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La Vida Devocional

Un Estudio sobre las Disciplinas Espirituales

de la Vida Cristiana

Estudio E1

Instituto Bíblico Reformado

por Juan Medendorp

Contenido

Introducción

I. Oración: La Tierra Fértil

A. La Naturaleza de la Oración

B. La Necesidad de la Oración

C. La Forma de la Oración

D. Modos de la Oración

II. Lectura Bíblica: La Semilla

A. La Importancia de la Biblia en la Vida Devocional

B. Como Usar la Biblia en la Vida Devocional


III. El Espíritu Santo: Ríos de Agua Viva

IV. Ayuno: Sacando la Hierba Mala

A. El Ayuno en la Biblia

B. El Propósito del Ayuno para el Cristiano Evangélico

V. Buenas Obras: El Fruto

A. El Lugar de las Buenas Obras en la Vida Cristiana

B. Cuáles Son las Buenas Obras?

Conclusión

Introducción

En esta cuarta parte del pensum del IBR, la cual se titula "Espiritual," enfocamos la vida
espiritual del creyente. Los dirigentes del IBR saben muy bien que el conocimiento
Bíblico es importante, pero no es suficiente para la salvación. La salvación viene a base
de la fe en Cristo Jesús, manifestada por la presencia del Espíritu Santo en la vida del
creyente. Esta fe viene a expresarse en una relación viva con él, Por eso llamamos a esta
vida la vida espiritual, porque es la vida que recibimos por medio del Espíritu Santo.

Hemos organizado el contenido de este estudio utilizando términos de la horticultura,


porque la vida devocional es como un jardín. Cuando cuidamos correctamente el jardín,
el jardín nos da refugio y alimento. Así deben ser nuestra vida espiritual: lugares de
refugio y alimento.

Por la forma en que está organizado el contenido de este estudio se puede entender dos
cosas acerca de la vida espiritual. Primero, la vida espiritual es una vida orgánica y
integral. La palabra "orgánica" significa, "de la tierra", o sea, tiene que ver con algo que
tiene vida. Al decir "integral", queremos decir que las distintas partes de la vida
espiritual forman una totalidad integrada. No se puede practicar algunas partes y dejar
otras. Todas son necesarias y juntas completan una vida integral espiritual. Si una parte
del proceso, cae, el proceso también se detiene. Un paso prepara el otro paso, y así se
cumple todo el proceso hasta la meta: la buenas obras. Como dice Efesios 2:10 "Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras . . . ."

Segundo, la vida espiritual es un proceso que se repite continuamente en la vida del


creyente. Igual como un jardín requiere un cultivo continuo, y así produce año tras año,
la vida espiritual debe estar bajo un cuido continuo de parte del creyente y así producirá
fruto continuo en su vida. Y si manejamos nuestros jardines correctamente, seremos
como "arboles plantados juntos a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, y su
hoja no cae," como dice Salmo 1. Debemos procurar, pues, que los pasos del proceso
sean tomados en nuestras vidas, para que el propósito de nuestro Señor se cumple y El
sea glorificado en nosotros.

1. La vida espiritual es una vida __________________


y __________________

2. También la vida espiritual es un


__________________________ que se repite
__________________________.

3. Que quiere decir la palabra integral?

____________________________________________
____________________________________________
_________________________________________

4. Se llama esta vida "espiritual" porque manifiesta la


presencia del _______________ _____________.

I. Oración: La Tierra Fértil

La tierra es la base del jardín. Antes de comenzar a sembrar, la tierra debe ser
preparada para que ofrezca un ambiente adecuado para el cultivo de las plantas.
Por eso la oración es como la tierra del jardín. La vida espiritual comienza con la
oración. Los otros aspectos de la vida espiritual radican en la oración. Sin una
buena preparación en esta área, los otros aspectos de la vida espiritual no podrán
realizarse eficazmente. Sembramos pero no cosechamos, porque la tierra no es
preparada.
A. La Naturaleza de la Oración

Qué es, pues, la oración? Nosotros entendemos la oración como comunicación con
Dios. La palabra comunicación implica que hay un intercambio, verbal o no
verbal, entre él que ora y El que oye la oración. Pero intercambio implica también
que El que oye la oración también toma su parte en la comunicación. También se
permite que El nos hable a nosotros. Es decir, la oración implica que él que ora
reconozca a Jehová como Dios y esté dispuesto a someterse en fe a su autoridad.
Por ejemplo, la conversación que Caín tiene con Jehová en Génesis 4:9-15, después
de asesinar a Abel, muestra un intercambio y aun, quizás, una disposición de
sumisión a la voluntad de Dios. Pero aquí falta una disposición de fe, y por eso no
califica como oración. Por eso, quizá, no se puede incluir en la oración el clamor
que muchos impíos hacen en momentos de dificultad. Ese clamor no incluye un
deseo de dejar que Dios hable, por que no reconoce que Dios tiene autoridad.
Solamente hay un deseo que Dios escuche y haga lo que quiera él que clama.
Vemos evidencia de esto en lo que Jehová dice en Miqueas 3:4, "Entonces
clamaréis a Jehová, pero él no os responderá. En aquel tiempo esconderá su rostro
de vosotros, porque hicisteis obras malvadas." El clamor de Israel no fue oído
porque Israel no mostraban por sus acciones que reconocían a Dios como el Señor.
Aunque se parece a la oración, no la es. Para concluir, para los fines de este
estudio, vamos a definir la oración como comunicación con Dios en que él que ora
reconoce la autoridad de Dios y se somete a El en fe. Esto es la verdadera oración.

