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EPIFANIA DE LOS REYES MAGOS

¡Oh, Santos Reyes que desde el oriente supieron encontrar en el cielo el


camino de Belén, que adoraron primero al divino Niño, y se arrodillaron frente a
él, que brindaron sus mejores regalos: oro, incienso y mirra, ¡regalos para un
verdadero rey!

Rueguen por nosotros para que, al ver la señal del cielo, nunca más nos
apartemos del camino que nos lleva a hacia Él, para que seamos fieles y solo
adoremos al que por nosotros nació y al que por amor dio toda su vida para
nuestra salvación; que por ningún motivo nos prestemos a la traición, el
abandono o el 1desamor.

Dios hecho niño, don de la salvación, regalo de la verdadera vida,


gracias, gracias por tanto amor. Al Rey de reyes qué cosa le puedo regalar, yo
les pido Reyes Magos, que me ayuden a lograr regalarle al Niño Santo ser
humilde de verdad. Amén.

En el Nombre del Padre y del Hijo Y del espíritu Santo. Amén


Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.
No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.
Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.
Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurece ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Amén.

Lectura de Mt. 2, 1-12


"Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que
venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de
los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en Oriente y hemos venido a
adorarle.» En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén.
Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo
informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de
Judea, porque así está escrito por medio del profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un
caudillo que apacentará a mi pueblo Israel.» Entonces Herodes llamó aparte a los
magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después,
enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y
cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle.» Ellos,
después de oír al rey, se pusieron en camino y he aquí que la estrella que habían
visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del
lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría.
Entraron en la casa vieron al niño con María su madre y postrándose, le adoraron;
abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y
avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por
otro camino. Después que ellos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en
sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a
Egipto y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para
matarle.» Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto y
estuvo allí hasta la muerte de Herodes. Para que se cumpliera el oráculo del
Señor por medio del profeta. De Egipto llamé a mi hijo. Entonces Herodes, al ver
que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a
todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el
tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del
profeta Jeremías: Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es
Raquel que llora a sus hijos y no quiere consolarse, porque ya no existen. Muerto
Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo:
«Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de
Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.» Él se levantó, tomó
consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que
Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y
avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad
llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: Será llamado
Nazareno, Palabra del Señor

Oración al ángel de la guarda


“Santo Ángel Custodio, protege mi alma y mi cuerpo.
Ilumina mi mente
para que conozca mejor al Señor
y lo ame con todo el corazón.
Asísteme en mis oraciones
para que no ceda a las distracciones
y ponga la más grande atención.
Ayúdame con tus consejos,
para que vea el bien y lo cumpla con generosidad.
Defiéndeme de las insidias del enemigo infernal,
sostenme en las tentaciones
para que siempre sea capaz de vencerlas.
Suplanta, elimina mi frialdad en el culto al Señor:
no dejes de atender a mi custodia
hasta que me lleves al Paraíso,
donde alabaremos juntos al Buen Dios por toda la eternidad.” Amen

Oración a los Reyes Magos


Señor Jesús: que a imitación de los Magos de Oriente
vayamos también nosotros frecuentemente
a adorarte en tu Casa que es el Templo
y no vayamos jamás con las manos vacías.
Que te llevemos el oro de nuestras ofrendas,
el incienso de nuestra oración fervorosa,
y la mirra de los sacrificios que hacemos para permanecer fieles a Ti,
y que te encontremos siempre junto a tu Madre Santísima María,
a quien queremos honrar y venerar siempre
como Madre Tuya y Madre nuestra.
Amén.

Para concluir rezamos un Padrenuestro, un Avemaría y tres veces el Gloria.


Oh Santos Reyes que desde el oriente

supisteis encontrar en el cielo el camino de Belén!,

alcanzadnos de aquel Niño Divino que adorasteis primero,

el vernos libres de las hechicerías de la falsa ciencia,

para que, a través del conocimiento de los cielos,

los mares y la tierra,

y de todo lo que hay en ellos,

alcancemos al que lo creó todo de la nada,

para facilitar el camino de la salvación a todos,

y así poder ofrecer el fruto de nuestro saber,

como oro al Rey de reyes

y como incienso

y mirra al Dios

y hombre verdadero.

Amén.

Señor, en tus manos dejo cada una de mis obras del día de hoy, por favor
guía mis acciones y ayúdame a alcanzar mis propósitos, aleja al enemigo
mal intencionado de mi vida y permíteme avanzar por caminos de alegría y
bendición.
Mi vida y mis más grandes anhelos están bajo tu cuidado, porque confío en
ti, confío en tus promesas y porque sé que Tú has de cumplir tu palabra en
mi vida, Amén.

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