La polipíldora del CNIC mejora el pronóstico de los pacientes
que han sufrido un infarto
Este fármaco español combina aspirina, estatinas y un inhibidor de la enzima
convertidora de angiotensina
La polipíldora desarrollada por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares
(CNIC) es un medicamento eficaz para el tratamiento de pacientes que han sufrido una patología cardiovascular.
Después de la covid, la pérdida de calidad asistencial ha derivado en un aumento de la
mortalidad por razones cardiovasculares. Factores como la reducción de los programas de prevención, los cambios en el estilo de vida motivados por el confinamiento y el abandono de la continuidad asistencial han influido en el deterioro de la salud cardiovascular de muchos pacientes.
En España, la polipíldora desarrollada por el CNIC podría ser un tratamiento eficaz de
prevenir eventos cardiovasculares. Compuesto por aspirina, estatina, atorva y ramipril, este fármaco reduce casi en un veinticinco por ciento la posibilidad de sufrir nuevos paros cardiacos.
Los beneficios de la polipíldora se reflejan en el estudio NEPTUNO, cuyos resultados
demuestran que los pacientes tratados con esta medicación tienen un riesgo menor de sufrir eventos cardiovasculares que aquellos que reciben medicamentos idénticos por separado. El estudio SECURE, liderado por el doctor Valentín Fuster, Director médico del Hospital Monte Sinaí, apuntala estas conclusiones. Los resultados de su investigación han demostrado que la ingesta de la polipíldora favorece la reducción de los eventos cardiovasculares en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio.
En los ensayos clínicos realizados en fechas recientes, los medicamentos disponibles
para tratar enfermedades cardiacas mostraron una eficacia que oscilaba entre el quince y el veinte por ciento. El tratamiento con polipíldora reduce en un veinticuatro por ciento la posibilidad de sufrir complicaciones cardiovasculares mayores y en un treinta y tres por ciento la tasa de mortalidad, demostrando una efectividad extraordinaria, en comparación con los medicamentos disponibles hasta la fecha.
Esta medicación permite optimizar la atención sanitaria y simplifica mucho el
tratamiento, puesto que el paciente solo tiene que tomar una pastilla que sirve para remodelar el ventrículo, estabilizar la placa y antiagregar las plaquetas. La facilidad de administración ayuda a reducir la mortalidad y a fomentar la adherencia al tratamiento, dos aspectos clave en el desarrollo de cualquier enfermedad.
A pesar de que la polipíldora se puede prescribir en cualquier momento del recorrido
asistencial, se recomienda recetarla tras el alta del paciente, que se encuentra más receptivo y con plena consciencia de que ha sufrido un problema de salud grave. En esta fase, los niveles de adherencia al tratamiento son más altos, lo que ayuda a establecer una cultura preventiva eficaz.
La polipíldora representa una gran oportunidad para fomentar la adherencia al
tratamiento y el gran reto que se plantea es protocolizar su prescripción tras el alta hospitalaria de los pacientes con síndrome coronario agudo.