Rev. Sci. Tech. Off. Int. Epiz.

, 2018, 37 (1), 231-237

Contribución de los perros y otros animales

en programas destinados a la inclusión social
S.C. Underwood (1)*, K. Guerschberg (2), N. Chiesa (1) & J. Puente (1)

(1) Cátedra Libre de Intervenciones Asistidas con Animales, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de
Buenos Aires (FCV-UBA), Av. Chorroarín 280, (1427) CABA, Argentina
(2) Asociación Senderos del Sembrador, Vicente López, Provincia de Buenos Aires, Argentina
*Autora encargada de la correspondencia: scunderwood@fvet.uba.ar

Resumen
Las intervenciones asistidas con animales son cualquier intervención que
intencionalmente incluya o incorpore animales como parte de un proceso
terapéutico, paliativo, pedagógico, psicoeducativo, lúdico o ambiental. La
Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires comenzó a
trabajar en este tema en 1996, e incorporó paulatinamente proyectos de extensión,
investigación y docencia atravesando diversas etapas de institucionalización y
reconceptualización, hasta que en 2014 se creó la Cátedra Libre de Intervenciones
Asistidas con Animales. El objetivo de este trabajo es introducir esta disciplina,
con especial énfasis en sus posibilidades como factor de inclusión, y presentar
una experiencia concreta de trabajo con perros que se realiza desde 2009 con
la Asociación Civil Senderos del Sembrador, a la que concurren personas con
discapacidad intelectual y una gran necesidad de apoyo. Relatamos cómo hemos
sistematizado este contacto, sus resultados, desafíos y dificultades, y cómo
hemos podido trabajar el ocio como factor de inclusión además de actuar sobre
los prejuicios de las personas sin discapacidad. Finalmente, en cuanto a las
prácticas, este proyecto pasó de ser una propuesta terapéutica para rehabilitar a
las personas con discapacidad a constituir un espacio de inclusión social efectiva
que fue modificando las concepciones y prácticas de todos los participantes.

Palabras clave
Animales – Discapacidad intelectual – Inclusión social – Intervenciones asistidas con
animales – Ocio.

Introducción asistida con animales, asesoramiento facilitado con

Los antecedentes de trabajo con animales y de los efectos
benéficos para el ser humano, tanto en la salud física como
en la calidad de vida, se remontan a la antigüedad. Sin
embargo, es a fines de la década de los ‘70 cuando surgen
con más énfasis las investigaciones y la documentación
de los procesos, encontrándose que la interacción con
animales contribuye a mejorar física, psíquica, emocional y
socialmente al ser humano.
La incorporación de animales como mediadores para
la asistencia de ciertos trastornos de la salud fue dando
lugar a una nueva disciplina, la de las prácticas asistidas
con animales. LaJoie (1) realiza una revisión y halla 20
definiciones diferentes de la terapia asistida con animales,
y 12 formas diferentes de llamar al mismo fenómeno,
como por ejemplo, terapia con mascotas, psicoterapia con
mascotas, terapia facilitada con mascotas, psicoterapia
facilitada con mascotas, terapia de cuatro patas, terapia
mascotas, terapia mediada con mascotas, psicoterapia
orientada con mascotas, terapia con animales de compañía
o coterapia con animales. Esta terminología tan variable
resulta confusa, tanto para los profesionales como para los
destinatarios de estas prácticas. En Latinoamérica podemos
sumar otro término, zooterapia, aún en uso en muchos
países de la región. En virtud del trabajo permanente entre
diversos profesionales de diferentes lugares del mundo,
se han establecido redefiniciones de estas prácticas, que
actualmente se denominan intervenciones asistidas con
animales (IACA).
La Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad
de Buenos Aires (FCV-UBA) comenzó a trabajar en este
tema en 1996, e incorporó paulatinamente proyectos de
extensión, investigación y docencia atravesando procesos
de institucionalización y reconceptualización, hasta que en
2014 se creó la Cátedra Libre de Intervenciones Asistidas
con Animales (2), cuyos objetivos son: comprender la
evolución y los beneficios del vínculo humano-animal

