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EL JUEGO GESTÁLTICO

La terapia Gestalt es una modalidad terapéutica humanista orientada hacia un proceso y


se interesa en el funcionamiento saludable del organismo total – Sentidos, cuerpo,
emociones e intelecto. Numerosos principios teóricos del cuerpo teórico de la terapia
Gestalt se relacionan de modo directo e influyen sobre el trabajo con niños. Esto incluye
el tipo de relación que se desarrolla entre el paciente y el terapeuta; el concepto de la
autorregulación organísmica; trastornos de la frontera-contacto, tal como los
manifiestan los niños; cómo se percibe el sentido de sí mismo a partir de la estructura; y
la función de la conciencia, la experiencia y la resistencia.
1. LA RELACIÓN TÚ/YO
La relación tú y yo es un tipo particular de relación que se deriva de los estrictos
filósoficos de Martín Buber. En este tipo de relación se incluyen varios principios. por
mencionar uno, el terapeuta se entrega por completo a la sesión, Dispuesto a que el
paciente lo afecte. No existe la colocación de una pared artificial entre el terapeuta ayer
paciente. Con respecto a la relación Buber afirma:
“De yo/tú se puede hablar solo como una entidad total. La concentración y la fusión
dentro de la entidad total nunca puede tener lugar por medio de mí intervención, Y
tampoco sin mi presencia. Por medio de mi relación, yo llego a estar en el tú; en tanto me
convierto en yo, toda la vida real se reúne”
Más allá de esto, el terapeuta tiene una responsabilidad al reunirse con el niño, no
obstante, que presente al mismo con respeto y honor. El terapeuta es genuino y
congruente, nunca manipulador; al mismo tiempo, debe respetar sus propios límites y
fronteras, y no debe perderse a sí mismo en el paciente. El terapeuta también mantiene
la actitud que apoya al potencial completo y saludable del niño.
2. AUTORREGULACIÓN ORGANÍSMICA
La terapia Gestalt enfatiza en el proceso de la Autorregulación Organísmica. Firtz Perls
(1973), uno de los fundadores de la terapia Gestalt escribió:
“Toda vida y toda conducta están gobernadas por el proceso que
los científicos llaman homeostasis y que el hombre luego llama
adaptación. Por medio del proceso homeostático el organismo
conserva su equilibrio y, a partir de ello, su salud bajo condiciones
variantes. La homeostasis es un proceso mediante el cual el
organismo satisface sus necesidades. Puesto que estas son muchas
y cada una trastorna el equilibrio, el proceso homeostático
continua todo el tiempo”
Los niños reaccionan ante la disfunción familiar, el trauma, la crisis y la pérdida, de
maneras que resultan bastante comunes de acuerdo con el desarrollo. Los niños tienden
a culparse a sí mismos y a tomar la responsabilidad por cualquier cosa que suceda. Temen
en rechazo, el abandono y el no tener satisfechas sus necesidades básicas. De este modo,
en su eterna búsqueda de la salud y su impulso hacia el crecimiento y la vida, harán
cualquier cosa para satisfacer sus necesidades. Con frecuencia debido a la falta de
