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Cómo atraer la bendición

Por Bernardo Stamateas

Pensá en tres bendiciones que te gustaría que vengan a tus manos; tres bendiciones que te
gustaría atraer, porque hoy voy a soltar una palabra que nos va a bendecir: cómo atraer toda la
bendición. Esta noche voy a activar la fe para atraer a mi vida todas las bendiciones; yo declaro
que esta noche está agendada en el libro de Dios; que hoy seré bendecido y al salir de aquí,
quienes se crucen serán bendecidos también.... ¡Amén!

2 Reyes 4:42
«De Baal Salisá llegó alguien que le llevaba al hombre de Dios pan de losprimeros frutos: veinte
panes de cebada y espigas de trigo fresco. Eliseo ledijo a su criado:
--Dale de comer a la gente.--¿Cómo voy a alimentar a cien personas con esto? --replicó el
criado.Pero Eliseo insistió:--Dale de comer a la gente, pues así dice el Señor: "Comerán y habrá
desobra."»

Unos de los grandes problemas de muchas personas es la inseguridad emocional. Cuando una
persona ha sido descalificada ("no servís, no valés, no podés, no lo vas a lograr"), cuando una
persona siempre hacía algo pero nunca terminaba de satisfacer a los papás ("si, está bien lo que
hiciste; pero podrías haber hecho un poquito más"); esa gente crece con inseguridad emocional.
Personas que fueron descalificadas por los padres o fueron descalificadas por la religión. Que les
enseñaron: "vos no servís para nada." Personas que recibieron decepciones, fueron engañados,
fueron lastimados y ahora esas personas no pueden desarrollar seguridad emocional. Personas que
vivieron en familias enfermas, que tu mamá nunca te pudo felicitar, tu papá nunca te pudo validar,
nunca te pudieron decir: "muy bien hecho, excelente, felicitaciones", y entonces muchas personas
han crecido con inseguridad emocional.

Como esa señora que sale de la casa hacia el trabajo y dice: "¿me voy en taxi o en micro...? si me
voy en taxi no pasa nada; pero si me voy en micro me pueden pasar dos cosas: o voy parada o voy
sentada. Si voy parada no pasa nada, pero si voy sentada pueden pasar dos cosas: que me siente
con una mujer o con un hombre. Si me siento con una mujer no pasa nada, pero si me siento con
un hombre pueden pasar dos cosas: que lo conozca o que no lo conozca. Si no lo conozco no pasa
nada, pero si lo conozco me pueden pasar dos cosas: que me case o no me case. Si no me caso no
pasa nada, pero si me caso pueden pasar dos cosas: que tenga hijos o no los tenga. Si tengo no
hijos no pasa nada pero, si tengo hijos pueden pasar dos cosas: o me muero o no me muero, si no
me muero no pasa nada, pero si me muero pueden pasar dos cosas: que me vaya al cielo o me
vaya al infierno. Si me voy al cielo no pasa nada, pero si me voy al infierno... uf, qué calor; ¡mejor
me voy en taxi!"

El 'Club de Indecisos' cita a asamblea extraordinaria, el veinticinco o el veintiséis; a las cuatro, el


próximo, o a las cinco, o a las seis, o a las siete.
La gente insegura tienen el síndrome de confirmación, necesitan reconfirmar: "¿me amás?, ¿pero
mucho me amás?, ¿cuánto me amás?, ¿cómo estuve?, ¿bien?, ¿estás segura? No me felicitaron, no
me saludaron." O el síndrome del busca profeta... hay gente que busca profeta por todos lados,
una palabra, otra palabra, otra palabra; ya Dios se lo dijo quinientas veces, pero quieren otra
palabra más. Cuando una persona dice: "a mí cuando Dios me habla, me dice seis veces lo
mismo...", te lo dijo seis veces porque sos inseguro, sino te lo hubiera dicho una vez sola.
Tienen el síndrome de confirmación, tienen el síndrome de la mirada del otro; son personas que
todo lo que hacen es para ser mirados: buscan dinero para ser mirados, quieren lograr algo para
que alguien los felicite o los reconozca. Entonces necesitan la mirada del otro: buscan dinero,
cosas, gente, sirven a Dios, todo lo que hacen es para recibir la mirada; porque tienen inseguridad.
Decí: síndrome de confirmación; el síndrome de la mirada del otro.
Y la tercer característica de la gente insegura es la violencia. Hoy está creciendo la violencia porque
crece la inseguridad emocional: cuanto más insegura es una persona, más va a pelear con su
familia, más va a pelear con sus hijos, más golpeador va a ser. Todo maltratante emocional es un
inseguro, todo maltratante físico es un inseguro, todo macho que busca mujer es un inseguro.
Cuanto más inseguridad más violencia, porque la persona trata de sentirse fuerte a través de la
emoción.