doi: doi/org/10.20506/rst.37.1.2754
232
y su influencia en la calidad de vida de las personas;
comprender la discapacidad desde la perspectiva de los
derechos humanos; y adquirir formación especializada en
las áreas bioéticas correspondientes. En el marco de sus
actividades académicas, los docentes de la disciplina nos
planteamos la discusión sobre la terminología en uso en el
año 2013 y, tras una búsqueda bibliográfica, encontramos
que las definiciones varían según el país e incluso según las
organizaciones de un mismo país. En un artículo que revisa
la situación en España (3), los autores analizan la misma
problemática y eligen un tipo de clasificación que se adecua
a la realidad española.
Por esta razón, y mientras en la República Argentina se
mantiene el debate, hemos adaptado la definición de las
IACA de «cualquier proceso que intencionalmente incluya
o incorpore animales como parte de un proceso terapéutico,
de mejoría, o ambiental» (4) agregándole aspectos que en
nuestro país son importantes, por lo que provisionalmente
sostenemos que IACA es «cualquier intervención que
intencionalmente incluya o incorpore animales como
parte de un proceso terapéutico, paliativo, pedagógico,
psicoeducativo, lúdico o ambiental».
Las IACA incluyen las siguientes áreas principales, que no
son taxativamente excluyentes de otras:
i) Terapia Asistida con Animales (TACA/TAA): práctica
dirigida por un profesional de la salud dentro del ámbito de
su práctica profesional, con objetivos vinculados a la salud
y con registro de la evolución del proceso
ii) Actividad Asistida con Animales (AACA/AAA): práctica
que no se ajusta a ningún trastorno de la salud en
particular, que no requiere un profesional y que tiene fines
recreacionales, motivacionales o lúdicos
iii) Educación Asistida con Animales (EAA): práctica
dirigida por un profesional de la educación, con objetivos
pedagógicos y utilizada en educación común o especial (5).
Utilizar un concepto más abarcador de IACA nos ha
permitido incluir otras modalidades más allá de la Terapia
asistida, la cual se desarrolla en otro artículo de esta Revista.
Contribución de los animales en
aspectos psicosociales
Una de las dificultades de las IACA es la carencia de un
marco teórico adecuado que esté ampliamente aceptado o
que disponga de una base empírica para explicar las razones
por las que el vínculo entre las personas y los animales
puede ser terapéutico (4) o puede influir en la calidad de
Rev. Sci. Tech. Off. Int. Epiz., 37 (1)
vida de los participantes. La tercera edición del Handbook
on Animal-Assisted Therapy. Theoretical Foundations and
Guidelines for Practice (4) presenta los principales marcos
teóricos propuestos por diversos autores, relacionados
tanto con atributos intrínsecos de los animales, como
con su papel como instrumentos de cambios cognitivos y
conductuales. En el año 2012, un grupo de investigadores
europeos (6), basándose en la revisión de 69 estudios
previos, propuso que la liberación de oxitocina que se
origina en el contacto con animales podría explicar muchos
de los efectos comunicados en los estudios analizados. Si
bien en la búsqueda preliminar de esta revisión de estudios
se incluyeron las intervenciones con equinos, debido a que
la mayor parte de las comunicaciones sobre esta especie
se relacionaban con la rehabilitación física, finalmente se
evaluaron solo los efectos observados en las investigaciones
con caninos. Hallaron que la oxitocina y la interacción
humano-animal tienen algunos efectos en común, como
por ejemplo, la promoción de la interacción social, la
reducción del estrés y de la ansiedad y la mejoría de la salud
humana. Asimismo, mencionaron que la oxitocina se libera
por contacto visual, pero que el contacto táctil placentero
también parece jugar un papel importante. Aparentemente,
la oxitocina tendría una función central en la explicación de
los efectos positivos de las interacciones humano-animal;
dichos efectos incluso se vinculan con otras teorías, tales
como la del apego, la de la biofilia, la del apoyo social, la
polivagal y la del constructo social de referencia. Remitimos
a las referencias citadas en este párrafo (4, 6) a quienes estén
interesados en profundizar en este aspecto, que sería muy
largo de desarrollar. Es importante señalar que la activación
del sistema de la oxitocina a través de la interacción con
animales permite la integración de numerosos hallazgos
de la investigación y puede servir como piedra angular
de futuras investigaciones (6). Este tipo de efecto que se
produce en la interacción con los animales es independiente
de la modalidad de IACA utilizada, ya que se relaciona con
la interacción propiamente dicha.
Fig. 1
Mano de una persona tomando la pata delantera de una de las
perras del equipo
Rev. Sci. Tech. Off. Int. Epiz., 37 (1)
Los perros como factor
de inclusión social
La FCV-UBA trabaja en los tres pilares fundamentales de
la universidad pública: docencia, investigación y extensión.
