , ,
,
, , ,
gas y agua
98
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
2002-2013.
99
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
(última columna) de cada uno de los sectores ligados a estos servicios
sociales: el mayor crecimiento de los mismos se da a partir del 2008,
es decir cuando el sector industrial comienza a entrar en una larga re-
cesión, fruto de las tensiones propias del patrón de reproducción eco-
nómica y el estallido de la crisis mundial. Algunas interpretaciones
(ver capítulo 1) han caracterizado a esta segunda etapa como una de
mayor definición identitaria del kirchnerismo, que se basó no tanto
en la exposición de resultados económicos, sino en la generalización
de políticas sociales y ampliación de derechos no necesariamente liga-
dos a la economía (como identidad sexual, medios de comunicación,
derechos de la mujer, etc.). En este sentido, podría pensarse que
algu- nos de estos sectores se ubican como “ganadores” (en términos
de su participación en el PBI) debido al giro que tuvo el gobierno por
aquellos años, compensando el menor dinamismo industrial.
Otro de los sectores que tuvo un gran dinamismo durante este
perio- do fue la construcción que, sobre todo entre 2005 y 2007,
aumentó casi un 50% su participación en el PBI, para estabilizarse
luego en torno al 5,5%. Las obras públicas y la construcción privada
de alta gama (con un gran componente de rentas provenientes del
sector agroexporta- dor) favorecieron este comportamiento. A partir
del 2011, el programa de créditos hipotecarios PROCREAR permitió
sostener también a esta actividad. Especialmente en la primera
etapa, el crecimiento de este sector tuvo un rol clave en la
recuperación del mercado de trabajo (ver capítulo 5).
Por último, la intermediación financiera fue otro de los
sectores ganadores, y a partir de 2008 fue el sector que lideró en
términos de ganancias. Este resultado está basado en varias
decisiones de política tomadas por el gobierno: (i) los pagos del
Estado a través de los BO- DEN por la compensación por la
pesificación asimétrica; (ii) la rees- tructuración de la deuda del
Tesoro a partir de 2005 permitió que los tenedores comenzaran a
recibir flujos de ingresos por títulos antes en cesación de pago; (iii)
las reaperturas de 2010 y 2013 permitieron ade- más relevantes
ganancias de capital para la banca; (iv) la emisión de otros títulos
públicos (como las Lebac y los Nobac) resultó ser una gran fuente de
rentabilidad para los inversionistas; y (v) la promoción de las
finanzas como mecanismo de inclusión a través del consumo, en
especial desde 201130. El sector financiero acumuló liquidez que
apenas prestó para fines de inversión, volcándolo en cambio a los
títulos pú- blicos, de mayor rendimiento.
La tabla 1 muestra que los sectores “perdedores” en términos de
30
Se trata de un rasgo característico del neoliberalismo. No sólo por el fomento a las fi-
nanzas que significa, sino también por la definición de “ciudadanía” que subyace como
supuesto: se está incluido en la medida que se consume.
10
0
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
101
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
y combustibles y lubricantes (10%)31. Estos tres sectores explican
más de la mitad del PBI industrial, y están ligados al procesamiento
de ma- terias primas agropecuarias, minerales e hidrocarburos. El
último de estos sectores muestra una retracción sostenida, ligada al
agotamien- to de las reservas energéticas y la falta de inversiones,
cuyos efectos re- percutieron en las posibilidades de expansión de la
propia industria, y de la economía como conjunto, a través de la
restricción externa. Gran parte de estos sectores de actividad
tienden a tener mayor intensidad en capital que en trabajo,
ocupando poca fuerza de trabajo.
Alimentos, bebidas y tabaco es el único sector industrial que
mues- tra superávit estructural en el comercio externo, abasteciendo
de di- visas al conjunto de la economía junto a las exportaciones
primarias. En este sentido, su expansión habilita a la expansión del
resto de los sectores. Se trata, como es sabido, del tipo de
especialización históri- ca del país: en este sentido, su relevancia –
por el peso dentro del sec- tor industrial y su significativo rol en el
comercio- expresa una nue- va forma de la histórica dependencia
estructural. La división sector primario-industria se difumina al
enfocar en esta rama, poniendo en crisis las versiones demasiado
simplificadas sobre la primarización o la reindustrialización de la
economía. Los defensores de la actividad señalan que su entramado
es responsable de gran parte de la innova- ción tecnológica
incorporada en la producción argentina; una mirada más crítica
enfatizaría que esas innovaciones tienen efectos nocivos
–o al menos no neutrales– sobre la Naturaleza y una expulsión neta
de fuerza de trabajo, agregando valor apenas marginalmente.
Alimentos, bebidas y tabaco , , , , , , , , ,
, , , , ,
Productos químicos , , , , , , , , ,
,
, , , ,
Combustibles y lubricantes
minerales y productos conexos , , , , , , , , , , , , , ,
Maquinaria y material
de transporte
, , , , , , , , , , , , , ,
Industria papelera , , , , , , , , , , , , , ,
Artículos y manufacturados
diversos
, ,
, , , , , , , , , , , ,
Textiles , , , , , , , , , , , , ,
,
Productos de caucho y plástico , , , , , , , , , , , , , ,
Fabricación de vidrio y
, , , , , ,
, , , , , , ,
,
productos de vidrio
31
Se puede revisar el detalle de las empresas que lideran estos sectores en el capítulo
10
2
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
de Martín Schorr.
103
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
En términos generales, es de destacar que las participaciones de los
distintos sectores se han mantenido de forma tendencial desde
princi- pios de los noventas (excepto para el periodo 2002-2007, como
explica- mos más adelante). No se trata de un fenómeno típico de la
fase actual (2002-2015), sino que se viene dando desde años anteriores
(Costantino 2015). Ahora bien, hay una característica típica de la
etapa estudiada dentro del sector industrial, y es lo que sucede
puntualmente entre 2002 y 2007. La tabla 4 presenta las tasas
anuales promedio de variación de la participación de cada actividad en
el total de la industria, distin- guiendo el total del período
estudiado y los sub-períodos 2002-2007 y 2008-2014.
ACTIVIDAD INDUSTRIAL
10
4
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
10
6
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¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
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PErDiDA”.
de divisas durante 2002-2015, lo cual resultó en un importante instru-
mento que permitió al Estado hacer viable la producción industrial a
través de subsidios, permitiendo la configuración industrial
mostrada en la tabla 3.
0 PRODUCTOS ALIMENTICIOS Y
ANIMALES VIVOS
1 BEBIDAS Y TABACO
30000000
2 MATERIALES CRUDOS NO
COMESTIBLES, EXCEPTO LOS COMBUSTIBLES
20000000
3 COMBUSTIBLES Y LUBRICANTES
Saldo comercial en miles de U$S
5 PRODUCTOS QUIMICOS
6 ARTICULOS
MANUFACTURADOS, CLASIFICADOS
PRINCIPALMENTE SEGUN EL MATERIAL
-1000000
7 MAQUINARIA Y MATERIAL DE TRANSPORTE
9 MERCADERIAS Y TRANSACCIONES
NO CLASIFICADAS SEGUN SU
NATURALEZA
-3000000
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
Fuente: Elaboración propia en base a UN COMTRADE DATABASE. Sectores según CUCI revisión 1.
10
8
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
central está
32
Se podría incluir aquí algunas áreas estratégicas con políticas de larga data, como ener-
gía nuclear o desarrollo de comunicación satelital, que alcanzaron éxitos en estos años,
109
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErD ligados
iDA”. netamente al rol del Estado como productor, con muy escasa relación con el em-
presariado local.
11
0
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
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L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
- Biocombustibles derivados de la soja: 317%.
Para todo ello, el plan preveía la inversión, por parte del Estado, en
obras de infraestructura pública “para el pleno desarrollo económico
y social derivado de las actividades agroalimentarias y agroindustria-
les” (p. 119). Además, promovía “la legislación necesaria para el pleno
y sustentable desenvolvimiento de las actividades agroalimentarias y
agroindustriales” (p. 139). Este plan se encuadró en un marco
legal más amplio que venía elaborándose en el país desde fines de la
década del setenta, y que continuó institucionalizándose a través de
nuevas leyes (sin eliminar las anteriores) en la nueva fase iniciada en
2002. De esta forma, existió todo un contexto legal que permitió la
configura- ción de una estructura económica orientada a la provisión
de divisas vía la exportación de materias primas y bienes industriales
derivados de recursos naturales.
Como dijimos antes, aquí se observan buena parte de las contra-
dicciones del kirchnerismo como fuerza política, así como del orden
político que caracterizó a aquellos años. Las leyes que posibilitaron
el modo de acumulación pueden clasificarse en aquellas que
fomentaron explícitamente la expansión de actividades extractivas y
el procesa- miento de productos primarios, y aquellas que parecían
ir en sentido contrario pero que, por la falta de regulación o la
laxitud en sus defini- ciones terminaron favoreciendo aquello que
pretendían limitar. Este entramado legal se basó en leyes
sancionadas en etapas anteriores y que no fueron modificadas, y
leyes sancionadas durante los años kir- chneristas.
11
2
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
113
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
nos provinciales, sobre todo a partir de 2002, comenzaron a incumplir
estas leyes otorgando concesiones o vendiendo tierras fiscales en zo-
nas de seguridad para la producción agropecuaria a inversores extran-
jeros. Esto principalmente se ha dado en provincias de la Patagonia
sobre las fronteras marítimas y cordilleranas, ocasionando múltiples
conflictos sociales con los ocupantes (muchos de ellos, indígenas) de
estas tierras fiscales.
11
6
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
REFLEXIONES FINALES
117
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
una mirada de más largo plazo. Es decir, tratando de evitar miradas
parciales respecto a sub-períodos específicos y tratando de no
sobre- dimensionar el papel cumplido por las actividades
extractivas en la estructura económica.
En este sentido, encontramos que no podría decirse tajantemente
ni que se produjo una re-primarización de la economía (todas las
acti- vidades primarias perdieron participación en PBI), ni tampoco
que la economía se re-industrializó, ya que el sector industrial no
sólo perdió participación en el PBI, sino que siguió conservando las
características que tenía en la década anterior: las actividades
industriales con más dinamismo son aquellas ligadas a ámbitos
privilegiados de acumula- ción y al procesamiento de recursos
naturales. Estas últimas cumplie- ron un rol clave en el
abastecimiento de divisas al conjunto del aparato industrial,
replicando al interior del mismo la división sectorial de la
estructura productiva.
Es decir, si bien la industria se expandió al ritmo del PBI y absor-
bió fuerza de trabajo, esto no derivó en un proceso generalizado
de industrialización. En los últimos años (post 2011), el conjunto de la
in- dustria perdió dinamismo, expresando las contradicciones del
patrón de reproducción económica. Se puede añadir que, en términos
estruc- turales (a largo plazo), la evolución sectorial del PBI en
Argentina se pareció bastante a las tendencias mundiales.
