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Persona

ISSN: 1560-6139
dalvarez@correo.ulima.edu.pe
Universidad de Lima
Perú

La Madrid, Gisella
Afectividad en adolescentes anoréxicas y bulímicas evaluadas con el psicodiagnóstico de Rorschach
Persona, núm. 14, enero-diciembre, 2011, pp. 127-143
Universidad de Lima
Lima, Perú

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=147122650005

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Afectividad en adolescentes anoréxicas y
bulímicas evaluadas con el psicodiagnóstico
de Rorschach
Gisella La Madrid
Universidad de Lima
Recibido: 17 de marzo del 2011 / Aprobado: 5 de mayo del 2011

Se estudiaron las características del componente afectivo en una muestra de


adolescentes diagnosticadas con anorexia (n = 18) y bulimia (n = 17). Para la
medición de dicha variable se utilizó el psicodiagnóstico de Rorschach y los
hallazgos se analizaron a la luz del sistema comprehensivo del Rorschach (Exner,
2007). Puesto que no existían diferencias significativas entre la afectividad de las
adolescentes anoréxicas y bulímicas, se decidió integrar ambos grupos, habiéndose
finalmente estudiado la afectividad de las jóvenes con trastornos alimentarios.
Los resultados se discuten en función del desarrollo evolutivo en la adolescencia,
analizándose además la influencia de factores intra- e interpersonales en la
conformación de los trastornos alimentarios.
adolescencia / anorexia / bulimia / afectividad / psicodiagnóstico de Rorschach

Affectivity in anorectic and bulimic adolescents evaluated with


Rorschach’s Psychodiagnostics
The present study discusses the characteristics of the affective component in a
sample of adolescents diagnosed with anorexia (n = 18) and bulimia (n = 17). To
measure this variable we used the Rorschach Psychodiagnostics and the findings
were analyzed using the Rorscharch’s Comprehensive System (Exner, 2007).
Since there were no significant differences between the affectivity of anorectic
and bulimic adolescents, both groups were integrated and thus the study was
focused on the total group with eating disorders. Results are discussed in terms
of evolutionary development in adolescence. The influence of intrapersonal and
interpersonal factors in shaping eating disorders is also analyzed.
adolescence / anorexia / bulimia /affectivity / Rorschach psychodiagnosis

Correo electrónico: gisellalamadrid@gmail.com

Persona 14, enero-diciembre del 2011, ISSN 1560-6139, pp. 127-143


Gisella La Madrid

Con la llegada de la adolescencia apa- No obstante, la llegada de la ado-


recen nuevas tareas de desarrollo que lescencia puede percibirse como ame-
las jóvenes deben aprender a dominar nazante, especialmente para aquellas
(Horrocks, 1986). Uno de los grandes familias que desde ya contaban con un
retos viene desde lo biológico, pues los precario equilibrio. Entornos excesiva-
cambios en la apariencia física amena- mente rígidos o con fronteras difusas
zarán la imagen corporal hasta entonces inhiben el adecuado desarrollo de la
constituida forzando a la joven a aceptar joven. Asimismo, familias que niegan
la nueva madurez genital, reevaluar su las dificultades, desalientan la comuni-
nuevo aspecto externo así como adap- cación eficaz y son intrusivas o permi-
tarse a sus nuevas sensaciones y nece- sivas en exceso, generan un apego inse-
sidades (Erikson, 1979; Muuss, 1974). guro en los hijos, impiden el desarrollo
Si bien esta transición resulta di- de estrategias de afrontamiento efica-
fícil por sí misma, en la actualidad, el ces y crean dificultades para responder
problema se complejiza ya que tanto la en forma adecuada a las necesidades
corporalidad como el psiquismo ado- emocionales (Polivy & Herman, 2002;
lescente deberán asentarse dentro de un Raich, 1998; Rausch, 1996). Finalmen-
medio sociocultural que impone ciertos te, entornos que valoran a sus miembros
modelos de belleza. En ese sentido, la principalmente por su apariencia origi-
actual sociedad occidental idolatra los narán una baja autoestima que facilita-
cuerpos modélicos, entendidos estos rá el descontento con la imagen corpo-
como tubulares, andróginos y sin cur- ral (Polivy & Herman, 2002; Rausch,
vas. Las figuras esbeltas representan 1996).
belleza, juventud, éxito y poder; enton- Por otro lado, el grupo de pares
ces, la delgadez se convierte en un ideal constituye un modelo social que si bien
que la mayoría de mujeres desea alcan- brinda a la joven un sentido de perte-
zar (Hevia, 2003; Kogan, 2003). nencia y ayudan en la construcción de
A pesar de que la cultura es un refe- una identidad social, también pueden,
rente importante, la familia y los pares a través de comentarios, actitudes y
constituyen también figuras clave en la comportamientos, influir sobre el gra-
construcción de la identidad (Polivy & do de satisfacción con el propio cuerpo
Herman, 2002). Los padres ayudan a (Raich, 2001).
moldear la personalidad de los hijos y Dada la gran presión sociocultural
si bien su influencia se reduce progre- por lograr un cuerpo delgado, no re-
sivamente, no dejan de constituir una sulta extraño que surja un elevado des-
base segura a la cual volver en caso de contento con la propia apariencia. Se
dificultades (Papalia, Olds & Feldman, abre entonces el campo para diversas
2009). patologías, entre ellas la anorexia y la