En nuestra Facultad, las IACA nacieron y crecieron en
Extensión, pero fueron generando numerosas acciones en
Investigación y Docencia. La experiencia que relataremos
a continuación se enmarca en Extensión, como Proyecto
de Voluntariado Universitario del Ministerio de Educación
de la Nación (desde 2009) y como parte de los proyectos
UBANEX de la UBA (desde 2015).
El proyecto lo fundaron la FCV-UBA y la Asociación
Civil Senderos del Sembrador, integrada por padres de
personas con discapacidad intelectual que presentan un
déficit intelectual y de comunicación que les dificulta el
establecimiento de relaciones sociales fuera de su círculo
primario. El objetivo general fue vincular dos realidades
distintas, la del estudiante universitario y la de las personas
con discapacidad, a través del trabajo facilitador de los
animales y estimulando la labor participativa comunitaria de
los estudiantes voluntarios. En la comunidad universitaria
involucra a docentes, estudiantes de diversas carreras,
nodocentes y guías de los perros, y apunta a la formación
integral de los futuros profesionales para que perciban la
discapacidad como parte de la diversidad.
Al principio, la implementación del proyecto tuvo una
modalidad de Terapia Asistida, pero la reflexión sobre la
praxis fue dando paso a una modalidad de Actividades
Asistidas con perros, siendo en la actualidad una de las
herramientas principales a partir de la cual los profesionales
de Senderos del Sembrador promueven el derecho al ocio
y con la que se facilita el vínculo entre jóvenes de la misma
edad, con y sin discapacidad. Naturalmente, al compartir
actividades e intereses, entre todos ellos surgieron lazos de
cariño y amistad, que creemos que son los que conducen a
la felicidad.
Fig. 2
Amigos abrazados
233
Entender el ocio como derecho
El ocio puede ser un espacio propicio para promover
la inclusión y es un derecho garantizado en diferentes
pactos internacionales, leyes y normas, tanto referidos
a discapacidad como otros más generales. A modo de
ejemplo, mencionamos algunos de ellos:
– Declaración Universal de los Derechos Humanos de
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) (7):
menciona que toda persona tiene derecho al descanso,
al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable
de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas
pagadas (Art. 24)
– Resolución 37/52 de la ONU (8): aprueba el «Programa
de Acción Mundial para las Personas con Discapacidad»,
que estructura medidas de acción en relación con la
prevención, rehabilitación e igualdad de oportunidades,
entendidas como el proceso mediante el cual el sistema
general de la sociedad se hace accesible para todos
– Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(9): señala la importancia de legislar para promover la
recreación y el turismo (Art. 80, para. 2[b])
– Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad de la ONU (10): trata el derecho a
la participación en la vida cultural, las actividades
recreativas, el esparcimiento y el deporte (Art. 30).
Las personas con discapacidad intelectual que hoy son
adultas han pasado su vida en espacios segregados, donde
el modelo médico de conceptualizar la discapacidad se
evidencia por el escaso o nulo espacio para el ocio o el
tiempo libre. Las dificultades en la comunicación y la baja
autonomía también merman las posibilidades de crear lazos
sociales espontáneos. Tener amigos fuera de los espacios
terapéuticos es poco frecuente, y cuanto mayor es el nivel
de dependencia, menores son los lazos que se establecen
fuera del círculo primario de pertenencia.
Muchas veces, en el camino de la educación especial y la
rehabilitación que recorren las personas con discapacidad,
queda poco o ningún espacio para el ocio y la recreación
y se les veda el acceso a espacios de libre elección. Todo
está reglado o se les entrega fragmentado y digerido para
evitarles frustraciones. No se les permite experimentar,
romper ni equivocarse. Por esta razón, no es de extrañar
que la creatividad sea muy escasa. Ésta es una de las formas
en que se manifiesta la hegemonía del modelo médico
rehabilitador, que no tiene que ver con la medicina sino
con una perspectiva integral desde la cual se percibe la
discapacidad: en el afán por rehabilitar las funciones
y capacidades del cuerpo de las personas, se pierde de
vista su dimensión humana y se las condena a la terapia
234
eterna. Como consecuencia de este recorrido terapéutico, la
individualidad se deteriora, el individuo se cosifica y sólo es
«paciente». Pasar de la posición de paciente al desarrollo de
la producción personal supone habilitar un espacio donde
esto pueda suceder, e implica pensar en cómo abrir espacios
de elección personal y promover la creatividad.
Por otro lado, en el mismo modelo médico hay poco espacio
para la toma de decisiones y las elecciones personales. Para
que haya elecciones, es necesario que haya opciones, y