madurez intelectual y emocional, desarrollarán procedimientos inadecuados para estar
en el mundo – métodos que suponen les servirán para hacer mejor su vida, y de los que
esperan que satisfarán sus necesidades. Un niño puede volverse silencioso y retraído –
conductas que con frecuencia reciben refuerzo positivo- como resultado de algún estrés
excesivo en la familia. Cuando el niño crece, las conductas de retraimiento y silencio se
convierten en un proceso, o método para estar en el mundo. Otro niño puede reprimir
una gran cantidad de ira, al haber aprendido que la misma es una emoción inaceptable
dentro de la familia. El organismo, en su cruzada en pro del balance y el equilibrio,
aparenta provocar al niño para que exprese su ira de maneras dañinas y tortuosas.
TRASTORNOS DE LA FRONTERA CONTACTO
El niño en búsqueda de supervivencia, inhibirá, obstruirá, reprimirá y restringirá distintos
aspectos del organismo: sonidos, cuerpo, emociones e intelecto. Estas restricciones se
convierten en trastornos de la frontera contacto y ocasionan interrupciones del proceso
natural y saludable de la autorregulación organísmica, para esto pasaré a explicar el ciclo
de la experiencia y los bloqueos del mismo.
2.1. EL CICLO DE LA EXPERIENCIA
El ciclo de la experiencia se trata de la descripción, paso a paso emerge y pugna por la
satisfacción. Podríamos Relacionarlo con la metáfora de la figura sobresaliendo del
fondo para ser percibida antes de volver a él y también entenderlo como una explicación
de la dinámica que sigue una gestalt en su tendencia a completarse; esta teoría explicaría
Igualmente como dicha gestalt puede quedarse inconclusa. Por último, podemos
considerar el ciclo como una disección detallada de lo que sucede con el ritmo contacto-
retirada, es decir, un análisis de la fluidez o bloqueo de la autorregulación.
SENSACIÓN
La sensación es difusa, todavía no tiene nombre, se registra en forma de señales
sensoriales, más o menos inconcretas: sequedad en la boca, etc, que están señalando un
estado de déficit del organismo
TOMA DE CONCIENCIA
La toma de conciencia, es darle nombre a la sensación, por ejemplo; tengo hambre, sed,
ganas de salir, necesidad de llamar a alguien etc.
MOVILIZACIÓN DE LA ENERGÍA O ENERGETIZACIÓN
Este es un estado de excitación corporal, una percepción para entrar en acción, un
calentar motores: visualizo comida o bebida, siento el impulso de moverme hacia la calle
o hacia dónde está el teléfono (tomando en cuenta los ejemplos anteriores)
LA ACCIÓN
La acción comienza cuando se hace un movimiento o aparece la conducta dirigida a
satisfacer la necesidad: voy a la nevera, salgo de casa, marco el número de teléfono de la
persona con quien quiero hablar, etc.
CONTACTO
El contacto es donde la necesidad del organismo se resuelve intercambiando con el
entorno: como, bebo, doy un paseo, hablo con la persona, etc.
RETIRADA
La retirada o vuelta al Estado de reposo, una vez satisfecha la necesidad, hasta que
emerja un nuevo ciclo; después de comer, bebé, pase, cambio de actividad por ejemplo
descanso o me duermo, esa es una retirada por excelencia.