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Afectividad en adolescentes anoréxicas y bulímicas evaluadas con el psicodiagnóstico de Rorschach

bulimia nerviosa. No obstante, además fuertes alteraciones en el equilibrio


de la influencia externa, se necesita la afectivo que obligarán a la nueva ado-
convergencia de ciertos factores de ries- lescente a reevaluar tanto su mundo in-
go individuales que propicien el inicio y terno como su vinculación con el entor-
mantenimiento de estos trastornos ali- no (Erikson, 1979).
menticios. De esta manera, dado que las pre-
De esta manera, destaca que el ha- siones son muchas y el yo aún es débil
ber sufrido de abuso, traumas o acoso es normal que aparezca una gran ines-
escolar durante la niñez probablemente tabilidad afectiva, caracterizada por el
determina dificultades posteriores para rápido cambio en los estados de ánimo,
distinguir y expresar emociones y sen- además de una experiencia más inten-
saciones; condición relacionada con el sa de las emociones. No resulta extraño
desarrollo de trastornos alimenticios entonces que las adolescentes promedio
en la adolescencia (Polivy & Herman, experimenten afectos disfóricos como
2002). Dentro de la esfera afectiva, el tristeza, insatisfacción, angustia, irri-
haber construido una baja autoestima, tabilidad y/o malestar afectivo en algún
presentar ánimo depresivo, ansiedad momento. Además, puesto que se trata
generalizada o tendencia a la irritabi- de un periodo de transición psicológi-
lidad, constituyen factores de riesgo ca, la identidad y la autoestima se verán
importantes. De igual forma, el expe- amenazadas y es probable que también
rimentar sentimientos displacenteros la ansiedad se eleve (Freud, 1971).
sobre el cuerpo aumentaría la preocu-
Ante tal movilización interna, el yo
pación por este (Raich, 1998).
pondrá en marcha mecanismos que le
Así, se observa que los desórdenes
permitan defenderse. Entre ellos, des-
en la alimentación responden a un ori-
tacan los identificados por Anna Freud
gen multicausal en el que se necesita la
(1971), quien reconoce el uso de la inte-
conjunción de varios factores, desde so-
lectualización y de actitudes ascéticas
cioculturales hasta rasgos de personali-
para contrarrestar los impulsos. Por su-
dad, para que estos se puedan instau-
puesto, estos recursos no son siempre
rar (Polivy & Herman, 2002; Rausch,
efectivos por lo que en ciertas ocasiones
1996).
se esperan conductas impulsivas o des-
cargas afectivas poco moduladas.
EL SENTIR DE LA ADOLESCENTE
De otro lado, si bien la adolescente
La aparición repentina de la crisis pube- puede aislarse momentáneamente del
ral pone en peligro la anterior confian- medio para darle paso a la introspec-
za en el cuerpo (Wetzel, en Reusche, ción, también es cierto que las habili-
1999). Indudablemente esto producirá dades sociales mejoran, permitiéndole

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vincularse con sus pares de manera más nes asociados a la comida, en ambos
efectiva. En ese sentido, el aumento de casos subyace un trasfondo emocional
las interacciones será favorable pues no (Zusman, 2009; Kirzman, 2002).
solo pone en evidencia a un yo capaz de Barbarich, Kaye y Jimerson (2003)
relacionarse, sino que además será den- señalan que la falta de nutrientes genera
tro de este círculo social que la joven cambios en el estado de ánimo de las
desarrollará mayor intimidad y expre- adolescentes anoréxicas, primando la
sión emocional (Horrocks, 1986; Papa- experiencia de afectos disfóricos, espe-
lia et al., 2009). cialmente depresión y ansiedad. Por otro
lado, disminuye la expresión emocional
LOS AFECTOS EN LA ADOLESCENTE y se acrecientan las dificultades para
ANORÉXICA Y BULÍMICA reconocer aquello que sienten. Además,
dado que la autoestima varía en función
La anorexia y la bulimia son conside- de la satisfacción corporal, esta suele
radas trastornos de la conducta alimen- ser muy baja, generando sentimientos
taria (TCA) dado el patrón anormal de ineficacia y desvalimiento. La ado-
de ingestas. En ambos casos, las jóve- lescente se siente entonces descontenta
nes rechazan, de manera contundente, con su cuerpo y no será extraño que en
el mantener un peso esperado para su el campo de la sexualidad, aparezca un
edad y talla; presentan temor intenso a elevado temor a reconocer los propios
engordar así como una alta distorsión impulsos libidinales, pudiendo incluso
en la imagen corporal. Como resultado, llegar a anularlos (Raich, 1998; Rausch
utilizan diversos métodos que, suponen, & Bay, 1997).
les ayudarán a bajar de peso. El uso de La desconfianza en los propios re-
la restricción alimentaria es más común cursos también repercute en el ámbito
en los casos de anorexia, aunque exis- de las interacciones sociales. Disminu-
te una variante en la que la disminuida ye el interés por establecer relaciones
ingesta se acompaña de purgas. En la íntimas, pues, al parecer, el mantener a
bulimia, en cambio, las jóvenes son más los demás a una determinada distancia
propensas a compensar la sobreingesta permite experimentar cierta seguridad.
con purgas (vómitos, laxantes, diuréti- De esta manera, la joven se aísla del en-
cos, enemas u otros fármacos) o con- torno e incluso en aquellas pocas opor-
ductas compensatorias (ejercicios exce- tunidades en las cuales sí interactúa
sivos o ayuno) (Asociación Psiquiátrica con otras personas, generalmente co-
Americana [APA], 2002). Sin embargo, nocidas, se evidencian limitaciones en
dichos síntomas constituyen solo una la espontaneidad, originándose así un
parte de un conflicto más complejo, comportamiento inhibido (Raich, 1998;
pues aunque parezcan solo desórde- Rausch, 1996).

