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El advenimiento de la política mundial
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DOCUMENT03
.i Capítulo 11
·: El conde \'Vitte, ministro de Finanzas " ..
·.~i opinión sobre la guerra ruso-;'ap y pi in;er ~umstro de Rusia, daba SJt GUERRAS EN ÁFRICA AUSTRAL
· onesa en estos tenmnos:
«La razó n pnnc1pa
· · ¡ d e nuestros fracasos e M . . . ·
de preparación para llevar a cab . n anchuna era nuestra falta
o una gue1ra que nosotros h 'b'
ca do. Los asuntos iban peo1· ... po l · la ¿·1v1s1on
.. ' de. aut .d d a iamos K
pravo-
y Alexeiev Y entre Kuropatkin y sus sub 01·d' d on a entre uropatkin
d · Jna os que habían sido b
os sm su conocimiento ni aprobación El 1 .. , nom ra-
sería ministro de la Guerra di¡' b' . . genera Rod1ger, que más adelante
, o a ie1 ta mente que no pod,
rra porque carecíamos de generales con . iamos ganar 1a gue-
.· · 1 petentes Sr Kurop tk.i l b"
elido actuar libremente sin int
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rom1s1on e etersburgo
ª n rn 1ese po-
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hab ian podido no terminar tan d f d ' su operac10nes
naron. .. esa ortuna amente como en realidad termi-

»Nuestras derrotas, especialmente ¡;-de-M~~kd l


pas de la sociedad en forma dif en, evantaron to,das las ca-
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l1a b Ja demostrado su deb 1T1d d . erente por supuesro co t , .
. • • ª e mcompetencia, ... ' n ra un reg1men que
»Nuestro premgio en el exterior se vino aba' .
claramente la semiasiática m , d M 'JO porque, digamos las cosas
' onarquia e oscovia no se 1 b' f
.. ¡ en e¡ poder .europeo dominanr .. d d 1a ia trans ormado
· e en v11tu e nuestra bu ' · · ¡ ·
nuestra riqueza 0 nuestro bíc . : ' rocrauca 1g es1a 0
nestar smo por nuestras bayonetas ... »
Gran Bretaña ante los voortrekkers
(Conde \Xfitte, M emoires. M. E. Sharpe, Nueva York. 1990
l
vol. II, págs. 41 y ss.) La presencia de Gran Bretañd en África austral se remonta al final
de_l~_!::'.'.:!:~~~.9~ }.~J~_e_':'.,?l~~~,?.~~-Y~<7.1.J!DPgÚp, en base al «reglan~~~:~ ·
dc(pr~]!.,ique obligaGá a·1i Cas_a de Or~1_1g~_a,.ceqc:.iJ.c;..1'.!:.f9}.Q¡,ua_',l
Cabo. A continuación comenzóTa-largi_!l1~L~hª'~Q.GLp_uG.l;>Jo bóer (a±n-
káTicfr) hacia la libertad y la indepwdencia. Los descendi;;_t~s de "''s
1 colonos holandeses (y hugonotes franceses) habían roturado el ir - -
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rior de la colonia del Cabo para escapar a la tutela de la compañía ]'L:1-
i landesa de las Indias orientales, lo que fue conocido como la epopeya
de los trekbóers. De 1835 a 1845, una nueva generación de afrikán .>,
los voortrekkers («los que avanzan delante») huirán de la colonia -'-:1
Cabo y cruzarán el río Orange para, en una verdadera sublevaáón
pacífica, establecer repúblicas bóers en territorios que se converthctn
en el Natal, el Estado Libre de Orange y el Transvaal. ~
Después de 1824, los funcionarios británicos, aunque rehusardo
en principio ampliar la colonia del Cabo, habían sido obligados a ve-
var la frontera hasta la cadena del Kareenberg, el Orange y el río .d
Stormberg para conservar a los trckbóers bajo su control. No r ,_ >-
tante, numerosos trekbóers fueion a instalarse más allá de la frontera
':!
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" de• la colonia -:-como preludio al formidable movimiento de emio-ra- el misionero Erasmus Suit y cuatro jefes históricos, Uys, Potgieter,
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1 c1ón que repentinamente estremeció los distritos al este (y también al Maritz y Cilliers. La ruta escogida apunta hacia el Natal, la región
oeste del Swellendam). Fue una acción premeditada de miles de hom- deshabitada considerada como la más bella y fértil. Antes, Potgieter y
\: bres y mujeres que abandonaron sus hogares, partiendo en carros ti- Uys quieren terminar con los matabeies, quedando su impetuoso ata-
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rados por bueyes, carro~ con los que, en caso de peligro, formaban que grabado en los frescos del monumento de Pretoria;_ los matabeles
círculos, los laager. Esa emiggciQg_ fue la que se conoció como el cruzarán el Limpopo para ir a establecerse en el actual Zimbabwe.
«Gran Trcb, lento y largo viaje que llevó a los más determinados de El fresco muestra cuando el rey de los zulúes, Dingaan, tras reci-
los._afriEáñers hacia el norte, hacia la alta meseta que domina el Vaal bir a Retief, acepta la presencia de los voortrekkers en el Natal; De-
antes de alcanzar el Limpopo, por el oeste, hacia el Kalahari semide- bora Retief pinta el nombre de su padre sobre una roca del Drakens-
sértico, por eleste, hacia el Natal, donde se habían ya establecido berg; los compañeros de Retief descienden hacia las planicies del
pioneros y come1·ciantes británicos. Les quedaba todavía atravesar la Natal, después de haber quitado las ruedas de atrás de los ca1:ros,
frontera, pertre,chados con armas y municiones, despreciando las le- cuyo armazón reposa sobre ramas. Pero la alegre esp_era se conv1ert~
yes coloniales ~ sin divulgar el itinerario escogido. Los primeros jefes en tragedia cuando Retief visita por segunda vez a Dmgaan, rodeado
de los voortrekkers fueron los planificadores del movimiento y lo- de todos ios zulúes arrodillados ante él, pues ninguna cabeza podía
graron sorprcn'.der a los británicos que ta1'dawron tiempo en reaccio-' estar por encima de la del rey, y a ios indunas (jefes militares) con
nar. P . una banda alrededor de la cabeza, y comienza la masacre de Retief y
Pasado el tiempo de las misiones exploratorias, comq'.Pla de Piet sus ciento veinte compañeros blancos y mestizos al finalizar una
Uys en 1834, que recorrió la costa hasta el Natal, cinco columnas se danza guerrera ofrecida como despedida al jefe v?o:trekker con el
pusieron sucesivamente en movimiento: en 1835, las de Louis Tri- que acababa de ser firmado el contrato de cstablcc1m1ento en el Na-
gardt y ele Han's van Rensbmg hacia la bahía Delagoa y la costa este tal. La tragedia se prolonga durante toda una noche de terror a las
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' portuguesa, a través del Lowveld, la región baja del Transvaal; en orillas del Blukrans en donde un ejército de diez mil zulúes ataca a las
1836 las de Heqdrik Potgieter, a la que pronto se unirá la de Sarel Ci- familias aisladas. Los actos de heroísmo se inmortalizaron en el pan-
lliers, que in'in hacia el país Matabele y la de Geh Maritz, que se des- teón afrikáner, como el de la joven italiana Teresa Viglionc que se
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viará hacia el Natal; en febrero de 1837, un respo tado notable de Gra- lanzó sola a caballo pese a la presencia de los guerreros zulúes y las
hamstown, Piet Retief, dará una mayor amplitud al movimiento, condiciones del terreno, para dar la alarma; o la del joven Marthinus
publicando, antes de su partida, en el periódico de Grahamstown un Oosthuizen que carga contra los guerreros zul~ie_s para recup~r~r las
manifiesto en favor de la creación de un Estado afrikáner indepen- municiones de un carro abandonado en la piamc1e. Las exped1c1ones
diente, con la lista de los trescientos sesenta y seis voortrekkers de su de castigo dirigidas desde ei Transvaal contra Dinga.an fra~asan: Uys
grupo. queda herido de muerte en una emboscada en ltalem; su h1¡0 de doce
El monumento a los voortrekkers de Pretoria, inagurado en di- años, Dirkie, que había escapado al ataque, vuelve al lado de su padre
ciembre ele 1949, cuenta, en sus frescos, la leyenda del Gran Trek: donde cae defendiéndole. La cuestión era si debía abandonarse el Na-
Louis Trigardt alcanza la cadena del Sontpansberg en donde funda tal. Potgieter y su grupo vuelven al Transvaai. El siguiente fresco
1 una comunidad, pronto diezmada por la fiebre amarilla; con algunos muestra a las rúujeres alentando a los hombres a quedarse en el Natal

