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CRÍTICA:

Pedos y mentiras
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IGNACIO ECHEVARRIA

4 OCT 2003

No hace mucho que el nombre de Efraim Medina Reyes (Cartagena de Indias, NEWSLETTERS
Recibe el boletín de Babelia
1969) asomó a las páginas de este suplemento. Fue en un número dedicado, el
pasado mes de julio, a la actual literatura colombiana, dentro de la cual la figura
de Efraim Medina constituye un caso muy particular, debido más que nada a la ARCHIVO

actitud provocadora, casi pendenciera, que este autor mantiene con respecto al
SECCIONES
medio cultural de su país. Una actitud que se sustenta en agresivas
PRIMERA INTERNACIONAL ESPAÑA
declaraciones, poses exhibicionistas y toda suerte de estridencias, empezando
ECONOMÍA OPINIÓN VIÑETAS
por los títulos de sus últimas novelas: Érase una vez el amor pero tuve que
SOCIEDAD CULTURA GENTE
matarlo (2001), Técnicas de masturbación entre Batman y Robin (2002) o,
DEPORTES PANTALLA AUTONOMÍAS
inminente ya, Sexualidad de la Pantera Rosa.
ESPECTACULOS ÚLTIMA

EDICIONES
TÉCNICAS DE MASTURBACIÓN A Efraim Medina le complace
ENTRE BATMAN Y ROBIN presentarse como -ejem- "un escritor
ANDALUCÍA CATALUÑA C. VALENCIANA

MADRID PAÍS VASCO


Efraim Medina Reyes neoyorquino nacido en Cartagena". No
le acaba de gustar, sin embargo, que lo SUPLEMENTOS
Destino, Barcelona, 2003
comparen -como suele hacerse- a BABELIA EL VIAJERO
310 páginas. 17 EUROS
Bukowski. Eso le pasa, dice él, "por
decir y escribir palabrotas, por beber y
culear, por tirarse pedos y dar trompadas", y por escribir RECIBA EL PERIÓDICO EN SU CASA »
MÁS INFORMACIÓN
con desinhibición sobre todo ello. Poeta y cuentista
"Soy un escritor
pasajero. No estoy notable, además de novelista, Efraim Medina, que ya ATENCIÓN AL CLIENTE
aquí para empezó a publicar por los ochenta, hace gala del
permanecer" Teléfono: 902 20 21 41
polifacetismo que hoy parece condición de todo artista
Nuestro horario de atención al cliente es de 9 a
prometedor: ha escrito y dirigido vídeos y piezas de teatro, 14 los días laborables
ha sido letrista y bajista de una banda musical, y se ufana, tanto o más que de sus Formulario de contacto »
libros, de sus 15 peleas como boxeador amateur.
HEMEROTECA

El "chico malo" de la literatura colombiana, como ha sido etiquetado por algunos Consulta la hemeroteca de El País »
(al parecer sin rubor), ha obtenido en su país dos premios nacionales, el último
concedido en 1997 a Érase una vez el amor... Un libro éste muy llamativo, ARCHIVOS DE PORTADAS

seguramente mejor que el que aquí se reseña, y que en Colombia atizó la ¦


EL PAÍS
polémica en torno a un escritor siempre dispuesto a alentarla, pues ya en 1990,
¦
EL PAÍS Semanal
dicen, la edición íntegra de uno de sus libros de poemas (apenas cien ejemplares,
no vaya a pensarse) fue objeto de una quema pública por parte de un grupo de ¦
El Viajero
feministas.
» Top 50
LO MÁS VISTO EN...

Publicado por Feltrinelli hace pocos meses, el avasallador éxito que ha obtenido
EL PAÍS Twitter Verne Vídeos
recientemente en Italia Érase una vez el amor... ha desatado en otros países de
Europa, entre ellos España, el interés por su autor, a quien, entretanto, el éxito ESPAÑA AMÉRICA BRASIL CATALUÑA

está volviendo cada vez más lenguaraz, y que parece conforme con que lo Extremadura se ahoga

presenten -ay- como una suerte de escritor de culto para los más jóvenes, El entrenador de Garbiñe Muguruza deja a la
enésimo practicante de esa extraña pero cada vez más común especie de tenista en mitad de un descanso: “Que te jodan”

literatura destinada a quienes no les gusta leer (y que se toca por los extremos, ¿Quién es y dónde está la misteriosa mujer que
heredó la mansión y la fortuna de Freddie Mercury?
valga decirlo, con esa también extraña pero igualmente común e insufrible
Muere el juez de Barcelona que investigaba el
especie de literatura destinada a quienes les gusta que les guste leer). referéndum del 1-O

