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MADRID, 182.a:
IMPRENTA DE D. MIGUEL DE BURGOS.
r
PRÓLO G O.
P
J- resiguiendo nuestro propósito ele dar
á luz algunas traducciones de poetas clá
sicos modernos, para contribuir á hacer
populares entre nosotros, y por tanto
útiles, los acentos de la poesía, profana
dos de mucho tiempo ha en su exclusiva
aplicación á materias fútiles, ó bien á
una elocución ininteligible para el co
mún de los lectores publicamos hoi este
pequeño poema , persuadidos de que su
lectura puede ser provechosa cuando
menos a la juventud, en la. importante
época de la educación.
El panegírico que presenta de la vir-
a2
Í4) (5)
tud de la Compasión, distribuido en te patético, que es lo mas necesario de
cinco discursos, que habíamos procura todo en las primeras lecturas destinadas
do expresar en versos inteligibles y nu á la juventud durante su educación: épo
merosos , nos ha parecido ahora no solo ca de la vida en que se siembra y nace el
un libro bueno, sino único en su especie, por-venir próspero ú adverso de cada
y que, si no nos engaña un celo poco hombre.
ilustrado, acaso algún dia podrá llegar á El material.que empleamos en estos
ser clásico en las escuelas. Discursos es casi todo sacado del poema
En efecto: con él se puede ejercitar de la Pitié del ilustre Delille, en la par
á los discípulos en él arte útilísima de la te únicamente útil á nuestro propósito,
recitación ó declamación, sin ninguno es decir, al panegírico de la virtud de
dé los inconvenientes que ofrecen las la Misericordia; y aun de esta misma
obras dramáticas, y con las ventajas que parte no lo escogimos todo. Por lo cual,
jamas han producidQ ni podían producir dando á nuestra obra un tono enteramen
las Fábulas, ni ninguna de nuestras poe te distinto del de aquella, y añadiéndole
sías filosóficas ó morales, antiguas ó mo libremente algunas ideas nuestras , pusi
dernas, por su intrincada y á veces exó mos el nombre de Discursos á los trozos
tica y casi siempre incorrecta construc en que la distribuimos. De consiguiente
ción , por su vaga metafísica, y sobre to no podemos temer hoy ser cri ticados coñ
do por su carencia del suave y penetran» razón en calidad de traductores, pues
(6)
que no lo somos, bien que hablemos
siempre en nombre de Delille.
En cuanto á la versificación de esta
obrilla nos atrevemos desperar que hallán
LA COMPASION.
dola los inteligentes igual á la de la Enria
da Je darán la misma aprobación con que
DISCURSO PRIMERO.
tanto han recomendado ésta al aprecio del
público, y excitado nuestra gratitud. Ideas generales de esta virtud. Su apli
A continuación del poema ofrece cación á favor de los irracionales.
mos á su exámen y juicio crítico unas
breves Reflexiones sobre algunos pun
Harto tiempo al tronár de la impía Guerra
tos curiosos de literatura poética, que he Tembló yá eL orbe atónito. Harto tiempo
mos creído útil y preciso que acaben de Escuchó la Molicie embebecida
tener entre nosotros toda la claridad y Del corruptor Placer los torpes écos.
Ay! básta. Ven á mí, ¡oh precioso instinto
fijeza que necesitan los elementos de to
De las cándidas almas! da á mi tierno
das la$ artes. Lidiamos contra fuerzas
Delirio voz ¡oh Compasión celeste!
muy superiores, pero ¿qué debíamos ha Y con llanto de amor baña mi plectro.
cer llamados á la arena, y pudiendo ser Pues yó te cánto á tí, tú a mí me inspira;
útiles hasta con el instructivo ejemplo de Y dignos sonarán de tí mis versos.
Lógren hoi, consolando al triste mundo ,
nuestra derrota?
(9 )
(8)
Lloramos contemplando al indefénso
Ser bendecidos de'l, gratos al cielo.
Huerfanillo vejado por el mismo
Lógren enternecer ai torpe avaro,
A quien lo confió paterno celo.
1 al déspota feroz , restituyendo
Y cuando la Piedad humilde ernpenh
Su llanto y su justicia al Indigente ,
Su elocuencia de Témis en el templo,
Su gloria y su virtud al Opulento.
¿ Qué corazón no arroja en la balanza
Copa inexhausta ofrece de ventura
Lágrimas que la inclinen acia el réo ?
Al hombre la Piedad , con el excelso
Dulce instinto á gemir nos amaestra ,
Título de Monarca de los Brutos.
Y á sentir como propio el mal ageno.
N-o fue la Fuerza quien le dio su cetro:
¿ Qué más ? la narración de un infortunio
Fue la Piedad, del débil protectora.
Básta á cubrir al corazón de duelo.
Breve orizórite sólo desde el suelo
Lloramos de Moisés el abandono
Los animales ven , y en él terminan
Por Pusíno expresado sobre un lienzo,
Los fines de su humilde movimiento.
Eufrates nuevo do en su cuna gime.
Lióles el Criador alma imperfecta ,
Llorámos de Danloux ante el porténto
Bastante á sujetarlos al imperio
De su hermosa Vestal, en flor y vida
De la Necesidad , nó á las Virtudes.
A la tumba abrazada descendiendo
Capaces de pasión, nó de consejo ,
Por la Piedad, que al par inspira llanto
•Cuánto distan del hombre! El hombre llora;
De su dolor , que olvido de su yerro.
V éste es su mas ilustre privilegio.
La Piedad, de su Autor noble trasunto,
Del hombre es protector el mismo llanto ,
Revéla al hombre el ínclito misterio
Cuando de su enemigo riega el pecho.
De su celeste origen. Maldecidos
Lloramos al mirar arrebatada
Por siempre lloren los inicuos pueblos
Al Amór y al amante en los destéllos
Que hoi, y ante nuestros ojos, inmolaron
De su primer albor la virgen pura.
( 10 ) ( 11 )
La Compasión , por manos de! vil Miedo. En romper la igualdad de los derechos
Aras á la Piedad consagró Ate'nas; Separando las clases. Vióse al rico
Y el aváro Interés pagó contento Distinguido del pobre. Tembló el siervo
Usuréra oblación á sus Auspicios, (i) Ante el señor. Mas, nueva Providencia,
¿ Qué no debe el mortal á tus desvelos, Súbito la Piedad dictó el remedio.