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Afectividad en adolescentes anoréxicas y bulímicas evaluadas con el psicodiagnóstico de Rorschach

En cuanto a la bulimia, las dificul- una orientación extrovertida, estable-


tades emocionales son también eviden- cerá vínculos superficiales en los que
tes. Una vez instalada la patología se dependerá de los demás para obtener
acrecienta la inestabilidad emocional, gratificación. Otras adolescentes, por el
desencadenándose rápidos cambios en contrario, se aíslan de quienes la rodean
el humor que dependerán en general del y con ello se intensifican los grados
grado de satisfacción corporal. De igual de preocupación, inquietud y malestar
manera, la joven bulímica presentará (Rausch, 1996).
una autoestima baja, pues siente que Finalmente, sea que se utilice la ina-
así como ella desvaloriza su cuerpo, los nición o los atracones y purgas, es la
demás responden igual. Su única fuente corporalidad la que termina expresan-
de satisfacción provendrá del resultado do los propios impulsos y emociones.
de las dietas; sin embargo, estas tienden Por lo tanto, surge la siguiente pregun-
a fracasar y a desencadenar atracones ta: ¿qué otras características presenta
(Raich, 1998; Rausch, 1996). la afectividad en aquellas adolescentes
Por otra parte, se evidencia un ele- que padecen anorexia y bulimia? Para
vado descontrol en los impulsos que, responder dicha interrogante, se plan-
aunada a la baja tolerancia a la frus- tearon los siguientes objetivos:
tración, llevan a algunas pacientes a a) Identificar las características de los
convertirse en gastadoras compulsivas, afectos en un grupo de adolescentes
mitómanas o cleptómanas (roban comi- diagnosticadas con anorexia nervio-
da u otros objetos). Otras incurren en el sa en función de las variables socio-
abuso de sustancias psicoactivas, exhi- demográficas y de enfermedad.
ben una sexualidad desordenada e in-
b) Identificar las características de los
cluso se autolesionan o cometen gestos
afectos en un grupo de adolescentes
suicidas (Vásquez et al., 2004). Por esta
diagnosticadas con bulimia nerviosa
razón, alrededor del 20% de las bulími-
en función de las variables sociode-
cas presentan comorbilidad con el tras-
mográficas y de enfermedad.
torno límite de la personalidad (APA,
c) Generar un perfil de las adolescentes
2002). Las fluctuaciones tan marcadas
con trastornos alimentarios en fun-
en el humor repercuten negativamente
ción de las variables sociodemográ-
en el funcionamiento social. Más aún,
ficas y de enfermedad.
las interacciones con el medio depende-
rán de los atracones, que no solo consu- d) Comparar las características de afec-
men tiempo y dinero sino que la obli- tividad del grupo de adolescentes
gan a bloquear contactos satisfactorios anoréxicas con el grupo de adoles-
con el entorno. Si la joven presenta ya centes bulímicas.

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MÉTODO ción de los resultados– otorga a la


prueba características psicométricas
(Anastasi & Urbina, 1998; Weiner,
Participantes
1997).
Participaron en este estudio 35 adoles- • Ficha sociodemográfica.- Confec-
centes mujeres, asistentes a una clínica cionada para fines de la investiga-
de día, 18 de ellas diagnosticadas con ción, registraba datos generales de
anorexia nerviosa y 17 con bulimia ner- la paciente, como la edad y el nivel
viosa. El rango de edades oscila entre socioeconómico al cual pertenecía.
los 12 y 18 años, siendo el promedio Además, permitió recoger informa-
los 15 años (57,1%). En cuanto al nivel ción relacionada con la enfermedad,
socioeconómico,1 19 pertenecían a un
tal como el diagnóstico, el tiempo de
nivel socioeconómico alto (54,3%), diez
enfermedad y de tratamiento, detec-
se ubicaban en el sector medio (28,6%)
tar si existía historia de consumo de
y las ocho restantes pertenecían al es-
sustancias psicoactivas, de autole-
trato bajo (17,1%). Se incluyeron solo a
siones e ideación o intento suicida e
las pacientes que cursaban la fase ini-
inicio sexual. Asimismo, exploraba
cial del tratamiento y se excluyó a ado-
la presencia de conductas oposicio-
lescentes diagnosticadas con trastornos
nistas, compulsivas y evaluaba el
de pensamiento o personalidad.
grado de socialización, el ánimo, el
nivel de conciencia de enfermedad y
Medición el grado de adherencia al tratamien-
• Psicodiagnóstico de Rorschach me- to. Finalmente, permitió recoger
diante el sistema comprehensivo del datos sobre la familia de la pacien-
Rorschach.- El psicodiagnóstico de te, como las personas con quienes
Rorschach es una prueba perceptiva vivían las participantes, la posición
y proyectiva que permite recolectar ordinal fraternal que ocupaban y el
datos sobre los procesos de la per- tipo de familia de la cual provenían.
sonalidad. No obstante, el Sistema Para completar dicho instrumento se
Comprehensivo constituye un mé- utilizaron las historias clínicas y se
todo multifacético que, gracias a su solicitó la ayuda del personal del de-
alta confiabilidad y validez –para la partamento de Psicología.
aplicación, calificación e interpreta-
PROCEDIMIENTO
1
El nivel socioeconómico fue establecido en base En primer lugar, se contactó a la insti-
al distrito de residencia, el tipo de colegio al que
tución a partir de la cual se extrajo la
la joven asistía (estatal o privado y de nivel alto,
medio o bajo) y el trabajo que desempeñaban muestra y se planteó solicitar el con-
ambos padres. sentimiento informado a los padres y

