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Instituto del Desierto de Santa Ana

Materia:
Modulo 2. Desarrollo Físico, Cognitivo, Social y Moral del alumno

Trabajo:
Ensayo sobre el Desarrollo Social de la Adolescencia

Maestría en Docencia

Alumna: Erika Angela Acuña Trujillo

Hermosillo Sonora a 05 de Diciembre de 2023


INTRODUCCION
La adolescencia está marcada por ser una etapa de múltiples cambios físicos y
emocionales en los que a lo largo de esta, el individuo forja su personalidad que lo
definirá a lo largo de su vida; en esta etapa juegan un papel predominante la escuela
y la familia para formar el desarrollo social del adolescente. Tomando en cuenta que
nuestras opiniones y valores cambian a lo largo de nuestra vida gran parte de ellos
seguirán tomando la dirección de los surgidos en la adolescencia.
El desarrollo social del adolescente está marcado por varios factores que a lo largo
de esta van dando forma al individuo que se pretende ser, en la cual el docente
juega un papel predominante.
Con el objetivo de entender más los procesos de desarrollo del adolescente, se
abordarán varios aspectos que nos lleven a descifrar más al adolescente y como
poder ayudar o entender dichos procesos de desarrollo desde el punto de vista
docente para lograr que los jóvenes adquieran la formación necesaria para su
desarrollo social.

DESARROLLO SOCIAL. ADOLESCENCIA, MOTIVACION, ENSEÑANZA Y


APRENDIZAJE
En la adolescencia, los espacios donde son posibles las interacciones sociales se
expanden, es donde el individuo se forma como el yo, es la suma de todo lo que
puede llamar suyo y que lo caracterizan con una identidad propia, los jóvenes se
desarrollan a partir de lo que son al nacer y en relación con factores del ambiente
formado por la familia, la escuela, los amigos/as, los medios de comunicación y la
sociedad en general.
Erikson se refiere a la identidad como nuestras nociones sobre quiénes somos y en
quiénes nos convertimos nuestra definición del yo. La adquisición de la identidad
como parte del yo; en la adolescencia ocurre a diversos niveles de desarrollo con
respecto a las relaciones sociales, la política, la ideología y la escolaridad en donde
el adolescente busca mantener un grado de aceptación, por él y por sus mismos
compañeros.
Es aquí donde se dan profundos cambios de pensamiento teniendo como relevancia
los procesos de identidad individuales, colectivos y sociales, los cuales aportan en
la comprensión del nosotros mismos, las relaciones interpersonales, las
instituciones y costumbres sociales; que al final de la adolescencia se vuelven
importantes.
Podemos decir que, la adolescencia es uno de los periodos más importantes en el
desarrollo de la autoestima; es el momento en el que la persona necesita construirse
una firme IDENTIDAD. Es decir, considerarse una persona diferente a los demás y
conocer las propias habilidades, posibilidades, así como sentir que se tiene valor
como persona. Durante esta etapa de la vida, las relaciones que se establecen con
las demás personas son fundamentales. Sin duda, es vital la necesidad que tiene el
adolescente de sentirse aceptado y parte de un grupo y comienza a convertirse en
fuerte también su necesidad de mostrarse atractivo o agradable a las personas del
otro sexo. En todo esto, la autoestima juega un papel vital, ya que la consideración
que uno tiene de sí mismo puede llegar a ser fundamentales en el desarrollo de su
vida académica marcándolo durante el paso de esta etapa de forma positiva o
negativa.
Zimmerman, Copeland y Shope (1997) señalan que la baja autoestima está
vinculada con la depresión, la drogadicción, la delincuencia, el suicidio y el bajo
aprovechamiento escolar. La comunicación tanto familiar como por parte de los
docentes es la mejor arma para evitar estas influencias tóxicas; el dedicar tiempo a
educar y que este tiempo sea de calidad, sabiendo poner límites cuando hay que
ponerlos y reconocer sus logros, felicitándole por ellos, es la forma más adecuada
de procurarle una autoestima correcta.
Por otra parte es importante reflexionar acerca de lo que desde el ámbito escolar se
puede hacer con los alumnos durante la etapa de adolescencia, para buscar
consolidar un efectivo desarrollo social, al mismo tiempo que aprenden
competencias para la vida.
Offer supone que el adolescente tiene un yo múltiple que se puede considerar y
evaluar por separado:
• Yo psicológico. Manifiesta las emociones del adolescente, el concepto que tiene
de su cuerpo y la capacidad de controlar sus impulsos.
• Yo social. Consiste en las percepciones del adolescente de sus relaciones con los
demás, así como su moral y sus objetivos.
• Yo sexual. Refleja sus opiniones y sentimientos sobre las experiencias y las
conductas sexuales.
• Yo familiar. Comprende los sentimientos y actitudes del adolescente hacia sus
padres y otros miembros de su familia.
• Yo de afrontamiento. Muestra la adaptación psicológica y el grado de buen
funcionamiento del adolescente en el mundo exterior.
Concuerdo con este autor ya que es muy común ver que los alumnos se comportan
de determinada manera en el salón de clases, en su casa, de otra con sus amigos
de la escuela y de otra con los adultos o los amigos de la calle.
Tomando en cuenta estos aspectos para la evaluación de los jóvenes como docente
debemos tomar posturas positivo en los alumnos, que muestren actitudes de
aceptación y respeto, así como calor, entusiasmo y cordialidad en la labor educativa,
saber preguntar y escuchar; dejan libertad para opinar, sugerir e intervenir, dan
oportunidades para actuar y experimentar. La tendencia a controlar y dirigir la
actividad de la clase reduce la iniciativa de los alumnos e impide los sentimientos
de autoeficacia y, en último término, los de autoestima. También deben de ser
capaces de comprometer a los alumnos en el logro de los fines y objetivos
propuestos situarse en la realidad de los alumnos, como personas y como
estudiantes.

