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Secretos para la riqueza

Extraído de Cuide su riqueza. Editorial perspectivas

Si como a la plata la buscares y escudriñares por ella


como por tesoros ocultos, comprenderás el temor de
Hashem y hallarás el conocimiento.
(Mishlé 2:4)
Las personas desean bienes. Ansían adquirir más, nunca satisfechos con lo que tienen. Pero
este anhelo no se limita al deseo de posesiones físicas. Nuestras almas internas ansían la
verdadera riqueza del conocimiento de Torá y de las adquisiciones de mitzvot que nos
llevaremos con nosotros para la eternidad.

Puesto que somos humanos, necesitamos tanto el dinero como la Torá para sustentarnos
(véase Avot 3:12). ¿Qué determina cómo hacemos dinero? ¿Cómo se supone que debemos
gastar lo que ganamos? ¿Qué hará el dinero por nosotros? Las respuestas a estas preguntas, y
más, provienen de la Torá y de los Sabios que enseñan su sabiduría.
Mientras estudiamos las fuentes sobre cómo ser materialmente próspero y cómo tratar con la
riqueza, debemos tener en mente que todas pueden ser entendidas a un nivel más profundo;
concretamente, cómo adquirir riqueza espiritual. Pese a que esto no es tratado en esta obra, un
judío de Torá debe darse cuenta de que el dinero es un regalo de Hashem, a ser utilizado para
el cumplimiento de mitzvot.
Cada uno de nosotros necesita dinero para cumplir las mitzvot de mantenernos y mantener a
nuestra familia, saldar nuestras deudas, pagar la educación de Torá de nuestros hijos, tener
éxito en el estudio de Torá y realizar actos de bondad.
Al mismo tiempo, sin embargo, no debemos ignorar u olvidar la verdadera riqueza que
poseemos: salud, familia, amigos, un cálido hogar. Mientras nos recordamos a nosotros mismos
los regalos que Hashem nos hace, también podemos ir en busca de riquezas materiales.

Lección uno: Dos Secretos


La mano del diligente enriquece.
(Mishlé 10:4)
La bendición de Hashem es la que enriquece.
(Mishlé 10:22)
El mismo capítulo de Mishlé enseña que tanto la mano diligente como la bendición de Hashem
conducirán a la riqueza. Ambos principios son esenciales. Para ser rico, un individuo necesita:
1. Trabajar diligentemente con integridad y
2. pedirle al Amo de toda riqueza.

De los dos versículos, los términos del segundo son más enfáticos, implicando que la bendición
de Hashem constituye la verdadera causa de toda riqueza. Hashem es la fuente de toda
bondad. Provee todo y brinda prosperidad a aquellos que él decide beneficiar. No obstante, una
de Sus consideraciones es cuánto esfuerzo invertimos.

Con respecto a la diligencia necesaria, tenemos otro versículo que nos ordena: «No te afanes
por hacerte rico» (Mishlé 23:4). El esforzarse excesivamente demuestra que usted cree que
está en sus manos producir. ésta es una falsa suposición, ya que la verdadera clave es la ayuda
Divina. Debe dedicar el esfuerzo adecuado, pero Hashem es Quien decide cuánta riqueza
concederle.

Hashem mata y él da la vida… Hashem empobrece y enriquece… abate pero también enaltece.
(Samuel I, 2:6-7)
¿Cómo elige Hashem quién recibe qué, cuánto y cuándo? Tenemos varios indicios de la Torá –
una perspectiva del sistema de Hashem para determinar a quién hace prosperar.

La Guemará (Nidá 70b) pregunta abiertamente: «¿Qué puede hacer una persona para
enriquecerse?». (Esto sigue las instrucciones para convertirse en sabio, que es la prioridad
principal. Véase la Guemará para mayor comprensión).

La Guemará responde:
1. Maneje sus negocios con integridad y
2. pida misericordia del Dueño de toda riqueza.

En general, Hashem elige hacer prosperar a la persona que cumple la mitzvá de emular Sus
caminos. Hashem creó el mundo con bondad y Sus maneras de ocuparse de él son todas
bondadosas. Para emularlo, debemos tratar a los demás con bondad en nuestros negocios o
profesiones. Si lo hacemos, teniendo presente que es nuestra forma de servir a Hashem,
mereceremos más fondos de Hashem, para que podamos continuar tratando a otros
bondadosamente en esta posición.
En la diligencia se incluye la perseverancia. Hashem tiene una forma de probar a las personas
para ver si se puede confiar en ellas para que funcionen como Sus agentes financieros en este
mundo. Las desilusiones se tienen que aceptar con dignidad. «Porque siete veces cae el justo y
vuelve a levantarse» (Mishlé 24:16).

Existen tres métodos vitales de funcionamiento que nunca se deben olvidar: persistencia,
paciencia y plegaria. Persista en sus esfuerzos pacientemente, con plegaria.

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