' supervivientes es acogido por ia guarnición portuguesa de Lourern;:o pese a la amenaza de los zulúes. . . , . .
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Marques; el laager de Hendrik Potgieter sufre el asalto de los guerre- Los jefes históricos han desaparecido, siendo el ultimo Ma.ntz
ros matabcles en Vegkop; desprovisto de medios de transporte y víve- que muere en septiembre de 1838. Los voort.rekkers de_l Natal p1~n­
res, el grupo de Potgieter encuentra apoyo y socorro entre los baro- san entonces en un ciudadano de Graaff-Remet, Andnes Pretonus,
longs, rivales y víctima de los mata beles. Después tuvo lugar la que se ha dado a conocer en los combates fronterizos contra los
constitución solemne del primer gobierno de los voortrekkers: Retief. xhosas y que ha estado varias veces como observador entre los colo-
arrodillado, acaba de ser eiegido gobernador; en pie, alrededor suyo; nos del Grand Trek. · ·
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Guerras en África Austral 179

Organizador excelente, Pretorius, apenas nombrado comandante Bloemfontein. En febrero de 1848,'sir Harry Smith, gobernador del
.. ,¡1 en jefe, transforma los cuatrocientos sesenta y cuatro hombres que
. 1 Cabo anexiona el territorio situado· entre el Orange, el Vaal y el Dra-
kensberg, para crear la «Soberanía ~e Orange». Pretorius, ~a,i~sta­
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han sobrevivido a los enfrentamientos con los zulúes en una temible
unidad de combate. Toma el camino de la capital de Dingaan, lle...: lado como Potgieter en el Transvaal rntenta expulsar a los bntamcos, _
vando consigo sesenta y cuatro carros con el fin de establecer un
pero es vencido en Bloompiaats en ag~s;o.de 1848. .
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campo atrincherado, un laager contra el cual se estrellarán el 16 de
diciembre de 1838, doce mil guerreros zulúes. La victoria de Blood
Una vez lograda la victoria, los bntamc~s se preguntan s1 la carga l
de esta política imperial no resultai·á demasiado pesada pues, por un 1
River (rebautizado así el afluente del Búfalo, hacia el que se habían lado los compromisos financieros se multiplican y, por otro lado, es \
replegado para instalar el laager) provoca la deserción de los guerre- de t~mer un enfrentamiento con los afrikáners del T ransvaal. En con- '.
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ros de Dingaan, el cual pierde el poder en favor de su hermanastro
Myande que cuenta con el apoyo de Pretorius. Los frescos del monu-
secuencia los británicos deciden revisar su política para conYertir a ,
los voor~rekkers en aliados. Andries Pretorius, que durante un ,
1