A pesar de esto, no es menos cierto que ambos sectores cumplieron
un papel fundamental en el modo de desarrollo que establecido
du- rante los gobiernos kirchneristas. Mientras que el sector
primario-ex- portador (y primario-industrial exportador) abastecía
de divisas a un sector industrial cada vez más deficitario y
alimentaba un superávit fiscal que permitía el financiamiento de
políticas sociales; el resto del sector industrial permitió recomponer
los niveles de ocupación en el mercado laboral. El gobierno sostuvo
estos sesgos a través de políticas y leyes concretas. Las burguesías
representativas de ambos sectores lograron grandes ganancias que
las ubicaron como las clases sociales ganadoras durante la etapa
2002-2015. Esto no debe obliterar la dispu- ta política ubicada en
torno a la apropiación de la renta, considerada por el agro como
propia y por la industria, como una necesidad. Pero esta disputa
pertenece a otro orden de análisis.
11
8
L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
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12
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L A ESTruc TUr A ECONÓMic A DUr ANTE EL kircHNErisMO:
¿REPriMAriz ACióN O REiNDUSTRIALiz ACióN?
121
EL PODER ECONÓMICO DE LA
ARGENTINA BAJO LOS
GOBIERNOS DEL KIRCHNERISMO.
UN ANÁLISIS A PARTIR DEL
PANEL DE GRANDES
EMPRESAS
Martín Schorr
Introducción
33
Entre los aportes existentes se destacan los de Azpiazu, Manzanelli y Schorr (2011), Gag-
gero y Schorr (2016 y 2017), Gaggero, Schorr y Wainer (2014), Schorr, Manzanelli y
Basualdo (2012), Schorr y Wainer (2016) y Wainer (2013). La mayoría de estas
investigaciones no cu- bre la totalidad del ciclo kirchnerista, al tiempo que se focaliza en
aspectos puntuales del desenvolvimiento del poder económico local.
34
La elaboración de la mencionada base implica un complejo proceso de compilación y
sistematización de información básica. En una primera instancia se trabaja con datos
procedentes de los balances empresarios, los que, en una segunda etapa, son
complemen- tados a partir del uso y la compatibilización de fuentes diversas y
heterogéneas como las revistas Mercado y Prensa Económica, la Comisión Nacional de
Valores y el sistema de información Nosis. En términos metodológicos, cabe agregar
que el horizonte temporal
119
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
El tema resulta especialmente relevante por varias razones, sobre
todo porque muchas de las firmas y los grupos económicos que
forman parte de la elite empresaria local son líderes en sectores
productivos estratégicos para el país, teniendo una incidencia para
nada menor sobre variables clave de la economía como, entre otras,
la inversión, las exportaciones, el empleo, la formación de precios y
el ingreso y la salida de divisas. Además, en el caso de los capitales
privados, los propietarios de tales unidades económicas han sido
actores poderosos no sólo en el plano económico, sino también en el
político debido a su capacidad para incidir en las decisiones del
Estado.
Luego de esta introducción, el trabajo se estructura de la siguien-
te manera. En la Sección I se evalúa la dinámica que asumió durante
los gobiernos del kirchnerismo la concentración económica global
(medi- da por el peso de la elite empresaria en el conjunto de la
producción nacional), intentando discernir los factores que
concurren a explicar su trayectoria. En la Sección II la mirada se
posa sobre los principales cambios verificados en el período
estudiado en términos del perfil sec- torial de la cúpula. La Sección
III repasa la trayectoria de las diferentes fracciones del capital que
conviven al interior de las firmas líderes. Cierran el trabajo unas
breves conclusiones.
producción agregada
de análisis abarca el período 2001-2015 y que se priorizan dos grandes recortes analíticos
(la inserción sectorial de las firmas y los tipos de empresa predominantes –extranjeras,
privadas nacionales, asociaciones y compañías estatales–).
35
Para la elaboración del indicador mencionado se tomaron en cuenta los relevamientos
del valor bruto de producción del conjunto de la economía que realiza periódicamente el
INDEC y los ingresos por ventas de las empresas de la cúpula (en ambos casos a precios
corrientes). Ello no implica desconocer la existencia de discrepancias entre el valor bruto
producción y las ventas (asociadas, por caso, a la variación de stocks). Sin embargo, como
surge de otra investigación, tales diferencias no son significativas y no alteran los resulta-
120
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
dos ni las conclusiones a las que se arriba (Schorr, 2004).
121
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
* Se trata de las 200 empresas más grandes del país de acuerdo a sus respectivas ventas
anuales (no se incluyen firmas del sector financiero y el agropecuario, salvo las abocadas
a la comercialización de granos).
Fuente: elaboración propia en base a información de balances empresarios, revistas Mercado y Prensa
Eco- nómica e INDEC.
121
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Esa elevada gravitación de los oligopolios líderes soslaya un fenómeno
característico de la economía argentina en las últimas décadas: el control
de un número importante de las principales empresas del país por parte
de un puñado de grupos económicos nacionales y extranjeros36. De modo
que el índice de concentración económica presentado no refleja en toda su
in- tensidad –en rigor subestima– el grado de oligopolización real del
conjunto de la economía nacional.
Ahora bien, al evaluar el desempeño del indicador al cabo del
período estudiado resulta posible diferenciar tres momentos:
• en el contexto de una crisis económica profunda, sumamente regre-
siva y enmarcada en una brusca redefinición de los precios y las
rentabili- dades relativas de la economía a favor de los sectores
productivos (en parti- cular los vinculados con el procesamiento y la
exportación de commodities), en 2002 el indicador se incrementó muy
fuertemente (casi diez puntos porcentuales, con un rol destacado de las
empresas que integran el núcleo selecto de las “primeras 50” de la
cúpula)37;
• a partir de allí y hasta 2010 se asiste a un declive casi sistemático
de la concentración económica global; sin embargo, en dicho año el
indicador se ubica en un nivel más holgado que en 2001. Ello, en línea
con una expansión pronunciada de la economía doméstica que tendió a
difundirse, con sus más y sus menos, a lo largo de todo el tejido
productivo y se asoció, entre otros elementos, a la vigencia de un
“dólar alto” (hasta 2007/08), términos de intercambio favorables para
el país, mejoras importantes en materia distributiva tras la drástica
retracción de la participación de los trabaja- dores en el ingreso que
propició la “salida devaluatoria” de la convertibi- lidad, y la existencia
de los denominados “superávits gemelos” (externo y fiscal)38; y
• de 2010 en adelante el indicador tiene un comportamiento errático
en el marco de una economía en franca desaceleración respecto de la
etapa precedente (incluso con un par de años recesivos), el freno e,
incluso en
36
Por ejemplo, cuando se revisa el ranking de 2015 se corrobora que: el “conglomerado YPF”
dentro de la cúpula estaba integrado por numerosas empresas (la propia YPF, Evangelista,
Gas Argentino, CHNC, Refinor, Profertil y Mega); el grupo Techint contribuía con cinco
firmas de su propiedad (Siderar, Siderca, Siat, Tecpetrol y Techint); dos holdings aportaban
cada uno tres compañías (Clarín con Agea, Artear y Cablevisión y Roggio con Clisa, Cliba
y Benito Roggio e hijos); y cinco conglomerados eran titulares en cada caso de dos empre-
sas (grupo Arcor: Arcor y Cartocor, Caputo: Iatec y Mirgor, Madanes: Aluar y Fate, Pérez
Companc: Molinos Río de la Plata y Pecom Servicios de Energía, Cherñajovsky: Newsan y
Electronic System).
37
Desde distintas perspectivas analíticas, la dinámica de la economía argentina en el
esce- nario de la crisis y la salida de la convertibilidad fue abordado, entre otros, por los
estudios de Cantamutto y Wainer (2013), López (2015) y Piva (2015).
38
Sobre la evolución económica local en estos años, véase, por ejemplo, los estudios de
CENDA (2010), Kulfas (2016), Manzanelli y Basualdo (2016) y Mercatante (2015).
122
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
123
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErD 39iDA”.
En relación con esta etapa, se sugiere consultar las investigaciones de Damill y Frenkel
(2015), Moncaut y Vázquez (2017) y Schorr y Wainer (2015).
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EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
125
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
rDiDA(2014).
Porcelli
PE ”.
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EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
* Se trata de las 200 empresas más grandes del país de acuerdo a sus respectivas ventas
anuales (no se incluyen firmas del sector financiero y el agropecuario, salvo las abocadas
a la comercialización de granos).
Fuente: elaboración propia en base a información de balances empresarios, revistas Mercado y Prensa
Eco- nómica, INDEC y NOSIS.
127
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Ese grupo selecto está integrado, en lo sustantivo, por las
principa- les comercializadoras y/o procesadoras de granos, en
particular de soja (Aceitera General Deheza, Cargill, Bunge, Louis
Dreyfus, Nidera, Vi- centín, Asociación de Cooperativas Argentinas,
Noble, ADM, etc.), las terminales automotrices (Toyota,
Volkswagen, Ford, Fiat Auto, Gene- ral Motors, Renault, Mercedes
Benz, Peugeot-Citroen, Honda), algu- nas firmas líderes de distintos
segmentos de la industria alimenticia (Molinos Río de la Plata,
Molfino, Arcor, Sancor, Peñaflor, Mastellone Hermanos, Nestlé),
varias petroleras (Pan American Energy, YPF, She- ll, Esso/Axion
Energy, Petrobras, Tecpetrol), un par de mineras (Mine- ra
Alumbrera, Cerro Vanguardia), tres compañías del oligopolio side-
rúrgico y una del monopolio del aluminio (Siderar, Siderca y
Acindar en el primer caso, Aluar en el segundo) y empresas de
distintos rubros de la producción químico-petroquímica (Dow, PBB
Polisur, Unilever, Mega, Monsanto, Bayer, Procter & Gamble).
Esta elevada concentración de la especialización exportadora del
país en torno de pocas grandes empresas y actividades es lo que per-
mite explicar lo sucedido a partir de 2012. Luego de un período
ini- cial de fuerte incremento en el peso de la elite empresaria, en
rigor de las “primeras 50”, en las exportaciones agregadas (2001-
2005) y de un comportamiento fluctuante desde entonces hasta 2012,
en el trans- curso del último trienio estudiado se observa una caída
de aproxima- damente cinco puntos porcentuales en la incidencia
de las grandes firmas en las ventas externas de la Argentina (que
entre 2012 y 2014 declinaron más del 14%). En la explicación de este
declive exportador, sobre todo en el de las grandes empresas,
concurren factores de índole externa (deterioro en los términos de
intercambio y menor demanda mundial por efecto de la crisis
internacional en general, y la situación económica imperante en
Brasil y China en particular). Y también de naturaleza interna
(reducción de los saldos exportables a raíz de la cri- sis energética y
cierta “reticencia” a liquidar exportaciones por parte de diversos
sectores empresarios altamente concentrados ante el reza- go
cambiario, las expectativas de devaluación y la restricción externa
desatada)41.
La dependencia estructural que se presenta en la economía nacional
respecto de los grandes proveedores de divisas por la vía exportadora
queda de manifiesto de modo adicional cuando se coteja la evolución
entre 2001 y 2014 de la balanza comercial de la Argentina, la de
los
41
Entre los años aludidos muchas empresas de la cúpula disminuyeron sus
exportaciones. Entre las más relevantes figuran varias agroindustriales (Cargill, Louis
Dreyfus, ADM, Molinos Río de la Plata, Alfred Toepfer, Bunge y Vicentín), tres
automotrices (Volkswa- gen, Peugeot-Citroen y General Motors), Minera Alumbrera y
128
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
la petrolera Pan American Energy.
