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ESTRUCTURA DEL SISTEMA EDUCATIVO ACTUAL EN VENEZUELA.

1. El diseño curricular del Sistema Educativo Bolivariano (SEB, 2007)

Contiene las bases teóricas de la propuesta de reforma de la educación venezolana desde la


educación inicial hasta la educación secundaria, educación especial, educación de jóvenes,
adultos y adultas, y educación intercultural. Este documento intenta atrapar y darle forma
discursiva a la nueva educación, a través de la cual se formaría la nueva sociedad, la nueva
república, el nuevo ciudadano y la nueva ciudadana. Este documento teórico es objeto de estudio
en este trabajo. El análisis de contenido descubre un grupo de categorías que estructuran la
propuesta curricular del sistema educativo venezolano. La discusión de este documento girará
en torno a las categorías que definen la estructura y la base conceptual del currículo del sistema
educativo bolivariano.

2. Finalidad, estructura y delimitación curricular del sistema educativo venezolano

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999) es la base legal del


sistema educativo venezolano. En ella se definen las finalidades y características de la educación
formal, alcance, y estructura del sistema educativo y delimitaciones curriculares, así como las
responsabilidades del Estado en materia educativa.

En la CRBV, “ la educación es un instrumento del conocimiento científico, tecnológico y


humanístico, que tiene la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el
pleno ejercicio de su personalidad (CRBV, 1999, Art. 102); es un deber social y un derecho
(humano) fundamental. En tanto derecho individual y deber social, la educación es un servicio
público prestado por el Estado. (Art. 102). A fin de garantizar el ejercicio de tal derecho y la
observancia del deber; en Venezuela, la educación tiene que ser democrática, gratuita,
obligatoria, permanente, integral y de calidad. La gratuidad se extiende desde el maternal hasta
el pregrado de la educación superior y la obligatoriedad desde el maternal hasta la educación
media diversificada. La calidad educativa es un derecho de todos los ciudadanos habitantes del
territorio nacional. Todos los habitantes del territorio nacional de Venezuela, “ tienen derecho a
una educación integral de calidad, permanente en igualdad de condiciones y oportunidades…”
(CRBV, Art.103). Con respecto a la prescripción de la estructura del sistema educativo, la CRBV
(1999), en los artículos 102, 103, 107, 110 se estima que el sistema se estructurará en niveles y
modalidades.
La Constitución no puede considerar los detalles del contenido de la educación, sólo delimita,
prescribe las áreas que definen los aspectos comunes y generales de la educación venezolana
en todo el territorio nacional, y deja abierto un campo mayor en la definición de la educación
como un “ instrumento del conocimiento científico, tecnológico y humanístico para desarrollar el
potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad” (op. cit., Art.102).
Este objetivo se dirige a seres humanos particulares, diferenciados, individuales, así como a
comunidades y colectivos sociales.

Se infiere la preeminencia del ser individual sobre el ser social, al referirse a “ cada ser humano,
y pleno ejercicio de su personalidad” .

El ejercicio de la personalidad es la expresión del individuo en su plenitud, en su totalidad


cognitiva, afectiva, emocional, social, física. Es evidente que este objetivo no se logra sólo a
través de las disciplinas clásicas que definen los contenidos y experiencias educativas, ni por la
acumulación de formas particulares de conocimiento.

La Constitución se ha limitado a enunciar las áreas de conocimiento obligatorias, sin definir la


profundidad, amplitud, ni variedad de los saberes necesarios. Tampoco define las formas
educativas que serán necesarias y adecuadas al desarrollo científico, tecnológico y humanístico
del país.

Para implantar la estructura del sistema educativo, instrumentar la finalidad de la educación, y


garantizar la expansión del sistema, la democratización, obligatoriedad, gratuidad, y calidad de
la educación, el Estado adquiere obligaciones en materia educativa. Tales obligaciones se
contemplan en el Art. 103 de la CRBV (1999).

1. El Estado realizará una inversión prioritaria de conformidad con la recomendación de la ONU.

2. El Estado creará y sostendrá instituciones suficientes, para asegurar acceso, permanencia, y


culminación en el sistema educativo.