Una bola de fuego “convierte la noche en día” por


un instante en el sureste de España
Cuanto va dicho sirve, casi tanto como el libro mismo, para saber a qué atenerse
Viaje al país de la nueva soledad
con Técnicas de masturbación entre Batman y Robin. La novela comienza con
una tralla de sentenciosas reflexiones sobre la mecánica del amor y la guerra de Así es el gigante mexicano que se ha comido los
restaurantes VIPS
los sexos. Son máximas de tocador (por ahí asoma Cioran), en las que prevalece
Cuando los portugueses asombraban al mundo con
una recalcitrante misoginia que constituye tanto una forma de provocación como sus barcos, cañones y ferocidad
-con solapada coquetería- el dolido residuo de un desgarrado romanticismo. El Negra nostalgia
resto de la novela abunda en el mismo acorde a través de una serie de Tensión e insultos en el acto de Ciudadanos en
ocurrencias y ejercicios de estilo (parodias de manuales de autoayuda, no Alsasua en apoyo a la Guardia Civil

exentas de gracia; guiones de vídeo, artículos de fanzine, cartas) en cuyos


entresijos apenas prospera una escuálida trama narrativa por medio de la cual
sabemos de las cuitas existenciales de Sergio Bocafloja, de sus amores difíciles y
de su pandilla de amigos.

Costumbrismo de la amistad, ética de la camaradería, estética del fracaso,


retórica y kitsch de la autenticidad... Tremendismo urbano, épica de la
marginalidad, ecumenismo sexual ("¿quién rayos no es gay?")... Precocidad y
desesperación, "furia y desazón", arrogancia y quejido. Y, como no, las
convenientes dosis de violencia y drogas y rocanrollo... Todo ello envuelto en un
lenguaje presuntamente desinhibido, que halla una excitación infantil en las
referencias escatológicas (pedos y eructos por doquier) y que alterna el
antiintelectualismo y el descaro con la más filosófica gravedad, la rudeza y la
boutade con la empalagosa pedagogía de un consultorio sentimental, la
humorada con el más arrebatado lirismo...

Quizá en Colombia, donde el sol tarda más en ponerse, un artefacto de este tipo
pueda suscitar aún escándalo o sorpresa. En España se alinea mansamente con
la prole ya muy menguante de lo que se dio por llamar la joven narrativa de los
noventa. No es azaroso que Medina Reyes sea publicado por Destino, un sello en
cuyo catálogo languidecen algunos de los títulos más representativos de aquella
ola efímera, en la que se destacaron nombres como los de Mañas, García Valiño,
Mestres o Lucía Etxebarría (quien, por cierto, también en su día lució
públicamente sus carnes, aunque no, como Efraim Medina, en la portada de su
libro, no llegó a tanto).

Resulta casi conmovedora la forma en que Efraim Medina saca a relucir sus
talentos, que no son pocos, pero que pone sobre la mesa como cartas boca
arriba, sin que haya modo así de armar una partida. Toda esa tramoya dedicada a
incrustar, mimetizándolos o parodiándolos, lenguajes ajenos al orden literario,
consigue a veces efectos chocantes, sobre todo chistosos, pero es heredera de
un seudoexperimentalismo ya muy caduco, en el que el ensayo de estructuras
supuestamente nuevas y el fragmentarismo son recursos con razón
sospechosos de distraer al lector de la inanidad de lo que en definitiva se cuenta.
En este sentido, Técnicas de masturbación... no va más allá, narrativamente, de lo
que se declara en sus aforismos iniciales. Todo lo demás son digresiones más o
menos entretenidas.

Queda al fondo de un libro así, incluso de una actitud literaria y personal como la
que Efraim Medina encarna, el problema de la autenticidad, a la que ya se ha
hecho mención. La autenticidad, sí, que tan erróneamente tiende a equipararse a
la verdad, otorgándole un valor moral. Bajo la vigilancia y la expectativa de
Europa, la narrativa hispanoamericana ha encarnado, con sucesivos disfraces,
ese mito de la autenticidad. El realismo mágico que tanto encabrona a Efraim
Medina (quien no pierde ocasión de denostar a García Márquez) fue uno más
entre esos disfraces que tantas veces han promovido una especie de
"autenticidad artificial" (Juan Villoro). Por extraño que resulte, una novela como
Técnicas de masturbación... constituye otra modalidad de esa autenticidad
artificial, sólo que menos genuina. En el chico criado en un suburbio que va por el
mundo canturreando a Rimbaud y con la polla enhiesta, oponiendo
obcecadamente la Vida -con mayúsculas- a la literatura, se reconoce una
enésima versión -urbanita y tropical- del Buen Salvaje. No es tan raro que,
después de los llamados "jóvenes caníbales", los lectores italianos hayan ido a
buscar fuera de su país nuevas tribus que los espanten y entretengan.

"Nunca he visto ni leído una entrevista donde alguien hable de sus pedos, en
cambio se dedican a mentir", dice el narrador de Técnicas de masturbación... Y
por ahí se vislumbra la grieta en la que una voz llena de potencia como la de
Efraim Medina parece tropezar y arriesga precipitarse. Verá: hasta la más
repetida de las mentiras tendrá siempre más interés que un pedo. Por lo demás...
se trata de otra cosa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de octubre de 2003

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