Oh deidad? Tulas artes nos' inspiras; En la colmada Trox su mano misma
Tú endulzas las costumbres ; y el veneno De la porción del pobre hizo descuento.
Del Vicio lábás con tu lloro santo. Inspiró mansedumbre al poderoso .
Sí. De tu vóz melosa el puro acénto Al vano caridad. Logró á su ruego
(Más fuerte que los pactos y las leyes) Hacer amable al tétrico Infortunio ,
Sacó á los hombres de los bosques yeTmos Mezclando llanto dulce , á llanto acerbo ;
A juntar sus hogáres en la Aldea. Y á la Bondad colmando de ventura,
Semibrutos en ella, y semideos Interés y Virtud puso de acuerdo.
Doquier de la Natura, que adoraban , Tál orden dió el Criador al bajo Mundo.
Un mismo valladar ligó los techos Cede ¡óh mortál! á Su querér supremo.
De todos , y una misma lei las almas. Escucha'á la Piedad , y el mismo daño
Contra común pobreza y común riesgo , Que alivies, acreciente tu provécho.
.En propiedad común se convirtieran Fuerza á que te bendiga al desgraciado,
Hondas, industria , pastos y alimentos; Y hazlo feliz , si tú pretendes serlo.
Como el terror y la común vigilia Sed, pues,primer objeto de mis cantos,
En plácida quietud y blando sueño. Vosotros , que pobláis nuestros oteros ,
Poco tardó Fortuna, injusta siempre, Vosotros, los que hacéis fecundo el campo,
¡De todos propiedad , de radie dueños!
(i) Véase la nota primera al fin del Discurso. Sí, nacisteis esclavos. Dios lo quiso.
( 12 )
Al formaros de un barro mas grosero ( 13)
No os dió inmortalidadsois de la tierra. «De que le desuncís lustroso el cuerno ,
A nosotros la dio: somos del cielo. «Mientras sediento lame, ensortijado
Mas, pues necesidad juntos sufrimos «Con sangre y con sudor , el rojo pelo ;
Juntos para aliviarla trabajemos. «Osais en pago de esa misma vida
Nó que rebelde intente mi ternura «Que su auxilio os conserva, el mortalhierro
Violar otro fatídico decreto, (i) «Clavarle en la garganta , y su mugido
Y al anciano de Sámos imitando , «Escuchar como un plácido concierto ?
Vano declamador, gritar diciendo: «¿Falta acaso materia á vuestra torpe
“¿En que os lian ofendido, hombres crueles, «Gula ¡oh, más que las fieras, hombres fieros!
«Esa inocente oveja y su cordero «Mirad la fruta á que os convida el brazo
»Que os ceden su vellón para abrigaros? «Del árbol con su amigo movimiento.
«¿No os dió á cambio de espinas dulce queso «Mirad los tallos que la sávia errante
«Y néctar de salud la frugal cabra? «Por vuestro bien convertirá en veneros
«Del licor de los dioses. Ved las mieses
«¿Las aves sonorosas nó supieron
«Crecer para saciar vuestros deseos.
«Vuestra pena calmar en lo escondido
«¿No os dá la abeja su fragante almívar?
«Del bosque inspirador con sus gorgeos,
«¿La cándida primicia de su seno
«Mas que el aura fragante deleitosos?
«Os niega acaso la nutriz novilla
« ¿ Qué os hizo el dócil buei, el compañero
«Para templar de vuestra sangre el fuego?
«De vuestro afán, de vuestro campo el Lijo,
«Labrador dél, como vosotros mesmos? «Nó, ¡bárbaros! pues ¡ay! ceded al lóbo,
«Al oso y tigre ese festin cruento
«¿ V osáis ¡hombres! osáis, junto ala esteva
«De que Naturaleza se estremece.. !!”
Vanos discursos: la habitud y el tiempo
(l) Veas# nota segunda.
(Más que Naturaleza poderosos)
( i5 )
( >4 1
Los de su esclava vida últimos restos;
La ley borraron, ya que no pudieron
Y al fin la convulsión de los dolores
La queja y maldición que al hombre envía
Prestarles nuevo impulso y vigor nuevo
En el balido y el mugir postrero.
Desuncid vuestros carros ¡hombres duros!
Haced los vientres tumbas ¡ oh inhumanos!
Sus hermanos vendrán á socorrerlos;
Mueran porque viváis : mas un momento
Y aun tú te detendrás para aliviarlos ,
No dilatéis su fin á la agonía:
Caballo del sensible pasagero.
Mirad que os lo prohíbe el Sér eterno ;
El bruto al bruto como el hombre al hom
Y la Piedad , que resignada aprueba
bre
La esclavitud, maldice los tormentos.
Deben en la aflicción darse consuelo.
Pero , qué! ¿ yó, yó mismo no lo he visto?
¡Y cuánto más inicuo todavía
¿No he visto yó, cargados con un peso
Del justador ginete el torpe dueño
Mayor, que su poder sobre la hundida
Que lo enflaquece adrede porque pueda
Espalda, ensangrentada, y de pellejo
De palenque á palenque , bajo el peso.
Desnuda yá , bufar los animales
Y el látigo y la espuela del galano
Bájo el azóte déspota de uri necio,
Yoquéi, partir , llegar, y quedar muerto!
Que injusto, motejando su pereza,
Horrendo alarde del humano orgullo!
Castiga la flaqueza de sus nervios ?
¿Y se vé sin rubor? ¿Y hay quien al reto
Sí: yo los vi, los miembros dilatados
Bárbaro asista sin llorar , mirando
Dia^onalmente hincados en el suelo,
Dos brutos inocentes compitiendo,
Faltos de fuerza para echar el paso^
Sin ira ó gloria, á recibir la muerte
Yertos en tierra dár, doblado el cuello ;
O darla? ¿ Y para qué? para que enhiesto
Y aun entonces ¡qué horror! el rudo azóte
Sobre el cadáver, dándose á sí el lauro,
Caér con nueva rabia encima de ellos
“ Vencí” grite el estólido mancebo ,
Porque no desperdicie la codicia
( i6 )
7
( * )
Y arrebáte la apuesta ambicionada...
,Y los maltrata el hombreíjEique su propio
De infame honor , infame emolumento!
Mal llora , ríe asi dél mal ágeño!
En mi amada Albion , patria benigna
No tú, virtuoso Hogarth! tú cuya pluma
Del bruto justador , tomad ejemplo.