3. El Estado estimulará la actualización permanente y garantizará estabilidad en el ejercicio de


la carrera docente.

4. El Estado garantizará que la educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad


y de comprobada idoneidad académica.
5. El Estado asegurará y garantizará que el ingreso, promoción y permanencia del personal
docente en el sistema educativo serán establecidos por ley y responderán a criterios de
evaluación de méritos sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En el cuadro siguiente (No. 1), que proponemos a continuación, se resume el texto constitucional
que contiene la finalidad, definiciones y características de la educación, los elementos
estructurales y prescripción curricular.

El Cuadro 1 resume la finalidad, definición, características, estructura y delimitación curricular de


la educación formal venezolana, de acuerdo a la CRBV (1999).

2. Fines y principios del diseño curricular del sistema educativo bolivariano

Los fines y principios que sustentan el sistema educativo bolivariano se agrupan en dos
dimensiones: una dimensión individual y otra social.
La primera, expresa un interés básico en el ser humano individual, desde la primera infancia
hasta la adultez, sujeto de la educación formal en contextos culturales sociales particulares,
distintos y diversos.

La segunda, centra el objetivo alrededor del ser social, la idea del “ nuevo ciudadano” : y
“ persigue garantizar el carácter social de la educación en toda la población venezolana”
(Ministerio del Poder Popular para la Educación, (MPPE, 2007, p. 21)

1. La dimensión individual, referida al carácter subjetivo, personal e intransferible del individuo


en la educación se expresa de la siguiente manera: a. Formación de un ser humano integral y
social b. Desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo c. Formación integral del niño, niña,
adolescente, joven, adulto y adulta para elevar la calidad de vida. (ob. cit., pp. 22-23)

2. La dimensión social se construye alrededor de elementos que expresan caracteres e intereses


abundantes y detallados de lo colectivo, importantes para la sociedad (venezolana) en general,
(ob. cit., pp. 22-23):

a. Fomento de los derechos humanos y el ejercicio de la cultura de paz.

b. Participación democrática, protagónica y responsable en igualdad de derechos, condiciones y


deberes.

c. Empleo de las tecnologías de la información desde una perspectiva social.

d. Formación en y para el trabajo productivo y liberador.

e. Formación y consolidación de actitudes y valores para la libertad, la independencia y


solidaridad; el bien común, la integridad territorial y la convivencia.

f. Fomento de una conciencia ambientalista.

g. Desarrollo de una conciencia patriótica y republicana.

h. Rescate de la memoria histórica y fortalecimiento de la identidad venezolana.

i. Fortalecimiento de la interculturalidad y diversidad.


3. Estructura del sistema educativo bolivariano

El diseño curricular del sistema educativo bolivariano se apoya en otra estructura, una que es
diferente a la prescrita en la Constitución, una que le es propia. El sistema educativo formal se
estructura en subsistemas de educación, sin atender las prescripciones constitucionales. Se
conciben los subsistemas como subconjuntos orgánicos que garantizan la totalidad de los
procesos educativos. Son subsistemas:

1. la educación inicial,
2. la educación primaria,
3. la educación secundaria,
4. la educación especial,
5. la educación de jóvenes adultos y adultas
6. la educación intercultural.

Los subsistemas, se organizan en niveles: Educación Inicial en niveles:

a. maternal y preescolar;
b. Educación Primaria en grados: primero a sexto
c. Educación Secundaria en años: primero a quinto año o sexto año.

El concepto de subsistema no tiene consistencia constitucional, no aparece señalado como


elemento estructurante del sistema educativo.