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L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
diferentes estamentos de la elite empresaria y la correspondiente al
“resto de la economía” (Cuadro 3).
Resto de
Total Las Primeras Segundas Segundas
AÑO país l a economía
II
I-II
* Se trata de las 200 empresas más grandes del país de acuerdo a sus respectivas ventas
anuales (no se incluyen firmas del sector financiero y el agropecuario, salvo las abocadas
a la comercialización de granos).
Fuente: elaboración propia en base a información de balances empresarios, revistas Mercado y Prensa
Eco- nómica, INDEC y NOSIS.
Desde este recorte analítico surge que bajo los gobiernos del kirch-
nerismo la cúpula registró saldos comerciales fuertemente superavi-
tarios, mientras que el “resto de la economía” operó con desbalances
pronunciados. Por ejemplo, en 2014 el panel de las doscientas compa-
ñías líderes tuvo en términos agregados un saldo positivo que orilló
los 25.000 millones de dólares, al tiempo que el déficit del “resto de la
economía” superó los 18.000 millones de dólares.
Además de la consolidación de un ostensible poder de veto en
ma- nos de unas pocas grandes firmas, tales heterogeneidades
sugieren
130
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
132
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
ACTIVIDAD PRINCIPAL
% % %
Emp. vtas. Emp. vtas. Emp. vtas.
* Se trata de las 200 empresas más grandes del país de acuerdo a sus respectivas ventas
anuales (no se incluyen firmas del sector financiero y el agropecuario, salvo las abocadas
a la comercialización de granos).
** Incluye los servicios de electricidad, gas, agua, correo, telefonía fija, recolección de
residuos y la aerolínea de bandera.
Fuente: elaboración propia en base a balances empresarios y revistas Mercado y Prensa Económica.
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L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Una primera conclusión remite al hecho de que, en línea con
ciertas tendencias prevalecientes a nivel del conjunto de la
economía argen- tina, en el período analizado tuvo lugar un avance
destacado de las grandes empresas industriales, así como de las
petroleras y las mine- ras. En contraposición, se verificó un
retroceso relativo de las presta- doras de servicios, las que se
desenvuelven en la actividad comercial y las constructoras.
La “reindustrialización” de la cúpula es importante de recalcar,
máxime si se tiene en cuenta la “desindustrialización” que había ex-
perimentado el poder económico local durante la década de 1990 (Az-
piazu, 1997). Ello se expresa en un incremento en la cantidad de fir-
mas manufactureras dentro del panel (de 97 en 2001 a 101 en 2015) y
en la incidencia sectorial en las ventas totales (del 41,9% al 47,4%). En
ese desempeño agregado, cabe resaltar el peso que reviste un grupo de
ramas fabriles que definen el perfil de la especialización sectorial en
el plano agregado: industria alimenticia, automotriz, químico-petro-
química, refinadora y metálica básica.
En términos específicos, de los datos suministrados por el
cuadro de referencia surge que las alimenticias mantuvieron
relativamente constante la cantidad de empresas (alrededor de 30)
y su incidencia en las ventas globales. A raíz de ello, esta actividad se
consolidó como la de mayor relevancia de la cúpula (casi 20% de la
facturación total al final de la serie), principalmente a instancias de
compañías que pro- cesan materias primas agropecuarias con un
sesgo muy definido hacia los mercados externos y, en menor grado,
de elaboradoras de distintos productos alimenticios (azúcar, lácteos,
golosinas, harinas y fariná- ceos, arroz, café, yerba mate, carne
vacuna, pollos, etc.) y de bebidas alcohólicas y no alcohólicas.
En lo que atañe al rubro automotor, segundo en orden de importan-
cia en el ámbito manufacturero, vale remarcar la expansión que
expe- rimentó en la etapa bajo estudio. Particularmente entre 2001
y 2007 se asistió a un aumento en la cantidad de empresas dentro del
ranking, así como en la ponderación sectorial en los montos totales
facturados. Entre 2007 y 2015 se retrajo la contribución de la actividad
a las ventas agregadas en línea con el menor dinamismo de la
industria (de todos modos hay que reparar en que su gravitación en
2015 prácticamente duplicó a la de 2001). En este segmento conviven
las principales ter- minales automotrices, que son las que definen las
tendencias princi- pales, con unas pocas firmas que producen
camiones y otros vehículos utilitarios, motos y algunas autopartes.
En el caso de la tercera industria con mayor presencia estructural,
la abocada a la manufactura de sustancias y productos químicos, de
la información presentada resulta una relativa estabilidad en el
número
134
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
135
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Por último, caben unas breves reflexiones sobre los sectores “perde-
dores” en los años recientes. En lo que hace a los servicios, al cotejar
la situación en 2001 con la de 2015 se evidencia una caída en el núme-
ro de empresas (de 50 a 44) y una disminución de más de tres puntos
porcentuales en la presencia de la actividad en la facturación global
de la cúpula. Ese deterioro relativo esconde dos lógicas contrapuestas:
la marcada retracción de las empresas prestatarias de servicios públi-
cos (que durante la convertibilidad habían formado parte del elenco
de “ganadores” –Azpiazu, 2003–) y la expansión de los servicios
privados (medicina privada, servicios hidrocarburíferos, telefonía
celular, te- levisión por cable, juegos de azar, etc.). Por su parte, en
el segmento comercial también se manifestaron fenómenos
encontrados: el rela- tivo amesetamiento del supermercadismo, no
así de las cadenas de electrodomésticos, contrasta con el avance
significativo de unas po- cas y muy grandes comercializadoras de
granos a favor del “dólar alto” hasta 2007/08 y las tendencias
prevalecientes en el mercado mundial de materias primas.
Finalmente, entre 2001 y 2015 las empresas cons- tructoras
aumentaron la cantidad de firmas dentro del panel, pero vieron
disminuir su peso relativo en las ventas agregadas.
En suma, desde la perspectiva priorizada en esta sección, las prin-
cipales transformaciones acaecidas bajo los gobiernos
kirchneristas se asocian a la redefinición de los liderazgos
sectoriales dentro de la cúpula; proceso que se inscribe, en términos
estilizados, en un mayor protagonismo de las actividades productivas
en general e industriales en particular, y un retroceso de las
prestadoras de servicios públicos. Dentro de las grandes
firmas“ganadoras” fue posible establecer la cen- tralidad de aquellas
que basan su acumulación en el aprovechamiento de ventajas
comparativas estáticas y/o “institucionales de privilegio” (como las
automotrices y las ensambladoras fueguinas), todas las cua- les se
vieron especialmente beneficiadas por la concurrencia en el pe- ríodo
indagado de diversos factores de índole interna y externa. Los
resultados extraídos del análisis realizado son consistentes, a su vez,
con los que resultan de una serie de estudios que enfatizan que, pese
a las modificaciones verificadas vis-à-vis el decenio de 1990, en el
trans- curso del ciclo kirchnerista no se sentaron las bases para un
cambio estructural en el perfil de especialización productivo-
industrial de la Argentina, ni en las modalidades de inserción del
país en la división internacional del trabajo (Fernández Bugna y
Porta, 2008 y Schorr, 2013).
136
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
137
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
las administraciones kirchneristas42.
En este contexto aparentemente favorable cabe indagar cuál fue el
desempeño del capital nacional más concentrado en 2001-2015.
Un análisis entre puntas a partir de las evidencias volcadas en el
Cuadro 5 permite concluir que a pesar de las transformaciones
señaladas, el nivel de extranjerización de la elite empresaria
doméstica no mostró una retracción significativa. La cantidad de
empresas privadas nacio- nales se mantuvo prácticamente estable
(pasó de 59 a 63), al tiempo que su participación en las ventas
globales se incrementó ligeramente (2,3 puntos porcentuales). Por su
parte, las corporaciones extranjeras aumentaron considerablemente
su presencia en lo que refiere a la cantidad de empresas (de 93 a
114), aunque su gravitación en la fac- turación total declinó algo
menos de 4 puntos porcentuales. A su vez, vale destacar el aumento
en la presencia estatal (tanto en el número de firmas como en su
incidencia en las ventas), pese a lo cual su pon- deración resulta
insignificante si se la compara con los registros pre- valecientes a
comienzos de los años 1990 antes de las privatizaciones43. Y también
la evolución de las asociaciones, inscripta en una relativa
estabilidad en su peso en la facturación global y un declive
pronuncia- do en la cantidad de empresas que aportan al panel de las
líderes de la economía argentina.
42
Esta estrategia de recuperación de lo “nacional y popular” resultó contradictoria con el
hecho de que en la práctica los gobiernos kirchneristas reforzaron muchos espacios privi-
legiados de acumulación vinculados con actores extranjeros, al tiempo que preservaron
ciertos instrumentos normativos heredados de la fase neoliberal. A modo de ejemplo se
destacan las variadas prebendas estatales a la mega-minería, el régimen de tratamiento
especial para el sector automotor y el marco regulatorio que “ordena” la operatoria del ca-
pital extranjero con asiento en el país (Ley N° 21.382 y normas complementarias, así como
la gran mayoría de los Tratados Bilaterales de Inversión suscriptos en el decenio de 1990
–Giacchi, 2017–).
43
Al respecto, basta con mencionar que previo al inicio del programa privatizador las em-
presas estatales de la cúpula concentraban alrededor de la tercera parte de la facturación
total (Ortiz y Schorr, 2006).
138
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
CANTIDAD DE % DE VENTAS DE LA
EMPRESAS CÚPULA
* Se trata de las 200 empresas más grandes del país de acuerdo a sus respectivas ventas
anuales (no se incluyen firmas del sector financiero y el agropecuario, salvo las abocadas
a la comercialización de granos).
Fuente: elaboración propia en base a balances empresarios y revistas Mercado y Prensa Económica.
139
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
mo, lo cual acarreó una expansión absoluta y relativa de las firmas
extranjeras que lideraban tales producciones.
Por otro lado, durante este subperíodo la extranjerización también
se afianzó debido a que algunas grandes empresas y grupos
nacionales fueron vendidos al capital foráneo. Si bien este proceso
no tuvo la in- tensidad de los años 1990, sí alcanzó a algunos actores
emblemáticos. Por la relevancia que tenían en sus respectivos
mercados, vale traer a colación los casos de Pecom Energía y Loma
Negra.
Con distintas razones sociales, la primera había sido durante déca-
das una de las principales empresas petroleras nacionales,“nave
insig- nia” del grupo Pérez Companc y protagonista de una gran
expansión a instancias de las privatizaciones concretadas en el sector
energético (Barrera, 2014). A pesar de su crecimiento, en un contexto
de apertu- ra y desregulación creciente, Pérez Companc no logró
convertirse en un líder a nivel regional. La “salida devaluatoria” de la
convertibilidad fue perjudicial para el grupo, ya que tenía la mayor
parte de su deuda contraída en el exterior y una parte de sus activos
“hundidos” en el país vinculados a los servicios públicos. En ese
marco, promediando el año 2002 Pecom Energía fue vendida a
Petrobras a cambio de más de
1.000 millones de dólares y la absorción por parte del holding brasilero
de una deuda cercana a los 2.000 millones de dólares.