2.2. BLOQUEOS DEL CICLO DE LA EXPERIENCIA


Según Zinker existen mecanismos neuróticos que interrumpen este ciclo a continuación
os vamos a definir uno por uno.
INTROYECCIÓN:
Consiste en incorporar, sin ningún filtro selectivo, lo que recibimos del entorno. no, sino
que lo “tragamos” pasiva e indiscriminadamente. Pueden ser mandatos familiares que
hemos escuchado como ciertos “deberías”, normas o máximas que explican la cultura
familiar o define una versión del mundo o cualquier otro tipo de valores de modelos
personales con los que nos construimos una identidad ajena (porque se tomó prestada
sin necesaria asimilación) Freud distinguía una introyección total o patología y otra
parcial y saludable porque proporciona los ladrillos con los que se construye el ego. la
visión de Perls es más radical:
“Cada introyecto, sea parcial o total, es. sólo la destrucción completa como preparación
para la asimilación, aporta algo de mantenimiento y desarrollo del organismo”
Perls ponía la metáfora de la masticación como contrapartida del introyecto engullido
“Si nos tragamos una manzana nos dañaría si la destruimos mediante la masticación
podemos incorporarla a nuestro organismo y nutrirnos”
PROYECCIÓN
La proyección es la cara inversa a la introducción. Más que tragar, aquí se trata de
“escupir”, es decir, colocar en los demás lo que no aceptamos en nosotros mismos.
la proyección es la tendencia a hacer responsable al mundo de lo que es propio, de lo
que se origina en uno mismo.
Perls decía: “El proyector no sólo tiene la tendencia de desposeerse a él, sino que
también tiende a desposeer se de aquellas partes de el mismo donde se originan dichos
impulsos”
CONFLUENCIA
La confluencia consiste en la pérdida de límites entre uno mismo y el entorno,
fundiéndose con lo de afuera. El concluyente es el que se queda pegado, el que confunde
identidad con unión, comulgando, sin diferenciación, con los sentimientos y de
ideologías y conductas del otro o de su grupo de referencia.
La confluencia implica la no existencia, o el no darse cuenta, de los límites. la confluencia
en el adulto es fijación dependencia emocional disfrazada de amor.
RETROFLEXIÓN
consiste en marcar excesivamente el límite entre yo y el entorno, de forma que en vez
de traspasar es el límite y establecer contacto, el individuo se vuelve contra sí, y se hace
a sí mismo lo que quisiera hacerle a otro
El Retroflector sabe cómo trazar la línea de demarcación entre él y el ambiente y dibuja
una línea Clara y nítida pero la traza por medio de sí mismo deja de digerir sus energías
hacia fuera en un intento de manipular o llevar a cabo cambios en el ambiente que
satisfagan sus necesidades; más bien reorienta su actividad hacia dentro y sustituye el
ambiente por sí mismo como objeto del comportamiento.
Lo que retroflexectamos son eminentes los sentimientos negativos y en ese sentido es
un mecanismo de auto punición: en vez de enfadarme con quién me pisó, me reprochó
estar en el lugar de paso, expuesto a pisotones. en el aula claramente podemos observar
este mecanismo de defensa en el cutting, puesto que aquí los sentimientos negativos de
dolor y culpa no son expresados hacia las personas que originan estos sentimientos por
el contrario Los adolescentes tienden a lastimarse ellos mismos, el suicidio podría ser
otra forma de retroflectar, en este caso sería querer desaparecer a otra persona que
está causando sentimientos de dolor o que ha menospreciado al suicida.
DEFLEXIÓN
La deflexión es un mecanismo de defensa para no ponerse en contacto con la sensación
por temor por ejemplo una conducta deflectiva podría ser la verborrea, tomar a risa lo
que se dice, hablar en abstracto, y, ser franco y directo, El aburrimiento, la apatía también
son una forma de no conectar con la sensación.
PROFLEXIÓN
La proflexión es un mecanismo incorporado a la teoría de la gestalt por Silvia Crocker, Se
trata de una combinación de proyección y retroflexión: es hacerle al otro lo que me
gustaría que el otro me hiciese a mí, Por ejemplo, adular el vestido de una persona para
que así se interese por mi ropa y la valore, la proflexión es una forma de manipulación
seductor.

Cuando el niño inhibe al organismo se desarrollan conductas y síntomas contrapuestos.