Por otro lado, esta etapa es importante desde la perspectiva del desarrollo y
configuración de la personalidad pues en ella se definen aspectos de gran
importancia para la vida futura; aunque estos compartan rasgos similares en las
diferentes culturas el adolescente está en una constante etapa de crecimiento y
desarrollo, el joven llega por su propio camino y a su propia manera a este
crecimiento y maduración. Pero se encuentra afrontando cotidianamente los
problemas que le rodean. Es normal que experimente una crisis y que muestre un
cierto grado de desorganización y confusión ya que debe establecer un logro de
identidad, definiendo aspectos claves de sí mismo y de su relación con el ambiente y
su entorno cultural.

Con el fin de fomentar la motivación y el aprendizaje de por vida es los jóvenes


es necesario implementar como docentes estrategias que lleven al logro de objetivos
creando las condiciones necesarias en las aulas, y no perdiendo de vista los
aprendizajes esperados.

Para lograr que los chicos y las chicas estén motivados o vuelvan a estarlo en el
caso de los que han perdido el interés por el aprendizaje o por actividades que les
eran provechosas, hay que tener claros los tres objetivos a conseguir:

Despertar el interés. La clave del éxito en la motivación es conseguir que los


adolescentes se interesen por la actividad concreta para la que queremos motivarlos.
Si el docente conoce cuáles son los intereses de los estudiantes, éstos pueden formar
parte de las estrategias de enseñanza si nuestros jóvenes no tienen interés ninguno,
por ejemplo la práctica del futbol ni por nada que esté relacionado con ella, va a ser
casi imposible aficionarlo. Pero si, por ejemplo, nuestros jóvenes son aficionados a
los comics será más sencillo despertar su interés por la lectura o si le gusta el ejercicio
físico será más fácil que comience a practicar algún deporte.
Guiar su esfuerzo. Una vez que el adolescente comienza a realizar la nueva
actividad es necesario seguir junto a él en su esfuerzo para apoyarlo y guiar sus pasos
en el caso de que lo necesite.