Los principios en los que se sustenta el sistema educativo bolivariano y la estructura en la que
se integran los componentes del sistema son distintos a los prescritos y establecidos en la
Constitución. Se le da preeminencia a la formación del ser social y tiende hacia un sistema
educativo etnocéntrico y nacionalista en el que destaca una tendencia hacia la educación como
instrumento de reinvindicación de las culturas indígenas y afrodescendientes, desdeñando la
formación histórico-antropológica de la nacionalidad venezolana fundada en la integración
genético-cultural. Y la estructura del sistema educativo, conformada en subsistemas educativos,
se aleja de la disposición legal, abandonando los conceptos de niveles y modalidades señalados
en la Constitución.
4. Base conceptual del diseño curricular del sistema educativo bolivariano

El diseño curricular del sistema educativo bolivariano tiene una armazón conceptual no muy
evidente a los ojos, se apoya en una red de conceptos que le proporcionan base teórica a la
propuesta de reforma general de la educación y particularmente del currículo escolar bolivariano.
En el documento teórico de la propuesta se descubre, en el discurso, una manera particular de
tratar y determinar los conceptos de educación, conocimiento y aprendizaje, sociedad, ser
humano, el niño, la niña, el joven y la joven , cambio y transformación, la conciencia; lo nuevo y
lo viejo.

4.1. Educación

La educación es definida a partir de sus características y objetivos. Se asume la definición


constitucional (CRBV, 1999, Art. 102), de acuerdo a la cual, la educación es “ un instrumento del
conocimiento científico, tecnológico y humanístico” . En tanto instrumento es una herramienta,
un arma, un artefacto, un dispositivo de servicio; por medio del cual se emprende el desarrollo
científico, tecnológico y humanístico del país, de la sociedad. Por lo tanto, es un deber social y
un derecho fundamental democrático, gratuito y obligatorio el desarrollo de la sociedad. Es un
deber el conocimiento científico, tecnológico y humanístico. Es un derecho fundamental el
conocimiento científico, tecnológico y humanístico. El acceso al conocimiento es un deber
democrático y gratuito, y en tanto deber es obligatorio. Es obligatorio acceder al conocimiento
científico, tecnológico y humanístico. Es obligatorio servir a la construcción del conocimiento. El
conocimiento se construye y la educación debe proveer los instrumentos cognitivos y materiales
para su descubrimiento y construcción. Es un derecho irrenunciable e inalienable, democrático y
gratuito.

De acuerdo al ámbito de atención, la educación es ciudadana, ambiental, ciudadana no formal,


física y deportiva, intercultural. Conforme a sus objetivos instrumentales debe ser científica,
tecnológica y humanística, y de acuerdo al interés de su administración es pública oficial y
privada. (CRBV, Arts. 107,111).

La educación es permanente, histórica, evolutiva y acumulativa. Se adecua a las características


del crecimiento y desarrollo humanos y transcurre en etapas sucesivas continuas y no se detiene.
Con base en este principio de lo permanente y evolutivo, e histórico, y de acuerdo a la
Constitución, la educación se estructuraría en niveles con la finalidad de “ desarrollar el potencial
creativo y garantizar el pleno ejercicio de la personalidad” . El potencial creativo va develándose
lentamente, va posibilitándose y des-envolviéndose pausadamente, respetando los principios de
la naturaleza. Muchas veces impredecibles. Los resultados de la educación y las posibilidades
educativas son muchas veces impredecibles. Sin embargo, no hay sobresaltos, el desarrollo es
lento, pero es posible. Sólo que el trabajo de la educación debe ser permanente, sostenido,
continuo, sin descanso.

La educación, el dominio de la educación, es la reivindicación del pueblo, es la salvación del


pueblo, es la construcción del pueblo. Es, además, la educación del ciudadano, del ser político,
que tiene en alta estima el desarrollo integral científico, tecnológico y humanístico de la nación,
de la sociedad. La tarea de la educación según Simón Rodríguez es formar republicanos. Educar
para la vida, para el trabajo, para el desarrollo pleno de ser humano. También, la familia educa
para la vida, educa en valores, educa para la formación de las nuevas generaciones a partir de
sus propias experiencias como familia, para superar sus propias limitaciones, educa para la
seguridad y la autoestima, la autonomía y la independencia. Los hijos se forman para el mundo.
Igualmente, la comunidad educa, porque contiene y resguarda las expresiones simbólicas
fundamentales de la cultura: valores, costumbres, prácticas, saberes, instituciones, lenguajes,
representaciones del mundo, expectativas, roles, búsquedas. La cultura educa. Sin embargo,
todos descansan en la capacidad educadora de la escuela.

