Está en la página 1de 1

Convivencia escolar y su relación con el aprendizaje

Lo que somos, en gran medida se debe a la relación con los demás y la forma como nos vinculamos con el medio que nos
rodea. La convivencia forma parte de una necesidad humana. La escuela es un espacio de vínculos, en donde se espera que
los alumnos además de alcanzar el logro de habilidades cognitivas, desarrollen habilidades sociales y emocionales que les
permitan establecer relaciones armónicas, pacíficas e inclusivas dentro y fuera de ésta. La convivencia es un aprendizaje.
Aprender a convivir es una tarea educativa primordial, ya que representa una plataforma para el crecimiento personal y
social.

Enseñar y aprender a convivir constituye uno de los pilares de la educación, por lo que la escuela como parte de su función
social puede contribuir decididamente a consolidar este aprendizaje, a través de un proceso intencionado y sistemático.
Tanto la enseñanza como el aprendizaje de la convivencia, demandan un enfoque formativo y preventivo que centre su
atención en la formación de los alumnos desde una mirada integral, considerando su dimensión no sólo cognitiva, sino
también social y emocional. Esta dimensión socioemocional debe abordarse sistemáticamente en las prácticas pedagógicas
cotidianas, tomando en cuenta los procesos intrapersonales e interpersonales que entran en juego en la convivencia
escolar.

El desarrollo de habilidades sociales y emocionales se transforma en una oportunidad para la escuela, a fin de contribuir al
fortalecimiento personal y al funcionamiento social de los alumnos, en tanto que favorecen la autoestima y la identidad; la
autorregulación de las emociones e impulsos; el respeto de las reglas; el manejo y la resolución de conflictos y al
establecimiento de relaciones inclusivas, armónicas y pacíficas. El trabajar la empatía, la asertividad, la escucha activa, la
resiliencia, la participación, el trabajo en equipo, la negociación, el manejo de la presión del grupo, la tolerancia a la
frustración, la perseverancia, entre otras, son habilidades que contribuyen a ello, así como a la prevención de conductas de
riesgo fortaleciendo la capacidad de los alumnos para la toma de decisiones reflexivas y asertivas.

La convivencia es una condición para el aprendizaje porque influye en la tarea pedagógica que se desarrolla en la escuela.
Hay una relación estrecha entre el clima que existe en las escuelas y el aprendizaje de los alumnos. Una convivencia
inadecuada puede causar, entre otros factores, violencia, niveles de estrés y ansiedad en los alumnos, lo que provoca bajo
aprovechamiento académico y puede ser factor de deserción escolar; en cambio un adecuado ambiente en la escuela
promueve un buen aprovechamiento. La convivencia escolar es una condición constitutiva de la calidad de la educación y
una base fundamental para el aprendizaje, ya que un niño tranquilo se concentra mejor y construye sus conocimientos con
mayor facilidad. La convivencia escolar por lo tanto es una responsabilidad de quienes conforman la comunidad educativa
en su conjunto; por lo que su mejora exige la participación de alumnos, docentes, personal directivo, personal de apoyo,
madres, padres y tutores

Convivencia familiar, una gran oportunidad de unión


La familia es el grupo social más importante que tenemos los seres humanos. Es con quien vives y compartes la mayor parte
del tiempo durante años. Por eso, es necesaria una convivencia en la que prime el respeto, la tolerancia, la comprensión, la
escucha, la empatía, el compañerismo, entre otros. Los vínculos y relaciones entre cada uno de los integrantes (padres,
abuelos, hermanos) son fundamentales y los que darán un ambiente armonioso. Ten presente que la convivencia familiar
tiene como objetivo el bienestar psicológico de cada uno de los miembros. Gracias a ella es que cada uno podrá vincularse
positivamente con las personas y crear redes de apoyo entre sí (Somos Mamás, s.f.).

¿Por qué es importante incentivar la convivencia familiar en casa?


Saber que cuentas de forma incondicional con tu familia, sobre todo con quienes vives, es un gran sostén emocional.
Además, esto fortalece la unión y los valores. De ahí la importancia de fomentar la convivencia familiar en casa. Así todos,
desde los adultos hasta los niños, aprenderán y cultivarán su esencia y buenas costumbres. La buena convivencia también
determina la buena educación de los niños. Esto se refleja en su vida adulta en los ámbitos laborales y sociales (Holguín,
2020). De ahí que la empatía y la escucha sean fundamentales para tener una buena convivencia. Piensa en lo siguiente: la
convivencia es como una planta. Si no la riegas con agua y la dejas expuesta a la luz, se va a marchitar. En cambio, si le das
todos los cuidados, siempre florecerá. Por eso, a continuación te damos una serie de recomendaciones para que sea estable
y armoniosa.

También podría gustarte