Trazó la historia y triste'monumento
Ella os enseñara de cada raza
De la suerte íñfelicé de'los brutos.
A distinguir .y respetar los fueros;
No tú, de quien bastára á hacer eterno
A cultivar su instinto, y desvelarse
El nombre la expresión del aldeano
Por su felicidad. Ni mas fraterno
Que la cólera de otro reprendiendo
Brilla el amor con que á los suyos nutren
Contra el asno paciente, Solo exclama :
Y acarician , y abrigan en sus lechos ,
«¡Tú no has oído á Hogarth, hombre
Esas hordas selváges , no inhumanas.
pervérso!” (i)
El bruto es grato , y ríndese al obsequio.
Hagámoslos éh fin nuestros sirvientes:
¿Quién no le ha visto , ai resonar apenas
Pero no nuestras víctimas. Entre ellos
La trompa, mas veloz que los deseos
Será el primero que mi Musa cante
De su señor, y con su alhágo ulano ,
Ese noble animal, norma y portento
A su voz, sin azote , espuela ó freno ,
De amor y gratitud, qué desvelado
Partir, volár , llegar, pasar la meta,
Noche y día, celoso ganadero,
Volver , pararse , y con mirar soberbio ,
Nuestros rebaños une , y guarda , y guia,
Y pisar redoblado sobre un punto,
Celebrar la victoria de su dueño ?
(') El sensible pintor Hogarth se dedicó a representar,
Prudentes emplead don y castigo: en una serie de eácenas preciosamente grabadas . todos los
padecimientos y males que causa á íos brutos el hombre.
Sentir favor y agravio es el primero Í-a exclamación con que acaban estos versos debia ser “ ¡tú
no has visto los grabados de Hogarth! ” pero por desgra
Instinto de-los brutos: su venganza cia nuestra, hubiera sido ridicula en, boca de un aldeano
No es menos fiel que su agradecimiento. español , á quicu pudiera responder el otro : “ ¿ Y tu, qué
has visto, majadero, ? ¿hay en tu casa laminas? ”
b
( .8 ) ( r9 )
o defiende cual propios los hijuelo» Déla Piedad inspiración potente!)
De su pastor dormidos en la choza De sus mismos feroces carceleros
Si sorprenderla intenta el lobo hambriento; Fue voluntario don , que la justicia
Can fiel! en cuya inmóvil moribunda A la inocencia tributó del preso.
Mirada recibimos el mas tierno Ay! yó, qué proscribí los funerales, (i)
Saludo, y el adios mas amoroso! Por vana afectación , con que ios restos
¡O tú, el que diste ya tu último aliente Suele i ónrár de algún bruto grato elhom-
De tu Real Señora (i) entre los brazos ; bré, '
De su abandono y su horfandad consuelo; Injusto entonces fui, y hoy me arrepiento.
Tú , cuya boca alzaba la cadena En un mármol que cubra tus cenizas
Que arrastraba su pie ; tú del postrero Mi mano misma grabará :
Adios del puro adolescente hermano
Triste y único don! Cuando el adverso «F IDELIO
Querer de inescrutable Providencia MURIÓ LEAL EN ESTE SIGLO INGRATO!
í
( *4}) ( *5 )
lies agradables t no .se dignaron hablar de decen a todo animal, por vil que sea, con
ella..Ln.eáno.sQ'o la nombra para llamarla siderándolo como partícipe de la humani
mentira plausibley propia para borrar las dad por efecto de la transmigración de las
imágenes de, la muerte; y ios filósofos no la almas. Diferentes viageros refieren que to
creían , puesto que el misino Pitágoras sa davía en el sigio pasado se veían en gara
crificó cien bueye§ para celebrar su descu ta hospicios para las pulgas, chinches &c.;
brimiento del c adrado de la hipotenusa. y aun habla también de una secta de in
Menos propio era todavía, este dogma dios que hay en el reino de Goiconda , la
para lograr aceptación en Europa qjie.en cual profesa tal horror á la sangre, qúe sé
el Indostán ; porque como en las riberas abstiene de comer cebollas -solo porque
del Ganges la naturaleza ofrece espontánea esta legumbre contiene ciertos filamentos
mente al hombre cuanto en realidad nece que semejan de algún modo las venas del
sita, lo hace esencialmente sobrio; siguie'n- cuereo animal. El autor de la historia de
dose de esto que , por lo mismo que pre Missora refiere que durante la hambre que
fiere las frutas y legumbres á las carnes, en 177.4 afligió á Bengala y dio la muerte á
profése mayor respeto á los anímales ; y asi mas de tres millones de habitantes, se resig
es, que esta creencia se ha conservado naban á morirlos indios antes que á probar
hasta hoy sin alteración en aquellos países. la carne. “En medio de tan lúgubre y espan
Los indostanos tienen todavía sus solemni toso espectáculo (dice el mismo autor) una
dades y ceremonias en honor de los anima “cosa excitaba todavía , si es posible , mas
les. Los Bramas celebran una fiesta dedi “admiración que lástima, á saber: la imper
cada á las vacas, que llaman el Pongól. A- turbable constancia de los indios en no a-
doran también al dios de la virtud bajo la “ceptar ninguna especie cíe alimento animal,
forma emblemática de un buey ; y compa “L en soportar todas las angustias de la
(
6)
* ( 27 )
»agonía, despreciando serenos el para elloi »as. El rey prófugo Luis XVIII escribió en
«ilícito remedio ; de suerte que puede de . tonces una preciosa carta á Delille para
«cirse propiamente que en este naufragio que compusiera la inscripción de este mo
«de la humanidad no sobrenadó otra cosa numento; y el poeta, que se hallaba á la
»que la Religión. sazón en Inglaterra , (también emigrado )
la hizo inmediatamente; pero quiso la des
nota tercera, pág. 18. verso S. gracia que la poticia de Bonaparte, yá en
aquel tiempo apoderada de una gran parte
tú, el que diste ya tu último aliento de la Alemania, interceptase en Baireuth
De tu Real Señora éntrelos brazos. &c. los versos y la carta del aut or.