El factor financiero también fue clave en la venta del principal
grupo cementero del país. El conglomerado perteneciente a la familia
Forta- bat había incrementado fuertemente sus pasivos en los años
finales de la convertibilidad. De allí que tras la mega-devaluación
que signó el abandono de dicho esquema el grupo ingresó en una
compleja si- tuación económico-financiera que culminó en su
venta a manos de Camargo Correa (también de capitales brasileros –
Gaggero, 2015–).
Los ejemplos mencionados son los más relevantes pero no fueron los
únicos, ya que entre la salida de la convertibilidad y 2007 varios oligo-
polios líderes controlados por capitales nacionales (o con una partici-
pación accionaria relevante de los mismos) pasaron a manos extranje-
ras. Es el caso, entre otros, de Cervecería Quilmes, Acindar, Peñaflor,
Alpargatas, Molfino y varios frigoríficos44.
44
En 2001-2007 se verificó una caída pronunciada en la cantidad de asociaciones dentro de
la cúpula (pasaron de 47 firmas a 25). Este deterioro implicó una retracción cercana a los
7 puntos porcentuales en la contribución de esta tipología a las ventas totales y se deriva
principalmente del retroceso de las empresas privatizadas. No sólo porque entre los años
aludidos varias prestatarias de servicios públicos cayeron por debajo del puesto 200
del ranking, sino también por la menor incidencia en la facturación agregada de aquellas
que se mantuvieron en el panel por efecto de la alteración en el set de precios y
rentabilidades relativas que trajo aparejado el cambio de régimen económico tras la
140
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
crisis de la conver- tibilidad.
141
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
El segundo subperíodo es contemporáneo con los dos mandatos pre-
sidenciales de Cristina Fernández de Kirchner. Como se
desprende del Cuadro 5, entre 2007 y 2015 se revirtió en parte el
proceso de ex- tranjerización, no obstante lo cual al final de la serie
el predominio transnacional en la cúspide del poder económico de la
Argentina se- guía siendo pronunciado en la medida en que bajo la
órbita extranjera quedaban involucradas 114 empresas, las que
aglutinaban más de la mitad de los ingresos por ventas de toda la
cúpula45. En esa reversión parcial asumen un papel importante dos
procesos que serán aborda- dos en los próximos apartados.
Por una parte, entre esos años YPF deja de estar controlada por la
española Repsol y pasa a ser clasificada como asociación: primero a
instancias de la adquisición de una cuota-parte accionaria por parte
del grupo nacional Petersen y luego, en 2012, con motivo de la
decisión estatal de expropiar la mayoría del capital social de la que
constituye la empresa más grande del país46.
Por otra parte, tuvo lugar un avance de las empresas privadas na-
cionales, tanto en lo que respecta al número de firmas dentro del ran-
king como a su ponderación en la facturación agregada (en 2015 eran
63 que congregaban el 27,6% de las ventas totales). Como se verá, una
parte sustancial de la mayor injerencia del capital nacional en la eli-
te empresaria se vincula con la expansión de firmas pertenecientes a
grupos económicos con una sólida presencia en la cúpula
estructurada fundamentalmente a partir de las ventajas
comparativas existentes, así como de otros que hasta entonces no
habían integrado el panel o no tenían una presencia destacada en él.
En este último caso, se trata de organizaciones con eje en actividades
mayormente no transables y reguladas por el Estado, como los
servicios públicos, la obra pública y un puñado de sectores
favorecidos con regímenes promocionales es- pecíficos47.
45
La centralidad estructural del capital extranjero en la economía argentina también se
expresa en el hecho de que controla más de las dos terceras partes de las exportaciones
globales de la cúpula empresaria y a que es, por lejos, el segmento empresario que genera
los mayores superávits comerciales (Gaggero y Schorr, 2016).
46
El cambio en la estructura de control de YPF es lo que explica, en gran medida, la ma-
yor significación de las asociaciones en las ventas agregadas entre 2007 y 2015. Téngase
presente que en el último de los años señalados YPF por sí sola dio cuenta de casi el 7%
de la facturación total de la elite empresaria y del 2% de todo el valor bruto de producción
nacional.
47
En la declinación en el peso relativo del capital transnacional entre 2007 y 2015 conflu-
yeron otros factores, entre los que sobresalen: a) cierta retracción en la ponderación de
algunos sectores económicos con importante presencia extranjera (fenómeno resultante,
a su vez, de la confluencia de factores tanto internos –menores ritmos de crecimiento o
caídas en los niveles de actividad–, como externos –declive en los montos exportados ante
142
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
Una vez establecidos los rasgos más salientes del perfil evolutivo de
las diversas fracciones del capital concentrado interno, y como suple-
mento de ese abordaje, vale la pena encarar un nuevo ejercicio
analíti- co tendiente a integrar las dimensiones jerarquizadas hasta
aquí (tipo de empresa y actividad principal de las firmas). Esto, con el
propósito de determinar cuál es gravitación de las distintas tipologías
en las di- ferentes actividades y, de manera adicional, sobre qué
bases sectoria- les tienden a estructurar sus respectivos procesos de
acumulación en el país los segmentos empresarios que coexisten
dentro de la cúspide del poder económico. En los Cuadros 6 a 8 se
presenta la información correspondiente al año 2015 para las
empresas extranjeras, las priva- das nacionales y las asociaciones.
143
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Cuadro 6. Argentina. Cantidad de empresas extranjeras en la cúpula em-
presaria local*, peso del capital extranjero en las distintas actividades econó-
micas y distribución sectorial de las ventas de las empresas extranjeras, 2015
(en valores absolutos y porcentajes)
Minería ,
, Oroplata, Minera Argentina Gold,
Minera Alumbrera, Cerro Vanguardia.
Tecna
Construcción
, ,
* Se trata de las 200 empresas más grandes del país de acuerdo a sus respectivas ventas
anua- les (no se incluyen firmas del sector financiero y el agropecuario, salvo las abocadas a
la comer- cialización de granos).
** Las empresas se ordenan de modo decreciente en función del monto de sus ventas en 2015.
Fuente: elaboración propia en base a balances empresarios y revistas Mercado y Prensa Económica.
144
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
48
La mayoría de las compañías locales promovidas por el régimen fueguino funcionan
bajo licencias extranjeras (algunas tienen además líneas de productos propias) y pagan
regalías por la fabricación. Las grandes marcas internacionales suelen proveer la
tecnolo- gía y los insumos y controlan que los procesos se realicen de acuerdo a sus
protocolos, todo lo cual les confiere un poder decisivo en lo atinente a la apropiación de
la renta generada.
145
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Cuadro 7. Argentina. Cantidad de empresas privadas nacionales en la cú-
pula empresaria local*, peso del capital privado nacional en las distintas ac-
tividades económicas y distribución sectorial de las ventas de las empresas
privadas nacionales, 2015 (en valores absolutos y porcentajes)
* Se trata de las 200 empresas más grandes del país de acuerdo a sus respectivas ventas
anuales (no se incluyen firmas del sector financiero y el agropecuario, salvo las abocadas
a la comercialización de granos).
** Las empresas se ordenan de modo decreciente en función del monto de sus ventas en
2015.
Fuente: elaboración propia en base a balances empresarios y revistas Mercado y Prensa Económica.
146
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
* Se trata de las 200 empresas más grandes del país de acuerdo a sus respectivas ventas
anuales (no se incluyen firmas del sector financiero y el agropecuario, salvo las abocadas
a la comercialización de granos).
** Las empresas se ordenan de modo decreciente en función del monto de sus ventas en
2015.
Fuente: elaboración propia en base a balances empresarios y revistas Mercado y Prensa Económica.
147
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
De la información que consta en los Cuadros 6 a 8 se desprende adi-
cionalmente que en la producción hidrocarburífera el liderazgo es
ejercido por las asociaciones: siempre en 2015, alrededor del 62%
de las ventas sectoriales fueron generadas por (4) empresas de esta
tipo- logía, donde la influencia de YPF y, en menor grado, de Pan
American Energy es determinante. Por su parte, las compañías
transnacionales generaron casi el 20% de la facturación de la
actividad (la gravitación de las privadas nacionales es ínfima).
Finalmente, cabe consignar que en el caso de la minería la
totalidad de las ventas procede de cuatro mega-emprendimientos
controlados por transnacionales, mientras que en la construcción la
mayor pon- deración le corresponde a cinco empresas privadas
nacionales, todas las cuales forman parte de grupos económicos,
que dieron cuenta del 83,9% de la facturación del rubro (el resto lo
generó una constructora de origen extranjero).
Como complemento de estos análisis, vale la pena adentrarse bre-
vemente en el estudio de la composición sectorial de las ventas de
las distintas tipologías empresarias. Ello, con la finalidad de detectar
so- bre qué actividades tiende a pivotear la acumulación del capital
en el medio doméstico de las diferentes fracciones del poder
económico.
En este sentido, los datos aportados por el Cuadro 6 permiten afir-
mar que en 2015 el grueso de la facturación del capital extranjero que
forma parte de la cúpula (58,2%) provino de la industria. Como se
men- cionó, se trata de ramas con un peso importante en la
estructura ma- nufacturera argentina, muchas de las cuales resultan
“críticas” dada su incidencia en materia intra e inter-industrial y/o
que en distintos momentos de los gobiernos kirchneristas se
expandieron apuntaladas por diversos factores internos y/o
externos. La segunda actividad re- levante en la operatoria del gran
capital foráneo es la comercial (19% de las ventas de la tipología), la
tercera es la prestación de servicios (15,2%) y la cuarta la producción
petrolera (5,2%).
En lo que atañe a la acumulación del capital de las empresas priva-
das nacionales, vale resaltar la importancia que asume la industria:
en 2015 esta actividad dio cuenta del 52,2% de las ventas totales de la
tipología; como se dijo, principalmente a favor de firmas que se inte-
gran a conglomerados empresarios y que usufructúan ventajas com-
parativas estáticas y/o“institucionales de privilegio” (Cuadro 7). Por
su injerencia relativa en la facturación (23,4%), el segundo lugar lo
ocupa la prestación de servicios, seguido de la actividad comercial
(19,7%). Por otro lado, es interesante reparar en que el gran capital
nacional es mayoritario en la construcción; sin embargo, este rubro
explica ape- nas el 3,1% de sus ventas.
148
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
49
Este apartado recupera en parte los desarrollos analíticos de Gaggero y Schorr (2017).
149
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
A los efectos de establecer un mapa de “perdedores” y “ganadores”
al interior de esta fracción del poder económico o, en otros términos,
de captar los desempeños heterogéneos que tuvieron lugar, se
procedió a clasificar a las empresas de la cúpula que pertenecen a
grupos locales en cinco tipologías de acuerdo a sus respectivos
senderos evolutivos entre 2001 y 2015. Las dos primeras expresan a
los holdings “perdedo- res”, sea porque las firmas de su propiedad
salieron por algún motivo del panel de las doscientas líderes
(tipología I) o porque redujeron su participación en los montos
globales facturados (II). Las otras tres ca- tegorías congregan a los
grupos “ganadores”: se trata de organizacio- nes que lograron
mantener su ponderación en las ventas totales (III), las que la
aumentaron (IV) y las que lograron ingresar a la cúpula (V). Los
resultados de esta indagación analítica se vuelcan en el Cuadro
950.