como el ocio es un derecho, Senderos del Sembrador crea
el Club de Sábados.
Desde esta mirada, sostenemos la importancia del ocio
como ámbito de desarrollo humano, caracterizado por
la libertad de elección, de expresión, de realización de
tareas no utilitarias y de disfrute de vivencias satisfactorias.
Los rasgos específicos de la experiencia de ocio son:
autotelismo, disfrute y satisfacción, libertad percibida,
espontaneidad, creatividad, desarrollo personal y social,
aprendizaje a lo largo de la vida, transmisión de valores,
experiencia, inclusión, flexibilidad y fuente de salud (11).
En este sentido, las intervenciones con animales facilitan la
posibilidad de muchos de estos aspectos.
La inclusión a través del ocio puede producirse gracias a
(12):
1. Derecho al ocio: que se basa en la no discriminación y en
el derecho a disfrutar y a divertirse, debido a los beneficios
que el ocio tiene para todas las personas
2. Ocio de calidad: experiencias inclusivas beneficiosas
para todos los participantes, con los apoyos y dedicación
necesarios.
3. Dimensión social del ocio compartido: posibilita
el aprendizaje y el respeto por las diferencias; vivir
experiencias de ocio con personas diferentes (no en el
sentido de «capacidades diferentes») es enriquecedor y
sienta las bases para construir una sociedad en la que se
respete la diversidad.
Hasta la aprobación de la Convención (10), se había
pensado en las personas con discapacidad intelectual
exclusivamente desde una perspectiva de rehabilitación,
y se habían considerado poco menos que niños eternos.
Era muy dificultoso que se pudiese considerar que, como
personas, también tenían derecho al ocio, a hacer algo no
pautado, a tener actividades que no estuviesen encasilladas
en lo terapéutico. Los adultos con discapacidad intelectual
no han tenido casi ningún control sobre sus vidas, en las
que todo se les impone y se elige por ellos. Para que estén
seguros, además, suelen vivir en entornos exclusivos y
vigilados, a los que sólo acceden personas con discapacidad.
Es decir, sólo tienen contacto con otras personas en
Rev. Sci. Tech. Off. Int. Epiz., 37 (1)
contextos institucionales. Por ende, se vuelve muy complejo
que puedan establecer relaciones sociales fuera de su círculo
primario, de ahí la importancia de promover activamente su
inclusión en la sociedad.
Estamos convencidas de que la generalización de la
educación inclusiva va a ser un eje definitorio para
garantizar la inclusión de las personas con discapacidad y
de que va a tener repercusión en la sociedad en su conjunto.
Cuando las escuelas sean de todos (juntos o con dispositivos
pero de todos), cuando todos nos formemos en grupos
heterogéneos, vamos a transformarnos como sujetos. Un
empleador, un empleado, un vendedor que haya crecido
compartiendo con personas con discapacidad, va a ser
necesariamente un empleador, un empleado, un vendedor
diferente.
Dado que lucha por la plena aplicación de la Convención
(10) y la armonización legislativa, Senderos del Sembrador
ha comenzado a trabajar en estos preceptos con los jóvenes
concurrentes, que ya no van a participar de la experiencia
de la educación inclusiva desde el jardín de infantes. Estos
jóvenes casi no tienen amigos, y mucho menos, amigos sin
discapacidad. Las Actividades Asistidas con perros forman
parte de la propuesta del Club de Sábados, e incluyen gran
variedad de manifestaciones de la cultura, tales como visitas
a bioparques, museos, eventos deportivos, cine, teatro y
viajes, entre otras opciones que buscan ampliar el horizonte
de participación de estos jóvenes en la sociedad.
En el momento de armar la propuesta de trabajo con
perros en 2009, se contempló su carácter exploratorio y
se planteó la necesidad de estar atentos a los resultados
de las interacciones para ir ajustando el rumbo. El
planteo, teniendo en cuenta el diagnóstico de la situación,
fue «terapéutico»: «Los jóvenes que asisten al Centro
presentan, en líneas generales, trastornos madurativos
y retraso mental y pueden manifestar alteraciones en el
desarrollo motor grueso, dificultades en la coordinación y
en la destreza motora fina, comportamientos de aislamiento
social o incapacidad para comunicarse con otros. Dada
la problemática que se presenta en el Centro de Día, la
implementación de un programa de Terapia Asistida con
Animales (TACA) proporciona un enfoque motivacional
diferente para que los profesionales tratantes puedan
proseguir con los tratamientos tradicionales pero con una
mirada renovada» (13).
Desde el comienzo, el Centro planteó objetivos exploratorios:
dejar que los jóvenes interactuaran de forma libre y evaluar
cualitativamente si se producían mejoras, con observadores
no participantes que registraron las interacciones. Esto
permitió analizar las pautas comunicacionales de los
jóvenes, especialmente de aquellos en los que no había
lenguaje verbal. Los profesionales observaron cómo estos
jóvenes se vinculaban con los animales y a partir de ahí