La joven María Teresa llevó consigo No parecerá inoportuno que aprove
cuando la sacaron de la prisión llamada el chemos esta ocasión de citar aquí algunos
Temple un perrillo que su hermano el Del ejemplos de fidelidad dados por los perros
fín la había regalado. Este fiel compañero en los calamitosos dias de la revolución
de sus infortunios murió á su vista preci francesa. En un libro publicado en 1796,
pitado casualmente desde un balcón del se dice lo siguiente acerca del último de
palacio dePoniatowski en Varsoviaen 1801. estos anímalillos que habia pertenecido á
El príncipe Poniatowski, que por aquel la Reina.
tiempo habia recibido en su casa con gran «La desventurada María Antonia con
des miramientos & la familia real de Fran servaba en su prisión del Temple un perrillo
cia, determinó elevar en sus jardines un que habia criado de chiquito , el cual la si
monumento en honor de este animalillo, guió cuando ia trasladaron ála Consergeria-,
que podría recordar á la posteridad ideas pero los carceleros no le dejaron pasar de
no menos tiernas que sublimes y espanto- la puerta del calabozo. Alli esperó en vano;
(»«) ( a9 )
gimió , rogó , si asi puede decirse , á todo la Concordia!!) donde permaneció al pie dé
el que abría la puerta; y al fin estableció ali1 la guillotina mirándolo de hito en hito has
para siempre su residencia, à pesar de la ta que vio caer la cabeza. Buscándola en
persecución, amenazas y aun golpes de los tonces desatinado, y no pudiendo hallarla,
gendarmas , permaneciendo así fiel y á la viendo que se retiraba el carro que le ha
mayor inmediación posible de su señora , bía conducido lo siguió hasta la puerta de
superior á los influjos del miedo y aun del la Consergeria ; y desde entonces durante
castigo. A las horas en que el hambre ó la mucho tiempo rio dejó un solo dia de ve
sed lo apremiaban se dirigia á las casas mas nir al mismo sitio y en la misma hora pa
inmediatas, en las cuales hallaba siempre ra acompañar de ida y vuelta á la plaza
remedio á su necesidad; y en seguida se el carro de las victimas.
volvia á la puerta de la prisión , de donde
Dos niños, hijos de M. D... iban diaria
no faltó jamas dia ni noche. Muerta .des
mente á verlo á la puerta de la misma pri
pués en un cadalso la ilustre María Anto
sión , donde no llevaban otro guia que el
nia , su pobre perrillo (que ha vivido has-
perro de su casa, que les servia de Men
ta 1795) conservó inalterable su costumbre,
tor. Este cuidaba de su seguridad , ale
sin haber querido nunca darse á otro amo(
jaba todo animal que pudiera amedrentar
como lo testificaron los vecinos inmedia los, los mantenia unidos, los empujaba
tos de la Consergeria que lo socorrían, y para apartarlos de los carruages, se ade
no le daban otro nombre que el de el perro lantaba y les abría paso , ú embarazaba á
de la Reina. ” los que pudieran estrecharlos, y finalmen
A un vendedor de carnes condenado te los volvia á su casa del mismo modo ,
á muerte le siguió su perro hasta la plaza sin que en tantas repeticiones de peligros
de las ejecuciones, (llamada entonces de y dificultades les sucediera nunca el mas
í ( 3o )
leve contratiempo. (Téngase presente que
la industria y arte de cultivar el instinto
de los perros , ó llámese de educarlos , ha
llegado en algunos países á un grado de DISCURSO SEGUNDO.
perfección que no exige menos que verlo
para poderlo creer.)
La misma virtud ejercitada con los sir
Pudiéramos citar' otros muchos rasgos
vientes libres. Con los Esclavos. Con
de fidelidad é inteligencia de los perros.
los parientes.
Ya se ha pensado en componer una histo
ria moral de los animales durante la revo
lución francesa ; pero quizá hubiera sido Objéto de piedad, si nó más justo
demasiado injuriosa para el género huma Más noble , la amorosa Providencia
no. Por lo que hace á la historia particu Al hombre da en su igual, no yá su es-
lar del perro , ya se lia mezclado muchas clávo.
veces con la de los hombres. El mismo
De vosotros diré : los que la agena
Homero que cantó á los Dioses , y celebró
Casa habitáis , sin amistad ni deudo,
las proezas de Aquiles , no se desdeñó de Por una humilladora recompensa
hablar en la Odiséa del perro de Ulíses, Con honrado sudor santificada ;
que fue el primer viviente que reconoció De vosotros diré : í i Nó que indiscreta,
á su amo. La Sagrada Escritura hace tam Proclamando igualdad contraria al orden ,
bién mención del perro de Tobías. Romper mi musa intéate la cadéna
De séres, que en el átomo termina ,
Desde el Omnipotente , en quien comienza
(3a ) W
Más nò por éso, prósperos mortales t Pues que asi le conviene , sirva el honi- *
Intentéis contristarlos , y la acérva bre;
Memoria , harto indeléble , renovarlos Mas, no hálle ultrage, en vez de recom-
De sh abyección , y vuestra prepotencia. pénsa.
A vuestra voluntad rinden la suya ; Amos-prudentes, mézclese invisible
Qs dan su libertad: ¿ qué más pudieran? La autoridad á la bondad paterna.
¿Con qué compensaréis tal sacrificio? Recíproco interes, mtítuo-contrato
Ah! si en un breve instante la apariencia La servidumbre y el dominio sean ;
De esta deidad sagrada bastó- sola Y el celo adivinando los preceptos1;
Mi noble Patria á trastornar ; si apénas , Decirse no podrá que uno obedezca
Del hierro de sus grillos, el esclavo Ni otro mande. ¡Oh cuán plácidó presiente
Espartáco forjó la que en su diestra ün tierno Corazón lo que desea
Brilló libre cuchilla , huyó el Romano , El corazón amado j convirtiendo
Se sublevó la Italia, y la potencia El deber en deleite y conveniencia!
Vaciló de Pompéyo ; si dos veces i Qué amistad no dá más que sé la pide!
Inèrme el inmortal pueblo de Iberia Mas el que la Piedad os recomienda
Lanzó á los mares , ó estrelló en los montes, Con más ferviente ruego ¡amos sensibles!