Voy a soltarte cinco formas de atraer las tres bendiciones que hoy hemos declarado.

1) La gente que atrae es gente que donde va bendice

Hay personas que atraen mala suerte; hay personas que 'se levantan con el pie izquierdo', les va
mal; hay personas que atraen desgracias. Pero hay gente que atrae bendición tras bendición; y esa
gente es la gente que siempre busca bendecir. La gente que da al otro y que bendice, atrae todas
las bendiciones. Tenés que ensanchar tu círculo de conexiones, tenés que agregar más gente
conocida a tu mundo emocional, tenés que salir y procurar bendecir.

La palabra bendecir viene del griego, y quiere decir elogiar. Cuando uno sabe elogiar al otro, esas
personas atraen la bendición. Decíle a otra persona: "veo potencial en vos, veo poder de Dios en
vos, veo que vas a alcanzar los sueños; sos la persona más linda que vi en los sesenta y ocho años
de mi vida." Elogiar. Todas las oraciones del apóstol Pablo siempre son para bendecir a los demás;
no hay una oración de Pablo pidiendo para él, siempre es para los demás. Salomón dijo: "reparte a
siete y aún a ocho", porque el que da siempre atrae, el que bendice.

Compartir es partir-con, partir mitad y mitad. Pero impartir es dar todo. El que comparte siempre
juega al 'trueque'; pero el que imparte da todo lo que tiene; esa es la gente que atrae la bendición.
Vos no venís al ministerio a compartir; acá vos venís a impartir. Esta noche, este lugar tienen que
quedar y la gente que está al lado tuyo, mejor que la encontraste, porque vas a soltar bendición,
vas a soltar elogio, vas a impartir todo lo bueno que Dios te ha dado.

Cuando llegó Eliseo había hambre, había cien personas y veinte panes. Pero Eliseo dijo: "yo no
vengo acá a comerme los panes; yo vengo acá a dar los panes que faltan, yo vengo a impartir el
milagro, yo vengo a bendecir esta tierra, yo vengo a bendecir a cien personas que están muertas
de hambre"; esa es la gente que atrae toda la bendición.

Henny Green (quién fue... no sé) fue una tacaña, la mujer más tacaña del mundo. Nació en 1916.
Llegó a acumular cien millones de dólares... en esa época era muchísimo, pero muchísimo dinero. Y
comía avena fría para ahorrar el gasto de leña por calentar el agua; su hijo se fracturó la pierna y
se demoró tanto buscando un hospital gratuito, que la infección avanzó y le tuvieron que amputar
la pierna; se murió en una acalorada discusión donde sostenía que la leche descremada -como era
más barata que la leche entera- era mejor; se murió y dejó cien millones de dólares... esa gente
miserable no atrae la bendición porque la gente que atrae es la gente que da.

En 1963 Edwards Lorenz descubrió el efecto mariposa. Él se preguntó si las grandes causas se
debían a grandes efectos, y si las pequeñas causas se debían a pequeños efectos. Y se preguntó si
el aleteo de una mariposa podría provocar un huracán, y descubrió la ley de Lorenz, que dice:
"todo es impredecible: un gran efecto puede venir de un acto pequeño" . ¿Cuál es la enseñanza?:
una sonrisa, un abrazo, un llamado, oír durante cinco minutos, puede ser el comienzo de un aleteo
que traiga una tormenta de bendición. La gente está hambrienta de que alguien vaya a bendecir.
Yo hoy declaro que serás como Eliseo: donde vayas, faltará pan; pero vos vas a decir: "yo no
vengo a pedir, vengo a dar, vengo a bendecir, vengo a decirles que no habrá más hambre", porque
cuando uno da, atrae todos los milagros de Dios.