B. La Necesidad de la Oración

El ejemplo de Jesús en los evangelios nos muestra la importancia de la oración. En


varias ocasiones, Jesús se apartó para orar (por ejemplo, Mateo 14:23; 23:36;
Lucas 9:28; 11:1; Juan 17). En nueve ocasiones en los evangelios Jesús manda a sus
discípulos orar (Mateo 5:44; 6:6; 6:9; 9:38; 24:20; 26:41; Lucas 18:1; 21:36;
22:46). Si añadimos a estas las ocasiones en que el apóstol Pablo y los otros
escritores del Nuevo Testamento manda a la iglesia orar (Hechos 8:22; 1
Tesalonicenses 5:17; 5:25; 2 Tesalonicenses 3:1; 1 Timoteo 2:8; Hebreos 13:18;
Santiago 5:13,14,16),(1) vemos claramente que Dios no solamente enseña que la
oración es importante, sino, que es necesaria.

Pero porqué es necesaria la oración para el creyente? Si la Biblia nos dice que
"vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis"
(Mateo 6:8), porqué debemos orar? Cuál sería la razón? Obviamente, Dios no
tiene necesidad de la oración. Dios ya sabe todas las cosas. Al contrario, la
necesidad deriva del lado nuestro. Como Dios dice en Salmo 46:10, "Estad quietos
y reconoced que yo soy Dios." Cuando nosotros oramos, estamos en una postura de
sumisión delante del Señor. Esta es la postura correcta no solo para los creyentes,
sino para toda la creación. Pero el ser humano es duro. Necesitamos recuerdos
constantes de nuestra posición delante del Señor. Por eso la postura más adecuada
para el creyente es una postura de oración. Cuando nosotros asumimos esta
postura, nos ponemos en posición para poder tener comunión con El, y así recibir
de su mano todo lo necesario para nuestro bien y salvación. Por ejemplo, en 2
Crónicas 7:14 Dios dice a su pueblo, si se humilla mi pueblo sobre el cual es
invocado mi nombre, si oran y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos,
entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra." Aquí
vemos claramente que no es Dios quien necesita la oración, sino nosotros. Dios ya
sabía la condición de su pueblo, el tenía también lo necesario para mejorar su
situación. La oración no era para El, sino para que su pueblo se sometiera a su
Dios. La oración es necesaria no para Dios, sino para nosotros. La oración es la
llave que abre la puerta del cielo.

C. La Forma de la Oración

Al estudiar la oración en la Biblia, vemos varias formas de oración. Pero las varias
formas pueden ser reducidas a cuatro formas principales.

Adoración

Parte básica de toda oración es alabanza. La alabanza pone la zapata para la


construcción de toda oración. Si la zapata no está presente, la oración cae. Como
dijimos antes, él que ora debe reconocer a Dios como su Señor para la oración
eficaz. Y ese reconocimiento producirá en nosotros alabanza. Como dice el
Salmista: "Bueno es alabar a Jehová, cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo"
(Salmo 92:1) y "Aleluya! Ciertamente es bueno cantar salmos a nuestro Dios;
ciertamente es agradable y bella la alabanza" (Salmo 147:1). Tenemos también el
ejemplo de los llamados salmos de lamento, donde el salmista expresa su pesar por
alguna situación de dificultad en su vida. El Salmo 22 es un ejemplo muy conocido
porque es el Salmo que Jesús citó estando en la cruz: "Dios mío, Dios mío! Por qué
me has desamparado? Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de
mi clamor?" (v. 1). Pero allí no queda el asunto. Aun en su clamor a Dios, el
Salmista termina con alabanza:

Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.

Los que teméis a Jehová, alabadle; glorificadle, todos los descendientes de Jacob.
Temedle vosotros, todos los descendientes de Israel.

Porque no despreció ni desdeñó la aflicción del afligido, ni de él escondió el rostro.


Más bien, le oyó cuando clamó a él.

Tuya es mi alabanza en la gran congregación. Mis votos pagaré delante de los que
le temen.
Los pobres comerán y serán saciados. Alabarán a Jehová los que le buscan. Que
viva vuestro corazón para siempre! (vv. 22-26)

Así por igual, todos los salmos de lamento contienen también el elemento de
alabanza. Aun en los momentos más difíciles, debemos alabar a Jehová. Toda
oración debiera comenzar con alabanza, porque es la relación correcta para el
creyente.