Así mismo, se la define como socializadora: “ la educación es socializadora” . En tanto


socializadora es reproductora de la cultura, de las formas ideológicas del poder. Es expresión de
los intereses de los grupos dominantes. Vista así, la educación es un proceso mediante el cual,
la generación adulta transmite sus formas de comportamiento, visión del mundo, valores,
lenguaje, simbología a las nuevas generaciones. La educación replica, repite la cultura en sus
miembros más jóvenes. No hay nada nuevo. Pero, la dinámica de la sociedad hace que la cultura
se transforme y transforme a su paso la educación. Se transforma el lenguaje, las formas
cognitivas del pensar, el conocimiento, las estructuras políticas, los valores, las tecnologías en
general y las de la información en particular, los modos de producción, los sistemas de seguridad,
la participación política ciudadana, las formas de poder (en el mundo), la expansión del sistema
educativo, la población humana, las migraciones.

La educación formal, escolar hoy está sometida a presiones distintas que la obligan a mirarse a
sí misma y a adoptar respuestas inteligentes para atender a lo que se espera que ella haga. La
educación está sometida a las fuerzas del Estado, de grupos sociales de intereses distintos, de
grupos económicos y políticos, de las comunidades y la familia, de las instituciones educativas
mismas, de grupos interculturales étnicos y de expresiones culturales particulares, de los
ecologistas, de los grupos científicos y profesionales, de organizaciones internacionales. Se
espera que la educación haga mucho, o al menos que hago algo; no sólo socializar a los más
jóvenes para que asuman los roles del adulto, debe ir más allá de la socialización: desarrollar el
potencial creativo y contribuir a la expresión plena de la personalidad.

Por otro lado, se piensa a la educación como un proceso en permanente construcción, durante
el cual los sujetos de la educación son vistos en su integralidad y complejidad, para el desarrollo
del potencial creativo (de cada ser humano) y el ejercicio pleno de su personalidad. Está dirigida
a “ el desarrollo integral de ser social, humanista y ambientalista” , alrededor de cuatro tipos de
aprendizaje, pilares del diseño curricular: crear, participar y convivir; valorar y reflexionar”
(MPPE, 2007, pp. 15-16). Aparece aquí, nuevamente, una tensión entre la concepción
constitucional y la concepción curricular con respecto al sujeto de la educación: el sujeto
educativo de la constitución es el ser individual: cada ser humano, ejercicio pleno de la
personalidad. Pero, en el diseño curricular se hace referencia enfática al ser social: desarrollo
integral del ser social.

Los pilares sobre los que se sustenta la educación son cuatro tipos de aprendizaje que se
convierten en objetivos de la educación: aprender a crear, convivir y participar valorar, y
reflexionar.

EL ARBOL DE LAS TRES RAICES

Esta teoría fue desarrollada por un grupo de militares venezolanos que crearon en los años
ochenta un movimiento clandestino revolucionario y bolivariano, con el objetivo de liberar al
pueblo venezolano de la desigualdad, la pobreza y la dominación oligárquica.

Hugo Chávez, su principal líder, ha señalado que el carácter bolivariano del proceso
revolucionario es “una necesidad imperiosa para todos los venezolanos, para todos los
latinoamericanos y los caribeños fundamentalmente. Rebuscar atrás, en las llaves o en las raíces
de nuestra propia existencia, la fórmula para salir de este terrible laberinto en que estamos
todos... Así estamos los venezolanos hoy, tenemos que mirar el pasado para tratar de
desentrañar los misterios del futuro, de resolver las fórmulas para solucionar el gran drama
venezolano de hoy”.

El proyecto revolucionario que estos tres hombres gestaron, con el concurso del resto de
libertadores y el pueblo en armas, no ha logrado consolidarse hasta ahora. Por ello, sus ideales,
junto con los del resto de los Libertadores, tienen un encuentro pendiente con la victoria. Hoy, los
poderes creadores del pueblo y el compromiso del gobierno revolucionario avanzan juntos hacia
su definitiva concreción. A continuación, se analizan los aspectos centrales del pensamiento de
estos tres venezolanos inmortales, que hoy toma vida de la mano de la Revolución Bolivariana
del Siglo XXI.

