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Edith Weinstein
Enseñar es plantear problemas a partir de los cuales sea posible reelaborar los contenidos
escolares y es también proveer de toda la información necesaria para que los niños puedan
avanzar en la reconstrucción de esos contenidos.
Enseñar es promover la discusión sobre los problemas planteados, es brindar la oportunidad de
coordinar diferentes puntos de vista, es orientar hacia la resolución cooperativa de las situaciones
problemáticas…
Enseñar es alentar la formulación de conceptualizaciones necesarias para el progreso en el
dominio del objetivo de conocimiento, es propiciar redefiniciones sucesivas hasta alcanzar un
conocimiento próximo al saber socialmente establecido.
Enseñar es promover que los niños se planteen nuevos problemas que no se hubieran planteado
fuera de la escuela.
LERNER, D. (1996)
1. Charnay R. (1994) “Aprender por medio de la resolución de problemas”. En Parra y Saiz (1994) Didáctica de
matemáticas. Paidós. Buenos Aires.
2. Brousseau, G (1982)citado por Galvez, G. (1994) “La Didáctica de las matemáticas”. Paidós. Buenos Aires.
3. Brun, J. (1990) “La résolution de problémes arithmétiques: bilan et perspectives” Math – Ecole, Nº 141. Suiza.
entrada, pero es posible construirla”.
Por lo tanto, un problema implica un obstáculo cognitivo a resolver, un desafío que va más
allá de los saberes que el alumno posee, pero a los que debe apelar para resolverlo.
En el problema debe estar planteada, en forma clara, la finalidad que se persigue, pero no
la forma en que se debe resolver, dado que el alumno tiene que poder escoger la
resolución más conveniente.
A su vez el problema debe permitir la discusión entre pares con el objetivo de analizar
diferentes procedimientos de resolución. Procedimientos que luego se deberán compartir,
explicar, discutir, validar con la totalidad del grupo.
Por otra parte, el docente al plantear problemas, debe tener en cuenta no sólo los saberes
del grupo escolar, sino también sus intereses para que la resolución adquiera sentido.
En síntesis: el docente enseña matemática a partir del planteo de problemas y el niño
construye el sentido de los conocimientos matemáticos en la medida que resuelve y se
plantea problemas.
DIAGNOSTICAR: Plantear situaciones significativas para los alumnos, que, al tratar ellos de
resolverlas, les posibiliten utilizar sus conocimientos. La forma en que el alumno resuelve
los problemas planteados le permite al docente conocer cuál es la calidad y el alcance de
sus saberes.
Este conocimiento es el que le da direccionalidad a los procesos de enseñanza y de
aprendizaje, porque, partiendo de él, el docente propone y selecciona problemas que
permiten al alumno, modificar, completar, encausar o construir saberes.
ENSEÑAR: Al conocer que saben los alumnos, el docente les plantea situaciones en las
que, para resolverlas, deben hacer uso de sus saberes, reorganizándolos de forma tal que
logren, gradualmente, alcanzar nuevas construcciones.
Conocer qué saben los niños es una tarea de vital importancia en el momento de decidir
qué y cómo enseñar. Para ello se deben proponer actividades que permitan detectar, es
decir, diagnosticar los conocimientos que los niños poseen. No se trata de actividades
descontextualizadas, individuales, sino de propuestas que se encuadren en los contextos
de trabajo.
Contenido a enseñar
Problema a plantear
Analizando las consignas nos damos cuenta de que, al plantear la Consigna B y la Consigna
D, se les está indicando el procedimiento a seguir, que es contar-, por lo tanto no se trata
de una consigna problematizadora, ya que indica el qué hacer y el cómo hacerlo.
En cambio en las Consignas A y C sólo se les plantea la finalidad: saber si los pinceles
alcanzan para los niños de la sala o saber cuántas pelotas embocaron. No se sugiere la
forma en que lo deben resolver. Seguramente lo harán por medio del conteo pero, en este
caso ese procedimiento surge de una decisión de los niños y no es propuesto por el
docente. Es una consigna problematizadora que sólo indica qué hacer sin decir cómo.
Organización grupal
- Situaciones de acción, en las que se genera una interacción entre los alumnos y el
medio físico. Los alumnos deben tomar las decisiones que hagan falta para
organizar su actividad de resolución del problema planteado.
- Situaciones de formulación, cuyo objetivo es la comunicación de informaciones
entre alumnos. Para esto deben modificar el lenguaje que utilizan habitualmente,
precisándolo y adecuándolo a las informaciones que deben comunicar.
- Situaciones de validación, en las que se trata de convencer a uno o varios
interlocutores de la validez de las afirmaciones que se hacen. En este caso, los
alumnos deben elaborar pruebas para demostrar sus afirmaciones. No basta la
comprobación empírica de que lo que dicen es cierto; hay que explicar que,
necesariamente, debe ser así.
- Situaciones de institucionalización, destinadas a establecer convenciones sociales.
En estas situaciones se intenta que el conjunto de alumnos de una clase asuma la
significación socialmente establecida de un saber que ha sido elaborado por ellos
en situaciones de acción, de formulación y de validación.
SECUENCIA DIDÁCTICA
Las situaciones de enseñanza en el Nivel Inicial, cuando son llevadas a la sala, se plantean
teniendo en cuenta diferentes momentos: de inicio, de desarrollo y de cierre.
Estos momentos adoptan, en la tarea matemática, las particularidades que a continuación
se describen:
Presentación de la situación.
Es el momento en el cual el docente plantea la consigna, indica la organización
grupal, entrega los materiales y se asegura, a través de un intercambio de ideas
con los alumnos, de que la consigna haya sido interpretada por todos. El docente
tiene, en este momento, un rol protagónico.
Momento de resolución.
Por lo general se desarrolla en pequeños grupos. Los alumnos intercambian
opiniones, discuten, confrontan formas de resolución, con el fin de dar respuesta
al problema planteado. Es una situación de comunicación con y entre pares. El
protagonismo pasa del docente a los alumnos, siendo el primero quien cumple un
rol de guía, de orientador de la tarea.
Presentación de los resultados o puesta en común. Validación de lo realizado.
Por lo general se desarrolla en grupo total. Los equipos presentan lo realizado y lo
someten a la consideración de los compañeros. Los alumnos deben fundamentar la
validez de sus respuestas y aceptar los posibles errores. Se desarrolla una
argumentación sobre el problema, de la cual se pueden desprender nuevas
preguntas y surgir nuevos problemas.
Los procedimientos se analizan en función del problema y de su pertinencia.
Tanto el docente como el alumno protagonizan este momento, ya que
intercambian opiniones, descubrimientos y procedimientos en torno al saber a
construir.
Síntesis de lo realizado, es un momento destinado a elaborar conclusiones a partir
de las revoluciones presentadas por los alumnos y a institucionalizar el saber
construido.
Los dos últimos momentos – validación y síntesis- se llevan a cabo dentro del cierre de la
actividad. Los momentos mencionados no necesariamente se deben cumplimentar en un
mismo día de trabajo; puede haber inicios y desarrollos sucesivos que se engloban en un
cierre posterior, que retoma lo realizado en los diferentes días. A veces, el cierre se puede
transformar en el inicio de la actividad siguiente, dando a conocer el estado de
construcción alcanzado. En este caso son los niños quienes asumen un rol más activo y el
docente coordina.