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Vayan e instruyan

Mateo 28:18-20

Introducción.

Se ah hablado sobre este versículo con un enfoque de evangelismo, llamándole la gran comisión. Se
motiva o exhorta a los cristianos a cumplir con su labor de salir a la calle a predicar el evangelio, y aunque esto
ciertamente es correcto, creo que muchos se han quedado cortos en las formas, aunque la esencia sea buena y
correcta. En esta ocasión quiero llevarlo a meditar sobre como es que podremos llegar a cumplir esta misión
dada por nuestro Señor, a la luz de la Escritura, tomando como énfasis nuestro diario vivir.

Es de suma importancia estar consientes de que ser la luz del mundo no es solo cuando visitamos el
lugar de reunión, cuando esta junto a la congregación de los demás santos de Dios, sino que ser la luz es un
estado permanente del hijo de Dios, donde quiera que se encuentre. Sin embargo, también es bueno mencionar
que muchos “cristianos” llegar a hacer una división en cuestiones de sus practicas de vida, tomando un papel de
ser, hablar y hacer las cosas como cristianos ciertos días y los demás, dándose la libertad de ignorar los
principios eternos y santos de Dios para la vida, llevando así a las personas que les conocen de cerca a alejarse
de Cristo por el hecho de no ver consistencia en ellos.

Ahora bien, no hay personas mas cercanas a nosotros, que observen con diligencia nuestro andar, que
nuestros hijos. Y es pues, mi enfoque hoy esto. La crianza, ciertamente no todos los que estamos aquí somos
padres, sin embargo, lo serán. Algunos ya terminaron la labor, pero ahora cooperan con los nietos, otros
estamos en plena lucha con niños o adolescentes. Este tema es de suma necesidad para todo el que tubo, tiene y
tendrá hijos.

Nuestros hijos son aquellos a los que primero alcanzamos o alejamos del Señor. Quiero hoy llevarlos a
aprender como cumplir nuestra tarea de crianza. Muchos son los cristianos, pastores y hasta congregaciones
enteras que exclaman “los niños son el futuro de la iglesia o del país” y así lo quieren dejar… están esperando a
que crezcan para orientarles. Cuando la realidad es que si, ellos son el futuro, pero serán un buen futuro si son
educados y capacitados desde ya, ahora que son niños. “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo
no se apartará de Él” Pr.22:6

Ahora bien, en el texto base Jesús nos dice “vayan y hagan discípulos…enseñándoles a guardar todas las cosas
que les he mandado” esto nos lleva a considerar la forma y enfoque que estamos teniendo. Jesús no está
haciendo otra cosa más que dando la orden de ser impulsadores de un buen pensamiento.

Con o sin hijos, si eres cristiano, compartes esta responsabilidad. Tu misión en la vida incluye la tarea de llevar
a otros a pensar de una manera que honre a nuestro Señor. Parte crucial del llamado de todo discípulo de Jesús
es hacer más discípulos de Jesús.

Enseñándoles…

Jesús dijo que enseñáramos “todas las cosas que el enseño” y me es confortante y necesario pensar
entonces ¿Cuáles son esas cosas?... si se tratara de un examen en este momento, muchos diríamos quizá. Que
nos amemos unos a otros, o que Dios es amor, que pongamos la otra mejilla y entre otras de sus instrucciones,
correctas. Sin embargo, es triste que la esencia del evangelio muchos no lo tienen concreto y bien definido.

Desde el A.T el Señor compartió lo que se debe tener como doctrina base para ser la luz del mundo
como es correcto. Vayamos a Deuteronomio 6:1-3 “Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que
Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra… para que temas a Jehová tu
Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo,
todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por
obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el
Dios de tus padres. “Moisés antes de morir compartió con el pueblo los principios éticos, espirituales y
prácticos que sostendrían a la nación no solo como eso, sino como la nación santa que Dios quería, y quiere
hacer de ellos.

Ahora bien, a veces actuamos como si nuestra labor como cristianos fuera traer gente a la reunión de la
iglesia, enseñarles lo básico acerca de Jesús y motivarlos a que se bauticen. Predicar el evangelio y bautizar a
los convertidos son, por supuesto, aspectos cruciales de la misión que Dios nos encomendó. Pero no son toda la
historia. Nuestro llamado es hacer discípulos de Jesús —aprendices y seguidores—, no fanáticos
entusiasmados que solo repiten lo que otros dicen y hacen lo que otros hacen, sin comprender por qué.

Y aunque sea difícil de aceptar en la mayoría de las familias, la crianza reverente no esta presente, sino
que mas bien hacemos esto mismo, solo se les da a los hijos ordenes sin explicaciones, porque es lo mas
sencillo de hacer… ¡Hijo no hagas eso, deja ahí, no toques, no digas, guarda silencio…a lo que ellos
responden… ¿Por qué? Y con el ceño fruncido, y voz seria decimos… ¡Porque si…porque yo mando…porque
soy tu padre y me debes de obedecer!...