Algunos niños retroflectarán la energía que en apariencia necesita impulsarse hacia
afuera. En esencia, a cambio, se harán a sí mismos lo que quisieran hacerles a otros.
Tendrán dolores de cabeza, de estómago, se arrancarán el cabello y se harán daño a sí
mismos. Otros niños se apartarán de sus sentimientos, se alejarán de aquellos que
resultan verdaderos en cuanto a aflicción o la ira.
Algunos niños evitarán sus situaciones dolorosas mediante el distanciamiento, los
sueños diurnos y la fantasía. Otros se comportarán hiperactivos. Éstas y otras conductas
reciben el nombre de trastornos de la frontera de contacto, algunas veces se llaman
resistencias, debido a que afecta el contacto saludable del niño con el sí mismo y con el
medio circundante.
Cuando los niños restringen e inhiben aspectos del organismo, y en particular las
emociones, se disminuye el sentido del sí mismo. La principal tarea del desarrollo de los
niños, desde el nacimiento y a través de la adolescencia, es separar y desarrollar sus
propias fronteras y apoyo de sí mismos. Sin embargo, los niños, básicamente tienen muy
poca estabilidad propia. Carecen de la capacidad de manejar por sí mismos el ambiente.
Es aterrorizante para un pequeño imaginar que pudiera llegar a recibir desaprobación y
quizás rechazo, abandono y que sus necesidades básicas no fueran satisfechas. Con
todo, es esencial la lucha por la separación.
Cuando los niños se frustran en este esfuerzo, de la manera que puedan intentarán hallar
una apariencia del sí mismo. Algunas veces, una conducta de desviación como golpear o
tener explosiones de ira les proporciona un sentimiento del sí mismo, al igual que
energía. No obstante, el respectivo sentimiento se disipa con rapidez. Un niño nunca dice
“lo que estoy haciendo no está funcionando, no satisface mis necesidades. Quizá pueda
probar algo que sea mejor”. En cambio, el niño continuará, e incluso acelerará la
conducta inapropiada.
3. SENTIDO DEL SÍ MISMO
Pasaré a hablar sobre tres de los bloqueos del ciclo de la experiencia antes mencionados
que de alguna manera merman el sí mismo.
La conducta confluente resulta común entre los niños que tienen problemas para
construir sus propias fronteras, la confluencia, como hemos visto, tiene que ver con la
fusión: la antítesis de la separación. El lactante se siente como si fuera uno con la madre
y lucha por separarse e individualizarse se convierte en un proceso que dura toda la vida.
Cuando ha sido herido, traumatizado, abandonado o rechazado, la lucha por la
separación está cargada de ansiedad para el niño. El sí mismo es tan frágil que el pequeño
necesita estar seguro de que él existe. El ser bueno, complacer a los demás o, en un
sentido literal, aferrarse a alguien, son aspectos típicos de la conducta confluente en los
niños y de un modo engañoso, proporciona algún sentido del sí mismo. Los infantes que
se comportan de esta manera necesitan una continua retroalimentación y reforzamiento
por parte de los demás.
La proyección como he mencionó en el apartado anterior, es un procedimiento clásico
que los niños tienen para negar su propia experiencia. Muchos de ellos mentirán y
negarán realidades debido a que tienen escaza fortaleza del yo para asumir la
responsabilidad de sus propias acciones. Culparán a otros por las malas acciones que les
suceden. Proyectarán muchos de sus propios sentimientos sobre los demás, debido a
que para ellos es muy difícil y peligroso reconocerlos. Para algunos niños, el decir: “Mi
padre siempre está enojado conmigo” es menos doloroso que afirmar: “estoy muy
enojado con mi padre”. La proyección es una manera de proteger a un sí mismo frágil y,
con frecuencia redunda en la pérdida de capacidades perceptuales.
Las intoryecciones desempeñan un papel importante en el crecimiento y desarrollo de
los niños. Son básicamente mensajes a cerca de sí mismos y a cerca de como estar en el
mundo, que los niños absorben e incorporan a sí mismos. Un niño carece de madurez
para reflexionar y discriminar a cerca de si algo es cierto o no, y si tal aspecto de aplica
de una manera apropiada para él. El niño cree todo lo que escucha a cerca de sí mismo.
Muchos de los mensajes respectivos son defectuosos y se hallan en conflicto directo con
las necesidades saludables del desarrollo del menor. Éste podría oír, de maneras abiertas
o encubiertas, que es estúpido, malo, perezoso, desconsiderado y cuestiones
semejantes. Estas introyecciones, en combinación con el egocentrismo básico del niño
(asumir la responsabilidad de cualquier cosa que suceda), hace estragos en el
sentimiento del sí mismo, la autoestima y el autoconcepto. Los mensajes a cerca del sí
mismo y con respecto a cómo debe uno ser en el mundo, se arraigan con profundidad, y
pueden acompañar al niño en la edad adulta.
