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Correspondencias
El albatros
Himno a la belleza
2
El frasco
Los ciegos
3
¡Míralos, alma, son en verdad espantosos!
Vagamente ridículos, maniquíes noctámbulos;
terribles, singulares, igual a los sonámbulos,
fijan quién sabe en donde sus ojos tenebrosos.
5
Jean Arthur Rimbaud
A Georges Izambard
EL CORAZON AJUSTICIADO
Mi triste corazón babea a popa, etc.
Vocales
Un durmiente en el valle
7
Los pies en los gladiolos, duerme. Sonriendo como
Sonríe un niño enfermo, echa una cabezada:
Naturaleza, mécelo con calor: tiene frío.
Alba
* * * *
Barco ebrio
9
Cuando yo descendía los Ríos impasibles,
No me sentí guiado ya por sirgadores:
Tomándolos de blanco Pieles Rojas terribles
Los clavaron desnudos en postes de colores.
10
¡Soñé la noche verde con nieves deslumbrantes,
Que en los ojos del mar lentos besos levantan
Y la circulación de savias fascinantes,
Y el despertar dorado de fósforos que cantan!
Stéphane Mallarmé
Sainte
12
A la fenêtre recélant
Le santail viuex qui se dédore
De sa viole étincelant
Jadis avec flûte ou mandore,
A ce vitrage d'ostensoir
Que frôle une harpe par l'Ange
Formée avec son vol du soir
Pour la délicate phalange
Santa
13
Eventail (de Madame Mallarmé)
14
así que aparezca siempre
entre tus manos sin pereza.
15
Mas cerca al ventanal abierto al norte, un oro
agoniza conforme tal vez al decorado
de unicornios lanzando fuegos contra una ondina
Las ventanas
16
Así, con repugnancia por el hombre inhumano
enlodado en delicias, de las que su apetito
devora, obstinado en buscar la bazofia
para darla a la madre que amamanta a sus hijos,
21
Rainer María Rilke
"La pantera"
PRIMERA ELEGIA
Sonetos a Orfeo
I
24
Un árbol se irguió entonces. ¡Oh elevación pura!
¡Orfeo canta! ¡Árbol esbelto en el oído!
Todo enmudece. Mas del total silencio
surge un principio, la señal, el cambio.
XIII (2)
25
Georg Trakl
"Humanidad"
26
La sombra del gato se desliza azul y grácil
desde el caduco techo, al que amenaza un próximo desastre,
la llama de una vela que se empina empurpurada.
"Elis"
Quedamente desciende
cerca de lisos muros la calma azul del olivar,
se desvanece el oscuro canto de un anciano.
27
Allí se encuentra apartado un árbol pardo
del que se desprendieron sus frutos azules.
Señales y estrellas
se hunden quedamente en el estanque del anochecer.
Palomas azules
beben durante la noche el sudor helado
que corre por la cristalina frente de Elis.
Siempre resuena
en los negros muros el viento solitario de Dios.
T.S. Eliot
Tierra baldía
Ciudad Irreal,
bajo la parda niebla de un amanecer de invierno
tal multitud fluía sobre el Puente de Londres
que nunca hubiera yo creído ser tantos los que la muerte arrebatara.
Llevaban todos los ojos clavados
delante de sus pies y exhalaban suspiros...
Cuesta arriba y luego calle King William abajo
hacia donde Santa María Woolnoth guarda las horas
con un sonido grave al final de la novena campanada.
Allí vi a un conocido y le detuve llamándole: "¡Stetson!
¡Tú, que estabas conmigo en los barcos de Mylae!
¿Aquel cadáver que plantaste el año pasado en tu jardín
ha comenzado a germinar? ¿Florecerá este año?
¿O la repentina escarcha perturba su lecho?
Oh, aleja de allí al Perro, que es amigo de los hombres,
que si no ¡lo desenterrará de nuevo con sus uñas!
¡Tú, hypocrite lecteur -mon semblable- mon frère!"
"East Coker"
II
Ezra Pound
"Un pacto"
"Canto XLV"
Con Usura
34
André Breton
"Unión libre"
36