Confesión

Otro elemento básico de la oración es la confesión. Mientras haya pecados que no


hemos confesado en nuestras vidas, esos pecados impiden un comunicación abierta
con Dios. Claramente Proverbios 28:13 dice: "El que encubre sus pecados no
prosperará, pero el que los confiesa y los abandona alcanzará misericordia." Por
eso cada oración debe contener un momento de reconocimiento de nuestra posición
como pecadores delante de Dios, y debe buscar restablecer una relación abierta
con El. Como dice Salmo 32:5, "Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad.
Dije: 'Confesaré mis rebeliones a Jehová.' Y tú perdonaste la maldad de mi
pecado." La Biblia nos enseña claramente que cada uno de nosotros necesitamos la
confesión cuando dice "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a
nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros" (1 Juan 1:8). Pero
inmediatamente después dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
Algunos enseñan la perfección como parte de la vida Cristiana, y con razón.
Cuando Cristo vive en nosotros, somos "santo" y "perfecto en Cristo Jesús" (Col
1:28). Pero mientras que seguimos en este cuerpo mortal, el pecado sigue sus
ataques. Si Pablo debía confesar: "No quiero decir que ya lo haya alcanzado, ni
que haya llegado a la perfección; sino que prosigo a ver si alcanzo aquello para lo
cual también fui alcanzado por Cristo Jesús" (Fil 3:12), cuanto más debemos
nosotros reconocer que estamos todavía en camino hacia la perfección. La
confesión constante de nuestros pecados no únicamente nos hace consciente de
quienes somos, sino también permite que el Señor nos perdone y nos limpie de
nuestros pecados. Y esto es un paso necesario hacia la perfección.

Acción de Gracias

Cada oración también debe dar expresión a la disposición más básica del creyente,
la disposición de gratitud. Los Salmos rebozan de gracias al Señor "Dad gracias a
Jehová! Invocad su nombre! Dad a conocer entre los pueblos sus hazañas" (Salmo
105:1). Y la vida espiritual del creyente del Nuevo Testamento por igual debe
rebozar con gracias. En Efesios 5:20 vemos que dar gracias es una de las formas en
que mostramos nosotros que estamos llenos del Espíritu Santo: "Y no os
embriaguéis con vino, pues en esto hay desenfreno. Más bien, sed llenos del
Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, himnos y canciones espirituales;
cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando gracias siempre por
todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo; y sometiéndoos
unos a otros en el temor de Cristo" (Efesios 5:18-21). Así, pues, deben nuestras
oraciones contener este elemento tan básico. Como dice Pablo una vez más:
"Perseverad siempre en la oración, vigilando en ella con acción de gracias"
(Colosenses 4:2).

Súplica

Como hemos visto, los primeros tres elementos de la oración salen de una
dispocisión obligatoria de parte del creyente. Debemos alabar, debemos confesar
nuestros pecados, debemos dar gracias a Dios. Este último elemento no es tanto un
deber como un privilegio. Cuando los primeros tres elementos de la oración están
en su lugar, se puede también añadir este cuarto elemento. Pero debemos entender
que la súplica depende de una relación correcta con el Señor. Lamentablemente,
muchos reducen la oración a esta cuarta parte.

El Señor claramente nos anima a llevar nuestras peticiones a El. "Pedid, y se os


dará. Buscad y hallaréis. Llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, el
que busca halla, y al que llama se le abrirá" (Mateo 7:7-8). Pero debemos ser
consciente de que hay ciertas condiciones que deben acompañar nuestras
peticiones. Primero, debemos pedir como parte del pueblo de Dios: " Otra vez os
digo que, si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera
cosa que pidan, les será hecha por mi Padre que está en los cielos" (Mateo 18:19).
Lo que Jesús nos enseña aquí es que nuestras peticiones deben surgir de dentro de
la comunidad Cristiana. No se puede usar la oración para el avance personal, sino
para el avance del pueblo de Dios. Si nuestras peticiones personales no pueden ser
apoyadas por la comunidad Cristiana, debemos preguntarnos si en verdad
tenemos en la mente el bien del pueblo o nuestro bien personal.

Segundo, debemos pedir en fe. "Todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo


recibiréis" (Mateo 21:22). Pedir en fe implica más que un simple deseo de que las
cosas que pedimos sean hechas. Implica también fe en Dios. Lo que este pasaje
quiere decir es que todo lo que pedimos en el contexto de la fe, nos será dado.
Cuando oramos en fe, nos sometemos a los propósitos santos de Dios. No buscamos
las cosas nuestras sino las cosas de Dios. Cuando esta fe en Dios da expresión a
nuestras peticiones, no hay nada que Dios nos va a negar. Como dice 1 Juan 5:14,
"Y ésta es la confianza que tenemos delante de él: que si pedimos algo conforme a
su voluntad, él nos oye." Pero muchas veces nuestras peticiones no son formadas
por fe, sino por ambición y interés personal. No debemos creer que Dios nos dará
tales cosas. Como dice Santiago 4:3: "Pedís, y no recibís; porque pedís mal, para
gastarlo en vuestros placeres."

Tercero, debemos pedir en el nombre de Jesús: "Y todo lo que pidáis en mi


nombre, eso haré" (Juan 14:13; vea también 14:14, 15:16, 16:24 y 16:26). El
nombre de Jesús no es una mantra o una palabra mágica que usamos para obligar
a Dios a darnos lo que queremos. Eso sería tomar el nombre de Jesús en vano.
Cuando oramos en el nombre de Jesús, profesamos nuestra comunión con El y
nuestro apoyo para sus propósitos. Cuando oramos en su nombre, estamos orando
por el avance de su causa, y no la nuestra. Estamos diciendo al Señor, "pero no la
voluntad mía, sino la tuya sea hecha." Juan 15:7 nos aclara un poco lo que
significa orar en el nombre de Jesús: "Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y os será hecho." Orar en el nombre
de Jesús implica ser parte de El y cumplir con sus palabras. Cuando nosotros
oramos así de dentro de nuestra relación viva con Jesús, no hay cosa que Dios nos
niegue. Como dice 1 Juan 3:22, "y cualquier cosa que pidamos, la recibiremos de
él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables
delante de él." Peticiones que no son acompañadas por una vida dedicada al Señor
no serán dadas.