Rev. Sci. Tech. Off. Int. Epiz., 37 (1)
pudieron diseñar dispositivos para mejorar la comunicación
con aquellos cuyo lenguaje verbal era escaso o nulo. Las
observaciones también brindaron información valiosa
sobre la relación de algunos jóvenes con su entorno. En
un orden más específico, se mejoró sensiblemente la fobia
a los perros de algunos concurrentes, con la consecuente
mejora en la calidad de vida personal y familiar.
Es interesante destacar que la presencia de los perros también
resultó provechosa para los estudiantes universitarios. Una
de las actividades de los estudiantes consistió en escribir
un relato sobre su experiencia en el voluntariado. Todos los
estudiantes manifestaron haber superado la incomodidad
inicial a partir de la presencia de los perros. Concentrar
la atención en ellos, hablar sobre ellos y jugar con ellos
funcionó como puente hacia su relación con los jóvenes del
Club de Sábados y entre ellos mismos.
En 2010, transcurrido un año desde el inicio del proyecto,
con visitas al centro de día como actividad principal,
decidimos compartir un almuerzo en la FCV-UBA, y al
comprobar la potencialidad de ese espacio los encuentros
comenzaron a hacerse en la Facultad el primer y el tercer
sábado de cada mes salvo contingencias climáticas. Fue un
paso decisivo que inició una etapa de cambios generados
por los integrantes del proyecto, independientemente de
si eran los concurrentes al Club de Sábados (destinatarios
originales de la primera propuesta), los estudiantes
voluntarios o los guías de los perros.
Además de las actividades planificadas, comenzaron a surgir
actividades espontáneas y se fueron generando vínculos
entre los jóvenes de la Organización y los voluntarios que
iban más allá de la temática de los perros. Durante los
encuentros se formaban grupos de jóvenes que charlaban
sobre música, películas o paseos. A veces, las conversaciones
se continuaban por Facebook, tanto por chat como en las
opiniones vertidas sobre las fotos de los encuentros.
Estos encuentros han permitido trabajar el ocio como factor
de inclusión, así como actuar sobre los prejuicios de las
personas sin discapacidad. Los jóvenes de Senderos del
Sembrador han asistido a escuelas especiales y espacios
segregados durante toda su vida. Por lo tanto, tienen
muy poco contacto con personas de su misma edad sin
discapacidad fuera del ámbito familiar. Al mismo tiempo,
los voluntarios del proyecto no suelen tener contacto con
personas con discapacidad excepto, una vez más, que
formen parte de su entorno familiar, y sus conceptos de
discapacidad están dominados por prejuicios, en gran
medida influidos por la imagen que brindan los medios de
comunicación. La experiencia de estos años de voluntariado
universitario indica que una vez que conocen a personas
con discapacidad, desarrollan empatía hacia ellas y pueden
establecer con ellas una amistad tan intensa como con
cualquier otra persona, tenga o no discapacidad.
235
Programa Amigos «Sin amigos
nadie elegiría la vida»
Reflexionando sobre cómo mejorar estos vínculos o
fomentar su desarrollo, empezamos a pensar en cómo se
hacen los amigos. La amistad necesita intereses en común
que nos unan y que deseemos compartir (14). Ya sabíamos
que teníamos en común el interés y el amor por los animales.
Guirao, en la charla «Sin amigos nadie elegiría la vida» (15)
habla de ocio digno, inclusivo y solidario para personas con
discapacidad intelectual y sus familias. Reflexiona sobre lo
que implica para las personas con discapacidad intelectual
el hecho de no tener amigos: no tener un grupo natural de
apoyo, no tener en quién confiar ni a quién llamar cuando
las cosas se ponen difíciles, y no poder compartir las
experiencias significativas de la vida, como el primer amor
o la muerte de un ser querido. Además, implica no practicar
actividad física, no ir al cine, no celebrar el cumpleaños con
amigos, no viajar si no es con la familia, no dormir fuera
de casa, no tener celular, ni redes sociales, ni relaciones
amorosas… Guirao dice que eso es sobrevivir a la vida, no
tener una buena vida.
Fig. 3
Jóvenes con y sin discapacidad rodeando a una de las perras
del equipo
Con esto en mente materializamos el cambio que venía
gestándose desde el proyecto. En 2014, nuestro nuevo
Programa Amigos: «Sin amigos nadie elegiría la vida»
(16) se presentó al Programa Nacional de Voluntariado
Universitario. Este proyecto apunta, por una parte, a
fortalecer lo observado sobre el mejoramiento de las áreas
cognitiva, emocional y social de los jóvenes participantes
a través del vínculo humano-animal, y por otra, a
explorar algo que comenzó a surgir de forma espontánea
y esporádica: relaciones sociales y amistad entre personas
con y sin discapacidad. Considerando que la mayoría de
las personas con discapacidad intelectual no tienen ni un
solo amigo (al menos sin discapacidad), y con la firme
236 Rev. Sci. Tech. Off. Int. Epiz., 37 (1)