1. Primera Raíz:Simón Rodríguez, Raíz Robinsoniana

Utilizó a menudo el seudónimo de Samuel Robinson, por lo que su sistema de pensamiento es


conocido como robinsoniano. Fue un gran pensador venezolano, latinoamericano y universal,
el objetivo de toda su actividad intelectual fue servir a la liberación de los pueblos sometidos por
el yugo del imperio español y a su integración en hermandad. A través de sus métodos para una
educación liberadora, propugnó la emergencia del nuevo hombre americano y la creación de
Repúblicas de hombres y mujeres libres.
El pensamiento innovador y la acción ejemplarizante de Simón Rodríguez brilló especialmente
en el campo de la educación. Para él, la finalidad de la educación no era formar aristócratas, sino
hacer de todos los habitantes verdaderos ciudadanos al servicio de la República. Las
herramientas para lograrlo son una educación liberadora, el trabajo dignificante y la participación
activa en los procesos de transformación política.

Pensamiento Robinsoniano.

Simón Rodríguez el Sócrates de Caracas con sus ideales y propuestas sobre sistemas de
gobierno, política y educación nos enseña el valor de interesarnos por nuestro pueblo y sobre
todo en la educación que es campo que nos compete. Como educadores cada día se pretende
alcanzar la excelencia, aprender de los errores y reformar lo establecido en las leyes.

Simón Rodríguez intentaba en esa época colonial mejorar la estructura política, que el hombre
se incorporara a la sociedad logrando ser competente, educado con valores bien fundados para
impulsar al cambio de un país y convertirlo en una República libre e independiente, una
educación popular libre de prejuicios y centrada en nuestras propias necesidades, sin copiar los
sistemas de gobierno del Norte ni Europa, solo buscando nuestro bienestar e intereses ya que
nuestra cultura y costumbre son distintas a otros países.

Simón Rodríguez en su comentario sobre “Estado Actual de la Escuela y Nuevo Establecimiento


de Ella”, escrito en 1791, presenta detalles acerca de la organización de una Escuela de Primeras
Letras para la ciudad de Caracas. Hay algunas ideas en esa propuesta que considero
interesantes, una está relacionada con el tamaño de la escuela y su distribución en la ciudad. El
propone que se creen cuatro escuelas, una en cada feligresía, atendida cada una por un maestro
y tres pasantes, su idea de dividir una Escuela en cuatro escuelas pequeñas (de una sola aula),
distribuidas en diferentes partes de la ciudad es apoyada parcialmente por investigaciones
recientes acerca de las ventajas de las escuelas pequeñas.

Otra idea revolucionaria tiene que ver con la organización de la labor docente, los cuatro
maestros y los doce auxiliares se reunirían el último día de todos los meses en la escuela principal
bajo la coordinación del Director. En esa reunión mensual se discutirían asuntos relacionados
con el funcionamiento de las escuelas y se acordarían los planes de acción para el mes siguiente.
Se llevaría un libro de actas de estas reuniones, el cual se titularía “La Nueva Construcción,
Régimen y Método de las Escuelas”.

Revolución Bolivariana en la educación


Las ideas de Simón Rodríguez son la principal fuente filosófica de la Revolución Bolivariana en
la educación. Sus planteamientos sobre una educación inclusiva y una formación republicana
crítica, se encuentran ampliamente recogidos en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. A su vez, las políticas públicas se nutren de sus ideas. El conjunto de misiones
educativas, con la Misión Robinson a la cabeza, se inspira en sus ideales de ciudadanía plena,
al orientarse a garantizar que ni un solo venezolano o venezolana quede al margen de los
procesos educativos. En las escuelas y liceos bolivarianos

2. Segunda raíz: Simón Bolívar

“Trescientos años de calma no bastan...pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad


americana. Vacilar es perderse.”

