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DISFORIA DE GENERO EN NIÑOS

La disforia de género, o transexualidad (como se conocía hasta ahora) es “el


sentimiento de incomodidad que tienen algunas personas respecto al propio sexo”.

Esta incomodidad además parte de que la persona tiene la convicción de que su


identidad como persona y su identidad sexual no coincide con el sexo anatómico.
Los síntomas aparecen pronto, pero no han de confundirse por el hecho de que
niños de incluso tres años presenten comportamientos “poco comunes en lo que se
entiende por un comportamiento masculino o femenino. Que a un niño le gusten las
muñecas o a una niña el fútbol no tiene por qué ser señal de estar frente a una
disforia de género.

CUANDO EL SÍNTOMA GENERA SUFRIMIENTO


Los síntomas se convierten en diagnóstico “cuando el malestar y la incomodidad
son muy intensos, se mantienen en el tiempo, hacen sufrir muchísimo a la persona
que lo padece y los llamados comportamientos atípicos son intensos”, añadiendo
que “al llegar a la adolescencia sienten esa incomodidad como algo que realmente
les perturba en la vida y no les permite ser los mismos, pues la clave es ese malestar
profundo con el propio cuerpo”.

Claves del tratamiento: respeto y sensibilidad

1. El punto de partida es el respeto por los sentimientos y deseos de la persona que


acude a la consulta”. Respeto humanitario y médico.

2. Actitud de prudencia, “porque es un tema complejo y cada individuo es único”.


Además, la evolución de estas conductas atípicas varía mucho y por lo tanto hay
que tenerlo en cuenta.

3. El objetivo es aliviar el sufrimiento, la incertidumbre y la inseguridad; apoyar a


este niño o a este joven en este proceso de búsqueda personal, de manera que
contribuya a su adaptación en el colegio, en la vida social, en la familia.

4. Paliar los sentimientos de soledad y aislamiento, pues muchas veces solo van a
contar lo que sienten al médico cuando establecen una relación de confianza básica.

5. Transmitir que se puede ser feliz siendo como uno es y que todos somos distintos.

6. Tratar un posible cuadro de angustia, obsesivo o del tipo que sea porque “hay
casos en los que al tratar este cuadro la disforia desaparece también debido a que
esos estados pueden generar dudas acerca de todo”.
7. Asesorar a los padres “para que entiendan lo que sucede”. Y en el caso de que
se confirme que es una disforia de género, “que entiendan que es algo que él o ella
no ha elegido, sino con lo que se ha encontrado”,

CRITERIOS DIAGNOSTICOS DE LA DISFORIA DE GENERO EN NIÑOS

A. Una marcada incongruencia entre el sexo que uno siente o expresa y el que
se le asigna, de una duración mínima de seis meses, manifestada por un
mínimo de seis de las características siguientes (una de las cuales debe ser
el Criterio Al)
1. Un poderoso deseo de ser del otro sexo o una insistencia de que él o ella es
del sexo opuesto (o de un sexo alternativo distinto del que se le asigna).

2. En los chicos (sexo asignado), una fuerte preferencia por el travestismo o por
simular el atuendo femenino; en las chicas (sexo asignado), una fuerte
preferencia por vestir solamente ropas típicamente masculinas y una fuerte
resistencia a vestir ropas típicamente femeninas.

3. Preferencias marcadas y persistentes por el papel del otro sexo o fantasías


referentes a pertenecer al otro sexo.

4. Una marcada preferencia por los juguetes, juegos o actividades habitualmente


utilizados o practicados por el sexo opuesto.

5. Una marcada preferencia por compañeros de juego del sexo opuesto.

6. En los chicos (sexo asignado), un fuerte rechazo a los juguetes, juegos y


actividades típicamente masculinos, así como una marcada evitación de los
juegos bruscos; en las chicas (sexo asignado), un fuerte rechazo a los juguetes,
juegos y actividades típicamente femeninos.

7. Un marcado disgusto con la propia anatomía sexual.

8. Un fuerte deseo por poseer los caracteres sexuales, tanto primarios como
secundarios, correspondientes al sexo que se siente.

B. El problema va asociado a un malestar clínicamente significativo o a un


deterioro en lo social, escolar u otras áreas importantes del funcionamiento.
DESARROLLO Y CURSO
En los niños derivados a la consulta el comienzo de las conductas de cambio de
sexo ocurre generalmente entre los 2 y 4 años. Comienzo temprano en edad
preescolar.