convicción de que estar sin amigos es estar lejos de la vida,
nos propusimos ayudar a crear un andamiaje que permita
desarrollar lazos de amistad entre los participantes, con o
sin discapacidad. Se agregaron actividades de ocio, como
paseos y viajes, ya que este grupo de jóvenes, con y sin
discapacidad, comparten el amor por los animales y el
placer de viajar. Así, compartimos un viaje a Embalse Río
Tercero con una de las voluntarias, y en otra ocasión tres de
ellas compartieron un día en una granja educativa a la que
los jóvenes habían ido a pasar la semana (Fig. 3).
jóvenes del Club de Sábados, cuyas vidas suelen transcurrir
en entornos hipercontrolados. Nuestras actividades se
llevan a cabo de una manera horizontal, en la que no se dan
pautas fijas, sino que cada persona disfruta del modo que
desea. Visto de lejos (y de cerca también) lo que se observa
es un grupo de amigos que están de picnic, y como tales,
algunos pasean con un perro, otros toman mate y otros se
echan en el pasto a mirar el cielo. Es importante señalar que
para que esto suceda, es necesario proveer activamente los
espacios de encuentro, y no sólo los físicos sino también
los simbólicos. El «Programa Amigos» es un dispositivo de
plena inclusión social que contribuye a mejorar la calidad