l mento de Pretoria describen la muerte de Dingaan y la coronación de tiempo fue desautorizado por Potgieter, negocia con los británicos
My8;nqe en presencia de sus aiiados afrikáners. El más·importanu~ re- ios acuerdos de Sand River el 17 de enero de 1852, en los que por vez
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sultado de la epopeya fue este verdadero encuentro con los pueblos primera éstos reconocen un poder voor~rekker al norte del Vaal. Pero
bantúes,· de lo que w1a publicación oficial surafricana admitió por vez queda indefinido si se trata de uno o var.10s pode~es puesto que :n rea-
primera en 1980 11 anterioridad de su presencia en relación con los lidad coexisten tres pequeños estados rndepe~d1entes. ~l monr An-
blancos en el Transvaal,iel Natal y el Estado libre de Orange, cuando dries Pretorius el 23 de julio de 1853, su h1¡0, Martlunus Wessel,
y
los manuales escolares los discursos oficiales defendían al simulta- vuelve a emprender los esfuerzos de unificación, que dan c?mo resu~­
neidad de las migraciones blanca y negra. tado que preste juramento el 6 de en~ro de 1~57. como .Pr~mer presi-
La primera república afrikáner fue creada en 1839 en el Natal. No dente de la ZuidAfrikaansche Republtek, ~epub!1~a d.e, Afnca d:! Sur,
durará más que cuatro años. Vulnerable poi' la escasez de su pobla- el Estado afrikáner del Transvaal, aunque la umf 1cac1on no sera real-
ción, la inexperiencia de sus administradores, resiste bastante bien a mente acabada hasta 1860.
las presiones de las autoridades británicas que se rehúsan a reconocer En marzo de 1853, el gobierno de Londre.s da un nuevo paso, al
su independencia. En 1841, la actitud del poder afrikáner hacia los notificar a las autoridades del Cabo la necesidad de crear otro Es-
zuhies proporciona una justificación para la intervención británica tado-tapón afrikáner en la soberanía d~ ü;ange. Pese ª.la oposición
pues el Volksraad (parlamento) rechaza miles de negros errantes ha- 1
de los angiófonos instalados en el terntono, el convemo oe Bloem-
cia el sur por lo que el gobernador del Cabo, sir George Napier, te- fontein de 23 de febrero de 1854 anula la anexión de 1848. U na nueva
mió que se provocasen tensiones peligrosas en la frontera de la colo- república voortrekker se crea y diez mil afrikáners, que vi~en en una
nia del Cabo. En mayo de 1842 el capitán T. C. Smith establece la gran pobreza, aparentemente poco equipa~os para una vida. estatal
presencia británica en Port Natal (la futu.ra Dur~an) enfre~t~n?ose independiente y que además están en conflicto con los_ basothos del
con ios voortrckkers en Congella. Pretonus asedia a los bntamcos, jefe Moshweshwe, atrincherado en su fortaleza .m?ntanosa del Dra-
que son salvados por la histórica cabalgada de ·un colono británico, densberg, comienzan inmedi~ta~erite el ,est.abl:c1m1ento de un estado
Dick King, que recorre seiscientas millas para obtener lCÍuerzos que constitucional. El poder leg1slat1~~ sera e¡erc1do po.r ~n volksraad,
permiten romper el cerco. El 15 de julio de 1842, los delegados del cuyos miembros serán elegidos; elJefe del Estado as1st1do de un c?-
Volksraad capitulan en Pietermarizburg. inité ejecutivo, es responsable ante fa asamblea. Los nuevos mec~ms­
Comienza entonces un segundo trek que reúne a los coionos que fuos institucionales serán rápidam,ente pue:to~ a prue~a: el pr~mer
quieren llegar basta los afrikáners instalados más al norte entre el río presidente Josias Philippus Hoffmán, es dest1tmdo un ano despues de
Orange y el Vaal. Esta vez los británicos pretenden controlar el mo- su elección.
vimiento, decretando que los voortrekkers siguen siendo súbditos
británicos y en 1846 nombran un alto funcionario· con sede en

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,:::¡ ~'···¡ JSD El advenihiiento de la política mundial Guerras en África Austral
¡
La guerra de }ndependencia del Transvaal inmiaración británica oerrriite desarrollar las plantaciones de café y
1 de al~odón y sobre todo el cultivo de ia caña de azúcar, con la ayuda
,\ de trabajadores indios, contratados temporalmente pero que se que-
Sudáfrica queda en consecuencia dividida en dos repúblicas bóers
independientes, al norte y al sur del Vaal, y en dos colonias británi- darán definitivamente. El gobierno del Natal refuerza sus lazos co-
1 cas, las del Cabo y el Natal. merciales con ia colonia del Cabo y las dos )·epúblicas bóers, estando
v- La co_loi:ia del Cabo estrena su primer parlamento elegido el pri- las tres unidas al Natal por el ferrocarril. Ésta era una colonia con
mero de Jllho de 1853, al mismo tiempo que el nacimiento de los es- poca población blanca y fuerte implantación bantú -veint~dós :r_:il
tados afrikáners. Todos los súbditos. británicos de sexo masculino y blancos y trescientos rnii nearos en 1878-, que toma la direcc10n
mayores de veintiún años ~ozan del derecho de voto, cualquiera que opuesta a la política de integr~ción racial del Cabo, al triu:ifar el con-
sea su raza, color o religión, a condición de que ganen al menos cin- cepto de «reservas indígenas" bajo el impulso del secreta:10 de Asun-
cuenta libras por afio o habiten en un lugar que cueste veinticinco li- t9s Indígenas, Theophilus Shepstone; los nef;ros quedan instalados e:i •
bras. Esta política de integración racial se aplica igualmente a los xho- zonas designadas previamente. Con la ane:~1ón en 1866, de una pa~te
sas de la frontera con la consigna de que se integren en la economía lo del Pondoland en el sur, después del Zululand, en 1897, el Natal do-
que supone el abandono de la estrategia de separación de territorios bla la superficÍe que le había sido asi'gn;da por las autoridades britá-
que se había. seguido hasta entonces. La colonia desarrolla su aaricul-
o nicas en 1845. . .. , m, .
tura, 1as redes de carreteras y ferrocarriles, la administración local y El Estado libre de Orange se co1wiruo en una repubhca modelo
ias escuelas. El único verdadero problema es constitucional ya que se bajo la larga presidencia (1864-88) de Johannes Henricus Bran1· Na-
trata de conciliar las ambiciones de un cuerpo legislativo elegido y la cido en El Cabo en 1823, Brand había ido a Holanda a la edad de
;<cción de un gobernador nombrado por Londres, único depositario veinte años estudió derecho en Leiden, llegando a abogado en Lon-
clel poder ejecutivo. Gracias a su habilidad, sir George Grey vence las dres en el Jnner Temple 1• De vuelta al Cabo, ganó gran reputa~ión
dificultados pero es destituido después de haber concluido un como abogado, ai tiempo que enseñaba derecho en el South Afn~an
acuerdo de cooperacion con el Estado libre de Orange. Su sucesor, Athcnaeum. En 1854 fue elegido para el primer parlamento. Diez
Philip Wodehouse, de tendencias autocráticas, entra en un agudo años después, los ciudadanos influyentes dd~srndo libre de .?range
conflicto con el parlamento. En 1870, sir Henry Barklcy, militante pidieron a Brand que se presentase como candidato.ª la clecc1on pre-
liberal, hace triunfar la tesis del gobierno autónomo y el 1 de di- sidencial. El nuevo jefe de Estado se preowpó en pnmer lugar de po-
ciembre de 1872, el diputado J ohn Charles Molteno es elegido pri- ner en orden el problema de las rclacio~es con los basotos'.para lo
mci- ministro de la colonia; el gobernador del Cabo no es más que el cual negoció un tratado de fronteras precisas entre el Estado libre y el
representante del gobierno británico, una autoridad de tutela y no territorio de Moshweshwe, pero al violarse el acuerdo declara la gue-
de ejecución. El acceso a Lt autonomía interna devuelve a los afriká- rra y Moshwcshwe no logra evitar el dcs~1antclamiento ~e ,s~ domi-
ncrs dci Cabo el gusto por los asuntos públicos, constituyéndose en nio más que recurriendo a la protección de la Corona bntan1ca, por
1875 llna «Asoci.;i.ción de verdaderos afrikáners» en Paarl, fijándose lo que desde entonces Basutoland.ia .subsiste com_o enclave ,geográfico
como objetivo «,la defensa de nuestra lengua, de nuestra nación y y político, accediendo en 1966 a la independencia. Despt~es de 1~70,
nuestro país»; en, 1877 el periodista Jan H. Jofmeyr funda el Afrika- Brand desarrolla el Estado Libre, enriquecido por los primeros des-
11cr Bond, partido político cuyo papel será decisivo en el parlamento cubrimientos de diamantes, mediante una reorganización de los ser-
del Cabo. vicios públicos, la educación, el sistema judicial, tiende una red tele-
La colonia del Natal queda separada en 1856 de la del Cabo, do- gráfica entre El Cabo y Natal, extiende su comercio y logra el
{ tándose al año sig¡:¡iente de un consejo legislativo de cuatro funciona-
rios y de doce mi~mbros elegidos, aunque la reivindicación de un go- .1 Una de bs cuatro sociedades en Londres que tienen el derecho exclusivo de ad-
bierno representativo no será satisfecha hasta 1893. El éxodo de los mitir nue\'OS abogados ante los Tribunales. Es una especie de colegio de abog_ado5,,
voortrekkers debi1itó la agricultura, pero a partir de 1850 una gran pero cuyo funcionamiento es muy peculiar (N del T.). · · ·__ · --·~--- _. _ ...
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El advenimiento de la política mundiai Guerras en África Austral 183