D. Modos de la Oración

Después de repasar las distintas formas de la oración, debemos ver también los
distintos modos de orar. Hay dos modos principales de la oración: la oración
verbal y la oración no verbal.

La Oración Verbal

El modo verbal de orar es el modo más conocido y enseñado en la Biblia. Todos los
ejemplos Bíblicos de la oración caen necesariamente en esta categoría (Cómo se
pudiera escribir una oración en lenguas?). Sin duda, la oración verbal es el modo
principal de la oración. Dios quiere que oremos con nuestras mentes. Cuando
Jesús enseña a sus discípulos orar, les enseña una oración verbal (el Padre Nuestro,
Mateo 6:9-13; Lucas 11:2-4). Sus enseñanzas son útiles para entender como
debemos orar verbalmente. Primero, la oración debe ser sincera, saliendo de
nuestros corazones y no de un deseo de ser visto o escuchado. Como dice Jesús:
"Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas
y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto os digo
que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra
la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te
recompensará" (Mateo 6:6). Segundo, debe ser espontanea y cándida, dando
expresión a nuestra relación con Dios y no tratando a Dios como un objeto para ser
manipulado por repeticiones mágicas(6:7-8). Además, debe ser íntima. Cristo nos
da el privilegio de dirigirnos a Dios como Padre mostrando la cercanía del creyente
al trono de Dios. Cuarto, la oración debe "buscar primero el reino de Dios" (6:33).
Como podemos ver, las primeras peticiones son todos dirigidos al avance de los
propósitos de Dios:

Santificado sea tu nombre,

venga tu reino,

sea hecha tu voluntad,

como en el cielo así también en la tierra.

Ultimo, deben buscar de la mano de Dios todas nuestras necesidades materiales y


espirituales. No hay otra fuente de bienestar y salvación. Las últimas tres
peticiones tocan este aspecto:

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros


deudores.

Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.

Así tomando la oración que Jesús enseñó a sus discípulos como modelo, podemos
presentar a Dios oraciones que le agradan.

La Oración No Verbal

Al lado de la oración verbal, las escrituras hablan también de ciertos otros modos
de orar. En 1 Corintios 14:14 Pablo menciona la oración en lenguas: "Porque si yo
oro en una lengua, mi espíritu ora; pero mi entendimiento queda sin fruto." Aquí
Pablo no está hablando de lenguas humanas, porque lenguas humanas involucran
la mente. En este tipo de oración, la mente queda "sin fruto." Este modo de
oración es principalmente para la edificación personal (1 Corintios 14:4), y es apto
para el uso devocional. Pablo lo recomienda a todos los creyentes cuando dice "Así
que, yo quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas" (14:5). Pero prefiere en
la iglesia el uso de "palabras comprensibles" (v.9), para que todos sean
edificados(v.4, 5, 12-17) y esto implica también en la oración. Algunos añaden
Romanos 8:23 y 26 como un modo de oración. Aquí Pablo dice que "asimismo,
también el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades; porque cómo debiéramos
orar, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede con gemidos indecibles." Yo
creo que todo creyente ha experimentado algo de estos gemidos indecibles que el
Espíritu produce en nuestro ser. Muchas veces no sabemos que orar. Tenemos
solamente un sentido de pesar o alegría. Allí el Espíritu Santo intercede por
nosotros, descifrando nuestras necesidades aun antes de que nosotros somos
conscientes de ellas.

E. La Frecuencia de la Oración

La Biblia no nos da prescripciones específicas en cuanto a la frecuencia de la oración.


Lo que Pablo dice es que debemos orar "sin cesar" (1 Tesalonicenses 5:17).
Obviamente, esto no implica que debemos pasar todo el día arrodillado en oración.
Porque Pablo también dice que él que no trabaje, no come (2 Tesalonicenses 3:10). Lo
que Pablo quiere decir son dos cosas. Primero, la vida del creyente debe ser una vida de
comunión continua con el Señor. No debe ser que solo estamos conscientes de nuestra
relación con Dios en momentos de culto o devoción. Debemos tener una comunicación
constante con Dios en todo momento. La oración no se hace solamente arrodillado o
con los ojos cerrados. Nuestra grata conversación con nuestro Dios puede ser en
cualquier momento y con cualquier postura. Segundo, debemos cultivar una vida activa
de oración. Esto implica que momentos de oración deben sazonar nuestras vidas. Es
bueno apartarse cada día para unos momentos de oración sin distracción, donde
podemos estar a solas con nuestro Señor. Así se prepara una tierra fértil para el jardín
devocional

5. Qué es la verdadera oración?

_____________________________________

_____________________________________

_____________________________________

6. Porqué es necesaria la oración?

____________________________________

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_____________________________________

7. Las cuatro formas principales de la oración son:


1)______________2)___________________

3)_______________4)__________________

8. Puede el Cristiano lograr la perfección en esta vida?


Defienda su respuesta:

_____________________________________

_____________________________________

____________________________________

9. Cuáles son los dos modos principales de la

oración? ___________________________

y __________________________________.

