Está en la página 1de 3

LAS DEMANDAS DE DIOS ANTE SUS PROMESAS: ARREPIÉNTETE

Arrepentimiento y fe (creer) es la combinación


salvífica para ser parte del Reino de Dios
El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el
evangelio. (Mar 1:15)
(LUNES)
Dios es el dueño del tiempo. Él lo estableció, y el tiempo permanece, hasta hoy, en Sus
manos (Sal 31:15 En tu mano están mis tiempos). Siendo como es un Dios eterno, que no
está sujeto al tiempo (Job 10:5 ¿Son tus días como los días del hombre, o tus años como
los tiempos humanos? y 2Pe 3:8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el
Señor un día es como mil años, y mil años como un día), Él lo gobierna a través de toda
la existencia de Su Creación.

Ahora bien, cuando en Su Palabra encontramos que el tiempo se ha cumplido, podemos


preguntarnos ¿el tiempo se había cumplido para que ocurriera qué? En términos
proféticos, el tiempo se había cumplido para que el Señor Jesucristo se manifestara en
carne, como uno nacido de mujer, para cumplir la promesa de un Mesías Redentor que
nacería del vientre de una joven virgen:

Gal 4:4-5 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo,
nacido de mujer y nacido bajo la ley, (5) para que redimiese a los que estaban
bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

Nada ocurre fuera de los planes sincronizados de nuestro Dios. El tiempo se ha cumplido,
no solo para los que oían en ese momento, sino para ti y para mí, de mayor manera, a
causa de tanto tiempo que ha transcurrido, ¡con mayor razón el tiempo se ha cumplido!
Por eso podemos continuar clamando: arrepentíos, y creed en el evangelio.

(MARTES)
El tiempo se había cumplido, y el reino de Dios se había acercado porque Cristo, el Rey
Soberano de ese Reino, se había acercado. Él había venido en carne para salvar lo que
se había perdido, y con su advenimiento, Él había hecho cercano para nosotros el Reino
de los Cielos.

La Palabra de Dios nos recuerda que durante un tiempo estuvimos sin Cristo, alejados de
la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el
mundo. Pero venido Cristo Jesús, todos los que en otro tiempo estábamos lejos, fuimos
hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque Él es nuestra paz, que de ambos pueblos
hizo uno, derribando la pared intermedia de separación (Efe 2:12-14), y ahora somos
parte del Reino de los Cielos, porque Cristo nos acercó al Padre con Su muerte en la cruz.
LAS DEMANDAS DE DIOS ANTE SUS PROMESAS: ARREPIÉNTETE

Por tanto, es urgente que entendamos nuestra necesidad de arrepentimiento, no PARA


que se acerque el Reino de los Cielos, sino PORQUE el Reino de los Cielos se ha
acercado. El acercamiento del Reino de los Cielos demanda nuestro arrepentimiento con
urgencia.

(MIÉRCOLES)
La salvación demanda arrepentimiento y fe; o fe y arrepentimiento. No importa cuál
esté primero, la salvación demanda ambas cosas. Ahora bien, entendemos que lo
primero que da el Espíritu de Dios es el arrepentimiento, porque es el primer paso
requerido por el Señor Jesucristo en Su predicación del Evangelio del Reino de los
Cielos: ¡Arrepentíos!, e inmediatamente demanda “y creed”. Creer no es otra cosa que
credulidad, confianza, fe… Por tanto, el clamor está basado en ambas cosas:
arrepentimiento y fe. Estas son las demandas del nuevo nacimiento.

Al mencionar ambas demandas, la Palabra de Dios no exige un orden de prioridades, pero


entendemos que primero ocurre el arrepentimiento antes de la fe, por más de una razón:
1- Es el orden del clamor en la Predicación del Reino de los Cielos en todo el Nuevo
Testamento (Mat 21:32, Mar 1:15, Hch 3:19)
2- No puedes proceder a la fe que salva sin antes haber estado consciente de tus
pecados, y confesados, creer en el Evangelio.

Fe y arrepentimiento, arrepentimiento y fe, no importa el orden, debes arrepentirte y


creer, porque el Reino de los Cielos se ha acercado. ¡Hace tiempo que se ha acercado!

(JUEVES)
Dios es el responsable de nuestra salvación. Él ha hecho todo lo necesario, lo requerido,
lo que solo Él podía hacer, y lo hizo en la persona de Su Hijo Jesucristo: luego de
habernos amado desde siglos eternos, y haber dispuesto, en Su sola potestad, la salvación
de los que habrían de creer, Dios crea el universo y las cosas que hay en él, y en seguida
vemos la Caída y depravación del hombre a causa del pecado; a lo que Dios responde
prometiendo entonces un Redentor.

Este Redentor es el autor y consumador de Eterna Redención, y todo ocurre dentro de un


marco que llamamos SALVACIÓN, el cual está compuesto por varios aspectos que
ocurren por pura gracia de Dios sobre nuestras vidas, desde la cruz hasta que soy
adoptado en la familia de la fe:
Propiciación
Expiación
SALVACIÓN

Llamado
Arrepentimiento
Fe
Regeneración
Justificación
Perdón de Pecados
Adopción
LAS DEMANDAS DE DIOS ANTE SUS PROMESAS: ARREPIÉNTETE

Al final, Dios ha prometido sentarnos en los lugares celestiales con Cristo, donde
realmente ya estamos si lo vemos desde Su punto de vista (nos dio vida juntamente con
Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo
sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús), en un escenario propio de nuestra
glorificación eterna.

Tu arrepentimiento es parte del proceso de Salvación, ¿Qué esperas? Arrepiéntete,


porque el Reino de los Cielos se ha acercado.

(VIERNES)
¿Qué es el evangelio? euangelion (εὐαγγέλιον) es la palabra griega que significa
originalmente “una recompensa por traer buenas nuevas, buenas noticias”. Más tarde
desapareció la idea de la recompensa, y la palabra vino a representar las buenas nuevas en
sí mismas.

En el Nuevo Testamento son las buenas noticias del Reino de Dios y de la salvación a
través de Cristo, que debe ser recibida por la fe, sobre la base de Su muerte expiatoria, Su
sepultura, Su resurrección y Su ascensión a los cielos para ocupar el asiento a la diestra
del trono del Padre.

De forma literal, en 1Cor 15:1-4 leemos: Además os declaro, hermanos, el evangelio que
os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; (2) por el
cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en
vano. (3) Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo
murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; (4) y que fue sepultado, y que
resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.

Esto es lo que tienes que creer durante el proceso de tu arrepentimiento: Que eres un
pecador, y Que Cristo murió por tus pecados, conforme a las Escrituras; y que fue
sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras. ¿Lo crees? ¿Deseas
arrepentirte de tus pecados?

También podría gustarte