Hay gente que hasta le cuesta dar un aplauso a Dios. No seas como Henry Green. Donde vayas,
bendecí. Hoy no viniste a recibir, viniste a dar. Da, impartí. Cuando Dios formó al hombre dice que
lo tocó y le sopló, porque la gente necesita que la toquen para que luego le podamos dar, necesita
cariño; la gente está necesitando de profetas como Eliseo que donde vayan den, y traigan los
mejores milagros del cielo. Porque había veinte panes y había muchas personas, todos muertos de
hambre; pero el profeta llegó y le dijo: "dales de comer a las personas", "no alcanza", "dales de
comer, porque comerán y sobrará." ¡Gloria a Dios.!

2) La gente energizada atrae la bendición

¿Cuántos queremos atraer las bendiciones?, tenés que estar energizado.

Dice que Moisés fue profeta; iba caminando y vio una zarza encendida en fuego que no se
apagaba. Quiero decirte que Dios te va a volver a encender con una energía que no se va a apagar
más. Yo no sé si caíste apagado en esta reunión, pero el fuego de Dios, el poder de Dios, la pasión
de Dios, la energía de Dios, va a volver a encenderte para no apagarte nunca más. Y te voy a decir
algo: cuando Dios te encienda, todos los Moisés, los conquistadores, se van a acercar a tu vida a
verte, va a rodearte la gente porque va a ver algo sobrenatural. Moisés se acercó, y dice que de la
zarza Dios le habló; porque Dios habla a la gente energizada, la gente que está encendida, la gente
que tiene el fuego de Dios. Y Dios te va a encender hoy, porque esto es como la mafia: llegaste
hoy pero de acá no te podés escapar, estás atado al fuego de Dios. Hoy Dios va a encender tu
fuego, va a encender tus metas, va a encender tus ganas y vas a volver a brillar otra vez.

"Eso de energía no me gusta mucho pastor...", entonces anotá Efesios 1:11; dice: "fuimos elegidos
según el plan de Él que hace todas las cosas"; fuimos elegidos por el plan de Dios que hace. La
palabra que hace, en el original es: que energiza. ¿Sabés qué hace Dios cuando te llama?, te
energiza. Y dice Efesios 19 "su poder es fuerza grandiosa", y la palabra fuerza me gustó porque
significa energía. ¿Sabés qué es el poder de Dios? Es energía, y al primero que va a energizar es a
vos, y los que no pudieron gritar "¡amén!" lo van a poder gritar, porque Dios te va a llenar de la
energía de su poder otra vez. La gente con fuego de Dios atrae.

Ayer terminamos la charla en el hotel donde nos invitaron, vinieron todos los micro-emprendedores
de Salta, se van a juntar, quieren que cerremos el evento, yo me fui. Dije: "gracias Señor; nos
están invitando, llamando a los pastores; la gente, los líderes, los barrios ¿qué es lo que está
pasando? La gente está viendo una zarza que está ardiendo en fuego, que no lo puede apagar
nadie. Porque no es fuego del sol; no es fuego de fósforo; es el fuego de Dios, ¡gloria a Dios!
Moisés se te va a acercar.

3) La gente libre atrae

¿Cuánta gente libre hay hoy aquí? Todo lo que Dios hace es para libertarnos. "Conocerás la verdad
y la verdad te hará libre; donde está el Espíritu de Dios ahí hay libertad" . Decí: libre. Si te fuiste,
que Dios te bendiga; soy libre de la gente. "¡No te vayas, no me dejes, te necesito!" No necesitás a
nadie; porque tu fuente es Papá. Prosperidad no es tener amigos, porque cuando tus amigos te
dejan perdiste la prosperidad. Prosperidad no es tener un coche, porque si te lo roban te roban la
prosperidad. Prosperidad es estar unido a la fuente, que te dio el coche, que te dio los amigos; si la
gente te echa, si los amigos te traicionan ...chau, me vuelvo a la fuente; porque mi fuente es Papá
y él me dará otra vez mejorado todo lo que necesito.
Decí: no necesito a nadie, no necesito nada; estoy libre por fuera y libre por dentro. Dios tiene que
sanar tu dolor para que estés libre, Dios tiene que sanar tus broncas para que estés libre. Una
persona herida no está libre; una persona resentida no está libre;
una persona vengativa no está libre. Por eso no podés atraer, por eso vas a buscar trabajo y te
ponés en pobrecito; porque pensás que esa es tu fuente. Nadie es tu fuente; sé libre; sino viene de
ahí, vendrá de acá; y sino viene de acá, vendrá de allá. Porque la fuente no es la gente; la fuente
es Papá. Y Papa dijo: "no te dejaré y no te desampararé"; esa es la gente que no le anda
suplicando migajas a nadie, es la gente que sabe, que sabe, que sabe, que Jehová es mi pastor y
¡nada, nada, nada me faltará!