Es ese anciano servidor, que viera
Las huestes Africanas y Europeas: (i)
Ved si grabó profundo en nuestras almas ‘ Y acompañára ante el altar, llorando,
Su siempre invicto arnór Naturaleza! Joven, y enamorada, y pura , y Bella,
La que os dió el sér después i y entre sus
brazos
ir) Estos Cliajro versos no pueden ser del original,
compuesto antes de nuestra revolución de 1808. Pero ¿ que Mientras que descansaba Os depusiera;
español podría réjisíirse á la ocasiou de hacerlos y dejar
los grabados eu un monumento tan digno de la posteridad Cuyas carias majaron vuestros besos ;
c
(34) ( 35 J
Cayo sigilo os evitó mil penas ; Regalillos de amor dió por respuesta
Cuya infidelidad , si no inculpable Anticipada á tu pedir continúo ?
Inocente en su fin , de las paternas Nó ; la justicia, el mismo honor lo vedan ;
Reprehensiones frustrára la justicia , Ve'dalo tu interés, ¡hombre sensible!
Declarando por suyas culpas vuestras. Monumento en tu hogar es su presencia
Pagadle ahora, desinteresados De antigua gloria , cual antiguo mármol,
Como lo fue su amor ; y pues sus fuerzas Que tu olvidada historia te recuerda.
Se consumieron todas por vosotros , ¿Le oirás indiferente repetirte
Del peso de la edad y las faenas De tu niñéz las plácidas escénas;
Descargadlo por siempre; (¡y éste siempre Tu naciente valor , cazas , combates ;
Quizá acábe en la aurora venidera.) El primer desafío en que tu diestra
Honor de vuestro hogar y timbre vuestro, Defendió al inocente atropellado ;
Su senectud inspire reverencia. Y el pleito en que vencistes , y las fiestas
Si nada puede yá , todo lo quiere ; De su celebridad ; y la batalla
Y su historia será libro en que aprendan
Famosa ,en que la sangre de tus venas
Sus nuevos sucesores á agradaros. Regó el campo y tiñó ia tremolante
Sus sonrisas, sus gestos de impaciencia,
Ganada por tu brazo alta bande'ra ;
Suprema autoridad tendrán con ellos. Y luego tns amores... tu himeneo...
¿Y tú, cuando yá en fin ni aun esto pueda,
Hombre ¡de qué te privas! ¡ qué eñagénas!!:
Tú , el resto venerable de.sus dias Si te es inútil yá, si las deshoras
Amo ingrato! darás ála miseria? Y el bullicio del pueblo le molestan,
En las calles mendigo ha de pararte Trasládalo á tu Quinta. Auras süáves
El mismo que por tí se desprendiera Allí respirará que le devuelvan
De su pobre salario , y cuando niño Si nó el vigor el gozo de la infancia ,
c2
I
(M) ( 37 )
Como suele el rocío á la flor séca. Huid, desventurados habitantes...
Allí otra véz se juzgará dichoso ; Los tigres quebrantaron sus cadénas...
Y el vago recordar de sus primeras Volcán es cada pecho ; cada brazo
Sensaciones y amores, duplicando Negra guadaña que las vidas siega.
Su niñéz , llevara ledo á la huesa Si el sol vio con horror vuestras crueldades,
Al que al nacer te recibió en sus brazos f El mismo Robespier hoi, con vergüenza
Y muere bendiciendo tu existencia. Y envidia, vé el honor de sus venganzas.
Ni olvidarán mis cantos á los hijos Ve'dlos. Clavados en las lanzas llevan
Del Africano sól ; los que por cuenta Por estandartes niños moribundos ;
De la tirana Europa fecundizan Y del hórrido ahullido de las tiernas
Las dulces Colombiánidas riberas. Madres al són, cantándo, á compás marchan;
Si en color desiguales, no en derechos. Padres, hijos, esposos, muertos ruedan
- Blancos ! ¿ qué hacéis ? ¿ armarlos con las Ante sus pies , qué para abrirse paso
mesmas Los apartan , en tanto que vadéan
Leyes con que pensasteis maniatarlos? Las calles , por la sangre hechas torrentes
Lejos de mí, doctrinas indiscretas ¡Del mál del mundo la Deidad siniestra
Que con falsa piedad , desanudando Pudo así, en solo un punto, entrámbo®
Los lazos que amarraban á hombres fieras, polos
(Por crueldades de otro hombre encruele Al fuego dár, con una misma tea !
cidos , ) ¿Y qué causa produjo tal desastre?
El hierro , el fuego, y la venganza ciega Vuestra sevicia, ¡ oh Blancos! vuestra acerva
Les concedieron , para mùtuo daño. Condición , vuestro olvido de las dulces
¡O triste Haíti! ¡ó libertad funesta! (i)_ Leyes de la justicia y la clemencia.
(i) Revolución d« la islá'd» santo Domingo,
Hollasteis la piedad, y perecisteis.
( 38 ) (( 39 )
Airóse el Odio. Peroró la Ofensa. ¿Yescucharás tranquilo su gemido?
La Astucia concitó, representando Del pariente infeliz en la presencia
Vuestra debilidad , su propia fuerza, ¿ Podrás gozár tus prósperos destinos
Despecho, agravios, ocasión , ejemplo, Sin cuidar del alivio de su pena ?
Derechos, libertad, gloria, opulencia: : :: No lo espéres : su sangre es quien te ar
Caliád lodos ; ilusos! Ambos bandos guye ;
Oigan á la Piedad! Cese la guerra! Y tu remordimiento quien la vénga.
Renazca la amistad , y ambos colores Cállaenvano la Lei, cuando pronuncia
Recíproco matiz, no yá bandera Su imperioso querer Naturaleza.
De agresión muestren, confundiendo en Ved las ramillas , hijas de ese tronco ;
una Una, de pingüe jugo está repleta;
Las enemigas razas blanca y negra. Otra , sedienta dél, y desecada.
Mándese y obedézcase sin odió. Véd cuan celoso el jardinero llega ,
De la severidad y la indulgencia Y para alimentar à la indigente
Huyanse los extremos, que al desprecio Tomando lo supèrfluo á la opulenta ,
O á la venganza atroz sueltan la rienda. Con fecundante amputación compórte
Y si es forzoso que el sudor esclavo De la sávia nutriz la oculta véna.
Riegue las Tras-Atlánticas florestas , Sí : ¡pariente cruel! tus abundancias
La sávia al menos de la dulce caña No son de la incorrupta Providencia
Poción de sangre y lágrimas no sea. (i) Graciables injusticias: crimen tuyo
Con grito mas enérgico y mas tierno Son , si atesoras lo que dár te ordena.
