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HORA SANTA NAVIDEÑA (BEIT SAHOUR)

A la hora convenida, se reúne todo el grupo fuera de la gruta (junto a la fuente de los
pastores, en la iglesia de A. Barlucci o en otro lugar apropiado), y allí se proclama el
primer texto. Desde allí se va caminando, cantando villancicos, hasta la gruta donde se
tendrá la Hora Santa. Si se cree oportuno, se hace la procesión con velas, detrás del
cirio pascual o con otros signos.

1. EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas: (Lc 2, 8-20)

Había en la aquella comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por
turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, y la gloria del
Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues
os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la
ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;y esto os servirá de señal:
encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se
juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
«Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se
complace.»
Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se
decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el
Señor nos ha manifestado.» Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al
niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca
de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les
decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y
visto, conforme a lo que se les había dicho."
Palabra del Señor.

Canto: Gloria in excelsis (n. 7)

2. EXPOSICIÓN CON EL SANTÍSIMO


Una vez que todos han entrado en la gruta, mientras cantamos el mismo villancico u
otro, nos disponemos a iniciar la Exposición del Santísimo como de costumbre. Puede
haber un canto de adoración y unos momentos de silencio (de pie o de rodillas).
3. HA NACIDO EL PRÍNCIPE DE LA PAZ
Nos sentamos, y escuchamos la lectura. Respondemos a la lectura rezando el salmo a
dos coros, canto y silencios meditativos.

Lectura del Profeta Isaías: (Is 9,1-3.5-6)


El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de
sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu
presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara
del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebraste como el día
de Madián.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva a hombros el
principado, y es su nombre: "Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo,
Príncipe de la paz." Para dilatar el principado, con una paz sin límites, sobre el trono de
David y sobre su reino. Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho,
desde ahora y por siempre. El celo del Señor de los ejércitos lo realizará.
Palabra de Dios.

Salmo 95
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre.

Proclamad día tras día su victoria.


Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque.

Delante del Señor, que ya llega,


ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.

Canto: Noche de Dios (n. 11)

4. HA APARECIDO LA GRACIA DE DIOS


Lectura de la carta de S. Pablo a Tito: (Tt 2,11-14)

Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres,
enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde
ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la
aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo. Él se entregó por
nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un pueblo purificado,
dedicado a las buenas obras. Palabra de Dios.
Salmo 18
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.

Sin que hablen, sin que pronuncien,


sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Allí le ha puesto su tienda al sol:


él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.

Asoma por un extremo del cielo,


y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.

Canto: Hoy en la tierra (n. 9)

5. HEMOS VENIDO A ADORARLE


Lectura del Santo Evangelio según San Mateo: (Mt 2, 1-11)

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempo del rey Herodes. Unos magos que
venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los
judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.»
En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los
sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar
donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está
escrito por medio del profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre
los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi
pueblo Israel.»
Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo
de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad
cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir
también yo a adorarle.» Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí
que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se
detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa
alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le
adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.
Palabra del Señor.
Salmo 44
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.

Eres el más bello de los hombres,


en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.

Cíñete al flanco la espada, valiente:


es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.

Tu trono, oh Dios, permanece para siempre,


cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo
entre todos tus compañeros.

A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,


desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir.

Escucha, hija, mira: inclina el oído,


olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.

Ya entra la princesa, bellísima,


vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.

"A cambio de tus padres tendrás hijos,


que nombrarás príncipes por toda la tierra."
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.

Canto: Adeste fideles (n. 1)

6. PRECES Y PADRE NUESTRO


Cristo ha venido para que la creación sea liberada de la corrupción del pecado y
de la muerte, y alcance la libertad de los hijos de Dios. Sostenidos por esa fe,
invoquemos su nombre: VEN, SEÑOR JESÚS.

- Tú, que existes desde siempre y te has hecho hombre en el tiempo, por el
misterio de tu nacimiento renueva nuestra humanidad. Oremos: VEN, SEÑOR JESÚS.
- Tú, que eres la luz de las gentes y el maestro de la santidad, ilumina nuestros
pasos con la luz de tu palabra. Oremos: VEN, SEÑOR JESÚS.
- Verbo de Dios, que te has hecho hombre en el seno de la Virgen María,
dígnate habitar, mediante la fe y la gracia, en nuestras almas. Oremos: VEN, SEÑOR
JESÚS.

Dirijamos todos juntos a Dios Padre la oración que Jesús nos enseñó: Padre
nuestro.

Oremos: Tú has querido, oh Padre, dar a conocer de modo admirable por


medio del ángel a los humildes pastores el nacimiento de tu Hijo; concédenos a
nosotros, que profesamos la fe en su encarnación, participar en su vida inmortal. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

7. BENDICION CON EL SANTISIMO


Nos ponemos de rodillas, o en actitud de adoración, mientras el pueblo canta un canto
de adoración.

V./ Les diste el pan del cielo (T.P. Aleluya)


R./ Que contiene en sí todo deleite. (T.P. Aleluya)

Oremos:
Oh Dios, que en este sacramento admirable
Nos dejaste el memorial de tu pasión:
Te pedimos que nos concedas venerar de tal modo
Los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
Que experimentemos constantemente en nosotros
El fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Bendición solemne con el Santísimo.


8. LETANÍAS ANTE EL SANTÍSIMO
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo, Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María, Santísima.
Bendita sea su santa e inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.

9. ADORACIÓN DEL NIÑO DIOS


A continuación, el sacerdote hace la reserva eucarística (se puede cantar otro canto de
adoración), y sale al centro de la gruta con la imagen del Niño Jesús para su adoración
(beso a la imagen, u otra expresión). Mientras, se pueden cantar algunos villancicos.

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