4) Soñadores grandes atraen la bendición

Eliseo llegó ahí y no dijo: "¿cuántos panes hay... veinte? ¿Cuántas personas hay? ¿cien?, le
podemos dar de comer a cuarenta." Eliseo vino y dijo: "¿cuantos hay?, ¿cien?, mi sueño es para
cien."

Voy a soltar algo: dinero y sueños siempre en la Biblia van juntos. Dinero sigue a los sueños, nunca
le preguntes al dinero si te puede pagar el sueño, porque dinero es un 'mal amo'. Primero es visión
y después provisión. Visión-provisión. Vos tenés sueños tan grandes que la provisión te va a seguir;
sueños grandes; para todos el sueño es grande. "Pero pastor, hacen falta muchos millones" Dios te
los va a dar, porque el problema no son los millones, el problema es la visión: si tenés el sueño, el
dinero tiene que obedecer al sueño. Porque yo descubrí que en la Biblia el único propósito por el
que Dios creó el dinero es para que el dinero nos cumpla el sueño a nosotros. Dinero está debajo
de nuestros pies; si vos tenés un sueño, dejate de hacer números. "Ésta es mi visión, y yo le
ordeno al dinero que venga a pagarme el sueño; ¡se terminó!"

Gente que bendice atrae; gente energizada atrae. ¿Hay gente energizada hoy en esta noche?
Gente libre atrae; soñadores atraen; ...y gente con autoridad atrae.

5) Autoridad espiritual atrae todas las bendiciones

Acá me voy a quedar. Autoridad espiritual es uno de los temas peor entendidos por los cristianos.
Dios nos creó -voy a decir algo lindo para los hombres y las mujeres-, Dios me hizo para mandar.
¿Sabés por qué te gusta mandar? Porque Dios te hizo para mandar. ¿A cuántos nos gusta mandar?,
¿a cuántos no les gusta mandar? Dios te hizo para mandar; pero autoridad no se debe confundir
con autoritarismo, porque todos los que estamos acá si, buscamos historias sobre gente que nos
mandó, mucha de esa gente ejerció mala autoridad: nos abusaron, nos gritaron, confundimos
mandar con maltratar, con ordenar, con lastimar. Como los discípulos... un día a Jesús no lo
dejaban entrar en Samaria. "¿Quieres que ordenemos que caiga fuego del cielo?" y Jesús les dijo:
"¡pará, yo no te di autoridad sobre la gente para maltratarla!" Entonces confundimos; o a veces
confundimos autoridad con ser cabezón, gente terca que dice: "a mí nadie me va a decir lo que
tengo que hacer porque yo tengo autoridad." No; sos un tonto, un cabezón, necio -para que no te
duela tanto- "no, porque a mí nadie me manda..." O confundimos con gritar: "¡qué autoridad!" Yo
conocí gente de setenta, ochenta años, con los huesitos débiles, orar con gran autoridad; su
'estuche de tierra', débil; pero la autoridad espiritual grande. Por eso Dios mandó a Goliat, porque
el diablo te quiere hacer creer que autoridad es lo exterior. Pero vino David, que era chiquitito,
tenía quince años, pero era un gigante de autoridad; porque autoridad no es mandar, no es ser
cabezón. ¿Cuántos tienen más de cinco años en el evangelio? A nosotros no nos enseñaron a
ejercer autoridad, nos enseñaron sumisión... "mirá, tengo cáncer", "bueno, vamos a orar; si es tu
voluntad Padre..." ¿y Dios va a decir "sí, es mi voluntad que tengas cancer" y que se muera...? ¡No!
"Que sea lo que vos quieras Padre; estamos en tus manos, soy un valiente..." ¡No! Eso no es
humildad, porque Jesús nos dio autoridad, y la gente con autoridad atrae las bendiciones. ¿Qué es
autoridad? Autoridad es la convicción, la seguridad interna de que todo lo que hagas prosperará;
que Dios está conmigo. Es la convicción de que vamos de gloria en gloria; es una seguridad
interna; no es gritar, ni mandar, ni lastimar; no, no, no. Es una seguridad interna, una convicción.