recon.ocimiento d: las potencias extranjeras por lo que el Estado libre el Laing's Neck, en la frontera con el Natal. Tras esta sonada derrota, '
acr:dira sus prop10s representantes consulares en Europa y Estados Gran Bretaña inicia conversaciones de paz y reconoce en el convenio
Umdos. de Pretoria del 3 de agosto de 1881, la autononúa interna del Trans-
El .destino del !ransvaal es más complicado. Marthinus Wessel vaal. Entre las colonias británicas y las repúblicas bóers parece en-
Pretor.ms se ve obligado a renunciar a la presidencia de la República contrarse un equilibrio, destruido por los espectaculares descubri-
Surafnca~a en 1860 cuando se convierte en un efímero presidente del mientos de diamantes en las regiones áridas del Griqualand
Estado Libre de Orange al rechazar ia opinión pública de las dos re- occidental y los tornados humanos suscitados más adelante por los
p~blicas bóers esta unión personal. Estalla una breve guerra civil, ter- yacimientos aluviales del Vaal y los ri'é:os filones volcánicos de Kim-
mmando \:.on la vuelta de Pretorius a la magistratura suprema en berley. -
1864, seg:uda en 1871 de una nueva dimisión forzada, al criticar el
Volksraad l~ falta de firmeza del jefe del Estado ante los ingleses. Los
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parlamentarios del Transvaal buscan un presidente que tenga la en- El fracaso de la incursión de J ameson
i vergadura de Brand, eligiendo en El Cabo al reverendo Thomas
Fra111;ois Burgers, competente, dinámico e idealista, pero que, desa- El descubrimiento de diamantes:había provocado los. primeros
f~r~unadamente, lleva a cabo una política de reformas demasiado pre- conflictos entre gobiernos. El Transvaal fundamentaba sus derechos
¡· cipitada, por lo que Burgers pierde rápidamente ei apoyo de los ciu- pa~a reivindicar el triángulo formado por la confluencia del Vaal y
¡;
" da.d~r1:os del !ransvaal. En el exterior reaparecen las presiones del;Harts en el convenio de Sand de 1852 y en los acuerdos negocia- •
bnta111cas debido a q.ue el secretario de Estado para las Colonias, lord dos con las tribus negras por Andrie,s Pretorius; el Estado Libre de
Carnavon, no aprecia la perspectiva de-un Transvaal fuerte e inde- Orange invocaba el convenio de Bloemfontain por el que se le había
pendiente que intenta lograr una salida al mar mediante la construc- reconocido un territorio que iba desde el norte del Orange hasta su
ció1: de una línea ferr~~iaria con la bahía de Delagoa, mientras que él confluencia con el Vaal y reclaniaba una parte del Transvaal com-
su~1:a .con :ma federac1on de Estados del África austral bajo soberanía prada en 1861 a Adam Kok, en aquel entonces jefe de los griguas; las
bnta111ca. El 22 de enero.de 18~7, una misión dirigida por Theophilus tribus negras exponían también sus pretensiones, fundadas en su in-
Shepstone llega a Pretona (capital del Transvaal y que debe su nom- discutible posesión de estas regiones antes del Gran Trek; el jefe de
bre a Andries Pretorius) y proclama la anexión del Transvaal a Gran los griguas, Nicolas Waterboer llega hasta el punto de pedir la inter-
Bretaña. Lejos de expulsar por la fuerza a la pequeña escolta de vención británica. Tras el fracaso de, las negociaciones multilaterales
S~1epstone, el consejo ejecutivo comtemporeniza y envía dos delega- de Klipdrift, en agosto de 1870, las partes recurren al arbitraje del te-
ci.oncs a Gran Bretaña bajo la dirección de Paul Kruger, sin obtener niente gobernador del Natal, Roben. Keate, que en abril de 1871 de-
nmgún resultado. El 16 de septiembre de 1880, el Transvaal se su- sestima en Bloemfontain las tesis del Transvaal y del Orange y ei 27 --
bleva y se constituy.e un ~riunvirato provisional compuesto por Kru- de octubre, ios británicos anexionan la zona en discusión provocando
ger, e~ comand~nte iefe ~ietJoubert y M. W. Pretorius, mientras que ia cólera de Brand que obtendrá finalmente noventa mil libras de in-
los boers orgarnzan una imponente manifestación en Paardekraal. La demnización por las tierras perdidas.
primera guerra de independencia del Transvaal, aparte de las escara- Diez años después, el conflicto toma un cariz más político y
muzas periódicas, se resuelve en dos batallas campales. El 20 de octu- opone el Transvaal, símbolo dei nacionalismo afrikáner, a Gran Bre-
bre de 1880, en un. comba~e tan breve como encarnizado, Piet Joubert taña, presa de un creciente imperialismo. Sin embargo, dos años des-
derrota a los doscientos cmcuenta hombres del coronel Anstruther e pués del·convenio de Pretoria, el nuevo presidente Paul Kruger abre
impide que los refuerzos lleguen a las pequeñas guarniciones británi- nuevas negociaciones con Londres que permitan reordenar las rela-
cas dispersas por el Transvaal. El 26 de febrero de 1881, los coman- ) ciones entre los dos Estados de acuerdo a la posición del Transvaal,
do.s ,d<: Jo~bert _escalan los escarpados de Amajuba y desalojan a los alcanzándose en el convenio de Londres de 27 de febrero de 1884 el
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bntamcos que mtentaban controlar el punto de acceso al Transvaal, acuerdo de devolver al EStado afrikáner su nombre de ·República
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Surafricana (en tanto que el convenio de Pretoria le imponía el de ros del V eld, puede ahogar el núcleo bóer original, por lo que Kruger
«Estado de T ransvaal» ), ias fuerzas británicas no podrán en adelante niega a los recién llegados el derecho de sufragio, aceptando más ade-
estacionarse o ser desplazadas al Transvaal, el residente británico es lante que sean representados en un segundo Volksraad, una segunda
sustituido por un cónsul, la frontera oeste de la República es am- cámara del Parlamento sin poder real. Una cierta agitación surge en-
pliada, y sobre todo se abandona por completo la idea de la soberanía tre los uitlanders que crean la Unión nacional de Transvaal y presen-
británica, por lo que únicamente los tratados con potencias extranje- tan en 1895 una petición con trece mil firmas a Kruger para obtener
ras o ciertas tribus negras serán sometidos a la aprobación del Fo- la liberalización del derecho de voto.
reign Office. A partir de 1894, Cecil Rhodes imagina que los uidanders pueden
Tras lo que aparece corno un compromiso histórico con las repú- seria palanca que permita derribar la república del Transvaal. Su pro-
blicas bóers, lo que Londres hace en realidad es adoptar una política puesta de unión aduanera de los cuatro Estados y las colonias de
de cerco implacable. ;Aguijoneados por las presencia alemana en el África del Sur fue rechazado por Kruger. Con la cooperación discreta
suroeste africano (Berlín ha izado su bandera en la costa occidental, del primer ministro británico, lord Salisbury, del ministro de las Co- . !