10. Cuál es el uso correcto de la oración no-

verbal?______________________________

____________________________________

____________________________________

___________________________________

11. Con cuánta frecuencia debe orar el

Cristiano?____________________________
____________________________________

____________________________________

____________________________________

II. Lectura Bíblica: La Semilla

La oración prepara la tierra del jardín porque pone al creyente en una disposición
correcta, receptiva y fecunda delante del Señor. Pero una vez que la tierra es
preparada, debe ser sembrada. En la parábola del Sembrador, Jesús compara las
semillas que siembra a la palabra de Dios. Donde la semilla de la palabra es
sembrada en tierra fértil, da mucho fruto. Hay muchos testimonios Bíblicos que
nos muestran que la palabra de Dios produce fruto en nuestras vidas, pero uno de
los pasajes más elocuentes es Isaías 55:10-11:

Porque como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven allá sino después
de haber saciado la tierra y de haberla hecho germinar, producir y dar semilla al
que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca: No
volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello
para lo cual la envié.

La palabra de Dios tiene poder para producir fruto en la vida del creyente. Por eso
el creyente debe tener como parte de su rutina devocional una lectura Bíblica
diaria. Porque es allí que encontramos el poder de Dios.

A. La Importancia de la Biblia en la Vida Devocional

Porqué debemos leer la Biblia? La Biblia misma nos da las respuestas. Primero, la
Biblia es inspirada por Dios según 2 Timoteo 3:16. Es decir, lo que encontramos en
las escrituras es la voz viva de Dios. Segundo, la Biblia es la fuente de toda vida.
Jesús dijo: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios (Mateo 4:4). En más que una ocasión, el salmista señala que es la
Palabra de Dios que vivifica (Salmo 119:25,50,93,107,154). Tercero, la Palabra de
Dios es una guía para nuestras vidas (Salmo 119:105). Nos dice claramente como
debemos andar en las circunstancias de la vida. Cuarto, La Palabra Dios nos
limpia de toda maldad. Como dice Hebreos 4:12, "Porque la Palabra de Dios es
viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos. Penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón." La maldad no cabe en un corazón lleno de la palabra de
Dios. Quinto, la palabra nos protege de error. Salmo 119:133 dice, "Afirma mis
pasos con tu palabra; que ninguna iniquidad se enseñoree de mí." Cuando la
Palabra de Dios es activa en nuestro ser, no hay entrada para el diablo.

La Palabra es una parte fundamental de la vida devocional. Proverbios 16:20 nos


avisa: "El que está atento a la palabra hallará el bien, y el que confía en Jehová es
bienaventurado." Si queremos una vida productiva en el Señor, debemos estar
atento a su palabra." Y como Jesús señala en Juan 8:31, "Si vosotros permanecéis
en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres." El verdadero discípulo de Jesús ansiará tener su Palabra
en su corazón y esa Palabra le dará libertad.

B. Como Usar la Biblia en la Vida Devocional

La lectura Bíblica debe formar una parte esencial de nuestras vidas devocionales.
Las siguientes sugerencias les puede ser beneficiosas en su práctica de la lectura
Bíblica.

Lectura Diaria

Nuestra relación con Dios se mejora al ritmo que nosotros nos invertimos en ella.
En las relaciones humanas, tenemos relaciones lejanas con personas que vemos de
vez en cuando, y relaciones cercanas con personas que vemos con más frecuencia.
La frecuencia no garantiza la relación, pero la infrecuencia garantiza que la
relación sea menos intensiva. Nosotros queremos una relación intensiva con
nuestro Dios. Por eso la lectura diaria de la Biblia es algo deseable. El Salmo 1:2
dice del hombre bienaventurado: "en la ley de Jehová está su delicia, y en ella
medita de día y de noche." Las bendiciones de una relación cercana con el Señor
aumentan cuando nosotros caminamos diariamente con El por medio del estudio
de su Palabra.

Lectura Sistemática
Hay una tentación entre todos nosotros de leer las partes de la Biblia que nos
agradan y dejar las partes que encontramos difíciles, chocantes, o aburridas. Pero
la Biblia en su totalidad es la palabra de Dios. Como dice Proverbios 30:5
"Probada es toda palabra de Dios," y Deuteronomio 8:3 nos revela que el hombre
vivirá de "toda palabra que sale de la boca de Dios." Por eso es importante
incorporar un sistema de lectura en su vida devocional. Una de las formas más
sencillas de hacerlo es comenzar con Génesis y leer directamente por la Biblia libro
por libro hasta llegar a Apocalipsis. Como esto nos puede dejar con períodos
largos de lectura seca (en las listas de leyes del Pentateuco, por ejemplo) es quizás
recomendable hacer dos lecturas por día: una del Antiguo Testamento y una del
Nuevo Testamento, osino, alternar las lecturas: un día el Antiguo Testamento y
otro día el Nuevo Testamento.

Lecturas Largas

Muchas veces caemos en la trampa de pensar en la Biblia como un conjunto de


tantos versículos aislados, y así perdemos de la vista la unidad que la Biblia
muestra en todas sus partes. Es recomendable incorporar en su lectura devocional
lecturas largas, de capítulos enteros, y hasta libros enteros, para así captar mejor
el bosquejo general del plan de Dios.