50
En este punto es necesario introducir un breve comentario metodológico. A partir del
ranking de las doscientas empresas de mayores ventas anuales de la Argentina, se pro-
cedió a identificar cuáles de ellas eran controladas por grupos económicos locales, para
lo cual se empleó la definición de “grupo económico” propuesta por Acevedo, Basualdo
y Khavisse (1990). Como se apuntó, la base de datos utilizada en este estudio no incluye
información sobre firmas del sector financiero y del agropecuario. Esto trae aparejada una
limitación al dejar afuera del análisis a muchos conglomerados de base financiera que
en la etapa estudiada se expandieron a un ritmo más o menos vigoroso (Brito, Petersen,
Werthein, etc.), así como a otros, igualmente dinámicos, con una inserción netamente
agropecuaria (Grobocopatel y Olmedo, entre otros).
150
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
Grupos que Grupos que Grupos que no Grupos que Grupos que
dejaron de redujeron su variaron su incrementaron pasaron a
integrar la participación participación su participación integrar la
cúpula entre 2001 entre 2001 y entre 2001 y cúpula Total
entre 2001 y y 2015 2015 2015 entre 2001 y
2015 (I) (II) (III) (IV) 2015 (V)
CANTIDAD DE GRUPOS
CANTIDAD DE
EMPRESAS
NOMBRES DE LOS
GRUPOS
Macri, Acevedo, Techint, Mastellone, Urquía, Cartellone,
Fortabat, Rohm, Pérez Madanes, Roggio, Pampa Energía,
Cirigliano, Companc, Ledesma, La Clarín, Arcor, Indalo (Cristobal
Peñaflor, Sadesa Sancor, Nación Vicentín, Osde, López), ODS
(curtiembre), Machiavello Braun (Calcaterra),
Bakchellián, (Temis), Menéndez, IRSA, Caputo,
Gualtieri, Williner, Roemmers, BGH, PCR, Newsan
Garovaglio y Coto, Navilli, (Chernajovsky ),
Zorraquín, Bemberg, Garbarino, Gador, Sadesa
Agrocom, Barracas, Frávega, (energía),
Pescarmona, Eurnekián Pluspetrol Electroingeniería,
Soldati Insud (Sigman)
* Se trata de las 200 empresas más grandes del país de acuerdo a sus respectivas ventas
anuales (no se incluyen firmas del sector financiero y el agropecuario, salvo las abocadas
a la comercialización de granos).
** Se trata de grupos cuya variación en la participación en las ventas entre 2001 y 2015
fue inferior al 10%.
Fuente: elaboración propia en base a balances empresarios y revistas Mercado y Prensa Económica.
151
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
En cuanto a los grupos “perdedores”, cabe consignar que en la tipo-
logía I quedan involucrados 14 conglomerados cuyas empresas dejaron
de integrar la elite empresaria local entre 2001 y 2015 (en el primero
de los años mencionados su participación en las ventas agregadas de
la cúpula fue del 3,1%). En su mayor parte se trata de organizaciones
que fueron vendidas al capital extranjero en los primeros años del
período analizado debido a problemas financieros que se habían
agravado en el tramo final de la convertibilidad o que, por diferentes
razones, tu- vieron que afrontar la quiebra o un proceso de
desmembramiento de la unidad económica principal. Además del
ejemplo referido del grupo Fortabat, pueden traerse a colación los
casos de Soldati, Backchellián, Acevedo, Garovaglio y Zorraquín,
Macri y Pescarmona.
Por su parte, la tipología II agrupa a los grupos económicos que
man- tuvieron su presencia en la cúpula entre 2001 y 2015 pero
reduciendo su participación. Aquí quedan involucrados 9
conglomerados que en el último de los años estudiados controlaban 14
empresas del panel de las doscientas líderes, cuyas ventas
representaban el 6,9% de la factu- ración global (una ponderación que
resulta casi 5 puntos porcentuales más baja que en 2001). Se trata de
organizaciones importantes (de con- junto explican cerca de la tercera
parte de las ventas totales de los gru- pos locales en 2015), con una
historia más o menos prolongada dentro del poder económico
doméstico y que son bastante heterogéneas en cuanto a su perfil
sectorial. En esta categoría sobresale la presencia de tres grupos
relevantes (Techint, Eurnekián y Pérez Companc), sobre los cuales
es preciso hacer una salvedad. El ranking de grandes com- pañías
elaborado para esta investigación considera los datos de las
empresas de los grupos locales que operan en la Argentina, pero no
incluye a las que poseen más allá de las fronteras nacionales, lo cual
lleva a subestimar la facturación de aquellos conglomerados que en el
transcurso de las últimas décadas han encarado un proceso de inter-
nacionalización intenso, como son Techint y Eurnekián.
El primero se ha convertido en uno de los líderes mundiales en la
producción de tubos de acero sin costura para el sector hidrocarburí-
fero, a partir de una serie de adquisiciones de competidores interna-
cionales que se inició en el decenio de 1990 y se profundizó en los años
recientes. En 2002 el conglomerado perteneciente a la familia Rocca
creó Tenaris, una empresa holding con sede en Luxemburgo en la que
agrupó a sus principales firmas: Siderca (Argentina), Tamsa (México)
y Dálmine (Italia). A partir de entonces Tenaris se expandió a
nivel global vía inversiones en Estados Unidos, Canadá, Colombia,
Arabia Saudita, Rumania y China, entre otros países. Dentro del
sector side- rúrgico Techint también se transformó en un líder
regional en la pro- ducción de aceros planos gracias a compras que
realizó, por ejemplo,
152
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
51
En 2005 se asoció con la francesa Danone para la fabricación de galletitas y productos
afines, conformando una de las empresas más importantes del sector a nivel regional (Ba-
gley Latinoamericana). En ese mismo año adquirió la firma Benvenuto, especializada en
la elaboración de alimentos enlatados con la marca “La Campagnola” e ingresó en el seg-
mento de los helados. Luego, como parte de su estrategia expansiva, el grupo construyó
entre 2010 y 2012 una fábrica nueva en la localidad de Salto (provincia de Buenos Aires).
154
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
52
Caputo también es propietario de Iatec y Mirgor, dos empresas que integran el ranking
de firmas líderes y que fueron favorecidas por las diversas prebendas del régimen promo-
cional fueguino.
53
La transferencia se efectivizó un par de meses antes de las elecciones que transforma-
ron al hijo mayor de Franco en Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires (CABA).
54
Además, a través de la empresa Cincovial, ODS es el titular de la concesión de varias
rutas nacionales y una autopista.
156
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
158
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
PARTICIPACIÓN
CANTIDAD DE EN
DISTRIBUCIÓN LAS VENTAS DE
DE LAS VENTAS
ASOCIACIONES LA CÚPULA PRINCIPALES EMPRESAS
Predominio , , , , , , Telecom, Axion Energy, Pan American
extranjero Energy, Telecom Personal, Mercado
Libre, Bagley, Monroe Americana,
Transporta- dora de Gas del Sur, Edesur.
* Se trata de las 200 empresas más grandes del país de acuerdo a sus respectivas ventas
anuales (no se incluyen firmas del sector financiero y el agropecuario, salvo las abocadas a
la comercialización de granos).
** Las empresas se ordenan de modo decreciente en función del monto de sus ventas en 2015.
*** Todas las firmas integran el conglomerado empresario en torno a YPF.
Fuente: elaboración propia en base a balances empresarios y revistas Mercado y Prensa Económica.
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L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Cuadro 11. Argentina. Principales empresas privadas que pasaron a estar
bajo control del Estado en el período 2003-2015
AÑO DE LA
EMPRESA OPERACIÓN
PROPIETARIO ANTERIOR
55
En esta categoría también queda incluida la decisión oficial de rescindir las concesiones
en varios ramales ferroviarios de carga y de pasajeros luego de largos años de profusión de
160
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
161
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErD Roggio).
iDA”.
162
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
REFLEXIONES FINALES
163
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
gunas firmas pertenecientes a grupos económicos “viejos” y
“nuevos”, así como al “retorno del Estado” en calidad de accionista
y/o propie- tario de unas pocas grandes compañías. No obstante, el
predominio extranjero constituye un dato estructural insoslayable.
No sólo por lo que implica en términos de pérdida de “decisión
nacional” o por las presiones que acarrea sobre la balanza de pagos.
También porque in- volucra diversos sesgos que atentan contra la
diversificación y la com- plejización de la estructura productiva,
puesto que se trata de actores que, en procura de minimizar sus
costos absolutos a nivel mundial y/o a partir de la posición
dominante que ejercen en el mercado interno en vastos sectores,
suelen carecer de interés real para que ello ocurra.
La notable extranjerización de la economía argentina en las
últimas décadas no hace más que expresar la debilidad manifiesta
del capital nacional. Incapaz de competir en igualdad de
condiciones, esta frac- ción del empresariado local ha venido
resignando porciones impor- tantes de la estructura económica y se
ha replegado, con pocas excep- ciones, hacia el procesamiento de
recursos básicos relacionados con la “vieja” (pero sumamente
actual) inserción del país en la división mundial del trabajo. Entre
los “miembros ilustres” de esta fracción del poder económico se
destacan los grupos Arcor, Ledesma, Mada- nes, Pérez Companc,
Techint, Urquía y Vicentín, que bajo las admi- nistraciones
kirchneristas se vieron beneficiados y, en muchos casos, potenciaron
la internacionalización de sus actividades (por la vía ex- portadora
y/o a favor de inversiones en otros espacios nacionales).
A ellos debería agregarse un conjunto de grupos empresarios que
experimentaron un crecimiento notable en la etapa analizada y que
antes ocupaban lugares marginales (o inexistentes) en la dinámica
de acumulación general y en el interior de los sectores dominantes.
Dicha expansión fue posible merced a la muy activa participación
de estos actores en muchas de las “áreas de negocios” que se
habilitaron desde el sector público en diferentes frentes: obras de
infraestructura, energía, medios de comunicación, juegos de azar,
regímenes promo- cionales específicos, etc. (Electroingeniería,
Calcaterra, Caputo, Inda- lo, Pampa Energía, Newsan, etc.).
La expansión de estos holdings “nuevos” fue posible por tratarse en
ge- neral de actividades no transables y reguladas por el Estado. Lo
más in- teresante a plantear al respecto es que no se trata de un nuevo
conjun- to de “campeones nacionales” fomentados desde el aparato
estatal, a la manera de los chaebols coreanos (Amsden e Hikino, 1995),
para disputar una porción del mercado mundial en sectores
dinámicos y/o intensivos en conocimiento, sino que se vinculan con el
aprovechamiento de cier- tos espacios de acumulación que operan a
resguardo de la competencia externa.