al norte del Orange y se ha anexionado un territorio cuya superficie lonias, Joseph Chamberlain y del alto comisario en El Cabo, sir
es como una vez y inedia la de la Alemania de la época), los británi- Hercules Robinson, Rhode-s prepara un golpe de Estado, una suble-
cos atraviesan el Limpopo y colonizan la futura Ro1desia (el Zim- vación de la Unión Nacional en Johannesburgo, apoyado por una in-
babwe actual), prohibiendo sin embargo al Transvaal' engrandecerse cursión militar dirigida por Leander Staq· Jameson, administrador del
hacia el oeste en Bechuanalandia. Rodeadas las rep{iblicas bóers de Mashonaland, en la frontera del noroes'te del Transvaal, que impon-
territorios británicos y limitada su expansión económica, el desarro- drá una mediación entre los uitlanders y el gobierno del Transvaal. El
llo ferroviario va en el mismo sentido pues si en 1887 el gobierno del alto comisario Robinson organiza una asamblea constituyente que se
Transvaal logra finalmente financiar el tramo con la bahía de Dela- pronunciaría por la autonomía interna, en el marco de una Federa-
goa, el ferrocarril del Cabo no queda más que a escasos kilómetros de ción del África del Sur británica.
la frontera del Transvaal, el del Natal está casi terminado, una se- El complot fracasa pues los uitlanders titubean ante la subleva-
gunda vía une El Cabo con Port Elizabeth, y una vez alcanzado el ción, sus jefes están divididos y Kruger ha sido informado del pro-
Estado Libre de Orange, continúa hasta los campos auríferos. En yecto. No obstante, Jameson cruza la frontera con quinientbs miem-
1892, las dos líneas del Cabo llegan a Johannesburgo ven 1895, la vía bros de la policía privada de Rhodes, pero los comandos bóers
del Natal conecta Dui·ban con Witwaters-rand. , 6"Pturan al grupo el 2 de enero de 1895. El fracaso de la incursión de
El nacionalismo afrikáner da provisionalmente un giro más ambi- Jameson conlleva la caída de Rhodes, desautorizado por el Afrikaner
guo en la colonia del Cabo. Cuando Cecil Rhodes se convierte en Bond en el parlamento del Cabo, pero la idea de una utilización polí-
Primer Ministro en 1890, se apoya en el Afrikaner Bond de J. H. tica de los uitlanders es continuada por el ministro de las Coionias
Hofmeyr. El heraldo del imperialismo sueña con una «u'nión de los Chamberlain y el nuevo alto comisario en El Cabo, sir Alfred Mil-
pueblos anglófonos del mundo entero», en el seno de la cqal tendría ner, tanto más cuanto que el gobierno de Londres está persuadido de
su sitio «una África del Sur unificada ei;i la que afrikáners y británicos que los súbditos británicos y otros extranjeros constituyen l_a rnayo-
tendrían los mismos ,derechos». Rhodes da una respuesta positiva a 1:ía de la población del Transvaal, lo que es un cálculo equivocado
las aspiraciones culturales y económicas de los afrikáners del Cabo, pues en realidad ciento cincuenta mil ciudadanos de la República ca-
re introduciendo el holandés en la justicia y la educación y decretando .existen con setenta y seis mil extranjeros, entre los cuales hay cua-
derechos arancelarios elevados destinados a proteger la produción renta y un mil británicos. Al comienzo de 1899, el alto comisario
agrícola de la colonia: Milner dirige a la reina Victoria una petición con veintiuna mil fir-
Los afrikáners del Transvaal y el Estado libre del Orange tienen mas, exponiendo las quejas de los súbditos británicos expatriados e.n
preocupaciones diferentes pues en el primero ia afluencia de los «ui- el Witwaterrand, contra el gobierno del Transvaal. Steyn, el presi-
tlanders», los extranjeros atraídos por el descubrimiento de los teso- dente ~el Estado libre de Orange despliega unos últimos esfuerzos de
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186 El advenimiento de la política mundial Guerras en África Austral 187