Simón Bolívar

Simón Bolívar es la raíz principal del árbol de las tres raíces. Sus gestas de revolucionario
visionario y sus conquistas políticas constituyen uno de los grandes legados de la
historia latinoamericana y universal. En él se conjugan todas las virtudes del auténtico
revolucionario: el gran militar y estratega, el líder inigualable, el pensador social y el estadista.

Además de ser el gran líder de la independencia, Bolívar nos lega su poderoso pensamiento
revolucionario, que ha sido la base ideológica fundamental del movimiento. Hoy, adaptado a las
circunstancias actuales, guía al pueblo venezolano en la senda de la revolución bolivariana. A su
vez, su ideario convoca también a los pueblos de América Latina a luchar juntos por nuestra
segunda independencia y por una integración solidaria, para hacer realidad sus sueños, que son
también los nuestros.

Bolívar y la integración latinoamericana

“Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande Nación del Mundo, menos
por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”.

Simón Bolívar

A pesar de que el proyecto de unidad latinoamericana no pudo tomar forma, el pensamiento


bolivariano es el punto de referencia para pensar hoy sobre la integración en América Latina. La
idea de unir a nuestros países en un solo bloque económico, político y social, buscaba defender
la soberanía y las riquezas de la América mestiza frente a las intenciones imperialistas de los
países poderosos. Asimismo, buscaba convocar a todos los pueblos bajo un mismo proyecto
libertario, basado en una democracia verdadera de libertad, igualdad y justicia.

Ya en 1812, señalaba en el Manifiesto de Cartagena: “Yo soy del sentir y del pensar que mientras
no centralicemos nuestros gobiernos americanos, nuestros enemigos obtendrán las ventajas
más completas; seremos envueltos indefectiblemente en los horrores de las disensiones civiles
y conquistados vilipendiosamente por ese puñado de bandidos que infectan nuestras comarcas”.

Además de retratar la opresión del imperio español y las oligarquías apátridas, analizó con gran
agudeza el peligro que provenía de los intereses de otras naciones y grupos de poder. En
concreto, anticipó el voraz y criminal imperialismo del Norte, al afirmar en 1829: “Los
Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria en
nombre de la libertad”.

Washington también condenó el proyecto bolivariano de una América Latina unida. El presidente
Monroe, que decretó que América Latina era el patio trasero de Estados Unidos de América
(EUA), identificó a Bolívar como “un déspota mili- tar de talento”, “el loco de Colombia”, el
“libertador de esclavos”... Incluso la jerarquía eclesiástica llegó a excomulgarlo, y lo comparó con
el mismo Satanás.

El proyecto de integración, orientado a sentar las bases para la confederación hispanoamericana,


tenía varios elementos centrales:

La unidad para hacer frente a los peligros que amenazaban a las nacientes Repúblicas;

La adopción de pactos de protección y defensa mutuas como mecanismos para garantizar que
ninguna nación extraña se inmiscuyese en los asuntos internos de las nuevas Repúblicas; y

La adopción de acuerdos amistosos para resolver eventuales disputas entre nuestras naciones.

Inicialmente, propuso ante el Congreso Anfictiónico de Panamá la gran Confederación, que


incluía desde México hasta Argentina. Cuando entendió que la Confederación estaba llamada a
fracasar, debido a los intereses mezquinos de las clases dominantes locales y sus gobernantes,
puso todo su empeño en la constitución de la Federación de los Andes, que comprendía a las
naciones que él había liberado (la Gran Colombia, Perú y Bolivia).

Tras el fin de la Federación, el Libertador se concentró en salvar la unidad de la Gran Colombia.


Sin embargo, también este proyecto integracionista se vino abajo, luego de que las oligarquías
locales de las tres actuales Repúblicas conspiraran para dividirla. Pese a estos fracasos, el gran
diseño del Libertador se instaló firmemente en el imaginario de nuestros pueblos, y hoy revive de
la mano del pueblo bolivariano.

Simón Bolívar

Además de ser el padre de la independencia y de la integración latinoamericana, Bolívar es el


precursor del pensamiento social revolucionario en nuestro continente. En su proyecto, la victoria
militar no era más que el comienzo de una ver- dadera revolución social, que debía permitir
eliminar los groseros privilegios de las minorías y “la odiosa diferencia de clases”, elevando a
todos los y las habitantes al rango de ciudadanos.