Alcanzar el objetivo. Ese será el fin de la motivación. Pero en este caso hay que
tener claro que el objetivo será siempre la actitud y no el resultado obtenido con esa
actitud. Es decir, es más importante conseguir que el adolescente se motive y realice
el esfuerzo que el logro concreto del fin que se había fijado. Esos fines se consiguen
unas veces pero otras, no. Pero el aprendizaje de que hacer un esfuerzo para
conseguir las cosas es fundamental en la vida adulta es muy importante para el
adolescente.

El interés, el esfuerzo y alcanzar el objetivo son estrategias el maestro aborda


orientándolos en todo momento de la escuela, lo hace desde el aspecto de los
contenidos hasta las actitudes y valores. Tiene que establecer reglas acordes a las
características de sus alumnos, que no limiten la libertad, pero que no caigan en el
libertinaje, es decir que tengan como límite el respeto a todos y cada uno de los
actores educativos.

Tomando en cuenta todos estos factores damos paso a la autonomía para apoyo
de la realización de las clases en la que por parte del maestro destaquen las
competencias de los jóvenes y para ello podemos mencionar cinco conductas de
enseñanza que se encontraron en aulas en las que se apoya la autonomía.

1. El profesor reconoce los puntos de vista de los estudiantes. Reconocer las


características del adolescente (alumno), cómo piensan, que les gusta, que no les
gusta, que disfrutan, que les aburre, etc. lo anterior con el fin de saber cómo
intervenir al momento de orientar su actuar.

2. El profesor fomentar la selección e iniciativa personal de los estudiantes.

Motivándolos constantemente aprendiendo de sus errores, pero es bueno que


conozcan sus fortalezas y que sepan que como docentes nos percatamos de ellas. Esto
significa, poner colchón en las caídas y engrandecer los logros que tengan.

3. El profesor proporciona razones para cualquier límite o restricción conductual que


impone a los estudiantes.

Cuando el profesor impone límites debe de dar la confianza a los alumnos de


mostrar la sabiduría como para poder orientar ese proceder, en base al respeto y
confianza para que te puedan preguntar o contar algo.
4. El profesor reconoce que la emoción negativa de los estudiantes es una reacción
válida a los límites, restricciones y tareas impuestas.

El profesor debe ser capaz de comunica que está “bien” sentir de ese modo y
seguir con la aceptación y el respeto al estudiante durante cualquier experiencia de
emociones negativas.

5. El profesor confía en la retroalimentación positiva no controlada.

Cuando los estudiantes se le presentan una dificultad o se comportan de una


manera problemática, el profesor trata el desempeño deficiente o el problema de
conducta como algo que se debe resolver en lugar de considerarlo un objeto de
crítica.

CONCLUSIONES

Para concluir terminare hablando del trabajo tanto colaborativo como el de


grupo. El análisis de estas prácticas describe los beneficios del aprendizaje
cooperativo en virtud de los resultados que produce, la cooperación beneficia al
rendimiento, las relaciones interpersonales y el bienestar emocional.

El aprendizaje en cooperación contribuye a la calidad del aprendizaje en la


medida en que: incrementa las oportunidades de aprendizaje de todos los alumnos;
capitaliza todo el potencial formativo relacionado con la interacción social y las
relaciones de cooperación en los procesos de aprendizaje; en la resolución de las
tareas escolares y en el desarrollo de proyectos, coloca al alumno en función de sí
mismo y de sus iguales, otorgándole un protagonismo clave; incrementa la
posibilidad de regulación de los aprendizajes; y porque todo ello incide sobre un
plano mucho más profundo, enseñando al alumno a aprender a aprender; en el que
no hay que perder de vista que el trabajo colaborativo es trabajo en grupo, pero el
trabajo en grupo, no es trabajo colaborativo.

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