mediación y Kruger hace unas últimas concesiones, entre ellas conce- tiene la ventaja de conocer el terreno y el clima, transformándose du-
der a los uitlanders el derecho de voto tras cinco años de residencia rante el conflicto en una verdadera formación de guerrillas, muy mó-
en 1~1g~r de c~torce. ~.ª,tensión continúa subiendo entre Londres y las vil, atosigando a un enemigo disciplinado y a veces torpe. En este
repubhcas boers, hab1endose pronunciado el Volksraad de Orange en sentido, la guerra bóer puede parecer como el primer conflicto de la
favor del Transvaal. La segunda guerra anglo-bóer estalla el 11 de oc- descolonización del siglo XX.
tubre de 1899. Kruger proclama la ley marcial en el T ransvaal y en el Estado Li-
bre de Orange Steyn moviliza a los ciudadanos. Los comandos bóers
se instalan en las fronteras del Nata1 y de la colonia del Cabo, diri-.
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"" La segunda guerra anglo-bóer giéndose a continuación hacia los ci!fCO frentes que se precisan desde
' el inicio de la guerra: en el norte delNatal, en la frontera de Basuto-
En el imaginario de la Belle Époque, el heroísmo del soldado- landia, en el oeste del Orange alrededor de Kimberley, en el oeste del
granjero bóer defendiendo su independencia republicana contra el Transvaal, alrededor de Mafeking, en el norte del Transvaal. Pueden
poder desmesurado del Imperio británico inflama las imaginaciones y distinguirse cinco fases en esos treinta y dos meses de guerra entre
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hace qu~ Gran Bretaña perciba su aislamiento. La intranquilidad gana Gran Bretaña y el krugerismo:
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las cancillerías. Cuando el fracaso de la incursión de Jameson, Gui-
lleri_no II no se contentó.con una protesta diplomática, sino que había - En octubre de 1899, a la ,.espera de refuerzos, los primeras -
enviado a Kruger un teiegrama de felicitación y prometido, para el fuerzas británicas, unos veintisietlmil hombres, se mantienen a la de-
futuro, el apoyo de su país contra cualquier amenaza a la indepen- fensiva. Nada más innecesario que volver a escribir la historia, pero
dencia de las repúblicas bóers. El Imperio alemán piensa incluso ir parece no obstante que los bóers hubieran debido dedicarse a una -
más lejos y estudiará la posibilidad de una gestión colectiva, con guerra de movimiento logrando victorias decisivas antes de la llegada -
Francia y Rusia, ante el. gobierno de Londres, con el fin de obtener de tropas de refresco y provocar una sublevación general en ia colo-
ga~antías form~les, pero las dos potencias consultadas muestran poca nia del Cabo penetrando en ella directamente. Por el contrario la ac-
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titud de los comandos bóers es de lo más prudente que se pueda ima- -
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p~1sa en esta alianz~ continental. Las ?I?iniones públicas se inflaman y
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aun en 1903, cuando Eduardo VII v1s1te París para consagrar la En- ginar, pues si por un lado el comandante jefe del Transvaal, Piet -
Joubert, inflige a las fuerzas inglesas del Natal las derrotas de Dundee
tente cordial, la población parisina le silbará y coreará el nombre de
Kruger. Inclus~ en Gran Bretaña, si el despertar de la idea imperial y de Moddersprint y les hace batirse en retirada en Ladysmith, poi
-al que contribuyen los manifiestos de Seeley, La expansión de otro lado otros destacamentos afrikáners -los cinco mil hombres del -
Inglaterra, en 1884, y de Fronde Inglaterra y sus colonias, dos años generai Cronjé- se quedan paralizados en los asedios inútiles de ...
después-, adquiere un valor moral ante el pueblo inglés como ex- Mafeking (donde el asediado es Baden Powell, el futuro fundador del
presión de la lucha por la vida en el sentido darwinista v del endere- movimiento scout) y de Kimberley. Algunos comandos franquean e ·
zamiento de la energía británica cantada por Kipling ~la duda apa- Orange provocando ia declaración del estado de guerra en algunoE"-
rece en el seno de la oposición liberal y en los Comunes, su líder, sir distritos fronterizos de la colonia del Cabo, dando ejemplo de lo que
Henry Campbell-Bannerman, condena duramente un conflicto que se podría haber hecho a mayor escala.
considera injusto. - A fines de 1899 un cuerpo· expedicionario de veintitrés mi:~
, Acompañado en ocasiones de niños y viejos, y atestado de largas hombres desembarca en El Cabo, a las órdenes del general Buller -
filas de -~ar~os de aprovisi~namiento, el ejército bóer tiene el aspecto nombrado comandante en jefe del ejército británico. Todos los com-
de un e¡erc1to popular. Privado del armamento pesado pedido a Eu- bates se producen entonces en territorio británico, prolongándos ...
ro~a y que no ha recibido a tiempo, sólo dispone de setenta piezas de esta situación durante cuatro meses. Tres grupos británicos avanzan
artillería de campaña y carece de munición para sus máuser por lo el general Buller que pretende liberar a las fuerzas del Natal, el gene~
que debe contar con lo que logre arrebatar a los ingleses; no obstante, ral Methnen que se dirige hacia Kipberley, y los generales French y_
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188 El advenimiento de la política mundial Guerras en África Austral 189

Gatacre que tienen por misión expulsar a los bóers de los distritos de biernos europeos para obtener una paz honorable. De \'7 et es ro-
la colonia del Cabo que ocupan (Coiesberg, Aliwal del Norte y Bur- deado en Polar Grave aunque logra escaparse con el grueso de sus
gersdorp). Methnen obliga al comandante de las fuerzas del Estado tropas, pero los británicos ocupan Bloemfontein el 13 de marzo.
Libre, J acobus Prinsloo, a retirarse pero a su vez sufre grandes pérdi- - En el consejo de guerra que el 17 de marzo reúne a los dos
das cuando se unen a Prinsloo las tropas del general J. H. De ia Rey y presidentes bóers, Kruger y Steyn, deciden continuar la lucha pero
después por las de Cronjé que ha levantado el sitio de Mefel~ing. Si- dividiendo sus ejércitos en pequeñas unidades independientes con
gue la semana negra del ejército británico, la segunda semana de di- mayor movilidad para hostigar las líneas de comunicación británicas
-, ciembre de 1899: el 10 de diciembre, en Stormberg, los soldados del según la táctica utilizada con éxito por De Wet. Louis Botha susti-
i! Estado Libre y los rebeldes del Cabo, a las órdenes del general J. H. tuye, con treinta años, a Piet Joubert corüo comandante supremo y
1. Olivier, infligen duras pérdidas a las fuerzas de Gatacre; el 12 de di- fijará corno objetivo para sus doce mil hombres multiplicar las esca-
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ciembre, en Magersfontein, al sur de Kimberley, Methnen lanza doce ramuzas. Un ejército británico de cien mil hombres se mueve enton-
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mil hombres a un de5astroso ataque frontal, rechazado por el tiro de- ces hacia el norte en una línea que va desde Kimberley hasta Ladys-
vastador a ras de tier.ra de los hombres de De la Rey y Cronjé (con mith para llegar al Transvaal. El 24 de mayo, Roberts anexiona
¡ disparos desde emboscadas situadas en las trincheras situadas. d@lante oficialmente la colonia de Orange mientras que sus fuerzas cruzan el
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de las ondulaciones del terreno); el 15 de diciembre, el propio Buller
es derrotado en el Tpgela, cuando intentaba atravesar la línea bóer
Vaal en varios sitios. El 31 de mayo, Roberts entra en Johannesburgo,
habiéndose refugiado Kruger y su gobierno dos días antes en Macha-