Cuando regresa del Perú, después de cinco años de victorias y tras haber expulsado
definitivamente al imperio español de tierras sudamericanas, Bolívar se indigna ante el
espectáculo de miseria que todavía ofrece el pueblo oprimido. Le escribe a Santander: “No se
cómo todavía no se levantaron todos estos pueblos y soldados al concluir que sus males no
vienen de la guerra, sino de leyes absurdas”. Santander, que era vicepresidente de Colombia, lo
acusa de querer provocar

“una guerra interior en que ganen los que nada tienen, que siempre son muchos, y que perdamos
los que tenemos, que somos pocos”. Queda así sellada la naturaleza del conflicto. El Bolívar
libertario, en defensa de la justicia y la igual- dad, se enfrenta a los generales que defienden los
intereses de las oligarquías.

3. Tercera raíz: Ezequiel Zamora

“Sólo el pueblo quiere su bien y es dueño de su suerte... desde hoy en adelante, Venezuela no
será más el patrimonio de ninguna familia ni persona”

Ezequiel Zamora

Ezequiel Zamora retomó la bandera de Bolívar treinta años después de la muerte del Libertador,
enfrentándose con la oligarquía que truncó el sueño bolivariano. Conocido como el general del
pueblo soberano, su pensamiento y acción represen- tan la última raíz del árbol de las tres raíces.

La principal bandera de lucha de Ezequiel Zamora fue la redistribución de la tierra y la


dignificación de los campesinos. Las luchas que lideró, bajo la consigna de Tierras y Hombres
Libres, encontraron un apoyo masivo en los habitantes del campo, que para ese entonces eran
la mayoría del pueblo venezolano. A su vez, fue un acérrimo enemigo de las oligarquías. Su
defensa de la dignidad de los campesinos y su arroje libertario hacen de él una fuente
permanente de inspiración revolucionaria.

Tierra y hombres libres

“Cuando Dios hizo el mundo repartió en común el agua, el sol, la tierra, ¿por- qué entonces los
godos se han apoderado de las mejores tierras, bosques y aguas, que son propiedad del
pueblo?”

Ezequiel Zamora

Ezequiel Zamora comenzó su carrera política, uniéndose al partido de los liberales. En 1846, el
gobierno conservador desató una feroz represión contra los miembros de su partido, lo que
provocó que Zamora y otros caudillos populares se alzaran para tomar el poder. En su proclama
rebelde, de inspiración bolivariana, invitó al pueblo a luchar “..para quitarnos el yugo de la
oprobiosa oligarquía y para que, opóngase quien se opusiere, y cueste lo que costare, lleguemos
por fin a conseguir las grandes conquistas que fueron el lema de la independencia”.

Esta insurrección, que vio nacer la consigna de tierra y hombres libres, le hizo ganarse el apoyo
y devoción popular y el nombre de “General del pueblo soberano”. Ezequiel Zamora fue hecho
prisionero y sentenciado a muerte, pero el presidente Monagas le conmutó la pena por el
destierro.

1. La educación en la Década de Plata de la Revolución Bolivariana

Con la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se crea la base


de transformación y la definición de nuevas políticas articuladas con el Plan Septuanal 2001-
2007 en el que la educación es fundamento para el Modelo de Equilibrios. Este período forma
parte de la llamada Década de Plata, cuyos objetivos y estrategias para su logro, conllevan a la
necesaria consideración de los componentes estructurales y de concepción de la nueva escuela.
En este sentido, se concibe la educación desde la articulación de dos grandes mecanismos de
innovación transformadora: los proyectos bandera y las misiones, cuyo desarrollo permite
apreciar los logros que van dando paso al proceso de construcción de la nueva estructura del
sistema educativo y en términos generales al sistema de inclusión que sustituye al modelo de
exclusión que se caracterizó antes de 1999. El impulso constitucional y legal para la
transformación social, política, económica, territorial e internacional, demuestra claramente que
Venezuela, signatario de Las Metas del Milenio en la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) las trasciende e incluso, las revoluciona para hacer de la educación y el trabajo los
procesos fundamentales para el logro de los fines del Estado.