La’ voz del deudo al corazón penetra. Oye su vóz, y tú también corrige
La injusta Lei, ó la Fortuna ciega.
(i) Véase la nota primera al fin del Discurso. ¿Y quién no gustó yá la fruición pura
( 41 )
Que cátisala Pied .d;< n.qpien laempléa? Y amante idolatrada de un mancebo
Tu nombre. ,. ¡ ilustre Cándida! grabado Con quien Amor no ha menester sus flechas,
Con fiurií, jnjportái por la discreta Cándida, minea á su adorado amigo
Musa derAdísson (i),, sírvame de ejémplo Quiso rendir la palma en competencia
iNoble , ,y .de madre huérfana , la bella Del tierno , adolorido , anciano padre.
Joven, al triste padre recordaba «Mi bien: llorémos (era su respuesta.)
La imagen de su amada compañera, «Nada te debo á tí, lo debo á él todo :
Dándole así dos ídolos en uno. «Tu amor es elección , mi afecto es deuda.
¡La esposa los sentidos embelesa ; «Mi padre para sí náda me pide :
El hijo irrita la ambición; la hija «Tú , amante de tí propio , me deseas.
Es en quien toda dicha se concentra; «De él apartada , yo te amára menos;
Como objeto de amor , nó menos puro , «(¡ Que no hay pasión que engáñe ála con
Y (¡ oh verdad!) de mas, fiel corresponden, ciencia !)
cía! «Mis hijos fueran Lijos del Delito :
Modéle de beldád , en quien Apéles «Tú fueras infeliz; y él pereciera.
De la madre de Amor reconociera «Llorémos : mas llorémos inocentes,
Las perfecciones todas retiñidas , «Pues cuándo llora la Virtud consuela,
Que apenas encontrara en mil doncellas ; «Tiempo vendrá., ¡sacrilega, qué has dicho !
«Perdónala ¡óli eleménte Providencia!”
(r) Celebre literato, moralista y poeta inglés. Este epi Así hablara, con éco sobrehumano ,
sodio , que Delille imito del número 449 de su Espectador
lo liemos reducido, y quizá torpemente desfigurado ; pero La joven combatida. Ojalá puedan
debemos confesar habernos hallado siu las fuerzas necesa
rias para traducir este trozo completo y con la singular Mis versos conmover así las almas
amplicidad de expresión que tiene en el original, á la Sensibles de otras hijas como élla.
cual resiste la nobleza de nuestro ritmo en los verso®
largos. Sublime oficio del divino arte,
( 4a )
Eco y aliento de la voz primera
Que resonó en el mundo desde el cielo!
De tu eminente gloria y tu nobleza NOTAS
¡Arte embelesador! este és el timbre.
Por tí la Lira sacra reverencia AL DISCURSO SEGUNDO.
El fiel creyente, y su divino acento
El éco todo de los orbes llena.
nota primera, pág. 38 verso 19.
( 44 )
Joseph, admirándose de que por tales ae
ció es se acusase á aquel patriota, dijo en ’ VYYY Y YYYYY y y y wy
.! -
la un tiempo
Yerma Botanildi, ya bien poblado
Distrito de la tierra"
Bahia-botdnica. fue así llamada á causa
de las muchas plantas medicinales que en
ella se encuentran. Descubrióla el célebre
navegador Cook, en abril de 1770, y está
situada en la costa de la Nueva-Holanda.
El clima es sano y templado, y su suelo, de
arena húmeda y ligera , bastante poblado
de bosques y fértiles praderas. El gobier
no inglés designó á Bai.ía-botánica en 1781
¡para establecimiento de una colonia que
había de componerse de los delincuentes
que, sin merecer la pena de muerte, deben
expulsarse de la sociedad. En 1788 llegó á
( 74 )
Bahía-botánica ei primer convoí, después (75)
«tino á los oficios, y son herreros, calde-
de un viage de 56 semanas. Al principio
«reros , panaderos, sastres, jardineros, y
tuvieron los nuevos colonos muchas difi
«aun enfermeros. Las horas del trabajo
cultades que vencer, ya por la oposición
«son desde que sale el sol hasta las once
armada de los indígenos., ya por las esca
«y media que los llaman á comer, A las
seces de algunas cosas necesarias.
«dos vuelven al trabajo hasta que se po-
Todas las relaciones é informes recibi
«ne el sol; á cuya hora cesa toda faena al
dos desde entonces acreditan los felices
«toque de retreta.
progresos del establecimiento; y debe de
«Para estimularlos al mejor cultivo de
cirse en honor de aquellos desdichados, que
«sus jardines tienen libre el dia del sába-
desde el dja de su llegada á este lugar de
"d°, y se dan premiosa los que hacen pro-
espiacion su conducta ha sido infinitamen
«ducir mayor cantidad de legumbres y
te mejor de lo que podía esperarse. He
«frutas. Las mugeres limpian todas las ma-
aquí lo que dice Jorge Barrington en sus
«ñanas las habitaciones ; reunen y lavan
memorias: “Empecé (dice) á visitar las
«la ropa, la componen y la devuelven el Do-
«diferentes clases de pobladores, y á todos
«mingo. En este dia nadie puede dejar de
«los hallé mas aplicados al trabajo, mas
«asistir al oficio divino , que se celebra á
«respetuosos con sus sobrestantes, de lo
las once, y los sentenciados están obliga-
«que me había imaginado. Unos se em-
«dos á presentarse vestidos completamente
«plean en hacer ladrillos, otros en la fa-
«de limpio. Debo notar que su compostura,
«hricacion de habitaciones y almacenes,
«decencia y aun devoción en el templo sor-
«otros en desmontar y all anar terrenos,
«prenden al .que considera lo que han si-
«cortar y acarrear maderas, formar cami-
«do antes aquellos infelices.
»nos Scc. Otra clase está dividida con des-
«A los cumplidos en la condena del tra-
( 77 )
«bajo reparte tierras el gobierno en esta y el gobierno busca una isla á propósito
«proporción : para ello.
«Al hombre soltero. 5o acres.
NOTA SEGUNDA , 69« V^fSO 12.
«Al casado.................... 5o.
«Para cada hijo. ... io. y “¿ Quién, [IíóvvarcV. &c.