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Afectividad en adolescentes anoréxicas y bulímicas evaluadas con el psicodiagnóstico de Rorschach

pacientes; sin embargo, dicha solicitud co de Rorschach. Conforme las jóve-


fue negada, pues la institución contaba nes elaboraron sus respuestas, estas se
ya con una autorización interna para anotaron literalmente. Al finalizar cada
este tipo de intervenciones. Por lo tan- aplicación se redactaron observaciones
to, la aplicación del psicodiagnóstico relevantes para la posterior interpreta-
de Rorschach se enmarcó dentro de las ción. En seguida se transcribieron las
evaluaciones iniciales de las pacientes. respuestas y se codificaron todos los
Posteriormente, se decidió asistir a la protocolos bajo los estándares del sis-
clínica en calidad de practicante por tema comprehensivo del Rorschach y
cuatro meses a fin de establecer el rap- se buscó asegurar la confiabilidad de la
port con las jóvenes, teniendo en cuenta codificación, para lo cual se seleccio-
las posibles resistencias. No obstante, naron al azar tres protocolos de pacien-
diez de las 35 participantes fueron eva- tes anoréxicas y otros tres de pacientes
luadas sin haberse podido establecer bulímicas. Estos fueron entregados a
dicho clima de confianza, dado que se dos jueces, quienes los codificaron in-
informó su pronto retiro de la institu- dependientemente, obteniéndose un ni-
ción. Durante este tiempo, además, la vel de confianza de 85,90%, el que se
investigadora realizó observaciones, consideró alto. Posteriormente, se tras-
elaboró talleres grupales dirigidos a las pasaron los datos al programa RIAP
adolescentes e interactuó con ellas y sus 5.0, software especialmente diseñado
familias. Dicho espacio permitió cono- para transformar dicha información en
cifras numéricas.
cer la forma como se perciben a sí mis-
mas, sus miedos, obsesiones y estrate- En la siguiente etapa, se analizaron
gias de afrontamiento, lo cual resultó las variables que, acorde con lo propues-
beneficioso para el posterior análisis de to por Sendín (2007), se relacionan di-
los resultados. Asimismo, se participó rectamente con el estudio de los afectos
en reuniones clínicas en las cuales se y los valores obtenidos en las variables
recogieron las opiniones y aportes del propuestas y fueron procesados hacien-
equipo terapéutico y clínico. do uso del programa estadístico SPSS
17.0. Si bien el estudio se centró en los
Luego de este periodo, se procedió
datos cuantitativos, se incluyó también
a la recolección de datos, con lo que
un análisis cualitativo de las respuestas
se completó la ficha sociodemográfica.
pues ello permitió ampliar y enriquecer
Para ello se revisó la historia clínica los resultados encontrados.
de cada participante y se conversó con
los terapeutas individuales, grupales y
RESULTADOS
familiares. A continuación, se realiza-
ron sesiones de alrededor de una hora • Perfil del grupo de estudio.- Las
en las que se aplicó el psicodiagnósti- participantes en su mayoría perte-

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necen a familias nucleares (54,3%), comparado con la data proporciona-