Eliseo llegó y no dijo: "bueno, ¿cuántos panes hay? Padre, si es tu voluntad que se multipliquen las
figacitas; amén." Cuando Eliseo llegó -y esto es lo que me llamó la atención- lo agarró al criado y le
dijo: "dáles de comer" y el hombre lo mira y le dice "¿cómo le voy a dar de comer?, "dáles de
comer, porque comerán y sobrará." Eso es autoridad, es la seguridad. Decí: Dios me ha hecho para
ejercer autoridad.

Satanás no tiene autoridad sobre vos, pero hacéselo saber. Satanás obedece a gente con autoridad
espiritual. Vos le decís: "vete si quieres, demonio..." Decí: yo tengo autoridad sobre todo. Y acá va
lo mejor: Sobre todo. "Todo lo pusiste debajo de nuestro pies", dice el Salmo; todo fue creado por
Dios, por su palabra de autoridad, todo el mundo funciona porque Dios le ordenó con autoridad
que funcione, y el mundo va a obedecer a esa misma voz cuando sale de nosotros. No es mi
autoridad; es la autoridad del Creador. Decí: todas las cosas están llamándome para que yo ejerza
autoridad espiritual. Dice Santiago que el jornal del trabajador clama; el sueldo clama: "Pepe, vení
por mí, hay cien mil dólares que te están clamando; Estela vení a buscarme." ¿Cuántos no tienen
coche?; ¿lo escuchaste? Te estuvo clamando: "vení".
Cuando Jesús vino, le enseñó a los discípulos a ejercer autoridad espiritual, y la autoridad espiritual
¿cómo se ejerce?; ¿estamos listos? Porque en lo que nos resta de este mes vas a ejercer autoridad
espiritual. Voy a ordenarle a la enfermedad; ¡se le ordena! Vos no tenés que orar: "Padre sana este
cáncer", vos le tenés que ordenar al cáncer: "cáncer te ordeno que te seques, te ordeno que te
vayas." Vos no tenés que orar: "Padre bueno..." no, no, no. "¡Ordeno que te vayas!" Eso es
autoridad, autoridad sobre la enfermedad. Jesús nunca habló: "Padre, si tu quieres..." Le ordenó al
paralítico que se levante.

Una vez iba Tiny Sheis -el gran predicador americano- y fue a ver a una mujer que se estaba
secando, se estaba muriendo. Y cuando entró a la terapia intensiva, la mujer estaba sentada en la
cama y le decía: "piernas les ordeno que caminen; estómago te ordeno que funciones, corazón..." y
entra Tiny Sheis y le dice: "¿qué estás haciendo?" "Le estoy ordenado a mi enfermedad que me
deje." Esa es la gente que ejerce autoridad. Ordenale al problema; decí: autoridad sobre la
enfermedad, autoridad sobre las montañas. Jesús dijo: "dile a la montaña que se mueva" ¿Cómo
dijo Jesús que hay que orar?, ¿cómo oramos nosotros?... "Padre, mira qué gran problema...
muévelo Señor"; y el Señor dice: "¡no, tonto; yo te di autoridad sobre los obstáculos!" Hablale a la
deuda, "pastor, ¿eso no es muy loco?"...sí; esa es autoridad espiritual. "Deuda te ordeno que te
cierres; montaña te ordeno que te vayas; problema te ordeno que desaparezcas." Ejercé autoridad
espiritual, convicción que Dios nos ha dado. Ordenar a las tormentas. Jesús se subió al barco y
dijo: "vamos al otro lado." Jesús se durmió, vino la tormenta; cuando Jesús se levantó le ordenó a
la tormenta; no dijo: "Padre, mira la tormenta...", le habló a la tormenta; le dijo: "¡tormenta cállate,
enmudece!" Entonces necesitamos ejercer autoridad.