Tal como lo establece el Artículo 3 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


y cuyo sustento lo constituye el pensamiento robinsoniano:

La educación es el vínculo principal de promoción del saber, que es necesario difundir y está
vinculado a la formación de virtudes sociales; amor a la patria, que es el bien común y amor al
trabajo productivo, entendido como actividad liberadora.

2. La educación en el Proceso hacia la Nueva República la Década de Plata (2001-2010)

El sistema educativo transita hacia un nuevo sistema adecuado al modelo de la nueva República
establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y revierte la tendencia
neoliberal, que caracterizó la década de los 90, es por ello, que se retoma con una visión pensada
y novedosa el Estado Docente, tal como se expresa en el Artículo 3 de la CRBV.

El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su


dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa
y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del
cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta
Constitución. La Educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos
fines.

En un Estado social, de derecho y de justicia, humanista y federal descentralizado, que garantice


el acceso a los derechos esenciales de los más pobres, e impedir que los derechos se conviertan
en obj eto del mercado, el Estado debe ser garante de la equidad como principio ético y político,
capaz de cumplir con la obligación de darle a quienes no pueden, los mismos derechos que
disfrutan quienes pueden. Refundar la República, signi.ca construir un nuevo modelo de
sociedad, formar nuevos(as) ciudadano(as) y en consecuencia nuevos(as) republicano(as); y el
único instrumento que posee el Estado para lograr tal .n es la Educación, que por esencia rectora
debe dirigir, orientar y supervisar.

La educación es un derecho humano y un deber social, obligatoria y gratuita y constituye la raíz


esencial de la democracia. Está orientada al desarrollo pleno de la personalidad para el disfrute
de una existencia digna, que transcurra con una valoración ética del trabajo y con una conciencia
de participación ciudadana en la toma de decisiones; lo que reafirma, su carácter democrático.

La escuela debe ser de calidad, que tenga como producto el desarrollo integral de los (las)
estudiantes, de la mente o el intelecto, de las manos para el trabajo, del cuerpo para la salud
física y mental, del espíritu para la creatividad, la inventiva y dotarlos del mayor dominio de
instrumentos posibles, para lograr la soberanía cognitiva.

La transformación de la escuela pasa necesariamente por la presencia de maestros que tengan


como función principal la formación de republicanos para la construcción de la nueva República,
de allí la importancia de formar a un nuevo(a) maestro(a) comprometido(a) con el proyecto de
nación, para lo cual se requiere de una justa valoración del docente por parte del Estado, y que
la misma se exprese en el rescate de la dignidad del (la) educador(a) y el mejoramiento de sus
condiciones de vida y de trabajo.

La educación debe formar al nuevo republicano y la escuela debe ser la réplica de la nueva
república, una nueva Pedagogía Nacional, es la base para consolidar la Soberanía y
Autodeterminación de nuestro pueblo. Refundar la República en el marco constitucional, implica
conducir al país hacia la maximización del bienestar colectivo, lo que debe traducirse en una
justa distribución de la riqueza. Para ello, se hace necesaria una planificación de carácter
estratégico, cuyos mecanismos e instrumentos de acción permitan al Estado el logro de los fines
esenciales a través de la Educación y el trabajo como los procesos fundamentales para
alcanzarlo y la protección y fomento de la economía social como estrategia primordial.

La Educación Bolivariana en la nueva relación Estado-Sociedad, desde la escuela como espacio


de concreción de las acciones y como principal forma organizada del poder del Estado, promueve
la participación para lograr los cambios institucionales y culturales 15 necesarios, para consolidar
el modelo de desarrollo endógeno y soberano a través del crecimiento de la producción social,
la corrección de los desequilibrios y la sustentabilidad ambiental para alcanzar una calidad de
vida digna. La escuela es entonces, eje clave en la trilogía Estado-Sociedad-Territorio, para la
transformación del ciudadano para la nueva República donde el ser, saber, hacer y convivir se
conjuguen para la réplica del modelo de desarrollo concebido en la Constitución.

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