poseen uno o más hermanos (82,9%) da por Exner (2007).
y habían sido las últimas en nacer • Estructura de personalidad en el gru-
(42,9%). Destaca en general una po con TCA.- Todas las evaluadas
actitud sobreprotectora (54,3%) por dieron más de 14 respuestas, consi-
parte de los padres hacia las pacien- derándose todos los protocolos como
tes. En cuanto al inicio de la enfer- válidos (Sendín, 2007). Con respec-
medad, más de la mitad de jóvenes to al Lambda (L), no existe una ten-
anoréxicas (64,3%) empezaron su dencia en particular. Sin embargo,
enfermedad entre los 12 y 14 años, doce jóvenes (34,3%) obtuvieron un
mientras que la mayoría de las bulí- L mayor a 0.99, ante lo cual Sendín
micas (66,6%) presentaban un inicio (2007) propone descartarlos. A pesar
más tardío, entre los 15 y 18 años. de ello, se decidió incluirlos, pues el
Así, al momento de la investigación, L alto en algunas participantes pare-
la mayor parte de las participantes ce deberse no solo a un estilo defen-
(57,1%) eran pacientes con más de sivo sino también a la presencia de
dos años de enfermedad. Un 74,3% rasgos evitativos en el procesamien-
de las adolescentes con patología ali- to de la realidad. De otra parte, se
mentaria aún llevaban menos de seis encontraron diferencias significativas
meses en tratamiento y solo en dos para los determinantes de movimien-
casos (5,7%) las pacientes aceptaban to animal (FM = 2.14) y movimien-
padecer de un trastorno alimentario. to inanimado (m = 2.17), además de
Finalmente, con respecto a los ras- la puntuación D (D = -0.87) para los
gos de personalidad, no se encontró 17 años. En cuanto al estilo vivencial
que primara una tendencia. (EB), 13 jóvenes eran introversivas
• Indicadores del psicodiagnóstico (37,1%), otras 13 (37,1%) utilizaban
de Rorschach por grupos.- Al com- el estilo ambigual y solo nueve ado-
parar los dos grupos de estudio, el lescentes (25,7%) eran extratensivas.
grupo de bulímicas puntuó más alto No obstante, resalta la alta rigidez en
que el de anoréxicas en los determi- el uso de los estilos introversivo y ex-
nantes de color cromático puro (C) tratensivo (EBPer > 1,30).
y movimiento inanimado (m), ade- • Afectividad.- Al analizar el índice de
más del contenido de fuego (Fi). Sin inhabilidad social (CDI), se encontró
embargo, dado que no hubo diferen- que a medida que las adolescentes
cias significativas en la mayoría de aumentan de edad, los casos de CDI
variables, se conformó el grupo de > 3 también ascienden. En el lado
“adolescentes con TCA” representa- derecho de la experiencia base (eb),
do por 35 sujetos, el mismo que fue se encontraron puntajes más altos

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Afectividad en adolescentes anoréxicas y bulímicas evaluadas con el psicodiagnóstico de Rorschach

en los determinantes de color acro- A pesar de ello, al estudiar la presen-


mático (C’) y de sombreado difuso cia de color cromático puro (C), sí se
(Y) así como un puntaje menor para encontraron diferencias significativas
el determinante de textura (T) (véa- (véase la tabla 1). Finalmente, se ex-
se la tabla 1). Con respecto a la res- ploraron las respuestas de espacio en
ponsividad a estímulos emocionales blanco (S), hallándose un mayor pun-
(Afr), solo se encontraron diferencias taje de lo esperado (véase la tabla 1).
significativas para los grupos de TCA
En relación con el porcentaje de res-
de 16 y 17 años, quienes puntuaron
puestas complejas, se obtuvo un prome-
más bajo de lo esperado (véase la ta-
dio de 18,97%, que dista del 25% espe-
bla 1) (Exner, 2007). Al estudiarse la
rado para esta etapa (Sendín, 2007). Por
proporción forma-color (FC: CF+C),
otro lado, se encontró que un 41,6% de
primaba una tendencia a regular la
las complejas presentan calidad formal
expresión del afecto gracias al uso
menos (FQ-). Destaca también que los
de elementos cognitivos (48,6%); no
contenidos anatómicos y radiográficos
obstante, otra parte del grupo (40%)
solo constituyen un 2,9%. Finalmente,
operaba de la forma contraria, deján-
impresiona haber hallado 10 combi-
dose más bien guiar por sus emocio-
naciones sombreado-sombreado (Shd-
nes. Solo cuatro adolescentes no pre-
Shd).
sentaban un estilo definido (11,4%).

Tabla 1
Variables significativas en el cluster de afectividad
para adolescentes con TCA

Variables Grupo TCA Baremos T de Sig


Rorschach etario Media DS Media DS Student
C’ 12 a 18 años 3,31 2,81 1,24 1,72 4,37 0,00**

T 12 a 18 años 0,14 0,35 0,98 0,35 -13,95 0,00**

Y 17 años 2,00 1,51 0,61 0,96 3,56 0,00**

Afr 16 años 0,50 0,15 0,65 0,17 -2,92 0,02*


17 años 0,43 0,11 0,67 0,16 -8,70 0,00**

C 12 y 18 años 1,06 1,14 0,13 0,50 4,83 0,00**

S 12 a 18 años 2,77 2,29 1,47 1,76 3,36 0,02*

* p < .05
** p < .01

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• Otros indicadores.- En primer lu- laciones interpersonales, se encon-


gar, existen diferencias significati- traron diferencias significativas. De
vas entre los dos grupos de estudio esta manera, los puntajes de los con-
originales para el determinante de tenidos agresivos (AG), cooperati-
reflejo (Fr+rF), el cual es mayor en vos (COP) y de buenas relaciones
las bulímicas (X = 1,18) que en las interpersonales (GHR) son menores
anoréxicas (X = 0,33). Ya al com- a lo esperado; mientras que en la va-
parar el grupo de TCA con los valo- riable de pobres relaciones interper-
res propuestos por Exner (2007) se sonales (PHR) las puntuaciones se
encontró que los contenidos anató- muestran elevadas (véase la tabla 2).
micos (An) y radiográficos (Xy) se Con respecto al componente cog-
presentan dentro de los parámetros nitivo, se revisó el índice de tras-
normales. Sin embargo, las pocas torno de percepción-pensamiento
veces que aparecen, vienen asocia- (PTI) para el total de la muestra, ob-
dos a contenidos mórbidos (MOR) o teniéndose un promedio de 2,09. El
a una calidad formal menos (FQ-). análisis de las respuestas populares
En segundo término, al analizar (P) reveló un puntaje menor de lo
algunas variables del cluster de re- esperado (véase la tabla 2); sin em-