«Los 18 primeros meses de su eman. El ilustre inglés Juan Hovvard consa
«cipacion sigue el gobierno asistiéndolos gró toda su vida al socorro de la humani
«de vestuario y manutención, y les dá ade- dad' doliente. Habiéndose apercibido de
«mas un surtido completo de cuanto los abusos que se hablan introducido en
«objetos é instrumentos necesita un cul- las cárceles de Inglaterra, quiso remediar
«tivador, con granos para sembrar el pri- los; estudió el régimen que se observaba
«meraño. De este modo la mayor parte de en las casas de detención ; presentó sus
«los sentenciados se concierten en pro- quejas al parlamento, y logró mejorar la
«pietarios, y suelen dar los mejores ejern- suerte de los presos. Este primer triunfo
«plos de virtudes domésticas. No pocas ve- aumentó su celo, é hizo que diese mucha ma-
«ces se ha visto á un foragido, condenado vor estension a sus filantrópicas miras. Le—
«por los tribunales de Londres, ser juez corrió las cárceles de Holanda, Alemania,
«de paz en Bahía-botánica y administrar Rusia, Suecia, Dinamarca, Francia, Italia,
«justicia con tal probidad, que podría ser España y Turquía, y puede decirse que no
«vir de modelo á los mismos magistrados hubo un solo calabozo en que no introdu-
«que lo sentenciaron.” gese á lo menos el socorro de la consola
Finalmente: ha prosperado de tál mo ción. Restituido á su pateia publicó el re
do este establecimiento, que se piensa tiem sultado de sus observaciones, y sus proyec
po luí en. formar otro bajo el mismo-plan. tos; obra que puede mirarse como uno
( 78 )
de los mas bellos monumentos que se han
erigido en honor y gloria de la Humanidad.
Sus descripciones de las cárceles de todos
los países, y las observaciones sobre el nú DISCURSO QUINTO.
mero de los réos, calidad de los crímenes
Sic. son curiosas y filosóficas.
Hovvard, que no solo visitó las cárce Id. Délos Hospitales, Hospicios, In
les sino también los hospitales de Europa clusas &c. De los heridos en campa
murió mártir de su propia caridad, asis ña. Conclusión.
tiendo á un enfermo contagiado, en 1790.
Vole'mos, Musa, áloslugáres sácros
Do invoca á la Piedad el alharido
Del Dolor; á esa estancia religiosa
Donde alegre se humilla el hombre pío
Al hombre enfermo, y próvido le oírece
Los socorros humanos y divinos.
La Compasión alzó sus fundamentos
De lustre y solidez; mas no los hizo
Incorruptibles. ¡Cielos! ¡Cuantas véces
Descuido y avaricia reunidos
Hicieron delios fétidas cloacas,
O públicos mercados de ¡os vicios!
Corno leños al fuego destinados
Allí se apilan muertos sobre vivos.
(So )
( 8r >
Allí el convaleciente al moribundo Rogie <1 lo menos el postrer suspiro
Con la propia cubierta está ceñido. Desacerbar con dulce Adormidera.
De mortíferos hálitos henchida Véase en fin por él restituido
La atmósfera presenta el parasismo A su hogar el feliz convaleciente:
Por síntoma de un mal, de que ella es Y alegre y débil, vacilante y tibio
causa. Como en segunda infancia, ensáye el paso'.
Allí, sobre el jergón medio vacío , Canten ¡ó arte sublime! dulces himnos
A veces más que el mal llora el remedio En tu alabanza Cielo y Tierra : adoren
El paciente Indefenso. Al Domicilio A la Piedad en este santo asilo
Conduce en la visita la Ignorancia. Indigencia y Dolor; y en fin, aclame
La sorda indiferencia hace su giro; El hombre grato al hombre compasivo.
Receta; y al Acaso alarga el orden. Afas ¡Cielos! ¡ó sorpresa! ¿qué siniestro
¡Piedad! acude, y ce'se el sacrificio. Genio arrebata y cambia los destinos
Distingue y clasifica las dolencias. De mi adorada Patria? Aiií aparéce
A ese Arte , más que humano, pide auxilio Da Destrucción , del bárbaro Delirio
Que dá segunda vez el ser primero. Del Odio precedida, devorando
El desinfecte el aire corrompido, Con indistinto ardor muertos y vivos;
A al compreso pulmón sacie y diláte. Cunas, sepulcros, la Ciudad, la Aldea,’
El, al celo y al orden, que sumisos La humilde y pobre Hermita, el alto y rico
Le escuchan, de' preceptos, tráce ejemplos. Templo, todo ¡o arrasa y lo sepulta
El, del Ase'o, de ese negativo Con su gloria y su nombre en el olvido.
Tutelar de la Hygiene, el culto imponga. Tá desaparecisteis ¡ó sagrados
El de la Muerte frustre los designios, ^.efugios del dolor, do un celo pío
O, cuando sucumbiere en la batalla, Lnpuso las riquézas expiadoras
f
( 82 ) ( 83 )
Que ante la muerte le donara el vicio! Huérfano que te implora! Tú que escuchas
¿Dó están esas doncellas venerables (i) Bendiciendo tu rombre agradecido
Ministros de salud, esos prodigios Al fuerte veterano de la gloria,
De caridad que endulzan la agonía? Héroe, de nobles héroes padre é hijo!
Esas jóvenes tiernas cuyos limpios Tú , templo dó halla el hombre acongojado
Corazones jamás al aire dieron Al que temió sevèro Dios propicio!.. .
De otro amor que el del prójimo un suspiro, ¿Quién levantó tus ricos fundamentos?
Y su salud y juventud consagran Un pobre humilde, un mísero proscrito !(i)
A la vejez y al padecer ¿dó han ido? Carrón fue : cuyá voz sonó en los pechos
Sus techos arden; yermos sus salones Como celeste oráculo, y al grito
Resuenan devolviendo el eco tibio De la Indigencia vió turbado al Lujo
Del postrero que espira. Piedad, ¡huye! Tributarle profusos donativos.
Cayó tu altar: hundióse el edificio: Obra de Sü virtud es ese tèmpio,
Las fuentes del socórro vió cegadas Y él solo es su riqueza y su ministro.
El indigente: el indefenso» niño El sólo supo hallar hasta en la estrecha
Espiró en los umbrales de la vida: : : ; Pobreza algo supèrfluo, y la dio arbitrio
Mas ¿que ímpensádo, qué celeste auxilio Para ser bienhechora, consiguiendo
Se ofrece al infelice desterrado? Ver por mano del pobre al pobre rico.