Lectura Abierta

Parte de la vida devocional debe ser la lectura abierta. Con esto quiero decir que
por lo menos en parte de nuestra lectura Bíblica, debemos simplemente abrir
nuestros corazones para recibir instrucción, consuelo, admonición, dirección, o lo
que sea. Debemos abrir la Biblia con la expectativa que Dios nos va a hablar a
nosotros personalmente. Debemos esperar recibir de El algún mensaje directo
para nuestros corazones.

Lectura de Estudio

Otra parte importante de nuestra lectura devocional es el estudio Bíblico. Podemos


usar herramientas para este estudio, como materiales escritos precisamente para
ayudar al estudiante de la Biblia, una concordancia, o una Biblia de Estudio. Estas
herramientas nos ayudan a profundizar nuestro entendimiento de la Biblia.

Así la semilla de la Palabra de Dios es plantada en nuestras vidas, y producirá mucho


fruto en nuestro ser.

12. Cuáles son las cinco razones dadas por las cuales la
lectura Bíblica es importante?
_1)___________________________________________

_2)___________________________________________

_3)___________________________________________

_4)___________________________________________

_5)___________________________________________

13. Puede usted nombrar más razones por las cuales una
lectura Bíblica es importante?

____________________________________

____________________________________

___________________________________

14. Qué es la "lectura abierta"? Porque es importante en la


vida del creyente?

____________________________________

____________________________________

____________________________________

15. Cuál error pretende corregir la lectura

sistemática?__________________________

____________________________________
__________________________________________

III. El Espíritu Santo: Ríos de Agua Viva

Un jardín sin agua es un jardín muerto. El agua es lo que da vida y crecimiento al


jardín para que pueda producir su fruto. Por igual, la presencia del Espíritu Santo
es lo que hace que la semilla de la palabra germine y crezca y produzca fruto en
nuestras vidas. Por eso es importante cultivar la presencia del Espíritu Santo en
nuestras vidas. Tenemos esta promesa del Señor Jesús en Lucas 11:13, "Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenos regalos a vuestros hijos, cuánto más
vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que le pidan?" Dios quiere que
tengamos el Espíritu Santo en nuestras vidas y nos lo ofrece liberalmente. Pero
sabemos que también es posible apagar el Espíritu Santo (1 Tesalonicenses 5:19).
Por eso debemos tomar medidas para fomentar la presencia del Espíritu en
nuestras vidas. Efesios 5:18-22 nos da una indicación de algunas maneras en que
nosotros podemos cultivar la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Y no os embriaguéis con vino, pues en esto hay desenfreno. Más bien, sed llenos del
Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, himnos y canciones espirituales;
cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando gracias siempre por
todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo; y sometiéndoos
unos a otros en el temor de Cristo.

Es importante pedir y buscar la presencia activa del Espíritu Santo en nuestras vidas por
medio de actividades que fomentan su presencia, como cantar, alabar, dar gracias, y
someternos mutuamente. De esta forma alcanzamos no únicamente la presencia del
Espíritu, sino también la llenura del Espíritu. Porque como dice Romanos 8:9, "Si
alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él."

16. Es posible que haya un Cristiano sin el Espíritu

Santo?_______________________

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___________________________________

17. Qué es la llenura del Espíritu Santo? Como y


cuando se la puede lograr?
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IV. Ayuno: Sacando la Hierba Mala

En todo jardín aparece la hierba mala. Un buen jardinero sabe sacar esa hierba
para que no quite vida de las matas sembradas. En nuestras vidas, también vemos
que el pecado siempre viene a tocar nuestras puertas. A veces también logra
sembrarse en nuestras vidas espirituales. Por eso es muy importante tener formas
de quitar esa hierba mala. Hemos ya hablado de la importancia de la confesión en
la oración, y también de la protección que nos da la Palabra de Dios. Otro medio
que podemos usar para la limpieza espiritual es el ayuno.

A. El Ayuno en la Biblia

El ayuno es mencionado 61 veces en la Biblia. La gran mayoría de las instancias


aparecen en el Antiguo Testamento. La primera mención del ayuno se encuentra
en Jueces 20:26. Allí vemos las once tribus de Israel consultando con Jehová
después de una derrota frente a su tribu hermana Benjamín. Después de dos
derrotas contundentes a las manos de la tribu de Benjamín, las demás tribus se
congregan delante el Señor para pedir su dirección. En el buscar de la voluntad de
Dios, los Israelitas ayunan. Aquí en la primera mención del ayuno vemos algunos
de los elementos básicos del ayuno en el Antiguo Testamento. El ayuno ocurre en
momentos de gran crisis. Aquí, por ejemplo, Israel contemplaba la completa
destrucción de una de sus tribus hermanas. Además, habían sufrido dos derrotas
severas por haber tratado de limpiar el mal de su tierra. En ese momento de
confusión y dolor, ayunaban.

También vemos aquí que el ayuno ayuda buscar la voluntad de Dios. Cuando es
importante saber la voluntad de Dios, pero Dios no ha hablado, el ayuno enfoca el
espíritu del hombre en el divino, y así lo hace más receptivo a la voz del Señor.
Vemos este aspecto también en 2 Crónicas 20:3, donde el rey Josafat proclama
ayuno para consultar a Jehová.