Tabla 2
Otros indicadores del sistema comprehensivo en adolescentes con TCA

Variables Grupo TCA Baremos T de Sig


Rorschach etario Media DS Media DS Student
AG 12 a 18 años 0,23 0,55 1,15 0,63 -9,97 0,00**

COP 12 a 18 años 0,60 0,74 1,61 0,83 -8,20 0,00**

GHR 12 a 18 años 3,49 1,98 5,23 2,44 -5,22 0,00**

PHR 12 a 15 años 6,09 305 1,30 1,16 5,21 0,00**


16 años 4,89 3,92 1,16 1,29 2,85 0,02*
17 años 3,60 2,64 1,53 1,46 3,04 0,01*

P 12 a 18 años 5,17 1,79 6,30 1,25 -3,73 0,01*

S- 12 a 18 años 1,43 1,42 0,41 0,66 4,24 0,00**

* p < .05
** p < .01

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Afectividad en adolescentes anoréxicas y bulímicas evaluadas con el psicodiagnóstico de Rorschach

bargo, un 83,71% de estas respues- una afectividad muy distinta. Este es el


tas se asociaron a una calidad formal caso de las jóvenes que desarrollan tras-
ordinaria (FQo). Por último, se pre- tornos alimentarios como la anorexia y
sentó un elevado uso de respuestas la bulimia.
en blanco asociadas a una calidad La mayoría de estas pacientes no lo-
formal menos (S-) (véase la tabla 2). gra desarrollar estrategias eficaces para
• Análisis cualitativo.- A partir del procesar estímulos internos y externos.
análisis de las respuestas, se observa En algunas oportunidades evitan com-
que experiencias adversas tempranas plicarse con la estimulación, mientras
parecen haber determinado daños que en otras pueden verse abrumadas
en la percepción del sí mismo y de por la excesiva recopilación de infor-
los demás, trayendo consigo reper- mación. Igualmente, oscilan entre ape-
cusiones negativas en la esfera rela- lar a la lógica o a las emociones para
cional. Los demás son vistos como el procesamiento de la información. Si
fuente de escaso soporte afectivo y bien esto es esperable para la población
por lo tanto surgiría la sensación de adolescente que aún pone a prueba dife-
rentes estilos (Exner, 2007), conforme
ser incomprendida y estar sola. En
las jóvenes con patología alimentaria
este contexto, aparecería una intensa
avanzan en edad, este estilo inseguro
afectividad disfórica que, al no po-
y dubitativo se fortalece en vez de de-
der ser canalizada de manera efecti-
bilitarse, prolongándose la orientación
va, originaría una fijación en el cuer-
infantil que disminuye el ajuste y la
po y en la alimentación.
eficacia de las conductas. Aquellas po-
cas que, por el contrario, sí desarrollan
DISCUSIÓN un estilo particular para enfrentarse al
Consolidar la propia identidad y forta- medio, lo utilizan de manera rígida, no
lecer los controles afectivos constituyen pudiendo adaptarse a las exigencias de
tareas complejas para cualquier ado- las diversas situaciones.
lescente mujer. Sentirse a gusto con el Por otro lado, estas adolescentes
nuevo cuerpo y la sexualidad así como presentan un pobre reconocimiento del
lograr el control de los impulsos y de las hambre, expresión básica del instinto de
emociones negativas puede llegar a ser supervivencia que, al ser negada o al-
difícil. A pesar de ello, la mayoría de terada, denota una intensa disociación
adolescentes logra superar estas tareas con el propio cuerpo y que levanta in-
con éxito. No obstante, algunas otras terrogantes sobre las causas y objetivos
presentan dificultades para evaluarse a de dicha alteración.
sí mismas y a los demás de manera po- Además de la falta de estilos defi-
sitiva y, en consecuencia, experimentan nidos y la negación del hambre como