Si yo ejerzo autoridad espiritual, Dios mueve su poder. Dios no mueve su poder si yo no ejerzo
autoridad. Yo ejerzo autoridad y Dios pone su poder; pero Dios no puede poner su poder hasta que
no ejerzas autoridad; porque Dios no hace nada sin el hombre, y el hombre no puede hacer nada
sin Dios. Vamos a ordenarle a la enfermedad, a los problemas, a las tormentas.

Esta es la mejor: tengo capacidad de ordenar a la gente, pero solamente para que sea bendecida.
Yo no le puedo ordenar a Aldo nada; pero le puedo ordenar: "te ordeno que prosperes, te ordeno
que te vaya bien", eso sí lo podés hacer. "Mira que te mando que te esfuerces y que seas valiente" .
Jesús fue al paralítico y le dijo: "levántate", yo no le puedo mandar: "traé el café con leche, hacé lo
que te digo." No; eso no es autoridad espiritual, eso es una tontería. Y yo hoy te voy a ordenar que
te vaya bien en la vida,
te voy a ordenar que prosperes, te ordeno que te compres el coche, te ordeno que alcances el
sueño, te ordeno que avances hasta la cima y te ordeno que seas lleno de la gloria de Dios, te
ordeno que adores a Dios.

Saqué una revelación de Lutero. Lutero tenía un asistente llamado Federico; se estaba muriendo. Y
Federico le mandó una carta a Lutero diciéndole: "maestro me voy, me muero; me voy con Dios." Y
Lutero le escribió una carta: "te ordeno en el nombre de Jesús que vivas, porque todavía te
necesito; el Señor nunca me dejará oír que estás muerto; esta es mi voluntad, y que se haga mi
voluntad; porque lo único que busco es hacer la voluntad de Dios." Yo leí eso y dije: "¡está loco
Lutero!; ¿cómo dijo 'que se haga mi voluntad'...?" Y Lutero dijo: "no te vas a morir nada; te ordeno
que vivas; porque te necesito, y esta es mi voluntad." Y se terminó; porque yo sé que mi voluntad
es su voluntad.

Le tenés que ordenar a tus hijos que prosperen; pero no es: "¡prosperá porque te mato!", no, no,
no, eso no es autoridad. Autoridad no es amenaza, no es presión, no es exigencia; es la voz del
cielo que te dice: "todo lo que pises será tuyo, todo lo que hagas te saldrá bien", es la voz de Dios
que dice: "levantate, sé sano"; eso es autoridad. Y durante años nos maltratamos entre nosotros
en vez de ejercer autoridad espiritual entre nosotros: "te ordeno que alcances tu sueño, te ordeno
que seas bendecido, yo te ordeno y te mando que traigas a toda tu familia a Cristo", y vos decís:
"¡amén, claro que sí!

En esta semana le vas a hablar a las enfermedades, le vas a ordenar a tus tormentas, le vas a
ordenar a tus problemas, le vas a ordenar a las bendiciones... ¡también se ordenan!, se llaman.

Dice que fue un soldado y le dijo: "Señor, yo sé que tú eres un hombre bajo autoridad como yo; yo
soy soldado, como vos sos soldado de Papá. No necesito que entres a mi casa; di la palabra; yo sé
cómo funciona la orden: yo le digo al soldado "ve" y va, "ven" y viene. Eso es por mi autoridad
humana. Y así como yo le digo "ve", y viene, y va, y hace, vos tenés a la autoridad espiritual que
yo no tengo. Di la palabra." Y Jesús dice: "nunca vi tanta fe... Éste entendió lo que es autoridad
espiritual."

