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FILOSOFÍA
Una de las razones sobre por qué es importante la filosofía es que nos pone en una
posición crítica y reflexiva frente a diversos fenómenos que involucran al ser humano, a
la sociedad, al mundo y al universo entero. De este modo, una razón de por qué es
importante la filosofía, es por representar la posibilidad de contemplación y reflexión
sobre la realidad y nuestra existencia.
Los primeros filósofos fueron importantes porque sentaron las bases del pensamiento
crítico y la reflexión sobre la naturaleza y la existencia humana. Ellos se preguntaron
acerca del mundo que les rodeaba y buscaron explicaciones lógicas y racionales para
entenderlo.
Hace poco más de una década, lograron frenar la necesaria implementación de un marco
rector pedagógico para la educación integral de la sexualidad. Poco les importaron los
alarmantes datos oficiales del momento, tales como que el 20% de los embarazos en
Paraguay se da en niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años, y que el 88% de las
mismas son madres solas.
Esos datos, actualizados en un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas
(UNFPA, 2019), indican que Paraguay ocupa el primer lugar en el Cono Sur con la más
alta tasa de fecundidad adolescente: dos niñas de 10 a 14 años dan a luz cada día; cada
hora, dos adolescentes de 15 a 19 años tienen hijos. En el 2018, se registraron 17.386
partos de niñas y adolescentes; 3.129 de estas niñas y adolescentes ya tienen uno o más
hijos, y cada 24 horas se registran de 8 a 10 casos de abuso sexual.
La cruda realidad parece seguir sin importarle a muchos, pues la educación sexual
integral nunca se implementó desde el MEC. Por el contrario, primaron la
tergiversación, las noticias falsas y la condena de la perspectiva de género –que permite
el análisis integral de las políticas públicas– y del enfoque de derechos, tergiversación y
condena que se reproducen acríticamente por doquier. Hoy por hoy, el dedo acusador
apunta al proyecto de transformación educativa.
Pero lo que más asusta a los conservadores de ayer y fundamentalistas de hoy son sus
tres ejes trasversales: la multiculturalidad, la inclusión y el enfoque de derechos. El
primer eje transversal abarca «la comunicación e interacción entre personas o grupos
con identidades culturales específicas, favoreciendo el diálogo y la convivencia basada
en el respeto a las diferencias y el enriquecimiento mutuo, así como la escucha y el
acceso equitativo y oportuno a la información pertinente».
Hasta el momento, se hallan publicados dos documentos de diseño para la estrategia del
Plan Nacional de Transformación Educativa 2030 (PNTE 2030), denominados primer y
segundo acuerdo. En el primero, publicado en noviembre del 2021, se establece que la
transformación educativa pone a los estudiantes en el lugar central y apunta a la
generación de comunidades de aprendizaje para la transformación integral.
Para estos grupos, aparentemente son letra muerte el artículo 48, de la igualdad de
derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales entre el varón y la mujer;
el 54, de la crianza y cuidado de los niños, niñas y adolescentes, que incluye como
corresponsables a la familia, la sociedad y Estado; el 61, que afirma que el Estado debe
garantizar educación, orientación científica y servicios adecuados en materia de
derechos reproductivos; o el 73, del derecho a la educación y de sus fines, que establece
que toda persona tiene derecho a la educación integral y permanente, que como sistema
y proceso debe realizarse en el contexto de la cultura de la comunidad, y que el Estado
tiene la responsabilidad de eliminar los contenidos educativos de carácter
discriminatorio.
Como decía un amigo en estos días, es que la autoridad dominante necesita garantizar
sus instrumentos de identificación de la diferencia. Por eso se prefiere garantizar el
carácter abyecto de la diferencia, porque, no nos engañemos, en el fondo lo que asusta
siempre es la posibilidad de dignificar y humanizar la diferencia.
Análisis