DIAGNOSTICO DIFERENCIAL

• Inconformidad con los roles sexuales


• Trastorno de travestismo
• Trastorno dismórfico corporal
• Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos
• Otras presentaciones clínicas

Disforia de Género en adolescentes y adultos según el DSM-5


Criterios Diagnósticos:
A. Una marcada incongruencia entre el sexo que uno siente o expresa y el que se
le asigna, de una duración mínima de seis meses, manifestada por un mínimo de
dos de las características siguientes:
1. Una marcada incongruencia entre el sexo que uno siente o expresa y sus
caracteres sexuales primarios o secundarios (o en los adolescentes jóvenes,
los caracteres sexuales secundarios previstos).
2. Un fuerte deseo por desprenderse de los caracteres sexuales propios
primarios o secundarios, a causa de una marcada incongruencia con el sexo
que se siente o se expresa (o en adolescentes jóvenes, un deseo de impedir
el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios previstos).
3. Un fuerte deseo por poseer los caracteres sexuales, tanto primarios como
secundarios, correspondientes al sexo opuesto.
4. Un fuerte deseo de ser del otro sexo (o de un sexo alternativo distinto del que
se le asigna)
5. Un fuerte deseo de ser tratado como del otro sexo (o de un sexo alternativo
distinto del que se le asigna).
6. Una fuerte convicción de que uno tiene los sentimientos y reacciones típicos
del otro sexo (o de un sexo alternativo distinto del que se le asigna)
B. El problema va asociado a un malestar clínicamente significativo o a un deterioro
en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento,
Especificar si:
Con un trastorno de desarrollo sexual (p. ej., un trastorno adrenogenital
congénito como 255 2 (E25.0) hiperplasia adrenal congénita o 259.50 (E34.50]
síndrome de insensibilidad androgénica).
Nota de codificación: Codificar el trastorno del desarrollo sexual y la disforia de
género.
Especificar si: Postransición: El individuo ha hecho la transición a una vida de
tiempo completo con el sexo deseado (con o sin legalización del cambio de sexo) y
se ha sometido (o se está preparando para someterse) por lo menos a una
intervención o tratamiento médico de cambio de sexo, por ejemplo, un tratamiento
continuo con hormonas del sexo opuesto o a una intervención quirúrgica de cambio
de sexo para confirmar el sexo deseado (p. ej, penectomia, vaginoplastia en un
individuo nacido hombre, mastectomía o faloplastia en una paciente nacida mujer).

La disforia de género es un fenómeno complejo que afecta a personas de todas las


edades, incluyendo adolescentes y adultos. Se refiere a la angustia psicológica y
emocional experimentada cuando la identidad de género de una persona no
coincide con el sexo asignado al nacer. Este ensayo proporcionará una visión
general de la disforia de género, su manifestación en adolescentes y adultos, así
como las implicaciones psicológicas y el tratamiento disponible.
En primer lugar, es fundamental entender la diferencia entre sexo y género. El sexo
se refiere a las características biológicas, como los órganos reproductivos, mientras
que el género es una construcción social y psicológica que define las expectativas
y roles asociados a ser hombre o mujer en una sociedad determinada.
La disforia de género se manifiesta de diversas formas en adolescentes y adultos.
En adolescentes, suele comenzar a manifestarse durante la pubertad, cuando los
cambios físicos pueden acentuar la incongruencia entre su identidad de género y
su cuerpo. Los adolescentes pueden experimentar ansiedad, depresión, aislamiento
social y problemas académicos como resultado de la disforia de género. También
pueden manifestar una fuerte necesidad de vivir de acuerdo con su identidad de
género, lo que puede incluir el deseo de hormonoterapia o cirugía de reasignación
de género en el futuro.
En adultos, la disforia de género puede persistir desde la adolescencia o emerger
más tarde en la vida. La falta de aceptación social y familiar, así como la
discriminación, pueden contribuir a un mayor malestar. Los adultos con disforia de
género pueden experimentar altos niveles de estrés, depresión y ansiedad, lo que
puede afectar negativamente su calidad de vida y bienestar emocional.
Es importante señalar que el tratamiento de la disforia de género puede variar según
las necesidades individuales. Algunas personas optan por la terapia de conversión
de género, que puede incluir terapia hormonal o cirugía de reasignación de género,
mientras que otras pueden elegir no hacerlo. La terapia de apoyo psicológico es
esencial en el proceso, ya que puede ayudar a las personas a manejar la angustia
emocional y a tomar decisiones informadas sobre su transición de género.
En conclusión, la disforia de género es un desafío significativo para adolescentes y
adultos que experimentan una incongruencia entre su identidad de género y su sexo
asignado al nacer. Esta angustia puede tener repercusiones psicológicas graves,
incluyendo ansiedad y depresión. El tratamiento debe ser individualizado y puede
incluir terapia de apoyo psicológico y opciones médicas como la hormonoterapia o
la cirugía de reasignación de género. La comprensión, el apoyo y la aceptación
social son cruciales para el bienestar de las personas que experimentan disforia de
género.

