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27-30
Abstract
Para esto, por razones obvias necesitamos partir de lo que ellos ya conocen.
Supongamos que conocen los símbolos: 1, 2, 3, 4 y con éstos las palabras: uno, dos,
tres y cuatro. Nos restaría hacerles adquirir la noción representativa. ¿Cómo lo
haríamos?. Ordenándoles mostrar varios objetos diferentes: un libro, una pluma, un
lápiz, etc., y varios grupos de a dos, tres y cuatro: dos manos, dos pies; tres naranjas,
tres manzanas; cuatro patas, cuatro mangos, etc. Luego de habernos convencido de
que los niños dominan estas cantidades podemos pasar al número cinco. Para llegar
a este convencimiento es necesario darnos cuenta si se ha formado un conocimiento
matemático a base de las palabras: uno, dos, tres y cuatro e iguales grupos de
objetos. La asociación entre la palabra y el grupo real es, pues, la clave del dominio
matemático de los números.
Los grupos estudiados por comparación darán la idea de mayor y menor (junto
con la de menos y más), al mismo tiempo que el definitivo concepto de unidad, ya que
ésta es la medida, el menor grupo, la cantidad de la cual se componen todas las
demás.
Cuando hemos realizado esto siempre hemos hecho uso, para mayor facilidad,
de juegos tan sencillos como los siguientes:
2) Hacemos contar hasta cuatro por medio de dedos, bancos, pupitres, niños,
libros, casas, bolitas, piedrecitas, etc. etc.
3) Entregamos a los niños varios montoncitos de a cuatro objetos para que los
repartan en todas las divisiones posibles: 1 más 3; 2 más 2; 2 más 1 más 1; 1 más 2
más 1; 1 más 1 más 2; 1 más 1 más 1 más 1, etc.
O O O O
Colocamos otra en el centro: O
O O O O
Hay niños que nos dicen cuántas hay. Hacemos repetir el número cinco. Por
análisis demostramos la manera como llegamos a la cantidad cinco (por agregación
de unidades iguales).
6) Intensifiquemos ahora el conocimiento. Haciendo uso de variados objetos
hacemos contar hasta cinco repetidas veces. Primero lo hacen varios niños a la vez;
luego, individualmente. En este ejercicio seguimos el orden siguiente:
b) Contar objetos tocándolos solamente para aplicar los sentidos del tacto y la
vista.
Así llegamos al primer paso de la abstracción del número. Los niños deben
hacerlo, empezando por el más adelantado hasta llegar al menos fuerte.
1 2 3 4 5
I II III IV (o IIII) V etc.
O OO OOO OOOO OOOOO
Los niños dan la razón del por qué lo colocan en seguida: porque hay más
bolas, porque vale más, porque es diferente a los conocidos... Luego desprendemos
los cuadritos y los refundimos para que los niños, uno por uno, los ordenen de nuevo
en sus lugares respectivos. Después de esto cuentan los números que les vayamos
señalando. Hacen después en sus cuadernos, varias veces, el dibujo de lo aprendido;
pueden también hacer el uso del pizarrón. Por último, y ya sabiendo dibujar las cifras
romanas y árabes deben hacerlos en sus cuadernos definitivos donde,
individualmente, hayan hecho los otros números de la escalera. Si se cree
conveniente se pueden efectuar nuevos ejercicios de contar y descontar (en las series
ascendentes y descendentes). Enseguida hacemos mostrar a los niños los números
que vayamos nombrando primero en orden ascendente y descendente y luego en
forma desordenada.
Tenemos cinco naranjas y quitamos tres, ¿cuántas nos quedan? - aquí hay tres
manzanas y agregamos estas dos, ¿cuántas hay ahora? - Dos peras cuestan un
bolívar ¿Cuántas peras compramos con dos bolívares?, etc., etc.
11) No hay duda de que los anteriores ejercicios comprueban al mismo tiempo
que se ciñen a situaciones reales, los conocimientos adquiridos. Está por demás,
entonces, el tratar de aplicar nuevos ejercicios con tal objeto. Sin embargo, es
aconsejable que en la nueva clase se vuelva sobre ellos; esto completa la enseñanza
al mismo tiempo que prepara el espíritu para recibir el nuevo conocimiento, y nos
ayuda a obrar (describiendo un círculo completo) de acuerdo con el principio según el
cual todo conocimiento matemático se fundamenta en los conocimientos anteriores,
haciendo al mismo tiempo uso de ellos, pues las matemáticas son ciencias en que
cada parte puede destruir el todo sin poder el todo destruir la parte. En ellas se
sucede en pequeño lo que en grandes efectúan ellas mismas con respecto a las
demás ciencias: las ayudan a todas sin necesidad de que alguna de ellas venga en su
auxilio.
A. A. R.