Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los países del este de Europa, aliados a la URSS sufren en distinta medida estos cambios
producidos en su potencia hegemónica pero todos coinciden en una crisis de similares
características que se inicia en la década del 70 y se magnifica en los ^80.
Otro eje de conflicto pero de índole social era el resurgimiento de los nacionalismos. Por orden
del gobierno soviético bajo la directiva de Stalin durante el siglo XX se utilizaba el método de la
reubicación de población que estuviera en contra de la revolución. Estas minorías que habían
quedado instaladas en distintos países comienzan a reclamar su independencia o se alzan en
protestas contra el soviet de Moscú. Ejemplo de ello fue la persecución de pueblos no eslavos
como los húngaros.
Estos signos precursores se fueron ampliando en los años siguientes. Los pueblos del este
hacían su propia revolución.
Podemos dividir a los países en dos grupos, aquellos más conservadores y cuyas reformas
fueron más lentas o violentas y los más abiertos
PRAGA
BUDAPEST
YUGOSLAVIA
Muchas veces hablamos de la balcanización de un conflicto para dar una idea de una situación
con muchos aspectos a tener en cuenta y de pluriculturalidad que llevan a una fragmentación
como lo que ocurrió con Yugoslavia.
Hacia 1870, la mayor parte de la región balcánica se hallaba dominada por el imperio
otomano. Algunos pueblos cristianos lograron liberarse y constituir estados autónomos como
por ej. Grecia (pero no con su territorio actual). También fue el caso de Servia, los
montenegrinos y los rumanos, pero en todos seguían existiendo minorías de otros países como
austríacos o húngaros. Los turcos se mantuvieron firmes en Albania, Bulgaria, Macedonia y
Bosnia-Herzegovina.
Algunos países europeos tenían interés en sostener el imperio otomano en esta región para
impedir el avance de los rusos hacia el Mar Mediterráneo. En su intento por llegar a este mar
Rusia se aliaba con el imperio Austro-Húngaro con la excusa de proteger a los pueblos
cristianos, por ejemplo podemos ver el apoyo ruso a los búlgaros para independizarse de
Turquía., por su parte los austro-húngaros estaban más interesados en proteger Bosnia-
Herzegovina, cuyo territorio limitaba con su imperio e impedía el acceso de Rusia al Adriático.
Luego de años de guerras podemos decir que el este quedó bajo la órbita rusa y el oeste bajo
la tutela del imperio austro-húngaro.
Los enfrentamientos continuaron cuando se retiraron los turcos, especialmente entre Servia y
el imperio austro-húngaro. Es en Sarajevo en 1914 que un atentado perpetrado por servios
dio muerte al archiduque Francisco Fernando y a su esposa, herederos del trono del imperio
austro-húngaro y este hecho desencadenó la 1 GM.
En 1918, tras la destrucción de los grandes imperios, en sus ruinas nace el Reino de los Serbios,
Croatas y Eslovenos una solución impuesta por grandes potencias de la época.
La propia palabra Yugoslavia lleva esta idea en su nombre: yug, que significa sur, y slavija,
tierra de eslavos.
Fue una construcción bastante artificial de los Estados, prácticamente obligados a convivir
después de ser enemigos en la guerra, añade.
Al unirse, las distintas identidades nacionales también descubrieron muchas diferencias entre
ellas sobre el rumbo del nuevo Estado.
El Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos adoptó el nombre de Reino de Yugoslavia —se le
conoce como la primera Yugoslavia— en 1929 hasta 1941. Ese año fueron invadidos por las
potencias del Eje fascista.
La Segunda Guerra Mundial volvió a poner de manifiesto las disputas nacionalistas endémicas.
Nacionalistas croatas y eslovenos facilitaron la creación de un territorio satélite de las fuerzas
fascistas. Mientras, una guerrilla de unionistas yugoslavos conocidos como partisanos, bajo el
liderazgo de Josip Broz Tito, peleaba a la vez contra los fascistas invasores y los nacionalistas
croatas y eslovenos. La derrota del fascismo en 1945 encumbró a los partisanos y propició
retomar el proyecto yugoslavo, esta vez apoyado en el comunismo. Tito se convirtió en líder, el
salvador del nazismo.
Fue la raíz de la República Federativa Socialista de Yugoslavia, la gran nación vigente desde
1943 hasta su progresiva desaparición durante la década de los 90.
Tito implantó en Yugoslavia un sistema socialista que se desmarcó del comunismo soviético.
Conocido como socialismo autogestionario, era más descentralizado y otorgaba más
autonomía a los trabajadores.
"El socialismo autogestionario fue una forma de lidiar con el pluralismo étnico de la sociedad
yugoslava y permitía que los intereses regionales fueran escuchados y armonizados", dice un
informe del Banco Mundial al respecto.
El rumbo yugoslavo provocó el deterioro de relaciones entre Tito y Stalin. Tanto, que en junio
de 1948 Yugoslavia fue expulsada de la Oficina de Información Comunista, integrada por la
Unión Soviética y los países del bloque del Este.
Durante estos años de estabilidad, muchos de sus habitantes se sentían yugoslavos y los
nacionalismos parecían dormidos.
En medio de las guerras, en 1993, la ONU creó un tribunal internacional para juzgar a las
personas presuntamente responsables de graves violaciones de derechos humanos.
En 1995 los bandos estaban agotados. Habían sufrido cruentas derrotas. La presión
internacional para poner fin al conflicto se intensificó. El daño humano, económico y militar
era salvaje.
El gobierno de Bill Clinton en Estados Unidos se encargó de sentar a las partes. Los implicados
se encerraron durante 21 días en la base militar de Dayton, en Ohio, EE.UU. De ahí no salieron
hasta llegar a un acuerdo.
Las guerras más cruentas habían acabado, pero aún seguían conflictos irresueltos. En Serbia se
gestaban otras tensiones.
Entre 1998 y 1999, miles de albanokosovares huyeron de Kosovo tras los combates de la
guerrilla de la misma etnia contra las fuerzas de seguridad serbias. La OTAN intervino,
bombardeó Serbia durante casi tres meses y Milosevic, el líder serbio, acordó retirar sus tropas
del enclave.
La República de Kosovo se proclamó como Estado independiente, aunque Serbia y parte de la
comunidad internacional no lo reconoce.
Eslovenia y Croacia son actualmente los países más prósperos de la antigua Yugoslavia y
forman parte de la Unión Europea (UE).
En los Balcanes occidentales (Serbia, Montenegro, Kosovo, Bosnia y Herzegovina y Macedonia
del Norte) la situación es distinta. Les cuesta avanzar