Otro aspecto claro del ayuno se encuentra en otros pasajes del Antiguo
Testamento. El ayuno acompaña el arrepentimiento y confesión del pecado. Este
aspecto vemos, por ejemplo, en el arrepentimiento nacional de Israel en 1 Samuel
7:6, en el arrepentimiento nacional de Nehemías 9:1-2, y en la confesión de Daniel
9:3.

También vemos que el ayuno acompaña peticiones fervientes. Después de que


David pecó contra Jehová con Betsabé, Dios puso como castigo la muerte del niño
que nació de su relación ilícita. David entonces buscaba con lagrimas y ayuno la
vida del infante. La cual le fue negado (2 Samuel 12:14-23). Este fue el caso
también con la protección que Esdras y los Israelitas pidieron de Jehová en su
camino desde el exilio en Babilonia hacia la tierra de Israel (Esdras 8:21).

Pero el Antiguo Testamento también nos da una lección importante en cuanto al


ayuno. El ayuno lleva al creyente a una transformación de actitud y de vida. Esto
vemos en Isaías 58:5-7

Es éste el ayuno que yo escogí: sólo un día en que el hombre se aflija a sí mismo?
Acaso el doblegar la cabeza como junco y el acostarse sobre cilicio y ceniza es lo
que llamáis ayuno y día agradable para Jehová? No consiste, más bien, el ayuno
que yo escogí, en desatar las ligaduras de impiedad, en soltar las ataduras del yugo,
en dejar libres a los quebrantados y en romper todo yugo? No consiste en
compartir tu pan con el hambriento y en llevar a tu casa a los pobres sin hogar?
No consiste en cubrir a tu prójimo cuando lo veas desnudo, y en no esconderte de
quien es tu propia carne?

Lo que Dios enseña al pueblo aquí es que el ayuno es de poca importancia si no


resulta en un cambio de vida. Es bueno ayunar, es bueno arrepentirse del pecado,
pero arrepentirse sin eliminar el pecado de su vida es una práctica vacía y sin
valor. El arrepentimiento debe llevarnos a acciones de justicia y santidad.

En el Nuevo Testamento vemos que Jesús practicaba el ayuno (Mateo 4:2) y


aceptaba la práctica del ayuno. En Mateo 6:16-18 el dice que el ayuno no debe ser
oportunidad de demostraciones públicas. Si ayunamos para que otros nos vean y
nos alaben, el ayuno es vano, y ocasión de pecado. También Jesús dice que en su
presencia sus discípulos no ayunaban, pero en su ausencia ayunarían. Vemos que
esto ocurrió en la vida de la iglesia primitiva. Allí parece que los Cristianos
ayunaban como parte regular de su servicio al Señor (Hechos 13:2-3; 14:23).
También puede ser que Pablo practicaba el ayuno (2 Corintios 6:5; 11:27: la
palabra ayuno en estos pasajes también pudiera ser traducida "hambre").

B. El Propósito del Ayuno para el Cristiano Evangélico

Debe el Cristiano Evangélico practicar el ayuno? Desde sus primeros días la iglesia
Cristiana ha practicado el ayuno como parte regular de su servicio al Señor. El
ayuno tiene, pues, una larga tradición adentro de la comunidad Cristiana. El
ayuno también puede ser de provecho para el Cristiano si conforme a los
principios Bíblicos del ayuno. Cuales son?

1. En su base, el propósito del ayuno es negarle a la carne sus deseos. Como dice
Gálatas 5:17, "el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra
la carne." El ayuno es una forma de controlar los deseos de la carne para así dar
lugar al Espíritu. Pero debemos tener cuidado aquí. El cuerpo no es la carne, ni
tampoco la carne el cuerpo. Pero la carne, que es la fuerza y el poder del pecado,
concentra sus ataques en nuestros cuerpos, utilizando funciones naturales como
comida, sueño, el sexo, etc., para empujarnos al pecado. El ayuno, pues, se enfoca
en uno de estas funciones, el comer, para así lograr dominio sobre la carne, y así
lograr templanza en la vida del creyente.

2. El ayuno es estrechamente ligado con el arrepentimiento del pecado. En la


mayoría de las veces citadas en la Biblia, el ayuno es practicada como respuesta al
pecado cometido o un posible pecado. Su propósito parece ser mostrar sinceridad
en la búsqueda de pureza espiritual.

3. El ayuno demuestra un sincero deseo de conocer la voluntad de Dios. Su


practica parece ayudarnos suprimir las distracciones del cuerpo para así
enfocarnos en la voz de Dios.

4. El ayuno eficaz resulta en un cambio de vida.

Si el ayuno es practicado con estos propósitos, puede ser de mucho provecho para el
creyente. La meta principal es mantener nuestros jardines espirituales libres de la hierba
mala del pecado que puede quitar fuerza y crecimiento del árbol espiritual.

18. Según la Biblia, cuáles son los cinco usos del


ayuno?_1)_________________________________

_2)___________________________________

_3)___________________________________

__4)__________________________________

__5)__________________________________

19. Es el ayuno una obligación para el creyente?

_______________Porqué?___________________

___________________________________

____________________________________

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20. Explique en sus propias palabras el significado de


Isaías 58:5-7.