Esta es una forma equivocada rotundamente de hacer un buen discípulo de Jesús, no es instruirles en la
verdad del Evangelio y mucho menos es mostrar la luz. Para muchos los hijos son ¡refugiados!, el niño en casa,
tiene donde dormir, que comer y medicinas cuando las necesite. Y nada más. La crianza es mucho mas que eso,
es una entrega devota a la formación de su carácter y a su cosmovisión. Nuestro deseo es formar en ellos un
carácter y una cosmovisión de Dios que los lleve a amarle.

Existen varias filosofías de crianza, que no alcanzaría el tiempo para mencionarlas, pero quiero traerles
un par de ellas, como ejemplo de lo que algunos hoy hacen. La crianza natural, es una filosofía que dice “deja al
niño ser y hacer lo que le gusta” …. La crianza respetuosa dice “enséñale al niño a que se ame a si mismo y que
tome sus propias decisiones” … ambas filosofías son un tanto dominantes hoy en día, porque suenan y son
agradables para los padres pues les libera de muchas responsabilidades. El Doctor DOBSON escritor de varios
libros sobre educación de niños dice acerca de este tipo de filosofías, y estoy de acuerdo con él, “son estiércol
de caballo”, es una realidad porque dejar al niño que sea y haga lo que desee, hace de el un verdadero ser
fluctuante… mi hijo al igual de los suyos, llego al mundo fascinado de tantas cosas que en él están, conoció los
animales y le encantaron, específicamente los perros, adoptamos una cachorrita, y el niño feliz con su mascota.
Después de algún tiempo de convivencia, el comenzó a comportarse como si fuese un perro, y de repente
miraba palomas y comenzaba a ladrarles…

¿cree usted que como cristiano, lo correcto seria pensar “es un niño que se divierta” y no hacerle saber que el no
es un animal?... muchos piensan que eso es lo que se debe de hacer. Sin embargo, lo correcto es enseñarle que él
es mucho más valioso que un animal, una persona creada a imagen de Dios con talentos, dones y facultades
superiores a los animales. Corregir ese deseo de querer ser un perro.

Así mismo, imagine que usted es de los devotos a la crianza respetuosa, no corrige a su hijo por temor a
traumarlo, “pobrecito” dicen, “yo no lo corrijo porque a mí me traumo mi papa por tanto varazo, chanclazo,
palazo, manguerazo que me dio. Por eso yo no cometeré los mismos errores que mis padres, seré mejor” …
patrañas, un niño sin corrección esta destinado a ser una vergüenza… “Disciplinar a un niño produce sabiduría,
pero un hijo sin disciplina avergüenza a su Madre” Pr.29:15 NTV.

El señor le dijo al pueblo de Israel “enséñales esto a tus hijos. Para que teman a Dios” esto quiere decir
que los padres tenemos la obligación de formar en ellos, el carácter que honra a Dios, y la cosmovisión cristiana
de la vida, corrigiendo el pecado con que nacen. Esta responsabilidad no es del Pastor, de la iglesia o de las
escuelas. Es enteramente de los padres. ¡Ambos!
A Guardar…

Ahora bien, Jesús no solo dijo, enséñales y vete, si así fuese dicho, darles ordenes seria suficiente, pero
como antes ya menciones no es la manera de hacer y ser un discípulo de Cristo, tenemos que dar muestra de
integridad o bien de práctica de tales principios.

Nosotros los padres, así como todo cristiano con o sin hijos, tenemos la responsabilidad de hacer nuestra
esta doctrina, y por hacer nuestra me refiero a vivirla. Queremos que las personas abracen la Palabra de Cristo,
la atesoren, la pongan por obra, la guarden. Nuestra labor no solo es ayudar a otros a entender qué es lo que
Jesús enseña, sino mostrarles —en el poder del Espíritu— que lo que Él enseña es la verdad, es bueno, es
deseable, es lo que siempre estuvimos buscando.

Deuteronomio 6:4-9 “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tu Dios de
todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu
mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus
puertas.”

Veamos que Moisés les indico al pueblo que estas palabras deberán estar “sobre tu corazón” lo cual
significa que aquello que yo creo, es lo que debo de enseñar a mis hijos… lo cual es que “Jehova nuestro Dios
es uno”. Pero que complicado es querer hacer que nuestros hijos hablen, piensen, hagan y crean cosas que
nosotros no tenemos en el corazón… he escuchado a padres decirles a sus hijos.. “hijo tu no hagas lo mismo que
yo, debes ser mejor que yo” para intentar desviar la mirada de el, y continuar con una vida mala, creyendo que
esas palabras son suficientes para hacer que su hijo, aquel que lo admira por ser su padre o madre, no piensa
dejar de aprender de usted. Y vemos tiempo despues que el hij@ vive o es igual al padre o madre.