ORIENTACIÓN SEXUAL

La orientación sexual es una atracción emocional, romántica, sexual o afectiva


duradera hacia otros. Se distingue fácilmente de otros componentes de la
sexualidad que incluyen sexo biológico, identidad sexual (el sentido psicológico de
ser hombre o mujer) y el rol social del sexo (respeto de las normas culturales de
conducta femenina y masculina).

La orientación sexual existe a lo largo del continuo que va desde la heterosexualidad


exclusiva hasta la homosexualidad exclusiva e incluye diversas formas de
bisexualidad. Las personas bisexuales pueden experimentar una atracción sexual,
emocional y afectiva hacia personas de su mismo sexo y del sexo opuesto. A las
personas con una orientación homosexual se las denomina a veces gay (tanto
hombres como mujeres) o lesbianas (sólo a las mujeres).

La orientación sexual es diferente de la conducta sexual porque se refiere a los


sentimientos y al concepto de uno mismo. Las personas pueden o no expresar su
orientación sexual en sus conductas.

TIPOS DE ORIENTACIÓN SEXUAL

• Heterosexual: atraída solo o casi solo al otro sexo (masculino/femenino)


binario.
• Gay: atraída solamente o casi solamente a aquellas del mismo sexo.
• Bisexual: atraída tanto a personas de su propio sexo binario y a aquellas
del otro sexo binario.
• Pansexual: atraída a personas de cualquier género o identidad sexual.
• Demisexual: atraída solo después de establecer una conexión emocional
o romántica.
• Asexual: no siente atracción sexual hacia ninguna persona.
• Auto sexual: siente atracción sexual hacia sí mismo.
• Antro sexual: siente atracción sexual hacia las personas
independientemente de su género o identidad sexual.

¿Puede la terapia cambiar la orientación sexual?

No, aun cuando la mayoría de los homosexuales viven vidas felices y exitosas,
algunas personas homosexuales o bisexuales pueden buscar un cambio en su
orientación sexual a través de la terapia, a menudo como resultado de coacción por
parte de miembros de su familia o grupos religiosos. La realidad es que la
homosexualidad no es una enfermedad. No requiere tratamiento y no puede
cambiarse. Sin embargo, no todas las personas gay, lesbianas y bisexuales que
buscan la ayuda de un profesional de salud mental desean cambiar su orientación
sexual. Las personas gay, lesbianas y bisexuales pueden buscar ayuda psicológica
con el proceso de la revelación de su orientación sexual o el desarrollo de
estrategias para lidiar con el prejuicio, pero la mayoría opta por la terapia por los
mismos motivos y problemas de la vida que conducen a las personas
heterosexuales a la consulta de los profesionales de la salud mental.

¿Es la homosexualidad una enfermedad mental o un problema emocional?


No. Los psicólogos, psiquiatras y otros profesionales de la salud mental concuerdan
en que la homosexualidad no es una enfermedad, un trastorno mental ni un
problema emocional. Más de 35 años de investigación científica objetiva y bien
diseñada han demostrado que la homosexualidad, en sí misma, no se asocia con
trastornos mentales ni problemas emocionales o sociales. Se creía que la
homosexualidad era una enfermedad mental porque los profesionales de la salud
mental y la sociedad tenían información tendenciosa.

En el pasado, los estudios sobre personas gay, lesbianas y bisexuales incluían sólo
aquellos bajo terapia, creando así una tendencia en las conclusiones resultantes.
Cuando los investigadores examinaron los datos sobre dichas personas que no
estaban bajo terapia, se descubrió rápidamente que la idea de que la
homosexualidad era una enfermedad mental no era cierta.

En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría confirmó la importancia de una


investigación nueva y mejor diseñada y suprimió a la homosexualidad del manual
oficial que detalla los trastornos mentales y emocionales. Dos años después, la
Asociación Americana de Psicología promulgó una resolución apoyando esta
supresión.
DIVERSIDAD DE GENERO

La diversidad de género hace referencia a la variedad de formas de identificarnos y


expresarnos que las personas podemos tener respecto a cómo nos sentimos como
hombres o mujeres. Esta diversidad abarcaría tanto a aquellas personas que son
hombres o mujeres muy tradicionales como aquellas que no lo son tanto, por
ejemplo, desde hombres muy masculinos o a los que se expresan de forma
afeminada, desde mujeres muy femeninas a aquellas que se expresan de forma
masculina. La diversidad de género, cuando hablamos de menores, es un término
inclusivo y general que recoge realidades denominadas en la actualidad como:
menores transgéneros, menores con expresiones de género flexible y creativo,
menores con género variante, menores transexuales, menores con
comportamientos de género no normativos o no convencionales, menores con roles
de géneros diversos, etc.

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