Salve ¡ó tú Sommerstown! del fiel patricio El bastó sólo á concitar , con dulce
Francés (¡hoi yá sin patria!) noble am Persuasión,-del hermoso y compasivo
paro. (2) séxo las almas á las rudas obras
Salve ¡ó tú, madre yá del adoptivo Ee su instituto. ¡O Dios, qué sacrificio
(1) Véase la nota uúm. 1.
(2) Véase la nota uúm. 2. (x) Véase la nota núm. 2.
f3
( 84 )
Ni al amoroso nombre de f‘hermanito”
Recibe déllas Ja desgracia! Fuertes,,
Despiertan ; ni á la tierna hermana abrazan;
Doman el asco , arrostran los peligros j
Y á llevar condenados sin delito,
La llaga enjúgan con la mano misma
Por padres re'os, de su especie el nombre,
Que debe coronar de rosa y mirto
Cual la bestia feroz, por apellido ,
Al dichoso Himeneo; fortale'cen
Su herencia vén gozar á otro inocente
Su amor Fé y Esperanza, y el gemida
Que, antes de ser, de ser logró el permiso.
Del dolor por las Gracias replicado
Nada es suyo ¡oh mortales! en la tierra
Si no lo extingue alivia su martirio.
Si no vuestra piedad: ella es su asilo.
Pero ¿qué acento desmayado y flébil
Ni arrulladora cuna los espera;
Resuena sordamente en mis oidos?
Ni terso lienzo les prepara abrigo;
Ay! ¿Sois vosotros, séres infelices,
Ni una gota de leche prevenida
Del débil crimen víctimas é hijos?
Les acompaña en el destierro impío.
Ay! Si en púrpura envuelto y sobre el solía Acudid ¡Justos! Si Naturaleza
Mueve á piedad menesteroso el niño , Delinquió, la Piedad venga en su auxilio,
¿Quién verá sin dolór, precipitados Y remplace á esos padres qué algún día
Por un forzoso y bárbaro sigilo
Derramarán mas llanto que sus hijos.
En manos del Acaso, esos precoces
Nuestros hermanos son, y acaso entre ellos
Hijos de Amor, por el pudor proscritos? Prepáran grandes hombres los destinos
Esos que el néctar maternal no beben. De la adorada Patria; ¡ay! no se frustren;
Ni el insaciable beso derretido Y pues que os hábla el Pró-cómün, oídlo.
Aspiran; ni ¡amas lédos sonríen El perito cultor os dará ejemplo,"
Al grito penetrante de “¡hijo mió! Que el olmo apoyará reciennacidó,
Ni distinguen á un hombre entre otros Descargará la decadente encina,
hombres;
(86) (87)
Y al desmedrado arbusto huerfanillo Véd ese campo. El hórrido Exterminio
Que en el egído helado y solo encuentre Riega sus surcos de fraterna sangre.
Para qué crezca como en patrio nido La Guerra le conduce. Divididos
Llevará á su abrigado semillero. Ejércitos lo huellan, aceradas
¡Legislador prudente! tu benigno Espesas filas, al sonoro grito
Celo y alto debe'r próvido supla Del clarín, desplegando contrapuestas;::::
Al sofocado maternal cariño , ¡Y aun aquí la Piedad hará su oficio 1
Y rescáte esos hijos á la patria. Sí ingratos.- de su ampáro el almo cielo
Con las útiles artes, los oficios Ningún menesteroso encuentra indigno.
De mas seguro lucro, compensadles Marte, el terrible Marte, ante sus aras
El patrimonio , por su mál perdido , Se postra á veces trémulo. Ese mismo
O la dote, que suple á los blasones. Que á la necesidad de la victoria
De esta suerte Albión vé sus navios Da en oblación sus fuertes escogidos ,
Poblados de animosos marinéros; Y muerte, y robo, y destrucción, ordena
Como medios de triunfo, en el conflicto
De agricultores próvidos y activos
Sus campos; y sus filas de altos héroes} De la lid , tras sus pasos acatada
Así, al daño acudiendo el beneficio, Conduce á la Piedad. Enternecido
El Pró-común aclama de éstos seres La encarga de aplacar el irritado
Madre á la patria, padre al hombre rico. Brazo deL Vencedor ; y delpagízo
Mas ah! si al fin, bajo éstos santos techos, Albergue del pastor ser defensora ;
Como en su propio templo , halla el divino Y del incendio devoráz, y el vicio,
Numen de ja Piedad incienso y gloria; Más devoráz, salvar el templo santo,
Mayor admiración, nuevo prodigio, Y sus vírgenes santas ; y al ardido
Escuadrón que persigue la derrota
Nos dá en otro lugar su culto santo.
'( 88)
(89)
Parar tras del turbado fugitivo;
Título un día. Allá, en un bosque umbrío,
Y anticiparse enérgica al confuso
De lauréles y pálmas circundado,
Canto de la Victoria, en alto grito
Esclamando:‘^Hombresfieras.'escuchádme.» (Recuerdos de gloriosos sacrificios,)
Alza un noble palacio, dó la justa
«De Tierra y Cielo mueren maldecidos
Pública Gratitud ofrezca asilo
«Los hcmbres de ios hombres vencedores
«Que en e! carro triunfal, de sangre tinto, A esos vivientes restos de las lides.
«Suben, bollando cual ebúrnea grada ¡Monuménto sublime, no yá hospicio , (1)
«Cadáveres, y miembros semivivos.” Que el Sena admira; albergue suntuoso
La lucha en fin cesó; de los aceros De inválidos franceses! ¡Noble archivo
El chocar; el horrísono estampido De los britános restos, que los máres
Del cañón; y en silencio duerme el Odio« A Grenvich restituyen ! (2) ¿ quién os hizo?
líela allí la deidad, los restos tibios La Piedad providente y justiciera.
De los muertos cubriendo de ligera Mas ¿quién podrá cantar con verso digno
Tierra, v en terso mármol el sencillo Tus glorias todas, sacrosanto Numen?
Epitafio grabando enternecida Cálle la Lira ; y más acéptos himnos
Diríjate el silencio de tu Vate
Que los recuerde á los futuros siglos.
Al lecho de dolor del trucidado Con obras consolando al afligido.
Guerrero vuela, y bálsamo benigno (1) Véase la nota núm, 3,
O ace’ro que en sus manos dá la vida, (2) Véase la nota núm. 4.