Cuando los padres no aman a Dios, los hijos no lo harán, cuando no respeto a los demás el no lo hará, cuando
no perdono el no perdonara. Es difícil pasar de manera efectiva el legado de la fe a nuestros hijos por estas
inconsistencias de vida. Oir la palabra de Dios no es suficiente, debe ser demostrada. “Tus acciones hablan mas
alto que tus Palabras”

“las repetiras a tus hijos”… la Biblia de las Américas nos ayuda un poco mas a entender esto “ Las enseñarás
diligentemente a tus hijos” diligentemente es estar preparado siempre para enseñar a nuestros hijos que Dios
es unos.
Enseñemos a nuestros hijos que Dios es soberano, completo, eterno, santo.

Presentemos el evangelio. Debemos enseñarles que ellos son pecadores, no es lo mismo corregir la
conducta que corregir un pecado. Cuando entendemos que nuestro hijo manifiesta un pecado, es necesario
llevarlo a pedir perdón a Dios. haciéndole saber que Dios es perdonador.

Nuestra responsabilidad es enseñar a otros a poner por obra los mandamientos de la Palabra de Dios. Eso
requiere que seamos modelos del evangelio, capaces de decir: «Imítame a mí como yo imito a Cristo».

Debemos mostrar a otros cómo luce guardar las enseñanzas de Jesús en todas las áreas de nuestra vida
cotidiana. ¿Cómo es que un padre de familia se niega a sí mismo? Abre tu casa e invita a un nuevo matrimonio
a verte lavar los pies de tus hijos (¡literalmente!). ¿Cómo sigue a Jesús un estudiante? Permite que los
adolescentes te vean estudiar con diligencia y equiparte para andar en las buenas obras que Dios tiene para ti.
¿Cómo es que una mujer jubilada vive para Dios? Lleva a un grupo de señoritas a dar alimento a los
necesitados.

La palabra diligencia en el hebreo significa “sacar filo”, esto es semejante a una tarea ardua, cansada e
insistente. Por ello se debe enseñar en todo lugar.

Todo lo que les he mandado… en todo lugar

Como padres no solo debemos conocer la Palabra de Dios, enseñarla y repetirla a nuestros hijos, sino
que debemos estar sumamente preocupados e interesados en sus vidas. Escuche lo que Moisés dijo en el
versículo 7 b “hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te
levantes. “

¿Cuál es el mejor momento para instruir a un hijo?... cualquier momento, todo el tiempo es bueno y
correcto, como padres no podemos desperdiciar ningún tiempo con ellos para recordarles a Dios y su sabiduría.

“Cuando andes por el camino”


“al acostarse”
“al levantarte”

Somos llamados a proclamar lo que el Señor proclamó: que Él es el Hijo de Dios, que Su sacrificio es
para el perdón de los pecados, que no hay camino al Padre sino es a través de Él, que debemos amarlo
por, sobre todo, que debemos tomar la cruz, morir a nosotros mismos cada día y seguirlo. Por otro lado,
así como no alteramos Su enseñanza al restarle, tampoco le añadimos, sabiendo que los fariseos fueron
amonestados por enseñar normas de seres humanos como si fueran las de Dios.

Conclusión

La crianza no es mas que estar comprometidos enteramente con la formación del carácter y
cosmovisión de nuestros hijos en base a la verdad.

Darles el ejemplo de vida.


Instruirles con palabras
Estar presentes en sus vidas.

Obedecer el mandato de ir e instruir no será fácil, pues vivimos en una cultura que favorece lo inmediato, el
entretenimiento barato y lo superficial. Estamos siendo entrenados, no para la meditación prolongada en las
verdades profundas acerca de Dios, Su Palabra y el hermoso mundo que Él creó, sino para aburrirnos tras unos
segundos y pasar a lo siguiente. Nuestras mentes se están ahogando en la vanidad y nosotros lo estamos
permitiendo. Pero no tenemos que hacerlo.

Arrepiéntete

Toma un tiempo para considerar cómo has usado tu mente y cómo, por extensión, has llevado a otros a usar sus
mentes. Alguien te está mirando e imitando, quieras o no.
Si has fallado en amar a Dios con toda tu mente y en instruir correctamente a otros discípulos de Jesús —
en palabra y obra—, arrepiéntete

Cultiva tu mente cada día en la verdad y la justicia


¿De qué estás llenando tu mente? ¿Cómo estás fortaleciendo tu razonamiento? Evalúa lo que consumes y crea
una «dieta mental» nutritiva y sostenible a largo plazo.
Pídele consejo a hermanos piadosos que hayan sido buen ejemplo para ti. Pasa tiempo continuamente en
la Palabra y la oración, lee buenos libros, escucha buena música y evita a toda costa el contenido basura que
puede ser entretenido en el momento, pero que al final te deja vacío y asqueado

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