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V. Buenas Obras: El Fruto

La Biblia nos anima a hacer buenas obras. Tito 3:14 dice: "Y aprendan los
nuestros a dedicarse a las buenas obras para los casos de necesidad, con el fin de
que no sean sin fruto." Y Hebreos 10:24 nos aconseja: "Considerémonos los unos a
los otros para estimularnos al amor y a las buenas obras." Las disciplinas
espirituales no son completas si no incluyen el fruto: las buenas obras. Si nuestras
vidas espirituales no produzcan el fruto de las buenas obras, el proceso ha caído.
Es importante que nuestras vidas sean una clara muestra de la presencia del Señor
en ellas.

A. El Lugar de las Buenas Obras en la Vida Cristiana

Pero debemos ser claros en que las buenas obras no son productos nuestros, sino
son el producto de la presencia divina en nuestro ser. Como dice Efesios 2:10,
"Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas
obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (énfasis
añadido). El árbol produce fruto, y en cierto sentido se puede decir que el fruto es
suyo. Pero cuando examinamos el proceso, vemos que el árbol es un instrumento
del proceso, pero no es el proceso en sí. El árbol necesita tierra, agua, sol,
polinización para poder producir fruto. Así también, las obras son nuestras, pero
son el resultado de un proceso que incluye muchos factores que son externos a
nosotros. Las buenas obras están estrechamente ligadas con nuestra salvación,
pero no como nosotros muchas veces pensamos. Las buenas obras no son causa de
la salvación, porque "es evidente que por la ley nadie es justificado delante de
Dios" (Gálatas 3:1), sino son resultado de la salvación. Las buenas obras no nos
salvan, sino producimos buenas obras porque somos salvos. Como hemos visto,
Dios ha preparado estas buenas obras para que anduviésemos en ellas. Cristo
también hace claro que la fuente de nuestras buenas obras no es nosotros mismos,
sino nuestra relación con El.

"Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como la rama no puede llevar fruto por sí


sola, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo
soy la vid, vosotros las ramas. El que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho
fruto. Pero separados de mí, nada podéis hacer. (Juan 15:4-5)
Debemos examinar nuestras vidas para ver si Dios está produciendo fruto en
nosotros. Si no hay fruto en la vida del creyente, hay algo equivocado. Debemos
volver a examinar nuestra relación con Jesús, para asegurarnos que estamos
permaneciendo en el, porque separado de El, no podemos hacer nada! Por otro
lado, donde nuestra relación con el Señor está en buenas condiciones, el fruto de
las buenas obras saldrán de nuestras vidas tan naturalmente y espontáneamente
como el pámpano de la vid.

B. Cuáles Son las Buenas Obras?

Cuáles son, pues, las buenas obras que debemos hacer? No hay forma de
determinarlo por seguro, porque las posibilidades son muchas. Pero deben
conformarse a un principio básico. Deben cumplir con la ley de Dios. Nosotros no
estamos bajo ley, sino gracia. Esto no quiere decir que no hay ley en la vida Cristiana.
Por ejemplo, Pablo puede hablar de "la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús," y que
"la justa exigencia de la ley . . . cumplida en nosotros," y que "el que ama al prójimo ha
cumplido la ley," y que "el amor es el cumplimiento de la ley" y que él no estaba "sin la
ley de Dios, sino en la ley de Cristo," y "Sobrellevad los unos las cargas de los otros y
de esta manera cumpliréis la ley de Cristo." La ley de Moisés, como ley externa, no
tiene el poder de salvarnos. Pero cuando estamos por fe viviendo en Cristo Jesús por
medio del Espíritu Santo, la ley de Dios está escrita en nuestros corazones, y llega a ser
parte de nuestro ser. La ley no está afuera de nosotros, acusandonos y esclavizandonos
al pecado, sino está adentro de nosotros, animandonos y librandonos del pecado. Y
nuestras obras darán expresión a esa ley divina. Se puede reducir esta ley a dos
preceptos -- Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda
tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a él:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la
Ley y los Profetas (Mateo 22:37-40). O de una forma más sencilla aun: todo lo que
queráis que los hombres hagan por vosotros, así también haced por ellos, porque esto es
la Ley y los Profetas (Mateo 7:12). A base de la ley es el amor de Dios, cuando ese
amor se hace presente y evidente en nuestras vidas, las buenas obras se cumplen y
nuestras vidas están llenas de frutos agradable para nuestro Señor.

21. Pueden las buenas obras contribuir a nuestra

salvación? __________ Explique:______________

_________________________________________

________________________________________

________________________________________
22. Nombre cuatro buenas obras que usted puede
hacer como parte de la vida Cristiana y explique
porque demuestran el amor de Dios.

_1) ____ ______________________________

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__2) _________________________________

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__3)__________________________________

_______________________________________

__4) ___________________________________

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Conclusión

Cómo está tu jardín? Está en buenas condiciones? Está danto fruto? Si no,
concentrate en practicar una vida devocional más activa y disciplinada, y el Señor
responderá, haciendo de ti un verdadero huerto de Edén.

NOTAS
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1. Los pasajes aquí señalados incluyen referencias explicitas a la oración. Hay


otros pasajes también que implican la oración pero no usan la palabra orar. Por
ejemplo, en varias ocasiones Jesús manda a sus discípulos a pedir del Padre en su
nombre y se les sera dado (Mateo 7:7-11)

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