Reflexiones finales de vida de todos los participantes… porque «sin amigos

nadie elegiría la vida»

Las Actividades Asistidas con perros, trabajadas con jóvenes

estudiantes universitarios, ofrecieron la oportunidad de
experimentar con formas del ocio y de vinculación entre
Agradecimientos
personas con y sin discapacidad, de la misma edad y que de Agradecemos a Marina Artigas, M. Florencia Vartevanian y
otro modo no hubieran tenido forma de conocerse. Estos Darío Becher las fotografías que ilustran este artículo.
espacios de IACA son instancias de gran libertad para los

La contribution des chiens et d’autres animaux dans les programmes

d’inclusion sociale
S.C. Underwood, K. Guerschberg, N. Chiesa & J. Puente

Résumé
Les interventions assistées par des animaux désignent toute intervention
intégrant de manière intentionnelle des animaux en tant qu’acteurs au sein d’un
processus thérapeutique, palliatif, pédagogique, psycho-éducatif, ludique ou
environnemental. La faculté des Sciences vétérinaires de l’université de Buenos
Aires a commencé à explorer ce domaine dès 1996, en y ajoutant progressivement
des projets d’application locale, de recherche et d’enseignement qui ont connu
plusieurs phases successives d’institutionnalisation et de conceptualisation avant
d’aboutir en 2014 à la création d’une chaire autonome d’interventions assistées
par l’animal. Après avoir introduit cette discipline en mettant un accent particulier
sur ses perspectives en tant que facteur d’inclusion, les auteurs décrivent une
expérience concrète d’interventions menées depuis 2009 avec des chiens auprès
d’une association de la société civile (« Senderos del Sembrador ») qui s’occupe
de personnes ayant des déficiences intellectuelles et qui ont un grand besoin
d’aide. Les auteurs expliquent le recours systématique à ce contact, ainsi que ses
résultats, ses enjeux et ses difficultés, et l’utilisation des loisirs comme facteur
d’inclusion parallèlement à la lutte contre les préjugés chez les personnes non
handicapées. Enfin, à travers les ateliers proposés, ce projet a constitué une
authentique proposition thérapeutique qui a donné aux personnes handicapées
les outils nécessaires pour constituer un espace d’inclusion sociale efficace,
qui a progressivement transformé les conceptions et les pratiques de tous les
participants.

Mots-clés
Animal – Déficience intellectuelle – Inclusion sociale – Intervention assistée par l’animal
– Loisirs.
Rev. Sci. Tech. Off. Int. Epiz., 37 (1)
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