Y hoy tengo una buena noticia: Dios nos ha dado a todos sus hijos autoridad, a todos, sobre todo
principado, sobre toda bendición, sobre toda enfermedad, sobre todo; todo lo puso debajo de
nuestros pies. Ordenale a las finanzas que vengan a tu vida, ordenale al éxito, ordenale a la casa;
andá a ver en esta semana la casa que querés comprarte; ponéle la mano y decile: "casa te ordeno
que vengas a mí; es una orden", y la gente te va a mirar y va a decir: "estás loco..." "Sí, sí; para
vos... pero para Dios estoy más cuerdo que nunca."

El Padre planifica; el Padre es escritor; hizo un 'Betseller' con tu foto; vos sos el Betseller de Dios.
Él escribió en un libro toda tu vida. El Padre planificó todo, todo; todo está planificado, está escrito
en un libro, toda tu vida. Él planificó tu bendición, la gente que va a acercarse a tu vida; Él planificó
que íbamos a estar acá en la reunión. Si pudiésemos leer el libro de la pastora Mirta: "se va a casar
en el 69..." ¡todo está escrito! ¿Sabes por qué vos tenés los sueños que tenés? Dios los escribió
para vos, están en tu corazón, te fueron dados cuando naciste; en el vientre de mi madre Dios me
formó. David vio el libro, dijo: "en tu libro estaban escritas todas las cosas", porque el Padre
planeó. Jesús pagó todo en la cruz; Jesús le dijo al Padre: "¿cuánto es el sueño de tu Hijo? ¿Cuesta
todo...? Yo lo pago con mi vida, con mi sangre; me lo voy a comprar." ¡Estamos comprados! Ya no
somos nuestros; el Hijo nos pagó con su sangre, y el Hijo pagó todo el vicio del que vas a salir...
¡ya está pagado! La plata que necesitás para la casa, ya está pagada; el coche ya está pagado; el
sueño ya está pagado. Yo no sé si te emociona, pero Pablo dice: "si Dios nos dio al Hijo, ¿cómo nos
no dará junto con Él todas las cosas?" Todo está pagado. El Padre planificó, el Hijo pagó, y el
Espíritu Santo me ayuda a construir lo que el Padre planificó, lo que el Hijo pagó; me ayuda el
Espíritu Santo está con nosotros. ¿Sabés qué hace el Espíritu Santo? Te recuerda lo que sabés de
Dios; el Espíritu Santo te revela, el Espíritu Santo es el poder de Dios, es Dios manifestado en
poder. El Padre planificó, todo está escrito para mí, y todo lo que el Padre escribió para mí, es
bendición. El Hijo pagó en la cruz, está saldado todo; y el Espíritu Santo me ayuda, me da fuerzas,
me da poder. Para que el Espíritu Santo me ayude, sólo se mueve con la palabra de fe. O sea, el
Espíritu Santo... dice en Génesis 1: "todo estaba desordenado y vacío; y el Espíritu Santo se
movía"; al Espíritu Santo le encanta el desorden. ¿Cuántos tienen grandes desórdenes? ¡Le
encanta! Ahí va el Espíritu Santo. ¿Cuántos tienen dramas, problemas, dificultad? Ahí está el
Espíritu Santo; estaba desordenado y vacío, y el Espíritu de Dios se movía. ¿Por qué se movía? No
hacía nada; se movía. Pero cuando Dios dijo: "sea la luz", el Espíritu Santo hizo la luz.

El Espíritu Santo se está moviendo en esta noche y está esperando que alguien ejerza autoridad,
que alguien le diga a la enfermedad: "te vas para que el Espíritu Santo sane"; está esperando que
alguien hable la palabra. Si yo digo: "Señor, Padre... qué difícil es esto..." se sigue moviendo.
"Señor, mi nieto... haz algo, si es posible...", se mueve. Pero si yo digo: "cáncer te secás", el
Espíritu Santo obedece a la autoridad, obedece a la palabra. Hablá la palabra; ejercé autoridad.
Hoy vamos a ejercer autoridad. Las tres cosas que pensaste las vamos a llamar. En esta noche
vamos a tomar autoridad sobre el cielo y la tierra, y debajo de la tierra; y vamos a soltar la palabra,
y vamos a decretar que cuando hablemos autoridad el Espíritu Santo sanará, prosperará; el Espíritu
Santo ungirá. Y todo lo que pidamos se nos dará, ¡y todo nos saldrá bien!