i;. (dirigida por el general Louis Botha, que reemplaza a Joubert que se dodorp, al este del Transvaal. Kruger está persuadido de que se ga-
"~! encuentra enfermo) para liberar a \'lhite que permanece encerrado en nará Europa para lograr para el Transvaal el apoyo de los gobiernos y
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Ladysmith, y cinco inil bóers rechazan, gracias a su superioridad de la opinión pública, y el general Burger asume las funciones de vice-
a
r tiro, a los veintitrés ~1.il hombres de Buller reforzados con cuarenta y presidente; Steyn, presidente del Estado libre, encarna el espíritu de
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dos cañones. · resistencia bóer hasta el fin del conflicto y se tme a De Wet y sus co-
f· - Tres nuevas divisiones británicas desembarca~ en El Cabo el mandos en el campo de batalla.
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{; 10 de enero de 1900, Buller es sustituido en el mando por lord Ro- - Roberts entra en Pretoria el 5 de junio de 1900. El 1 de sep-
¡· berts, héroe de los cómbates de Afganistán, secundado por Kitche- tiembre anexiona oficialmente el Transvaal, terminándose teórica-
'~· ner, jefe de estado mayor. La suerte de las armas comienza a cambiar mente la guerra. Quedan por eliminar ias últimas bandas de bóers ar-
~
cuando Roberts lanza una ofensiva que parte de la colonia del Cabo, mados, considerados no como combatientes sino como rebeldes
el 11 de febrero de 1900. Su intención es liberar Kimberley, aniquilar armados contra el nuevo orden británico. De hecho la guerra de gue-
el ejército de Cronjé y ocupar Bloemfontain. Cuatro días después li- 1-rillas dirigida por los jefes militares de las dos antiguas repúblicas
bera Kimberley y los bóers se retiran a Boshof en el Estado Libre de alcanza su paroxismo. De Wet dirige um: campaña de reclutamiento
Orange. Sigue el prin1er desastre bóer al cercar los ingleses al ejército entre ios indecisos que frecuentemente terminan por desenterrar sus
de Cronjé al este de Paardeber el 18 de febrero, tras diez días de com- fusiles y unirse a los comandos. Las guarniciones británicas son ata-
bates, diez días de asaltos británicos rechazados continuamente. cadas para adueñarse de municiones y provisiones. El 24 de octubre
Desde el exterior los.. comandos del general Christian De Wet acosan logra una victoria e11 Frederikstad y decide a continuación llevar a
a las fuerzas británic'as intentado romper la tenaza. El 27 de febrero cabo una incursión en la colonia del Cabo donde dos de sus oficiales,
Cronjé capitula, cayendo prisioneros cuatro mil soldados del Trans- Hertzog y Kritzinger alcanzan la bahía de Lamberts, en el Atlántico,
vaal. El mismo día, Buller a la cabeza de cuarenta mil hombres rompe y ei distrito de Willowmore. Al final del conflicto, De Wet combate
las columnas de Botha liberando la ruta de Ladysmith. El Estado Li- imbatido en el Estado Libre y De la Rey en el Transvaal mientras
bre es a partir de ese momento el centro del conflicto. Se encarga a que el general Smuts controla con dos mil quinientos hombres toda
De \Y/ et que pare el avance de Roberts, mientras los dos presidentes la región noroeste del Cabo.
Steyn y Kruger lanzan una llamada a Gran Bretaña y a los otros go- Mientras tanto, Kitchener, que ha sucedido a Roberts como co-
190 El advenimiento de la política mundial Guerras en África Austral 191