4. TERAPIA DE PROCESO
Se considera que la terapia Gestalt es una terapia de proceso; en ella se presta atención
al qué y al cómo de la conducta, más que al por qué. El darse cuenta del proceso de uno
mismo puede conducir al cambio. Cuando el terapeuta puede ayudar al paciente a
volverse más consciente de lo que está haciendo y cómo lo está haciendo dentro del
contexto de la insatisfacción, este mismo paciente tiene entonces la elección de hacer
cambios.
Ploster y Ploster (1973) escribieron:
“Las conciencias que nos interesan en la terapia Gestalt son
aquellas que ayudan a restaurar la unidad de la función total e
integrada del individuo. Antes de que éste pueda modificar su
conducta en cualquier sentido, debe abarcar primero las
sensaciones y sentimientos que van junto con ella. La recuperación
de la aceptabilidad de la conciencia (sin importar lo que la misma
pueda revelar) es un paso crucial en el camino hacia el desarrollo de
una nueva conducta”.
5. PROCEDIMIENTO Y TÉCNICA
Existen algunos componentes a tener en cuenta
5.1. RELACIÓN
En cualquier buena terapia resulta esencial la relación entre el terapeuta y el paciente. En
el trabajo con niños, la relación asume grandes proporciones debido a que es
fundamento del proceso terapéutico. Además, la relación en sí misma puede ser curativa
por lo que es importante que sea auténtica.
5.2. CONTACTO
El contacto implica una conexión con el ambiente lo mismo que con el sí mismo. Cuando
un niño se halla completamente ligado a la lectura de un libro, está en pleno contacto
con éste. La mente del niño no divaga (su concentración y energía se dirigen por
completo hacia el libro). El terapeuta llega a semejante contacto con el paciente con el
fin de facilitar la relación tú/yo. El especialista clínico no sólo está en contacto con el
paciente, sino también consigo mismo (al tener conciencia con sus propias sensaciones
corporales, emociones y procesos de pensamiento; de igual manera, lleva sus sentidos a
la situación presente, conocedor de que es lo que ve, oye, toca, degusta) En otras
palabras, el terapeuta está presente por completo. El niño, sin embargo, puede tener
dificultades para permanecer en contacto.
Los niños están ansiosos, preocupados y trastornados, aquellos que están obstruyendo
sus sentimientos, no pueden mantener un contacto, pero deben evitar la conciencia del
sí mismo, al igual que la de aspectos del ambiente con el fin de protegerse a sí mismos.
Estos niños participarán de uno o más de los trastornos de la frontera-contacto que se
describieron antes. Cuando los niños evitan el contacto, el sí mismo se reduce, también
se bloquea la expresión completa de algunos aspectos del sí mismo, se refrena el uso
completo de sus sentidos, se restringe al cuerpo, se reprimen las emociones y la mente
no está disponible para su potencial más completo. Algunos niños encuentran tan
doloroso el mantener contacto que hallarán cualquier medio para evitarlo. El enfoque de
la terapia en tal circunstancia, es entonces, ayudar al niño a mantener el contacto, llevar
el sí mismo por completo a la sensación.
5.3. FORTALECIMIENTO DEL SÍ MISMO
Los niños necesitan apoyo dentro de sí mismos con el fin de expresar las emociones
obstruidas. Aquellos que han experimentado algún trauma, sea abuso sexual, maltrato,
muerte de un ser querido o divorcio de sus padres bloquean sus emociones en relación
a este y tienen poca experiencia en cuanto a cómo expresarlos. Debido a que los niños
son fundamentalmente egocéntricos y todo lo toman como algo personal, como parte
de su proceso normal de desarrollo, asumen responsabilidad y se culpan a sí mismos por
cualquier trauma que se presente. También, asumen muchas introyecciones negativas,
creencias erróneas de sí mismos, debido a que no tienen la capacidad cognoscitiva para
discriminar entre lo preciso y lo inexacto. Estos mensajes positivos provocan una
fragmentación, inhiben el crecimiento y la integración saludable y son la raíz de la actitud
de menosprecio de sí mismos y de baja autoestima.
Ayudar a que el niño desarrolle un fuerte sentido del sí mismo, le proporciona una
sensación de bienestar y un sentido positivo de sí mismo, así como también la fortaleza
interna para expresar emociones ocultas. Proporcionar al niño experiencias que
estimulen e intensifiquen el uso de los sentidos, es un paso importante hacia la
habilitación del sí mismo. La mayoría de niños que se hallan trastornados se
desensibilizarán a sí mismos, como una manera de ponerse una coraza y protegerse. Las
experiencias con respecto a ver, tocar, degustar y oler, modalidades que en realidad son
funciones de contacto, enfocan una nueva conciencia de los propios sentidos. Las
actividades se planean según la edad del niño.
5.4. EXPRESIÓN EMOCIONAL