¿Cuánta gente de autoridad espiritual hay en esta noche? Hoy le vas a hablar a tu enfermedad, le
vas a hablar a tu montaña, le vas a hablar a tu bronca, le vas a hablar a tu alma, a tu depresión, a
la plata; vas a llamar al coche, a la pareja; le vas a ordenar que venga con el anillo; le vas a
ordenar a la deuda que se vaya; le vas a ordenar a la miseria que se destruya. Esto es para gente
que cree que puede ejercer autoridad; porque el Espíritu Santo se está moviendo y está esperando
tu orden; porque si vos ejercés autoridad, Dios ejerce su poder.

¿Cómo hacemos para llenarnos de autoridad? Antes de soltar la palabra, cuando yo te diga, lo
vamos a hacer todos juntos. Cuando yo grite: "¡ahora!", vos vas a llamar al coche, vas a llamar a la
casa, vas a ordenarle a la deuda... ¿estamos listos?

Acá va otra revelación: Abraham y Sara. Va Dios con dos ángeles; y van a la casa de Abraham y
Sara. Y Abraham los hospeda: "bienvenidos, qué alegría verlos"; se quedaron Dios, el ángel de
Jehová, y dos ángeles. Van para la casa de Lot, el sobrino de Abraham. Cuando llegaron a la casa
de Lot los dos ángeles, Dios no fue. Y Él dijo: "no; ahí no me tratan bien; ese no me honra; yo ahí
no voy. Vayan ustedes." De acuerdo a cómo trates hoy al Señor o te manda un ángel o viene él en
persona, sé un buen anfitrión. ¿Sabés qué es alabanza? Recibirlo en tu casa. ¿Sabés qué es
adoración?: "¡bienvenido Papá!; te amo, te bendigo." Y Dios dice: "ahí me voy con los ángeles. Ahí,
en ese otro vayan ustedes; ese ni ganas de alabar tiene. Pero ese, ahí me quedo." Y cuando el
Señor viene se prepara el mundo interior para que salga la autoridad; y cuando sale la autoridad,
Dios ejerce el poder. En esta noche te pido y te ordeno que seas el mejor anfitrión; que le des la
mejor alabanza, y le digas: "Papá no sé mucho cómo es; pero hoy celebro tu nombre, hoy te
bendigo, hoy te doy la bienvenida a tu casa y a mi casa; y declaro que estarás conmigo, y donde
vaya, todo me saldrá bien."

Hoy Dios te vuelve a encender; hoy tu corazón vuelve a arder otra vez. Empezá a ordenar a todo lo
malo que se aleje de nosotros. "Ordenamos a todo espíritu de muerte que se aleje, a todo espíritu
de enfermedad: te ordenamos que te seques, que te vayas; ordenamos a lo malo ser cancelado; le
mandamos al espíritu de confusión, a las huestes de maldad, declaramos que no hay enfermedad
en el cuerpo de Cristo; llamamos al dinero: dinero te ordenamos que vengas exactamente
conforme al sueño de Dios; llamamos a la casa: casa ahora en este mes serás nuestra; coche: ya
te ordenamos que vengas a nosotros... ¡gloria! Ordenamos a nuestros hijos: te ordeno que
prosperes, te ordeno que ames a Dios, te ordeno que seas bendecido... ¡gloria a Dios! Ordená ahí
donde estás; ordenale a tus sueños, a las cosas buenas; decí: "hoy tomo autoridad", gracias Señor.
Ejercé tu autoridad; ordenale a tus emociones, a tus rayes, a tu depresión, ordenale: "ya no
mandan más."

Ordenamos a Buenos Aires que sea llena de la presencia de Dios. ¡Amén!

Te voy a dar una orden porque hoy me vine mandón: te ordeno que des de comer, porque
comerán y sobrará; te ordeno que ejerzas el ministerio; te ordeno que sigas adelante; te ordeno
que te multipliques; te ordeno que ames a tu Dios; te ordeno que crezcas; te ordeno que lleves la
gloria de Dios a todos lados; y te ordeno que todo lo que hagas te salga bien. ¡Amén!

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