mandante supremo británico en noviembre de 1900, multiplica las nales que ofrecerá a África del Sur unificada y que permitirá la ven-
contramedidas sobre los comandos. Ordena construir filas de casa- 1 ganza de los vencidos. '. ·
matas, proyecta barricadas erizadas de puntas, organiza acciones de ·¡
¡
limpieza por los colonos a caballo y sobre todo practica la política de
la tierra quemada, haciendo que el ejército británico incendie las La venganza de los vencidos
granjas situadas .a lo largo de las vías del ferrocarril, queme las cose-
chas y mate al ganado. Pronto las mujeres y los niños son alejados en Los acontecimientos anteriores van a tener un desenlace sorpren-
los c~mpos de concentración (cuarenta campos, ciento cincuenta mil dente. Siete años después de la paz de Vereeniging, los principales ac-
«asignados a residencia» en octubre de 1901) con una fuerte tasa de tores del conflicto anglo-bóer, tan direrentes por sus acciones pasa-
mortalidad. Los prisioneros de guerra son encarcelados fuera de das y sus visiones del futuro, se unirán entusiásticamente para crear la
África del Sur, en campos establecidos en Ceilán, en las Bermudas, en Uni6n Sudafricana. En una fotografía moderna se ve a algunos de los
Santa Helena y en la India. «Padres fundadores» saliendo del edificio de ladrillos rojos de Bloem-
En marzo de 1901, Kitchener propone la paz, pero las primeras fontain donde tuvo lugar ia fase final de la Convención constitucio- -
negociaciones en Middelburg (Transvaal) entre Botha y él fracasan. nal nacional. En primer plano, pasando delante de un mostrador que
Los britfoicos renuevan sus propuestas a principio de 1902, inclinán- huele a tiempo de especies y de pioneros, el general bóer Louis Botha
dose esta vez el vicepresidente del Transvaal, Burger, por la negocia- y el archiimperialista Leander Starr. J ameson, comandante supremo
ción y se entrevista con Steyn del 9 al 11 de abril en Klerksdorp. Se- del ejército del Transvaal y autor de la famosa incursión preludio del
senta delegados de los ejércitos del Transvaal y el Orange comienzan conflicto, discuten con caima digna de viejos socios. Un cuadro más -
a continuación un largo debate, el 15 de mayo, bajo una tienda levan- solemne adorna el comedor del Parlamento del Cabo, en el cual se ve _
tada en Vereeniging y eligen cinco negociadores, Botha, De La Rey, a la Convención nacional en sesión y entre los constituyentes se reco-
Srnuts, De Wet y Hertzog. El alto comisario británico en Pretoria, noce a los más gloriosos de los generales bóers, Smuts, De La Rey, -
Milner es intransigente, a diferencia de Kitchener que estaba abierto a De \Y/ et, Hertzog, pero también a un conspirador «uitlander» de Jo-
una perspectiva de paz. Un proyecto de tratado estipulando ei fin de hannesburgo, Fitzpatrick. .
la independencia de los bóers se transmite a Vereeniging, en donde es Un consenso tan sorprendente se ha formado poco después de
adoptado por cincuenta y cuatro votos contra seis. Después de este una guerra que parecía haber creado tantos odios eternos gracias al ·
procedimiento, sorprendentemente democrático para ser bóer, el tra- cambio político proveniente de Gran Bretaña que ha puesto en mar- -
tado de Vereeniging queda firmado el 31 de mayo de 1902, en el es- cha el proceso de reconciliación. El'12 de enero de 1906, el gobierno .
tado mayor de Kitchener en I\lelrose House, en Pretoria. conservador unionista, en el poder en Londres desde once años antes,
Los hiios de los voortrekkers vuciven bajo el yugo del Imperio sufre una dura derrota al renovarse la Cámara de los Comunes. El lí-
británico por !a fuerza de las armas, por la fuerza de un ejército sin der del partido liberai, sir Henry Campbell-Bannerman, se convierte -
rival. Pero, paradójicamente, la segunda guerra anglo-bóer tendrá en Primer Ministro. Como jefe de la oposición había defendido enér-
otros efectos más positivos para los destinos del pueblo afrikáner. gicamente la causa de los bóers y c,ondenado una guerra injusta. El -
Por un lado, las condiciones de la unificación política son a partir de acercamiento con los líderes políticos afrikáners es inmediato (Smuts
entonces reunidas, terminando con la desconfianza hacia los afriká- había.tomado contacto con los liberales antes de su victoria). La co- -·
ners del Cabo, demasiado anglizados, y las diferentes fracciones de la misión de encuesta, nombrada po"i· el nuevo gobierno en abril de
nación afrikáner tienen el mismo estatuto, el de colonias, formadas 1906,~ permitirá la vuelta a una vida política autónoma en las antiguas
por súbditos británicos. De otro lado, el nuevo soberano, Gran Bre- repúblicas bóers. i . .
taña, no se presenta únicamente bajo la máscara del imperialismo La estrategia de los conservadores era diferente. El alto colllisa-
1
triunfante, sino que encarna al mismo tiempo, la democracia de tipo rio, Milner, heraldo del imperialismo, «patriota de raza británica»,
liberal occidental, que será el único juego de mecanismos institucio- había emprendido con energía e int~ligencia la reconstrucción de los
1

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192 El advenimie~t~ de ]a política mundial Guerras en África Austral 193

terri~o~·ios ?esvastados por el conflicto, reinstalado los prisioneros y las ventajas de la unificación que lord Selborne redacta en enero de
los c1v1les liberados' de los campos, reconstruido las granjas, los culti- 1907.
vos, el ganado, reparado los caminos y las vías férreas. Pero al mismo La Convención constitucional nacional, compuesta por deiega-
tiempo, había afirmado con rotundidad que debían tomarse toda ciones de las rnatro colonias, se abre en octubre de 1908 en El Cabo,
clase de precauciones para hacer definitivo el destino británico del bajo la presidencia de sir Henry de Villiers, presidente del tribunal de
África austral. Debía atraerse gran número de inmigrantes británicos la colonia, ocupando la vicepresidencia el antiguo presidente del Es-
con el fin de poner.en minoría a los afrikáners, continuándose vigo- tado Libre de Orange, Steyn. La Convención se trasladará primero a
rosamente con la política de anglización de la enseñanza. En cuanto a Durban, para concluir sus trabajos en !5loemfontain. Un proyecto de
la .concesión d~ u?a ~cierta autonomía política a las dos antiguas repú- decreto denominado constítución de Africa del Sur es rubricado por
blicas, quedana 111mtada a la elección de los estamentos legislativos todos' los delegados el 11 de mayo de 1909, firmándolo Eduardo VII
locales, permanecíendo el ejecutivo, el «crabinete», en mano~ del go- el 20 de septiembre y entrando en vigor el 31 de mayo de 191 O.
bierno de Londres. b

El giro liberal. es... absolutamente radical. El Transvaal ' en diciem-'...


bre de 1906, y la colonia de Orange en junio de 1907 quedan dotados
de parlamentos y de gobiernos r,ropios, basados en el modelo britá-
nico, según el modelo de las co16nias del Cabo y del Natal. El des-
pertar del nacionalismo afrikáner va a verse facilitado con estas medi-
das. En enero de 1905 se constituyó el primer partido afrikáner de la
postguerra, H et Volk, .(«El pueblo»), bajo la dirección de cinco gene-
rales bóers: Botha, Burger, De la Rey, Beyers y Srnuts. En mayo de
190~, la ~~l~nia de Orange sigue el mismo camino con ei Orangia
Umon, dmg1do por Hertzog, De W et y Fischer. Ambas formaciones
ganan las elecciones legislativas en las dos colonias: Botha se con-
vierte en primer ministro de Transvaal en 1907 y Abraham Fischer,
scrnndado por Hertzog, dirige el gobierno de Orange. Cinco aiios
después de terminado el conflicto, los vencidos vuelven al escenario
político, y son muchos los que atribuyen esta evolución a la generosi-
dad de Gran Bretaña.
Hasta entonces todos los intentos para ir más allá en la vía de la
reconciliación unificando las cuatro colonias habían fracasado debido
a las diferencias de estatus entre los dos territorios de soberanía britá-
nica y las dos repübl\cas bóers. Este obstáculo acababa de desapare-
cer y las dudas comunes sobre el futuro inclinan a los responsables de
las cuatro colonias a unirse. Una de las dudas, no dicha, se -refiere a
los derechos de los negros y al lugar que ocuparán en el país. En
1906, la revuelta de Bambata, reflejo de la desesperación de los zulúes
del Natal, lleva el problema a primer plano. La otra, sugerida desde
Lon_?res, se refiere a la baza que supondría para el Imperio británico,
un Africa del Sur unida en caso de guerra contra Alemania. El argu-
mento ocupa un puesto destacado en el informe pn¡:paratorio sobre

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