164
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
Es por ello que más allá de las diferencias que puedan establecerse
en- tre estos capitales y los anteriores (procedencia social de los
propietarios, inserción sectorial de las firmas, grados de articulación
con el capital ex- tranjero, relación con el sistema político y la
intervención estatal, etc.), es claro que, vistos en conjunto, su
crecimiento en los últimos años no contribuyó a impulsar una
reindustrialización basada en el desarrollo de nuevas capacidades
productivas que puedan potenciar las ventajas diná- micas de la
economía argentina. Y por esa vía sentar las bases para una sociedad
más inclusiva e igualitaria y reducir el nivel de dependencia.
A pesar de las divergencias aludidas, en ninguno de los dos casos
exis- tieron proyectos articulados para generar modificaciones
estructurales en el perfil de especialización e inserción del país en la
economía global. En un caso, el de los “miembros ilustres”, debido a
que su objetivo funda- mental pasó por profundizar su inserción en el
mercado mundial a par- tir del aprovechamiento de las ventajas
comparativas domésticas. En el otro, el de los “nuevos burgueses”, en
la medida en que el objetivo casi excluyente pasó por garantizarse
ciertos “nichos de privilegio” al amparo de múltiples acciones y
omisiones estatales.
Por último, cabe una breve reflexión sobre el “regreso del Estado”
du- rante el kirchnerismo. Si bien en dicho proceso no parece haber
primado una visión estratégica y sí una táctica de “correr por detrás”
de la coyun- tura económica y/o política, es innegable que, en
algunos casos, los efec- tos de la intervención estatal podrían ser
estructurales en lo referido a la dinámica del modo de acumulación
en la Argentina. Se trata de cuestio- nes promisorias por las
potencialidades que ofrecen en materia de desa- rrollo nacional, las
que naturalmente se convertirán en avances o retro- cesos en función
de la correlación de fuerzas, así como de la disposición (o no) del
Estado para ejercer una política de planificación del desarrollo de
mediano y largo alcance más que de sorteo de la coyuntura56.
56
Con el gobierno de Cambiemos no se han verificado procesos de privatización o de
re- privatización, pero resulta ostensible el rechazo oficial a aprovechar las señaladas
poten- cialidades. Prueba de ello son, por caso, las estrategias desplegadas hasta el
momento en la gestión de YPF y Aerolíneas Argentinas (fuerte caída en las inversiones
en la primera, intento por avanzar en una desregulación de la aeronavegación
comercial). Y también el manejo que se le busca imprimir al Fondo de Garantía de
Sustentabilidad de la Anses (ven- ta de las participaciones accionarias que el Estado
165
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
rDiDAen
detenta
PE ”. algunas de las principales compañías que operan en el medio local).
166
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
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168
EL PODEr ECONÓMico DE LA ArGENTiNA BAJO LOS GOBiErNOS DEL kircHNErisMO.
169
DE LA PROMESA DEL PLENO
EMPLEO A LOS PROGRAMAS DE
TRANSFERENCIAS DE INGRESOS.
MERCADO DE TRABAJO Y POLÍTICAS
LABORALES EN EL PERIODO
KIRCHNERISTA
Pablo Ernesto Pérez y Facundo Barrera Insua
Introducción
167
informalidad y precariedad laboral.
168
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
El capítulo se estructura en cinco secciones. En la primera profun-
dizamos el análisis de la dinámica macroeconómica durante el
perío- do y su articulación con el funcionamiento del mercado de
trabajo. La segunda sección discute los cambios en el marco
institucional, principalmente aquellos vinculados a la regulación
salarial y a la ne- gociación colectiva. La sección tercera refiere a la
calidad del empleo generado, destacando la persistencia de empleo
informal, a pesar de la mejora continua en los indicadores laborales
durante casi todo el periodo analizado. La cuarta sección examina
las relaciones entre des- igualdad salarial y conflictos laborales, y la
quinta analiza las políticas laborales y sociales implementadas
durante los años kirchneristas. Por último, en las reflexiones finales
destacamos algunos de los lími- tes con los que se encontró el
patrón de acumulación de la Argentina.
57
Países como Chile, Venezuela o Bolivia (a partir de 2006), se ven directamente favore-
cidos por el control de la principal materia prima que vende el país (cobre, petróleo y gas,
respectivamente), a través de empresas estatales. Mientras que otros países como Argen-
tina aplicaron derechos de exportación (retenciones) a partir del 2002, por la venta de los
169
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
rDiDA”. granos (soja, trigo y maíz).
principales
PE
170
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
aumenta el precio en pesos de los bienes y servicios importados, lo
cual genera un proceso de sustitución de productos que
anteriormente se importaban. Esto provoca un aumento en la
actividad de estos secto- res que conduce a un incremento en el
empleo en los mismos. Por otro lado, aumenta el precio (en pesos)
de las mercancías que se venden al exterior, de manera que aumenta
la rentabilidad de las exportaciones, incentivando la producción
doméstica de bienes exportables y el creci- miento en el empleo de
estos sectores.
A su vez, creció la demanda internacional de los commodities que
vende la Argentina58 lo cual favoreció a los sectores exportadores
vinculados a la explotación de bienes primarios, expandiéndose la
frontera de pro- ducción sojera e incrementándose el número de
proyectos vinculados a la minería.
Sin embargo, esta política no podría haberse fijado sin las
condiciones generadas por la crisis de 2001-2002 y las medidas que se
tomaron para su resolución. En primer lugar, la fuerte devaluación
nominal de 2002
-en torno al 400%- permitió la reducción de los costos de producción en
dólares y mejorar la competitividad, tanto de los sectores exportadores
como aquellos que compiten internamente con importaciones. El
costo laboral real fue llevado a niveles mínimos históricos. En segundo
lugar, se impulsó una pesificación asimétrica, que permitió la
licuación de las deudas de las grandes empresas y el saneamiento de
sus balances. Am- bas medidas de política económica crearon
renovadas condiciones para la acumulación de capital. Tal como
sucedió en devaluaciones previas, la fuerte suba de los precios de los
bienes comercializables, derivó en una fuerte caída en los salarios
reales que provocó un descenso inme- diato en el consumo, lo que a
su vez, favoreció el equilibrio externo y creó condiciones generales
para una nueva expansión macroeconómi- ca. Vale decir, que en
tanto los salarios se encontraron en un nivel más bajo supusieron un
incremento en las ganancias, elemento central en la reactivación de la
actividad (Feliz y Pérez, 2007).
Como es conocido, la evolución de la actividad económica muestra
un largo periodo de crecimiento sostenido que va prácticamente
desde la salida de la crisis de 2001-2002 hacia fines del periodo, con
breves inte- rrupciones en los años 2009 y 2014. No sólo se recuperan
los niveles de producto previos a la crisis sino que también se superan
los valores más altos de la década anterior. Este crecimiento en el
nivel de actividad económica se condice con un fuerte aumento en el
empleo y una baja sustancial en las tasas de desocupación y
subocupación, que para 2007 pasan a ser de un dígito por primera vez
desde 1993.
58
Esto se debe, por un lado al aumento de la demanda por el ingreso de China como
169
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErD gran
iDA”.comprador, y por otro, a la presión que la demanda especulativa de productos
derivados de los commodities ejerció sobre el precio de las mismas.
170
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
Gráfico 1. Crecimiento económico -variación trimestral- y tasa de desocu-
pación, subocupación demandante (términos porcentuales). Años 2003-2015.
25 6%
4%
20
2%
15
0%
10
-2%
5
-4%
0 -6%
I II III VI I II III VI I II III VI I II III VI I II III VI I II III VI I II III VI I II III VI I II III VI I II III VI I II III VI I II III VI I II III
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
171
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Gráfico 2: Ingreso medio de los trabajadores ocupados. Tercer trimestre
2003=100. Período Mayo de 2000- IV-2014.
200
Variación I 2008- IV 2014: 0,5%
180
Variación III 2003- IV 2007: 63,7%
160
140
120
100
80
III 2003
I 2000
I 2001
I 2002
I 2003
III-2007
III-2008
III-2009
III-2010
III-2011
III-2012
III-2013
III-2014
III2004
III2005
III2006
I-2004
I-2005
I-2006
I-2007
I-2008
I-2009
I-2010
I-2011
I-2012
I-2013
I-2014
Nota: Los ingresos promedio de los trabajadores ocupados (EPH) fueron deflactados por
el IPC-GBA hasta el año 2007, entre 2007 y 2011 se utiliza el IPC-7 provincias y desde enton-
ces hasta el 2014 el IPC de San Luis.
172
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
inecesario
NGrESOS. para
173
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
que industrias de baja productividad mantengan su nivel de actividad
-y demandado por empresas más concentradas-, y la presión por
au- mentos salariales en un contexto inflacionario. En definitiva, la
puja distributiva, que se expresa con mayor virulencia en los
últimos años, es una expresión concreta del momento en el que la
política macro- económica entra en tensión con la política salarial:
los asalariados no están dispuestos a asumir la baja en el salario real
ni los empresarios a reducir su rentabilidad. La “puja distributiva”
deriva en el aumento de precios y la baja en el tipo de cambio real.
Frente a los aumentos salariales nominales, las empresas intentan
trasladarlos, en la medi- da de sus posibilidades, a precios59. Sin
embargo, si el tipo de cambio nominal y la productividad del
trabajo se mantienen constantes, la traslación de los mayores costos
salariales a precios provocará una pér- dida de “competitividad”60.
Hacia el año 2014, el gobierno realiza una nueva devaluación del or-
den del 30%, mayor a las “minidevaluaciones” que utilizaba hasta ese
momento. La política devaluatoria intenta resolver las tensiones
en la política macro en favor del empresariado industrial. Sin
embargo, en el caso argentino, al alimentar un proceso de inflación
cambiaria, lo único que se consigue es distender temporalmente
el problema y renovar el conflicto.
En síntesis, mientras la primera etapa de este período se
caracte- rizó por el alto dinamismo de la actividad y el empleo,
con salarios bajos; la segunda etapa ha sido de crecimiento
moderado de ambas variables, con intervenciones contracíclicas
para sostener el empleo durante situaciones recesivas -como en
2009-, y niveles salariales más altos pero estancados.
59
Esto no significa que sean los asalariados quienes al pujar por aumentos en el salario
provoquen inflación, ya que son los empresarios quienes forman los precios. En
realidad, la inflación reciente puede entenderse como resultado de la reticencia del
capital a reducir su rentabilidad.
60
Una suba en los precios domésticos provoca una caída en el tipo de cambio real (se apre-
cia), lo cual tiende a hacer menos competitivos a los sectores productores de bienes transa-
bles, revirtiendo/reduciendo los efectos derivados de la nueva política económica
174
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
de la pugna de intereses contradictorios entre las clases. En el corto
plazo, dicha legislación puede favorecer al actor poderoso o
condicio- nar su plena disposición del poder del mercado.
Durante la primera década del siglo XXI, el marco institucional
pre- sentó numerosas modificaciones. Mencionamos aquí sólo
algunas de relevancia para el análisis de la dinámica del mercado de
trabajo.
Ante la enorme contracción del salario real producto de la devalua-
ción, una primera decisión de política se relaciona con la promoción
de aumentos salariales en el sector privado mediante incrementos de
suma fija no remunerativa desde mediados de 2002 . En este
senti- do, el rol activo del gobierno impulsando la recuperación
inicial fue complementado con aumentos incorporados a los salarios
básicos por decreto.