137
Gisella La Madrid

características estables de la persona- La población adolescente normal


lidad, las adolescentes presentan una suele internalizar parte de estos afec-
elevada ansiedad situacional, que se tos; sin embargo, encontramos que en
acentúa especialmente en el grupo de las pacientes con TCA la constricción
bulímicas. Dicho estado emocional sur- afectiva sería elevada, pudiendo inducir
ge del gran temor que genera el entrar la aparición de alteraciones psicosomá-
a un tratamiento donde se les fuerza a ticas (Sendín, 2007). De manera cróni-
alimentarse con regularidad, lo cual su- ca, estas pacientes tienden a reprimir la
pone finalmente ganar peso. expresión de sus afectos, dirigiendo las
emociones displacenteras hacia su in-
Se hace evidente entonces que los
terior. Al parecer, dicha estrategia per-
trastornos alimentarios no solo generan
mitiría compensar la labilidad afectiva,
déficits físicos, afectivos y sociales, sino
neutralizando el riesgo del descontrol.
que tiñen la estructura de personalidad
A pesar de ello, los afectos dolorosos
y obstaculizan el crecimiento psicológi-
no desaparecen, sino que se reprimen,
co. Progresivamente, limitan los recur- aumentando más bien la tensión y el
sos disponibles, haciendo que las de- malestar. Entonces, el sufrimiento psi-
mandas del medio sean percibidas como cológico sobrepasaría las defensas ha-
superiores a las propias capacidades. En bituales y el cuerpo se convertiría en el
ese sentido, estos desórdenes van más canal a través del cual toda esta angus-
allá del cuerpo, de la comida o del peso. tia podría ser expresada (McDougall,
En relación con la afectividad, es es- 1989; Zusman, 2009).
perable cierta disforia, pues la adoles- Por otro lado, las adolescentes con
cencia implica dejar atrás el cuerpo y TCA exhiben una menor necesidad de
la identidad infantil, así como la protec- contacto emocional (T ausente) que sus
ción de los padres. En ese sentido, pue- pares. Si bien dicho hallazgo debe in-
de generar duelos, reeditar angustias y terpretarse a la luz de las influencias
despertar ansiedades latentes (De las culturales, pues se sabe que algunas
Casas, 2008). No obstante, las jóvenes poblaciones latinoamericanas tenderían
con TCA experimentan mayor tristeza a puntuar más bajo en el determinante
y miedo que sus pares así como senti- de textura (T) (Dana, 2005), diversos
mientos de soledad y abandono, además indicadores en la investigación hacen
de la ansiedad ya mencionada. Adicio- suponer que el contacto afectivo genera
nalmente, sus intentos por autoafirmar- confusión o malestar en vez de gratifi-
se son tan elevados que determinan una cación, pudiendo esto influir en la ac-
actitud oposicionista debajo de la cual tual distancia emocional.
subyacen agresividad y sentimientos de Siguiendo esta línea, se pudo cons-
hostilidad. tatar que entre los 12 y 15 años existe

138
Afectividad en adolescentes anoréxicas y bulímicas evaluadas con el psicodiagnóstico de Rorschach

un interés promedio por procesar es- plejas, incluir algunas otras variables
tímulos afectivos; sin embargo, hacia el de estudio y complementar los resul-
final de la adolescencia –a los 16 y 17 tados con un análisis cualitativo del
años– esta tendencia decae, evidencián- Rorschach. Allí se encontró que expe-
dose que con el pasar del tiempo, las riencias emocionales extremadamen-
jóvenes con TCA van apartándose de la
te penosas en el pasado (respuestas de
estimulación afectiva. Prefieren no im-
plicarse en situaciones afectivas, pues sombreado-sombreado, antecedentes
estas podrían ser disparadoras del des- de abuso sexual, maltrato psicológico,
control, especialmente en el caso de las límites familiares difusos, entre otros)
bulímicas. De ahí que sus relaciones con habrían determinado que las jóvenes de
los demás sean superficiales y distantes la muestra presenten un yo débil y poco
en el nivel emocional, lo que repercute integrado, incapaz de afrontar las de-
en su desarrollo, pues, a su vez, pierden mandas propias de la adolescencia. A la
intercambios vitales para la formación vez, estas mismas vivencias habrían ge-
de una identidad social saludable.
nerado representaciones distorsionadas
La constricción y la evitación son
de los otros, en las cuales los demás, y
usadas como medios para mantenerse
en especial las figuras masculinas, son
alejadas de esta estimulación, pero am-
vistas como fuentes de escaso soporte.
bas estrategias tienden a fallar en situa-
En consecuencia, es posible que ya an-
ciones de estrés, en las cuales tanto ano-
tes de entrar a la pubertad, estas jóve-
réxicas como bulímicas pueden perder
nes hayan carecido de los recursos per-
el control y descargar sus emociones
sonales y sociales, tan necesarios para
de manera brusca. Al respecto, este ha-
afrontar las diversas tareas que trae
llazgo resulta especialmente significati-
consigo esta etapa.
vo para el caso de la anorexia nerviosa,
pues se suele asumir que estas pacientes Al llegar a la adolescencia, la sen-
presentan rasgos obsesivos gracias a los sación de vulnerabilidad y desampa-
ro habrían aumentado, siendo fácil el
cuales son capaces de manejar sus fun-
verse abrumada por los afectos displa-
ciones fisiológicas y la expresión de sus
centeros. Estos, al ser intensos, impac-
afectos (Rausch, 1996). No obstante, se
tan en la esfera cognitiva, limitando el
ha podido comprobar que el control ab-
rendimiento intelectual y determinando
soluto es imposible, y hay ocasiones en
un funcionamiento menos elaborado.
las cuales las defensas no son suficien-
Adicionalmente, cuando la afectividad
tes y entonces todo el afecto reprimido
se combina con la ideación, el procesa-
es expulsado sin modulación alguna.
miento de la realidad se ve distorsiona-
Ante la presencia de estilos tan par-
do, dando como resultado percepciones
ticulares de manejar la afectividad, se idiosincráticas.
decidió examinar las respuestas com-

