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Análisis del entorno – Control de lectura U1

Alumno: Ricardo Rodríguez Mantilla

¿Debería el Estado intervenir en la mejora del bienestar?

Si, definitivamente debería intervenir, primero, ejerciendo un rol regulador para


propiciar la igualdad de competencia en el libre mercado y evitar posiciones
dominantes de monopolios y oligopolios. En segundo lugar, el estado será el
responsable de ejecutar inversiones en salud, educación, vivienda, infraestructura y
seguridad, garantizando que los óptimos resultados económicos puedan tangibilizarse
en bienestar social. De nada sirve el crecimiento económico o la evolución favorable de
indicadores como el PIB, la inflación, el nivel de exportaciones, etc., si estos no pueden
traducirse en evidentes mejoras que impactan positivamente la calidad de vida del
ciudadano de a pie.
El fin de toda estrategia económica es generar e incrementar el binenestar social y el
estado como institución que representa los intereses de una nación debe velar por la
apropiada y eficiente gestión de los recursos que se generan de las actividades
económicas acontecidas dentro de sus márgenes políticos. Podríamos concluir,
entonces, que es la función natural del estado intervenir en las mejoras del bienestar
de un país.

¿Funciona la intervención del Estado en las empresas privadas?


Vale precisar que si la intervención es como un regulador que acompaña al
inversionista privado para fomentar su productividad y generar sinergias con el objetivo
de rentabilizar sus operaciones que finalmente se traducirán en mayores aportes
tributarios y estos en obras de desarrollo social, la intervención sí funciona.
La empresa privada tiene naturaleza lucrativa y crece mediante la capitalización de los
excendentes de su propio ejercicio económico, por lo tanto su finalidad es maximizar
su valor y para esto puede emplear diversas estrategias comerciales que no
necesariamente se guiarán por intereses filantrópicos o sociales. La empresa privada
requiere del acompañamiento del estado para que esta pueda desarrollarse en el
punto de equilibrio que le permita generar ganancias sin asumir roles abusivos sobre
sus propios consumidores.
Es cierto también que una parte del control de estos estándares en los que actúa la
empresa privada se regula orgánicamente por la competencia que actúa en el libre
mercado, pero incluso dentro del liberalismo se pueden generar monopolios naturales
como concesiones de recursos naturales. He ahí la importancia de una correcta
intervención del estado, no para obstaculizar el desarrollo del sector privado, sino para
promoverlo con responsabilidad social.
Por otro lado, es necesario mecnionar que lamentablemente la evidencia histórica para
el Perú no respalda el ideal de Estado Empresario, ya que mediante esta figura se
interviene la base de la producción de mercancías y se monopolizan ciertos sectores en
los que termina ganando terreno la burocracia, los intereses particulares de la clase
política dominante y la corrupción.

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