En segundo lugar, a mediados del año 2003 se reactiva la adminis-
tración estatal del salario mínimo, vital y móvil (SMVM), que involu-
cra actualizaciones periódicas. Luego, a partir de agosto de 2004 (De-
creto Nº 1.095/04), se pasó a negociar en el Consejo del SMVM.
Durante más de una década (1991-2003) su valor se mantuvo
fijo, lo que desvirtuaba el objetivo principal de establecer un piso
salarial efectivo para los trabajadores más desprotegidos. Así, en un
primer momento, la decisión política de hacer que el SMVM recupere
su fun- ción histórica se logra a través de los incrementos más
importantes de la administración kirchnerista, con valores cercanos
al 50% tanto en 2003 como en 2004. De esta forma, en esos años se
produce una recu- peración en relación al salario promedio de la
economía61.
61
La participación del salario mínimo respecto al promedio aumentó del 42,8% al 54,2%,
incluso en años donde este último tuvo sus tasas de crecimiento más altas.
175
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Gráfico 3. Evolución del salario mínimo, variación anual y promedio de la
etapa 2003-2008 y 2009-2015.
50%
ajuste anual
45% promedio
40%
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
5000
negociaciones trabajadores 4530
4500
3938
4000
3500
3000
2500
2038 1957
2000
1500
1027
1000
500
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
62
No parece existir consenso en la conceptualización de la informalidad ni respecto de su
forma de medición. En el presente capítulo consideramos trabajadores informales a aque-
llos trabajadores asalariados que no hacen contribuciones a la seguridad social.
178
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
Gráfico 5.Tasa de empleo no registrado de trabajadores de 18 años y más.
Total de aglomerados urbanos. Periodo: II semestre 2003 – I semestre 2015.
50,0
46,0
42,0
38,0
34,0
30,0
II 2011
II 2012
II 2013
II 2014
I 2012
I 2013
I 2014
I 2015
II 2003
II 2004
I 2004
I 2005
II 2005
II 2006
II 2007
II 2008
II 2009
II 2010
I 2006
I 2007
I 2008
I 2009
I 2010
I 2011
Nota: De acuerdo al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (Ley N° 24.241), son
los asalariados mayores de 18 años los que se encuentran obligados a realizar aportes a la
seguridad social.
Fuente: elaboración propia en base a MTEySS - Subsecretaría de Políticas, Estadísticas y Estudios Laborales
/ EPH (INDEC).
179
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Social (ENAPROSS) realizada por el Ministerio de Trabajo, Empleo y
Se- guridad Social en el año 2011 (MTEySS, 2011), un 41% de los
asalariados informales que trabajan en empresas, lo hacen en
unidades producti- vas que se desempeñan en el sector formal de la
economía. Es decir, en empresas que tienen a su vez empleados
formales en su planta, lo cual presupone capacidad contributiva y
mejores condiciones para la formalización de sus trabajadores.
Estas empresas cumplen, al me- nos parcialmente, con las
obligaciones tributarias, contables y/o la- borales, lo que revela
cierto grado de organización interna, niveles de rentabilidad
razonables y visibilidad de la unidad económica ante los organismos
de contralor, entre otras características relevantes. Esto implica que
gran parte del empleo asalariado informal es el resultado de la
evasión de las obligaciones laborales de empresas organizadas y
articuladas con la economía legal (MTEySS, 2013).
Esta evidencia es consistente con el planteo de diferentes autores
que sostienen que la informalidad no se trata sólo de actividades de
subsistencia en el sector informal, tal como fue concebido original-
mente el problema, sino de una estrategia de empresas en el sector
formal que utilizan trabajadores informales -sin registro- para pagar
menos salarios63.
En esta última línea, Sassen (2003) sostiene que hay que dejar
de pensar la economía informal como una anomalía, y tratarla como
un resultado necesario del capitalismo avanzado, en el cual las
activida- des informales serían “aquellas actividades que generan
ingresos fue- ra del marco regulatorio del Estado que tienen analogías
dentro de ese marco” (Sassen, 2003). Esto significa que no se trata
de actividades marginales, sino que generalmente tienen lugar
dentro de la econo- mía formal y están reguladas. Ante la necesidad
de aumentar las tasas de ganancia y competir en una economía
mundializada, las empresas buscan bajar costos y en ese esquema
aparecen los trabajadores infor- males: como mano de obra más
barata para el capital concentrado. Las nuevas tecnologías
permiten fraccionar procesos productivos que antes se realizaban en
una única sede, permitiendo tercerizar tareas hacia empresas chicas
que escapan al control legal (Gallart, 2007).
En síntesis, los valores de informalidad laboral que se estabilizan
en torno al tercio de los trabajadores durante la segunda etapa,
pueden entenderse en el marco de las decisiones de las empresas
para recom- poner tasas de ganancia y competir en una economía
mundializada al mismo tiempo que evitan los costos de procesos
inversores sostenidos.
63
Reconociendo este fenómeno, a partir de 2003 la Organización Internacional del
Trabajo extendió el concepto de informalidad a aquellos trabajadores que no están sujetos
a la le- gislación laboral nacional con independencia del sector productivo de pertenencia
180
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGroESOS
(formal .
informal) así como al tamaño de la empresa.
181
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
Las nuevas tecnologías permiten fraccionar procesos productivos
que antes se realizaban en una única sede, permitiendo tercerizar
tareas hacia empresas chicas que escapan al control legal. Allí, los
trabaja- dores informales aparecen como la variable que se ajusta
para bajar costos, y funcionan como mano de obra más barata para
el capital concentrado.
Aquí también, entendemos que la idea del gobierno descansaba la
dinámica exitosa de la creación de empleo y mejora en su calidad, y
por tanto,
64
Base de conflictos laborales del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
65
Con una única excepción de 2014, año de la devaluación más importante del kirchneris-
mo, cuando los conflictos por mejoras de salarios vuelven a los registros originales.
182
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
Gráfico 6.Conflictos laborales con paro y participación de los conflictos se-
gún reclamo principal
100%
1600 Mejoras salariales
400 Otros
20%
Conflicto con paro (eje
200
sec)
0%
0
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
183
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
para
PE recuperar
rDiDA ”. poder de
184
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
consumo frente a la inflación, como para ganar posiciones perdidas
frente al resto de los trabajadores, con lo que se han ampliado las
des- igualdades.
La desigualdad siempre ha sido un factor de conflicto. Desde
me- diados de los años ‘70, la estructura distributiva presenta un
constan- te desmejoramiento hasta comienzos del período
analizado. Duran- te el año 2003 se produce el fenómeno de
inflexión distributiva, y el quiebre en la tendencia es un hecho que,
leído en términos históri- cos, representa una novedad por sí
mismo. Asimismo, el cambio en el comportamiento de los
indicadores de desigualdad no es propiedad exclusiva de este país,
dado que aparece como un rasgo de la mayoría de los países de la
región.
El proceso de mejoras en la distribución se extiende, fundamental-
mente, durante los siguientes 5 años. No sólo se recupera el salario
medio real del conjunto de los trabajadores, tal como exhibimos
ante- riormente, sino que se incrementan en mayor medida los
salarios de los trabajadores peor remunerados.
Algunas dimensiones de la desigualdad salarial, como la
regional (trabajadores ubicados en regiones diferentes), o por
calificación del puesto de trabajo, presentan trayectorias
descendentes pronunciadas hasta 2007/8, para luego seguir un
comportamiento estable en torno al nivel alcanzado en aquellos
años66.
Sin embargo, resulta de interés estudiar la inequidad existente en-
tre los salarios medios según rama de actividad dado que el
compor- tamiento difiere. El índice de desigualdad sectorial67 para
los trabaja- dores registrados68 exhibe un patrón descendente
durante la primera etapa, donde el retroceso relativo de los salarios
en el sector financiero, otrora favorecido, es uno de los principales
contribuyentes al fenóme- no. Simultáneamente, los sectores que
más recuperan salarios reales son construcción, agricultura y
textiles, tradicionalmente retrasados en la estructura de ingresos. Al
observar la evolución de la serie punta
66
Fuente: Encuesta Permanente de Hogares.
67
El indicador de desigualdad se construye mediante el Índice de Theil (T). En caso de
que no se cuente con la información a nivel de individuos o se esté interesado en
trabajar con datos agrupados, si los miembros de la población pueden ser clasificados
en grupos mu- tuamente excluyentes y completamente exhaustivos, entonces el T
puede descomponerse en dos elementos: el componente entre grupos (T’g) y el
componente al interior de los mismos (Twg). En este caso se trabaja con el T´g que toma
en consideración los salarios medios de cada sector, junto con sus participaciones en el
total de la población. Los valores límites están dados por cero, si todos los individuos
tienen el mismo ingreso (igualdad perfecta), y ln del valor poblacional, en caso de que
un único individuo posea la totalidad de los ingresos.
185
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErD 68iDA”.
Fuente: Sistema Integrado Previsional Argentino.
186
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
a punta, la etapa que se abre en el 2008 muestra un proceso regresivo
donde se retorna a valores del 2005 (Gráfico 7).
0,070
0,068
0,066
0,064
0,062
0,060
0,058
0,056
0,054
0,052
0,050
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Fuente: elaboración propia en base a datos del SIPA -MTEySS.
69
La dinámica diferencial de la desigualdad salarial sectorial durante el período, puede
explicarse a partir de factores no muy difundidos en la literatura sobre el tema. Por un
lado, resulta necesario incorporar la dimensión de la dinámica de la acumulación de capi-
tal sectorial diferencial; y por el otro, los distintos niveles de organización y conflicto por
parte de las organizaciones sindicales, responsables de conducir las demandas salariales
(Barrera Insua, 2017).
187
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
tener incrementos en desigualdad que se dan con sus pares formales.
En segundo lugar, la aceleración de la inflación, que a partir del
2007 pasa a ubicarse entre el 20% y el 25% anual (exceptuando el año
2009), vuelve a las distintas rondas de negociación salarial un
instrumento básico de recuperación del poder de compra. Dicha
dinámica incumbe a la fracción registrada de los trabajadores. Allí,
los ajustes podrían no ser parejos para todos, con sectores donde los
sindicatos logran incre- mentos para cubrirse de la inflación
(construcción, comercio, hoteles y restaurants), mientras que otros
obtienen dichos montos más adi- cionales por ganancias o
“productividad” (minería, transporte, inter- mediación financiera).
En síntesis, en lo que a desigualdad salarial se refiere, parecería
ver- se dos comportamientos diferenciales. Una primera etapa de
mejora para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras, guiada
por la in- cidencia de la dinámica económica sobre el mercado de
trabajo, junto con las políticas públicas destinadas a favorecer a los
trabajadores de menores ingresos. Y una segunda etapa donde la
desaceleración del producto y el impulso de la inflación, favorece el
proceso regresivo en- tre trabajadores formales, a pesar de la
búsqueda del Estado por rever- tir dicha dinámica.
70
Luego el programa extiende su cobertura a desocupados jóvenes y a mayores de 60
años que no hubieran accedido a una prestación previsional.