Energía agresiva

El emprender una acción requiere energía agresiva. El satisfacer las necesidades, lo


mismo si es ingerir comida o expresar alguna emoción. Implica movimiento.
Joel Latnter afirmó:

“Tanto como la formación como la destrucción Gestalt son

el desarrollo de procesos estructurales intrínsecos a la exigencia. En

el proceso de vivir, debemos crear y destruir. Estos procesos son

agresivos, no suceden por sí mismos. Requieren de nuestra

participación activa”

En este contexto la destrucción Gestalt se refiere a la conclusión que se realiza cuando

se satisface una necesidad. Ésta en particular se ha satisfecho, ha adoptado otra forma y

una nueva necesidad llega al encuentro para que se le maneje.

La energía agresiva es más que una sensación de poder interior; implica acción, los niños

angustiados están confundidos por este tipo de energía. Lo mismo, la reprimen, la

retroflectan y se representan a sí mismos como temerosos, tímidos o retraídos; o la

expresan más allá de sus propias fronteras (en una deflección) al golpear, dar puñetazos,

mediante luchas de poder y, en general, actuando de manera agresiva. El ayudar a los

niños a sentir esta energía a partir de un lugar sólido dentro de sí mismos y a estar

cómodos con ella es un requisito previo a la expresión de emociones reprimidas. Las

experiencias con este tipo de fuerza internas se engloban en un escenario de juego, con

la implicación de la interacción plena de contacto con el terapeuta.

5.5. AUTONUTRIMIETO

El autonutrimiento implica ayudar a los niños a aprender a aceptar las partes de sí mismos

que ellos odian y trabajar hacia los sentimientos de integración y autoestima. Más que

eso, tal proceso les enseña habilidades para tratarse bien a sí mismos. Este último

concepto es revolucionario para la mayoría de niños, debido a que los mismos han
aprendido que es egoísta y malo tratarse bien a uno mismo. Entonces ellos miran hacia

otros para que realicen este trabajo (el de tratarlos bien) y se sienten decepcionados

cuando esto no sucede.

La primera parte del proceso de autonutrimiento implica desentrañar las partes

aborrecibles del sí mismo, las cuales, por lo común, son introyecciones negativas,

mensajes del sí mismo que se absorbieron de los primeros años. Los niños tienden a

identificar totalmente sus sí mismos con dichos componentes odiosos (aun cuando en

realidad provoquen una fragmentación. El percatarse de que esto es solo un aspecto de

sus sí mismos es, por lo común, un nuevo concepto. Una vez que se identifica una parte

del sí mismo, se puede pedir al niño que la dibuje, la haga en arcilla o encuentre un títere

que la represente. La parte respectiva se describe, en un momento completo, inclusive

exagerando, por este medio. Sobreviene un diálogo entre la parte del sí mismo y el niño,

por lo común con la evocación de frases críticas hacia ella por parte del niño. De esta

manera el niño expresa la agresión hacia afuera en vez de hacia adentro, hacia sí mismo,

lo cual proporciona apoyo para el siguiente paso que implica hallar un elemento nutricio

de éste. Se pueden utilizar técnicas proyectivas, tales como la de un títere de hada

madrina o un mago que puede nutrir a las partes que aborrece. El advertir que la parte

de sí mismo es en realidad una creencia de cuando el niño tenía una edad mucho menor,

con frecuencia le ayuda a desarrollar una actitud nutritiva.

5.6. EL CIERRE

El cierre es el pequeño espacio en el que el niño integra lo desarrollado en la sesión, cada

sesión tiene su propio cierre donde el terapeuta hará que el niño rescate sus propias

potencialidades, que vea sus propios recursos e interiorice lo nutritivo de la sesión, es

típico que en el cierre gestáltico el terapeuta haga dos preguntas clásicas “¿Cómo te
sientes?” y “¿De qué te has dado cuenta?” Consideremos aquí que previo al cierre el niño

ha tenido la integración de la parte nutritiva de lo que sea que haya trabajado, y el saber

cómo se siente lo pondrá en contacto con sus emociones, las que muchas veces ha

postergado, y el de que se ha dado cuenta lo conectará con la parte racional, como

interiorizar la sesión a un nivel cognitivo, y si queremos pasar a la acción sería importante

considerar la pregunta “¿Ahora qué quieres hacer con esto?” y guiarlo a fijar una fecha

para la acción.

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