139
Gisella La Madrid

Conforme la joven crece, la afecti- Al ser incapaces de representar y


vidad disfórica, los sesgos cognitivos dar sentido a sus experiencias, las ado-
y la pobre representación de los otros lescentes con TCA vuelven a etapas
cobran fuerza, originando mayores difi- anteriores en las que el cuerpo servía
cultades sociales. En ese sentido, el au- como el único medio de sentir y expre-
mento en el CDI positivo hacia el final sar. En ese sentido, si desde la infancia
de la adolescencia comprobaría cómo no se ha contado con adultos que brin-
ya a los 17 años existen serios déficits den soporte y ayuden a elaborar las pro-
relacionales en los cuales el encuentro pias experiencias, será difícil que lue-
con los demás no brinda aspectos posi- go, durante la adolescencia, las jóvenes
tivos ni negativos, constituyendo estas puedan acceder a las representaciones
figuras incapaces de otorgar el soporte de la palabra para reconocer y expresar
afectivo que ellas necesitan. sus sentimientos (Dorado de Lisondo,
Al no disponer de recursos ni de so- 2008). Entonces, dado que no se puede
portes externos que les permitan lidiar usar el lenguaje, será el cuerpo el que
con las emociones negativas, no resul- exprese lo que la mente no puede (Mc-
ta extraño que todo el vacío interior, la Dougall, 1989).
tristeza, la angustia y la rabia se dirijan
Finalmente, el cuerpo infantil les
hacia el interior, siendo el cuerpo depri-
brindaría a estas jóvenes la ilusión de
vado la única forma de expresarse. Sin
ser todavía niñas alejadas de los con-
embargo, la preocupación por el cuerpo
flictos y exigencias del mundo adulto
que presentan las jóvenes con TCA se
que resultan imposibles de afrontar.
encuentra dentro del promedio, eviden-
Ello incluiría también el ámbito de la
ciando una disociación de lo que anató-
sexualidad, pues cabe recordar que en
micamente es evidente. Ello, al parecer,
la adolescencia, el cuerpo evoluciona
responde a que las veces en las que se
piensa en la propia corporalidad apare- a uno sexualmente maduro y con ello
cen distorsiones y sensaciones displa- queda conformada parte de la identidad
centeras. femenina. De esta manera, pareciera
como que estas adolescentes se niegan
Por otra parte, este hallazgo refuerza
a crecer, rechazan el cuerpo femenino y
aquellas propuestas teóricas que consi-
la sexualidad adulta, y en este contexto,
deran que la problemática en los tras-
es el adelgazamiento el que les permite
tornos alimentarios va más allá de la
conservar ese status infantil (De las Ca-
corporalidad. El conflicto entonces no
es con la imagen corporal, con el peso o sas, 2008; Zusman, 2009).
con la comida, sino que el cuerpo solo En conclusión, es cierto que el me-
sirve como medio de expresión de toda dio sociocultural influye en la construc-
la angustia interna. ción de la identidad y en la afectividad

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Afectividad en adolescentes anoréxicas y bulímicas evaluadas con el psicodiagnóstico de Rorschach

femenina al promover cuerpos andró- contraba por debajo del promedio y en


ginos y tubulares; sin embargo, el pa- 41,6% de los casos presentaban calidad
pel que cumple la familia es aún más formal menos (FQ-). Destacó también
importante. Así, el haber crecido en un que los contenidos anatómicos y radio-
entorno confuso, que no favorece la au- gráficos solo constituyeran un 2,9%.
tonomía, que desaprueba el crecimiento Finalmente, impresionó haber hallado 10
físico, y que sobre todo, no es capaz de combinaciones sombreado-sombreado
contener y brindar el soporte afectivo (Shd-Shd).
necesario para construir una identidad
segura y coherente, impide que estas REFERENCIAS
jóvenes desarrollen suficientes recursos
Anastasi, A., & Urbina, S. (1998). Tests
afectivos para afrontar todas las deman-
psicológicos (7.ª edición). México D.
das de la adolescencia. Por lo tanto, al F.: Prentice Hall.
entrar a esta etapa tan crítica, toda la
angustia y el sufrimiento que no pueden Asociación Psiquiátrica Americana
ser expresadas mediante el discurso se (2002). Manual diagnóstico y esta-
terminan poniendo en acciones. Enton- dístico de los trastornos mentales
ces, se regresiona a etapas primitivas en IV (versión revisada). Barcelona:
las que la mente y el cuerpo constituían Masson.
una unidad indivisible, y por tanto, las Barbarich, N., Kaye, W., & Jimerson,
vivencias psíquicas solo podían expre- D. (2003). Neurotransmitter and
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Al estudiar la afectividad en el grupo Dana, R. (2005). Multicultural assess-


de jóvenes con trastornos alimenticios, ment: Principles, assessment and
se encontraron diferencias significativas examples. New Jersey: Lawrence
en cuanto a los determinantes de color Erlbaum.
acromático (C’), color cromático puro De las Casas, P. (2008). Un cuerpo sin
(C), sombreado difuso (Y) y textura sombras. Anorexia y bulimia: Una
(T), así como para las respuestas de es- relectura en Freud. Lima: Universi-
pacio en blanco (S). La responsividad dad Nacional Mayor de San Marcos,
a estímulos emocionales (Afr) solo pre- Fondo Editorial.
sentaba diferencias significativas para Dorado de Lisondo, A. (2008). Las pa-
los grupos de TCA de 16 y 17. El por- tologías del vacío. Transiciones, 13,
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