188
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
La magnitud de beneficiarios involucrada supone un cambio
pro- fundo respecto a la política de empleo del periodo anterior. Por
prime- ra vez un programa de empleo y/o de transferencia de ingresos
alcanza una proporción tan importante del total de trabajadores
desocupados. Con su implementación el gobierno buscaba dos
objetivos: alivianar la grave situación social que afectaba gran parte
de la población en ese momento (recordemos que la pobreza
alcanzaba el 55% en 2002); y, a su vez, controlar la tensión social en
un contexto de fuerte redistribu- ción de ingresos en detrimento de
los sectores de menor poder adqui- sitivo (Féliz y Pérez 2007). El
programa tuvo además efectos positivos a nivel macro, ya que, a
pesar de lo exiguo del monto, el aumento en el consumo de las
familias de menores ingresos posibilitado por el PJJHD desempeñó un
papel importante en la recuperación de la actividad económica.
A partir del PJJHD se podría haber extendido la idea que el progra-
ma llevaba desde su creación: una redistribución universal del
ingreso a todos los ciudadanos cualquiera sea su situación en la
producción (MTEySS, 2003). Sin embargo, ese no fue el camino
elegido. Una vez que mejora la grave situación social que tuvo
lugar a la salida de la crisis de 2001/2002 y se retoma un sendero de
crecimiento económico, el gobierno decide que es necesario
“ordenar” a los beneficiarios del PJJHD para posibilitar el diseño de
políticas específicas. Con este fin, en 2004 establece que los
Ministerios de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) y de
Desarrollo Social (MDS) elaboren una clasificación de los beneficiarios
del PJJHD de acuerdo a sus condiciones de emplea- bilidad (MTEySS,
2004).
En base a este criterio los beneficiarios son derivados hacia dos nue-
vos programas: el Plan Familias por la Inclusión Social (Plan
Familias), y el Seguro de Capacitación y Empleo (SCE). El primero de
estos pro- gramas se orienta a aquellos beneficiarios evaluados con
muy pocas probabilidades de encontrar un empleo (principalmente
beneficiarias mujeres con más de 2 hijos), quienes pasan a depender
de la asisten- cia social. Contrariamente, aquellos beneficiarios
considerados más “empleables” son incentivados a pasar al Seguro
de Capacitación y Empleo donde (según el gobierno) podrían mejorar
su empleabilidad, formándose y capacitándose mientras las oficinas
públicas de empleo identifican su situación y los orientan hacia
diferentes posibilidades de inserción laboral. Si la idea es la
inclusión social mediante el em- pleo, ésta no parece ser una
opción “adecuada”, ya que mientras se capacita a los primeros de
manera de acercarlos al mercado de trabajo, a aquellos que van al
Programa Familias se los liga a una serie de obli- gaciones familiares
(presentar certificados de escolaridad, del plan nacional de
vacunación de los hijos) que dificulta aún más sus posibi-
189
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
lidades de buscar y conseguir un empleo.
La noción misma de empleabilidad genera controversias. La concep-
ción más difundida combina actitudes, habilidades y
calificaciones de los trabajadores, consideradas indispensables
para enfrentar los rápidos cambios en una economía globalizada.
Cada trabajador apa- rece en esta visión como gestor de su propia
trayectoria laboral. Esta visión de la empleabilidad, centrada en
características del individuo, es compartida por los organismos
internacionales (Banco Mundial, OIT, CEPAL) y por aquellos autores
que centran su propuesta en la for- mación a lo largo de toda la vida.
Formación y activación persiguen un mismo objetivo: aumentar la
autonomía y las oportunidades de los individuos (lo que en la
literatura anglosajona se llama empowerment) para darles los medios
para llevar adelante sus proyectos en lugar de simplemente
asistirlos. El rol del Estado es ahora proveer a los indi- viduos de una
parte de estos activos o ayudarlos a adquirirlos, de ma- nera que ellos
puedan disponer de un patrimonio que los constituya como
“empresarios” de su propia vida (Gautie, 2004).
La bifurcación del PJJHD luego de superada la crisis de
2001/2002 retoma las sugerencias de los organismos internacionales
de activa- ción de la política social. El SCE es un claro ejemplo de la
activación de políticas pasivas y de la imposición de actividades a los
desocupados pasando a ocupar el lugar del seguro de desempleo. Para
cobrar la pres- tación (no remunerativa) el trabajador desocupado
suscribe un conve- nio de adhesión en el cual se compromete a
participar en actividades de orientación y asistencia en la búsqueda
de empleo, de formación básica y profesional, de práctica laboral,
de formulación de proyec- tos de autoempleo y, finalmente, a
aceptar las ofertas de empleo que se le propongan (adecuadas a su
experiencia y formación). El objetivo es que la posesión de un empleo
garantice un ingreso mayor que una prestación social, preservando el
atractivo de las remuneraciones reci- bidas en el mercado de trabajo.
Para ello, en un contexto de menores salarios reales después de la
devaluación de comienzos de 2002 era ne- cesario reducir la magnitud
de las prestaciones sociales.
En líneas generales, podemos destacar que se continuó con una
lógi- ca de focalización hacia determinados grupos poblacionales en
situa- ción de vulnerabilidad. Si bien existió tanto una ampliación
presu- puestaria como un incremento en la cantidad de beneficiarios
totales, el diagnóstico de los problemas de desempleo y pobreza
permanecie- ron ligados al déficit de capital humano y la mayoría
de las condicio- nalidades estuvieron destinadas al aumento de la
empleabilidad de los beneficiarios. La idea que sustenta la
implementación de este tipo de programas es que mientras las
políticas macroeconómicas estimu- lan la demanda de empleo, las
políticas sociales dotan a la población
190
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
más vulnerable de nuevas herramientas para su futura inserción. De
esta manera, el empleo aparece como el instrumento ineludible para
alcanzar la inclusión social. No obstante, pese al continuo crecimien-
to económico del periodo, el deseo inmejorable de un empleo de
cali- dad para todos no parece ser una alternativa viable.
192
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
vulnerabilidad lleva a que otros autores incluyan la AUH dentro del
común de programas de transferencia monetaria condicionada imple-
mentados en América Latina.
Con la implementación de la AUH se reconoce, desde la política pú-
blica, el carácter segmentado del mercado de trabajo argentino y
la imposibilidad de resolverlo únicamente a partir del crecimiento
eco- nómico. El hecho de implementarse en un contexto de pérdida
de peso relativo del oficialismo en el Congreso, luego del proceso
electoral de junio de 2009, lleva a que se plantee que este enorme
incremento del gasto social es utilizado como una estrategia de
recomposición del po- der político.
En la misma línea de la AUH se lanza en enero de 2014 el programa
PROGRESAR, destinado a jóvenes de 18 a 24 años, uno de los grupos
etarios más golpeados por los vaivenes del ciclo económico. Su objeti-
vo es mejorar los ingresos de aquellos jóvenes que se encuentran des-
ocupados o en situación de informalidad, lo que indica nuevamente
el reconocimiento del gobierno de que el mercado no podrá resolver
-al menos en el corto plazo- los problemas de empleo de este grupo.
Su contraprestación es la participación en instituciones educativas
for- males (secundarias o universitarias) y acreditar visitas
periódicas al sistema de salud, por lo que podría considerarse una
extensión de la AUH para aquellos beneficiarios que cumplen los 18
años.
Se puede observar una diferente lógica en la contraprestación, dado
que el programa no busca prioritariamente71 incentivar la rápida (re)
inserción de los jóvenes al mercado de trabajo (como lo hacía -
por ejemplo- el Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo,
implementa- do 6 años antes) sino que se estimula principalmente la
terminalidad educativa, posibilitando a los jóvenes beneficiarios
mayores oportuni- dades de elección (no tendrían la presión de tener
que buscar un tra- bajo bajo cualquier condición y salario para
obtener un mínimo de in- gresos para cubrir sus necesidades). Si bien
continúa vigente la lógica de aumentar el capital humano de los
jóvenes, la misma ya no estaría ligada a la inminente inserción
laboral 72.
Si bien estas medidas extienden la cobertura social a nuevos grupos
71
Los perceptores pueden participar de las acciones del Ministerio de Trabajo Empleo y
Se- guridad Social que les permite acceder a acciones de capacitación laboral y
formación para el empleo, pero esta participación no es obligatoria como sí lo es el
componente educativo formal y de salud.
72
Mientras en el Programa jóvenes con Más y Mejor Trabajo se garantizaba el beneficio
por un máximo de 18 meses (como forma de desincentivar la permanencia en el
programa, o, en otras palabras, el asistencialismo), ahora la prestación caduca por un
criterio formal (cuando el joven cumple los 24 años) independientemente de cuánto
tiempo haya sido beneficiario.
193
L A ArGENTiNA kircHNErisTA: ENTrE LA “Déc ADA GANADA” y LA “Déc ADA
PErDiDA”.
(los trabajadores informales, los jóvenes), la implementación de
estos programas genera un sistema de protección dual: diferencia la
pro- tección de los trabajadores formales de aquella de los
informales. Esto se condice con la persistencia de un mercado de
trabajo segmentado, caracterizado por una alta informalidad.
Advertimos aquí que la po- lítica social no sólo intenta corregir o
compensar la desigualdad que se produce originariamente en el
mercado laboral (entre trabajadores formales y aquellos que no lo
son), sino que también modula e insti- tucionaliza la propia
desigualdad (por ej. al exigir contraprestaciones a unos y no a
otros).
REFLEXIONES FINALES
194
DE LA PrOMESA DEL PLENO EMPLEO A LOS ProGr AMAS DE Tr ANSFErENCiAS DE
iNGrESOS.
vigente, vinculados con presiones sobre la competitividad de la eco-
nomía y la distribución del producto social. Conjuntamente con una
creación de empleo más lenta, los salarios reales dejan de aumentar
– en un escenario donde se acelera la inflación- y la informalidad
laboral se estanca en torno a un tercio de los asalariados, revelando
problemas estructurales en el funcionamiento del mercado de
trabajo en Argenti- na. Asimismo, se detiene la caída de la
desigualdad, e incluso aparece un leve retroceso entre los
trabajadores formales de distintos sectores de actividad.
Frente a un patrón de acumulación que mostraba sus límites eco-
nómicos y sociales, el impacto de la recesión internacional en
2008 y 2009 puso en cuestión nuevamente las formas de
intervención es- tatal, en particular las políticas sociales y de
empleo. De la confianza que sea el crecimiento económico y la
elevada creación de empleo la solución a la problemática social, los
cambios acontecidos conducen a que el gobierno implemente
políticas destinadas a trabajadores infor- males y personas no
cubiertas por el sistema de seguridad social, tales como la AUH y el
programa PROGRESAR.
En este marco, el proceso político que finaliza con la derrota del kir-
chnerismo en las elecciones de noviembre del 2015 exhibe, a nuestro
entender, un descontento a partir del cese en la mejoría que venían
evidenciando los trabajadores durante el primer lustro de
gobierno. Los años que siguieron al 2015, desde luego, no han
hecho más que profundizar el sentir social. Los desafíos a enfrentar
son aún mayores, seguramente los trabajadores y trabajadoras junto
con sus organiza- ciones, estarán a la altura.
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