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La caída de Rosas

Luego de los intensos conflictos de fines de la década de 1830 y principios


de la de 1840, siguió una década de relativa calma política, en la que todas las
provincias se mostraron favorables al liderazgo de Rosas. El gobierno se mostró
también más benévolo respecto de sus antiguos enemigos y muchas propieda-
des confiscadas a los opositores fueron devueltas a sus dueños.
Sin embargo, aunque los últimos años del gobierno de Rosas fueron de re-
lativa calma, en la Confederación se habían acumulado tensiones que estalla-
ron a principios de la década de 1850. En un principio, el Pacto Federal había
contemplado la convocatoria de un Congreso Constituyente para sancionar una
constitución y unificar a las provincias bajo un orden nacional, pero Rosas final-
Texto del pronunciamiento mente no quiso cumplir con este punto del pacto, dado que así podía mantener

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de Urquiza. los recursos de la Aduana para Buenos Aires y, desde esta provincia, dominar al
resto de la Confederación.
Luego de varios enfrentamientos armados, las provincias debieron aceptar
este dominio de Buenos Aires, que contaba con mayores recursos y por eso podía
dominarlas fácilmente. Pero pronto, surgió otro centro de poder que le hizo frente
al de Rosas. La nueva región en la que surgieron tensiones con el régimen rosista
fue el Litoral. Allí, hacía años que existía el problema de la libre navegación de
los ríos. Las provincias litoraleñas se perjudicaban porque no podían comerciar
directamente con el extranjero y los impuestos a las importaciones eran recibidos
solamente por la Aduana de Buenos Aires. Fue recién cuando las circunstancias
se le mostraron favorables que esta región pudo desafiar el poder de Rosas.

El pronunciamiento de Urquiza

En la provincia de Entre Ríos, había surgido un nuevo líder, el caudillo Justo


José de Urquiza, quien asumió como gobernador en 1842. Esta provincia se
había vuelto cada vez más poderosa tanto por el crecimiento de su economía
ganadera como por su participación en el conflicto con la Banda Oriental desde
principios de la década de 1840, que llevó a la formación de importantes ejérci-
tos en el territorio provincial.
Desde el establecimiento de la Confederación, las provincias habían dele-
gado en el gobierno de Buenos Aires la dirección de los asuntos de política
exterior. Cada año, Rosas renunciaba a este rol, pero se trataba de una forma-
lidad, ya que era una ocasión para que, nuevamente, todos los gobernadores
reafirmaran esta delegación en el manejo de los asuntos externos. Sin embargo,
el 1° de mayo de 1851, Urquiza publicó un pronunciamiento en el que aceptaba
su renuncia y, por lo tanto, el caudillo entrerriano asumía la dirección de la polí-
tica exterior de su provincia. A la vez, invitaba al resto de las provincias a hacer
lo mismo. Este gesto significaba una clara ruptura con el dominio que desde
principios de la década de 1830 mantenía Rosas.
La única provincia que aceptó el llamamiento de Urquiza fue Corrientes, ya
que en el resto de la Confederación se veía al caudillo entrerriano como un “loco”
que osaba desafiar al gobernador de Buenos Aires. Sin embargo, poco a poco,
Urquiza consiguió los apoyos necesarios para el derrocamiento de Rosas.

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La formación de la Gran Alianza

El gobernador de Entre Ríos carecía de


los recursos para enfrentarse a los ejércitos
de Rosas y por eso debió buscar aliados en
la región. Un centro de oposición a Rosas se-
guía siendo Montevideo, donde los exiliados
de distintas generaciones buscaban el mo-
mento oportuno para derrocar al caudillo fede-
ral, y cuyo gobierno rechazaba la intromisión
de Rosas en sus asuntos. Por otro lado, Brasil
también repudiaba esta presencia de Rosas en Uruguay. En 1850, ejércitos bra- Leonie Matthis, Ingreso de Urquiza
sileros invadieron el norte de la Banda Oriental y el conflicto con Rosas se hizo en Buenos Aires después de
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inminente. Caseros, acuarela.


Uruguay, Brasil y Entre Ríos establecieron una alianza militar que dio forma al
Ejército Grande. Las tropas aliadas desembarcaron en el norte de la provincia
de Buenos Aires a principios de 1852 y avanzaron hacia la ciudad. Aunque Ro-
sas contaba todavía con amplios apoyos en la sociedad bonaerense, la defensa
militar fue desorganizada. Los ejércitos rosistas fueron vencidos en la batalla de
Caseros el 3 de febrero de 1852.

El ingreso a Buenos Aires y la huida de Rosas

Después de Caseros, Rosas se embarcó junto con su hija Manuelita rumbo a Actividades
Gran Bretaña. El caudillo federal ya no regresaría de este exilio: se estableció en 1. Respondan las siguientes
la localidad de Southampton y allí vivió hasta su muerte, en 1877. preguntas.
Los ejércitos vencedores ingresaron a la ciudad de Buenos Aires, que du- a. ¿Qué fuerzas se aliaron
rante dos días estuvo librada a la violencia de los vencedores. Saqueos y ejecu- para enfrentarse al gobierno
ciones se multiplicaron, hasta que Urquiza logró aplacar el conflicto. Junto con de Rosas?
Urquiza, ingresaron en la ciudad aquellas elites políticas opositoras a Rosas, b. ¿A qué se denominó “el
que habían sido marginadas del poder durante décadas. Estas nuevas fuerzas pronunciamiento de Urquiza”?
y los políticos rosistas que seguían en Buenos Aires debieron enfrentar nuevos
desafíos. La caída de Rosas dejaba como legado una provincia económica-
mente próspera, vinculada con el comercio internacional a través de su activi-
dad ganadera. En la provincia, además, Rosas había logrado imponer un orden
social en la campaña y en la ciudad; sin embargo, en la Confederación per-
manecían las autonomías provinciales. Rosas había impuesto la unidad desde
Buenos Aires, pero ahora que ya no estaba en el poder, las provincias debían
comenzar a construir un nuevo orden.

Para conocer más


Echeverría, Esteban, El matadero, Gelman, Jorge, Rosas estanciero.
Buenos Aires, Colihue, 1978. Gobierno y expansión ganadera,
Ferro, Gabriel, Barbarie y civilización. Buenos Aires, Capital Intelectual,
Sangre, monstruos y vampiros durante 2005.
el segundo gobierno de Rosas, Buenos Spiner, Fernando, Aballay (película),
Aires, Marea, 2008. 2013.

Capítulo 6 La Confederación Argentina en tiempos de Rosas (1829-1852)


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